Revolucion Mexicana
Revolucion Mexicana
Revolucion Mexicana
Reforma agraria
3,4 millones de vidas afectadas. No se cuenta con una cifra exacta del
número de fallecidos durante el conflicto, pero se estima que oscile entre el
millón y los dos millones de personas. Contando la emigración a otros países,
la hambruna, la disminución de la natalidad y la pandemia de gripe española
desatada en 1918, se estima que 3,4 millones de personas hayan visto
afectadas sus vidas para siempre durante este período de la historia mexicana.
Nacimiento del burócrata. Gracias a los sustanciales cambios sociales y
políticos de la Revolución, las clases desfavorecidas ingresan al Estado a
ocupar funciones burocráticas y administrativas. El ejército, plegado a la
Revolución, también abrió su sistema y captó personal de las clases medias y
bajas, creciendo en un 50 o 60% durante el gobierno de Calles. Esto significó
un sustancial cambio en la repartición de la riqueza en el país.
Migración urbana. Huyendo del desorden y la violencia en el campo, ya que la
Revolución fue un movimiento de mucha presencia rural, un amplio porcentaje
de la población campesina migró a las ciudades, incrementando así el nivel de
vida de las ciudades pero ocasionando en ellas una desigualdad social
profunda.
La reforma agraria. Uno de los cambios más significativos de la Revolución,
permitió a los campesinos poseer tierras y creó una nueva clase de ejidatarios.
Esto, sin embargo, no mejoró demasiado su calidad de vida y muchos aun
preferían migrar a plantaciones en las que se les maltrataba y explotaba, pero
eran mejor retribuidos. Muchos otros migraron a Estados Unidos.
Impacto artístico y literario. Numerosos autores mexicanos retrataron en sus
obras lo ocurrido entre 1910 y 1917, creando sin saberlo un potente músculo
estético y artístico que rendiría frutos en la cultura de su país posteriormente.
Algunos de estos autores son Mariano Azuela (y sobre todo su novela Los de
abajo de 1916), José Vasconcelos, Rafael M. Muñoz, José Rubén Romero,
Martín Luis Guzmán y otros más. Así nacería, a partir de 1928, el género de la
“Novela revolucionaria”. Algo similar ocurrió con el cine y la fotografía, cuyos
cultores retrataron abundantemente los años de conflicto.
Auge de los corridos y las “adelitas”. Durante el período revolucionario
cobró mucha fuerza el corrido, una expresión musical y popular heredada del
antiguo romance español, en las que se narraban hechos épicos y
revolucionarios, o se contaba la vida de los líderes populares como Pancho
Villa o Emiliano Zapata. De ellos nace, también, la figura de la “adelita” o
soldadera, la mujer comprometida con el campo de batalla, evidencia de la
importante participación de la mujer en ambos lados del conflicto.
Visibilización militar de la mujer. Muchas mujeres participaron activamente
en el conflicto bélico, alcanzando grados de coronel, teniente o capitán, y
dejando una impronta importante en la manera de pensar a la mujer durante la
época. Entre ellas pueden nombrarse a Margarita Neri, Rosa Bobadilla, Juana
Ramona de Flores o María de Jesús de la Rosa “la coronela”.
Dichos líderes luchaban en conjunto por su oposición a Díaz; sin embargo, no eran aliados, ya que
cada uno reclamaba las necesidades particulares de los pueblos que representaban y por lo cuales se
enfrentaban.
Tras la presión ejercida, el día 25 de mayo de 1911, Porfirio Díaz renunció a la presidencia
luego de haber firmado un pacto con Francisco I. Madero, quien posteriormente fue electo
presidente y ejerció la presidencia de México.
Madero restauró la constitución, prohibió la reelección y estableció el sufragio popular. Sin
embargo, estos cambios no fueron suficientes para mejorar la situación general del país, ni
para satisfacer las necesidades del pueblo mexicano.
Es el período de 34 años en el que el ejercicio del poder en México estuvo bajo control
de Porfirio Díaz. Este período comprende de 1876 (al término del gobierno de
Sebastián Lerdo de Tejada) a mayo de 1911, cuando Díaz renunció a la presidencia
por la Revolución.