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Investigaciones didácticas ISSN (impreso): 0212-4521 / ISSN (digital): 2174-6486
Pero el progreso en la reorientación del currículo en relación con el desarrollo sostenible ha sido
lento (Tilbury, 2013). La literatura y la investigación en el área hasta la fecha muestran muy pocos
ejemplos de cambio curricular a gran escala (De la Harpe y Thomas, 2009), y las experiencias disponi-
bles son puntuales y escasas, con referencia a grupos innovadores de docentes, pero con una incidencia
baja en la elaboración de planes formativos a nivel general (González-Gaudiano et al., 2015). En Espa-
ña se puede constatar este avance en el estudio realizado por el Grupo de Evaluación de la Sostenibi-
lidad, que entre las distintas parcelas evaluadas incluye la docencia (CRUE, 2013). También aparecen
indicadores sobre el currículo y la docencia en el estudio de 25 universidades canadienses, en el que
7 de ellas sí hacen referencia a este tema, en diversos porcentajes (Fonseca et al., 2011), así como en
otros tres modelos de indicadores citados en Holm et al. (2015), que también han propuesto su propio
marco para la introducción de la educación para la sostenibilidad en el currículo en universidades nór-
dicas y Chalkley y Sterling (2011), que han reflexionado sobre el proceso en las universidades inglesas.
Aunque en ninguno de los estudios de evaluación realizados se contempla la propia visión del profeso-
rado sobre cómo introduce la sostenibilidad en su práctica docente y, tal como recogen Vaughter et al.
(2013) en una amplia revisión realizada, ninguno de los estudios empíricos comparativos revisados ha
tocado el tema de la evaluación de resultados de aprendizaje. Tampoco se han encontrado referencias
a autoevaluaciones del profesorado en el informe del primer año del grupo de investigación UE4SD,
aunque sí hay revisión de las iniciativas que las instituciones de educación superior han puesto en fun-
cionamiento para dar soporte al desarrollo profesional del profesorado universitario en educación para
el desarrollo sostenible (UE4SD, 2014)
Garantizar una práctica académica futura de calidad en la educación superior requiere estructuras
institucionales que apoyen los principios y las prácticas de sostenibilidad; pero también requiere profe-
sores de universidad que estén motivados y sean capaces de incorporar la sostenibilidad a su docencia,
independientemente de las asignaturas que impartan (UNECE, 2011; Barth, 2014).
OBJETIVOS
Ambos objetivos pueden considerarse el paso previo para implementar principios y criterios re-
lacionados con la sostenibilidad en la docencia universitaria, para el cambio que la transición a la
sostenibilidad requiere.
METODOLOGÍA
La evaluación de la sostenibilidad en las actividades docentes debería tener una función de regula-
ción de los procesos de enseñanza-aprendizaje y permitir orientar la dirección de sucesivos procesos
de formación. Con este objetivo se apuesta por una investigación evaluativa, donde se propone un
instrumento objetivo para evaluar la presencia de la sostenibilidad en las actividades docentes del
profesorado universitario. Se trata de asignar valor a las actividades, comportamientos y actitudes
que el profesorado realiza o tiene en los procesos de enseñanza-aprendizaje, e implica la aplicación de
juicios valorativos para conocer la eficacia de las actividades realizadas con respecto a este ámbito de
intervención y determinar el grado de éxito en relación con los objetivos que se persiguen (Lukas y
Santiago 2009). Se trata de una investigación orientada al cambio, para una acción transformadora en
la docencia universitaria, necesaria en la transición a la sostenibilidad.
Partiendo de esta hipótesis se ha construido y validado, como instrumento de análisis, un cues-
tionario autodiagnóstico (Aznar Minguet et al., 2014a y 2014b); este instrumento de evaluación se
fundamenta en el referente conceptual propio de la formación de competencias para la sostenibilidad
que incluye aspectos cognitivos (conocimientos), procedimentales (técnicas, métodos) y actitudinales
(actitudes, valores).
La construcción del cuestionario ha seguido un proceso en el que la especificación de las unidades
de análisis se ha relacionado de forma relevante con los objetivos planteados, partiendo del marco de
referencia teórico. Para asegurar la validez de contenido se ha aplicado la técnica de jueces, en la que
diez expertos han valorado el precuestionario atendiendo a los criterios de univocidad, pertinencia e
importancia; de esta manera se ha determinado el nivel de precisión lingüística en la formulación de las
cuestiones frente a la posible ambigüedad de estas, la pertinente relación de las cuestiones planteadas
con los objetivos del estudio, así como su peso específico en el conjunto del instrumento que se somete
a evaluación. Para analizar la consistencia interna de las cuestiones planteadas en el instrumento de
evaluación construido, se ha aplicado, como prueba preliminar, un cuestionario piloto a 30 sujetos con
características diferentes; los resultados han permitido calcular la frecuencia de respuestas, agruparlas
por similitud, formando núcleos, y detectar incongruencias. Este cuestionario tiene la virtud de uti-
lizarse como instrumento autodiagnóstico para la autoevaluación del tratamiento de la sostenibilidad
por parte del profesorado.
El cuestionario, en su redacción definitiva, se ha aplicado durante el curso académico 2014-2015,
y está compuesto por unidades de análisis estructuradas en un continuum que va desde la perspectiva
cognitiva, a la actitudinal, comportamental y procedimental; estas unidades de análisis se organizan
en ámbitos, categorías e indicadores. Los ámbitos se definen para establecer el primer nivel de análisis
y hacen referencia a aspectos clave en todo proceso de enseñanza-aprendizaje; su aplicación permite
agrupar la información obtenida en el análisis de los datos en cuatro grandes bloques significativos para
valorar la introducción de la sostenibilidad en la docencia:
a) La sostenibilidad en los contenidos y actividades de la asignatura que se imparte.
b) La sostenibilidad en las actitudes y comportamientos del profesorado.
c) La formación del profesorado en relación con la sostenibilidad.
d) La sostenibilidad en el uso que el profesorado hace de los recursos que utiliza y los residuos que
genera (Aznar Minguet et al., 2014b) (anexo I).
Tomando prestadas formas de la metodología Delphi (Linstone y Turrof, 1975; Padilla et al., 2002;
Hung, 2008), se han asignado coeficientes de ponderación que cuantifican la importancia atribuida en
el conjunto a cada uno de los cuatro ámbitos.
Las categorías definen el segundo nivel de análisis y están constituidas por los elementos más sig-
nificativos y relevantes dentro de cada ámbito; la relación entre las categorías en que se estructura
cada ámbito es complementaria y no implica ningún tipo de carácter jerárquico; el primer ámbito
está conformado por seis categorías, el segundo por ocho, el tercero por cinco y el cuarto por ocho
categorías. Las preguntas contenidas en las categorías requieren respuestas cualitativas, equidistantes
con significación ordinal y naturaleza discreta, del tipo: mucho, bastante, poco, nada, y con valores
numéricos atribuidos respectivos de 3, 2, 1, y 0. La calificación de las respuestas se apoya en juicios de
valor consensuados sobre la actuación realizada y permite establecer estrategias de mejora individual y
curricular, ya que se identifican claramente los grados de dominio en cada contenido evaluado. Se ha
elegido un número par de opciones de respuesta para evitar la búsqueda fácil de un posicionamiento
intermedio. En la fase de análisis global de las respuestas, tanto a nivel de resultados de cada profesor
como por tipos de centros, o por otras variables, se redefine el espacio que media entre el valor 0 y
el valor 3 como continuo, lo que permite una presentación gráfica más intuitiva e identificable con
los patrones de comportamiento autorreconocidos por los profesores, quienes de algún modo se han
visto forzados al responder al cuestionario con el llamado error de agrupamiento, al ofrecérseles valores
discretos para su autoevaluación inicial. Los indicadores concretan el tercer nivel de análisis y definen
cuestiones relevantes en relación con las categorías propuestas desde una perspectiva más específica.
Población y muestra
La población objetivo ha sido todo el profesorado (n = 632) de las áreas científicas y técnicas de la
Universitat de València, que tienen docencia en las facultades de Ciencias Biológicas, Física, Matemá-
ticas y Química y en la Escuela Técnica Superior de Ingeniería (ETSE). Se ha realizado una muestra
estadísticamente significativa de esta población (152 profesores), con un nivel de confianza del 95,5%
y un nivel de incertidumbre del 7%, lo suficiente para alcanzar el objetivo de la validación. La muestra
ha sido correspondientemente subdividida entre los diferentes centros, departamentos, categorías y
género del profesorado. La distribución por centros fue: ETSE = 33; Ciencias Biológicas = 44; Mate-
máticas = 17; Física = 27 y Química = 28.
El análisis de los datos se ha realizado con Data Desk 7, que permite transformar los datos para
extraer un significado relevante en relación con la interpretación final, desde la cual poder elaborar
juicios de valor y elaborar conclusiones respecto a los objetivos planteados.
RESULTADOS
Fig. 2. Respuestas obtenidas para la pregunta A2b, por centros. Nada = 0,00;
Poco = 1,00; Bastante = 2,00; Mucho = 3,00.
En las respuestas a la pregunta sobre la promoción de prácticas que reduzcan el consumo de energía
(A2c), también se han obtenido porcentajes muy altos, un 66,4% del total responden «mucho» y un
26,8% «bastante», mientras que únicamente el 3,4% dice «nada».
Cuando se analiza la pregunta por centros, los porcentajes son similares en los cinco centros, con
pequeñas variaciones, destacando los de Ciencias Biológicas, donde el 77,3% responde «mucho» (fi-
guras 3 y 4).
Fig. 4. Respuestas obtenidas para la pregunta A2c, por centros. Nada = 0,00;
Poco = 1,00; Bastante = 2,00; Mucho = 3,00.
De nuevo estos datos remiten a la necesidad de implementar una formación específica dirigida al
profesorado, así como asesoramiento técnico en las cuestiones relacionadas con esta categoría analiza-
da.
La séptima de las categorías de análisis (B7) de este ámbito se refiere a la «promoción de la capa-
cidad de actuar de forma interdisciplinar en la solución de problemas socioambientales». Un primer
análisis sobre los resultados obtenidos en el total de la muestra estudiada nos lleva a constatar que el
71% del profesorado no promueve o promueve poco en las actividades que realiza con sus alumnos
dicha capacidad; aunque hay un 29% que sí las promueve mucho o bastante.
Un análisis pormenorizado por centros nos ha permitido establecer ciertas diferencias entre ellos.
El profesorado de Ingeniería promueve en sus alumnos esa capacidad de actuar mucho (12,1%) o bas-
tante (9,1%), mientras que el 36,4% no las promueve en absoluto o las promueve poco (42,4%). El
profesorado de Ciencias Biológicas se muestra activo en la promoción de actividades interdisciplinares
(18,2% mucho; 25% bastante); aunque el 20,5% no las promueve en absoluto y el 36,4% poco. El
profesorado de Matemáticas es el que menos actividades promueve (52,9% nada en absoluto, 35,3%
poco, 5,9% bastante y 5,9% mucho). En Física se observa que la promoción de actividades con esta
finalidad es también escasa (6,7% mucho, 10% bastante, 30% poco y 53,3% nada). El profesorado de
Química, en cambio, muestra mayor interés en esta cuestión, ya que el 21,4% indica que la promueve
mucho, el 17,9% bastante, el 39,3% poco y un 21,4% que no lo hace en absoluto (figura 7).
Un análisis que compara las medias de los centros estudiados en relación con esta cuestión nos lleva
a establecer que es el profesorado de Ciencias Biológicas (1,41 de 3) y de Química (1,39 de 3) el más
implicado, seguido del de Ingeniería (0,97 de 3); siendo los menos activos los de Física (0,7 de 3) y
Matemáticas (0,65 de 3) (figura 8).
Un análisis que compara las medias de los centros estudiados en relación con esta cuestión lleva a
establecer que los docentes que menos valoran el material son los de Matemáticas (0,88) y los que más
lo valoran los de Ingeniería (1,48) (figura 10).
Tabla 1.
Resultados de las preguntas D.6.a y D.6.b (%)
La séptima de las categorías estudiadas hace referencia a las prácticas de laboratorio y/o talleres, con
residuos peligrosos. Un total de 51 de los 152 profesores/as encuestados han respondido que sí reali-
zan prácticas de laboratorio con producción de residuos peligrosos. De los cuales, 25 son de Ciencias
Biológicas y 21 de Química, y únicamente 3 son de la ETSE, dos de Física y ninguno de Matemáticas.
Los resultados globales obtenidos pueden verse en la tabla 2. Un porcentaje muy elevado del pro-
fesorado trata de minimizar el impacto mucho o bastante (95%) (D7a); un 96,1% recoge los residuos
peligrosos para su posterior gestión en los contenedores adecuados (D7b); sin embargo, es menor el
porcentaje de profesorado que utiliza la recogida de los residuos peligrosos como recurso didáctico
en las prácticas, aunque sigue siendo un 68,6% el profesorado que lo hace mucho o bastante (D7c);
la mayoría dice no conocer qué persona es responsable de la recogida de los residuos peligrosos de su
departamento (D7d) ni conocer el sistema de recogida (D7e); por último, apenas consultan la página
web del servicio de la universidad que se encarga de la gestión de los residuos peligrosos (D7f ).
Tabla 2.
Resultados globales de las preguntas D.7.a a D.7.f (%)
DISCUSIÓN Y CONCLUSIONES
Como ya se ha indicado, el conjunto de categorías analizadas excede con mucho la extensión requerida
para el artículo y por ello se han seleccionado algunas categorías de los diferentes ámbitos que, a juicio
de los autores, responden a los objetivos planteados de forma más directa. Sin embargo se ha consi-
derado que las conclusiones extraídas de las respuestas del conjunto de las categorías contenidas en el
cuestionario aplicado revisten el interés suficiente como para ser reflejadas en este apartado.
Teniendo en cuenta el objetivo n.º 4 de la Agenda 2030, cabe resaltar de inicio que, en general, el
nivel de introducción de la sostenibilidad en las actividades de enseñanza-aprendizaje es relativamente
limitado, lo cual puede ser obvio si se tiene en cuenta que el concepto de sostenibilidad en nuestra
sociedad responde, todavía hoy, más a una noción política que a una noción científica, y que puede
tener puestas sus expectativas más en la tecnología que en el potencial social; tal como indicaba Sherren
(2006), se trata más de considerarla dentro del marco de la innovación tecnológica que del cambio
cultural y de comportamientos. Para equilibrar este tipo de valoraciones cabría promocionar los resul-
tados de investigaciones que acumulen evidencias científicas de los problemas relacionados con la sos-
tenibilidad, y que las instituciones universitarias incidan en la pertinencia de promocionar proyectos
de investigación que puedan ir dando respuestas científicas utilizables en las aulas.
Desde el punto de vista de las actitudes y comportamientos en relación con la sostenibilidad, de los
resultados obtenidos de todas las respuestas, se puede concluir que el profesorado:
– Se muestra favorable, con moderadas diferencias por centros, a la inclusión de contenidos relacio-
nados con la problemática socioambiental en su actividad docente. Promueve de manera notable
buenas prácticas ambientales, sobre todo en lo que se refiere a la minimización del consumo de
papel y a la reducción del consumo de energía. Reconoce ampliamente la vinculación entre sus
propias creencias y valores y las cuestiones relacionadas con la sostenibilidad. Y trata de buscar la
información pertinente para dar una respuesta fundamentada a los dilemas éticos relacionados
con la sostenibilidad; si bien en este aspecto hay una notable variabilidad por centros.
– Por otra parte participa muy poco en actividades de voluntariado y en asociaciones relacionadas
con la sostenibilidad y apenas motiva al alumnado a participar; la responsabilidad social de la
institución universitaria requiere la implicación del profesorado en las necesidades que presenta
la comunidad social, y entre ellas las relacionadas con la sostenibilidad son una cuestión clave;
de ahí se deriva la pertinencia de una formación específica en métodos y técnicas que conecten
las actividades académicas con necesidades sociales.
– Y, además, el profesorado no suele trabajar interdisciplinarmente con otros profesores en pro-
blemas relacionados con la sostenibilidad. Teniendo en cuenta que la sostenibilidad en la docen-
cia requiere un enfoque interdisciplinar, sería conveniente propiciar espacios de encuentro para
intercambiar experiencias y potenciar perspectivas multifocales en la docencia.
En relación con el uso que el profesorado realiza en su actividad docente de herramientas apropia-
das para favorecer el aprendizaje desde la óptica de la sostenibilidad, cabe concluir:
– En algunos centros, el profesorado se muestra favorable al uso de las técnicas de aprendizaje
cooperativo y de estudio de casos, siendo menos proclives a la aplicación de dilemas éticos, y
aún menos a la utilización de juegos de simulación y la realización de proyectos de aprendizaje-
servicio; lo que, si fuera debido a una cierta carencia formativa, remitiría a la necesidad de
implementar la formación del profesorado en el manejo de estas técnicas facilitadoras de apren-
dizajes desde la óptica de la sostenibilidad.
En cuanto a la forma como el profesorado incluye los contenidos relacionados con la sostenibilidad
en los programas de sus asignaturas, se constata lo siguiente:
– Es minoritario el profesorado que los incluye, y lo hace fundamentalmente a través de ejemplos
y problemas y en los casos prácticos; y en menor medida con representaciones audiovisuales.
Respecto a la sostenibilidad en el uso de recursos y la producción de residuos, cabe reflejar las si-
guientes conclusiones:
– El profesorado promueve el uso sostenible de materiales y recursos en los trabajos de las asigna-
turas, sobre todo en el uso de procedimientos informáticos alternativos para que el alumnado
entregue sus trabajos sin papel; y en menor medida en el uso de papel reciclado y la no utiliza-
ción de materiales no reciclables (plásticos, etc.).
– El profesorado contempla las normas y recomendaciones para el uso eficiente de la energía,
de la iluminación, para el uso eficiente de los ascensores y de los ordenadores; sin embargo la
eficiencia en sus desplazamientos no la contemplan. Hacen falta en este sentido campañas de
concienciación en el uso de transporte público y otros medios no contaminantes.
– El profesorado que realiza prácticas de laboratorio y/o talleres sin residuos peligrosos lo hace
mayoritariamente minimizando la cantidad de productos en la preparación de las prácticas,
aunque no todo el profesorado conoce y aplica la normativa recomendada
– Exceptuando al profesorado de Matemáticas, que no utiliza residuos peligrosos en la docencia,
también mayoritariamente, el profesorado que realiza prácticas de laboratorio y/o talleres con
este tipo de residuos los recoge para su posterior gestión en los contenedores y utilizando la
recogida de los residuos peligrosos como recurso didáctico en las prácticas.
– Por otra parte, el profesorado que utiliza en sus prácticas animales de experimentación conoce
la normativa existente sobre su uso y busca alternativas viables que eviten su utilización.
Sin embargo, la aplicación del cuestionario realizada en este estudio ya puede considerarse útil por
la repercusión que pueda tener sobre los que contestaron, de reflexión propia sobre su docencia y sobre
la institución, que puede hacer suyas las conclusiones de este trabajo y habilitar herramientas para el
profesorado que desee avanzar en la introducción de la sostenibilidad en su docencia.
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ANEXO 1
The overall objective of this study is diagnosing the level of introduction of sustainability in teaching activities,
facilitating professional self-assessment of University teachers under sustainability criteria, and implementing the
application of principles and criteria dealing with sustainability in University training for the change required to
the transition towards sustainability.
The study is based on evaluative research as a methodology associated to the socio-critical paradigm. The
results of a validated self-assessment questionnaire addressed to the teachers of the scientific-technical areas of
the University of Valencia, are analysed. The target population has been all teachers (n=632) of the scientific
and technical areas of the University of Valencia, who have teaching duties in the faculties of Biology Sciences,
Physics, Mathematics and Chemistry, and in the Higher Technical School of Engineering (ETSE). A statistically
significant sample of this population (152 teachers) has been taken, with a 95.5% confidence level and an uncer-
tainty level of 7%, enough to achieve the validation objective. The sample has been correspondingly subdivided
between the different centres, departments and categories, and gender of the teaching staff. The distribution by
centres was: ETSE=33; Biology Sciences=44; Mathematics=17; Physics=27 and Chemistry=28.
The analysis of data has been done with Data desk 7 which allows to transform data to obtain a relevant
meaning dealing with the final interpretation, to be able to reach value judgements and establishing conclusions
with respect to the foreseen objectives.
The questionnaire, in its final wording, has been applied during the academic year 2014-2015, and it is
composed by units of analysis which are structured in a continuum going from the cognitive perspective to
the attitudinal, behavioural and procedural, and are organized in scopes, categories and indicators. Scopes are
defined to establish the first level of analysis and refer to key aspects of the whole teaching and learning process.
Their application allows grouping the information obtained from data analysis into four large significant blocks,
in order to assess the introduction of sustainability into teaching: a) sustainability in the contents and activities
of the subject; b) sustainability in the teachers’ attitudes and behaviours; c) the teachers’ training dealing with
sustainability; and d) sustainability in resources and wastes used and generated by teachers (Appendix I).
The results offer a diagnosis about the inclusion of sustainability in the areas of Sciences and Engineering un-
der the scope of this study, and serve as a starting point to begin a change and transition process towards teaching
methodologies including principles, criteria and values dealing with sustainability.
An important conclusion is the ability of transfer of the study, since the questionnaire is being inserted in the
Virtual Classroom of the University, so that teachers can periodically self-apply it and assess about the improve-
ment achieved in their teaching activities.
It is a research aimed at change and decision making, to a transforming action in teaching at the University,
necessary in the transition towards sustainability. In this sense, knowing the level of sustainability in the teacher
training is crucial, given the multiplier effect that the processes of teaching and learning can have on students,
that will be future professionals.