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Según El Autor Roth Deubel 3 Yari

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Según el autor Roth Deubel

¿Cuál es la finalidad y el objetivo de la Evaluación?


La finalidad y el objetivo de la evaluación es una herramienta de ayuda a la toma de
decisiones basada en evidencias, que favorece la eficacia y la eficiencia en la actuación
pública, promoviendo una mayor racionalidad del gasto público, es un instrumento de
aprendizaje que contribuye a la mejora de la dimensión estratégica y operativa de la acción
pública, de igual manera sirve para apoyar a los mandatarios y asociados en la promoción
del trabajo decente y la justicia social.

También tienen que ver con el acceso de las personas a bienes y servicios consisten
precisamente, de reglas y acciones que tienen como objetivo resolver y dar respuestas a la
multiplicidad de necesidades, intereses y preferencias de grupos o personas que integran
una sociedad.

Así mismo, en nuestro país, la evaluación de políticas públicas está coordinada en el orden
federal por tres dependencias: la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, la Secretaría de
la Función Pública y el Consejo Nacional de la Evaluación de la Política Social.

El objetivo de la evaluación según el autor es un Plan Nacional de Desarrollo que consiste


en propiciar y extender las oportunidades de superación individual y comunitaria tanto en la
vida material como en la cultural, bajo los principios de equidad, justicia y el pleno
ejercicio de los derechos y garantías constitucionales.

Podemos referimos a la clasificación que distingue a los tipos de evaluación por el


momento en que se introducen en un determinado episodio, proceso o ciclo, estas tres
clases de evaluación son las llamadas: diagnóstica, formativa y sumativa

Desde una perspectiva instrumental, la evaluación puede ser definida como un sistema
conformado por un conjunto de procedimientos técnicos utilizados para la obtención,
procesamiento y análisis de información relevante. Su valor en el ámbito público radica en
asegurar información veraz, pertinente, útil y consistente que permita en lo interno: orientar
la asignación presupuestaria, cautelar la calidad del gasto y la definición de nuevas
prioridades de programas, como también fortalecer la formulación e implementación de la
intervención pública.
Podemos contar con elementos suficientes para responder de manera simultánea a las
demandas de los ciudadanos por mayor transparencia en la accionar pública y rendición de
cuentas. En tal sentido, la evaluación y los mecanismos de control y rendición de cuentas
debieran llenar de contenido estratégico el diseño e implementación de políticas públicas, la
gestión pública y la calidad analítica de la decisión gubernamental.

Podemos definir que la evaluación se convierte en un mecanismo articulador y transversal,


pues tiene el potencial de vincular los contenidos de formulación de las políticas públicas
con su implementación, con la gestión de los recursos y los efectos sociales, además refleja
la interacción entre los distintos sectores de gobierno.

También, posibilita la interacción entre los sectores de gobierno más general como la
presidencia, finanzas, planificación y los específicos salud, obras públicas, vivienda, etc., a
través de análisis que exploran y construyen información de diversas fuentes y enfoques
sobre la intersectorialidad en el ejercicio de las políticas públicas para ciertos programas o
estrategias de desarrollo protección social, fomento productivo, la coordinación entre las
diferentes instituciones públicas, entre las regiones y los niveles de gobierno central,
sectorial, estatal municipal, y con la sociedad civil.

El objetivo de la evaluación es impactar positivamente la calidad de vida de los ciudadanos


y, en general, los habitantes del territorio nacional y la competitividad del país,
promoviendo la generación de valor público a través de la transformación digital del
Estado, de manera proactiva, confiable, articulada y colaborativa entre los Grupos de
Interés y permitir el ejercicio de los derechos de los usuarios del ciberespacio.

Podemos mencionar que los usos de las evaluaciones se han convertido en objeto de estudio
en sí mismo durante los últimos años, dada su importancia para el mejoramiento de
políticas y programas.

Este interés surge al observar un uso limitado en algunos casos, distinguiéndose usos de
resultados instrumentales, conceptuales y simbólicos y de proceso procesuales, cuáles son
los usos de las evaluaciones de políticas públicas y programas y sus recomendaciones para
fomentar una mayor utilización los principales hallazgos son: un balance mixto entre una
visión optimista del grado de uso y otra, que considera que éste sería medianamente bajo;
la importancia de la participación de los encargados e implicados para fomentar el impacto
de la evaluación; y predominancia de usos de resultados instrumentales orientados a
modificar y mejorar lo evaluado, seguido de usos conceptuales que amplían el
conocimiento, de usos procesuales y en menor medida de usos simbólicos.

Deubel nos brinda sus recomendaciones para fomentar un mayor uso e impacto de las
evaluaciones y plantea nuevas líneas de investigación, para efectos de mejorar su impacto
en la calidad y pertinencia de las políticas y programas.

El objetivo de la evaluación también nos ofrece una respuesta a la pregunta de si es


necesaria la evaluación de cualquier actividad realizada por los seres humanos parece una
banalidad que en todo caso merece una respuesta afirmativa. La imperfección que
acompaña a todas las actividades humanas y la incertidumbre en la que éstas se desarrollan
aconsejan, al menos, una revisión que nos indique si su realización ha obtenido los
resultados previstos o no, es decir, un objetivo de la evaluación.

Podemos decir que estando de acuerdo en la necesidad de evaluar todo tipo de actividad
humana no es menos cierto que ésta puede conllevar algunos efectos negativos si no está
bien enfocada.

Existen, sin embargo, una serie de nivelación que deben efectuarse porque es evidente
que no todas las evaluaciones son iguales. No es lo mismo una evaluación realizada por uno
mismo que la realizada por un tercero; no es igual la evaluación de una actividad con fines
y financiación privados que la de otra con fines y fondos públicos; es diferente la
evaluación efectuada por sujetos del mismo nivel de rango que la realizada por sujetos de
niveles niveles diferentes (inferiores o superiores) y así podríamos continuar enumerando
distintos tipos de evaluación dependiendo de la relación y de las actividades y objeto de
examen.

En concreto, la evaluación de políticas y programas públicos podría incluirse, con carácter


general, dentro del tipo de evaluaciones en las que el evaluado realiza las actividades con
objeto de evaluación con fines y financiación pública. El papel de
evaluador correspondería, por tanto, a los sujetos financiadores y receptores de dichas
políticas, es decir, a los ciudadanos. En este sentido, es evidente que se realiza una
evaluación, con cierta periodicidad, en el momento en que las sociedades democráticas
convocan a las urnas y a sus ciudadanos para elegir a los responsables de diseñar y poner en
marcha dichas políticas. Sin embargo, este modo debería ser de la “fiscalización
electoral” de las políticas públicas que presenta ciertos inconveniente.

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