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Eclesiastes 2

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ECLESIASTÉS 2:1-11

LA VANIDAD DE BUSCAR EL PLACER


Somos fáciles de complacer, porque no sabemos lo que nos fue dado en Cristo… si hoy, en la
situación espiritual y personal que estamos (social si se quiere) pusiéramos en una balanza lo que
pensamos que necesitamos en este momento para estar satisfechos y en otro lado ponemos lo que
recibimos del Señor ¿Qué sería más deseable en nuestros corazones?
¿Qué cosa es lo que mas esperas disfrutar en tu vida? Para algunos puede ser la jubilación. Para
otros pegarla en algún negocio y disfrutar del fruto de eso, un mejor sueldo, mejor educación,
mejor trabajo, mas tiempo, disfrutar un viaje para despejarse, comprar ropa, un buen café, una
tele grande, un auto nuevo, no renegar. ¿Qué es?
Buscar placer, tener más posesiones, buscar nuevas experiencias emocionantes y momentáneas
es algo que nos caracteriza, o caracteriza estos tiempos. “Viví está nueva experiencia” nos
venden las publicidades, el mundo apela continuamente a nuestros deseos. Muchos viven para el
momento y eso no se escapa de vida de muchos o todos en la iglesia.
Eso nos dice que muchas veces Dios, sus promesas, su providencia, la venida del Señor, la gloria
venidera no parece algo tan deseable, tan cercano o palpable, eso, nos habla de un problema del
corazón, de ídolos del corazón que ahogan la vida espiritual, de una vida que busca servirse a
uno mismo, que busca una mejor vida ahora y no busca o desea a Dios. Hay cosas que nos
parecen mas deseables y mejores que Dios.
Salomón, el hombre más sabio y rico, experimentó con el placer en su búsqueda de sentido a la
vida, tratando de encontrar algo que satisfaga su corazón, que lo hiciera hacer sentir completo.
No lo imitemos en eso. No lo encontró.
1. La conclusión (1-2)
Salomón intentó darle sentido a la vida con la búsqueda del placer (hedonismo), vivir para
disfrutar o divertirse. El hedonismo es una filosofía que sostiene que la búsqueda del placer y la
satisfacción es el principio supremo de la vida. Se centra en maximizar el placer y minimizar el
dolor.
El mundo vive para el placer. Muchos esperan el fin de semana para ir a bailar, tomar algo,
vemos eso en la estación de Lomas, los barcitos pegados a las vías repleto de gente. La gente
invierte mucha plata para el placer, planifica para el placer, sacrifica, se esfuerza y se endeuda
para tener un poco de placer.
Salomón determinó por experiencia propia intentar probar con el placer, para ver si eso da un
poco sentido a la vida, para ver si eso era la clave de la vida, pero rápidamente concluye que es
vanidad, era algo fugaz, momentáneo, que lo dejó vacío. Una vez pasado el momento de disfrute,
lo deja a uno vacío.
“te probaré con alegria” dice, alegría es placer (LBLA “diviértete”). Es un sentimiento
espontáneo, ligado a fiestas, a pasarla bien…
Tenemos que saber, que el placer o disfrutar en sí no es algo malo, en 2:26 concluye que el
placer, alegría o gozo es un don de Dios, el problema es que busca encontrar placer “bajo el
sol”, aparte de Dios, sin tener en cuenta a Dios, Dios es el que da sentido al placer.
¿Es malo el placer? No, pero si te desvía de Dios, si te hace inútil en su obra, o si afecta de mala
manera tu vida espiritual, si estorba la comunión con el Señor, si se convierte en tu refugio
entonces si es algo malo. Se convierte en un ídolo, en un pecado.
La gente arriesga cosas por el placer, pone en peligro su testimonio, trabajo, familia, salud,
economía y ministerio, deja cosas por el placer (la reunión de oración por un partido, el
gimnasio, una serie, etc.)
El asunto del placer está ligado al contentamiento (tener o no) y nosotros muchas veces
buscamos el contentamiento en cosas, posesiones, relaciones, situaciones favorables… pero no
está ahí, el contentamiento que trae placer está en Dios, y en vivir una vida piadosa. El Salmo 23
dice “Jehová es mi pastor, nada me faltará”, si conocemos al pastor (Cristo) sabemos que no nos
falta nada, el sentido, es de sentirse satisfecho.
Salomón probó con la risa, y dijo que es locura, no tiene nada que ver con lo mental, sino lo
moral, la idea es de ser alguien que trata de llamar la atención, que se burla de todo, tonto, que se
la pasa haciendo chistes, vive riéndose, tomarse todo en forma graciosa o divertida, (conductores
de televisión)… Salomón concluyó que todo eso era algo ridículo.
Y en cuanto al placer, dice que ni vale la pena probarlo… así que, Salomón empieza dando la
conclusión para después decirnos como llegó a eso, asique nos muestra:
2. Las experiencias de placer
Empieza a describir sus experiencias que lo hicieron concluir que el placer es inutil. Él prueba
con el vino, despues con los logros personales, con las riquezas/posesiones, el arte y el sexo, usa
el placer como una forma de escape. Empieza con el vino, pero Salomón no quería
emborracharse, quería animarse un poco, relajarse, y divertirse (necedad) tomó mientras pudiera
ser guiado con sabiduría. Una especie de equilibrio entre la sabiduría y la necedad. Muchos
prueban con las bebidas como el vino como un escape de la rutina, para animar un poco el día
después de mucha presión, el problema es que uno puede terminar dominado.
El propósito era saber o experimentar lo que los hombres del mundo hacen para pasarla bien
durante su vida hasta que terminem sus días. Para ver si eso es el todo del hombre.
Del vino pasa rápido a los proyectos personales o logros personales de construcción y capaz
como dicen algunos, hizo algunos proyectos públicos para engrandecer su nombre o su reinado.
Vemos eso en los carteles de obras públicas, donde siempre figura el nombre del gobernador.
Pero mas que eso, lo que llama la atención es la continua frase “para mi” y “me hice”. Todo era
para su propio placer o satisfacción, después de todo él está hablando de la busqueda del placer
para sí mismo (una búsqueda egocéntrica, egoísta) y lo buscó en la construcción. (1R7:1-2,8b-
10). Salomón trató de buscar placer en los logros personales, ser admirado por lo que hizo, el
placer de terminar algo (una carrera).
Se hizo su propio paraíso en la tierra, capaz que ahí si encontraría lo que buscaba por medio del
placer. La palabra jardín es sacada de una palabra persa que significa paraíso. Eso nos recuerda
al jardín del Edén con todos sus frutos.
Después probó con las posesiones, dice que compró esclavos y esclavas y que tuvo esclavos
nacidos en su casa, tuvo ganado más que todos, después acumuló muchas riquezas, muchas de
esas riquezas eran regalos o tributos de los gobernadores y de reyes.
Muchos quisieran la vida de Salomón, muchos quisieran probar que tan cerca de los placeres
pasajeros del mundo se puede estar sin dejar de parecer cristiano.
Miren Fil.3:8-11, describe como debería ser un creyente: es alguien que atesora a Cristo, que
desprecia todo lo demás, tiene la fe puesta en la justicia de Cristo, conoce a Cristo, sufre por
Cristo, llega a parecerse a Cristo… ¿estamos dispuestos a perder todo por Cristo o estamos muy
aferrados al mundo?
Recuerden la frase de Jim Elliot “No es tonto el que da lo que no puede retener para ganar lo
que no puede perder”. Deberíamos revisar nuestras prioridades. Las decisiones y las elecciones
que hacemos en la vida tienen su origen en lo que amamos y deseamos. Nuestro comportamiento
sigue a nuestro corazón , y si nuestro corazón está cargado de este mundo eso es nuestro
verdadero tesoro, en eso encontramos placer… no Cristo. (Mt.6:21)
El apóstol Pablo habló de aquellos que viven para el ahora, una advertencia contra la
mundanalidad, ligado al placer (Fil.3:17-21) y nos llama a poner la perspectiva correcta, a ver la
verdadera ganacia del hombre, que es Cristo mismo ¿Por qué? No deberíamos vivir para el
placer, porque este mundo es pasajero. Todo esto comparado con Cristo es nada.
Muchos tienen al joven rico viviendo en sus corazones, una fachada religiosa, moralista, pero
con un corazón apegado al mundo y todo lo este ofrece, haciéndose inútiles para la obra del
Señor. Cuando la busqueda del placer es más importante que el Señor y su obra, cuando no
estamos dispuestos a sacrificar algo que nos gusta para servir al Señor, muestra que tenemos al
idolo del placer en nuestros corazones.
Muchos pueden tener espinos en su corazón que ahogan la palabra, ahogados por los afanes, las
codicias, las riquezas y placeres de esta vida (Lc.8:14). Nuestro problema es que muchas veces
vivimos como si Cristo fuera inferior a todo esto. (Cristo mejor que la salud, seguridad, rica
comida, un buen celular, un partido de futbol, ir a pescar, carteras).
¿Por qué hay peligro en la busqueda del placer? Porque cuando pensamos que no tenemos lo que
consideramos necesario o lo que nos daría bienestar o felicidad nos ponemos ansiosos o
depresivos y nos hacemos inútiles para la obra del Señor, la depresión y la ansiedad parecen ser
la cara de una misma moneda: exceso de uno mismo, un corazón egocéntrico que piensa
continuamente en sí mismo y en su placer. Si pusiéramos otra balanza y por un lado pusiéramos
todo lo que te daría placer y por otro lado una vida sin pecado ¿Cuál pesaría más en tu corazón?
¿Preferís el placer momentáneo o no pecar más y estar con el Señor?
Cuando vemos a los héroes de la fe en la carta a los Hebreos leemos que muchos renunciaron a
los placeres pasajeros del pecado (aun a su preciado hijo, como Abraham) y anhelaban una patria
mejor, anhelaban a Dios mismo.(Un placer mayor y duradero).
Salomón no sólo probó con las posesiones y las riquezas, también con el arte, dice que adquirió
para él cantores y cantoras… tenía todo, fiestas, bebida, un paraíso propio, varias casas, riquezas,
esclavos, música, pero nada parece llenar el corazón de Salomón, siempre quiere algo más…
Este es uno de los versículos difíciles, la RVR traduce instrumentos musicales, pero la palabra
realmente significa “concubinas” o “harén”, es una palabra cananea, eso concuerda con las
muchas mujeres que tuvo Salomón, 700 esposas y 300 concubinas (1R11:1-3). Salomón probó el
sexo como placer. Hoy muchos piensan que el sexo o estar con muchas mujeres es la clave para
la felicidad, la pornografía es una gran industria que tiene a muchos dominados, es algo que los
padres deberían estar muy atentos a los hijos, el Señor hablo de la dureza con que hay que tratar
este pecado… pero Salomón probó y no encontró nada.
3. El resultado
Todos sus logros, fueron nada, se engrandecio en riqueza y posesiones, tenia todo para hacer lo
que quería, “ni aparte mi corazon de placer alguno”, el énfasis es que tenia mucha fama, cierto
prestigio que sus obras, sus lujos, su conocimiento y riquezas le habían dado, claro, el Señor le
concedió estas cosas.
Estar bien económicamente, disfrutar comodidades, no es lo mismo que estar bien con Dios.
Salomón miró todo lo que habia experimentado con el placer y no sacó ningún provecho, todo
era vanidad (fútil, pasajero, emociones momentáneas) y era como querer atrapar el viento (lo
dejaba con las manos vacías.
En 1:3 pregunta “¿Qué provecho tiene el hombre de todo su trabajo con que se afana debajo del
sol?”. La respuesta es nada, después de construir otro paraíso en la tierra llega a la conclusión de
que el placer no da ninguna ganancia. El hombre sin Dios, que busca pasarla bien, que ve eso
como el todo de la vida, se le está mostrando el fracaso de su estilo de vida. El materialismo, el
consumismo no pueden dar significado, gozo, ni satisfacción plena. Todo termina en frustración.
La falta de contentamiento es una señal de que no estamos satisfechos con la suficiencia del
Señor y su provisión. (Heb.13:5-6).
El amor hedonista hacia las cosas pasajeras o el anhelo de una mejor vida ahora como el todo de
la vida es una infracción al mayor mandamiento (amor a Dios) como también al décimo (no
codiciarás), es un apego idólatra.
El diablo, y el mundo prometen contentamiento fuera de Dios, pasó eso en el jardín del Edén y
en la tentación al Señor en el desierto, todo este engaño, toda codicia, toda avaricia y esperanza o
seguridad en las posesiones o una mejor vida ahora es consecuencia de no poner la mirada en
Cristo, es idolatría, estas cosas ahogan la vida espiritual y Dios está atento cuidando de que la
alegría y los anhelos del corazón de su pueblo sea Él, no va a dejar que otra cosa ocupe su
corazón.
El mundo apela a nuestros deseos para vivir conforme a ellos, el diablo en Mt 4 intentó desviar a
Cristo de la voluntad del Padre, ir a la cruz, así también va a intentar que no sigas a Cristo
tomando tu cruz, manteniéndote distraído con comodidad, posesiones, entretenimiento, una
buena economía… cosas que no son malas en sí mismas pero que fácilmente hacemos el todo de
nuestra vida por causa del pecado que mora aun en nosotros y por los deseos desordenados.
Jesús nos enseña que satisfacer nuestros deseos, que la búsqueda de placer no son importantes
como lo es vivir para la gloria de Dios, haciendo su voluntad. Es un asunto de lealtad ¿ante quien
te estás postrando? Esto es un asunto de adoración, obediencia y servicio.
En Mt.10:39 leemos “El que halla la vida, la perderá; y el que pierde su vida por causa de mi,
la hallará”, dos tipos de vidas, una ocupada en lo temporal y otra ocupada en lo eterno, una
mundana, otra espiritual.
Todos tenemos la tentación y tendencia a aferrarnos a lo terrenal, a evitar el dolor, a evitar las
pérdidas, o malas situaciones, pero el Señor nos llama a una vida sacrificial y abnegadas,
contentos con su provisión. El punto es que las cosas bajo el sol, son pasajeras, no hagamos del
placer, del pasarla bien y divertirse el todo de la vida. La verdadera satisfacción y placer está en
Dios.

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