Orientación - Domingo 12 de Noviembre 2023
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Año LXXI Nº 6236 ÓRGANO OFICIOSO DEL ARZOBISPADO DE SAN SALVADOR. 12 de noviembre de 2023 $ 0.30
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Iglesia Local
Aunque el Tercer Artículo del Credo no confiesa la vida de Jesús [oculta y pública], confiesa su Encarnación y Nacimiento. Hechos
trascendentales que anulan toda presunción o afirmación de que Jesús no existió. En otras palabras, su Encarnación y su Nacimiento
confirman que Jesús fue verdadero hombre que existió en un determinado lugar y en un momento histórico exacto: Jerusalén, en el Siglo
I de nuestra Era. Jesús no es mito ni una leyenda; Jesús no es un holograma ni una realidad virtual. Jesús es el Hijo de Dios, Verdadero
Dios y Verdadero Hombre. En la Carta a los Filipenses, San Ignacio escribe que Jesús: Verdaderamente nació, verdaderamente creció,
verdaderamente comió y bebió, verdaderamente fue crucificado y murió y resucito [y] el que esto cree es bienaventurado1. Por ello, nos
detenemos en la vida de Jesús, ocupándonos en sus dos momentos: Su etapa oculta y su etapa pública estableciendo, antes que nada, los
rasgos de la vida de Jesús.
A. Rasgos de su vida
Son rasgos comunes que abarcan toda su vida y no solo una etapa:
1. Toda su vida es Revelación del Padre (cf. CIC 516) por ello pudo decir a Felipe: Quien me ha visto a mí ha visto al Padre
¿Cómo me pides que te enseñe al Padre? (Jn 14, 9).
2. Toda su vida es Misterio de Redención (cf. CIC 517). La Cruz es el lugar privilegiado; pero, en la Encarnación asume la
naturaleza humana para redimirla; en su vida pública nos revela el camino de perfección a seguir; y en su Resurrección nos
abre la puerta a la vida eterna.
3. Toda su vida es Misterio de Recapitulación (cf. CIC 518); es decir, la historia converge hacia Él: el pasado, el presente y el
futuro y todo con un único objetivo: la redención y salvación de la humanidad.
En fin, toda la vida de Cristo es Misterio. Es nuestro Salvador, nuestro mediador y nuestro modelo de vida para alcanzar la perfección del
Padre: Sean perfectos como mi Padre es perfecto (Mt 5, 48). Nadie puede alegar que esto es un imposible porque Jesús mostró el camino
de perfección. No en vano su nacimiento fue preparado por Dios desde el día de la caída de la humanidad que, en total suma varios miles
de años. No en vano su nacimiento fue anunciado y la promesa aguardada hasta el último de los profetas llamado el Precursor: Juan el
Bautista. Momento especial que la Iglesia renueva anualmente en su Liturgia con la vivencia del Adviento.
B. Vida oculta
Está precedida por su Encarnación y Nacimiento que dan inicio a otros misterios. El primero, la Circuncisión (cf. CIC 527) donde el Señor
se hace parte de la descendencia de Abraham. Segundo, la Epifanía (cf. CIC 528) durante la cual el Señor se manifiesta como el Salvador
del Mundo que incluye: a judíos y paganos. Al respecto de lo cual San León Magno anotó: [la Epifanía manifiesta que] la multitud de
paganos entra en la familia de los patriarcas (Sermón 23). Y era tanto, su amor por los paganos que, la persecución de Herodes redunda
en bien de estos. En un Misterio de amor, penetra la tierra de Egipto para vivir en ella inundándola con su Verdad y su Luz. Años después,
retorna a su tierra para vivir de manera ordinaria y con su obediencia restaura la obra que la desobediencia de Adán destruyó (cf. CIC 532).
De esta época, el único suceso conocido es su hallazgo en el Templo haciendo la voluntad del Padre (cf. CIC 534).
C. Vida pública
Se inaugura con el Bautismo en el Jordán (Lc 3, 21-22) cuando tenía 30 años (cf. Lc 3, 23). Fue tentado por el Mal (cf. Lc 4, 1-13) y desde
ahí comienza su obra: Uno, anunciando la cercanía del Reino (cf. CIC 541ss) con palabras y obras. Esas obras son también signos para
reconocer que quien las hace es el Hijo de Dios como muy bien lo señala San Atanasio: …hecho hombre… puede hacer conocer mediante
sus obras que no es un hombre, sino la Potencia de Dios y su Verbo quien las opera. En efecto, dominar los demonios y ahuyentarles no
es una obra humana, sino divina. Y al verle curar las enfermedades a las que está sujeto el género humano ¿Cómo pensar todavía que es
un hombre y no Dios?2 Dos, fundando su Iglesia al entregar las llaves del Reino (cf. CIC 551ss); tres, mostrando a los suyos, una visión
anticipada del Reino en el Tabor (cf. CIC 554); y, por último, subiendo a Jerusalén para hacer la voluntad del Padre (cf. CIC 559ss).
En suma, toda la vida de Cristo es un misterio que converge hacia la redención y salvación del ser humano, ya que bajó a la tierra para
elevar a la humanidad a Dios. San León Magno – aunque de manera inversa: desde la Cruz hasta la Natividad – resume muy bien estos
misterios de amor, salvación y redención: …como el conjunto de los fieles nacidos de la fuente bautismal ha sido crucificado con Cristo
en su pasión; ha resucitado con Cristo en su resurrección; ha sido colocado a la diestra del Padre en su ascensión, así también con Él ha
nacido en esta Natividad3. Ahora, tenemos la certeza que, cuando confesamos su Encarnación y Nacimiento, confesamos que Jesús fue un
hombre que existió, vivió caminó y murió en Jerusalén en los inicios del S. I de nuestra Era con el único objetivo de redimir y salvar a la
humanidad y todo por amor. Tema que estaremos reflexionando a partir de la próxima catequesis.
1 San Ignacio. “Carta a los Filipenses. I. Cartas Apócrifas”, n. III. En: Daniel Ruiz Bueno, Padres Apostólicos y Apologistas griegos (S. II).
2 Atanasio, La Encarnación del Verbo, n. IV 18-19.
3 Alfredo Sáenz, San León Magno y los Misterios de Cristo, p. 131.
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La Liturgia de la Palabra
Una de las condiciones que Jesús ha puesto a todo aquel que quiera
ser su discípulo es negarse uno a sí mismo y cargar con la cruz cada
día (Mt. 10,38; 16, 24; Mc. 8,34; Lc 9,23; 14,27), condición sin la
cual seríamos unos meros fariseos cristianos; porque nos llamamos
como tal, pero tenemos un profundo escándalo a la cruz (1Cor. 1,
17-18; 2,14; Fil. 3, 18).
Como cristiano la cruz es importante en mi vida porque, al ser
iluminada por la pasión, muerte y resurrección de nuestro Señor
Jesucristo, y dada como signo de victoria en mi vida, puedo, por
su gracia, vencer al enemigo. Al tener iluminada mi cruz, todo
adquiere sentido en la vida: el dolor, el sufrimiento, la enfermedad,
la vejez, todo.
Es un misterio que ha sido revelado solo a los pequeños, a los que
tienen un corazón de niño. Es solo en la inocencia de un pequeño
que se puede ver el verdadero amor del Padre que nos ama de
tal manera, que no encontró otra forma de amarnos sino en este
misterio escondido, incluso a los ángeles. Por eso dice el Señor:
«Yo te bendigo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has
ocultado estas cosas a sabios e inteligentes, y se las has revelado
a pequeños. Sí, Padre, pues tal ha sido tu beneplácito.» (Mt. 11,
25-26) Así es que nos recomienda: «Entrad por la entrada estrecha;
porque ancha es la entrada y espacioso el camino que lleva a la
perdición, y son muchos los que entran por ella; más ¡qué estrecha
la entrada y qué angosto el camino que lleva a la Vida!; y poco
son los que lo encuentran.» (Mt 7, 13-14). Todos los cristianos que
hemos sido elegidos por la gracia de Cristo, recibimos ese signo de
victoria en el sacramento del bautismo, por eso no podemos ir por
la vida ignorando cuál es nuestra cruz, porque Dios la permite y que
sentido tiene en nuestra vida. Que la vida sacramental y comunitaria
dentro de la Iglesia nos ayude a encontrarnos con ella y que sea
iluminada y glorificada en nuestra vida por ese encuentro íntimo y
personal con Jesucristo a través de la escucha de su Palabra.
Iglesia en el Mundo
Pbro. Edwin Henríquez Pbro. Carlos Chavarría Pbro. Simeón Reyes Daniel González
DIRECTORIO Director Colaborador Editor Diseño y Corrección
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Crucigrama
Solución: Hija, Sol, Familia, Mirada, Río, Corazón, Paz, Naturaleza, Habitación, Idea
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