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5. De la cabeza a los pies Todo lo que hay sobre la faz de ta tierra existe en una u otra dindmica en cada dimensién de la realidad fuera de la Tierra. La forma no es sino una expresion de lo que vemos a nuestro. alrededor. Esa expresin se mueve y cambia en innumerables \formas que estén relacionadas directamente con las muchas realidades que existen en todos los niveles. No hay nada sobre Ia tierra que no exista en todos los demds niveles de realidad. ‘Anénimo. En los capftulos 2 y 3 se han perfilado las principales pautas 0 mo- delos que utiliza la entidad psicosomética para expresar los con- flictos intemos, los estados de confusién y Ia falta de armoni ‘Ahora podemos proceder a reunir esas pautas de modo que empie- ccen a tener sentido como conjunto. Asi, abriéndonos camino en el estudio de la relacién psicosomética, podemos alcanzar una mayor comprensién del lenguaje y de cémo trabajar con él La cabeza La cabeza es nuestro centro de comunicacién, el lugar desde el cual conectamos con el mundo a través de los sentidos del aio, Ia vista, el gusto y el olfato, y desde el que el mundo se conecta con nosotros a través del lenguaje oral y la expresién, Todas nuestras impresiones y comunicaciones sensoriales tienen lugar aqui, en la cabeza, pues en ella reside el «control central». Pero la cabeza es ‘mucho més que un centro de comunicaciones. Como hemos visto ‘en la pauta de gestacién, la cabeza est4 relacionada también con la preconcepcién y la energia puramente abstracta que este perfodosimboliza. La energfa se representa aqui a medida que la inteligen- cia se traslada desde el infinito hacia la forma, y también cuando tsciende y vuelve a enlazar con el infinito. Asi pues, puede consi derarse que cualquier tipo de problema mental es atrafdo hacia el futuro ser incluso antes de la concepcién, como si la energia en- trante atrayera estados mentales concretos en su aproximacién a la materia. Existe, por tanto, una fuerte conexién entre nuestros atri- butos y conflictos mentales y nuestra energia espiritual. Esto puede apreciarse en el curioso hecho de que, en la cabe- za, el hueso —tejido duro (o energia espiritual)— rodea el tejido blando y los Iiquidos (energfas mental y emocional), pues el créneo envuelve el contenido de la cabeza. Por otro lado, en el resto del ‘cuerpo el hueso reside en el interior (el esqueleto), y est recubier- to por tejido blando y los liquidos. Esto demuestra que la cabeza, {que representa la abstraccién y nuestra conexién con el infinito, es esencialmente espiritual, con las energtas mentales y emocionales sometidas a esa influencia espiritual. Puesto que la energia se ma~ nifiesta con la formacién del cuerpo, también la energia espiritual se toma menos obvia; es més discreta y, por asf decirlo, clandesti- na, pues influye en las energias mental y emocional desde dentro. La cabeza es el centro del nivel superior para todo lo que esta libre de materializacién; es el lugar por el que nuestra energia accede al plano fisico y reduce Ientamente su ritmo vibracional de manera que pueda manifestarse en el mundo, a través de las gléndulas pi- neal y pituitaria, asf como del sistema de control central. La cabe~ za se halla, por tanto, en el reino de la abstraccién. Cuando la ener- gia entra en la materia (en el cuello, en la concepci6n), ahora debe funcionar también a través del cuerpo fisico, de nuestro movi- miento y direccién en la Tierra, de modo que se sitiia en una posi- cién més intema. Si tenemos dolor de cabeza, es porque las arterias de la cabeza se han estrangulado y aceleran el pulso sanguineo. La sangre trans- porta nuestros sentimientos, sobre todo los relacionados con el ‘amor y la aceptacién, as{ como sus opuestos: el odio, la ira y el re- cchazo. A través de las arterias y las venas damos y recibimos amor. El estrangulamiento de las venas de la cabeza suele indicar, por consiguiente, una incapacidad para expresar o recibir tales senti- mientos; se trata de un estrefiimiento, no de un cierre efectivo de la expresién. Permitir que los propios sqntimientos afloren libremen- te, o recibir la expresi6n emocional de otra persona, no resulta fé- cil, ya que podemos experimentarlos en la cabeza, pero luego te- rnemos que trasladartos a través de un cuerpo més denso y sélido. De esta manera tan sencilla puede originarse una separacién en la relacién psicosomética: el cuerpo experimenta una cosa y la cabe- za otra, y somos incapaces de conciliar ambas. Los dolores de ca- bbeza con aumento d> la tensién nerviosa y de la presién sanguinea son debidos a Ia tensién y la presién que nosotros mismos verte- mos en este proceso. Para mas informacién sobre dolores de cabe- za, véase el capitule 6. [La cabeza es el lugar en el que nos retiramos, donde nos aleja- ‘mos del mundo; es el punto en el que podemos desarrollar y al- ‘canzar los niveles més altos de conciencia. Desde la cabeza comu- rhicamos con el muado fisico que nos rodea, con nuestro mundo interior y con las esferas supremas que se hallan por encima de no- sotros, Cada sector de Ia cabeza representa un aspecto distinto de cesta comunicacién expansiva; recibe impresiones y sensaciones del ‘cuerpo y las remite al exterior. Sin embargo, cuando la cabeza se halla separada del cuerpo la comunicacién queda bloqueada y re- primida, La cara La cara es la primera parte del ser que se enfrenta al mundo; es en funcién de ella que la gente emitiré juicios y se formaré impre- ssiones sobre quiénes somos, qué clase de persona somos ¢, inclu- 0, si resultamos agradables 0 no. A través de la cara no sélo co- municamos nuestro aspecto fisico externo, sino también el propio interior: si tenemos un carécter cerrado o abierto, si estamos: de- seosos de compartir, si somos dignos de confianza o més bien fal- sos y maliciosos; y si, en general, estamos felices y Contentos 0, por el contrario, llenos de tristeza. La cara es la mascara tras la cual podemos escondemos o Ia expresiGn abierta de nuestra naturaleza Jnterior. La cara de un ser iluminado resulta inconfundible, pues no ‘oculta nada, simplemente irradia paz interior. El rostro de una per- sona atormentada y deprimida, en cambio, presenta arrugas y se muestra hermético y sombrio, ‘Concebimos y modelamos la cara ‘segiin nuestra naturaleza in- terior, y también en funcién de quién creemos ser o fingimos ser. ‘Usaremos expresiones como la sonrisa 0 el cefio fruncido para ex-presar nuestros verdaderos sentimientos o para esconderlos. Si ha- bitualmente nos escondemos detrés de una mascara, tendremos los miisculos faciales tensos y deformados, y asumirin la mascara como una expresién real. {No le habfan dicho de nifio que no hi- cciera nunca una mueca por si acaso cambiaba el viento y esa ex- presién le quedaba en la cara para siempre? Si hacemos muecas con demasiada frecuencia, los miisculos se habittian a esa disposi- cién y la adoptan. Una méscara tanto puede ocultar nuestros senti- ‘mientos al mundo como actuar como medio de proteccién para que no veamos nuestros verdaderos sentimientos. Si nos escondemos de los demas suele ser porque no nos gusta lo que vemos en noso- tros mismos. La cara hace referencia también a nuestra imagen, identidad o ‘ego. La expresidn inglesa que designa el «perder prestigio» es 10 loose face, que, traducida literalmente, significa «perder cara», es decir, indica una pérdida de orgullo 0 de amor propio. Si mostra- mos valentia y fuerza interior, entonces somos capaces de «plantar cara» a las situaciones; si no lo hacemos, habremos fracasado de alguna forma. Un sentimiento de incompetencia o de inadecuacién, de irritacién consigo mismo, de critica, de autoaversién, 0 la im- presin de desamor pueden ser causa de alteraciones en el cutis, por cuanto éste expresa el estado personal de confusién interior, La piel es tejido blando, energia mental, y una mancha o una imper- feccién, por consiguiente, demuestran irritacién mental. Esto pue- de propiciar un dolor emocional en la propia imperfeccién. La piel volverd a estar limpia cuando el trastomno o la angustia interior de- saparezcan. Véase también el apartado Acné del capitulo 6. Los ojos EI llamado «espejo del alma», los ojos, constituyen una pro- funda expresién de nuestro ser interno, el medio a través del cual es posible leer, entender, expresar y compartir tantas cosas. Es en ellos donde tiene lugar el contacto y, cuando esto ocurre, resulta muy dificil ocultar nuestra realidad interior. Si los ojos son inex- presivos o distantes podemos ver que no hay nadie «en casa», se da una sensacién de gran vacfo interior, si los ojos brillan y estén Ilenos de vida, podemos sentir la alegria interior que emanan. To das las emociones se expresan mediante los ojos, desde el erotismo hasta el odio y la desconfianza. Con los ojos aceptamos o rechaza- mos, acariciamos y herimos. Los ojos representan todo nuestro ser de una forma tan completa, que existe incluso una rama de la me- dicina natural dedicada a su estudio: la iridologia, Mediante Ia lec- tura de las lineas y marcas de los ojos, un iridlogo puede deducir To que acontece en los distintos rganos y componentes del cuerpo fisico. ‘A través de los ojos no s6lo comunicamos, sino que ademds ve- mos y, por tanto, eprehendemos la realidad. Los problemas de vi- sin estén invariablemente ligados a la propia interpretaciGn det mundo (como no reconocer interiormente lo que vemos @ nuestro alrededor; en este caso no confiamos realmente en nuestra vista, © en nuestra visi6n interior). Las personas miopes tienden a ver tan s6lo aquello que se encuentra frente a ellas, y tienen dificultades ppara distinguir una imagen més amplia, También les cuesta pro- yectarse, pues a menudo son timidas o introvertidas. Es como sila vista se hubiera retirado 0 echado atrés, quiz debido a un trauma ‘0 por causa del miedo al futuro. Las personas con problemas de hi- permetropfa se contentan con las grandes panorémicas, pero lo pa- san mal a la hora de contemplar la realidad inmediata, la que tie- ‘nen més a mano. Son los extrovertidos y aventureros, personas que con frecuencia han perdido el contacto con sus sentimientos inter- nos, 0 se sienten temerosas de lo que puede albergar el presente. La visién borrosa puede presentarse por no aceptar 1a realidad tal como es, cuando nuestra realidad interior no encaja con la realidad exterior. La tensiéa y el estrés desempefian también un papel im- portante en nuestra Vista, pues tales estados distorsionan la visién personal de cémo son las cosas en realidad. Los trastornos visuales pueden ser también un reflejo de cémo nos vemos a nosotros mis- ‘mos: asf, por ejemplo, demasiado humildes 0 muy féciles de inti- midar. Para evitar cualquier clase de confrontacién apartamos 1a mirada, 0 desarrollamos un problema en la vista para tener que ‘usar gafas. En el capitulo 6 encontrar més informacién sobre los problemas relativos a la visién. ‘Nuestra capacidad para aceptar 0 no aquello que vernos se re- fleja también en Ie salud de los ojos. Una cliente contrajo una in- feccién que la dejé ciega del ojo izquierdo a consecuencia de la flamaciGn del nervio Optico. Mas tarde se dio cuenta de que en el momento en que esto ocurria ella no se-resignaba a la realidad de que su matrimonio se estaba rompiendo. El costado izquierdoconstituye Ia parte emocional, la parte interna del cuerpo. El hecho ‘de ue el ojo afectado por la ceguera fuese el de ese lado le de- mostré que era ella misma quien deseaba estar ciega ante Ias ver- daderas emociones que la situacién le provocaba (emociones que fapuntaban a que su matrimonio se volvia insoportable a marchas forzadas). Se encendia y encolerizaba ante lo que estaba viendo. Gracias a la total aceptacién de la situacién y a expresar sus ver- daderos sentimientos acerca de la relacién, mi cliente fue capaz de ‘erradicar la infecci6n. ‘Las ldgrimas son una profunda liberacién del dolor interno: dada su naturaleza liquida, representan la efusi6n y resoluci6n de emociones, Resulta interesante constatar la frecuencia con que un ojo esté més cerrado que el otro, 0 c6mo se inunda de lagrimas mientras que el otro permanece seco. El ojo izquierdo representa el aspecto interno del propio ser, emotivo ¢ intuitivo; el ojo derecho fs el que se relaciona con las situaciones mundanas, pues repre- senta nuestras energias més agresivas y positivas. ‘Los ojos estén conectados con el chakra del tercer ojo; de abi Ja importancia de los ojos en la funcién de «ver», tanto fisica como metafisicamente. Del mismo modo que miramos al exterior, pode- ‘mos también mirar al interior, como ocurre en la meditacién, cuan- do volvemos la mirada hacia dentro y descubrimos muestro mundo interior, Es aqu{ donde reside el potencial de 1a sabidurfa trascen- dente. Los ofdos son el lugar por donde escuchamos las cosas; a tr vvés de ellos percibimos nuestra realidad sonora para luego situar- nos con relacién a esa impresiGn. Cuando no estamos contentos con lo que ofmos, retiramos energfa de esa zona 0 desconectamos la funci6n auditiva. El ser «duro de ofdo» a menudo no es mas que tun proceso muy selectivo. Cuando hablamos con los ancianos pronto nos damos cuenta de que, cuando quieren, pueden ofr per- fectamente, pero en cambio se vuelven duros de ofdo de inmedia- to cuando hay algo que no desean ofr. Yo tenfa una cliente que po- dia ofrme facilmente desde el otro tado de la sala si le ofrecta una chocolatina, y en cambio tenia que gritar para que me oyera si em- pezaba a hablarle de su hija, alguien de quien ella no tenfa nada po- sitivo por decir. La pérdida de audicién o el aumento del dolor de ofdo pueden ser producto de una critica excesiva a nuestra perso- na, tanto por parte de los demas como de nosotros mismos. En este ‘caso, Ia hija era demasiado amante de criticar a su madre y, como consecuencia, ésta dejé de escucharla, Los dolores de ofdo pueden arse cuando aquello que estamos oyendo nos causa dolor y an- gustia mental, lo cuai se traduce en dolor intemo. ‘Los ofdos son tarbién el medio para encontrar el equilibrio ff- sico y, pot tanto, el equilibrio mental y el autocontrol. Cuando los ‘ofdos pierden el sentido del equilibrio significa que nuestra vida lo hha perdido también o esté fuera de control, ls acontecimientos nos han desbordado y descentrado. Si no reconocemos lo que sucede cen nuestra vida, los ofdos nos demostrarén que debemos encontrar tun nuevo equilibrio y armonia, Si sélo deja de funcionar un ofdo, ya sea en su facultad de ofr como en Ja del mantenimiento del equi- iibrio, podemos examinar las cualidades inherentes a ese costado (Gzquierdo 0 derecho, véase el Capitulo 2) y aplicarlas a lo que ocu- re en nuestra realidad cotidiana. La nari2 1La principal funcién de la nariz, consiste en tespirar: en combi rnacién con los pulmones, las ventanas de la nariz toman aire para gue podamos mantenernos vivos. Esto no resulta siempre una ex: periencia deseada, sobre todo en el nivel inconsciente cuando las Povas van mal y queremos acabar con el curso de los aconteci- Inientos, As{ pues, a veces, cuando nos sentimos especialmente de- cepcionados, desilusionados 0 impotentes, podemos provocar un fuerte resfriado que bloquee y cierre los conductos respiratorios en tun intento inconsciente por detener la respiracién o e! mecanismo que nos mantiene v.vos. El resfriado representa ademés otro aspecto: el deseo de llorar, pues se experimenta siempre que existe frustracién o desespera- Eidn. Muchos de los sfntomas son los mismos, sobre todo porque tanto un resfriado intenso como el hecho de orar implican ta li- beracién de emociones: Ia efusién de liquido. Asi pues, si tenemos tun constipado, podemos preguntaros si hay alguna razén por Ia que realmente queramos Hlorar.;Sentimos una profunda afliccién por algo? ”‘Aunque los resfriados son contagiosos, vale la pena fijarse en quign contrae un resfriado y cudndo. Millones de gérmenes nos acechan en todo momento, pero s6lo en contadas ocasiones enfer- mamos por causa de uno de ellos. El hecho de pillar un resfriado se combina a menudo con la necesidad de reconectar con el inte- rior de uno mismo y el deseo de vivir; es una manera de liberar las emociones reprimidas que guardan relacién con los cambios inter- nos, Aqui se localizan también las fosas nasales, los conductos de aire vinculados al pensamiento, a la realizacién abstracta, a la con- ciencia y la comunicacién. Cuando se obstruyen suele ser a causa de un bioqueo mental, a una incapacidad para comunicar o ir més alld de nuestro limitado yo. ! La nariz:es también el medio que tenemos para experimentar ; sensaciones a través del olfato. Olores especiales pueden asociarse | | a recuerdos especificos, y una obstruccién nasal puede relacionar- ‘se con el bloqueo del recuerdo de una situacién dolorosa. La com- bbinacién de olores y la respiracién supone la inhalacién del olor de Ja vida, como cuando olemos e! aroma de una bonita rosa y todo nuestro ser se lena de alegria, Del mismo modo que desarrollamos* la conciencia, también las fosas nasales pueden hacerse més sensi- bles a la percepcién de! «olor» metafisico que nos rodea. La boca La boca es nuestro medio de comunicacién més directo. A tra- vvés de ella expresamos sentimientos y pensamientos, ingerimos ali- | mentos e iniciamos el proceso digestivo; con la boca besamos, son- | reimos, hacemos muecas, grufiimos, escupimos, masticamos y mordemos. Aceptamos nuestra realidad y la rechazamos cuando ésta no sabe demasiado bien. Con Ia hoca también hablamos, can- tamos, silbamos y gritamos. ‘Semejante cantidad de usos convierte los problemas bucales en tun fendmeno comin, Los trastornos en esta zona pueden estar re- lacionados con dificultades a la hora de probar —y luego digerit— la propia realidad; 0 también con una actitud reacia a digerir lo que esté‘sucediendo; 0 quizé con una falta de alimentacién en la vida a causa de la cual la boca pasa hambre. También puede haber un de- | seo de expresar pénsamientos y sentimientos negativos que cree- ‘mos no deberiamos expresar y, por consiguiente, retenemos en la boca; o un deseo inconveniente de besar y amar cuando, en reali- dad, estamos siendo rechazados. Los labios son particularmente sensibles a nuestros sentimien- tos. Un ejemplo de esto es Annie, quien desarroll6 un herpes labial 1 los dos dias de su luna de miel. Poco después de que el herpes empezara a desaparecer, Anni ingresé en un hospital... jaquejada de amigdalitis! El mensaje era claro. El matrimonio le estaba plan- teando muchos y civersos problemas a los que no deseaba enfren- tarse, de manera que expresaba su confusién creando un espacio ff- sico a su alrededor que la protegia del riesgo de ser besada. Al mismo tiempo, a Annie Ie resultaba muy duro aceptar lo que suce- dia: no-estaba preparada para la realidad de su nueva situacién, La ira inexpresada es muy propensa a encontfar salidas de este tipo, y tanto puede significar enojo hacia los dems como hacia uno mis- mo. Las infecciones en la-boca indican una irritaci6n, ya sea por quello que ingerimos 0 por el modo como nos expresarnos (véuse también el capitulo 6). Los dientes Los dientes desempefian un papel importante en la boca, pues representan la energia esencial o aspecto espiritual, mientras que la lengua y otros tejidos blandos representan el aspecto mental, y'ln saliva y otros liquidos la energfa emocional. Los dientes som como tuna puerta entre nosotros y el mundo exterior, actian como un fil- tro que controla Jc que entra y lo que sale. Los dientes se ocupan de las primeras impresiones respecto de lo que nos disponemos a in- gerir; la informacisn entrante, los sentimientos y percepciones son separados aqui antes de seguir su camino en el proceso de astmila- cién, Mediante Ja masticacién destrozamos la realidad:para echar+ Te un vistazo desde el interior. De esta forma, podemos discriminar entre lo que queremos y lo que no queremos, y escupir lo que inaceptable. Apretar los dientes es como cerrar una puerta, resistir ‘alo que se aproxima a nosotros y retener aquello que debe salit, Los dientes ceriados pueden indicar un desmoronamiento 60 este proceso de discriminaciGn, una incapacidad para evaluar y-#0- parar lo-que entra de lo que deseamos que entre, Este conflese puede hacemos bastante vulnerables. Significa ademés que aquelle ‘que recibimos tiene un efecto irritante —y por tanto de;en nosotros. En el momento de la recepcién se da una actitud rea~ cia a aceptar lo que viene de fuera, lo cual se manifiesta en forma de infeceién y dolor. En los nifios, la caries dental esté relacionada ‘a menudo con problemas familiares 0 con el conflicto que el nifio tiene respecto a lo que recibe, El sentimiento de culpabilidad que estos problemas producen en los padres induce a éstos a tratar de lacercarse al pequeiio con dulces y chocolate, accién con la que no hacen sino estimular Ia caries dental. Los dientes suponen la pri- mera etapa en la recepcién de amor y alimentos; dependemos de cellos para asimilar y transformar lo que recibimos en algo digeri- ble. Si los dientes son ineficaces, significa que estamos tragando cosas que no deberfamos tragar, cosas dificiles de digerir e integrar. Este era el caso de Rosemary, una chica que sufrfa un proble- ma dental. Expresaba su enojo hacia su madre, quien intentaba acercarse a ella y dominar su vida, Ya desde la més tierna infancia, la figura de la madre esté estrechamente relacionada con el amor, Ia comida y la nutricién, de modo que esta irritacién se expresaba ‘en la boca de Rosemary y especialmente en sus dientes, que inten- taban levantar una barrera contra las ofensivas de su madre. Indi- caba asi mismo la necesidad de expresar realmente sus sentimien- tos y hablar con su madre, una actitud preferible a apretar los dientes con fuerza y esperar a que la madre hubiera desaparecido. Los dientes y Ia mandfbula estén estrechamente ligados, porque ‘cuando cerramos 0 apretamos la mand{bula hacemos lo propio con los dientes. De esta forma se interrumpe la ingestin y es posible resistir cualquier cosa sin necesidad de cambio alguno. Hacemos rechinar los dientes de rabia; echamos 1a mandfbula hacia atrés para evitar la expresi6n de esa rabia, y esto puede acumularse has~ ta el punto de que los misculos de la mandfbula quedan siempre tensos y deformados. Et cuello En el cuello descendemos de la concepcién abstracta a la fisi- cca, no en vano-es a través de é1 por donde pasan el aire de la res- piracién y los alimentos que nos nutrirén y darén vida a nuestra existencia fisica. El cuello es un puente de dos direcciones entre el cuerpo y la mente que permite a la abstracciGn encontrar forma y a la forma encontrar comunicacion. A través del cuello, nuestros pensamientos, ideas y concepciones pueden manifestarse en ac- cin; al mismo tiempo, los sentimientos internos, sobre todo los del coraz6n, pueden ser liberados. Cruzar el puente del cuello exige el compromiso de ester aqui y participar plenamente de ta vida; una falta de compromiso puede provocar una grave separacién entre el cuerpo y la mente. ‘A través de la garganta «tragamos» nuestra realidad. Ast pues, los problemas fisicos en esta zona pueden estar relacionados con una resistencia a aceptar y asumir nuestra realidad. La comida nos nutre yy nos mantiene vives; es un simboto de nutricién en nuestro mundo, ¥ se utiliza con frecuencia para sustituir esas cualidades. Sin embar- 0, :cudntas veces nos han dicho siendo nifios que nos «comiéramos nuestras palabras» y, por tanto, que nos tragéramos nuestros senti- mientos? Como esczibe Serge King en Imagineering for Health: ‘Tendemos a asoc-ar la comida con las ideas, como demuestran expre- siones al estilo de «alimento para la mente», 0 «zacaso crees que me tragaré eso?». Ast pues, Ia garganta y las gléndulas y drganos que la componen o la rodean pueden inflamarse o doler como una respuesta reprimida a ideas que resultan inaceptables. ‘Se obtendrd la misma respuesta con relaci6n a los sentimientos ajenos 0 a situaciones que se nos pide que asimilemos y que nos cuesta digerir. ‘Puesto que la garganta es un puente de dos direcciones, los problemas en esta zona pueden representar tanto el conflicto que produce la asuncién de una realidad que es inaceptable, como la frustracién o represiGn de emociones que tratan de encontrar ex~ resin, ya sean amor, afecto, dolor o ira, Si creemos que expresar estas emociones es perjudicial 0 que, por alguna raz6n, no esté bien, o si tememos a los sentimientos o las consecuencias que esa expresidn puede tener, entonces les cerramos el paso y provocamos que esa energia se acumule en la garganta. El hecho de tragarse los sentimientos puede derivar en una tremenda tensién en el cuello y en las gléndulas a él vinculadas. La conexién existente entre el ccuello y el quinto chakra, centro de la comunicacién divina, se ob- serva fécilmente. El cuello nos proporciona asf mismo un medio para ver en to- das direcciones, o para ver todos los aspectos de nuestro mundo. Cuando el cuello s2 pone tenso y rfgido limita los movimientos y,' { por tanto, la visién. Esto implica que nos volvemos estrechos de miras y que s6lo estamos dispuestos a ver las cosas desde nuestro punto de vista, es decir, a ver tan s6lo lo que tenemos delante. In- dica también una obstinaci6n o testarudez egocentrista. Esa obsti- nacién limita la cantidad de sentimientos y el flujo comunicativo que dejamos circular entre la mente y el cuerpo. El aislamiento estrechamiento del cuello nos desvincula claramente de la obliga- ci6n de experimentar las respuestas y descos del cuerpo, asi como de recibir toda la energia de entrada procedente de nuestra expe- riencia del mundo que nos rodea. Dado que el cuello corresponde a la concepeién, también re- presenta el sentimiento de que tenemos derecho a estar aquf, de pertenecer a este mundo, de que éste es nuestro hogar. La ausencia de este sentimiento puede minar todo nuestro sentido de seguridad y presencia, y provocar luego un estrangulamiento de la garganta. Entonces resulta muy dificil tragar y, por consiguiente, no lega la ‘energia o el alimento de nuestra existencia fisica. Esto propicia un «sindrome de abandono», activado por un sentimiento de rechazo © de dafio moral. Esta circunstancia puede afectar también el fun- cionamiento de la tiroides, ya que ésta se conecta con el sistema respiratorio y, por tanto, con la inhalaci6n del aire que nos mantie- fe vivos. Los hombros Los hombros representan el aspecto més interno de nuestra ener- ‘gfa de accién, aquel que expresa cdmo nos sentimos o qué pensamos acerca de lo que hacemos y de cémo lo hacemos; si estamos hacien- do lo que realmente queremos hacer o si realizamos nuestra activi- dad con desgana; si se nos trata como queremos que nos traten, Los hhombros representan el impulso de la concepcién hacia la materia y la consiguiente accién. Sobre ellos cargamos el peso y la responsa- bilidad del mundo, pues ahora residimos en una forma fisica y de- bemos enfrentamos a todo lo que esto implica. Los hombros son también el lugar donde encuentra su expresi6n la energia emocional del coraz6n cuando asciende y sale a través de brazos y manos (en un abrazo 0 una caricia). Es en los hombros donde se desarrollan nuestros deseos més intimos de crear, expresar y realizar. ‘Cuanto mis tiempo retengamos estos sentimientos y conflictos, mis tensos y rfgidos estarén los hombros. {Cuntas personas hacen Jo que realmente cesean hacer en la vida? Somos realmente libres para expresar amor 0 afecto? {Estamos abrazando a la persona que deseamos abrazar? {Queremos participar plenamente de la vida, o preferirfamos permanecer ocultos y encerrados en nosotros mis- ‘mos? {Tenemos mriedo a ser nosotros, a actuar libremente, a hacer Jo que queremos? Para justificar la contencién de esa expresién li- bre cargamos sobre los hombros una mayor tensién mental, como el sentimiento de culpabilidad o el. miedo. Los miisculos se defor- ‘man para alojar esas emociones. Esto se puede apreciar en aquellas personas que suelen tener la cabeza muy metida entre los. hombros, sobrecargados éstcs por el peso de los problemas que la vida com- porta, 0 por la culpabilidad detivada de acciones pretéritas. Se aprecia también en los hombros tensos y erguidos, rigidos por cau- sa del miedo y la ansiedad; o en aquellas personas que tienen los hombros echados hacia atrds y, por tanto, el pecho salido como para demostrar que pueden «presentar una gran fachada» aunque la espalda esté débil y deformada. Los miisculos corresponden a la energfa mental, y es frecuente encontrar esa energfa enmarafiada y anudada en la zona de los hom- bros, pues contiene muchos deseos reprimidos. Si Ia tensién ge loca- liza sobre todo en el costado izquierdo, estaré relacionada comet as- pecto femenino de nuestra vida: quiz4 no expresames por cormpleto- Ja naturaleza femenina que reside en nuestro interior, o tal ver no8 preocupa la manera como tratamos a las mujeres que nos rodean. Re- fleja también los aspectos receptivos y creatives, asf como Ia capi cidad para expresar los sentimientos intemos. La tensién en el cos- tado derecho esté més relgcionada con el trabajo y el aspecto masculino, la expresién de la agresividad o de la autoridad. Se trata del'lado determinante y positivo que asume el control de todas Is responsabilidades ¢e la vida. Refleja los sentimientos sobre nuestra actividad en el mundo y sobre nuestras relaciones con los varones, Los’hombros son un medio de expresi6n de las actitudes per- sonales, como por ejemplo encogerse de hombros para indicar que no sabemos qué accién es Ia correcta; volver la espalda a alguien para demostrar que no queremos saber nada de ella; o adelantar un hombro como una invitaci6n, a menudo sexual. En inglés, para de- cir que se trata a alguien con frialdad o que se le vuelve la espalda se emplea la expresidn to give the cold shoulder, que literalmente significa
.Una fractura de hombro implica un nivel de conflicto mucho ‘més profundo: una ruptura en nuestra energia més esencial cuando {a tensi6n entre lo que planeamos 0 tenemos que hacer y lo que realmente queremos hacer es demasiado intensa como para sopor- tarla. Recientemente, un amigo mfo llamado Simon estaba experi- ‘mentando problemas de comunicacién con su esposa de tal grave- ‘dad que, al final, decidié que no habia més remedio que irse de casa, Era el dfa de San Valentin y estaba quitando la nieve del por- cche con una pala cuando dio un paso adelante sobre lo que él crefa aque era el porche y result6 ser sélo nieve. Cay6 al suelo desde tun metro y medio de altura y se rompié Ia articulacién del hombro iaquierdo. Las repercusiones de esta fractura fueron enormes. Si- mon habia tomado la decisin de abandonar el hogar pero, en realidad, su corazén no deseaba hacerlo; la contraposicién de ener- sfas que implicaba la decisién de hacer una cosa y el deseo de ha- cer otra habja quedado atrapada en su hombro. Era el costado i2- quierdo, su lado emocional e interno, el que expresaba el conflicto ‘con sus propios sentimientos y con su mujer; y se trataba de un hhueso, Io cual indicaba que el conflicto que vivia era muy profun- do, El paso fisico hacia adelante que dio Simon era una referencia al paso hacia adelante que planeaba dar, y le hizo darse cuenta de ue, en realidad, serfa un paso en el vacfo. Lo que él deseaba real- mente era prestar més atencién a lo que sucedia en casa, y a los sentimientos que albergaba en lo més profundo de su ser. A conse- ccuencia del accidente, Simon no pudo irse, ya que pas6 inmediata- mente a depender de su esposa, quien debia hacerle précticamente todo, La lesién dio a ambos la oportunidad de experimentar los as~ ppectos de mayor atencién y carifio en su relaci6n, tan cargada de negatividad, y tiempo para encontrar la manera de alcanzar una tranquila resolucién del problema. Los brazos Cuando la energia desciende por los brazos hasta las manos se desplaza desde los aspectos intemnos y personales de nuestra ener- ¢gfa ejecitora hasta los aspectos extemos y més activamente expre- sivos, como se aprecia en nuestro sentido del logro o competencia. Con estos miembros podemos acariciar, sujetar, abrazar, dar y esti- rar; o bien esconder, tomar, empujar; 0 plegarlos y proteger nues- tro corazén de alguien que se acerque. De esta forma los brazos co- munican y expresan nuestros sentimientos y actitudes interiores Esta zona se utiliza como medio de comunicaci6n cuando habla- ‘mos, como en el caso en que movemos los brazos para expresar ‘mejor lo que tratamos de decir. Los brazos salen desde el corazén y constituyen la extensién de nuestro fuero intemo. A través suyo ecibimos también impresiones ¢ informacién del mundo que nos rodea. La gracia o la torpeza en esta zona es un reflejo de cémo ‘nos manejamos a nosotros mismos y nuestras actividades. Una di ficultad en la afirmacién de uno mismo puede observarse en el bra- zo derecho, porque éste es el costado que se relaciona predomi- nantemente con el principio masculino. Un conflicto en la expresin de gentileza y amor activo suele presentarse en el brazo izquierdo, el costado que refleja el principio femenino. Los brazos superiores Estas secciones de los brazos se utilizan para expresar fuerza y poder. La tendencia en los hombres a hiperdesarrollar estos miscu- los coincide a menudo con una resistencia a expresar la energia del corazén, los aspectos més tiemos, sensibles y afectivos. Refle- ja una falta de gracis y un deseo de entrar en accién de forma agre- Siva, de mostrarse mas «masculinio». Por otra parte, unos brazos superiores hipodesarrollados y delgados pueden indicar una timi- dez en la expresiOn, una resistencia a liberar ese flujo de energia. Esta resistencia revela también una debilidad en el acceso y parti- cipacién activa en le vida, una incapacidad para estirarse y apode- rarse de la vida. Los codos ‘Tradicionalmente, éste es el lugar en el que expresamos nues- tra incomodidad y ambicién, como se refleja en la frase «abrirse ‘camino a codazos». Podemos deshacemos de alguien que nos molesta de un codazo con la misma facilidad con que pueden ha- cerlo con nosotros; doblamos los codos para dar una imagen de valentia y poder, porque tienen la capacidad de conseguir que losbrazos parezcan armas. Los codos pueden manifestar también duda o conflicto sobre la propia capacidad para responder o ser {o bastante competente para hacer algo. Las articulaciones apor- tan libertad y fluidez al movimiento, y permiten de hecho que éste se lleve a cabo. Si los codos estén agarrotados, la facultad para expresarse de formas muy diversas se toma rigida, torpe 0 hasta imposible: jtrate de abrazar a alguien con los codos exten- didos! Los codos nos permiten ademés invertir un esfuerzo en la iejecucién de algo. Si existe algtin problema en esta zona tal vez significa que no nos valoramos tanto como podriamos, 0 como sabemos que deberfamos. Los antebrazos Constiruyen una zona de accién, como cuando nos arremanga- ‘mos para implicamos més en una situaciOn concreta. Los antebra- zos estén también alejados de Ia expresiGn interna y més proximas a la expresiGn externa de nuestro centro ejecutor, La sensibilidad de la parte inferior del antebrazo sugiere la delicadeza y vacilaci6n que podemos experimentar antes de expresar finalmente algo en el fnundo, el momento en que ese algo es atin privado pero esté a punto de hacerse piiblico; o bien cuando ejecutamos una actividad iblicamente, pero con la cual no acabamos de sentimos a gusto del todo. Las muriecas ‘Al igual que los codos, las mufiecas son articulaciones que per- miten el movimignto, en tanto que la encrgia ejecutora se mani- fiesta, en dltima instancia, hacia fuera. Facilitan la Hegada de una enorme tranquilidad y libertad en nuestras acciones, pero cuando estén rigidas nuestra expresin se vuelve torpe y desgarbada. Asi, posibilitan que seamos flexibles y acomodaticios en el manejo de ‘nuestros asuntos, en la manera como hacemos las cosas, en la ex- presién de nuestros sentimientos internos. Cuando la energia se desplaza libremente por las mufiecas, somos capaces de expresar- ‘nos con libertad: hacemos aquello que queremos hacer. Cuando esa energia es restringida (como en el caso de un esguince o una artri- tis), indica un conflicto con aquello que hacemos; hay una rigidez que impregna nuestros actos, una restricci6n que obstaculiza nues- tras actividades, un rechazo a lo que estamos haciendo, o quizd un bloqueo antes de realizar algo que sabemos es necesario. Las manos Expresién intima del individuo en e! mundo, las manos equi- valen a unas antenas que nos preceden para prospeccionar el terre- ‘no e informarnos. Cuando ofrecemos la mano @ alguien le transmi- timos un mensaje de cordialidad y seguridad. Un «apretén de ‘manos» entre caballeros es tan fiable.como la palabra escrita, pues- to que el poder del contacto va més alld de la mente racional. Con las manos pintamos, hacemos miisica, escribimos, conducimos, cu- ramos, trabajamos la madera, cuidamos el jardin, etcétera. Cuando sufrimos una lesién en las manos quedamos casi indefensos, por- que es a través de ellas como normalmente interaccionamos con ‘nuestro mundo. La totalidad del perfodo de gestacién se refleja aqui, particu- armente en el reflejo espinal que recorre el costado del pulger. Las ‘manos llevan marcados incluso todo nuestro pasado, presente y fu- turo, y 1o que es tinico para cada ser humano: sus huellas dactila- res, Recuerdo una ocasi6n en que atravesaba por una época de in- tenso trabajo personal y transformacional que la zona de mis hhuellas dactilares se puso increfblemente tiema, casi desprovista de piel. Ambas espirales empezaron a rasgarse y despellejarse, y la piel se fue descamando como una serpiente en perfodo de muda. Fue bastante doloroso. Me di cuenta més tarde que habia sido como si creafa una persona nueva, una nueva «identidad», por cuanto me habfa liberado de viejas pautas y bloqueos. Sin embar- 0, nunca llegué a comprobar si también mis huellas dactilares ha- bian cambiado. Julie vino a verme un dia aquejada de dolores intensos en el pulgar y el tobillo izquierdos. Su madre habia fallecido reciente- ‘mente y el dolor habia aparecido poco después, Cuando mueren los padres, nos obliga a observar que ya no somos unos chiquillos y nos hemos convertido en «el ltimo de la saga». Indirectamente, esto nos lleva a evaluar nuestra propia capacidad para ser adultos, para convertimos en aquello que hemos perdido, porque a partir de
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