Location via proxy:   [ UP ]  
[Report a bug]   [Manage cookies]                

Novena Al Espiritu Santo

Descargar como pdf o txt
Descargar como pdf o txt
Está en la página 1de 13

Sabiduría Entendimiento Ciencia Consejo

Nos lo regala El Señor nos regala Nuestro Dios El Señor nos


Dios para este don para que nos da la regala en los
poder podamos entender capacidad de hermanos su
entender, y también acoger la discernir palabra de guía y
experimentar realidad que nos rectamente la de consejo en el
y saborear rodea como don realidad camino, y hace de
todo lo que suyo, teniendo como nosotros
de Él viene y comprendiendo el criterio su amor, compañeros y
así poder sentido que tiene la a la hora de signos de su
vivirlo en vida. reflexionar y de amor para la
toda su vivir senda de los que
riqueza. nos rodean.
Fortaleza Piedad Temor de Dios
Dios nos regala la El Señor nos regala Nuestro Dios nos
constancia en el bien a poder amarle y vivir regala tener siempre
pesar de las dificultades, nuestra relación con la inquietud de
asegurándonos su Él construyendo un acercarnos más a Él,
presencia y su mano en mundo más justo y evitando todo lo que
nuestro hombro ante las fraterno con nuestros pueda impedir que
sombras que surjan por la hermanos y sea el centro de
fidelidad en la construcción hermanas, hijos nuestra vida.
del Reino. todos de un mismo
Padre.

1
Introducción

Luego de la ascensión del Señor, los apóstoles tuvieron una honda


experiencia del Espíritu Santo en sus vidas. De esa experiencia
nació la Iglesia. Preparémonos para la fiesta de Pentecostés,
oremos y reflexionemos en torno a este misterio de amor.
La novena del Espíritu Santo es de suma importancia para todo
cristiano ya que fue la primera que celebraron los Apóstoles con la
Virgen María en el Cenáculo. Allí aguardaron con recogimiento y
oración su venida y recibieron sus abundantes y maravillosos
dones.
"Recuerda, pues, que has recibido el sello del Espíritu, espíritu de
sabiduría y de inteligencia, espíritu de consejo y de fortaleza,
espíritu de ciencia y de piedad, espíritu del santo temor, y conserva
lo que has recibido. Dios Padre te ha sellado, Cristo el Señor te ha
confirmado y ha puesto en tu corazón, como prenda suya, el
Espíritu Santo, como te enseña el Apóstol." (San Ambrosio,
Tratado sobre los misterios, 29-30)
Acto de contrición: Pésame Dios mío, me arrepiento de todo
corazón de haberte ofendido, pésame por el infierno que merecí,
por el cielo que perdí; pero mucho más me pesa porque pecando
ofendí a un Dios tan bueno y tan grande como vos; antes querría
haber muerto que haberle ofendido, y propongo firmemente no
pecar más y evitar las ocasiones próximas de pecado por tu divina
gracia. Amen
Comunión Espiritual: Creo, Jesús mío, que estás realmente
presente en el Santísimo Sacramento del Altar. Te amo y te adoro
sobre todas las cosas y deseo ardientemente recibirte dentro de mi
alma, con aquella pureza, humildad y devoción con que te recibió
vuestra Santísima Madre, con el espíritu y fervor de los Santos, ya
que no puedo ahora recibirte sacramentalmente, ven al menos
espiritualmente a mi corazón; Y como si ya te hubiese recibido,
me abrazo y me uno todo a Ti, no permitas Señor, que jamás me
separe de Ti. Amen

2
Oraciones para Todos los Días
Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos líbranos
Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu
Santo. Amén.

Acto de consagración al Espíritu Santo diario

Recibid ¡oh Espíritu Santo!, la consagración absoluta de todo mi


ser, que os hago en este día para que os dignéis ser en adelante,
en cada uno de los instantes de mi vida, en cada una de mis
acciones, mi Director, mi Luz, mi Guía, mi Fuerza, y todo el amor
de mi Corazón.
Me abandono sin reservas a vuestras divinas operaciones, y quiero
ser siempre dócil a vuestras santas inspiraciones.

¡Oh Santo Espíritu! Dignaos formarme con María y en María, según


el modelo de vuestro amado Jesús.

Gloria al Padre Creador. Gloria al Hijo Redentor. Gloria al Espíritu


Santo Santificador. Amén.

Oración por los 7 dones del Espíritu Santo

Oh, Señor Jesucristo, que antes de ascender al cielo prometiste


enviar al Espíritu Santo para completar tu obra en las almas de tus
Apóstoles y discípulos, dígnate concederme el mismo Espíritu
Santo para que Él perfeccione en mi alma la obra de tu gracia y de
tu amor. Concédeme el Espíritu de Sabiduría para que pueda
despreciar las cosas perecederas de este mundo y aspirar sólo a
las cosas que son eternas, el Espíritu de
Entendimiento para iluminar mi mente con la luz de tu divina
verdad, el Espíritu de Consejo para que pueda siempre elegir el
camino más seguro para agradar a Dios y ganar el Cielo, el Espíritu
de Fortaleza para que pueda llevar mi cruz contigo y sobrellevar
con coraje todos los obstáculos que se opongan a mi salvación, el
Espíritu de Conocimiento para que pueda conocer a Dios y

3
conocerme a mí mismo y crecer en la perfección de la ciencia de
los santos, el Espíritu de Piedad para que pueda encontrar el
servicio a Dios dulce y amable, y el Espíritu de Temor de Dios para
que pueda ser lleno de reverencia amorosa hacia Dios y que tema
en cualquier modo disgustarlo. Márcame, amado Señor, con la
señal de tus verdaderos discípulos y anímame en todas las cosas
con tu Espíritu. Amén.
Oración del primer día (viernes)
¡Espíritu Santo! ¡Señor de Luz! ¡Danos, desde tu clara altura
celestial, tu puro radiante esplendor!

El Espíritu Santo
Sólo una cosa es importante: la salvación eterna. Por lo tanto, sólo
una cosa hay que temer: el pecado. El pecado es el resultado de
la ignorancia, debilidad e indiferencia. El Espíritu Santo es el
Espíritu de Luz, de Fuerza y de Amor. Con sus siete dones ilumina
la mente, fortalece la voluntad, e inflama el corazón con el amor de
Dios. Para asegurarnos la salvación debemos invocar al Divino
Espíritu diariamente, porque “el Espíritu viene en ayuda de nuestra
flaqueza. Pues nosotros no sabemos cómo pedir para orar como
conviene; mas el Espíritu mismo intercede por nosotros” (Rom
8,26).

Oración
Omnipotente y eterno Dios, que has condescendido para
regenerarnos con el agua y el Espíritu Santo, y nos has dado el
perdón de todos los pecados, permite enviar del cielo sobre
nosotros los siete dones de tu Espíritu, el Espíritu de Sabiduría y
de Entendimiento, el Espíritu de
Consejo y de Fortaleza, el Espíritu de Conocimiento y de Piedad,
y llénanos con el Espíritu del Santo Temor. Amén.

Padrenuestro y Avemaría, una vez. Gloria

4
Oración por los Siete Dones del Espíritu

Ven, Espíritu Santo, llena los corazones de tus fieles y enciende en


ellos la llama de tu amor. Oh, Dios, que con la luz del Espíritu Santo
iluminas los corazones de tus fieles, concédenos que guiados por
el mismo Espíritu, disfrutemos de lo que es recto y nos gocemos
con su consuelo celestial.

1. Ven, Espíritu Santo, por tu don de Sabiduría, concédenos la


gracia de apreciar y estimar los bienes del cielo y muéstranos
los medios para alcanzarlos. Gloria

2. Ven, Espíritu Santo, por tu don de Entendimiento, ilumina


nuestras mentes respecto a los misterios de la salvación, para
que podamos comprenderlos
perfectamente y abrazarlos con fervor. Gloria

3. Ven, Espíritu Santo, por tu don de Consejo, inclina nuestros


corazones a actuar con rectitud y justicia para beneficio de
nosotros mismos y de nuestros semejantes. Gloria

4. Ven, Espíritu Santo, por tu don de Fortaleza, fortalécenos con


tu gracia contra los enemigos de nuestra alma, para que
podamos obtener la corona de la victoria. Gloria

5. Ven, Espíritu Santo, por tu don de Ciencia, enséñanos a vivir


entre las cosas terrenos para así no perder las eternas. Gloria

6. Ven, Espíritu Santo, por tu don de Piedad, inspíranos a vivir


sobria, justa, y piadosamente en esta vida, para alcanzar el
cielo en la otra vida. Gloria.

7. Ven, Espíritu Santo, por tu don de Temor de Dios, hiere


nuestros cuerpos con tu temor para así trabajar por la salvación
de nuestras almas. Gloria

5
Oración Final

Oh Dios, que has unido las naciones en la confesión de tu nombre,


concédenos que los que han renacido por el agua del bautismo,
tengan la misma fe en sus corazones y la misma piedad en sus
acciones.

Oh Dios, que enviaste el Espíritu Santo a los apóstoles, oye las


oraciones de tus fieles para que gocen de la verdadera paz,
quienes por tu gracia, han recibido el don de la verdadera fe. Te
suplicamos, oh Dios, que tu Santo Espíritu encienda en nuestros
corazones esa llama que Cristo trajo a la tierra y deseó
ardientemente fuera encendida.

Inflama, oh Señor, nuestros corazones con el fuego del Espíritu


Santo, para que te sirvamos castos de cuerpo y limpios de corazón.
Enriquece, Señor, nuestros corazones derramando con plenitud tu
Santo Espíritu por cuya sabiduría fuimos creados y por cuya
providencia somos gobernados.

Te suplicamos, oh Dios Todopoderoso y Eterno, que tu Santo


Espíritu nos defienda y habite en nuestras almas, para que al fin,
seamos los templos de su gloria.

Te pedimos, Señor, que según la promesa de tu Hijo, el Espíritu


Santo nos lleve al conocimiento pleno de toda la verdad revelada.
Por Cristo Nuestro Señor. Amén.

Oración del segundo día (sábado)


¡Ven, Padre de los pobres. Ven, tesoros que sostienes. Ven, Luz
de todo lo que vive!

El don del Temor


El don del Santo Temor de Dios nos llena con un soberano respeto
por Dios, y nos hace que a nada temamos más que a ofenderlo por
el pecado. Es un temor que se eleva, no desde el pensamiento del
infierno, sino del sentimiento de reverencia y filial sumisión a
6
nuestro Padre Celestial. Es el temor principio de sabiduría, que nos
aparta de los placeres mundanos que podrían de algún modo
separarnos de Dios. “Los que temen al Señor tienen corazón
dispuesto, y en su presencia se humillan” (Ecl 2,17). Oración

¡Ven, Oh bendito Espíritu de Santo Temor, penetra en lo más


íntimo de mi corazón, que te tenga, mi Señor y Dios, ante mi rostro
para siempre, ayúdame a huir de todas las cosas que te puedan
ofender y hazme merecedor ante los ojos puros de tu Divina
Majestad en el Cielo, donde Tú vives y reinas en unidad de la
siempre Bendita Trinidad, Dios en el mundo que no tiene fin. Amén.

Padrenuestro y Avemaría, una vez. Gloria

Oración del tercer día (domingo)


Tú, de todos los consoladores el mejor, visitando el corazón
turbado, da la gracia de la placentera paz.

El don de Piedad
El don de Piedad suscita en nuestros corazones una filial afección
por Dios como nuestro amorosísimo Padre. Nos inspira, por amor
a Él, a amar y respetar a las personas y cosas a Él consagradas,
así como aquellos que están envestidos con su autoridad, su
Santísima Madre y los Santos, la Iglesia y su cabeza visible,
nuestros padres y superiores, nuestro país y sus gobernantes.
Quien está lleno del don de Piedad no encuentra la práctica de la
religión como deber pesado sino como deleitante servicio. Donde
hay amor no hay trabajo.

Oración
Ven, Oh Bendito Espíritu de Piedad, toma posesión de mi corazón.
Enciende dentro mío tal amor por Dios que encuentre satisfacción
sólo en su servicio, y por amor a Él me someta amorosamente a
toda legítima autoridad. Amén.

Padrenuestro y Avemaría, una vez. Gloria

7
Oración del cuarto día (lunes)
Tú, en la fatiga dulce alivio, refresco placentero en el calor, solaz
en medio de la miseria.

El don de Fortaleza

Por el don de Fortaleza el alma se fortalece ante el miedo natural


y soporta hasta el final el desempeño de una obligación. La
fortaleza le imparte a la voluntad un impulso y energía que la
mueve a llevar a cabo, sin dudarlo, las tareas más arduas, a
enfrentar los peligros, a estar por encima del respeto humano, y a
soportar sin quejarse el lento martirio de la tribulación aún de toda
una vida. “El que persevere hasta el fin, ese se salvará”(Mt 24,13).

Oración

Ven, Oh Espíritu de Fortaleza, alza mi alma en tiempo de turbación


y adversidad, sostiene mis esfuerzos de santidad, fortalece mi
debilidad, dame valor contra todos los asaltos de mis enemigos,
que nunca sea yo confundido y me separe de Ti, Oh mi Dios y mi
máximo Bien. Amén

Padrenuestro y Avemaría, una vez. Gloria

Oración del quinto día (martes)


¡Luz inmortal! ¡Divina Luz! ¡Visita estos corazones tuyos y llena
nuestro más íntimo ser!

El don del Conocimiento

El don del Conocimiento permite al alma darle a las cosas creadas


su verdadero valor en su relación con Dios. El conocimiento
desenmascara la simulación de las creaturas, revela su vacuidad
y hace notar sus verdaderos propósitos como instrumentos al
servicio de Dios. Nos muestra el cuidado amoroso de Dios aún en
la adversidad, y nos lleva a glorificarlo en cada circunstancia de la
8
vida. Guiados por su luz damos prioridad a las cosas que deben
tenerla y apreciamos la amistad de Dios por encima de todo. “El
conocimiento es fuente de vida para aquel que lo posee” (Prov.
16,22).

Oración

Ven, Oh Bendito Espíritu de Conocimiento, y concédeme que


pueda percibir la voluntad del Padre; muéstrame la nulidad de las
cosas de la tierra, que tenga idea de su vanidad y las use sólo para
tu gloria y mi propia salvación, siempre por encima de ellas
mirándote a Ti y tus premios eternos. Amén.

Padrenuestro y Avemaría, una vez. Gloria

Oración del sexto día (miércoles)


Si tu apartas tu gracia, nada puro permanecerá en el hombre, todo
lo que es bueno se volverá enfermo.

El don del Entendimiento

El Entendimiento, como don del Santo Espíritu, nos ayuda a aferrar


el significado de las verdades de nuestra santa religión. Por la fe
las conocemos, pero por el entendimiento aprendemos a
apreciarlas y a apetecerlas. Nos permite penetrar el profundo
significado de las verdades reveladas y, a través de ellas, avivar la
novedad de la vida. Nuestra fe deja de ser estéril e inactiva e
inspira un modo de vida que da elocuente testimonio de la fe que
hay en nosotros. Comenzamos a “caminar dignos de Dios en todas
las cosas complaciendo y creciendo en el conocimiento de Dios”.

Oración

Ven, Oh Espíritu de Entendimiento, e ilumina nuestras mentes, que


podamos conocer y creer en todos los misterios de la salvación, y

9
que por fin podamos merecer ver la eterna luz en la Luz, y en la luz
de la gloria tener una clara visión de Ti y del Padre y del Hijo. Amén.

Padrenuestro y Avemaría, una vez. Gloria

Oración del séptimo día (jueves)


Sana nuestras heridas, renueva nuestra fuerza. En nuestra aridez
derrama tu rocío. Lava las manchas de la culpa.

El don de Consejo

El don de Consejo dota al alma de prudencia sobrenatural,


permitiéndole juzgar con prontitud y correctamente qué debe
hacer, especialmente en circunstancias difíciles. El Consejo aplica
los principios dados por el Conocimiento y el Entendimiento a los
innumerables casos concretos que confrontamos en el curso de
nuestras diarias obligaciones en tanto padres, docentes,
servidores públicos y ciudadanos cristianos. El Consejo es sentido
común sobrenatural, un tesoro invalorable en el tema de la
salvación. “Y por encima de todo esto, suplica al Altísimo para que
enderece tu camino en la verdad” (Ecl 37,15).

Oración

Ven, Oh Espíritu de Consejo, ayúdame y guíame en todos mis


caminos para que siempre haga tu Santa Voluntad. Inclina mi
corazón a aquello que es bueno, apártame de todo lo que es malo
y dirígeme por el sendero recto de tus Mandamientos a la meta de
la vida eterna que yo anhelo. Amén.

Padrenuestro y Avemaría, una vez. Gloria

10
Oración del octavo día (viernes)
Dobla la voluntad y el corazón obstinado, funde lo que está
helado, calienta lo que está frío. Guía los pasos que se han
desviado!

El don de Sabiduría
Abarcando a todos los otros dones, como la caridad abraza a todas
las otras virtudes, la Sabiduría es el más perfecto de los dones. De
la Sabiduría está escrito: “todo lo bueno vino a mí con Ella, y
riquezas innumerables me llegaron a través de sus manos”. Es el
don de la Sabiduría el que fortalece nuestra fe, fortifica la
esperanza, perfecciona la caridad y promueve la práctica de la
virtud en el más alto grado. La Sabiduría ilumina la mente para
discernir y apreciar las cosas de Dios, ante las cuales los gozos de
la tierra pierden su sabor, mientras la Cruz de Cristo produce una
divina dulzura, de acuerdo a las palabras del Salvador: “Toma tu
cruz y sígueme, porque mi yugo es dulce y mi carga ligera”.

Oración
Ven, Oh Espíritu de Sabiduría y revela a mi alma los misterios de
las cosas celestiales, su enorme grandeza, poder y belleza.
Enséñame a amarlas sobre todo y por encima de todos los gozos
pasajeros y las satisfacciones de la tierra. Ayúdame a conseguirlas
y a poseerlas para siempre. Amén.

Padrenuestro y Avemaría, una vez. Gloria

Oración del noveno día (sábado)


Tú, en aquellos que siempre más te confiesan y te adoran, en tus
siete dones, desciende. Dales alivio en la muerte. Dales vida
Contigo en las alturas. Dale los gozos que no tienen fin. Amén.

Los frutos del Espíritu Santo


Los dones del Espíritu Santo perfeccionan las virtudes
sobrenaturales al permitirnos practicarlas con mayor docilidad a la
divina inspiración. A medida que crecemos en el conocimiento y en
11
el amor de Dios, bajo la dirección del Santo Espíritu, nuestro
servicio se torna más sincero y generoso y la práctica de las
virtudes más perfecta. Tales actos de virtudes dejan el corazón
lleno de alegría y consolación y son conocidos como frutos del
Espíritu Santo. Estos frutos, a su vez, hacen la práctica de las
virtudes más activa y se vuelven un poderoso incentivo para
esfuerzos aún mayores en el servicio de Dios.

Oración
Ven, Oh Divino Espíritu, llena mi corazón con tus frutos celestiales:
caridad, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe,
mansedumbre y templanza. Que nunca esté yo cansado en el
servicio de Dios sino que, por continua y fiel sumisión a tu
inspiración, merezca estar eternamente unido Contigo, en el amor
del Padre y del Hijo. Amén.

Padrenuestro y Avemaría, una vez. Gloria.

12
Con frecuencia realicémonos una autocrítica, para analizar si
nuestras oraciones, están produciendo los frutos.

Frutos del Espíritu Santo


Caridad, alegría, paz, comprensión de los
demás, generosidad, bondad, fidelidad,
mansedumbre y dominio de sí mismo. Gal. 5,
22-23

Caridad Alegría o Gozo Paz


Actitud personal y Sensación interna, Este fruto hace personas
sincera que busca el espiritual, mental y de serenas y tranquilas ante
bienestar del prójimo por gozo llena del Espíritu las adversidades. Es el
encima de los intereses Santo. Siente gozo producto de una
personales, siente el siempre porque espera lo contemplación constante
impulso de ayudar bueno del Altísimo. Actúa desde la perspectiva de
al que sufre, con con sentimientos de Dios y no de la
acciones concretas (ej. plenitud y buenas obras. perspectiva humana.
una limosna).
Comprensión Generosidad Bondad
Sufre en las Misericordioso, aún con Aquel que sabe ver lo
adversidades esperando aquellos que han bueno que hay en cada
con tranquilidad, sin cometido algún agravio ser humano. Sin ser in-
murmurar, ni quejarse, en su contra, logra ser genuo, se fija más en lo
sino con plena confianza benigno y busca el bien positivo de las personas
de que Dios obra en bien aún, en quienes al y de la vida, que en lo
de sus hijos según su parecer no merecen tal negativo y siente así la
propósito. Jn 6,28 benevolencia. Col. 3.12. consolación del Espíritu.
Fidelidad Dominio de sí
Mansedumbre mismo
Certeza de lo que se Moderación y dominio de Moderación de los
espera y convicción de lo la ira, evitando resen- apetitos y placeres
que no se ve (fe). timientos, venganzas o procura el uso óptimo de
Seguros de que las acciones violentas por el los bienes disponibles.
buenas acciones comportamiento de otros, No cede ante presiones
producirán resultados o circunstancias desa- externas, ni va en contra
positivos. gradables. Mantiene una de los valores. Mantiene
actitud asertiva; son los la rectitud en sus actos y
bienaventurados. conducta.

13

También podría gustarte