Nutrición Vegetal
Nutrición Vegetal
Nutrición Vegetal
INTRODUCCIÓN
La producción agraria, originariamente, se consideró que era fruto de la unión entre el cielo
y la tierra. No es de extrañar que las prácticas agrícolas se preocuparan por mejorar esa unión
con el fin de acrecentar sus frutos. Esta actitud de colaboración con la naturaleza se extendió
hasta finales del siglo XVIII. La aceptación del principio de conservación de la energía y la
materia, supone el abandono de las ideas creacionistas y la aparición de la química agrícola. El
balance de nutrientes se constituye en esta época en el instrumento básico del razonamiento
agrario. Y aún en la primera mitad del siglo XX había quien pensaba que la sostenibilidad de
la agricultura dependía de que se pudiera cerrar el ciclo de nutrientes devolviendo a los cam-
pos la materia orgánica que de ellos había salido, (ver apéndices 1 y 2).
La obtención de fertilizantes sintéticos y la respuesta a su empleo tras la Segunda Guerra
Mundial, en el marco de la llamada ‘revolución verde’ supuso el abandono de las anteriores
teorías. Ante esta situación surgieron nuevas preocupaciones relacionadas con los efectos ne-
gativos, consecuencia de la mineralización de los suelos y la contaminación de las aguas deri-
vadas del uso de agroquímicos.
Los cambios tan radicales que conlleva el paso de sistemas agrarios ‘tradicionales’ a ‘mo-
dernos’ hacen que al aparato conceptual de la idea ordinaria y atemporal de sistema económi-
co resulte insuficiente para su comparación. En efecto, en los sistemas ‘tradicionales’ los agri-
cultores trataban de colaborar con la Madre-Tierra reponiendo en ciclo cerrado la mayoría de
los insumos. En los ‘modernos’ se cuenta lo menos posible con la Madre-Tierra tendiendo a
comprar los medios de producción y a vender los productos, equiparándose con las plantas
industriales. Esta equiparación culmina en el caso de la ganadería sin suelo y de la agricultura
hidropónica (en la que se compra todo lo que se incorpora al proceso de producción, incluido
el CO2). El análisis para la comparación de estos sistemas agrarios, precisa, para su correcta
interpretación, de la modelación de su funcionamiento físico con independencia de su proyec-
ción económico-mercantil. Para ello es necesario echar mano de la ecología (y las ciencias de
JOSÉ LÓPEZ GÁLVEZ Y JOSÉ ANTONIO SALINAS ANDÚJAR
SITUACIÓN ACTUAL
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EFECTOS AMBIENTALES Y TECNOLOGÍA EN EL SISTEMA DE CULTIVO FORZADO
Balance energético (tep/ha) del tomate cultivado con diferentes tipos de sustrato.
MATERIALES E A B C D
Los elementos considerados dan cuenta del grueso de la energía aplicada por el hombre a
las técnicas de cultivo analizadas y permiten advertir marcadas diferencias, así el cultivo en
sustratos reclama entre tres y cinco veces más energía que el enarenado, para obtener por tér-
mino medio sólo 1 tep/ha mas de cosecha.
El cultivo en enarenado, al ser menos exigente en energía y hacer un uso más eficiente de
la misma, se revela menos contaminante y más sostenible. En este sentido se puede señalar con
carácter casi generalizable que el número de calorías convertidas en energía alimentaria por cada
caloría de energía utilizada ha ido descendiendo en los sistemas agrarios a medida que avan-
zaba su grado de modernidad.
A largo plazo, la vulnerabilidad de la agricultura intensiva es consecuencia de su depen-
dencia de unos recursos que se agotan. Una de las opciones que se manifiestan como deseable
pasa por explotaciones agrícolas relativamente pequeñas y por utilización de tecnologías
intermedias, adaptadas al ecosistema, con el fin de reducir el uso de energía fósil. El problema
estriba en que el análisis económico-mercantil va a decidir como deseable ‘La explotación
agraria individual plenamente mecanizada que hace producir la máxima extensión culti-
vable de que son capaces el hombre y sus máquinas. Desde el punto de vista de los costes
por unidad de producción, este tipo de explotaciones tiene todas las ventajas económicas
asociadas con el tamaño.’ El actual modelo económico favorece una agricultura con una cada
vez más intensa utilización de energía, forzando los cultivos con el fin de obtener la mayor
rentabilidad.
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JOSÉ LÓPEZ GÁLVEZ Y JOSÉ ANTONIO SALINAS ANDÚJAR
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EFECTOS AMBIENTALES Y TECNOLOGÍA EN EL SISTEMA DE CULTIVO FORZADO
Todos estos problemas constituían un freno al desarrollo de los cultivos bajo invernadero
plástico, pues, a pesar de conseguirse mejoras en precocidad, calidad y cosecha total, compara-
dos con el cultivo al aire libre, no podían dar todo su potencial productivo, especialmente en
épocas frías, por la indefensión frente a las bajas temperaturas. La incorporación de formulacio-
nes adecuadas, los mejores sistemas de transformación, un manejo más cuidadoso y el nacimien-
to de materiales parcialmente termoaislantes a la radiación infrarroja de onda larga mejoraron
su prestación. A la par que en los distintos países del mundo se desarrollaban las industrias del
plástico, la evolución de la superficie cultivada bajo película de dicho material aumentó consi-
derablemente. La revolución que supone el desarrollo de materiales plásticos y su aplicación en
el mundo de la agricultura está propiciando un profundo cambio en la concepción de la prácti-
ca agraria. Así, estos materiales no solo intervienen en la mejora y manejo del agua (redes de
distribución, depósitos reguladores, sistemas de riego y redes de avenamiento), sino que tam-
bién permiten alterar las condiciones ambientales del medio, acolchados, pequeños túneles,
mallas de protección e, incluso, con la propia cubierta de invernaderos. A continuación se des-
criben las principales aplicaciones de los materiales plásticos en la protección de los cultivos.
El acolchado. Consistente en la colocación de una lámina plástica traslúcida u opaca so-
bre el suelo. De esta manera se mejora las condiciones térmicas del sistema radical de la plan-
ta, se disminuye la evaporación desde el suelo y se evita la proliferación de malas hierbas.
Últimamente se viene utilizando para realizar la desinfección del suelo, técnica conocida con
el nombre de solarización.
ZONA HA T
Por países destaca China con 2.000.000 ha, Japón con 150.000 ha y Corea con 100.000 ha.
España al igual que Francia tienen unas 70.000 ha cada una.
El pequeño túnel. Esta técnica se emplea para mejorar las condiciones de suelo en los
aspectos relacionados con temperatura y humedad. Además modifica las condiciones ambien-
tales del cultivo en sus primeras fases de desarrollo. Se estima que habrá unas 230.000 ha,
destacando china con 85.000 ha y Japón con 55.000 ha, en España hay unas 17.000 ha.
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JOSÉ LÓPEZ GÁLVEZ Y JOSÉ ANTONIO SALINAS ANDÚJAR
La cubierta directa. Se trata de una técnica más reciente, que está desplazando al peque-
ño túnel por su menor exigencia en mano de obra. La superficie ocupada es de unas 35.000 ha.
El invernadero. Con la llegada de los materiales plásticos se constituyeron tres grandes
líneas de evolución de esta tecnología, en función del grado de protección de los cultivos.
En primer lugar, continua con el invernadero tradicional de estructura y cubierta de mate-
rial rígidos. Este invernadero incorpora perfeccionamientos en el esqueleto estructural, utilizán-
dose acero inoxidable y aluminio anonizado en los herrajes, para recibir el material de cerra-
miento (vidrio o placa...). Incluso se mejora el microclima dotándolo de medios activos para su
control con sistemas de calefacción, ventilación, iluminación, inyección del anhídrido carbónico,
gobernado por medios automáticos. Por lo general, este tipo de estructuras se utiliza en zonas
frías o se construyen para el cultivo de plantas de alto valor, para investigación.
En segundo lugar, en zonas templadas comienza la construcción de invernaderos que uti-
lizan para su cerramiento materiales flexibles, no permanentes, lo que admite soportes estruc-
turales más ligeros. Este tipo de construcción viene ayudado en su expansión por la crisis ener-
gética y la concienciación de la limitación de los recursos naturales. Se abre aquí una nueva línea
de evolución de invernaderos que representan, respecto a los de material de cerramiento rígi-
do, mayores ventajas técnicas y económicas, derivadas de la flexibilidad de los materiales de
cerramiento y de su menor peso, permitiendo unas estructuras más económicas. En algunos
casos, para mejorar su microclima, se les dota de calefacción y de iluminación.
En tercer lugar, la tecnología de invernaderos la constituyen unas estructuras de bajo cos-
te de inversión, realizadas artesanalmente con materiales poco elaborados. Estos invernaderos
se caracterizaban por mejorar su microclima de forma pasiva, actuando como captadores sola-
res, con lo que consiguen aumentar la integral térmica en su interior.
Total 280.000
Un ejemplo de esta tecnología tiene lugar en las Islas Canarias y en Almería (España).
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EFECTOS AMBIENTALES Y TECNOLOGÍA EN EL SISTEMA DE CULTIVO FORZADO
Evolución de la superficie ocupada (ha) por invernaderos en Holanda (1ª vía de evolución) y
en España (2ª y 3ª vía de evolución) y Almería (3ª vía). Diversas fuentes.
1904 30
1927 2.025
1946 3.254
Almería es la zona donde más se han desarrollado los invernaderos. Tomándola como ejem-
plo, pasamos a describir su sistema de cultivo.
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JOSÉ LÓPEZ GÁLVEZ Y JOSÉ ANTONIO SALINAS ANDÚJAR
La agricultura de invernadero, al igual que otros procesos económicos, no solo opera so-
bre un medio físico y territorial concreto, sino que su actividad empieza y termina en la natu-
raleza. El proceso se inicia con el empleo de recursos naturales y termina generando residuos,
con la consiguiente incidencia medioambiental, al utilizar el medio como sumidero.
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EFECTOS AMBIENTALES Y TECNOLOGÍA EN EL SISTEMA DE CULTIVO FORZADO
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JOSÉ LÓPEZ GÁLVEZ Y JOSÉ ANTONIO SALINAS ANDÚJAR
productos fitosanitarios que van a pasar al agua pueden causar daños verdaderamente impor-
tantes ya que además de ser el agua un vehículo muy importante de contaminación, los productos
resultantes de la hidrólisis o de la acción de microorganismos pueden ser a veces más tóxicos
que los originales.
Fertilizantes. El uso poco controlado de los fertilizantes puede provocar la salinización del
suelo y la contaminación de las aguas por iones nitrogenados y fosfatados. Los nitratos y nitritos
diluidos en la solución del suelo, son absorbidos por los complejos coloidales arcillo-húmicos
constituyendo una reserva de nitrógeno. Cuando aumenta los aportes de este elemento, sobre-
pasando la capacidad de retención del suelo y de asimilación, tanto de los microorganismos
como de la cubierta vegetal, los iones nitrogenados son lavados del suelo mediante el agua
aportada por el riego o la lluvia arrastrándolos hasta los cursos superficiales y subterráneos de
agua. Los fosfatos son también fuente de contaminación de acuíferos. Éstos provienen
fundamentalmente del abonado y en menor medida de los productos fitosanitarios que contie-
nen fósforo. Los elementos N y P influyen en la producción de biomasa acuática.
8 7,3 7,2
6,9
7
5,9
6
5 4,1 4,3
4 3,3 3,4
3
2 1,2 1,2
1
0 0
0
Lana de roca Perlita Arenado
Aportado C1 7,3 6,9 1,2
Lixiviado C1 4,1 3,4 0
Aportado C2 5,9 7,2 1,2
Lixiviado C2 3,3 4,3 0
Sustrato
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EFECTOS AMBIENTALES Y TECNOLOGÍA EN EL SISTEMA DE CULTIVO FORZADO
4000
3500
3000
2500
2000
1500
1000
500
-500
-1000
AN BN CN DN EN AS BS CS DS ES
Lixiviado 1288 948,4 864,4 765,2 -304,3 720,2 756,6 843,9 989,2 -312,9
Ext.raiz+sustrato 12,9 29,9 72,7 92,8 26,5 16,2 36,4 78,9 125,6 26,6
Ext.aéreos 469,5 528,5 690,6 554,5 529,9 449,3 539,4 613,7 432,8 532,3
Aporte 1770,4 1506,8 1627,7 1412,5 252,1 1185,7 1332,4 1536,5 1547,6 246
Tratamientos
Los gráficos anteriores muestran la cantidad de elementos fertilizantes (N, P2O5, K2O, Ca
y Mg) aportado y lixiviado por el suelo enarenado y substratos con dos calidades de agua (0,5
y 3,0 dS/m) y el balance de nitrógeno en un cultivo de tomate, en el que se puede observar la
deficiente programación de la fertilización nitrogenada.
Otros residuos. A los residuos sólidos dejados por los substratos hay que añadir los del
cultivo y los de los plásticos de cerramiento del invernadero que por lo general duran dos años.
El esquema 3 ilustra el funcionamiento en términos físicos de un invernadero donde se cuanti-
fica también los elementos líquidos (agua más fertilizantes) perdidos por lixiviación.
Agua. Supone la primera entrada en importancia en el sistema de cultivo en invernadero.
Y dada la escasez del recurso nos detendremos de manera particular en este punto.
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JOSÉ LÓPEZ GÁLVEZ Y JOSÉ ANTONIO SALINAS ANDÚJAR
invernadero con respecto a la ET0 exterior1. De lo anterior se desprende con claridad que el
invernadero parral mejora, multiplicándolo varias veces el rendimiento del agua. Siendo el
consumo de agua del cultivo de tomate en invernadero parral en Almería de 30 m3/t1, mientras
que en Holanda con invernadero de vidrio y cultivo en sustrato es de 15 m3/t 2zonas margina-
les, como eran buena parte de las del litoral almeriense, conseguir un gran potencial económi-
co en zonas de cultivo de invernadero.
La expansión de la superficie de invernadero en Almería, a pesar de su mayor rendimien-
to, está aumentando la demanda hídrica absoluta de este tipo de agricultura (ver gráfico 3).
Además, con el desarrollo económico de la zona, aumenta necesariamente la demanda de agua
de abastecimiento para usos urbano, turístico e industrial. Todo ello ha ocasionado problemas
acusados de descenso del nivel de los pozos con problemas, en algunos casos, de intrusión
marina como los detectados, a principios de los años 80 en el Campo de Dalías, por el Institu-
to Geológico y Minero de España (IGME), hoy Instituto Tecnológico y Geominero (ITGE),
apareciendo una legislación abundante desde entonces pretendiendo regular la gestión del agua3.
La realidad es que a pesar de la prohibición de nuevas puestas en regadío en el Poniente Alme-
riense, se ha incrementado la superficie regada (ver cuadro 4) sin apreciarse un incremento
paralelo en la cantidad de agua gastada, lo que está motivado por el proceso de modernización
que ha supuesto el pasar de riego a pie a riego por goteo, el entubamiento de gran parte de la
red de conducción y la construcción de depósitos reguladores que aunque aumentan las pérdi-
das por evaporación , evitan las pérdidas en cola que son mayores.
140
120
100
80
60
40
20
0
80/81 81/82 82/83 83/84 84/85 85/86 86/87 87/88 88/89 89/90 90/91 91/92
Años hidrológicos
Fuente: Instituto Tecnológico Geominero de España. Las aguas superficiales que provienen de los ríos Celín y Adra
más el agua aportada por el embalse de Benínar suponen menos del 10% del volumen total suministrado.
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EFECTOS AMBIENTALES Y TECNOLOGÍA EN EL SISTEMA DE CULTIVO FORZADO
500
400
300
200
100
-100
-200
-300
III-4. IV-2. Campo de Níjar- V-1. R.Aguas y
R.Adra+C.Dalías+Almería IV-1. Andarax Alquián Rbla.Carboneras V-2. R.Almanzora y Antas C. Los Vélez Total provincial
c.
RECURSOS NATURALES 154 64 19 17 62 45 361
algunos comentarios la ley 15/1984 de 24 de mayo. Por una parte, crea perímetros de protección imponiendo restricciones
para el alumbramiento y captación de aguas subterráneas así como para cualquier modificación de las obras o de las
instalaciones elevadoras que aumenten el caudal alumbrado o para la implantación o ampliación de cualquier superficie
de regadío con aguas subterráneas. Por otra parte, concede carácter prioritario a las actuaciones y obras que puedan iniciarse
para el aprovechamiento en riego de aguas residuales, construcción de pequeños embalses y cualesquiera otras destinadas
al ahorro de aguas.
La intención del legislador, sin lugar a dudas loable, no reconoce de hecho el carácter de recurso limitante que, de una
manera natural, suele corresponder al agua en regiones donde escasea: habida cuenta de que otras condiciones climáticas son
favorables, el recurso limitante en regiones semiáridas puede ahora ser, inesperadamente, el suelo. En efecto, no es al recurso
agua al que se ponen límites bien definidos, sino a la superficie regada. Se explica así que el precio del agua mantenga un
valor reducido, en tanto que el tándem suelo-agua se revaloriza astronómicamente (en forma paralela a las tierras de los
regadíos tradicionales, con el agua -barata- asegurada por su indisoluble asociación a las obras primarias de sus
correspondientes sistemas). Tal vez la prohibición de que dicha superficie se extienda más allá del perímetro protegido facilita
la fiscalización del cumplimiento de la ley; pero tal limitación no implica una reducción de extracciones si no se incentiva
adecuadamente la utilización eficiente del agua disponible, dentro de dicho perímetro. A este fin sí puede contribuir el segundo
de los objetivos propuestos, como, según se comentó más arriba, es el caso de pequeños embalses, cuyo mejoramiento en el
manejo de los riegos tradicionales es notable.
Ya al amparo de la vigente ley 29/1985 de Aguas, el Real Decreto 2618/1986, repetidamente prorrogado, impone
restricciones para la explotación de aguas subterráneas, en zonas que se definen. Más recientemente, de nuevo en el marco
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JOSÉ LÓPEZ GÁLVEZ Y JOSÉ ANTONIO SALINAS ANDÚJAR
Los gráficos anteriores muestran como el Decreto de 1984 y las sucesivas Disposiciones
y Decretos no han servido para que se mantuviera la presión sobre los acuíferos sobreexplotados
y ni siquiera para mantener la superficie regada. Dando lugar a un cierto confusionismo que al
ser preguntados los agricultores sobre el particular emiten opiniones como la que sigue: «si no
se puede hacer, no se puede hacer para nadie. y, si te viene la denuncia y pagas la sanción,
ya es legal el invernadero. El problema del agua no se soluciona poniendo 1.000.000 pts/ha:
o se construye o no se construye»4.
EL PROGRESO TECNOLÓGICO
La introducción del riego por goteo, con sistemas a presión, tiene lugar durante la década
de los 70, en los sistemas agrarios más competitivos del territorio español. Su expansión, inin-
terrumpida desde entonces, tiene lugar no solo a costa del riego tradicional a pie, sino también
gracias al agua ahorrada con los mejores rendimientos ahora posibles; además, porque se usan
recursos adicionales, por nuevos o más intensos alumbramientos5. Es de interés hacer notar una
paradójica situación que viene resultando en gran parte del levante español como consecuen-
cia de la escasez de recursos hídricos: avances tecnológicos como los relacionados con el bom-
beo en pozos profundos y con la aplicación de técnicas de riego por goteo muy eficientes vie-
nen intensificando la sobreexplotación de acuíferos. En respuesta a esta preocupación, se apro-
barían diversas disposiciones reguladoras. Este es el caso de Almería, donde la situación de los
acuíferos, que proporcionan el agua a su regadío más productivo, con evidencias de
sobreexplotación, con intrusión marina, hizo que en 1984 se dictaran las primeras disposicio-
nes legales que limitaban la expansión del regadío. Es el caso del Decreto 117/84 de 2 de mayo,
de la Junta de Andalucía, que regula los alumbramientos y las captaciones, y de la Ley 15/1984
de la misma ley, fue aprobado el Real Decreto 531/1992, de 22 de mayo, también sobre medidas administrativas especiales
para la gestión de los recursos hidráulicos. Faculta de nuevo a determinadas confederaciones hidrográficas a reducir los
suministros de agua y su distribución, aún cuando hubieren sido objeto de concesión. En particular, se disponen normas para
su aplicación en las cuencas comprendidas entre los ríos Adra y Andarax, ambos inclusive, y encomienda a la Confederación
Hidrográfica del Sur el establecimiento de directrices para el ahorro de agua en todos los sectores, así como los criterios
de prioridad para la asignación del recurso. Su Junta de Gobierno establecerá, en su caso, las dotaciones de agua para cada
uno de los distintos usos, quedando referidos los derechos concesionales a estas dotaciones reducidas. De conformidad con
dicha disposición, el organismo mencionado queda facultado para acordar la reducción o suspensión de cualquier
aprovechamiento de agua, así como para imponer a los usuarios el establecimiento de dispositivos de modulación, regulación
y medición en los canales de riego públicos y privados, mediante obras que podrán ser realizadas con cargo a los presupuestos
Confederación o de la Dirección General de Obras Hidráulicas.
4. A. Losada y J. López-Gálvez. 1995. Gestión del regadío en el campo de Dalías: Las comunidades Sol y Arena y Sol-
Poniente. Anejo 10.1.1. Resultados de la encuesta a los regantes de Sol y Arena y de Sol-Poniente.
5. No obstante, conviene observar que las citadas reales disposiciones no han resuelto el objetivo último de controlar
las extracciones de los acuíferos. El incontrolado desarrollo del regadío en una importante fracción de la zona considerada
no parece haber encontrado aún el deseado freno por parte de la administración pública, en cuanto a la ordenación racional
del alumbramiento y uso de recursos hídricos subterráneos.
Vigente ya la Ley de Aguas de 1985, y al amparo de su artículo 56, el R.D. 2618/86 de 24 de diciembre declaró
sobreexplotado los acuíferos del Campo de Dalías, estableciéndose condicionantes para la ejecución o modificación de obras
de alumbramiento y la exigencia de autorización para la implantación o ampliación de cualquier superficie de regadío.
80
EFECTOS AMBIENTALES Y TECNOLOGÍA EN EL SISTEMA DE CULTIVO FORZADO
CONCLUSIONES7
El que los aspectos hídricos, ambientales y territoriales sean competencia de las adminis-
traciones, no quiere decir que los agricultores deban permanecer insensibles a ellos. Antes al
contrario hay que establecer puentes institucionales entre ambos para revitalizar la vida social
de las organizaciones. En el caso del regadío, agricultores, comunidad de regantes, junta de
usuarios del acuífero y confederación hidrográfica deberían tener una participación mas activa
en los problemas que les atañen.
La sostenibilidad del sistema de cultivo en invernadero en la situación actual, dado el es-
caso éxito de los sucesivos Decretos, pasa por disponer de nuevas fuentes de suministros
hídricos.
El resultado conseguido con la modernización del regadío y de la estructura productiva del
sistema invernadero nos lleva a plantear que en un país que tiene como propósito el desarrollo
de nuevos recursos hídricos, el tratamiento que se debería dar al agua ahorrada, desde un pun-
to de vista financiero, debería ser igual al coste del incremento del agua disponible o de nue-
vas fuentes de suministro (en el coste se incluiría, además del interés y amortización de las
nuevas infraestructuras, el mantenimiento y administración de las mismas). El considerable
ahorro de agua que se puede conseguir con la modernización de determinados regadíos justifica-
6. Corominas, J. 1988. "La infraestructura hidráulica de regadío en Almería". El sector agrario y agroalimentaria del
año 2.000. Instituto de Estudios Almerienses.
7. Ver López-Gálvez, J. y J.M. Naredo. 1996. "Sistemas de producción e incidencia ambiental del cultivo en suelo
enarenado y en sustrato". Fundación Argentaria-Visor distribuciones. 294 pp.
81
JOSÉ LÓPEZ GÁLVEZ Y JOSÉ ANTONIO SALINAS ANDÚJAR
ría el impulsar determinadas mejoras conducentes a mejorar la eficiencia en el uso del agua para
riego.
Un uso tan intensivo del suelo como el que ha impuesto la agricultura de invernadero, en
Almería, reclama una política de ordenación del territorio y un cuidado del paisaje mucho más
estrictos que los actuales. Y no solo por compatibilizar con la estética y habitabilidad más ele-
mental, sino por problemas de índole técnico en relación con la salubridad y productividad del
propio sistema de cultivo.
A pesar de que el medio natural en algunas áreas de Almería está condicionado por tem-
peraturas relativamente suaves y por una insolación excelente, se hace difícil el aprovechamiento
agrícola por condiciones edafoclimáticas extremadamente hostiles. Este es el caso del Campo
de Dalías (lugar de los experimentos de campo realizados) donde a la mala calidad de los sue-
los hay que añadir vientos fuertes y frecuentes, además de la extrema escasez e irregularidad
de lluvias, determinante de sus pocos recursos hídricos superficiales.
La confluencia de condiciones climáticas favorables y de avances tecnológicos ha signifi-
cado que la realidad actual de esta zona haya superado todas las previsiones cuando, hacia 1950,
se planificó su desarrollo agrario. El proceso entonces iniciado con el aprovechamiento de sis-
temas de alumbramiento y distribución del agua ha impulsado una agricultura de riego cada vez
más intensiva, sostenida por una síntesis afortunada de antiguas prácticas de cultivo y por di-
versas innovaciones técnicas. Así, la técnica del suelo enarenado, la protección del cultivo bajo
plástico y el riego por goteo, aportaron la «tecnología apropiada» con la que paliar los facto-
res limitantes de suelo y agua. El invernadero tipo parral ha sacado partido del factor relativa-
mente abundante sol, al tiempo que protege del viento al cultivo y reduce la demanda
evapotranspiratoria.
Hay que señalar que la escasez de agua en cantidad y calidad constituye el principal fac-
tor limitante para el desarrollo de la agricultura en el Campo de Dalías. Los nuevos sistemas
de transporte, distribución y aplicación del agua hacen que el riego se aplique, en los campos
de cultivo, con rendimientos muy estimables que no van por lo general acompañados de una
disminución del gasto de agua en la zona debido al crecimiento incontrolado de la superficie
regada. Esta situación ocasiona problemas de sobreexplotación de acuíferos que genera intru-
sión marina.
Los costes que se reconocen al agua nos son el reflejo de los que deberían corresponderle, en primer
lugar, por tratarse del recurso fundamental para mantener el desarrollo económico y hacer posible la
protección ambiental; en segundo lugar, por su escasez y, finalmente, pero no con menos importan-
cia, por las inversiones y gastos que exige el ponerla disponible. El agua representa un porcentaje
mínimo de los gastos de cultivo y, en consecuencia, los regantes no son sensibles al pequeño ahorro
adicional que podría resultar de esfuerzos para mejorar el rendimiento del uso del agua en el campo8.
8. López Gálvez, J. y Losada, A. 1995. «El uso del agua de riego en Almería».
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EFECTOS AMBIENTALES Y TECNOLOGÍA EN EL SISTEMA DE CULTIVO FORZADO
ESQUEMA 1
Escala Gestión
Macro 1 Municipio ++ + ++
Administración
Macro 3 + ++
Central
Macro 4 UE + ++
++ Interés prioritario + Interés secundario
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ESQUEMA 2. Procesos del enarenado y los sustratos
MEMORIA RESUMEN
ESQUEMA 3
Cultivo: Pimiento
Superficie: 1 ha.
0,6 t Plántula
3.300 t Agua
1 t Plásticos
Lixiviado
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