Modelo de Ensayo
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Modelo de Ensayo
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Resumen:
En el presente trabajo, buscamos analizar el contexto real de sistema educativo para encontrar
las causas del problema social que enfrenta nuestro país referente al pensamiento machista.
Por ello, nos plateamos estrategias de solución para prevenir y ayudar a erradicar este
problema partiendo de la reflexión de la realidad que uno mismo experimenta en esta
sociedad. Gracias a la investigación realizada a lo largo de estas semanas logramos obtener
este ensayo que está dividido en cuatro partes. La primera parte presenta opiniones de
diferentes autores que investigaron el tema, esto nos sirvió para tener perspectivas distintas al
problema. En la segunda parte se muestra el rol de estado y del ciudadano para reflexionar y
buscar maneras de prevenir este problema partiendo desde el hogar. En la tercera parte
brindamos argumentos de dos autores que llegan a un mismo fin, el cual es buscar métodos
para prevenir la “formación en base a un pensamiento machista en los adolescentes y jóvenes”.
Finalmente, en la cuarta parte se presenta nuestra postura final frente a la problemática,
presentando estrategias de solución para prevenir el pensamiento machista dentro del sistema
educativo, tanto con erradicar el problema de discriminación a la mujer en el ámbito laboral.
A modo de introducción
Distintas doctrinas, ideologías y formas de pensamiento relacionadas a la vida espiritual
religiosa apelan constantemente a la vida en armonía, al amor por el prójimo y a la lucha por el
bien común. En el evangelio de Mateo se indica, por ejemplo, “amarás a tu prójimo como a ti
mismo” (Mt, 22 – 39). Si consideramos que la mayoría cree en algunas de estas
manifestaciones, todas las personas deberían vivir en paz, sin preocuparse por algo malo que
les pueda pasar; sin embargo, esto último es lejano a lo que acontece en la sociedad.
Actualmente vemos como un sinnúmero de actos vinculados a la delincuencia juvenil ponen
en riesgo la vida de los ciudadanos.
En el presente ensayo se pretende reflexionar de forma crítica sobre el rol de la ciudadanía
frente al problema de la delincuencia juvenil. Consideramos que esta reflexión es importante
no solo porque contribuye en nuestra formación humanística – profesional; sino, sobre todo,
porque nos permite cuestionar nuestros privilegios y responsabilidades dentro de un espacio
sociocultural. Entonces, de acuerdo con lo sustentado, creemos que, frente a la delincuencia
juvenil, el ciudadano debe organizar y constituir en sus vecindarios clubes y talleres para los
jóvenes, a fin de desarrollar en ellos habilidades deportivas y oficios que le permitan forjar un
futuro y no incurrir en acciones delictivas.
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La delincuencia juvenil
Existen diferentes definiciones sobre delincuencia juvenil; algunas se centran tanto en el
sustantivo como en el hecho de que sea juvenil. Otras, por el contrario, no toman en cuenta la
adjetivación y se centran en la acción delictiva. Sobre la delincuencia juvenil; Garrido (1999),
citado por López (2008), menciona lo siguiente:
En general esta se manifiesta en actos que atentan contra las normas sociales y los
derechos de los demás. El comportamiento del delincuente causa reprobación y le sitúa
en conflicto con la sociedad, por lo que cada país en función de su organización
política y jurídica, destina ciertas medidas o estrategias legales para controlarla. (p.
33).
En este sentido, la delincuencia juvenil se refiere a cualquier tipo de acto que atenta contra las
normas y los derechos. Ahora bien, de acuerdo con aspectos constitucionales, cada nación ha
establecido un sinnúmero de pautas para combatirlas. Desde mi perspectiva, la definición de
delincuencia juvenil es exacta y precisa lo cual nos permite abordar el fenómeno de lo
delincuencial de manera directa. Ahora bien, hay conceptos como normas sociales y derechos
que no se desarrollan y no se precisan sus sentidos. Finalmente, creo que un aspecto relevante
de la cita anterior es la mención de que la delincuencia juvenil abarca tanto los aspectos
legales como los éticos.
Ahora bien, existen diferentes perspectivas sobre sobre las causas que originan la
delincuencia juvenil; ahora bien, más allá de las diferencias, todas ellas coinciden en un
sinnúmero de factores que la provocan. Sobre las causas de esta, Jiménez (2009), señala que:
A lo largo de los años se han ido proponiendo y estudiando muchos factores que
podrían explicarla, como la genética, la biología, la psicología, la situación económica,
social, o familiar del menor delincuente y sus carencias educativas o afectivas; incluso
se han tomado en consideración variables como el sexo o la raza. Recogiendo todos
esos factores se han ofrecido diversas teorías explicativas de esta delincuencia. (p. 14).
Existen diferentes factores que contribuyen al origen de la delincuencia juvenil; entre estos se
encuentran la genética, la biología, la psicología, la situación socio económica y familiar;
además de la coyuntura educativa y afectiva. A partir de estos factores se han forjado
diferentes teorías que buscan explicar el origen de la delincuencia. Creo que lo comentado por
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Jiménez es significativo, pues aborda de manera compleja y no reduccionista el problema de la
delincuencia juvenil. En este sentido, es importante que la problemática delincuencial sea
abordada desde las distintas disciplinas del conocimiento; hacerlo desde una sola mirada nos
aleja de la real comprensión del fenómeno.
En la perspectiva de este autor, el ciudadano es un ente ideal que es consciente de sus deberes
y derechos; asimismo, su consideración como ciudadano pasa por el cumplimiento de ambos
aspectos. La sociedad conformada por este ciudadano ideal plantea la posibilidad de un
contexto de hermandad, pues el ciudadano es también un sujeto de responsabilidades con su
entorno. La perspectiva de Lizcano plantea la existencia de un ciudadano que no corresponde
con las circunstancias reales. Aun cuando la definición de un ciudadano ideal es urgente y
necesaria, pienso que no tiene un fin práctico para entender cuáles podrían ser los roles y
compromisos de la ciudadanía frente a las distintas problemáticas sociales.
Los deberes se definen fundamentalmente como las obligaciones del ciudadano para con
los otros; en este sentido, comprenderlos pasa por establecer cuáles son las los derechos que
cada uno como ciudadano poseemos. Al respecto, Marshall distingue tres tipos de derechos:
Los civiles, como «los derechos necesarios para la libertad individual» (libertad
personal, de pensamiento y expresión, propiedad, etc.), los políticos («derecho a
participar en el ejercicio del poder político como miembro de un cuerpo investido de
autoridad, o como elector de sus miembros») y los sociales, que abracarían «todo el
espectro, desde el derecho a la seguridad y a un mínimo bienestar económico al de
compartir plenamente la herencia social y vivir la vida de un ser civilizado conforme a
los estándares de la sociedad»). (Antxustegi, 2010, p. 154).
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En este sentido, los derechos del ciudadano se complementan y buscan satisfacer las
necesidades del ciudadano en sus dimensiones civiles, políticas y sociales. Asimismo, estos
derechos involucran el cumplimiento de los deberes, en la medida en que los últimos son
condición para los primeros. La clasificación dada por Marshall es significativa en la medida
en que nos permite reconocer la complejidad de los ciudadanos en función a sus deberes y
derechos. Dada su complejidad, no existe una sola dimensión que permite la armonía entre los
ciudadanos, por eso, es necesario comprenderla desde las tres clasificaciones mencionadas.
Propuestas sobre el rol de la ciudadanía
Sobre el rol de la ciudadanía frente a la delincuencia juvenil, es necesario tomar en
cuenta distintas perspectivas que no solo han ideado una solución, sino también aquellas que
analicen las que no han sido del todo satisfactorias. Al respecto, Zúñiga (2007) señala que:
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estrategias de gestión de espacios públicos y equipamientos colectivos que colaboren
en la reproducción de ciudadanía y la percepción de seguridad, al considerar este factor
como un insumo para la política urbana preventiva e integradora. (p. 194).
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más desvalidos que muchas veces encuentran en la delincuencia la única posibilidad de vida.
En este sentido, el problema de la lucha contra la delincuencia no pasa por combatir de manera
frontal a los delincuentes ni a los distintos protagonistas de la inseguridad ciudadana; de lo que
se trata en realidad es de educar a las futuras generaciones para no vean a la delincuencia
como única opción.
A lo largo del ensayo hemos podido reconocer que la delincuencia juvenil configura una
problemática muy compleja que no puede ser vista desde una sola perspectiva. Lo cierto es
que, más allá de cualquier reflexión sociológica, este problema viene causando un sinnúmero
de daños a la sociedad. En este escenario, hemos venido sosteniendo que el ciudadano tiene un
rol muy importante; por eso, hemos buscado responder la siguiente pregunta: ¿cuál es el rol de
la ciudadanía frente a la delincuencia juvenil? Ante esta pregunta asumí que, frente a la
delincuencia juvenil, el ciudadano debe organizar y constituir en sus vecindarios clubes y
talleres para los jóvenes, a fin de desarrollar en ellos habilidades deportivas y oficios que le
permitan forjar un futuro y no incurrir en acciones delictivas. Es importante entender que el
compromiso del ciudadano al cual apelamos no pasa por un enfrentamiento con el delincuente
a tal punto de vulnerar su vida. Las personas no son naturalmente malas o nacieron para ser
delincuentes; existe un sinnúmero de factores que los condicionan; por eso, como ciudadanos
debemos comprometernos y dejar de lado el rol de espectadores para ser protagonistas. Más
allá del rol innegable del estado por propiciar estos espacios; como ciudadanos debemos
asumir este gran reto.
Conclusiones
Luego del estudio realizado, se pueden plantear las siguientes conclusiones o alcances:
1. Se puedo problematizar sobre el rol del ciudadano y se llegó a la conclusión de que
este tiene un rol significativo frente a la delincuencia, no como actor que la combate de
manera violenta, sino más bien desde la prevención en lo educativo.
2. Se logró evidenciar la no existencia de una posición que justifique el comportamiento
delincuencial. Esto último es importante para analizar el fenómeno de forma holística.
3. Se pudo reconocer que es importante la intervención de los ciudadanos para combatir
las distintas problemáticas de la sociedad, entre ellas, la delincuencia juvenil.
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Referencias
Jiménez, J. (2009). La delincuencia juvenil: una reflexión sobre sus causas, prevención y medios de
solución judiciales y extrajudiciales. Escritos del Vedat, vol. XXXIX, 2009, págs. 221-258.
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https://roderic.uv.es/bitstream/handle/10550/64209/La%20delincuencia%20juvenil.%20Causas
%2C%20prevenci%C3%B3n%20y%20medios%20de%20soluci%C3%B3n.pdf?sequence=1