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de la Biosfera
(Barcelona, abril-junio de 1969)
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78 Simposio sobre la conservaci6n de la Biosfera
cultivadas, sino que se extiende a 10s espíritus rnás selectos de la pagesia, como
puede comprobar fácilmente quien trate de cerca a nuestra gente del campo.
Por desgracia, est05 pequeños grupos sensibles no pueden contrarrestar to-
davia, por el momento, la indolencia de la gran masa, de la que se aprovechan
a menudo elementos especuladores que persiguen el beneficio inmcdiato sin
atender al interés general.
Hay entre nosotros mucha gente que no saben apreciar en la naturaleza
otra cosa que las posibilidades de comodidad y relajamiento que ofrece la vida
al aire libre. Con 10s que únicamente ven en el campo un lugar propicio para
el jolgorio o la inactividad, hay que contar también a aquellos que querriali que
10s bosques estuviesen alimpios)),o sea que desean la eliminación d e todo vegetal
que no produzca sombra suficiente para echar la siesta. Estos defensores de la
mal llamada alimpieza)) son en muchos casos 10s mismos que llenan de desperdi-
cios las cercanias de las carreteras y de las fuentes. Para tal clase de personas se
destruyen muchos d e nuestros más nobles paisajes, que se convierten en urbani-
zaciones carentes de toda gracia y sentido.
Es relativamente numeroso también el grupo de ciudadanos a 10s que la
naturaleza deja, indiferentes. Y 10 rnás grave es que entre ellos se cuentan figu-
ras de alta significación en la cultura humanística, que se presentan como sen-
sibles a 10s valores rnás refinados del arte y d e la creación humana. Tal divor-
cio entre la valoración de la obra humana y el aprecio por 10s seres naturales
es a veces simple consecuencia del esnobismo, pero en otros casos parece ser
expresión de graves deficiencias en la formación cultural de nuestra gente.
No creemos, con todo, que haya motivos para perder la esperanza. Como
el ideari0 de conservación de 10s valores fundamentales de la naturaleza y del
paisaje se apoya en bases sólidas, su progresiva adopción en todos 10s paises y
medios sociales parece asegurada.
Las razones que justifican la conservación como necesidad ineludible pue-
den condensarse en 10s siguientes puntos :
1. Znterés económico. Todavia ahora el hombre vive en gran parte de
productos d e la naturaleza: productos agrícolas y forestales, de la ganaderia,
d e la pesca, etc., y no hay perspectivas de cambio radical en un futuro previsi-
ble. Interés vital de la humanidad es que el aprovechamiento de 10s recursos
naturales alcance un nivel elevado, pero que no se dañen las fuentes de pro-
ducción. Toda explotación abusiva, que en vez de limitarse a consumir 10s in-
tereses utilice también el capital, es contraria a la conveniencia general.
2, Znterés cientifico. La tendencia natural del hombre a tratar de com-
prender 10 que le rodea no excluye ni siquiera a 10s seres vivos en apariencia
rnás insignificantes. Todos 10s organismos, moldeados en un prolongado pro-
ceso d e evolución y selección, contienen en si una información preciosa para la
humanidad. No es posible, pues, ver con indiferencia la extinción de una sola
especie o la destrucción d e cualquiera d e 10s conjuntos equilibrados que 10s
seres vivos constituyen.
3. Znterés técnico. La investigación biológica a que nos referimos en el
apartado anterior no persigue, en general, finalidades directamente utilitarias,
La conservación del paisaje vegetal 81
Las normas a seguir para la protección del paisaje no pueden ser simples
y uniformes, sino que deben adaptarse a la complejidad de las situaciones reales.
Hay que tener presente que existen tipos muy distintos de paisaje y que las
propiedades y el interés de cada uno de ellos pueden ser muy variados. Ante todo
es necesario distinguir entre el paisaie natu~al,prácticamente no influido por el
hombre, y el paisaje humanizado o cultural que hoy predomina en casi toda la
Tierra.
Paisaje natural. Puede ser primitivo: paisaje virgen actual o pretérito,
o secundario, actual o potencial. Un paisaje natural secundario se establece,
después de un proceso espontáneo de restauración, allí donde el hombre cesa
de intervenir.
Las propiedades principales del paisaje natural son las siguientes :
a) Estabilidad. Todo paisaje natural, en equilibri0 con su ambiente, es
estable por si mismo. La selva ecuatorial, 10 mismo que el bosque boreal de
abetos, la estepa, el prado alpino, etc., nos muestran siempre este carácter.
E n 10s paisajes no alterados por el hombre s610 se manifiestan lentas transfor-
maciones en relación con las modificaciones generales del clima y con la apa-
rición y desaparición d e especies. Es posible que las comunidades naturales
presenten también variaciones ritmicas internas de carácter secular, pero de
el10 se sabe aún muy poco.
b) Máximo d e musa viviente. Allí donde el hombre no 10 impide la ve-
getación alcanza el máximo desarrollo posible. En un país forestal, por ejemplo,
82 Simposio sobre la conservación de la Biosfera
Paisaje humanizado. Entre 10s paisajes influidos por el hombre que pre-
dominan en el mundo debemos distinguir por 10 menos tres categorias: paisaje
silvo-pastoral, paisaje agrícola y paisaje urbano. Las dos primeras se presentan a
menudo intricadas en complejos agro-silvo-pastorales.
El paisaje silvo-pastoral h a resultado del aprovechamiento de 10s bosques
por el hombre y de la expansión de la ganaderia. La corta, la limpieza del bosque
(estassada), el incendio, el pastoreo, la siega de la hierba, etc., han apartado pro-
gresivamente las distintas comunidades de organismos de su estado primitivo.
La degradación d e la vegetación ha seguido caminos más o menos regulares, se-
ries de etapas sucesivas, que en muchos casos se conocen ya de modo bastante
completo.
Si comparamos las propiedades del paisaje silvo-pastoral con las del paisaje
natural, observamos grandes diferencia, que intentaremos resumir en 10s puntos
siguientes :
a) La estubilidacl ha disminuido. Un prado artificial, un matorral o un
bosque aclarado cambian su estructura y composición desde el momento en
que varia la intensidad o el carácter de la acción que 10s mantiene. Se transfor-
man en sentido de mayor degradación si la intensidad d e la acción humana au-
menta o, al revés, acercándose al estado natural de equilibri0 en el caso de
que la acción humana pase a ser más débil.
b) La biomasa en general ha disminuido. IJos paisajes humanizados nos
presentan muchas veces bosques bajos o aclarados y matorrales que remplazan
la gran selva primitiva, prados en lugar de bosques, etc.
c) La complejidud estructural tambie'n diminuye. Los organismos mbs
delicados tienden a desaparecer, a veces comunidades antrópicas de sustitución
se extienden de modo más o menos homogéneo sobre superficies que en estado
natural aparecerian ricamente diferenciadas, etc.
Lo que decimos no se opone al hecho de que muchas veces el paisaje so-
metido a la acción arbitraria del hombre resulte rnás variado y, sobre todo, más
irregular que aquel cuya variación viene determinada s610 por factores natu-
rales.
d) La armonia en estos paisajes suele ser tanto menor cuanto más alejados
se hallen del estado natural. La vegetación arruinada de 10s suburbios y de las
La conservación del paisaje vegetal 85
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zonas industriales nos muestra hasta donde puede llegar el hombre en la destruc-
ción de la belleza natural.
Obsérvese, sin embargo, que en muchos casos 10s estados d e equilibrio ines-
table alcanzados a través de un aprovechamiento silvo-pastoral sostenido durante
siglos tienen también su gracia particular (pinares mediterráneos con sotobosque
arbustivo, muchos pastizales, incluso algunas comunidades ruderales, etc.).
e) La capacidad de restauración se conserva en una gran parte d e 10s casos,
sobre todo si la alteración no ha sido muy profunda. Dejado a si mismo, un pai-
saje humanizado se va transformando lentarnente hasta alcanzar de nuevo el es-
tado natural, después de haber pasado por una serie más o menos larga d e eta-
pas intermedias.
Algunas alteraciones pueden, de todos modos, resultar irreversibles, en par-
ticular aquellas que afectan a las propiedades y a la fertilidad del suelo. E n el
caso de que se hayan producido, el proceso de restauración queda detenido en
estados de mayor pobreza que el estado natural originario.
f) La productividad puede experimentar un aumento considerable si el
hombre o sus animales eliminan 10s individuos que han alcanzado cierto grado
de desarrollo, con 10 que queda campo libre para el crecimiento de 10s jóvenes.
un paisaje humanizado. Una simple moda, como el actual gusto por el mar,
ha transformado profundamente en 15 años el paisaje de la costa catalana.
A pesar de esta gama tan extensa de imponderables, es interesante com-
probar cómo el paisaje humanizado, en sus lineas mis generales y al compás
de la evolución histórica y cultural d e 10s pueblos presenta varios tipos que
corresponden a 10s distintos estadios de evolución d e la población que vive
en 61.
El primer tip0 seria un paisaje natural apenas alterado correspondiente al
periodo en que el hombre, en estado muy primitivo, vive simplemente de la
recolección.
El segundo tipo, ya más evolucionado, corresponde al paisaje creado por
el hombre pastor nómada y agricultor itinerante. Este, al aprovechar la rique-
za natural del suelo, destruye temporalmente sectores de la cobertura vegetal.
A este tipo de paisaje se dedica la comunicación del Dr. Vilá Valentí, ((Agricul-
tura y Biosfera en 10s paises tropicales)].
El tercer tip0 d e paisaje corresponde al creado por el hombre sedentari0
y que practica cultivos fijos. Este es un transformador profundo del paisaje
natural. Sus actividades se centran en sectores determinados y en ellos se ori-
gina un paisaje totalmente nuevo. Se crean nuevos elementos (casas, caminos)
y se transforman otros, particularmente la cobertura vegetal. E n determinados
sectores se elimina del todo para el establecimiento de 10s campos de cultivo;
o en otros solamente se modifica a través del pastoreo y de la explotación fo-
restal. Los campos predominan en 10s relieves planos y suaves, mientras que
10s pastos y 10s bosques en explotación se encuentran de preferencia en la
montaña alta.
E n 10s sectores llanos la acción destructiva de la vegetación natural es
rápida. Se inicia mediante la constitución de calveros dentro de la gran masa
forestal primitiva, 10s cuales van ensanchándose hasta dejarla convertida, en
algunos territorios - y en relación con complejas circunstancias históricas -,
a una simple franja que limita 10s campos de cultivo; a este paisaje se le conoce
con el nombre de bocage o de campos cercados; en otros territorios ha desapa-
recido del todo el bosque primitivo dando origen al paisaje de campos abiertos
u openfield.
Es curioso constatar que en el Prepirineo - donde una característica forma
de explotación, el mas (2), ha dado origen a un paisaje con una estructura reticu-
lar muy equilibrada, en la que 10s sectores dedicados al cultivo, al pastoreo y
a la explotación del bosque se reparten de forma regular el territori0 - el pai-
saje ha tenido una permanencia y estabilidad extraordinaria. Desde su origen,
a raiz de la Reconquista, en el siglo IX hasta mediados del siglo xx, el paisaje de
este sector y, muy concretamente el de la comarca de la Garrotxa, no ha expe-
rimentado ninguna evolución ni transformación. La gran estabilidad del mis-
mo, corrobora la tesis presentada por el Dr. R. Margalef en su comunicación
estructura del paisaje más apropiadas para la misión de conservacións.
(2) J . VILÁ VALENTÍ: El mas, una creacidn prepirenaica. I11 Congr. Int. Pirineos, 1958.
M. DE BOLÓS : La Comarca de Olot, estudio de Geografia regional (en curso de publicación).
Criterios ecológicos aplicables en geografia humana 89
Por M. ESTRADA.
Departamento de Ecologia, de la Universidad de Barcelona.
90 Simposio sobre la conservación de la Biosfera
(1) Se indicó como interesante para este tip0 de problemas la siguiente bibliografia:
ASHBY,W . R., 1956. An introduction to cybernetics. London: Chapman & Hall.
COHEN, J. E., 1966. A model of simple competition, Cambridge, Massachussets : Harvard Uni-
versity Press.
LEEUWEN, C. C. V A N , 1966. A relatwn theoretical approach to pattern and process in vegeta-
tion, ~Rivoncomunication~~, 219, 25-46.
MACARTEIUR, R. H., 1957. On the relative abundance of bird species, ((Proc.Nat. Acad. S c i . ~ ,
43 :293-295.
MARGALEF, R., 1963. On certain unifying principies in ecology, aAmer. Nat.), 97: 357-74.
MARGALEF, R., 1967. El ecosistema. En Ecologia marina, Caracas, Fundación La Salle de
Ciencias Naturales.
MARGALEF, R., 1968. Perspectives in Ecological Themy, Chicago, The University Press.
MARCUZZI, C., e CAMWFFO, A., 1968. P~imaapplicazione dellu teoria dell'informazione al10 stu-
dio dell'ecologia umana, aRevista di Biologiar , 61 : 293-313.
ODUM, H . T., CANTLON, J. E., and KORATCKER,L. S., 1960. An organizationak hierarch~postu-
late for the interpretation of species-individual distributions, species entropy, ecosystem
evolution and the meaning of a species-variety index, ~Ecology*,41 :395-399.
ODUM, E. P., 1959. Fundamentals of ecology, Philadelphia and London, Saunders Co.
ODUM, H . T., 1967. Biological Circuits and the Marine Systems of Texas. En Pollution and Ma-
rine Ecolog~,Ed. por T . A. Olsen y F. J. Burgers. Intersciencie Publishers.
" Por Ramón MARGALEF, Director del Departamento de Ecologia de la Universidad de
Barcelona.
Estructuras del paisaje 91
más simple y fácil consiste en su vertido a un rio, con o sin previa depuración
[[de primera instanciaa. E n principio, para salvaguardar la calidad de las aguas
naturales, punto de gran importancia no s610 estética sino también económica,
toda agua residual deberia ser sometida a una previa etapa d e depuración antes
d e su vertido; pero el no hacerlo tiene indudablemente sus ventajas: es mis
fácil y económico y aprovecha ciertos fenómenos naturales de 10s rios (transpor-
te, dilución, oxidación o autodepuración del rio, filtración). No obstante, tam-
bién tiene el vertido directo sus evidentes desventajas de tip0 higiénico, estético
y económico (dificultad de la utilización del agua poluta). La procedencia d e
una u otra forma de actuación debe calibrarse en cada caso concreto, segíin
las necesidades y limitaciones especificas del mismo.
Dada la multiplicidad de inferencias humanas que pueden modificar las ca-
racteristicas naturales del agua, existen diversas definiciones de la polución,
siendo las más adecuadas las que generalizan mis ampliamente su enfoque o
bien las que son simplemente descriptivas. Ejemplo de las mismas son las dadas a
continuación : La Comisión Económica para Europa de las Naciones Unidas de-
termina que un rio resulta poluto ~ c u a n d osus aguas son alteradas en su com-
posición o estado, siendo resultado directo o indirecto de la acción humana,
de tal forma que resultan menos aptas para uno o todos 10s fines prácticos para
10s que serian aptas en su condición natural)). Otra definición más explicita,
debida a Klassen, nos dice que rconsiste en toda modificación de las propieda-
des fisicas, quimicas o biológicas de un agua determinada o todo vertido de
sustancias liquida, sólidas o gaseosas en tal agua, de forma que se produzca una
perturbación o se vuelva el agua peligrosa o perjudicial desde el punto de vista
de la salud, seguridad o bienestar público, o del punto de vista de sus usos legi-
timos para fines domésticos, agrícolas, industriales, recreativos, etc., o bien para
la fauna acuática y salvaje, ganado, etc.)).
Nos damos cuenta, a la vista de estas definiciones, que la polución no es
un concepto cientifico. E n definitiva, es agua poluta la que resulta inadecuada
a determinada aplicación, siendo la inadecuación función del uso, costumbre
o reglamentación existente. Es, pues, un concepto jurídic0 o legal, no cien-
tifico.
La polución puede consistir en un aumento de temperatura, presencia de
materiales en suspensión, sustancias inocuas o rnás o menos tóxicas, sustancias
radiactivas, presencia de organismos patógenos o parásitos. E n la realidad, va-
rias de las alteraciones mencionadas suelen presentarse asociadas.
Otro punto importante es que estas alteraciones repercuten en la composi-
ción de las comunidades de organismos acuáticos, y es aquí donde puede hacer-
se quizás la Única generalización d e tip0 ecológico, en el sentido de que la
alteración ejercida en las comunidades acuáticas es opuesta a la sucesión nor-
mal o proceso de autoorganización de las comunidades para alcanzar un equi-
l i b r i ~con su ambiente. Es, pues, una regresión y tiene como secuelas:
a) Un mayor flujo de energia en la biocenosis (velocidad de multiplica-
ción d e 10s individuos más elevada y mayor intensidad de respiración por
unidad de biomasa).
Aguas dulces y problemas de la eutrofización 95
Por ALBERTOMARJANEDAS,
Director del Jardin Botánico de Barcelona.
Los parques nacionales 99
faunan. Esta definición se considera válida aún hoy en dia a pesar del tiempo
transcurrido.
Sin embargo, la atención que 10s gobiernos prestaron a la expresión ccre-
servas anBlogas11 obligó a precisar su significado, el cua1 en la convencidn de
Washington de 1944 quedó formulado de la siguiente forma: ({La expresión
resercas adlogas se emplea para designar las áreas que, sin estar clasificadas
como parques nacionales, merecen inscribirse en la lista internacional por el
interés que presentan y la igual protección de que disfrutan y porque respon-
den a la definición dada en la Convención de Londres)). Asimismo se recono-
cieron varios tipos de reservas : integrales, provinciales, privadas, etc.
~
vada a un nivel desacostumbrado, las percepciones morales y mentales pueden I
penetrar más profundamente la vida de las cosas.)) Sin propugnar para todos
el misticisme por la naturaleza d e Wordsworth, 10s efectos estéticos en el hom-
bre son irrecusables. I
c) Cientificus: ((El estudio adecuado de la humailidad es el Hombre y, I