Pasto Estrella
Pasto Estrella
Pasto Estrella
Nlemfuensis, más conocido como estrella africana, pasto azul, tumba viejo. Este pasto se
reproduce en regiones con latitud de 15° Norte y 15° Sur y con una latitud de 0 metros a 2.300
metros sobre el nivel del mar, tolera periodos cortos.
El balance entre los componentes de la pared celular y los componentes del contenido
intracelular (Monção et al., 2016) conlleva a definir un punto óptimo de cosecha, por criterios
como la altura de corte (Gelley et al., 2017; Rodrigues Andrade et al., 2018), el intervalo de
cosecha (Arteaga et al., 2019; Bassegio et al., 2013; Donaghy & Fulkerson, 2002; Miranda
Valente et al., 2010; Reuter de Oliveira et al., 2014) o la edad fenológica (Donaghy & Fulkerson,
2002; Villalobos & Arce, 2013). La selección por estos criterios tiene un efecto directo sobre la
producción y calidad nutritiva del forraje (Patiño Pardo et al., 2018), que influye también en la
estructura del dosel de la pastura (Rojas García et al., 2020), la relación hoja:tallo (Maldonado
Peralta et al., 2019), la remoción de meristemos apicales, además de incidir en la longevidad y
persistencia de la pastura (Ramírez Reynoso et al., 2020).
En el pasto Estrella Africana existe gran cantidad de estudios en sistemas de pastoreo que
se enfocan en la productividad de biomasa por área, sin embargo, desde el enfoque en la
producción de nutrientes, poco se ha evaluado su respuesta productiva bajo diferentes edades de
cosecha.
El objetivo de este trabajo fue evaluar la producción de nutrientes del pasto Estrella
Africana con cinco períodos de recuperación por medio de la integración de información de
biomasa y nutricional para establecer ventanas de cosecha en sistemas de corte. La hipótesis de
este estudio consistió en que el pasto estrella se puede cosechar de forma intensiva sin sacrificar
la biomasa ni el aporte de nutrientes, tal como ocurre al cosecharse con intervalos extensos.
Para la calidad del alimento y alternativas de solución para conservar el forraje, en este
caso el pasto estrella en terrenos que son muy lluviosos o en su defecto muy secos; una de estas
opciones es la elaboración de heno que consiste en cortar, secar, enfardar y prensar el forraje, lo
que permite conservar el pasto por largos periodos disponiendo de materia seca para la
alimentación bovina en la época que se requiera. El proceso de henificación convierte un forraje
verde y perecedero en un producto que puede ser almacenado en forma segura y
transportado fácilmente sin riesgo de deteriorarse; al mismo tiempo, las pérdidas de materia seca
y nutrientes se limitan a un mínimo (Suttie, J. M.- 2003). El heno es producto del secado
del forraje, en donde se reduce su humedad de un nivel del 70 a 90 % al tiempo de corte, a un
nivel entre 12 y 20 % al momento de almacenar, permitiendo de esta forma la conservación
segura por un largo periodo de tiempo. Razón por la cual se recomienda elaborar heno
cuando hay menos posibilidad de lluvias (ejemplo al principio de la época de sequía y/o
en el verano). (Viloria, 2019). La implementación del heno ayuda a reducir los costos de
producción asociados a la compra de concentrados para el sostenimiento de los animales y al
incrementar la utilidad de los productores ganaderos. El objetivo de elaboración del heno
es bajar la hume-dad, minimizar la actividad celular y la de los microorganismos existentes para
mantener la calidad del forraje. El heno es la fuente más económica de nutrientes para los
animales, con excepción del pastoreo directo, y se emplea como complemento alimenticio en las
épocas de escases de pasto. (Contreras, 2013). En cuanto a fuentes de forraje para el heno, se
encuentra el pasto estrella (Cynodon nlemfuensis), que corresponde a una Gramínea perenne
rizomatosa y estolonífera de profundas raíces, originara del este África y está bien adaptada
a trópicos y subtrópicos. Tiene un potencial de producción de hasta 34 toneladas de materia
seca al año. A edad de 21 días sin ningún tipo de fertilización puede presentar contenidos de
Zootecnia
Jorge Leonardo Ruiz Suarez
proteína de 13 %, una digestibilidad de 57.9% y 2.08 Mcal de energía metabolizable (Viloria,
2019). Las condiciones climáticas requeridas por la especie están acordes con las
condiciones locales, temperatura (17 a 27°C), precipitación anual (de 800 a 2 mil milímetros)
y humedad relativa (60 – 80%).