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Sirnposio sobre la conservación

de la Biosfera
(Barcelona, abril-junio de 1969)

Organizado por la Sección de Biológicas de la Facultad de Ciencias y el


Departamento de Geografia de la Facultad de Filosofia y Letras, se llevó a
cabo, del 29 de abril al 3 de junio, en 10s locales de la Sección de Ciencias Bio-
lógicas de la Universidad de Barcelona, un Simposio cuya finalidad concreta era
la de hacerse eco de 10s graves problemas planteados en la Conferencia Intergu-
bernamental de Expertos acerca de las bases cientificas de la utilización racional
y la conservación de la Biosfera, conferencia que tuvo lugar en la sede de la
UNESCO en Paris d e 10s dias 9 al 13 de septiembre de 1968.
La reunión de Paris se realizó bajo el patrocini0 de la Organización de las
Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) y la Organización
Mundial de la Salud (OMS) y con la cooperación de la Unión Internacional para
la Conservación de la Naturaleza y 10s Recursos Naturales y del Programa Bio-
lógico Internacional. En esta Conferencia se intentaba precisar en qué aspectos
y de qué maneras la ciencia moderna puede facilitar la elección y aplicación de
métodos racionales a la utilización de 10s recursos de la Biosfera sin perjuicio
de su conservación.
El Dr. R. Margalef, que asistió a dicha Conferencia en Paris, fue el por-
tador de la inquietud y problemática planteada en la misma y el primer orga-
nizador del Simposio de Barcelona. A él se unieron el Dr. O. de Bolós, del De-
partamento de Botánica de la Facultad de Ciencias, y la Dra. M. de Bolós, del
Departamento de Geografia de la Facultad de Letras. A dicho simposio asistie-
ron representantes de las diferentes disciplinas, tanto fisicas como humanas que
csnvergen en el problema de conservación de la Biosfera: ecólogos, botánicos,
zoólogos, sociólogos y geógrafos, asi como algunos expertos en problemas de
parques naturales y establecimiento de reservas. Se presentaron varias comuni-
caciones que fueron objeto de coloquio y discusión y de la mayor parte de las
cuales a continuación daremos una reseña realizada por 10s mismos autores.
En la Sesión final se dio lectura a las conclusiones que se fueron elaborando a 10
largo del simposio y fueron sometidas a votación y enmienda. Puesto que varias
de ellas son de carácter eminentemente práctico se constituyó una comisión
encargada de velar por el cumplimiento de estas recomendaciones.

BASES ClENTlFlCAS DE LA UTlLlZAClON RACIONAL


Y LA CONSERVACION DE LOS RECURSOS DE LA BIOSFERA*
El autor, asistente a la Conferencia de Paris, ofreció un resumen de 10s
principales problemas tratados en la misma.
* Por JACINTO NADAL,Departamento de Biologia de la Universidad de Barcelona.
76 Simposio sobre la conservación de la Biosfera

E n el mundo está apareciendo una nueva conciencia de la pérdida d e la


calidad del medyo. Aunque algunos d e 10s cambios vienen produciéndose desde
hace decenios o desde periodos más largos, parece haberse llegado a un punto
critico, en la contaminación del aire, del suelo, y del agua en 10s paises indus-
triales, 10 que suscita alarma y un deseo general d e que se apliquen remedios.
Paralelamente a esta preocupación, surge la idea d e que 10s modos tradi-
cionales de desarrollo y utilización de 10s recursos naturales deben ser modifi-
cados dejando de ser esfuerzos públicos o privados que persiguen un solo propó-
sito y que no tienen en cuenta las consecuencias que pueden llevar consigo para
otros usos o recursos y para otros fines sociales más importantes y dar paso al
reconocimiento de que la Biosfera es un sistema que resulta afectado en su
totalidad por cualquier acción que se lleve a cabo en cualquiera de sus partes.
Como consecuencia, se impone que la utilización planificada de 10s recursos
naturales deberia basarse en una ciencia interdisciplinaria integrada.
Otra consecuencia de esta nueva conciencia es la d e que el hombre es un
factor capital en la Biosfera y la de que las ciencias naturales y la tecnologia
solas son insuficientes para encontrar soluciones a 10s problemas de ordenación
de 10s recursos. También deben ser tenidas en cuenta las ciencias sociales por-
que, en último extremo, se trata de recursos considerados en función del hom-
bre. Estas conclusiones conducen, pues, a la necesidad de mejorar la educació11
y la información pública. Los cientificos y 10s técnicos han de estar preparados
para trabajar en equipos integrados. Para poder llegar a estos fines es necesaria
una copiosa investigación en todos 10s aspectos d e la Biosfera, sobre todo en
Ecologia, ciencia de por si integradora y sintetizadora. Otro tema de jnterés
constante fue el de la necesidad de proteger la naturaleza y de crear parques
nacionales y numerosas zonas naturales d e menor extensión donde se protejan
acervos de genes, especies raras y amenazadas y ecosistemas.
Los conceptos básicos referentes a la estructura, funcionamiento y genesis
de la Biosfera se pueden resumir en cinco puntos básicos : 1)la Biosfera h a evo-
lucionado como un todo y funciona como un todo; 2) la Biosfera está dotada d e
una considerable plasticidad que le permite recuperar su equilibri0 funcional
cuando se provocan en ella ciertas modificaciones, sean naturales o causadas por
el hombre; 3) la plasticidad de la Biosfera tiene limites que dependen del tip0 d e
ecosistema considerado, del tip0 de intervención ejercida por el hombre y d e la
velocidad del cambio; 4) la presión demográfica y la evolución de la estructura
d e la sociedad determinarán inevitablemente modificaciones cada vez rnás profun-
das d e la Biosfera, y 5) es indispensable una racionalización a escala planetaria
d e la utilización d e 10s recursos de la Biosfera si se desea asegurar a las genera-
ciones futuras unas condiciones d e vida satisfactorias.
Se subrayó la importancia del hombre como principal factor de modifica-
ción d e la Biosfera, tanto para mantenerla en orden como para trastornarla.
Por 10 que respecta a la acción pasada y presente que ejerce el hombre en la
Biosfera, incluso en sus primeras fases de recolector, cazador, pescador y agri-
cultor el hombre ha sido siempre capaz de modificar radicalmente el medio que
le rodea. El agotamiento de 10s recursos naturales ha seguido varias direcciones,
Bases científica de la utilización de la Biosfera 77

como la deforestación, la extinción de la caza, la desecación d e 10s sectores hú-


medos y el extermini0 deliberado de especies. Se prest6 especial atención en la
conferencia de Paris a la influencia de las actuales civilizaciones en la Biosfera,
examinand0 las consecuencias que tienen la explotación minera y otros procesos
industriales asi como el aumento demográfico. La contaminación es un hecho
d e carácter internacional de gran importancia y que comprende la contamina-
ción del aire, del agua, del suelo y sus consiguientes efectos nocivos sobre la
vegetación, 10s animales y el hombre.
Por 10 que respecta a 10s recursos edáficos se analizó y definió la función
general del suelo en la Biosfera y se examinó la noción de fertilidad insistiendo
en la diferencia entre fertilidad real y fertilidad potencial. Se analizó el apro-
vecharniento del suelo como soporte de la vegetación, de las actividades in-
dustriales y urbanas, etc. Se subrayó la importancia del estudio global del me-
dio y d e la relación entre el suelo y el conjunt0 del ecosistema; la evolución
general del suelo como consecuencia del cultivo y el estudio de 10s balances
(hidrico, del carbono, ciclo del nitrógeno, etc.); el abuso de abonos en culti-
vos intensivos y sus posibles efectos contaminantes; la utilización Óptima de
10s abonos orgánicos y la posibilidad de producir suelos artificiales.
Respecto al agua, se señaló la necesidad de combinar el enfoque económico
con el científic0 en 10s estudios relativos a 10s recursos hidricos. Es d e gran im-
portancia conocer el caudal minimo que debe mantenerse en 10s rios para satis-
facer las necesidades biológicas. Se señaló igualmente el riesgo d e que llegue a
escasear el agua si el consumo por persona y la población mundial sigue aumen-
tando al ritmo actual. Se subrayó la importancia de la protección y ordenación
de las cuencas colectoras, la necesidad d e regular la vegetación y la fauna sil-
vestre como factores del ciclo hidrológico y por último el elevado porcentaje d e
10s recursos de agua ya afectados por la contaminación. Acerca d e 10s recursos
vivos acuáticos no oceánicos se dijo que 10s ecosistemas d e las aguas continen-
tales son particularmente frágiles y, por tanto, sensibles a la influencia del hom-
bre. E n consecuencia, es necesario regular, 10 mejor posible, 10s factores meso-
lógicos. Se señaló la conveniencia de conservar una red d e muestras de ecosis-
temas acuáticos naturales. También se puso d e relieve la necesidad de una me-
jor información que sirva d e base a la ordenación antes de poder promulgar una
legislación eficaz.
Por 10 que respecta a la vegetación la conferencia insistió en la i d u e n c i a
cada vez mayor que el hombre ejerce sobre la vegetación desde hace milenios,
a partir de las formas iniciales de 10s protocultivos hasta la c~antropizaciónrde
la naturaleza en nuestro mundo industrializado y en 10s principales sistemas agrí-
colas introducidos, con sus consecuencias para el equilibri0 de 10s ecosistemas. La
utilización y ordenación d e la vegetación serán racionales y provechosas en la
medida en que respeten 10s principios básicos causa de la circulación d e la ener-
gia y del ciclo geoquimico. Entre las diversas causas d e desequilibri0 d e 10s eco-
sistemas se pueden citar la degradación del suelo, la alteración d e 10s ciclos geo-
quimicos, la salinización, las modificaciones del balance hidrico, 10s carnbios d e
las relaciones bióticas en las biocenosis.

- -
78 Simposio sobre la conservaci6n de la Biosfera

El aprovechamiento de 10s recursos animales presenta varios problemas : en


muchos tipos de utilización eficaz del suelo 10s animales forman una parte esen-
cia1 del ecosistema. La mayor parte de las 16 principales especies domésticas han
sido escogidas, no por su adecuación ecológica, sino rnás bien por la demanda
tradicional de productos conocidos y por la familiaridad de las técnicas funda-
mentales de la ganaderia. La fauna salvaje puede constituir una forma suplemen-
taria o principal de aprovechamiento del suelo, una fuente de proteinas, cuero,
pieles, caza deportiva o una atracción turística. Los recientes adelantos en la se-
lección y explotación de una amplia serie de herbivoros salvajes para obtener
proteinas y otros productos en tierras degradadas son muy prometedores y ofre-
cen un tema importante para ulteriores investigaciones y aplicaciones.
El hombre puede actuar solamente en la medida en que mantiene o crea al-
rededor suyo un microambiente comprendido en el margen de su tolerancia na-
tural. Es evidente que las manifestaciones fenotipicas del hombre han cambiado
mucho con el tiempo y difieren de un lugar a otro. La amplia gama de posibilida-
des genéticas del hombre se materializa, en la práctica, en las reacciones crea-
doras de cada individuo frente a 10s estimulos o exigencias del medio. Tanto si
estas exigencias proceden de fuerzas fisicas como cuando proceden de fuerzas
sociales, la diversidad del medio tiene una importancia decisiva para la evolu-
ción del hombre y de las sociedades, ya que, en último extremo, un medio este-
reotipado y uniforme con frecuencia se traduce en un empobrecimiento de la
vida, en una pérdida progresiva de las cualidades de 10 que identiñcamos como
10 humano y en un debilitamiento de la salud física y mental. Nuestra política
deberia ser conservar o crear medios 10 más diversos posibles. La riqueza y di-
versidad de 10s medios fisicos y sociales constituyen un aspecto crucial de la
adaptación de las funciones a las necesidades, tanto en el planteamiento de las
áreas rurales y urbanas como en el proyecto de viviendas o la ordenación de la
vida individual. Se discutió detenidamente la necesidad de formular nuevas po-
liticas como resultado de la aceleración del crecimiento de la población y de la
revolución tecnológica. Se subrayó la necesidad de estudiar 10s problemas del
medio humano, no s610 en 10s paises muy industrializados sino también en 10s
paises en vias de desarrollo, donde estos problemas ya se plantean o podrian
plantearse al variar rápidamente las formas de vida tradicionales.
Desde que el hombra existe se produce una deterioración del medio, y éste
interfiere con 10s ecosistemas grandes o pequefios. Estas acciones no son necesa-
riamente desastrosas, sino que incluso pueden ser beneficiosas, como por ejem-
plo la producción de abonos con las aguas residuales. No obstante 10s grandes
progresos en la tecnologia química se han traducido en la aparición de cen-
tenares de nuevos compuestos, muchos de ellos caracterizados por su resisten-
cia a la degradación, por su toxicidad potencial y por su utilización sin dis-
cernimiento (materias plásticas, radiaciones ionizantes, plaguicidas, etc.). El cre-
cimiento de la población, la urbanización y la industrialización obligan al hom-
bre a aceptar un grado de pureza del aire, del agua, de 10s suelos que suelen ser
inferiores a 10s que se considerarian más convenientes si la pureza fuera el único
criteri0 aplicable.
LA CONSERVACION DEL PAISAJE VEGETAL*

Bajo el nombre de puisuje no queremos significar aqui simplemente aquell0


a 10 que se debe el aspecto más o menos pintoresc0 de la naturaleza, sino algo
mis profundo. Entendemos por paisaje, de acuerdo con el uso general de este
termino en Geografia, e! conjunto de particularidades de toda indole que deter-
minan el carácter de una parcela cualquiera de terreno.
Uno de 10s principales componentes del paisaje geográfico es la vegetación,
y el10 justifica el empPeo de la denominación puisuje vegetal para designar el
mosaic0 de comunidades de plantas -bosques, matorrales, prados, etc. - que
reviste el suelo y refleja en su variación las cualidades del medio, cualidades
que no vienen determinadas s610 por el conjunto de 10s factores climáticos, edá-
ficos y bióticos, sino además, y en gran manera, por la actividad irregular y
arbitaria del hombre.
La humanidad, que inicialmente se desarrolló en el seno del paisaje natural,
ha ido modificando progresivamente este paisaje hasta el punto de que en el
momento actual enormes porciones de la superficie terrestre han cambiado de
manera radical su aspecto.
-
El rápido incremento de la potencia técnica que caracteriza nuestros tiem-
pos, unido al aumento muy considerable del grado de concentración de la po-
blación humana, repercute sobre el paisaje en forma de una aceleración brusca
de 10s procesos de desnaturalización. Se está llegando ya a una situación que
preocupa gravemente no s610 a 10s expertos, sino asimismo a círculos de po-
blación cada vez mis amplios.
De un año a otro el movimiento de protección de la naturaleza va adqui-
riendo mayor fuerza en todo el mundo, 10 que hace pensar que si se logra su-
perar la etapa de transición por la que estamos pasando, en la que por un lado
las posibilidades de destrucción son ya muy grandes y por el otro la conciencia
del peligro es aún insuficiente, quizá pueda mirarse el futuro con moderado
optimismo.
Hay que tener presente, sin embargo, que en todo 10 que concierne a la
valoración de la naturaleza, la situación en 10s paises meridionales de Europa
es de atraso muy acusado. Si nos concretamos al ámbito catalán, que el autor de
estas linens conoce más directamente, hemos de reconocer que, a pesar de que
en la tradición cultural de Cataluña 10s valores del paisaje han tenido siempre
un peso considerable, son pocas las personas que en el momento presente po-
seen una visión clara de la problemática que aqui planteamos. Recordemos
entre 10s componentes de esta minoria consciente a 10s grupos de biólogos y
geógrafos profesionales y dcionados, asi como de especialistas de la ordenación
territorial y forestal y a una parte importante de 10s núcleos excursionistas,
sin olvidar que la sensibilidad por la naturaleza no se limita a las clases más
* Por ORIOLDE BOLÓS,Director del Departamento de Botánica, Facultad de Ciencias,
Universidad de Barcelona.
80 Simposio sobre la conservacion de la Biosfera

cultivadas, sino que se extiende a 10s espíritus rnás selectos de la pagesia, como
puede comprobar fácilmente quien trate de cerca a nuestra gente del campo.
Por desgracia, est05 pequeños grupos sensibles no pueden contrarrestar to-
davia, por el momento, la indolencia de la gran masa, de la que se aprovechan
a menudo elementos especuladores que persiguen el beneficio inmcdiato sin
atender al interés general.
Hay entre nosotros mucha gente que no saben apreciar en la naturaleza
otra cosa que las posibilidades de comodidad y relajamiento que ofrece la vida
al aire libre. Con 10s que únicamente ven en el campo un lugar propicio para
el jolgorio o la inactividad, hay que contar también a aquellos que querriali que
10s bosques estuviesen alimpios)),o sea que desean la eliminación d e todo vegetal
que no produzca sombra suficiente para echar la siesta. Estos defensores de la
mal llamada alimpieza)) son en muchos casos 10s mismos que llenan de desperdi-
cios las cercanias de las carreteras y de las fuentes. Para tal clase de personas se
destruyen muchos d e nuestros más nobles paisajes, que se convierten en urbani-
zaciones carentes de toda gracia y sentido.
Es relativamente numeroso también el grupo de ciudadanos a 10s que la
naturaleza deja, indiferentes. Y 10 rnás grave es que entre ellos se cuentan figu-
ras de alta significación en la cultura humanística, que se presentan como sen-
sibles a 10s valores rnás refinados del arte y d e la creación humana. Tal divor-
cio entre la valoración de la obra humana y el aprecio por 10s seres naturales
es a veces simple consecuencia del esnobismo, pero en otros casos parece ser
expresión de graves deficiencias en la formación cultural de nuestra gente.
No creemos, con todo, que haya motivos para perder la esperanza. Como
el ideari0 de conservación de 10s valores fundamentales de la naturaleza y del
paisaje se apoya en bases sólidas, su progresiva adopción en todos 10s paises y
medios sociales parece asegurada.
Las razones que justifican la conservación como necesidad ineludible pue-
den condensarse en 10s siguientes puntos :
1. Znterés económico. Todavia ahora el hombre vive en gran parte de
productos d e la naturaleza: productos agrícolas y forestales, de la ganaderia,
d e la pesca, etc., y no hay perspectivas de cambio radical en un futuro previsi-
ble. Interés vital de la humanidad es que el aprovechamiento de 10s recursos
naturales alcance un nivel elevado, pero que no se dañen las fuentes de pro-
ducción. Toda explotación abusiva, que en vez de limitarse a consumir 10s in-
tereses utilice también el capital, es contraria a la conveniencia general.
2, Znterés cientifico. La tendencia natural del hombre a tratar de com-
prender 10 que le rodea no excluye ni siquiera a 10s seres vivos en apariencia
rnás insignificantes. Todos 10s organismos, moldeados en un prolongado pro-
ceso d e evolución y selección, contienen en si una información preciosa para la
humanidad. No es posible, pues, ver con indiferencia la extinción de una sola
especie o la destrucción d e cualquiera d e 10s conjuntos equilibrados que 10s
seres vivos constituyen.
3. Znterés técnico. La investigación biológica a que nos referimos en el
apartado anterior no persigue, en general, finalidades directamente utilitarias,
La conservación del paisaje vegetal 81

pero de ella resultan a menudo conocimientos de gran valor práctico. La me-


jora de las técnicas de aprovechamiento de la naturaleza suele exigir, por ejem-
plo, un conocimiento completo de 10s procesos espontáneos que se desarrollan
cuando el hombre no interviene.
4. Interés estético y de disfrute inmediato. Toda persona de sensibilidad
normal suele experimentar vivencias de valor Gnico cuando se encuentra en un
ambiente natural poc0 alterado. La educación de esta sensibilidad innata con-
duce a apreciar entre 10s valores más elevados de que puede gozar el hombre
la belleza y armonia que se nos manifiestan en la naturaleza, 10 mismo en 10s
paisajes d e mayor grandiosidad que en 10s menores detalles del Gltimo microor-
ganismo.
Debemos esperar que en la sociedad humana del futuro serán cada vez
más extensas las capas de población que tendrán cubiertas las necesidades vi-
tales perentorias. E n tal perspectiva, podemos suponer que será cada vez mayor
la atención que se prestará a 10s valores del espiritu, entre ellos a la ciencia, al
arte y al goce de la naturaleza.
Por otro lado, ya hoy en dia el crecimiento desmesurado de las aglomeracio-
ries urbanas exige la conservación en las cercanias d e las mismas de zonas verdes
de gran amplitud, indispensables para la salud psíquica e incluso física de la po-
blación ciudadana.

Las normas a seguir para la protección del paisaje no pueden ser simples
y uniformes, sino que deben adaptarse a la complejidad de las situaciones reales.
Hay que tener presente que existen tipos muy distintos de paisaje y que las
propiedades y el interés de cada uno de ellos pueden ser muy variados. Ante todo
es necesario distinguir entre el paisaie natu~al,prácticamente no influido por el
hombre, y el paisaje humanizado o cultural que hoy predomina en casi toda la
Tierra.
Paisaje natural. Puede ser primitivo: paisaje virgen actual o pretérito,
o secundario, actual o potencial. Un paisaje natural secundario se establece,
después de un proceso espontáneo de restauración, allí donde el hombre cesa
de intervenir.
Las propiedades principales del paisaje natural son las siguientes :
a) Estabilidad. Todo paisaje natural, en equilibri0 con su ambiente, es
estable por si mismo. La selva ecuatorial, 10 mismo que el bosque boreal de
abetos, la estepa, el prado alpino, etc., nos muestran siempre este carácter.
E n 10s paisajes no alterados por el hombre s610 se manifiestan lentas transfor-
maciones en relación con las modificaciones generales del clima y con la apa-
rición y desaparición d e especies. Es posible que las comunidades naturales
presenten también variaciones ritmicas internas de carácter secular, pero de
el10 se sabe aún muy poco.
b) Máximo d e musa viviente. Allí donde el hombre no 10 impide la ve-
getación alcanza el máximo desarrollo posible. En un país forestal, por ejemplo,
82 Simposio sobre la conservación de la Biosfera

el bosque, que no encuentra traba en su crecimiento, alcanzará el máximo d e


altura a que puede llegar y la mayor densidad posible. La biomasa es, pues, má-
xima en condiciones naturales.
c) Máximo de complejidad estructural. Todo hueco que aparezca en una
comunidad es ocupado por el organismo apropiado, supuesto que tal organismo
exista. Las comunidades se presentan saturadas de seres distintos que realizan
funciones particulares y se influyen mutuamente.
d) Máximo d e armonia. Las comunidades naturales de seres vivientes se
hallan adaptadas al ambiente físico' y biótico en cuyo seno se han ido forman-
do a 10 largo de un proceso de ajuste y puIimento que ha durado decenas y
quizá centenares d e millones d e años. Por el10 cada cosa está en su sitio, toda
variación del ambiente es finamente reflejada por una modificación paralela de
la comunidad. El10 genera en el hombre que se esfuerza por penetrar el sentido
profundo de cada cosa una impresión de orden y tranquilai armonia que jamás
las obras d e arte más sublimes han logrado superar.
e) Cupacidad de re.stuuración. Si por accidente el paisaje natural sufre
alteraciones, las propias fuerzas naturales cicatrizan la herida, que al cabo de
un tiempo deja de ser perceptible.
Esta propiedad resulta de capital importancia por 10 que atañe a la con-
servación, pues nos garantiza la recuperación del estado primitivo sin inter-
vención alguna del hombre, en caso de que se hayan producido daños.
f) Escasa productividad. E n un paisaje natural 10s individuos vegetales
alcanzan la máxima longevidad y por el10 el ritmo de renovación es muy lentoc
La inmensa mayoria d e 10s individuos jóvenes perecen por falta de espacio y ali-
mento, utilizados éstos sobre todo por individuos viejos que apenas crecen.
La vida de un ser depredador como es el hombre resulta, pues, incompatible
con el mantenimiento del estado natural del paisaje, a no ser en el caso d e pue-
blos muy primitivos y con una densidad muy débil (en la actualidad, por ejemplo,
algunas poblaciones indigenas de la Amazonia).

De las propiedades que acabamos de reseñar se desprende la conveniencia


para la humanidad d e reducir el paisaje absolutamente natural a una pequeña
parte de la superficie terrestre, 10 que ya ha sido hecho y, por cierto, en mucho
mayor escala de 10 que hubiera sido deseable.
Pero asimismo se desprende de la consideración de estas propiedades el gran
interés que tiene la conservación en estado natural de un conjunt0 de parcelas re-
presentativo de 10s distintos tipos de paisaje.
Allí donde aún se conservan paisajes primitivos hay que hacer, naturalmen-
te, el máximo esfuerzo a fin de preservar porciones importantes de 10s mismos.
En el caso común, de que 10s paisajes primitivos hayan sido más o menos
alterados, se debe tratar de restaurar muestras de 10s mismos aprovechando la
capacidad natural de regeneración que hemos indicado.
La preservación del paisaje natural, sea primitivo o secundario, es el mo-
tivo principal que ha determinado la creación d e 10s parques naturales (ccnacio-
nalesn) y de las reservas biológicas. La puesta de algunas superficies d e la Tie-
La conservación del paisaje vegetal 83

rra en régimen de reserva integral constituye una experiencia biológica apa-


sionante que prácticamente han empezado a realizar 10s hombres de nuestro
siglo. Cada dia es mayor el número de parcelas d e terreno que en 10s distintos
paises reciben estatuto de protección. Podemos esperar que en un futuro pró-
ximo ell0 se traducirá en la comprensión d e procesos importantes de la dinámica
de la vegetación, que hasta el momento han permanecido fuera del campo d e
observación del hombre de ciencia. Es probable que 10s nuevos conocimientos
que resultarán del estudio del desarrollo de la vegetación en las reservas, ade-
más de su indudable significado teórico, trasciendan también a la esfera de la
aplicación práctica.
Los parques y reservas no son tierra que se pierde; su establecimiento ha
sido pensado precisamente para el servicio del hombre. En primer término para
el cientifico, que en ellos puede obtener conocimientos que de otro modo no
alcanzaria, pero también para el hombre común que siente interés por la natu-
raleza. Por el10 hay que reglamentar su visita d e modo que no se perturbe apre-
ciablemente la marcha natural de 10s procesos vitales, pero en forma que éstos
se l ~ a g a nasequibles, en 10 posible, al público. E n el aspecto económico, 10s
parques naturales y las reservas resultan una buena inversión, porque 10s gas-
tos de su mantenimiento son y deben ser minimos y, en cambio, su presencia
valoriza en gran manera 10s paises que 10s poseen.
E n 10s últimos tiempos algunas personas impacientes han empezado a pro-
palar rumores respecto a la viabilidad de las reservas integrales, 10s cuales pue-
den inducir a confusión en 10s medios no especializados. Se ha dicho, por ejem-
plo, que si no se intesviene, la vegetación envejece y pierde vigor. El10 puede
ciertamente corresponder a la realidad en ciertas fases de transición hacia el
estado natural de equilibrio estable. Si se deja en estado de reserva un bosque
que habia sido previamente ordenado de modo que todos 10s árboles tuviesen
la misma edad, Ilegará un momento en que dicho bosque entrar6 en decaden-
cia en su conjunto. Pero si se tiene la paciencia suficiente para esperar que pase
esa fase de senilidad, se ver6 surgir luego una nueva población de árboles con 10s
individuos distribuidos por edades, en la que el fenómeno ya no se repetirá. E n
ningún caso conocido la selva virgen presenta jamb aspecto decadente. La opi-
nión según la cua1 la intervención del hombre seria necesaria para el manteni-
miento del equilibrio en la naturaleza se opone a todo 10 que en este aspecto
podemos dar por cientificamente bien establecido.
Otra tentación en la que a veces se puede caer es la de introducir de nuevo
artificialmente seres extinguidos, sobre todo animales. Como 10s estados de equi-
l i b r i ~antiguos son mal conocidos y muchas veces dificiles de restablecer, el10
puede ser causa de daños importantes. Debemos aclarar que cuando nos hemos
referido a la tendencia natural a la restauración de 10s estados naturales d e
equilibrio queriamos limitarnos a considerar la vegetación, pues entre 10s ani-
males el hombre puede haber creado desequilibrios dificiles de compensar,
como, por ejemplo, cuando ha destruido 10s carnivoros y favorece, en cambio,
la expansi6n de poblaciones de herbivoros, que pueden causar daños graves
a la vegetación y, por ende, a todo el ecosistema.
84 Simposio sobre la conservación de la Biosfera

Por último, según parece, en algunos de 10s grandes parques nacionales de


la actualidad empieza a preocupar la excesiva afluencia de visitantes. El trata-
miento adecuado de este problema es cuestión del buen criteri0 de 10s directores
de las entidades, 10s cuales deben canalizar debidamente las visitas y, en caso
necesario, establecer las limitaciones oportunas.
En resumen, pues, en 10s parques y reservas naturales debe exigirse respe-
to total a la naturaleza y supresión de toda clase de intervención, salvo la necesa-
ria para mantener abiertas las vias d e acceso. El Estado y demás corporaciones
públicas deben ocuparse del establecimiento de un sistema completo de reser-
vas y parques que garantice la preservación de muestras de todos 10s tipos dis-
tintos de paisaje.

Paisaje humanizado. Entre 10s paisajes influidos por el hombre que pre-
dominan en el mundo debemos distinguir por 10 menos tres categorias: paisaje
silvo-pastoral, paisaje agrícola y paisaje urbano. Las dos primeras se presentan a
menudo intricadas en complejos agro-silvo-pastorales.
El paisaje silvo-pastoral h a resultado del aprovechamiento de 10s bosques
por el hombre y de la expansión de la ganaderia. La corta, la limpieza del bosque
(estassada), el incendio, el pastoreo, la siega de la hierba, etc., han apartado pro-
gresivamente las distintas comunidades de organismos de su estado primitivo.
La degradación d e la vegetación ha seguido caminos más o menos regulares, se-
ries de etapas sucesivas, que en muchos casos se conocen ya de modo bastante
completo.
Si comparamos las propiedades del paisaje silvo-pastoral con las del paisaje
natural, observamos grandes diferencia, que intentaremos resumir en 10s puntos
siguientes :
a) La estubilidacl ha disminuido. Un prado artificial, un matorral o un
bosque aclarado cambian su estructura y composición desde el momento en
que varia la intensidad o el carácter de la acción que 10s mantiene. Se transfor-
man en sentido de mayor degradación si la intensidad d e la acción humana au-
menta o, al revés, acercándose al estado natural de equilibri0 en el caso de
que la acción humana pase a ser más débil.
b) La biomasa en general ha disminuido. IJos paisajes humanizados nos
presentan muchas veces bosques bajos o aclarados y matorrales que remplazan
la gran selva primitiva, prados en lugar de bosques, etc.
c) La complejidud estructural tambie'n diminuye. Los organismos mbs
delicados tienden a desaparecer, a veces comunidades antrópicas de sustitución
se extienden de modo más o menos homogéneo sobre superficies que en estado
natural aparecerian ricamente diferenciadas, etc.
Lo que decimos no se opone al hecho de que muchas veces el paisaje so-
metido a la acción arbitraria del hombre resulte rnás variado y, sobre todo, más
irregular que aquel cuya variación viene determinada s610 por factores natu-
rales.
d) La armonia en estos paisajes suele ser tanto menor cuanto más alejados
se hallen del estado natural. La vegetación arruinada de 10s suburbios y de las
La conservación del paisaje vegetal 85
1
zonas industriales nos muestra hasta donde puede llegar el hombre en la destruc-
ción de la belleza natural.
Obsérvese, sin embargo, que en muchos casos 10s estados d e equilibrio ines-
table alcanzados a través de un aprovechamiento silvo-pastoral sostenido durante
siglos tienen también su gracia particular (pinares mediterráneos con sotobosque
arbustivo, muchos pastizales, incluso algunas comunidades ruderales, etc.).
e) La capacidad de restauración se conserva en una gran parte d e 10s casos,
sobre todo si la alteración no ha sido muy profunda. Dejado a si mismo, un pai-
saje humanizado se va transformando lentarnente hasta alcanzar de nuevo el es-
tado natural, después de haber pasado por una serie más o menos larga d e eta-
pas intermedias.
Algunas alteraciones pueden, de todos modos, resultar irreversibles, en par-
ticular aquellas que afectan a las propiedades y a la fertilidad del suelo. E n el
caso de que se hayan producido, el proceso de restauración queda detenido en
estados de mayor pobreza que el estado natural originario.
f) La productividad puede experimentar un aumento considerable si el
hombre o sus animales eliminan 10s individuos que han alcanzado cierto grado
de desarrollo, con 10 que queda campo libre para el crecimiento de 10s jóvenes.

Normalmente el paisaje silvo-pastoral debe ocupar una gran proporción d e


la superficie terrestre. De él se obtienen importantes productos Útiles para la vida
humana y, al mismo tiempo, este paisaje es todavia naturaleza y constituye, pues,
ambiente apropiado para el recreo del hombre de las ciudades.
Pero es muy necesario que el aprovechamiento se efectúe de modo racional,
es decir, que se cause un minimo de daiios y se alcance el balance más favorable
entre, por un lado, la producción máxima y, por el otro, el menor distanciamien-
to posible respecto al estado natural. D e esta última condición depende, en gran
parte, la garantia d e estabilidad que nos ofrece el sistema.
La ley fundamental del aprovechamiento de la naturaleza dice que deben
ser evitados en todos 10s casos 10s daños de carácter irreversible.
Por ello, más aún que la conservación de la vegetación, es importante la
conservación del suelo, pues éste, una vez destruido, se regenera con gran di-
ficultad. Deben ser proscritas, por tanto, todas aquellas prácticas que favore-
cen la erosión del suelo, cua1 el clareo excesivo de 10s bosques, la ((lirnpieza~~
indiscriminada d e 10s mismos, el arrastre de troncos, el incendio, etc. Natural-
mente, 10s programas de actunción concretos tienen que ser estudiados parti-
cularmente en cada caso.
La buena conservación del paisaje silvo-pastoral requiere que la legisla-
ción forestal se vaya perfeccionando y adquiera paulatinamente sentido ecoló-
gico y, además, que 10 legislado se cumpla de modo riguroso.

E n el paisaje agrícola el equilibrio aún es más lábil, el peligro d e erosión


y destrucción del suelo se hace más inmediato, la complejidad biológica es mi-
nima, etc. E n cambio, la producción de materiales útiles para el hombre puede
alcanzar altos valores.
86 Simposio sobre la conservación de la Biosfera

La conservación del suelo agrícola plantea graves problemas que aquí no


podríamos tratar adecuadamente. Recordemos s610 que en América del Norte
el movimiento de conservación de la naturaleza adquirió fuerza ya a finales
del siglo pasado como reacción ante 10s violentos procesos d e erosión que de-
sencadenaron ciertos sistemas de cultivo inadecuados.

Finalmente, unas palabras sobre el paisaje urbano. E n 61 incluimos no


s610 el terreno edificado y las vias de comunicación, sino asimismo 10s jardines
y 10s parques urbanos, tratados de acuerdo con el arte d e la jardineria. El paisa-
je urbano, en el que domina por completo la arbitrariedad humana, escapa ya
casi del todo al interés del biólogo. Su conservación, incluso la de 10s jardines,
exige un esfuerzo económico continuo.
Hasta hace pocos años, cuando pensábamos en 10s peligros que acechan a la
naturaleza, considerábamos siempre que se iba camino d e la desertización. La
degradación de 10s paisajes silvo-pastorales y agrícolas consecuente a su explota-
ción abusiva conduce, en efecto, a la extensión de paisajes d e carácter desértico.
Hoy en dia, en cambio, por 10 menos en un radio de muchas decenas y a
veces centenares d e kilómetros de las grandes urbes, uno de 10s peligros más in-
mediatos que se van manifestando es el de la destrucción del paisaje por via d e
urbanización.
Vemos, en efecto, como grandes superficies se van cubriendo anárquicamen-
te de grupos desordenados de casitas, con 10 que el carácter del país sufre gravi-
sima perturbación.
No seria razonable, ciertamente, oponerse al deseo que sienten las pobla-
ciones urbanas de salir al campo, el cua1 conlleva la ilusión de poseer residencias
secundarias en lugares alejados de la ciudad. Es necesario, sin embargo, que se
establezca una ordenación general del país, en la que se fije la situación d e las po-
sibles urbanizaciones y es necesario, además, que dicha ordenación se aplique sin
excepción.
Entre 10s principios a tener en cuenta al preparar 10s planes d e ordenación
territorial creemos especialmente importantes 10s que siguen :
1. Las urbanizaciones deben ocupar s610 superficies limitadas, que en total
no pueden pasar de un pequeño porcentaje de la extensión total d e la región o
comarca de que se trate.
2. Las urbanizaciones pueden establecerse a corta distancia d e 10s paisajes
especialmente valiosos, pero no tan inmediatas a 10s mismos que hagan perder a
estos su sentido. Hay que insistir en que la mayoría d e 10s valores cientificos y es-
téticos del paisaje son absolutamente incompatibles con el arnbiente urbano.
3. Las grandes concentraciones urbanas deben mantenerse rodeadas por
extensiones importantes de paisaje mis o menos natural, en las que la edscación
tiene que estar terminantemente prohibida.
4. E n último termino, creemos que es nuestra obligación insistir sobre la
necesidad de que en 10s proyectos de ordenación territorial intervengan activa-
mente geógrafos y biólogos especializados en el campo de la Ecologia.
EL HOMBRE EN EL PAISAJE:
EJEMPLOS CONCRETOS DEL PREPlRlNEO ORIENTAL *
El hombre es un elemento muy importante del paisaje. Su presencia da ori-
gen a la división fundamental del mismo en el paisaje natural y paisaje humani-
zado o cultural.
El paisaje natural, o sea aquel en que el hombre no ha influido o 10 ha
ha hecho en una mínima parte, tiene para el mismo hombre un valor tan extra-
ordinari~(de orden cientifico, estético, económico), que el10 le conduce a veces
- llevado por su ignorancia y egoismo - a la destrucción del propio paisaje
natural.
Dada la libre voluntad del hombre, se hace muy difícil establecer las leyes
que presiden la estructuración del paisaje humanizado, pero precisamente por
esta razón se hace necesario que el mismo hombre sea quien establezca de
antemano las leyes y las haga cumplir en bien de toda la humanidad. El pai-
saje natural tiende por si mismo al equilibri0 y a la reconstitución. El paisaje
cultural necesita que sea voluntariamente equilibrado. De aqui la gravedad
del problema.
Como ejemplo de 10s múltiples motivos que pueden hacer variar el pai-
saje humanizado se puede citar el caso de la evolución del espacio dedicado
al cultivo en la comarca de la Garrotxa (Prepirineo oriental). En este sector el
clima presenta unas caracteristicas muy poc0 favorables al cultivo de la vid,
pues es excesivamente húmedo y frío. No obstante, en determinados momentos
de la Historia, este cultivo alcanzó en dicha comarca extensiones extraordina-
rias. La colonización monástica posterior a la Reconquista (siglos IX-XIII)exten-
dió en estas tierras, básicamente por motivos religiosos y culturales, 10s cultivos
tipicos mediterráneos y dentro de ellos el viñedo alcanzó una importancia consi-
derable y se extendió por las faldas de las montañas hasta 10s 1.000 m de altura
aproximadamente. En estos momentos el paisaje respondia a una estructura men-
tal determinada.
Los escasos rendimientos ocasionaron con el tiempo la reducción de 10s
viñedos. A mediados del siglo xrx (1) 10s viñedos habian quedado acantonados
a 10s sectores más favorables y su importancia era muy escasa. Posteriormente,
a finales del siglo XIX,otro hecho de indole muy diferente vuelve a ocasionar
la expansión del área de este cultivo. La plaga de la filoxera convierte a Fsan-
cia de país productor de vino en consumidor. De 1873 a 1888 10s viñedos vol-
vieron a cubrir las faldas de las montañas de la Garrotxa y su área rebasó, al
parecer, en mucho a la del siglo XIII. En 1896 aproximadamente la filoxera pe-
11etr6por el Empordá y la mayor parte de 10s viiiedos de la Garrotxa, como
la mayor parte de 10s de la Península fueron destruidos, pero aqui, hasta el
momento, no han vuelto a reconstituirse.
Existen otras muchas causas de orden cultural, histórico, económico socio-
Iógico, etc., que pueden hacer variar, y a veces a una velocidad extraordinaria,
* Por MARÍADE BOLÓS, Departamento de Geografia de la Universidad de Barcelona.
(1) P. M A D ~ ZDiccionari0
: Geográfico de España, Madrid, 1846.
88 Simposio sobre la conservación de la Biosfera

un paisaje humanizado. Una simple moda, como el actual gusto por el mar,
ha transformado profundamente en 15 años el paisaje de la costa catalana.
A pesar de esta gama tan extensa de imponderables, es interesante com-
probar cómo el paisaje humanizado, en sus lineas mis generales y al compás
de la evolución histórica y cultural d e 10s pueblos presenta varios tipos que
corresponden a 10s distintos estadios de evolución d e la población que vive
en 61.
El primer tip0 seria un paisaje natural apenas alterado correspondiente al
periodo en que el hombre, en estado muy primitivo, vive simplemente de la
recolección.
El segundo tipo, ya más evolucionado, corresponde al paisaje creado por
el hombre pastor nómada y agricultor itinerante. Este, al aprovechar la rique-
za natural del suelo, destruye temporalmente sectores de la cobertura vegetal.
A este tipo de paisaje se dedica la comunicación del Dr. Vilá Valentí, ((Agricul-
tura y Biosfera en 10s paises tropicales)].
El tercer tip0 d e paisaje corresponde al creado por el hombre sedentari0
y que practica cultivos fijos. Este es un transformador profundo del paisaje
natural. Sus actividades se centran en sectores determinados y en ellos se ori-
gina un paisaje totalmente nuevo. Se crean nuevos elementos (casas, caminos)
y se transforman otros, particularmente la cobertura vegetal. E n determinados
sectores se elimina del todo para el establecimiento de 10s campos de cultivo;
o en otros solamente se modifica a través del pastoreo y de la explotación fo-
restal. Los campos predominan en 10s relieves planos y suaves, mientras que
10s pastos y 10s bosques en explotación se encuentran de preferencia en la
montaña alta.
E n 10s sectores llanos la acción destructiva de la vegetación natural es
rápida. Se inicia mediante la constitución de calveros dentro de la gran masa
forestal primitiva, 10s cuales van ensanchándose hasta dejarla convertida, en
algunos territorios - y en relación con complejas circunstancias históricas -,
a una simple franja que limita 10s campos de cultivo; a este paisaje se le conoce
con el nombre de bocage o de campos cercados; en otros territorios ha desapa-
recido del todo el bosque primitivo dando origen al paisaje de campos abiertos
u openfield.
Es curioso constatar que en el Prepirineo - donde una característica forma
de explotación, el mas (2), ha dado origen a un paisaje con una estructura reticu-
lar muy equilibrada, en la que 10s sectores dedicados al cultivo, al pastoreo y
a la explotación del bosque se reparten de forma regular el territori0 - el pai-
saje ha tenido una permanencia y estabilidad extraordinaria. Desde su origen,
a raiz de la Reconquista, en el siglo IX hasta mediados del siglo xx, el paisaje de
este sector y, muy concretamente el de la comarca de la Garrotxa, no ha expe-
rimentado ninguna evolución ni transformación. La gran estabilidad del mis-
mo, corrobora la tesis presentada por el Dr. R. Margalef en su comunicación
estructura del paisaje más apropiadas para la misión de conservacións.
(2) J . VILÁ VALENTÍ: El mas, una creacidn prepirenaica. I11 Congr. Int. Pirineos, 1958.
M. DE BOLÓS : La Comarca de Olot, estudio de Geografia regional (en curso de publicación).
Criterios ecológicos aplicables en geografia humana 89

Finalmente, debemos señalar como tipos Últimos de la evolución del pai-


saje humanizado, el característic0 de las áreas suburbanas, en las que 10s ele-
mentos naturales quedan reducidas a un minimo frente a la total ocupación
del espacio por 10s elementos de creación humana y cuyo caso limite se encuen-
tra en las áreas totalmente urbanizadas.

CRITERIOS ECOLOGICOS DE ORGANIZACION


APLICABLES EN GEOGRAFIA HUMANA *

Puede estudiarse una comunidad humana en relación con el ecosistema del


que forma parte, pero existe también la posibilidad de aplicar una serie d e
principios ecológicos únicamente al subsistema humano.
El concepto ecológico de madurez, relacionado con el grado d e organiza-
ción, puede resultar muy útil en Geografia humana. E n el estudio de un ecosis-
tema pueden considerarse una serie de parámetros globales que permiten dar
una expresión cuantitativa d e este criterio; unos hacen referencia a las relacio-
nes energéticas; otros, como 10s indices d e diversidad, se relacionan con la
riqueza de componentes y la complejidad estructural del sistema. La noción de
diversidad está asociada con la de variedad espacial, que asegura la continuidad
(invariabilidad del sistema en el tiempo).
Ei? 10s estudios sobre la distribución numérica de individuos y especies
e11 las comunidades naturales, se encuentra en general una cierta regularidad
que sugiere muchas veces funciones logarítmicas. Odum establece, como expli-
cación de estos tipos de organización, 10 que 61 llama llpostulado de jerarquia]).
Otro modelo interesante fue propuesto por MacArthur. Este autor considera
que la abundancia d e cada una de las n especies de una comunidad puede
considerarse proporcional a las longitudes de 10s fragmentos obtenidos al divi-
dir ui? bastón por n-I puntos elegidos al azar. E n la traducción económica d e
este modelo, que implica una validez absoluta del principio de exclusión com-
petitiva, las n especies serían 12 compañías en competencia y el biotopo seria
el mercado de un determinado producto. La distribución d e las longitudes d e
10s segmentos representaria la del tamaño de las firmas comerciales.
J. E. Cohen ha utilizado un modelo parecido en el estudio de la concen-
tración y las distribuciones de capacidad de diversas industrias estadounidenses.
Otros métodos más directos de estimación de la diversidad d e un sistema
se basan en la teoria de la información. Asi como en u n sistema ecológico la
diversidad especifica, bioquímica, etc., puede tomarse como base para la apre-
ciacibn de su madurez, en una comunidad humana puede tomarse como crite-
rio la diversificación de capacidades y de profesiones. E n este sentido, el con-
tenido de información d e la comunidad, estimado, por ejemplo, por medio de
la fórmula de Shannon, brinda una cierta medida de su grado de organización

Por M. ESTRADA.
Departamento de Ecologia, de la Universidad de Barcelona.
90 Simposio sobre la conservación de la Biosfera

E n Italia, Marcuzzi y Camuffo han aplicado estas nociones al estudio d e la


diversidad de ocupaciones de la población de una serie d e municipios cercanos
a Padua. Encuentran municipios con elevada información - y elevada madurez
y estabilidad -, con variada actividad económica, y otros con muy bajo conte-
nido de información, con predomini0 casi absolut0 de una única profesión
(agricultura). Un aspecto muy interesante es el estudio de la distribución geo-
gráfica de estos valores, en relación con las vias de comunicación y las condi-
ciones ambientales.
La idea de sucesión ecológica puede aplicarse también al estudio de dis-
tintos niveles de la organización humana. Puede considerarse, por ejemplo, la
~climaxrurbanística d e cada territorio. Puede hablarse también d e paises más
o menos maduros. Evidentemente, las condiciones sociales, económicas y cultu-
rales de una nación están íntimamente relacionadas con su grado de organiza-
ción y d e madurez.
Fundarnentalmente, la posibilidad de aplicación en campos a primera vista
tan dispares de criterios como 10s d e diversidad y contenido de información,
viene condicionada por el hecho de que responden a principios básicos d e orga-
nización, válidos en general para todo tip0 de sistema (1).

ESTRUCTURAS DEL PAISAJE MAS APROPIADAS


A LA M l S l O N DE CONSERVACION *

Existen dos razones, no totalmente independientes, que explican por qué


la acción del hombre sobre la naturaleza se ha ejercido siempre con diferencias

(1) Se indicó como interesante para este tip0 de problemas la siguiente bibliografia:
ASHBY,W . R., 1956. An introduction to cybernetics. London: Chapman & Hall.
COHEN, J. E., 1966. A model of simple competition, Cambridge, Massachussets : Harvard Uni-
versity Press.
LEEUWEN, C. C. V A N , 1966. A relatwn theoretical approach to pattern and process in vegeta-
tion, ~Rivoncomunication~~, 219, 25-46.
MACARTEIUR, R. H., 1957. On the relative abundance of bird species, ((Proc.Nat. Acad. S c i . ~ ,
43 :293-295.
MARGALEF, R., 1963. On certain unifying principies in ecology, aAmer. Nat.), 97: 357-74.
MARGALEF, R., 1967. El ecosistema. En Ecologia marina, Caracas, Fundación La Salle de
Ciencias Naturales.
MARGALEF, R., 1968. Perspectives in Ecological Themy, Chicago, The University Press.
MARCUZZI, C., e CAMWFFO, A., 1968. P~imaapplicazione dellu teoria dell'informazione al10 stu-
dio dell'ecologia umana, aRevista di Biologiar , 61 : 293-313.
ODUM, H . T., CANTLON, J. E., and KORATCKER,L. S., 1960. An organizationak hierarch~postu-
late for the interpretation of species-individual distributions, species entropy, ecosystem
evolution and the meaning of a species-variety index, ~Ecology*,41 :395-399.
ODUM, E. P., 1959. Fundamentals of ecology, Philadelphia and London, Saunders Co.
ODUM, H . T., 1967. Biological Circuits and the Marine Systems of Texas. En Pollution and Ma-
rine Ecolog~,Ed. por T . A. Olsen y F. J. Burgers. Intersciencie Publishers.
" Por Ramón MARGALEF, Director del Departamento de Ecologia de la Universidad de
Barcelona.
Estructuras del paisaje 91

locales de intensidad. Los sedimentos de 10s valles constituyen un medio mis


apropiado que las montañas abruptas para la vida del hombre; por otra parte,
10s ecosistemas menos maduros son más explotables, y ecosistemas naturales de
estas caracteristicas (mantenidas por el fuego, 10s grandes mamíferos o por
otras causas) han sido la base de la agricultura y, en general, de toda la explo-
tación humana. La desigual distribución del impacto del hombre sobre la natu-
raleza ha aumentado las desigualdades ya existentes. Cuando hablamos de con-
servación de la naturaleza, generalmente nos referimos a aquellos segmentos
de la misma que han permanecido menos influidos : las reservas tienden a situar-
se en lugares rnás o menos rpintorescoss y a trasmano. Siempre ha existido la
creencia que el mantenimiento de una heterogeneidad considerable de un
factor de estabilidad -es decir, 10s ecosistemas más maduros, menos afectados
por el hombre- constituian un elemento capaz de compensar, hasta cierto
punto, la acción destructora llevada a cabo por el hombre en otros segmentos de
la biosfera.
La situación est6 cambiando rápidamente a medida que la acción del hom-
bre se incrementa, intensificándose enormemente sobre ecosistemas que habian
permanecido en un estado más semejante al primitivo. No ya sólo estos sistemas,
sino la misma heterogeneidad de la naturaleza resulta amenazada. En mi opi-
nión, una política de reservas y parques naturales no basta para conjurar el
peligro, porque la extensión que se puede dedicar a 10s mismos no es suficiente
para asegurar al conjunt0 la estabilidad deseable. Por esto, la creación y el
mantenimiento de reservas han de complementarse con una política de con-
servación que se extienda a toda la superficie del país, en la que, sin pedir
demasiado, se procuren conjugar las necesidades de la población humana con
el mantenimiento de unas estructuras minimas básicas en el funcionamiento
de una biosfera no excesivamente simplificada. No se trataria simplemente de
multiplicar reservas y de rodear, las rnás extensas, de zonas periféricas de con-
servación parcial, sino de estudiar las posibilidades de organizar el paisaje de
tal manera que, aun siendo explotado normalmente, represente una garantia de
estabilidad.
Es muy significativa que en ecosistemas naturales muy heterogéneos, a man-
chas, 10s espacios ocupados por comunidades de distinta madurez no se presen-
tan en bloques distribuidos irregularmente como un mosaico, sino con una cier-
ta estructura reticulada o en panal, ocupando 10s sistemas rnás explotables 10s
centros de las áreas y extendiéndose 10s ecosistemas mis maduros a modo de
un reticulo continuo. Esta modalidad de organización en el espacio se observa
perfectamente en el plancton y, puesto que las causas que le generan parecen
ser válidas para todo tip0 de ecosistemas, parece razonable extender el signi-
ficado de este tip0 de estructura a toda clase de ecosistemas. En el caso del
plancton, su contribución a la estabilidad es obvia, por la rapidez con que mo-
viliza las poblaciones mis adecuadas a cada momento. La simplificación por
catbtrofes naturales o por explotación de áreas distintas dentro de un ecosiste-
ma uniforme da origen a esta serie de núcleos o manchas de caracteristicas
poco maduras. Se comportan como gotas, que se contraen ante el avance peri-
92 Simposio sobre la conservación de la Biosfera

férico de comunidades más maduras. Esta imagen es general en la sucesión


secundaria. Dichas manchas poc0 maduras persisten como tales si continúan
siendo explotadas. A este esquema general corresponde probablemente la for-
ma primitiva del paisaje humanizado, conservada después en su forma esencial
-y con la cooperación del instinto territorial del hombre - en la forma tradi-
cional de disponer campos de cultivo rodeados y limitados por setos o zonas
d e maleza. Semejante organización de la naturaleza encierra numerosos agentes
d e estabilidad : defensa contra la erosión por distintos agentes naturales, posi-
bilidad de conservación y de movimiento de numerosos animales que tienen su
sitio en una organización de grado medianamente maduro del ecosistema y que,
a su vez, pueden estabilizar determinadas poblaciones de plagas. Adviértase el
interés que posee para la conservación d e numerosas especies animales el que
las áreas de estructura más madura constituyan una especie de reticulo
continuo.
,jCuáles son las dimensiones más apropiadas para las estructuras menciona-
das? E n el plancton marino, estructuras d e este tipo son estables en una escala
del orden del km; en el Mediterráneo probablemente ocurre asi porque es un
orden d e dimensiones conmensurado con las estructuras hidrográficas determina-
das por ondas internas en verano y por pequefios torbellinos en invierno. En
tierra no 10 sabemos, pero podrian ser mucho menores, dada la mayor estabi-
lidad d e ecosistemas terrestres. E n realidad, estas dimensiones son condiciona-
das en la práctica por el hombre: cada tip0 de actividad tiene una escala pro-
pia : agricultura tradicional, agricultura mecanizada, uso de antibióticos qui-
micos (herbicidas, insecticida), etc. La tendencia general es una ampliación d e
las dimensiones : a el10 llevan la mecanización, la tendencia a reunir parcelas, la
agricultura de mercado implantada sobre grandes espacios. Ciertamente todo
el10 conduce a una brusca caida d e la estabilidad. Los ejemplos de Nortearnéri-
ca, relativos a 10s avances d e la erosión, son harto elocuentes. La despreocupa-
ción con que se actúa, incluso en paises de considerable desarrollo cientifico,
es preocupante. Los bordes o limites de las vias d e comunicación se prestarian
excelentemente a organizar fajas o zonas de sistema más maduros o menos explo-
tados, a pesar de 10s efectos perturbadores de vehiculos y del fácil acceso hu-
mano: sin embargo, en 10s Estados Unidos se han creado verdaderos desiertos
en dichas zonas, con el empleo masivo d e herbicidas.
E11 resumen, quisiera expresar la tesis de que no es ya posible distinguir
entre una región de reserva y otra donde se puede hacer 10 que se quiera, sino
que es preciso enfocar globalmente la organización y defensa de la naturaleza,
aceptando como inevitable que las áreas destinadas a reserva serán cada vez
menores; pero tratando de estabilizar el resto, o el todo, en la medida que sea
posible, el10 también en interés de mantener a la naturaleza en condiciones de
ser explotada. Lo dicho no significa que haya que disminuir la insistencia y la
presión para conseguir tener reservas naturales 10 rnás extensas y mejor defen-
didas que sea posible, pero expresa el convencimiento que, sin una planifica-
ción global de la acción hombre sobre la naturaleza, la misma existencia d e
aquellas problemáticas reservas estará amenazada.
LAS AGUAS DULCES
Y EL PROBLEMA DE LA EUTROFlZAClON *
Es inútil recalcar la necesidad primordial del agua para la realización del
cstablecimiento sedentari0 del hombre, necesidad basada en la bebida, higiene
y utilización económica. Cabria también recordar las sugerentes hipótesis que
han sido formuladas a propósito de su función en la evolución d e la población
humana en nuestro planeta. A este respecto, es interesante la que señala las
grandes vias fluviales como camino preferente de exploración primer0 y ulterior
colonización de nuevos territorios, 10 que reporta indudables ventajas : tener
el agua disponible en todo momento, fácil camino que penetra, regreso asegu-
rado, etc. Se ha hablado asimismo d e civilizaciones fluviales (Mesopotamia, Egip-
to, etc.). Asi vemos que el habitat humano est6 vinculado al agua y todo esta-
blecimiento necesita dicho elemento en cantidad, además, suficiente. Es un he-
cho bien conocido que en zonas abundantes en agua la población se dispersa,
mientras que en regiones pobres se concentra en las cercanias del punto de
suministro.
La capacidad del hombre de, en cierto grado, transformar la naturaleza
para su uso más provechoso ha sido también aplicada para superar las restric-
ciones que, en muchos casos, el agua le impone, y asi, ya desde tiempos anti-
guos, ha llevado a cabo obras hidráulicas de reserva y conducción del liquido ele-
mento hasta zonas donde su escasez limitaba las posibilidades de habitabilidad.
Cabe aqui recordar el ya avanzado nivel de la ingenieria helénica, hace más
de veinte siglos, en la construcción d e adducciones en tubo metálico cerrado,
salvando grandes desniveles montañosos y con presiones interiores de mis de
veinte atmósferas. Posteriormente, con la inestabilidad de la Edad Media, se
colapsa la técnica hidráulica hasta casi el siglo xrx, cuando comienza una pro-
gresión vertiginosa d e construcciones que culminan en las grandes obras actuales.
El uso del agua no se limita al campo doméstico. Su mayor importancia
cuantitativa se centra en la industria, obtención de energia, utilización para
vias de comunicación, agricultura, piscicultura, etc. Actualmente se tiende, en
la elaboración de una obra hidráulica, a 10s programas d e aprovechamiento múl-
tiple (energia, irrigación, regulación del régimen, abastecimiento urbano, etc.),
con variable importancia d e cada uso según 10s casos particulares.
El punto central que debemos aqui enfocar es que, en general, todo uso
del agua conduce a una alteración de sus caracteristicas iniciales, sobre todo
en 10s casos de uso industrial, doméstico y agrícola. Refiriéndose a dicha altera-
cibn, nace el ya popular termino de polución.
La fuente principal de polución es el vertido de residuos (aguas usadas )
en 10s cursos fluviales y lagos. La eliminación de residuos liquidos producidos
por la actividad humana puede hacerse de varias formas y actualmente se en-
sayan ya sistemas de inyección en el suelo y subsuelo, métodos que entraiian
no fáciles problemas de indole técnica, pero evidentemente el procedimiento
" Por A. VIDAL CELMA,Servicio Aguas, Ayuntamiento de Barcelona.
94 Simposio sobre la conservación de la Biosfera

más simple y fácil consiste en su vertido a un rio, con o sin previa depuración
[[de primera instanciaa. E n principio, para salvaguardar la calidad de las aguas
naturales, punto de gran importancia no s610 estética sino también económica,
toda agua residual deberia ser sometida a una previa etapa d e depuración antes
d e su vertido; pero el no hacerlo tiene indudablemente sus ventajas: es mis
fácil y económico y aprovecha ciertos fenómenos naturales de 10s rios (transpor-
te, dilución, oxidación o autodepuración del rio, filtración). No obstante, tam-
bién tiene el vertido directo sus evidentes desventajas de tip0 higiénico, estético
y económico (dificultad de la utilización del agua poluta). La procedencia d e
una u otra forma de actuación debe calibrarse en cada caso concreto, segíin
las necesidades y limitaciones especificas del mismo.
Dada la multiplicidad de inferencias humanas que pueden modificar las ca-
racteristicas naturales del agua, existen diversas definiciones de la polución,
siendo las más adecuadas las que generalizan mis ampliamente su enfoque o
bien las que son simplemente descriptivas. Ejemplo de las mismas son las dadas a
continuación : La Comisión Económica para Europa de las Naciones Unidas de-
termina que un rio resulta poluto ~ c u a n d osus aguas son alteradas en su com-
posición o estado, siendo resultado directo o indirecto de la acción humana,
de tal forma que resultan menos aptas para uno o todos 10s fines prácticos para
10s que serian aptas en su condición natural)). Otra definición más explicita,
debida a Klassen, nos dice que rconsiste en toda modificación de las propieda-
des fisicas, quimicas o biológicas de un agua determinada o todo vertido de
sustancias liquida, sólidas o gaseosas en tal agua, de forma que se produzca una
perturbación o se vuelva el agua peligrosa o perjudicial desde el punto de vista
de la salud, seguridad o bienestar público, o del punto de vista de sus usos legi-
timos para fines domésticos, agrícolas, industriales, recreativos, etc., o bien para
la fauna acuática y salvaje, ganado, etc.)).
Nos damos cuenta, a la vista de estas definiciones, que la polución no es
un concepto cientifico. E n definitiva, es agua poluta la que resulta inadecuada
a determinada aplicación, siendo la inadecuación función del uso, costumbre
o reglamentación existente. Es, pues, un concepto jurídic0 o legal, no cien-
tifico.
La polución puede consistir en un aumento de temperatura, presencia de
materiales en suspensión, sustancias inocuas o rnás o menos tóxicas, sustancias
radiactivas, presencia de organismos patógenos o parásitos. E n la realidad, va-
rias de las alteraciones mencionadas suelen presentarse asociadas.
Otro punto importante es que estas alteraciones repercuten en la composi-
ción de las comunidades de organismos acuáticos, y es aquí donde puede hacer-
se quizás la Única generalización d e tip0 ecológico, en el sentido de que la
alteración ejercida en las comunidades acuáticas es opuesta a la sucesión nor-
mal o proceso de autoorganización de las comunidades para alcanzar un equi-
l i b r i ~con su ambiente. Es, pues, una regresión y tiene como secuelas:
a) Un mayor flujo de energia en la biocenosis (velocidad de multiplica-
ción d e 10s individuos más elevada y mayor intensidad de respiración por
unidad de biomasa).
Aguas dulces y problemas de la eutrofización 95

b ) Una simplificación d e la estructura (menos diversidad, o sea menos


especies presentes y mayor abundancia individual de las que existen).
c) Ser una situacidn inestable que tiende a condiciones más normales y
estables por un rápido proceso de autodepuración.
El proceso de autodepuración en 10s cursos d e agua continentales tiene
lugar por la dilución debida a la incidencia de afluentes aguas abajo donde
tiene lugar el episodio de alteración y, cuando se trata d e residuos orgánicos,
por oxidación de dichas sustancias hasta su total mineralización (anhídrid0 car-
bónico y diversos elementos inorgánicos). Esta oxidación es llevada a cabo por
una sucesión de varias comunidades de organismos (serie saprobia de Kolkwitz
y Marssons) que metabolizan el contenido orgánico del agua en etapas sucesi-
vas, constituyendo una sucesión típica de reestructuración de las condiciones
ambientales primitivas. E n 10s rios, estas comunidades saprobias tienen una dis-
tribución espacial definida (zonas poli- meso- y oligosaprobis).
Debe destacarse el hecho de que, con el proceso de autodepuración d e
residuos orgánicos vertidos en un curso de agua, no se alcanza ya, en general,
el estado primitivo natural del agua. Se h a producido, en efecto, por minerali-
zación d e la materia orgánica, una acumulación de elementos inorgánicos que
son, muchos de ellos, de significación nutritiva e incluso limitante algunos para
el desarrollo de la vida vegetal acuática, tanto para las plantas superiores como
para las algas. Esta situación conduce a un mayor desarrollo d e vida autotrofa
y, en definitiva, a un aumento de la biomasa total del ecosistema y, con la
muerte d e 10s organismos incrementados en su número, a un aumento perma-
nente d e la concentración de materia orgánica del agua.
Se ha producido, pues, una eutrofización, entendiendo por tal un enrique-
cimiento que aumenta la capacidad d e producción biológica del medio. La
eutrofización tiene importancia ciertamente relativa en las aguas fluyentes. Si
se trata de un caso aislado, la dilución a 10 largo del curso minimiza sus efectos
y sólo la incidencia repetida en diversos puntos del cauce conduce a alteracio-
nes notables. Además, si no es muy intensa, es poc0 patente a simple vista y,
sólo en casos de polución intensa, se llegan a alteraciones evidentes del paisaje
desde el punto de vista estético: coloración y turbidez del agua desagradables,
falta d e casi todo tipo de vegetación superior en las orillas, olor a putrefac-
ción, etc.
La gravedad de la eutrofización se manifiesta cuando el agua se estanca,
natural o artificialmente, pudiendo llegarse en estos casos a situaciones real-
mente catastróficas. Aquí el aumento de eutrofia es, en efecto, cumulativo. E l
aumento constante d e la productividad del agua conduce, por incremento d e
10s organismos acuáticos, a una acumulación de materia orgánica putrescible que
sedimenta en el fondo d e la cuenca. La descomposición cada vez más intensa
en el fondo del agua conduce finalmente a un total agotamiento del oxigeno
disuelto en el agua. El agotamiento d e oxigeno es debido a la respiración d e
las bacterias que llevan a cabo la mineralización de la materia orgánica sedi-
mentada. No pueden actuar entonces aquéllas y la descomposición sigue por
via anaerobia, incompleta por 10 tanto.
96 Simposio sobre la conservación de la Biosfera

Llegado a este punto, se presentan graves dificultades en el aprovechamien-


to humano del agua: el alto contenido en materia orgánica imposibilita el uso
inmediato como agua potable; la acumulación de sulfuros da olores y colores
desagradables al liquido; la solubilización, debido al ambiente reductor forma-
do, del manganeso contenido en el sedimento de la cuenca, 10 conduce a las
redes de distribución de agua, donde precipitará de nuevo en forma de Óxido
de manganeso, creando graves problemas técnicos; el desarrollo explosivo de
Cianoficeas en aguas muy eutróficas, algunas de cuyas especies producen en
abundancia diversas sustancias tóxicas, conducen en ocasiones a situaciones de
difícil planteamiento práctico, etc.
Hasta el presente, 10s casos rnás graves de eutrofización se han dado en
paises de gran densidad de población concentrada, en parte, en zonas lacustres
y 10s rnás conocidos son 10s casos de Suiza y Suecia; pero ya se ha señalado
un inicio de autrofización incluso en 10s Grandes Lagos norteamericanos (Erie y
Michigan concretamente).
El proceso de eutrofización no s610 est6 determinado por la polución direc-
ta o vertido en el agua d e residuos d e la actividad humana. También, por ejem-
plo, la desforestación de las tierras y su conversión en cultivos produce marca-
dos efectos en el agua, al arrastrar la lluvia sustancias nutritivas contenidas en
10s suelos. El actual uso intensivo de abonos conduce a resultados aún más acu-
sados. También la variación artificial del nivel del agua en 10s lagos da lugar
al mismo efecto, tanto si se incrementa como si se reduce dicho nivel. E n el
primer caso es debido a 10s elementos nutritivos contenidos en las tierras inun-
d a d a ~mientras
, que, en el segundo, el aumento d e eutrofia será debido a la dis-
minución de la relación volumen/superficie de la masa de agua y a la redisolu-
ción de 10s sedimentos litorales, que estaban en equilibri0 con el nivel de la
superficie del agua (efecto del oleaje). Con la creciente tendencia de construc-
ción d e embalses para reservas y regulación de 10s rios, han surgido problemas
d e eutrofización insospechados al planearse las obras y el mantenimiento d e la
calidad del agua embalsada se ha convertido en delicado problema técnico, agra-
vado por el actual incremento de población humana y polución de las aguas
fluyentes.
Finalmente, debe señalarse que la legislación existente sobre la alteración
d e la calidad del agua es amplia en la mayor parte de paises. Pero como contra-
punto, también hay que tener en cuenta que, en primer lugar, no se aplica total-
mente, ya que existen algunas ambigiiedades, soluciones de compromiso y limi-
taciones d e tip0 económico. En otras ocasiones, las disposiciones han sido dicta-
das sin tener en cuenta las caracteristicas peculiares del país y sus esquemas
no se adecuan a la naturaleza particular del mismo. También cabe resaltar que
la legislación atiende primariamente sólo a la polución directa y no a la eutro-
fización de las aguas, punto que, en el futuro desarrollo de la población huma-
na, adquirirá progresivamente carácter de gravedad mis acentuada.
AGRICULTURA Y BIOSFERA
E N LOS PAISES TROPICALES *

A diferencia de 10 que ocurre en otras zonas climáticas, las actividades


agricolas han tenido y siguen teniendo en 10s paises tropicales - y en parte
también en 10s monzónicos y ecuatoriales - una acusada repercusión sobre la
biosfera, concretamente sobre la cobertura vegetal. Las formaciones afectadas
pueden ser 10s distintos tipos de bosque ecuatorial y de sabana; singularmente,
en este último caso, las sabanas leñosa y arbórea (inglés bush savannu, park
sauanna). Se trata d e una agricultura itinerante (shifting agriculture), que apro-
vecha la fertilidad natural y las cenizas que quedan como resultado de la quema
de la cobertura vegetal. Este sistema agrícola comporta, por tanto, la tala de ár-
boles y plantas leñosas y la quema posterior de troncos y ramaje. El calvero re-
sultante se utiliza como campo durante unos pocos años, para ser abandonado
después durante un largo periodo (12, 18, incluso mis d e 20 años); con posterio-
ridad es utilizado agrícolamente de nuevo. Entre tanto el bosque suele recompo-
nerse, si el periodo de abandono es suficiente, llegándose a constituir una for-
mación secundaria (en el Brasil, capoeira). Desde este punto de vista puede ha-
blarse d e una agricultura con barbecho forestal.
Interesa señalar que este sistema agrícola aparece en numerosos sectores
tropicales, tanto en tierras asiáticas como africanas. En América sabemos que
fue importante en el área azteca y maya; asimismo era el sistema dominante
entre 10s antillanos agricultores, cuando llegaron 10s españoles (en estos casos
10s campos temporales eran designados con el nombre d e milpa y conuco). La
perduración en esta forma agrícola es indudable. A mediados del siglo actual
se calculó que afectaba, por 10 menos, a una extensión d e unos 30 millones
de km? Se h a d e tener en cuenta, además, que a través de estos sistemas se
aseguran cosechas de cereales (maíz, arroz) y tubérculos y raíces tuberosas (man-
dioca o yuca, ñame, taro, etc.), fundamentales para las poblaciones de que tra-
tamos.
Tradicionalmente este sistema comportaba forzosamente que cada grupo
humano dispusiera de una amplia superficie de bosque o sabana. La densidad
era escasa, generalmente d e 4 a 8 habitantes por km2. Varios factores, entre
ellos singularmente la presión demográfica, han motivado una ruptura del equi-
l i b r i ~tradicional. Generalmente se ha tendido a reducir el período de barbecho
forestal, 10 que h a dado como resultado una acusada degradación e incluso des-
trucción del bosque; pero, en nuestro caso, debido no a una perexplotación fo-
restal o pastoral sino a unas actividades agricolas. Los ensayos técnicos verifica-
dos, desde hace tres o cuatro lustros, para llegar a una mayor producción o a
unos mayores rendimientos en la agricultura tropical, sin que el10 comporte una
destrucción del manto forestal, no han llegado todavia a unos resultados conclu-
yentes.

Por J. VILÁ VALENTÍ,Departamento de Geografia de la Universidad de Barcelona.


LOS PARQUES NACIONALES*

En 1872 se creaba en Yellowstone, Estados Unidos, el primer parque nacio-


nal del mundo. Se establecia, asi, una protección absoluta dentro de un área de
888.708 ha. El texto oficial aparecido entonces definia el parque nacional como
[[un lugar para poner al abrigo de toda depredación humana las bellezas natu-
rales más destacadas del país; para favorecer mediante la vida en la naturaleza
la educación, recreo y entretenimiento del pueblo~~ .
Esta realidad palpable no fue, en modo alguno, producto de una opinión
generalizada en el país sobre la necesidad de proteger la vida salvaje, sino de
circulos muy reducidos, de personas tenaces, pioneros en este campo, cons-
cientes del grave riesgo que para la humanidad supone romper el equilibri0 na-
tural del planeta. Parecidos círculos de naturalistas, americanos y de otros pai-
ses, intuyeron ya medio siglo antes la gravedad de la destrucción de la natura-
leza que nos rodea e instituyeron, con carácter no oficial, reservas para proteger
determinados seres vivos en peligro de extinción. Asi nacieron las reservas bo-
tánicas (para conservar ciertas especies vegetales), parques forestales, parques
refugios, parques zoológicos, reservas de caza (con vistas a un aprovechamiento
próximo más que a una conservación total), reservas geológicas o 10s llamados
monumentos nacionales. Sin embargo, la mayoría de estos sectores asi selec-
cionados no alcanzaron la continuidad precisa para cumplir 10s fines que se
proponían.
La creación del parque de Yellowstone fue, de hecho, el primer paso im-
portante que se dio hacia la generalización del concepto de protección de la
naturaleza, que ha trascendido, en la actualidad, 10s estrechos ámbitos en que
nació para dispersarse a través de todo el mundo. En menos de un siglo se han
creado 1.205 parques nacionales reconocidos internacionalrnente y distribuidos
por 93 paises, y un número mucho mayor de áreas en reserva de caracteristicas
similares. He aquí uno de 10s resultados rnás evidentes del vasto movimiento
mundial de protección de la naturaleza.
En 1933 10s conceptos de protección de la naturaleza se hallaban, ya, am-
pliamente difundidos por doquier, sin estar 10 suficientemente elaborados para
establecer con uniformidad criterios y realizaciones concretas de aceptación inter-
nacional. La Convención relativa a h conservación d e la fauna y la flora al es-
tudo natural, firmada en Londres este mismo año, puso fin a la diversidad de
pareceres definiendo el parque nacional como [[un área a) colocada bajo control
público, en la que 10s limites quedarán invariables y no podrá transferirse parte
alguna sino por la autoridad competente; b) en la que deben aislarse 10s ob-
jetos de interés estético, geológico, prehistórico, histórico, arqueológico y demás
intereses científicos para su propagación, protección y conservación y para pro-
vecho y recreo del público; c) en la que está prohibida la caza, muerte o cap-
tura de la fauna y la destrucción o colección de la flora salvo por las autorida-
des, y d) en la que se darán facilidades al público para observar la flora y la

Por ALBERTOMARJANEDAS,
Director del Jardin Botánico de Barcelona.
Los parques nacionales 99

faunan. Esta definición se considera válida aún hoy en dia a pesar del tiempo
transcurrido.
Sin embargo, la atención que 10s gobiernos prestaron a la expresión ccre-
servas anBlogas11 obligó a precisar su significado, el cua1 en la convencidn de
Washington de 1944 quedó formulado de la siguiente forma: ({La expresión
resercas adlogas se emplea para designar las áreas que, sin estar clasificadas
como parques nacionales, merecen inscribirse en la lista internacional por el
interés que presentan y la igual protección de que disfrutan y porque respon-
den a la definición dada en la Convención de Londres)). Asimismo se recono-
cieron varios tipos de reservas : integrales, provinciales, privadas, etc.

Criterios de selección. - En 1963 la Unión Internacional para la Conser-


vación de la Naturaleza (UICN), en aplicación a una resolución tomada por el
Consejo Económico y Social de las Naciones Unidas publicó 10s criterios selec-
cionados para que una superficie dedicada a parque nacional o reserva análoga
fuera reconocida internacionalmente, asi como una lista de 10s mismos que
resumimos a continuación.
El parque nacional debe pertenecer a un poder públic0 y debe, asimismo,
reunir tres condiciones fundamentales :
1." Estatutos de protección suficientes para prevenir toda explotación huma-
na o de cualquier otro tip0 que atente a la integridad del territorio, tales como
prácticas agrícolas, cria de ganado, caza, pesca (autorizada, en determinados ca-
sos, s610 bajo control de 10s servicios competentes), explotación forestal y minera,
construcción de presas de irrigación o de producción hidroeléctrica, ocupación
residencial o comercial, así como la construcción de vias de comunicación, inclu-
yendo el tendido de cables eléctricos o telefónicos.
2." Superficie mínima del área reservada. Se fija en 2.000 ha. la superficie
minima del parque nacional si la población es inferior a 50 habitantes por km2
y en 500 ha. si excede de 50 hab./km? Se admiten como reservas integrales su-
perficies inferiores a las mencionadas. Asi, por ejemplo, en el caso de ser la
densidad de población no superior a 50 hab./km2 la reserva integral debe tener
una extensión minima de 500 ha. (el parque nacional 2.000 ha.).
3." Cumplimiento formal de 10s estatutos, 10 que supone una dotación eco-
nómica y una vigilancia. Basta citar como cifras indicativas las siguientes: mi-
nimo de l persona trabajando la jornada completa para asegurar la gestión y vi-
gilancia de 10.000 ha. y 50 $ anuales por cada 1.000 ha. cuando la población no
sobrepasa 10s 50 hab./km2. Si excede de esta densidad se exige una persona para
4.000 ha. y 100 $ por cada 500 ha.

Creación de 10s parques y reservas naturales. Estas condiciones fun-


damentales y otras complementarias que las acompañan, pero no por comple-
mentaria~menos importantes, obligan de por si a cualquier país a un esfuerzo
mancomunado de servicios públicos y autoridades competentes. La creación de
un parque nacional supone, pues, un fin concreto que se alcanza después de
vencer obstóculos de consideración. Resulta en extremo difícil exponer, sucin-
1O 0 Simposio sobre la conservación de la Biosfera

tarnente, las dificultades a vencer y d e cuyo resultado depende la futura existen-


cia de una reserva o un parque nacional, pues cada nación, incluso región, poseen
problemas propios y caracteristicos que sólo ellos deben y pueden resolver.
Sin embargo, el proceso de elección del territorio (compra, expropiación o
alquiler del mismo), la legislución que debe dar vigencia y eficacia a la entidad y
la or,aanizacidn administrativa indispensable, son comunes a todos 10s parques
nacionales. La acción de 10s poderes públicos, tengan éstos cariz nacional, regio-
nal, provincial o estén en contacto con entidades privadas, viene determinada,
en la mayoria de 10s casos, por la presión ejercida por sociedades d e protección de
la naturaleza o círculos científicos influyentes; en otras ocasiones directamente
por la opinión pública y las menos veces por propia iniciativa oficial.
A las esferas científicas y a las sociedades de protección de la naturaleza bien
organizadas corresponde la reducción de proyectos para estudiar, en cada caso
particular, y desde el punto de vista biológico - estimando asimismo la acción
depredadora del hombre en 10s territorios en cuestión-, la necesidad de crear
un parque natural o una reserva integral. Véase, por ejemplo, el informe que
Julián Huxley elaboró, a petición d e la UNESCO, sobre ela protección de la
gran fauna y de 10s habitats naturales en el Africa central y oriental)). La opi-
nión pública tendrá infiuencia sobre 10s poderes públicos cuando se trate de
conservar un paisaje cuya belleza o valor biológico han sido ampliamente re-
conocidos por todos.
E n nuestro país, tanto en uno como en otro caso, el conjunt0 de acciones
realizadas, tendentes a facilitar la creación de parques o reservas naturales,
puede considerarse prácticamente nu10 o insignificante. Una sociedad nacio-
nal d e protección de la naturaleza, recientemente creada, con poquisimo tiempo
de existencia para mostrar su efectividad, y otra regional, reducida, con tam-
bién reducido campo de acción, son 10 único que podemos presentar. E n cuanto
a realizaciones existen en todo el territorio peninsular únicamente 2 parques
nacionales reconocidos por la UICN: el d e la montaña de Covadonga o Peña
Santa d e 16.925 ha. (510 ha. d e propiedades privadas) con 5 personas para ges-
tión y vigilancia y una dotación de 3.200 $ anuales, y el parque nacional del
Valle de Ordesa de 2.046 ha., 3 personas y 500 $. Ambos, que disfrutan hoy en
dia d e una completa protección, fueron creados por Decreto-Ley en 1918. Una
reserva integral figura, además, reconocida en la lista de la UICN; se trata d e
la reserva d e las Marismas, Coto d e Doñana, provincia d e Huelva, creada en
1963. El territorio, d e 7.000 ha., fue adquirido en un principio con fondos d e
la World Wildlife Fund y luego, a petición, por el gobierno español. El par-
que nacional del Teide, el de la Caldera d e Taburiente y el de Aigües Tortes
y lago de Sant Maurici, d e 11.000, 3.500 y 10.500 ha., respectivamente, no son
reconocidos como tales internacionalmente, ya que 10s dos primeros no satisfacen
10s criterios de gestión y vigilancia (dotación y personal) y en el tercer0 un cri-
terio de eliminación h a debido intervenir: se practican dentro del territorio
importantes cortas forestales al tiempo que se producen acciones perturbadoras
para el equilibri0 natural como resultado d e la presencia de vastas instalaciones
hidroeléctricas.
Los parques nacionales 1 O1

La suma de ha. que disfrutan de una total protección en el territorio na-


cional asciende, pues, a 25.341. Si a estas se añaden las 25.000 ha. d e parques
y reservas con protección más bien teórica que práctica, resulta una superficie
total de 50.341 ha., 10 que, aproximadamente, representa el 0,l % del área pe-
ninsular. La comparación de esta cifra con la de otros paises europeos evidencia
claramente el ambiente poc0 propicio, la falta de atención al problema de con-
servación de la naturaleza, asi como la poca estima que merece a nuestro pueblo
toda gestión encaminada a la creación d e parques y reservas naturales :

Paises con densidad de población % de territorio


nacional bajo
superior a 100 hab./km2 : protección
Alemania . . . . . .. . . . . . 12
Bélgica . . . . . . .. . . . . . 3,s
Suiza y Paises Bajos . . . . . . . . . . 1,7
Dinamarca . . . . . . . . . . . 08
Italia y Polonia . . . . . . . . . . . 0,6
Portugal. . . . . . . . . . . . . O
Paises no citados . . . . . . . . . 0,2 al 0,6

Paises con densidad de población


inferior a 100 hab./km2:
Suecia . . . . . . . . . . . . . 2,5
Francia . . . . . . . . . . . . . 1
Finlandia y Grecia . . . . . . . . . . 0,6
Noruega . . . . . . . . . . . . . 0,s
Rumania . . . . . . . . . . . . 0,3
España . . . . . . . . . . . . . o,1

Administracion, organizacion y actividades de 10s parques y reservas


naturales. E n España 10s parques nacionales están administrados por la Di-
rección General de Montes, Caza y Pesca Fluvial, dependientes del Ministerio
de Agricultura (Comisaria de Parques Nacionales). La reserva del Coto d e Do-
ñana depende del Consejo Superior de Investigaciones Cientificas. E n otros pai-
ses la tarea administrativa d e parques y reservas naturales se halla confiada no
s610 al Ministerio de Agricultura sino al de Educación, Hacienda, Justicia, inclu-
cluso a Academias o Instituciones científicas, asociaciones nacionales de protec-
ción, asociaciones privadas o a una Dirección Nacional encargada exclusiva-
mente de esta misión. El gran número de parques y reservas existentes en 10s
paises europeos y las circunstancias que han llevado a su reación llevan de por
si a una descentralización d e la tarea administrativa. Mientras unos organismos
oficiales se encargan d e cierto número d e reservas, a otros, oficiales, cientgcos
o privados, corresponde la gestión y vigilancia del resto de territorios protegidos.
102 Simposio sobre la conservación de la Biosfera

La perfecta organización de un parque nacional requiere, ademk de una


protección completa para conservar paisajes o determinadas especies vegetales
o animales, el mantenimiento de una estación biológica dedicada al estudio cien-
tí6co de 10s biotopos naturales enmarcados en cada territorio. Se cumple asi una
de las misiones fundamentales de las reservas y parques. Dichas estaciones bio-
lógicas suelen formar parte de Universidades, Academias o Institutos públicos o
privados. En España s610 se lleva a cabo esta labor en la espléndida reserva del
Coto de Doñana.
Además de las actividades científicas corresponde a la administración del
parque y a las autoridades competentes ].a promoción turística al mismo. Se cal-
culan en 150 millones el número de personas que visitan anualmente 10s parques
nacionales de Estados Unidos y en 200 millones 10s del Japón. El parque nacional
del valle de Ordesa en el Pirineo aragonés recibe un promedio de 25.000 visitan-
tes al año.
La promoción turística equivale indirectamente a la divulgación de las be-
llezas naturales. Esta labor educatius puede emprenderse, asimismo, por caminos
bien distintos a 10s del turismo. La Nature Conservancy británica, por ejemplo,
pone en manos de universitarios y aficionados al mundo animal y vegetal parte de
la labor investigadora que se realiza en muchas de sus numerosas reservas. Las
amplias posibilidades educativas susceptibles de desarrollarse en el marco de
parques y reservas no han sido, ni mucho menos, agotadas en ningún país del
mundo, y en algunos, entre 10s que podemos contar a España, ni tan s610 han
sido esbozadas.

Los parques y reservas naturales en el mundo. Una visión sucinta a


través de 10s territorios protegidos en 10s cinco continentes puede revelarnos un
cúmulo de enseñanzas positivas a considerar en nuestro país:
En 10s Estados Unidos, país que posee la mejor red de parques y reservas del
mundo, existen, reconocidos internacionalmente, 287 territorios bajo protección
total con la superficie mínima exigida en cada caso. El número de reservas tota-
les excede, sin embargo, al triple de la cantidad citada. La perfecta organización
turística a través de 10s millones de ha. baio reserva, constituye el aspecto más
digno de elogio. La mayoría de parques se hallan bajo control del National Park
Services dependiente del Departamento del Interior y del U. S. Fish and Wil-
dlife Service. Al mismo tiempo varias sociedades privadas, que disponen de
rnedios financieros importantísimos, realizan, además de sus funciones propias
en este campo, una labor investigadora de primer orden, con trabajos de eco-
logia aplicada, etc. Basta citar la National Audubon Society, la Hawk Mountain
Association, entre otras.
El Canadá tiene bajo reserva absoluta 7.600.000 ha., administradas por la
Dirección de Parques Nacionales, pero distribuida ésta en tres regiones; oeste,
centro y zona atlántica, logrando así un perfecto control de las áreas en cues-
tión.
En Sudamérica la urgencia de crear parques nacionales no se ha hecho tan
notoria como en el resto del continente, ya que la destrucción de la naturaleza
Los parques nacionales 103

se ha producido en épocas rnás recientes y a escala más reducida. Incluyendo


América central, existen un total de 53 parques y reservas. Las tareas de divul-
gación, investigación y turismo son prácticamente nulas.
El continente africano, poseedor de una fauna única en el globo, ha sido el
centro de explotaciones y destrucciones masivas inconsideradas. Si bien es de no-
tar la influencia de 10s nativos, la acción destructora mis importante se debe, en
su mayor parte, a la raza blanca. La caza, el fuego y el aprovechamiento desme-
surado de productos animales son 10s factores causantes de tal destrucción. Todos
ellos se deben, en último término, a un egoismo sin limites en vista a una utilidad
inmediata por parte de la humanidad cccivilizada~~. La situación económica, poli-
tica y social actuales no favorecen la creación de amplias reservas. Africa ha ne-
cesitado y necesita, en este aspecto, de una ayuda internacional. Sin embargo, la
importancia que ha ido adquiriendo el turismo en este continente ha impulsado
a muchos paises africanos a la creación de importantes reservas. La República
Sudafricana, asi como Madagascar, poseen 31 territorios bajo protección eficaz,
Rodesia 16, Kenia 12, etc.
La inmensa mayoría de parques australianos se hallan administrados por gru-
pos locales que disfrutan de una vida propia. Sin embargo, y a efectos de una
buena coordinación, se hallan relacionados todos ellos a una asociación consejera.
La promoción turistica es de admirar, así como el impulso que todos estos grupos
dan a la investigación.
Los paises que integran el continente asiático han hecho grandes esfuerzos
para crear parques y reservas naturales. Existen, reconocidos internacionalmente,
41 en Indonesia, 23 en Japón y Filipinas, 14 en la India, país en el que el senti-
miento de protección a 10s seres vivos se halla muy desarrollado, 13 en Israel,
9 en Tailandia, etc. Son dignas de mención las realizaciones de Israel, que en
pocos años ha sabido crear 13 parques dentro de su territori0 nacional que
pertenece en un 90 % al Estado. Dependiente de la Universidad de Tel Aviv
se fundó un Instituto para el estudio de la Ecologia y de la protección de la
naturaleza. El Japón, con una densidad de población superior a 10s 250 habitan-
tes por km2, tiene en reserva más de 2.500.000 ha. Existen parques nacionales,
parques prefectoriales y reservas integrales. El sentimiento estético, profunda-
mente arraigado en el espíritu de la población, la perfecta legislación, que
limita por doquier la posible destrucción por parte del hombre, la organización
turistica (200 millones de visitantes por año) y 10s trabajos de investigación, em-
prendidos conjuntarnente por varias instituciones cientificas, hacen de este país
un modelo digno de estudio.
Varias organizaciones internacionales colaboran, en la actualidad, con 10s
gobiernos de las rnás diversas naciones e intentan aunar 10s esfuerzos que, para
la protección de la naturaleza, se llevan a cabo en muchos codines del globo.
Basta mencionar la acción emprendida por la FAO para conservar el patrimo-
nio natural del hombre; las realizaciones de UICN y la WWF (World Wildlife
Fund), asi como el Programa Biológico Internacional, vasto movimiento mun-
dial en el que colaboran científicos de todas las naciones para conocer 10s para
nosotros aÚn misteriosos mecanismos ecológicos.
104 Simposio sobre la conservación de la Biosfera

Finalidades de 10s parques nacionales. El gran aparato científic0 y ad-


ministrativo puesto en marcha para lograr la creación, protección completa y
buen desenvolvimiento de 10s parques naturales, las grandes superficies a ellos
dedicadas y las múltiples acciones emprendidas, se orientan a un solo fin: el de I
proteger la naturaleza. Este objetivo viene impuesto por la suma de necesidades
inherentes a la humanidad en conjunt0 y a cada hombre en particular, que, muy
sucintamente, podemos resumir en las siguientes :
a) Eticas: E n ciertas partes del mundo son más acusadas que en otras.
Sin embargo, a la pregunta de si el hombre forma parte o no de la Naturaleza,
la ciencia responde afirmativamente. Las necesidades éticas existen, si bien 10s
argumentos son distintos para la mente creyente que para 10s indiferentes o
materialistas.
b) Estdticas: La captación y valoración estética de la naturaleza es parte
integrante del espíritu del hombre. llCuando por la contemplación de la belleza
natural, por alguna cosa que vivifica en sosiego y en calma, la sensación es lle-

~
vada a un nivel desacostumbrado, las percepciones morales y mentales pueden I
penetrar más profundamente la vida de las cosas.)) Sin propugnar para todos
el misticisme por la naturaleza d e Wordsworth, 10s efectos estéticos en el hom-
bre son irrecusables. I
c) Cientificus: ((El estudio adecuado de la humailidad es el Hombre y, I

después del Hombre, la Nat~ualeza:esa Naturaleza de la cua1 él es parte emer- I


gente, y con la cual, si tiene esperanzas de sobrevivir como especie, si aspira a
llevar a cabo el máximo d e sus posibilidades individuales y colectivas, debe
aprender a vivir en armonia.)) Los parques y reservas naturales ofrecen al inves-
tigador el ambiente adecuado para el estudio de 10s procesos biológicos, d e la
armonia natural.
d) Económicas: Incluso en Europa occidental la naturaleza nos aprovisio-
na diariamente. Los territorios naturales son laboratorios en pleno campo para
investigación aplicada de cuyos resultados no puede aún preverse ni su impor-
tancia ni su trascendencia. A escala nacional el movimiento turístic0 en par-
ques y reservas naturales puede alcanzar proporciones insospechadas.
e) Sanitarias: La explosión demográfica, con la consiguiente acumulación
humana en ciudades tentaculares, sumamente industrializadas, con sus conse-
cuencias inevitables de polución de la atmósfera, y del agua y las prácticas d e
cultivos forzados para llenar las necesidades alimenticias, con sus aplicacjones
masivas de insecticidas y herbicidas, etc., son motivos suficientes para salva-
guardar extensas áreas naturales.
f ) Educatiuas: E n Último termino la acción individual es la clave de 10s
problemas de destrucción masiva de la naturaleza que afectan a la sociedad
moderna. La falta de coordinación en planeamientos a escala regional, la subesti-
mación de las reservas y parques naturales frente a las necesidades agrícolas,
la confusión creada en torno al concepto utilidad, la desproporcionada procrea-
ción y acumulaciones humanas, el egoismo, el provecho inmediato sin reflexión
alguna sobre las posibles consecuencias, son cuestión simple y puramente de
conciencia individual y colectiva en el campo de protección de la naturaleza.
Los parques nacionales 105

La existencia de parques y reservas facilita en gran manera la labor educativa


ei¡ este campo.

Conclusión. L a creación de parques nacionales obedeció, en un principio,


a la idea de salvaguardar la flora y la fauna d e determinadas regiones. Para ello,
y según 10s conceptos entonces adquirides, seria suficiente poner a cubierto de la
depredación humana varias zonas más o menos extensas. E n muchos paises, sal-
vados 10s obstáculos económicos, de organización, legislatives y de mantenimien-
to, se puso a disposición Ce la humanidad un tanto por ciento elevado de su
superficie, que pas6 a disfrutar d e una protección total. La labor investigadora
d e 10s biotopos naturales para fines diversos e imprescindibles est6 en marcha,
incluso a escala internacional. Millones de hectáreas en reserva existen en todo
el mundo con la más variada gama de organizaciones adaptadas a las costum-
bres y necesidades de cada región. España ocupa, a este respecto, uno de 10s
Gltimos lugares tanto por la superficie dedicada a reservas naturales como por
el ambiente hostil y desconocedor de estos problemas, que repercute defavora-
blemente en el avance hacia protección eficaz de la naturaleza.
Sin embargo, h a transcurrido casi un siglo desde la creación del primer
parque nacional. La antigua idea de poner a cubierto parte del territori0 nacio-
nal, mientras el resto del planeta era explotado sin freno alguno, no es ya sufi-
cientemente válida en la actualidad, ((en un mundo con una población humana
exorbitada, en un mundo d e progreso y de industrialización, de malas prácticas
agrícolas, d e explotación exagerada e irracional de mares y tierras que obligan
al hombre a volverse sin cesar hacia 10s territorios conservados intactos o muy
poc0 modificados. Hace falta rendirse a la evidencia: la reserva pura y simple
de ciertos sectores no bastará d preservar la Naturaleza)).
El maravilloso espectáculo d e 1.205 parques naturales y miles de reservas
distribuidos por el mundo h a servido para hacer comprender a buena parte de
la humanidad que la naturaleza debe respetarse, no s610 dentro de estas áreas,
sino en toda la superficie d e la tierra. E n nuestro país, en donde ni tan siquiera
la antigua idea de crear parques y pequeñas reservas naturales ha penetrado
en el espiritu del pueblo y 10 h a hecho con poca efectividad en numerosos
círculos científicos y culturales, la destrucción de 10s paisajes y seres vivos que
nos rodean se lleva a cabo como en cualquier otra parte. Los bosques medite-
rráneos han sufrido alteraciones profundas desde hace centenares de años y con
ellos la fauna y la armonia que le eran propias. Ante situación semejante, ante la
imperiosa necesidad de salvaguardar 10 muy poc0 que nos queda, no existe otra
altcrnativa que la de divulgar a través de todas sus regiones y en todas las
esferas sociales la idea universal de proteger la naturaleza con su inmensa y
variada gama d e tesoros y bellezas.
CONCLUSIONES DEL SIMPOSI0

1." El patrimonio natural constituido por el conjunt0 de 10s seres vegeta-


les y animales integrados en 10s distintos paisajes constituye un valor d e primer
orden para la humanidad y debe ser conservado, en 10 fundamental, 10 mismo
que 10 es el patrimonio cultural que nos han legado las generaciones humanas.
2." La conservación de la naturaleza no puede limitarse al mantenimiento
d e pequeñas áreas en estado d e reserva, sino que tiene que extenderse a la tota-
lidad del país.
3." Es necesario que se realice 10 antes posible una ordenación territorial
d e carácter general en la que se delimiten las superficies que deben ocupar las
distintas clases de paisaje : paisaje natural integral, paisaje rural (silvo-pastoral
y agrícola), paisaje urbano e industrial.
Hay que precisar también cuales son las actividades que pueden permi-
tirse sin riesgo d e daños importantes en cada uno de dichos paisajes.
Es necesario, por otra parte, que se exija el cumplimiento estricto d e las
normas acordadas.
4." Se considera aconsejable una disposición en que las áreas poco alte-
radas presenten estructura reticular y rodeen por completo a las zonas d e in-
tensa actividad humana.
5." La habitalidad de las grandes ciudades del futuro exige que en sus
cercanias inmediatas permanezcan en estado más o menos natural áreas de exten-
sión muy importante.
6." E n 10s esfuerzos para la conservación d e la naturaleza hay que conside-
rar con especial atención 10s problemas derivados de la polución del aire y del
agua, del uso excesivo de insecticidas, herbicida, etc.
7." Es indispensable que se establezcan áreas de reserva integral en 10s
distintos territorios biogeográficos. Estas áreas deben ser, por un lado, algunos
grandes parques naturales, en 10s que se conserve el paisaje con toda la vida
vegetal y animal y, por otro lado, un número grande d e reservas de menor exten-
sión, las cuales ante todo serán muestras del paisaje vegetal natural, a la vez
que servirán de refugio para 10s animales.
El establecimiento de un sistema de reservas integrales constituye un gran-
dioso experimento biológico, jamás emprendido por el hombre antes de nues-
tros dias.
8." E n relación con 10 anterior, se acuerda apoyar con el mayor interés la
propuesta del señor Jonch para la creación del sistema de reservas orientadas
a la enseñanza que ha recibido el nombre d e es cu ela d e la Naturalezan.
9.0 Es necesario que en todos 10s proyectos de ordenación territorial inter-
vengan en lugar destacado, al lado d e 10s técnicos ingenieros y arquitectos,
especialistas biólogos y geógrafos, cuya preparación profesional es particular-
mente adecuada para apreciar con justeza 10s valores de la naturaleza y 10s
peligros que se derivan de un tratamiento de la misma encaminado unilateral-
mente a la obtención de beneficios inmediatos.
Conclusiones del Simposio 107

10." Se considera necesaria la constitución y desarrollo de una Asociación


que una a las personas interesadas en la conservación de la naturaleza y que
facilite la realización de 10s siguientes fines:
a) Divulgación de las ideas relacionadas con la conservación de la natu-
raleza mediante cursos, conferencias, publicaciones, etc.
b) Colaboración con la Administración y con 10s distintos organismos ofi-
ciales y privados en 10 que respecta a las tareas de conservación. La Asociación
debe estar dispuesta desde un principio a unir sus fuerzas a las de la Comisión
Científica de Protección de la Naturaleza que existe en el seno del Consejo
Superior de Investigaciones Científicas y a colaborar en 10s trabajos que se rea-
lizan para que la Escuela de la Naturaleza sea pronto una realidad.
c) Adquisición de terrenos para salvaguardarlos en régimen de reserva
biológica.

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