Tema 61
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«Medidas de prevención y protección de riesgos
laborales»
NOTAS DE REVISIÓN 2022:
Téngase en cuenta que se adaptan las disposiciones técnicas españolas relativas a la utilización por los
trabajadores de EPIs a la normativa europea, a fin de armonizarlas con la terminología y los tipos de
equipos europeos. RD 1076/2021 (BOE 8-12-21). Ello se realiza mediante la modificación de los
anexos del RD 773/1997, por la que se transpone la Dir (UE) 2019/1832, que adapta la normativa al
Rgto (UE) 2016/425 relativo a los EPIs, para garantizar que aquellos que los empresarios
proporcionen a sus trabajadores respetan los requisitos establecidos en él. Puede verse la norma desde
este enlace: Real Decreto 1076/2021, de 7 de diciembre, por el que se modifica el Real Decreto
773/1997, de 30 de mayo, sobre disposiciones mínimas de seguridad y salud relativas a la utilización
por los trabajadores de equipos de protección individual.
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Bibliografía Sucinta
- Cortés Díaz, José María. Técnicas de prevención de riesgos laborales: Seguridad e higiene
del trabajo. Madrid, 2002.
- Espeso Santiago, J. A., Menéndez Díez, F., Fernández Zapico, F., Rodríguez Getino, J.A.,
Llaneza Álvarez, J., Vázquez González, I.: Manual para la formación de técnicos de
prevención de riesgos laborales (2007).
- Montes Mayorga, Manuel (Coord.) Equipos de protección individual (EPI). Aspectos
generales sobre su comercialización, selección y utilización. Servicio de Ediciones y
Publicaciones. Madrid - INSHT. 2009.
-
OIT. Oficina Internacional del Trabajo. Directrices sobre sistemas de gestión de la seguridad y
la salud en el trabajo. Ginebra. (Abril 2001)
ÍNDICE DEL TEMA
Introducción................................................................................................................................1
1.- Concepto................................................................................................................................2
2.- Clases.....................................................................................................................................5
2.1.- Medidas de Prevención de Riesgos Laborales...............................................................5
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Tema 61 Medidas de prevención y protección de riesgos laborales
Introducción
La prevención y la protección son dos técnicas preventivas complementarias encaminadas
a que el trabajador no sufra daños como consecuencia del trabajo realizado.
La prevención nace ya en el origen de toda idea empresarial, por lo que ha de ser tenida en
cuenta desde el inicio del desarrollo de los proyectos realizados por los técnicos competentes,
para conseguir las correspondientes autorizaciones administrativas, diseñando los centros de
trabajo acordes a las legislaciones, tanto generales como específicas, que les sean de
aplicación.
También influye dentro de la prevención el diseño de puestos de trabajo en consonancia
con los procesos productivos, evitando toda situación potencial de peligro para el trabajador.
Por otra parte, la protección juega un papel fundamental en todos los casos que no se
haya podio eliminar el riesgo, pero sí podamos evitar o disminuir las lesiones del trabajador,
en caso de que el citado riesgo se llegue a actualizar.
Por lo tanto, se debe entender como una técnica complementaria, pero nunca sustitutiva,
basándose fundamentalmente en las exigencias del artículo 15 de la Ley de Prevención de
Riesgos Laborales, que obliga al empresario a eliminar los riesgos combatiéndolos en su
origen y tomando las medidas necesarias para el control de no evitables, anteponiendo en todo
caso la protección colectiva a la individual.
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Se entiende como protección colectiva aquella que una vez colocada en el centro del
trabajo protege de un riesgos a varios trabajadores, mientras que la protección individual
presenta únicamente características de protección para el trabajador que las porta.
1.- Concepto
Ante este panorama de antecedentes, que de suyo ya presenta la materia como un poliedro
de múltiples enfoques, la propia cuestión de la denominación evidencia la dificultad de
sistematización o aglutinamiento de todo el complejo bajo un mismo rótulo.
En cada momento histórico parece preponderar un determinado enfoque que da lugar a
una mayor o menor insistencia en el uso de un título que englobe a la materia que nos ocupa.
Como señala el profesor Montoya Melgar, la Ley de 24 de julio de 1873 (propiamente la
primera Ley laboral española), utiliza la expresión conjuntiva "seguridad e higiene", clásica
desde entonces en nuestra legislación laboral.
Sin embargo, desde principios de la década de 1990 parecía como si la seguridad e
higiene en el trabajo, estuviese siendo reconducida conceptualmente hacia lo que se dio en
denominar "salud laboral" como idea más amplia que pretende dar respuesta unívoca al
complejo. En esta línea se instalaba el anteproyecto de Ley de Salud laboral, cuyos 47
artículos y diversas disposiciones adicionales, transitorias y derogatorias, acordadas por los
Interlocutores Sociales y el Gobierno, no llegaron a nacer al mundo del Derecho.
Un nuevo giro se produce, tal vez con pretensiones más modestas, en torno a la
terminología utilizada: otra vez Gobierno, Patronal y Sindicatos, en junio de 1994, reabrían el
debate sobre un texto referente a la materia, que sería aprobado en Consejo de Ministros el 16
de diciembre del mismo año y aprobado como Ley en octubre de 1995; pero en esta ocasión la
Ley aparece bajo la rúbrica de "Prevención de Riesgos Laborales". En cualquier caso, con
independencia de la denominación utilizada, estamos ante el esfuerzo por minimizar los
efectos indeseados sobre la salud del trabajador derivados del medio laboral. A mi juicio ese
esfuerzo bien se puede definir como:
El conjunto de técnicas y principios para la prevención de riesgos y protección de la salud
de los trabajadores.
En este punto se hace necesario añadir que la prevención se puede definir como las
actuaciones tomadas tanto en fase de diseño como posteriormente a la hora de realizar los
trabajos encaminados a la eliminación de los riesgos.
Se debe entender como una técnica complementaria, pero nunca sustitutiva, basándose
fundamentalmente en las exigencias del artículo 15 de la Ley de Prevención de Riesgos
Laborales, que obliga al empresario a eliminar los riesgos combatiéndolos en su origen y
tomando las medidas necesarias para el control de los no evitables, anteponiendo en todo caso
la protección colectiva a la individual.
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En cuanto a la protección, se distinguen dos tipos básicos: la colectiva que es aquella que
una vez colocada en el centro de trabajo protege de un riesgo a varios trabajadores y la
individual que presenta únicamente características de protección para el trabajador que las
porta.
Estas actividades se adoptan para evitar la actualización del «riesgo». Como se dijo más
arriba la actividad laboral en general y la industrial en particular dan lugar a la aparición de
riesgos para el trabajador. El art. 4 LPR lo define como:
La posibilidad de que un trabajador sufra un determinado daño derivado del trabajo.
Para calificar un riesgo desde el punto de vista de su gravedad, se valorarán conjuntamente
la probabilidad de que se produzca el daño y la severidad del mismo.
El riesgo, por tanto, en sí mismo es sólo un hecho potencial que podrá dar lugar o no a la
aparición de daños derivados del trabajo que provocarán a su vez el deterioro de su salud.
Para que no aparezca el daño se han de adoptar las debidas medidas de prevención.
Pero los riesgos en el trabajo pueden presentarse con una intensidad distinta. Unos riesgos
tienen una mayor probabilidad de actualización que otros y además el daño que pudieran
producir tendrá una mayor o menor severidad. De todo el abanico de posibilidades el art. 4
LPR se ocupa de un tipo especial al que denomina «riesgo laboral grave e inminente».
Dicho artículo lo define como:
Aquél que resulte probable racionalmente que se materialice en un futuro inmediato y
pueda suponer un daño grave para la salud de los trabajadores. En el caso de exposición a
agentes susceptibles de causar daños graves a la salud de los trabajadores, se considerará
que existe un riesgo grave e inminente cuando sea probable racionalmente que se materialice
en un futuro inmediato una exposición a dichos agentes de la que puedan derivarse daños
graves para la salud, aun cuando éstos no se manifiesten de forma inmediata.
Por último, se ha de hacer una mención a situaciones específicamente peligrosas. La LPR,
en el reiterado art. 4 se refiere a los «procesos, actividades, operaciones, equipos o productos
potencialmente peligrosos» a los que define como: Aquéllos que, en ausencia de medidas
preventivas específicas, originen riesgos para la seguridad y la salud de los trabajadores que
los desarrollan o utiliza.
2.- Clases
2.1.- Medidas de Prevención de Riesgos Laborales.
2.1.1 Concepto y Definición de Seguridad: Técnicas de Seguridad.
La seguridad del trabajo, al igual que cualquier otra rama de la actividad humana en un
campo definido, presenta formas de actuación distintas y definidas a través de las cuales
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pretende conseguir unos objetivos concretos. En este caso detectar y corregir los riesgos de
accidentes de trabajo.
En general la seguridad se apoya en los factores causantes de accidentes ya conocidos que
generalmente han sido conseguidos mediante la investigación de accidentes; se recurre a una
serie de técnicas para prevenirlos.
Generalmente tienen dos finalidades diferentes:
- Suprimir el riesgo.
- Proteger al operario.
2.1.2.-Clasificación.
Las técnicas de seguridad atendiendo a su ámbito de aplicación se pueden clasificar en:
- Técnicas analíticas
- Técnicas operativas
Las Técnicas Analíticas: Tienen como objeto la detección de riesgos y la investigación
de las causas que puedan permitir su materialización en accidentes. Son las técnicas básicas
para la seguridad, por lo que no conoceríamos los riesgos que provocan los accidentes. Dentro
de estas técnicas podemos clasificar dos grupos:
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a) los diseñados específicamente para ser utilizados por las fuerzas armadas o en el
mantenimiento del orden público;
b) los diseñados para ser utilizados con fines de autodefensa, salvo los EPI destinados a
actividades deportivas;
c) los diseñados para uso privado como protección contra:
i) condiciones atmosféricas que no sean de naturaleza extrema,
ii) la humedad y el agua durante el lavado de vajilla;
d) los destinados a ser utilizados exclusivamente en buques marítimos o aeronaves que estén
sujetos a los correspondientes tratados internacionales aplicables en los Estados miembros;
e) los destinados a proteger la cabeza, la cara o los ojos del usuario, regulados en el
Reglamento n.o 22 de la Comisión Económica para Europa de las Naciones Unidas, sobre
disposiciones uniformes relativas a la aprobación de cascos protectores y sus viseras para
conductores y pasajeros de motocicletas y ciclomotores.
Aquellos que, debido a su diseño sencillo, el propio usuario puede juzgar por sí mismo su
eficacia contra riesgos mínimos y cuyos efectos, cuando sean graduables, pueden ser
percibidos a tiempo y sin peligro para el usuario. Estos equipos protegen al usuario de una
serie de riesgos, entre los que podemos citar:
Lesiones mecánicas superficiales (guantes de jardinería, dedales, etc.)
Contacto con materiales de limpieza de acción débil o contacto prolongado con agua
(añadido por el Reglamento UE 2016/425 que deroga la Directiva 89/686/CEE).
Manipulación de objetos a temperaturas inferiores a 50°C.
Agentes atmosféricos no extremos. (gorros, ropa de temporada, zapatos y botas, etc.).
Choques y vibraciones pequeñas, que no provoquen lesiones irreversibles y no afecten a
órganos o partes vitales del cuerpo (cascos ligeros de protección del cuero cabelludo,
guantes, calzado ligero, etc.)
Radiaciones solares (gafas de sol).
Tal y como se contempla en la normativa europea, estos Equipos de Protección Individual
de categoría 1 no es necesario que contengan el marcado CE.
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Vid. Reglamento UE 2016/425 que deroga la Directiva 89/686/CEE
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CATEGORÍA 2:
La normativa vigente, al definir los Equipos de Protección Individual de categoría 2,no
realiza una descripción detallada o exhaustiva de requisitos que deben reunir los EPI's
pertenecientes a esta categoría. Se limita a definir los EPI's de categoría 2 como aquellos que
no siendo de diseño sencillo, ni reuniendo las características de los de categoría 1, tampoco
reúnen las características necesarias para considerarlos dentro de la categoría 3, por tanto,
serán EPI’s de categoría 2 aquellos que no pueden considerarse ni de categoría 1 ni de
categoría 3.
CATEGORÍA 3:
Los EPI's pertenecientes a esta categoría son aquellos que tienen un diseño complejo,
destinados a proteger al usuario de todo peligro mortal o que pueda dañar gravemente y de
forma irreversible la salud, sin que se pueda descubrir a tiempo su efecto inmediato.
Esta categoría queda limitada a aquellos equipos que reúnan alguna de las siguientes
características:
Equipos filtrantes de protección respiratoria que protejan contra los aerosoles sólidos y
líquidos o contra los gases irritantes, peligrosos, tóxicos o radiotóxicos.
Equipos de protección respiratoria completamente aislantes de la atmósfera, incluidos
los destinados a la inmersión.
Equipos contra agresiones químicas o contra radiaciones ionizantes que proporcionen
una protección limitada en el tiempo.
Equipos de intervención en ambientes cálidos que superen los 100°C, con o sin
radiación de infrarrojos, llamas o grandes proyecciones de materiales en fusión.
Equipos para ambientes fríos con temperaturas inferiores a -50°C.
Equipos que protejan al trabajador de caídas de altura.
Equipos que protejan al trabajador de riesgos eléctricos en tensiones peligrosas.
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• Indicar a los trabajadores las ACTIVIDADES U OCASIONES en las que se deben utilizar
los diferentes equipos de protección individual, así como proporcionarles gratuitamente
dichos equipos.
• INFORMAR a los trabajadores, previamente al uso de los equipos, los riesgos contra los
que le protegen, así como proporcionarles instrucciones comprensibles sobre su correcto
Hay que señalar, que una incorrecta utilización o una deficiente conservación pueden, por
sí mismas, entrañar un riesgo añadido, debido a:
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El EPI deberá ser llevado durante todo el tiempo que se estime oportuno, ya que está
demostrado que el hecho de portar el equipo durante un periodo más corto del previamente
establecido supone un decrecimiento exponencial del grado de protección, siendo en la
práctica equivalente a no haber utilizado el equipo.
En principio, los equipos de protección individual son de uso personal, pero si las
circunstancias exigiesen la utilización de un mismo equipo por varias personas, se deberá
garantizar que el grado de adaptación a cada una de ellas sea tal que permita protegerlas a
todas, al menos, por encima del nivel de protección aceptable predeterminado en la
evaluación del riesgo.
En este caso, también se deberán tomar las medidas necesarias a fin de evitar que ello
suponga un problema higiénico o sanitario para los diferentes usuarios.
• Los equipos deberán estar concebidos y fabricados de tal forma que, en las condiciones
normales de uso previsible a que están destinados, el usuario pueda realizar con normalidad
una actividad que le exponga a riesgos y al mismo tiempo, contar con una protección
adecuada de máxima seguridad. Es decir, proporcionarles una protección eficaz frente a los
riesgos que motivan su uso, sin ocasionar riesgos adicionales ni molestias innecesarias. Por
supuesto que algún tipo de molestia supone el empleo de cualquier EPI por bueno que éste
sea, pero debe asegurarse que esas molestias sean las mínimas y en todo caso, se justifican por
el beneficio que supone la protección que otorgan si no queda otra opción razonable.
En caso de riesgos múltiples, que requieran la utilización simultánea de varios EPI's, éstos
deberán ser compatibles entre sí y mantener su eficacia frente a los riesgos correspondientes.
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• Los equipos han de estar compuestos por materiales que no sean nocivos para la salud
o la higiene del usuario.
Cualquier parte de estos equipos que esté o pueda estar en contacto con el usuario durante
el tiempo de su utilización deberá estar libre de asperezas, aristas vivas, puntas salientes o
cualquier otra característica que pueda causar irritaciones o lesiones.
• Los equipos serán lo más ligeros posible, sin que ello perjudique su solidez de
fabricación ni obstaculizar su eficacia.
• El fabricante está obligado a entregar, junto con los equipos comercializados, un folleto
informativo en el que, aparte de su nombre y dirección, se detallen los siguientes datos:
- Instrucciones de almacenamiento, uso, limpieza, mantenimiento, revisión y
desinfección.
- Productos de limpieza, mantenimiento desinfección aconsejados por el fabricante.
B. EXIGENCIAS COMPLEMENTARIAS A VARIOS EQUIPOS
• Cuando dichos equipos dispongan de sistema de ajuste, estarán concebidos de tal forma
que, una vez ajustados, no puedan desajustarse independientemente de la voluntad del
operario, en condiciones normales de uso.
• Los EPI's que cubran las partes del cuerpo a proteger estarán, siempre que sea posible,
suficientemente ventilados, para evitar la transpiración producida por su utilización.
• Los EPI's del rostro, ojos o vías respiratorias limitarán al mínimo la visión del operario.
• Los modelos destinados a los usuarios sometidos a una corrección ocular deberán ser
compatibles con la utilización de gafas o lentillas correctoras.
• En estos equipos, deberá marcarse de forma indeleble y sin riesgo de ser mal
interpretada la FECHA DE FABRICACIÓN y/o si fuera posible, la FECHA DE CADUCIDAD en cada
prenda, sus componentes sustituibles y su embalaje. Si no se puede afirmar con seguridad la
fecha de caducidad, el fabricante habrá de mencionar en su folleto informativo cualquier dato
que sirva para que el comprador o usuario pueda determinar un plazo de caducidad razonable.
2.2.1.F- Exigencias específicas ante los riesgos que hay que prevenir.
Protección de la cabeza.
Para la protección de la cabeza existe el casco de protección para la industria, que es un
EPI de categoría II. Tiene unas exigencias de comportamiento obligatorias, como absorción
de impactos, resistencia a la perforación, resistencia a la llama y puntos de anclaje del
barboquejo y otras que son opcionales.
Protección ocular.
Para la protección ocular existen gafas de montura universal, gafas de montura integral,
pantalla facial y pantalla de soldadura de mano y cabeza.
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- Protección de la puntera
- Resistencia al choque, a la compresión, a la tracción, al desgarro, a la abrasión,
a los hidrocarburos y a la permeabilidad al vapor de agua.
Opcionalmente, el calzado puede tener protección contra la perforación de la suela,
resistencia a la penetración y absorción del agua, resistencia al calor por contacto, aislamiento
contra el frío, el calor radiante....
El calzado de protección tiene un tope de defensa frente al impacto ensayado de 100J de
energía; debe cumplir con unos requisitos básicos y con otros que ya son opcionales.
El calzado de trabajo no está equipado con tope de protección frente al impacto y debe
cumplir con unos requisitos básicos, pudiendo tener otros opcionales.
Guantes de protección.
Los guantes de protección se utilizan para la protección de las extremidades superiores
frente a los riesgos mecánicos, químicos, eléctricos, térmicos…
Los guantes y las manoplas de material aislante se clasifican por su clase desde 00 a 4, que
corresponde a una tensión máxima de utilización desde 500V a 36.000V, por sus propiedades
especiales.
Los guantes de material aislante no se deben poner en contacto con aceite, grasas,
trementina, alcohol o ácido energético y los guantes de clase 1, 2, 3 y 4 no se usarán si no han
sido verificados en un periodo máximo de 6 meses.
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Aunque en la mayor parte de las ocasiones, es el propio empresario el que tiene gran
conciencia de la utilidad y necesidad de ciertos EPI's en determinados trabajos, puede
encontrarse con diferentes problemas a la hora de implantar su utlización entre los propios
trabajadores; problemas que pueden tener su origen en el tipo de argumentos expuestos por
los trabajadores, en las características personales de los futuros usuarios, en las molestias que
pueda ocasionar el propio uso de los EPI's, etc.
En la mayoría de los casos puede que estas objeciones sean el reflejo de una falta de
motivación. Sin embargo, en otras ocasiones estas objeciones pueden tener efectivamente una
base y la persona puede encontrarse molesta a pesar de haber superado la fase de adaptación,
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favoreciendo aún más la aversión que pudiera sentir el trabajador hacia este tipo de equipos.
Los principales motivos que originan estas situaciones de rechazo son:
• SELECCIÓN INADECUADA DE LOS EQUIPOS: ya que en muchos casos se valoran otros
factores principalmente el económico (sin valorar los riesgos específicos a que están
expuestos los trabajadores).
• DESCONOCIMIENTO de la forma correcta de selección.
• NO CONTAR EN LA FASE SELECTIVA CON QUIENES HAN DE UTILIZARLOS,
con lo cual se les impone indiscriminadamente, circunstancia que supone un rechazo
instintivo del usuario hacia todo aquello en lo que no ha colaborado, participado o no ha sido
consultado.
• NO HABER REALIZADO DE ANTEMANO UN RECONOCIMIENTO
MÉDICO para salir al paso de cualquier defecto físico que pudiera repercutir en la falta de
utilización del equipo.
• Características de FABRICACIÓN INCORRECTA.
Para que el empresario no se encuentre con este tipo de resistencias, aconsejamos poner en
práctica los siguientes consejos:
El concepto Mapa de Riesgos surgió en Italia en la década de los 60, época en la que tuvo
lugar una experiencia social que contribuyó de manera original al desarrollo de una nueva
organización de la salud laboral. Se desarrolló y encontró aplicación práctica lo que en los
años 50 fue llamado movimiento de medicina sindical: partiendo de las estructuras sindicales
existentes en algunas fábricas comenzó un movimiento de lucha contra la nocividad de las
condiciones de trabajo de dichas empresas, que dio lugar a una fructífera relación entre los
médicos de empresa y las estructuras sindicales.
Bajo la noción de Mapa de Riesgos cabe englobar cualquier instrumento informativo que,
mediante informaciones descriptivas e indicadores adecuados, permita el análisis periódico de
los riesgos de origen laboral de una determinada zona. La lectura crítica de las informaciones
sintéticas que se originan, debe permitir la programación de planes de intervención preventiva
y la verificación de su eficacia, una vez realizados.
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La definición más simple de mapa de riesgos puede ser la siguiente: todo instrumento
informativo dinámico que permita conocer los factores de riesgo y los probables o
comprobados daños en un ambiente de trabajo.
La identificación y valoración de los riesgos y de la patología que de ellos se deriva, es
necesaria para poder dirigir prioritariamente hacia las situaciones de mayor riesgo las
iniciativas legislativas, la búsqueda de soluciones de mejora higiénicas y de seguridad, y la
vigilancia de la salud de los expuestos. El carácter dinámico es necesario para seguir la
evolución del riesgo con el cambio de las tecnologías. Por otro lado, el conocimiento que se
desea adquirir no es un fin en sí mismo, sino herramienta preventiva que posibilite una lucha
eficaz contra los factores de nocividad del ambiente de trabajo. Y, finalmente, un elemento
esencial que diferencia esta metodología de otros sistemas de información dinámicos es la
participación de los trabajadores, indispensable para una aproximación global a la salud
laboral. Ciertamente, el mapa de riesgos no es solamente un instrumento de intervención
técnica, sino un instrumento de gestión y participación en la gestión.
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3. Mapa de daños.
Esta distinción se basa en la diferencia entre el concepto de factor de riesgo, entendido
como agente causal de un posible daño (por ejemplo, ruido, plomo etc.), el concepto de
riesgo, entendido como la consecuencia de la exposición a factores de riesgo o en otros
términos como la "probabilidad de enfermar por" (por ejemplo, riesgo de sordera, riesgo
neurotóxico, riesgo cancerígeno, etc.), y el concepto de daño, que expresa las alteraciones
de salud de origen laboral de la población trabajadora en el ámbito que se considere
(sorderas, cánceres, dermatitis, etc.).
El mapa de factores de riesgo, como su propio nombre indica, se refiere a los agentes
causales y contiene elementos descriptivos de los ciclos productivos. Está más orientado a
la prevención primaria, es decir a la que busca la eliminación del riesgo en el origen, y
puede denominarse también mapa de las condiciones de trabajo.
El mapa de los expuestos a riesgo tiene la finalidad de prever las posibles
consecuencias, en términos de patología, para la población expuesta. Está más orientado a
la prevención secundaria, la que se basa en el diagnóstico precoz y el control biológico, y
también podemos llamarlo mapa de las condiciones de salud de la población a estudio,
sección riesgos. Este mapa permite, desde una concepción integral de la salud, la
agregación de los riesgos de origen laboral con aquellos de origen extra laboral.
Finalmente, el mapa de daños recoge las alteraciones de salud de causa o concausa
laboral de la población trabajadora que estudiamos. Su análisis, conjunto con los dos
anteriores, permite completar la "imagen" del área a estudio, y programar, siguiendo
prioridades, las actividades de prevención. Forma parte del mapa de las condiciones de
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C \
Facilita información
colectiva sobre
V. )
r \
Rie sgo
exist ente
)
C \
Form an un
grupo em presarial
)
Desarrollan la
misma actividad
Medidas preventivas
Condiciones de trabajo
Se sitúan en el mismo
área geográfica
Figura 1. El mapa de riesgos facilita información para establecer una política de prevención.
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