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Los Incas Del Perú

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Los incas del Perú

Los incas fueron la civilización más compleja que se desarrolló en la América del Sur,
constituyendo un vasto imperio que abarcó los actuales países de Perú, Bolivia, gran
parte de Ecuador, el noroeste de Argentina y el norte de Chile.
Estos fueron:
Manco capac:

Según la mitología inca, Manco Cápac fue el fundador mítico del Imperio Inca.
Se dice que él y su hermana Mama Ocllo fueron enviados por el dios Inti desde
el lago Titicaca para establecer la civilización incaica. Después de emerger del
lago, Manco Cápac llevó a su pueblo a través de diversas pruebas y desafíos
hasta llegar al Valle del Cusco, donde estableció la ciudad de Cusco como la
capital del imperio.

La narrativa sobre Manco Cápac y Mama Ocllo es parte de la cosmovisión


incaica y es transmitida a través de tradiciones orales y mitos. No hay fuentes
históricas contemporáneas que confirmen su existencia o sus acciones de
manera concreta. Por lo tanto, se presenta más como una leyenda que como un
relato histórico verificable.

Sinchi roca:

Sinchi Roca es otro personaje de la mitología incaica y, al igual que Manco


Cápac, no hay una biografía detallada en el sentido histórico. Las historias sobre
Sinchi Roca también se transmiten principalmente a través de la tradición oral y
las leyendas.
Según la mitología inca, Sinchi Roca fue el segundo Sapa Inca, sucesor de
Manco Cápac. Se le atribuyen acciones importantes en la consolidación y
expansión del incipiente Imperio Inca. Las narrativas varían, pero algunas
versiones mencionan su liderazgo en la construcción y desarrollo de la ciudad
de Cusco.

Al igual que con otros gobernantes míticos incas, las historias sobre Sinchi Roca
son más simbólicas y míticas que históricas. La información disponible se basa
en relatos transmitidos a lo largo de generaciones, lo que hace que sea difícil
discernir hechos históricos reales de las capas mitológicas que rodean a estas
figuras.

Loque yupanqui:

No hay registros históricos detallados sobre sus vidas. La figura de Lloque


Yupanqui es considerada parte de la primera generación de líderes incas,
sucesores de Manco Cápac, el fundador mítico del Imperio Inca.

Según la mitología inca, Lloque Yupanqui habría sido el tercer Sapa Inca,
siguiendo a Manco Cápac y Sinchi Roca. Se le atribuyen acciones de expansión y
consolidación del imperio, pero estas narrativas a menudo tienen un carácter
más simbólico que histórico.

Mayta capac:

Según la mitología inca, Mayta Cápac habría sido el cuarto Sapa Inca,
sucediendo a Lloque Yupanqui. Se le atribuyen acciones de expansión y
consolidación del Imperio Inca, pero estas narrativas a menudo tienen un
carácter más simbólico y mítico que histórico.

La información disponible sobre Mayta Cápac es limitada y a menudo se


encuentra entrelazada con leyendas y mitos. Como resultado, su biografía se
comprende mejor dentro del contexto mítico y espiritual de las tradiciones

incaicas, y es difícil separar hechos históricos verificables de elementos


mitológicos.

Capac yupanqui:

Según la mitología incaica, Capac Yupanqui habría sido el quinto Sapa Inca,
sucesor de Mayta Cápac. Se le atribuyen acciones de expansión y consolidación
del Imperio Inca, contribuyendo al crecimiento territorial y a la organización de
la sociedad.

Es importante destacar que estas narrativas tienen un carácter más simbólico y


mítico que histórico. La información sobre Capac Yupanqui se encuentra
principalmente en leyendas transmitidas oralmente, y como resultado, es difícil
separar hechos históricos verificables de elementos mitológicos.

Inca roca:

Inca Roca fue el sexto gobernante del Imperio Inca y gobernó


aproximadamente en el siglo XIV. Se le atribuye la consolidación del poder
incaico y la expansión del territorio. Su reinado marcó el período de transición
entre la fundación del imperio por su padre, Manco Cápac, y el auge de la
dinastía incaica. Inca Roca contribuyó al desarrollo político y social de la
civilización inca, estableciendo algunas de las bases para la estructura
administrativa y la organización territorial que caracterizaron al imperio.
Yahuar huaca:

Inca roca tomó como esposa principal a Mama Micay, ambos engendraron a
Tito Cusi Hualpa quién más tarde pasaría a ser llamado Yáhuar Huácac. Mama
Micay, que pertenecía a la etnia de Huallacanes, fue ofrecida al Tocay Cápac,
sinchi de los Ayarmacas, pero luego cambiaron de parecer y se la entregaron
a Inca Roca. El Tocay Cápac lo consideró una afrenta y logró secuestrar al hijo
menor del Inca en complicidad con los Huallacanes. Aunque Tocay Cápac
planeó su ejecución, según la leyenda el auqui empezó a llorar sangre, lo que
asustó a sus captores. Tras ser rescatado, pasó a ser conocido como Yáhuar
Huácac, "el que llora sangre".

Viracocha:
Su nombre original fue Hatun Túpac. Según cuenta la tradición, vio
en sueños a la divinidad suprema Viracocha, por lo que sus súbditos
lo rebautizaron como Viracocha Inca.

Ascendió al trono tras relegar a su padre Yahuar Huácac.

Aseguró permanentemente el dominio inca sobre los pueblos ya


conquistados de la zona adyacente al Cuzco. Luego, avanza más allá
de las fronteras ayudado de sus capitanes Apumayta y Huicaquirao.
Así conquista entre otros: Pacaicocha, en el valle de Písac, y luego
Huipamarca, Mullaca, Callca, Kakya, Jaquijahuana.
Durante su reinado continuó las conquistas por el Pacífico y amplió
sus territorios, aunque huyó del Cuzco a a su palacio de recreo en
Jaquijahuana, cuando los tradicionales enemigos de los incas, los
chancas, lanzaron un gran ejército sobre la ciudad, de cuya defensa
se ocupó su sucesor Pachacútec Inca Yupanqui.

Inca Pachacutec:

Pachacuti o Pachacútec Inca Yupanqui; ?-?, 1471) Primer soberano


del llamado Imperio histórico Inca (1438-1471). Dotado de un gran
talento militar, inició la expansión del Imperio de los incas más allá de
las fronteras del Perú actual: hacia el norte, conquistó los reinos
chimú y de Quito, y por el sur llegó hasta el valle de Nazca.A fin de
imponer su dominio sobre un complejo mosaico de más de 500
tribus, con lenguas, religiones y costumbres dispares y radicadas en
áreas geográficas distantes, Pachacuti Inca Yupanqui reprimió con
extrema dureza las rebeliones de los pueblos sometidos y no dudó en
deportar a los grupos más conflictivos lejos de sus regiones de
origen.

No fue, sin embargo, un mero conquistador, ya que también supo


dotar a su Estado de una sólida y eficaz estructura administrativa.
Así, por ejemplo, organizó las ciudades conquistadas según el modelo
inca y encomendó su gobierno a una jerarquía de funcionarios que
habían de rendir cuentas de su gestión en Cuzco, la capital del
Imperio, que durante el reinado de Pachacuti superó los 100.000
habitantes. De hecho, todos los cargos importantes eran
desempeñados por funcionarios de origen inca, mientras que los
gobiernos regionales estaban en manos de miembros de la familia
real.
En los últimos años de su vida, Pachacútec confió la dirección de las
campañas militares a su hijo Topa Inca, en tanto que él se dedicaba a
supervisar la construcción de algunos de los monumentos más
importantes de la cultura inca, como el Templo del Sol, en Cuzco, la
ciudadela de Sacsahuaman, cerca de la capital, y Machu Picchu, la
ciudad-fortaleza enclavada sobre el valle del río Urubamba. A este
soberano se atribuye también la adopción del sistema de cultivo en
terrazas, que caracterizó el sistema agrícola incaico.

Amaru Inca Yupanqui:

Amaru Inca Yupanqui fue el décimo inca del Tahuantinsuyo. Hijo y sucesor
de Pachacútec, con el cargo de Corregente, por lo general no es incluido en la lista de
los gobernantes incas, pues su gobierno fue muy breve, siendo rápidamente
reemplazado por su hermano Túpac Inca Yupanqui.
Hijo de Pachacútec y la coya Mama Anahuarque. Nació en Pomacocha, cuando el
ejército de su padre se hallaba en camino a Vilcashuaman. De retorno al
Cusco, Pachacútec hizo grandes fiestas para celebrar su nacimiento.
A medida que fue creciendo demostró ser de temperamento bondadoso y pacífico. Se
aficionó más al cultivo de los campos y a la construcción de edificios y andenes, antes
que a las prácticas de la guerra.
Estando ya su padre Pachacútec viejo y agobiado por las fatigas de su largo reinado,
Amaru fue asociado al gobierno en calidad de corregente. El correinado era una
institución muy antigua y tenía el fin de entrenar al príncipe heredero en la conducción
del reino y en el arte de la guerra. El mismo día de la ceremonia en la que Amaru Inca
Yupanqui recibió la insignia de su mando (la mascapaicha amarilla), debió desposar
con una ñusta, presumiblemente su propia hermana. Según Garcilaso, esta se
llamaba Chimpu Ocllo; Cobo la llama Curi Ocllo.

Tupac Inca yupanqui:

- muerto en Chinchero, 1493) Soberano inca (1471-1493). Hijo del


prestigioso soberano Pachacuti Inca Yupanqui, a los quince años fue
nombrado heredero al trono.
Ya en tiempos de su padre sobresalió como uno de los más grandes
generales de su pueblo, al realizar una serie de conquistas que
llevaron al Imperio de los incas a su punto culminante: se apoderó de
Chachapoyas y de Mayobamba, llevó sus armas hasta el reino Chimú
y llegó a impulsar diversas expediciones navales.

En cambio, sus expediciones a las regiones selváticas del río Tono no


tuvieron tanto éxito, y fueron abandonadas ante la revuelta de los
Colla y los Lupaca, en la cuenca del Titicaca. Una vez sofocada la
rebelión, Túpac Inca Yupanqui marchó hacia el sur, llegó hasta
Tucumán y, a continuación, consolidó sus posesiones en la costa.

Cuando en 1471 Pachacuti abdicó en su favor, Túpac Inca Yupanqui


orientó sus esfuerzos a asentar la estructura imperial creada por su
padre y llevó a cabo la ampliación de la fortaleza de Sacsahuamán. A
su muerte le sucedió su hijo Huayna Cápac.
Huayna capac:

Soberano Inca del Perú (Cuzco ?, h. 1465 - Quito, 1525). Heredó el


Imperio Inca de su padre, Túpac Inca Yupanqui, en 1493. Tras luchar
contra sus hermanos para asentarse en el trono, Huayna Cápac
desarrolló varias campañas militares en el norte, que condujeron al
imperio a su máxima extensión, incorporando amplios territorios en
torno a Cajamarca y Quito
Para asentar su dominio sobre esa zona, Huayna Cápac se casó con
una quiteña y trasladó la Corte imperial de Cuzco a Quito,
desplazando así hacia el norte el centro político del Imperio. Aunque
hubo de sofocar varias revueltas, en general el reinado de Huayna
Cápac fue un periodo de estabilidad, que permitió la construcción de
grandes templos y obras públicas. Sin embargo, facilitó la
descomposición del imperio de los incas al dividir la herencia entre su
hijo legítimo Huáscar (al que legó la parte sur, con capital en Cuzco) y
su hijo predilecto Atahualpa (al que hizo rey de la parte norte, con
capital en Quito).
Desde 1523 tuvo noticia de la presencia en Sudamérica de los
españoles, encabezados por Alejo García; fueron probablemente ellos
quienes extendieron la epidemia de origen europeo por la que murió
el propio inca. Siete años después, el enfrentamiento entre sus dos
hijos permitió la dominación del Perú por el reducido ejército
de Francisco Pizarro.
Huascar:

Cuzco, Perú, 1491 - Cotabamba, id., 1532) Soberano inca. Llamado


oficialmente Tupic Cusi Hualpa, fue el duodécimo Inca del
Tahuantinsuyo. Era hijo de Huayna Cápac y de su esposa legítima Araua
Ocllo. Tras la conquista de Quito, su padre convirtió la ciudad en
segunda capital y residencia del Inca, viviendo en ella con una
princesa quiteña y el hijo que había tenido con ésta, Atahualpa.
Huáscar, por su parte, siguió residiendo en Cuzco junto a su madre.A
la muerte de Huayna Cápac, en 1525, Huáscar fue proclamado Inca
con el apoyo de la nobleza tradicional y en contra de la última
voluntad de su padre. Coronado en Cajamarca, fue reconocido en
todo el imperio, excepto en el reino de Quito, donde gobernaba su
hermanastro Atahualpa, que fue elegido Inca por el ejército y el
pueblo.
Estalló entonces la guerra civil y los dos hermanos se enfrentaron en
Riobamba. Atahualpa, que disponía del ejército del norte y había
establecido su base en Cajamarca, envió sus fuerzas contra Cuzco.
Aparte de las pretensiones de ambos por ceñirse la mascapaisha,
símbolo de la autoridad del Inca, en el sangriento conflicto
concurrieron otras causas, entre ellas los intereses de la vieja nobleza
y el clero, que apoyaban a Huáscar, y de los generales, quienes
hacían lo propio con Atahualpa.
Atahualpa:

(Quito, 1500 - Cajamarca, actual Perú, 1533) Emperador inca (1525-


1533). Era hijo del emperador Huayna Cápac y de Túpac Paclla,
princesa de Quito. Poco antes de morir en 1525, el emperador
Huayna Cápac decidió favorecer a Atahualpa dejándole el reino de
Quito (la parte septentrional del Imperio de los incas), en perjuicio de
su hermanastro Huáscar, el heredero legítimo, al que correspondió el
reino de Cuzco.
Aunque inicialmente las relaciones entre ambos reinos fueron
pacíficas, la ambición de Atahualpa por ampliar sus dominios condujo
al Imperio Inca a una larga y sangrienta guerra civil. En 1532,
informado de la presencia de los españoles en el norte del Perú,
Atahualpa intentó sin éxito pactar una tregua con su
hermanastro. Huáscar salió al encuentro del ejército quiteño, pero fue
vencido en la batalla de Quipaypán y apresado en las orillas del río
Apurímac cuando se retiraba hacia Cuzco. Posteriormente, Atahualpa
ordenó asesinar a buena parte de los familiares y demás personas de
confianza de su enemigo y trasladar al prisionero a su residencia, en
la ciudad de Cajamarca.
En ese momento, el emperador inca recibió la noticia de que se
aproximaba un reducido grupo de gentes extrañas, razón por la que
decidió aplazar su entrada triunfal en Cuzco, la capital del imperio,
hasta entrevistarse con los extranjeros. El 15 de noviembre de 1532,
los conquistadores españoles llegaron a Cajamarca y Francisco Pizarro,
su jefe, concertó una reunión con el soberano inca a través de dos
emisarios. Al día siguiente, Atahualpa entró en la gran plaza de la
ciudad, con un séquito de unos tres o cuatro mil hombres
prácticamente desarmados, para encontrarse con Pizarro, quien, con
antelación, había emplazado de forma estratégica sus piezas de
artillería y escondido parte de sus efectivos en las edificaciones que
rodeaban el lugar.
No fue Pizarro, sin embargo, sino el fraile Vicente de Valverde el que
se adelantó para saludar al inca y le exhortó a aceptar el cristianismo
como religión verdadera y a someterse a la autoridad del rey Carlos I
de España; Atahualpa, sorprendido e indignado ante la arrogancia de
los extranjeros, se negó a ello y, con gesto altivo, arrojó al suelo la
Biblia que se le había ofrecido. Pizarro dio entonces la señal de
ataque: los soldados emboscados empezaron a disparar y la
caballería cargó contra los desconcertados e indefensos indígenas. Al
cabo de media hora de matanza, varios centenares de incas yacían
muertos en la plaza y su soberano era retenido como rehén por los
españoles.

A los pocos días, Atahualpa, temeroso de que sus captores


pretendieran restablecer en el poder a Huáscar, ordenó desde su
cautiverio el asesinato de su hermanastro. Para obtener la libertad, el
emperador se comprometió a llenar de oro, plata y piedras preciosas
la estancia en la que se hallaba preso, lo que sólo sirvió para
aumentar la codicia de los conquistadores.

Unos meses más tarde, Pizarro decidió acusar a Atahualpa de


idolatría, fratricidio y traición; fue condenado a la muerte en la
hoguera, pena que el inca vio conmutada por la de garrote, al abrazar
la fe católica antes de ser ejecutado, el 29 de agosto de 1533. La
noticia de su muerte dispersó a los ejércitos incas que rodeaban
Cajamarca, lo cual facilitó la conquista del imperio y la ocupación sin
apenas resistencia de Cuzco por los españoles, en el mes de
noviembre de 1533.

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