PEC 2022-2023 Aristoteles
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“También la virtud se divide de acuerdo con esta diferencia. Pues decimos que
unas son dianoéticas y otras éticas, y, así, la sabiduría, la inteligencia y la
prudencia son dianoéticas, mientras que la liberalidad y la moderación son
éticas. De este modo, cuando hablamos del carácter de un hombre, no
decimos que es sabio o inteligente, sino que es manso o moderado; y también
elogiamos al sabio por su modo de ser, y llamamos virtuosos a los modos de
ser elogiables”
ARISTÓTELES, Ética a Nicómaco
Este texto pertenece al Libro I de la "Ética a Nicómaco" que es uno de los tres
tratados que nos han llegado sobre la teoría ética de Aristóteles. Se trata de una
ética teleológica y eudaimonista. La obra consta de diez libros, que fueron
redactados tomando como base sus lecciones en el Liceo, se trata por lo tanto de
un conglomerado de escritos que en su origen no fueron concebidos
unitariamente para formar un "tratado de Ética”.
• Libros I-IV: Sobre la felicidad y las Virtudes, siendo los dos primeros
principalmente sobre la Eudaimonía y la virtud en general y los dos
últimos sobre la responsabilidad moral y las virtudes
• Libros V-VII: Sobre la Justicia y las Virtudes intelectuales, especialmente
la Phónesis y la Vida Moral
• Libros VIII-IX: Sobre la Amistad
• Libro X: Conclusión que incluye una revisión de los conceptos de la
Felicidad y el Placer
El texto que nos ocupa aparece al final del libro I, y sirve de introducción a los
siguientes, donde el Estarigita continúa desarrollando la definición de virtud, y
sus distintos tipos, sus aplicaciones y la relación entre ellas. En él, se presentan
los dos tipos de virtudes según Aristóteles, las dianoéticas o virtudes intelectuales
y las virtudes éticas o morales. Recordemos que el término virtud es la
traducción del término griego areté que significa excelencia de una cosa. Así
pues, las primeras son las que hacen excelente nuestro intelecto desarrollándose
gracias al aprendizaje y las segundas se refieren a la excelencia de nuestro
carácter, o de nuestra voluntad, cultivándose por medio de la costumbre.
Las virtudes éticas o morales son las que se asocian al alma sensitiva que se
relaciona con las emociones. El ámbito de estas virtudes es el de los impulsos, el
de los apetitos y su valor moral depende del dominio que el hombre puede hacer
de ellos gracias a la razón, es lo que Aristóteles llama hombre continente, aquel
que obedece a la razón y hombre incontinente aquel que no puede contener sus
apetitos.
Por eso estas virtudes afectan a la conducta desarrollándose gracias al hábito o
repetición de la elección del término medio, entre el exceso y el defecto, tal como
lo señala la recta razón y se refieren al carácter del hombre y no a su intelecto, "...
de este modo cuando hablamos del carácter del hombre, no decimos que es sabio
o inteligente sino que es manso o moderado … ".
Además, la concepción del hombre como ser político y social de Aristóteles,
implica que la excelencia o el comportamiento virtuoso sólo puede llegar a serlo
si hay un reconocimiento público por sus iguales, de ahí la última frase del texto,
“… llamamos virtuosos a los modos de ser elogiables”
Por otro lado, las virtudes dianoéticas, son las que están ligadas al alma racional
puesto que dependen del conocimiento, de la enseñanza y pueden ser aprendidas.
El autor nos da como ejemplos, la sabiduría, el más perfecto de los
conocimientos científicos, la inteligencia o buena deliberación es la rectitud de
razonamiento que busca alcanzar el bien y, por último, la prudencia.
La prudencia para Aristóteles es la virtud de la razón (la recta razón) que nos
ayuda a la elección del término medio.
Más que de dos tipos distintos de virtud, Aristóteles habla de las dos caras de la
virtud que son complementarias "Y, claro, dado que la virtud es doble, una
intelectual y otra moral" dice al comienzo del libro III, y más adelante en el libro
VI, “… de lo dicho resulta manifiesto que no es posible ser bueno en sentido
propio sin Prudencia, ni tampoco prudente sin la virtud moral …”
No porque sepamos qué es la bondad, somos necesariamente buenos. Pero sin el
conocimiento de qué es la bondad, difícilmente podremos elegir ser buenos.
Aunque muchas de las ideas que recoge ya existían antes que él, es con
Aristóteles que el discurso ético adquiere la sistematicidad propia que dará lugar
al desarrollo de la filosofía moral occidental, estando muchas de sus ideas aún
vigentes e incluso siendo causa de debate aún en nuestros días. Su teoría ética, el
bien buscado por los humanos es la felicidad, es el referente de ética teleológica.
En particular, la dicotomía de la virtud, en éticas intelectuales y morales
encuentra su homologo hoy en los conceptos de filosofía moral (ética docens) y
moral vivida (ética utens)
Bibliografía:
Principal:
• Aristóteles: Ética a Nicómaco – Alianza Editorial
• Carlos Gómez, Javier Muguerza: La aventura de la moralidad