Daño Ambiental
Daño Ambiental
Daño Ambiental
Antijuricidad:
La antijuricidad es la producción de una conducta por
acción u omisión que causa un daño justo, que puede
estar originada en hechos o actos jurídicos lícitos o
ilícitos. La afectación al medio ambiente es
antijurídica, incluso si se cuenta con una autorización
administrativa y se prueba haber cumplido con las reglamentaciones vigentes. Esto surge del art
1757 del CCyC que señala que, tal permiso es insuficiente para exonerar de responsabilidad. La
jurisprudencia opina que: resulta imposible aceptar que como consecuencia de una actividad o de
una omisión de las autoridades a cargo del ejercicio del poder de policía, pueda tolerarse la
violación del deber de no dañar.
Muchos casos de daño ambiental constituyen daños injustificados (antijuricidad material) a pesar de
que la actividad dañadora pueda estar autorizada, o sea, licita desde el punto de vista formal.
Relación de Causalidad:
El carácter difuso del daño ambiental plantea un marco de complejidad respecto de identificación
del agente productor del daño.
Es por ello que la causa, en las obligaciones para proteger el ambiente, no siempre se puede
determinar con claridad el causante del daño, es decir, hay certezas relativas.
Es regla general que la prueba de la existencia de los presupuestos de la responsabilidad civil corre
por cuenta de quien alega el hecho, en el caso de un daño de incidencia colectiva.
La víctima siempre debe demostrar la conexión material, entre un determinado hecho, y su
resultado. La causalidad no se presume, así lo dispone el art. 1736 del CCyC. En caso de pruebas
difíciles, corresponde atenuar el rigor probatorio y una eventual dispensa del cumplimiento de las
cargas probatorias.
La causalidad en término de probabilidad: permite al juez fundar su decisión sobre los hechos que,
aún sin estar establecido de manera irrefutable, aparecen como más verosímiles (presentan un grado de
probabilidad predominante) en esta cuestión cobra significativa importancia la prueba estadística, la
misma requiere necesariamente de la presencia de prueba vinculadas con el suceso especifico.
De allí que, podemos distinguir entre dos nociones de probabilidad:
- La probabilidad estadística: basada en una verificación empírica y porcentual de una sucesión
determinada de eventos.
- La probabilidad lógica: consiste en el grado de verosimilitud o credibilidad que puede ser
atribuido a la hipótesis formulada al caso en concreto.
Por lo tanto la probabilidad estadística es un elemento instrumental, que el juzgador podrá utilizar
para poder arribar a un juicio de probabilidad o credibilidad racional.
Eximentes:
La extensión de responsabilidad es una carga
probatoria que debe soportar el o los responsables
del daño ambiental. Es decir, su responsabilidad se
presume.
La extensión de responsabilidad está establecida
en el art. 1757 del CCyC pero ampliada en el Art.
29 de la Ley General del Ambiente.
No basta con la culpa de la víctima, el
responsable debe probar que se ha adoptado todas
las medidas destinadas tenientes a evitar el daño.
El responsable debe, no tener culpa concurrente con la víctima, por más pequeña que sea su
participación e imputación en el evento dañoso.
Legitimación activa:
El Art. 30 de la Ley General del Ambiente
distingue: 1) el daño particular o “a través del
ambiente”. Se afecta individualmente al titular de
un derecho subjetivo, el cual tiene una
legitimación resarcitoria individualizada por medio
de la acción de recomposición o indemnización.
Dice la norma “quedará legitimado para la acción
de recomposición o de indemnización pertinente,
la persona directamente damnificada por el hecho
dañoso acaecido en su jurisdicción”.
Daño ambiental de incidencia colectiva que habilita una legitimación colectiva de recomposición.
Esta legitimado para interponer la recomposición del ambiente, el afectado, que reúne el carácter de
“cualquier persona que acredite interés razonable y suficiente en la defensa de aquellos intereses
colectivos que por ello mismo son supraindividuales
Legitimación Pasiva:
Si en la comisión del daño ambiental colectivo
hubieran participado dos o más personas, o no
fuera posible la determinación precisa de la medida
del daño aportado por cada responsable, todos
serian responsables solidariamente de la reparación
frente a la sociedad (art. 31 de la Ley General del
Ambiente).
En caso de que el daño sea producido por
personas jurídicas, la responsabilidad se hace
extensión forma personal a sus autoridades y
profesionales, en la medida de su participación.
Alumnos:
Ledesma, Karen
Sosa Morel, Sofia M.
Segovia, Silvia E.
Barrientos, Gustavo
Landaida, José A.
Jurisprudencia de Daño Ambiental