183 CAC - 2017 Cascadas 1
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SALA DE LO CIVIL, CORTE SUPREMA DE JUSTICIA, San Salvador, a las nueve horas con
cincuenta y seis minutos del cinco de marzo de dos mil dieciocho.
El recurso de casación ha sido interpuesto por los abogados Carlos Amílcar Amaya y
Oscar Mauricio Hurtado Saldaña, en las calidades que más abajo se expresa, contra la sentencia
definitiva pronunciada por la Cámara Primera de lo Civil de la Primera Sección del Centro, con
sede en San Salvador, en el proceso Declarativo Común de Daños identificados inicialmente
como extracontractuales, promovido por: 1- Las Cascadas Multiservicios, Sociedad Anónima de
Capital Variable, que puede abreviarse Las Cascadas Multiservicios S.A. de C.V., y 2- Los
Propietarios del Inmueble sometido al Régimen de Ley de Propiedad Inmobiliaria por Pisos y
Apartamientos denominado Condominio Centro Comercial Hipermall las Cascadas, representada
por la Sociedad Administradora de Condominios, Sociedad Anónima de Capital Variable, que
puede abreviarse Administradora de Condominios, S.A. de C.V., por medio de sus representantes
procesales, licenciados José Adolfo Torres Lemus, y Herbert Rafael Guerrero Urbina; en contra
de la sociedad Operadora Del Sur, Sociedad Anónima de Capital Variable, que puede abreviarse
Operadora Del Sur, S.A. de C.V.
Han intervenido en primera instancia los licenciados José Adolfo Torres Lemus y Herbert
Rafael Guerrero Urbina, en representación de la parte actora y los licenciados José Eduardo
Ángel Maldonado y Jaime Ernesto Moisés Rodríguez Paredes, en representación de la parte
demandada. En segunda instancia: los licenciados José Adolfo Torres Lemus, Herbert Rafael
Guerrero Urbina y Luis Héctor Alberto Pérez Aguirre, en representación de las actoras; José
Eduardo Ángel Maldonado y Jaime Ernesto Moisés Rodríguez Paredes, en calidad de apoderados
de la sociedad demandada.
En casación han intervenido los abogados Carlos Amílcar Amaya y Óscar Mauricio
Hurtado Saldaña, en calidad de apoderados de las sociedades Las Cascadas Multiservicios,
Sociedad Anónima de Capital Variable, que puede abreviarse Las Cascadas Multiservicios, S.A.
de C.V., también de los propietarios del inmueble sometido al régimen de la Ley de Propiedad
Inmobiliaria por Pisos y Apartamientos, denominado Centro comercial Hipermall las Cascadas,
en adelante, “El Condominio” representados por la administradora del inmueble, la sociedad
Administradora de Condominios, Sociedad Anónima de Capital Variable, que puede abreviarse
Administradora de Condominios, S.A. de C.V.
VISTOS LOS AUTOS Y CONSIDERANDO:
I.- Que la sentencia de Primera Instancia en la parte resolutiva dice: “FALLO-EN
NOMBRE DE LA REPÚBLICA DE EL SALVADOR Y DE CONFORMIDAD A LOS
ARTS. 1, 2, 11, 15, 18, 172 inc. 3°, 182 ord. 5°Cn; 42, 43, 1309, 1416, 1417, 1419, 1420, 1427,
1703, 1726, 1727, 1729, 1730, 1758, 1759, 2035, 2065, 2067, 2071, 2280 CCV; Arts. 1410,
1411, 1412, 1413, y 1415 del CCm; 1, 2, 3, 14, 15, 212, 213, 215, 216, 217, 218, 272, 305, 309,
313 ordinal 1°, 344, 347, 353 (sic) 416, 417 CPCM, LA SUSCRITA JUEZ FALLA: ---A.
RESPECTO DE LAS CASCADAS MULTISERVICIOS: I) SE DECLARA NO HA LUGAR
a establecer la existencia y la cuantificación de los daños patrimoniales en perjuicio de la
sociedad LAS CASCADAS MULTISERVICIOS, SOCIEDAD ANÓNIMA DE CAPITAL
VARIABLE, consistente en: Daño Emergente por el valor total de UN MILLÓN
SEISCIENTOS OCHENTA Y UN MIL TRESCIENTOS DIECINUEVE DÓLARES CON
QUINCE CENTAVOS DE DÓLAR DE LOS ESTADOS UNIDOS DE AMÉRICA; Lucro
Cesante por el valor total de TRES MILLONES CUATROCIENTOS SEIS MIL
NOVECIENTOS CINCUENTA Y SIETE DÓLARES CON CUARENTA Y SIETE
CENTAVOS DE DÓLAR DE LOS ESTADOS UNIDOS DE AMÉRICA; y Pérdida de
Chance u Oportunidad por el valor total de CUATROCIENTOS SETENTA Y UN MIL
NOVENTA Y TRES DÓLARES CON SESENTA Y SIETE CENTAVOS DE DÓLAR DE
LOS ESTADOS UNIDOS DE AMÉRICA.---II) SE DECLARA NO HA LUGAR a establecer
la responsabilidad extracontractual por la generación de daños patrimoniales antes relacionados
en contra de LAS CASCADAS MULTISERVICIOS, SOCIEDAD ANÓNIMA DE CAPITAL
VARIABLE por parte de OPERADORA DEL SUR, SOCIEDAD ANÓNIMA DE CAPITAL
VARIABLE. III) SE ABSUELVE a la sociedad OPERADORA DEL SUR, SOCIEDAD
ANÓNIMA DE CAPITAL VARIABLE de pagar a la sociedad LAS CASCADAS
MULTISERVICIOS, SOCIEDAD ANÓNIMA DE CAPITAL VARIABLE, la cantidad total de
CINCO MILLONES QUINIENTOS CINCUENTA Y NUEVE MIL TRECIENTOS SETENTA
DÓLARES CON VEINTINUEVE CENTAVOS DE DÓLAR DE LOS ESTADOS UNIDOS DE
AMÉRICA, en concepto de pago por indemnización por daños y perjuicios patrimoniales, más
los intereses legales que corresponden en cada caso; suma total desglosada de la siguiente forma:
---a) Por Daño Emergente en los rubros de: A) Gastos extraordinarios en consultorías para el
reclamo a la compañía aseguradora, bajo las Pólizas INC-50.858 e INC-50.859, a consecuencia
del incendio, por el monto total de CIENTO CUARENTA MIL QUINIENTOS CINCUENTA
DÓLARES DE LOS ESTADOS UNIDOS DE AMÉRICA, subdividido en las cantidades
siguientes: i) la cantidad de CUATRO MIL DOSCIENTOS SETENTA Y CINCO DÓLARES
DE LOS ESTADOS UNIDOS DE AMÉRICA, más el interés legal mercantil a partir del día 31
de enero de 2015; ii) la cantidad de DIEZ MIL DÓLARES DE LOS ESTADOS UNIDOS DE
AMÉRICA, más el interés legal mercantil a partir del día 17 de febrero de 2015; iii) la cantidad
de CUATRO MIL DOSCIENTOS SETENTA Y CINCO DÓLARES DE LOS ESTADOS
UNIDOS DE AMÉRICA, más el interés legal mercantil a partir del día 3 de marzo de 2015; iv)
la cantidad de DIEZ MIL DÓLARES DE LOS ESTADOS UNIDOS DE AMÉRICA, más el
interés legal mercantil a partir del día 27 de marzo de 2015; y) la cantidad de SIETE MIL
DÓLARES DE LOS ESTADOS UNIDOS DE AMÉRICA, más el interés legal mercantil a partir
del día 28 de abril de 2015; vi) la cantidad de UN MIL SETECIENTOS CINCUENTA
DÓLARES DE LOS ESTADOS UNIDOS DE AMÉRICA, más el interés legal mercantil a partir
del día 9 de junio de 2015; vii) la cantidad de UN MIL SETECIENTOS CINCUENTA
DÓLARES DE LOS ESTADOS UNIDOS DE AMÉRICA, Más el interés legal mercantil a partir
del día 19 de junio de 2015; viii) la cantidad de UN MIL QUINIENTOS DÓLARES DE LOS
ESTADOS UNIDOS DE AMÉRICA, más el interés legal mercantil a partir del día 26 de agosto
de 2015; ix) la cantidad de DIEZ MIL DÓLARES DE LOS ESTADOS UNIDOS DE
AMÉRICA, más el interés legal mercantil a partir del día 16 de febrero de 2015; x) la cantida de
VEINTE MIL DÓLARES DE LOS ESTADOS UNIDOS DE AMÉRICA, más el interés legal
mercantil a partir del día 5 de mayo de 2015; xi) la cantidad de QUINCE MIL DÓLARES DE
LOS ESTADOS UNIDOS DE AMÉRICA, más el interés legal mercantil a partir del día 15 de
junio de 2015; y xii) la cantidad de CINCUENTA Y CINCO MIL DÓLARES DE LOS
ESTADOS UNIDOS DE AMÉRICA, más el interés legal mercantil a partir del día 10 de
noviembre de 2015; todos los intereses se reclaman hasta el completo pago. B) Readecuación de
las instalaciones correspondientes al Local L-1 por retiro del ancla, Operadora del Sur, S.A. de
C.V., para la que había sido diseñado el Centro Comercial, de noviembre de 2015 a agosto de
2016, por la cantidad de UN MILLÓN TRESCIENTOS OCHENTA Y DOS MIL
TRESCIENTOS OCHENTA Y SEIS DÓLARES CON VEINTICUATRO CENTAVOS DE
DÓLAR DE LOS ESTADOS UNIDOS DE AMÉRICA, más el interés legal mercantil a partir
del día 01 de septiembre de 2016, hasta su completo pago. C) Gastos extraordinarios en
cofinanciamiento de promoción comercial de arrendatarios de febrero de 2015 a enero de 2017,
por la suma de CIENTO CINCUENTA Y OCHO MIL TRESCIENTOS OCHENTA Y DOS
DÓLARES CON NOVENTA Y UN CENTAVOS DE DÓLAR DELOS ESATADOS UNIDOS
DE AMÉRICA, más el interés legal mercantil a partir del día 01 de febrero de 2017, hasta su
completo pago.---b) Por Lucro Cesante en los rubros de: a)Rentas no percibidas de locales
comerciales y kioscos de la zona dañada, de septiembre de 2015 a enero de 2017, por la cantidad
de DOS MILLONES CUATROCIENTOS CUARENTA Y CUATRO MIL CIENTO
VEINTICUATRO DÓLARES CON OCHENTA Y SEIS CENTAVOS DE DÓLAR DE LOS
ESTADOS UNIDOS DE AMÉRICA, más el interés legal mercantil a partir del 01 de febrero de
2017, hasta el completo pago; b) Rentas no percibidas de locales comerciales y kioscos en la zona
no dañada, para la segunda quincena de enero de 2015, por la cantidad de DIECISIETE MIL
DOSCIENTOS OCHENTA Y NUEVE DÓLARES CON SEIS CENTAVOS DE DÓLAR DE
LOS ESTADOS UNIDOS DE AMÉRICA, más el interés legal mercantil a partir del 01 de enero
de 2015, hasta el completo pago; c) Ingresos no percibidos por interrupción de suministro de aire
acondicionado al Centro Comercial de enero de 2015 a enero de 2017, por la cantidad de
NOVECIENTOS CUARENTA Y CINCO MIL QUINIENTOS CUARENTA Y TRES
DÓLARES CON CINCUENTA Y CINCO CENTAVOS DE DÓLAR DE LOS ESTADOS
UNIDOS DE AMÉRICA más el interés legal mercantil a partir del 01 de febrero de 2017, hasta
el completo pago.---c) Por Pérdida de Chance un Oportunidad, a causa del perjuicio financiero,
por la cantidad total de CUATROCIENTOS SETENTA Y UN MIL NOVENTA Y TRES
DÓLARES CON SESENTA Y SIETE CENTAVOS DE DÓLAR DE LOS ESTADOS UNIDOS
DE AMÉRICA.---B. RESPECTO DEL CONDOMINIO I) SE DECLARA NO HA LUGAR a
establecer la existencia y la cuantificación de los daños patrimoniales de LOS PROPIETARIOS
DEL INMUEBLE SOMETIDO AL RÉGIMEN DE LA LEY DE PROPIEDAD
INMOBILIARIA POR PISOS Y APARTAMIENTOS DENOMINADO CONDOMINIO
CENTRO COMERCIAL HIPERMALL LAS CASCADAS, consistente en: Daño Emergente por
el valor total de TRES MILLONES OCHENTA Y SIETE MIL QUINIENTOS SESENTA Y
CINCO DÓLARES CON CINCUENTA Y SEIS CENTAVOS DE DÓLAR DE LOS ESTADOS
UNIDOS DE AMÉRICA; Lucro Cesante por el valor total de UN MILLÓN TRESCIENTOS
CINCUENTA Y CUATRO MIL DOSCIENTOS DIECISIETE DÓLARES CON NOVENTA Y
NUEVE CENTAVOS DE DÓLAR DE LOS ESTADOS UNIDOS DE AMÉRICA; y Pérdida de
Chance u Oportunidad por el valor total de DOSCIENTOS SETENTA Y SEIS MIL
TRESCIENTOS TREINTA Y OCHO DÓLARES CON TREINTA Y UN CENTAVOS DE
DÓLAR DE LOS ESTADOS UNIDOS DE AMÉRICA. ---II) SE DECLARA NO HA LUGAR a
establecer la existencia y cuantificación de los daños morales ocasionados a LOS
PROPIETARIOS DEL INMUEBLE SOMETIDO AL RÉGIMEN DE LA LEY DE
PROPIEDAD INMOBILIARIA POR PISOS Y PARTAMENTOS DENOMINADO
CONDOMINIO CENTRO COMERCIAL HIPERMALL LAS CASCADAS, consistente en la
suma de DOS MILLONES TRESCIENTOS TREINTA Y UN MIL OCHENTA Y NUEVE
DÓLARES CON CINCUENTA Y OCHO CENTAVOS DE DÓLAR DE LOS ESTADOS
UNIDOS DE AMÉRICA. --- III) SE DECLARA NO HA LUGAR a establecer la
responsabilidad extracontractual por la generación de daños patrimoniales y extra patrimoniales
antes relacionados en contra de LOS PROPIETARIOS DEL INMUEBLE SOMETIDO AL
RÉGIMEN DE LA LEY DE PROPIEDAD INMOBILIARIA POR PISOS Y APARTAMENTOS
DENOMINADO CONDOMINIO CENTRO COMERCIAL HIPERMALL LAS CASCADAS
por parte de OPERADORA DEL SUR, SOCIEDAD ANÓNIMA DE CAPITAL VARIABLE. ---
IV) SE ABSUELVE a la sociedad OPERADORA DEL SUR, SOCIEDAD ANÓNIMA DE
CAPITAL VARIABLE de pagar a LOS PROPIETARIOS DEL INMUEBLE SOMETIDO AL
RÉGIMEN DE LA LEY DE PROPIEDAD INMOBILIARIA POR PISOS Y
APARTAMIENTOS DONIMINADO CONDOMINIO CENTRO COMERCIAL HIPERMALL
LAS CACADAS, LA cantidad total de CUATRO MILLONES SETECIENTOS DIECIOCHO
MIL CIENTOS VEINTIÚN DÓLARES CON OCHENTA Y SEIS CENTAVOS DE DOLAR
DE LOS ESTADOS UNIDOS DE AMÉRICA, en concepto de pago por indemnización por
daños y perjuicios patrimoniales, más los intereses legales que corresponden en cada caso, suma
total desglosada de la siguiente forma:---a) Por daño Emergente en los rubros de: A) Gastos para
el combate de las consecuencias inmediatas del incendio durante el mes de enero de 2015, la
cantidad de SIETE MIL SEISCIENTOS NUEVE DÓLAERS CON NOVENTA Y TRES
CENTAVOS DE DÓLAR DE LOS ESTADOS UNIDOS DE AMÉRICA, más el interés legal
mercantil a partir del 1 de febrero de 2017, hasta el completo pago. B) Honorarios de Ingenieros
y Arquitectos para el desarrollo de rediseños y obtención de permisos de reconstrucción de
noviembre de 2015 a enero de 2016, la cantidad de CUATROCIENTOS NOVENTA Y OCHO
MIL TRESCIENTOS CUARENTA Y TRES DÓLARES CON OCHENTA Y TRES
CENTAVOS DE DÓLAR DE LOS ESTADOS UNIDOS DE AMÉRICA, más el interés legal
mercantil a partir del 1 de febrero de 2016, hasta el completo pago. C) Costos de supervisión de
la reconstrucción de octubre de 2015 a noviembre de 2016, la cantidad de CIENTO NOVENTA
Y SIETE MIL SETECIENTOS CINCUENTA DÓLARES DE LOS ESTDOA UNIDOS DE
AMÉRICA, más el interés legal mercantil a partir del 1 de diciembre de 2016, hasta el completo
pago. D) Recuperación de imagen y tráfico de personas en el Centro Comercial de enero de 2016
a diciembre de 2017, la cantidad de DOS MILLONES TERSCIENTOS TREINTA Y UN MIL
OCHENTA Y NUEVE DÓLARES CON CINCUENTA Y OCHO CENTAVOS DE DOLAR DE
LOS ESTADOS UNIDOS DE AMÉRICA, más el interés legal mercantil a partir del 1 de febrero
de 2017, hasta el completo pago. E) Gastos extraordinarios en cofinanciamiento de promoción
comercial de arrendatarios de febrero de 2015 a enero de 2017, la cantidad de CINCUENTA Y
DOS MIL SETECIENTOS SETENTA Y DOS DÓLARES CON VEINTIDÓS CENTAVOS DE
DÓLAR DE LOS ESTADOS UNIDOS DE AMÉRICA, más el interés legal mercantil a partir
del 1 de febrero de 2017, hasta el completo pago. --- b) Por Lucro Cesante en los rubros de: A)
Rentas no percibidas por espacios comerciales y kioscos en zona dañada, a consecuencia del
incendio, de septiembre de 2015 a enero de 2017, la cantidad de CIEN MIL TRECIENTOS
DOCE DÓLARES CON CINCO CENTAVOS DE DÓLAR DE LOS ESTADOS UNIDOS DE
AMÉRICA, más el interés legal mercantil a partir del 1 de febrero de 2017, hasta el completo
pago. B) Rentas no percibidas por espacios comerciales kioscos en zona no dañada, a
consecuencia del incendio, para la segunda quincena del mes de enero de 2015, la cantidad de
DOCE MIL CIENTO TRECE DÓLARES CON SETENTA Y CUATRO CENTAVOS DE
DÓLAR DE LOS ESTADOS UNIDOS DE AMÉRICA, más el interés legal mercantil a partir
del 1 de enero de 2015, hasta el completo pago. C) Pérdida de cuotas de mantenimiento en zona
dañada, a consecuencia del incendio, de septiembre de 2015 a enero de 2017, la cantidad de
SETECIENTOS SETENTA Y OCHO MIL SEISCIENTOS CINCUENTA Y SIETE DÓLARES
CON TREINTA Y SEIS CENTAVOS DE DÓLAR DE LOS ESTADOS UNIDOS DE
AMÉRICA, más el interés legal mercantil a partir del 1 de febrero de 2017, hasta el completo
pago. D) Rentas no percibidas por espacios publicitarios en el Centro Comercial, a consecuencia
del incendio, de enero de 2015 a enero de 2017, la cantidad de CUATROCIENTOS SETENTA
Y TRES MIL CIENTO TREINTA Y CUATRO DÓLARES CON OCHENTA Y CUATRO
CENTAVOS DE DÓLAR DE LOS ESTADOS UNIDOS DE AMÉRICA, más el interés legal
mercantil a partir del 1 de febrero de 2017, hasta el completo pago. ---c) Por Pérdida de Chance u
Oportunidad, a causa del perjuicio financiero, por la cantidad total de DOSCIENTOS SETENTA
Y SEIS MIL TRESCIENTOS TREINTA Y OCHO DÓLARES CON TREINTA Y UN
CENTAVOS DE DÓLAR DE LOS ESTADOS UNIDOS DE AMÉRICA.---V) SE ABSUELVE
a la sociedad OPERADORA DEL SUR, SOCIEDAD ANÓNIMA DE CAPITAL VARIABLE de
pagar a LOS PROPIETARIOS DEL INMUEBLE SOMETIDO AL RÉGIMEN DE LA LEY DE
PROPIEDAD INMOBILIATRIO POR PISOS Y APARTAMENTOS DENOMINADO
CONDOMINIO CENTRO COMERCIAL HIPERMALL LAS CASACADAS, la cantidad de
DOS MILLONES TRESCIENTOS TREINTA Y UN MIL OCHENTA Y NUEVE DÓLARES
CON CINCUENTA Y OCHO CENTAVOS DE DÓLAR DE LOS ESTADOS UNIDOS DE
AMÉRICA, en concepto de pago por indemnización por daños y perjuicios extra patrimoniales.--
-VI) Se CONDENA en costas a las partes demandantes de conformidad al art. 272 CPCM, por
haber visto rechazadas todas sus pretensiones. NOTIFÍQUESE.”
II.- En segunda instancia se resolvió: “POR TANTO: Sobre la base de los razonamientos
expuestos, disposiciones legales citadas y de conformidad con lo establecido en los Arts. 11, 15,
18, 172 Incs. 10 y 30, 182 atribuciones 5ª Cn., 212 Inc. Último, 213, 215, 216, 217, 218, 219 Inc.
1°, 220 Inc. 1°, 272, 275 y 515 Incs. 10 y 2° CPCM, A NOMBRE DE LA REPÚBLICA DE EL
SALVADOR ESTA CÁMARA FALLA: A) CONFIRMASE la sentencia venida en apelación,
pronunciada por la señora Jueza 2 del Juzgado Segundo de lo Civil y Mercantil de San Salvador,
a las catorce horas y diez minutos del día diez de octubre de dos mil dieciséis; y, B)
CONDENASE EN COSTAS de esta instancia a la parte recurrente.”
III- No conformes con lo resuelto en segunda instancia, los abogados Carlos Amílcar
Amaya y Oscar Mauricio Hurtado Saldaña, en la calidad antes mencionada recurrieron en
casación y en lo esencial de su escrito manifestaron, que interponen el recurso por aplicación
indebida, artículos infringidos 389 y 416 CPCM, que fue declarado inadmisible y por
inaplicación de la ley, artículos infringidos 11 de la Constitución de la República de El Salvador
(Cn.), 2, 4, 339, 341 y 416, inc. segundo Código Procesal Civil y Mercantil (CPCM), el cual fue
admitido, por resolución de las doce horas veintidós minutos del siete de agosto de dos mil
diecisiete, a fs. 109 del expediente de casación.
Los abogados José Eduardo Ángel Maldonado y Jaime Ernesto Moisés Rodríguez
Paredes, en representación de la parte contraria, presentaron escrito que corre agregado de fs. 147
al 159 del expediente de casación, por el que en síntesis pidieron se les tuviera por ejercido su
derecho a pronunciarse en relación al recurso, se rechace el mismo y se condene en costas a los
recurrentes con arreglo al art. 539 CPCM. Posteriormente, presentaron otro escrito por el que
autorizaron a personas para recibir notificaciones, el que corre agregado a fs. 198.
A sus antecedentes el escrito presentado por el abogado Óscar Mauricio Hurtado Saldaña,
en la calidad en que comparece, por el que pidió se le extendiera certificación de todo el proceso,
lo que se ordenó, tal como se solicitó, fs. 189.
Posteriormente, los abogados Carlos Amílcar Amaya y Oscar Mauricio Hurtado Saldaña
presentaron escrito que corre agregado a fs. 194/197, por el que solicitaron se tuviera por
contestados los argumentos de su contraparte, pidiendo asimismo se tuviera por desvirtuado.
IV- ANÁLISIS DEL RECURSO
1. MOTIVO DE FONDO: INAPLICACIÓN DE LEY, artículos 11 Cn. y 4 CPCM
Los recurrentes manifiestan en síntesis, que se cometió inaplicación del art. 11 Cn.,
porque a su juicio, los términos del debate fueron establecidos por las partes y la jueza hasta la
audiencia preparatoria en cuanto a que lo reclamado en la demanda eran daños extracontractuales
y su correspondiente indemnización, calificó el reclamo como contractual, diferente a lo
planteado en la demanda; para fundamentar sus argumentos transcriben jurisprudencia de la Sala
de lo Constitucional respecto del sentido del art. 11 Cn., en el sentido que los derechos de
audiencia y defensa quedan garantizados únicamente si las partes han tenido la oportunidad real
de defensa, no se garantiza solamente cuando se ha tenido oportunidad de tener conocimiento de
la demanda, sino también cuando la exposición de su defensa y la aportación de las pruebas en
torno a la comprobación de los hechos en que fundamenta la protección de sus intereses, vista y
analizada en la sentencia en contraposición con los argumentos vertidos por la parte contraria;
para ahondar en el tema del derecho de defensa, relacionan el art. 4 CPCM, en cuanto a que éste
expresa que el sujeto tiene derecho a exponer su argumentación y rebatir la de la contraria; se
insiste en la idea que la legislación, art. 4 CPCM, confiere el derecho a intervenir en las
actuaciones, articular los medios de prueba pertinentes, contar en todo caso con la oportunidad de
exponer su argumentación y rebatir la de la contraria, manifestaciones del derecho de defensa que
deben ser reales y no sujetarlas a interpretaciones restrictivas o formalistas; además, los
recurrentes relacionan actos judiciales sucedidos ante la jueza de primera instancia que conoció
del proceso: que la demanda se planteó por reclamo de indemnización de responsabilidad
extracontractual contra Operadora Del Sur, S.A. de CV, en Proceso Común Declarativo; la parte
demandada contestó en sentido negativo y formularon motivos de oposición, jamás se
pronunciaron en contrario a la naturaleza jurídica del reclamo “extracontractual”. Que en otras
palabras, estos aceptaron la litis en los términos expuestos en la demanda. En la Audiencia
Preparatoria, las partes y el juez suplente no se refirieron en cuanto a si el origen de los daños era
“contractual” o “extracontractual”. En la audiencia probatoria, las partes debatieron y aportaron
pruebas tal como había quedado establecido en la Audiencia Preparatoria. La jueza de primera
instancia introdujo por primera vez, la calificación de “contractual” de los daños, lo que alteró la
litis sorpresivamente. Los recurrentes suponen, que la introducción de esta calificación obedeció
porque la jueza propietaria del tribunal que finalmente sentenció el proceso, no fue la que
presidió y conoció de la audiencia preparatoria, sino que el Juez Suplente. Que este cambio de la
litis les ocasionó perjuicios. Que el tema decidendi con arreglo al art. 94 CPCM había quedado
decidido por las partes y la jueza lo alteró y desnaturalizó posteriormente. En segunda instancia,
la Cámara recoge el criterio de la juzgadora y lo desarrolló abundantemente, se afirmó que los
daños y perjuicios alegados son contractuales. Surge nuevamente la infracción a los términos de
la litis, al objeto del proceso tal como fue planteado y aceptado por las partes, y fijado en la
audiencia preparatoria, probada y resistida por aquéllas.
Los recurrentes enfatizan, que la calificación de los daños como contractuales por parte de
la juzgadora se realizó en un momento inoportuno, porque se violentó la garantía de audiencia,
defensa y contradicción de los demandantes, porque “negaba a estos toda posibilidad de
defenderse y de contradecir el criterio de la juzgadora, defensa que sin duda tenían todo el
derecho a hacer.” Sobre la base de lo anterior concretaron que: 1-) el momento para pronunciar la
sentencia no fue el correcto para calificar de contractuales los daños, 2- que la juzgadora alteró la
litis sin consentimiento de las partes, 3- que en virtud del principio dispositivo, con sus
limitaciones, solo las partes pueden disponer del objeto del proceso, art. 6 CPCM, 4- Que la
juzgadora negó la oportunidad de defenderse a las demandantes a consecuencia de la alteración
de la Litis en contravención al art. 11 Cn, 2 y 4 CPCM. Que el momento apropiado para que la
juzgadora calificara los daños era en la audiencia preparatoria.
La Cámara Primera de lo Civil de la Primera Sección del Centro en síntesis manifestó (fs.
Fs. 137-138), que el principio de congruencia supone la confrontación entre lo pretendido en la
demanda y la parte dispositiva de la sentencia, sin consideración a los argumentos o
razonamientos que se expongan. Hay incongruencia cuando, por ejemplo, se alteran los hechos
fundamentales, causa de pedir, en que las partes fundaron sus pretensiones. En el caso de autos,
los demandantes solicitaron se declarase la responsabilidad extracontractual y su indemnización,
por lo que en principio, la jueza debía centrarse en la determinación del origen del daño así
expuesto, pero, esto no inhibía a la juzgadora de analizar los hechos y el derecho aplicable, esto
supone encajar aquéllos en los preceptos legales pertinentes, ya que las partes pueden invocar “un
sinfín de postulados” que pudieran resultar incorrectos. Así las cosas, la Cámara concluyó, que la
jueza a quo actuó correctamente cuando estableció que la responsabilidad civil era contractual y
no extracontractual. Agregan que en el momento en que sucedió el incendio, según se alegó, el
“Contrato de Construcción y Arrendamiento” estaba vigente, por lo que esto llevó a considerar
que una falta de cuidado requerido al arrendatario en la conservación de la cosa arrendada,
constituiría la correcta calificación de los hechos; confirmándose el pronunciamiento de la
juzgadora porque la obligación de indemnizar se origina por el incumplimiento de que “el
arrendatario empleará en la conservación de la cosa el cuidado de un buen padre de familia”,
porque no se trata de un hecho aislado, sino de un deber de cuidado o diligencia exigido a la
sociedad demandada, relacionado con el contrato. En fin, la Cámara discrepó con los recurrentes
y confirió la razón a la jueza, pues, no ellos consideraron que el origen de la pretensión
indemnizatoria provenía del deber genérico de cuidado. Que “la determinación del tipo de
responsabilidad que se reclama no es un término ajeno al debate, al contrario, nace por la
pretensión misma introducida por la parte actora, quien al aportar las pruebas de la vinculación
contractual por medio del contrato de arrendamiento, colocó tal situación de manera implícita al
conocimiento de la operadora de justicia, sin que pueda afirmarse que existe violación de su
derecho a la protección jurisdiccional, por ser incongruente la sentencia, en virtud que, como se
ha dejado sentado en párrafos anteriores, era fundamental que se fijara dicha circunstancia para
resolver la pretensión planteada”, fs. 142.
Al respecto, esta Sala considera lo siguiente:
Los recurrentes han citado como disposiciones infringidas los arts. 11 Cn. y 4 CPCM; en
síntesis alegaron, que tales disposiciones amparan a sus representadas, las demandantes de
indemnización por daños y perjuicios, a recibir el beneficio de un proceso en el que se observen
las formalidades esenciales, se les garantice su derecho de audiencia, defensa de sus argumentos
y oportunidad de aportar pruebas; que estas prerrogativas han sido conculcadas por la jueza de
primera instancia que conoció el litigio, porque calificó la responsabilidad civil como
“contractual” cuando en la demanda se alegó la “extracontractual”, cuyos argumentos fueron
confirmados por la Cámara. Que esa calificación se produjo al emitirse la sentencia de primera
instancia, cuando a lo sumo, pudo haberse practicado en la audiencia preparatoria; con todo ello
se cambió el objeto del proceso y la parte actora no tuvo la oportunidad de defenderse frente a ese
agravio, (fs. 2-9 del escrito de casación).
En ese sentido continuaremos analizando los artículos invocados como infringidos,
citaremos primeramente el art. 11 Cn. y luego el art. 4 CPCM.
El art. 11 Cn. reza así: “Ninguna persona puede ser privada del derecho a la vida, a la
libertad, a la propiedad y posesión, ni de cualquier otro de sus derechos sin ser previamente oída
y vencida en juicio con arreglo a las leyes; ni puede ser enjuiciada dos veces por la misma causa.”
En términos sencillos, es decir, sin ánimo de sobreabundar en el significado de la
disposición ya tantas veces interpretada por los tribunales, se aprecia, que la disposición recoge
dos grandes supuestos: la garantía constitucional de que toda persona no puede ser privada de sus
derechos sin haber sido oída y vencida en un proceso con arreglo a las leyes; y el otro, de no ser
enjuiciada dos veces por la misma causa; aunque en puridad los recurrentes debieron haber
efectuado esta distinción; sin embargo, el recurso se admitió, porque la fundamentación
esencialmente se centró en esos argumentos.
Dado que se invocó una disposición constitucional como infringida, requiere que
nuevamente nos pronunciemos en relación a la competencia de este tribunal en atención a este
tipo de regulación. Es cierto, en ese sentido, que esta Sala de Civil y la Corte Suprema de Justicia
cuando conocen de casaciones, admiten este recurso fundamentado en disposiciones
constitucionales. Y es que con arreglo al art. 2 CPCM los jueces están vinculados a las
disposiciones constitucionales, pero no es menos cierto que la casación ha constituido un
instrumento de protección y respeto de la legalidad, aplicándose e interpretándose las leyes
secundarias y hasta los reglamentos con arreglo a la Constitución de la República, por cuanto
aquellas constituyen concreción de disposiciones constitucionales. En ese sentido, el ejercicio del
control judicial vía casación debe ejercerse en armonía con las competencias que otros tribunales
ejercen, v.gr. la atribuida a la Sala de lo Constitucional, tribunal que sí tiene mandato
constitucional para conocer de amparos e inconstitucionalidades, de interpretar con efectos erga
omnes la Constitución.
En ese sentido, citamos la segunda disposición citada como infringida, el art. 4 CPCM
que bajo el epígrafe: “Principio de defensa y contradicción” dice: “El sujeto contra quien se
dirija la pretensión tiene derecho a defenderse en el proceso, interviniendo en las actuaciones y
articulando los medios de prueba pertinentes.--En todo caso, cada parte tiene derecho a contar
con la oportunidad de exponer su argumentación y rebatir la de la contraria, y sólo cuando
expresamente lo disponga la ley podrán adoptarse decisiones sin oír previamente a una de las
partes.”
Los recurrentes citan esta disposición para afirmar que: “el derecho de defensa y
contradicción se concretiza en el derecho del sujeto contra quien se dirige la pretensión a
defenderse en el proceso”; que cada parte tiene derecho a tener una oportunidad de exponer
argumentos y rebatir a la parte contraria, es decir, intervenir, articular medios de prueba,
argumentar y rebatir a la contraria.
En ese orden, esta Sala observa, que la teoría expuesta por los recurrentes es correcta y en
efecto, este mismo tribunal se ha referido al respeto del principio de contradicción y derecho de
defensa a través de la articulación del proceso por audiencias a través de la concatenación de lo
expuesto por las partes, la fijación de los hechos y admisión de medios probatorios en la
audiencia preliminar (los casos a los que nos referimos pertenecen al proceso de familia, en
donde la audiencia preliminar hace las veces de la audiencia preparatoria del Código Procesal
Civil y Mercantil). Sin embargo, creemos, que los argumentos expuestos, aunque por buen
camino, han sido insuficientes para pretender que sea casada la sentencia recurrida, no solo
porque no explican cómo y hasta qué punto es valedero citar el art. 11 Cn. para justificar que
hubo indefensión por la confirmación -de la Cámara- de la calificación de los daños pronunciada
por la jueza a quo o que la Cámara no debió confirmar la decisión de la jueza en el sentido
discutido en el recurso, todo apuntado fundamentalmente a la actuación de la Cámara y no del
tribunal de primera instancia, cuyos actos directamente no son objeto del recurso por esta Sala,
pues no hay casación per saltum.
Los recurrentes no explican por qué es valedero invocar una norma abstracta como el art.
11 Cn., cuando bien pudieron haber aplicado una más concreta que describiese un acto que
supuestamente causó perjuicios a sus representadas y es que de seguir su línea de argumentación
llegaríamos al punto, que no debería ser admitido, de limitar la capacidad del juez a sentenciar
con arreglo al Derecho, conforme al iura novit curia, lo que supone admitir que sí es posible la
calificación judicial de los daños invocados en una demanda. Y si esto es así, que lo es, hasta qué
punto sería admitido en consonancia con el derecho de defensa.
Como vemos, la argumentación expuesta por los recurrentes es correcta, insistimos,
teóricamente, pero se queda en el vacío y abstracción y por tanto ajeno a lo acontecido
particularmente en el proceso, el cual sí es objeto de discusión. Las argumentaciones que se
exponen, deben de tener sustancia, es decir, deben concretarse en las actuaciones que la Cámara
haya cometido, pues de lo contrario, se cometería la “infracción jurídica” de discutir en la mera
abstracción de los temas sin utilidad práctica al caso en análisis. V.gr. Qué prueba se omitió, qué
oportunidad se perdió a la sazón de que la Cámara confirmó la actuación de la jueza a quo, al
haber calificado la responsabilidad al sentenciar.
Esta Sala no está habilitada, en el contexto del análisis propio de casación, a inspeccionar
las actuaciones ejecutadas por la jueza de primera instancia, porque el objeto del análisis de
aquélla es el que corresponde a la Cámara en cuanto tribunal de segunda instancia; además, la
práctica del análisis de este recurso, supone auscultar la actuación de este último tribunal, con
arreglo a los precisos argumentos que un casacionista expone.
En ese sentido, los recurrentes nunca precisaron cuál fue la supuesta indefensión que
sufrieron, debido a que la Cámara confirmó la decisión de la a quo. En consecuencia, no ha lugar
a casar la sentencia por supuesta infracción de los arts. 11 Cn. y 4 CPCM.
No obstante lo anterior, cabe agregar, que en cuanto a la supuesta indefensión sufrida por
la parte actora por haber sostenido su “causa petendi” en los hechos relativos a una
responsabilidad extracontractual y por su parte, la jueza la calificó de contractual, cabe considerar
que, en todo caso, tal calificación, teóricamente, lejos de haberle perjudicado tuvo que
beneficiarle, porque la responsabilidad contractual lleva a que sea el demandado quien deba
comprobar que obró con cuidado o diligencia en el cuidado de la cosa, art. 1418, inc. tres Código
Civil que reza: “La prueba de la diligencia o cuidado incumbe al que ha debido emplearlo;...” y
dado que hubo un contrato de arrendamiento se aplicaría el art. 1703 en relación con el art. 1418,
inc. 1 ambos del Código Civil, en cuanto a que la responsabilidad civil sería leve, porque del
contrato de arrendamiento se derivan obligaciones recíprocas.
Asimismo, en cuanto a la “causa petendi”, la calificación que la jueza practicó de los
hechos y que la Cámara convalidó obedece a que, tal como ese tribunal lo argumentó a fs. 141:
“5.2.9) Bajo esta línea de argumentación, es dable afirmar que en el caso que nos ocupa, la
determinación del tipo de responsabilidad que se reclama no es un término ajeno al debate, al
contrario, nace por la pretensión misma introducida por la parte actora, quien al aportar las
pruebas de la vinculación contractual por medio del contrato de arrendamiento, colocó tal
situación de manera implícita al conocimiento de la operadora de justicia, sin que pueda
afirmarse que existe violación de su derecho a la protección jurisdiccional, por ser incongruente
la sentencia, en virtud que, como sea (sic) dejado sentado en párrafos anteriores, era fundamental
que se fijara dicha circunstancia para resolver la pretensión planteada; por lo que el punto de
apelación invocado queda desvirtuado.”
En ese hilo de ideas, la Cámara argumentó, que el caso fue tramitado como
responsabilidad extracontractual, habiéndose presentado las pruebas y argumentos del caso, a
cargo de ambas partes, lo que supone que la parte actora tuvo más oportunidades de actividad de
las que hubiese requerido si se hubiera calificado como responsabilidad contractual, desde un
inicio, porque ya dijimos que el régimen de la carga de la prueba difiere entre la responsabilidad
contractual y la extracontractual, y aún así con todas esas oportunidades procesales, el actor no
obtuvo el triunfo en sus pretensiones. Bajo la perspectiva de la carga de la prueba, la calificación
de la responsabilidad civil de contractual, beneficiaría más al actor que al demandado, porque ya
dijimos que el demandado tendría que haber probado su diligencia; esto desde luego que
desacredita la supuesta indefensión, que insistimos, nunca fue descrita específicamente por la
parte recurrente.
Es de traer a colación en doctrina se sabe que la “causa petendi” se entiende de dos
formas: la primera, por la que estimamos que la causa comprende los hechos y el derecho que la
parte actora debe manifestar en su demanda; por la segunda, solamente contiene los elementos de
hecho. Con arreglo a estas formas de entenderla se han derivado los límites del quehacer judicial,
en cuanto a que el juez puede suplir las omisiones de derecho que la demanda presente en virtud
del principio “iura novit curia” lo que tendrá como límite que ello no produzca indefensión. En
este punto, consideramos pertinente transcribir: “A modo de recapitulación, cabe decir que los
principios “iura novit curia” y <<da mihi factum dabo tibi ius>> encuentran su aplicación y,
sobre todo, sus límites, no tanto en la concepción dogmática que se acepte de la <<causa
petendi>>, cuanto en la prescripción de la indefensión. Cuando una misma pretensión pueda ser
ejercitada por medio de dos o más cauces normativos, utilizando uno solo de ellos por el
demandante, el órgano jurisdiccional sólo podrá modificarlo cuando el cambio no genere
indefensión. Habrá indefensión cuando disponiendo el demandado de elementos de defensa en la
vía no ejercitada, no los utilizó precisamente por no ser necesario. Lo que presupone, en lo
fundamental, que el demandado aceptó la vía utilizada por el demandante, con independencia de
que la considerara o no, la adecuada.” (vid. REGLERO CAMPOS, Fernando, “Conceptos
generales y elementos de delimitación” en Tratado de Responsabilidad Civil, 2a ed., coord. Por
Fernando Reglero Campos, Thomson, Aranzadi, 2003, pág. 156-157). También En ese mismo
sentido, Santos Briz, Jaime, La responsabilidad civil. Temas actuales, Madrid: editorial
Montecorvo, S.A. 2001, págs. 4749-50.
Por último, el art. 218 inciso final CPCM establece: “Sin alterar la pretensión, y con
respeto a los hechos alegados por las partes como base de sus causas de pedir, el juzgador podrá
emplear los fundamentos de derecho o las normas jurídicas que considere más adecuadas al caso,
aunque no hubieran sido invocados por las partes.”, disposición enmarcada en el título cuarto
titulado Actividad Procesal. Esta disposición también respalda lo que venimos manifestando.
2. MOTIVO DE FONDO: INAPLICACIÓN DE LEY, artículo 2 CPCM
Los recurrentes afirman, que todo juez tiene la obligación de actuar conforme al marco
constitucional, art. 2, inc. 1° y que la Cámara ignoró la violación a normas constitucionales
cometida por la jueza a quo, pudiendo haber corregido la decisión, sin haberlo hecho, cometió la
misma infracción.
Es más, la Cámara al defender la calificación de la responsabilidad contractual realizada
por la jueza a quo, no concedió mérito a que las partes; nunca establecieron ese tipo de
responsabilidad en la discusión en las diversas etapas del proceso: demanda, contestación,
audiencia preparatoria y probatoria.
Por eso, consideran, que la Cámara inaplicó el art. 2 CPCM que ordena actuar con arreglo
a la Constitución, teniendo la obligación de percatarse de la actuación incorrecta de la jueza. Los
recurrentes continuaron sosteniendo el argumento que alegaron en el motivo de inaplicación de
los artículos 11 de la Constitución y 4 CPCM, solamente que esta vez agregaron y que puede
sintetizarse, en que por falta de un debido ejercicio contralor de la Cámara a la actuación de la
jueza a aguo, aquélla cometió como “acto reflejo” la infracción del art. 2 Cn.
Ahora bien, esta Sala considera, que es evidentemente legal y correcto que todo juzgador
debe estar vinculado a las leyes y demás disposiciones del ordenamiento jurídico salvadoreño, lo
que supone no desobedecerlas ni desconocerlas, tal como lo establece el art. 2, inc. 1 del CPCM.
El art. 2 también contiene un segundo inciso, que establece el deber de todo juzgador de
examinar la constitucionalidad de las disposiciones legales de las que dependa la tramitación del
proceso o el fundamento de las decisiones que se adopten y en caso de contravención, declarar su
inaplicabilidad y finalmente un tercero, concluyen, que no tendrán valor alguno las pruebas
obtenidas en perjuicio de los derechos o libertades fundamentales. La correcta interposición del
recurso de casación debió haberse verificado, señalando específicamente cuál de los tres incisos
citaba como infringido, no obstante, el recurso resultó admitido en gratitud a que al menos quedó
claro que se invocaba el primer supuesto (fs. 10 del escrito de casación, párrafo 2).
Asimismo, se considera, que la disposición invocada como infringida por la Cámara es
tan genérica, que no aporta sustancialmente a la solución del recurso como si pudiera ser la
invocación de una supuesta infracción de un trámite regulado en el Código Procesal Civil y
Mercantil, cuya configuración hubiese sido inspirada en un principio constitucional. Y es que
evidentemente la parte actora ha recurrido en casación porque el resultado no le fue favorable y
parecería que si la jueza a quo hubiese calificado los daños pero el resultado hubiese sido
diferente al de autos, reconociéndose una indemnización por daños, no se hubiese recurrido.
Pues, insistimos, que los recurrentes no explican cuál ha sido el punto medular en que la
calificación de los daños, les generó el agravio que alegan por infracción de esta disposición y en
ese mismo sentido no explican cómo diferenciar una mera inconformidad con la sentencia de una
auténtica infracción por inaplicación a una disposición tan genérica, como el deber del juez de
regir sus actos conforme al ordenamiento jurídico, art. 2, inc. 1 CPCM y es que, la disposición
por ser tan genérica, no resuelve puntualmente todos los casos y no precisamente este caso; al
respecto, recuérdese que el recurso de casación no es un recurso de amparo, mediante aquél se
busca inculcar el respeto de las leyes, las que si han sido conculcadas en el caso concreto, se
buscará que correctamente interpretadas y aplicadas se reencause la solución aportada al caso en
cuestión, es decir, la Sala aporta una corrección desde la perspectiva general y abstracta a la
específica aplicable al caso; o dicho de otra forma, este recurso busca proteger el Derecho
Objetivo, por eso se le califica como un “recurso extraordinario o de estricto Derecho”. Ahora
bien, si permitiésemos que cualquier disposición genérica sea invocada en casación en vez de la
que una legislación recogiese, siendo ésta más concreta porque resuelve especificamente el
asunto y que descansa en el principio o la regla constitucional genérica; tal actuación iría en
contra de la naturaleza extraordinaria citada, pues se abriría la puerta a fenómenos como los
siguientes: convertiríamos el proceso de casación en uno de amparo, invadiendo la competencia
de la Sala de lo Constitucional; aquéllos recurrentes que por desconocimiento del recurso de
casación y solamente conocieran al menos el de amparo interpusieran el primero, terminarían
generando una dinámica de desnaturalización del control casacional en perjuicio de quienes sí
conocen de casación, de las potestades de la Sala de lo Civil; en fin, en perjuicio de la seguridad
jurídica. Todos estos no tendrían cabida en la naturaleza de la casación. Muy distinto sucede,
cuando se invoca una norma constitucional que tiene equivalencia en la ley secundaria, lo que
con justa razón lleva a ser plenamente reconocida como norma infringida en casación, v.gr. art.
245 Cn., que recoge un supuesto concreto. Asimismo, por supuesto, que un recurrente en
casación puede citar una disposición constitucional para interpretar sistemáticamente otra
disposición más precisa citada como infringida por el motivo específico de casación. La
invocación de disposiciones constitucionales genéricas y muy abstractas, generaría como efecto
derivado, el riesgo de que en la casación se desplace la invocación y posterior análisis de
disposiciones secundarias, que sí conforman el tema central de análisis del recurso de casación.
Debe quedar claro, que estamos totalmente de acuerdo que debe practicarse un control de
constitucionalidad y en su caso, de convencionalidad, pero sin perder la perspectiva de la
finalidad de la casación.
Hasta este punto, no vemos razones para dar por casada la sentencia por supuesta
infracción al art. 2 Cn. y así se declarará en el fallo más adelante.
3. MOTIVO DE FONDO: INAPLICACIÓN DE LEY, artículo 339 CPCM
3.1-Los recurrentes manifestaron, que se ofreció y admitió la Certificación del Informe
del Cuerpo de Bomberos de El Salvador REF- DGBOMB/PREV/0115/0156, de fecha veintidós
de enero de dos mil quince, suscrita por las autoridades de la entidad, que es útil y pertinente para
demostrar el origen y la causa del incendio. Este documento constituye un instrumento público,
merece plena fe, no fue impugnado y su valoración se realiza con arreglo a la prueba tasada. En
el contenido de esos documentos el suscriptor informa que: el “sábado tres de enero de dos mil
quince a las doce horas y media, sucedieron los siguientes hechos: “el inspector MV acude a
realizar una inspección debido a un incendio suscitado en la tienda Walmart, ubicado en el
Centro Comercial Hipermall Las Cascadas; que dicha inspección se prolongó y que a partir del
lunes cinco de enero se incorporó un equipo de ATE (Agencia de Alcohol, Armas de Fuego y
Explosivos, del Departamento de Justicia de los Estados Unidos de América), y personal de la
FGR (Fiscalía General de la República); se determinó que el incendio fue de grandes
proporciones, y que se originó en un local interno que es utilizado como bodega general de la
tienda WALMART; que sobre él existía un tanque de gas licuado que fue retirado por Tropigas
como propietario del mismo, para evitar que fuese alcanzado por el fuego; y que algunos locales
sufrieron daños parciales y daños totales.” En dicho informe se consignaron testimonios del
bombero AFF, quien dijo: “que durante el siniestro era el jefe de turno, que recibió la llamada de
emergencia del incendio a las 10:06 a.m. y que se procedió a utilizar la unidad de incendio dos
líneas de ataque por la zona de carga al costado nor poniente, al final de la estructura que
conforma la tienda OFFICE DEPOT”, que también se interrogó al señor JCAG, quien fungía
como gerente de la Tienda Office Depot el día del siniestro, y dijo: “que acompañado del señor
CARA, al observar el acaecimiento del siniestro procedieron a utilizar la manguera contra
incendio del gabinete que se encontraba instalado en la bodega de la Tienda OFFICE DEPOT, es
decir utilizaron el sistema contra incendio del centro comercial”, con ello se acredita que el
sistema contra incendio funcionaba perfectamente y no tenía las deficiencias argüidas por la
defensa. Que además, se interrogó a la señora MGCR, impulsadora de productos textiles, quien
declaró haber estado en el lugar del siniestro y que eventualmente durante la deposición del
inspector MV, al mostrarle los vídeos la situó en dichas reproducciones y que la identificó,
porque ella le indicó que su imagen era la que estaba en el vídeo, al mostrárselo; que dicha testigo
expresó, que escuchó un ruido raro, en el sector de los textiles, lo que consta en el informe en
cuestión y que al dirigirse al lugar de los hechos “observó que salía humo y llamas de la parte
superior de los estantes metálicos, que tenía almacenados edredones y calcetines”; agregó, que se
ubicó en el lugar e identificó en congruencia con el inspector MV dónde era el origen del
incendio. Los recurrentes coligen, que esta afirmación es relevante porque de ella se extrae que
había materiales de fácil combustión aledaños al lugar donde se inició el incendio, lo cual es
concomitante con el resto de pruebas y que cuya valoración integral permite establecer los hechos
antijurídicos imputables a OPERADORA DEL SUR como precursores del daño.
Asimismo, que se entrevistó al señor JFGC, quien afirmó ser bodeguero de Walmart, que
declaró que habían productos sobre tarimas de madera que eran colocados en el fondo de los
pasillos donde se encontraban los tomacorrientes, y que estas tarimas eran movilizadas con un
montacargas manual, ratificando la versión de la señora CR, en relación al tipo de material
almacenado en la zona donde se inició el incendio, lo que a su vez concuerda con el informe de
ATF, en el que se relaciona que los impactos en los tomacorrientes provocados por operaciones
en la bodega también son precursores del incendio y su magnitud.
En cuanto al establecimiento y confirmación del origen de la causa del incendio, los
recurrentes citan nuevamente el informe referido, señalan que el Inspector MV, fue categórico en
determinar que el fuego se desarrolló en el sector nor poniente de la bodega Walmart, que en ese
sector se encontraron dos tomacorrientes, los que hacían contacto directo con cajas de cartón, que
contenían productos altamente combustibles e inflamables, tales como cartón, plásticos, tela,
pinturas, cosméticos y que se constató que hubo cortocircuito. Que se encontró en la parte baja
del tomacorriente trozos de madera que formaban parte de una tarima y se dedujo que al
momento de reemplazar las tarimas se generó un impacto al tomacorriente, el cual causó una
rotura o fisura en el mecanismo, lo cual permitió filtración de polvo y humedad que al pasar el
tiempo abonó al fallo eléctrico. En ese sentido, los recurrentes afirman que esta tesis fue
confirmada al analizar los vídeos de seguridad, las entrevistas, condiciones encontradas y se
estableció como causa que el fuego se originó en uno de los tomacorrientes eléctricos que se
encontraban colocados al costado norponiente de la bodega y sus conectores internos presentaban
rasgos de sobrecalentamiento y chispas, que al hacer contacto directo con materiales altamente
combustibles, iniciaron el incendio.
Que en suma, sobre la base del informe, que tiene plena prueba, se establecen los
elementos probatorios siguientes: 1- que el siniestro sucedió en las bodegas de Walmart, que la
ignición del fuego responde a un cortocircuito que a su vez fue propiciado por las operaciones en
la bodega que ocasionan impactos o golpes en los tomacorrientes, esta falla eléctrica sumada a
los materiales de fácil combustión fueron los precursores y catalizadores del incendio, al revisar
estos puntos y confrontarlos con la prueba pericial y documental incorporada, es innegable que la
negligencia por parte del titular de la tienda Walmart ha tenido incidencia directa en la
producción del incendio, el riesgo al que estaban expuestos los tomacorrientes y las operaciones
en bodega, constituyen suficientes hechos antijurídicos para determinar la configuración del
triángulo de fuego adecuado para un siniestro de grandes magnitudes. 2- Al integrar dicha prueba
con la declaración del inspector MV se confirma la tesis del origen del incendio antes referida.
(fs. 16-18 del expediente de casación).
Asimismo, los recurrentes objetan que no hubo valoración de informe de bomberos por
parte de la Cámara sentenciadora. Que ésta relacionó en los apartados 5.3.4, 5.3.5, 5.3.6 de la
sentencia, que valoraría las pruebas en su conjunto con base en el principio de unidad de la
prueba. De igual forma manifestó en el apartado 5.3.7 y citó el ejemplo de cómo se hace la
valoración de los documentos privados, el art. 341, inc. 2 CPCM, pero nada dijo respecto de los
documentos públicos. Cerró el párrafo indicando que en todo caso valoraría la prueba en conjunto
conforme a las reglas de la sana crítica de acuerdo al art. 416 CPCM y que era imperativo atribuir
un valor o significado a cada prueba en particular, determinando si conduce o no a establecer la
existencia de un suceso y el modo en que se produjo (fs. 123-124 sentencia de Cámara). Que no
obstante lo anterior leyendo detenidamente la sentencia objetada, se observa que la certificación
del documento emitido por el Cuerpo de Bomberos nunca fue valorada por la Cámara, porque
no aparece en la relación de pruebas que sirvieron de fundamento en la sentencia impugnada y
por la que se confirma la sentencia emitida en primera instancia y que debió valorarse, porque
constituyó un punto apelado. Como se aprecia, el referido medio probatorio se encuentra
vinculado con otras probanzas, por cuya razón el tribunal no solo debió valorar este documento
como prueba tasada, sino que debió analizarlo en relación con otras probanzas que se mencionan
incorporadas al proceso.
Por lo anterior, los recurrentes manifestaron la manera en que creyeron que se inaplicaron
por la Cámara los artículos citados como infringidos. En ese sentido, se inaplicó el art. 339
CPCM al no tomar en cuenta, la Cámara, el contenido del documento en cuestión, que es de
naturaleza pública y que además nunca fue impugnado por la parte contraria Y que en ningún
espacio de los apartados de la sentencia de segunda instancia, se hizo referencia al medio
probatorio.
Anotamos que los recurrentes en casación continuaron refiriéndose a lo que ellos
entendieron como inaplicación de los arts. 341 y 416 del CPCM, lo que no recogeremos en este
apartado, sino más abajo, cuando se trate el análisis de estas supuestas infracciones. La
separación del análisis de cada infracción constituye parte de la estrategia y requerimiento legal
del planteamiento de un recurso, ya que permite denotar nítidamente al tribunal, discernir los
argumentos que concuerden con cada una de las disposiciones que se consideren infringidas en
concatenación directa con el motivo y submotivo de casación.
3.2- Transcribiremos la disposición legal supuestamente infringida. El art. 339 del Código
Procesal Civil y Mercantil bajo el epígrafe: “Autenticidad de instrumentos públicos.
Impugnación”, reza así: <<La autenticidad de un instrumento público se comprobará mediante su
cotejo con el original correspondiente, lo cual habrá de hacerse por el tribunal, que deberá
constituirse a tal efecto en el lugar donde el original se encuentre. A este acto se citará a las partes
y a sus representantes y abogados, por si quisieran asistir.---Si no fuera posible lo anterior, se
intentará el cotejo de letras por perito designado por el juez, pero sólo cuando no exista original y
el funcionario o notario que expidió el instrumento no pueda reconocerlo. Para el cotejo de letras
se actuará conforme al artículo que sigue.>>
3.3- La Cámara Primera de lo Civil de la Primera Sección del Centro en su sentencia se
refirió concretamente a los puntos apelados, en los acápites que identificó con números 5.1) y
5.3), e hizo mención a algunos peritajes y pruebas relativas a la línea de argumentación tendente
a responder los puntos recurridos, respecto de la calificación de la responsabilidad civil en
contractual o extracontractual, inclinándose por la primera y además, vertió consideraciones
doctrinarias relativas a la valoración de la prueba, fs. 137-147.
3.4- Esta Sala observa, que el contenido normativo del artículo 339 del Código Procesal
Civil y Mercantil contiene dos grandes apartados, es decir, incisos. El primero, contiene un
procedimiento para la determinación de la autenticidad de un documento tildado de falso,
señalándose el lugar donde debe practicarse la diligencia de comprobación de la autenticidad del
documento y quiénes deben acudir bajo la dirección del titular del tribunal que conoce del
proceso. Más adelante, en el segundo inciso, establece la manera de realizar esa misma diligencia
aplicable en caso que no fuese posible realizarse con arreglo al primer procedimiento antes
indicado, en el primer inciso.
Como hemos podido apreciar, a simple vista, el contenido normativo del artículo es
meramente procedimental para realizar la constatación de un documento achacado de falso. El
artículo hace recaer la diligencia bajo la dirección del juzgador que conoce de los hechos
fundamento de la pretensión y de quien depende la realización de la diligencia, es decir, no hace
mención alguna a un tribunal revisor o competente en materia de apelación, luego, no se ve
ninguna relación con pronunciamiento alguno que la Cámara, como tribunal competente en
apelación pudiera haber infringido la disposición. Asimismo, tampoco se hace relación a que la
Cámara hubiese cometido la infracción, en ocasión de haberse pronunciado respecto de este tipo
de diligencia que hubiese practicado la jueza a quo. Por último, los recurrentes han depositado su
confianza en el argumento tendente a argüir, que se cometió infracción al art. 339 CPCM debido
a que la Cámara no valoró el informe que el Cuerpo de Bomberos emitió. Su inconformidad
radica, en que no se valoró una prueba, argumento que en nada guarda correspondencia con lo
que el art. 339 CPCM establece, por ello la cita de esta disposición no es pertinente en relación al
argumento del recurso y de ahí que no queda más remedio que declarar sin lugar el recurso por
este submotivo.
El art. 339 CPCM como ya se dijo, es una disposición que establece un procedimiento; en
cambio, el motivo de fondo de la casación que los recurrentes invocaron, es el de “inaplicación
de ley”, que supone alegar una posible infracción de una norma sustantiva o de Derecho Material;
de fondo, porque resuelve el asunto en discusión. Por eso mismo, el art. 339 CPCM no puede
atacarse por un motivo de infracción de fondo, pues dicha norma regula una situación procesal o
de forma.
4. MOTIVO DE FONDO: INAPLICACIÓN DE LEY, artículo 341 CPCM
4.1- Además de lo expuesto ya en el submotivo anterior como fundamento del recurso, los
impetrantes manifestaron puntualmente, que el art. 341 CPCM, se infringió porque siendo que el
informe del Cuerpo de Bomberos es un instrumento público y que por tanto, constituye prueba
fehaciente de los hechos, actos o estado de las cosas que documenten, de la fecha y personas que
intervienen en el mismo, así como del fedatario o funcionario que lo expide. “Hemos expuesto
suficientemente el contenido del precitado informe, que dada su importancia la Cámara no debía
ignorar. En razón de lo anterior y debido a que la Cámara omitió pronunciarse respecto de este
documento, faltó la obligación legal de valorar cómo prueba tasada dicho documento y por
ende, inaplicó el art. 341 CPCM.”
4.2- El art. 341 CPCM citado como infringido, bajo el epígrafe: “Valor probatorio de
los instrumentos” establece lo siguiente:
<<Los instrumentos públicos constituirán prueba fehaciente de los hechos, actos o estado
de cosas que documenten; de la fecha y personas que intervienen en el mismo, así como del
fedatario o funcionario que lo expide.---Los instrumentos privados hacen prueba plena de su
contenido y otorgantes, si no ha sido impugnada su autenticidad o ésta ha quedado demostrada.
Si no quedó demostrada tras la impugnación, los instrumentos se valorarán conforme a las reglas
de la sana crítica.>>
4.3- La Cámara sentenciadora se pronunció respecto de la calificación de la
responsabilidad civil que la jueza efectuó e hizo mención de los peritajes incorporados en el
proceso.
4.4-Esta Sala considera, que los recurrentes debieron precisar a qué inciso de los dos
contenidos en el art. 341 CPCM se referían, porque el primero alude a los documentos públicos y
el segundo, a los documentos privados, a los recurrentes en casación, les corresponde la carga de
argumentar los aspectos de derecho de los que se pretenden valer, porque la naturaleza del
recurso así lo demanda. No obstante, quedó claro, al menos, que objetaron que la Cámara omitió
pronunciarse respecto del informe del Cuerpo de Bomberos y por eso alegaron que se inaplicó la
disposición aludida.
Al respecto, de la lectura de la sentencia que la Cámara emitió se observa, que los
recurrentes fundamentalmente concretan su argumentación en que “Hemos expuesto
suficientemente el contenido del precitado informe, que dada su importancia la Cámara no debía
ignorar. En razón de lo anterior y debido a que la Cámara omitió pronunciarse respecto de este
documento, faltó la obligación legal de valorar cómo prueba tasada dicho documento y por
ende, inaplicó el art. 341 CPCM.”
Al respecto, la disposición legal citada como supuestamente infringida establece en
síntesis, en su primer inciso, que los instrumentos públicos constituirán la prueba (“fehaciente”)
de una serie de elementos de la vida y son: hechos, actos, estado de cosas, fecha y personas que
intervinieron en ellos y del fedatario o funcionario que lo documentó o lo certifica, es decir,
concede el valor probatorio de los instrumentos públicos y del alcance de estos. Asimismo,
informa de la función de un documento que se califica de público por haber sido producto del
quehacer de un fedatario o funcionario que está habilitado para eso.
El art. 341 CPCM no se refiere ni dispone, que los titulares de un tribunal tengan la
obligación de pronunciarse respecto del valor de todas las pruebas incorporadas al proceso. Por lo
anterior, esta supuesta infracción que los recurrentes describen como: “...la Cámara omitió
pronunciarse...” solo el valor del informe que los bomberos rindieron respecto del siniestro y que
la Cámara no debía ignorar su contenido, no puede dar lugar a casar por infracción de ese artículo
y ese motivo de casación. Distinto hubiese sido si se hubiera alegado que la Cámara relacionó y
analizó el informe mencionado; pero le confirió un valor diferente al pleno, ahí sí se hubiera
correspondido nítidamente el supuesto contenido en el art. 341 CPCM. O si se hubiera dicho,
como argumento del recurso, que la fecha en que se celebró un contrato contenido en un
instrumento público no se tuvo por demostrada por el tribunal a pesar que lo relacionó en la
sentencia, lo analizó, aunque el resultado de esta auscultación derivó en una conclusión errónea
de creer que no tiene valor fehaciente o de conferirle uno diferente al que el art. 341 CPCM
establece.
Los argumentos planteados por los recurrentes por supuesta omisión del tribunal al
relacionar y analizar el informe de bomberos, por ignorarlo, corresponden al art. 416 CPCM, que
más adelante se analizará, porque lo alegaron como inaplicado por la Cámara.
En consecuencia, se declarará sin lugar la inaplicación del art. 341 CPCM.
5. MOTIVO DE FONDO: INAPLICACIÓN DE LEY, artículo 416 inc. 2 CPCM
Por último, afirmaron que se inaplicó el art. 416 CPCM, que establece la regla general
que el juez deberá valorar la prueba en su conjunto, con arreglo a las reglas de la sana crítica. No
obstante, exceptúa que tratándose de prueba documental, se estará a lo dispuesto sobre el valor de
la prueba tasada. Dado que la Cámara no se pronunció y no ejerció valoración del informe del
Cuerpo de Bomberos, la Cámara infringió el inciso 416 del CPCM, porque omitió darle valor
probatorio alguno al documento. Literalmente afirmaron:<<No obstante lo anterior, leyendo con
detenimiento la sentencia de segunda instancia encontramos que la Certificación del Cuerpo de
Bomberos antes referida NUNCA FUE VALORADA POR LA CAMARA (sic), pues no aparece
dentro de las pruebas en las que fundamenta su decisión jurídica confirmatoria de primera
instancia, y que estaba obligada a valorar, pues era uno de los puntos apelados.>> (fs. 18 vuelto).
En este momento es preciso recordar, que el examen de casación que esta Sala realiza,
recae en la sentencia que la Cámara ha pronunciado; ésta a su vez tuvo que haberse pronunciado
respecto de todos los puntos apelados.
En ese sentido, el art. 515 CPCM establece la habilitación conferida a los magistrados de
Cámara: “La sentencia que se dicte en apelación deberá pronunciarse exclusivamente sobre los
puntos y cuestiones planteados en el recurso y, en su caso, en los escritos de adhesión.”
La disposición transcrita básicamente recoge el principio de congruencia a aplicar en
segunda instancia y se encuentra integrada al procedimiento propio de la apelación, lo que
constituye parte de la garantía procesal establecida para esa instancia.
Ahora bien, los recurrentes citan como disposición supuestamente infringida el art. 416
CPCM, que bajo el epígrafe: “Valoración de la prueba”, dice así: <<Art. 416.- El juez o tribunal
deberá valorar la prueba en su conjunto conforme a las reglas de la sana crítica.---No obstante lo
anterior, en la prueba documental se estará a lo dispuesto sobre el valor tasado.---El juez o
tribunal deberá atribuir un valor o significado a cada prueba en particular, determinando si
conduce o no a establecer la existencia de un hecho y el modo en que se produjo. Cuando más de
una prueba hubiera sido presentada para establecer la existencia o el modo de un mismo hecho,
dichas pruebas deberán valorarse en común, con especial motivación y razonamiento.>>
Esta disposición se encuentra integrada en el capítulo sexto, “Alegatos y Sentencia”, del
Título Segundo titulado: “Proceso Común”, que por cierto, integra el capítulo primero: “Los
actos de alegación”, sección primera: “La demanda”, en cuyo artículo 276 del Código Procesal
Civil y Mercantil recoge los requisitos de la demanda y que en síntesis recalcamos los contenidos
en los ordinales 5º, 6°, 7°, 8°, 9°, referentes a que la parte actora debe manifestar los hechos en
que fundamenta la petición, enumerándolos y describiéndolos con claridad y precisión, los
argumentos de derechos que invoque en favor de su petición, adjuntando los documentos que
acrediten presupuestos procesales, formulando las peticiones, ofreciendo y determinando las
probanzas que pretenda hacer valer.
Con todo lo dicho en el párrafo anterior queremos expresar que el art. 416 CPCM citado
como infringido debe interpretarse sistemáticamente, es decir, integrado en el cuerpo de
disposiciones pertenecientes al proceso común y cuyo conocimiento corresponde a los jueces que
en primera instancia conocen de una pretensión o más. Obviamente, el juez que está conociendo
en primera instancia, a quien le han presentado una demanda que contiene los aspectos arriba
indicados, de hecho, derecho y prueba de aquéllos, quien además inmedia la prueba, luego, tendrá
que pronunciarse tal como el art. 416 CPCM prescribe, éste básicamente establece los pasos
coherentes que un juez en las condiciones apuntadas debe cumplir. Por eso mismo, el art. 416
CPCM es una disposición que en principio no puede exigirse que los magistrados de una Cámara
cumplan, a menos que estos conozcan en primera instancia de una causa o si el punto ha sido
apelado.
Los magistrados de la Cámara Primera de lo Civil de la Primera Sección del Centro en
relación a las pruebas del proceso manifestaron en su sentencia: <<5.3.16) En consonancia con
todo lo expresado, basta leer detenidamente la sentencia impugnada, para estimar que la
valoración de la prueba que realizó la juzgadora es acertada, ya que se constata una coherencia
tanto interna como externa con todos los medios de (sic) probatorios, individualizando cada uno
de ellos, y posteriormente en su conjunto, de conformidad con la operación interna de valoración,
llevándola a colegir que era imposible determinar la causa del cortocircuito que generó el
incendio en la bodega de Wallmart, por existir diversas hipótesis que no le permitieron concluir
certeramente sobre ello, y atribuirle responsabilidad a la sociedad demandada, por lo que el punto
de apelación esgrimido carece de sustento legal.”
Existe en doctrina y jurisprudencia comparada el concepto de argumentación por
remisión, que básicamente consiste en que un juzgador o tomador de una decisión remite a los
argumentos expuestos en un libelo o en una decisión para motivar y fundamentar su decisión.
Este proceder tiene la virtud de ahorrar tiempo en la toma de la decisión, lo que resulta
congruente con el principio de economía procesal. Al acotar esta idea buscamos argumentar que
en el presente caso, los magistrados de la Cámara citada se valieron de lo sostenido en el punto
5.3.16), lo que es perfectamente válido. Debe tomarse en cuenta que esta forma de expresiones
por ser válidas, no pueden dar lugar a que los recurrentes ataquen la sentencia de instancia
mediante una exigencia de perfección, pues, en ese caso, se cometería el error de convertir a la
casación en una tercera instancia.
Ahora bien, con todo lo dicho, veremos si en el escrito de apelación se dijo algo que
indique que en efecto la Cámara debió haberse pronunciado expresa y directamente respecto de
lo que hoy se alega como motivo de casación: al respecto, a fs. 13 vuelto del escrito de apelación
los abogados apelantes dijeron: “d. Error en la valoración de la prueba (se refiere a los hechos
contenidos en la demanda y que volvió a transcribir en el escrito de apelación al literal c. y que
consisten en síntesis: en el origen del incendio y lo evidenciado por los investigadores de ATE y
el Cuerpo de Bomberos)---Para este hecho, la jueza a- quo no hizo una valoración, sino que
únicamente comentó la prueba del Ingeniero DLR, sin especificar qué valor le estaba dando a la
misma, pero la realidad es que nuevamente dejó otras pruebas que se refieren al mismo tema,
como son las pruebas documentales de ATE y Cuerpo de Bomberos, que al tener un valor de
prueba tasada, no argumenta cuál fue el orden lógico para no valorarlas. Lo anterior ha sido un
hecho constante en la sentencia de este proceso. ---La realidad es que los informes de ATF y
Cuerpo de Bomberos (los cuales no son pericias como lo afirma la juez a-quo, sino
investigaciones oficiales), hacen plena prueba que existía mercaderías en la proximidad o
contiguo al tomacorriente, lo cual no fue controvertido por los abogados de la parte contraria,
quienes en todo el escrito de contestación de la demanda simplemente callaron al respecto. ---Por
otro lado, la juez a quo se desvía del objeto de prueba (proximidad d materiales inflamables con
el tomacorriente) restándole importancia e indicando que lo es (sic) relevante es el origen del
cortocircuito, integrando el elemento de culpa que no es el hecho que se está probando, habiendo
una clara incongruencia entre el hecho fijado y la resolución impugnada en este punto. Olvidando
además, como lo explicaron los expertos respecto al triángulo de fuego, que para que se produzca
un incendio no basta con el calor o chispa, es necesario el material combustible, por lo que que
no se puede sacar de dicha ecuación.”. En el petitorio del recurso se dijo que se revisaran los
hechos probados fijados en la sentencia y particularmente la valoración de la prueba, art. 510,
ord. 2° CPCM, (fs. 31 vto.).
Nuevamente, al revisar la sentencia de segunda instancia vemos que la respuesta
proporcionada por la Cámara no se justifica completamente en relación a la petición específica de
la parte recurrente en apelación, porque la argumentación general por la que la Cámara consideró
referirse a la valoración de la prueba que la jueza realizó, a manera de argumentación por
remisión, no se justifica en este caso, debido a que la parte recurrente pidió específicamente, que
se pronunciara respecto de la supuesta infracción cometida por la jueza a quo en el asunto que
venimos señalando.
En ese sentido, la Cámara por haber omitido referirse específicamente a este punto,
pedido de manera especial por la parte recurrente como medio para defender su pretensión,
infringió el art. 416 CPCM lo que conlleva a casar la sentencia emitida por aquélla y por eso
mismo, da lugar a que citemos el principio de iura novit curia en cuanto a que la falta de
pronunciamiento del tribunal a un especial pedido de resolución, ocasiona falta de congruencia e
indefensión en tanto que se considere que dicha omisión conlleva dejar de pronunciarse respecto
de un hecho y derecho fundamentales en el proceso.
En consecuencia, por estas razones, procedería declarar ha lugar a casar solamente por
este punto. Sin embargo, el art. 538 del Código Procesal Civil y Mercantil, bajo el epígrafe:
“Corrección de motivación jurídica”, señala: <<Art. 538.- El tribunal de casación desestimará
el recurso cuando, no obstante existir error en la fundamentación jurídica de la sentencia
impugnada, por concurrir vicios o defectos que produzcan la infracción o errónea aplicación de
la norma de derecho utilizadas para resolver el caso, se establezca que tal sentencia es correcta
y ajustada a derecho conforme a otros fundamentos y motivos jurídicos de derecho. En este caso,
el tribunal de casación se limitará a corregir la motivación, dándole al fallo la adecuada
fundamentación jurídica.>>
Esta disposición supone que el recurso de casación, luego de ser admitido y haberse
examinado su procedencia, esta Sala, en este segundo estadio del análisis del recurso, está
facultada para examinar si la decisión pronunciada e impugnada es la que corresponde a Derecho
y es justa. Si fuese así, se procederá a desestimar el recurso de casación, aunque el recurrente
tuviera la razón. Esta disposición marca un tratamiento procesal diferente al que la Ley de
Casación derogada dispensaba al recurrente y al tribunal de casación.
Dado que el recurrente, aunque haya triunfado con su planteamiento de casación, por
existir, como en este caso, inaplicación de la disposición que invocó, tendrá que ver rechazado su
recurso. Y siendo que el art. 539 del Código Procesal Civil y Mercantil manda que se condene en
costas al recurrente, consideramos que en este caso, por equidad, no procede la imposición de las
costas, porque tal como se indicó, el recurrente tuvo la razón, pero la ley manda a que por las
particularidades del caso se desestime el recurso y se complemente la sentencia pronunciada y
objetada.
En razón que el tribunal de casación observa que la “(..) sentencia es correcta y ajustada a
derecho (...)” y los argumentos jurídicos pueden ser complementados e incluso mejorados, lo que
supone en alguna medida que esta Sala se convertirá en tribunal de instancia, a continuación nos
pronunciaremos sobre los aspectos reclamados y resistencias, limitándonos en el fallo a
desestimar el recurso y confirmar la sentencia impugnada.
PRONUNCIAMIENTO DE FONDO
Haremos, primeramente, un recuento de lo pedido en la demanda, de lo resistido por el
demandado y haremos una síntesis del caso; luego, abordaremos los temas siguientes: 1.-
existencia del siniestro, 2.- responsabilidad contractual y extracontractual (criterio diferenciador),
2.1- La calificación de la responsabilidad civil, 2.2- calificación del tipo de daños; 3.- Contrato de
seguro de incendio; 4.- Diligencias de incendio. 4.1- Su objeto y naturaleza, 4.2- Su carácter de
administrativas en sede judicial y sin contradictorio, 4.3- No constituye cosa juzgada. 5.- La
representación de Las Cascadas. 5.1- Declaraciones públicas en periódicos 6.- Contratación
moderna. 6.1- Cláusulas contractuales relativas al litigio. 6.2-Integración de normas técnicas y
reglamentos en el contrato. 6.2.1- Reglamento OPAMSS. 6.2.2- Reglas técnicas SIGET. 6.2.3-
Supuesto incumplimiento de seguridad ocupacional. 6.2.4- Reglamento del Condominio 7.-
Previsibilidad de los daños contractuales. 7.1- El contrato de seguro de incendio integrado al
contrato principal como parte de los riesgos asumidos y distribuidos por los contratantes. 7.2-
Cláusulas 11° y 16° del contrato de construcción y arrendamiento. 7.2.1-Clásulas de
previsibilidad de daños en el contrato de construcción y arrendamiento (a manera de cláusula
penal). 7.3- El art. 1416 del Código Civil de El Salvador, 7.4- El art. 1429 del Código Civil de El
Salvador. 7.5- Principios de UNIDROIT, art. 7.4.4, 8.- El artículo 1401 del Código de Comercio
de El Salvador y el derecho de la aseguradora a subrogarse en los derechos y acciones del
asegurado como premisa para discernir el planteamiento de un reclamo sin justa causa del
asegurado. 9.- El propietario del proyecto de construcción. 9.1- “Llave en mano”. 10.- El reclamo
de la indemnización por daños morales. 11.- Prohibición de doble compensación. 12.- Obiter
dictum. 13.- Sobre la condena en costas.
A.-) La parte demandante, Las Cascadas Multiservicios, Sociedad Anónima de Capital
Variable, que puede abreviarse Las Cascadas Multiservicios S.A. de C.V. y los Propietarios del
Inmueble sometido al Régimen de Ley de Propiedad Inmobiliaria por Pisos y Apartamentos
denominado Condominio Centro Comercial Hipermall las Cascadas, representada por la sociedad
Administradora de Condominios, Sociedad Anónima de Capital Variable, que puede abreviarse
Administradora de Condominios, S.A. de C.V., por medio de sus abogados interpuso la demanda
y su ampliación, que se admitieron por resolución de fecha diez de febrero de dos mil dieciséis,
fs. 759, 4° pieza del expediente de primera instancia. Se verificó el emplazamiento, que consta a
folios 761, por medio de la gerente legal de la sociedad demandada, licenciada Mónica María
Galdámez Domínguez, adjuntándose copia simple del poder otorgado por Operadora Del Sur,
S.A. de C.V. a dicha gerente, y copia de la inscripción del mismo.
La parte demandada se identifica como Operadora Del Sur, Sociedad Anónima de Capital
Variable que puede abreviarse Operadora Del Sur, S.A. de C.V., quien por medio de sus
apoderados intervino en el proceso por escrito agregado a fs. 770-771, aunque sin contestar la
demanda y su ampliación, pidiendo expresamente “auxilio judicial urgente” consistente en que la
jueza a quo interpusiera sus oficios para ante la compañía AIG, Seguros, El Salvador, S.A., para
que ésta a su vez, proporcionara información relativa a la pólizas contra incendio suscritas por la
parte actora y relacionadas al siniestro, debido a que la compañía se había negado a suministrarle
esa información, salvo que autoridad judicial o administrativa la solicitase; adjuntaron copia del
escrito que remitieron a AIG, Seguros (fs. 780 y 781). En cuya virtud, la jueza a quo resolvió
librar oficio a dicha compañía (fs. 789-790), previa audiencia a la parte contraria conferida por
veinticuatro horas, el resultado del informe lo relacionaremos más adelante.
B.-) Expresamos en resumen lo que la parte actora pidió en su demanda y ampliación:
La parte actora, pidió: 1-) a favor de Las Cascadas Multiservicios: i-) declarar la
existencia y cuantificación de los daños patrimoniales consistente en Daño Emergente por el
valor total de UN MILLÓN SEISCIENTOS OCHENTA Y UN MIL TRESCIENTOS
DIECINUEVE DÓLARES CON QUINCE CENTAVOS DE DÓLAR DE LOS ESTADOS
UNIDOS DE AMÉRICA; Lucro Cesante por el valor total de TRES MILLONES
CUATROCIENTOS SEIS MIL NOVECIENTOS CINCUENTA Y SIETE DÓLARES CON
CUARENTA Y SIETE CENTAVOS DE DÓLAR DE LOS ESTDOS UNIDOS DE AMÉRICA;
y Pérdida de Chance u Oportunidad por el valor total de CUATROCIENTOS SETENTA Y UN
MIL NOVENTA Y TRES DÓLARES CON SESENTA Y SIETE CENTAVOS DE DÓLAR DE
LOS ESTADOS UNIDOS DE AMÉRICA; ii-) declarar la responsabilidad extracontractual por la
generación de daños patrimoniales contra OPERADORA DEL SUR, S.A de C.V. por CINCO
MILLONES CIENTO NOVENTA Y NUEVE MIL TRESCIENTOS SETENTA DÓLARES
CON VEINTINUEVE CENTAVOS DE DÓLAR DE LOS ESTADOS UNIDOS DE AMÉRICA,
como indemnización por los daños y perjuicios patrimoniales, más los intereses legales
correspondientes, II- A FAVOR DEL CONDOMINIO: i-) Declare la existencia y establezca la
cuantificación de los daños patrimoniales de los propietarios del inmueble sometido al régimen
de la Ley de Propiedad Inmobiliaria por pisos y apartamentos denominado Condominio Centro
Comercial Hipermall Las Cascadas, consistente en: Daño Emergente por el valor total de tres
millones ochenta y siete mil quinientos sesenta y cinco dólares con cincuenta y seis centavos de
dólar de los Estados unidos de América; Lucro Cesante por el valor total de UN MILLÓN
TRESCIENTOS CINCUENTA Y CUATRO MIL DOSCIENTOS DIECISIETE DÓLARES
CON NOVENTA Y NUEVE CENTAVOS DE DÓLAR DE LOS ESTADOS UNIDOS DE
AMÉRICA; y Pérdida de Chance u Oportunidad por el valor total de DOSCIENTOS SETENTA
Y SEIS MIL TRESCIENTOS TREINTA Y OCHO DÓLARES CON TREINTA Y UN
CENTAVOS DE DÓLAR DE LOS ESTADOS UNIDOS DE AMÉRICA; ii-) Declara la
existencia y cuantificación de los daños morales ocasionados a los propietarios del inmueble
sometido al régimen de la ley de propiedad inmobiliaria por pisos y apartamentos denominado
condominio centro comercial Hipermall las Cascadas, consistente en la suma de dos millones
trescientos treinta y un mil ochenta y nueve dólares con cincuenta y ocho centavos de dólar de los
Estados Unidos de América; Condene a la parte demandada a pagar a los propietarios del
inmueble sometido al régimen de la Ley de Propiedad inmobiliaria por pisos y apartamentos
denominado condominio Centro Comercial Hipermall Las Cascadas, la cantidad total de
CUATRO MILLONES SETECIENTOS DIECIOCHO MIL CIENTO VEINTIÚN DÓLARES
CON OCHENTA Y SEIS CENTAVOS DE DÓLAR DE LOS ESTADOS UNIDOS DE
AMÉRICA, en concepto de pago por indemnización por daños y perjuicios patrimoniales, más
los intereses legales que corresponden en cada caso. Condene también a la parte demandada a
pagar la cantidad de doscientos setenta y seis mil trescientos treinta y ocho dólares con treinta y
un centavos de dólar. Aclaró que reclama rentas no percibidas de locales comerciales y kioscos
de la zona dañada de septiembre de 2015 a enero de 2017, porque recibió cobertura hasta antes de
septiembre por cuenta del seguro contra incendios (demanda de fs. 1-29; escrito de fs. 734-736,
738).
C-) La parte demandada en su defensa, fs. 918-963, por medio de sus apoderados
manifestó que: la demanda era improponible porque la compañía AIG Seguros, El Salvador, S.A.
resarció los daños devenidos del incendio. Que además, el abogado de la parte actora omitió
relacionar en la demanda la información de los montos que sus representadas recibieron en
concepto de indemnización por el siniestro, pues solamente relacionó que ellas recibieron un
pago de indemnización por la aseguradora. Lo que dificultó el ejercicio de defensa. Que con
arreglo a los arts. 1344 y 1410 del Código de Comercio la aseguradora se obliga a indemnizar al
asegurado por los daños y pérdidas causadas por incendio. Habiéndose indemnizado los daños, la
demanda deviene en improponible, porque el daño como presupuesto del resarcimiento ha
desaparecido y que cualquier pretensión resarcitoria adicional constituiría un enriquecimiento o
ganancia para la supuesta víctima. Insisten, que la indemnización no puede pretender tener un
enriquecimiento sin causa para la víctima, procurando recibir una doble indemnización por el
siniestro y cita la sentencia de esta Sala, con referencia: 1723 y de fecha siete de junio de dos mil
cuatro. En todo caso, AIG sería la que se subrogaría y ejercitaría la acción contra quien
considerase responsable. Que con arreglo al contrato de construcción y arrendamiento otorgado
por DICASA- ahora Las Cascadas- y OPERADORA DEL SUR en ciudad de Guatemala, el siete
de junio de dos mil dos, adjuntado a la demanda, el edificio quedaría asegurado contra todo
riesgo a contratarse por LAS CASCADAS, lo que incluye incendio. Los propietarios del
condominio asumieron igual obligación, los que debían pagar la prima de un seguro contra todo
riesgo, con arreglo al Reglamento de Administración del Condominio. Por eso, reafirman, que
cualquier cantidad reclamada como indemnización en exceso de lo pagado por AIG sería
improponible, arts. 127 y 277 CPCM, más la condenación en costas.
D.-) Contestación a la demanda
Los abogados de la parte demandada, más adelante, contestaron en sentido negativo y
agregaron: 1-ocurrencia de fuerza mayor o caso fortuito como eximente o excluyente de
responsabilidad de Operadora Del Sur, S.A. de C.V., art. 43 Código Civil, y citan sentencia de
esta Sala de fecha 16 de diciembre de 2003 con referencia 329 SM. Que esta situación es la que
da razón a la contratación del seguro mencionado. Insisten en alegar, que no opera la
responsabilidad civil para un arrendatario, resaltando que no debe haberla en ocasión del caso
fortuito, fuerza mayor, por deterioros sufridos por el tiempo y uso legítimos o por defectos en su
construcción, art. 1758 del Código Civil. Que el incendio no ha sido provocado por su
representada ni por su culpa, ya que la causa fue una falla eléctrica en el cableado y conectores
internos de uno de los tomacorrientes fijado en la bodega; que Las Cascadas arrendó a su
representada, sistema eléctrico que fue diseñado, construido y ejecutado por el propietario y
arrendante del inmueble, ahora Las Cascadas. Para demostrar la causa fortuita consideran válidas
las certificaciones de los informes emitidos por el Cuerpo de Bomberos de El Salvador,
identificado como: “Formato de Informe Final FCB0P-01/R:0 INCENDIOS Alarma n°004”, de
fecha 3 de enero de 2015 y el segundo de fecha 22 de enero de 2015, identificado como REF-
DGBOMB/PREV/0115/0156, último en el que se establece la causa y origen del incendio.
Los abogados de la parte demandada, citan párrafos del informe de bomberos y del
informe de la ATF (Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos del Departamento de Justicia
de los Estados Unidos de América), los que a su juicio son coincidentes en cuanto a la causa del
siniestro y por eso insisten en alegar, que hubo caso fortuito al punto que en las diligencias de
incendio promovidas por Las Cascadas S.A. de C.V. y Operadora Del Sur, S.A. de C.V., se
consideró que el incendio se debió al caso fortuito en mención, sin reprochársele responsabilidad
a la última ni a sus empleados, dichos abogados transcribieron el romano VII del Fallo que la
titular del Juzgado Primero de lo Civil y Mercantil de San Salvador pronunció y se adjuntó
certificación de las diligencias judiciales marcadas bajo la referencia 3-DVM-01-15 constando de
290 folios, lo que presentaron como Anexo III. Además, en un segundo expediente de diligencias
de incendio promovido por Operadora Del Sur, S.A. de C.V. ante la jueza suplente del Juzgado
de lo Civil de Santa Tecla, marcadas con referencia 13-DV-15amg, ésta señaló que no existió ni
el mínimo indicio que Operadora Del Sur S.A. de C.V., sus dependientes o empleados hayan
participado en la producción del siniestro (prueba que incorporan como Anexo IV).
Asimismo, los abogados de la parte demandada alegaron ausencia de autoría de
Operadora Del Sur, S.A. de C.V. en la causa del siniestro, como presupuesto necesario para
responder civilmente por daños y perjuicios; argumento que esgrimieron en caso que no se
accediera a la improponibilidad y al caso fortuito. Que según el informe del Cuerpo de Bomberos
y de la ATF, su representada no debe responder por el hecho, porque el siniestro fue causado por
una falla en el sistema eléctrico instalado por la propietaria de la bodega arrendada a su
representada, específicamente sucedió en el cableado y conectores internos de uno de los
tomacorrientes. Insisten en que hubo caso fortuito. En dichos informes no se hizo constar ninguna
autoría por parte de su representada. Que la parte actora intenta forzar la atribución de la autoría
de su representada, para lo que adjuntaron a la demanda, un peritaje eléctrico y el otro de
seguridad ocupacional, con lo que se intenta alegar infracción de normas técnicas. Que el
contenido de esos peritajes no es útil ni suficiente para atribuir autoría a su representada, aunque
fuesen ciertas las infracciones técnicas y que en el supuesto que se hubieran infringido, ello
derivaría en una sanción administrativa y no en una responsabilidad civil a cargo de su
representada. Que las eventuales infracciones administrativas son irrelevantes.
Los abogados de la parte demandada observan que los demandantes alegaron, sobre la
base de los peritajes, ocho infracciones a normas técnicas, tres referidas al sistema eléctrico y
cinco a la seguridad ocupacional y al respecto contra argumentan: que el peritaje parte de la
premisa errónea de que el diseño y construcción de las instalaciones eléctricas de la bodega fue
construida por orden de su representada y bajo esa premisa concluye atribuir responsabilidad a la
misma. En contra de tal aseveración, dichos abogados transcriben apartados del “contrato de
construcción y arrendamiento” con los que pretendieron comprobar que la propietaria corrió con
cargo de construir y entregar el local a la arrendataria, para lo que se empleó el contrato “Llave
en mano” buscando entregar las instalaciones funcionando completamente y en ese sentido, la
propietaria se obligó a cumplir con las leyes y normas establecidas por las autoridades
gubernamentales de El Salvador, según cláusula cuarta del contrato, planos de construcciones que
la propietaria entregó a la OPAMSS, en la que se incluye la bodega. Citan declaraciones públicas
hechas por el señor FP, propietario e inversionista de Las Cascadas. Además, el perito de parte
realizó su cometido, sin ni siquiera tener a la vista el tomacorriente por el cual se originó la falla,
porque éste se encontraba en resguardo y embalado en el Cuerpo de Bomberos de El Salvador (fs.
928-929 de 5 pieza). Contra argumentan que el perito de parte concluyó, que la parte demandada
debió correr con el mantenimiento del sistema eléctrico. Citan disposiciones del Código Civil con
las que pretendieron argumentar, que su representada no tenía obligación de mantener el sistema
eléctrico sino por el contrario, corría por cuenta de la propietaria, parte actora en este proceso.
Asimismo, los abogados de la parte demandada manifestaron, que la falla eléctrica en el
tomacorriente ubicado en la bodega ocupada por su representada, se originó por la ausencia de un
sistema de tierras idóneo, por defectos de construcción en las instalaciones eléctricas, punto en el
que coincide el peritaje de parte presentado por la parte actora y el peritaje realizado por el Ing.
JAZC(agregado al Anexo VII), contratado por su cuenta -la parte demandada- y que únicamente
difieren en la atribución de la responsabilidad y transcriben lo que dicho profesional concluyó:
que Operadora del Sur no es responsable del incendio, atribuido a vicios ocultos existentes en el
sistema de tierras desde el proceso de construcción, por lo que DICASA debe asumir la
responsabilidad por haberlo construido. Reiteran que se construyó “Llave en mano” (fs. 931).
En cuanto al peritaje de seguridad ocupacional que la parte actora presentó, los abogados
de la parte demandada insistieron en que si su infracción fuese cierta derivaría en una sanción
administrativa y no en determinación de responsabilidad civil y que tal punto carece de
relevancia. Adjuntan peritaje realizado por el Ing. EMMC, adjunto al Anexo VIII (fs. 932). Este
profesional manifestó en síntesis que se registraron simulacros para reaccionar ante emergencias
habiendo sido el último el 25 de octubre de 2014, que la administración del Centro Comercial
Hipermall Las Cascadas no actuó eficientemente porque, según personal brigadista de Walmart,
nunca se les comunicó la presencia de una brigada que pudiera atender emergencias del centro
comercial, no recibieron apoyo del personal del centro comercial para combatir las emergencias
de fuego, ni para la evacuación de los clientes y que por parte del centro comercial jamás se
ejecutaron simulacros de incendio, ni recibieron información de algún plan de evacuación y
lamentaron la escaza importancia prestada a la “solución de la baja presión del sistema fijo de
protección contra incendios (Boca de Incendio). El material de fácil combustión constituyó un
factor que propagó el incendio. Que hubo acumulación de productos en los pasillos de las
bodegas de Walmart, pero que esto no constituyó un obstáculo para evacuar eficazmente al
personal. Concluyó que personal de Walmart reportó al Centro Comercial deficiencias en la
presión de agua que alimentaba el sistema fijo de protección contra incendios, consistente en las
Bocas de Incendio Equipadas y que es un sistema de mangueras colocadas en gabinetes
especiales a disposición de ser empleados en caso de emergencia y que fueron identificadas por
pruebas efectuadas a “dos de las mangueras precisamente instaladas en la zona de la bodega” (fs.
933).
La parte demandada alegó ausencia de conducta u omisión negligente o culposa en la
producción del siniestro. En caso de no ser acogidas las anteriores consideraciones, pidió se tenga
por acreditado que no actuó por culpa, ni sus empleados, porque el siniestro se originó por fallo
en el cableado y conectores internos de uno de los tomacorrientes; tal como la Juez Suplente del
Juzgado de lo Civil de Santa Tecla lo resolvió. Nuevamente, la parte demandada alegó ausencia
de nexo causal entre el daño y la actuación de Operadora Del Sur, S.A. de C.V.; insisten en: que
por el caso fortuito no hay autoría ni relación causal, y “...de no llegar a considerarse que existe
un caso fortuito, ya ha sido comprobado que los daños y perjuicios provocados por la falla en el
sistema eléctrico de la bodega arrendada a nuestra mandante, resultan ajenos a su obrar, siendo
tales perjuicios de exclusiva responsabilidad de LAS CASCADAS, como constructora de la
bodega y de las instalaciones eléctricas del inmueble, y por lo tanto, obligada a las medidas de
seguridad y protección necesarias en las conexiones eléctricas, incluyendo el sistema de tierras
para evitar incendios como el que tuvo lugar.”(fs. 936)
Además, la parte demandada alegó autoría por omisión de la presunta víctima como
origen verdadero del perjuicio, al incumplir la obligación legal y contractual de instalar
rociadores como mecanismo de extinción de incendios y por defectos de la construcción del
sistema eléctrico del inmueble arrendado, fs. 936-937. Dijo: “El origen verdadero de los efectos
perniciosos provocados por el incendio no solo deriva de los vicios o defectos constructivos en
las instalaciones eléctricas del inmueble arrendado por LAS CASCADAS a nuestra mandante en
los términos que nos hemos permitido señalar en los párrafos que preceden, sino también, deriva
de la omisión e incumplimiento de LAS CASCADAS en instalar rociadores en el edificio
arrendado a OPERADORA DEL SUR, S.A. DE C.V. como mecanismo de extinción de
incendios, edificio arrendado a OPERADORA DEL SUR, S.A. DE C.V. como mecanismo de
extinción de incendios, incumpliendo con ello no solo una obligación legal o si se quiere,
reglamentaria, sino también, incumpliendo con ello una obligación contractual, a lo cual nos
referimos en el presente apartado.” (fs. 937). Citan el art. VI.37 de las disposiciones generales del
Reglamento de OPAMSS, para sostener que existe obligación de instalar rociadores y a los
cuadros números VI-2 y VI-3 del Reglamento y en especial el cuadro número VI-2, que contiene
la obligación de contar con rociadores como mecanismo de extinción de incendios para locales
mayores de tres mil metros cuadrados de área o con tres o más niveles dedicados a venta. Que tal
como consta en el contrato de construcción y arrendamiento, cláusula primera, dice: “LA
PROPIETARIA construirá el Local Ancla con un área de ventas de aproximadamente SEIS
MIL QUINIENTOS METROS CUADRADOS (...)”. Por tanto, el inmueble arrendado debió
contar con rociadores para extinguir incendios. Que la obligación de cumplir con normas de
seguridad contenidas en el Reglamento de la OPAMSS recae en el constructor de la obra, art. 01.,
y lo transcribe y resalta en lo pertinente, que los constructores deben cubrir requisitos de
construcción y diseño de la obra. (fs. 937 vto.). En ese orden de ideas, se incorporó como
ANEXO IX, copia certificada de la resolución de la OPAMSS número 0090-2002 de fecha
dieciocho de febrero de dos mil dos, con certificación de fecha veintisiete de abril de dos mil
quince, por la que se confirió a DICASA “calificación de lugar” para proyectar el Centro
Comercial en terreno propio y en la obligación número treinta se le indicó que “Se deberán tomar
todas las medidas preventivas que sean necesarias tendientes a evitar fuegos y explosiones,
instalando sistemas de detención, alarmas y equipos y/o sistemas de extinción de incendios, de
acuerdo a lo establecido en los cuadros N° VI-2 y VI-3 del Reglamento, Art. VI 37 y Art. VI,
36”. Asimismo, por resolución número 0030-2002 de fecha veinte de marzo de dos mil dos,
incorporada como ANEXO X, OPAMSS confirió a DICASA revisión vial y zonificación del
centro comercial y que debía cumplir con la obligación número doce que en síntesis se refiere a
lo establecido en el art. VI. 36 y art. VI. 37 relativa a la regulación de previsión de incendios y
aprobación del Cuerpo de Bomberos de las medidas de seguridad y evacuación de proyectos. La
parte demandada sobre este punto agrega que:<<La obligación de cumplir con el Reglamento de
OPAMSS no era únicamente legal, o si se prefiere reglamentaria, ya que en el contrato de
construcción y arrendamiento citado, en la cláusula “CUARTA: CUMPLIMIENTO DE LEYES
Y OBTENCIÓN DE LICENCIAS”, se pactó: “LA PROPIETARIA se obliga a cumplir con: a)
Los requisitos establecidos por la Oficina de Planificación del Área Metropolitana de San
Salvador y Municipios Aledaños (OPAMSS); b) Las Leyes y normas establecidas por las
autoridades gubernamentales de El Salvador (...)>> No instalar rociadores automáticos en el
edificio constituyó in incumplimiento reglamentario y contractual, constatado en el número 19
del informe de investigación que la ATF efectuó (fs. 938 vto.).
Que en concordancia, con lo vertido en el peritaje técnico de parte sobre Seguridad
Ocupacional presentada por los demandantes, elaborado por el señor WADLR, en la página 6,
reconoce que el inmueble no contaba con rociadores automáticos contra incendios, como
mecanismo de su extinción. En torno a esto la parte demandada alega: “Dicho incumplimiento y
omisión de instalar rociadores es trascendental en el presente caso, pues se exige a nuestra
mandante responder como presunta responsable de los daños y perjuicios derivados del incendio,
sin embargo, resulta que de haberse instalado un sistema de rociadores automáticos en local
arrendado a nuestra mandante, dicho sistema habría contenido el incendio, evitado su
propagación dentro de la bodega arrendada a nuestra mandante y hacia afuera de la misma, sin
que se hubieran generado los daños y perjuicios que aducen las demandante, así como los daños y
perjuicios que sufrió nuestra mandante como arrendataria de dicho inmueble y terceros inquilinos
en dicho Centro Comercial.” Para demostrarlo, adjuntaron el Anexo XI de la contestación a la
demanda: dictamen pericial que el Ing. LJR de la empresa Telgian Corporation. La parte
demandada considera, que su instalación constituía una obligación a cargo de DICASA, ahora
Las Cascadas, devenida del contrato de construcción y arrendamiento por tenerse que cumplir los
requisitos de la OPAMSS, Reglamento de la OPAMSS según cuadro VI-2, por lo que -la parte
concluye preliminarmente- que hubo no solo un vicio o defecto en el proceso constructivo del
sistema de tierras de las instalaciones eléctricas, sino también por omisión en la instalación de
rociadores como mecanismo de extinción de incendios.
Que sobre la base de este último peritaje, se concluye que el daño no habría sido superior
a 371.61 metros cuadrados de haberse contado con un sistema automático de rociadores. Al
anterior peritaje coincidió con otro ordenado por la misma parte demandada, esta vez, a cargo del
Ing. RALG, Ingeniero eléctrico y especialista certificado en sistemas contra incendio, al decir de
dicha parte. (fs. 939-940).
Asimismo, en la contestación se recalca, que este último perito incluyó una falta más a
cargo de Las Cascadas consistente en que había una “deficiencia en la memoria de cálculo
hidráulica del edificio, al advertirse deficiencias de diseño en las consideraciones de capacidad de
caudal y reserva de agua de incendio de acuerdo al tipo de riesgo a proteger, para la utilización
del sistema de bombeo que alimentaba las mangueras, considerando dicho experto, que tal
deficiencia estaba presente desde la etapa de construcción del edificio, por lo que concluyó, que
LAS CASCADAS no consideró las normas de NFPA, que son las que recomienda el Cuerpo de
Bomberos para hacer su diseño; dicha omisión, aunado al hecho de que el inmueble arrendado no
contaba con un sistema de rociadores automáticos, redujo notablemente la capacidad de Walmart
Las Cascadas de combatir el fuego en sus etapas iniciales.”
Argumentan que por todo esto, Las Cascadas es la responsable del incendio, como
propietaria, constructora y diseñadora del centro comercial. Que como ANEXO V, agregaron
certificación registral que acredita la representación del señor FP, en la sociedad Las Cascadas, a
quien adjudican que reconoció que todos los sistemas de seguridad contra incendio podían
mejorarse (fs. 940). Adjuntaron ANEXO XIII, de copia de noticia publicada el lunes 12 de enero
de 2015, de La Prensa Gráfica.
La demandada recapitula y dice, que se interrumpe la supuesta autoría achacada en su
contra y la relación causal y pide la absolución de responsabilidad civil, por ser en todo caso
responsabilidad de la parte actora, como constructor, propietario y arrendante del inmueble
incendiado: los defectos en el sistema de tierras de las instalaciones eléctricas que produjo la falla
en el sistema eléctrico de la bodega arrendada; la omisión de la instalación de sistema de
rociadores contra incendios en el inmueble arrendado, es lo que originó cuantiosos daños, la
“deficiencia en la memoria de cálculo hidráulico del edificio, al advertirse deficiencias de diseño
en las consideraciones de capacidad de caudal y reserva de agua de incendio de acuerdo al tipo de
riego a proteger, para la utilización del sistema de bombeo que alimentaba las mangueras contra
incendios, lo cual estaba presente desde la etapa de construcción del edificio, advirtiéndose que
Las Cascadas no consideró las normas NFPA, que son las que recomienda el Cuerpo de
Bomberos para hacer su diseño, ...”. (fs. 940-941).
La parte demandada, a través de su abogados también alega, un eximente de
responsabilidad contractual por haberse acordado la distribución de los riesgos entre los
propietarios de locales y los propietarios de los establecimientos comerciales como arrendatarios,
mediante la contratación de pólizas de seguro del edificio y de los productos y para eso sostiene:
que la circunstancia incierta y futura de suceder un incendio que destruyera el inmueble
arrendado fue prevista en el contrato de construcción y arrendamiento, así como la manera en que
se resarcirían, según cláusulas quinta, décima primera y décima sexta.
Agrega, que las Cascadas debía pagar a la aseguradora para que ésta cubriera daños por
incendio, contra todo riesgo que el Centro Comercial pudiera sufrir y por otra parte, Operadora
Del Sur, S.A. de C.V. debería ser cubierta por los daños en las mercaderías, con arreglo al
contrato de construcción y arrendamiento, de tal suerte que los riesgos estaban distribuidos (fs.
942-943).
Dicha parte, adjunta correspondencia, en la que se hace constar, que el contrato se
encontraría suspendido mientras duraba la reconstrucción, que la reconstrucción del local se
realizaría con la indemnización que recibiría y que esto mismo fue reconocido por el señor FP
públicamente, Anexo XVI. Que también, la distribución y asunción de los riesgos se dio en el
Reglamento de Administración del Condominio, ANEXO XVII. Fs. 944.
La segunda de las demandantes, los propietarios del inmueble sometido al régimen de la
Ley de Propiedad inmobiliaria por Pisos y Apartamentos denominado condominio Centro
Comercial Hipermall Las Cascadas, como terceros que sufrieron daños por haberse propagado el
fuego, sucede, que con arreglo al Reglamento citado, todo propietario estaba obligado a contratar
una póliza de seguro que garantizara la propiedad a fin de que en caso de siniestro la aseguradora
indemnizara por los daños. Por eso los terceros propietarios de locales comerciales adyacentes al
arrendado al propio-de la demandada- carecen de acción alguna en contra de ésta última, por la
misma razón que Las Cascadas no la tiene como propietaria del inmueble que arrendó a nuestra
mandante. Y en la demanda se transcribe: «Y es que, debemos reiterar, todo propietario de local
comercial en el Centro Comercial debe contratar una póliza de seguro contra todo riesgo, siendo
la indemnización que habría de pagarse por la Aseguradora contratada la que habría de resarcir
todo y cualquier daño proveniente de un siniestro como el que nos ocupa, y no solo respecto de
su propio local o edificio, sino también, sobre las cosas comunes del Condominio, lo anterior, en
virtud de así disponerse en la cláusula “ARTÍCULO DICIESIETE. PAGO DE CUOTAS
PARA COBERTURA DE GASTOS COMUNES.” Del Reglamento de Administración del
Condominio,” y se transcribió el art. 16, lit. e) del Reglamento citado, que establece el pago de
las primas de seguro obligatorio contra todo riesgo y responsabilidad civil de su local y kiosco.
Que los daños que AIG reparó, son los que reclaman a la parte demandada en este proceso.
La parte demandada expresa, que debe aplicarse el art. 1429 del Código Civil en cuanto a
que solamente sería responsable de los perjuicios que se previeron o pudieron preverse al tiempo
de contratar, si no hay dolo y cita doctrina extranjera. Se han resarcido los daños provocados por
el incendio al inmueble arrendado y por eso mismo los perjuicios que para su parte fueron
previsibles al momento de celebrar el contrato de arrendamiento, también lo han sido.
a-) La parte demandada solicita se rechace el reclamo indemnizatorio pedido por Las
Cascadas por supuesto daño emergente por la cantidad de Un millón seiscientos ochenta y un mil
trescientos diecinueve dólares de los Estados Unidos de América quince centavos de dólar, $1,
681, 319.15; que incluye el costo por esta pagado en consultoría para reclamo a la compañía de
seguros de la póliza INC 50.858 e INC-50.859, readecuación de las instalaciones del Local L-1
arrendado, gastos extraordinarios de cofinanciamiento de promoción comercial de arrendatarios
de febrero 2015- enero 2017. Los gastos de consultoría deben ser asumidos por Las Cascadas,
porque son consecuencia de los defectos de construcción del inmueble arrendado y de los
sufridos los terceros propietarios y arrendatarios del centro comercial, inclusive los propios. No
se observa perjuicio alguno por la readecuación del Local L-1 a tres anclas menores, porque la
reconstrucción del local puede absolver tal costo cubierto, por cierto, con la indemnización que
AIG pagó (fs. 948).
Los gastos extraordinarios en concepto de promoción del centro comercial no proceden
porque devienen de la omisión de Las Cascadas a cumplir las normas de construcción, sumado a
la deteriorada imagen por la competencia que otros centros comerciales aledaños impusieron.
Que además, la afluencia de público al Centro Comercial se explicaba por la presencia de
Walmart. El Centro Comercial jamás por sí solo atrajo a muchas personas, debido a la falta de
inversión en publicidad y renovación de la imagen (fs. 949).
b-) El reclamo de lucro cesante por la cantidad de Tres millones cuatrocientos seis mil
novecientos cincuenta y siete dólares de los Estados Unidos de América, que se compone de: b.1)
rentas no percibidas de locales comerciales y kioscos de la zona dañada, de enero 2015 a enero
2017 reclama Dos millones cuatrocientos cincuenta y cuatro mil ciento veinticuatro dólares
ochenta y seis centavos de dólar de los Estados Unidos de América; b.2) rentas no percibidas de
locales comerciales y kioscos en la zona no dañada, para la segunda quincena de enero de 2015
reclama Diecisiete mil doscientos ochenta y nueve dólares seis centavos de dólar de los Estados
Unidos de América; y b.3) ingresos no percibidos por interrupción de suministro de aire
acondicionado al Centro Comercial de enero 2015 a enero 2017, la cantidad de Novecientos
cuarenta y cinco mil quinientos cuarenta y tres dólares cincuenta y cinco centavos de dólar de los
Estados Unidos de América (fs. 949). Todo ello, considera la parte demandada, que no procede,
porque debieron estar cubiertos por el seguro que Las Cascadas debió contratar, con arreglo al
Reglamento de Administración del Condominio y su modificación y de lo ya expuesto hasta
ahora; de ahí, que los riesgos se distribuyeron. “Los anteriores perjuicios no habrían tenido lugar
si el edificio arrendado a nuestra mandante hubiera sido construido en cumplimiento a las leyes y
normas correspondientes...” (fs. 949).
Solicita asimismo, se desestimar el reclamo por pérdida de oportunidad de Las Cascadas,
S.A. de C.V. por Novecientos cuarenta y cinco mil quinientos cuarenta y tres dólares con
cincuenta y cinco centavos de dólar de los Estados Unidos de América, por rentas no percibidas
de los locales que resultaron con daños o no y por la pérdida de ingreso por suministro de aire
acondicionado, además que la pérdida de oportunidad no cuadra con el lucro cesante y daño
emergente conforme al Código Civil.
c) Pide además, que se desestime el reclamo indemnizatorio del condominio por la
cantidad de Tres millones ochenta y siete mil quinientos sesenta y cinco dólares cincuenta y seis
centavos de dólar de los Estados Unidos de América, por daño emergente que comprende: c.1)
gastos por combate de las consecuencias inmediatas del incendio durante el mes de enero de
2015, este reclamo debe rechazarse porque es consecuencia de las omisiones provocadas por Las
Cascadas porque el inmueble tenía vicios de construcción, omisiones del sistema de extinción de
incendios por rociadores e incumplimientos al reglamento y contrato citados antes; c.2)
honorarios de ingenieros y arquitectos para rediseñar y obtener permiso de construcción de
noviembre de 2015 a enero 2016; c.3) costos de supervisión de la reconstrucción de octubre de
2015 a noviembre de 2016; en cuanto a los dos rubros anteriores, también deben rechazarse,
porque la reconstrucción del edificio fue cubierta con la indemnización pagada por AIG, tal como
el perito que emitió dictamen financiero lo reconoció; c.4) recuperación de imagen y tráfico de
personas del Centro Comercial de enero de 2016 a diciembre de 2017 y c.5) gastos
extraordinarios en cofinanciamiento de promoción comercial de arrendatario de febrero de 2015 a
enero de 2017; estos dos últimos rubros, se solicita desestimarlos, porque la imagen deteriorada
del Centro Comercial no solo obedece al incendio sino también a deficiencias de los mecanismos
de extinción de incendios, por la cobertura periodística del mismo; quedando en evidencia, que el
edificio carecía de sistema de emergencias coincidente con los defectos de construcción del
inmueble, mismo que reconoció el señor FPA y el mismo peritaje presentado por la parte actora,
además, que ya venía en decadencia (fs. 950-951).
d-) Que se desestime el reclamo del condominio por supuesto lucro cesante en la cantidad
de Un millón trescientos cincuenta y cuatro mil doscientos diecisiete dólares de los Estados
Unidos de América con noventa y nueve centavos de dólar en concepto de: a) rentas no
percibidas por espacios comerciales y kioscos en zona dañada por el incendio, de septiembre de
2015 a enero 2017; b) rentas no percibidas por espacios comerciales kioscos en zona no dañada
por incendio, para la segunda quincena de enero de 2015, c) pérdida de cuota de mantenimiento
en zona dañada por incendio, de septiembre 2015 a enero 2017, y rentas no percibidas por
espacios publicitarios en Centro Comercial por incendio de enero 2015 a enero 2017. Estos
reclamos, afirma la parte demandada, son improcedentes, no solo por ser daños indirectos del
incendio, sino porque los propietarios del Condominio debían estar asegurados con una póliza
contra todo riesgo, según el Reglamento de Administración de Condominio y su modificación. Si
no se contemplaron en la póliza los rubros reclamados son omisiones imputables a los
propietarios del Condominio.
e-) La parte demandada pide desestimar el reclamo del Condominio por la pérdida de
oportunidad en la cantidad de doscientos setenta y seis mil trescientos treinta y ocho dólares
treinta y un centavos de dólar de los Estados Unidos de América: e.1-) pérdida de oportunidad
por honorarios de ingenieros y arquitectos para rediseñar y obtener permisos de reconstrucción de
noviembre de 2015 a enero de 2016, pérdida de oportunidad por costos de supervisión de
construcción de octubre 2015- noviembre 2016, e.3) pérdida de oportunidad por recuperación de
imagen y tráfico de personas en el Centro Comercial desde enero de 2016 a diciembre de 2017;
pérdida de oportunidad por rentas no percibidas por espacios comerciales y kioscos en zona
dañada por incendio de septiembre de 2015 a enero de 2017, pérdida de oportunidad de cuotas de
mantenimiento en zona dañada de septiembre de 2015 a enero 2017, pérdida de oportunidad por
rentas no percibidas en espacios publicitarios en el Centro Comercial de enero 2015 a enero
2017, pérdida de oportunidad por rentas no percibidas por espacios comerciales y kioscos en
zonas dañadas y no dañadas de enero a agosto de 2015 y pérdida de oportunidad por cuotas de
mantenimiento no percibidas en zonas dañadas y no dañadas de enero a agosto 2015.
f-) Se desestime el reclamo de indemnización por daño moral del Condominio por Dos
millones trescientos treinta y un mil ochenta y nueve dólares cincuenta y ocho centavos de dólar
de los Estados Unidos de América. La demandada considera, que no puede resarcirse una imagen
que no existía. El mismo peritaje que la actora presentó, demuestra que cualquier reputación que
el Centro Comercial pudo tener, era producto de la ubicación de Walmart, siendo el único
atractivo del lugar. Si algún daño hubo a la reputación comercial del Centro Comercial solo
puede imputarse a su administración, por falta de renovación de su imagen, opacado por la
competencia aledaña.
SÍNTESIS DEL CASO
La parte demandante pidió la declaración de la existencia de daños patrimoniales y extra
patrimoniales y su consecuente indemnización, por considerar que la parte demandada incumplió
con la normativa reguladora de la instalación eléctrica del local arrendado, por cuya razón se
originó el incendio y además, incumplió normativa relativa a la seguridad ocupacional, lo que
propició el alcance de los daños derivados del referido siniestro. Aparte, la demandada considera
que no ha incurrido en falta alguna que justifique su condena, que más bien ha sido la parte actora
la que sí incurrió en faltas a la normativa técnica coligada con el contrato y que explica la causa y
la extensión del siniestro.
1.-EXISTENCIA DEL SINIESTRO
A folios 1067-1075, corre agregado el informe final FCB0P-01/R:0 del Cuerpo de
Bomberos de El Salvador. Específicamente a fs. 1069, se hace constar que los bomberos no
pudieron constatar los daños que sufrieron los locales detallados en el anexo III que constan a fs.
1070 vto. -1071. A fs. 1072, se relata el siniestro y las acciones que el Cuerpo de Bomberos
realizara en el momento del siniestro y con posterioridad para determinar su causa, esto en
compañía de la Fiscalía General de la República, Policía Nacional Civil, Ministerio de Obras
Públicas, y 13 personas de la Oficina de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos, ATF de
los Estados Unidos de América. El inmueble donde el incendio se originó está compuesto por un
solo nivel, de 967 metros cuadrados, utilizado como bodega general de la tienda WaInnart. Las
tiendas Walmart y Office Depot fueron consumidas totalmente por el fuego. Además, 16 locales
sufrieron daños parciales y tres daños totales. Fs. 1072-1073.
En el peritaje específicamente se estableció, que hubo cortocircuito, mismo que se
confirmó con las grabaciones de las cámaras de seguridad instaladas en el interior de la bodega
de la tienda Walmart y por las entrevistas realizadas a personas que vieron el fuego. Es. 1075-
1076. En las diligencias de traducción del informe de causa y origen del incendio sucedido y que
fue elaborado por la ATF, se concluyó por todos los investigadores, que el incendio se originó en
la pared poniente de la bodega de Walmart; un fallo en el tomacorriente doble horizontal
montado en la pared, el tomacorriente había generado calor suficiente para subir la temperatura
de los combustibles contiguos hasta llegar a un estado de ignición y devino en una combustión de
llama abierta. No se conoce el fallo específico en el tomacorriente doble, pero que las
condiciones ambientales y las operaciones de la bodega e impactos mecánicos fueron posibles
condiciones agravantes, siniestro calificado de accidental, fs. 300-359, de la pieza dos.
A fs. 1821-1835 corre agregado, informe pericial de la Sección de Delitos Informáticos de
la Policía Nacional Civil, en el que se concluye, que en los videos de las cámaras de vigilancia
del almacén se visualizó primeramente humo y luego fuego.
La evidencia de la Fiscalía General de la República, División de la Defensa de los
Intereses de la Sociedad, Oficina Fiscal de Santa Tecla, caso marcado con referencia veintidós
UDPP de 2015 y la evidencia como DPTC: doscientos ochenta y ocho pleca dos mil quince,
constando de tres USB, álbum fotográfico, en el que, según la juzgadora que lo reprodujo en la
audiencia probatoria, se pudo apreciar el interior de las instalaciones de Walmart y de su bodega,
se pudo apreciar la evacuación de las personas del lugar y vista la bodega desde diversos ángulos,
se vio que salía fuego a sus extremos, que se cubría de humo, así como la reacción del personal
que cargaba los extintores y los descargaba contra el incendio. Las investigaciones fiscales
llevaron a la conclusión que hubo un accidente, debido a fallas en el sistema eléctrico y que no
hubo accionar delictivo.
El informe pericial elaborado por el ingeniero electricista JAZC de fecha once de marzo
de mil dieciséis, en el que concluyó que el siniestro se produjo por problemas devenidos del
sistema de tierras que ocasionaron una inadecuada protección de las protecciones de los circuitos
eléctricos, lo que impidió su apertura, antes de producir arqueo y que la Operadora del Sur no es
la responsable del incendio sucedido, atribuido a vicios ocultos existentes en el sistema de tierras
propio del proceso de construcción, fs. 1408- 1474 de la pieza ocho. En su declaración, el
referido profesional en síntesis dijo: que el tomacorriente no se encontraba polarizado porque si
esto hubiera sido así, el sistema de protección se hubiera activado e impedido el paso de
corriente. Esta declaración guarda cierta relación con probables defectos en la construcción del
sistema eléctrico, que no corresponden a la parte demandada.
Dictamen pericial realizado por LJR, ingeniero de protección de incendio que labora en la
empresa TELGIAN CORPORATION, de fecha 22 de febrero de 2016, del cual en síntesis
resaltamos: que para el espacio de la instalación la NFPA 13 proporciona varias opciones de
protección, la instalación de un sistema de extinción de incendios por rociador adecuadamente
diseñado, instalado y mantenido hubiese probablemente mantenido la temperatura máxima del
techo a cierto grado centígrado conservando la integridad estructural del edificio y limitando o
esperado que el daño por el fuego directo hubiese sido inferior a 37.16 metros cuadrados, con
daño de exposición ligero limitado a 74.32 metros cuadrados y aproximadamente 371.61 metros
cuadrados de daño por fuego indirecto debido al uso de agua, por el humo y subproductos. Fs.
1548-1616 de las piezas ocho y nueve.
El dictamen pericial efectuado por el ingeniero eléctrico y especialista certificado en
sistemas contra incendio, RALG, de fecha ocho de marzo de dos mil dieciséis, concluyó, que el
edificio arrendado a Walmart debió contar con un sistema de rociadores automáticos como
mecanismo de extinción de incendios, que correspondía su instalación a Las Cascadas por ser la
constructora, propietaria y arrendante del inmueble. Las instalaciones carecían de paredes y
puertas corta fuego que muestra deficiencias y que hubiesen retardado y aminorado el impacto
del daño; además dicha empresa debió cumplir con el Reglamento de la OPAMSS; que la
memoria de cálculo hidráulico del edificio muestra deficiencias de diseño en la capacidad de
caudal y reserva de agua para cubrir el riesgo de este tipo. Las Cascadas no consideró las normas
NFPA, que son las que el Cuerpo de Bomberos recomienda para realizar este diseño. Es. 1618-
1670 de la pieza nueve.
El ingeniero electricista JMQG, por dictamen de fecha 14 de diciembre de 2015 dijo, que
el siniestro se debió a violaciones en la normativa vigente, a falta de mantenimiento y riesgos a
los que las instalaciones eléctricas estuvieron sometidas y a cargo de Walmart, que el riesgo pudo
haberse evitado si se hubiera dado adecuado mantenimiento. Luego, en interrogatorio que se le
formuló en la audiencia preparatoria, él declaró, que no tuvo acceso al contrato de construcción y
arrendamiento, que no vio el tomacorriente en el que se originó el incendio y por eso tampoco se
percató si estaba polarizado. Finalmente declaró, que Las Cascadas como constructor debía velar
por el cumplimiento de normas de construcción lo que incluía la instalación de tomacorrientes y
que por eso también le correspondía la conexión del toma a tierra, esto a razón del
contrainterrogatorio, fs. 2144, es decir, este facultativo emitió conclusiones sin conocer el
contenido del contrato que establecía las obligaciones del constructor y propietario del inmueble,
a quien le correspondía encargarse de las instalaciones eléctricas.
Por nota de periódico del Grupo Dutriz, de fecha 12 de enero de 2015, que contiene la
declaración del señor FP, representante de Las Cascadas S.A. de C.V., se recibió el elemento
indiciario consistente en que el día del incendio los bomberos solicitaron apagar la planta
eléctrica de emergencia, lo que detuvo el sistema de bombeo de agua y con ello se dificultó
luchar contra el incendio, lo que el alguna medida guarda relación con lo vertido en esta sentencia
en cuanto a que para dicha edificación la parte propietaria del inmueble, por anuencia
principalmente del Cuerpo de Bomberos y de la OMPASS, esperaba que un recurso humano
utilizase mangueras y la bomba de agua, como máximo estándar de seguridad de extinción contra
incendios, es decir, que se arriesgaran vidas para controlar una fuerza ingente de la naturaleza: “el
fuego”; cuando contrariamente, no se hubiese tenido que descansar las esperanzas en esta
expectativa si se hubiera cumplido con el Reglamento de la OPAMSS, que preceptivamente
dispone la instalación de un sistema automático de detención de incendios y también la
activación igualmente automática del rociador, aspecto relacionado también en otra parte de esta
sentencia.
En cuanto al monto reclamado, se presentó peritaje financiero de daños causados por el
incendio, suscrito por el ingeniero y licenciado RVZH, tanto de parte del Condominio como por
parte de Las Cascadas Multiservicios. Al declarar en la audiencia probatoria, el facultativo en
síntesis afirmó: que fue contratado por Las Cascadas para asesorarlo en materia de seguros y
administrar el reclamo contra la aseguradora, es decir, documentarlo y dirigir el grupo de trabajo
encargado de esta tarea. Aclaró, que tanto Las Cascadas y la Administradora del Condominio,
S.A. de C.V. lo contrataron para presentar el reclamo a la Compañía Aseguradora. Que como
experto en materia de seguros, una póliza contra todo riesgo cubre éstos y los servicios que la
aseguradora ofrece y que son fiscalizados por la Superintendencia del Sistema Financiero, con
ciertas limitaciones. Que no adjuntó facturas que acreditaran gastos a su informe pericial e
insistió, que participó en las negociaciones del cobro del seguro ante la Compañía Aseguradora, y
que se recibió lo ofrecido por la aseguradora porque hubo presiones financieras por pérdida de
clientes, abandono de arrendatarios y la necesidad de la aseguradora de cobrar el reaseguro, fs.
2145 vto. En ese sentido, como puede comprobarse, no hubo documentos que acreditasen cómo
fue que el facultativo liquidó los daños y además, que evidentemente sus declaraciones están
coligadas con las mismas presiones financieras que dice, pasaron sus contratantes.
La parte demandada solicitó a la jueza a quo requiriera a la compañía AIG Seguros, El
Salvador, S.A. lo que la funcionaria autorizó y dio como resultado la incorporación de un
documento titulado: “Informe Final de fecha 17 de septiembre, 2015”, elaborado por Servicios
Generales de Ajustes, S.A. de C.V., que contiene el informe del ajustador del siniestro
relacionado con las pólizas 50-859 y 50.858 del asegurado Administradora de Condominios S.A.
de C.V. y/o(sic) Las Cascadas Multiservicios, S.A. de C.V. En relación a la póliza número
50.859 las reclamantes solicitaron el pago de $7,911,953.65 a la aseguradora, lo que luego de
negociaciones y ajustes se concluyó que la cantidad indemnizable era $6,826, 697.16 y neto
indemnizable incluyendo IVA: $ 6, 814, 134.66. (fs. 814-836). Aparte, en relación a la póliza
número 50.858 suscrita por las mismas aseguradas, reclamaron $ 2, 749, 919.27 y se determinó
que el total de pérdida ajustada era $ 1,888,477.84 y que por eso el valor neto indemnizable era: $
1,862,477.84 (fs. 864).
A fs. 866-879, corre agregada escritura pública de finiquito en la que se demuestra que la
Administradora de Condominios, S.A de C.V. recibió cantidad de dinero en concepto de
indemnización por el siniestro por parte de AIG Seguros, El Salvador, S.A. de C.V. y dice
literalmente así: “II PAGO DE INDEMNIZACIÓN. El primero de los Comparecientes declara
que en esta fecha, su representada, LA ASEGURADA, acepta como pago de indemnización
global a su entera satisfacción de AIG SEGUROS la suma de SEIS MILLONES
OCHOCIENTOS VEINTISEIS MIL SEISCIENTOS NOVENTA Y SIETE DÓLARES DE LOS
ESTADOS UNIDOS DE AMÉRICA, con DIECISEIS CENTAVOS DE DÓLAR cantidad que
corresponde a la pérdida global sufrida por el siniestro reclamado, a valor de reposición y el
respectivo impuesto al valor agregado IVA, de aquellos rubros que por ley deben incorporarlo a
los costos, suma a la que se le ha descontado los siguientes montos: a9 la cantidad de un mil
dólares de los Estados Unidos de América, como deducible de daños materiales; b) la cantidad de
dos mil cuatrocientos sesenta y dos dólares de los Estados Unidos de América con cincuenta
centavos de dólar, como deducible por pérdida de renta de tres días; c) la cantidad de nueve mil
cien dólares de los Estados Unidos de América, como deducible de pérdida de cuotas de tres días;
d) la cantidad de dos millones doscientos mil dólares de los Estados Unidos de América que
corresponde a los anticipos arriba relacionados, entregados el ocho y el veinticinco de mayo del
presente año; de lo que resulta como monto líquido a recibir en este acto, por LA ASEGURADA,
la cantidad de CUATRO MILLONES SEISCIENTOS CATORCE MIL CIENTO TREINTA Y
CUATRO DÓLARES DE LOS ESTADOS UNIDOS DE AMÉRICA, con SESENTA Y SEIS
CENTAVOS DE DÓLAR, en concepto de indemnización total por las pérdidas sufridas a
consecuencia del incendio ocurrido el tres de enero del presente año en el referido Centro
Comercial, de propiedad de LA ASEGURADA. Monto que las partes declaran es resultante de
los ajustes globales realizados y de los acuerdos alcanzados, y así la ASEGURADORA lo
entrega a la ASEGURADA por medio de cheque del BGanco Citibank de El Salvador, S.A.,
número (...), por la referida cantidad y esta lo recibe a su entera satisfacción. Es entendido entre
las partes, que no existe a esta fecha, saldo pendiente de pago, ni cantidad a reclamar por la
ASEGURADA a AIG en el concepto indicado; por lo consiguiente, el reclamo indemnizatorio
arriba relacionado, se encuentra total y absolutamente extinguido, por acuerdo entre las partes;
por tanto, LA ASEGURADA por este medio otorga el presente finiquito que libera y por siempre
exonera de toda responsabilidad, de la manera más completa e irrevocable a AIG SEGUROS, EL
SALVADOR, SOCIEDAD ANONIMA, a sus subsidiarias, afiliadas, directores, exdirectores,
asesores, administradores, gerentes y sub-gerentes, en lo sucesivo los “Exonerados”, de todas y
cualesquiera clase de acciones, causas de acción, demandas, pretensiones o reclamaciones que
LA ASEGURADA haya tenido, tenga o pueda llegar a tener contra todos o cualquiera de los
Exonerados, por causa o con motivo de cualquier derecho u obligación relacionado o que pudiera
haber emanado del siniestro ya cubierto, y que se refiere a la póliza de seguro identificada bajo el
número CINCUENTA MIL OCHOCIENTOS CINCUENTA Y NUEVE (...)” Exoneración a
regirse por la leyes salvadoreñas (fs. 871-873).
Más adelante, corre agregada de fs. 880- 893 otra escritura de finiquito, esta vez, suscrita
por Las Cascadas Multiservicios, S.A. de C.V. a favor de AIG Seguros, El Salvador, S.A. de
C.V. relacionada con la póliza número 50858 y dijeron: “II PAGO DE INDEMNIZACIÓN. El
primero de los Comparecientes declara que en este fecha, su representada LAS CASCADAS,
acepta como pago de indemnización global a su entera satisfacción de AIG SEGUROS la suma
de UN MILLLON OCHOCIENTOS OCHENTA Y OCHO MIL CUATROCIENTOS SETENTA
Y SIETE DÓLARES DE LOS ESTADOS UNIDOS DE AMÉRICA, CON OCHENTA Y
CUATRO CENTAVOS DE DÓLAR cantidad que corresponde a la pérdida sufrida por el
siniestro reclamado, al valor de reposición y el respectivo impuesto al valor agregado IVA, de
aquellos rubros que por ley deben incorporarlo a los costos, suma a la que se le ha descontado los
siguientes rubros: a) la cantidad de UN MIL DOLARES DE LOS ESTADOS UNIDOS DE
AMERICA, como deducible de daños materiales; b) la cantidad de DIECISEIS MIL
QUINIENTOS DOLARES DE LOS ESTADOS UNIDOS DE AMERICA, como deducible por
pérdida de renta de tres días; c) la cantidad de OCHO MIL QUINIENTOS DOLARES DE LOS
ESTADOS UNIDOS DE AMERICA, como deducible de interrupción de negocios de tres días;
d) la cantidad de OCHOCIENTOS VEINTINCINCO MIL DOLARES DE LOS ESTADOS
UNIDOS DE AMERICA, que corresponde al anticipo entregado el veintisiete de abril del
presente año; de lo que resulta como monto líquido a recibir en este acto por Las cascadas, la
cantidad de UN MILLON TREINTA Y SIETE MIL CUATROCIENTOS SETENTA Y SIET
EDOLARES D ELOS ESTADOS UNIDOS DE AMERICA, con ochenta y cuatro centavos de
dólar, EN CONCEPTO DE INDMNIZACION GLOBAR POR LAS PERDIDAS SUFRIDAS A
CONSECUENCIA DEL INCENDIO OCURRIEDO EL TRES DE ENERO DEL PRESENTE
AÑO EN EL REFERIDO Centro Comercial, de propiedad de LA ASEGURADA. Monto que las
partes declaran es resultante de los ajustes globales realizados y de los acuerdos alcanzados, y así
la ASEGURADORA lo entrega a la ASEGURADA por medio de cheque del Banco Citibank de
El salvador, S.A., número (...), por la referida cantidad y esta lo recibe a su entera satisfacción.
Las declaraciones testimoniales de los señores JCCM y RMV, básicamente consistieron
en que se percataron del incendio y no son concluyentes para determinar responsabilidad alguna.
La compañía de seguros también adjuntó un cuadro comparativo de valor reclamado,
valor pagado y la diferencia entre ambos (Es. 913).
Tal como se hizo constar en el proceso, el personal de Walmart reaccionó ante el
incendio, aunque esto no fue suficiente ni efectivo a criterio de la parte actora. Las imágenes
constatan que el personal sí tomó acciones. Debemos considerar, por experiencia, que el fuego
rápidamente cobra vitalidad, más aún si es alimentado por material combustible, como el que
naturalmente se encuentra en un supermercado. Y ante la propagación del humo y el fuego, el
temor se apodera velozmente de las personas, quienes se enfrentan al dilema de salvar su vida o
los bienes al alcance del fuego. Solamente quien no ha vivido de cerca un incendio puede fría y
calculadoramente juzgar desfavorablemente la reacción humana de quienes se enfrentaron al
mismo. Y el riesgo se amplifica, si se toma en cuenta que su aparecimiento en zona frecuentada
por público o como en un centro comercial del cual se trata en este proceso; instalaciones en las
que si no se elevan los estándares de seguridad contra riesgos, como los incendios, lejos de
constituir un lugar de esparcimiento y sana diversión, pueden convertirse en trampas mortales.
Por eso, en alguna medida debe considerarse favorable que sí hubo reacción del personal al grado
que no se ha tenido que lamentar pérdidas humanas.
No se ha acreditado certeramente cuál fue la causa del cortocircuito aunque sí la
existencia de varias hipótesis. Si bien es cierto la prueba no requiere demostrarse certeramente
sino con probabilidades, sin embargo, los elementos de prueba no son suficientes para atribuir la
responsabilidad pedida.
Las partes al terminar la relación contractual no se hicieron reclamos.
2.-RESPONSABILIDAD CONTRACTUAL Y EXTRACONTRACTUAL (CRITERIO
DIFERENCIADOR)
La parte recurrente en casación, que figura como parte actora en este proceso, alegó que
no se discutió en el mismo la calificación de contractual o extra contractual. Al respecto, y como
argumentaremos más abajo al tratar el tema de aplicación del art. 1429 del Código Civil y el
principio de “previsibilidad contractual de los daños”, lo cierto es que la parte recurrente, a fs.
1722, de la pieza 9 de primera instancia, en ocasión de responder una audiencia que le fue
conferida por la jueza que conocía de la causa, en ocasión de tramitar el incidente originado por
la petición de improponibilidad de la demanda, esgrimida por la parte demandada, dijo: <<10. En
ese sentido, estarnos en presencia de una multiplicidad de daños, por un lado los que ya
indemnizó la aseguradora AIG, de los cuales mis mandantes ya no reclaman a la aseguradora (por
ello el finiquito global de ambas pólizas), y por otro lado los daños que no fueron indemnizados
por AIG y que aún no han sido resarcidos por la responsable del siniestro.(...) 11. Lo que se
reclamará en la demanda son otros rubros no indemnizados por el seguro, como por ejemplo, las
rentas dejadas de percibir desde el noveno mes después de ocurrido el siniestro hasta la fecha de
la disponibilidad de los locales después de la reconstrucción del Centro Comercial.” Y citan el
art. 1401 del Código de Comercio.
Lo anterior evidencia que desde que se interpuso la improponibilidad de la demanda, sí se
abordó el tema de la calificación de los daños.
Dada la importancia de la determinación de la naturaleza de los daños, abordaremos el
tema desde la doctrina:
Hinestrosa considera, que “cuando entre víctima y agresor no existía nexo concreto
alguno, cuando entre ambos no mediaba relación específica y su acercamiento se funda
exclusivamente en el acto dañino, se tiene responsabilidad abstracta, y en el caso de que el hecho
se produzca con ocasión y en desarrollo de un vínculo previo entre las partes, responsabilidad
concretar” (Hinestrosa, Fernando, Conferencias de Derecho Civil Obligaciones. Bogotá:
Universidad Externado de Colombia, 1964, pág. 330).
La argumentación de la doctrina nos ayuda a entender, en este caso, que entre las partes sí
hubo una relación específica coligada con el contrato de construcción y arrendamiento, que puede
derivarse en una responsabilidad concreta fundada en un antecedente de la previa relación
suscitada entre ambos. Contrario si entre ellas no hubiese ningún nexo, en cuyo supuesto todo
vínculo previo se diluye y la responsabilidad parece más abstracta en atención a la falta del
mismo. Siendo así las cosas, la solución que debe aplicarse a la responsabilidad civil que pudiera
reclamarse por un daño debería buscarse preferentemente, en los antecedentes de la relación
suscitada entre las partes y dejar de buscar explicaciones más etéreas y ajenas, que no arrojarían
suficientes elementos para explicar lo sucedido.
Para centrar la calificación del tema, podemos echar mano de varios recursos, las fuentes
del derecho. En ese sentido, siguiendo al profesor Llamas Pombo, quien afirma: “Cuando el
discurso se centra en el Derecho de Daños, a tales reflexiones ha de añadirse el tópico de su
construcción esencialmente jurisprudencial”, lo que señala a cuenta de reivindicar el análisis
articulado de las fuentes del derecho, incluyendo fundamentalmente la jurisprudencia entendida
en relación a los hechos y el derecho dimensionados en toda su extensión (Llamas Pombo,
Eugenio, “Problemas actuales de responsabilidad civil. Módulo de formación de jueces y
magistrados, del Plan de formación de la Rama Judicial del Consejo Superior de la Judicatura”,
Colombia, extracto del prólogo a la obra Informes de jurisprudencia, La Ley, Madrid, 2006, en el
acápite 1.2 titulado: “La jurisprudencia, pilar del derecho de daños”).
|2.1- CALIFICACIÓN DE LA RESPONSABILIDAD CIVIL
La calificación de la responsabilidad civil supone, entre otras cosas, un problema de
encuadramiento de los hechos a una disposición jurídica relativa a la regulación que da lugar a su
reclamo; pero esto es parte del trabajo que debe realizarse, ya que abarca mucho más, exige un
discernimiento mucho más profundo, nada fácil ha sido efectuarlo para las Cortes en el mundo
occidental. Por eso, en el presente caso, a las partes y a los jueces de primera y segunda instancia
les ha supuesto emprender el esfuerzo por distinguir la responsabilidad civil en contractual por el
solo hecho de que existe un pacto por escrito, postura a la que los jueces se adscribieron y aparte,
los demandantes de calificarla como extracontractual por el hecho de que se incumplan ciertos
deberes devenidos de una reglamentación administrativa, como han podido ser las reglas técnicas
de infraestructura de sistemas eléctricos y leyes de seguridad ocupacional, medidas de higiene y
seguridad en el trabajo e incluso, el deber de no dañar a otro. En igual sentido, los recurrentes en
casación han discrepado con los titulares de aquellas instancias por haber calificado los daños
expuestos en la demanda.
Al respecto, oportuno resulta citar la sentencia del Tribunal Supremo Español, que se ha
referido a un caso exactamente idéntico a éste y la crítica que parte de la doctrina española
autorizada ha señalado, esto es lo que a continuación mencionaremos:
|a) Primeramente, Diez-Picazo y Ponce de León, Luis, en Derecho de Daños, Madrid:
Civitas, 1999, pág. 252-253, introduce la sentencia expresando: <<2. Los daños a las cosas en
relaciones contractuales. ---Aún cuando en los supuestos mencionados la delimitación podía
resultar dificultosa por la dificultad de separar los deberes contractuales y los extracontractuales
que se tienen como consecuencia de un contacto social, o por entender que la vida y la integridad
física no son en rigor objeto de contrato, la extensión del campo de aplicación de la
responsabilidad extracontractual a supuestos de daños en las cosas que prima facie debían
considerarse como contractuales parece tener una justificación mucho menor aunque ha
planteado también problemas.>>, luego el autor se refiere a la sentencia así: <<En el caso que
decidió la S TS (sentencia del Tribunal Supremo —español-) de 24 de julio de 1969, el actor
había arrendado un pabellón industrial en que el arrendatario instaló una fábrica de plásticos que
había sido calificada como industria peligrosa, teniendo en cuenta que se utilizaban materias
primas de fácil combustión. Se produjo un incendio que, pese a todos los intentos para sofocarlo,
destruyo totalmente el edificio. El actor demandaba indemnización y alegaba el artículo 1.902 CC
como base de su derecho. El Juzgado de Primera Instancia estimó la demanda, pero la Audiencia
de Pamplona revocó la sentencia apelada y desestimó totalmente la demanda, entendiendo que la
responsabilidad tendría que ser de carácter contractual. El demandado no había alegado ninguna
excepción en este sentido y éste es, entre otros, un argumento decisivo en la sentencia. Para esta
sentencia, existen dos clases de acciones, que además se califican como acciones distintas,
señalando, asimismo, que, aún cuando existieran entre los contendientes un contrato de
arrendamiento, siempre sería aplicable el artículo 1.902, toda vez que “los daños ocasionados por
los supuestos de culpabilidad y negligencia del demandado son extraños a la materia y al
contenido del contrato”. Como señalé en su momento, según esta sentencia hay responsabilidad
contractual si se cumple un doble requisito: que entre las partes exista un contrato o una relación
contractual y que los daños sean debidos a un incumplimiento o cumplimiento defectuoso de lo
que es estrictamente materia del contrato, siendo en cambio la responsabilidad extracontractual
cuando, con total independencia de obligaciones de cualquier otro tipo que existen entre las
partes, se produce por violación de deberes generales de conducta o, como ha dicho el Tribunal
Supremo, de la regla general alterum non laedere, aunque el problema vuelva a ser si la
existencia del contrato y de la relación contractual crea también especiales deberes de conducta
que en el caso contrato de un arrendamiento de cosas conciernen a las cosas arrendadas, que es,
además, algo previsto en la regulación del arrendamiento en el Código Civil.>>
El autor citado, ob.cit., pág. 265-266, más adelante se refiere nuevamente a la sentencia y
la crítica, veamos lo que se dijo: “(...) en las sentencias del Tribunal Supremo en la que restringe
la órbita de la responsabilidad contractual para dar mayor cancha a la extracontractual.---En la
sentencia de 24 de junio de 1969, más arriba citada, el Tribunal Supremo entendió que la
responsabilidad extracontractual o aquiliana se aplica cuando se trata de daños <<extraños a la
materia y contenido del contrato>>, que en aquel caso concreto, como vimos, era un incendio de
un pabellón industrial arrendado. La misma tesis ha sido después repetida a través del tópico o de
la fórmula que habla de la «órbita estricta de lo pactado>>. Esa forma de pensar puede entenderse
partiendo de que sólo es contrato <<lo expresamente pactado>>, que sería la órbita estricta. El
artículo 1.258 CC deja claro que los deberes accesorios derivados de la buena fe o de los usos de
los negocios, como pueden ser los deberes de información o deberes de protección, son también
deberes contractuales cuya violación genera una responsabilidad que es estrictamente contractual,
lo que denota, sin más, la falta de solidez del punto de vista comentado.---La consecuencia de
todo ello es que cualquier intento de fundar la distinción de los dos tipos de responsabilidad,
sobre la naturaleza de las obligaciones incumplidas, colocando a un lado las obligaciones
dimanantes de lo estrictamente pactado que sería una responsabilidad contractual y otra, la
extracontractual, formada por la infracción de los deberes de conducta que, sin pacto expreso de
las partes y como deberes accesorios que se integran en el contrato como consecuencia de la
buena fe o de los usos, es un intento baldío. Por eso, hay que entender que cualquier
incumplimiento de estos deberes accesorios integrados en la relación contractual genera
también una responsabilidad contractual. Entre estos deberes accesorios de conducta,
integrados en la relación contractual se encuentran, muy especialmente, los llamados
deberes de información y los deberes de protección. (...) Con el nombre de «deberes de
protección>> conoce la doctrina moderna aquellos que tienen por objeto evitar los riesgos o
la eventualidad de daños que, en la ejecución de la protección contractual puedan
producirse entre una de la partes contratantes (p.ej., medidas de higiene y seguridad en el
trabajo) o en el posterior uso de la presentación una vez que haya sido ejecutado.” (El resaltado
es nuestro).
En el presente proceso, buscando entender la discrepancia sucedida entre la parte actora y
los titulares de ambas instancias podemos decir, que además de la dificultad que entraña en
ocasiones calificar la responsabilidad civil, el problema al que como hemos visto los tribunales en
el mundo occidental se han enfrentado, podemos manifestar, que la discrepancia de opiniones
jurídicas ha debido suceder porque es de los calificados por la doctrina como fronterizo e incluso,
“casos difíciles” (al tenor de lo afirmado por Diez Picazo, ob.cit., pág. 250, 266 y 267),
otorgándose un “sistema opcional” de reclamación de indemnización por daños, consistente en
que si un acto lesivo genera efectos al mismo tiempo en una obligación contractual y en un deber
general, de no dañar a otro, sucede una yuxtaposición de responsabilidades y con ello nacen a
favor de la víctima, acciones distintas que pueden interponerse alternativamente. La respuesta
que el prestigioso autor dio a este “sistema opcional” la transcribiremos por la claridad y
precisión de la idea: <<Al sistema denominado opcional, se le pueden —y se le deben- oponer
dos tipos de reparos. Ante todo, que cuando entre las partes ha existido una relación
obligatoria, la mejor manera de establecer la culpa es analizar las reglas de conducta que de
dicha relación obligatoria dimanaban sin buscar especiales deberes generales de
comportamiento del tipo del llamado alterum non laedere, de los que la mayor parte de las
veces no pueden obtenerse conclusiones seguras. No obstante, la objeción más grave frente
al sistema opcional es que esta solución no puede funcionar en aquellos casos, que
ciertamente no son extraordinarios, pero que no son escasos, en los que el régimen
contractual, que es el querido por las partes, contiene reglas de específica distribución de
los riesgos derivados de la ejecución del contrato o, incluso, específicamente reglas
contractuales sobre la distribución de los daños.---(...) VII. Conclusiones.---En nuestra
opinión, la única manera correcta de resolver el problema de la concurrencia de las normas
de la responsabilidad contractual y de la extracontractual, es considerar que siempre que
entre las partes existe una relación contractual y el daño es consecuencia del cumplimiento
defectuoso o del incumplimiento de cualquiera de los deberes contractuales que de dicha
relación derivan, sean obligaciones expresamente pactadas o deberes accesorios de
conducta nacidos de la buena fe, o de los usos de los negocios, la responsabilidad es de
carácter contractual y los tribunales deben declararlo así haciendo uso en lo necesario de la
regla iura novit curia una vez despejado el camino a través de la llamada tesis sustancialista
en materia procesal.>> el profesor Diez Picazo, quien fuera connotado doctrinario se refiere a lo
que decía el también conocido profesor Reglero Campos, quien asimismo señaló, pero que en
palabras de Diez Picazo retomaremos: “causa petendi está conformada sólo por los hechos sobre
los que la pretensión se funda”, (Reglero Campos, ob.cit., pág. 260), vid. Crespo Mora, Ma. Del
Carmen, tema 12 La responsabilidad civil extrapatrimonial en Santos Morón, Ma. José Coord.,
Lecciones de Derecho Civil Patrimonial, 2a ed., Madrid: Tecnos, 2017, págs. 252 y 253.
b) En ese sentido, de lo expuesto por el tribunal español y comentado críticamente por
dicha doctrina, consideramos que la calificación de la responsabilidad civil o extracontractual
supone discernir qué es el contrato y más específicamente cuáles son los deberes de conducta que
a las partes pueden exigírseles, sobre la base de lo estrictamente escrito más la integración de
todo aquello que viene siendo aplicable al contrato por los deberes accesorios, como la buena fe y
los usos en el sector del comercio. Esto dicho en otras palabras y según el Código Civil de El
Salvador lo establece literalmente: <<Art. 1417.- Los contratos deben ejecutarse de buena fe, y
por consiguiente obligan no sólo a lo que en ellos se expresa, sino a todas las cosas que emanan
precisamente de la naturaleza de la obligación, o que por la ley o la costumbre pertenecen a
ella.>>
De modo que las partes están obligadas a que cumplir con la “ley” lo que incluye el
Reglamento de la OPAMSS, reglas técnicas de la SIGET, normas de seguridad ocupacional y de
instalaciones eléctricas o de prevención de incendios y todas aquéllas que sean exigibles en el
sector del comercio al que se dediquen.
Por eso, el pretender calificar la responsabilidad civil como extracontractual por la fuente
normativa supuestamente infringida, no constituye una directriz fiable a seguir, porque el reclamo
contenido en la demanda, por supuesto incumplimiento de reglas de seguridad ocupacional, de
instalación y mantenimiento de la seguridad eléctrica puede ser comprendida dentro de las
obligaciones propias de las partes en el contrato de arrendamiento, en el caso del arrendador para
mantener el edificio en buen estado de habitabilidad y garantizar el uso y goce del bien y por la
parte del arrendatario, que deberá correr con las reparaciones locativas propias del uso que le dé
al inmueble, art. 1715, 1728, 1735 y 1758 del Código Civil. Más adelante ahondaremos sobre
este aspecto al tratar el tema de “la integración de normas técnicas y reglamentos al contrato”.
2.2- LA CALIFICACIÓN DEL TIPO DE DAÑOS:
La calificación de los daños se ha practicado en tribunales de diverso orden jerárquico y
distintas latitudes. A manera de ejemplo, la Corte Suprema de Justicia de la República del
Paraguay en su caso resolvió: “En suma, se concluye que el daño reclamado es resarcible, pero
bajo el rubro de daño patrimonial - recalificación que es de iure y se hace por aplicación del
principio tura novit curia-.” Responsabilidad Civil, daños y perjuicios, Corte Suprema de
Justicia, República del Paraguay, Asunción: Intercontinental editora, 2008, pág. 43.
Ya nos hemos referido a este tema, restando por precisar, que en el presente caso
confirmamos las calificaciones que practicaran la Jueza Segundo de lo Civil y Mercantil y los
Magistrados de la Cámara Primera de lo Civil de la Primera Sección del Centro.
Por último, es recomendable que todo juez de primera instancia al calificar la admisión de
la demanda y su competencia, prevenga a la parte que figure en calidad de actora que aclare su
pretensión, ya que la determinación de una u otro tipo de responsabilidad civil tiene
implicaciones en la calificación de la competencia judicial. De no ser así, en la audiencia
preparatoria puede discurrirse este aspecto. Calificar sin generar indefensión, que en este caso no
sucede, por cuanto existen contables elementos y hechos para analizar la causa. Dado lo
compendioso del caso y por economía procesal lo más aconsejable es que se proporcione una
solución final a este proceso. Esto redunda en la economía de las relaciones contractuales, ya que
las partes sabrán hasta qué punto son responsables. La discrepancia por la calificación de los
daños, como sucedió en este caso no puede servir de óbice para negarse a conocer y conferir los
daños, debe respetarse el debido proceso, el acceso a la justicia material, ésta supone el
reconocimiento de la protección frente a los daños (Corte Suprema de Justicia, once horas y diez
minutos del dieciséis de octubre de dos mil catorce, referencia: 60-COm-2014).
3.-CONTRATO DE SEGURO DE INCENDIO
Nuestra jurisprudencia ha entendido el contrato de seguro de incendios en el sentido
siguiente: “es conveniente dilucidar que los fundamentos técnicos del seguro, comprenden la
aportación de un sustitutivo económico, cuando el riesgo crea una necesidad económica que por
el interés repercute en un patrimonio dado, el seguro implica como contrapartida otro elemento,
que es la aportación inmediata económica de la necesidad patrimonial creada, ya que el carácter
del contrato de seguro obliga mediante una prima, a resarcir un daño, estimado en abstracto o en
concreto, al verificarse la eventualidad prevista en el convenio.” Sala de lo Civil, sentencia de
fecha tres de marzo de dos mil diecisiete con referencia 278-CAM-2016, que retomó lo dicho por
la Corte Suprema de Justicia, que resolvió un conflicto de competencia entre jueces relativo a
quién conocería de las diligencias de incendio, con referencia: 201-D-2011.
Haber asegurado el inmueble incendiado, trasladó este riesgo que se actualizó cuando
sucedió, a la aseguradora, dejando de estar en la situación jurídica de algún supuesto hechor
culposo. Y es que tal como ya la doctrina lo viene reconociendo desde hace mucho tiempo, la
tendencia a asegurar bienes por posibles daños, llevó a los estudiosos del derecho a considerar la
llamada “crisis de la responsabilidad civil”, porque ésta dejaría de tener sentido para establecerse
en contra del supuesto responsable porque para ello respondería su aseguradora (ALPA Y
BESSONE, La responsabilitá civile, págs. 433-439 y 478-482, citado por DE Ángel Yagüez,
Ricardo, Lecciones sobre responsabilidad civil, Universidad de Deusto, pág. 150.
4.-DILIGENCIAS DE INCENDIO
La parte demandada expresó en su contestación que no es responsable de pagar los daños
reclamados, porque hubo caso fortuito y para eso presentó certificaciones de las dos diligencias
de incendio tramitadas cada uno en diferentes tribunales.
En razón de lo anterior, cabe preguntar: ¿cuáles son los efectos del resultado de las
diligencias de incendio y si lo resuelto en las mismas incide en la pretensión promovida en este
proceso, considerando que sí en aquellas no se determinó malicia de una parte, entonces no
habría lugar a reclamar indemnización en este proceso?
Antes de responder, debemos examinar lo acontecido en las dos diligencias de incendio:
A fs. 1076-1373, la Jueza del Juzgado Primero de lo Civil y Mercantil de San Salvador
resolvió: “A) SE AUTORIZA A LA SOCIEDAD AIG SEGUROS, EL SALVADOR,
SOCIEDAD ANONIMA, que se abrevia AIG SEGUROS EL SALVADOR, S.A., QUE PAGUE
a las sociedades LAS CASCADAS MULTISERVICIOS, SOCIEDAD ANÓNIMA DE
CAPITAL VARIABLE que se abrevia LAS CASCADAS MULTISERVICIOS, S.A. DE C.V. y
ADMINISTRADORA DE CONDOMINIOS, SOCIEDAD ANONIMA DE CAPITAL
VARIABLE que se abrevia ADMINISTRADORA DE CONDOMINIOS, S.A. DE C.V. en su
calidad de asegurados de las pólizas contra incendio número 50.858 y póliza número 50.859 con
sus modificaciones y renovaciones respectivamente; LA INDEMNIZACION por el siniestro
acaecido el día tres de enero del año en curso en el inmueble ubicado en CONDOMINIO
CENTRO COMERCIAL HIPERMALL LAS CADADAS SITUADO EN CALLE JERUSALÉN
Y CARRETARA PANAMARICANA DE ANTIGUO CUSCATLÁN, DEPARTAMENTO DE
LA LIBERTAD.”
A Fs. 1374-1375, consta certificación del acta y decisión de la Jueza suplente del Juzgado
de lo Civil de Santa Tecla que resolvió: <<Vista, leída y estudiada la prueba aportada por los
abogados demandantes, la cual queda relacionada. Se advierte de las mismas, que dentro de las
presentes diligencias no existe el mínimo indicio de que el asegurado OPERADORA DEL SUR,
SOCIEDAD ANÓNIMA DE CAPITAL VARIABLE, sus dependientes o empleados, hayan
tenido participación o culpa en la producción del siniestro ocurrido como a las diez horas del día
tres de enero del presente año, en el centro comercio Hiper Mall las Cascadas (sic), (...) sino que
por el contrario, en el informe del cuerpo de Bomberos antes relacionado se establece como causa
del siniestro, la hipótesis de que el siniestro se originó en uno de los toma corrientes eléctricos
que se encontraban colocados al costado nor poniente de la bodega, cuyo cableado y conectores
internos, presentan rasgos de haber sufrido cortocircuito el cual generó recalentamiento y chispas,
que al hacer contacto directo con materiales de fácil combustión como papel, con telas, plásticos,
pinturas y cosméticos, dieron origen al siniestro, consecuentemente, se decide otorgar la
autorización para que la aseguradora AIG SEGUROS EL SALVADOR, SOCIEDAD
ANONIMA, realice el pago en la cuantía a que asciendan los daños sufridos por el bien
asegurado bajo la póliza cincuenta punto novecientos trece, (...)”
4.1-SU OBJETO Y NATURALEZA
El art. 1415 C.Com. es una disposición aplicable a las diligencias, la que interpretada por
esta Sala prescribe que: “En el caso que nos ocupa, el legislador, al promulgar el Art. 1415
C.Com., ha previsto para los seguros contra incendios una serie de obligaciones por parte del
asegurado, los cuales estriban en imponer de información a la empresa Aseguradora a través de la
documentación respectiva que fundamente su reclamación, aunado a que, como condición sine
qua non, la indemnización debida debe requerirse con posterioridad al acto previo de
procedibilidad de autorización judicial de pago, estatuida en la disposición legal objeto de
análisis, y que conforme a la doctrina, también forma parte de la información necesaria para la
acreditación de la pretensión del pago de la póliza.” Sala de lo Civil, sentencia de fecha tres de
marzo de dos mil diecisiete con referencia 278-CAM-2016.
Asimismo, ya hemos dicho al respecto: <<EI objeto de la denotada autorización radica, en
asegurar los datos relacionados con el origen y la causa del incendio, que encajen con los
supuestos bajo los cuales las pérdidas o daños se han producido o relacionado, con la
responsabilidad de la Compañía al importe debido por ésta en razón de los bienes asegurados.
Asimismo, ante la posibilidad de dilación del trámite extrajudicial o judicial para la obtención
(por parte del asegurado) o denegación (respecto de la aseguradora) de la autorización de la
cancelación de dicha póliza, el trámite en comento -en algunos casos-, también tiene como
finalidad la preservación Integra o fiable del estado de los bienes asegurados objeto de dados, que
se encuentran situados en el lugar en el que ha tenido ocurrencia el siniestro, es decir, a través de
la producción de anticipos de prueba, peritajes o inspecciones judiciales (...). En este punto, cabe
observar, que la exigencia previa de carácter procesal del trámite no contencioso de autorización
a que se ha hecho referencia, tiene su fundamento en el establecimiento de la ocurrencia del
siniestro y de las circunstancias acaecidas en éste; asimismo, que el incendio tuvo lugar dentro de
los términos acordados en las cláusulas que rigen el contrato de seguro.» Sala de lo Civil,
sentencia de fecha tres de marzo de dos mil diecisiete con referencia 278-CAM-2016.
4.2-SU CARÁCTER DE ADMINISTRATIVAS EN SEDE JUDICIAL Y SIN
CONTRADICTORIO
En relación al carácter administrativo de las diligencias de incendio tramitadas en sede
judicial se ha resuelto: <<Es de precisar, que no tiene lugar a discusión que el aludido trámite de
autorización, bajo la normativa adjetiva civil y mercantil aplicable al caso objeto del recurso de
que se trata, no cuenta con una serie de normas procesales que indiquen en forma delimitada o
pormenorizada el procedimiento a seguir por parte del Juzgador en las diligencias en comento;
>> Sala de lo Civil, sentencia de fecha tres de marzo de dos mil diecisiete con referencia 278-
CAM-2016.
Asimismo se ha razonado lo siguiente: <<no obstante, debe remontarse a la finalidad de
las mismas, en el sentido que dicha autorización no se refiere a un proceso contencioso, sino que
indubitablemente, estamos ante una jurisdicción no contenciosa, que constituye un presupuesto
procesal previo a la incoación de la pretensión de pago de la póliza de seguro, según lo estatuido
en el Art. 17 Inciso 2° del Código Procesal Civil y Mercantil, que en lo pertinente dice: 1.1 Las
diligencias judiciales no contenciosas se tramitarán de acuerdo a lo previsto en la respectiva ley
de la materia,, de no existir procedimiento se aplicarán las disposiciones del proceso abreviado,
en lo que fueren aplicables>> Sala de lo Civil, sentencia de fecha tres de marzo de dos mil
diecisiete con referencia 278- CAM-2016 y también la Corte Suprema de Justicia, sentencia de
competencia con referencia: 201-D-2011.
4.3-LA DECISIÓN NO CONSTITUYE COSA JUZGADA
Esta SALA, a las quince horas cinco minutos del dieciséis de marzo de dos mil diez, en
recurso de casación con referencia 38-CAC-2010, declaró la improcedencia del mismo y dijo:
“Que tratándose de diligencias de jurisdicción voluntaria, el recurso de casación por Infracción de
Ley, requiere para su procedencia, que no sea posible entablar nueva acción sobre la misma
materia, según lo prescribe el Art. 5, Inc. 2° de la Ley de Casación. Y es que, en el caso sub-
judice, es posible entablar nueva acción sobre la misma materia en juicio contencioso, ya que la
resolución pronunciada en tales diligencias, sólo autorizan para que la empresa de seguros realice
el pago de la indemnización, la cual deberá hacerse efectiva, conforme a la póliza de seguro
mediante el juicio correspondiente.”
Por último, también esta Sala en otro caso marcado bajo la referencia: 293- CAM-2009,
de fecha dos de junio de dos mil diez, declaró improcedente el recurso de casación en las
diligencias de incendio y dijo:
<<Las diligencias sujetas a un procedimiento mercantil especial -entre ellas las que nos
ocupan-, constituyen una secuencia de actos de investigación sobre aspectos relativos al
beneficiado o al objeto litigioso, con el fin de que se emita una autorización judicial de pago de la
póliza del seguro en cuestión, que de no verificarse su cancelación puede derivar eventualmente
en el respectivo juicio ejecutivo, cuya acción que causo la ejecución puede perfectamente
ordinariarse. De ahí resulta, que estas diligencias no son propiamente un “juicio”, por lo que, lo
resuelto en ellas no puede causar cosa juzgada, ésta se da en aquellos procesos en los que se
controvierte el asunto principal de la cuestión litigiosa.>>
En el presente caso confirmamos los argumentos jurisprudenciales que antes expresamos,
considerando que las dos resoluciones que las juzgadores de primera instancia pronunciaron en
las diligencias de incendio en cuestión, no causan cosa juzgada. Es cierto que las mismas gozan
de firmeza y validez, pero debe reconocerse que la decisión no ha surgido de un proceso
contradictorio, dejando a salvo que si existiese algún hecho nuevo que indique la presencia de un
comportamiento doloso pueda deducirse en juicio. Es por estas razones, que la demanda
presentada no es improponible.
5.-LA REPRESENTACIÓN DE LAS CASCADAS
A fs. 1379-1382, corre agregada certificación registral del poder general administrativo
mercantil conferido por Las Cascadas Multiservicios, Sociedad Anónima de Capital Variable a
favor del señor FPA.
Este dato resulta de utilidad, porque demuestra la vinculación del señor PA y la persona
jurídica, Las Cascadas Multiservicios, S.A. de C.V. y contribuirá a explicar el alcance de las
declaraciones que aparecieron en periódicos nacionales.
5.1-DECLARACIONES PÚBLICAS EN PERIÓDICOS
Corre agregado a fs. 1646, pieza 9 de primera instancia, copia de un rotativo nacional, por
el que se citan palabras del señor FP, en calidad de propietario e inversionista del Centro
Comercial Las Cascadas Multiservicios S.A. de C.V. y según la periodista dijo: <<“Yo creo que
todos los incidentes como estos dejan muchas lecciones a todos tanto a los propietarios de los
comercios, como a nosotros que hicimos el diseño y construcción como a las autoridades”,
reconoció P.>> Que en la reconstrucción del Centro Comercial buscarían mejorar los sistemas de
respuesta a incendios, que contaban con mangueras, cisterna y sistema de bombeo que fueron
usados por el personal el día que sucedió el incendio y que forman parte de exigencias legales. El
sistema de bombeo de agua del Centro Comercial se detuvo, porque los bomberos lo solicitaron,
ya que se alimentaba con diésel y podría constituir otro factor de riesgo, y agregó que “hay que
pensar de otra manera”, quiso decir: debió pensarse de otra manera.
Como ya hemos tenido oportunidad de referirnos a esto, en el punto 1 titulado:
“Existencia del siniestro”, el constructor y propietario del inmueble arrendado y siniestrado optó
por emplear mecanismos de lucha contra incendios cuyo estándar de calidad no correspondía con
la norma técnica recogida en el Reglamento de la OPAMSS, que exige un sistema automático de
detención de incendios e igualmente automático un rociador ubicado fijamente en el inmueble,
que contaba con un espacio de más de seis mil metros cuadrados, cuando la disposición
reglamentaria establece que los espacios de venta de tres mil metros cuadrados deben contar
detención y rociador automáticos para repeler incendios (ver el punto número 6.2 de esta
sentencia, titulado: “integración de normas técnicas y reglamentos en el contrato”; es decir, que el
espacio de venta del inmueble contaba con más del doble del área comercial que requería la
implementación de dicha regla técnica de seguridad humana e inmobiliaria. Obviamente que el
empleo de un sistema automático no requiere del actuar humano. El no haberse acatado esta
reglamentación constituye un factor que cabe dentro del campo de conocimiento del constructor,
que aunado a que previó que un incendio podría suceder, nos lleva a pensar que asumió el riesgo
como posible y prefirió asumir los costos. Esto equivale a una autopuesta en peligro, también del
personal que laboraba en las instalaciones y de los visitantes. A esta conclusión puede llegarse
cuando el señor P dice que “(...) los incidentes como estos dejan muchas lecciones (...)”.
A fs. 1648-1649, se incorporó copia de un rotativo nacional que contiene entrevista
rendida por el empresario FP que dijo: “¿Cuáles fueron las causas del incendio? Lo que sucede es
que cada aseguradora lo asume, punto. Allí termina para mí la historia, usted asegura y cada
aseguradora asume su pérdida. Y luego las aseguradoras (sic) es como cuando usted paga su
vehículo y se accidenta con alguien más; su aseguradora le paga a usted y luego mira quién tuvo
la culpa o si usted tuvo la culpa le paga a usted porque para eso tiene seguro. Son las
aseguradoras las que después recurren con alguien más para recuperar, pero uno debe pensar en
su aseguradora que para eso se asegura.” Las copias de los periódicos están certificadas por el
rotativo que las emitió.
De esta declaración se obtiene, al menos, un elemento indiciario, referente a que las partes
del contrato de construcción y arrendamiento previeron el riesgo y se lo distribuyeron, por eso se
suscribieron posteriormente pólizas de incendio, que finalmente fueron pagadas por la compañía
aseguradora. A su vez, esto nos lleva a pensar el motivo por el que Las Cascadas Multiservicios,
S.A. de C.V. ha pretendido obtener las indemnizaciones sin encontrar suficiente justificación
hasta el momento.
6.-CONTRATACIÓN MODERNA
Dos aspectos principales destacaremos en este acápite respecto de la contratación
moderna; el primero, relativo a la integración del contrato de arrendamiento y las relaciones
jurídicas que de éste nacen para las partes de este proceso y aparte, la integración de aspectos
administrativos y reglas técnicas en los contratos de derecho comercial, estos a su vez nos
ayudará a convalidar la disposición ya contenida en la legislación contractual de nuestro Código
Civil y que nos ilustrará en la calificación de la responsabilidad civil que se reclama,
decantándonos desde ya, por la contractual.
1-) Las partes contractuales que a la vez figuran como partes procesales, suscribieron un
contrato de construcción y arrendamiento de local. La parte actora demandó a la arrendataria por
responsabilidad extracontractual, le achaca en síntesis, que es culpa suya que el incendio se haya
originado y extendido. Por otro lado, la parte demandada señala entre muchos aspectos, que su
responsabilidad si la hubiese, debería limitarse a lo establecido en el art. 1429 del Código Civil y
por eso califica la responsabilidad de contractual. Esta disposición únicamente es aplicable a la
responsabilidad contractual. Desde este punto, no es cierto que no existe algún elemento del
debate procesal que se haya referido a la responsabilidad contractual, como la parte actora de este
proceso lo ha mencionado en el recurso de casación.
Después de reiterar esa aclaración, vemos indispensable referirnos, a que los hechos de
este caso deben considerarse en la correcta proporción de una ya no tan novedosa realidad
económica, de masificación en el intercambio de productos y servicios, de la conformación de
grandes plazas comerciales y por eso, debemos también interpretar las relaciones jurídicas de las
partes, en lo que se denomina por la doctrina: “shopping center”. Estos, comúnmente y sin tomar
los aspectos virtuales, constituyen en nuestra sociedad centros de servicios de todo tipo y
distribución de productos; frecuentados masivamente por las personas, que consumen o pasean.
El propietario del centro comercial o shopping center es un “empresario sofisticado”, que
planifica de antemano las estrategias de mercado a seguir, que diseña o encarga diseñar cada uno
de los espacios, v.gr. parqueos, salas de cines, kioscos, salas de comida, con la consideración de
los costos, del movimiento probable de visitantes, etc. No estamos en presencia de un propietario
solitario, que divide su inmueble en parcelas que después da en arriendo sin un sentido preciso.
Por otra parte, el arrendatario es también un empresario que desea participar de ese proyecto, que
será común. Es decir, no es simplemente un sujeto solitario que pretende usar y gozar del local.
Disfrutar de la estrategia empresarial del shopping implica para los arrendatarios, participar
también de los riesgos, horarios, entre otros aspectos. Por eso, Lorenzetti sentencia:
<<Naturalmente, alquilar un local para instalar un negocio es un hecho económicamente distinto
si se lo hace en un shopping o fuera de él. El hacerlo dentro del hipermercado significa participar
de una empresa común. Surge así un vínculo asociativo que se superpone con la relación de
cambio para el uso o tenencia, modificando algunos de sus aspectos.>> (Lorenzetti, Ricardo Luis,
Tratado de los contratos, tomo 1, Rubinzal Culzoni pág. 701). Lo que se persigue es que el
shopping funcione como sistema y se proteja a terceros. En este tipo de contratos, como el del
caso que nos ocupa, se presentan etapas, la primera, consiste en la planificación de la
construcción del lugar al cual pueden participar los futuros inquilinos, como en efecto sucedió en
el proceso, al punto que se le confirió un lugar estratégico a la parte demandada en el Local
Ancla. Posteriormente, se alquilan los locales y es posible que el arrendante además de conferir el
uso y goce del inmueble también preste servicios extras, como en efecto sucedió en este caso, que
la parte arrendante alquiló el local y prestó servicios de aire acondicionado, esto último se
evidenció con la escritura pública de aportación del sistema de aire acondicionado, otorgado en la
ciudad de Guatemala, a las nueve horas del veinte de noviembre de dos mil trece, sistema que era
propiedad de Las Cascadas Multiservicios, S.A. de C.V. Así las cosas, doctrinariamente,
estaríamos en presencia de contratos mixtos, de arrendamiento del inmueble y arrendamiento de
servicios (Lorenzetti, ob.cit., págs. 702 y 705).
Todos los contratos constituyen modernamente, un proyecto común, en donde las partes
contractuales deben cooperar y no obtener el mayor provecho a costa del sacrificio sin razón de la
contraparte. En la relación contractual de las partes que tuvieron las que hoy litigan, esa
cooperación es aún más, tal como ya lo explicarnos y por integrarse a un proyecto común, es más
razonable pensar en la distribución de los riesgos, como el caso del incendio.
2-) La contratación moderna reconocida por la doctrina y jurisprudencia internacional que
aplica la Convención de las Naciones Unidas sobre los Contratos de Compraventa Internacional
de Mercaderías (CNUCCIM), ha recogido la imbricación del contrato comercial y leyes
administrativas. La teoría del contrato en ella contenida, puede aplicarse a otros contratos. Prueba
de ello, el art. 35.1 CNUCCIM, ha sido interpretado y aplicado en el sentido que establece, que
las partes puede acordar que el bien presente características especiales o el cumplimiento de
cierta normativa, que para el procedimiento de su conformación se respeten determinadas reglas
técnicas y leyes laborales, el respeto de los Derechos Humanos de las mujeres trabajadores de
“maquilas”, etc. También puede suceder, que las partes no hayan acordado expresa y literalmente
una regla a cumplir, pero que su exigencia sea conocida o debía haber sido conocida por
constituir una directriz aplicable a un sector del comercio en un lugar determinado, art. 9
CNUCCIM (Corte Suprema de Austria, 27 de febrero de 2003, «caso del pescado congelado» y
Corte Suprema, Alemania, 8 marzo de 1995 (caso de los mejillones de Nueva Zelanda).
En este punto nos preguntamos: ¿quién de las partes contractuales estaba en mejor
condición cognitiva para cumplir los deberes que la normativa administrativa exigía para prevenir
y extinguir incendios? Es evidente que el arrendador, que a la vez era propietario y constructor
del bien, además, se comprometió a construir “Llave en Mano” en el que parece ser del tipo de
contrato denominado diseño y construcción (“design and build”). El dominio de la información
de los hechos como premisa para deducir responsabilidad a los contratantes y principalmente al
propietario ha sido considerado por esta Sala en la sentencia con referencia: 493-CAC-2016, de
fecha: veintiocho de abril de dos mil diecisiete en el apartado titulado: <<DEL
PRONUNCIAMIENTO QUE CORRESPONDE>>.
En el presente caso, las partes contractuales pactaron expresamente que debía cumplirse
con la normativa administrativa de la OPAMSS, entre otras.
6.1-CLÁUSULAS CONTRACTUALES RELATIVAS AL LITIGIO
La parte recurrente en casación, actora en el proceso, por escrito que corre agregado a fs.
1721-1723, específicamente al folio 1722 justificó su pretensión indemnizatoria ante la alegación
de su improponibilidad por parte de la contraria, para tal efecto dijo, que la pretensión contenida
en la demanda tenía por base el art. 1401 del Código de Comercio. Para mejor inteligencia del
artículo se transcribe:
<<EI asegurador que pague la indemnización se subrogará hasta el límite de la cantidad
pagada, en todos los derechos y acciones que por causa del daño sufrido correspondan al
asegurado, excepto en el caso de que, sin haber sido intencional el siniestro, el obligado al
resarcimiento fuese el cónyuge, un ascendiente o un descendiente del asegurado.---Si el daño
fuere indemnizado sólo en parte, el asegurado podrá hacer valer sus derechos en la proporción
correspondiente a la parte no indemnizada.>>
Sobre la base del inciso dos de dicha disposición, la parte actora considera que tiene
derecho a reclamar indemnización de la parte que no fue cubierta por la aseguradora.
Al respecto, en legislación comparada, el art. 111 de la Ley sobre el Contrato de Seguro
(que contiene su última reforma y publicada en el Diario Oficial de la Federación en fecha 04-04-
2013), dice así:
<< Artículo 111.- La empresa aseguradora que pague la indemnización se subrogará
hasta la cantidad pagada, en todos los derechos y acciones contra terceros que por causa del
daño sufrido correspondan al asegurado.--- En el seguro de caución, la aseguradora se
subrogará, hasta el límite de la indemnización pagada, en los derechos y acciones que por razón
del siniestro tenga el asegurado frente al contratante del seguro y, en su caso, ante otros
responsables del mismo.--- La empresa podrá liberarse en todo o en parte de sus obligaciones, si
la subrogación es impedida por hechos u omisiones que provengan del asegurado.--- Si el daño
fue indemnizado sólo en parte, el asegurado y la empresa aseguradora concurrirán a hacer
valer sus derechos en la proporción correspondiente.--- El derecho a la subrogación no
procederá en el caso de que el asegurado tenga relación conyugal o de parentesco por
consanguinidad o afinidad hasta el segundo grado o civil, con la persona que le haya
causado el daño, o bien si es civilmente responsable de la misma.»
Asimismo, el art. 1386 del Código de Comercio que se citará más abajo tiene su par en el
art. 85 de la ley mexicana. En relación al art. 111 de la legislación extranjera, la jurisprudencia
mexicana ha resuelto: << RESPONSABILIDAD CIVIL. PARA RESOLVER SOBRE EL
MONTO DE LA REPARACIÓN DEL DAÑO RESPECTO DE LAS MERCANCÍAS
TRANSPORTADAS, CUANDO ESA ACCIÓN SE DEDUCE CONTRA EL PORTEADOR
POR LA EMPRESA ASEGURADORA COMO SUBROGATARIA DEL ASEGURADO EN
VIRTUD DE UN CONTRATO DE SEGURO DE TRANSPORTE TERRESTRE, DEBE
ATENDERSE A LO PACTADO AL RESPECTO EN EL CONVENIO DE
TRANSPORTACIÓN Y, A FALTA DE ELLO, A LO PREVISTO EN LA LEY APLICABLE
SUPLETORIAMENTE (INTERPRETACIÓN DE LOS ARTÍCULOS 111 Y 143 DE LA LEY
SOBRE EL CONTRATO DE SEGURO).>> La línea jurisprudencial trate como antecedente, que
la compañía aseguradora pagó indemnización al asegurado y la primera se subrogó en las
acciones del segundo contra la empresa de transporte. Se dijo, que la subrogación debía
primeramente limitarse a lo dispuesto en el contrato de transporte suscrito entre la empresa que
presta este servicio y la asegurada, de no disponerse nada en este contrato, se aplicaría
supletoriamente el art. 111 de dicha ley (1013273. 674. Primera Sala. Novena Época. Apéndice
1917-Septiembre 2011. Tomo V. Civil Primera Parte - SCJN Tercera Sección - Mercantil
Subsección 1 - Sustantivo, Pág. 732.), es decir, la compañía aseguradora se subroga en los
derechos del asegurado contra la compañía de transporte en los términos y límites contractuales
celebrados entre estos dos últimos.
Ahora bien, la ley mexicana en la parte que dice: « Si el daño fue indemnizado sólo en
parte, el asegurado y la empresa aseguradora concurrirán a hacer valer sus derechos en la
proporción correspondiente>> supone, que la subrogración puede ser total o parcial, si la
subrogación es total, la aseguradora perseguirá por sí sola el monto de la indemnización; si la
subrogación es parcial porque se pagó la indemnización de esta forma, la compañía aseguradora y
la asegurada deben concurrir a ejercer sus acciones contra el responsable del sinestro. En ese
sentido, se busca que una conducta dolosa o culposa, en su caso, generadora de responsabilidad
civil no quede impune, al conferirse una subrogación legal a favor de la aseguradora, se posibilita
que sea esta compañía la que ejercite un derecho a recuperar lo que pagó por cuenta de la
indemnización y a la vez se evita que el asegurado, ya indemnizado, obtenga una segunda
indemnización a cargo del tercero generador del daño, es decir, que la subrogación, vista así,
evita que el asegurado se enriquezca sin causa. También evita el encarecimiento de las primas al
incrementarse los riesgos y el costo de cobertura de los mismos por parte de las aseguradoras;
todos estos aspectos son conocidos en doctrina.
Esta misma regla se contiene el art. 43, inciso tres de la Ley 50/1980, de 8 de octubre, de
Contrato de Seguro de España, «BOE» núm. 250, de 17/10/1980, que más adelante
transcribiremos para evidenciar la similitud entre las reglas jurídicas extranjeras y la propia.
El art. 43 de la ley de Contrato de Seguro de España dice:
<<El asegurador, una vez pagada la indemnización, podrá ejercitar los derechos y
las acciones que por razón del siniestro correspondieran al asegurado frente las personas
responsables, del mismo, hasta el límite de la indemnización.---El asegurador no podrá
ejercitar en perjuicio del asegurado los derechos en que se haya subrogado. El asegurado será
responsable de los perjuicios que, con sus actos u omisiones, pueda causar al asegurador en su
derecho a subrogarse.---El asegurador no tendrá derecho a la subrogación contra ninguna de las
personas cuyos actos u omisiones den origen a responsabilidad del asegurado, de acuerdo con la
Ley, ni contra el causante del siniestro que sea, respecto del asegurado, pariente en línea directa o
colateral dentro del tercer grado civil de consanguinidad, padre adoptante o hijo adoptivo que
convivan con el asegurado. Pero esta norma no tendrá efecto si la responsabilidad proviene de
dolo o si la responsabilidad está amparada mediante un contrato de seguro. En este último
supuesto, la subrogación estará limitada en su alcance de acuerdo con los términos de dicho
contrato.---En caso de concurrencia de asegurador y asegurado frente a tercero responsable, el
recobro obtenido se repartirá entre ambos en proporción a su respectivo interés.>>
Al respecto, Broseta Pont, Manuel; Martínez Sanz, Fernando, Manual de Derecho
Mercantil, contratos mercantiles, derecho de los títulos-valores, derecho concursal, Vol. II, 13
ed., Madrid: tecnos, 2006, pág. 362, al comentar el art. 43 de la ley española citada sostienen:
<<La subrogación busca conseguir varios objetivos. De una parte, trata de garantizar que el
asegurado no pueda conseguir un lucro injustificado en forma de doble indemnización por un
mismo daño; una, por vía contractual, del asegurador; otra por vía extracontractual, del
responsable del daño. (Y citan a Sánchez Calero, F.)>>.
En doctrina de este país, se hizo mención a la exposición de Motivos del Código de
Comercio de 1885 que decía: “Satisfecho el asegurado de cualquiera de los modos indicados, es
de estricta justicia que, como consecuencia de este acto, quede subrogado 'ipso' jure el asegurador
en todos los derechos del asegurado, contra los terceros que sean responsables del incendio, por
cualquier título o concepto; pues ni el asegurado, una vez percibida la indemnización, puede
exigir de estos otra cosa, lo cual constituiría un lucro o beneficio, en oposición con la naturaleza
fundamental del mismo contrato, ni los terceros quedan libres de su responsabilidad en virtud del
seguro, como acto ajeno a ellos, siendo, por el contrario, muy ventajosa esta subrogación al
mismo asegurado, que obtendrá por ella alguna rebaja en la cuantía del premio del seguro”.
(Paniagua Manchado, Juan, 2E1 derecho de subrogación de las aseguradoras en el seguro de
daños”, en revista de responsabilidad civil y seguro, Asociación Española de abogados
especialistas en responsabilidad civil y seguro, pág. 53)
Ahora bien, el art. 1401 del Código de Comercio no indica contra quien debe ejercerse esa
pretensión, en otras palabras el legislador calló, en apariencia, respecto de quién es el sujeto que
debe soportar el riesgo. Lo cierto es que el artículo debe interpretase sistemáticamente y de ello
resultará la identificación del sujeto llamado a ello. El art. 1386 del Código de Comercio
establece, que cualquier interés económico de una persona en que no se produzca un siniestro
puede ser cubierto por un contrato de seguro contra daños; que el asegurador responderá de los
daños si se hubiese convenido y se prueba la realidad y cuantía del lucro o provecho esperado.
Esta disposición como las otras, tratan del régimen jurídico del contrato de seguro de
daño, en cuyo caso, la aseguradora constituye el sujeto llamado a figurar como obligado en el
contrato de seguro, a pagar la indemnización que corresponda con arreglo al contrato mismo. De
ahí, que el artículo 1401 del Código de Comercio entendido en la manera en que la parte
recurrente lo ha hecho, puede inferirse que se ejerce contra la compañía de seguros por la parte
que no ha pagado con base a un reclamo por las vías del proceso ejecutivo o del proceso común,
según fuese procedente.
Además, también puede significar, que el asegurado podrá perseguir el pago de la
indemnización contra el tercero supuesto causante del daño, como lo ha hecho en este caso, pero
dentro de los límites del Contrato de Construcción y Arrendamiento y por ende, con arreglo al
principio de previsibilidad contractual o en su caso, si hubiese dolo, por todo lo imprevisible, lo
que no se ha alegado en este proceso. Por el contrario, interpretar que se tiene el derecho a cobrar
una indemnización más allá de lo contratado, sería atentar contra la economía del contrato y
contra el principio de previsibilidad del daño; esto debe entenderse en relación al principio de
reparación integral del daño.
Esta sala considera, que una aseguradora que pague una indemnización por daños al
asegurado se subroga en los derechos y acciones que éste tiene contra quien cause el daño y en
los límites que tales derechos hubiesen nacido, ya sea en virtud de un contrato y en caso
supletorio, de la ley, art. 1401 del Código de Comercio.
9.- PROPIETARIO DEL PROYECTO DE CONSTRUCCIÓN
A fs. 1377, corre agregado certificación de planos expedida por la Directora Ejecutiva de
la Oficina de Planificación del Área Metropolitana de San Salvador (OPAMSS), consta sello que
contiene permiso de construcción expedido por la OPAMSS en fecha 29 de abril de 2002, con
razón que dice: “Permiso otorgado bajo la responsabilidad del propietario y de los profesionales
que firman y sellan estos planos”, firma del arquitecto constructor, razón social del constructor y
la identificación de arquitectos, identificación de la propietaria: DICSA o Desarrollo Inmobiliario
Las Cascadas, S.A. de C.V., así como nota PC-305-2002 correspondiente al permiso otorgado,
que contiene descripción de la infraestructura que compone el “HIPER MALL LAS
CASCADAS”, en el número 16 reza: <<Permiso Otorgado para la construcción del Proyecto
denominado Centro Comercial “HIPER MALL LAS CADADAS”, Ubicado en los lotes 9, 10,
11, 12 y 13 de la Urbanización Corporativa Turística y Residencial, EL ESPINO propiedad de
DESARROLLOS INMOBILIARIOS CASCADAS S.A. de C.V. (---) El titular del proyecto
deberá cumplir con las recomendaciones hechas por el personal técnico de la Unidad de
Prevención de Incendios del Cuerpo de Bomberos de El Salvador, el (sic) certificación de fecha 2
de abril de 2012. (...) Las disposiciones aquí establecidas son de aplicación obligatoria y general
en todo el territorio nacional.(...) 19. A la finalización de la ejecución del proyecto deberá
solicitar la Recepción de las (sic) Construcción de conformidad al Art. VII. 30 del Reglamento a
la Ley de Desarrollo y Ordenamiento Territorial del Área Metropolitana de San Salvador
(AMSS) y de los Municipios Aledaños. 20. Para efectos de solicitar recepción (sic) las obras de
construcción del proyecto el interesado deberá anexar a la solicitud la Recepción La siguiente
documentación: (---) Constancia extendida por la Unidad de Prevención de Incendios del cuerpo
de bomberos de El salvador de haber realizado la verificación de cumplimiento de las
recomendaciones de seguridad para la extinción de Incendios. 23. Este permiso no exige al titular
del proyecto de obtener las demás autorizaciones que establece las leyes de nuestro estado para la
ejecución del referido proyecto. (...) 26 Permiso se regirá por lo estipulado en el Reglamento a la
Ley de Desarrollo y Ordenamiento Territorial del AMSS de los Municipios Aledaños y al
reglamento para la seguridad estructural de las construcciones.>>
Lo anterior demuestra que el constructor, propietario y a la vez arrendante del inmueble
siniestrado siempre tuvo conocimiento de los aspectos que debía cumplir en relación a las
condiciones de seguridad del inmueble.
9.1-“LLAVE EN MANO”
A fs. 114-122, consta documento titulado: <<Especificaciones generales Hiper P “El
Espino” Llave en mano>>, que contiene especificaciones de la edificación, instalaciones
eléctricas, servicio de agua potable, etc. Esto significa que quien construye las instalaciones es
quien tiene más conocimiento de la estructura de la misma y tendría que correr con más
responsabilidad en cuanto a lo que le incumbe. En este caso, la parte actora figuró como
constructora y se comprometió a entregar la edificación a la parte demandada. Dado este
antecedente resulta difícil sostener la responsabilidad de la última.
10.- El RECLAMO DE LA INDEMNIZACION POR DAÑOS MORALES
El licenciado PLMM, elaboró peritaje de imagen y tráfico de personas del condominio,
fechado veintidós de diciembre de dos mil quince, concluyó, que la población entrevistada
identifica el Centro Comercial, que proyecta una imagen diferente al de su competencia cercana,
al grado que lo perciben como destino de personas de menor adquisición económica, que los
entrevistados coincidieron en estar conocedores del incendio, aduciendo con extrañeza que no
contaba con los niveles de seguridad apropiados. Que esto afectó la imagen del establecimiento,
aunado a que los negocios anclas, Walmart y Office Depot, resultaron afectados, los que
favorecían el tráfico de visitantes. Finalmente, Walmart se retiró. Ello llevó a que perdiera
atractivo, fs. 658-717 de la pieza 4. El facultativo en su declaración en síntesis dijo: que la
imagen de un centro comercial no depende necesariamente del Local Ancla, porque hay otros
locales comerciales. En definitiva, no se observa medición de la imagen por publicidad realizada,
ni números que indicasen la cantidad de visitantes, asimismo, el retiro de Walmart fue por
consenso.
A fs. 78 vto, que corresponde al Contrato de Construcción y Arrendamiento, se dispuso,
que la cuota de publicidad consiste en el pago de ésta y la promoción del Centro Comercial,
entendida como un gasto común entre los propietarios e inquilinos de los locales del Centro
Comercial, vinculados por el régimen de propiedad horizontal.
11.-PROHIBICIÓN DE DOBLE COMPENSACIÓN
Tal como ya lo hemos esbozado en líneas anteriores, un asegurado no puede recibir una
doble indemnización por el daño sufrido. De hecho, a vía de ilustración, en el último
Anteproyecto de Ley del Código Mercantil español, en su artículo 582-2, bajo el epígrafe:
“Principio indemnizatorio”, establece: “1. El seguro no puede dar lugar a un enriquecimiento
injusto para el asegurado”.
El Condominio alega, que sufrió daños patrimoniales y extrapatrimoniales. Al respecto y
como ya lo anticipamos, del peritaje financiero presentado se observa que no se presentó ningún
respaldo documental. No se individualizan los montos reclamados por propietario.
12.-OBITER DICTUM
Otras consideraciones: el proceso que nos ocupa, se inició el veinte de enero de dos mil
dieciséis, fecha en que se presentó la demanda de reclamo de indemnización por daños; cabe
acotar, que “el caso del incendio” se originó judicialmente cuando la Jueza Primero de lo Civil y
Mercantil de San Salvador conoció de las diligencias de incendio. Al realizar un examen breve de
la respuesta judicial proporcionada en relación a la atribución constitucional encomendada a la
Corte a través de esta Sala, de vigilar porque se administre pronta y cumplida justicia, se observa
que este caso es complejo y complicado para las partes y la administración de justicia. Como
reflejo de esto, tenemos, que la jueza que conoció la sentencia de primera instancia, con el
propósito de dar respuesta a la demanda, dedicó 311 páginas tamaño oficio, letra número 10 u 11
a uno o uno y medio espacio; el acta de la audiencia probatoria consta de 180 páginas, y las
dimensiones de su contenido probablemente son: exacto, letra nueve, pieza número diez.
Asimismo, el tribunal de segunda instancia ocupó 133 páginas tamaño oficio, doble espacio y
letra presumiblemente número doce o trece. Las cantidades litigadas son millonarias. La
ubicación espacial de los hechos ocurridos, el número de sujetos interesados o titulares del
derecho ha sido numerosa, las propiedades involucradas también. La cantidad de agencias
nacionales e internacionales que en algún momento determinado participaron en tareas
relacionadas al esclarecimiento de los hechos, también ha sido considerable.
En relación al orden del expediente, se observó que los documentos que contienen la
escritura de finiquitos solamente contienen escritura al frente y dado que el expediente judicial
debe ser continuo, folio frente y vuelto, las páginas vuelto debieron ser marcadas, de tal suerte
que quedara claro que no se documenta nada en ello y evitar la incorporación posterior de
información.
La misma parte recurrente a fs. 1722 vto., de la pieza nueve, reconoció, que el proceso es
voluminoso. Los procesos se vuelven complejos y conflictivos al punto que como en este caso, la
jueza de primera instancia por resolución de fs. 1734, previno a las partes que actuaran en el
proceso con debido respeto a la contraria, ciñéndose al principio de veracidad, lealtad, buena fe y
probidad procesal, art. 13 CPCM y que recibió la anuencia de algunos abogados, fs. 1737. La
complejidad del caso también se reconoció por resolución de fs. 1790.
Vista la experiencia suscitada en la jurisdicción Penal nacional e internacional tendente a
instaurar tribunales cuyos titulares sean competentes para conocer de procesos complejos, con
multitud de imputados e imputaciones, actuación delictiva complicada, entre otras razones de
igual o similar importancia, debería emularse o al menos estudiarse dicha iniciativa en el orden
de la jurisdicción privada. El rebalse que algunos casos pueden provocar en un despacho judicial,
puede derivar en que no sean examinados meticulosamente como ameritan. Esto no debe
entenderse en ningún caso como causa de justificación para demorar la resolución de los mismos.
Pero sí como una reflexión de cara a la modernización de la estructura del aparato judicial y a la
vez justificación del presupuesto encomendado al mismo para su no disminución. De modo que
los recursos a éste atribuidos nunca son suficientes para las crecientes necesidades que se
encuentran sobre la base de la experiencia descubierta o por descubrir y para salvaguardar un
máximo valor: la justicia, sin la que no habría democracia. En ese sentido, la desconcentración de
servicios jurisdiccionales para resolver casos complejos como complicados y atribuirlos a entes
competentes, mejoraría los tiempos de respuesta sin menoscabo a la calidad de los
razonamientos, que pasan por valorar cada una de las pruebas con arreglo al art. 416 del Código
Procesal Civil y Mercantil. Que el juez vea cada una de las pruebas exige que invierta tiempo,
horas hombre, recursos logísticos, investigación, lo que a su vez supone invertir nuevamente
tiempo, personal, dinero, etc.
13. SOBRE LA CONDENA EN COSTAS
Tal como ya se razonó arriba, no se procederá a condenar en costas a la parte recurrente,
debido a que no sería equitativo condenarlo a su pago, cuando procede casar por un motivo y
disposición infringida, pero la ley manda a desestimar el recurso de casación si esta Sala observa
que la decisión impugnada es la correcta conforme a Derecho, art. 538 del Código Procesal Civil
y Mercantil.
POR TANTO: De conformidad a los razonamientos expuestos, disposiciones legales
citadas y al art. 538 CPCM, esta Sala en nombre de la República de El Salvador FALLA: 1-
Declárase no ha lugar a casar la sentencia recurrida por el motivo de inaplicación de ley, en
relación a los artículos 11 Cn., 2, 4, 339, 341 y 416 inciso dos del Código Procesal Civil y
Mercantil. 2- Sin lugar la condena en costas a la parte recurrente. Devuélvanse los autos al
tribunal de origen, con certificación de esta sentencia para los efectos de ley correspondientes. 3-
Líbrese oficio al Cuerpo de Bomberos de El Salvador y a la Oficina de Planificación del Área
Metropolitana de San Salvador y de los Municipios Aledaños para que tomen nota en lo que a sus
competencias concierne, para lo cual adjúntese la certificación de esta sentencia.
NOTIFÍQUESE.
M. REGALADO.-----O. BONILLA. F.------ A. L JEREZ----- PRONUNCIADO POR LOS
MAGISTRADOS QUE LO SUSCRIBEN----- KRISSIA REYES ----- SRIA. INTA.-----
RUBRICADAS.