Oración para Salvar 1000 Almas Del Purgatorio
Oración para Salvar 1000 Almas Del Purgatorio
Oración para Salvar 1000 Almas Del Purgatorio
Oración para salvar 1000 almas del Purgatorio cada vez que se rece.
Nuestro Señor le dijo a la gran Santa Gertrudis que la siguiente oración salvaría 1000 almas del
Purgatorio cada vez que se rezara:
“Oh Padre Eterno, os ofrezco la más preciosa Sangre de vuestro Divino Hijo, Jesús, unido a las Misas
celebradas hoy alrededor del mundo, por todas las Santas Almas del Purgatorio.-Amen”
Recomendación: Hacer esta oración, por lo menos dos veces, para sacar, dos veces, la cantidad de almas
del Purgatorio. Después de la oración, pídale a las almas libradas del Purgatorio que oren por sus
intenciones. La Santísima Virgen nos asegura que si hacemos estas oraciones, “¡Podremos liberar
muchas, pero muchísimas Almas!”
Para las Almas del Purgatorio, las Santas Llagas son un verdadero Tesoro de Tesoros.
Se pronuncia el misterio: Concédeles Señor el descanso eterno. Y brille para ellas la luz perpetua.
(10 veces)
En latin: Requiem aeternam dona eis. Domine et lux perpetua leceat eis.
Al final de cada decena: Almas santas,, almas del purgatorio, oren a Dios por mi y yo pedire al Padre les
de la gloria del paraiso.. Amén
Padre Eterno os ofrecemos la Sangre, Pasión y Muerte de Nuestro Señor Jesucristo, los dolores de la
Santísima Virgen y los de San José por la remisión de nuestros pecados, la libertad de las Almas del
Purgatorio y la conversión de los pecadores. Amén
PRIMERA DECENA
Te ofrezco, mi adorado Jesús, en ayuda de las Almas del Purgatorio, los méritos de tus padecimientos y
dolores sufridos, por nuestra redención. Y comienzo contemplando la Sangre que trasudó de tu cuerpo,
por la tristeza y la angustia que te asaltó en Getsemaní.
SEGUNDA DECENA:
Te ofrezco, mi adorable Jesús, por las Almas del Purgatorio, la inmensa aflicción que te oprimió el
corazón al ver que Judas, discípulo Tuyo, por Ti amado y favorecido, se hizo perseguidor, y con beso
sacrílego te traicionó para entregarte en manos de crueles enemigos
TERCERA DECENA:
Te ofrezco, mi adorado Jesús, pro las Almas del Purgatorio, la admirable paciencia con la que soportaste
tantos ultrajes de esa vil soldadesca que te condujo de Anás a Caifás, de Pilato a Herodes, el cual para
mayor desprecio, te impuso la vestidura de los locos, entre las burlas y los agravios del pueblo, y te envió
al gobernador romano……
CUARTA DECENA:
Te ofrezco, mi adorable Jesús, por las Almas del Purgatorio, la amargura que perturbó tu Espíritu, cuando
por los judíos fuiste pospuesto por Barrabás, sedicioso y homicida. Luego atado a la columna, Tú, el
Inocente y el Justo, fuiste golpeado con innumerables azotes, sin piedad alguna……
QUINTA DECENA:
SEXTA DECENA:
Te ofrezco, mi adorable Jesús, por las almas del Purgatorio, la piadosa compasión y el dolor profundo
que sentiste cuando, con tanta violencia, fuiste separado de tu amadísima madre, que había venido a
encontrarte y abrazarte.
SEPTIMA DECENA:
Te ofrezco, adorado Jesús mío, por las almas del Purgatorio, los inauditos tormentos padecidos cuando,
extendido sobre la cruz tu ensangrentado cuerpo, fuiste horriblemente traspasado por clavos en las
manos y en los pies, y elevado en el ignominioso patíbulo.
OCTAVA DECENA:
Te ofrezco, mi adorado Jesús, por las almas del Purgatorio, la ardiente sed que padeciste en este tiempo
de Calvario, sed de agua, pero también de almas que calmen tan cruel agonía y por la cual recibes tan
solo vinagre e ingratitudes.
NOVENA DECENA:
Te ofrezco, mi adorado Jesús, por las almas del Purgatorio, las angustias y las penas que durante tres
horas continuas soportaste suspendido de la cruz, y las contracciones que sufriste en todos tus
miembros, acrecentadas por la presencia de tu dolorida madre, testigo de semejante desgarradora
agonía.
DECIMA DECENA:
Te ofrezco, mi adorado Jesús, por las almas del Purgatorio, la desolación que oprimió a la Virgen
Santísima asistiendo a tu muerte, y el pesar de su tierno corazón, acogiéndote exánime entre sus brazos
cuando fuiste bajado de la cruz.
PARA TERMINAR:
Señor Jesús: Por los méritos de tu Santísima Pasión y Muerte, compadécete de nuestros hermanos
difuntos. Amén.
Dios omnipotente, Padre de bondad y de misericordia, apiadaos de las benditas almas del Purgatorio y
ayudad a mis queridos padres y antepasados.
Dulcísimo Jesús mío, que para redimir al mundo quisisteis nacer, ser circuncidado, desechado de los
judíos, entregado con el beso de Judas, atado con cordeles, llevado al suplicio, como inocente cordero;
presentado ante Anás, Caifás, Pilato y Herodes; escupido y acusado con falsos testigos; abofeteado,
cargado de oprobios, desgarrado con azotes, coronado de espinas, golpeado con la caña, cubierto el
rostro con una púrpura por burla; desnudado afrentosamente, clavado en la cruz y levantado en ella,
puesto entre ladrones, como uno de ellos, dándoos a beber hiel y vinagres y herido el costado con la
lanza. Librad, Señor, por tantos y tan acerbísimos dolores como habéis padecido por nosotros, a las
almas del Purgatorio de las penas en que están; llevadlas a descansar a vuestra santísima Gloria, y
salvadnos, por los méritos de vuestra sagrada Pasión y por vuestra muerte de cruz, de las penas del
infierno para que seamos dignos de entrar en la posesión de aquel Reino, adonde llevasteis al buen
ladrón, que fue crucificado con Vos, que vivís y reináis con el Padre y el Espíritu Santo por los siglos de los
siglos. Amén.
VISITA AL CEMENTERIO
Yo me postro sobre esta tierra donde reposan los restos mortales de mis queridos padres, parientes,
amigos, y todos mis hermanos en la fe que me han precedido en el camino de la eternidad.
Mas ¿que puedo hacer yo por ellos? ¡Oh divino Jesús, que padeciendo y muriendo por nuestro amor nos
comprasteis con el precio de vuestra sangre la eterna vida; yo se que vivís y escuhais mis plegarias y que
es copiosísima la gracia de vuestra redención.
Perdonad, pues oh Dios misericordioso, a las almas de estos mis amados difuntos, libradlas de todas las
penas y de todas las tribulaciones, y acogedlas en el seno de vuestra Bondad y en la alegre compañía de
vuestros Ángeles y Santos para que, libres de todo dolor y de toda angustia, os alaben, gocen y reinen
con Vos en el Paraíso de vuestra gloria por todos los siglos de los siglos. Amén.
De igual manera, Mis Pequeños, que ellas necesitan de vuestras oraciones vosotros necesitáis que ellas
intercedan por vosotros.
Son tantas las almas que se condenan por no tener quien interceda por ellas, que os pido, Mis
Pequeñitos, no os quedéis ociosos ni un momento sino ofrecer sacrificios, ayunos y penitencias por la
Conversión de los pobres pecadores.
Haced caso de lo que os Dice Vuestra Santísima Madre María Reina del Cielo y de los Ángeles todos que
es por Vuestra propia salvación y santificación todo lo que vuestra Bendita Madre os solicita.
Os lo repito: no os quedéis ociosos ni un instante sino orad a tiempo y a destiempo, interceded por
vuestros hermanos a toda hora que todo Bien que hagáis por un hermano, lo estaréis haciendo por
vosotros mismos.
No lo olvidéis.
Que no lleguéis ante El Trono Sacrosanto con vuestras manitas vacías en obras de Misericordia: Orad por
los vivos y difuntos que vuestro costalito de Regalos a El Cielo se irá llenando así para que tengáis qué
presentar Ante El Trono de Dios.
Os Amo y os espero en Mi Inmaculado Corazón para cuidar por vosotros y no olvidéis Consagrar vuestras
Familias y moribundos a San José.
Después escucho: “La Oración de los cien requiems”
Rezadas así diez decenas con las invocaciones al final de cada una de ellas, se tiene completos los cien
requiem de esta devoción.
(León XIIII concedió a cada requiem 50 días de indulgencia por cada cien requiem ,y el santo Padre
Clemente x1 dio 100 dias de indulgencia por el rezo de del salmo De profundis y cien requiem;e
indulgencia plenaria si se reza durante un ano bajo las condiciones de rigor)
Si nosotros con el sufragio rogamos por ellas, ellas ciertamente responden rezando por nosotros. Sus
plegarias son muy eficaces, porque son santas y nos procuran beneficios inmensos, tanto para nuestra
vida corporal como espiritual
Entre las obras de sufragio por las almas del Purgatorio, hay tres que tienen un efecto maravilloso: La
oración, la Santa Misa y las Indulgencias.
La Oración:
Es como un refrigerio que de nuestra alma sube hacia el cielo. También una simple invocación, una
jaculatoria, un sacrificio, un acto breve de amor a Dios, tienen una eficacia extraordinaria de sufragio.
Entre las oraciones que podemos rezar prevalecen: el «Oficio de los Difuntos», el Salmo 50, el Vía Crucis,
y el Santo Rosario. A todas estas u otras oraciones hay que agregar la santa Confesión y Comunión; es
necesario que en ocasión de la muerte de una persona querida, todos los pariente se confiesen y
comulguen por el alma.
La Santa Misa:
Una sola Misa es para ellas de infinito valor. Los teólogos dividen en tres partes el fruto de la misa:
– La tercera parte va en provecho de por quien se celebra, y esta parte es aplicable a las almas
purgantes. Pero no
basta celebrar una sola misa por los difuntos, es necesario hacer celebrar muchas.
La Misa no se divide en tres partes, estrictamente hablando, pero, lleva en sí tres formas del infinito
tesoro de Jesús: La Iglesia, el Sacerdote y los Fieles Vivos o Difuntos.
Las Indulgencias:
Almas del purgatorio (ft img) 3
La indulgencia es una remisión de una pena temporal, adeudada por los pecados, que la Iglesia concede
bajo ciertas condiciones al alma en gracia, aplicándole los méritos y las satisfacciones abundantes de
Jesucristo, de la Virgen y de los Santos, los cuales constituyen su tesoro y por lo cual anulan sobre la
tierra en todo o en parte la deuda de un alma anulándola también en el cielo. Hay indulgencia «Plenaria»
y «Parcial». Para ganar la indulgencia es necesario estar en estado de gracia y tener la intención de
ganarla. Por la Comunión de los Santos podemos socorrer a los difuntos, la Iglesia nos da la facultad de
aplicarles este inmenso tesoro de misericordia, reduciendo así sus penas que son la satisfacción de las
culpas cometidas durante la vida presente.
Las indulgencias son tesoros espirituales con los cuales se perdona la pena temporal merecida por los
pecados ya perdonados. Las indulgencias pueden aplicarse a nosotros o a las almas del purgatorio. El
Papa Pablo VI, en 1967, dictó normas sobre las indulgencias. Cada día se puede ganar una sola
indulgencia plenaria y sin límite las parciales.
1. Se concede indulgencia plenaria al fiel cristiano que en cualquier viernes del tiempo cuaresmal
después de la comunión recite piadosamente, ante la imagen de Jesucristo Crucificado la oración ‘Oh mi
amado y buen Jesús…’;
2.Se concede indulgencia parcial al fiel cristiano que pronuncie cualquier fórmula piadosa legítimamente
aprobada: en la acción de gracias después de la comunión (por ejemplo, Alma de Cristo, Oh mi amado y
buen Jesús).
Oración a Jesú crucificado.
‘Oh mi amado y buen Jesús’
Miradme, Oh mi amado y buen Jesús,
Postrado ante Vuestra santísima presencia.
Os ruego con el mayor fervor, que imprimáis en mi corazón
vivos sentimientos de Fe, Esperanza y Caridad;
Verdadero dolor de mis pecados, y propósito firmísimo de enmendarme;
Mientras que yo, con todo el amor, y toda la compasión de mi alma,
Voy considerando Vuestras Cinco Llagas;
Teniendo presente aquello que dijo de Vos el santa profeta, David:
“Han taladrado Mis manos y Mis pies, y se pueden contar todos Mis huesos”.
(Salmo 21: 17-18)
Navegación de entradas.
Santa Catalina de Bolonia dejó escrito, que muchas veces se obtiene más fácilmente las gracias que
deseamos por medio de las almas buenas que están el purgatorio, que por la intercesión de los santos.
Esta piadosa devoción carmelita es antigua y muy efectiva para ayudar a las Benditas Almas del
Purgatorio. Es una oración sencilla que fácilmente puede hacerse a diario en beneficio de las Benditas
Almas del Purgatorio.
Deben saber que el ofrecimiento desinteresado que uno hace por las Benditas Almas del Purgatorio es
tan valioso para Dios que, aún pidiendo solo por aquellos que no conoces, Dios le concede Sus Gracias
también a tus familiares, amigos y conocidos.
¿Qué es un Réquiem?
Réquiem significa “descanso”, y en la liturgia romana, es la misa de difuntos, un ruego por las almas de
los difuntos, llevado a cabo justo antes del entierro o en las ceremonias de recuerdo o conmemoración.
Su nombre proviene de las primeras palabras del introito en latín: «Requiem æternam dona eis, Domine,
et lux perpetua luceat eis» («Concédeles el descanso eterno, Señor, y que brille para ellos la luz
perpetua»).
Señal de la Cruz
Invocación al Espíritu Santo:
Ven Espíritu Santo, llena los corazones de tus fieles y enciende en ellos el fuego eterno de tu amor. Envía
Señor tu Espíritu y todo será creado y se renovará la faz de la tierra.
Oh Dios, que instruiste los corazones de tus fieles con la luz de tu Espíritu Santo, concédenos que
animados y guiados por este mismo Espíritu, aprendamos a obrar rectamente siempre y gocemos de la
dulzura del bien y de Sus divinos consuelos. Por Cristo nuestro Señor. Amén.
Oración a las santa ánimas:
Animas santas, ánimas que están purgando, rueguen a Dios por mí; que yo rogaré por ustedes, a fin de
que cuanto antes se les conceda la gloria del Paraíso Celestial.
De Profundis:
Salmo CXXIX de David
Gloria
Réquiem aeternam:
Dales, Señor, el descanso eterno
Y brille para ellos la luz perpetua
De las puertas del infierno
Saca, Señor, sus almas,
Descansen en paz.
Amén.
También se puede terminar con un Padre Nuestro y un Réquiem más (“Dales, Señor, el descanso eterno
y brille para ellos la luz perpetua”)