Revolución en Los Andes de Sergio Serulnikov
Revolución en Los Andes de Sergio Serulnikov
Revolución en Los Andes de Sergio Serulnikov
Habla de cómo se inicia el levantamiento de los Pueblos Andinos del Perú a comienzos de
1780, las regiones afectadas iban desde Lima hasta lo que hoy en día es el norte argentino.
Los ejércitos virreinales se enfrentan contra las fuerzas de Túpac Amaru, en donde estos
últimos buscan gobernar nuevamente sus tierras ya que les fueron arrebatadas por los
colonizadores.
A mediados del siglo XVIII, dejando atrás 1780, recién ahí es reconocido Túpac Amaru por
su gran patriotismo.-
El anticolonialismo era una lucha de todas las comunidades aborígenes, la revolución
Tupamarista, el regreso del Inca, no eran buenas noticias para los peninsulares ni para los
criollos.-
La lucha de clases eran conflictos étnicos, nacidos el día que Cristóbal Colon diviso el
nuevo continente.-
1780 represento cosas muy distintas para cada comunidad.
El 1ro. de Septiembre de 1780, Katari arribo a Macha, ante la multitud del pueblo, fue
designado Cacique Principal y luego marchó a la casa del cura en donde se alojaba Alós,
exigiéndole a éste que se haga cargo de sus actos de abuso y se marchara de Chayanta.-
Se venían meses de porvenir, pero se estaba por levantar una ola de nuevos sucesos de
legitimidad aborigen, más organizado y ambicioso, su contra estaba en Cuzco, la 1ra.
civilización quien poco antes del arribo de los españoles al Nuevo Mundo, había logrado
conquistar todo el territorio Andino, el líder de este movimiento, Túpac Amaru, se
proclamaba como un Nuevo Inca Rey.-
El Asedio al Cuzco:
La Junta de Guerra, logró hacer la primera baja importante a los Tupamaristas, acontecido
estos hechos, Túpac Amaru decidió atacar la ciudad (Cuzco). Acampó en las alturas del
Pichu con unos 30.000 indígenas, los planes de éste eran negociar, que la ciudad se rindiese
o que se unieran a la rebelión.-
El 8 de Enero, las tropas Realistas atacaron las posiciones indígenas del Pichu y tras dos
días de combate intenso lograron ponerlos en fuga. Este fracaso se debió a la falta de
personal capacitado para hacer uso de las armas de fuego y a la falta de apoyo de las
comunidades indígenas.-
El 10 de Enero de 1781, el sueño de Túpac Amaru de entrar triunfante a la antigua capital
del imperio incaico llego a su fin. La rebelión en el área de Cuzco iría perdiendo impulso a
partir de entonces.-
A consecuencia de esto, la Provincia de Collao se iría tornando en la principal área de
conflicto.-
A su vez el primer foco insurgente liderado por Tomas Katari, estaba alcanzando su
apogeo, y muy pronto, surgirían nuevos levantamientos, primero en Oruro y luego en La
Paz.-
Tras la expulsión del Corregidor de Chayanta, Joaquín Alós, y la asunción de Tomas Katari
como Cacique de Macha, el orden social colapsó. La revolución fue el resultado de la
multiplicación de levantamientos locales.-
Los indígenas comenzaron violentos altercados contra la población española y mestiza, y
tiempo más tarde contra los funcionarios eclesiásticos.-
Para Septiembre de 1780, la rebelión adquirió un distintivo alcance regional; Tomas Katari,
se había convertido en un mediador entre los pueblos Andinos y el Estado, para las
comunidades indígenas no existía mayor fuente de autoridad que la suya.-
Katari cumplió sus promesas, pero a fines de Noviembre de 1780, fue emboscado y tomado
prisionero por Manuel Álvarez Villarroel, Comandante de las milicias del asiento minero
de Aullagás, el último bastión de la población hispana de la provincia, lo arresto mientras el
líder indígena estaba en las cercanías recaudando los tributos de su comunidad. La primera
semana de Enero, la situación se estaba volviendo insostenible
El 8 de enero Acuña (corregidor de Aullagas) tomo la decisión de conducir personalmente a
Katari a Chusquisaca, en donde fue interceptado por los indígenas de la prov. de Yampariez
y de la Chayanta. Acuña viéndose en situación desesperada arrojo a Katari a un precipicio,
en respuesta a esto los indios lo apedrearon a él y a sus soldados hasta quitarles la vida.
Los restos de Katari fueron velados en una aldea cercana, los indios realizaron una serie de
rituales, estos eran considerados católicos pero al día siguiente trasladaron el cuerpo de
Katari al pequeño pueblo de Quilaquila, para que el cura le diese cristiana sepultura en el
cementerio de la iglesia.
Cinco semanas más tarde miles de indígenas acamparon en las afueras de Chusquisaca
amenazando con exterminar a toda la población hispánica
El camino a Chusquisaca
Durante las 5 semanas que mediaron entre la muerte de Tomas Katari y el asedio a la
ciudad, la rebelión indígena se transformó, con el liderazgo de sus hermanos Damasco y
Nicolás, en una guerra anticolonial.
Durante las primeras semanas de 1781,la dimensión regional de la sublevación se consolido
y expandió.
En los años previos, los repartos de mercancías y la conclusión de los corregidores, con los
caciques habían suscitado reiterados provincias.
El desenlace de este proceso fue el asedio de los ejércitos campesinos a Chusquisaca, la
más antigua ciudad de la región y la sede de las 3 instituciones más prominentes del Alto
Perú.
El 13 de febrero, unos 7.000 hombres y mujeres acamparon en La Punilla. Las autoridades
de Charcas enviaron 2 clérigos a parlamentar con los indios, llevando consigo una copia de
los documentos obtenidos por Tomas Katari en su viaje a Bs. As en 1779 y la oferta de un
perdón Gral. o amnistía. Esto no era lo acordado, manifestando su desacuerdo los indios
continuaron con la toma del lugar.
El 20 de febrero ,2 días después de esta primera y única negociación más de 1.000 hombres
de las milicias de la ciudad, embistieron a los rebeldes, los indígenas intentaron resistir pero
poco pudieron hacer contra esta.
El debacle del cerco a Chusquisaca tuvo ominosas consecuencias para el futuro del
movimiento indígena.
Resistir a las tropas españolas se convirtió en una cuestión de supervivencia.
Cuando Damasco Katari estaba camino a Macha le llegaron noticias de un nuevo foco de
rebelión. Este no era liderado por los indígenas sino por las elites criollas. Y se
proclamaban en nombre de Túpac Amaru.
Criollos Tupamaristas
El triunfo del partido europeo en las elecciones concejiles de enero de 1781 fue la gota que
colmó el vaso.
La difusión de los bandos Tupamaristas a favor de los criollos y, la actitud de los vecinos
de Poopo frente al ajusticiamiento del corregidor Bodega hicieron que los europeos
sospecharan que, a la hora de la hora, los criollos se unirían a los rebeldes indígenas.
Los vecinos patricios, estaban convencidos de que los peninsulares acabarían con ellos
antes de que eso sucediese, por mano propia o de los soldados negros a su cargo. Como
resultado de este sospechoso soldados criollos rodearon la casa que oficiaba de cuartel de
las cinco compañías al grito de que sus paisanos serian masacrados por sus pares.
Los milicianos abandonaron entonces el lugar rehusándose a pasar la noche con las otras
compañías, desarmados y bajo llave, estos negaron volver a encuartelarse.
La ciudad entro en estado de liberación. Los milicianos y la plebe se congregaron en la
Plaza Mayor y los barrios populares, mas enfrascados ya en el posible choque armado con
los europeos que en el posible asalto indígena.
Al atardecer, se escucharon ruidos de cornetas, cajas, y alborotos en un barrio popular de la
villa y un cerro aledaño llamado Conchupata.
Por un lado, los jornaleros de las minas, un grupo de origen indígena numeroso y decidió
que doto a la revuelta de un nivel de organización muy difícil de alcanzar en ciudades que
acaecían de un actor social cohesivo. Por el otro, el abigarrado mundo de los sectores
populares de todas las urbes coloniales: oficiales y aprendices de los gremios de artesanos,
comerciantes al menudeo, vendedores callejeros, servidores domésticos y personas sin
empleo fijo. Era la revuelta de una comunidad, que se tornó en una batalla campal.
La villa quedo pues a merced de los rebeldes. Viendo lo desesperado de su situación ,el
corregidor Urrutia, los alcaldes y los principales oficiales y vecinos europeos huyeron esa
misma noche a Cochabamba.
La violencia y el saqueo se prolongaron durante toda la noche hasta el amanecer del 11 de
febrero (Murieron en total unos diez europeos, cinco negros y tres criollos), esa mañana una
comitiva se dirigió a la casa de Jacinto Rodríguez para solicitarle, en su condición de
teniente coronel de milicias y regidor decano del ayuntamiento, que en vista de la deserción
de las autoridades se hiciese cargo del gobierno de la ciudad.
En cuanto a los indios, cuya amenaza de invasión había sido el origen de todos los
disturbios, comenzaron a ingresar a la villa pacíficamente la misma tarde del 11 de febrero.
La revuelta original de la villa de Oruro había obedecido a la enraizada de las vecinos hacia
los europeos y foráneos. Había sido inspirada, en algunos grupos más vagamente que en
otros, por las noticias del levantamiento de Túpac Amaru, pero sus causas eran
distintivamente locales, respondían a agravios de corta y vieja data. Ahora, con la
ocupación de la ciudad por parte de las fuerzas indígenas, los criollos vieron su revuelta
tornarse en la revolución Tupamarista.
Pronto quedo en evidencia que los indígenas tenían sus propias ideas respecto de las metas
de la revolución. Además de su implacable persecución de los españoles y saqueo de sus
bienes, comenzaron a exigir la cesión de tierras a las comunidades.
Los conflictos de clases no se evaporaron por compartir una causa común: más bien
salieron a la superficie.
Para los indígenas, la rebelión no era solo un alzamiento contra la dominación española
sino contra las jerarquías sociales coloniales. Era una revuelta anticolonial en el más
profundo de los sentidos.
En Oruro, pues, el proyecto de la dirigencia Tupamarista pareció por fin materializarse: los
americanos hermanados bajo tutela del nuevo inca.
El 14 de febrero se convocó a todos los indios a un predio a la entrada de Oruro. Allí se les
agradeció los servicios prestados y, para convencerlos de abandonar la villa, se les repartió
un peso a cada uno de los presentes, un dinero que de hecho los indígenas consideraban
suyo debido a que provenía en gran parte de los tributos.
Jacinto Rodríguez llego incluso a prometer que la plata "quedaba reservada para la llegada
de su Rey Túpac Amaru". Solo la minoría accedía a regresar a sus lugares de origen. La
villa estaba gobernada por Tupamaristas, ellos eran Tupamaristas. Resulto evidente que no
se irían si no era por la fuerza.
El 16 de febrero, pues, se produjeron violentos choques tras los cuales los indios de los
pueblos comarcanos de Oruro debieron por fin abandonar la villa. La expulsión de los
insurgentes marco el final de la efímera coalición entre indígenas y criollos.
El 9 de marzo, un mes después que las fuerzas indígenas hicieran su pacifico ingreso a una
ciudad que consideraban en manos de los Tupamaristas, dos comunidades de la jurisdicción
de Oruro y dos de Paria acometieron contra la villa. El objetivo era exterminar a los
habitantes con las fuerzas realistas. Fueron derrotados por las milicias de patricios,
plebeyos y eclesiásticos.
El fracaso de los tras avances sobre Oruro indujo a los indígenas de la zona a intentar lo
mismo. A cambio de indultos por su pasada conducta, ofrecieron su colaboración en la
lucha contra los insurrectos. La pacificación final de las aéreas rurales de Oruro fue una
buena medida obra de los mismos indígenas que procuraron ganar así su derecho a
reincorporarse al orden establecido.
Los indígenas, reasumieron el pago de los tributos y el envió de mitayos a potosí. Y, poco a
poco, en pequeños grupos, empezaron a volver a Oruro, esta vez no para la ciudad bajo el
dominio de Túpac Amaru, si no para vender sus productos en las ferias.
En cuanto a los criollos, se reincorporaron a la sociedad.
El franco del sitio del Cuzco fue el principio del fin del movimiento liderado por Túpac
Amaru.
Luego de la derrota de Picchu las tropas Tupamaristas se dividieron.
Túpac Amaru, regreso a la zona de Tungasuca con el fin de reagrupar sus fuerzas.
A fines de febrero se produjo el arribo al Cuzco del visitador Gral. del Reino José Antonio
de Areche, ofreció un perdón Gral. a todos los insurgentes que se pasaran de bando, con
excepción de sus principales dirigentes e instigadores.
Unos pocos días después de arribado al Cuzco, el comandante José del Valle partió hacia el
sur, hacia la fortaleza de Túpac Amaru en Canas y Canchis.
A mediados de marzo, el ejército cuya cabeza estaba el comandante principal campamento
insurgente, Las tropas de Túpac Amaru quedaron cercadas.
El 5 de abril, cuando los víveres en efecto se estaban agotando, Túpac Amaru intento
romper el cerco, pero sus fuerzas fueron derrotadas. Túpac Amaru mismo intento escapar
cruzando un rio a nado para ocultarse en el cercano pueblo de Langui. Pero al día siguiente,
traicionado por algunos de sus seguidores, fue capturado por un grupo de soldados limeños
y entregado a Del Valle.
Túpac Amaru, su esposa Micaela Bastidas, dos de sus hijos y otros cabecillas fueron
conducidos hasta el pueblo de Urcos, en la prov. de Quispicanchis, a unas ocho leguas del
Cuzco. Fue alojado en un antiguo convento, en donde fue interrogado y sometido a torturas
por varias semanas para que confesase los nombres de sus aliados criollos, como organizó
el levantamiento, cuáles eran los planes futuros..etc.-
A la mañana siguiente, el, su esposa, uno de sus hijos, su tío, y otros allegados fueron
conducidos a la plaza central. Túpac Amaru fue obligado a presenciar cómo les cortaban la
lengua y ahorcaban a todos sus parientes.
Túpac Amaru fue luego librado de todos los grillos y cadenas, se le corto la lengua y se
ataron lazos a sus cuatro extremidades, los cuales fueron asidos a la cinchas de cuatro
caballos para que descuartizaran el cuerpo. Nunca se había visto nada así en el Cuzco.
La grotesca crueldad del martirio hizo que Areche resolviera detener la ejecución, y Túpac
Amaru fue decapitado. Su sentencia de muerte fue ejecutada el 18 de mayo.-
Los cuerpos de Túpac Amaru y de su esposa, fueron llevados a Picchu, en donde estuvieron
expuestos un tiempo hasta que se los incinero en una hoguera.
Se ordenó que se recogiesen todos los documentos de Túpac Amaru. Una vez recogidos,
debían ser públicamente quemados en la plaza central de Lima.-
Los herederos:
La captura y ejecución de Túpac Amaru no puso fin a la rebelión en el Perú, sino que forzó
un cambio en su liderazgo, centro geográfico y tácticas de combate. El mando insurgente
pasó a manos de su primo Diego Cristóbal Túpac Amaru.- La guerra asumió durante este
período características novedosas. En las provincias del Collao, las fuerzas insurgentes
terminaron de adoptar la guerra de guerrillas.-
Del Valle, se encontró con un enemigo decidido a ganar la guerra a cualquier costo.
Para Marzo de 1781, la región paceña había finalmente estallado. Las provincias alto
peruanas habían comenzado a quedar bajo completo control de las comunidades de la
región.-
Hacia Junio de 1781, la situación en las sierras peruanas no podía ser más sombría. El
otrora poderoso ejército de Del Valle se había prácticamente disuelto.- El Collao estaba en
manos de las fuerzas insurgentes.- La campaña al Collao le había enseñado que era la
negociación, no la guerra, el mejor medio de pacificar el reino.-
Diego Cristóbal había logrado establecer una especie de corte incaica en el pueblo de
Azángaro.- Se comportaba, y así era visto por sus seguidores, como un Inca.-
Durante los días iniciales del asedio, la población de La Paz, escucharía por primera vez de
un hombre que estaba llamado a convertirse en el más fulgurante emblema de la
insurgencia en el Alto Perú: Túpac Katari.-
A diferencia de Túpac Amaru y Tomás Katari, cuyas trayectorias políticas son rastreables
varios años previos a los sucesos de 1780, Túpac Katari irrumpe en el registro histórico
junto con el sitio de La Paz.-
Él mismo, mientras recorría la región en febrero, soliviantando y organizando a los
indígenas, dijo tener comisión de Túpac Amaru, exhibiendo proclamas y bandos suyos,
autoproclamándose “virrey”, para fijar su relación con el nuevo inca rey.-
Él mismo llego a presentarse con un título más explícito aún: “Tomás Túpac Katari, Rey
Inca”.-
No hubo otro movimiento social en la América colonial que tuviera el alcance espacial del
movimiento Tupamarista, mas no eran los revolucionarios sino la revolución la que se
expandía de un sitio a otro.-
La rebelión Tupamarista en el altiplano paceño no fue por consiguiente el producto de la
marcha de los ejércitos tupamaristas, sino de la rebelión de las poblaciones locales en su
nombre.-
Las fuerzas indígenas convergieron en el Alto de La Paz cuando las tropas realistas estaban
todavía de campaña en las provincias circunvecinas intentando dominar los focos de la
rebelión.- Para fines de marzo el cerco sobre La Paz se había cerrado.-
Durante mayo y junio los indígenas cañonearon la ciudad regularmente y se realizaron
constantes incursiones. Cuando los alimentos comenzaron a agotarse, y la situación del
vecindario se hizo desesperante, se produjo por fin la tan ansiada llegada del ejercito de
Charcas, comandado por el teniente coronel Ignacio Flores. El 1ro. De julio, tras ciento
nueve días ininterrumpidos de asedio, los insurgentes fueron desalojados del Alto.-
La guerra se tornó en una larga y penosa conflagración.-
José del Valle, había promulgado el 12 de septiembre una oferta formal de paz y un perdón
general a quienes abandonaran las armas. El 17 de octubre, el mismo día de la derrota de
las fuerzas de Túpac Katari en el Alto, Diego Cristóbal le envió una carta a Del Valle
aceptando el perdón general.-
Tras el intento de Katari de continuar organizando la resistencia, traicionado por uno de sus
colaboradores, Túpac Katari fue capturado a comienzos de noviembre, el líder aymara fue
conducido a prisión, donde fue juzgado y el 14 de noviembre fue atado a la cola de un
caballo y arrastrado hasta la plaza del pueblo, fue descuartizado vivo.-
La revolución Tupamarista partió en dos la historia de los pueblos andinos del Perú.-
A principios de 1782, y tras muchísimas divergencias, los herederos de Túpac Amaru
habían por fin depuesto las armas.-
El fin de los amarus es indicativo de un fenómeno más amplio y de enormes consecuencias:
la irreversible decadencia de la institución cacical.-
Para sobrevivir debieron abjurar de su pasado y su abolengo; el costo de su supervivencia
fue su completa hispanización.-