1.0 Introduccion Al Control de Gestion
1.0 Introduccion Al Control de Gestion
1.0 Introduccion Al Control de Gestion
0: INTRODUCCIÓN AL
CONTROL DE GESTIÓN
1. Introducción .............................................................................................................................. 2
2. Proceso de planificación ............................................................................................................ 3
3. Control y análisis de resultados ................................................................................................. 4
4. Por qué es más necesario que nunca un sistema de control de ges ón................................... 5
5. Evolución y tendencias .............................................................................................................. 6
6. El Controller: una visión global y transversal de la ges ón ........ ¡Error! Marcador no definido.
7. Los conocimientos fundamentales del Controller ..................................................................... 8
8. Las cuatro dimensiones ........................................................................................................... 10
9. Entornos VICA............................................................................. ¡Error! Marcador no definido.
10. Entornos BANI ....................................................................................................................... 12
11. El Controller como promotor de la innovación, eficiencia, RRA, QCC y ges ón del cambio en
las organizaciones del siglo XXI ................................................................................................... 15
12. El Controller como agente impulsor de la innovación ............. ¡Error! Marcador no definido.
13. El Controller como agente impulsor de la eficiencia ............................................................. 16
14. El Controller como agente impulsor del RRA (robustez, resiliencia y agilidad) .............. ¡Error!
Marcador no definido.
15. El Controller como agente impulsor del Diagrama QCC (qué, cómo y cuándo)............. ¡Error!
Marcador no definido.
16. El Controller como agente impulsor de la ges ón del cambio .............................................. 19
17. Resumen ................................................................................................................................ 22
1. Introducción
En este tema de introducción al programa de control de gestión, trataremos de dar respuesta a
cuatro preguntas básicas: ¿qué es un sistema de control de gestión?, ¿para qué sirve?, ¿por qué
lo utilizan las empresas y organizaciones? y ¿por qué es más necesario que nunca?
Antes de iniciar cualquier tipo de discusión podemos tratar de definir lo que es el control. El
Diccionario de la Real Academia de la Lengua lo define como «Comprobación, inspección,
fiscalización, intervención». En su quinta acepción, la RAE explica que control puede ser
la «Regulación, manual o automática, sobre un sistema». Es decir, que el control implica
comprobar, verificar y/o regular un sistema.
Así pues, utilizando la definición anterior, el control de gestión debe incluir necesariamente dos
procesos: el proceso de planificación, o lo que es lo mismo, el de definición de objetivos, y el
proceso de control o seguimiento del cumplimiento de los objetivos. Pero, además, si queremos
conseguir los objetivos, la función del control de gestión no debe ser y/o centrarse en la simple
comprobación o verificación ex post (después del hecho).
Por ello, el control de gestión es recurrente y sigue un esquema como el que se presenta en el
siguiente gráfico.
Es importante señalar que el control, por tanto, no queda circunscrito a una mera verificación
de los resultados. El control implica actuar sobre las decisiones porque son la única palanca de
la que disponen las organizaciones para conseguir los obje vos.
2. Proceso de planificación
El objetivo último del proceso de planificación consiste en la definición de objetivos de la
organización, lo que incluye, al menos:
Definición de variables sobre las que se espera obtener un resultado determinado.
En este sen do es necesario recopilar y cues onarse si se desea alcanzar un
determinado margen de intermediación, si se espera mejorar la rentabilidad, si es
necesario lanzar una nueva gama de productos, nuevos planes de inversiones y
desinversiones, etc.
El nivel deseado para cada una de las variables. Se trata de definir para cada una de
las variables anteriores qué métrica se espera conseguir. Por ejemplo, se espera un
incremento del margen de intermediación del 20% o se espera alcanzar una
rentabilidad del 5%.
Es evidente que, en la práctica, los dos elementos anteriores van unidos de forma indisoluble.
En el proceso de definición de objetivos se define la variable y la métrica, pero separar las
dos decisiones puede ser útil a la hora de pensar conceptualmente en el proceso de
planificación.
La herramienta que emplean las compañías para sistematizar todo el proceso de planificación
de largo plazo se llama plan estratégico. Suele tener un horizonte temporal de entre tres y cinco
años y trata de definir el rumbo en el largo plazo de la compañía.
Sin embargo, las empresas no pueden esperar tres o cinco años para comprobar si están
consiguiendo los objetivos adecuados. Por ello, es habitual descomponer los objetivos de largo
plazo en objetivos intermedios a menor plazo. Aparecen así dos nuevas herramientas de
planificación:
El plan opera vo, que transforma los obje vos del plan estratégico en obje vos de
menor plazo, normalmente tres años.
El presupuesto, que convierte el plan operativo en periodos más cortos,
normalmente un año.
El plan operativo y el presupuesto tienen por objetivo transformar objetivos lejanos en objetivos
de corto plazo más visibles y que permiten adecuar mejor los recursos. Por ejemplo, si el
objetivo en el plan estratégico es conseguir duplicar los ingresos en los próximos cinco años, el
plan operativo puede definir que los ingresos deben crecer un 40% en los próximos tres años y
que en el año en curso el incremento se situará en el 20%. De esta forma, los managers de la
compañía pueden conocer si están en el camino de conseguir los objetivos de largo plazo sin
necesidad de esperar los cinco años.
No obstante, como señalábamos, la mayor parte de las veces la estrategia fracasa en su fase de
implantación. Este fracaso puede deberse a varios motivos: los planes de acción definidos en el
plan estratégico pueden no ejecutarse de forma conveniente, también podemos enfrentarnos a
condiciones de mercado no previstas o a cambios en el contexto económico (variación de tipos
de interés, variación de tipos de cambio, hiperinflación, etcétera) que alteren nuestras
previsiones iniciales.
Por ello, es imprescindible controlar los resultados obtenidos. Es necesario analizar qué ha
pasado y poner en marcha medidas correctoras para alcanzar los objetivos de largo plazo. En
este sentido, el control no consiste en verificar qué ha ocurrido o alertar sobre desviaciones
pasadas, sino más bien en comprender el porqué de las desviaciones y proponer medidas
correctoras. De esta forma, mediante la redefinición de los planes de acción será más fácil
alcanzar los objetivos. Este proceso, lejos de ser estático, es dinámico. La compañía revisa de
forma periódica el cumplimiento de los objetivos y actualiza los planes de acción que, a su vez,
afectan de nuevo a los objetivos. Así, la organización, midiendo su desempeño en el día a día, es
capaz de redefinir su estrategia de largo plazo. Algunos autores han denominado este proceso
como el feedback control loop (circuito de retroalimentación).
En España, según datos del INE, el 60% de las empresas mueren antes de los cinco años de vida.
Estos datos muestran que el entorno competitivo ha cambiado mucho y se ha vuelto mucho más
complicado y dramático. Sobrevivir en el mundo empresarial en el siglo XXI es muy difícil y
complejo.
Durante la primera parte del siglo pasado la vida para las empresas era mucho más sencilla. Las
compañías disfrutaban de un exceso de demanda. Así pues, lo importante era ser capaz de
producir de forma continua y el foco estaba en la eficiencia.
Por otro lado, la competencia era escasa y, en todo caso, local, por lo que la necesidad de
información era limitada y el entorno era más o menos cierto, estable y, sobre todo, manejable.
La vida para las empresas comienza a complicarse en la década de los ochenta del siglo XX. Es a
partir de esta fecha cuando se produce un desarrollo tecnológico muy importante que ha
permitido democratizar los medios de producción. Este proceso ha eliminado las restricciones
existentes hasta entonces en la producción de bienes. De este modo, casi cualquier productor
en cualquier país del mundo es capaz de fabricar lo que antes solo eran capaces de ejecutar
las grandes corporaciones industriales. La consecuencia directa ha sido la proliferación de la
competencia y un mundo caracterizado por un exceso de producción. Fruto de este cambio de
paradigma, las organizaciones más exitosas se han centrado en la innovación y la diferenciación.
Lo importante en la actualidad no es solo producir bien y barato, sino también atender y ofrecer
productos novedosos a una demanda que, además, es más global e internacional que nunca y
que maneja información en tiempo real.
Para poder sobrevivir, las organizaciones se han visto forzadas a conocer mejor su negocio y sus
clientes y, sobre todo, han tenido que utilizar métricas para evaluar cómo afectan
determinadas decisiones a la rentabilidad de la compañía. Y esto es lo que trata de conseguir
el control de gestión, analizar si las decisiones que se toman en la compañía le permiten o no
acercarse a sus objetivos estratégicos.
Durante buena parte del siglo pasado lo importante era producir mucho y bien, la visión de
control estaba muy orientada al proceso de fabricación y de control de costes.
La función del control de gestión se centraba, sobre todo, en la definición y seguimiento de
costes de producción y coordinación del proceso presupuestario. Se trabajaba con
información limitada, empleando datos históricos y centrados en el cumplimiento de los
objetivos establecidos y el análisis de las desviaciones.
Pero como hemos señalado, el mundo ha evolucionado y los cambios han sido profundos y
duraderos. La función del control de gestión ha ido evolucionando con el tiempo, pasando de
un enfoque centrado en el producto y en la eficiencia del proceso productivo a otro más
centrado en el cliente o, al menos, más orientado a la generación de valor en el largo plazo.
Por este motivo, el control de gestión es mucho más necesario que nunca. Y es necesario para
conocer el negocio, para impactar sobre el funcionamiento de la organización, para gestionar el
flujo de información de la compañía, para ser el nexo entre la estrategia y la operativa del día a
día, para analizar la viabilidad futura de la organización, entre otros aspectos. En definitiva, el
control de gestión es obligatorio porque actualmente sin gestión no hay posibilidades de
sobrevivir.
5. Evolución y tendencias
Haciendo un breve repaso sobre la evolución de la función de control de gestión y el rol del
Controller en las organizaciones, encontramos que una de las primeras figuras en este ámbito
fue la del Controller financiero, cuya principal responsabilidad era controlar las finanzas de la
empresa. En general, existían tres ejes básicos de funciones que un Controller financiero debía
cumplir. Por un lado, el área de control y asistencia. Este se encargaba de coordinar
presupuestos, hacer reporting, financiaciones y otros procedimientos.
Por otra parte, otro de los ejes más importantes era el reporte y consejo. Debido a su amplia
experiencia, este sabía exactamente cuáles eran los mejores movimientos a realizar por parte
de la empresa en el área financiera.
Con posterioridad, el área de control de gestión y, por tanto, el Controller empieza a adquirir
más responsabilidades en las organizaciones, de modo que pasa a ser un apoyo en la ejecución
de las estrategias que forman parte del plan estratégico de la organización. Pasa de
planificar algunos de los pasos futuros que debía dar la organización a implicarse en la estrategia
de los mismos.
Por último, cuando los sistemas de calidad de la gestión empiezan a tomar importancia, el
Controller y los procesos de retroalimentación que involucran se empiezan a ver como parte
del aprendizaje organizacional. El Controller se apoya en esa retroalimentación para comparar
dinámicamente lo que se quería lograr con lo que se va consiguiendo, teniendo en cuenta qué y
cómo se hizo, así como las condiciones y el entorno en que se actúa, para así poder difundir el
aprendizaje en la organización.
En la siguiente figura podemos observar la evolución de las responsabilidades del Controller en
la organización.
La función del Controller en este contexto era verificar si todo se realizaba conforme al programa
adoptado, a las órdenes impartidas y a los principios administrativos fijados. El Controller tenía
como finalidad señalar las faltas y los errores cometidos para evitar su recurrencia y era visto
como una figura fiscalizadora, una figura verificadora de datos.
Por último, la evolución de la función del Controller ha sido estudiada y discutida tanto en
ámbitos académicos como profesionales. A juzgar por lo publicado en
organizaciones profesionales como el Global Chartered Controller Institute (GCCI), parece existir
un consenso en torno a la función del Controller que ha evolucionado desde el perfil contable y
financiero a otro de apoyo y control del negocio. La siguiente figura muestra los diferentes roles
que puede desempeñar y que incluyen desde el puramente contable hasta el de Controller del
negocio o Controller estratégico.
Los principales ámbitos de conocimiento y habilitadores que debe tener un buen Controller son
los que siguen.
Conocimientos
Ges ón de ac vidades opera vas.
Ges ón y análisis financiero.
Ges ón y análisis de costes.
Ges ón y planificación presupuestaria.
Sistemas de Información (SI), Repor ng & Business Intelligence (BI).
Cuadro de mando integral ‐ CMI & KPI.
Ges ón de riesgos y proyectos.
Visión estratégica e innovación.
Habilidades personales.
Ges ón del cambio y toma de decisiones.
Business Controller.
Habilitadores
Además de poseer estos conocimientos, el Controller tiene que gestionar y entender los
siguientes habilitadores para poder facilitar la gestión dentro de la organización y obtener
resultados óptimos. Más adelante profundizaremos en estos habilitadores…
1. Habilitador tecnológico
Si la teoría económica tradicional mantenía el capital, la tierra y el trabajo como elementos
primarios de estudio, la información y la tecnología se han convertido en el cuarto recurso a
gestionar.
La información es la verdadera materia prima de la empresa y la que nos permite tomar las
decisiones más adecuadas facilitando, a todos los niveles de la organización, el conocimiento
necesario para el correcto desempeño de sus procesos de trabajo. Además, determina la
consecución de objetivos de la empresa repercutiendo directamente en el éxito o el fracaso del
negocio.
4. Dimensión disruptiva. El Controller, además de analizar los datos, tiene que aportar y
plantear soluciones ante los nuevos retos digitales y disrupciones en el mercado. Gracias a
la gestión de la información y de la incertidumbre en un entorno altamente dinámico,
aportará soluciones para minimizar las amenazas disruptivas.
negocio, la efectividad para alcanzar los objetivos mediante una posición competitiva y
la agilidad para que toda la organización integre la innovación, aspecto que será
determinante en la nueva era digital.
En efecto, como indican varios estudios sobre perfiles profesionales, es una de las profesiones
con mayor demanda en el mercado desde 2009, debido sobre todo a que son
profesionales capaces de va cinar situaciones futuras adversas y generar posibles soluciones.
9.Entornos VICA
La función controller es un factor clave en los análisis de los entornos denominados VICA
(Volátil, Incierto, Complejo y Ambiguo) y sus prescripciones aportarán el camino a seguir por
parte de la empresa.
El término VICA (VUCA, por sus siglas en inglés) se originó en el Colegio de Guerra del Ejército
de los Estados Unidos para describir las condiciones resultantes de la Guerra Fría.
La volatilidad es la cualidad de estar sujetos a cambios frecuentes, rápidos y significativos. En un
mercado volátil, por ejemplo, los precios de los productos básicos pueden subir o bajar de forma
considerable en un corto período de tiempo y la dirección de una tendencia puede revertirse de
manera repentina.
La complejidad implica una multiplicidad de cuestiones y factores, algunos de los cuales pueden
estar intrincadamente interconectados.
La ambigüedad se manifiesta en una falta de claridad y la dificultad de entender con exactitud
cuál es la situación.
En este entorno tan disruptivo y cambiante, el Controller será determinante. Por un lado,
actuará como el médico describiendo la enfermedad (elementos VICA) y, por otro, propondrá
las soluciones que, en este caso, se dirigen al paciente representado en la organización. Un
asesoramiento que puede realizar gracias a su gran conocimiento del negocio, de los sistemas
de la información, de los indicadores y de su visión transversal y global de la compañía. Y, sobre
todo, por su visión puzzle.
Estas cuatro variables producen diferentes impactos en la función de controlling. Son los
siguientes:
Definir nuevas métricas para medir la capacidad de resiliencia de las empresas: En
un mundo quebradizo, las cuentas de resultados también lo serán. Algunos ejemplos
son la absorción de una parte importante de los beneficios debido a la subida del
precio de la energía y las dificultades para cumplir los planes de producción y, por
tanto, de ventas en las compañías que cuentan con cadenas de suministro tensas para
minimizar el coste de los stocks. Por tanto, ya no es suficiente mapear y entender los
riesgos, hay que construir modelos de negocio que permitieran obtener ventajas
competitivas en contextos de alta incertidumbre. eEl Controller tiene que repensar
muchas de las métricas tradicionales del control de gestión asumiendo que para que
el modelo sea más robusto también será más ineficiente. Así, tendrá que definir
nuevos indicadores para medir la capacidad de resiliencia de la compañía. También,
decidir en qué partes del negocio se asumen más ineficiencias a cambio de más
robustez y en cuáles no tiene sentido, lo que implica repensar todos los procesos de
negocio. Además, tendrá que analizar qué parte de esta ineficiencia se puede trasladar
al mercado vía precio y qué parte se puede internalizar como menor resultado.
En resumen, si el contexto se vuelve más caó co e impredecible, el análisis previo cada vez será
menos ú l y dará paso a la ges ón de la reacción ante los cambios. Y es aquí donde los
Controllers tendrán que evolucionar desde la función de analizadores de la información a
agentes fundamentales del cambio.
El Controller ha dejado de ser un puro analista para convertirse en una figura capaz de
desarrollar nuevos modelos en los que la intuición y la creatividad ocupan un lugar cada vez
más relevante. De ahí que las organizaciones hayan decidido incorporar este perfil a
su staff organizativo dejando de ser un privilegio de las multinacionales.
Dirigir la innovación, eficiencia y gestión del cambio es, sin duda, el último de los grandes retos
a los que el Controller de las empresas tiene que enfrentarse en el entorno social, tecnológico y
económico en el que nos encontramos. Ningún negocio sobrevive a largo plazo si no es capaz de
reinventarse a sí mismo e innovar. Pero la naturaleza humana es reacia al cambio y normalmente
este encuentra resistencia en las personas a las que más les afecta, aquellas que están ancladas
en el status quo empresarial.
Por ello, dirigir el cambio es esencial y muy difícil, pues al mismo tiempo se tienen que gestionar
tres habilitadores: habilitador humano, procesos y tecnológicos.
Según los profesores Gregory P. Shea y Cassie A. Solomon de The Wharton School, University of
Pennsylvania, el 75% de las iniciativas de cambio fracasan. Es importante tener en cuenta que la
transformación es un proceso y no un evento. Con ello se pretende indicar que el proceso de la
gestión del cambio avanza por distintas etapas que se preceden la una a la otra, construyendo
el resultado necesario para la consecución de la etapa siguiente. Esto puede tardar años en
llevarse a cabo, dependiendo del cambio necesario, los actores implicados y las herramientas
utilizadas para acelerar e implantar el proceso en todos los departamentos y la cultura de la
empresa. Intentar acelerar esta transformación solo conlleva saltarse etapas y los atajos, como
se ha demostrado, no funcionan.
El Controller debe ser un impulsor y generador de innovación. Desde su posición debe proponer
y guiar a los líderes responsables de transmitir e impulsar el cambio en la aplicación de sistemas
innovadores que supongan una optimización de la eficiencia empresarial. De esta forma,
se erige como una figura fundamental en la gestión del cambio, en la que podrán apoyarse los
distintos departamentos de la empresa.
El Controller juega un papel muy importante en la eficiencia de las organizaciones, ya que tiene
una visión global y estratégica en la consecución de los objetivos, optimizando los recursos
disponibles. Todo ello lo podrá llevar a cabo mediante la elaboración de indicadores
tanto cualitativos como cuantitativos.
El Controller ene que buscar el equilibrio entre eficiencia y flexibilidad para que las
organizaciones obtengan los mejores resultados.
Al final, el Controller, con la mejora y gestión constante de los elementos anteriores, puede
aportar un gran valor a las organizaciones, tanto a corto como a largo plazo.
Cuando hablamos de robustez organiza va, nos referimos a la capacidad que ene la
organización de recibir impactos y aguantar firme el envite, mientras que resiliencia alude a las
posibilidades que ene de levantarse cada vez que se caiga. Para entender el tercer pilar,
la agilidad, hay que diferenciar previamente entre este concepto y velocidad. Velocidad es un
término que se u liza para trasladar la «prisa» por alcanzar los resultados, por lograr un obje vo,
y suele concluir en desorden y desconcierto. Por el contrario, las organizaciones ágiles imprimen
un orden que lleva parejo mejoras en el empo: equipos que trabajan coordinados y caminan
hacia la misma dirección a un ritmo firme y estable.
15. El Controller como agente impulsor del Diagrama QCC (qué, cómo y
cuándo)
Como ya hemos visto en puntos anteriores, el mundo cada vez es más complejo y ambiguo, no
podemos predecir el futuro, pero podemos planificarlo y prepararnos para él. En este ambiente,
el Controller está llamado a desempeñar un papel crucial dentro de la organización, ya que
puede ayudar en un aspecto clave: el desarrollo e implantación de la metodología QCC (qué,
cómo y cuándo).
Paso 1. Definir el futuro. Los QUÉ: El área de control de gestión, junto con la organización, fijará
varios escenarios que contemplen una versión pesimista y otra optimista. En verdad, el número
de escenarios a definir dependerá de la organización y del sector al que pertenezca. También se
identificarán las fuerzas más relevantes y sus indicadores.
Paso 2. Prepararse para ese futuro. Los CÓMO: Es el momento de dimensionar los recursos
económicos, tecnológicos y de procesos a través, por ejemplo, de una matriz Trade‐off.
La matriz se divide en cuatro cuadrantes:
Cuadrante A – Elementos a incrementar: se refiere a los elementos que nos interesa
incrementar en la organización porque consideramos que pueden aportar valor. Por
ejemplo, si la organización cuenta con un sistema de información que está
funcionando bien en un departamento, podríamos valorar exportarlo al resto.
Cuadrante B – Elementos a mantener: son aquellos aspectos (sistemas, procesos…)
que están funcionando bien, aportan valor y
podemos mantener por su coste versus
beneficio.
Cuadrante D – Elementos a eliminar: suele ser el que más cuesta abordar, puesto que
a nadie le gusta eliminar, pero los recursos son limitados.
Paso 3. Adaptarse a ese futuro. Los CUÁNDO: Está focalizado a la toma de decisiones, a la
ejecución. También suele ser un paso que cuesta mucho dar porque implica salir de nuestra zona
de confort. Durante el COVID‐19, este úl mo paso fue vital y determinante para el éxito o el
fracaso de las organizaciones. Aquí, se impone potenciar la robustez, resiliencia y agilidad
organiza va.
La profundidad con la que el Controller conoce la empresa, así como su cultura organizativa y el
estilo de dirección de la misma, le dota de un gran influencia e impacto sobre los miembros de
distintos niveles de la organización. Además, tiene la capacidad de priorizar el largo plazo sobre
el corto, convirtiéndose claramente en un agente interno del cambio.
Los agentes del cambio no son los autores o actores del proceso de cambio, sino que generan
información válida con el objetivo de estimular decisiones conscientes y bien informadas.
El Controller debe tener la capacidad de identificar la brecha entre «lo que es» y «lo que podría
ser». En definitiva, la capacidad de traer el futuro al presente, ayudando a la dirección de la
empresa a encontrar el mejor camino en términos de resultados económicos, procesos y
eficiencia. Ha de gestionar de forma equilibrada los elementos y objetivos críticos, sin perder
nunca la funcionalidad e impacto en sus decisiones.
El Controller como agente del cambio tendrá que hacer las siguientes preguntas: