Complejo de Edipo
Complejo de Edipo
Complejo de Edipo
pero que perteneca a la sazn del Imperio austro-hngaro. Muri en 1939, en Londres, ciudad a la que se traslado debido a los avances del nazismo , ya que era de ascendencia juda. Sus aos de experiencia psicoanaltica los realiz en Viena, donde, sin embargo, sus teoras no habran de tener muy buena acogida durante los primeros aos de su trabajo, especialmente entre los crculos mdicos ; a pesar de ser el mismo graduado en medicina y especialista en neurologa. El legado de sus investigaciones no se centra en la medicina como tal, sino que deben su reconocimiento histrico a la elaboracin de un mtodo que parte del inconsciente para tratar las enfermedades mentales : el psicoanlisis. Freud abandon pronto sus investigaciones neurolgicas para dedicarse de pleno al estudio de los entonces llamados <<enfermos nerviosos>>, percatndose rpidamente de lo incorrecto de las terapias utilizadas para la rehabilitacin de estos enfermos. Utiliz la hipnosis durante un cierto tiempo pero descart esta tcnica teraputica tras comprobar que sus efectos slo se mantenan mientras el enfermo permaneca bajo la sugestin hipntica ; una vez desapareca est, volvan a reaparecer los mismos sntomas patolgicos. Su gran oportunidad le llegara con una beca que le permiti ir a Pars para estudiar con Charcot, clebre especialista de enfermedades nerviosas que trabajaba en el hospital parisino de la Salptrire, dnde haba llevado a cabo, tras numerosas investigaciones, una observacin sorprendente, y que habra de interesar mucho a Freud : en todos los historiales clnicos de las histerias siempre apareca la sexualidad como problema. Aos despus, Freud public Estudios sobre la histeria, y, en numerosos trabajos posteriores la relacin de la histeria con problemas sexuales qued definitivamente establecida. A principios del siglo (1900), public La interpretacin de los sueos, extentsimo libro donde Freud desarrollaba una tesis fundamental <<los sueos no slo son un producto psquico desechable, como se crea hasta el momento , sino que representan un trabajo psquico normal lleno de sentido>>. Los primeros aos de trabajo fueron aos de aislamiento, y durante ellos Freud lleg a una serie de conclusiones fruto de sus estudio e investigacin : fundacin e importancia de los sueos, divisin de la estructura psquica en consciente e inconsciente, existencia de la sexualidad infantil, etctera. Todas estas investigaciones promovieron el escndalo, y lo sumieron an mas en la soledad y el aislamiento. Poco a poco, se fue abriendo camino y empez a organizar en torno suyo a sus primeros seguidores, con los que form, en 1902, el ncleo original y, posteriormente, se formara la sociedad psicoanaltica de Viena. En 1908 se celebraba en Salzburgo (Austria) , el primer congreso mundial de psicoanlisis. A partir de este momento, se fueron organizando en numerosas ciudades europeas sociedades de psicoanlisis.
Pero, junto a esta aceptacin del psicoanlisis, se iniciaron tambin las primeras divergencias tericas entre psicoanalistas . As Alfred Adler y Carl G. Jung se apartaron de la ortodoxia freudiana ; Adler separndose del concepto de inconsciente colectivo, en el que la sexualidad no desempea el papel determinante en la formacin de la personalidad, como en la obra de Freud. En 1938 Freud hubo de emigrar a Londres ante la ocupacin nazi de Viena ; sus libros fueron quemados y destruidos y, poco despus, falleca vctima de un cncer de mandbula. Lo Inconsciente El trmino inconsciente es el ms popular del psicoanlisis, hasta el punto que identifica al psicoanlisis mismo. Los psicoanalistas prefieren explicar el inconsciente como una dimensin de lo psquico, radicalmente diferenciada de la conciencia aunque vinculada con ella, o tambin con las expresiones verbales del sujeto que se infiltran a travs del discurso. La idea del inconsciente llega al psicoanlisis a travs de dos caminos_ : la filosofa y la psicologa de la poca. En sntesis, se podr4a concebir lo inconsciente como una degradacin de la conciencia. Esta idea se encuentra ilustrada en la ya famosa metfora de la linterna : <<un haz de luz con foco de luminosidad central y zona de progresiva oscuridad hacia los bordes de esa circunferencia de luz>> . La zona central de la luz es la representacin de la conciencia ; la zona de progresiva degradacin de la luz se identifica con lo inconsciente. Freud a partir de un hecho simple para ilustrar lo inconsciente : cualquier representacin o elemento psquico puede estar presente en nuestra conciencia y luego desaparecer. Y, sin embargo, puede volver a reaparecer a travs del recuerdo , no como otra consecuencia de la representacin sensorial. Esto equivala, para Freud, a que dicha representacin o elemento haba estado latente ( no explicitado a nivel consciente), y este hecho era una dimensin del inconsciente. Un sujeto es sometido a un estado hipntico durante el cual se le da una orden cualquiera : por ejemplo que beba agua. Acto seguido, se le despierta y es invitado a explicar lo que recuerda. En este momento, la persona realiza la orden recibida en estado hipntico, es decir, beber agua. Interrogado sobre el motivo de esta accin, manifiesta que no lo sabe, aunque trata de justificarla de una manera obvia ; porque tena sed. Sin embargo, la explicacin de la accin descrita anteriormente no est en la sed, sino en la orden de beber agua ( de la que el sujeto no tiene conciencia porque es incapaz de recordar). La conciencia slo retiene beber agua ; la orden y la figura del hipnotizador permanecen en el inconsciente. Consciente, Preconsciente e Inconsciente De al experiencia anteriormente relatada Freud extrajo diversas conclusiones : La conciencia es slo una parte de lo psquico (parte visible), pero en ella no se pueden encontrar respuestas a muchos de nuestros actos
- hay representaciones que, en un momento dado, no son conscientes ( no estn en la conciencia), pero pueden devenir en conscientes. A este consciente Freud le dar el nombre de precosciente. - existe un nivel inconsciente que nunca llega a la conciencia ( la accin de ordenar en el ejemplo). El inconsciente slo se abre paso a la conciencia a travs de asociaciones, como por ejemplo los sueos, los actos fallidos (equivocaciones u olvidos en la realizacin de cualquier accin), los lapsus y los sntomas. A este tercer nivel Freud le da el nombre de inconsciente.
Segn la teora psicoanaltica, las representaciones del inconsciente tienen la particularidad de incidir de manera decisiva en la vida psquica del sujeto (neurosis) ; son eficaces. Para los psicoanalistas, los sntomas propios de la neurosis o la psicosis son el efecto de algo que el sujeto no conoce, pero la suficientemente eficaz como para contrariar la misma voluntad. Pinsese en un sntoma como el insomnio, en que el propsito consciente de dormir, se ve obstaculizado por alguna preocupacin inconsciente. En funcin de lo expuesto , la vida psquica no tiene su centro emisor en la conciencia del hombre, en su racionalidad. Y como en consecuencia de ello se produce un desplazamiento del inters del estudio hacia lo inconsciente para determinar las leyes y mecanismos de su funcionamiento. Segn Freud , el hombre a sufrido un triple descentrenamiento. En primer lugar y como consecuencia de los descubrimientos en el campo de la fsica y la astronoma, la Tierra dej de ser el centro del universo ; con el Evolucionismo, el hombre mismo paso a formar parte del reino animal ; el descubrimiento del inconsciente resto a la conciencia su importancia como centro regulador de la actividad psquica. El Desarrollo Libidinal El psicoanlisis emplea el trmino de pulsin ( impulso que tiene a la consecucin de un fin) para el estudio del comportamiento humano. Antes de seguir adelante convendra aclarar las diferencias que existen entre la pulsin y el instinto. Los instintos tienden a una finalidad predominante biolgica, mientras que la relacin entre la pulsin y el instinto. Los instintos tienden a una finalidad predominante biolgica , mientras que la relacin entre la pulsin y el objeto que la promueve es extremadamente variable. La pulsin es un impulso que se inicia con una excitacin corporal (estado de tensin), y cuya finalidad ltima es precisamente la supresin de dicha tensin. Hay dos tipos de pulsiones, la pulsin sexual o de la vida y la pulsin de la muerte. Para el psicoanlisis el impulso sexual tiene unas acotaciones muy superiores a lo que habitualmente se considera como sexualidad , al tiempo que introduce la diferenciacin entre sexualidad y genitalidad : si todo lo genital es sexual, no todo lo sexual es genital. La libido es la energa que pone en marcha la pulsin sexual , y puede presentar diferentes alternativas segn est dirigida a los objetos ( libido objetal), o bien se dirija al propio Yo (libido narcista).
El psicoanlisis establece una serie de fases a travs de las cuales se verifica el desarrollo del sujeto. Desde el punto de vista de dichas fases, los conflictos psquicos - y su posibilidad de resolucin- dependern del estancamiento de una fase (fijacin) o del retorno a una fase precedente (regresin). De ah que esta teora implique un concepto dinmico sobre lo psquico. Fase Oral. Comprende los doce-dieciopcho primeros meses. Esta primera fase libidinosa est relacionada con el placer del beb en el momento de la alimentacin , en la que tanto labios como boca tienen un papel preponderante. La satisfaccin ligada en un primer momento al acto de comer, adquirir pronto autonoma, como en el caso del mero chupeteo, y se convertir a su vez, en el prototipo inicial de toda satisfaccin. Fase Oral-sdica Es considerada una segunda etapa de la fase oral , coincidente con la aparicin de la denticin y, por tanto, ligada al acto de morder. Dado que la nueva adquisicin tiene un sentido destructivo ( aunque slo sea implcitamente), da lugar a la aparicin del concepto de ambivalencia (relacin de amor-odio respecto a un mismo objeto). Fase Anal Se extiende, aproximadamente, entre los dieciocho meses y los cuatro aos. La actividad anal adquiere unas connotaciones libidinosas. El ano se constituye en la zona ergena ( fuente corporal de excitacin) por excelencia. Otra caracterstica de esta fase es la aparicin de la polaridad actividad- pasividad, ligada a la posibilidad tanto de retener como expulsar los excrementos. Fase Flica. En este momento, las pulsiones parciales de fases precedentes se concretan en una cierta primaca de lo genital. Es la primera organizacin libidinal del nio respecto al caos de las pulsiones parciales anteriores (orales-anales), que se completar en la pubertad. De la forma especfica en que se afronten las distintas fases, dependern las caractersticas psquicas del sujeto. Desde un punto de vista patolgico, las perturbaciones en las distintas fases darn lugar a fijaciones o regresiones, que se traducirn en el adulto en estados de neurosis o psicosis. Complejo de Edipo. Tiene lugar de manera aproximada, entre los tres y los cinco aos. El complejo de Edipo es una de las concepciones mas controvertidas del sistema freudiano. Y segn la forma en que el sujeto resuelve este conflicto nuclear aparecern o no perturbaciones neurticas posteriores. En cuando a su significado esencial es que el nio se halla situado en una especie de tringulo afectivo con relacin a sus padres, de modo que est envuelto en una red de deseos amorosos hostiles con respecto a aqullos. Este conflicto puede presentarse bajo dos formas :
Complejo de Edipo positivo : el tringulo afectivo se resuelve a favor del progenitor de sexo opuesto ; la hostilidad por tanto, ser dirigida hacia el progenitor del mismo sexo ( la madre en el caso de la nia y el padre en el caso del varn). complejo Edipo negativo : en esta forma el progenitor del mismo sexo la madre, en el casi de la nia, y el padre en el caso del varn, se convierten en los depositarios del complejo edpico.
En su ltima etapa, Freud plante que ambas formas podan darse de forma concomitante en todo sujeto, lo que pas a denominar con el nombre de complejo de Edipo completo. Segn Freud, el Edipo se resuelve por el temor ( la fantasa del varn a ser castrado por su padre ). Evidentemente, este postulado es radicalmente abstracto. Una manera de explicarlo, lo ms sencillamente posible, sera sta : el padre se interpone en una suerte de <<idilio>> entre madre e hijo. Sin embargo el nio percibe que el padre es el sujeto amoroso de la madre (es su rival). Por otro lado tambin participa del afecto de su padre, del que se siente corresponsable. Este conflicto ira perdiendo fuerza ( es decir, el nio renunciar a poseer a la madre), en la medida que el nio se sienta ligado al padre por un fuerte afecto, y por el temor de ser castigado por el. De esta manera, la madre deja de ser el todo para el nio, el cual realizara un desplazamiento de sus sentimientos amorosos hacia otros objetos. Freud desatendi los mecanismo de Edipo en el caos de las nias, para limitarse a afirmar que el complejo de castracin ( es decir, el resentimiento por la ausencia del pene) promueve su entrada al complejo de Edipo. Ciertamente ni siquiera a un nivel simblico es aceptable este postulado, el cual implica que la fisiologa distinta de la nia , con respecto al varn, es el ncleo del problema. El mito bblico de la creacin de Eva de una costilla de Adn, parece estar implcito en esta concepcin , a la que no poca psicoanalistas consideran portadora de resabios machistas. Resolucin del conflicto edpico. Siguiendo a Freud, la formas de encarar el Edipo tendr mucha importancia en la eleccin del objeto sexual del adulto ( es decir puede condicionar tanto la heterosexualidad como la homosexualidad). El heredero del complejo del Edipo es el Super Yo que representa la conciencia moral ( en parte consciente y en parte inconsciente) del sujeto, as como sus ideales. El Supery se estructura en oposicin al Y (que se identifica con la conciencia, con el sentido de la realidad). Otra instancia del mundo psquico freudiano es el Ello, que constituye el mundo inconsciente de las pulsaciones del sujeto , y por tanto abiertamente opuesto al superyo que, como vimos, representa la sublimacin positiva y creadora de los instintos inconscientes. Muy sonoramente, podramos concluir que toda la teora psicoanaltica freudiana se basa sobre la supremaca de los instintos o, para ser mas exactos con su terminologa, las pulsiones del sujeto, y por tanto abiertamente opuesto al superyo
que, como vimos, representa la sublimacin positiva y creadora de los instintos inconscientes. Muy someramente , podramos concluir que toda la teora psicoanaltica freudiana se basa sobre la supremaca de los instintos o, para ser mas exactos con su terminologa , las pulsiones de naturaleza libidinosa. stas constituyen el motor que pone en marcha la formacin de la personalidad del individuo. ste debe superar las distintas fases de evolucin pulsional hasta acceder al estado de madurez, en que los instintos primigenios son sacrificados en aras de un desarrollo armonioso de las potencialidades creadoras humanas.. Sin desestimar el papel importantsimo de la sexualidad, muchos psicoanalistas posteriores han reprochado a Freud el determinismo que concede a todo lo sexual en la elaboracin de su teora. Si el hombree, al igual que el resto de los animales , es portador de instintos, tampoco es menos cierto que tienen unas necesidades especficamente humanas derivadas de su propia situacin ante la naturaleza. Y una de ellas es ella afecto , que le ayuda a afrontar situaciones nuevas en un mundo en el que constantemente ha de asumir nuevas situaciones y renunciar a seguridades pasadas . La necesidad fsica que el nio pequeo siente hacia su madre- a esta edad sera prematuro hablar de afecto- se justifica porque sta es su nico asidero frente a un mundo en el que se siente perdido. Es esta necesidad a que puede justificar, en ltima estancia el complejo de Edipo, y no un impulso exclusivamente biolgico. Enciclopedia Autodidactica oceano Color. Realizado por: KAREN GUZMAN - kagellge[arroba]cable.net.co
seala: "(.) Ahora bien: todos los temas dados proceden del acervo popular, constituidos por los mitos, las leyendas y las fbulas. La investigacin de estos productos de la psicologa de los pueblos no es, desde luego, imposible; es muy probable que los mitos, por ejemplo, correspondan a residuos deformados de fantasas optativas de naciones enteras a los sueos seculares de la Humanidad joven. (.)"(1) Cuando habla de los simbolismos onricos seala: "(.) dicho conocimiento lo extraemos de diversas fuentes, tales como fbulas, mitos, el folklore o estudio de las costumbres, usos, proverbios y cantos de los diferentes pueblos, y, por ltimo, del lenguaje potico y del lenguaje comn. En todos estos sectores encontramos el mismo simbolismo, que comprendemos a menudo sin la menor dificultad. "Examinando las fuentes, descubrimos en ellas tal paralelismo con el simbolismo onrico, que nuestras interpretaciones adquieren en este examen comparativo una gran certidumbre (.)"(2) Un episodio personal tambin lo aproxima al Edipo. El 26 de octubre de 1896 le escribe Fliess: "(.) El viejo muri la noche del 23, y ayer lo enterramos. Se mantuvo fuerte e ntegro hasta el fin, como hombre poco comn que siempre fue. (.) El ltimo acceso concluy con edema de pulmn y con una muerte que en realidad fue fcil. Todo coincidi con mi perodo crtico; estoy totalmente deshecho."(3); a lo que agrega en una prxima carta del 2 de noviembre siguiente: "(.) A travs de alguna de estas oscuras rutas que corren tras la conciencia `oficial', la muerte del viejo me ha afectado profundamente. Yo lo estimaba mucho y lo comprenda perfectamente; influy a menudo en mi vida con esa peculiar mezcla suya de profunda sabidura y fantstica ligereza de nimo. Cuando muri haca mucho que su vida haba concluido; pero ante su muerte todo el pasado volvi a despertarse en mi intimidad. Ahora tengo la sensacin de estar totalmente desarraigado. (.)"(4) Una tercera circunstancia comienza a explicitarse a partir del relato de una paciente, en una sesin de abril de 1897: "(.) Ayer comenc el tratamiento de un nuevo caso, una joven a la que por falta de tiempo preferira disuadir de proseguirlo. (.) Y entonces se revela que su padre, un hombre tan noble y respetable en apariencia, sola acostarla regularmente en su cama, entre los ocho y los doce aos, practicando con ella la eyaculacin externa (`me mojaba'). Ya entonces la paciente senta miedo cuando eso ocurra. Una hermana, seis aos menor que ella, a la que se confi aos despus, le confes haber tenido las mismas experiencias con el padre. Una prima le cont que a los quince aos haba tenido que resistirse contra los abrazos demasiados ntimos del abuelo."(5) Esto se complementa con un sueo que Freud tiene un mes despus, que interpreta como un deseo sexual encubierto hacia su hija mayor, Mathilde. En una carta del 31 de mayo del mismo ao le cuenta a Fliess: "(.) No hace mucho so que senta un cario desmesurado por Mathilde, pero su nombre era `Hella', y luego vi ante m la palabra `Hella' impresa en gruesos caracteres. Solucin: `Hella' es el nombre de una sobrina americana cuya fotografa nos enviaron hace poco. Mathilde podra llamarse `Hella' en el sueo porque hace poco se desesper tanto por la derrota de los griegos. Tiene una verdadera pasin por la mitologa de la antigua Hlade y, naturalmente, ve
hroes en todos los helenos. El sueo cumple, por supuesto, mi deseo de sorprender a un padre como provocador de una neurosis, poniendo as punto final a mis dudas todava persistentes".(6) Ello lleva a Freud a sentirse culpable frente a su hija, como culpar a su padre frente a l. Como observa Jones, "(.) cuatro meses ms tarde, empero, Freud haba descubierto la verdad del caso; que independientemente de los deseos incestuosos de los progenitores hacia sus hijos, e incluso de ocasionales actos de esa ndole, de lo que se trataba en realidad era de la existencia, con carcter general, de deseos incestuosos de los nios hacia sus progenitores, y especficamente hacia el del sexo opuesto".(7) Uniendo todos estos aspectos y algunos otros, el factor aglutinante y esclarecedor ser el inicio, en el mismo ao de 1897, de un muy riguroso autoanlisis, a travs del cual rastrear en su propio pasado viendo y trabajando sus deseos sexuales hacia su madre, con el recuerdo de haberla visto desnuda cuando muy pequeo. "(.) Unicamente puedo mencionarte que el viejo no desempe un papel activo en mi caso, si bien es cierto que proyect sobre l una analoga de m mismo; que mi `autora' (de mi neurosis) fue una mujer vieja y fea, pero sabia, que me cont muchas cosas de Dios y del infierno y me inculc una alta opinin de mis propias capacidades; que ms tarde (entre los dos y los dos y medio) despertse mi libido hacia `matrem' en ocasin de viajar con ella de Leipzig a Viena, viaje en el cual debemos haber pasado una noche juntos, teniendo yo la ocasin de verla `nudam' (.)"(8) En febrero del 98 le dice a Fliess: "(.) he tenido un delicioso sueo (.) que por desgracia no es publicable, porque en su fondo, su segundo sentido, oscila entre mi nodriza (mi madre) y mi mujer. Bueno, ya sabes: `An lo mejor que logres saber, a los chiquillos no se lo puedes contar' (.)"(9) Tambin ocuparn su autoanlisis el sentimiento ambivalente hacia un padre mucho mayor que su madre, hombre bueno pero dbil; el deseo de ser hijo de su hermanastro Emanuel, quien viva en Londres, por el que senta una gran admiracin, entre otras temticas. "(.) Tambin en m comprob el amor por la madre y los celos contra el padre, al punto que los considero ahora como un fenmeno general de la temprana infancia (.). Si es as, se comprende el apasionante hechizo del Edipo Rey, a pesar de todas las objeciones racionales contra la idea del destino inexorable que el asunto presupone, y entonces tambin podramos comprender por qu todos los dramas posteriores de ese gnero estuvieron condenados a tan lamentable fracaso. Es que todos nuestros sentimientos se rebelan contra un destino individual arbitrariamente impuesto (.); pero el mito griego retoma una compulsin del destino que todos respetamos porque percibimos su existencia en nosotros mismos. Cada uno de los espectadores fue una vez, en germen y en su fantasa, un Edipo semejante, y ante la realizacin onrica trasladada aqu a la realidad todos retrocedemos horrorizados, dominados por el pleno impacto de toda la represin que separa nuestro estado infantil de nuestro
carcter irascible, causante de tremendas tragedias en su vida: "Mas el rubio y heroico Polnices, descendiente de Jpiter, puso primeramente delante de Edipo una hermosa mesa de plata, que perteneca al inteligentsimo Cadmo; y luego llen de dulce vino la copa de oro. Mas tan pronto como Edipo advirti que los magnficos dones de su padre estaban a su lado, sinti que una ira irreprimible le llenaba el corazn, y lanz contra sus dos hijos estas graves maldiciones, que no pasaron inadvertidas a la diosa Erinis: `Que no dividan entre s los bienes paternos en amor y compaa, sino que entre ambos haya peleas y discordias'."(15) Quien estructura el drama familiar de este personaje y de sus ascendientes y descendientes es Sfocles, autor que vivi en el siglo V a.C. Este hombre, que tuvo una vida muy intensa en relacin al teatro, el Gobierno y los afectos, escribi entre otras obras: "Edipo Rey (o Tirano)"; "Edipo en Colono", donde narra los hechos posteriores cuando, ya ciego Edipo, permanece en una Tebas gobernada por sus hijos Polnices y Eteocles, quienes al ser maldecidos por su padre por nimiedades lo expulsan de su territorio. Entonces Edipo reconoce Grecia acompaado por su hija Antgona, hasta llegar a un bosque de Colono (lugar de nacimiento de Sfocles) donde muere. "Antgona", su tercera obra, es un canto a la voluntad frente a dos hermanos enfrentados por el Poder. La historia narrada por Sfocles, cronolgicamente se inicia cuando Layo, Rey de Tebas y su esposa Yocasta reciben la prohibicin de los dioses, debida a sus desarreglos morales, de tener descendencia. Si fuere desoda esa advertencia, el hijo nacido de ese matrimonio se encargara de matar al padre para luego casarse con la reina, su madre. A pesar de la prohibicin, Layo y Yocasta tienen un hijo. Ni bien nacido, el padre aterrado horada los tobillos del nio para que pueda ser llevado como animal de caza, y con su esposa entregan ese nio a un sirviente para que lo abandone a merced de las fieras, en el monte Citern. Pero, este hombre se apiada y entrega al nio a un pastor de Corinto quien a su vez lo lleva a Polibio, Rey del lugar, quien junto a su esposa Mrope, lo cran como su hijo. Es l quien le pone el nombre Edipo, que en griego significa "pies hinchados", aludiendo a los tobillos horadados. Ya adulto escucha decir que l no es hijo de Polibio y Mrope, como crea, por lo que acude al Templo de Apolo, en Delfos, para conocer la verdad. Luego de mucho insistir el dios le cuenta la advertencia de los dioses sobre su persona, pero no aclara su nacimiento. Creyendo ser hijo legtimo del matrimonio que lo cri, huye de su casa para no cometer los crmenes anunciados. As, se dirige a Tebas. En Fcida, en la confluencia del camino de Delfos con el de Daulia se cruza con Layo y su squito, quienes lo empujan violentamente para poder pasar. Edipo, que se caracteriza por su carcter colrico, se traba en lucha con ellos y mata a todos, excepto a uno que huye y que luego se convertir en pieza fundamental para conocer la verdad. Con este hecho se cumple la primera parte de la profeca: Edipo sin saberlo, comete parricidio. Una vez llegado a Tebas encuentra que la Esfinge est asolando la ciudad, matando a cuantos no pueden resolver el enigma que les propone, y que es el siguiente:
"Cul es el animal que por la maana camina en cuatro patas, por la tarde en dos, y por la noche en tres?". Edipo le responde que es el hombre. Cuando nio anda a gatas; cuando es adulto camina sobre sus piernas, y cuando llega a anciano se apoya en su bastn. As triunfa sobre la Esfinge, y el monstruo entonces se suicida, liberando as a Tebas. Posteriormente (est establecido por Ley que, ante la muerte de Layo, quien derrota a la Esfinge sera designado monarca, debiendo aceptar por su mujer a la reina), es proclamado Rey casndose con la viuda Yocasta, quien le es entregada por su padre, es decir, el abuelo de Edipo. De ese matrimonio nacern dos hijos (Eteocles y Polnices) y dos hijas (Antgona e Ismena). De esta forma queda cumplido el orculo.
Tragedia y neurosis
Observemos ahora, algunos pequeos fragmentos del texto de Sfocles, en los momentos culminantes de la tragedia. Edipo manda llamar al anciano adivino Tiresias para que este diga quin es el asesino de Layo, que con su crimen no castigado, mancha a toda Tebas, dejando estriles a las mujeres, los animales hembras y la tierra, muriendo en tanto, los hombres. Tiresias es contundente: "Digo que te has unido de la manera ms vergonzosa, sin saberlo, a los que te son ms caros y que no ves en medio de qu males ests(16) (.) Puesto que me has reprochado estar ciego, te digo que no ves con tus ojos en medio de qu males ests sumido, ni con quin vives, ni en qu moradas. Conoces a aquellos de quienes naciste? No sabes que eres el enemigo de los tuyos, de los que estn bajo la tierra y de los que estn sobre ella. Las horribles execraciones maternas y paternas, cayendo a la vez sobre t, te arrojarn un da de esta ciudad. Ahora vez, pero entonces estars ciego. Dnde no gemirs? Qu parte del Citern no resonar con tus lamentaciones, cuando conozcas tus nupcias consumadas y a qu puerto fatal has sido lanzado despus de una navegacin feliz?(17) Ese hombre que buscas, el amenazado por tus decretos a causa de la muerte de Layo, est aqu. (.) Ser a la faz de todos el hermano de su propio hijo, el hijo y el esposo de aquella de quien pari, el que compartir el lecho materno y habr matado a su padre. Entra en tu morada, piensa en estas cosas, y si me agarras en mentira, di entonces que soy un mal adivinador".(18) Frente a esta andanada de mensajes claros, Edipo responde como lo hace el neurtico. La autora del hecho es depositada fuera de s, fuera de la conciencia y de s mismo. Por tal razn Edipo, busca afanosamente al culpable fuera, para intentar llegar en definitiva a sus propios orgenes, pero no puede reconocerse como el sindicado como causante del parricidio y el incesto denunciados: "(.) Maldigo al matador desconocido, ya haya cometido solo el crimen o
ya le hayan ayudado varios. Que la desgracia consuma su vida! Que sufra yo mismo los males que mis imprecaciones llaman sobre l, si le recibo voluntariamente en mis moradas! Os mando pues, obrar as, por el Dios, por este pas herido de esterilidad y de abandono. An cuando el orculo no lo hubiera ordenado, no convena dejar inexpiada la muerte de aquel hombre tan valiente, de aquel difunto rey; sino que hubiese sido preciso preocuparse de ello. Ahora, puesto que yo poseo el podero que l tena antes de m; puesto que yo he tomado por esposa a su propia mujer para procrear de ella, y que si l hubiera tenido hijos, ellos hubiesen llegado a ser mos; puesto que el mal destino nos dej caer sobre su cabeza, yo obrar para l como si fuese descendiente de Polidoro, de Cadmo y del antiguo Agenor" (Edipo se siente totalmente ajeno a la autora, a pesar de las seales claras que se le envan, en especial del adivino Tiresias y su cuado (y to) Cren). "No has comprendido ya?" -le dice el anciano Tiresias. "Me tientas para que diga ms". Edipo insiste: "No comprendo bastante lo que has dicho. Reptelo". Tiresias: "Digo que el asesino que buscas eres t! (.) T solo eres tu peor enemigo". Pero Edipo oyendo, no puede escuchar: "No la hay ninguna (fuerza de la verdad) para ti, ciego de las orejas, del espritu y de los ojos! (.) No saba que ibas a hablar como un insensato; porque de saberlo, no te hubiese instado a venir a mi morada (.) Eres un hbil hablador, pero yo soy un mal escuchador, porque s que eres ingenioso y malvolo para m".(19) Esto nos remite a lo transferencial del neurtico, depositado en la figura del terapeuta. En este panorama, como lo sealara Ferenczi, Yocasta asume el paradigma del principio del placer, frente al paradigma del principio de realidad, encarnado en Edipo: Aquella le dice a ste: "(.) Deja todo eso y lo que se ha dicho. Escucha mis palabras y sabe que la ciencia de la adivinacin no puede prever nada de las cosas humanas. Yo te lo probar brevemente. En otro tiempo fue revelado a Layo, un orculo (.) el cual deca que su destino era ser muerto por un hijo que habra nacido de l y de m. Sin embargo, unos ladrones extranjeros le mataron (a Layo) en la encrucijada de tres caminos. (Seguir el camino del padre, el de la madre o el propio? Esa sera la encrucijada) Habiendo nacido el nio, apenas hubo vivido tres das, encarg a manos extraas exponerle con los pies atados, en una montaa desierta. De esa forma Apolo no hizo que el Hijo fuese el matador del padre, ni que Layo sufriese de su hijo, lo que l tema. He aqu cmo se realizaron las predicciones fatdicas. No tengas ningn cuidado".(20) Sin embargo, el discurso de Yocasta, a medida que se agregan nuevos elementos, se torna ms ambiguo. Sabe ella, o intuye lo que est ocurriendo y calla? Le dice a Edipo: "Qu puede temer el hombre cuando el destino conduce todas las cosas humanas y toda previsin es incierta? Lo mejor es vivir al azar, si se puede. No temas que te unas a tu madre, porque, en sus sueos, muchos hombres han soado que se unan a su madre; pero el que sabe que esos sueos no significan
nada, lleva una vida tranquila".(21) Cuando el mensajero se identifica como el pastor que recibi de otro al nio a sacrificar, Yocasta implora a Edipo: "Por los dioses! Si tienes algn cuidado por tu vida, no investigues eso. Bastante afligida estoy. (.) Escchame, te lo suplico! No hagas eso. (.) Es con un espritu benvolo como yo te aconsejo para el mejor bien. (.) Oh, desgraciado! Plegue a los Dioses que no sepas jams quin eres!".(22) Consumido por el deseo de conocer la verdad (como antes les ocurriera a Adn y Eva), Edipo clama por conocer sus orgenes: "Que salga lo que quiera! En cuanto a m, quiero conocer mi origen, por oscuro que sea. (.)"(23) Por ello llama a quien haba recibido la orden de eliminar al recin nacido: "Servidor: Se deca que era hijo de Layo. Pero tu mujer, que est en tu casa, te dir mucho mejor cmo pasaron las cosas". Edipo: "Fue ella la misma quin te entreg al nio?" Servidor: "S, Oh, Rey!". Edipo: "Ella! Quin lo haba parido! Desgraciada!" Servidor: "Por miedo a lamentables orculos". Edipo: "A cules?". Servidor: "Le haba predicho que matara a sus padres." Edipo: "A cules?" Servidor: "Por piedad, oh seor! Cre que l llevara al nio a un pas extranjero; pero lo salv, para mayores distancias. Si eres t el que l dice, sabe que eres un desgraciado". Edipo: "Ay! Ay! Todo parece claramente. Oh, luz, yo te veo por la ltima vez, yo que nac de aquellos de quienes no haca falta nacer, que me he unido a quien no deba unirme, que he matado a quien no deba matar!"(24) As se llega a la crisis final. Un mensajero cuenta al coro lo que acaba de ocurrir con Yocasta: "(.) luego de llorar sobre aquel lecho donde dos veces desgraciada, tuvo un marido de un marido, y de un hijo concibi hijos, (el Rey Edipo) iba y vena pidiendo una espada y buscando a su mujer que no era su mujer, y que era su propia madre y la de sus hijos (.). Entonces, con horribles gritos (.) se lanz contra las dobles puertas, arrancando las hojas de los profundos goznes y se precipit en la cmara, donde vimos a la mujer pendiente de la cuerda que la estrangulaba. Y al verla as, el msero se estremeci de horror y desat la cuerda. Y habiendo cado al suelo la desgraciada, tuvo lugar una cosa horrible. Despus de arrancar los broches de oro de los vestidos de Yocasta, se sac con ellos los abiertos ojos, diciendo que estos no veran a los que no deba ver, y no reconoceran a los que l deseaba contemplar. Y haciendo estas imprecaciones segua hiriendo una y otra vez sus ojos, levantados los prpados; y sus pupilas ensangrentadas corran por sus mejillas, y no solo se escapaban de aquellas algunas gotas de sangre, sino que brotaba como una lluvia negra, como un granizo de sangre. La antigua Felicidad era as llamada con su verdadero nombre; pero, a partir de este da, nada falta de todos los males que tienen un nombre, los gemidos, el desastre, la muerte, el oprobio".(25) Como puede observarse, este texto es riqusimo en contenidos.
Se concretiza el deseado y temido encuentro carnal entre madre e hijo; previo a poseer a su madre, Edipo dar muerte a su padre, colocndose en su lugar; deber responsabilizarse de la conducta de sus padres; resuelve el enigma que aqueja a la regin pero no sabe nada de s; viviendo con la sensacin amarga de lo que puede haber oculto, su meta final es buscar el origen de los males, y tambin sus propios orgenes a cualquier costo; concretiza la castracin (la que impone la sociedad, y la realizada con sus manos) con un elemento que une en el mismo al padre y la madre: un broche de sta con la forma de pene-falo paterno; era ciego pudiendo ver, y prefiere la ceguera para no ver en el rostro de los otros, el reflejo de su sentimiento culposo. La castracin, entonces, consecuencia de los pecados cometidos, es la gran protagonista de este drama familiar. Son muchos los castrados, quiz todos. El pueblo que amaba a Edipo; su padre, que muere; su madre que se suicida; Edipo que rompe sus ojos; sus hijos. As, la enseanza queda patentizada ante el horror y la identificacin del interlocutor. El tab del incesto (que est ligado, para que se cumpla, al del parricidio) se institucionaliza. Pero no puede evitarse el deseo, reprimido pero existente, que generar neurosis en los humanos. "Es singular que la tragedia de Sfocles no provoque en el lector la menor indignacin y que, en cambio, las inofensivas teoras psicoanalticas sean objeto de tan enrgicas repulsas. El Edipo es, en el fondo, una obra inmoral, pues suprime la responsabilidad del hombre, atribuye a las potencias divinas la iniciativa del crimen y demuestra que las tendencias morales del individuo carecen de poder para resistir a las tendencias criminales (.) La voz del poeta parece decirle: `En vano te resisten contra tu responsabilidad y en vano invocas todo lo que has hecho para reprimir estas intenciones criminales. Tu falta no se borra con ello, pues tales impulsos perduran an en tu inconciente, sin que hayas podido destruirlos'. Contienen estas palabras una indudable verdad psicolgica. Aun cuando el individuo que ha conseguido reprimir estas tendencias en lo inconciente cree poder decir que no es responsable de las mismas, no por ello deja de experimentar esta responsabilidad como un sentimiento de culpa, cuyos motivos ignora. (.)"(26) "(.) El anlisis nos presenta este complejo tal y como la leyenda nos lo expone, mostrndonos que cada neurtico ha sido por s mismo una especie de Edipo, cosa que viene a ser igual, que se ha convertido por reaccin, en un Hamlet(.) ".(27) Esta es entonces, la postura de Freud frente al Edipo, donde el peso est en lo sexual. Otros han puesto el acento en otros factores. Adler, por ejemplo, valoriz la intencin de ejercer el poder frente al padre, apoyado en un complejo de inferioridad (Recurdese que Edipo era disminuido fsicamente, pero adems era un hijo no deseado y temido). Para Jung habra, por encima de todo en el nio, el deseo de retornar simblicamente a la madre, quien lo alimentara y le diera proteccin. Otto Rank, ms que al Edipo, asignaba mayor importancia al trauma del nacimiento.
Para los existencialistas, el drama de Edipo es la bsqueda de saber la verdad. Otros como Deleuze y Guattari, autores que hablan del Anti Edipo, desconocen su valor, generando una corriente que le quita validez universal. Lo que se torna evidente es que la temtica resulta por dems apasionante y posibilitadora de distintas interpretaciones. Por encima de ellas, el aporte de Freud en relacin a nuestros vnculos primarios y los dramas de Edipo y Hamlet, son de extrema importancia para el conocimiento de la conformacin de nuestra personalidad. El propio Freud, en una nota de 1920 a sus "Tres Ensayos para una Teora Sexual", seala: "Puede afirmarse que el complejo de Edipo es el complejo nodular de las neurosis y constituye el elemento esencial del contenido de estas enfermedades. Llega en l a su punto culminante la sexualidad infantil, que tan decisiva influencia habr de ejercer sobre la sexualidad del adulto. Todo ser humano halla ante s la labor de dominar el complejo de Edipo, y si no lo logra, sucumbir a la neurosis. El psicoanlisis va fijando cada da ms decisivamente esta importancia del complejo de Edipo, y su aceptacin o repulsa es lo que ms precisamente define a sus partidarios o adversarios".(28)
El Edipo cotidiano
El complejo de Edipo, complejo nuclear como deca Freud, ms all del contenido sexual implcito (en el neurtico, explcito en el propio Edipo), con la consiguiente censura castrante, no puede descontextualizarse de la historia familiar, ya que no es un hecho aislado ni aislable, sino por el contrario, forma parte de una red de comunicaciones afectivas que desde el nacimiento del nio, y an antes, estar transformando las relaciones y condicionando a los integrantes de esa trada familiar. Adems, esa trada no se halla aislada, forma parte de una sociedad, de sus normas, de sus presiones, de sus propuestas. Para ello, basta remitirse al texto de Sfocles, para ver lo que ocurre en nuestras vidas. Edipo, ya antes de nacer, transforma las vidas de Layo y Yocasta, ya antes de nacer est condicionado. Los temores por el desplazamiento de los afectos en la pareja, es una temtica cotidiana, como as tambin el temor a la orfandad que ataca a Edipo; el nmero tres, tan caro al psicoanlisis, indicador de la trada y smbolo de los genitales masculinos; la entrega de Yocasta por parte del padre de sta, a su nieto Edipo; el peso del pueblo (sociedad) y la religin (el peso de la ley divina); los valores morales imperantes; las normas y por sobre todo, lo fantasmagrico, con un peso mayor que lo real, me afirman en la postura del valor universal del vnculo edpico. Pero adems, de la importancia de las interrelaciones de los tres personajes de la trada y el contexto familiar.
Lo que cambia a travs de lo edpico es la forma de relacionarse inter e intrapsquicamente, dentro de la trada familiar. En un principio, el vnculo tiene dos direcciones. Por un lado, entre madre e hijo o hija, y por otro, entre la pareja de esposos-padres, entre s. Eso no equivale a decir que no haya relacin entre padre e hijo, sino que el nio, en una etapa muy temprana no puede dimensionar la figura paterna, absorbido por la relacin de necesidad y dependencia y flujo libidinal para con su madre. En ese perodo, la madre es percibida como alimento, pero tambin negador del mismo, y por tanto tambin de placer y displacer, que incluso el nio receptor interpreta como formando parte de su propio cuerpo. A medida que avanza la discriminacin y la aceptacin traumtica- de que ese pecho no le pertenece, a medida que avanza en la aceptacin del No Yo, comienza una nueva forma de relacionarse con la madre, pudiendo ser captada ahora como objeto total y externo a l, y compartida por otro personaje, el padre. En todo lo sealado, la castracin est presente. A ello deben unirse todos los otros integrantes del ncleo familiar, en especial los hermanos (si los hay) y los padres y hermanos de los padres, que habitualmente tienen un peso muy grande en relacin a la socializacin del recin llegado. Pero, toda esa primera etapa donde hay una figura dominante que es la madre, est construida en base a un vnculo de dos. Por tanto, nos preguntamos: Qu es lo que cambia a travs de lo edpico? Cambia la direccin de los afectos. La relacin eminentemente didica, se transformar en tridica. Se establecer el tringulo con el tercer personaje que se convertir en el limitante para el vnculo erotizado entre madre e hijo. Luego de transitar por este Edipo temprano, la vinculacin con los excrementos, el incorporarse y caminar sostenido por las dos piernas, el descubrimiento de la diferenciacin anatmica de los sexos, encaminar la relacin tridica por distintos caminos, segn sea el hijo, nia o varn. En la nia, en la etapa de reconocimiento genital, el descubrimiento de la falta de pene y por lo tanto, la sensacin de creerse fallada, la conduce a un mal relacionado con su madre en cuanto supone, no la hizo completa. En ese convencimiento, la figura del padre, o quien haga de tal, es idealizada por ser l s el poseedor de ese pene envidiado. La comprobacin de que su deseo de poseerlo y luego de tener un hijo de l, se torna imposible de concretar en la realidad, le hara salir de la etapa edpica. Aqu cabe puntualizar que as como en la nia, en la etapa de reconocimiento de los genitales, se da el descubrimiento de la diferencia anatmica con los varones lo que lleva a la construccin de una serie de envidia al embarazo de la mujer. Un nuevo ejemplo de ello puede encontrarse en el castigo que sufre el lobo del cuento "Caperucita Roja", el que luego de ser vaciado (son liberadas de su interior Caperucita y su abuela) es rellenado con piedras por ese "padre
social" que es el cazador, como pena por querer emular a la mujer en relacin a los embarazos (En todo esto se debe tener en cuenta que el nio asocia el embarazo y posterior parto con el aparato digestivo). En relacin a la etapa edpica, en el varn se da otro proceso. El objeto deseado, su madre, estar vedado por la figura paterna internalizada como el temido y potencial castrador. El temor a la prdida de su pene, entonces, llevara al nio a abandonar en lo previo, tortuosos caminos neurticos difciles de abandonar. Freud en 1937 indicaba que: "Todo lo esencial est conservado; incluso las cosas que parecen completamente olvidadas estn presentes de alguna manera y en alguna parte y han quedado meramente enterradas y hechas inaccesibles al sujeto. Realmente, como sabemos, puede dudarse de si cualquier estructura psquica puede ser vctima de una total destruccin. Solo depende de la tcnica psicoanaltica el que tengamos xito de llevar completamente a la luz lo que se halla oculto".(29) Y qu es lo que permanece oculto y celosamente custodiado en el Inconciente, como un tesoro custodiado, evitando la destruccin? El deseo del cumplimiento del vnculo tanto sexual como de posesin de ese padre internalizado, y la violencia contenida por el rechazo y la interdiccin del otro. El trnsito por la etapa edpica genera dos circunstancias importantes. Por un lado, la instalacin de lo superyoico como heredero del Edipo, as como tambin, en la medida que perdure en el Inconciente la trama no resuelta, el teido en mayor o menor medida, con mayor o menor control de nuestra parte, de nuestra personalidad. Coincidimos con Horstein cuando seala: "El complejo de Edipo no debe reducirse a una situacin real, sino que su eficacia proviene de la intervencin de una instancia interdictora que prohbe el incesto y cierra la puerte a la satisfaccin buscada. De tal manera se unen inseparablemente el deseo y la Ley".(30) Es decir, se instala la neurosis. El proceso teraputico, justamente, tiende a conectar al paciente con sus orgenes (buscando hacer concientes las causas que permanecen en el Inconciente para curar y no castigar) para que, una vez abiertas las puertas a la informacin relativa a los deseos libidinales hacia uno de los padres pueda el paciente asumir la realidad, para as poder superarla. El proceso teraputico permite que la conducta neurtica vaya perdiendo su prevalencia en la personalidad del paciente. El poder conectarse con lo angustiosamente olvidado permite llegar, a partir del sntoma, al origen del mismo. El trnsito de asumir nosotros los deseos de posesin y destruccin dirigidos a la pareja parental, nos permite entrar en contacto con la angustia por algo que se intuye pas, pero no se sabe muy bien qu es. El camino no es sencillo, porque ms all de una aceptacin
intelectual, lo que importa es el conectarse afectivamente con el deseo, aceptando el rol jugado por nosotros en los primeros aos de vida, en relacin a nuestros padres, o quienes hicieron de tales. La dicha del presente no puede durar, en la medida que est asentada en una circunstancia no resuelta.
La relacin de una madre con una hija esta siempre teida del hecho que la madre fue aquella a quin la hija dirigi sus primeros pedidos, dice Freud que este tiempo es pre-edipico y comporta un amor que pide exclusividad y no se contenta con fragmentos... es un amor propiamente sin lmite, incapaz de una satisfaccin plena y por esta razn est condenado esencialmente a terminar con una decepcin y dejar lugar a una actitud hostil.1 Freud hace referencia a ese desacuerdo inevitable entre madre e hija, y dice que entre ellas permanece no el amor sino el odio, un odio incurable, pre-edpico. Odio que reaparece en diferentes momentos de la vida de una mujer, recordemos que Freud haca responsable del fracaso de muchos primeros matrimonios a esta relacin madre-hija, sobre cuyo modelo, para l, se funda muchas veces este primer matrimonio. La hija se consagra a su madre o la rechaza. Existe una segunda causa de ese odio y es la castracin, la nia se da cuenta de que la madre est castrada y priv a su hija, con lo cual tambin la hizo castrada, mal hecha. Para Freud el pasaje de la madre al padre marca el comienzo de la femineidad. La fuerte dependencia de la nia a su padre no hace ms que recoger la sucesin de un lazo a la madre igualmente fuerte y esta fase antigua persiste durante un perodo de una duracin inesperada. El Edipo deja a la nia siempre un poco en dficit, ella nunca termina de separarse de la madre y el peligro del retorno de esa figura materna la acosa. La nia a lo largo de su vida no cesa de resistir, de defenderse de diferentes maneras sintomticas de ese peligro. Si para Freud el varoncito encuentra una salida al Edipo de forma adecuada en la identificacin viril con el padre, por el contrario la nia cuando se dirige al padre buscando a aquel que s posee el falo encuentra otra insatisfaccin. Ella no encuentra tampoco en su padre algo que le permita su identificacin sexual. No hay all tampoco respuesta para su identidad femenina. Al contrario, para Freud esta universalidad de la significacin flica, la reenviara a la ausencia de un rasgo, de un significante que la identifique femeninamente. As ella saldr del Edipo presa de un penis-neid, incurable. Las feministas y las teoras queer han rechazado esta formulacin de la salida del Edipo para la nia que hace Freud. Como ejemplo podemos citar a la antroploga Gayle Rubin que en su artculo La economa poltica del sexo: transaccin de las mujeres y sistema de sexo/genero denuncia la tentativa de poner un elemento masculino en la base de la organizacin edpica y en consecuencia en la base de la organizacin de todos los sujetos. De alguna manera, el complejo de Edipo es la expresin de la circulacin del falo en el intercambio intrafamiliar, la figura inversa de la circulacin de mujeres en el intercambio intrafamiliar. (...) El falo pasa por intermedio de las mujeres de un hombre a otro: del padre al hijo, del hermano de la madre al hijo de la hermana y as sucesivamente, en ese crculo las mujeres van por un lado y el falo por el otro. l est all donde nosotras no estamos, en ese sentido el falo es mucho ms que un rasgo que distingue a los sexos, es la encarnacin del estatus de los machos, al que los hombres acceden y al que le son inherentes ciertos derechos, entre otros el derecho a una mujer. l (el falo) es la manifestacin de la transmisin de la dominacin masculina.2 Los psicoanalistas y sobre todo los que nos decimos lacanianos deberamos prestar atencin a estas consideraciones de las que aqu sealamos solamente una cita, para as corrernos aunque sea levemente, un pequeo pasito (sabemos lo importante que puede ser en psicoanlisis, un pequeo
pasito), de ese saber adormecedor, saber referencial, repetitivo que nos hara interpretar las palabras de Rubin como una expresin ms del penis-neid. Se dice que cuando un periodista le pregunt a Lacan ya en el final de su vida, qu haba sido lo ms difcil de desenmaraar en su prctica psicoanaltica, l evoc inmediatamente la relacin madrehija. Lacan calific esta relacin con la palabra francesa ravage3, que aparece por primera vez en L etourdit, en la poca en que intentaba hacer sus propias consideraciones acerca de la sexualidad femenina y traducida habitualmente por estrago, quizs tambin podra ser traducida como devastacin. En esta poca Lacan est creando una lgica distinta de la tradicional para explicar que el goce femenino es la lgica del pastout, todo no est bajo la hegemona flica. No es casualidad, seguramente, que sea ese el momento en que Lacan utiliza por primera vez este trmino que califica algo especfico, en la relacin madre-hija. En una conferencia dada en Estados Unidos vuelve a hablar de esta relacin devastadora.4 La nia est en un estado de reproche, de desarmona con su madre. Tengo bastante experiencia analtica para saber cun devastadora puede ser esta relacin. Esta relacin devastadora, de estrago no debe ser entendida como el resultado de una desastrosa relacin entre madre e hija a causa de una mala madre. Ms bien se tratara de un hecho estructurante que da cuenta de la imposible armona de esa relacin. Madre e hija deben renunciar a ese ideal de armona producido por la ilusin de pertenecer al mismo sexo. Es la experiencia que viven madre e hija, ellas ponen en prctica esa experiencia devastadora debida a la imposibilidad de similitud, debido a una disparidad radical existente en el seno (!) de esa relacin. Vemos a veces en la prctica, mujeres que ofrendan un hijo o sus hijos a su propia madre con la esperanza de calmar esa violencia. Y madres que se quejan de la ingratitud de su hija, incluso de la malevolencia de su hija respecto de ella. Marie Madelaine Lessana5 dice que para que una nia se convierta en madre, es necesario que haya habido ravage con su madre, no se trata aqu de parir, eso no significa que se convierta en madre. Ellas tienen que atravesar ese ravage como una manera de renunciamiento, de arrancamiento sin sustitucin. La maternidad no se transmite, no se recibe de la madre la autorizacin para ser madre dice Lessana Hay que hacerlo! El ravage no es un sntoma a curar, sino una condicin de la relacin madre hija. Podramos conjeturar que para que una madre y una hija sean madre e hija debe haber habido entre ellas una relacin devastadora. Pasar por all sera de alguna manera aceptar que una madre y una hija no sern nunca amigas a pesar de sus esfuerzos. Aceptar esa disparidad fundamental.
1. 2. 3. 4. 5.
Sigmund Freud, Sobre la sexualidad femenina en Obras Completas. G. Rubin, Lconomie politique du sexe. Universidad Pars 7. Traduccin nuestra. J. Lacan Ltourdit en Scilicet 4. J. Lacan Yale 29 noviembre 1975. Marie Madelaine Lessana, Une folie de la publication en Un folie d apres Lacan Littoral Nro.37.
Una de dos o tu pareja tiene complejo de Edipo o tiene el sindrome de peter pan: No quiere crecer, odia las responsabilidades y, su deseo ms profundo es "jugar" todo el dia. Es un nio eterno, como el personaje del famoso cuento infantil. Si no queres caer en las redes de este hombre, lee atentamente esta nota.
El sindrome de PETER PAN En el pais de "Nunca jamas" no existen las horas, ni los dias, ni las cuentas a pagar, la lista de los "debo" es reemplazada por la de los "quiero" y la unica obligacion es dejar de lado las obligaciones. En el cuento de Peter Pan, este idilico lugar es elejido por los nios que no quieren crecer y que prefieren jugar todo el dia, aun a costa de renunciar a su familia para vivir en este mundo. "y entonces se dio cuenta de que aun habiendo crecido su alma seguia siendo la de un nio", reza un parrafo de este cuento, y esto es exactamente lo que les ocurre a las personas que padecen lo que en psicologia se denomina el "sindrome de Peter Pan". Este termino fue empleado por primera vez por el psiquiatra Eric Berne en 1966 para ilustrar el nio o nia que todos llevamos dentro y cuya principal preocupacion son sus propias demandas y necesidades. "Casi siempre le ocurre a los varones, justamente este sindrome habla de un varon que generalmente tiene una mam que cumple con todos sus requerimientos, que lo satisface como si fuera un nio y que no lo deja crecer", explica la Lic. Franci Haimovici, y agrega, "son ese tipo de mams que le llevan a sus hijos el desayuno a la cama, que los tapan, que les lavan y planchan la ropa o que les dan plata todos los meses. Cuando esto sucede a los quince aos es entendible, pero en la mayoria de los casos se prolonga hasta los treinta o ms y va a resultar muy dificil para este hombre encontrar una pareja que cumpla el rol de la madre". La radiografia de un hombre-nio No todos son iguales, pero en muchos casos los hombres que padecen este sindrome tienen estas caracteristicas: Sus actitudes se asemejan a las de un adolescente. Se quejan continuamente de su supuesta mala suerte. Se colocan siempre en el papel de victimas: la culpa de todos los males de su vida siempre la tienen los demas. Sus caprichos sacan de quicio a cualquiera. Son sumamente egoistas, nunca quieren renunciar a lo que tienen. Tienen baja autoestima. Sus deseos se concentran en que los demas cumplan con sus necesidades, de lo contrario se enojan. Prefieren recibir, pedir y criticar antes que dar o hacer. Por lo general en las relaciones amorosas no se quieren comprometer para no perder su libertad. El mundo es una injusticia para ellos, seguramente se sentiran poco reconocidos en el trabajo, pero no haran nada para cambiarlo.
Le tienen miedo a la soledad. En realidad reconocen que su inmadurez puede ser un freno a la hora de entablar relaciones duraderas y es asi que temen profundamente no poder formar una familia. La contracara: buscando a Wendy Aunque existen mujeres que se comportan como Peter Pan, la mayoria adopta el rol opuesto. Entonces quien es la pareja ideal de este adulto con mentalidad de chico? "Este hombre buscara para formar pareja otra mam, que en el cuento es Wendy, otra 'nia mujer' que hara de mam, que jugara con l y le cumplira todos sus deseos, para que asi Peter pueda vivir en esta eterna infancia", afirma Haimovici. Wendy terminara asumiendo todas las responsabilidades que Peter no puede. Por supuesto la madre de este hombre aprobara esta relacion y, aunque probablemente sienta celos, se mostrara contenta de que una mujer asuma el rol del cual seguramente esta cansada. La mujer que asume el rol de Wendy y que cuidara de este nio grande, generalmente esta infuenciada por un modelo de padres en el que se sintio excluida o poco protegida. Para suplir esta falta tratara de actuar como quisiera que hubieran actuado sus padres con ella. Esta mujer sobreprotectora sufrira tambien por su propia actitud y no se sentira nada bien por que? Se encuentra siempre disponible para satisfacer cualquier pedido, postergando sus propias necesidades. Se siente sola e insegura. Se encuentra en una posicion incomoda y aunque no puede dejar de atender exesivamente a su pareja siente malestar porque cree que la persona a la que cuida abusa de sus buenas intenciones. Es una mujer que evita los conflictos, por lo tanto no hace nada para cambiar la situacion. Socorro, ese es mi novio! Sea novio, marido, pareja o hijo, tener un Peter Pan cerca no resulta facil, que se puede hacer en este caso? Seguramente l no asumira ninguna de sus culpas, como el hombre Peter Pan generalmente es encantador y divertido ( a su lado cualquier actividad cotidiana parece una fiesta), cuando lo enfrenten dira: "que tiene de malo mi forma de ser?". Lo importante es que no pierdas la calma y recuerdes que para que l supere este sintoma sera necesario primero que enfrente la realidad y asuma las consecuencias de sus conductas.
La mujer debera resistir y nunca asumir las responsabilidades del hombre, por mas que l se lo pida de rodillas!. Asi que si l se queda dormido antes de ir a trabajar, no lo despiertes; si se queja de su trabajo, ayudalo a pensar que puede hacer para cambiarlo y nunca dejes de marcarle sus actitudes infantiles. Como ultimo consejo...paciencia!, seguramente esta nio pronto sera un hombre. Algunas frases que nos pueden sacar de quicio: Palabras ms, palabras menos, un Peter Pan que se precie, seguramente habra pronunciado alguna de estas frases: "Hoy ibamos a comer a lo de tus viejos?, no podes ir vos?, yo me oy a jugar al futbol con los chicos" "traeme el desayuno, estoy muy cansado" "No me gustan los dramas, mejor no vayamos al cine y alquilemos La guerra de las galaxias" "Pedile la receta de los canelones a mam, le salen mucho mejor" "Me voy a dormir, despertame en una hora que empiesan Los Simpson" "Para que queres que nos casemos?,asi estamos bien! Lee mas sobre sindrome de peter pan aqui: http://tuvida.aol.com/parejas/vidaenpare Sobre el complejo de Edipo que es mas grave lee aqui: http://www.teleantioquia.com.co/Programa
Dialctica de la frustracin
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La dialctica de la frustracin es un concepto utilizado en psicoanlisis en el marco del Complejo de Edipo, que define la relacin entre madre e hijo ante la falta del objeto de deseo.
En el primer tiempo del complejo edpico freudiano se dice que el nio se encuentre en el orden de lo real. Se llama orden de lo real a la posicin ante todo aquello que an el lenguaje no ha definido. Aquello real es todo aquello que es, sin ser descrito. Una vez descrito a travs de la palabra aquello real se convierte en realidad, subjetiva y con significado para sujeto. En el orden de lo real se da el tringulo imaginario, segn Lacan, en el que se encuentra la triada nio, madre y falo u objeto de deseo.1 Este tringulo se retroalimenta en una relacin de necesidad y satisfaccin donde la madre cubre de manera inmediata las necesidades del nio convirtiendo estas en satisfacciones. Esta atencin de la madre sobre las necesidades del hijo con que se identifica, dispone al nio como objeto simblico de la madre. Se podra decir que el nio satisface las necesidades de la madre ya que es en ella donde se abren las necesidades de hambre, sed, calor, etc. del nio. As el objeto satisfara una falta de la madre: el falo. An y que el nio est inmerso en el mundo del lenguaje, hace su primera aproximacin a este campo a travs de lo que Lacan llama la dialctica de la frustracin. Qu quiere el hijo que no puede conseguir de manera tan inmediata para cubrir una necesidad? El pecho materno. As pues, esta dialctica se teje entre madre e hijo cuando el nio, a travs del registro de llamada, no cubre una necesidad que tampoco puede cubrir autnomamente y de la cual depende totalmente de la madre. Cuando busca el pecho materno no siempre est, de manera que esa falta del objeto real convierte la madre en agente de frustracin y, consecuentemente, su relacin en una dialctica de frustracin. Que el nio tenga la necesidad del pecho materno ahora depende de la decisin de la madre que esta sea cubierta y ante su ausencia, aparece la frustracin.
Linconscient-drle de mot!1[1] Jacques Lacan Entender y trabajar el concepto de Deseo implica siempre una importancia tica en la construccin de un espacio clnico, o ms all de este. Debido a esto, creo que es fundamental ahondar sobre este tema e instaurar una crtica sobre las concepciones psicoanalticas que presentan esta nocin en su forma negativa, creando, de esta forma, un espacio micropoltico de anlisis, pues como nos trae Baremblitt: la imagen del Deseo en la cual uno cree, o que asume como propia contiene, implcita o explcitamente, valores que tienden a conducir la existencia, en un determinado sentido o en otro. Pensando en la importancia de este tema vemos como el desarrollo que toma el complejo de Edipo en el decorrer socio-histrico, luego de su aparicin en los escritos de Freud ha tomado una importancia relevante ante las distintas concepciones sobre el Deseo cumpliendo una gran funcin en para la constitucin de este (el Deseo). Pero, que es esto que Freud denomin Complejo de Edipo? Segn J. Laplanche y J.-BPontalis, Freud va a descubrir el complejo de Edipo en su autoanlisis, pero este no va a ser teorizado en forma completa hasta 19232[2]. Proceso por el cual el Deseo va
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tomando as, su forma. Partiendo de la explicacin de Bleichmar, podemos encontrar en Freud, 3 momentos en la conceptualizacin del complejo de Edipo, segn la poca en que fue desarrollado. En una primera etapa, podemos ver a un Freud, que descubre que existen una serie de sentimientos, actitudes, de emociones y de ideas - los llamar complejo - que marcan y orientan la relacin del nio con sus padres. En nio, en funcin de sus impulsos, se va a orientar de determinada manera frente a sus padres. En esta primera teorizacin, lo biolgico es un campo fundamental para que este Edipo acte, aunque no es, en si, una sexualidad ya constituida solo por las condiciones fisiolgicas. En esta primera conceptualizacin, la biologa va a funcionar como un determinante para la orientacin de la sexualidad y del Deseo junto con la accin de los padres. Segn Bleichmar: El
complejo de Edipo en esta etapa, esta centrado en el nio, este se supone como un ente constituido en su sexualidad, cuya evolucin, de naturaleza biolgica y predeterminada, lo hace dirigirse hacia sus padres. Esta conceptualizacin no describe como su sexualidad se constituye ni como sus deseos se construyen, ni el papel que los padres tienen en la construccin de esta sexualidad.3[3] Este primer Edipo que analiza Freud, Bleichmar no lo ve como estructura, pero retoma la idea de estructurante en el sentido de que trae como consecuencia la constitucin del inconsciente a travs de la represin por la cultura de los deseos incestuosos y hostiles que entran en juego en el seno de una situacin edpica. Esto le permite a Freud establecer la concepcin de represin y censura como mecanismos que depositan fuera de la conciencia aquello que le repugna, estructurando el sujeto en el sentido de la primera tpica. En un segundo momento, este Edipo va a tomar reformulaciones que van a ser fundamentales para la constitucin de Deseo del sujeto. Es la poca de Psicologa de las masa y anlisis de Yo y El Yo y el Ello donde la identidad sexual de este ser deseante no esta dada de formal natural, por meros determinantes biolgicos, sino que esto va a sufrir un cambio: Como consecuencia de lo que sucede en el complejo de Edipo, el sujeto sale con determinadas identificaciones, ya con su identidad sexual.4[4] La sexualidad que antes pareca ser algo determinado por la constitucin de un cuerpo fisiolgico va a ser algo que debe ser asumido y que puede desarrollarse en sentidos distintos a los que la naturaleza parecera determinar. Aqu Freud introduce la nocin de supery, que como l mismo afirma, va a ser el heredero de complejo de Edipo y a
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travs de l, se van a cambiar las catexis de objeto por las identificaciones que determinaran el Deseo del sujeto ms all de su constitucin biolgica. El supery juega otro papel fundamental que es el de determinar el carcter del sujeto internalizando en l las prohibiciones. Freud, en su conceptualizacin del complejo de Edipo dada en el Yo y el Ello5[5] nos va a decir que en el varn, se produce una investidura de objeto volcada hacia la madre, esta comienza con la investidura sobre el pecho materno; y en seguida, del padre, l se apoderar por identificacin. Luego, cuando se ve enfrentado a su padre por compartir el mismo objeto de deseo, ente nio entra en una relacin de ambivalencia con respecto a l. La identificacin con el padre va tomando otro sentido, siendo visto como rival, el nio va a adquirir una tonalidad hostil con respecto a ste, ya
que su deseo es de eliminarlo para poder tomar su lugar junto a la madre. Estas caractersticas de ambivalencia hacia el padre y ternura hacia la madre van a caracterizar lo que Freud llamar complejo de Edipo positivo. Al final de complejo de Edipo, el nio debe resignar su objeto de deseo y para esto toma dos salidas: identificacin con la madre o refuerzo de la identificacin con el padre, esta ltima sera descrita por Freud como ms comn y afirmara el carcter masculino del nio. Sobre este complejo de Edipo positivo, va a surgir tambin un Edipo negativo donde el nio va a manifestar una actitud tierna hacia el padre y una identificacin con la madre que pasara a ser su rival. Estos dos complejos, que se van a jugar juntos en la sexualidad infantil y que le van a dar su carcter de bisexualidad van a ser denominados como
Edipo completo. Al final de este complejo de Edipo, como ya habamos dicho antes, la identificacin va a jugar un papel fundamental en la formacin del supery que no solo va a direccionar el deseo del nio hacia su masculinidad (en los casos que Freud describe como ms normales) sino que va instaurar tambin la ley de prohibicin. Hablando del supery Freud va a decir que Su vnculo con el yo no se agota en la advertencia: As (como el padre) debes ser, sino que comprende tambin la prohibicin: As (como el padre) no te es lcito ser, esto es, no puedes hacer todo lo que l hace, muchas cosas le estn reservadas.6[6] Siguiendo nuestro estudio de la obra de Bleichmar, podemos ver en los textos de Freud un tercer perodo, que se va a caracterizar por la diferenciacin del complejo de Edipo segn el sexo y tambin por la
importancia que toma la castracin, convirtindola en el centro de este complejo. A estas teorizaciones algunas nuevas interpretaciones van a ser hechas por Lacan, que va a comprender esta teora, introduciendo como tema a la madre, partiendo ya no solo del nio sino, visualizando una situacin en la cual el nio esta incluido. En Lacan podemos ver que el desarrollo del complejo de Edipo va ser dividido en 3 movimientos. Como primera etapa, el nio se encuentra en una relacin de indistincin con respecto a la madre. Esto supone una relacin fusionada en la cual el nio trata de identificarse con el deseo de la madre, quien sostiene esta situacin debido a su propia falta y toma al nio como el objeto que la completa (falo). Lacan introduce la importancia del complejo de Edipo en la madre, como este juega para poder convertir a la mujer en
madre, en deseo de serlo en completud con este nio que simboliza aquello que en ella parece no estar y que desea buscar como objeto perdido. En este primero tiempo del complejo de Edipo el deseo de sujeto queda sujetado al deseo de la madre. Lo que el nio busca es hacerse deseo del deseo, poder satisfacer el deseo de la madre, quiero decir to be or no to be el objeto del deseo de la madre () para agradar a la madre () es necesario y basta con ser el falo.7[7] Esta relacin fusionada entre el nio y su madre, solo va a ser posible en la ausencia de algo que funcione como intermediario, como tercero en una relacin dual. Una pregunta que se debe hacer con respecto a esta madre es: Qu es el nio para esta madre? La madre conserva en si, la envidia al pene como dice Freud. Esta envidia al pene es fundamental para la introduccin del sujeto en el Edipo. Es as como la relacin Madre-
Nio esta siempre articulada por el Falo, que pone al nio en el lugar de este objeto perdido. El nio se pone en el lugar de este falo y engaa a la madre hacindola creer que puede colmarla, pero el falo es siempre ausencia. Pero Qu ser entonces la Madre para este nio? La madre esta para colmar todas sus necesidades, es ella que le da sentido a los enunciados del nio. El llanto por hambre recibe como respuesta el seno real que lo alimenta, pero que tambin lo frustra, ya que ella, este seno, se ausenta de su presencia, por lo que el nio pasa a imaginarlo. Este juego dialctico de presencia y ausencia es lo que ir construyendo en el nio la realidad. As va formando sus primeras impresiones del cuerpo propio y el cuerpo ajeno, a travs de las primeras desilusiones. Entendiendo la diferencia entre el seno Real y el seno que es Imaginario. En esta relacin reciproca Madre-Hijo, se engaan hacindose creer que uno es todo para ese otro. Junto al nio, para la madre siempre esta el falo, al exigencia del falo que el nio simboliza o realiza ms o menos () El triangulo es en si mismo preedipico, introducida por la dimensin del Edipo.8[8]
Esta constante referencia al falo de Freud segn Lacan, no puede confundirse, como Jones lo habia hecho como una castracin peniana,9[9] pero sino, como una referencia al padre que mediatiza la relacin de la madre con el nio. Es as que Jones confunde conceptos usando a la Privacin y Castracin en un mismo sentido. Pero Lacan nos alerta de que estos no pueden ser lo mismo. La naturaleza de la falta en esos dos sentidos no es la misma. Mientras la Castracin es una falta simblica en el imaginario del sujeto, la Privacin es la falta real de un objeto que simbolizaba esa falta. Esto nos conduce directamente al segundo movimiento del Edipo lacaniano, donde la intermediacin paterna va a jugar un papel fundamental como figura que introduce la Privacin sobre esta relacin dual (con un tercer elemento que es el falo), privando a la madre de su hijo. La experiencia nos prueba que el padre, considerado como aquel que priva a la madre de ese objeto, esencialmente del objeto flico de su deseo, cumple un papel absolutamente esencial.10[10] As, esta privacin estara marcada por un
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acto real de algo que funciona como representante flico (simblico). Esta experiencia de intercepcin del padre sobre esta relacin Madre-Hijo va a ser vivida por el nio como Frustracin ya que lo que intercepta aqu es la satisfaccin de un impulso sobre un objeto real, la madre, que era el referente imaginario de lo que satisface sus pulsiones. El nio debe luego de esto, renunciar a su posicin de Ser falo para esa madre. As, lo que se pone en juego en esta realidad imaginaria es el pasaje del objeto flico de eso que l era para su madre hacia eso que posee el padre conduciendo al nio a encontrar la Ley del padre. Esto pone en juego en el nio una relacin dialctica que lo va a hacer pasar del Ser este objeto de deseo para este otro, a querer Tener este objeto de deseo. Este padre Real que aparece como representante de la ley va a ser investido por el nio
con una significacin nueva, la de poseedor del objeto de deseo para la madre convirtindose as en padre Simblico. Esta Ley fundamental es sencillamente una ley de simbolizacin. Esto quiere decir Edipo.11[11] Entonces el nio es forzado por la funcin paterna a aceptar que no es ms el objeto de deseo para esta madre y sobre todo, no es capas de ser poseedor de este objeto, que la madre parece buscar all, donde este supuestamente va a ser encontrado. De esta manera se introduce al nio en la Castracin, donde este objeto imaginario va a perder su referente Simblico, desplazndolo por esto que el padre parece tener pero que l no puede alcanzar. El paso a ser dado para que este nio pueda llegar a ser poseedor del falo nos lleva al tercer momento, en el cual el nio, ya resignado de ser objeto de deseo pasa a querer tenerlo, lo que nos conduce directo al juego de las identificaciones. Segn el sexo, el sujeto se va a inscribir en la lgica identificatoria donde el nio, al renunciar a ser este falo materno se identifica con el padre, poseedor del falo. En la nia, esta relacin es distinta, como nos trae Lacan: Para la mujer la realizacin de su sexo no se hace en el complejo de Edipo en forma simtrica a la del hombre, por identificacin a la madre, sino al contrario, por identificacin al objeto paterno, lo cual le asigna un rodeo adicional.12[12] Ella entra en al dialctica del tener sobre la forma del no-tener, pero sabiendo que eso se encuentra ah, al lado del padre. Antes de seguir debemos cuestionarnos, que es esto del Deseo para el psicoanlisis y cual es la funcin que cumple el complejo de Edipo para la construccin de un determinado deseo. As, podemos ver, en un caso del propio Freud y retomado por Lacan como el deseo se va formando en el sujeto, o, va formando el sujeto en si mismo. En una oportunidad, Freud observ un nio de 18 meses, el cual jugueteaba con un carretel atado a un pioln, arrojndolo debajo de su cama hacindole desaparecer, repitiendo un o-o-o-o al cual se le atribuye el significante Fort (se fue), y luego recuperndolo, tirando del pioln seguido de un Da (ac esta), accin a la cual le atribua ser causa de mayor placer. Este juego demostraba, segn Freud, los importantes resultados del orden cultural obtenidos por el nio sobre su deseo, que, como renuncia pulsional lo ayudaba a admitir la ausencia de la madre sin presentar oposiciones. Freud va a analizar aqu como el nio cambia de actitud frente a la prdida, pasando de ser pasivo a activo. El acto de arrojar un objeto para que se vaya acaso era la satisfaccin de un impulso, sofocado por el nio en su conducta, a vengarse de la madre por su partida; as vendra a tener este arrogante significado: Y bien, vete pues no te necesito, yo mismo te hecho.13[13] Freud observa como, en el juego, si el nio tiende a repetir algo desagradable es debido a una obtencin de placer de otra ndole. Es a partir del juego que el nio toma control de la situacin, abandonando l a su madre en forma simblica, construyendo as el proceso de control por su parte. Antes era la madre que se ausentaba, ahora es l quien la ausenta arrojando el carretel. En la vivencia era pasivo, era afectado por ella, ahora se pona en papel activo repitindola como juego, a pesar de que fue displacentera.14[14]
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Estas representaciones simbolizadas en los juegos de nios tienden a repetirse, sin desvincularse de las experiencias ms dolorosas, produciendo en el nio, como dice Freud, un elevado goce. Y as, bajo el principio del placer, el nio crea un medio para poder representar los recuerdos, aunque estos sean de por s displacenteros. Frente a esta misma situacin, otras interpretaciones son realizadas por Lacan, quien ve este duelo como la oportunidad de acceso al lenguaje simblico (es necesario que la cosa se pierda para ser representada15[15]). Segn el psicoanalista francs este juego articula de forma simblica las primeras frustraciones producto del par presenciaausencia, que realiza el primer agente de la frustracin que es la madre Real (como ausencia), que suscita a la introduccin en el nio de la primer palabra, denominada por Lacan como S(M)16[16] como primer smbolo de la frustracin. Este tipo de juegos le permiten al nio hacer el pasaje de la frustracin en la ausencia del objeto real, que deja marcas en el sujeto, conectando esta realidad con la relacin simblica. Es a partir de aqu donde el nio es capaz de pasar del ser objeto de deseo, al poseerlo. Para dar un sustituto a esa vivencia en el ser, el nio deber acceder a la dimensin del tener. A partir de aqu es necesario que el nio pase de ser objeto de
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deseo para constituirse como sujeto de deseo para ese Otro. Si no podemos tener la cosa (objeto perdido), la matamos simbolizndola por la palabra17[17]. Este proceso consiste en transformar un Significante18[18] antiguo en uno nuevo haciendo pasar al antiguo por la barrera de la significacin. Este nuevo Significante, que viene a sustituir al significante del deseo de la madre es designado con el titulo de Nombre del Padre. As, el smbolo se manifiesta en primer lugar como asesinato de la cosa, y esta muerte constituye en el sujeto, la eternizacin de su deseo.19[19] Nombre S2 . S = S2 I S x Falo20[20] s1 Nombre Del Padre . Deseo de la Madre Deseo de la Madre significado al sujeto = del Padre A
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A travs de estas dos interpretaciones dadas por dos de los mayores exponentes del psicoanlisis podemos ilustrar como las dos concepciones de este deseo tienen una tendencia volcada hacia la muerte, hacia la inmutabilidad. Ya sea la de Freud, quien ve esta actividad no como sometida al principio del placer, que tiende a sustituir un estado penoso a un estado agradable ya que repetira un estado desagradable, sino como una tendencia de la vida a volver a su estado inorgnico, tambin llamado como pulsin de muerte. Sobre esto Freud escribe: Las pulsiones orgnicas conservadoras han recogido cada una de estas variaciones impuestas a su curso vital, preservndolas en la repeticin; por ellos esas fuerzas no pueden sino despertar la engaosa impresin de que aspiran al cambio y al progreso, cuando en verdad se empeaba meramente por alcanzar una vieja meta a travs de viejos y nuevos caminos. Hasta se podra indicar cual es esta meta final de todo bregar orgnico. Contradira la naturaleza conservadora de las pulsiones el que la meta de la vida fuera un estado nunca alcanzado antes. Ha de ser ms bien un estado antiguo, inicial, que lo vivo abandon una vez y al que aspira a regresar por todos los rodeos de la evolucin. Si nos es lcito admitir como experiencia sin excepciones que todo o vivo muere, regresa a lo inorgnico, por razones internas, no podemos decir otra cosa que esto: La meta de toda vida es la muerte; y, retrospectivamente: Lo inanimado estuvo ah antes que lo vivo.21[21] La interpretacin de Lacan no se aleja tampoco de estar marcada por la muerte, ya que como el mismo expresa, la palabra es la muerte de la cosa. Haciendo que todas las singularidades tomen el orden primordial dado por el Significante, aplastando as, toda
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posibilidad volcada hacia nuevos universos caticos. La interpretacin estructural del sujeto elimina los caracteres creativos de ste. El orden simblico pesa como una capa determinista... La eternizacin del deseo, mentada por Lacan, es una petrificacin22[22] del Deseo. Sobre estas dos interpretaciones, podemos empezar a ver que es lo que constituye el deseo para el psicoanalisis, llevndonos a pensar que, como ya se sabe, el Sujeto del deseo, el que desea, es una parte separada de lo que se conoce como yo conciente y voluntario, por una barrera llamada represin. Pero, en si, lo que este sujeto inconsciente desea es un Objeto, que no existe en la realidad. El deseo para el psicoanlisis tiene como fin formar una representacin, una metfora de este Objeto, construyendo un mundo de fantasa que le permita llegar al estado de placer, que no es ms que la ausencia de una carga displacentera, eliminando as el Deseo inconsciente, que es tomado como algo incomodo molesto. Segn Freud ...la acumulacin de excitacin es percibida como displacer, y pone en actividad al aparato a fin de producir de nuevo el resultado de la satisfaccin, en esta, el aminoramiento de la excitacin es sentido como placer. Una corriente de esa ndole producida dentro del aparato, que arranca del displacer y apunta al placer, la llamamos deseo.23[23] Podemos ver as, como el deseo, para el psicoanlisis, esta marcado por un sentimiento de culpa que pretende eliminar el deseo en si mismo, parar de desear. El sujeto debe aceptar que no posee objeto real y su completa realizacin es imposible, generando as
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un ser totalmente en falta. Vemos aqu, como el deseo se produce por una falta, el ser que carece es el ser del Deseo, que nada ms desea una representacin, su deseo no tiene objeto en lo real y debe ser simbolizado. La castracin sera en este caso, la introduccin del sujeto al mundo del Deseo, que es nada ms una metfora de ste, y, sometido a la ley del Padre, no puede hacer ms que carecer y girar en torno de representaciones. Un ejemplo de esto est dado por Freud en su caso El hombre de los lobos, de donde despliega una gran cantidad de metforas siempre arrastradas hacia el lugar trascendente del Significante, que dictamina lo que debe ser escuchado, interpretado, lo reprimido primordial,24[24] proceso por el cual el psicoanlisis aplica un verdadero coup dEtat al inconsciente. Pero si Freud no entenda nada de lobos25[25], mucho menos de nios. Todo lo heterogneo, las distintas multiplicidades reflejadas en este Fort Da se homogeneizan por la predominancia de este Significante desptico que se instaura con el advenimiento del Nombre del Padre como estructurante del deseo del sujeto. Aqu vemos como el complejo de Edipo juega un papel fundamental para el registro del deseo a travs de una triple falta, ya sea castrado por la falta simblica de un objeto imaginario, o frustrado por la falta imaginaria de un objeto real, o privado por la falta real de un objeto simblico. Siempre es la falta, con su triple movimiento, la encargada de inscribir la ley en el deseo, arrastrando consigo toda una cadena de representaciones. El poder se separa de la multiplicidad y se configura a travs del Significante (N. del P.). Surge aqu un cdigo, que permite inscribir en el lenguaje su funcin meramente simblica. As, estamos completamente de acuerdo con Deleuze y Guattari cuando escriben que es preciso hablar de castracin en el mismo sentido que edipizacin, pues aquella es su coronacin: designa la operacin por la que el psicoanlisis castra el inconsciente, inyecta la castracin en el inconsciente. La castracin como operacin prctica sobre el inconsciente es obtenida cuando los mil cortes-flujos de maquinas deseantes,26[26]
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todos positivas, todas productivas, son proyectados a un mismo lugar mtico, al rasgo unitario del significante.27[27] En este sentido Edipo esta siempre al final de la produccin cumpliendo una doble funcin, por un lado castra al deseo, luego lo registra, imponindole un representante manejado bajo el orden de lo reprimido primordial encargndose de llevar su repeticin hasta el infinito. La asociacin libre, en ves de abrirse hacia la sumersin caosmica de este inconsciente productivo, se petrifica en una representacin teatral, condicionada por el Significante desptico. Edipo se apoder de todas fuentes de deseo, como si el Deseo hubiera surgido de l. No pretendo con este trabajo, cuestionar la existencia de Edipo, pues el principal problema es que ste funciona. Funciona como centro en el cual se apoya toda institucin familiar como aparato represivo, ya que como nos recuerda Engels: Famulus quiere decir esclavo domstico, y familia es el conjunto de los esclavos pertenecientes a un mismo hombre.28[28] Pero debemos entender que entre sus tres ngulos estallan constantemente los flujos del Deseo hacia nuevos lugares, y sobre esto, el psicoanlisis nada puede hacer, ms que tratar de filtrar toda produccin deseante y llevarla hacia un mismo lugar mtico, donde prevalece la Ley. Entendemos entonces, que Edipo, siempre se trat de una cuestin poltica. Siguiendo a Reich: El padre es, por as decirlo, el portavoz y representante de la autoridad estatal en la familia. Es una especie de sargento: subordinado en el proceso de produccin, jefe en su funcin familiar; mira desde abajo a los superiores, se impregna de ideologa dominante (de aqu su tendencia a la imitacin) y es todo poderoso con sus inferiores; no se limita a transmitir las ideas de la jerarqua y de la sociedad, las impone.29[29] Edipo funciona como frmula institucional del aparato de Estado, es el encargado de encerrar el deseo dentro de las dimensiones institucionales impidiendo el surgimiento de los caracteres creativos que giran entorno de la produccin inconsciente. Pensamos que existe, anterior a la Verdrngung30[30] y a la propia Urverdrngung31[31] una represin general, social, por parte de un aparato de Estado que nos conduce a desear la represin en si mismo como bien supieron plantear Spinoza y Reich.32[32] Pero creemos siempre en la existencia de algo ms, creemos en un nuevo Deseo, que ya no desea por falta, ni por represin; sino, por el propio impulso afirmativo de la vida que tiende a reproducirse en una lgica de Eterno Retorno.33[33] El polo revolucionario del fantasma de grupo aparece, al contrario, en el poder vivir las propias instituciones como mortales, en el poder destruirlas o cambiarlas segn las articulaciones del deseo y el campo social, al convertir la pulsin de muerte en una verdadera creatividad institucional.34[34] El problema que
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planteamos aqu no es el de Ser tal o cual tipo de humano, para lo cual como dice Lacan el complejo de Edipo es esencial35[35], sino que, nos planteamos la posibilidad de Devenir inhumano, descubriendo las distintas poblaciones, las zonas de intensidad que atraviesan los cuerpos. Es interesante ver como las memorias de Schreber estn repletas de pueblos, razas, sexo, Dioses: teora de un pueblo elegido por Dios, alemanes amenazados, por judos, por catlicos, eslavos; una serie de devenires, metamorfosis, presidente, muchacha, alumno, mogol. Schreber es hombre y mujer, padre e hijo, sujeto indefinido de forma trans-posicional. Pero ms interesante resulta encontrarnos con las palabras de Freud, en donde ningn punto parece resistir al gran referente. Todo queda aplastado bajo los tres ngulos de un Edipo que parece volcar todo sobre el padre, Dios. Las razas, las culturas, las mutaciones, todos parecen ser aqu meros sustitutos de un padre ausente. Nietzsche declara, Soy todos los nombres de la historia aunque parece que para el psicoanlisis l nico nombre que produce historia es el nombre paterno desplazado. Hablando del hombre de los lobos Lacan nos dice que: El significante entonces, ser dado primitivamente, pero hasta tanto el sujeto no lo hace entrar en su historia no es nada. El deseo sexual es, en efecto, lo que sirve al hombre para historizarse, en tanto que es a este nivel donde por primera vez se introduce la ley36[36]. Pero en el caso de Schreber (y podra ser tambin el caso de Nietzsche), la ausencia de Edipo es interpretada por el lado de la falta del padre, falta de la ley. Un agujero en la estructura que nos deriva al otro lado de Edipo (preedipico), el de las identificaciones imaginarias en lo indiferenciado materno Ya no hay forma de escapar! De un lado a otro se nos pasa, lo que es repudiado en lo simblico, reaparecer en lo real bajo la forma alucinatoria. Por lo tanto, todo el contenido social, histrico, poltico, racial del delirio es interpretado como un conjunto de identificaciones imaginarias ya no dependiendo de la falta edpica, sino de lo que falta para dejarse edipizar. Entonces vemos como el analista funciona como un aliado de la familia. Si la funcin de la familia es distribuir la carencia e instaurar la represin, el analista es el encargado de doblar este rito. En palabras de Freud: La rectificacin, con posterioridad (nachtrglich), del proceso represivo originario, la cual pone trmino al hiperpoder del factor cuantitativo, sera entonces la operacin genuina de la terapia analtica.37[37] Aqu radica uno de los principales problemas del psicoanlisis, en lugar de catexizar el campo social, buscando las distintas conexiones de los flujos, sus cortes, sus intensidades, sus atravesamientos, sus composiciones (maqunicas), este sigue en busca del mito, tratando de hacer aceptar al inconsciente las leyes de la carencia y promoviendo un sujeto construido en base a una deuda infinita. Anlogo al proceso del capitalismo, el psicoanlisis acta promoviendo esta deuda, como base del proceso de produccin, instaurando la falta como eje de la produccin. Deuda infinita por la cual el proceso de produccin queda circunscrito a la lgica que niega el Deseo en si mismo. Pero toda falta no es ms que producida, y as el psicoanlisis ha pasado de los objetos parciales fragmentados a un sujeto separado del su objeto de completud. El proceso inmanente de produccin toma como resultado el producto trascendente separado subsumiendo a la produccin en el producto al cual nunca se llega a alcanzar, pero es de l de donde nace todo Deseo. As, se forma, sobre el campo de Deseo (y llamamos aqu campo del Deseo, a todo el campo social) una especie de superficie que opera capturando las fuerzas del deseo entorno a representaciones que tienden a eliminar as, todas las fuerzas de la diferencia, por medio de amalgamas, de metforas, de analogas mal controladas, se dibuja el perfil de
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un pensamiento reaccionario que tiende con apasionamiento a la inmovilidad de las cosas para garantizar el orden precario del hombre.38[38]
El complejo de Edipo va acompaado de tres fases: agresin, culpabilidad y finalmente, la resolucin del conflicto. De sta ltima depende la superacin exitosa o no de este apego emocional. Una vez que el nio se da cuenta de que es intil luchar contra pap para casarse con mam, la situacin es aceptda y es entonces cuando decide buscar una mam para l solito, la cual se convertir en su pareja. Cuando este complejo no se supera, pueden aparecer algunas manifestaciones en la edad adulta tales como una excesiva competitividad entre compaeros, la tendencia a terminar convirtindose en hijos de sus parejas y una seria dificultad para conciliar amor y sexo dentro de una misma relacin.
Sinopsis La reduccin de las relaciones primarias al Complejo de Edipo, de Freud; a la dada nio-seno, de Melanie Klein; y a la dada nio-madre de la tradicin psicolgica ha impedido, desde siempre, percibir la pujanza de las relaciones primarias para formar y transformar la identidad durante toda la vida. La conceptualizacin del cuaternio primario requiere sanar esos reductivismos y preparar conceptualmente a la Psicologa para concebir el desarrollo de la personalidad y la formacin de la identidad del Ego y del Otro a partir de un cuaternio formado por los significados de la figura de la madre, del padre, del vnculo entre ellos y de las reacciones del nio. Este cuaternio representa las relaciones primarias con toda su complejidad y amplitud estructurante. A continuacin, el autor describe el cuaternio conyugal y su funcin estructurante en la mitad de la vida y el cuaternio csmico y su funcin estructurante en la elaboracin de la muerte. Abstract The reduction of primary relationships to the Oedipus complex by Freud, to the breast-mother relationship by Melanie Klein
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and child-mother relationship by traditional developmental psychology has limited the perception of the capacity of primary relationships to form and transform identity during life. The conception of the primary quaternio in this article intends to correct this reductionism and to equip psychology with a concept that encompasses the whole extension of primary relationships in the structuring of personality during the process of individuation. The marriage quatrnio and other adult quaternios are also described with their structuring capacity in adult life followed by the conception of the cosmic quaternio and its structuring function in the elaboration of dying.
He llamado la atencin sobre la hiptesis de que la ruptura entre Freud y Jung haya sido bsicamente emocional, lo que mutil la reunin de la creatividad de estos dos genios en el desarrollo de la psicologa moderna, con consecuencias lamentables (Byington, 2005). El Psicoanlisis y la Psicologa Analtica heredaron y transmitieron a sus seguidores una aparente diferencia objetiva entre sus postulados tericos, que mantuvo disociados y limitados sus principales conceptos. Entre estos, resalto la formacin del Ego a partir de las relaciones primarias, descrita por Freud, y el proceso de individuacin, concebido por Jung. La separacin de las dos disciplinas basada en los conceptos de inconsciente personal e inconsciente colectivo fue una gran falacia, pues hoy sabemos que todo en la Psique, inclusive el Ego, posee un componente arquetpico. La reunin operacional de estas dos escuelas a travs del cuaternio primario me parece ser el camino de la elaboracin y del rescate de parte importante de esta disociacin terica. Espero que el intercambio de las cartas de Freud y Jung, realizado por Ernst Freud y Franz Jung, haya sido un paso simblico ms de una aproximacin terica que requiere una inmensa elaboracin. Sustituir simplemente el intercambio de las hostilidades por una cordialidad polticamente correcta, y dejar las teoras como estn, sera, a mi modo de ver, una insensatez a ser evitada. Continuando con la aproximacin e interaccin entre el Psicoanlisis y la Psicologa Analtica a partir de un referencial simblico y arquetpico, abordar el Complejo de Edipo dentro del concepto del cuaternio primario, que engloba la relacin de la madre, del padre, el vnculo entre ellos y las reacciones del
nio a ellos para formar la identidad del Ego y del Otro en el Self Familiar y en el Self del nio desde el inicio de la vida. Considero el descubrimiento de la formacin del Ego a partir de las relaciones primarias uno de los mayores, sino el mayor, de los descubrimientos de Freud. Entre tanto, creo que la subordinacin de las relaciones primarias al Complejo de Edipo introdujo una reduccin y una patologizacin del desarrollo psicolgico, que deformaron la Psicologa y la Pedagoga modernas de manera catastrfica en la teora y en la prctica. Freud descubri y nombr genialmente el Complejo de Edipo en s mismo, pero, al generalizarlo para los nios normales, formul un absurdo, que solo se justifica si lo comprendemos como una defensa de negacin de su propia neurosis. El Mito de Edipo es un mito de la psicopata y de la psicosis en la estructura familiar y, por tanto, no puede servir de paradigma para el desarrollo normal. De esta manera, describo el Complejo de Edipo como una variante defensiva del cuaternio primario normal. Jung describi el Self como el principal de los arquetipos, y resalt que el cuaternio es una de las grandes expresiones de su abarcamiento de la totalidad. Por el hecho de que Jung haya descrito el Self tambin para incluir el todo de la personalidad, como el Ego, la Sombra y los dems arquetipos, escog la denominacin Arquetipo Central para el principal de los arquetipos, siguiendo a Perry (1974) y al propio Jung (1912). De esta manera, describ el cuaternio primario como la manifestacin cuaternaria del Arquetipo Central en la estructuracin simblica de la consciencia a travs de las relaciones primarias dentro del Self. Jung conceptualiz el proceso de individuacin en la segunda mitad de la vida (Jung, 1916) y Freud restringi el desarrollo de la libido principalmente hasta la pubertad. El inicio de la aproximacin terica entre esos dos abordajes, que comenzaron en polos opuestos, cupo a los seguidores de Jung, principalmente Frances Wickes (1927), Jolande Jacobi (1965), Michael Fordham (1944) y Erich Neumann (1949), que consideraron el enraizamiento arquetpico del Ego desde el inicio de la vida. Este hecho torn sin efecto la polaridad personal-arquetpico que haba sido usada por Jung y sus seguidores como la gran trinchera que separara el Psicoanlisis de la Psicologa Analtica. Si el Ego es formado por los arquetipos, todo en la Psique es arquetpico y la polaridad personalarquetpico no tiene ms razn de ser. Desde 1980 vengo
describiendo en artculos y libros las posiciones arquetpicas de la consciencia, mostrando que el funcionamiento de la polaridad Ego-Otro en la conciencia nunca puede dejar de ser arquetpico. Fordham fue quien primero asoci el Arquetipo Central a la formacin del Ego desde el inicio de la vida, llevado por el hecho de que nios de tierna edad hicieran garabatos circulares en forma de mandala. Entre tanto, l mantuvo el esquema preedpico de Melanie Klein y edpico de Freud para el desarrollo del Ego (Fordham, 1944), practicando el mismo reductivismo que ellos, lo que limita y deforma su teora de desarrollo psicolgico. Siguiendo a Bachofen, Neumann seal la precedencia del Arquetipo Matriarcal sobre el Arquetipo Patriarcal en la historia (1949) y en la formacin del Ego desde el inicio de la vida (1955), pero redujo lo matriarcal a la Gran Madre y a lo femenino, y la dada primaria a la relacin nio-madre. El hecho de que tradicionalmente la contencin y el cuidado (holding e caring, de Winnicott) sean ejercidos por figuras femeninas maternas llev a los estudiosos de las relaciones primarias a describir una relacin nio-madre pre-edpica. As, se estableci que el nio en el inicio de la vida era capaz solamente de una relacin didica con la cuidadora materna, la cual sera seguida de una relacin tridica edpica con la entrada del padre en el Complejo de Edipo. De esta manera, la figura del padre fue identificada con el Arquetipo Patriarcal y excluida de la relacin primaria, coordinada por el Arquetipo Matriarcal. Se refrend, as, la figura lamentable del padre distante del nio en el acogimiento, en el jugar, en la ternura y en los cuidados primarios, reducida a proveedor e impositor del orden y del castigo. De esta manera, la deformacin de la figura del padre en la formacin de la identidad primaria fue confirmada como normal por la Psicologa, a pesar de que sus consecuencias machistas hayan sido tan perjudiciales para la formacin de la identidad del hombre y de la mujer y, sobre todo, para su relacin conyugal adulta. No queriendo decir que la polaridad nio-seno es totalmente pre-edpica, Melanie Klein afirm que la relacin con el seno es, en realidad, tridica y que el pezn es el tercer elemento, representando el futuro pene del padre. Entre tanto, esa nocin fue poco convincente y las relaciones primarias pasaron a ser reducidas a la vivencia didica nio-madre (Klein, 1959).
De este modo, la relacin tridica, considerada edpica, pas a ser descrita a partir de la entrada del padre, que traera la formacin del superego y de la ley y que alejara al nio de la relacin incestuosa con la madre. As fue que muchos autores describieron la formacin del Ego a partir de la dada nio-madre, como, por ejemplo, Anna Freud (1927), Melanie Klein (1959), Fairbairn (1952), Fordhan (1969), Neumann (1955), Winnicott (1964), Jacobsen (1964), Stern (1985), Bowlby (1969) y Jacoby (1996). Todos estos autores redujeron la relacin primaria a la dada nio-madre y, hasta donde yo s, solamente Dorothy Dinnerstein (1976) afirm que el padre tambin debera formar parte de la relacin primaria, sin lo cual sera muy difcil para el nio desarrollar, en la vida adulta, una relacin dialctica igualitaria entre el hombre y la mujer. Por el hecho de estudiar la bsqueda de la relacin dialctica de alteridad entre el hombre y la mujer y de concordar enfticamente con Dorothy Dinnerstein, busqu describir la participacin del padre junto con la dada nio-madre en la formacin del Ego desde el inicio de la vida, y constat que la mayor dificultad para hacerlo se debe a que la relacin inicial del nio sea exclusivamente didica. Al seguir a Neumann y atribuir la coordinacin de la relacin primaria al Arquetipo Matriarcal, describ la posicin insular binaria, o sea, didica, de la relacin Ego-Otro en la conciencia como expresin de este arquetipo. Entre tanto, no segu a Neumann en la identificacin del Arquetipo Matriarcal con la Gran Madre, pues en l inclu tanto lo femenino cuanto lo masculino, tanto el hombre como la mujer y tanto el padre como la madre. Sabemos que la dada primaria nio-madre puede abarcar figuras maternas variadas, como la madrastra, la abuela, la madrina, tas, nieras, hermanas mayores y otras. Observando a jvenes parejas modernas, percib que las relaciones primarias didicas del beb pueden incluir tambin al padre paralelamente con las relaciones diticas con las figuras maternas. Entonces, pude concluir que, si eso no suceda antes, era porque la identidad patriarcal tradicional machista del hombre lo impeda, en la teora y en la prctica.
Los patrones arquetpicos pueden ser dominantes en fases diferentes de la vida y de la historia. No hay duda de que el patrn patriarcal se torn dominante de forma creciente en la civilizacin. Su posicin caracterstica de la relacin Ego- Otro en la conciencia es la posicin polarizada (tridica) que rene los opuestos de manera desigual, en la cual un opuesto es superior al otro (Byington, 2004) Fue esta posicin la que coordin la identidad del hombre y de la mujer durante ms de diez mil aos. As, en la conciencia colectiva de predominio patriarcal, se estableci cientficamente que la vocacin constitucional de la mujer era la dedicacin a los quehaceres del hogar, y la del hombre el desempeo del poder social y econmico. La consecuencia de esta mentalidad patriarcal en la Psicologa fue la nocin tomada como hecho de que la dada primaria sera exclusiva del nio con la madre o con cualquier cuidadora que ejerciese lo maternal. La otra consecuencia de esa mentalidad es que la figura paterna solamente se tornara activa en la relacin tridica para ejercer la autoridad y la separacin incestuosa entre madre e hijo. La conceptualizacin de Jung de los Arquetipos del Anima, como lo femenino en la personalidad del hombre y del Animus, como lo masculino en la personalidad de la mujer dentro del proceso de individuacin comn a los dos gneros, vino a revolucionar la identidad del hombre y de la mujer en la Psicologa. Dentro de esa perspectiva, los papeles referentes a la identidad de ellos no estn predeterminados, puesto que se revelan por la vocacin de cada uno durante la vida. De esta manera, se invalidaron los papeles profesionales y aquellos desempeados en el hogar, que seran caractersticas exclusivas de cada gnero, y el hombre y la mujer pudieron romper las cadenas de los prejuicios tradicionales y seguir dentro y fuera del hogar el llamado de su vocacin (Byington, 1986). As, comenzamos a tener mujeres en la carrera militar, econmica, mdica, administrativa y poltica, y a hombres en el ejercicio de las tareas domsticas, como la culinaria, la decoracin, la esttica y tambin la enfermera, el ballet e incluso prestando los primeros cuidados al beb. Describ este patrn post-patriarcal en la identidad del hombre y de la mujer como el patrn de alteridad (Byington, 1980), en el cual la polaridad Ego-Otro y todos los dems opuestos, se relacionan de forma dialctica con los mismos derechos de expresin (Byington, 1986). Con el tiempo, me di cuenta de que el patrn de alteridad en la Conciencia corresponde a un
arquetipo que llam Arquetipo de la Alteridad, que engloba los arquetipos del Anima y del Animus (Byington, 1992). Buscando la constelacin mtica de ese arquetipo en la historia, descubr que l corresponde al Mito Cristiano en el Occidente y al Mito del Buda en Oriente, que predican igualmente la compasin en las relaciones entre las polaridades Ego-Otro y entre todos los opuestos de un modo general, inclusive hombre - mujer y padre - madre (Byington, 1983). Percibimos, as, que fue la transformacin post-patriarcal de la identidad del hombre y de la mujer por el Arquetipo de Alteridad, lo que los llev a una apertura democrtica y amorosa para desempear cualquiera de los papeles tradicionalmente atribuidos exclusivamente a uno y al otro (Byington, 1992), inclusive el de cuidador de nios desde la ms tierna edad. La Polaridad Ego-Otro en la Conciencia Concibo al Ego como el conjunto de las representaciones del sujeto y a los Otros como el conjunto de las representaciones del no-Ego. A partir de la nocin de que las identidades del Ego y del Otro son formadas por el mismo proceso de elaboracin simblica coordinado por los cuatro arquetipos regentes, que operan alrededor del Arquetipo Central, conceptualic que no solamente el Ego, sino la polaridad Ego-Otro ocupa el centro de la Conciencia y de la Sombra. En ese caso, la identidad del Otro se forma y se transforma durante toda la vida de la misma manera que la identidad del Ego (Byington, 2004) La formacin de la identidad del Ego de un hombre, por ejemplo, es influenciada por todos los hombres que conoci, comenzando por su padre; y la identidad del Otro mujer, en este mismo hombre, es matizada por todas las mujeres que conoci, comenzando por su madre. De hecho, es impresionante cmo, con frecuencia, un hombre tendr las imgenes del Arquetipo del Anima expresados con caractersticas de su madre y cmo estas lo influenciarn para buscar una relacin conyugal con una mujer parecida a ella u opuesta a ella. De la misma forma, es comn que el Animus influencie a la mujer en su bsqueda de un cnyuge parecido a su padre u opuesto a l. El Cuaternio Primario La inclusin de la figura del padre en las relaciones primarias didicas del beb permite la conceptualizacin del cuaternio primario, que incluye los significados de la figura de la madre o
sus substitutas (complejo materno), de la figura del padre o sus substitutos (complejo paterno), del vnculo entre ellos y de las reacciones del nio. As, el cuaternio primario es la expresin de la funcin estructurante totalizadora del Arquetipo Central en la formacin de la identidad del Ego y del Otro en la Conciencia y en la Sombra lo que influenciar de manera fundamental todo el proceso de individuacin. Estamos tan condicionados por el sesgo edpico del Psicoanlisis, que tenemos dificultad de percibir que mucho antes de que el nio reaccione con atraccin o repulsin a los padres, l se identifica con aspectos de uno y de otro, con el vnculo entre ellos y con sus reacciones a ellos de manera imprevisible y en grados muy variables. Es muy difcil percibir cunto las identificaciones primarias afectan, en cada caso, la identidad sexual, pero es importante darnos cuenta de que muchas de las caractersticas adquiridas en las relaciones primarias no dependen del gnero. De esta manera, el nio puede identificarse con muchas cualidades de su madre sin feminizarse y la nia con las de su padre, sin masculinizarse. Un hombre de treinta y dos aos presenta como trazos de personalidad mucha asertividad, integridad y gran capacidad de realizacin, los cuales corresponden en gran parte a la personalidad de su madre, en contraposicin a la fragilidad soadora, delicada y pasiva de su padre. l es heterosexual y no presenta ninguna feminizacin. Vemos aqu una identificacin dominante de un hombre con su madre, pero que no afect su identidad sexual. Un hombre de veintiocho aos es homosexual, delicado, sensible, muy romntico y tiene algunos amaneramientos femeninos. Siente atraccin por hombres, pero no le desagradan las mujeres. Siente una total sintona con su madre, que es sensible y afectiva y una gran aversin a su padre, que es agresivo, machista y rudo. Los padres se separaron cuando l tena ocho aos. l busca la posicin pasiva en la relacin homosexual y, a pesar de tener ereccin, afirma que su pene no es activo en la relacin sexual. Veo aqu una identificacin dominante de l con su madre, que incluy, por lo menos parcialmente, su identidad sexual. Es probable que estas caractersticas de la identidad sexual se hayan formado durante la fase anal del desarrollo, descrita por Freud.
Una mujer de cuarenta aos se convirti en una ejecutiva de mucho xito y se cas con un hombre frgil y dependiente, que necesit mucho su ayuda para seguir una profesin. Su madre, a su vez, era tambin muy pasiva y dependiente, lo que muestra claramente el predominio de la identificacin con el padre en las relaciones primarias, pues l es tambin un ejecutivo asertivo y exitoso. A pesar de este claro predominio de la identificacin con su padre, ella, como su madre, es muy femenina y no tiene el menor trazo de masculinizacin.
El Examen de las Influencias del Cuaternio Primario en la Personalidad Para examinar la personalidad a travs del cuaternio primario, debemos hacer una lista de las caractersticas semejantes al padre, a la madre y a las figuras relacionadas con ellos. A continuacin, debemos tambin enumerar los aspectos que aprendemos del vnculo entre ellos y que observamos en las relaciones con las personas, las cosas, la naturaleza y con el propio cuerpo. Es importante observar que muchas de las identificaciones primarias pueden ser defensivas, pues ocurren en funcin de fijaciones y defensas inherentes a los complejos parentales o al vnculo entre ellos, o incluso al significado atribuido por el nio a sus propias reacciones. As, en la lista que hacemos de las caractersticas semejantes a los padres, debemos sealar las que operan normalmente en la personalidad y las que se
expresan a travs de las fijaciones y defensas en la Sombra. Destacamos as, que las caractersticas que forman la identidad a partir del cuaternio primario lo hacen por identificacin y tambin por reaccin aversiva del nio a los padres. Muchas de las reacciones aversivas del nio son dirigidas a la Sombra de los padres, pero eso no significa que, incluso as, esas caractersticas no puedan tornarse parte de la Sombra del nio. Un hombre de treinta y siete aos am mucho a su padre, pero, con el tiempo, pas a tener horror a la crtica, a la agresividad y a las reacciones de descontrol emocional de l. Este hombre era una persona muy afectiva, sensible y de gran capacidad de compasin, pero, para su disgusto, tena un complejo fijado que, si era constelado, posea a la personalidad con crisis de intolerancia, crtica intempestiva y descontrol emocional, que eran la copia del lado negativo de su padre. Las reacciones edpicas descritas por Freud, que ciertamente existen con gran frecuencia, son aqu vistas como variantes, en la mayora de los casos defensivas, esto es, patolgicas, del cuaternio primario. La Psicodinmica y la Gentica El Cuaternio Primario y el Imprint Freud describi la formacin de la identidad a travs de las tendencias incestuosa y parricida presentes en el Complejo de Edipo. Esto significa que para l la identidad se forma fundamentalmente por las reacciones del nio a los padres. La descripcin de las innumerables funciones estructurantes contenidas en el cuaternio primario postula, entre tanto, que la formacin de la identidad del Ego y del Otro se da principalmente por la funcin estructurante de la imitacin, que abarca la identificacin proyectiva descrita por Melanie Klein. Estas consideraciones nos remiten al fenmeno del imprint filial, profusamente estudiado en la Etolologa y poco aprovechado en la Psicologa, que es la forma ms primaria de la funcin estructurante de la imitacin, pues ocurre predominantemente de manera inconsciente. l fue descubierto en el siglo XIX por el bilogo aficionado Douglas Spalding y muy popularizado por el trabajo con gansos del zologo Konrad Lorenz, ganador del premio Nobel. Konrad demostr que esas aves, nacidas de huevos incubados, imprimen en su identidad en las primeras 36
horas de vida la imagen de prcticamente cualquier objeto asociado al cuidador, incluso las imgenes de sus botas. El imprint filial est cada vez ms siendo estudiado en el desarrollo del nio. Un grupo de investigadores lleg a atribuir el inicio del aprendizaje al imprint filial, cuando el feto comienza a reconocer la voz de los padres (Kisilevski et al, 2003). El componente del imprint filial es una de las funciones estructurantes de la mayor importancia del cuaternio primario. Su expresin arquetpica funciona durante toda la vida enraizada principalmente en la funcin estructurante imitativa coordinada por el Arquetipo Matriarcal. El descubrimiento de la neurona espejo vino a corroborar neurolgicamente ese fenmeno. Todo arquetipo es virtual y necesita los smbolos para humanizarse. De esta manera, podemos darnos cuenta de que el Arquetipo Central, desde la concepcin del beb, est imbuido de una fortsima avidez por todos los fenmenos para estructurar la Conciencia. Podemos incluso decir que los smbolos y las funciones estructurantes son el combustible del Arquetipo Central. Esa voracidad extraordinaria es proporcional al potencial a travs del cual el Arquetipo Central coordina el proceso de individuacin. En ese sentido, el imprint filial forma parte del inmediatismo con el cual el Arquetipo Central coordina el movimiento ms bsico de la relacin estructurante entre el sujeto y su entorno a travs de la identificacin. El Cuaternio Primario, el Efecto Westermarck y el Incesto El antroplogo Edward Westermarck (1921) contrari la visin de Freud, de que lo perverso polimorfo es naturalmente incestuoso, al describir la atraccin sexual menor entre personas de la misma comunidad. Aquello que es hoy conocido como el efecto Westermarck postula que jvenes criados juntos tienen mucho menos tendencia a sentirse atrados sexualmente que aquellos criados separados. Segn l, el tab de incesto viene a establecer una tendencia natural ya existente en el ser humano. Dentro de las caractersticas del imprint presentes en el cuaternio primario, podemos levantar la hiptesis de que el efecto Westermarck ocurra por el hecho de que el nio forme muchas caractersticas de su identidad, inclusive identificaciones con su padre y su madre, antes o
independientemente de desarrollar su identidad sexual. De hecho, las relaciones primarias son inicialmente asexuadas, y este imprint condiciona la relacin ntima asexuada en la vida adulta. El Cuaternio Primario y la Teora de la Metempsicosis o Reencarnacin El cuaternio primario influencia de manera fundamental nuestro proceso de individuacin. Las caractersticas saludables integradas a partir de l en la identidad son la base para nuestro desarrollo productivo en la madurez. En cambio sus caractersticas fijadas y defensivas irn a establecer la Sombra, desde el inicio de la vida. La introyeccin psicodinmica de las caractersticas de nuestros padres a travs del cuaternio primario sumada a nuestra herencia gentica es, posiblemente, la base psicolgica de la doctrina de la reencarnacin y del Karma, en el Hinduismo, que acompaa nuestro proceso de individuacin. Podemos as comprender psicolgicamente que, al formar nuestra identidad, nos tornamos simultneamente herederos de un largo pasado histrico y corresponsables por el desarrollo futuro de la humanidad como parte de nuestro proceso de individuacin. El Cuaternio Primario y el Cuaternio Conyugal El cuaternio primario es el principal factor estructurante en las tres primeras fases de la vida, o sea, en la fase intra-uterina, en la primera y en la segunda infancia. A partir de la pubertad, con la activacin de las glndulas sexuales y el extraordinario impulso ertico-afectivo-existencial en direccin a un compaero, el cuaternio primario sufre un gran impacto transformador en la relacin con el cuaternio conyugal. En este impacto, el Arquetipo de la Conjuncin, que es comn a los dos cuaternios, pasa por un gran cambio. Mientras que en el cuaternio primario los dos grandes Otros que componen el cuaternio son los complejos parentales, en el cuaternio conyugal la gran polaridad ser entre dos opuestos en la heterosexualidad o dos semejantes en la homosexualidad. En lugar de la asociacin entre los complejos materno y paterno, regidos principalmente por los Arquetipos Matriarcal y Patriarcal, tendremos ahora el encuentro del Anima y del Animus, coordinados por el Arquetipo de la Alteridad. Al formular empricamente el encuentro entre estos dos
cuaternios, Freud observ que el casamiento rene siempre seis personas, pues los padres de los novios son parte inseparable de la relacin conyugal. La capacidad estructurante del cuaternio conyugal diferenciar mucho la identidad de los componentes introyectados a partir del cuaternio primario y agregar a ellos mucho de lo que les falta para la bsqueda de la individualidad profunda y de la realizacin del potencial de totalidad del Arquetipo Central. El cuaternio conyugal hace interactuar al Arquetipo del Anima y la Sombra en la personalidad del hombre con el Arquetipo del Animus y la Sombra en la personalidad de la mujer. Esta interaccin ocurre de manera dialctica y cuaternaria, regida por el Arquetipo de la Alteridad. Adems de los gneros, el cuaternio conyugal puede abarcar, tambin, la relacin del Anima de un hombre con su vocacin profesional y todos las dems relaciones de la vida adulta, inclusive con el Anima de otro hombre en un proceso homosexual. Lo mismo ocurre con el Animus de una mujer.
De la misma forma que el Arquetipo Central, a travs del Arquetipo de la Conjuncin, inunda de trascendencia y de caractersticas divinas y de totalidad las relaciones del nio con sus padres en el cuaternio primario, lo mismo sucede con el cuaternio conyugal. Esto explica porqu este cuaternio es el principal responsable por la estructuracin de la personalidad en la vida adulta y hace del amor conyugal y de las vocaciones creativas su tema central, burbujeando de trascendencia y de totalidad. El Cuaternio Csmico y la Muerte
En la fase final de la vida, el Arquetipo Central activa, a travs del Arquetipo de la Conjuncin, el tercer cuaternio de desarrollo de la Conciencia. Se trata del cuaternio csmico, que relacionar el cuerpo personal y el cuerpo csmico en la interaccin de la vida con la muerte. La declinacin del vigor sexual debilita la pujanza del cuaternio conyugal y torna la relacin hombre-mujer menos ertica y ms de compaerismo y amistad. La relacin del cuerpo personal con el cuerpo csmico coordina, en la Conciencia, la interaccin de la finitud con la eternidad en la ltima fase de la vida.
Mucho se habla sobre aquellos hombres que arruinan su matrimonio porque no se han cortado el cordn umbilical. En cambio, poco se habla sobre la contraparte involucrada en la relacin edpica, cuyo granito de arena es bsico en la catstrofe de la pareja: la madre. El psiclogo viens Sigmund Freud acu hace aproximadamente un siglo el concepto "complejo de Edipo" para definir una etapa crucial del desarrollo psicolgico del nio, que ocurre entre los 3 y 6 aos, caracterizada por una relacin ambivalente de amor y odio. En ella, el pequeo varn experimenta una relacin amorosa con la madre, interrumpida cuando el padre aparece como un tercero que lo desplaza de su objeto del deseo. Pese a los intentos del nio que, por ejemplo, decide acostarse de noche en medio de sus padres para separarlos, las normas culturales y sociales que le impiden amar a su madre ganan la partida, con base en miedos y rdenes (hecho conocido como "castracin"), al grado que las emociones se depositan en una nueva fraccin de su mente o psique al que los especialistas llaman "superyo", el cual fungir como polica interno que perpetuar la prohibicin del incesto y reprimir impulsos y deseos. De esta manera, el pequeo "institucionaliza" en su mente el tab del incesto y comienza a enfocar sus sentimientos hacia actividades, objetos u otras personas; incluso el padre comienza a ser admirado y tomado como modelo. Sin embargo, el deseo es inevitable y, aunque reprimido, existe, generando neurosis. Si bien la postura hacia la existencia y caracterizacin de la base terica del psicoanlisis es distinta y hasta negada en cada escuela psicolgica, los seguidores de Freud coinciden en sealar que la forma en que el nio resuelva su complejo dar pie al surgimiento de caractersticas particulares en su conducta y carcter. Pero no slo esto. Dado que tales especialistas sostienen que este proceso se establece desde dos ngulos diferentes, es decir, que el lazo sentimental existe en ambas direcciones y no slo en una, depender tambin de la mam resolver el complejo de Edipo de manera satisfactoria o que dicha situacin perdure indefinidamente, lo que se traduce en la tpica situacin en que la madre no "suelta" al hijo a la vez que el vstago se adhiere a su progenitora y queda "cosido a sus faldas". Cuando Edipo crece Estos arraigos neurticos o trastornados se manifiestan en la infancia a travs de un carcter retrado, falta de inters en socializar, constantes berrinches y desplantes, y una relacin conflictiva y llena de reproches hacia el padre, y una sumamente abierta con la madre, entre otras caractersticas, actitud que permanece intacta hasta la edad adulta y el matrimonio, en lo que se conoce con el poco tcnico pero s muy preciso trmino "mamitis". El hombre adulto tiene dificultades, a veces insuperables, para moderar sus impulsos; dominado por stos, que son resultado de sus conflictos internos, es incapaz de deliberar y manejarse con total autodeterminacin. Por ello se trata de personas inestables y fciles de sugestionar, que no encuentran equilibrio interior satisfactorio ni buenas relaciones con el prjimo; poseen humor inestable, mal carcter, son intolerantes, contradictorios, y llevan su matrimonio al lmite de la desesperacin. En la mayora de las veces estos sujetos no se dan cuenta de su situacin, pues reproducen conductas y actitudes aprendidas desde muy temprana edad, y desahogan con su cnyuge expectativas, temores y rencores nacidos durante la relacin con sus padres. Comnmente los conflictos con la pareja permanecen como pantallas que tapan los problemas fundamentales, en tanto ansiedad, tensin y obsesiones se desarrollan sin el tratamiento adecuado. Durante los conflictos matrimoniales la madre juega siempre un papel destacado, directa o indirectamente, ya que contribuye de manera decisiva a acentuar los problemas. Compite con su nuera, reclama cualquier decisin que afecte a "su pequeo" para el que pide cuidados y respeto, y suele recurrir al chantaje para poner a su hijo de su lado. Esto ocurre, de acuerdo con la teora freudiana, porque la mujer tambin pasa por una relacin edpica, se siente incompleta, y en sus hijos encuentra el elemento que la convierte en un ser entero. Dejarlos ir sera perder una parte de ella. Es comn entonces que el hombre neurtico sea un ser incompleto e incapaz sentimentalmente, simplemente porque nunca ha tenido la oportunidad de ser l. Su proceso de maduracin afectiva fue incompleto por una relacin infantil de excesiva dependencia y sumisin, pero siempre con la correspondiente sobreproteccin y dominio de la progenitora, que lo incapacit para establecer un juicio propio y, por ende, una autntica relacin matrimonial.
De ah que estas personas busquen una mujer que sustituya a su madre (siempre bajo el consentimiento de sta) o que se unan a chicas con carcter complementario. Por ejemplo, un muchacho masoquista, educado, cuidado por una madre un tanto masculinizada y un padre dbil, se "deja elegir" por una mujer viril y emprendedora. Tambin es comn que un individuo de este tipo se relacione con mujeres que le proporcionen proteccin, ternura, cario y comprensin, sobre todo si su intencin es el matrimonio; tratan de encontrar as una prolongacin del manto protector de la madre y la seguridad que eso implica. Por ello, asimismo, asumen un rol de protector, de hombre que puede hacer todo; un emprendedor que busca siempre "cumplir" y que, sin darse cuenta, sigue compitiendo con el padre. La terapia psicolgica es la ms indicada para revertir este tipo de problema y colocar a la vista del paciente cul es el origen de sus patrones de conducta, de modo que l mismo indague y descubra lo que le sucede. El primer paso debe darse a partir de la autorreflexin y autocrtica, fundamentales para poder superar esta clase de conflictos.
Como saben bien quienes me conocen, no comparto ni confo en los postulados del psicoanlisis, ya que mi mente cientfica no concibe que podamos construir un corpus en base a la teora del inconsciente, siendo que la existencia del mismo no ha podido ser demostrada jams. Sin embargo, les acerco hoy otro extraordinario texto del psiclogo Leonardo Bussi, que aclara y describe con suma precisin el porqu de algunas extraas relaciones entre madres e hijos. Creo que lo escribi para un Da de la Madre, pero merece disfrutarse hoy y siempre.
Hola a todos:
No puedo recordar dnde le una frase de Freud que deca algo as como: El hijo preferido de la madre es siempre quien llega ms lejos. Tampoco puedo recordar el contexto de la misma, y, por tanto, todo lo que vaya a decir al respecto de aqu en adelante corre ms bien por cuenta de mi fantasa que de mi memoria. En verdad supongo que a esta altura del ao -en referencia a lo que se celebra el domingo- y de mi vida -en referencia al lugar en el que estoy parado en este momento- los nimos de trascender y de ser importante para quien uno supone que siempre debera ser importante, es lo que trajo la frase a mi memoria. Sucede que no recuerdo haber tenido alguna vez oportunidad de desearle felicidades a mi mam en un da como ser el domingo que se avecina. Tampoco recuerdo muy bien haber podido compartir con ella absolutamente nada, ni haber sentido la proteccin y el bienestar que debera sentir cualquier infante frente a la presencia de su progenitora. Pero de todos modos y en mi fantasa, siempre me he identificado con eso de el hijo preferido como si realmente aquel apotegma se refiriera a mi situacin particular. Bien, dejando de lado mis propias frustraciones y volviendo a la realidad, calculo que la sentencia estara relacionada con alguna explicacin vinculada a los posibles modos de superacin del Complejo de Edipo. Para Freud y la mayora de los psicoanalistas y psiclogos actuales an quienes desestiman los efectos del inconsciente en las conductas de las personas se trata de una de las experiencias fundantes de la posterior subjetividad adulta de hombres y mujeres. Y claro que, como toda experiencia subjetiva, el Edipo y la relacin que tienen los hijos con sus madres nunca son vividas ni sentidas del mismo modo ni durante la infancia ni en la adultez. Esa relacin est teida, fundamentalmente, por el hecho de que quien ha estado encargado de nuestros primeros cuidados, aquella a quien llamamos madre, posee a la postre y durante todo el resto de nuestras vidas una influencia poderosa e innegable. Y esa influencia poderosa est a su vez determinada por dos cuestiones fundamentales: la primera es que de la calidad de esos primeros cuidados depende en muy buena medida que nos transformemos en adultos fsica y mentalmente sanos, y la segunda es que justamente por el carcter de esa misma dependencia durante los primeros aos, la asimetra de la relacin provoca en los nios un sentimiento encontrado y ambivalente respecto de ella y acerca de esa relacin en particular. Volviendo a Freud, este deca que haba un rasgo que caracterizaba muy bien la mayora de las relaciones humanas y principalmente la relacin entre madres e hijos, de la que tomaba su molde: la ambivalencia afectiva. Esto significa que la relacin entre madres e hijos suele estar teida por cierta agresividad, producto de la oscilacin permanente entre sentimientos positivos y negativos que permanecer presente durante toda la vida. Aos despus de que Freud efectuara las primeras formulaciones respecto del Complejo de Edipo, Lacan se encarg de enfatizar el rol de la ambivalencia y la agresividad en las relaciones humanas y de su afincamiento en la relacin edipca. Lacan observa tambin que la madre, debido a lo que comentbamos antes de la disimetra de la relacin, no solo es fuente de placer y refugio para el nio sino generadora de angustia; y, contrariamente a lo que opinaba Freud al respecto, Lacan afirma que es la permanente presencia de la madre y no el temor a su ausencia lo que genera angustia en el nio (esto explica la famosa frmula: Lo que produce angustia es la falta de la falta). A fin de evitar esa angustia y para que el pasaje por el Complejo de Edipo resulte exitoso, la madre debe renunciar a esa permanente presencia mediante una operacin que se efecta gracias la introduccin del padre en la escena, la que pasa a constituirse en una especie de tringulo amoroso teido de celos, lealtades y deslealtades, odios, prohibiciones, intromisiones y renuncias; un drama de tinte shakespeariano. La madre tiende a convertirse entonces en un objeto prohibido para el deseo de los nios (en el mejor de los casos) y en su principal agente de socializacin, puesto que una de sus tareas primordiales consiste en sealar el rumbo que deben tomar los hijos una vez separados de ella como objeto de amor. Sin embargo ese objeto de amor temprano impregna nuestra personalidad y determina el modo en que todas las relaciones posteriores se sucedern. Porque tambin, en el peor de los casos, esa relacin puede convertirse en un vnculo asfixiante, esa presencia puede llegar a convertirse en un fantasma permanente que observa todos nuestros actos y que no nos permite aprender ms all de su propio deseo, y bien sabemos que el deseo de las personas es algo tan personal e imposible de rastrear y definir que ese capricho puede convertirse en algo enfermizo o directamente patolgico. Y bien, ahora que la explicacin de aquello a lo que haca referencia al principio de esta comunicacin est ms o menos dada -explayarme ms al respecto sera en vano pues no me alcanzara el espacio de todos los mails del ao para referirme adecuadamente al asunto-, es algo ms fcil comprender por que la relacin entre madres e hijos suele ser tan complicada. Aquella que tiene el poder de ponernos en la cima del mundo volviendo a la cita de Freud es tambin la que tiene el poder de sumergirnos
en el fondo del abismo, y esa es una enorme responsabilidad (cuando no una carga) para cualquier ser humano. Y claro que tambin es parte del devenir natural el poder asumir, cuando uno es adulto, cul ha sido el verdadero lugar que ocupamos en aquellos que han sido significativos en nuestros afectos, en nuestra formacin, en nuestra vida y en nuestros deseos. Totalmente ignorante de las circunstancias que precipitaron que nos alejramos hace ya muchos aos, y totalmente ignorante del lugar que realmente ocup en los afectos de mi madre, hoy fantaseo con que de haber permanecido en contacto y de haber tenido una relacin fluida y normal, la profeca del hijo preferido se hubiera hecho patente en m. No s, entonces, adnde me hubiera llevado ese llegar ms lejos al que se refiere Freud, aunque espero que hubiera sido realmente muy lejos.
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Mucho se habla sobre aquellos hombres que arruinan su matrimonio porque "no se han cortado el cordn umbilical". En cambio, poco se habla sobre la contraparte involucrada en la relacin edpica, cuyo granito de arena es bsico en la catstrofe de la pareja: la madre. El psiclogo viens Sigmund Freud acu hace aproximadamente un siglo el concepto "complejo de Edipo" para definir una etapa crucial del desarrollo psicolgico del nio, que ocurre entre los 3 y 6 aos, caracterizada por una relacin ambivalente de amor y odio. En ella, el pequeo varn experimenta una relacin amorosa con la madre, interrumpida cuando el padre aparece como un tercero que lo desplaza de su objeto del deseo.
Pese a los intentos del nio que, por ejemplo, decide acostarse de noche en medio de sus padres para separarlos, las normas culturales y sociales que le impiden amar a su madre ganan la partida, con base en miedos y rdenes (hecho conocido como "castracin"), al grado que las emociones se depositan en una nueva fraccin de su mente o psique al que los especialistas llaman "superyo", el cual fungir como polica interno que perpetuar la prohibicin del incesto y reprimirb impulsos y deseos. De esta manera, el pequeo "institucionaliza" en su mente el tab del incesto y comienza a enfocar sus sentimientos hacia actividades, objetos u otras personas; incluso el padre comienza a ser admirado y tomado como modelo. Sin embargo, el deseo es inevitable y, aunque reprimido, existe, generando neurosis. Si bien la postura hacia la existencia y caracterizacin de la base terica del psicoanlisis es distinta y hasta negada en cada escuela psicolgica, los seguidores de Freud coinciden en sealar que la forma en que el nio resuelva su complejo dar pie al surgimiento de caractersticas particulares en su conducta y carcter. Pero no slo esto. Dado que tales especialistas sostienen que este proceso se establece desde dos ngulos diferentes, es decir, que el lazo sentimental existe en ambas direcciones y no slo en una, depender tambin de la mam resolver el complejo de Edipo de manera satisfactoria o que dicha situacin perdure indefinidamente, lo que se traduce en la tpica situacin en que la madre no "suelta" al hijo a la vez que el vstago se adhiere a su progenitora y queda "cosido a sus faldas". Cuando Edipo crece
Estos arraigos neurticos o trastornados se manifiestan en la infancia a travs de un carcter retrado, falta de inters en socializar, constantes berrinches y desplantes, y una relacin conflictiva y llena de reproches hacia el padre, y una sumamente abierta con la madre, entre otras caractersticas, actitud que permanece intacta hasta la edad adulta y el matrimonio, en lo que se conoce con el poco tcnico pero s muy preciso trmino "mamitis". El hombre adulto tiene dificultades, a veces insuperables, para moderar sus impulsos; dominado por stos, que son resultado de sus conflictos internos, es incapaz de deliberar y manejarse con total autodeterminacin. Por ello se trata de personas inestables y fciles de sugestionar, que no encuentran equilibrio interior satisfactorio ni buenas relaciones con el prjimo; poseen humor inestable, mal carcter, son intolerantes, contradictorios, y llevan su matrimonio al lmite de la desesperacin. En la mayora de las veces estos sujetos no se dan cuenta de su situacin, pues reproducen conductas y actitudes aprendidas desde muy temprana edad, y desahogan con su cnyuge expectativas, temores y rencores nacidos durante la relacin con sus padres.
Comnmente los conflictos con la pareja permanecen como pantallas que tapan los problemas fundamentales, en tanto ansiedad, tensin y obsesiones se desarrollan sin el tratamiento adecuado. Durante los conflictos matrimoniales la madre juega siempre un papel destacado, directa o indirectamente, ya que contribuye de manera decisiva a acentuar los problemas. Compite con su nuera, reclama cualquier decisin que afecte a "su pequeo" para el que pide cuidados y respeto, y suele recurrir al chantaje para poner a su hijo de su lado. Esto ocurre, de acuerdo con la teora freudiana, porque la mujer tambin pasa por una relacin edpica, se siente incompleta, y en sus hijos encuentra el elemento que la convierte en un ser entero. Dejarlos ir sera perder una parte de ella. Es comn entonces que el hombre neurtico sea un ser incompleto e incapaz sentimentalmente, simplemente porque nunca ha tenido la oportunidad de ser l. Su proceso de maduracin afectiva fue incompleto por una relacin infantil de excesiva dependencia y sumisin, pero siempre con la correspondiente sobreproteccin y dominio de la progenitora, que lo incapacit para establecer un juicio propio y, por ende, una autntica relacin matrimonial. De ah que estas personas busquen una mujer que sustituya a su madre (siempre bajo el consentimiento de sta) o que se unan a chicas con carcter complementario. Por ejemplo, un muchacho masoquista, educado, cuidado por una madre un tanto masculinizada y un padre dbil, se "deja elegir" por una mujer viril y emprendedora. Tambin es comn que un individuo de este tipo se relacione con mujeres que le proporcionen proteccin, ternura, cario y comprensin, sobre todo si su intencin es el matrimonio; tratan de encontrar as una prolongacin del manto protector de la madre y la seguridad que eso implica. Por ello, asimismo, asumen un rol de protector, de hombre que puede hacer todo; un emprendedor que busca siempre "cumplir" y que, sin darse cuenta, sigue compitiendo con el padre. La terapia psicolgica es la ms indicada para revertir este tipo de problema y colocar a la vista del paciente cul es el origen de sus patrones de conducta, de modo que l mismo indague y descubra lo que le sucede. El primer paso debe darse a partir de la autorreflexin y autocrtica, fundamentales para poder superar esta clase de conflictos.
Padre ausente y las repercusiones a nivel psicolgico en el nio, segn diversas perspectivas de anlisis
Informe realizado por Rodrigo Miguel R. y Eugenio Vargas R. (2001) Universidad de Santiago, Chile
Indice
Introduccin. Hijos de familias monoparentales
o o o o o o o o o o o o o o o o o o o
Definicin Magnitud del Problema Evidencia Cientfica Separacin Y Divorcio Hijos de Madres Solteras Fallecimiento De Un Progenitor Intervenciones Recomendaciones Puntos a destacar en relacin a la monoparentalidad Tabla 1. Situaciones de monoparentalidad Tabla 2. Posibles repercusiones a nivel psicolgico de las situaciones de monoparentalidad Tabla 3. Factores de riesgo en las situaciones de monoparentalidad
Diversos autores y sus posiciones frente al tema de la monoparentalidad John Bowlby Melanie Klein. Jacques Lacan L.S Vygotsky
INTRODUCCIN.
Desde la antigedad el pilar fundamental de la sociedad, es el concepto de familia, el cual, ms all de una definicin especfica, no ha estado exenta de las transformaciones sociales y culturales, mediada por los procesos socio-histricos en los cuales se ha visto inserta en los distintos escenarios de la humanidad. La familia ha ido evolucionando a lo largo del tiempo, en un inicio bajo un rgimen netamente patriarcal, con los aos, han cambiado la cantidad de hijos y los patrones de interaccin al interior de esta, tanto as, que en la actualidad se encuentran familias con una conformacin que en tiempos pasados, podra haber sido considerada anormal. En el presente ha venido emergiendo una nueva forma de constitucin familiar, las llamadas "familias monoparentales" "son aquellas compuestas por un solo miembro de la pareja progenitora y en las que de forma prolongada, se produce una prdida del contacto afectivo y ldico de los hijos no emancipados, con uno de los padres" (Buitrago & Vergeles, s/f). Es necesario tomar en cuenta que el surgimiento de esta nueva forma de constitucin familiar, es un evento generalizado a escala mundial, y que de ninguna forma se reduce a un contexto social determinado. A partir de esto, el presente trabajo pretende abordar a las familias monoparentales, dentro de las que destaca como caracterstica general, la ausencia del padre, ausencia que puede ser considerada a la hora de entender el desarrollo de los hijos, como un elemento que dificulta la normalidad del desarrollo, pues aunque "la primera y fundamental relacin de la vida, es la relacin con la madre" (Klein, 1959) y "existe un apego primario por parte del nio en relacin con su madre, la cual se adapta a los ritmos naturales del bebe" (Bowlby, 1980). Si bien la figura paterna es fundamental en la constitucin del aparato psquico, Lacn afirma que este podra constituirse no obstante la ausencia del padre, mediante el discurso materno, la figura paterna, tambin adquiere una importancia considerable en la dinmica familiar y en el desarrollo del menor. De este modo aunque la figura y el rol paterno ha sido asumido por la madre, el presente tiene por objeto, a la luz de distintos autores, comprender de que modo la ausencia paterna repercute en diversos aspectos del desarrollo del hijo, y como la figura materna adquiere un carcter mayor, que el que tendra en una familia en la cual los dos progenitores estn presentes.
Con respecto al por qu de las distintas perspectivas de anlisis?, es decir qu motiv a los autores del presente a considerar importante la inclusin de una serie de autores que se presentan como psicoanalistas, asumiendo el riesgo de perder profundidad y acertividad en el anlisis del tema? Se podra resumir, en virtud de los conocimientos recopilados, que los hechos y transformaciones culturales han venido siendo incorporados por los distintos autores psicoanalticos, lo que entregara la posibilidad de realizar una lectura ms amplia del tema que ser expuesto. Y aunque estn catalogados como psicoanalistas, presentan una amplia diversidad en sus postulados, as como la inclusin de quin plantea precisamente el hecho de que existe una interrelacin y modificacin constante de la diada "sociedad individuo". Se hace referencia a Vygotsky, quin permite visualizar desde una ptica constructivista, los hechos e interrelaciones que se producen al interior de la dinmica familiar y el papel que juega la cultura en este fenmeno. Adems los autores del presente creen necesario considerar un contraste de los diversos planteamientos entregados por los autores que son presentados en este trabajo. Esto debido a que los autores presentan conceptos similares, matizados desde distintas pticas que a simple vista pudieran parecer contradictorios o poco explcitos. Por otro lado, a pesar de las diferencias encontradas en la exposicin terica de estos autores, existen ciertos puntos de complementariedad.
DEFINICIN
Las familias monoparentales son aquellas compuestas por un solo miembro de la pareja progenitora (varn o mujer) y en las que, de forma prolongada, se produce una prdida del contacto afectivo y ldico de los hijos no emancipados con uno de los padres. En esta definicin se incluyen una gran variedad de situaciones (tabla 1), lo que dificulta la comparacin de resultados entre diferentes estudios que exploran grupos de nios de madres solteras, separadas, divorciadas o viudas. Aunque la crianza de los nios puede quedar asignada al padre, el paradigma en los pases de nuestro entorno es el de familias monoparentales con presencia de la madre (biolgica o adoptiva). De hecho, entre un 80% y 90% de los hogares monoparentales tiene como responsable a una mujer. En la bibliografa aparecen como sinnimos de familias monoparentales los trminos "familias rotas", "familias disociadas" o "situaciones familiares inhabituales".
atencin prenatal hasta el tercer trimestre, con mayores tasas de prematuridad y bajo peso en sus hijos, lo que puede predecir, a posterior, peores niveles de salud y de desarrollo. *Esta informacin estadstica, presenta un conocimiento global del tema de la monoparentalidad a nivel mundial; Para conocer estadsticas correspondientes a la realidad social chilena, remitirse a los anexos al final del presente trabajo.
EVIDENCIA CIENTFICA
Las definiciones no coincidentes de familias monoparentales en los diferentes estudios, dificulta la comparacin de sus resultados, al agrupar tipos de familias heterogneas con diferentes dinmicas naturales. As, la heterogeneidad en estas familias no slo proviene del camino que han seguido en su formacin o del sexo del responsable, sino que presentan caractersticas diferentes respecto a su estatus econmico, etnia y cultura, no slo entre ellas, sino tambin comparadas con las familias tradicionales. Los primeros trabajos, ya apuntaban que los nios nacidos "ilegtimos" tenan menor adaptacin y rendimiento escolar que los nacidos en el seno de familias convencionales. Las nias de familias monoparentales con padres ausentes asistan menos regularmente al colegio y los chicos de 11 aos presentaban con mayor frecuencia enuresis nocturna (Roberts, 1995). Adems, los progenitores solos, que han de atender a las ansiedades y dificultades del desarrollo humano temprano, son ms proclives a descompensaciones psicopatolgicas, as como a proporcionar a sus hijos o a los nios a su cuidado, un tipo de trato inadecuado para su desarrollo. Las familias monoparentales y el padre/madre no biolgico son uno de los aspectos familiares sealados como indicadores asociados al maltrato fsico o negligencia en el cuidado fsico de los nios (Carrera, 1996). La prdida de uno de los cnyuges marca la evolucin de la familia en el aspecto afectivo, educativo y econmico, ya que, la ausencia del padre/madre supone que el superviviente tiene que asumir nuevos y distintos papeles, lo que origina un estrs aadido que no se encuentra en las familias biparentales. Esta situacin puede facilitar la aparicin de enfermedades psicosociales y condicionar un incremento del uso de los servicios de salud. Desde un punto de vista demogrfico, los hijos de familias monoparentales tienden estadsticamente a ser ms pobres, a abandonar el colegio prematuramente, a estar desempleados y a involucrarse en actividades delictivas con ms frecuencia que aquellos nios que, en la constitucin de su vida familiar, conviven con los dos progenitores.
SEPARACIN Y DIVORCIO
Con el extraordinario aumento de las cifras de divorcio en los ltimos 20 aos, no es de extraar que los estudios ms recientes se encaminen a investigar a los hijos de familias monoparentales surgidas de procesos de separacin y divorcio. Muchos trabajos han estudiado el impacto que sufren los nios de familias monoparentales en trminos de desarrollo emocional, conductas, probabilidad de enfermedades psiquitricas, identidad sexual, actitudes futuras hacia el matrimonio e intensidad de las transiciones psicosociales. Estos y otros estudios indican, en resumen, que los hijos de familias monoparentales tienen una mayor probabilidad de obtener peores resultados en una amplia gama de facetas (conductas antisociales, rendimientos en test de lenguaje, coordinacin visual, motora, etc.) que los nios que viven con ambos padres. Sin embargo, no existe una poblacin divorciada homognea, sino muchas y muchos subgrupos. La gente se divorcia por una gran variedad de razones, en diferentes momentos de la vida familiar, personal y de los hijos, y proviene de diferentes tradiciones e historias familiares. Adems, el divorcio no es un evento simple, sino que engloba una serie compleja de cambios en las relaciones familiares que se inician con el fracaso de la relacin conyugal, contina a menudo con un perodo catico de ruptura del matrimonio y sigue, en ocasiones durante aos, con desequilibrios en el seno de la familia. La expresin de los posibles conflictos derivados de la situacin de monoparentalidad asociada a separacin o divorcio de los padres es variable segn la edad o momento evolutivo del nio. Pero no existe ningn trastorno o cuadro clnico especfico de la situacin de divorcio. La reaccin o aparicin de sntomas clnicos depende, en gran medida, de la personalidad subyacente del nio y del momento evolutivo de ste. Incluso las dificultades en el desarrollo estn presentes varios aos antes del divorcio de los padres, destacando la importancia de los conflictos previos a la consumacin del mismo. Hoy sabemos que las tensiones, batallas y discordias constantes en el hogar, por un lado, y la continua presencia de la desdicha y amargura de los padres, por otro, son ms perniciosas para los hijos que el mismo trauma de la ruptura. De manera que hasta los nios de familias intactas, con alto nivel de conflictos, obtienen peores resultados en valoraciones psicolgicas que los nios de familias intactas o divorciadas con bajo nivel de conflicto (Block, 1986; Amato, 1991). Otras variables asociadas a las dificultades encontradas por los hijos de familias monoparentales son los pobres recursos econmicos de la madre, el estigma y baja expectativa social de sus hijos, la experiencia de conflictos en familias separadas o divorciadas, el estado psicolgico de la
madre, las caractersticas de la dinmica familiar en el hogar de la madre y la ausencia del padre. Las consecuencias que aparecen en los nios dependen de su nivel de desarrollo. As los preescolares tienden a manifestar "conductas regresivas": insomnio, crisis de rabietas, angustia de separacin, prdida del control de esfnteres, regresin en los hbitos de limpieza, estancamiento en las adquisiciones cognitivas, temores fbicos y sentimientos de culpabilidad. Los escolares muestran su ira intensa contra uno o ambos padres y pueden desarrollar cuadros depresivos, lo que conlleva una disminucin del rendimiento acadmico y deterioro en las relaciones con sus compaeros (Wallerstein 1980, 1987, 1991). Los adolescentes son quienes ms sufren a corto plazo inseguridad, soledad y depresin, las que pueden plasmarse en forma de fracaso escolar, conducta delictiva, consumo de drogas y vagancia. Los adolescentes y adultos jvenes mantienen vivos los recuerdos a los 10 aos del divorcio de sus padres, lo que les hace expresar angustia respecto a sus relaciones amorosas y a un posible fracaso matrimonial. Las repercusiones sobre los adolescentes tambin dependen de los factores de estrs psicosocial que pueden acompaar al divorcio y que, en orden decreciente de importancia psicolgica, son (Wallerstein, 1991; Lasa, 1996; Weitzman, 1988; Kalter, 1994): 1) El continuo estado de discordia permanente (conflicto) en la relacin de los padres. 2) La presencia de un padre emocionalmente angustiado (sobre todo el que tiene la custodia) 3) La prdida de la relacin con uno de los padres (tpicamente el que no tiene la custodia) 4) Las nuevas relaciones que establecen los padres: (sobre todo el que tiene la custodia). 5) El posible nuevo matrimonio de los padres: (sobre todo del que tiene la custodia). 6) El descenso del nivel econmico, que determina a menudo cambios de vivienda y menor disponibilidad de supervisin parental. Hay tambin evidencia de que las consecuencias del divorcio sobre los nios han disminuido desde 1960, coincidiendo con la mayor aceptacin social del divorcio.
integrar a la joven madre y de posibilitar la progresiva instauracin del vnculo afectivo con su hijo. Tambin son cada vez ms frecuentes las mujeres que deciden engendrar y criar un hijo en solitario de modo estable. Los nios de estas madres tendrn pocas vivencias de conflicto en el hogar y quizs otros factores sean ms importantes, aunque se conoce relativamente poco sobre este subgrupo de familias, pequeo pero enormemente heterogneo. De ah la necesidad de seguir investigando sobre la salud mental en los nios que se ven sometidos a vivir y desarrollarse con esta situacin de "problemtica familiar".
FALLECIMIENTO DE UN PROGENITOR
El fallecimiento de uno de los padres crea una disociacin familiar que conlleva un proceso de duelo de elaboracin psicolgica, mental y emocional con una sucesin de reacciones: estado de afliccin, seguido de defensa, una fase de retraccin de afecto y, finalmente, una fase de reanimacin. La forma en que los nios viven la muerte de sus padres est en funcin de diversos factores: edad, personalidad, comportamiento de los presentes, sexo del progenitor fallecido y del hijo, etc. Existen datos que relacionan la muerte de un progenitor con posteriores dificultades en el adulto. La muerte, como otras prdidas, hace que las crisis vitales posteriores sean experimentadas como nuevas prdidas, lo que conlleva una prdida o disminucin de la autoestima y favorece la aparicin de depresin. En definitiva, las diferentes situaciones de monoparentalidad originan repercusiones psquicas que estn resumidas en la tabla 2, mientras que en la tabla 3 aparecen los factores de riesgo, ms destacables que inciden en las dinmicas de las familias monoparentales.
INTERVENCIONES
La evolucin a largo plazo de una experiencia traumtica vivida en la infancia o adolescencia es especialmente difcil de predecir, pero gran parte de la patologa mental y conductual y de los conflictos psicosociales crnicos pueden prevenirse en un grado u otro si se abordan con sentido comn de forma precoz. Durante la infancia todos los nios se benefician del contacto con un modelo paterno respetable, racional y benvolo, aunque ste no tiene que ser necesariamente el padre biolgico. Pero en el caso del varn, la imagen del padre es especialmente importante a la hora de aprender a modular los impulsos agresivos, de formar el concepto de autoridad, de configurar la identidad masculina y de forjar el talante de padre futuro. De ah que se insista en la importancia de la
presencia de un varn y una mujer (sean o no padres biolgicos) cerca del nio en las diferentes etapas de su evolucin. Ante los nios sin padre se alza un mundo colmado de retos y amenazas, aunque no por ello las mujeres que cran y educan solas a sus hijos estn destinadas a tener hijos con problemas. La mayora disfrutan de hijos e hijas sanos, que llegan a convertirse en adultos competentes y empticos, sobre todo los que disfrutaron de buenas relaciones de apoyo con la madre. La razn es que la imagen paterna se construye en la mente de los nios, no slo de rasgos del progenitor, sino tambin de atributos de otros hombres importantes de su infancia y de cualidades paternales idealizadas que las criaturas captan de los dolos de su tiempo. Resulta evidente que aunque las madres pueden elegir no tener un compaero, los nios nunca pueden elegir no tener un padre, que en todo caso siempre existir en su fantasa. El Psicologo debe mantener una postura de escucha y comprensin, que permita percibir la vivencia y sufrimiento del nio (y a menudo de sus padres) frente a la situacin de monoparentalidad creada y los acontecimientos dolorosos que la acompaan. La intervencin fundamental consiste en detectar cuntos factores de riesgo (tabla 3) o acontecimientos traumticos estn acumulando los nios en su situacin familiar, cul ser su vulnerabilidad o capacidad para hacerles frente y cules sern las eventuales secuelas psicolgicas o psicopatolgicas actuales y futuras. El psicologo ha de tener conocimientos y sensibilidad psicosocial, habilidades para la entrevista clnica y relacin asistencial, mejorando la capacidad de ofrecer ayuda psicolgica desde las consultas que se realizaran a nivel de la atencin primaria, para as poder abordar de mejor modo, la problemtica del nio.
RECOMENDACIONES
Realizar una entrevista familiar para explicar la importancia del "rol" masculino y femenino en el desarrollo del nio, as como para facilitar o recomendar la bsqueda de una figura de apoyo para el progenitor solo. La primera entrevista ha de procurarse que sea lo ms prxima posible al evento que desencaden la monoparentalidad. La periodicidad de las entrevistas puede ajustarse a los controles del subprograma infantil y a la deteccin de los factores de riesgo (tabla 3) en la consulta a demanda. Especial atencin merece el seguimiento del embarazo de la adolescente que puede terminar en familia monoparental. Una buena relacin entre ella y sus propios padres, especialmente su madre, parece protectora y favorecedora de las capacidades personales de la adolescente. Posteriormente convendr asegurar la existencia de una figura de apoyo continuado para la
joven madre. En el caso de no existir padre que conviva con ella, ha de recomendarse la relacin continuada del nio con varones a lo largo de su desarrollo. En el caso de divorcio o separacin existe controversia en cuanto a la inclusin del padre que no tiene la custodia en las entrevistas familiares o en el tratamiento. Desde algunas opciones tericas se considera como deseable, aunque en la prctica plantea numerosas dificultades. Incluso se duda que la tendencia actual, que alterna la custodia del nio con cada uno de los padres, sea una medida adecuada en la mayora de los casos, ya que no respetara la dinmica de continuidad necesaria para el nio, primando ciertos aspectos de desculpabilizacin de los padres.
9.
.Es importante la presencia de un varn y una mujer (sean o no padres biolgicos) cerca del nio en las diferentes etapas de su evolucin.
10. El Psicologo, debe mantener una postura de escucha y comprensin, que permita percibir la vivencia y sufrimiento del nio (y a menudo de sus padres) frente a la situacin de monoparentalidad creada. 11. El embarazo de una adolescente puede terminar en familia monoparental y requiere un seguimiento especial, facilitando una buena relacin entre ella y sus propios padres, especialmente su madre.
- Sentimientos de inseguridad, depresin y malestar narcisista - Quejas somticas mltiples - Trastornos del comportamiento
Actitudes de pasividad y desinters Tendencia al autosabotaje y al fracaso Conductas delictivas Consumo de txicos Tendencias auto y heteroagresivas
A largo plazo: En la juventud y periodo - Mayores sentimientos de inseguridad adulto - Ansiedad en las relaciones interpersonales - Miedo al fracaso en las relaciones de pareja - Intensa lucha interna por no repetir las situaciones familiares de su infancia - Frecuentes conductas impulsivas en las relaciones de pareja - Mayor tendencia a repetir algunas situaciones como el divorcio
aprendido). La inclinacin al apego es una predisposicin compartida con otros mamferos, y los evolucionistas actuales consideran que sin esta conducta de apego el ser humano no habra podido evolucionar del modo en que lo ha hecho (Bowlby, 1980). El contexto cientfico de John Bowlby estuvo determinado ms por la biologa que por la fsica. Las ideas evolucionistas impregnan su pensamiento, adhiriendo a la hiptesis darwiniana de las presiones selectivas, de las cuales la predisposicin al apego es una muestra. Sus relaciones con Julian Huxley, Robert Hinde y, especialmente, con Konrad Lorenz, lo acercaron a la etologa, donde intent reunir comprobaciones de los lazos que unen a una madre con sus cras, verificando la existencia del vnculo de apego en los animales superiores. Postulara que entre las motivaciones que unen a un hijo con su madre se encuentran no slo el sexo y la nutricin, estudiados por Freud, sino tambin el apego, el cul puede organizarse en tres pautas: Apego seguro, que se ve facilitado por padres con actitud de accesibilidad y sensibilidad frente a las seales del hijo, cuando este se encuentra triste o angustiado. El Apego ansioso sera producto de conductas contradictorias por parte de los padres, aceptaciones y rechazos, el cul se manifiesta por temores a la perdida de la figura de apego y propensin al aferramiento. El desapego, sera el resultado de rechazos constantes al hijo y se caracteriza por el deseo de vivir sin el amor o apoyo de otras personas. Dada la ndole protectora del apego, adquiere importancia en su teora la angustia de separacin, o sea el temor a la prdida o alejamiento de una figura de apego. Bowlby pudo comprobar en el triste laboratorio natural de la Inglaterra de posguerra, los efectos nocivos de la separacin de los hijos de sus padres. As como en la poca de Freud predomin la nocin de "energa", el clima de mediados de este siglo y de las dcadas siguientes estuvo dominado por la idea de "informacin". Bowlby incorporara al psicoanlisis las ideas de procesamiento inconsciente de informacin, aplicndolas a las relaciones entre el nio y sus figuras de apego. Redefinira la funcin del psiquismo como el procesamiento de informacin para el sostenimiento de un lazo de apego (paradigma de supervivencia) y no lo considerara un instrumento para el control y descarga de estmulos (paradigma econmico). Bowlby presenta su teora como una alternativa a la metapsicologa tradicional del psicoanlisis (Bowlby, 1988). Bowlby entiende el trmino empata de dos formas: a) como un poderoso sostn emocional entre las personas y b) como parte de un mtodo teraputico. Veamos, en esta reflexin el punto a) donde la empata en las relaciones "padres- hijos" se articula - con la futura disposicin del sujeto a adoptar una actitud de conflicto o una de cooperacin. John Bowlby sostiene que una madre de sensibilidad corriente se adapta rpidamente a los ritmos naturales de su hijo y al prestar atencin a los detalles de la conducta del beb va descubriendo lo que a este lo satisface. Al hacerlo, dice Bowlby, no solo lo contenta, sino que tambin obtiene su cooperacin. Esta descripcin de Bowlby se refiere a perodos iniciales del
beb, preverbales. Para el autor, si bien en ese perodo es rudimentaria la capacidad de adaptacin del beb, si se le permite crecer a su propio ritmo pronto su conducta mostrar los resultados de la actitud de los cuidadores. La empata materna influye en el desarrollo del nio, estimulando su cooperacin. Como conclusin de estas ideas sobre el cuidado materno Bowlby afirma: "...los bebs humanos, al igual que los de otras especies, estn preparados para desarrollarse de manera socialmente cooperativa; que lo hagan o no, depende en gran medida de cmo son tratados" (Bowlby, 1980). Para el autor, inicialmente existira en el beb una predisposicin a desarrollarse cooperativamente. Que esto sea as estar en funcin del trato paterno. Padres empticos favorecern el desarrollo de hijos cooperativos. La ausencia crnica de empata estimular, en un futuro prximo, una tendencia hacia la hostilidad y el conflicto. Para Bowlby, existira en los padres una "disposicin a brindar cuidados" que los inclinara hacia la atencin del beb. Si el curso de los acontecimientos es normal, el progenitor experimenta deseos de cuidado: abrazar al nio, consolarlo, protegerlo, alimentarlo. Esta disposicin puede verse interferida por las experiencias infantiles de los padres. Los malos tratos o frustraciones sufridas cuando nio predisponen a brindar un maltrato al hijo o a alterar la conducta de cuidados. Recapitulando, digamos que Bowlby contempla tanto una predisposicin social cooperativa del beb como una complementaria tendencia de los padres a brindar cuidados al hijo. Bowlby sostiene la presencia de un apego primario, como una necesidad primaria el cual nunca desaparece por completo, pues permanece a lo largo de toda la vida del sujeto (lazos amorosos) - lazo de afecto- no reductible al sexo o la nutricin (Bowlby, 1980). Bowlby le otorga un mayor peso en la etiologa de los sntomas a los sucesos de la infancia. Participa de lo que podra denominarse "paradigma ambiental", entendiendo por "ambiental" el valor que los autores le otorgan a las experiencias infantiles con las figuras significativas. Sucesos de la infancia, como la ausencia crnica de empata paterna, las separaciones y prdidas sufridas por el nio, los abusos y los maltratos, contienen un potencial psicopatolgico al alterar la base afectiva que ste necesita sentir segura. Adems se puede decir que el apego tiene dos funciones bsicas: a)Proteccin: El nio se siente protegido por las figuras de apego y del mismo modo, comienza a aprender conductas de autocuidado.
b)Socializacin: En el proceso de apego poco a poco van surgiendo nuevas figuras para el individuo, aunque siempre la madre va a seguir cumpliendo un rol fundamental. (Primera figura), pues el individuo si tiene una madre apropiada sabe que siempre puede volver y ser bien recibido por ella. En relacin con el apego ansioso o desapego, estos pueden producir cuatro tipos de conductas en el individuo: a. El individuo tiende a crear una confianza compulsiva en si mismo pues, debe construirse como modelo autosuficiente; es muy difcil que realice lazos afectivos y de intimidad debido a la constante repulsa de los padres, por lo que no lograron sentirse acogidos. b. El individuo tiende a un cuidado compulsivo, poniendo prioridad al cuidado de los otros (nios parentalizados), los que deben cumplir una funcin de proteccin en relacin con otros (madre, hermanos menores, etc.). c. Bsqueda de cuidado compulsivo: Esta caracterizado por un apego ansioso. Son altamente dependientes de la figura de apego, necesitan de un cuidado intensivo, pues en la infancia no recibieron un apego consistente. d. De retirada con enfado: Reacciona violentamente ante la falta de disponibilidad de la figura de apego, eligen abandonar con rencor, producto de una inconsistencia en su infancia ( Madre Chantageadora). A partir de los conceptos expuestos en relacin con la teora del apego, se proceder a analizar la problemtica central de este trabajo que hace relacin con el padre ausente y los efectos psicolgicos que esto produce en el nio. Aunque es indiscutible que la primera y esencial figura de apego para todo nio es la madre, debido a la relacin que se establece entre la madre y el bebe en el perodo de embarazo y los primeros meses de vida debido a la proteccin, cario, confort y nutricin que la madre le entrega a este, es importante hacer referencia a otras figuras de apego que, aunque no tengan la misma relevancia que la primera, de todas formas son de importancia para el buen desarrollo del nio. Dentro de las diversas figuras de apego que el individuo va acumulando en su historia de vida como lo son los amigos, hermano, parejas, etc., destaca por su posicin y cercana familiar la figura del Padre como una figura protectora que al igual que la madre, supuestamente, acompaar a su hijo en el desarrollo. Ahora bien el siguiente anlisis, est enfocado precisamente a la ausencia del padre en la constitucin familiar, lo que se da a grandes rasgos por una serie de situaciones de
monoparentalidad como lo son: Madres solteras, separacin conyugal, Fallecimiento de un progenitor y la ausencia prolongada de un progenitor. a. Madres Solteras: Hoy en da la dinmica familiar que se desarrolla en estos casos es muy comn y a la vez bastante compleja pues la madre, por un lado debe realizar su rol de madre y a la vez debe realizar el rol de padre tanto en lo afectivo como en lo de sustentador pues, debe trabajar por un lado para sustentar a su familia y por otro lado, por su justo y merecido desarrollo personal, social y profesional. En estos casos la figura de apego central y primordial es la madre, pues es la persona que vive con el nio, lo protege y le entrega cario y confianza. Por esta razn, surge y se desarrolla un estrecho vnculo y lazo afectivo al interior de la dualidad madre/hijo, por lo que se establece un lazo de apego bastante fuerte. El nio en este caso encuentra la proteccin y la socializacin primera en la figura materna, por lo que es posible que la relacin se fortalezca bastante, creando incluso una fuerte dependencia entre ambos. En estos casos es bastante probable que emerjan otras figuras de apego para reemplazar al padre ausente como lo son principalmente los abuelos maternos en los cuales el nio encuentra, especialmente en el abuelo, una figura masculina que pasa a reemplazar la ausencia del padre. De este modo es altamente probable que esta nueva figura sea de gran relevancia para el desarrollo posterior del menor, pues el nio encontrar en su abuelo el cario, proteccin y socializacin de parte de una nueva figura complementaria a la de la madre. En esta dinmica familiar es importante que la madre se conforme como una figura central de apego y que a la vez sea una madre apropiada, para as poder fomentar el comportamiento autnomo posterior. De todos modos es importante mencionar que el nio siempre va a tener un miedo a la separacin, una angustia de separacin que se ver proyectada principalmente hacia la figura materna, pues al ser esta la figura primordial de proteccin el nio, temer perderla pues quedar desvalido. Por esta razn es fundamental realizar un apego seguro, pues de lo contrario el nio puede desarrollar problemas de afectividad en lo que hace referencia a la relacin con otros, ansiedad y socializacin. b. Separacin o Divorcio: En estos casos la ausencia del padre provoca en el nio una fuerte ansiedad de separacin, pues pierde a una de sus figuras de apego centrales. Esto, entendiendo que antes de la separacin el nio encontraba la proteccin y cario en ambas personas presentes, lo que al alejarse el padre de la dinmica familiar deja un vaco en el nio. Por esta razn las crisis matrimoniales producen una angustia de separacin en el nio sobre todo si este proceso es mal manejado. Las consecuencias que puede tener en el nio este proceso, aparte de la angustia de separacin que
provoca el alejamiento del padre es un posible apego inseguro, ya que el nio puede percibir una carencia de amor e incluso una ambigedad en el discurso de los padres. En este aspecto el nio puede caer en un modelo de cuidado compulsivo, pasando a convertirse en el hombre de la familia, preocupndose en las necesidades del otro y cuidando a su madre, especialmente si esta tiene un carcter depresivo, y a los posibles hermanos menores. De este modo el nio tiende a cumplir la funcin de proteccin. c. Fallecimiento del padre: Es bien sabido que cualquier prdida al interior de la familia produce una serie de trastornos en la dinmica familiar y en las relaciones que se producen al interior de esta. El fallecimiento del padre conlleva la prdida definitiva de una importante figura de apego para el nio por lo que se hace primordial que este viva el proceso de duelo que le significa la prdida de un ser querido, lo que le provocar entre otras cosas angustia. (cita) Adems se hace fundamental en este caso, que la figura materna le demuestre al nio cario, comprensin y apego incondicional, pues al perder la figura del padre el nio se sentir ms desprotegido que cuando contaba con sus dos progenitores. En este caso, la madre debe transformar su dinmica familiar pues debe pasar a cumplir su rol de madre, de padre en lo que a nivel afectivo se refiere y adems debe convertirse en la sostenedora de la familia. Es importante que en este perodo de prdida se fortalezca el lazo de apego existente entre madre e hijo, con la finalidad de que el nio se sienta seguro y desarrolle la confianza en su madre. d. Ausencia del Padre: Dentro de este aspecto podemos nombrar las enfermedades y hospitalizaciones, motivos laborales, encarcelamiento u otros similares. Todos estos tpicos tienen en comn el alejamiento del padre del ncleo familiar lo que producir una ansiedad de separacin en el nio, que debe alejarse de su padre, que es una figura importante para su desarrollo. Al igual que en los casos anteriores es importante que el nio no se sienta desprotegido ante el alejamiento temporal de su padre y que en ese transcurso de tiempo logre encontrar en su madre. Una madre apropiada que le proporcione atencin, cario y seguridad, para que de este modo se pueda suplir temporalmente la ausencia afectiva que le produce al nio el alejamiento del padre.
Melanie Klein.
Para examinar la conducta humana en su contexto social desde el punto de vista psicoanaltico, es necesario investigar la forma en que el individuo evoluciona desde la infancia hasta la madurez. "La comprensin de la vida social, es la comprensin de la personalidad del grupo" ( Klein, 1959).
Al explorar el desarrollo individual, el psicoanalista retrocede por etapas graduales, hacia la infancia; por lo tanto me detendr primero "en las tendencias fundamentales del nio pequeo". "Con el transcurso del tiempo los hallazgos de Freud, nos han ayudado a comprender la complejidad de las emociones infantiles y han revelado que los nios atraviesan por serios conflictos. Ello permite lograr una mejor comprensin de la mente infantil y su relacin con los procesos mentales del adulto." (Op.cit) "La comprensin retrospectiva esta basada en uno de los hallazgos esenciales de Freud: La situacin transferencial. Esta designa en psicoanlisis, "el proceso en virtud del cual los deseos inconscientes se actualizan sobre ciertos objetos, dentro de un determinado tipo de relacin establecida con ellos y de un modo especial dentro de la relacin analtica. Se trata de una repeticin de prototipos infantiles, vivida con un marcado sentimiento de actualidad" (Laplanche, 1996). Es decir, es el hecho de que el paciente reciba en su anlisis y en su relacin con el analista, situaciones y emociones tempranas, incluso muy tempranas. Por esto, la relacin con el analista exhibe a veces, an en los adultos, rasgos muy infantiles, tales como excesiva dependencia y la necesidad de una gua, junto con una desconfianza por completo irracional." (Klein, 1959). "De este modo, gracias a la cuidadosa atencin prestada a la transferencia, en la tcnica del juego, se puede lograr una comprensin ms profunda de las formas en que la vida mental en el nio y ms tarde en el adulto- sufre la influencia de las ms tempranas emociones y fantasas inconscientes, las cuales estn siempre presentes y siempre activas en todo individuo."(Op.cit) En lo que a esto se refiere, es importante sealar, "que el crear fantasas es una funcin del Yo, en donde la concepcin de fantasa como expresin mental de los instintos, por mediacin del Yo supone mayor grado de organizacin yoica, del que postula Freud. Este supone que desde el nacimiento el Yo es capaz de establecer relaciones objetales primitivas en la fantasa y en la realidad" (Klein en Segal, 1984). Por este motivo Klein propone la hiptesis "de que el nio recin nacido experimenta, tanto en el proceso del nacimiento como en la adaptacin postnatal, una ansiedad de naturaleza persecutoria. (Op.cit). "es caracterstico de las emociones del nio muy pequeo, ser extremas y poderosas. El objeto frustrador (malo) es sentido como un perseguidor terrible; el pecho bueno tiende a transformarse en el pecho "ideal" que saciara el deseo voraz de gratificacin ilimitada, inmediata e incesante. Como el pecho alucinado es inagotable, la voracidad queda momentneamente satisfecha, (pero la sensacin de hambre, tarde o temprano vuelve al beb al mundo externo y entonces la frustracin, juntamente con todas las emociones que origina, es nuevamente vivenciada)" (Klein, Heimann y Riviere, 1971).
Lo anterior se traduce en el beb, en "negacin en su forma extrema tal como la hallamos en la gratificacin alucinatoria lleva hasta el aniquilamiento de cualquier objeto o situacin frustradores y est ligada al fuerte sentimiento de omnipotencia que prevalece en los primeros estadios de la vida" (Op.cit). Esta dinmica de carcter inconsciente, en donde se mezclan tanto elementos internos como externos, ha sido denominada por la autora como la "posicin esquizo-paranoide", la cual comienza con el nacimiento y culmina alrededor de los tres o cuatro meses de vida del menor. Para esta autora, tanto la capacidad de amar como el sentimiento de persecucin tienen profundas races en los primeros procesos mentales del bebe y ambos estn dirigidos en primer lugar hacia la madre. Los impulsos destructivos y sus concomitantes - resentimiento por la frustracin, el odio que esta despierta, la incapacidad que esta genera, la incapacidad de reconciliarse y la envidia hacia el objeto todopoderoso, la madre, de quin depende su vida y su bienestar son emociones diversas que despiertan la ansiedad persecutoria en el beb. Klein afirma que el yo "existe y opera desde el nacimiento y que adems tiene a su cargo la importante tarea de defenderse contra la ansiedad provocada por el conflicto interno y por las influencias del exterior." (Klein, 1959) "A la luz de mi labor analtica con nios, llegu a la conclusin de que la introyeccin y la proyeccin funcionan desde el comienzo de la vida postnatal como dos de las primeras actividades del yo, el cual segn mi criterio acta a partir del nacimiento" (Op. Cit). Considerada desde este ngulo, la introyeccin significa que el mundo exterior y su impacto, las situaciones vividas por el beb y los objetos que este encuentra, no solo se experimentan como externos, sino que se introducen en el si- mismo y llegan a formar parte de la vida interior. Es imposible evaluar, incluso en el adulto, sin estos agregados a la personalidad derivados de la introyeccin continua. La proyeccin, que tiene lugar de manera simultanea, implica la existencia en el nio de una capacidad para atribuir a quienes lo rodean sentimientos de diversa clase, entre los que predominan el amor y el odio" (Klein, Op. Cit). "He llegado a la conclusin de que el amor y el odio hacia la madre estn ligados a la capacidad del beb muy pequeo de proyectar en ella todas sus emociones, transformndola as en un objeto bueno y a la vez peligroso." ( Op.cit) " Algunas de las conclusiones de Freud implican que el yo se desarrolla mediante la introyeccin de objetos. En lo que concierne a la fase ms temprana, el pecho bueno,
introyectado en situaciones de gratificacin y felicidad llega a ser a mi entender, parte vital del yo y fortalece la capacidad de amar del bebe" (Klein, Heimann y Riviere, 1971). " Si el beb introyecta a la madre en su mundo interior como un objeto bueno y seguro, se suma al yo un elemento de fuerza, pues considero que el yo se desarrolla en gran parte en torno de ese objeto bueno y que la identificacin con las caractersticas buenas de la madre se convierte en la base para ulteriores identificaciones beneficiosas. La identificacin con el objeto bueno tiene manifestacin en el nio que copia las actividades y actitudes de la madre; es factible observarla en el juego y, muchas veces, en su conducta frente a nios ms pequeos. Una fuerte identificacin con la madre buena facilita la identificacin con un padre bueno y, ms tarde, con otras figuras amistosas." (Op.cit) " Resulta evidente que la buena relacin entre los padres y entre estos el nio, y una feliz atmsfera en el hogar, desempean un papel vital para el xito de este proceso. Ahora bien, esta autora plantea como hiptesis la existencia de un complejo de Edipo temprano, entendiendo por tal la relacin edpica tal como la experimenta el beb al comienzo de la posicin depresiva (segn planteara la autora "en el quinto o sexto mes despus del nacimiento, el beb comienza a temer el dao que sus impulsos destructivos y su avidez podran causar o haber causado- a sus objetos amados" (Klein, 1959) " experimenta ( el/la nio) sentimientos de culpa y el anhelo de proteger esos objetos y de repararlos por el dao causado" (Op.cit), vale decir, la experimenta en trminos pregenitales antes de alcanzar la genitalidad. Esto significa que el beb, en un comienzo, define su relacin con sus padres en trminos orales, as como tambin fantasea que sus padres intercambian entre s gratificaciones que al principio son orales, pero que bien pronto comienzan a ser tambin anales, uretrales, etc., (est proyectando sus impulsos pregenitales), hasta que finalmente desemboca en el complejo de Edipo propiamente dicho, fundado ya en la genitalidad." (Klein en Segal, 1984). Segn lo sealase esta autora, la relacin con los padres supone una importante influencia en el desarrollo del menor, pero al encontrarse este siendo miembro de una familia de carcter monoparental desde el momento de su llegada al mundo y teniendo esta a la figura paterna como la ausente en dicha familia, significara que el menor desde su nacimiento introyectara de su medio slo la relacin que ha establecido con su madre (y por ende, a ella como objeto primario), eso mientras halla sido la madre quien hubiese permanecido junto al beb desde sus primeros das. Sin embargo al tener en cuenta el hecho que es una familia de carcter monoparental con padre ausente, la revisin llevada a cabo, permite sostener que en Chile, es precisamente la madre quin debe ser la sostenedora de ese hogar, en cifras "uno de cada
cuatro hogares (25,3%), en 1992, tena jefa de hogar mujer" (MIDEPLAN, 1992), hecho que a la luz de los antecedentes tericos anteriormente expuestos, tendran una importante repercusin en el desarrollo del menor. Ya que al estar la madre ausente por motivos laborales, la introyeccin y posterior proyeccin que el menor realiza en relacin al objeto primario que es su madre, se vera afectada, debido a que el menor permanecera gran parte del da con una sustituta materna (en el mejor de los casos). " He propuesto la hiptesis de que el nio recin nacido experimenta tanto en el proceso de nacimiento como en la adaptacin a la situacin postnatal, una ansiedad de naturaleza persecutoria. La explicacin es que el beb, sin poder captarlo intelectualmente, vive de modo inconsciente cada molestia como si le fuera infringida por fuerzas hostiles. Si se le brinda consuelo sin tardanza, la forma amorosa en que se lo sostiene y la gratificacin de recibir alimento, surgen emociones ms felices. El beb siente que tal consuelo proviene de fuerzas bondadosas y, segn mi opinin, ello hace posible la primera relacin amorosa del nio, con una persona o, como dira un analista, con un objeto. Mi hiptesis es que el beb posee una percepcin inconsciente innata de la existencia de la madre" (Klein, 1959). "Sin embargo, el beb no solo espera alimento de la madre, sino que tambin desea amor y comprensin, tomando en cuenta que adems existe una cierta unicidad inconsciente, basada en el hecho de que el inconsciente de la madre y el nio estn en estrecha interrelacin."(Op.cit) Basndose en lo anterior, existen algunos aspectos a considerar en el caso particular de las familias monoparentales. Primeramente el nio de un modo inconsciente es capaz de percibir que su madre no se encuentra a su lado, por lo que desarrollar una ansiedad de carcter persecutorio. Lo anterior debido a que si bien las necesidades de cuidado y alimento pueden ser suministradas por "esta madre sustituta"(nana), la misma no podr brindar al menor el mismo cario y consuelo que el nio percibira de la relacin dual que tendra con su madre. Este consuelo dificultosamente podra ser considerado por el infante como proveniente de fuerzas bondadosas, ya que si el menor llora porque tiene hambre, tal vez se le provea de alimento. Pero si lo hace debido a que est carente de afecto materno (pecho bueno), el cuidado que pueda suministrar esa madre sustituta, no aplacar la necesidad de contacto fsico y psquico que solo la madre verdadera puede entregar, lo que ser interpretado por el menor como una fuerza externa de carcter persecutorio. Tal y como se expresara anteriormente, en el proceso de introyeccin, los elementos del mundo externo pasaran a conjugarse con los de naturaleza interna ampliando el contacto con la realidad, tanto fsica como psquica. "La proyeccin, que tiene lugar de manera simultnea, implica la existencia en el nio de una capacidad para atribuir a quienes lo rodean sentimientos de diversa clase, entre los que predominan el amor y el odio" (Klein.1959). Entonces se est en
condiciones de afirmar, que si la introyeccin se ve afectada negativamente, la proyeccin lo ser de igual forma. Para Melanie Klein, tienen una gran importancia entonces las races tempranas de la constelacin edpica y podemos decir entonces que el complejo de Edipo va desarrollndose desde una primitiva relacin oral hasta la situacin genital tal como fuera descripta por Freud, entre los 3 y los 5 aos de edad. "Tanto para el varn como para la nia el primer objeto de deseos es el pecho de la madre y al padre se lo percibe primero como rival. Pero ante las ansiedades persecutorias y depresivas experienciadas en relacin con la madre y su pecho, el pene del padre se convierte rpidamente, para ambos sexos, en un objeto alternativo de deseo oral hacia el que la criatura se puede dirigir apartndose del pecho" (Klein en Segal, 1984). "Para la nia, esta primera aproximacin oral al pene es un paso hacia la heterosexualidad, que prepara el terreno para la situacin genital y al deseo de incorporar al pene en su vagina. Pero al mismo tiempo contribuye a sus tendencias homosexuales en la medida en que, en ese estadio del desarrollo, el deseo oral se vincula con la incorporacin y la identificacin y el deseo de ser alimentada por el pene se acompaa del deseo de poseer un pene propio" (Op.cit). "Para el varn este volverse hacia el pene de su padre como alternativa del pecho de su madre, es primeramente un movimiento hacia la homosexualidad pasiva, pero al mismo tiempo la incorporacin del pene de su padre lo ayuda a identificarse con l y de este modo fortifica su heterosexualidad." (Op.cit) "A medida que avanza el desarrollo va predominando el fin genital, y con su predominio flucta cada vez menos la eleccin entre ambos padres. Se hace una eleccin ms definida y duradera del progenitor del sexo opuesto como objeto de deseos libidinales, a la vez que aumenta la rivalidad y la identificacin con el progenitor del mismo sexo. El creciente sentido de la realidad trae consigo la percepcin del propio sexo y ayuda al nio a renunciar parcialmente de sus deseos homosexuales y a aceptar el propio sexo. De este modo se prepara gradualmente el escenario para el complejo de Edipo clsico en trminos genitales" (Op.cit). "Las fantasas del varn se centran alrededor del coito con la madre y los temores de castracin; las de la nia en el coito con el padre y la ansiedad de que la madre ataque" (Op.cit). "Un ejemplo interesante de la influencia de las primeras actitudes a lo largo de toda la vida, es el hecho de que la relacin con las primeras figuras sigue reapareciendo y que los problemas infantiles no resueltos se reviven, aunque en forma modificada. Por ejemplo, la actitud hacia un
subordinado o un superior repite, hasta cierto punto, la relacin con un hermano o con uno de los progenitores. Si conocemos a una persona amistosa y servicial, revivimos de modo inconsciente la relacin con un progenitor o un abuelo amado; mientras que un individuo mayor altanero y desagradable vuelve a provocar las actitudes rebeldes del nio hacia sus padres. No es necesario que esas personas sean fsicas o mentalmente parecidas a las figuras originales, o siquiera que tengan parecida edad real; Basta algo en comn en su actitud. Normalmente la revivencia de situaciones tempranas est limitada y rectificada por el juicio objetivo. Es decir, todos podemos sufrir la influencia de factores irracionales, pero en la vida normal estos no nos dominan" ( Klein, 1959).
Jacques Lacan
En lo que hace referencia al "Espejo", este se divide a grandes rasgos en tres etapas: En una primera instancia, el nio al ver su imagen en el espejo, reacciona como si esta fuese una realidad o al menos la imagen de otro. En un segundo momento, el nio ya no considera la imagen como real, ya no intentar apropiarse de esta y en una tercera instancia, el nio reconoce en la imagen, su propio cuerpo, lo que permite realizar un proceso de identificacin, en donde, el nio comienza a formar su propia identidad. Adems hay que hacer notar que esta tercera etapa del espejo se corresponde con la primera etapa del Edipo. El nio al franquear exitosamente esta etapa, al integrar su imagen a su propio cuerpo es decisivo para la conformacin del sujeto. Es importante mencionar que por una parte el estadio del espejo constituye el advenimiento de una unidad, de una subjetividad cenestsica, permitiendo una primera experiencia de localizacin del cuerpo y por otra parte determina una alienacin, una sujeccin del nio a su imagen, a sus semejantes, al deseo de la Madre Por otra parte en lo que hace referencia al complejo de Edipo, este es fundamental para el acceso del sujeto, al orden simblico, al orden social, al igual que el espejo, este se divide en tres etapas. Jacques Lacan adoptar mas bien un punto de vista estructuralista en relacin al complejo de Edipo. Si bien no refiere un complejo de Edipo temprano y sita el Edipo ms adelante en el tiempo, en la fase flica, tal como lo haba hecho Freud, tiende a ver en Edipo una estructura donde todos los elementos, al interactuar, van determinndose mutuamente.
Estos elementos son padre, madre, hijo, pero estos tres elementos no son suficientes para crear los 3 lugares o roles paterno, materno y del hijo, sino que es preciso un cuarto elemento, el falo, que permita articular los tres primeros, posicionando uno en relacin al otro. Para decirlo en otras palabras, se requieren cuatro elementos para constituir tres lugares, siendo el falo ante todo un smbolo, el smbolo de una ausencia. Cmo llega a constituirse la estructura edpica a partir de esta falta?, Cmo el nio o la nia van atravesando estas vicisitudes? Lacan har una descripcin del proceso en tres etapas o momentos, que son ms lgicos que cronolgicos en el sentido de que un momento presupone el anterior, ms all que ellos puedan darse simultneamente o no. En un primer momento del complejo de Edipo se plantea una relacin dual: madre-hijo. Se trata de un vnculo que es afectivamente muy fuerte, en cuanto estn unidos ya desde esta primera etapa por una ausencia, es decir, cada uno de ellos tiene una carencia que busca llenar en el vnculo con el otro. El nio necesita vitalmente alimento, afecto, cuidado, proteccin, y estas necesidades y demandas pueden ser satisfechas por su madre. Por su parte, la madre necesita del hijo para su completamiento narcisista: teniendo un hijo se siente ahora completa, lo que le permite de alguna manera recuperar lo perdido en la castracin que, desde un punto de vista real es el pene como rgano sexual y desde un punto de vista simblico es el falo, entendido este como lo que simboliza la ausencia de aquello que permite la completud. Cabe pensar que el nio necesita contar siempre con la madre para subvenir a sus necesidades y demandas y la forma que encuentra de hacerlo es identificndose con aquello que la madre ms desea, que era, como dijimos, el falo. Es como si el nio dijese, para explicarlo de alguna forma: "si soy aquello que mi madre ms desea, entonces ella nunca me abandonar", con lo cual este primer tiempo alcanza su culminacin cuando el nio queda identificado con el falo de la madre. "El deseo del nio es el deseo de la madre", y desde entonces el deseo tendr esta estructura: "el deseo es el deseo del otro". El primer tiempo del Edipo queda entonces configurado como una estructura deseante: es el encuentro de dos deseos que buscarn la mutua satisfaccin en el vnculo. En un segundo tiempo irrumpe en la escena idlica madre-hijo la figura paterna. Aparece aqu un padre que busca cortar esta relacin, privando a la madre de su falo-hijo (castracin simblica) y al hijo de su madre. Bajo amenaza de castracin, el padre impone al hijo una desexualizacin de su relacin con la madre. Aparece entonces el padre funcionando como la Ley de la prohibicin del incesto, es decir como Padre simblico. El "soy el falo de mi madre" ya no tiene la seguridad del primer tiempo y el nio ingresa en la dialctica tpica de este segundo momento: "ser o no ser el falo de mi madre", es decir, "ser o no ser" directamente, porque ese ha identificado total e
ntegramente con esa carencia de la madre. Podramos decir que la amenaza de castracin es una amenaza a su propia identidad, proceso doloroso pero necesario para que el nio pueda acceder luego a su propia subjetividad, ya que hasta entonces su identificacin con el falo materno no mantena indiscernible de ella, del mismo modo que un pene forma parte del cuerpo. En el tercer tiempo aparece en escena un padre que ha resaltado su posicin: mantiene la prohibicin, pero ofrece al nio una salida, una posibilidad de vinculacin con un otro fuera de la familia. La ley de la prohibicin del incesto prohibe la endogamia, pero permite la exogamia. Como esta es la salida que el mismo padre haba elegido al elegir a su madre, el nio har 'como el padre': podr tener un falo como el de l, que podr usar con otras mujeres fuera de la familia (el falo, aqu, pasa a representar no aquello que a la madre le falta sino al pene del padre). Se establece as una nueva identificacin, del nio con su padre y entonces de 'ser' el falo (primer momento) pasar ahora a 'tener un falo' como el de pap. Esta identificacin secundaria le permitir al nio acceder a una nueva identidad que lo recortar ntidamente de los otros y podr acceder a su propia subjetividad. En esta tercera etapa se realiza la identificacin con el Padre, en donde se ingresa al orden simblico, al orden del lenguaje y al orden social, en donde el Padre significa la ley y es preciso adems, que la madre reconozca en el padre la ley, mediante lo cul el nio podr reconocer la ley del padre. La resolucin del Edipo permite al nio participar de la ordenacin del mundo, de las cosas y de los seres. Dentro de la temtica de la monoparentalidad, bajo la ptica de este autor, es importante sealar una serie de elementos que se hacen fundamentales para entender esta dinmica de constitucin familiar, que se resume en la ausencia del Padre. En la sucesin del Edipo en el estadio del espejo, se requiere que la madre reconozca al padre como autor de la ley, suceso por el cul el nio logra reconocer el nombre del padre, lo que determina una serie de problemas si la madre reniega la funcin del padre y el nio no acepta la ley, este queda inmerso en lo imaginario, esto es, la sujeccin del nio a la madre. Esto queda claramente expresado en las situaciones que las madres solteras reniegan y descalifican (Con justa razn a juicio de los autores), la figura paterna, con apreciaciones como: "Tu padre no tuvo el valor y nos abandon", privando al menor de la posibilidad de acceder a una figura paterna real, que constantemente es rechazada o ignorada por la madre, debido a la situacin de abandono que desarrolla tanto ella como su hijo. Situacin similar ocurre en la dinmica de las separaciones matrimoniales, en las cuales, la mayora de las veces la madre, que es la poseedora de la tuicin de los menores (como lo es en el caso de chile, a menos que esta se encuentre impedida de cumplir esta disposicin segn
puntuales factores legales), reniega y descalifica la imagen paterna, que cada vez se distancia ms de la imagen ideal del padre, sin contar el paulatino alejamiento fsico y afectivo entre Padre e Hijo. De este modo, el nio no logra acceder a la ley del padre, pues la madre lo dificulta con su discurso negatorio. Por el contrario si la madre y el nio aceptan la ley del padre, como suele ocurrir en caso de fallecimiento o alejamiento temporal del Padre por situaciones determinadas, el nio lograr identificarse con este, pues aunque el padre real este ausente fsicamente, este seguir presente en el discurso materno como autor de la ley, desarrollndose de este modo una castracin simblica, donde el padre castra al nio diferencindolo y separndolo de la madre, para as permitir que el menor acceda a lo simblico, superando de este modo el complejo de Edipo y permitiendo as un desarrollo normal de la psiquis del menor. En este momento el nio se incorpora a la triada familiar, trascendiendo a la relacin dual con la madre, incorporndose al mundo de la cultura y el lenguaje. De esta manera en el deseo inicial del nio hacia la madre, este tendr que experimentar su ausencia, ya que esta con el padre al interferir su ley, dndose de este modo una crisis en la identificacin con la madre, que se establece a un nivel imaginario. El final y resolucin de esto, implica la capacidad del nio de nombrar la causa de la ausencia de la madre y de nombrar al padre e integrar su ley incorporndose al lenguaje, donde es totalmente dominado por el orden simblico. De todos modos, se hace fundamental mencionar que el padre en el nio existe en este antes de un contacto fsico con l, lo que puede darse en las diversas dinmicas de monoparentalidad, ya que la imagen paterna pre- existe en su hijo por medio del discurso de la madre (a menos que esta lo niegue) de esta manera el nio va quedando sujeto al orden de lo imaginario y busca directamente a su padre y al no encontrarlo en su madre, le da as una doble ausencia del padre: Por un lado por la negacin de la madre y por otro por la negacin que el padre hace de su hijo incluso antes de su presencia. Situacin que suele ocurrir en el caso de las madres solteras, en donde los padres no han querido reconocer su condicin de paternalidad. El hecho de encontrarse an en el orden de lo imaginario impedira alcanzar la subjetivacin, lo que a su vez influira negativamente (cuando el nio sea adulto y debido a su permanencia en lo imaginario) en aspectos de su vida personal tales como, la capacidad para establecer en el futuro una adecuada relacin de pareja o su futura paternalidad, pues al permanecer en lo imaginario nunca ser capaz de concretar aquellos aspectos que tengan que ver con sus intereses personales, y con su desarrollo como individuo.
Es fundamental que el nio logre el reconocimiento de su padre, sea cual sea su condicin familiar, para as lograr transcender del plano imaginario para ingresar a lo simblico al incorporar la ley del padre estableciendo la clave para la conformacin del yo del menor y de su subjetividad, convirtindolo as en un sujeto inmerso en una articulacin cultural. Es importante destacar que si bien el nio puede no vivir el afecto y el reconocimiento de su padre, situacin muy comn en la dinmica de las madres solteras, si puede lograr identificarse con l a travs del ideal de padre, que, aunque se diferencie radicalmente del Padre real, le permitir al menor constituir en su interior una imagen paterna adecuada para su desarrollo. La no-superacin del Edipo en el estadio del espejo afecta la formacin del yo y de la subjetividad de un individuo negndole su acceso al desarrollo como ser en lo simblico. En los casos de monoparentalidad, se hace fundamental la presencia de la madre( y la presencia del padre a travs de su discurso), para as de este modo lograr la identificacin con el padre, lo que permitir la conformacin de la triada familiar que incorpora al sujeto en su marco Socialcultural.
L.S Vygotsky
El desarrollo de la psicologa Rusa est caracterizada por la intensa relacin que establece con los acontecimientos socio polticos acaecidos tras la revolucin de 1917. Otra caracterstica la constituye la estrecha relacin entre las posiciones tanto ideolgicas como filosficas marxistas que reflejaron una predominancia de esta teora mucho mayor de la que se le es otorgada comnmente. La investigacin psicolgica constituye uno de los instrumentos bsicos al servicio del estado para transformar la conciencia de los seres humanos, con vista a una sociedad socialista. En este contexto social Vygotsky se incorpora activamente en el proyecto de hacer una sociedad nueva, se hace conocedor en profundidad de los trabajos de Marx, Engels y Hegel, toma el marxismo y la dialctica como una herramienta de pensamiento propio, pero sin adscribirse personalmente al marxismo. No obstante lo anterior este autor realiza una sntesis entre la psicologa y los postulados de estos autores. En base al materialismo histrico, considera al ser humano como un individuo definido en trminos de praxis, es decir como ser productor, transformador y creador, esta esencia la concibe a su vez como dada efectivamente en su vida real, es decir en su propia existencia social- histrica. Sus categoras y principios tericos persiguen un triple objetivo:
a. b.
Alejarse de todo reduccionismo y de cualquier forma de idealismo; Tender a explicar los fenmenos basndose en el modelo de las ciencias de la naturaleza y no contentarse con descripciones; y
c.
Adoptar una perspectiva gentica (o dialctica) buscando la explicacin en la historia y en el desarrollo (Mart, E. 1991).
Vygotsky postula que el ser humano est determinado y a la vez determina a travs de la interaccin con el medio, lo que le otorga el carcter interactivo al ser humano, como transformador de la realidad. Se valoriza el carcter cognitivo. Desde el momento del nacimiento el ser humano cuenta con un sustrato biolgico, lo que le permite establecer contacto con el otro y desarrollar las caractersticas secundarias, como son las entregadas por su medio social. Para Vigotsky el desarrollo humano no puede ser comprendido sin considerar la forma en que los cambios histrico- sociales afectan al comportamiento y al desarrollo. La conducta es considerada social, creada por la sociedad y transmitida al individuo, los principales cambios culturales pueden alterar nuestra visin del mundo, clasificarla y organizar nuestra conciencia interna. Vygotsky estaba convencido de que la asimilacin de las actividades sociales y culturales eran la clave del desarrollo humano y que era la asimilacin el aspecto que distingua a los hombres de los animales. La teora socio- histrica de Vygotsky contempla el desarrollo en funcin de la actividad y de la interaccin social. El contexto social del nio canaliza el desarrollo, de forma que el desarrollo cognitivo se convierte en un proceso de adquirir cultura. El pensamiento se desarrolla a raz de la experiencia en la actividad estructurada socialmente, a medida que el nio va asimilando el proceso y prcticas que le ofrece la sociedad y sus miembros. Lo antes expuesto es esencial para entender los procesos mentales, en los escenarios donde actan los nios. Los adelantos en el desarrollo suceden cuando los nios, en el proceso de asimilacin de lo que han practicado en las interacciones sociales; reconstruyen o transforman el proceso o la actividad. Cuando los nios reconstruyen un proceso, pasan por una serie de etapas espirales, pasando por el mismo punto en cada nueva reconstruccin, pero en un nivel superior. En cada nuevo nivel ganan un mayor control sobre su comportamiento. Al conjunto de actividades que el nio es capaz de realizar con la ayuda, colaboracin o gua de otra(s) persona(s), Vygotsky le llama "nivel de desarrollo potencial", diferencindolo del nivel de
desarrollo actual, que es aquel que corresponde a ciclos evolutivos llevados a cabo y que se define operacionalmente por el conjunto de actividades que el nio es capaz de realizar por el mismo, sin la ayuda de otras personas. La zona de desarrollo potencial sera entonces, la distancia entre el nivel actual de desarrollo, determinado por la capacidad de resolver independientemente un problema y el nivel de desarrollo potencial, determinado a travs de la resolucin de un problema bajo la gua de un adulto o en colaboracin con otro compaero ms capaz (Riviere, A. 1983). " es el rea en que los nios, con la ayuda de un adulto o de otro nio ms capacitado, resuelven los problemas que nunca podran solucionar por si solos. Cuando trabaja en esta zona, la persona experimentada tiene que tener alguna comprensin acerca de las necesidades del nio y funcionar como sistema de apoyo, alentando al nio a que aprenda y se motive. Esta ayuda le capacita para asimilar el conocimiento y por lo tanto ser capaz de controlar un sistema o funcin nueva. Es aqu donde aparece la zona de desarrollo prximo, para describir el papel crtico que juegan las influencias sociales en el desarrollo cognitivo. El concepto de "zona de desarrollo potencial" sintetiza la concepcin del desarrollo como apropiacin e internalizacin de instrumentos proporcionados por agentes culturales de interaccin; posibilita una definicin prospectiva del mismo, por lo que la importancia prctica es mucho mayor. Adems, la nocin de desarrollo potencial es decisiva para analizar el papel de la imitacin y el juego en el desarrollo del nio. Podemos decir que aquello permite la transformacin del desarrollo potencial en actual, mientras que el juego crea una zona de desarrollo prximo en el nio" (Mart, E. 1991). La humanizacin se realiza en contextos interactivos en los cuales las personas que rodean al nio no son objetos pasivos o simples jueces de su desarrollo, sino compaeros activos que guan, planifican, regulan, etc., las conductas del nio; son agentes del desarrollo. Este autor plantea dentro de su teora dos tesis centrales:
Tesis de la gnesis social: el pensamiento y la conciencia, estn determinados por las actividades realizadas con otras personas, en un entorno social determinado. As como por ejemplo la familia funciona en relacin al medio social, la cultura en que esta se encuentra inserta, influye directamente el proceso de desarrollo que el nio va a experimentar.
Tesis de la mediacin: la cooperacin social se realiza mediante instrumentos (herramientas y signos) y mediante la interiorizacin progresiva de estos se constituye el pensamiento consciente, que regula las otras funciones psquicas.
Es posible entender el desarrollo, como un proceso de crisis y revoluciones, en que perodos de crecimiento estable son seguidos de cambios bruscos, lo que caracteriza a los momentos de transicin y a la vez, son nuevas formas de mediacin. Vygotsky concibe el desarrollo humano como la sntesis de dos rdenes genticos: la maduracin orgnica (evolucin de la especie, reflejado en el desarrollo madurativo) y la historia cultural. Ambos inciden en el desarrollo psicolgico del nio. Otro aspecto importante a destacar en la teora de Vygotsky, es la existencia de fenmenos fosilizados. Estos procesos slo retienen algunos aspectos de la historia del individuo, siendo formas de conducta que se encuentran en los procesos automatizados, que a fuerza de repetirse se han vuelto automticos. Es este carcter automtico el que plantea grandes dificultades al anlisis psicolgico, pues la apariencia externa de los fenmenos, no nos dice nada acerca de la naturaleza interna (Vygotsky, 1979). La concepcin de desarrollo de Vygotsky incluye al pensamiento y la conciencia, como determinados por las actividades realizadas con otras personas en un entorno social determinado; no son la emanacin de caractersticas estructurales o funcionales internas. Por otro lado la cooperacin social se realiza mediante instrumentos y es a travs de la interiorizacin progresiva de estos instrumentos de cooperacin, como se construye el pensamiento consciente que regula entonces las otras funciones Lo que caracteriza estos momentos de transicin son precisamente nuevas formas de mediacin. Esta ocupa un lugar central en la teora de Vygotsky y es considerada por muchos autores como su aportacin ms importante a la psicologa. El anlisis de la mediacin debe hacerse desde la actividad, entendiendo esta como un sistema de transformacin del medio con ayuda de instrumentos. Estos instrumentos pueden ser materiales o psicolgicos, como los signos. Estos ltimos permiten regular y controlar la conducta junto con el lenguaje. Ambos (herramientas y signos) son sistemas artificiales y, por lo tanto, sociales. La significacin es precisamente para Vygotsky, la creacin y el uso de signos (Mart, E. 1991). Los grandes cambios en el desarrollo coinciden, pues, con la aparicin de nuevas formas de mediacin.
Destaca en esta teora la importancia que juegan "los otros" en un entorno social determinado y la cooperacin social (mediada por el lenguaje) en la naturaleza de la cognicin y conciencia. "El desarrollo no es aprendizaje, sino despliegue de posibilidades endgenas del sujeto; el desarrollo es condicin del aprendizaje, que constituye un proceso externo de incorporacin al medio, pero el aprendizaje no es condicin fundamental del desarrollo" (Riviere, A. 1983) "En este sentido Vygotsky planteaba que el desarrollo del nio es un proceso dialctico complejo caracterizado por la periodicidad, la irregularidad en el desarrollo de las distintas funciones, la metamorfosis o la transformacin cualitativa de una forma a otra, junto a la interrelacin de factores internos y externos y los procesos adaptativos que se superan y vencen los obstculos con los que se encuentra el pequeo" (Riviere, A. 1983). "El aprendizaje humano presupone una naturaleza social especfica y un proceso mediante el cual los nios acceden a la vida cultural de aquellos que los rodean. La maduracin por si sola no sera capaz de producir las funciones psicolgicas que implican uso de signos y smbolos, que son originalmente instrumentos de interaccin, cuya apropiacin exige, inevitablemente, el concurso y la presencia de otros" (Riviere, A. 1983). En relacin con lo anteriormente expuesto, los planteamientos de este autor, pueden constituirse en una buena base de anlisis para la problemtica central del presente, que hace referencia al padre ausente y a los efectos que esto produce en el desarrollo del nio. Primeramente, bajo la ptica de Vygotsky, se puede desprender a manera muy general que el desarrollo del nio, esta en estrecha nter relacin con la presencia, apoyo y colaboracin de los otros, especialmente si le son significativos. A partir de esto, se entiende que la relacin que el menor posea con su familia va a ser trascendental a la hora de analizar su desarrollo. La familia como primera institucin protectora y educativa para el nio, cobra una posicin primordial especialmente en los primeros aos de vida del menor, pues la cercana de sus progenitores (especialmente la figura materna), permiten que el menor comience a insertarse en un universo social y cultural. Para que se realice la interaccin que se produzca al interior de la dinmica familiar, debe ser el sustento para que el nio comience su proceso de desarrollo, que adems jams termina pues implica una evolucin y avance constante, tomando en cuenta que cada individuo es un agente de cambio y transformacin por lo que jams dejara de desarrollarse, pues siempre est adquiriendo nuevos elementos y herramientas provenientes de la sociedad.
La constitucin familiar, desde cierto punto de vista, establece el modo de realizar las interacciones al interior de la misma, por lo que, la pauta de interaccin variar segn la familia y segn los procesos internos que esta desarrolle. De este modo se puede concluir que en las familias que presentan una condicin de monoparentalidad, se desarrollar una dinmica de interaccin determinada por las condiciones en que esta familia se vea inserta. Madres solteras: En estos casos se entiende que la convivencia que el nio realiza, desde su nacimiento ha estado en relacin con la madre, que se ha convertido en la figura socializadora central para el menor. Adems se hacen presentes otros mediadores en el desarrollo del menor, como lo son generalmente los abuelos maternos (especialmente), el abuelo que en algunos casos pasa a convertirse en la figura paterna de socializacin que el nio posee, por lo que es el encargado de hacerle presente al menor, un modo masculino de interpretacin de la realidad. En estos casos, existe la implicancia del sustento familiar, el cul debe realizar la madre, por lo que se ve obligada a dejar al nio una gran parte del tiempo al cuidado de otros que comenzaran a realizar la interaccin con el menor. Esta interaccin y la cantidad de contacto con la sociedad que el nio pueda tener estaran en directa relacin con las cualidades socio- culturales que posean quienes rodeen al nio. Fallecimiento del Padre: Toda perdida al interior del ncleo familiar, provoca sin duda, una transformacin en la interaccin que se realiza al interior de la familia. De este modo el fallecimiento del Padre, provocar en el menor, la perdida de una de las figuras ms importantes para su desarrollo. Entendiendo que mientras el Padre estuvo presente, constantemente realiz una interaccin con el nio (cumpliendo su rol de mediador), ayudndolo en la insercin al mundo social en el que se desenvuelve. De este modo se puede plantear que el nio ver afectado su proceso de desarrollo, en una primera instancia, pues habr perdido una de las figuras que estimulaban su desarrollo. No obstante esta situacin, ser temporal debido a que la perdida sufrida por el nio, en un comienzo ser reemplazada por la figura materna (en la medida de lo posible), ya que el nio en su proceso de adaptacin, deber entrar en contacto con otras personas. Esto puede desembocar en el encuentro de nuevos mediadores. A pesar que la dinmica familiar debe modificarse, lo que implica un cambio en los roles al interior de la familia, como lo es que la madre pase a ser la nica sostenedora de esta, ella seguir cumpliendo, a pesar de las dificultades que esto implica, su funcin socializadora entregndole al menor las herramientas que este internalizar para su desarrollo ( en la medida que la situacin y el contexto lo permitan).
Ausencia temporal del Padre: Estos casos de monoparentalidad, son de carcter momentneo, por lo que la dinmica familiar y las relaciones que el menor tiene con su padre, no se vern tan perjudicadas como en los casos anteriores. El nio con una buena interaccin con la figura de la madre, que le permita desarrollarse de buen modo, mientras el padre se encuentre ausente, podr continuar con el proceso de internalizacin de herramientas. En todos estos casos el elemento que se ve afectado es la zona de desarrollo prximo, pues al existir una ausencia de una de las figuras centrales en la socializacin del menor, se le dificultar en menor o mayor grado pasar de su estado de desarrollo real a su estado de desarrollo potencial. Esto debido a que, para que el menor realice el paso de un estado a otro, el cual es un proceso constante, necesita de la cooperacin de otra persona ms experimentada, que en este caso son sus progenitores para as desarrollar de buen modo sus potencialidades. Ya que por una parte el nio no tendr presente la figura de su padre como agente socializador, y por otro lado, probablemente disminuir el tiempo de interaccin en relacin a su madre, pues esta se ver obligada a dejar al menor al cuidado de otros para as poder realizar el sustento del hogar.
Conclusiones
Tras la revisin bibliogrfica expuesta en las pginas precedentes es posible afirmar, a juicio de los autores, que al considerar los distintos enfoques tericos presentados, existe ms all de las diferencias individuales postuladas en cada una de las teoras, una importante complementariedad terica. Esta proporciona una visin ms acabada a la hora de abordar el tema de las familias monoparentales, pues los diferentes postulados expuestos se enmarcan en realidades socioculturales distintas, por lo que entregan elementos y aportes que ayudan a contextualizar el tema tratado, de manera ms cabal. Los diversos aportes histricos que plantean estos autores pueden convertirse en argumentos de anlisis, tal vez con un afn integrador, ya que se entiende que ninguno de los autores presentados logra plasmar en su teora, un anlisis acabado de la problemtica que constituye la monoparentalidad en el desarrollo del nio. Es posible entonces, concluir, que si bien la monoparentalidad significa una alteracin en el "normal" desarrollo de los elementos psquicos, fsicos y sociales del menor, no implica necesariamente que esto se transforme en una limitante en el posterior desarrollo del individuo. Con esto no se pretende de ninguna forma restar importancia a la influencia que tiene la figura paterna durante el comienzo de la vida, sino ms bien, destacar que este evento (ausencia del padre), trae consigo una serie de alteraciones como las expuestas en la tabla 2.
Del mismo modo en la evolucin de la dinmica familiar, ante la ausencia del padre y los efectos que esto produce, resalta la figura de la madre que en condiciones ideales pasara a ser el mediador principal y la figura de apego que el nio necesita para satisfacer sus necesidades de seguridad, afecto, proteccin, alimentacin e insercin en el marco socio- cultural. Las diversas problemticas con las que se encuentra el nio varan segn la condicin de monoparentalidad a la cuales se hayan visto expuestos.
Discusin y reflexin
"Hablamos de familias, como si todos nosotros supiramos que son. Damos el nombre de tales a grupos de personas que viven juntas durante determinados perodos y se hallan vinculadas entre si por el matrimonio o el parentesco de sangre. Cuanto ms estudiamos la dinmica de la familia, ms difcil nos resulta distinguir en que se asemeja y en que se diferencia de la dinmica de otros grupos que no reciben el nombre de familias, incluso si dejamos de lado las diferencias entre si." (Laing, 1986). La cita anteriormente expuesta tiene como finalidad ltima, entrar de lleno en la discusin respecto a la familia, ms especficamente en las nuevas estructuras que esta, (as como las repercusiones que estas modificaciones producen en sus integrantes), ha venido adoptando en el ltimo tiempo, y que a su vez reformulan da a da la concepcin de la misma. cmo entendemos la familia? Es la representacin social de la misma la que se ha venido modificando, entendiendo esta "como un producto cognitivo y simblico, acerca de algn objeto social, creado por un grupo y usado para permitir la comunicacin entre los miembros del mismo"(Moscovici en Winkler, 1996), partiendo de esta base, la concepcin de familia "tradicional" que, la mayora(?) de las personas posee ha quedado obsoleta, o cuando menos, se ha modificado substancialmente. Segn los autores, dentro de las causas que han producido este cambio, en la representacin social de la familia, se debe considerar la perdida de influencia de la visin conservadora, respecto de los fenmenos sociales. Los datos estadsticos, arrojan que tanto en Chile, como en el resto del mundo, la institucin familiar est adoptando, con cada vez ms fuerza, una nueva modalidad, esta es la de "familias monoparentales", en donde destaca mayoritariamente la ausencia paterna. En lo que a Chile respecta, un 25,3%, (1992), de las familias monoparentales, tenan como jefa de hogar a una mujer. Si el porcentaje refleja que la cuarta parte de las familias existentes en Chile, poseen este "nuevo tipo" de constitucin familiar, con un solo progenitor, cabra esperar a
juicio de los autores, que la legislacin familiar, considerara, este elemento de la realidad, en una serie de aspectos, entre los que cabra mencionar: laborales, mdicos y sociales. A fin de permitir una efectiva integracin de los miembros de este tipo de familias, en igualdad de condiciones, en asuntos tan concretos como, permisos laborales y velar por la salud tanto fsica como psicolgica de los miembros de estas familias. De la revisin bibliogrfica, anteriormente expuesta, se desprenden una serie de consecuencias, que van en directo desmedro de la integridad psquica del o la menor, como tambin del progenitor a cargo, razn por la cual, no se puede obviar esta nueva forma de construir familia.
BIBLIOGRAFA
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Son aquellos hombres que siempre viven bajo la sombra de su madre, abundan por montones los que tienen este padecimiento, no importa la raza, nacionalidad, clase social o nivel de educacin, hasta la fecha no se ha inventado un slo medicamento que elimine el mal. Todas las cosas tienen que consultarla con su mamita, de la cual an siguen simblicamente unidos por el cordn umbilical, dependen de ella para todo.
Cualquier pareja que tengan, debe contar con el visto bueno de la madre, deben estar en constante comunicacin con ella. Hacen cualquier cosa para no contradecirla, ellas, por su parte, son capaces de inventarse enfermedades con tal de mantener el control Segn pasan los aos, sta le exige cada vez ms y hasta se cree con derecho a opinar sobre cosas que son de la exclusividad de la compaera que tenga el hijo. Para los psicoanalistas entre esta madre y su hijo no se super la etapa del complejo de Edipo, es como si entre ellos hubiese una asociacin simbitica, es como si fueran la hiedra y la pared. En algunos momentos de la vida, estas madres se creen con ms derecho que cualquier mujer que tenga el hijo, se involucran en todo, se creen autorizadas a inmiscuirse y decidir frente a todas las situaciones, por ntimas que sean. Son poderosas porque los hijos son dbiles de carcter, y emocionalmente dependen mucho de la ellas, es bueno que recordemos que los victimarios existen porque encuentran las victimas adecuadas. Aunque me referido slo a los hombres, tambin existen mujeres que no se han podido abrir camino en su vida por mantener una actitud de sumisin frente a los padres, an hayan logrado la gran mayora de edad. Tuve una amiga, la cual no pudo casarse porque la madre nunca estaba de acuerdo con ninguno de los novios y cuando ella cobraba, deba darle el sueldo entero para que ella lo administrara, esta chica muri seca, sola, triste y amargada, en cambio su madre tuvo varias parejas durante su vida productiva. Estos comentarios no son con la idea de degradar a nadie, es bueno que entendamos que ambas partes necesitan ayuda psicolgica, que en el caso de los hombres, es muy difcil vivir con un hombre que no logra desprenderse de su madre, es decir, no se ha desamamatizado(palabra aprendida de mi asistente Milagros) proceso que debe darse tan pronto se llega a la mayora de edad, la noticia ms cruel es que la mujer que se case con un hombre como
ste, si l no se decide a buscar la ayuda adecuada va a estar casada con un hombre que en realidad es un nio. PENOSO,VERDAD?