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Fluctuaciones Cuánticas de Vacío

alrededor de Kinks
Trabajo Fin de Grado

15 de Julio de 2021

Autor:
PABLO MERINO SAN JOSÉ

Dirigido por:
M. A. del Olmo y J. M. Muñoz Castañeda

Departamento de Física Teórica, Atómica y Óptica


Índice general

Introducción 3

Unidades y dimensiones 6

1. Formulación clásica de la teoría de kinks 7


1.1. Primeras nociones de la teoría de kinks . . . . . . . . . . . . . . . . . 7
1.2. Variedad de vacío y evolución temporal . . . . . . . . . . . . . . . . . 13
1.2.1. Evolución temporal . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 14
1.3. Defectos topológicos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 16
1.4. La topología de D . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 19
1.4.1. Componentes conexas de D y su grupo de homotopía . . . . . 19
1.5. Soluciones kink. Enfoque topológico . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 21
1.6. Estructura de vacío . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 24
1.7. Identificación del kink como partícula . . . . . . . . . . . . . . . . . . 25
1.8. Estabilidad de las soluciones kink . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 27
1.9. Teorema de Derrick . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 29

2. Energías clásicas. Modelos φ4 y sine-Gordon 31


2.1. Ecuaciones de Bogomolny de primer orden . . . . . . . . . . . . . . . 31
2.2. Equivalente mecánico . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 33
2.3. Kinks del modelo φ4 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 34
2.4. Kinks del modelo sine-Gordon . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 43
2.5. Reformulación de la teoría. Resumen . . . . . . . . . . . . . . . . . . 49
2.6. Formalización de la teoría de sine-Gordon . . . . . . . . . . . . . . . 52
2.7. Formalización de la teoría φ4 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 53

3. Correcciones de masa al orden de un lazo 57


3.1. Fluctuaciones cuánticas al orden de un lazo . . . . . . . . . . . . . . 57
3.1.1. Oscilaciones semiclásicas alrededor de una solución estable . . 57
3.1.2. Fluctuaciones cuánticas de vacío . . . . . . . . . . . . . . . . 60
3.1.3. Fluctuaciones cuánticas de kink . . . . . . . . . . . . . . . . . 66
3.2. Corrección cuántica de la masa: Fórmula DHN . . . . . . . . . . . . . 72
3.2.1. Renormalización de la energía de punto cero: diferencia modo
a modo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 72
3.2.2. Renormalización de la masa . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 80
3.3. Cálculo de Spec(K̂) y δ(k) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 85
3.3.1. Cálculo del espectro de autoestados ligados . . . . . . . . . . 87

1
2 ÍNDICE GENERAL

3.3.2. Cálculos sobre estados de scattering . . . . . . . . . . . . . . 89


3.4. Correcciones en el modelo de sine-Gordon . . . . . . . . . . . . . . . 91
3.5. Correcciones en el modelo φ4 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 93

4. Conclusiones 95

A. Espacio de Fock 97

B. Potencial de PT. Método de factorización 101


ÍNDICE GENERAL 3

Introducción
En los años 60 y 70 del siglo pasado, una nueva metodología en teoría cuántica
de campos se desarrolló y popularizó. Físicos y matemáticos empezaron a tomarse
en serio el estudio de soluciones clásicas de ecuaciones de campo no lineales, y a
interpretar algunas de estas soluciones como candidatos firmes para ser partículas
de la teoría. Formalmente, este tipo de partículas no habían sido reconocidas previa-
mente, al ser diferentes de las partículas elementales que surgen de la cuantización
de excitaciones de campos, expresadas como superposiciones de modos ondulatorios.
No obstante, desde entonces, el estudio de este tipo de soluciones no se ha deteni-
do, llegando a darles en ciertos casos una interpretación de objetos fundamentales
extensos para altas energías.
Una de las características fundamentales de las soluciones o partículas que nosotros
estudiamos, los llamados kinks, es su estructura topológica, la cual difiere de la es-
tructura del vacío. A una solución estacionaria de campo situada en una componente
conexa del espacio de configuración en que conecta, asintóticamente, puntos de va-
cío, se le conoce como defecto topológico. Si, además de esta carácter topológico, y
de añadir, o no, dependencia temporal a través de la correspondiente transformación
de Lorentz, pedimos que sean ondas no disipativas solución de ecuaciones de onda
no lineales, diremos que estas soluciones son los mencionados kinks. Si uno supone
que las oscilaciones cuánticas alrededor del vacío están asociadas a deformaciones
continuas del campo, entonces tales excitaciones no cambiarían dicha topología del
vacío. Es por ello que las partículas elementales de la teoría cuántica de campos,
tales como el fotón, no tienen una estructura topológica propia. Es más, la estabi-
lidad de las nuevas partículas se debe a su estructura topológica diferente a la del
vacío. Una importante consecuencia de esto es que, aunque no haya ninguna garan-
tía a priori de tener una energía grande o pequeña, en todo caso, podemos afirmar
que estas nuevas partículas no pueden decaer directamente en un número arbitrario
de partículas elementales. Hablaremos de algunos distintivos de la topología propia
de estas nuevas soluciones, tales como la carga topológica o, más en general, de la
conexión dentro del espacio de configuración de la teoría.

Los kinks, de esta forma, además de soluciones topológicas son ondas propagan-
tes no disipativas solución de ciertas ecuaciones de onda no lineales. Abandonando
provisionalmente el carácter topológico de las soluciones que nosotros tratamos, da-
mos la cronología en el estudio general de este último tipo de soluciones, los llamados
solitones. Tradicionalmente, los fenómenos ondulatorios has sido identificados por su
carácter dispersivo, es decir, por la propiedad por la que ondas propagantes se des-
vanecen en un tiempo finito. El hito “experimental” que cambió esta mentalidad fue
la observación del ingeniero escocés Scott-Russell (1870, [1]) de “una onda solitaria
que viaja sin cambiar de forma, tamaño ni velocidad”. Las ecuaciones de onda linea-
les solo admiten soluciones en forma de ondas solitarias o propagantes si la relación
de dispersión entre frecuencias y números de onda es lineal, caso en que todos los
miembros de un paquete de ondas viajan a velocidad constante sin interferencias
mutuas. Sin embargo, el planteamiento por Korteweg-de Vries en 1905 de la ecua-
ción que lleva su nombre ([2]), la cual describía el movimiento ondulatorio de aguas
4 ÍNDICE GENERAL

superficiales, revolucionó el estudio de ecuaciones diferenciales en derivadas parciales


(EDPs) no lineales que admiten ondas no disipativas como soluciones. A pesar de
su complejidad, en torno a 1965 se probó que esta ecuación es resoluble completa-
mente (Kruskal, Miura, Lax, etc., véase [3] o [4]). Entre las soluciones encontradas,
están las ondas solitarias, que preservan forma, tamaño y velocidad a lo largo de
su propagación, dando un fundamento teórico a la experiencia de Scott-Russell. La
resolución de la ecuación Korteweg-de Vries (ecuación de KdV en adelante) fue un
gran impulso que llevó a la creación y desarrollo de ideas y técnicas sobre esta teoría
de EDPs a lo largo de los últimos 60 años: el método de scattering inverso (Gard-
ner et al, [3]), pares de Lax y condiciones de compatibilidad no linales (P. Lax,
[4]), transformaciones espectrales clásicas (Sakharov, [5]), etc. También, propieda-
des inesperadas y efectivas en otras EDPs no lineales fueron ampliamente tratadas,
tales como en la ecuación de sine-Gordon, estudiada en este trabajo, la cual explica
el efecto Josephson en física de semiconductores [6].
Por la parte cuántica, es natural preguntarse qué es lo que pasa con estas soluciones
de campo tan estables sometidos a algún formalismo de cuantización. La ecuación
fundacional de las EDPs que determinan estas teorías clásicas de campos, la ecua-
ción KdV, nos da un solitón no cuantizable por ninguno de lo métodos hasta hoy
desarrollados. No obstante, existen otras teorías de solitones que sí que son cuanti-
zables, como los modelos de kinks aquí tratados. Al principio de los 60, dado que
de los dos grandes tipos de hadrones, los mesones eran los ligeros, y los bariones
los pesados, era tentador pensar que bariones y mesones eran solitones cuantizados
y cuantos de interacción, respectivamente. Skyrme y Finkelstein fueron pioneros en
esta idea, el primero de ellos precursor del llamado modelo de Skyrmiones [7], el
cual describe el límite clásico de los bariones, con los mesones entendidos como sus
cuantos de interacción.
Generalizando estas interpretaciones sobre los solitones en términos de su interacción
y/o identificación con partículas elementales, la pregunta que surge es clara: ¿cómo
son los estados cuánticos de un solitón o, más en particular, de un kink cuantizado?
Los primeros y más ilustrativos intentos fueron los dados sobre las teorías escalares
φ4 y sine-Gordon. En 1974, Dashen, Hasslacher y Neveu [8] desarrollaron las co-
rrecciones cuánticas de las masas clásicas de estos solitones, mediantes expansiones
hasta primer orden en ~. Desde entonces, múltiples mejoras se han ido desarrollan-
do de estos cálculos, hasta llegar a la deducción de una fórmula cerrada para estas
correcciones, con la inclusión de contratérminos deducidos a partir del orden normal
del Hamiltoniano cuantizado de la teoría (Comtet, Cahill, y Glauber; 1976, [9]).
Esta no es la única técnica para la cuantización de ondas no lineales. A raíz de los
desarrollos anteriores, surgieron nuevos formalismos de cuantización de estos obje-
tos tales como: la identificación de aproximaciones dadas en términos de expansiones
semiclásicas con modelos de física molecular, y de teorías de muchos cuerpos (Golds-
tone y Jackiw, [10]), o la equivalencia, probada por Coleman [11], entre la teoría de
sine-Gordon y el modelo masivo fermiónico fundamental de Thirring (lo que confir-
maba que estos solitones, pese a su procedencia de teorías bosónicas, son fermiones).
A raíz de los métodos anteriores, nuevos descubrimientos se fueron dando en mode-
los más complejos. En 1973, Nielsen y Olesen [12] redescubrieron teóricamente los
vórtices de Abrikosov en un sistema diferente, los cuales pueden ser visto, matemá-
ÍNDICE GENERAL 5

ticamente, como defectos topológicos en un contexto relativista. En 1994, Polyakov


[13] en Rusia e, independientemente, ’t Hooft [14] en el CERN, encontraron objetos
extensos identificados como defectos topológicos puntuales, cuya densidad energé-
tica estaba localizada principalmente en una bola tridimensional con convergencia
exponencial a 0 más allá de ésta, lo que llevó a interpretar a estos objetos como mo-
nopolos magnéticos, si son vistos a suficiente distancia. En Moscú, en 1975, cuatro
físicos rusos - Polyakov, Schwartz, Typkink, y Belavin [15] - también descubrieron
solitones en teorías gauge de Yang-Mills puras, en 1 + 4 dimensiones (una quinta
dimensión como tiempo imaginario en un espacio euclídeo cuadridimensional), y sin
interacción con la materia. Esta adición dimensional gestó una nueva teoría, pariente
directo de la teoría de defectos topológicos, que es la teoría de instantones.
Cuando aumentamos dimensionalmente la complejidad de las teorías de campos,
nos encontramos con métodos de cuantización y cálculos de correcciones cada vez
más difíciles de tratar. Es por ello que, actualmente, la punta de lanza en dichos
cálculos se encuentra en una no tan larga lista de fórmulas de éstos, en el marco
de teorías supersimétricas de Yang-Mills. Este es el caso, por ejemplo, del grupo de
Stony Brook group, formado por Rebhan, van Nieuwenhuizen, y Wimmer que, en [16]
(2003), dieron con dicha fórmula de correcciones cuánticas para la masa del vórtice
abeliano supersimétrico, hasta el orden de un lazo. Estos cálculos del vórtice SUSY
carecían de la dificultad de los cálculos estándar anteriores, ya que las divergencias
de los fermiones cancelan a las de los campos de bosones. Sin embargo, el desarrollo
de nuestro trabajo no recurre a teorías supersimétricas, sino que se fundamenta en el
cálculo de correcciones cuánticas, presentado por A. A. Izquierdo, W. G. Fuertes, M.
T. Mayado, y J. M. Guilarte, sobre la masa de vórtices autoduales sin técnicas SUSY
en [17] y [18]. A raíz de esta metodología, seguiremos el procedimiento de correccio-
nes de masas clásicas al orden de un lazo de [19] y [20], así como de [21], aplicado en
nuestro caso sobre teorías escalares en 1 + 1 dimensiones. Es de remarcar que, pese
a la mayor complejidad de las teorías hoy encaradas, la “vieja” fórmula de Dashen,
Hasslacher y Neveu (fórmula DHN) se encuentra con sorprendente asiduidad en los
desarrollos teóricos de estas fluctuaciones, si bien los métodos de regularización y
renormalización tienen que adaptarse a cada situación.

Así pues, en este trabajo, centramos el foco en un cierto tipo de soluciones no


disipativas de energía finita, enmarcadas en determinadas teorías de campos esca-
lares, con dos claros objetivos. El primero, mostrar la simbiosis en la que viven la
topología del espacio-tiempo 1 + 1, y la propia teoría de campos estudiada. Y el se-
gundo, a partir de dicha intersección clásica, y con toda la artillería necesaria de la
teoría cuántica de campos, calcular las correcciones cuánticas de vacío para las ma-
sas clásicas de kinks y solitones de los modelos, respectivamente, φ4 y sine-Gordon.
Las teorías aquí tratadas están inmersas en un universo de 1+1 dimensiones. A pesar
de esta aparente simpleza, las soluciones, campos o partículas con que trataremos
(kinks) constituyen un caso ilustrativo de lo que significan estas teorías de campos.
Esto nos permitirá entender las prácticas más recurrentes de éstas, en términos de
conexión y homotopía, en espacios de configuración con dimensiones arbitrarias, así
como el procedimiento a seguir para calcular correcciones a la masa de una partícula
hasta el orden de un lazo, es decir, hasta segundo orden en el desarrollo en serie de
6 ÍNDICE GENERAL

potencias del funcional acción o, dicho de otra forma, hasta primer orden en ~. Utili-
zaremos la fórmula DHN, con los contratérminos debidamente añadidos para no solo
regularizar sobre el número de modos de fluctuación, sino también compensando las
divergencias por el propagador del loop de la teoría, en primer orden.
En el primer capítulo, estudiamos la topología del espacio de configuración de una
cierta familia de teorías escalares y bosónicas de campos reales, junto a un estudio
de la estabilidad de las soluciones topológicas, y al teorema de Derrick [22]. En el
segundo capítulo, seguimos con el desarrollo clásico para dar con la ecuación de
primer orden de Bogomolny, a partir de la cual deducimos las soluciones estaciona-
rias en dichos modelos. Desmenuzamos estos cálculos en un contexto clásico sobre
los modelos φ4 y sine-Gordon, e incluimos también una reformulación de las teorías
de cara a manejar variables espacio-temporales y campos que sean adimensionales.
Finalmente, en el capítulo tercero, entramos en la teoría cuántica de campos con
el objetivo claro de calcular las correcciones cuánticas de las masas clásicas de los
kinks φ4 y sine-Gordon, para lo que nos valemos de la mentada fórmula DHN.
Incluimos dos apéndices: uno dedicado al análisis funcional del espacio de Fock,
recurrente en la cuantización canónica del capítulo tercero; y otro dedicado a una
resolución clásica y parcial de una ecuación de Schrödinger unidimensional con el
potencial de Pöschl-Teller, en el que hacemos uso del método de factorización (véan-
se las referencias [23] y [24] para mayor generalidad de estos métodos). Esta última
ecuación aparece en numerosas ocasiones en diversos problemas espectrales del ca-
pítulo tercero, en términos del operador de segunda variación de la energía en el
sector topológico kink.

Unidades y dimensiones
En este trabajo, utilizamos un sistema de unidades en que la velocidad de la luz
en el vacío es la unidad de velocidad: c = 1. No obstante, la constante de Planck h,
así como ~, permanecerán explícitas, de cara a desarrollar correcciones semiclásicas
sobre la masa clásica de un kink. Bajo estas consideraciones, se tiene que [L] = [T ],
además de que las dimensiones de la masa de las partículas son [M ] = L−1 , y que
[~] = M L.
La escala de longitud y energía de un solitón depende de las constantes de acopla-
miento de la teoría. En una teoría invariante Lorentz y en la que las unidades son
tales que c = 1, como es nuestro caso, la energía del solitón se identifica con su masa
en reposo, en contraste con la práctica habitual con partículas elementales, para las
que la masa es proporcional a ~. Teniendo en cuenta que los efectos cuánticos se
hacen pequeños bajo ~ → 0, en este límite, el kink o solitón topológico, veremos,
tendrá masa finita, pero las partículas elementales tendrán masa próxima a 0.
Capítulo 1

Formulación clásica de la teoría de


kinks

1.1. Primeras nociones de la teoría de kinks


Fijamos nuestro estudio clásico en la resolución de ecuaciones de onda, de cara
a calcular algunas soluciones no disipativas de ciertas ecuaciones no lineales. Empe-
zamos dando la ecuación de ondas más sencilla.
 2
∂2


φ = − φ(x, t) = 0, (1.1.1)
∂ 2t ∂ 2x
donde x y t denotan a las variables espacial y temporal, donde φ es una función en
C 2 (R1,1 ), y donde hemos denotado  = ∂µ ∂ µ . Las dos principales características de
este tipo de ecuaciones de onda son:
A. La forma y la velocidad de un solo paquete de onda se mantienen
constantes
Toda función con valores reales de la forma f (x ± ct), perteneciente al espacio
C 2 (R1,1 ), es solución de (1.1.1). Es más, basta tomar cualquier función f con
una sola variable, pertenciente a C 2 (R) (a lo que se suele llamar una función
localizada en el espacio), e introducir el argumento x ± ct para construir así
un paquete de ondas localizado que viaja a velocidad ±c, sin ningún tipo
de distorsión en su forma a lo largo del tiempo y del espacio. Esto es claro
si entendemos que en el espacio de estas ondas planas, el sistema {sin(kx ±
wt), cos(kx ± wt)} es ortogonal y completo, de tal forma que podemos escribir
la f anterior como sigue
Z
f (x − ct) = dk[a1 (k) cos(kx − wt) + a2 (k) sin(kx − wt)], (1.1.2)

donde el hecho de que la onda plana viaje sin atenuarse a velocidad c surge
del hecho de que la hemos descompuesto en infinidad de componentes, a modo
de ondas planas, con la misma velocidad de propagación w/k = c.
B. La velocidad y la forma asintótica. En una colisión de paquetes de
ondas, estos preservan forma y velocidad

7
8 CAPÍTULO 1. FORMULACIÓN CLÁSICA DE LA TEORÍA DE KINKS

Dada la naturaleza lineal de la ecuación de ondas (1.1.1), y dados dos paquetes


de onda f1 (x − ct) y f2 (x + ct), su suma, a la que denotamos por f3 (x, t), es
también una solución. En tiempos negativos grandes (t → −∞), f3 (x, t) está
formado por dos paquetes de ondas separados, los cuales se acercan el uno al
otro sin distorsionarse. En un instante t finito, estos paquetes colisionan. No
obstante, de nuevo a tiempos muy grandes, pero ahora positivos (t → ∞),
la solución f3 (x, t) se vuelve a escindir en dos paquetes de ondas, los cuales
recuperan sus formas y sus velocidades originales. Este argumento se puede
extender trivialmente a más de dos paquetes de ondas.1
Sin embargo, la adición de términos de distinta índole (no lineales, disipativos, aco-
plados, ...), convierten este tipo de ecuaciones diferenciales en objetos más difíciles de
tratar. Nuestro objetivo enmascarado en el estudio clásico de solitones es el apreciar
y explotar los casos en que ecuaciones de ondas no lineales como las dadas, disfru-
tan de estas atractivas características A y B, para después estudiar las partículas e
interacciones que afloran con la segunda cuantización de nuestras teorías clásicas.
Obsérvese, quedándonos con el caso más sencillo, lo que pasa cuando añadimos un
solo término a la ecuación (1.1.1), sin perder linealidad, pero perdiendo sencillez en
el cálculo. Estamos hablando de la ecuación de Klein-Gordon, la cual, recordemos,
debe su forma a la conservación del cuadrimomento de una partícula con masa m y
espín 0:  2
∂2


2
( + m )φ(x, t) = − 2
+ m φ(x, t) = 0. (1.1.3)
∂ 2t ∂ 2x
La linealidad de (1.1.3) permite seguir teniendo al conjunto dada por
{cos(kx ± wt), sin(kx ± wt)},
como un sistema ortogonal y completo del espacio de soluciones contenido en C 2 (R1,1 ).
No obstante, un sencillo cálculo (basta, por ejemplo, utilizar la transformada de Fou-
rier del campo φ) nos da una relación de dispersión no tan trivial como en ondas
planas:
w2 = k 2 c2 + m2 c4 , (1.1.4)
esto es, diferentes longitudes de onda de las ondas solución viajan a velocidades de
propagación diferentes w(k)/k, dando a la ecuación (1.1.3) una naturaleza dispersiva.
Esto significa que una solución φ de (1.1.3) que en t = 0 tenga una forma de paquete
de onda localizado dada por
Z
dk[a1 (k) cos(kx) + a2 (k) sin(kx)], (1.1.5)

se dispersará para tiempos t > 0. Esto nos hace perder la característica A, y en


cuanto a B, ni siquiera un solo paquete de ondas es capaz de mantener su forma en
el tiempo, qué decir tiene que más de uno tampoco lo hará.
Consideremos ahora la adición en (1.1.1) de un término no lineal como sigue
 2
∂2


2
− 2 φ(x, t) + φ3 (x, t) = 0. (1.1.6)
∂ t ∂ x
1
A lo largo de la introducción, nos referiremos a estas dos características como características
A y B, en orden de aparición.
1.1. PRIMERAS NOCIONES DE LA TEORÍA DE KINKS 9

Cálculos numéricos de esta última ecuación muestra la naturaleza dispersiva de las


ondas que de ella se derivan.
No obstante, ocurre a veces que los efectos disipativos y los términos no lineales
se cancelan los unos a los otros, dando asi ecuaciones de onda dispativas y no li-
neales con soluciones que cumplen la característica A. Este tipo de soluciones son
llamados ondas solitarias. Lo mismo puede ocurrir con la característica B, dando
en conjunto lo que se conoce como soluciones de tipo solitón. Sin embargo, a lo
largo de este trabajo, usaremos ambos términos de forma biunívoca. Recurrimos a
[11] para caracterizar estas soluciones en términos de energía. La idea clave para
entender la diferencia clásica de estas soluciones de la teoría con respecto al resto de
soluciones no homogéneas es la de disipación. Supongamos que la entrada (0, 0) del
tensor energía-momento T00 (la densidad espacial de energía) de la teoría es siempre
no negativo, y que se anula para los puntos de vacío de la teoría, es decir, para las
soluciones de campo constantes que la minimizan. Una forma correcta de decir que
una solución de la ecuación (2.5.9) es disipativa es afirmar que

lı́m maxx T00 (t, x) = 0. (1.1.7)


t→∞

De esta manera, las características A y B conllevan a que T00 esté concentrada en una
región acotada del espacio. En otras palabras, la densidad de energía es localizada.
Con ello, podemos caracterizar a las soluciones clásicas estacionarias y no homogé-
neas como no disipativas a través de la energía. En resumen, una solución solitón
es una solución de una ecuación de ondas no lineal de naturaleza no homogénea, no
singular y no disipativa 2 .
Es importante entender también que las teorías de campos escalares que nosotros
estudiaremos son no perturbativas: no se aplica un procedimiento perturbativo al
uso como se hace en la teoría de Klein-Gordon. Sin embargo, sí que desarrollaremos
teoría de perturbaciones alrededor de soluciones no triviales y estacionarias. Esta
condición de nuestras teorías se aprecian en los primeros pasos de su estudio clásico,
que nos lleva, por ejemplo en el caso del campo φ4 , a masas clásicas que divergen
con λ → 0.
Nos situamos en la teoría de campos escalares, más en concreto en el estudio de so-
luciones topológicas de los sistemas de ecuaciones no lineales en derivadas parciales
como sigue
n
∂ 2 φj X ∂ 2 φi ∂U
− + i = 0, i = 1, ..., N, (1.1.8)
∂x20 j=1
∂x2j ∂φ

donde N ∈ N3 es el número de componentes que tiene el campo escalar. Nos limi-


taremos al estudio de campos escalares en un universo bidimensional, con una coor-
denada espacial y otra temporal. No obstante, incluso cuando generalicemos a 1 + n
variables, denotaremos por xµ = (x0 , xj ) a las coordenadas en el espacio-tiempo de
2
En este trabajo, entendemos por no singularidad a la condición de continuamente diferenciable
en el correspondiente dominio de definición.
3
Denotamos por N al conjunto de números naturales, sin incluir el cero. Usaremos la notación
N0 cuando lo incluyamos.
10 CAPÍTULO 1. FORMULACIÓN CLÁSICA DE LA TEORÍA DE KINKS

Minkowski 1+n-dimensional, particularizando a xµ = (x0 , x1 ) = (t, x) en el caso bidi-


mensional. Así, los campos estudiados tendrán la forma φ(xµ ) = (φ1 (xµ ), ..., φN (xµ )),
y los funcionales de estos campos vendrán dados por F = F [φ1 , .., φN ]. Observará
el lector que, aunque la forma y el contenido de los modelos φ4 y sine-Gordon están
bien definidos, tomaremos, en varias ocasiones, puntos de partida generales sobre
estas dimensiones, con una métrica Lorentziana en el espacio de Minkowski que de-
notaremos por g µν , y con signatura (+, −, ..., −), donde el signo menos se repite n
veces.
Todo nuestro estudio se particularizará en los campos escalares con las densidades
lagrangianas que siguen. Para φ4 ,
2
m2

1 λ
L[φ] = ∂µ φ∂ µ φ − 2
φ − , (1.1.9)
2 4 λ

y para sine-Gordon,
√ !!
1 λ λ
L[φ] = ∂µ φ∂ µ φ − 4 1 − cos φ , (1.1.10)
2 m m

ambos con N = 1 componentes, y con λ y m constantes de la teoría.


Como veremos superficialmente, nuestro estudio clásico está en perfecta analogía
con un enfoque mecánico clásico y geométrico, basado en el estudio de sistemas
completamente integrables de mecánica clásica, plasmados en las ideas y modelos
de Liouville. Bien es cierto que este estudio clásico tiene su formulación analítica
en la resolución de ecuaciones diferenciales como en 1.1.8, pero para llegar a ello,
necesitamos entender las magnitudes físicas que hay detrás de tales ecuaciones de
campos.
Toda la información dinámica del sistema está contenida en el funcional acción,
definido sobre el espacio de configuración de campos como sigue
Z
S[φ] := d1+n L[φ, ∂µ φ], (1.1.11)

donde L es la densidad lagrangiana general de una teoría escalar y bosónica dada


por
1
L[φ, ∂µ φ] = ∂µ φi ∂ µ φi − U (φ), (1.1.12)
2
con i = 1, ..., N , µ = 0, 1, ..., n.
Antes de continuar, debemos hacer una parada para formalizar la escritura mate-
mática de las simetrías presentes en los sistemas físicos estudiados. Para empezar, el
sistema debe ser invariante por transformaciones del grupo de Poincaré. Existe dos
tipos dentro de estas transformaciones:

1. Traslaciones espacio-temporales: Están dadas por transformaciones infinitesi-


males de la forma
δxµ = iερ Pρ xµ = εµ , (1.1.13)
1.1. PRIMERAS NOCIONES DE LA TEORÍA DE KINKS 11

donde Pρ = −i∂ρ denota a los generadores infinitesimales de este grupo de


transformaciones. Las corrientes asociadas a estas simetrías del sistema, dada
su condición relativista, son

jµν = −gµν L[φ, ∂µ φ] + ∂µ φj ∂ν φj . (1.1.14)

Esto nos da unas cargas conservadas de la forma


Z
Pµ = dn x −gµ0 L[φ, ∂µ φ] + ∂µ φj ∂ν φj . (1.1.15)


Como es bien sabido, P0 se corresponde con la energía del sistema físico, y Pi ,


i = 1, ..., n, son los momentos lineales del sistema. Más explícitamente, dichas
cargas conservadas adoptan la siguiente forma
Z  
1 1 j j
P0 [φ] = d xn j j
∂0 φ ∂0 φ + ∂i φ ∂i φ + U [φ] , (1.1.16)
2 2
Z
Pi [φ] = dn x∂i φj ∂o φj . (1.1.17)

Al funcional P0 [·] de (1.1.16) lo llamaremos funcional completo de energía, y


al funcional U [·] que aparece en el integrando de P0 [·] lo llamamos autointe-
racción.

2. Transformaciones o rotaciones de Lorentz: Para este otro tipo de elementos


del grupo de Poincaré, tenemos las transformaciones infinitesimales
1
δxµ = iερσ Mρσ xµ = εµρ xρ , (1.1.18)
2
con generadores infinitesimales Mµν = i(xµ ∂ν − xν ∂µ ) + Sµν , donde Sµν es
hermítico, además de estar en el mismo álgebra que el primer término. Las
corrientes son ahora como sigue

jµνρ = (−gµλ L + ∂µ φi ∂ν φi )(gνλ xρ − gρλ xν ) = jµν xρ − jµν xρ − jµρ xν . (1.1.19)

De esto, se deducen las siguientes cargas conservadas


Z
Mνρ = dn x(j0ν xρ − j0ρ xν ), ρ, ν = 0, 1, ..., n. (1.1.20)

Estos generadores, introducidos por el teorema de Noether en virtud de la invariancia


relativista del sistema, satisfacen las propiedades de un álgebra de Lie (antisimetría,
identidad de Jacobi, bilinealidad). Los conmutadores de estos operadores infinitesi-
males, vistos como campos vectoriales, son los siguientes:

[Pν , Pρ ] = 0,
[Mµν , Pρ ] = −igµρ Pν + igνρ Pµ ,
[Mµν , Mρσ ] = −iδνρ Mµσ + iδµρ Mνσ + iδνρ Mµρ − iδµσ Mνρ . (1.1.21)
12 CAPÍTULO 1. FORMULACIÓN CLÁSICA DE LA TEORÍA DE KINKS

Todas las simetrías vistas hasta ahora responden tan solo a la invariancia relativista
formalizada a través de las transformaciones del grupo de Poincaré, o siguiendo
la notación habitual en estos términos, a través de las transformaciones espacio-
temporales.
Por otra parte, en las teorías que estudiaremos existen grupos de simetrías discretos
que dejan invariantes las densidades lagrangianas dadas en (1.1.9) y (1.1.10). Para
el primer caso, tenemos el grupo finito Z2 (bajo la transformación φ → −φ), y en el
segundo tenemos las traslaciones φ → φ + (2nπ), con n ∈ Z.
De cara a deducir, de un mismo planteamiento, las ecuaciones de Euler-Lagrange y la
formulación de la estabilidad de las soluciones obtenidas, presentamos el desarrollo
del funcional acción bajo modificaciones del campo δφ hasta orden 2 en un entorno
de un campo solución general, de la forma

S[φ, δφ] = S0 [φ, δφ] + S1 [φ, δφ] + S2 [φ, δφ], (1.1.22)

donde cada uno de los términos significan lo siguiente:

1. S0 se corresponde con el funcional acción evaluado en el propio campo φ, sin


deformaciones (i.e., se corresponde con la expresión 1.1.11).

2. S1 viene dada por las perturbaciones sobre el campo de orden 1, de la forma


Z  
∂U
1+n i µ i
S1 [φ, δφ] = − d xδφ ∂µ ∂ φ + i , (1.1.23)
∂φ

sobre el que podemos aplicar el principio variacional o principio de Hamilton


(i.e., la curvas en el espacio de trayectorias que describe al sistema físico debe
ser un punto crítico del funcional acción). Con ello, deducimos las ecuaciones
de Euler-Lagrange de nuestro sistema, que son
∂U
φi = − .i = 1, . . . , N. (1.1.24)
∂φi
Nótese que el espacio de configuración completo del sistema es el que sigue

F = {φ(x0 , xj ) ∈ Maps(R1,n , V ) : P0 [φ] < ∞}, (1.1.25)

donde P0 denota a la energía del sistema„ y donde V es un espacio vectorial


N -dimensional. Cuando particularicemos en nuestros campos de estudio, nos
restringimos a V = C, si no se indica otra cosa.

3. S2 [φ, δφ] procede de deformaciones de segundo orden sobre el campo, de la


forma que sigue

∂ 2U
Z  
1
S2 [φ, δφ] = − d xδφ δij ∂µ ∂ + i j δφj .
1+n i µ
(1.1.26)
2 ∂φ ∂φ

Esta expresión es de nuclear importancia en el estudio de la estabilidad de


las soluciones de 1.1.24, así como en la cuantización de la teoría que nosotros
aplicaremos. Esta expresión introduce en el campo pequeñas fluctuaciones de
1.2. VARIEDAD DE VACÍO Y EVOLUCIÓN TEMPORAL 13

segundo orden que podemos expresar a través del conocido como operador
general de segunda variación de la energía. En teoría de operadores, esto es lo
que se llama un operador diferencial Hessiano. Nosotros nos quedaremos con
la terminología más física. Dicho operador es

∂ 2U
Ĥ = δjk ∂µ ∂ µ + . (1.1.27)
∂φj ∂φk

Esto es, Ĥ es una matriz cuadrada de dimensión N × N . En las teorías que


nosotros estudiaremos, este operador será escalar (N = 1).
Si bien el desarrollo hasta ahora nos ha permitido obtener las ecuaciones de
Euler-Lagrange de una teoría escalar con N componentes, de momento no sa-
bemos nada del significado de los términos de segundo orden en el desarrollo
de la acción. En un contexto clásico, estos términos configuran el operador
diferencial Hessiano cuyo autovalores van a determinar la estabilidad o no es-
tabilidad de las soluciones de la teoría. Esta estabilidad será una propiedad
que nos acompañará en todo el estudio clásico que sigue. Matemáticamente,
la estabilidad significa no negatividad de los autovalores con respecto al ope-
rador Hessiano, que es una caso particular de operador de tipo Schrödinger.
Esto es debido a un resultado clásico de la teoría de operadores, por el que
una solución es estable si y solo dicho operador Hessiano es positivo4 . Física-
mente, nos dice que podemos descomponer la pertubación en ondas dadas por
las autofunciones de dicho operador de tipo Schrödinger, con frecuencia bien
definida (i.e., no negativa).
De hecho, la corrección de masa de un kink o un solitón que persigue este
trabajo, se obtiene sobre la cuantización y regularización de las fluctuaciones
que determina el operador Hessiano.
Aquí termina la pincelada inicial de las teorías de campos y de los proble-
mas espectrales que vamos a estudiar. Empezamos nuestra construcción con
el estudio de campos constantes con valores en V que minimizan el funcional
autointeracción, así como con el planteamiento que daremos a la evolución
temporal en este trabajo.

1.2. Variedad de vacío y evolución temporal


Nos centramos en una clase especial de soluciones: campos constantes que mini-
mizan el funcional energía. Desde un punto de vista cuántico, este tipo de soluciones
clásicas, aún por cuantizar, nos dan los valores esperados buscados de los campos
como operadores en el estado fundamental del sistema, para lo que usaremos la
terminología de punto de vacío. Estamos lidiando con campos escalares en que no
incluimos consideraciones de campos gauge. Esto simplifica notablemente el proble-
ma.
Recordemos las expresiones de los funcionales acción y densidad lagrangiana de las
4
Más adelante, a partir de las autofunciones (1.8.4), y con este resultado, estudiamos la estabi-
lidad de los operadores de segunda variación en nuestros modelos de kinks.
14 CAPÍTULO 1. FORMULACIÓN CLÁSICA DE LA TEORÍA DE KINKS

teorías escalares estudiadas:


Z  
1 i µ i
S[φ] = dt ∂µ φ ∂ φ − U [φ] ,
2
1
L[φ, ∂µ φ] = ∂µ φi ∂ µ φi − U [φ]. (1.2.1)
2
Los operadores integrales cinético y potencial, sacados directamente de la densidad
lagrangiana, son los funcionales que siguen
Z
1
T [φ] = dn x (∂0 φ)2 ,
2
Z  
1
E[φ] = d x n 2
(∂i φ) + U [φ] , (1.2.2)
2
de lo que se deriva un funcional energía de la forma
Z Z  
1 1
P0 [φ] = n 2
d x (∂0 φ) + d x n 2
(∂i φ) + U [φ] . (1.2.3)
2 2
Al potencial de autointeracción U le imponemos las siguientes condiciones:
1. El funcional U : V → R será inferiormente acotado. Sin pérdida de generalidad
(bastaría añadir una constante a la densidad lagrangiana), situamos el mínimo
absoluto de dicho funcional en el elemento neutro de R con respecto a su suma,
es decir, imponemos Umin = 0.

2. Nos limitaremos a funcionales U con forma polinómica, global o localmente,


con indeterminadas en los campos de estudio.

3. Cuando particularicemos V = R, el potencial de autointeracción U : V → R


será una función dos veces diferenciable, esto es, U (·) ∈ C 2 (R).
Una primera consecuencia de estas dos imposiciones es la de que, necesariamente,
todas las potencias de la expansión polinómica de U han de ser de exponente par.

1.2.1. Evolución temporal


Damos ahora, brevemente, la noción algebraica por la que podemos limitar nues-
tro estudio a soluciones estacionarias del espacio de configuración dado en (1.1.25).
Denotamos por D al espacio de configuraciones estacionarias, dado por

D := {φ ∈ Maps(Rn , V ) : E[φ] < ∞}, (1.2.4)

teniendo en cuenta que P0 [φ] = E[φ] para todo φ ∈ D.


La omisión de la dependencia explícita, con respecto a la variable tiempo, de las
configuraciones de F, puede verse como también como sigue. Fijémonos en que las
ecuaciones (1.1.24) pueden interpretarse como campos vectoriales, y sus soluciones
como curvas integrales, tangentes a este campo vectorial en cada punto de sus tra-
yectorias. Pues bien, basta tomar las órbitas de cada uno de los tiempos t para
1.2. VARIEDAD DE VACÍO Y EVOLUCIÓN TEMPORAL 15

desarrollar el estudio que sigue, el cual pretende cubrir la conexión de D en térmi-


nos, solamente, de dos tipos de soluciones estacionarias: kinks y puntos de vacío. No
obstante, nos quedamos con una explicación más algebraica a través de la teoría de
grupos. En adelante, denotamos por φt a la sección de la configuración φ ∈ F en la
componente temporal t ∈ R. En particular, para todo φ ∈ F y todo t ∈ R, se tiene
φt ∈ D.
Definición 1.2.1. Sea φ ∈ F. Llamaremos aplicación de evolución temporal a
la aplicación T ∈ Maps(R × D, D) tal que, fijado un instante arbitrario t0 ∈ R, viene
dada por la siguiente correspondencia:
T :R×D →D
(t, φt0 ) 7→ φt0 +t . (1.2.5)
A la sección de esta aplicación T por un cierto instante t ∈ R, que manda cualquier
configuración de campo a la misma configuración en el instante t ∈ R, la denotaremos
Tt .
La aplicación (1.2.5) es una aplicación C ∞ (en particular, continua) entre espacios
normados. La norma viene dada por la aplicación E[·] en D, y extendida, en el
conjunto origen y por un producto, a la norma correspondiente conjuntamente con
la norma estándar en R.
Es inmediato que las aplicaciones Tt pueden ser entendidas como elementos de un
grupo que actúan sobre D. Es por ello por lo que al conjunto de aplicaciones {Tt }t∈R
se le suele llamar grupo uniparamétrico de transformaciones temporales, con la ley
Tt ∗ Ts = Tt+s , y con elemento neutro T0 . Así haremos nosotros, y lo denotaremos
por T .
Dos consecuencias fundamentales se siguen de este análisis:
1. Dado que la restricción de Maps(R1,n , V ) a aquellos campos independientes del
tiempo, en los que el funcional P0 es finito, es un subconjunto de F regular por
sumas y productos por los escalares del espacio V , entonces podemos entender
dicha restricción como un subespacio vectorial D de F.
2. Dada la independencia temporal, la restricción anterior nos permite omitir el
término cinético del funcional P0 . Nótese que esta simplificación preserva la
condición semidefinida positiva de este funcional. Podemos pues seguir toman-
do P0 como norma en D, aunque ahora tomará la forma de E. Es por ello que
a la energía, cuyo finitud determina los elementos de D, la denotaremos en
adelante como E.
Con todo ello, limitaremos nuestro estudio al espacio vectorial D.
Pasamos ahora a definir lo que entenderemos por solución en nuestro espacio D,
para lo que nos servimos del principio de acción mínima o principio de Hamilton,
así como del funcional energía E ya definido.
Definición 1.2.2. Sea φ ∈ D una configuración no singular. Diremos que φ es
solución de la teoría de campos dada si y solo si la derivada funcional de E se anula
en su evaluación en φ. Esto es:
δE
φ ∈ D solución ⇐⇒ = 0. (1.2.6)
δφ
16 CAPÍTULO 1. FORMULACIÓN CLÁSICA DE LA TEORÍA DE KINKS

Para poder estudiar el contenido topológico de la teoría de campos que nos ocupa
con suficiente rigor, definimos también lo que entenderemos por variedad de vacío.
Recordemos que habíamos situado el mínimo absoluto del término potencial U en
un valor real mayor o igual que 0.

Definición 1.2.3. Dado D el espacio de configuración de nuestra teoría de campos,


entenderemos por variedad de vacío o de puntos de vacío al siguiente conjunto
de elementos de V :

M := {φ ∈ D : φ = constante y U [φ] = 0}, (1.2.7)

o, equivalentemente:
M := {φ ∈ V : U [φ] = 0}. (1.2.8)
A los elementos de M los llamaremos puntos de vacío.

De la condición semidefinida positiva de U , y de la consideración Umin = 0, se


sigue sobre todo punto de vacío la condición necesaria de cualquier extremo local,
esto es
∂U
(φν ) = 0, (1.2.9)
∂φj
para todo j = 1, ..., N , y todo φv ∈ M .

1.3. Defectos topológicos


Estudiamos ahora las nociones de arco-conexo en nuestro espacio de configura-
ción D, y de continuidad a través del grupo T . Los elementos de éste, con t = 0
como instante de referencia, son

T : R×D →D
(t, φ0 ) 7→ φt ,

Estos conceptos nos permitirán apreciar nuestro problema de campos escalares des-
de una perspectiva mucho más general a través de la topología que encierran estas
ideas.
Recordemos que estas aplicaciones del grupo T son continuas. A modo de ejemplo,
supongamos el caso más sencillo en que D es arco-conexo. Por definición de este con-
cepto sabemos que dos configuraciones cualesquiera de D pueden estas conectadas
por caminos, esto es, por aplicaciones continuas. En particular, es conexo, luego a
la hora de hablar de sus componentes conexas, es decir, de las clases de equivalencia
de la relación binaria dada, para φ1 , φ2 ∈ D, por

φ1 Rφ2 ⇐⇒ φ1 , φ2 ∈ D0 , para D0 ⊂ D conexo, (1.3.1)

podemos afirmar que existe una única componente conexa en D, lo que simplificaría
notablemente nuestro problema. En este caso, dada la continuidad de los elementos
T ∈ T , y dada la preservación de la condición de conexo por continuidad, podemos
1.3. DEFECTOS TOPOLÓGICOS 17

afirmar que dos configuraciones de D podrán ser conectadas a través de una de estas
transformaciones temporales. Si hubiera dos o más componentes conexas (i.e., si D
no fuera conexo), que será nuestro caso, este análisis se tendría que restringir a cada
una de ellas. En adelante, salvo que se diga lo contrario, nos limitaremos al número
de componentes de campos escalares que a nosotros nos ocupan: N = 1 y n = 1.
Veamos que de este análisis aparece con completa naturalidad lo que nosotros enten-
deremos por defecto topológico. En primer lugar, de la acotación inferior del funcional
E, y de la continuidad de los elementos de T , se sigue que en cada una de las com-
ponentes conexas de D deber haber, al menos, una configuración φm que minimice la
energía E. Esto se debe a que, para tener valores finitos del funcional E, es necesario
que los valores
lı́m φ(x) ∈ M, (1.3.2)
x→±∞

lo cual se aprecia directamente en nuestro caso de campos en una sola variable.


Probaremos esto más adelante.
Ello implica que, en cada componente conexa de D, debe haber, al menos, una so-
lución estable. Entederemos como tal a toda solución que siga siendo solución de
nuestra ecuación de campo bajo perturbaciones dentro de un entorno de la solución
original, en la topología de D, que no es otra que la topología fuerte de un espacio
normado.
De esta manera, a las soluciones de vacío les corresponderán su componente conexa,
y a las soluciones no de vacío, pero estables y minimizadoras de E, les corresponderá,
si existen, una componente conexa diferente. Esto se traduce en que estas últimas
soluciones no pueden transformarse a través de homotopías (en particular, a tra-
vés de elementos del grupo uniparamétrico T ) a puntos de vacío, por hallarse en
componentes conexas diferentes. Es decir, un punto de vacío no puede evolucionar
temporalmente hasta ser, en un cierto instante, una de esas soluciones que están
fuera de M , o estaríamos violando la condición de conexo de cada una de las com-
ponentes; y viceversa. Dicho de otra forma, estaríamos violando la conservación de
la energía. Más adelante veremos que los puntos de vacío de los valores asintóticos
de estas soluciones (1.3.2) son necesariamente diferentes en x → ∞, y en x → −∞.
Con todo ello, definimos lo que entendemos por defecto topológico.
Definición 1.3.1. Sea φ ∈ D una configuración no singular de nuestra teoría.
Supongamos que φ es un mínimo local de E : D → [0, ∞), y que φ no está en M .
Entonces, diremos que φ es un defecto topológico.
Para demostrar que las soluciones de este último tipo definido son estables, se
debe comprobar que la segunda variación de la energía en estos campos es una forma
cuadrática semidefinida positiva, con la inclusión del caso de autovalores nulos.
A continuación, introducimos la noción de grupo pequeño de un cierto elemento de
un grupo, indispensable para hablar de las órbitas o sectores de nuestra teoría.
Definición 1.3.2. Sea G un grupo, y sea p ∈ G, Llamamos grupo pequeño de p al
subgrupo Hp ⊂ G que fija p, esto es, tal que h ∗ p = p, para todo h ∈ G, y dada ∗ la
ley de dicho grupo.
Como veremos que ocurre en nuestros dos modelos (φ4 y sine-Gordon), suponga-
mos que existe un grupo discreto cuyas transformaciones dejan invariante el término
18 CAPÍTULO 1. FORMULACIÓN CLÁSICA DE LA TEORÍA DE KINKS

de autointeracción, para lo que hace falta suponer que G está formado por elementos
que operan en el espacio vectorial V . Dicho de otra forma, si denotamos por gφ a
dicha acción de algún g ∈ G sobre un elemento φ ∈ V , se tiene:

U [gφ] = U [φ], ∀g ∈ G. (1.3.3)

No confundamos esto con una simetría sobre todo el espacio de configuración D.


Estamos suponiendo, simplemente, que G otorga a U [·] una simetría sobre las ele-
mentos de V , lo que en particular engloba a los elementos de la variedad de vacío
M.
Supondremos también que, dado un punto de vacío φv ∈ M , todos los elementos de
M se pueden obtener de la forma gφv , para algún g ∈ G. Veremos también que esto
se cumple en nuestro modelos.
Bajo estas suposiciones, es posible demostrar, aunque no lo hagamos aquí por exce-
der con ello los objetivos de este trabajo, que si consideramos H el grupo pequeño
de un punto de vacío φv arbitrario, con respecto a la representación dada de G en el
espacio V , entonces la variedad de vacío M es isomorfa al grupo cociente G/H, que
es grupo por ser H un subgrupo normal de G. Quedémonos pues con esta importante
relación:
M∼= G/H. (1.3.4)

La simplificación de que todos los puntos de vacío de M sean de la forma gφv para
algún g ∈ G tiene dos interesantes consecuencias:

1. Excluye la posibilidad de degeneración accidental por la que U presente ceros


constantes independientes de cualquier tipo de simetría.

2. Omite la existencia de cualquier otro grupo interno de simetría ajeno a G.

En general, si no asumiéramos que existe una sola órbita en G en términos de los


puntos de vacío, la variedad de ceros M se podría escindir en una unión disjunta de
r ∈ N órbitas, de la forma
M = ∪ra=0 G/Ga , (1.3.5)

con Ga el grupo pequeño en la órbita indexada por a ∈ {0, . . . , r}.


Además, con todas estas consideraciones, estamos en condiciones de enunciar lo que
se entiende por espacio de moduli para una variedad de puntos de vacío, y para el
grupo de simetría G considerado. Este espacio se define como sigue

N = M/G = {φ(0) , φ(1) , . . . , φ(r) }, (1.3.6)

donde cada φ(i) , i = 0, . . . , r, se corresponde con la clase de los puntos de vacío co-
nectadas por transformaciones de G actuando sobre M . En nuestras teorías veremos
que las variedad de moduli de vacío son conjuntos unipuntuales, lo que quiere decir
que todos los puntos de vacío de la teoría están conectados vía transformaciones
dadas por G. Por supuesto, esto no es un hecho general.
1.4. LA TOPOLOGÍA DE D 19

1.4. La topología de D
En este apartado, veremos la relación entre condiciones de contorno de las confi-
guraciones de D y sus derivadas temporales, y la pertenencia a distintas componentes
conexas. Esto nos permitirá identificar estas últimas, y caracterizar así las solucio-
nes de nuestras ecuaciones de campos, reducidas, por lo visto, al caso estacionario.
Particularizamos V = C, y recordemos que ya hemos fijado N = 1 y n = 1.
Recordemos que hemos restringido nuestro estudio al subespacio D, esto es, a los
campos φ ∈ Maps(R, C) tales que E[φ] < ∞.
Nuestro funcional energía se simplificaba a la expresión que sigue
Z  
1
E[φ] = dx U [φ] + (∂x φ) .2
(1.4.1)
R 2

Es inmediata la acotación inferior que presenta el funcional de energía E sobre


elementos de D (con solo omitir el factor 1/2 del primer término):
Z
dx (∂x φ)2 + U [φ] . (1.4.2)
 
E[φ] ≥
R

Así, para tener una energía finita E[φ] < ∞, como ya se mencionó en el análisis de
la evolución temporal de puntos de vacío y defectos topológicos, es necesario que el
comportamiento espacialmente asintótico de nuestros elementos φ ∈ D dada por los
límites
lı́m φ(x), (1.4.3)
x→±∞

y que denotamos por φ(±∞), debe existir y debe ser, necesariamente, un cero de U ,
o de lo contrario, el área barrida por la integral anterior se hará infinita, y con ello
tendríamos E[φ] = ∞, en contraposición a nuestra suposición φ ∈ D.
Para que esa finitud bajo x → ±∞ también sea satisfecha por el término dada por
(1/2)(∂x φ)2 en el funcional E[·], también debemos tener

lı́m ∂x φ(x) = 0. (1.4.4)


x→±∞

Volviendo al lenguaje de más arriba, para que E[φ] < ∞, necesariamente φ(±∞) ∈
M o, de forma equivalente, φ(±∞) ∈ G/H. Englobando todas las condiciones de
contorno de φ en un mismo objeto, podemos interpretar esta correspondencia como
una aplicación φ(∞) de Z2 en G/H. Identificamos ∂R con Z2 . Estamos haciendo
corresponder cada uno de los elementos de Z2 = {−1, 1} con cada uno de los dos
puntos de vacío φ1 (∞) y φ2 (∞), uno para cada dirección del límite x → ±∞.

1.4.1. Componentes conexas de D y su grupo de homotopía


Para continuar, necesitamos algunos resultados y definiciones de la teoría de
espacios topológicos conexos, así como de la teoría de homotopías. No se aportarán
demostraciones, si bien se dará, puntualmente, la idea intuitiva de cómo se probaría.
Empezamos definiendo lo que entendemos por homotopía, la cual es la formalización
topológico-algebraica de la deformación continua entre aplicaciones continuas.
20 CAPÍTULO 1. FORMULACIÓN CLÁSICA DE LA TEORÍA DE KINKS

Definición 1.4.1. Sean X e Y dos espacios topológicos, y sean f0 y f1 dos aplica-


ciones continuas de X en Y . Sea I el intervalo cerrado y acotado [0, 1]. Diremos que
f0 y f1 son homotópicas si y solo si existe una aplicación continua F : X × I → Y
tal que F (x, 0) = f0 (x) y F (x, 1) = f1 (x) para todo x ∈ X.

La relación de homotopía entre aplicaciones continuas es una relación de equi-


valencia. Esto nos permite escindir la familia de aplicaciones continuas entre los
espacios topológicos X e Y en clases de equivalencia, las llamadas clases de homoto-
pía, necesariamente disjuntas. Esto tiene una interpretación algebraica en el marco
de la teoría de grupos a través de los llamados grupos de homotopía, como veremos
ahora.
Identificaremos las componentes conexas de D a través de dichos grupos de ho-
motopía. Para ello, generalizamos nuestro problema otra vez a n variables espaciales.
Afirmamos que la misma correspondencia que se ha hecho en el apartado anterior
entre ∂R ∼ = Z2 y G/H es extensible a S n−1 con G/H, para n variables espaciales,
donde S n−1 denota la esfera en el espacio euclídeo n-dimensional. Fijamos un punto
arbitrario y ∈ S n−1 (e.g., su polo norte), y algún φ0 ∈ G/H también arbitrario. Nos
restringimos al conjunto de aplicaciones continuas que sigue

S := {f : S n−1 → G/H : f (y) = φ0 }. (1.4.5)

Notemos que hemos añadido una nueva restricción sobre las aplicaciones continuas
estudiadas: deben tomar el punto φ0 ∈ G/H en y ∈ S n−1 . Con el grupo dado por el
conjunto de clases de homotopía de S, junto a la ley interna naturalmente extendida
de la concatenación de caminos en G/H, tenemos el n-ésimo grupo de homotopía
πn (G/H). Nos referimos a los elementos de πn (G/H) como clases de homotopía de
G/H
Volvemos al estudio de la conexión de D. Las ideas presentas ya nos permiten enun-
ciar el siguiente resultado.

Teorema 1. Existe una biyección entre el conjunto de clases de homotopía de G/H


y el conjunto de componentes conexas de D, extendida a n coordenadas espaciales.
Como consecuencia, el número de G/H coincide con el número de componentes
conexas de nuestro espacio de configuración D, extendida a n coordenadas espaciales.

La idea clave de la demostración de este teorema reside en que, como ya vimos


más arriba para el caso unidimensional, existe una correspondencia biunívoca entre
aplicaciones de Maps(∂Rn ∼ = S n−1 , G/H) y las condiciones de contorno de las confi-
guraciones de D, extendidas a n variables espaciales.
Dado {Di }i∈I el conjunto de componentes conexas con cardinal el de la familia de
índices I, y dado un campo φ ∈ Di , la correspondencia se establece de la siguiente
forma:

Di ←→ [φ(∂Rn )] ∈ πn (G/H). (1.4.6)


Consecuencia directa de este teorema es el siguente corolario.
1.5. SOLUCIONES KINK. ENFOQUE TOPOLÓGICO 21

Corolario 1.4.2. Si no hay ninguna ruptura espontánea de simetría en la densidad


lagrangiana de nuestra teoría de campos, entonces el espacio de configuración deberá
ser necesariamente conexo.

Demostración. Su demostración es directa del hecho de que si no hay ruptura es-


pontánea de simetría, entonces el mínimo de U no puede estar degenerado, con lo
que el grupo pequeño H del correspondiente punto de vacío es todo G: H = G.
Entonces, G/H = {1G }, con lo que el orden del grupo G/H es 1. Como, por el
teorema 1, el número de componentes conexas de D coincide con el número de clases
de homotopía de G/H, y como todas las aplicaciones continuas de S n−1 a G/H dan
al mismo punto, entonces solo hay una clase de homotopía, luego D tiene una única
componente conexa. Entonces, D es conexo, y hemos terminado.

Este resultado 1.4.2 ilustra, con un caso muy particular, hasta qué punto la
estructura topológica subyacente al espacio de configuración D determina nuestra
teoría de campos estudiada. Afirma que si hay más de un punto de vacío, se da una
ruptura espontánea de simetría que aflora considerando fluctuaciones η(t, x) sobre
cada punto de vacío φv ∈ M . Precisamente, la cuantización de estas fluctuaciones
alrededor de un punto de vacío nos la energía de punto cero de la teoría en el sector
topológico de vacío.

1.5. Soluciones kink. Enfoque topológico


Cuando los defectos topológicos surgen de ecuaciones de onda no lineales que
describen nuestros modelos de campos, se dan las llamadas soluciones de tipo kink.
Con el estudio anterior sobre la conexión de D, se tiene que decidir qué hacer con
los puntos fijados en los espacios topológicos involucrados, con los cuales describía-
mos el conjunto S. De cara a sentar un teoría sólida independiente de estos puntos
(que, por ejemplo, fijábamos en el polo norte en las variedades S n−1 ), manejaremos
únicamente espacios conexos de configuraciones, restringiéndonos, como es el caso,
a cada una de las componentes conexas de D en el caso de que este último no sea
conexo. En tal caso, es bien sabido de la teoría de homotopías que la construcción
que sigue es completamente independiente del punto fijado en cada componente.
Estos aspectos topológicos en las teorías de campos, vía grupos de homotopía, per-
miten identificar las clases del grupo cociente G/H (equivalentemente, M ), a través
de subconjuntos de espacios euclídeos Rd , para algún d ∈ N (con d = 1 en el caso
que a nosotros nos ocupará de campos en una sola variable espacial).
No obstante, estas clasificaciones topológicas adquieren trascendencia solo cuando
nos salimos de los modelos de campos lineales, en que todo campo φ puede ser sus-
tituidos por un campo (1 − t)φ, con t ∈ (0, 1), dando así una homotopía que nos
lleva del campo original φ al campo trivial φ = 0.
En general, el caso no lineal no es trivial. En estos casos, restringiéndonos al caso
particular de campos como aplicaciones de Rn en algún espacio topológico Y (co-
mo es nuestro caso, Y = V , n = 1), afirmamos que, como Rn es contráctil a un
punto cualquiera, el único invariante topológico que conocemos en Y , a priori, es la
componente conexa donde el correspondiente campo toma sus valores. Por lo tanto,
22 CAPÍTULO 1. FORMULACIÓN CLÁSICA DE LA TEORÍA DE KINKS

podemos afirmar que tales configuraciones de campo pueden ser clasificadas por los
grupos de homotopía π1 (Y ). En otras palabras, la aplicación que lleva a cada una
de estas configuraciones a su grupo π1 (Y ) está bien definida.
Este tipo de clasificaciones topológicas se hace más interesante cuando el funcional
energía decae a 0 para valores muy altos de la norma sobre el vector de coorde-
nadas espaciales (en nuestro caso, cuando x → ±∞)5 . Esto es una consecuencia
de una razón física muy poderosa que ya ha salido varias veces en este trabajo: la
energía del campo tiene que ser finita. Precisamente, esta es la condición que nos
llevaba a identificar las condiciones de contorno de nuestros campos en ∂Rn con las
componentes conexas de D. Todo esto se resume en la siguiente correspondencia, la
siguiente pertenencia, y el siguiente isomorfismo:

Di ←→ [φ(∂Rn )] ∈ πn (G/H) ∼
= πn (M ). (1.5.1)

En conclusión, aportamos un resultado que resume y anticipa lo que está por venir.

Lema 1.5.1. El carácter topológico de una configuración de campo φ está determi-


nado por la clase de homotopía de sus condiciones de contorno, interpretados como
elementos de M , y por lo tanto, vía isomorfismo, de G/H. Es decir, dicho carácter
queda completamente determinado por la clase de homotopía πn (M ).

A modo de ejemplo, y a costa de generalizar los modelos que nos ocupan, tome-
mos G = SO(n), para algún n ∈ N. Ilustremos este caso particular a través de los
puntos siguientes, ya perfectamente entendible con la teoría expuesta. Recordemos,
ya que ahí está la clave, que G/H ∼
= M , con lo que:

1. Si M consiste en una sola órbita de G, entonces, o bien M tiene un único


punto, o bien M consiste, vía isomorfismo, a una esfera S n−1 , dependiendo de
la forma del potencial autointeracción U .

2. Si, en particular, M es un único punto, lo que significaría que la simetría se


recompone en la variedad de vacío (recordemos el corolario 1.4.2), entonces solo
existe la clase de homotopía trivial en πn (M ), y no habrá defectos topológicos.

3. Si, en particular, M = S n−1 , entonces sigue existiendo una ruptura espontánea


de simetría del grupo interno de simetría G, y la aplicación (1.5.1) toma la
forma siguiente

Di ←→ [φ(∂Rn )] ∈ πn (G/H) ∼
= πn (S n−1 ), (1.5.2)

de tal modo que las configuraciones de D estarán clasificadas por el grupo de


homotopía πn (S n−1 ).

Nos restringimos, ahora así, a nuestro caso, n = 1, para poder enfrentarnos a nuestros
modelos φ4 y sine-Gordon. En este caso, ∂R, es decir, lo que se conoce como la esfera
5
Nótese, en el caso de los solitones, nosotros pedimos algo más fuerte: energía total finita.
1.5. SOLUCIONES KINK. ENFOQUE TOPOLÓGICO 23

en el infinito S∞
n−1
de Rn−1 para n = 1, toma la forma {−∞, ∞}. De este modo, la
correspondencia entre condiciones de contorno y M vendría dada por
n−1
ξ : S∞ = {−∞, ∞} → M. (1.5.3)

Esto nos lleva a enunciar el siguiente teorema.

Teorema 2. Las componentes de M (o, equivalentemente, las de G/H), en el caso


n = 1, están clasificadas por el grupo de homotopía π1 (M ).

Con el teorema 2, podemos identificar π1 (M ) con el conjunto de puntos de vacío


topológicamente distintos. Entiéndase esta terminología de diferencia topológica en
términos de dicho teorema.
De este modo, la clase de homotopía de una configuración de campo para φ(x) se
puede identificar con un elemento del grupo π1 (M ) × π1 (M ).
Suponamos que M es finito y que π1 (M ) está formado por p ∈ N puntos de C
(recordemos que, en nuestro D, tenemos V = C). Entonces, existen p2 tipos topoló-
gicamente distintos de campos en D. Enunciamos un lema que resume esto último.

Lema 1.5.2. Toda configuración φ ∈ D está topológicamente caracterizada por un


elemento (v1 , v2 ) ∈ π1 (M ) × π1 (M ).

Y ya, por fin, damos los dos casos generales clave para entender las configura-
ciones de campo que ocupan en este trabajo:

1. Si v1 = v2 , entonces el campo será de la clase de cualquiera de los puntos de


vacío representantes de la clase de homotopía de v1 .

2. Si v1 6= v2 , entonces el campo conectará, vía las homotopías antes descritas,


un punto de vacío representante de v1 en −∞, con un punto de vacío repre-
sentante de v2 en ∞. Diremos que estos campos son tipo kink. El hecho de
que la evolución temporal sea una aplicación continua sobre R × D, y que las
soluciones kink estén en componentes conexas disjuntas de los puntos de vacío,
justifica el nombre dado a estas configuraciones: defectos topológicos.

En adelante, para no cargar las explicaciones, denotaremos exactamente igual a las


clases de π1 (M ) y a los puntos de vacío de M .
Fijémonos en que la clave de la existencia de las soluciones de tipo kink está en la
existencia de múltiples puntos de vacío. Esta última, por el corolario 1.4.2, no puede
ocurrir si no hay ruptura espontánea de simetría.
Cerrando este planteamiento, estas soluciones son, precisamente, los defectos topo-
lógicos de los que hablábamos en los razonamientos introductorios de este enfoque
topológico. La razón es sencilla: hemos visto que los campos de tipo kink son con-
figuraciones de D que conectan distintos puntos de vacío. En particular, un kink
no puede ser un punto de vacío, o si no, evidentemente, no podría conectar vacíos
diferentes. Por lo tanto, la definición dada para soluciones tipo kink es justamente
la de defecto topológico, esto es, una configuración no singular φ ∈ D, y distinta del
vacío. Como acabamos de ver, no hay más soluciones en D que las de tipo kink y
los puntos de vacío, lo cual termina la demostración de esta identificación. Además,
24 CAPÍTULO 1. FORMULACIÓN CLÁSICA DE LA TEORÍA DE KINKS

recordemos el sentido de la terminología utilizada: defecto topológico es una solu-


ción con este carácter topológico que pertenece a D, y si además es solución de una
ecuación de ondas no lineal, entonces dicha configuración es un kink. En adelante,
usaremos uno y otro término biunívocamente.

1.6. Estructura de vacío


La densidad lagrangiana objeto de nuestro estudio (no estamos considerando
campos gauge), la cual involucra a un único campo escalar real φ, es la que sigue
1
L[φ] = (∂µ φ)2 − U [φ], (1.6.1)
2
donde hemos vuelto a introducir la dependencia temporal del campo. La ecuación
de Euler-Lagrange derivada de esta densidad lagrangiana es

∂U
φ + = 0. (1.6.2)
∂φ

Recordemos que estamos manejando un potencial de autointeracción U acotado


inferiormente, con un mínimo absoluto Umin = 0, y dado en forma polinómica,
globalmente con finitos términos (φ4 ), o localmente con infinitos términos (sine-
Gordon) del campo φ.
El funcional energía potencial o energía venía dado por la siguiente expresión
Z  
1 2
E[φ] = ∂ φ + U (φ) dx. (1.6.3)
R 2 x

La energía cinética, por su parte, venía dada por


Z
1
T [φ] = ∂t2 φdx. (1.6.4)
2 R

Recordemos también la definición que dábamos para la variedad de vacío, indispen-


sable para el análisis que sigue:

M = {φ ∈ V : U [φ] = Umin [φ] = 0}. (1.6.5)

Como ya se ha estudiado en este trabajo, sabemos que la existencia de defectos


topológicos, esto es, de soluciones tipo kink, depende exclusivamente de la existencia
de múltiples vacíos en M , de tal forma que M pueda tener más de una componente
conexa, por el teorema 1. En otras palabras, π1 (M ) tiene que ser un grupo no trivial.
Denotamos la identificación topológica de un elemento φ ∈ D a través de la dupla
(φ− , φ+ ) ∈ π1 (M )×π1 (M ) (que antes denotamos (v1 , v2 )), con φ± = lı́mx→±∞ φ(x) ∈
M . Con esta notación, la clasificación punto de vacío - kink se da de la siguiente
manera:

1. φ− = φ+ =⇒ φ ∈ M . Entonces, por deformaciones continuas, el campo puede


transformarse en una constante φ+ ∈ M , i.e., en un punto de vacío.
1.7. IDENTIFICACIÓN DEL KINK COMO PARTÍCULA 25

2. φ− 6= φ+ =⇒ φ es solución kink. Entonces, el campo no puede deformarse por


transformaciones continuas a un punto de vacío. Si pudiéramos deformar con
continuidad un kink φ(x) a un vacío, necesariamente, en algún punto de la
deformación, tendríamos un campo φ̂, homotópico a φ, tal que φ(±∞) no está
en M , por lo que φ̂ tendría energía infinita, violando la condición continua de
dicha deformación (i.e., violando la conservación de la energía).
Estas soluciones de tipo kink siempre son funciones monótonas crecientes o decre-
cientes estrictas, conectando un puntos de vacío φ− con otro φ+ , para φ− 6= φ+ .
Esta implicación veremos que es consecuencia directa de un cierto tipo de ecuación
estacionaria que describe dichas soluciones: la ecuación de Bogomolny de primer
orden.
Presentamos dos formulaciones equivalentes de la estabilidad de una solución φ de
la ecuación de campo (1.1.24):
1. Diremos que φ es estable si y solo si el espectro del operador Hessiano dado
en (1.1.27) está formado por autovalores no negativos.

2. Diremos que φ es estable si y solo si, bajo perturbaciones de φ en un entorno


de éste, el campo resultante sigue siendo solución de (1.1.24).
Así, el análisis hecho en términos de homotopías en el caso φ+ 6= φ− es la razón
fundamental por la que una solución de tipo kink siempre es estable, ya que la
evolución temporal es una caso particular de homotopía o, dicho de otra forma, de
deformación continua, a través de la cual la energía ha de permanecer finita para
todos los valores del parámetro homotópico. Más adelante entraremos en el detalle
de esto.
En otras palabras, y lo veremos para nuestros dos modelos, esta clasificación topoló-
gica dependerá de la forma que tome el campo escalar φ(x) cuando lo representemos
en función de x. A cada uno de estos grandes grupos de soluciones en D (o, equiva-
lentemente, a cada una de las componentes conexas del espacio D) se les denomina
sectores topológicos del modelo.

1.7. Identificación del kink como partícula


Todos los argumentos utilizados en los apartados anteriores son válidos para so-
luciones sin dependencia temporal que conectan asintóticamente puntos de vacío
iguales (elementos de M ) o diferentes (soluciones kink). Así, todo lo que sabemos
sobre las soluciones kink es que son defectos topológicos y que tienen energía finita.
Tratamos en este apartado su intepretación como solitones, i.e., como ondas propa-
gantes solución de una ecuación de ondas no lineal de la forma (1.1.8).
En términos formales, aportamos la siguiente definición de solitón.
Definición 1.7.1. Un solitón es una solución no singular de la ecuación de campo
(1.1.24), cuya densidad de energía permanece localizada en una región finita del
espacio y puede ser escrita de la forma

ε(t, x) = ε(x − vt), (1.7.1)


26 CAPÍTULO 1. FORMULACIÓN CLÁSICA DE LA TEORÍA DE KINKS

donde v ∈ R es interpretado como la velocidad del solitón en un sistema de referencia


fijado.
En otras palabras, la densidad de energía es localizada y se mueve con velocidad
constante. Este anstanz tiene una implicación que enriquece nuestra teoría: es una
justificación alternativa a la omnipresencia del grupo uniparamétrico T de que po-
demos buscar soluciones de (1.1.24) centrándonos en soluciones estacionarias, pues
el resto se puede obtener a partir de una transformación de Lorentz. Son formas
distintas de decir lo mismo.
Recordemos algunas de las propiedades que hemos ido deduciendo e imponiendo a
lo que hasta ahora entendíamos por solución kink:
1. Por su condición de solución estacionaria,

∂t φk = 0. (1.7.2)

2. Son puntos críticos del funcional energía de nuestra teoría, dado por
Z  
1 2
E[φ] = dx (∂x φ) + U [φ] , (1.7.3)
2

de lo que deducíamos la ecuación de campo (1.1.24) de la teoría, para un solo


campo escalar, i.e., N = 1.

3. Como la energía del kink es finita, también han de serlo los dos términos del
integrando de (1.7.3). Esto ya lo probamos, y dedujimos de ello que

lı́m φk (x) ∈ M, (1.7.4)


x→±∞

mientras que esta misma condición sobre el término con la derivada ∂x φ im-
plicaba que
lı́m ∂x φk (x) = 0. (1.7.5)
x→±∞

De hecho, como ya se mencionó, si aplicamos una transformación de Lorentz sobre


la solución estacionaria de tipo kink φk (x), entendiéndola como en el sistema de
referencia centro de masas del kink, podemos obtener las solución no estacionaria
 
x − vt
φk (t, x) = φk √ , , (1.7.6)
1 − v2
lo que explicita la condición de onda propagante de este último campo, a partir de
las condiciones dadas sobre la solución estacionaria subyacente. Nótese que estamos
considerando c = 1, con lo que v ∈ (0, 1).
Al hilo del carácter de solitón para nuestras soluciones kink que veremos en nuestros
modelos, y aunque estamos trabajando con teoría continuas de campos, los kinks
pueden ser interpretados como partículas clásicas. Siendo más estrictos, dada su
densidad de energía parcialmente localizada pero no concentrada en un punto, se
pueden ver como objetos extensos. Tienen una masa en reposo M finita, y una
localización definida (en concreto una localización para su centro de masas). Por
1.8. ESTABILIDAD DE LAS SOLUCIONES KINK 27

invariancia Lorentz en (1.7.6), estas soluciones propagantes tendrán la energía que


sigue

E = (P 2 + M 2 )1/2 . (1.7.7)

No obstante, hay una diferencia fundamental con las partículas clásicas de mecánica
clásica. Consideremos n puntos en el espacio, ordenados a1 < · · · < an , así como n
soluciones tipo kink estacionarias fi (x), y la configuración φ tal que φ(x) = fi (x−ai )
en entornos de cada ai . Entonces, la única forma de que esta configuración sea exacta
y esté bien definida es que

fi (∞) = fi+1 (−∞), (1.7.8)

por la propia naturaleza topológica de las soluciones kink. Esta sencilla condición
de unión de soluciones adyancentes tiene consecuencias muy grandes sobre la inter-
pretación de los kinks como partículas. Retomaremos esto cuando hayamos tratado
más a fondo las teorías φ4 y sine-Gordon.

1.8. Estabilidad de las soluciones kink


Para estudiar la estabilidad de las soluciones tipo kink hay que hablar de las
perturbaciones hasta segundo orden en el funcional acción. Razonamos sobre una
teoría escalar de campos sobre la que existen, al menos, dos mínimos degenerados
del término potencial, de tal forma que tengamos asegurada, siguiendo el hilo argu-
mentativo de este trabajo, la existencia de soluciones con energía finita no triviales
que minimicen, al menos localmente, dicho término. Si bien un tratamiento riguroso
nos llevaría a un estudio detenido de la teoría de operadores de Sturm-Liouville, nos
limitamos a tratar la estabilidad a partir de las ecuaciones de campo conocidas, y
de las características vistas de las soluciones kink.
Estrictamente, y restringiéndonos a la dependencia espacial al delegar la temporal a
las transformaciones de T , una solución φS (x) ∈ D es estable en nuestro espacio de
configuración si y solo si el operador de segunda variación del funcional acción, en
dicha solución, tiene todos sus autovalores mayores o iguales que cero. En la práctica,
como veremos ahora, esto se prueba perturbando dicha solución φS (x), a la que no-
sotros llamaremos φmin para enfatizar su condición de mínimo del término potencial
U , con una función ψ suficientemente regular, y dando los pertinentes desarrollos en
potencias de ψ para U .
Sea φm uno de estos mínimos, y denotamos por ψ(x, t) a una función arbitraria,
con orden de diferenciabilidad suficiente, que nos dé pequeñas oscilaciones respecto
a φmin . El desarrollo de Taylor del término potencial U quedaría como

U [φmı́n ] (ψ − φmı́n )0 U 0 [φmı́n ] (ψ − φmı́n )1 U 00 [φmı́n ] (ψ − φmı́n )2


+O ψ 3 .

U [ψ] = + +
0! 1! 2!
Por a condición necesaria de mínimo local, se tiene que

U 0 [φmin ] = 0,
28 CAPÍTULO 1. FORMULACIÓN CLÁSICA DE LA TEORÍA DE KINKS

luego la densidad lagrangiana de la teoría hasta segundo orden en ψ es

1 µ U 00 [φmı́n ] (ψ − φmı́n )2
− O ψ3 .

L = (∂µ ψ) (∂ ψ) − U [φmı́n ] −
2 2!
Además, por el teorema de Noether, tenemos la siguiente ecuación de campo

∂µ ∂ µ ψ + U 00 [ψ]ψ + O ψ 2 = 0.


Hasta segundo orden en el desarrollo de U , se tiene

∂µ ∂ µ ψ(x, t) + U 00 [φmı́n ] ψ(x, t) = 0. (1.8.1)

Esta ecuación (1.8.1) es invariante frente a traslaciones sobre las componentes del
campo. Entonces, las soluciones de (1.8.1) pueden ser escritas como

(1.8.2)
X
ψ(x, t) = Re an eiωn t ψn (x),
n

con wn , a la que llamamos autovalor frecuencia o frecuencia, y ψn determinadas por

− ∂x2 ψn + U 00 [φmı́n ] ψn = ωn2 ψn . (1.8.3)

Nótese que (1.8.3) es una ecuación de Schrödinger unidimensional, cuyo potencial


es U 00 [φmı́n ]. Por lo tanto, la solución φ(x, t) = φmin + ψ(x, t) es estable si y solo si
todos los valores propios energía wn2 de la ecuación son no negativos. Veamos que
este es siempre el caso.
Sabemos que la teoría es invariante frente a traslaciones, esto es, si f (x) es solución,
entonces f (x + a) es también solución para todo a ∈ R. Por ello, ya conocemos un
autoestado de energía de la ecuación de Schrödinger (1.8.3), que es

ψ0 (x) = ∂x f (x), (1.8.4)

el cual aflora del generador de estas transformaciones traslacionales (∂x ), y de la


forma de las ecuaciones de campo. En concreto, si f (x) es solución de la ecuación
estacionaria de campo de la teoría, entonces
∂U
∂x2 f (x) = , (1.8.5)
∂φ
con lo que una derivación con respecto a x en ambos términos, y una aplicación de
la regla de la cadena en el segundo miembro nos lleva a

−∂x2 (∂x f ) + U 00 [φmin ](∂x f ) = 0, (1.8.6)

esto es, ψ0 (x) es autoestado en esta ecuación de Schrödinger, con autovalor wn = 0.


El carácter monótono estricto de las soluciones kink implica que ψ0 no puede tener
nodos. Es bien conocido que para una ecuación de Schrödinger unidimensional con
potencial arbitrario, el autoestado sin nodos es el autoestado de más baja energía.
Y su energía es cero. Es decir, no existen autovalores wn2 negativos. Esto demuestra
la estabilidad de las soluciones kink. Más adelante, en 3.1.1, volveremos a tocar este
1.9. TEOREMA DE DERRICK 29

tipo de autoestados cuando hablemos de modos nulos de las oscilaciones alrededor


de soluciones estables de la teoría.
Como último apunte con respecto a la estabilidad de estos campos, supongamos por
un momento que sabemos cómo resolver explícitamente esta ecuación (en una apro-
ximación linealizada), de lo que obtendríamos una familia de soluciones de nuestra
ecuación de movimiento (1.8.3). Esta familia sería especialmente interesante si entre
ellas hubiera soluciones enmarcadas en un espectro discreto {wn }, con algún wn 6= 0.
En ese caso, el autoestado asociado nos daría una solución de la ecuación lineali-
zada de movimimiento, que tiene energía finita, y que es periódica en el tiempo.
Adelantando acontecimientos, y tomando ya atisbos de lenguaje de teoría cuántica,
uno podría pensar que esta situación tiene que ver con mesones ligados al kink. Por
otra parte, pudiera haber también una parte continua del espectro de (1.8.3), con la
cual solo podríamos formar una solución de energía finita a través de paquetes de
onda, los cuales representarían mesones en scattering con el kink de fondo. Veremos,
cuando lleguemos a la teoría de campos cuánticos, que todo esto es verdad.

1.9. Teorema de Derrick


Este trabajo quedaría incompleto si no enunciáramos uno de los teoremas más
sobrecogedores de las teoría de campos escalares: el teorema de Derrick [22]. Este
resultado confirma la no existencia de soluciones independientes del tiempo, distintas
de los estados fundamentales, para una teoría de N campos escalares complejos, en
D > 1 dimensiones espaciales. A continuación, lo enunciamos y demostramos.

Teorema 3 (Teorema de Derrick). Sea φ una familia de N ∈ N campos escalares


complejos, dados en un vector N -dimensional, en una dimensión temporal y D ∈ N
dimensiones espaciales. Supongamos que la dinámica de estos campos está gobernada
por una densidad lagrangiana del tipo

1
L= (∂µ φ)2 − U [φ], (1.9.1)
2
con U un funcional no negativo y nulo para los estados fundamentales de la teoría.
Entonces, si D ≥ 2, la únicas soluciones independientes del tiempo no singulares, y
con energía finita, son los estados fundamentales.

Demostración. Denotamos por x al vector con las D variables espaciales.


Dado φ un campo cualquiera, denotamos
Z
1
V1 = dD x (∇φ)2 ,
2 RD
Z
V2 = dD xU [φ]. (1.9.2)
RD

Se tiene que V1 y V2 son no negativos, y solo se pueden anular las dos al mismo
tiempo si φ es un estado fundamental.
30 CAPÍTULO 1. FORMULACIÓN CLÁSICA DE LA TEORÍA DE KINKS

Supongamos ahora que φ(x) es una solución independiente del tiempo. Consideramos
la familia uniparamétrica de configuraciones de campos dada por:

φ(x, λ) = φ(λx), (1.9.3)

con λ > 0. Para esta familia de campos, el funcional energía viene dado por

V (λ) = λ2−D V1 + λ−D V2 . (1.9.4)

Por el principio de Hamilton, esta función V (λ) tiene que ser estacionaria para λ = 1.
Entonces, tenemos la igualdad:

(D − 2)V1 + DV2 = 0. (1.9.5)

Supongamos que D > 2. Entonces, necesariamente, V1 y V2 se anulan simultánea-


mente, y ello completa nuestra demostración en este caso.
Si D = 2, solo podemos decir que V2 se anula, luego necesitamos trabajarlo un poco
más. Como V2 se anula, el campo es estacionario, ya que cero es su mínimo absoluto.
Entonces, aplicando el principio de Hamilton separadamente al término V1 , tenemos
que, necesariamente, V1 también se anula.
Note el lector que nada se ha dicho en el teorema 3 sobre las soluciones depen-
dientes del tiempo. Solo niega la existencia de soluciones estacionarias que no sean
estados fundamentales en teorías escalares con D ≥ 2 dimensiones espaciales.
Pese a que a nosotros este teorema no nos afecta (tratamos con campos escalares
con una sola variable espacial), limita gran parte del enfoque topológico de estas
teorías, vía soluciones estacionarias, a nuestro caso. Así, podemos seguir razonando
con soluciones estacionarias sin perder la información que buscamos.
Capítulo 2

Energías clásicas. Modelos φ4 y


sine-Gordon

A continuación, presentamos los modelos clásicos de φ4 y sine-Gordon. Note


el lector que empezaremos dando las características más básicas, mucho de ellos
resultado de cálculos muy sencillos, para nada innecesarios si queremos entender
la física que hay detrás de estos. Más adelante, cuando reformulemos las teorías
por medio de campos y variables adimensionales, presentaremos y desarrollaremos
toda la teoría topológica y analítica que subyace en estos campos de una forma más
sistemática. Esto va fraguando nuestro camino hacia la cuantización, regularización
y cálculo de correcciones a la energía clásica de estos campos, al orden de un lazo,
y en este tipo de teorías escalares.

2.1. Ecuaciones de Bogomolny de primer orden


Volvemos a restringirnos al estudio de soluciones estacionarias para nuestras
teorías con n = 1 (recordemos que se puede recuperar el campo en un instante
determinado a través de la aplicación de la correspondiente aplicación evolución
temporal a dicho instante, i.e., a través del grupo uniparamétrico T ).
Particularizando el funcional energía para el caso n = 1 de la familia de soluciones
independientes del tiempo, obtenemos que
Z  
1
E[φ] = dx 2
(∂x φ(x)) + U [φ] . (2.1.1)
R 2

Consideramos la función, definida en todo R:


1
H(x) = (∂x φ(x))2 − U [φ(x)]. (2.1.2)
2
En paralelo con el equivalente mecánico discutido más adelante, esta función puede
ser entendida como la energía de una partícula dependiente del tiempo, que viene
dado por la variable real x, y para la que −U [φ(x)] puede ser interpretada como la
energía potencial de ésta. Por conservación de la energía, y dado que lı́mx→±∞ φ(x)
es un elemento de M , y que lı́mx→±∞ ∂x φ(x) = 0, necesariamente H = 0, puesto que

31
32 CAPÍTULO 2. ENERGÍAS CLÁSICAS. MODELOS φ4 Y SINE-GORDON

no solo se ha de anular el primer término de H, sino también U . Integrando ahora


respecto a la medida de Lebesgue de R, se sigue la igualdad siguiente
Z Z
1 2
dx (∂x φ(x)) = dxU [φ(x)]. (2.1.3)
R 2 R

Esta ecuación, note el lector, es una forma particular del teorema del virial.
De esta última expresión, se sigue una acotación inferior del funcional energía que
solamente depende de los valores de φ en el infinito, i.e., de la clasificación topológica
de φ ∈ D.
Tomando raíces cuadradas, se sigue que
 2
1
(2.1.4)
p
√ ∂x φ ± U [φ] ≥ 0.
2
Expandiendo este cuadrado e integrando en todo R, se sigue que
Z   Z
1 2
(2.1.5)
p
dx (∂x φ) + U [φ] ≥ dx 2U [φ]∂x φ.
R 2 R

Entonces, como es inmediato de la forma que tiene el funcional energía para solu-
ciones estacionarias (justamente el primer miembro de la última ecuación), tenemos
que Z
(2.1.6)
p
E≥ dx 2U [φ]∂x φ .
R
Formalmente, podemos escribir esta desigualdad en términos de φ+ y φ− , dadas las
identificaciones topológicas ya estudiadas, como sigue
Z φ+ p
E≥ dφ 2U [φ] . (2.1.7)
φ−

De hecho, es inmediato probar esta misma acotación inferior sobre soluciones de-
pendientes del tiempo, dado que el término cinético T es positivo.
Dada la autointeracción U [φ], la forma en que se suele encontrar en la literatura esta
acotación es en términos de un funcional W [φ] definido por
 2
1 dW
U [φ] = , (2.1.8)
2 dφ
con lo que la acotación anterior se reescribe como

E ≥ |W [φ+ ] − W [φ− ]| . (2.1.9)

Este tipo de acotación, en que el funcional energía E está acotado inferiormente en


términos de los datos topológicos del campo son las cotas de Bogomolny [25].
Dando un paso más, para convertir en igualdades a estas desigualdades, los campos
φ en cuestión han de ser estacionarios (i.e., ∂t φ = 0, caso al que nos restringimos vía
T ), y deben satisfacer la ecuación de Bogomolny de primer orden, es decir,

(2.1.10)
p
∂x φ = ± 2U [φ].
2.2. EQUIVALENTE MECÁNICO 33

Un caso particular de campos que satisfacen estas ecuaciones son los campos, ya
vistos, de tipo kink, dada la construcción seguida. En este caso, llamaremos kinks a
los casos con signo + en (2.1.10), y antikink a los casos con signo −.
Estas terminologías de kink y antikink proceden de un comentario hecho en la cons-
trucción de las soluciones kink del capítulo primero. Por la forma de (2.1.10), se
cumple que ∂x φ(x) es siempre mayor que cero, o siempre menor que cero. Es decir,
estas soluciones son siempre estrictamente crecientes (kinks) o decrecientes (anti-
kinks). Esto es consecuencia de que, en nuestros dos modelos, U [φ(x)] > 0 para todo
x ∈ R, dada φ(x) la correspondiente solución kink.
Se sigue del razonamiento seguido, acotación incluida, que las soluciones de (2.1.10)
son mínimos relativos del funcional energía, por lo que estas soluciones son puntos
críticos de dicho funcional. Entonces, son soluciones estacionarias de las ecuaciones
diferenciales de segundo orden de Euler-Lagrange (1.6.2).
Esto último se deduce diferenciando, directamente, sobre la ecuación (2.1.10):

1 dU dU
∂x2 φ = ± √ ∂x φ = . (2.1.11)
2U dφ dφ

2.2. Equivalente mecánico


Como acabamos de enunciar a modo de consecuencia del cálculo de las cotas y
la ecuación de Bogomolny de primer orden, las soluciones estacionarias de nuestra
teoría escalar satisfacen (2.1.11). Recordando esto, presentamos el símil mecánico que
se puede hacer sobre este tipo de teorías, leyendo dicha ecuación como la ecuación
de movimiento de un problema mecánico clásico de partículas. En lo que sigue, los
argumentos de los funcionales se darán entre paréntesis, para remarcar el símil.
Interpretamos dicha EDO1 (2.1.11) como la ecuación que gobierna el movimiento de
un sistema mecánico equivalente a nuestro sistema, en que

1) El campo φ es la partícula.

2) La variable x es el tiempo para dicha partícula.

3) El funcional −U , entendido como función de x para cada evaluación en φ(x),


es la energía potencial.

Esto nos deja un sistema mecánico integrable en que, a diferencia de las técnicas de
cálculo directo del apartado anterior, podemos afirmar la existencia de una constante
de movimiento como sigue
1
I = (∂x φ)2 − U (φ), (2.2.1)
2
lo cual se interpreta como la energía de la partícula en el sistema mecánico análogo.
Nótese que esta constante de movimiento es exactamente la función H(x) del apar-
tado anterior. Como era de suponer, son dos formas equivalentes de expresar lo
mismo. Al igual que entonces, las condiciones asintóticas lı́mx→±∞ ∂x φ(x) = 0 y
1
En adelante, llamamos EDO a toda ecuación diferencial ordinaria.
34 CAPÍTULO 2. ENERGÍAS CLÁSICAS. MODELOS φ4 Y SINE-GORDON

lı́mx→∞ φ(x) ∈ M implican que I = 0, de lo que se induce de igual forma la EDO


de primer orden de Bogomolny,
p
∂x φ(x) = ± 2U [φ(x)].

El análisis que sigue ya es completamente paralelo al dado en la desigualdad (2.1.7),


tomada ahora como igualdad, y con un significado mecánico más nítido. Con ello, de-
finimos la función característica de energía de Hamilton como sigue, salvo constante
de integración: Z
(2.2.2)
p
W (φ) = ± dφ 2U (φ),

la que formaliza la evaluación del funcional energía (i.e., la energía de la acción


de la partícula equivalente), como una cantidad dependiente de la topología de la
configuración:
E[φk ] = W (φi+1 ) − W (φi ) , (2.2.3)
con φk la correspondiente solución kink, y φi y φi+1 puntos de vacío consecutivos.
Recalcamos que tanto este desarrollo del equivalente mecánico es idéntico a la situa-
ción de igualdad sobre las cotas de Bogomolny. No es más que otra forma de decir
lo mismo.

2.3. Kinks del modelo φ4


Este modelo consiste en una teoría de campos escalares y reales en que solamente
tenemos dos vacíos. De ello se sigue que el grupo de homotopía es π1 (M ) = Z2 .
Recordemos que nos hemos restringido a funcionales U [φ] de tipo polinómico, con
potencias de orden par en los campos. Luego, si queremos un U con dos vacíos
diferentes, como mínimo tenemos que pedir que sea cuadrático. Si queremos, además,
que la ecuación de campo resultante sea no lineal y del orden más bajo posible, tendrá
que ser, en definitiva, un potencial de autointeracción cuártico. En general, tenemos
la siguiente forma de tal autointeracción, con los coeficientes aún por especificar,

U [φ] = d + bφ2 + cφ4 , d, b, c ∈ R. (2.3.1)

La primera regla de selección aflora del hecho de que E[φ] está acotado inferiormente
por una valor mayor igual que cero. Entonces, c > 0. Tomamos, por conveniencia
futura, c = λ/4, con λ > 0 constante.
Supongamos que b ≥ 0. Un sencillo cálculo de las derivadas U 0 [φ] y U 00 [φ] nos lleva
a que, en este caso, U solo tendría un mínimo absoluto en φ = 0, con lo que M solo
tendría un punto, esto es, π1 (M ) tendría una sola clase y, por ello, D tendría una
sola componente. Entonces, no habría soluciones kink. Necesariamente tenemos que
imponer b < 0. Escogemos b = −m2 /2, con m una constante real y positiva.
Además, para tener Umin = 0, escogemos, sin pérdida de generalidad, d = m4 /4λ.
Tenemos pues un funcional U de la forma que sigue

λ 2
(2.3.2)
2
U [φ] = φ − a2 ,
4
2.3. KINKS DEL MODELO φ4 35


donde se ha denotado a = m/ λ.
De esta forma del término
√ potencial,
√ tenemos dos mínimos globales degenerados
U (φ) = 0 en φ = m/ λ y φ = −m/ λ, ambos constantes, con lo que tenemos dos
puntos de vacío con las expresiones siguientes
√ √
v− = −m/ λ, v+ = m/ λ. (2.3.3)

Con lo anterior, la densidad lagrangiana de este modelo queda de la siguiente forma:

1 λ 2
(2.3.4)
2
L= (∂µ φ)2 − φ − a2 .
2 4
El análisis dimensional de esta teoría sería como sigue, habiendo tomado c = 1,

[~] = M L, [φ] = M 1/2 L1/2 , [λ] = M −1 L−3 , [m] = L−1 . (2.3.5)

A través de la ecuación de Euler-Lagrange, obtenemos la siguiente ecuación de campo

∂µ ∂ µ φ + λφ φ2 − a2 = 0. (2.3.6)


Ahora bien, una forma trivial de identificar cada uno de los sectores topológicos en
que clasificamos las soluciones finitas de nuestro modelo en D, en el marco de la
teoría φ4 , y teniendo en cuenta la forma que tienen los dos puntos de vacío (2.3.3),
es a través de la carga topológica del modelo φ4 que, normalizada por meras
razones estéticas, se define como sigue
√ φ+ − φ−
N= λ , (2.3.7)
2m
donde recordemos que φ+ y φ− denotan a los dos puntos de vacío que conecta la
correspondiente configuración de D.

Autointeracción phi4
U(phi)

1.5

1.0

0.5

Campo phi
-1.5 -1.0 -0.5 0.5 1.0 1.5

Figura 2.1: Potencial de autointeracción del modelo φ4 , con m = 1, λ = 1.

Es claro, de la identificación de π1 (G/H) con π1 (M ), que N toma los valores 0,


1 ó −1, en función de si es puntos de vacío, kink, o antikink, respectivamente. En
otras palabras, podemos identificar cada componente conexa de D con uno de estos
valores de carga topológica. Aunque en el desarrollo de esta teoría resulta innece-
sario, notemos que, de la expresión (2.3.7), podemos escribir la carga topológica en
36 CAPÍTULO 2. ENERGÍAS CLÁSICAS. MODELOS φ4 Y SINE-GORDON

términos de lo que se induce como una densidad de carga topológica, de la forma que
sigue
√ 1 Z ∞ 0
N= λ φ dx. (2.3.8)
2m −∞
En consecuencia, tenemos que:
1. Si N = 0, la configuración de campo de D en cuestión conecta puntos de vacío,
con lo que pertenece al sector topológico del correspondiente punto de vacío
que conecta consigo mismo, v+ o v− .

2. El campo de energía localmente mínima con N = 1 es el llamado kink, el cual


conecta v− en −∞ con v+ en ∞.

3. Si aplicamos la simetría φ 7→ −φ a nuestra solución kink, obtenemos una


solución de campo kink en D tal que N = −1, i.e., tal que conecta v+ en −∞
con v− en ∞.

4. No existen más valores de N , dada la incompatibilidad de cualquier otra


posibilidad con las condiciones de contorno dadas por los vacíos de la teo-
ría (recordemos que hay p2 soluciones estacionarias entre vacíos y kinks, con
|M | = p < ∞).
A pesar del último punto, es posible construir una configuración que combine una
cantidad finita de kinks y antikinks alternados a lo largo de R. No obstante, no
existen soluciones estacionarias de este tipo. Lo veremos más adelante.
La cota de energía de Bogomolny para una de estas 3 soluciones estacionarias de la
teoría φ4 es como sigue
Z φ+ r Z φ+ r
λ 2 λ 2
(φ − a2 )2 = φ − a2

E≥ dφ dφ
φ− 2 φ− 2
r  φ+ r
λ φ3 λ φ3+ − φ3−
 
2 2
= −a φ = − a (φ+ − φ− ) , ,
2 3 φ− 2 3

donde, usando (b3 − a)3 = (b − a)(b2 + ab + a2 ), se tiene que


r  2
φ+ + φ+ φ− + φ2−

λ 2
E≥ (φ+ − φ− ) −a
2 3
r
λ 2a2 ± a2
= |φ+ − φ− | · − a2 .
2 3
donde se toma el signo + para el caso de puntos √ de vacío, y − para el caso de
soluciones kink; y donde, recordemos, φ± = ±m/ λ. Para los puntos de vacío
(φ+ = φ− ), esta cota no aporta nada nuevo, dado que N = 0. Sin embargo, para las
configuraciones kink y antikink tenemos que φ+ φ− = −a2 , luego

2√ 2√
E≥ 2λN a3 = 2λ|N |a3 > 0.
3 3
2.3. KINKS DEL MODELO φ4 37

La igualdad se cumple para las configuraciones estacionarias que satisfacen la ecua-


ción de Bogomolny de primer orden (2.1.10), que para el modelo φ4 adopta la forma:
r
λ 2
φ − a2 , (2.3.9)

∂x φ =
2
donde se escoge el signo positivo de la raíz para el caso kink (como hemos hecho),
y el signo negativo para la configuración antikink. Esta última ecuación diferencial,
definida sobre todo R, es fácilmente integrable:. Calculamos la primitiva para a
continuación dar la solución en términos de la constante de integración.
r Z
2 dφ
= ±∆x
λ (φ − a2 )
2
r Z r  
2 dφ 2 1 φ−a
=⇒ = ln = ±∆x
λ (φ2 − a2 ) λ 2a φ+a
φ−a √ exp(± √m2 ∆x) − exp(∓ √m2 ∆x)
=⇒ = exp(±m 2∆x) =⇒ φ = a ·
φ+a exp(± √m2 ∆x) + exp(∓ √m2 ∆x)
m
= a · tanh(± √ ∆x).
2
De esta forma, la solución kink es:
 
m
φk (x) = a · tanh √ (x − x0 ) , (2.3.10)
2
donde x0 es una constante de integración que localiza el campo como función en R
que conecta v− con v+ , si tomamos el signo +, y v+ con v− si tomamos el signo −.
Además, la densidad de energía para esta configuración estacionaria es el resultado
de un sencillo cálculo con funciones hiperbólicas:

m4
 
1 λ 2 m
2 2 2
sech √ (x − x0 ) ,
4
(2.3.11)

ε[φk ] = (∂x φk ) + φ −a =
2 4 k 2λ 2
con lo que la energía total, barriendo todo el área de esta densidad en R:

2 2m3
Ek = . (2.3.12)

Desde el punto de vista de la teoría de la relatividad especial, esta energía Ek , en
unidades dadas en términos de c = 1, se interpreta como la energía en reposo Mk
del kink, esto es, la energía en el sistema de referencia de centro de masas del kink,
entendido como objeto extenso.
Observando las gráficas 2.2 y 2.3 es inmediato apreciar que, en x = x0 con x0
la constante de integración anterior, el campo φk se anula o, dicho de otra forma,
toma el valor medio entre los dos puntos de vacío que conecta. Curiosamente, este
mismo punto es en el que la densidad de energía del kink toma su valor máximo. En
particular, toma el valor m4 /2λ.
Estas consideraciones nos llevan a interpretar x0 como un parámetro de localización
38 CAPÍTULO 2. ENERGÍAS CLÁSICAS. MODELOS φ4 Y SINE-GORDON

Configuración estacionaria phi^4 de tipo kink


Campo kink phi_k

0.6

0.4

0.2

x
-4 -2 2 4

-0.2

-0.4

-0.6

Figura 2.2: Solución tipo kink de esta configuración centrada en x0 = −1,0, m =


0,89.

Densidad de energía de la solución kink en modelo phi^4


Densidad de energía

1.0

0.8

0.6

0.4

0.2

x
-4 -2 2 4

Figura 2.3: Densidad de energía de esta configuración centrada en x0 = −1/2, a =


0,63.
2.3. KINKS DEL MODELO φ4 39

del kink, esto es, la que sería la posición del centro de masas del kink, con su energía
localizada una región finita en torno a dicho punto (ver figura 2.3). Además, x0 es un
parámetro libre, pues la densidad lagrangiana de nuestra teoría es invariante frente
a traslaciones. Este análisis permite establecer una biyección entre los parámetros
libres reales x0 ∈ R de nuestras soluciones kink y dichas soluciones, identificando
así las soluciones kink, como caso particular de mínimos relativos de energía, con
una variedad, que en este caso es M = R, a la que en este contexto se le llama
variedad de Moduli del modelo φ4 . No entraremos en el estudio detallado de la teoría
de espacios de Moduli, aunque hacemos notar que dichas variedades dan cuenta de
determinadas relaciones de equivalencia subyacentes a estas teorías de campos, en
este caso en términos de un espacio de parámetros en que se localizan las partículas.
Esto es una aplicación particular sobre estas teoría escalares de un concepto mucho
más amplio, que se puede ilustrar fácilmente en geometría proyectiva. Por ejemplo, la
recta proyectiva P(R2 ) puede ser interpretado como espacio de Moduli del conjunto
de rectas vectoriales de R2 .
Aplicamos ahora un boost de Lorentz sobre estos campos tipo kink, a partir de lo
que obtenemos la siguiente solución:
 
m
φk (t, x) = a · tanh √ γ(x − vt − x0 ) , (2.3.13)
2

donde v ∈ (−1, 1) es la velocidad del kink definida en términos de V /c (con V la


velocidad real respecto al primer sistema de referencia,
√ y c la velocidad de la luz en
el vacío, tomada como c = 1); y donde γ = 1/ 1 − v 2 es un factor bien conocido en
relatividad especial.
Repitiendo una integración análoga a la que se hizo para calcular la energía del
kink (esto es, su masa en reposo), y fijándonos en que lo único que ha cambiado, en
términos de integración, es el factor γ que acompaña al argumento de la tangente
hiperbólica, se obtiene la energía que sigue

2 2m3 γ
E= . (2.3.14)

Esto muestra la solidez de esta sencilla teoría unidimensional frente a los boost de
Lorentz, como era de esperar, ya que la teoría es invariante Lorentz tal y como ha
sido construida.
Una simple derivación en la expresión del campo kink φk , dada en (2.3.13), nos lleva
a φ̇ = −vφ0 , luego el funcional energía cinética evaluado en este campo se puede
escribir como
1 ∞ 1 2 ∞
Z Z
T [φ] = 2
dx (∂x φ) = v dxφ02 dx, (2.3.15)
2 −∞ 2 −∞

y por el teorema del virial 2.1.3, esta expresión es igual a 12 M v 2 . Parece que la teoría
nos Esto sugiere lo ya enunciado: un kink se puede entender como una partícula con
la masa en reposo M , localizada en torno a x0 .
Recuperando el análisis de (1.7.8), en la teoría φ4 tenemos una situación peculiar:
si tenemos un kink o un antikink, para poder formar un sistema con más de una
de estas partículas, el siguiente campo ha der ser necesariamente un antikink o un
40 CAPÍTULO 2. ENERGÍAS CLÁSICAS. MODELOS φ4 Y SINE-GORDON

kink, respectivamente, por las condiciones de contorno de estos campos. El siguiente


será un kink o un antikink, y así sucesivamente. Esto sugiere, mérito de Goldstone
y Jackiw [10], que kink y antikink de esta teoría no son independientes, sino todo lo
contrario: son el mismo objeto. Así, para ser coherentes con esta observación, afir-
mamos que las únicas configuraciones observables de φ son aquellas que permanecen
inalteradas por la transformación φ 7→ −φ.
Aportamos ahora una forma alternativa de probar que las soluciones estacionarias
de φ4 son no disipativas. Atendiendo a (1.1.7), y dadas las condiciones estacionaria
y de valores asintóticos en M de éstas, probamos que toda solución de la teoría que
satisfaga
lı́m φ(t, x) = − lı́m φ(t, x), (2.3.16)
x→∞ x→−∞

es no disipativa. Nótese que esto incluye a las soluciones estacionarias kink o antikink
de φ4 . Tal y como venimos dando el funcional energía, como integral en el espacio
de la entrada (0, 0) del tensor energía-momento, podemos afirmar que dicha entrada
se puede acotar como
1 1 λ 2 2
T00 (x, t) = (∂t φ(t, x))2 + (∂x φ(t, x))2 + φ − a2 ≥ U [φ(t, x)].
2 2 4
Fijamos un t ∈ R arbitrario, con lo que por continuidad de dichas soluciones con
respecto a x ∈ R, debe existir un x1 ∈ R para el que φ = 0. En este punto,
λa4
T00 (t, x1 ) ≥ U [0] = ,
4
con lo que
λa4
maxx T00 (t, x) ≥ > 0.
4
Esto contradice (1.1.7), y por tanto demuestra la condición no disipativa de dichas
soluciones.

Interacción energética de kink-antikink en el modelo φ4


En este apartado, calculamos la energía de interacción de un par kink-antikink
bien separado, para probar que existe una fuerza atractiva entre estos. Para simpli-
ficar el desarrollo, particularizamos λ = 12 y m = 1, siendo un procedimiento trivial
el de reescalar sobre las constantes generales originales.
Hay dos formas principales de practicar este cálculo: una, que nosotros no haremos,
es la de obtener la energía de una configuración estacionaria de la ecuación de cam-
po, añadiendo distribuciones delta a modo de fuentes, para fijar kink y antikink a
cierta separación; y otra, que nosotros elegimos, que es la de calcular la energía de
interacción identificando la fuerza producida de un kink sobre el otro con un ratio
de variación de momento.
A partir del tensor energía-momento Tνµ dado en (1.1.16) y (1.1.17), damos el mo-
mento lineal en el intervalo (−∞, b], para algún b ∈ R, como
Z b Z b
P =− 0
T1 dx = − φ̇φ0 dx, (2.3.17)
−∞ −∞
2.3. KINKS DEL MODELO φ4 41

donde, recordemos, φ̇ denota la derivada temporal de φ, y φ0 la espacial. Fijémonos


en que, dado el análisis dimensional (2.3.5) de este modelo, se sigue que [P ] =
(M 1/2 L−1/2 )2 L = M , lo que da coherencia a esta definición. Como dicho tensor Tνµ

Figura 2.4: Configuración conjunta de kink y antikink independientes ampliamente


separados (b  a, a  1).

se conserva, entonces ∂µ Tνµ = 0. Por tanto,

∂t T10 + ∂x T11 = 0. (2.3.18)

Por la segunda ley de Newton, la fuerza F de interacción entre los miembros de la


configuración kink-antikink está determinada por la variación temporal del momen-
to, lo que fundamenta la siguiente definición. La fuerza asociada a este momento y
en ese intervalo (−∞, b]) es
Z b Z b
F = Ṗ = − ∂t T10 dx
= ∂x T11 dx
−∞
  −∞
1 2 b
= − (φ̇ + φ02 ) + U [φ] −∞ ,
2

donde se ha usado la ecuación (2.3.18), y se ha integrado sobre derivadas en x. La


física de esta expresión es que la fuerza en este intervalo es la diferencia de presiones
en los puntos extremos.
Consideremos ahora un par kink-antikink, con el kink en posición a, y el antikink en
−a, para a  1. La configuración conjunta puede expresarse como sigue, por super-
posición de ambos campos suficientemente separados, y añadiendo una unidad para
tener condiciones de contorno en M (de otra manera, en x → ±∞, la configuración
se anularía, y con ello no podríamos tener elementos de M bajo estos límites):

φ(x) = φ1 (x) + φ2 (x) + 1, (2.3.19)


42 CAPÍTULO 2. ENERGÍAS CLÁSICAS. MODELOS φ4 Y SINE-GORDON

con φ1 y φ2 , respectivamente, antikink y kink. Los expresamos como

φ1 (x) = −tanh(x + a), φ2 (x) = tanh(x − a), (2.3.20)

donde se han omitido las constantes que acompañan al campo kink. Supongamos que
b están en (−a, a), de tal forma que −a  b  a. Entonces, a lo largo de este último
intervalo, φ2 + 1 está cerca de cero, lo que nos permite linealizar la combinación
anterior. Así, la fuerza puede aproximarse, hasta orden 1 en φ2 + 1, de la forma que
sigue
 
1 02 0 0 dU b
F = − φ1 + U [φ1 ] − φ1 φ2 + (1 + φ2 ) [φ1 ] −∞
2 dφ
(2.3.21)
b
= [−φ01 φ02 + (1 + φ2 )φ001 ] −∞
.

En la segunda igualdad se ha utilizado la ecuación de Bogomolny de primer orden


(2.1.10) respecto a φ1 , por la que los dos primeros términos se cancelan. También se
ha usado la ecuación de campo estacionaria (2.1.11) para el último factor del último
término.
Las configuraciones con las que estamos tratando tienen derivadas espaciales que
decaen a 0 en el infinito, luego solo habrá contribución de la evaluación en b en el
primer término de (2.3.21). En cuanto al segundo, hemos supuesto que φ2 es un kink
localizado en torno a a, con lo que, para x → −∞, se tiene que 1 + φ2 se anula.
Como b es un punto alejado de la posición de kink y antikink, podemos aproximar
ambos campos por funciones equivalentes bajo límite infinito, escribiendo

φ1 (x) ≈ −1 + 2 exp(−2(x + a)), φ2 (x) ≈ −1 + 2 exp(2(x − a)). (2.3.22)

Esto simplifica la expresión de la fuerza de la forma

F ≈ 16 exp(−2(b + a)) exp(2(b − a)) + 8 exp(2(b − a))


+ (−1 + 2 exp(−2(b + a)))8 exp(2(b − a)) = 32 exp(−2R),

con R = 2a. Pese a la simpleza del argumento, este es perfectamente válido en el


sistema simplificado estudiado. Así, si denotamos a la energía de interacción entre
kink y antikink muy separados como Ei , se tiene

dEi
F = 32 exp(−2R) = . (2.3.23)
dR
La riqueza de esta teoría radica en que F es independiente de b, como es de esperar
dada la arbitrariedad de su elección. Identificando F como la fuerza del kink sobre
el antikink, se sigue que
Ei = −16 exp(−2R) (2.3.24)
es la energía de interacción necesaria para que ocurra dicho fenómeno. La condición
atractiva de esta fuerza se ve fácilmente si notamos que Ei es negativa, y que decrece
(en términos del valor absoluto) para distancias grandes, y crece para R pequeño.
2.4. KINKS DEL MODELO SINE-GORDON 43

2.4. Kinks del modelo sine-Gordon


Exploramos ahora un modelo de campos escalares, con un potencial de autoin-
teracción que extiende, localmente y en torno a una solución estable de la teoría, el
mismo potencial de φ4 , con términos de orden par en φ. La ecuación de campo que
surge de en esta teoría es una de las ecuaciones de onda no lineales más conocidas.
Ya en 1862, la ecuación aparecía con el estudio de superficies de curvatura negativa
y constante, como la ecuación de Gauss-Codazzi para superficies de curvatura −1 en
un espacio tridimensional [26]. Fue redescubierta por Frenkel y Kontorova en su estu-
dio de dislocaciones en redes cristalinas, en el llamado modelo de Frenkel-Kontorova
[27]. Una de sus aplicaciones más sonadas es la de la unión Josephson de teoría de
superconductores [6], a mediados del siglo pasado. No obstante, esta ecuación atrajo
mucha atención en torno al año 1970 ya que, como veremos en este apartado, admite
solución de tipo solitón ([28] contiene un extenso resumen histórico de este último
enfoque).
Partimos de una densidad lagrangiana de la forma que sigue
√ !!
1 λ λ
L = ∂µ φ∂ µ φ − 4 1 − cos φ , (2.4.1)
2 m m
donde λ y m son constantes reales de la teoría, y donde el potencial de autointerac-
ción es, por lo tanto, √ !!
λ λ
U [φ] = 4 1 − cos φ . (2.4.2)
m m
El análisis dimensional de este modelo, análogamente al caso φ4 , sería como sigue
[~] = M L, [φ] = M 1/2 L1/2 , [λ] = M −1 L−3 , [m] = L−1 .
Notemos que si estudiamos pequeñas oscilaciones alrededor de una solución estable
de esta teoría, digamos por ejemplo φ = 0, podríamos extender la autointeracción a
través del desarrollo de Taylor del coseno como sigue
λ2 2 λ3 4
U= φ − φ + O(φ6 ), (2.4.3)
2m6 24m8
lo que nos hace pensar que esta teoría, en un contexto de oscilaciones en torno a
una cierta solución estable, es una extensión de la teoría φ4 . Algo así como que en
φ4 estamos truncando esta serie de Taylor. Esta aparente relación se hará realidad
cuando formalicemos las ecuaciones espectrales que nos dan las fluctuaciones cuán-
ticas, con las que corregir las masas clásicas. Vía la ecuación de Euler-Lagrange,
tenemos la siguiente ecuación de campo:
3/2
√ !
λ λ
∂µ ∂ µ φ + 5 sin φ = 0. (2.4.4)
m m
En este modelo, dada la forma del funcional
√ U , la variedad de vacío está formada
por constantes de la forma φ = 2πnm/ λ, para todo n ∈ Z, con lo que, recordando
las biyecciones tratadas entre nuestros grupos de homotopía:
π1 (M ) = Z. (2.4.5)
44 CAPÍTULO 2. ENERGÍAS CLÁSICAS. MODELOS φ4 Y SINE-GORDON

Autointeracción sine - Gordon


U(phi)

2.0

1.5

1.0

0.5

Campo phi
-6 -4 -2 2 4 6

Figura 2.5: Potencial de autointeracción del modelo de sine-Gordon, con m = 1,


λ = 1.

Denotamos, de nuevo, por (φ− , φ+ ) a los pares de valores de vacío del modelo, al-
canzados por la correspondiente configuración φ ∈ D en x → ±∞. Recordemos
que estos valores identifican el sector y la naturaleza topológica propios del campo
estacionario en cuestión. La densidad lagrangiana
√ (2.4.1) de esta nueva teoría es
invariante frente a traslaciones φ 7→ φ ± 2πm/ λ, lo que tiene una importante con-
secuencia: sin pérdida de generalidad, fijamos φ− = 0 para todas las configuraciones
que estudiaremos.
Los sectores topológicos de este modelo se caracterizan por una nueva carga to-
pológica, ahora definida, a partir de dichos valores asintóticos de la configuración,
como: √
λ(φ+ − φ− )
N= , (2.4.6)
2πm
lo que se puede expresar como sigue
√ Z ∞
λ
N= φ0 dx. (2.4.7)
2πm −∞
Esto nos permite interpretar N como el número neto de solitones (i.e., la diferencia
entre el número de solitones y el número de antisolitones).
En esta teoría, haciendo uso de la periodicidad del integrando que sigue, y del hecho
de que estamos cubriendo N veces el dominio de integración [0, 2πm √ ], la cota de
λ
Bogomolny es
Z (2πm/√λ)N u √ !!#
v "
λ λ
(2.4.8)
u
E≥± t2
4
1 − cos φ dφ.
0 m m

La igualdad para esta cota, i.e., la igualdad de Bogomolny de primer orden (2.1.10)
se alcanza para los campos que satisfacen
√ !!#
v "
u
λ λ
(2.4.9)
u
∂x φ = ±t2 4
1 − cos φ .
m m

Nos restringimos al caso de las configuraciones estrictamente crecientes de kinks (i.e.,


con el signo + en la igualdad anterior. El signo −, como ya ocurría en φ4 , nos daría
2.4. KINKS DEL MODELO SINE-GORDON 45

los antikinks, estrictamente decrecientes). La resolución de esta ecuación diferencial,


sin entrar en el detalle del análisis matemático, la resolvemos por métodos directos de
integración. No exigimos precisión en la variedad de integración ni en las constantes
de integración hasta formalizar el resultado. Se calcula la primitiva, teniendo en
cuenta que en ±δx se incluye la constante de integración a, que localiza la partícula
clásica solitón. Así,

m2
Z Z
dφ dφ
±δx = r  √  = √ r  √ 


2 mλ4 (1 − cos mλ φ 1 − cos mλ φ

m2
Z

= √ √ , (2.4.10)
2 λ sin 2mλφ

√  √
donde se ha usado que 1 − cos λφ/m = 2 sin2 ( λφ/2m), con lo que

m3 m3
Z Z
dt ds
±δx = √ =− , (2.4.11)
λ t 1 − t2 λ 1 − s2
√  √
donde se han usado los cambios de variables t = sin λφ/2m y s = 1 − t2 .
Ahora, escindimos la integral en dos fracciones simples, de forma que

m3 m3 m3
 
1−s
Z Z
ds 1 1
±δx = 2
= ds − = ln
λ s −1 2λ s−1 s+1 2λ 1+s
  
4m λ(x − a)
=⇒ φs (x) = √ arctan exp ± (2.4.12)
λ m3

donde a es una constante de integración arbitraria, la cual localiza a la partícula


clásica solitón. Escogemos
√ la rama de la función tangente para la que φ− = 0, así
como que φ+ = 2πm/ λ. Así pues, necesariamente, la carga topológica adquiere el
valor N = +1. En otras palabras, hemos calculado la forma explícita de un campo
kink que conecta puntos de vacío consecutivos. Lo que varía qué puntos consecutivos
es la rama escogida. Esta deducción adquirirá más sentido cuando hablemos, al final
de este apartado, de las posibles configuraciones multi-solitón de este modelo.
En cuanto al antikink, resolviendo la ecuación de Bogomolny (2.1.10) con el signo
−, se obtiene la misma solución con el signo cambiado, i.e., la correspondencia kink-
antikink de la forma φ 7→ −φ.
Aplicamos una transformación de Lorentz sobre (2.4.12) para enviar la solución
estacionaria φs (x) (en el sistema de referencia centro de masas del solitón), a un
solución dependiente del tiempo con la forma de onda propagante,
  
4m λ((x − a) − vt)
φs (t, x) = √ arctan exp ± √ , (2.4.13)
λ m3 1 − v 2
donde v ∈ (0, 1) nos da la velocidad de propagación del solitón, teniendo en cuenta
que c = 1.
Entremos de nuevo en la deducción análoga a la realizada para el caso φ4 que nos
46 CAPÍTULO 2. ENERGÍAS CLÁSICAS. MODELOS φ4 Y SINE-GORDON

dé criterio para hablar de la posición


√ de este campo como objeto extenso clásico.
Fijémonos en que φs (a) = 4πm/ λ, lo que, en términos del sector topológico ocu-
pado por la solución solitón (o en otras palabras, por medio de la identificación de
su sector topológico con sus valores frontera), nos sugiere que φ ocupa la posición
dada por la constante arbitraria a.
Esta última reflexión queda confirmada por la forma que adopta la nueva densidad
de energía. Nos proponemos pues calcular dicha densidad, quedándonos con el caso
del kink. Recordemos que, para una configuración estacionaria tipo solitón
1
ε(x) = (∂x φ(x))2 + U [φ], (2.4.14)
2
donde

4 λ 1
∂x φ(x) =
m exp m3 (x − a) + exp − mλ3 (x − a)
λ
2
  
√  
2 λ λ
= sech (x − a) , (2.4.15)
m2 m3
y donde
λ h   λ
(x−a)
i
U [φs (x)] = 1 − cos 4arctan e m3
m4
λ   λ  2λ h   λ 
= 4 · 2 sin2 2arctan e m3 (x−a) = 4 2 sin arctan e m3 (x−a)
m m
  λ i2
× cos arctan e m3 (x−a)
 2
λ
3 (x−a)
8λ e m 1
= 4 q q 
m 2λ 2λ
1 + e m3 (x−a) 1 + e± m3 (x−a)
 
2λ λ
= 4 sech 2
(x − a) . (2.4.16)
m m3
Con todo ello, por (2.4.14), la densidad de energía clásica del solitón es como sigue
" √  #2  
1 2 λ λ 2λ λ
ε(x) = sech (x − a) + 4 sech 2
(x − a)
2 m2 m3 m m3
 
4λ λ
= 4 sech 2
(x − a) . (2.4.17)
m m3
Esto sugiere que la energía está concentrada en torno a x = a, razón de más para
nuestra afirmación anterior sobre la posición del solitón. Integrando esta expresión,
tenemos una energía total de la forma
Z ∞ Z  
4λ λ
E= ε(x)dx = 4 sech 2
(x − a)
−∞ m R m3
4λ m3 ∞
Z
= 4· sech2 (y)dy = 8/m. (2.4.18)
m λ −∞
2.4. KINKS DEL MODELO SINE-GORDON 47

Por un cálculo análogo al realizado en el modelo φ4 , la energía clásica del kink


propagante,
√ con la forma y el sistema de referencia de (2.4.13), es E = 4γ/m, con
γ = 1/ 1 − v 2 .
En las figuras 2.6 y 2.7 se aprecia la estructura localizada del campo y de la densidad
en este contexto.
Configuración estacionaria sine-Gordon de tipo solitón
Campo tipo solitón phi

x
-4 -2 2 4

Figura 2.6: Configuración estacionaria del campo de tipo kink del modelo de sine-
Gordon, a = 0,5, λ = 1, m = 1.

Densidad de energía del solitón del modelo sine-Gordon


Densidad de energía

x
-4 -2 2 4

Figura 2.7: Densidad de energía del campo estacionario de tipo kink del modelo de
sine-Gordon, a = 0,5, λ = 1, m = 1.

Calculamos la carga topológica de la solución estacionaria solitón de este modelo,


que por la construcción seguida ha de ser la unidad. Por (2.4.7), se sigue que
√ Z √ Z
λ λ 2m
N= ∂x φs (x)dx = ·√ sech(u)du
2πm R 2πm λ R
= 1, (2.4.19)

donde se ha usado que R sech(u)du = π, con lo que N = 1.


R

Por construcción, esta solución estacionaria de la ecuación de Bogomolny de primer


orden (2.1.10) es un solitón con carga topológica unidad, de lo que se sigue que
cualquier sistema multi-solitón en el que necesariamente la carga no puede ser unidad
no será solución de (2.1.10). La clave de la prueba de esto lo encontramos en que
cualquier configuración con N 6= 1 satisface la desigualdad estricta en (2.4.8). No
obstante, de forma análoga a lo que vimos en el último apartado sobre sistemas
kink-antikink, dos solitones de sine-Gordon infinitamente separados tendrán una
48 CAPÍTULO 2. ENERGÍAS CLÁSICAS. MODELOS φ4 Y SINE-GORDON

energía de aproximadamente 2E, con E dado en (2.4.18), i.e., estaríamos sumando


las energías totales de los solitones independientes. Entonces, la energía potencial del
sistema de los dos solitones decrecerá a medida que éstos se separan, lo que induce
una fuerza repulsiva entre los solitones. Un cálculo análogo al del apartado anterior,
nos lleva a una energía de interacción de dos kinks de sine-Gordon de la forma
Ei = 32e−R , (2.4.20)
con R la separación entre solitones. Este resultado fue probado por Perring y Skyrme,
cuando utilizan el modelo de sine-Gordon como un modelo “juguete” para teorías
de campos tridimensionales más realistas, el llamado modelo de Skyrme [7].
Como ya hicimos en la teoría φ4 , recurrimos de nuevo a (1.7.8). Supongamos que
f1 es un solitón o antisolitón. Tomamos f2 también como solitón o antisolitón, para
lo que, por (1.7.8), debemos escoger la rama de la función tangente que satisfaga
dicha relación. Esto sugiere que no estamos construyendo un sistema de muchos
solitones y antisolitones, correspondientes a muchas ramas de arctan, sino que existe
un único solitón y un único antisolitón. Con esta elección, afirmamos que las únicas
configuraciones
√ observables φ en este modelo son las invariantes frente a φ 7→ φ +
2πm/ λ.
Análogamente al estudio de φ4 , aunque adaptándolo a la nueva variedad de vacío,
afirmamos que, dada la ecuación de campo de sine-Gordon, cualquier solución φ(t, x)
tal que
4πm
lı́m φ(t, x) − lı́m φ(t, x) = √
x→∞ x→−∞ λ
es no disipativa. Nótese que esta consideración no incluye a las soluciones indepen-
dientes del tiempo de tipo kink y antikink en sine-Gordon,
√ pues la diferencia de sus
valores asintóticos es justamente la mitad: 2πm/ λ. La razón de tomar la diferencia
como el doble de este último valor es que éste es el mínimo valor para el que se puede
aplicar el mismo argumento, vía el teorema de Bolzano, que ya utilizábamos para
φ4 . Repitiendo cálculos casi idénticos, la entrada (0, 0) del tensor energía-momento
es
√ !!2
1 1 λ λ
T00 (x, t) = (∂t φ(t, x))2 + (∂x φ(t, x))2 + 4 1 − cos φ ≥ U [φ(t, x)].
2 2 m m
Fijamos un t ∈ R arbitrario. Por continuidad de dichas soluciones
√ con respecto a
x ∈ R, debe existir un x1 ∈ R que anule la función cos λφ(t, x)/m . En este

punto, que se puede tomar, por
√ ejemplo, como φ = (mπ)/(2 λ), o como cualquiera
de sus análogo módulo mπ/ λ,
√ λ
T00 (t, x1 ) ≥ U [(mπ)/(2 λ)] = 4 ,
m
con lo que
λ
maxx T00 (t, x) ≥ > 0.
m4
De nuevo, esto contradice (1.1.7). Por lo tanto, se demuestra la condición no disipa-
tiva de dichas soluciones, aunque no sean estacionarias.
2.5. REFORMULACIÓN DE LA TEORÍA. RESUMEN 49

2.5. Reformulación de la teoría. Resumen


En este apartado, reformularemos una teoría escalar de campo bosónico en un
espacio de 1 + 1 dimensiones, de cara a manejar magnitudes y variables adimen-
sionales, así como dos constantes de la teoría que contengan toda la información
dimensional. Esta formulación es la que utilizaremos para la cuantización y poste-
rior cálculo de las correcciones cuánticas de masa de un kink, hasta el orden de un
lazo. Note el lector que lo que estamos a punto de hacer no es más que reajustar
la teoría a nuestro interés, pero sigue siendo la misma. Volvemos a considerar el
espacio de configuración F. Seguimos con la imposición c = 1, sin hacer lo mismo
con ~ para expresar dichas correcciones en función de dicha constante.
Centramos pues el estudio en R1,1 . El funcional acción de nuestra teoría, evaluado
en un campo ψ ∈ F , viene dado por
Z "  2 #
1 ∂ψ
S̃[ψ] = d2 y − Ũ [ψ] , (2.5.1)
2 ∂yµ

con Ũ el potencial autointeracción de la teoría, ψ(yµ ) : R1,1 → R ∈ Maps(R1,1 , R),


con y 1 = y, y 0 = τ las coordenadas locales, con un tensor métrico dado por gµν =
diag(1, −1), µ, ν = 0, 1. El análisis dimensional de la teoría así dada es

[~] = [S̃] = M L, [yµ ] = L,


[ψ] = M 1/2 L1/2 , [Ũ ] = M L−1 . (2.5.2)

Escribimos la acción como sigue


Z h i
S̃[ψ] = dτ T̃ [ψ(yµ )] − Ẽ[ψ(yµ )] , (2.5.3)

con
"  #
Z 2
1 ∂ψ
T̃ [ψ(yµ )] = dy ,
2 ∂τ
"   #
Z 2
1 ∂ψ
Ẽ[ψ(yµ )] = dy + Ũ [ψ(yµ )] , (2.5.4)
2 ∂y

de lo que se sigue que [Ẽ] = [T̃ ] = M , con Ẽ el funcional energía o energía potencial,
y T̃ el funcional energía cinética.
Consideramos md y γd parámetros a partir de los cuales reformulamos la teoría como
sigue

xµ = md yµ , µ = 0, 1, φ = γd ψ,
γ2
U [φ(xµ ))] = d2 Ũ [ψ(yµ )], (2.5.5)
md
50 CAPÍTULO 2. ENERGÍAS CLÁSICAS. MODELOS φ4 Y SINE-GORDON

con dimensiones [md ] = L−1 , [γd ] = M −1/2 L−1/2 . Denotaremos a las nuevas coorde-
nadas locales por x0 = t, x1 = x. De esta forma,

[xµ ] = L−1 L,
[φ] = M −1/2 L−1/2 M 1/2 L1/2
 2
γd
[U ] = M L−1 = M −1 L−1 L2 M L−1 , (2.5.6)
m2d

esto es, hemos reescalado la teoría para tener variables en R1,1 , campos y potenciales
de autointeracción adimensionales.
El funcional acción se puede reescribir como sigue
"  2 #
m2d
Z Z
1 2 1 md ∂(φ/γd )
S̃[ψ] = dx − 2 U [φ(xµ )] =
m2d 2 ∂xµ γd
Z Z "  2 #
1 1 ∂φ 1
= 2 d2 x − U [φ(xµ )] = 2 S[φ(xµ )]. (2.5.7)
γd 2 ∂xµ γd

Análogamente, el funcional energía


"  2 #
m2d
Z
dx 1 ∂(φ/γd )
Ẽ[ψ(yµ )] = md + 2 U [φ(xµ )]
md 2 ∂xµ γd
Z "  2 #
md 1 ∂φ md
= 2 dx + U [φ(xµ )] = 2 E[φ(xµ )], (2.5.8)
γd 2 ∂xµ γd

y de igual manera para T̃ [·], esto es, T̃ [ψ(yµ )] = (md /γd2 )T [φ(xµ )] Aplicando la
ecuación de Euler-Lagrange sobre (2.5.7), obtenemos la siguiente ecuación de campo

∂U
∂t2 φ − ∂x2 φ = − . (2.5.9)
∂φ

La versión estacionaria de esta ecuación de campo (2.5.9) vendría dada de la siguiente


forma, la cual gobierna la forma de los campos kink o solitón:

∂U
∂x2 φ = (2.5.10)
∂φ

A continuación, con la teoría reformulada, resumimos las nociones más importan-


tes que hemos estudiado hasta ahora, de cara a recopilar toda la información que
utilizaremos para la cuantización y deducción de una expresión para correcciones
cuánticas de la energía del campo kink. La justificación de estas ideas ya ha sido
dada en este trabajo.

1. Manejamos un espacio de configuración dado por D = {φ ∈ Maps(R, R) :


E[φ] < ∞}, como espacio normado con norma dada por la energía E[·]. Nótese
que ya se particulariza el espacio vectorial V = R.
2.5. REFORMULACIÓN DE LA TEORÍA. RESUMEN 51

2. Si el funcional de autointeracción de la teoría es un polinomio de grado a los


sumo 2, entonces (2.5.9) es una EDO lineal. De cara a tener una ecuación de
campo no lineal, lidiamos con funcionales U que toman, o bien la forma de
un polinomio cuártico (φ4 ), o bien está dado a partir de una función trigo-
nométrica (sine-Gordon). Además, imponemos U (φ) ≥ 0 para todo φ ∈ R, y
U (·) ∈ C 2 (R).

3. El contenido topológico de la teoría está determinado por su variedad de ceros,

M = {φv ∈ R : U [φv ] = 0}, (2.5.11)

sobre lo que asumimos, como así será en los modelos que nosotros estudiamos,
que el cardinal de M es a lo sumo infinito numerable, i.e., |M | ≤ ℵ0 .

4. Las condiciones iniciales de todas las configuraciones φ ∈ D satisfacen las


siguientes relaciones

lı́m φ(x) ∈ M, lı́m ∂x φ(x) = 0, (2.5.12)


x→±∞ x→±∞

lo que determina la familia entera de soluciones homogéneas y estacionarias


de la teoría. Afirmábamos que, por finitud del funcional E[·], o equivalente-
mente por conservación de la energía, la condiciones (2.5.12) necesariamente
se cumplen, para todo elemento de D.

5. En nuestra teoría, asumimos la existencia de un grupo discreto G de sime-


tría. Éste escinde la variedad de vacío M en una unión disjunta de órbitas
expresadas en términos de los grupos pequeños Ga , a = 0, . . . , r, de la forma

M = ∪ra=0 G/Ga . (2.5.13)

También, la topología de la teoría puede ser correctamente ilustrada si cono-


cemos la variedad de moduli de vacío

N = M/G. (2.5.14)

Ésta nos da las clases de puntos de vacío conectados entre sí por G. Nosotros
nos restringimos a teorías con variedades N unipuntuales, lo que simplifica el
estudio a sectores de vacío conectados por transformaciones del grupo discreto
G.

6. Denotando por H al único grupo pequeño de la teoría, que es subgrupo normal


de G, sabemos que M y G/H son isomorfos, lo que nos permite identificar los
puntos de vacío con los cogrupos del grupo cociente G/H.

7. Existe una biyección entre las componentes conexas de D y el grupo de ho-


motopía π1 (G/H), es decir, entre las componentes conexas que inducen una
partición de D, y las clases de homotopía de π1 (M ). La correspondencia bi-
unívoca viene dada por

Di ←→ [φ(±∞)] ∈ π1 (G/H) ∼
= π1 (M ). (2.5.15)
52 CAPÍTULO 2. ENERGÍAS CLÁSICAS. MODELOS φ4 Y SINE-GORDON

Esto determina la naturaleza topológica implícita, en términos homotópicos y


de conexión, del espacio D. Éste se puede escribir como

D = ∪ij Cij , (2.5.16)

con Cij la componente conexa que contiene a los elementos φ(i) , φ(j) ∈ M
asintóticamente, i.e., Cij es la componente conexa de las configuraciones φ ∈ D
que satisfacen

lı́m φ(x) = φ(i) ∈ M


x→−∞

lı́m φ(x) = φ(j) ∈ M. (2.5.17)


x→∞

Las condiciones φ(i) = φ(j) o φ(i) 6= φ(j) determinan la naturaleza de vacío o


de kink de la configuración de D, respectivamente.

8. La evolución temporal es una transformación homotópica (i.e., transforma


aplicaciones continuas φ ∈ D entre las topología usuales de R). Esto significa,
por la partición de D en las componentes conexas anteriores, que las condicio-
nes asintóticas de una configuración dada no cambian en el tiempo. Esto es lo
que quiere decir que los sectores topológicos o componentes conexas Cij están
topológicamente desconectados, en un contexto homotópico.

9. El punto anterior tiene una gran consecuencia: los puntos de vacío φv ∈ M


pertenecen a los sectores Cii , para todo i = 0, . . . , r.

10. También en relación al mismo punto, se da sentido a la terminología de solu-


ción topológica cuando hablamos de kinks. Necesariamente, los sectores Ci,i+1
no pueden contener soluciones estáticas y homogéneas de (2.5.9), sino que ne-
cesariamente han de depender explícitamente de la posición, de cara a conectar
puntos de vacío diferentes.

2.6. Formalización de la teoría de sine-Gordon


Particularizamos dicha reformulación sobre el modelo de sine-Gordon, de cara a
obtener campos y coordenadas locales adimensionales.
1. Consideramos m2d = m2 y γd2 = λ/m2 a partir de las constantes dadas de la
teoría en la densidad lagrangiana (1.1.10).

2. Con las constantes dimensionales anteriores, se tiene φ = λψ/m, y tenemos
la autointeracción dada como sigue
λ
U [φ] = Ũ [ψ] = 1 − cos(φ). (2.6.1)
m4
De esta forma, la densidad lagrangiana viene dada como
1
L = (∂µ φ)2 − (1 − cos(φ)). (2.6.2)
2
2.7. FORMALIZACIÓN DE LA TEORÍA φ4 53

3. La variedad de ceros de la teoría es M = {φ(n) = 2πn : n ∈ Z}. Nótese que


ahora se tiene |M | = ℵ0 .
4. Observando la densidad lagrangiana, es inmediato ver que el grupo discreto
G = Z2 × Z es un grupo de simetría de la teoría, generado por las reflexiones
de campos φ 7→ −φ, y por las traslaciones de campos φ 7→ φ + 2πn, para todo
n ∈ Z. Este grupo es el llamado grupo diédrico o diedral infinito, que puede
ser visto como el grupo de simetrías de los enteros.
5. De nuevo, el grupo pequeño sobre todos lo elementos de M es el mismo. De-
notando a este por G0 , tenemos que G0 = Z2 . Así, afirmamos que M ∼
= G/G0 .
6. La variedad de moduli de vacío es unipuntual, ya que la acción de G sobre
los elementos de M es transitiva, es decir, dados dos elementos cualesquiera
φ(1) y φ(2) de M , siempre existe al menos un g ∈ G tal que φ1 = gφ2 . De esta
forma, podemos representar dicha variedad como N = M/G = {φ(0) }, y se
puede tomar como φ(0) = 0, por comodidad. Esto quiere decir que todos los
puntos de vacío de M pueden ser conectados por G.
7. En el sector topológico Ci,i+1 , la solución del campo kink, obtenida a partir
de la solución conocida en la teoría sin reformular a través de las relaciones
(2.5.5), es de la forma
φk (x) = ±4arctan(ex−x0 ) + 2πn, (2.6.3)
donde se ha denotado ahora a la constante de integración como x0 ∈ R. Nótese
que hemos añadido un término 2πn a la solución clásica reformulada. Esto se
debe a que, por las transformaciones de G que conectan puntos de vacío en
términos de elementos de Z, basta tomar una solución solitón arbitraria en un
sector Cij con i, j consecutivos, e ir añadiéndole el término 2πn correspondien-
te, en función de en qué sector nos queramos quedar.
8. La función de energía característica de Hamilton es, salvo constante de inte-
gración
Z Z  
φ
. (2.6.4)
p p
W (φ) = ± dφ 2U (φ) = ± dφ 2(1 − cos(φ)) = ±4 cos
2
Por lo tanto, la energía en reposo del kink clásico de sine-Gordon se puede
calcular a partir de la diferencia de estos valores entre sectores contiguos como
sigue
 (n+1)   (n) 
φ φ
E[φk ] = W (φ (n+1) (n)
) − W (φ ) = 4 cos − cos = 8. (2.6.5)
2 2

2.7. Formalización de la teoría φ4


En este apartado, resumimos los aspectos clásicos de este modelo, al hilo de todo
el desarrollo topológico y algebraico de apartados anteriores, ya en términos de la
teoría reformulada con variables y campos adimensionales.
54 CAPÍTULO 2. ENERGÍAS CLÁSICAS. MODELOS φ4 Y SINE-GORDON

1. A partir de las constantes conocidas de la teoría dada en apartados anteriores,


definimos md = m2 /2, y γd2 = λ/m2 , con las dimensiones conocidas.

2. Tenemos una autointeracción de la forma U [φ] = 12 (φ2 − 1)2 . De esta forma,


la densidad lagrangiana de la teoría es
1 1
L= (∂µ φ)2 − (φ2 − 1)2 . (2.7.1)
2 2

3. La variedad de ceros de la teoría es M = {(−1)j : j = 0, 1}.

4. El grupo discreto de simetría de la teoría es G =< φ 7→ φ, φ 7→ −φ >, i.e., es el


grupo generado por las transformaciones identidad y reflexión sobre elementos
de D, las cuales dejan invariante la densidad lagrangiana de la teoría. Este
grupo es isomorfo al grupo multiplicativo Z2 .

5. Podemos expresar la variedad de ceros en términos de las órbitas de G. Nótese


que este grupo solo tiene un grupo pequeño, al que denotamos por G0 , sobre
cada uno de los puntos de vacío, que es el grupo trivial G0 = {id}, formado
únicamente por el elemento neutro, i.e., por la transformación identidad.

6. El grupo de homotopía del grupo cociente G/G0 , con G0 el único grupo pe-
queño, es π1 (M ) ∼
= π1 (G/G0 ) = Z2 .

7. La variedad de moduli del vacío de esta teoría es otra vez unipuntual, por la
transitividad de la acción de G sobre M . Esto nos da N = M/G = {φ(0) }, i.e.,
una única clase en M/G con un representante arbitrario, que se puede tomar
como φ(0) = 0, por comodidad.

8. Utilizando la expresión conocida (2.3.10) del campo kink con la teoría no


reformulada, al que denotamos por ψk (y), es inmediato que
√ !   
λ m m −1
φk (x) = γd ψk (y) = ± √ tanh √ md (x − x0 )
m λ 2
√ !
m 2
= ±tanh √ (x − x0 ) = ±tanh(x − x0 ). (2.7.2)
2 m

9. La función de energía característica de Hamilton (2.2.2) en este caso particular


es como sigue, salvo constante de integración
Z p Z p
W (φ) = ± dφ 2U (φ) = ± dφ (φ2 − 1)2
Z  3 
φ
2
= ± dφ(φ − 1) = ± −φ . (2.7.3)
3

Por lo tanto, la energía clásica del kink, esto es, la masa en reposo de dicha
partícula clásica entendida como objeto extenso, viene dada por esta última
2.7. FORMALIZACIÓN DE LA TEORÍA φ4 55

función W (φ) entre las dos condiciones de contorno diferentes que aporta el
M de esta teoría, es decir

φ3
   3 
(i+1) i φ
E[φk ] = W (φ ) − W (φ ) = −φ − −φ
3 φ=1 3 φ=−1

2 2 4
= − − = . (2.7.4)
3 3 3

Con todo ello, expresadas en términos de campos y variables espacio-temporales


adimensionales, hemos desarrollado el fundamento teórico de los kinks que afloran
en nuestros dos modelos, sin perder nunca de vista la topología de D, ni los va-
lores asintóticos como elementos de M . También, conocemos las formas explícitas
de dichas soluciones kink. Con todas estas ideas, estamos en condiciones de tratar
la construcción de la teoría cuántica, sobre dichas soluciones y sobre los puntos de
vacío, que nos dará las correcciones de masa hasta primer orden en ~.
56 CAPÍTULO 2. ENERGÍAS CLÁSICAS. MODELOS φ4 Y SINE-GORDON
Capítulo 3

Correcciones de masa al orden de


un lazo

En este capítulo, desarrollamos la teoría de perturbaciones sobre los dos tipos de


soluciones estacionarias estudiadas: puntos de vacío y kinks. Con ella, calculamos las
relaciones de dispersión que satisfacen las fluctuaciones en cada uno de estos sectores
topológicos. El objetivo último es el de presentar correcciones cuánticas al orden de
un lazo de las masas clásicas de los kinks de sine-Gordon y φ4 . Hasta entonces, será
necesaria la cuantización canónica de los campos de fluctuación involucrados, así
como el tratamiento de determinadas ecuaciones de Schrödinger unidimensionales
con potenciales de Pöschl-Teller.

3.1. Fluctuaciones cuánticas al orden de un lazo


Presentamos ahora la formulación de los problemas espectrales que nos dan las
fluctuaciones cuánticas alrededor de soluciones estables de tipo vacío y de tipo kink.
Estas fluctuaciones, una vez cuantizadas, nos dan las energías de Casimir que busca-
mos, para después regularizarlas y renormalizar la masa, pasando por la correspon-
diente resolución de ecuaciones diferenciales con operadores de Sturm-Liouville. Este
apartado formaliza la forma analítica que toma el proceso de perturbar soluciones
estables conocidas.

3.1.1. Oscilaciones semiclásicas alrededor de una solución


estable
Ya reformulados, nuestros funcionales acción, energía y energía cinética son
Z "  2 #
1 ∂φ
S[φ] = d2 x − U [φ] ,
2 ∂xµ
"   #
Z 2
1 ∂φ
E[φ] = dx + U [φ(xµ )] ,
2 ∂x
"  #
Z 2
1 ∂φ
T [φ] = dx . (3.1.1)
2 ∂t

57
58 CAPÍTULO 3. CORRECCIONES DE MASA AL ORDEN DE UN LAZO

Consideramos una solución estable φs (x) de nuestra teoría, i.e., una solución es-
tacionaria de D tal que, en un entorno de ésta, el resultado de perturbarla bajo
fluctuaciones η(t, x) siga siendo solución de la ecuación de campo (2.5.9). El subín-
dice s se refiere a su condición de solución estable. Las frecuencias de los modos que
nos dan un sistema completo de soluciones de las ecuaciones espectrales que deter-
minan las fluctuaciones, son reales. Este último hecho se sigue de que, como vimos
en el estudio de la estabilidad de estas soluciones a partir de la ecuación (1.8.3),
aquellos autovalores frecuencia tienen cuadrado positivo, es decir, son reales. En
otras palabras, y esto se verá con completa naturalidad en el desarrollo que sigue,
los autovalores de los factores espaciales de estos modos, con respecto a un cierto
tipo de operadores diferenciales Hessianos, son positivos.
De este modo, perturbamos estas configuraciones estables, y nos quedamos con los
campos φ(t, x) = φs (x) + η(t, x), con η los campos fluctuación. Desarrollamos los
funcionales energía y energía cinética hasta orden dos en η, de forma que
Z  2  !
1 md ∂ U
dxη(x) −∂x2 + η(x) + O η 3 ,

E [φS (x) + η(t, x)] ' E [φS (x)] + 2 2
2 γd ∂φ φS
Z
1 md
dx (∂0 η(x))2 + O η 3 ,

T [φS (x) + η(x)] '
2 γd2
donde se ha utilizado la condición necesaria de mínimo local de φs sobre E, así como
su condición estacionaria. Truncar en los términos de orden 2 es lo que se llama
aproximar al orden un lazo.
Estas aproximaciones nos dan las siguientes ecuaciones de campo sobre las fluctua-
ciones η(t, x):
∂t2 η(t, x) − K̂η(t, x) = 0, (3.1.2)
con K̂ el llamado operador de segunda variación de E en φs , dada por
 2 
∂ U
2
K̂ ≡ −∂x + . (3.1.3)
∂φ2 φs (x)

Por la estabilidad de φs (x), K̂ tiene valores propios no negativos. Entonces, para


ciertos valores w ∈ R, podemos escribir el problema espectral en términos de K̂
como
K̂fw (x) = w2 fw (x), (3.1.4)
con fw (x) los factores espaciales de una familia completa de soluciones de (3.1.2). De
hecho, dada la linealidad de estas ecuaciones de campo espectrales, y por completitud
de la familia {gw (t)fw (x)} (la llamada familia de modos normales de fluctuación en
el vacío) sobre el espacio de estas soluciones, podemos escribir las fluctuaciones como
sigue
(3.1.5)
X
η(t, x) = (Aw gw (t)fw (x) + A∗w gw∗ (t)fw∗ (x)) ,
w∈Spec(K̂)

donde la imposición de que η toma valores reales es lo que hace que desarrollemos
la suma en pares de términos conjugados. Los gw (t) son funciones gw : R → C, al
igual que fw (x).
3.1. FLUCTUACIONES CUÁNTICAS AL ORDEN DE UN LAZO 59

Cada término por separado de la suma (3.1.5) verifica las ecuaciones de campo
linealizadas (3.1.2), y como las funciones fw : R → C son propias de K̂ con valores
propios w2 , se sigue que
∂t2 gw + w2 gw = 0. (3.1.6)
Es bien sabido que un√sistema completo de soluciones de (3.1.6) viene dado por las
funciones gw (t) = (1/ 2w)e−iwt , con lo que la fluctuación se expresa como
1
(3.1.7)
X
Aw e−iwt fw (x) + A∗w eiwt (t)fw∗ (x) .

η(t, x) = √
2w
w∈Spec(K̂ 1/2 )

Llegados a este punto, aplicamos el método estándar de cuantización canónica. Para


ello, restringimos el sistema a un intervalo finito [−L/2, L/2] con L > 0 una longitud
sobre el espacio-tiempo original, i.e., con dimensiones de longitud. Para adaptarlo a
nuestra teoría reformulada, restringimos el sistema, ahora sobre las variables espacio-
temporales adimensionales, a un intervalo finito [−l/2, l/2], con l = md L.
Imponemos periodicidad, con período l, sobre las funciones propias de K̂, fw (x). A
través de la correspondiente transformada inversa de Fourier, se tiene
Z
1
fw (x) = fˆw (k)eikx dk

Z
1
fw (x + l) = fˆw (k)eik(x+l) eiδ(k) dk, (3.1.8)

donde se ha añadido un desfase δ(k) sobre la autofunción trasladada fw (x + l),


pues estamos tratando con completa generalidad estados ligados, semiligados y de
scattering, luego no hay ninguna garantía de que dicho desfase sea nulo. Como
fw (x) = fw (x + l), se sigue que

ei(kl+δ(k)) = 1 =⇒ kl + δ(k) = 2πn, n ∈ Z, w = w(k). (3.1.9)

Esta imposición de intervalo finito y periodicidad discretiza el operador K̂, y apor-


ta una densidad espectral ρK̂ (k) = ∂k n(k). Estamos denotando por k a uno de los
números de onda de este modo, en este sector topológico. Con los desarrollos que
siguen, se verá que este terminología adquiere sentido.
Añadimos constantes de normalización sobre los modos, cuya cálculo es el están-
dar para estas situaciones en que se introducen sistemas linealizados con sistemas
completos {gw (t)fw (x)}, en intervalos finitos [−l/2, l/2] (véase [29]). Con ello, las
fluctuaciones resultan de la forma
 4 1/2 X
~γd 1
A(k)e−iw(k)t fk (x) + A(k)∗ eiw(k)t fk∗ (x) , (3.1.10)

η(t, x) = p
md l k
2w(k)

con γd y md las constantes características de la teoría.


Siguiendo el procedimiento estándar de cuantización canónica sobre estos campos, ya
desarrollados en términos de modos de Fourier, uno podría pensar que bastaría con
cuantizar los coeficientes A(k)∗ y A(k) como operadores de creación y aniquilación
de estados de momento k en el espacio de Fock (ver apéndice A). No obstante, en
60 CAPÍTULO 3. CORRECCIONES DE MASA AL ORDEN DE UN LAZO

este paso es pertinente hacer el siguiente comentario. Hay ciertos valores propios del
espectro Spec(K̂) que no se han tenido en cuenta en el desarrollo anterior: dada φs (x)
una solución estable, el operador de segunda variación de la energía K̂ siempre tiene,
en estos sistemas, núcleo no trivial. En otras palabras, existen autovalores nulos,
sobre los que los modos de Fourier anteriores no están bien definidos, ya que estos
modos nulos hacen que la expresión (3.1.10) diverja. Sin embargo, las diferencias
de energías de punto cero que vamos a manejar vienen dadas, hasta el orden de un
lazo, como sumas infinitas de los términos estándar de energía de punto cero de un
oscilador armónico, ~w, por tratar con sistemas cuantizados que son colectividades
de infinitos osciladores desacoplados. Este sencillo argumento justifica la omisión de
los modos nulos en los desarrollos generales de campos fluctuación, como (3.1.10).
De hecho, no es difícil probar que dicho operador siempre tiene núcleo no trivial en
sistemas con ecuación de campo (2.5.9). Lo enunciamos y probamos en el lema que
sigue.

Lema 3.1.1. Sea φs (x) una configuración de campo estable para la teoría dada. Sea
también K̂ el operador de segunda variación de E en φs , dada por (3.1.3). Entonces,
dicho operador K̂ tiene un núcleo no trivial unidimensional. Además, la autofunción
de valor propio nulo será proporcional a

η0 = ∂x φs (x). (3.1.11)

Demostración. Supongamos que φs es una solución estable de la teoría. En particu-


lar, satisface la siguiente ecuación de campo
∂U
∂x2 φ(x) = . (3.1.12)
∂φ
Basta derivar con respecto a x en la última expresión, así como aplicar la regla de
la cadena, para deducir que
K̂η0 = 0, (3.1.13)
con η0 = ∂x φs , como se quería demostrar.
A continuación, particularizamos este procedimiento semiclásico en los sectores
de vacío y de kink.

3.1.2. Fluctuaciones cuánticas de vacío


Escogemos un punto de vacío φv ∈ M y aplicamos sobre él pequeñas fluctuacio-
nes, resultando un campo de la forma φ(t, x) = φv + η(t, x). Por la ecuación (3.1.2),
e introduciendo la O de Landau para clarificar el orden hasta el que desarrollamos el
funcional acción S[·], que después omitiremos, se sigue que los términos cuadráticos
de S[·] en η, cuya diagonalización nos da las fluctuaciones buscadas, son
Z Z "  2  ! #
1 1 ∂ U
Sc [φv + η(t, x)] = d2 x (∂t η)2 + η ∂x2 − η + O(η 3 ),
2 2 ∂φ2 φv
3.1. FLUCTUACIONES CUÁNTICAS AL ORDEN DE UN LAZO 61

donde el subíndice c hace referencia a que estos desarrollos en potencias de η están


enmarcados en un contexto clásico, con Sc como funcional definido sobre un espacio
de elementos que, a priori, son funciones y no operadores. Integrando por partes, se
tiene que
Z Z Z Z Z
2 1 2 1 1
d x (∂t η) = dxη(∂t η)|∂R − d2 x(∂t2 η)η
2 2 R 2
Z Z
1
=− d2 x(∂t2 η)η,
2
donde se ha usado que lı́mt→±∞ η(t, x) = 0. Este comportamiento asintótico de las
perturbaciones es necesario por la estabilidad de φv . Entonces,
Z Z "  2  #
1 1 1 ∂ U
Sc [φv + η(t, x)] = d2 x − η(∂t2 η) + η(∂x2 η) − η η + O(η 3 ).
2 2 2 ∂φ2 φv
(3.1.14)
Por lo tanto, la ecuación de campo linealizada que satisface η es
"  2  #
∂ U
∂t2 − ∂x2 + 2
η + O(η 2 ) = 0, (3.1.15)
∂φ φv

donde se suele denotar


∂ 2U
 
= v 2 ∈ R+ , (3.1.16)
∂φ2 φv

lo cual es no negativo por ser φv un mínimo relativo de U (·).


Las soluciones de (3.1.15) se expresan con un sistema completo de soluciones, cons-
tituido por lo que hemos venido llamando modos normales de fluctuación de vacío,
que son, como ya se probó en el desarrollo general,

ηk (t, x) = fk (x)eiw(k)t .

Las funciones fk (x) son funciones propias del operador segunda variación de la ener-
gía en el vacío, K̂0 , dada por

K̂0 fk (x) = (−∂x2 + v 2 )fk (x) = w(k)2 fk (x). (3.1.17)

Análogamente al desarrollo del apartado anterior, un sistema completo de la anterior


ecuación viene dado por fk (x) = eikx , con los k distribuidos tal y como determine el
espectro Spec(K̂0 ).
De esta forma, como fk (x) es función propia de K̂0 con autovalor w(k)2 , sustituyendo
estos modos ηk (t, x) en (3.1.15) se tiene que

(∂t2 − ∂x2 + v 2 )ηk (t, x) = 0


=⇒ −w(k)2 + k 2 + v 2 = 0 =⇒ w(k)2 = k 2 + v 2 . (3.1.18)

Como ya hicimos para oscilaciones en torno a una solución estable arbitraria, ubi-
camos el sistema en un intervalo finito [−l/2, l/2], recordando que en la teoría re-
formulada es tal que l = md L, con L el valor con unidades de longitud. Imponemos
62 CAPÍTULO 3. CORRECCIONES DE MASA AL ORDEN DE UN LAZO

las condiciones periódicas fk (−l/2) = fk (l/2), así como fk0 (−l/2) = fk0 (l/2). Es-
to nos permite escribir (3.1.17) como el siguiente problema de Sturm-Liouville con
condiciones frontera no separadas:

fk00 (x) + (w(k)2 − v 2 )fk (x) = 0, x ∈ [−l/2, l/2],


fk (−l/2) = fk (l/2),
fk0 (−l/2) = fk0 (l/2). (3.1.19)

Sin entrar en mucho detalle, desarrollamos la solución de este problema de EDOs


estándar. Tenemos tres casos:

1. w(k)2 − v 2 < 0 (i.e.,


p w(k) < v ).
2 2

Denotamos k = v 2 − w(k)2 ∈ R, con signo positivo. Entonces, podemos


expresar la solución general en [−l/2, l/2] como

f (x) = c1 ekx + c2 e−kx , (3.1.20)

con c1 , c2 ∈ C constantes.
Imponiendo las condiciones de periodicidad, se sigue que

f (l/2) = f (−l/2) =⇒ c1 [ekl/2 − e−kl/2 ] = c2 [ekl/2 − e−kl/2 ],


f 0 (l/2) = f 0 (−l/2) =⇒ c1 k[ekl/2 − e−kl/2 ] = c2 k[e−kl/2 − ekl/2 ]. (3.1.21)

Denotando γ = ekl/2 − e−kl/2 , que es no nulo, se tiene el siguiente sistema



 γc1 − γc2 = 0
(3.1.22)
kγc1 + kγc2 = 0.

Para que haya solución no trivial, debemos tener

γ −γ
= 2k(ekl/2 − e−kl/2 )2 = 0, (3.1.23)
kγ kγ

lo cual no es cierto, pues la expresión entre corchetes nunca se anula, al ser


k, γ 6= 0. Entonces, no hay solución no trivial para el caso w(k)2 − v 2 < 0.

2. w(k)2 − v 2 = 0 (i.e., w(k)2 = v 2 ).


En este caso, la solución general es de la forma f (x) = c1 + c2 x, con c1 , c2 ∈ C
constantes. Las condiciones de periodicidad implican que

c1 + c2 (l/2) = c1 − c2 (l/2).

Entonces, c2 = 0, con lo que tenemos un sistema completo de solucion unidi-


mensional dado por
∨ {1}, (3.1.24)
con autovalor w(k)2 = v 2 .
3.1. FLUCTUACIONES CUÁNTICAS AL ORDEN DE UN LAZO 63

3. w(k)2 − v 2 > 0 (i.e., w(k)2 > v 2 ).


La solución general viene dada por

f (x) = c1 cos(kx) + c2 sin(kx), (3.1.25)

con c1 , c2 ∈ C constantes. Aplicando las condiciones de periodicidad, llegamos


a una expresión de la siguiente forma
 
lk 2πn
sin = 0 =⇒ kn = , n ∈ Z. (3.1.26)
2 l

Esto induce un sistema completo de soluciones dado por


    
2nπx 2nπx
S = sin , cos , (3.1.27)
l l n∈Z

ahora infinito numerable. Los autovalores vienen dados por

wn2 = v 2 + (4n2 π 2 /l2 ) ≥ v 2 , (3.1.28)

para todo n ∈ Z.

Con todo ello, tenemos el siguiente espectro discreto Specd (K̂0 ) con el sistema loca-
lizado en [−l/2, l/2] y con las condiciones periódicas anteriores,

4n2 π 2
Specd (K̂0 ) = {v 2 } ∪ {v 2 + }n∈Z . (3.1.29)
l2

La funciones propias de K̂0 en este√ sector, con el sistema en [−l/2, l/2], añadiendo
una constante de normalización 1/ l al estar manejando un sistema completo de
soluciones en L2 [−l/2, l/2], son de la forma
1
fk (x) = √ eikx .
l
La estaticidad del término potencial v 2 de la ecuación de Schrödinger dada en
(3.1.19) implica un desfasaje nulo de los autoestados de scattering fk (x) para los
que w(k)2 > v 2 .
Antes de pasar a la expresión general de las fluctuaciones en [−l/2, l/2], tratamos
el paso del espectro discreto de estados de scattering al espectro continuo de estos
mismos estados. Para ello, tomamos el límite l → ∞, y llegamos a un espectro con-
tinuo bajo la condición w(k)2 > v 2 de la forma {v 2 + k 2 : k ∈ R}.
De esta manera, el espectro completo del operador de segunda variación de nuestras
teorías en el sector de vacío, ahora en el espacio R, es

Spec(K̂0 ) = {v 2 } ∪ {v 2 + k 2 }k∈R . (3.1.30)

Así pues, en este sector, tenemos un espectro con un estado semiligado con autovalor
localizado en el propio v 2 (más adelante se entenderá esta terminología), y con una
familia infinita no numerable de autoestados de scattering con autovalor w(k)2 > v 2 .
64 CAPÍTULO 3. CORRECCIONES DE MASA AL ORDEN DE UN LAZO

Es decir, los modos normales de fluctuación de vacío vienen dados como una familia
de ondas planas monocromáticas, con la anomalía situada en el caso w(k)2 = v 2 .
Volviendo al sistema en [−l/2, l/2], la solución general de (3.1.15) en el sector topo-
lógico de vacío es una serie de Fourier como sigue
 4 1/2
~γd X 1
A(k)e−iw(k)t eikx + A(k)∗ eiw(k)t e−ikx ,

η(t, x) = p
md l 1/2
2w(k)
w(k)∈Spec(K̂0 )
(3.1.31)
dada como una combinación lineal infinita de estados libres independientes, don-
de cada uno de ellos se formaliza como una onda plana monocromática. La única
diferencia de esta teoría en el sector de vacío con respecto a la teoría libre de Klein-
Gordon (ver capítulo 3 de [29]), aunque fundamental, es el espectro sobre el que
damos los autovalores w(k) de los operadores K̂0 , determinado por K̂0 = −∂x2 + v 2 .
1/2

Como ya se mencionó en el caso más general, por el método estándar de cuantiza-


ción canónica, los coeficientes de Fourier A∗ (k) y A(k) se convierten en operadores
de creación y aniquilación A† (k) y A(k), uno el adjunto del otro, de mesones en el
vacío, como partículas fundamentales de espín 0. Esto nos sugiere la definición de
N (k) = A† (k)A(k) como el operador adimensional número de ocupación, siguiendo
la línea estándar de la teoría de estados coherentes de la mecánica cuántica no rela-
tivista.
De esta forma, la corrección al orden de un lazo de la energía de vacío es la energía
dada cuando todos los autoestados del operador de fluctuación, η̂, están desocupados
en el sector topológico de vacío, es decir,
N
!
md ~md
(3.1.32)
X
∆Ẽ0 [ψv ] = 2 ∆E0 [φv ] = lı́m w(kn ) .
γd 2 N →∞
n=−N

Probemos esta igualdad (3.1.32). Para ello, resumimos el formalismo de la cuanti-


zación canónica que hemos mencionado anteriormente. Note el lector que no entra-
remos en los detalles de la teoría de distribuciones que nos permite desarrollar estas
teorías por esta vía.
Consideremos una configuración φ ∈ D, con su momento conjugado
∂L
π(t, x) = = φ̇(t, x), (3.1.33)
∂ φ̇
donde φ̇ es la derivada temporal del campo φ.
Por la correspondiente transformada de Legendre, tenemos el siguiente Hamiltoniano
no reescalado Z  
md
H= 2 2
dxπ(t, x) + E[φ] . (3.1.34)
2γd
El campo φ y su momento conjugado π pasan a ser operadores φ̃ y π̃ que actúan
sobre L2 (D), de la forma
φ̃θ[Φ(x), t] = φ(x)θ[Φ(x), t],
i~γ 4 δθ[Φ(x), t]
π̃θ[Φ(x), t] = − d , (3.1.35)
md δφ(x)
3.1. FLUCTUACIONES CUÁNTICAS AL ORDEN DE UN LAZO 65

lo que induce la siguiente regla de conmutación, dependiente de las constantes di-


mensionales de la teoría, así como del instante t que hemos añadido como argumento
por coherencia
i~γ 4
[φ̃(x, t), π̃(x0 , t)] = − d δ(x − x0 ), (3.1.36)
md
donde δ : L(D) → C es la distribución delta de Dirac en el x0 ∈ R sobre funciones
f (x), o viceversa.
Observemos la forma de la ecuación diferencial sobre las fluctuaciones η(t, x) en
términos del operador de segunda variación completo, truncando en primer orden
de las potencias de η en (3.1.15):
"  2  #
∂ U
∂t2 − ∂x2 + η = 0. (3.1.37)
∂φ2 φv

Si tomamos v 2 = (∂ 2 U /∂φ2 )φv como la masa al cuadrado, y φ como el campo escalar


bosónico de espín 0 que es, tenemos en (3.1.37) una ecuación del campo libre de
Klein-Gordon. Este último, conceptualmente, consiste en una colectividad infinita
de osciladores armónicos desacoplados. La única diferencia entre este sistema y el
nuestro, como ya se mencionó, es la relación de dispersión dada por w(k)2 = k 2 + v 2
sobre el espectro de K̂0 . Así, partiendo del Hamiltoniano conocido de esta última
teoría, entonces el Hamiltoniano no reescalado que inducen los campos fluctuación
cuantizados viene dado por
 
1
(3.1.38)
X

H̃0 = ~ξd w(k) a(k) a(k) + ,
k
2
con ξd una constante dimensional, que dependerá de las constantes de la teoría, y
que vamos a determinar a continuación. Dada en (3.1.34) la expresión del Hamilto-
niano no cuantizado de la teoría, sabemos que la constante md /γd2 contiene toda la
información dimensional del Hamiltoniano reescalado. Entonces, este último es
 
1
(3.1.39)
X
2 †
(γd /md )H̃0 = H0 = ~w(k) a(k) a(k) + .
k
2

Para deducir (3.1.32), consideramos un estado coherente tal que nk = 0 para todo
momento k, i.e., dada por autoestados en el espacio de Fock propios de N (k) con
autovalor 0, para cualquier k del espectro. Con ello, por la forma que tiene la re-
formulación del Hamiltoniano, así como la del funcional energía, la corrección de la
energía de vacío al orden de un lazo es
md
∆Ẽ0 [ψv ] = 2 ∆E0 [φv ]
γd
N N
md 2 ~w(kn ) ~md
(3.1.40)
X X
= 2 γd lı́m = lı́m w(kn ).
γd N →∞ n=−N 2 2 N →∞ n=−N

Por lo tanto, deshaciendo la transformación de constantes de la teoría,


N
~γd2
(3.1.41)
X
∆E0 [φv ] = lı́m w(kn ).
2 N →∞ n=−N
66 CAPÍTULO 3. CORRECCIONES DE MASA AL ORDEN DE UN LAZO

Situando el sistema en un intervalo finito [−l/2, l/2] con las condiciones de periodi-
cidad pertinentes, para regularizar esta teoría frente a las divergencia de las energías
de punto cero se toma un número de modos de fluctuación de vacío del orden de
N ∈ N0 que, aunque arbitrariamente grande, es finito. Esto se denomina tomar un
cutoff en la energía de los modos de fluctuación. Al final, para volver al sistema
original, tomaremos N → ∞ y l → ∞.
Como los números de onda consecutivos satisfacen la siguiente relación
2nπ
(kn+1 − kn )l = 2π, con kn = . (3.1.42)
l
entonces, la densidad de estados en el espacio de momentos viene dada por la ex-
presión ρ0 (k) = ρ0 = l/2π.
Regularizada la teoría en este sector, retomamos l → ∞, N → ∞. Por las pertinentes
sumas de Riemann, se tiene la siguiente relación a partir de (3.1.41),
Z ∞
~γd2

v
∆E0 [φv ] = dkρ0 (k)w(k) +
2 −∞ 2

2
 Z ∞ 
~γ l v
= d dk k 2 + v 2 + . (3.1.43)
2 2π −∞ 2

Note el lector que se ha añadido a la energía anterior un término ~γd2 v/4. Éste se
corresponde con el llamado autoestado semiligado de la teoría, que aflora cuando
l → ∞, y cuyo origen está en el valor wb = v en la suma de (3.1.41), correspondiente
a un estado propio de K̂0 constante, y al caso w(k)2 = v 2 de la resolución de (3.1.19).
Más adelante se entrará en la interpretación de este tipo de autoestados.
Este autoestado semiligado de la teoría, que siempre aflora, como hemos visto, en
el sector de vacío, también lo puede hacer en el sector de kink. Es un autoestado
diferente del estado wk=0 = v, i.e., del umbral del espectro continuo. El factor
1/2 multiplicando al valor w = v procede del llamado teorema de Levinson en
una dimensión [30]. Más adelante, también, entraremos en el detalle de este último
resultado.
Bajo el límite l → ∞ es conveniente tomar una compleción del espacio de Hilbert
L2 (R) a L (R), de tal forma que tengamos pertenencia en este último de las ondas
2

planas monocromáticas f (x) = eikx .

3.1.3. Fluctuaciones cuánticas de kink


Repetimos un razonamiento análogo al del sector de vacío, pero ahora con fluc-
tuaciones sobre las soluciones estables de tipo kink o solitón, φs (x) = φk (x).
En las dos teorías que estudiamos en este trabajo, así como en cualquier otra de tipo
bosónico y escalar, podemos escindir el Hessiano de la autointeracción como sigue
 2 
∂ U
2
= v 2 + V (x), (3.1.44)
∂φ φk (x)

añadiendo un término dependiente de la variable espacial x que induce un desfasaje


sobre los autoestados de fluctuación de scattering de la teoría.
3.1. FLUCTUACIONES CUÁNTICAS AL ORDEN DE UN LAZO 67

Esto nos deja la siguiente ecuación de campo, ahora como ecuación de ondas con un
nuevo término no estático,

(3.1.45)
 2
∂t − ∂x2 + (v 2 + V (x)) η(t, x) + O(η 2 ) = 0.


Se sabe que un sistema completo de soluciones de (3.1.45) viene dada por las expre-
siones generales ηq (t, x) = eiw(q)t fq (x), los cuales nos dan los modos normales de las
fluctuaciones alrededor del kink. El factor espacial de estos modos está determinado
por el problema espectral expresado en términos del siguiente operador de segunda
variación de la energía
K̂ = −∂x2 + v 2 + V (x). (3.1.46)
Recordemos, que bajo x → ±∞, las soluciones de tipo kink tienden a puntos de
vacío, i.e., a elementos de la variedad M de la teoría. Además, imponemos la siguiente
condición:  2   2 
∂ U ∂ U
2
2
=v = , (3.1.47)
∂φ φ(i) (x) ∂φ2 φ(i+1) (x)
con φ(i+1) y φ(i) puntos de vacío consecutivos del modelo. Como ya hemos visto, esto
es cierto en las teorías que nosotros estudiamos. La razón de que sí se cumpla para
φ4 y sine-Gordon es que, como ya hemos visto, estos tienen variedad de moduli de
vacío unipuntuales.
No obstante, esta última afirmación no es cierta en general para cualquier teoría
escalar y bosónica, ya que podría ocurrir que v(i+1)
2 2
6= v(i) , con v(i)
2
y v(i+1)
2
los valores
de los Hessianos de U [·] en puntos consecutivos del M de la teoría. Esto último ocurre
cuando la solución kink conecta puntos de vacío pertenecientes a clases distintas del
espacio de moduli de vacío M/G, con G el grupo discreto de simetría de la teoría,
en coherencia con lo anterior.
En otras palabras, en el caso de que se dé la condición asintótica (3.1.47), y con ello
el comportamiento deseado de V (x) para x → ±∞, se cumple la siguiente igualdad

lı́m K̂ = K̂0 , (3.1.48)


x→±∞

donde no debemos perder de vista que K̂0 y K̂ son operadores de distinta índole: el
primer es de tipo Helmholtz, mientras que el segundo es un operador de tipo Schrö-
dinger. Como veremos, la resolución de las ecuaciones espectrales de éste último no
es tan trivial como en el caso de K̂0 . No obstante, el razonamiento será relativamente
similar (sin olvidar la dificultad del término V (x)), pues, como veremos también, la
restricción espacial a [−l/2, l/2] y las condiciones periódicas utilizadas lleva a una
discretización de K̂ en términos de un operador de Sturm-Liouville regular y simétri-
co. Así, en [−l/2, l/2], esto nos permitirá hablar de familias numerables y crecientes
de autovalores de K̂.
Por esta razón, la función V (x) ha de satisfacer las siguientes condiciones:
i) lı́mx→±∞ V (x) = 0.

ii) K̂fq (x) = w(q)2 fq (x).

iii) La relación de dispersión general es w(q)2 = q 2 + v 2 .


68 CAPÍTULO 3. CORRECCIONES DE MASA AL ORDEN DE UN LAZO

La deducción del último punto es exactamente la misma que la del sector de vacío,
esto es, basta sustituir un modo normal ηq (t, x) en (3.1.45) de forma que
∂t − ∂x2 + (v 2 + V (x)) ηq (t, x) = (−w(q)2 + q 2 + v 2 + V (x))ηq (t, x) = 0, (3.1.49)
 2 

luego tomando x → ±∞, se tiene la relación de dispersión enunciada.


Con todo ello, los modos normales de fluctuación en el sector de kink no van a
ser ondas planas monocromáticas, sino ondas dispersivas distorsionadas del caso de
vacío por el kink, a través de V (x). Además, existirán estados ligados del operador
K̂ discretizado, cuyos autovalores permanecerán invariantes frente a l → ∞.
En general, tendremos tres tipos de funciones propias de K̂ cuando tomemos l →
∞, cuya construcción se verá explícitamente más adelante cuando entremos en la
deducción de la fórmula de Dashen-Hasslacher-Neveu (DHN en adelante):
1. Estados de scattering
Los autovalores de esta parte del espectro vienen dados, con el operador dis-
cretizado, como {w(qn )2 = qn2 + v 2 }n∈Z , de lo que es de notar la acotación
inferior por la constante v 2 de nuestras teorías. Bajo l → ∞, este espec-
tro pasa a tener una cardinalidad no numerable sobre los reales, de la forma
{w(q)2 = q 2 + v 2 }q∈R .
El comportamiento asintótico es el de una onda onda plana desfasada por una
función δ(q), con q ∈ R, de la forma
fq (x) ≈ e[iqx+iδ(q)] , x → ±∞, (3.1.50)
donde δ(q) es el desfasaje total inducido por la función V (x) del operador de
Schrödinger.
Con el sistema en [−l/2, l/2], e imponiendo las condiciones periódicas recu-
rrentes sobre las fq (x), se sigue que
Z
1
fq (x) = fˆq (q)eiqx ,
2π R
Z
1
fq (x + l) = fˆq (q)eiδ(q) ei(x+l)q , (3.1.51)
2π R
luego, como fq (x) = fq (x + l), entones ei(δ(q)+ql) = 1, luego tenemos la relación
de dispersión
qn l + δ(qn ) = 2πn, n ∈ Z. (3.1.52)
De esta forma, tenemos la siguiente igualdad para los números de onda discre-
tizados
2πn δ(qn ) δ(qn )
qn = − = kn − , n ∈ Z, (3.1.53)
l l l
donde kn es el número de onda análogo en el sector de vacío. De esto, se sigue
directamente la densidad de autoestados en el espacio de las qn , ya que
(qn+1 − qn )l + (δ(qn+1 − δ(qn )) = 2π, (3.1.54)
lo que implica la densidad de autoestados que sigue
l 1 ∂δ(q)
ρ1 (q) = + , (3.1.55)
2π 2π ∂q
3.1. FLUCTUACIONES CUÁNTICAS AL ORDEN DE UN LAZO 69

es decir, la densidad de estados en el sector de kink es la del sector de vacío


desplazada por un factor que promedia la variación del desfajase sobre la
constante 2π.
2. Estados ligados
Tendremos una familia finita de autoestados sobre x, de la forma

{fw1 (x), . . . , fwb (x)}, (3.1.56)

con b ∈ N el número de nodos de cada configuración propia de K̂, por ser este
último operador de tipo Schrödinger. Estos conforman la parte numerable del
espectro del operador K̂. Recordando que estamos perturbando soluciones es-
tables, los autovalores correspondientes son no negativos, y dada la existencia
de modos nulos bajo cualquier forma del operador segunda variación, los or-
denamos de la forma 0 = w12 < w22 < · · · < wb2 < v 2 . Es de remarcar que este
espectro tiene una cota superior estricta en el valor v 2 de la teoría.
El comportamiento asintótico l → ∞ de estos autoestados viene dada por
las siguientes igualdades, que veremos en los modelos estudiados, aunque se
podrían generalizar sobre toda teoría escalar y bosónica de las aquí tratadas:

lı́m fwi (x) = e(v−wi )x , lı́m fwi (x) = e−(v−wi )x , (3.1.57)


x→−∞ x→∞

lo que confirma una importante característica distintiva de los estados ligados


con respecto a los semiligados: fwi ∈ L2 (R) para todo i ∈ {1, . . . , b}.
3. Estados semiligados
Éstos se dan si wb2 = v 2 , lo que implica la existencia de autoestados propios
de K̂ que son ligados, y a la vez están incluidos en el espectro continuo de
scattering. Un seña de identidad de estos estados, con respecto a los estados
ligados, es que, como se puede apreciar en (3.1.57), no hay ninguna garantía
de que el estado semiligado en cuestión sea de cuadrado integrable.
Como ya se demostró con total generalidad en estas teorías, siempre existen modos
nulos. El análisis anterior nos permite añadir una particularidad del autoestado con
valor propio nulo: el estado de más bajo autovalor w2 es siempre ligado. Esto se
demuestra atendiendo a la ecuación de campo estacionaria (2.5.10), ya que, dada
φk (x) la solución de tipo kink, se sigue que
 2 
∂ U
2
∂x (∂x φk (x)) = · ∂x φk (x), (3.1.58)
∂φ2 φk (x)

sobre lo que ha bastado derivar con respecto de x, y aplicar la regla de la cadena,


como ya se hizo en 3.1.1. Esto prueba que siempre existe una función propia de K̂
con energía nula en el sector de kink, f1 (x) = ∂x φk (x) con w1 = 0, la cual forma
parte del espectro de estados ligados.
La autofunción f1 (x) nos da la parte espacial de una fluctuación propia del problema
espectral general en este sector: el bosón de Goldstone ([31],[32]), el cual no implica
ninguna contribución física. Éste es el resultado de la ruptura espontánea de sime-
tría mediada por el kink y sobre la simetría del sistema con respecto a traslaciones
70 CAPÍTULO 3. CORRECCIONES DE MASA AL ORDEN DE UN LAZO

espaciales del tipo x 7→ x + a, para todo a ∈ R.


Además, en el marcos de nuestras teorías, como solución estable del sector de kink
que es φk (x), ésta ha de ser estrictamente monótona creciente o decreciente, en fun-
ción de su naturaleza de kink o de antikink. Esto implica que f1 (x) = ∂x φk (x) no
puede tener nodos. En virtud de la teoría de operadores no negativos de Schrödinger,
entonces f1 (x) es la autofunción de más baja energía dentro del espacio de solución
del problema espectral K̂fwi (x) = wi2 fwi (x), i.e., describe el estado fundamental de
la teoría.
Así pues, repetimos un razonamiento análogo al que nos llevó, en el sector de vacío,
a una expresión general de las perturbaciones dadas por (3.1.2) y (3.1.4): situamos
el sistema en un intervalo finito [−l/2, l/2], con l = md L para L la longitud di-
mensional; imponemos condiciones √ periódicas con dicho período l, e introducimos
constantes de normalización 1/ l en los fk (x), de forma que
s ( b
~γd4 X 1
η(t, x) = p [Aj e−iwj t + A∗j eiwj t ]fwj (x)
md l j=2 2wj

)
1
A(qn )e−iw(qn )t fqn (x) + A∗ (qn )eiw(qn )t fq∗n (x) , (3.1.59)
X  
+ p
n=−∞ 2w(qn )
donde no se ha considerado el modo cero ya que éste no está incluido en la aproxi-
mación de estas perturbaciones hasta el orden de un lazo. Recordemos que, bajo esta
aproximación, las energías de punto cero de la colectividad de osciladores armónicos
desacoplados en que resulta el sistema cuantizado, dependen de términos ~w, en que
frecuencias nulas w = 0 no contribuyen.
Análogamente al caso de vacío, el estado semiligado posible (w2 = v 2 ) aparece con
l → ∞, cuando la energía del estado ligado de mayor energía coincide con el umbral
de autovalores del espectro continuo, de estados de scattering este último. Por el
teorema de Levinson, se asigna un peso de 1/2 al valor propio de este autoestado
semiligado. Más adelante se justifica este tipo de contribuciones del estado semili-
gado.
De nuevo, por el formalismo estándar de cuantización canónica, tomamos los co-
eficientes de Fourier A(k) y A∗ (k) en (3.1.59) como operadores en L2 (D), y los
denotamos como a(k) y a† (k). Éstos serán operadores de aniquilación y creación de
mesones moviéndose en el sistema con el kink de fondo (scattering), o atrapados en
un pozo de potencial inducido por el propio kink (ligados). Esto permite, otra vez,
la construcción del operador número de ocupación, definido como N (k) = a† (k)a(k),
dado sobre el mismo espacio L2 (D).
Como en el apartado anterior, la corrección de la energía clásica de kink viene dada
en términos de estados no ocupados del espacio de Fock para las fluctuaciones al-
rededor de kink, i.e., de estados coherentes con valores propios nulos de N (k) para
todo k en este sector. Por ello, dicha corrección se da como sigue
N b
!
md ~md
(3.1.60)
X X
∆Ẽ0 [ψk ] = 2 ∆E0 [φk ] = lı́m w(qn ) + wj .
γd 2 N →∞
n=−N j=2

Probemos esta igualdad (3.1.60). Para ello, recordemos la forma del Hamiltoniano
clásico, en términos del campo η y su momento conjugado π, sobre la teoría no
3.1. FLUCTUACIONES CUÁNTICAS AL ORDEN DE UN LAZO 71

reformulada, "Z #
2
md
H̃ = 2 dxπ(t, x)2 + E[φ] . (3.1.61)
2γd
Por un procedimiento análogo al del sector de vacío, utilizando la ortogonalidad
en L2 (R) de las funciones propias de K̂, se escinde el Hamiltoniano cuantizado
en dos Hamiltonianos, cada uno correspondiente a una colectividad de osciladores
armónicos desacoplados (con las contribuciones de los espectros discreto y continuo):
∞ b
~w(qn ) † 1 ~wj † 1
(3.1.62)
X X
H̃ = 2
(a (q n )a(q n ) + ) + 2
(aj aj + ).
n=−∞
γd 2 j=2
γd 2

Recordemos que (γd2 /md )H̃ es el Hamiltoniano de la teoría reformulada. Denotando


por ∆E0 [φk ] al autovalor, correspondiente a todos los números de ocupación nulos
en todas las componentes que determinan los elementos del espacio de Fock, de la
suma infinita de operadores γd2 H̃, se sigue que
" N b
#
md X ~w(qn ) X ~wj
∆Ẽ0 [ψk ] = 2 ∆E0 [φk ] = md +
γd n=−N
2 j=2
2
" N b
#
γd2 ~md
  X X
=⇒ ∆E0 [φk ] = w(qn ) + wj + sb wb
md 2 n=−N j=2
" N b
#
~γd2 X
(3.1.63)
X
=⇒ ∆E0 [φk ] = w(qn ) + w j + sb w b ,
2 n=−N j=2

donde, sb toma el valor 1 si wb < v (autoestado ligado), y 1/2 si wb = v, en virtud


del teorema de Levinson (tratado más adelante). Esto termina la demostración de
la igualdad (3.1.60), completada con el término del autoestado semiligado.
Volvemos al espacio original tomando l → ∞, y tomamos también N → ∞ sobre el
cutoff de la energía. Para ello, nos valemos de las densidades conocidas, teniendo en
cuenta que los estados ligados y semiligado permanecen intactos. Se sigue que, bajo
estos límites,
"Z b
#

~γd2 X
∆E0 [φk ] = dkρ1 (k)w(k) + wj + sb wb
2 −∞ j=2
"Z b
#
~γd2 ∞
1 ∂δ(k) √ 2
 
l
wj + sb wb , (3.1.64)
X
= dk + k + v2 +
2 −∞ 2π 2π ∂k j=2

donde hemos usado que


l 1 ∂δ(k)
ρ1 (k) = + . (3.1.65)
2π 2π ∂k
Esta expresión (3.1.64) ha sido calculada como la energía de punto cero, tomada
como referencia, en el sector topológico del kink. Puede ser interpretado como una
corrección sobre la energía clásica del kink debida a las fluctuaciones hasta el orden
72 CAPÍTULO 3. CORRECCIONES DE MASA AL ORDEN DE UN LAZO

de un lazo de estados desocupados en el espacio de Fock. Esto adquiere más sentido


cuando calculamos las diferencias de estas correcciones entre ambos sectores. Pre-
cisamente, dichas diferencias serán nuestros objetos de estudio en la primera parte
del siguiente apartado.

3.2. Corrección cuántica de la masa: Fórmula DHN


Tal y como vienen dadas, las energías de vacío ∆E0 [φv ] y ∆E0 [φk ] dependen de
integrales divergentes, ya que en estas teorías existe un número infinito de modos
de fluctuación. En los años 70, Dashen, Hasslacher y Neveu, propusieron un proce-
dimiento de regularización y renormalización en dos fases, del que derivó la llamada
fórmula DHN (véase [8]), la cual expresa, hasta el orden de un lazo, la corrección
cuántica a la masa clásica de un kink.

3.2.1. Renormalización de la energía de punto cero: diferen-


cia modo a modo
En esta fase, se desarrolla una renormalización de la energía de punto cero a
través de diferencias modo a modo de fluctuación, entres los dos sectores topológicos
tratados.
Con los Hamiltonianos conocidos de las fluctuaciones en ambas componentes cone-
xas, tiene sentido definir la diferencia de energías de punto cero modo a modo, del
kink y del vacío, o energía de Casimir, como sigue
N
~γd2   ~γ 2
TrL2 (R) K̂ 1/2 − K̂0 (3.2.1)
1/2
X
∆E1 [φk ] = = d lı́m (wj − vj ),
2 2 N →∞ j=1

donde j = 1, . . . , N constituye cada uno de los índices de los autovalores no negati-


vos, ordenados de forma creciente, de ambos operadores discretizados K̂ y K̂0 .
El símbolo TrL2 (R) denota a la traza zeta regularizada de los operadores discretiza-
dos sobre el espacio L2 (R) que denotamos K̂ 1/2 y K̂0 , con autovalores {wj }j∈N
1/2

y {vj }j∈N , respectivamente. De ahí el exponente 1/2 de la potencia fraccionaria


del operador. Recordemos que esta discretización consiste en situar el sistema en
[−l/2, l/2], con l = md L, y en tomar las pertinentes condiciones frontera periódicas
sobre las funciones propias de K̂ y K̂0 .
Formalmente, y pasando por l → ∞ a un espacio infinito, esta diferencia ∆E1 [φk ]
se da sobre el espectro completo de las potencias fraccionarias, con exponente 1/2,
de los operadores K̂0 = −∂x2 + v 2 y K̂ = −∂x2 + v 2 + V (x), es decir,
 
~γ 2 
(3.2.2)
X X
∆E1 [φk ] = d  w− w ,

2 1/2 1/2
w∈Spec(K̂ ) w∈Spec(K̂0 )

donde v 2 = (∂ 2 U/∂φ2 )φv ∈ R constante, y donde (∂ 2 U/∂φ2 )φk (x) = v 2 + V (x) nos
da un pozo de potencial que decrece a su valor asintótico v 2 para x → ±∞, pues,
3.2. CORRECCIÓN CUÁNTICA DE LA MASA: FÓRMULA DHN 73

como vimos, lı́mx→±∞ V (x) = 0.


Una regularización de esta expresión es necesaria, dado que, como ya dijimos, esta-
mos sumando sobre un número infinito, e incluso no numerable, de valores w ∈ R.
Esto nos permite desarrollar el cálculo de la energía de Casimir (3.2.2). Usamos el
método de regularización sobre el número de modos como hemos venido haciendo.
Así pues, confinamos el sistema en [−l/2, l/2], para tomar l → ∞ al final. Re-
cordemos que las funciones propias de estos operadores de segunda variación son:
de scattering (espectro continuo, w2 > v 2 ), y autoestados ligados y semiligados
(w2 ≤ v 2 ). Imponemos condiciones frontera ficticias sobre estas autofunciones de la
forma f (±l/2) = 0 sobre los estados de scattering, mientras que sobre los otros tipos
de estados anticipamos, incluso antes de tomar l → ∞, que los ligados decrecerán
exponencialmente, y los semiligados tenderán a un valor constante.
Empezamos suponiendo que K̂ no tiene estados semiligados, para después genelizar
la teoría directamente. Denotamos K̂0 fk (x) = w(k)2 fk (x) y K̂fq (x) = w(q)2 fq (x).
En cuanto a los estados de scattering, recordemos que, tanto para el modelo φ4 como
para el sine-Gordon, así como para muchas otras teorías escalares de este tipo, se
tiene la paridad V (x) = V (−x). Esto implica que las funciones propias de K̂ son
pares o impares, lo que generaliza las condiciones frontera fq (l/2) = fq (−l/2).
A continuación, describimos con mayor detalle los espectro de K̂ y de K̂0 . La diferen-
cia con las descripciones anteriores de estos espectros está en que ahora escindimos
los espectros continuos de los estados de scattering en autofunciones pares e impa-
res. Esto nos permite desarrollar la regularización de la teoría sobre la corrección
∆E1 [φk ] de forma separada sobre estos estados, que son los que nos dan la divergen-
cia.
Para ello, sobre estos últimos autoestados de scattering, utilizamos el teorema de Le-
vinson unidimensional en el caso de un potencial simétrico, como es nuestra función
V (x). Damos el resultado para cualquier V ∈ C(R, C).

Teorema 4 (Teorema de Levinson en una dimensión). Sean b(k) = |b(k)|eiφt (k) y


t(k) = |t(k)|eiφt (k) las amplitudes de scattering de un sistema cuya evolución espacial
está gobernada por la ecuación que sigue

ψ 00 (x) + k 2 ψ(x) = v(x), (3.2.3)

con v ∈ C(R, C), ψ ∈ C 2 (R, C) la función que describe el estado del sistema, y k ∈ C
constante. Si n ∈ N es el número de estados ligados presente en el sistema, entonces

(φt (0) − φt (∞)) b(0)


n= − . (3.2.4)
π 2

La demostración de este teorema requiere un análisis espectral riguroso de los


operadores autoadjuntos (Hamiltonianos libres y de interacción) que describen los
autoestados dados por ψ(x), en términos de proyecciones ortogonales en el caso finito
numerable, y de medidas espectrales en el caso infinito no numerable. Nótese que
nada se ha dicho sobre la paridad de v, caso que a nosotros nos ocupa. Otra forma
de demostrarlo, méritos al propio Levinson (1949), es por aplicación del teorema de
74 CAPÍTULO 3. CORRECCIONES DE MASA AL ORDEN DE UN LAZO

los residuos sobre el contorno de una región de C sobre la función ṡ(k)/s(k), con
s(k) = DetS(k), para S(k) la matriz de scattering, dependiente de las amplitudes
t(k) y b(k) del enunciado. El tipo de polos de s(k) y su número están determinados
por el número de estados ligados, así como por b(0), que determina el residuo con
un polo que no tiene parte imaginaria, lo que justifica el factor 1/2.
Brevemente, supongamos que V (x) = v(x) es par. Denotamos el número de estados
ligados n = n+ + n− , con n+ y n− el número de ellos que son pares e impares,
respectivamente. Denotamos δ + (q) y δ − (q) a los desfasajes de las autofunciones
pares e impares de una función f que satisface

− f 00 (x) + V (x)f (x) = q 2 f (x), x ∈ [−l/2, l/2], l ∈ R. (3.2.5)

Tomamos por convención lı́mq→∞ δ + (q) = 0 y lı́mq→∞ δ − (q) = 0. La familia de


potenciales V (x) que a nosotros nos ocupan son los potenciales de Pöschl-Teller, los
cuales son potenciales atractivos (V (x) < 0 para todo x ∈ R) y transparentes (se
prueba más adelante, en (3.3.22)), como veremos más adelante. Dicha transparencia
significa que la amplitud de reflexión del sistema es nula. Estos potenciales responden
a la forma general

V (x) = −s(s + 1)sech2 (x), s ∈ N0 . (3.2.6)

Con esta predisposición, nos falta esclarecer qué pasa con el término b(0)/2 del teore-
ma 4. Recurriendo al desarrollo del apéndice B, la partícula libre (s = 0) Φk (x) = eikx
de la que partimos toma un valor distinto de cero en k = 0, mientras que en el caso
más general (s > 0) el autoestado de scattering satisface φk=0 = 0, es decir, se da la
reflexión total en este límite y para este estado. El teorema de Levinson relaciona los
Hamiltonianos libres con los Hamiltonianos de interacción, esto es, los que incluyen
V (x), y lo hacen a través del número de estados ligados, de los desafasajes, y de las
posibles anomalías con los correspondientes autoestados en un entorno de k = 0.
Pues bien, por su simetría, los autoestados impares son cero en el centro del poten-
cial para k → 0. Esto se puede ver de forma que, si k → 0, la longitud de onda se
hace muy grande, y el estado no llega a sentir el potencial. Esto se resume en que el
desfasaje de los estados ligados impares es 0 mod π. Por otra parte, el estado crítico
procedente del estado de partícula libre con Φk=0 6= 0, es par. Todo este argumento
físico implica que el término b(0) será el −1 genérico para los autoestados pares, y
será 0 para los impares.
Entonces, se cumple que, en un intervalo [−L, L] (véase para mayor detalle [33]),

1
lı́m δ + (q) = π(n+ − ),
q→0 2

lı́m δ (q) = πn .−
(3.2.7)
q→0

Podemos generalizar este resultado a cualquier potencial transparente, con unitarie-


dad de la matriz de scattering, y con continuidad del autoestado en q = 0, como
ocurre en nuestras teorías.
Los espectros de los operadores discretizados quedan de la siguiente forma:
3.2. CORRECCIÓN CUÁNTICA DE LA MASA: FÓRMULA DHN 75

Espectro de K̂0
1. Autoestado semiligado
Basta escoger un elemento arbitrario f0 (x) del espacio de soluciones dado en
(3.1.24), con autovalor v 2 (k=0).

2. Autoestados de scattering

a) Autofunciones impares: Los números de onda kn− vienen dados en un


espectro discreto por los n− ∈ N, tales que kn− l = 2πn− . Por imparidad,
se satisface que fn− (−x) = −fn− (x), con lo que, limitando el espacio
de soluciones dado en (3.1.27) a éstas, tenemos un sistema completo de
soluciones restringido a las soluciones impares de la forma

{fn− (x) = An− sin(kn− x)}, (3.2.8)

con autovalores w(kn− )2 = kn2 − + v 2 , y con An− constantes. Como ya se


hizo anteriormente en un caso más general,

l
(kn− +1 − kn− )l = 2π =⇒ ρ− (k) = . (3.2.9)

b) Autoestados pares: Por un razonamiento análogo al de los impares, se


tiene

kn+ l = 2π, fn+ (x) = An+ cos(kn+ x)


l
w2 (kn+ ) = kn2 + + v 2 , ρ+ (k) = , n+ ∈ N. (3.2.10)

Espectro de K̂
1. Autoestados ligados
Existe un valor r ∈ N que describe el número de estos estados ligados que,
recordemos, tienen valores propios w2 ≤ r2 . Denotamos por r+ al número
de autoestados ligados pares, y r− a los impares. Aunque de momento no
consideremos este caso, si w2 = v 2 , entonces el autoestado ligado con mayor
w2 pasa a ser un estado semiligado y contribuye con un peso sr = 1/2 a la
corrección de masa, lo cual ajusta nuestra teoría como veremos más adelante.

2. Autoestados de scattering

a) Autoestados impares: Deducción análoga al del operador de Helmholtz


K̂0 añadiendo un desfasaje por efecto de V (x), i.e., tenemos funciones
propias espaciales de la forma fm− (x) ≈ Am− sin[qm− x + δ − (qm− )] para
x → l/2, con δ − (qm− ) tal desfasaje, con m− ∈ N.
Como ya vimos en el caso de fluctuaciones generales sobre cualquier so-
lución estable,
qm− l + δ(qm− ) = 2πm− . (3.2.11)
76 CAPÍTULO 3. CORRECCIONES DE MASA AL ORDEN DE UN LAZO

Aplicamos el mentado teorema de Levinson sobre estos desfasajes, lo


que nos permite afirmar, adaptando el resultado a un intervalo acotado
[−l/2, l/2], que

lı́m δ − (q) = 0, lı́m δ − (q) = 2πm− . (3.2.12)


q→∞ q→0

De lo anterior surge la siguiente pregunta: ¿cuál es el mínimo de m− , al


que denotamos por m− 0 , de cara a establecer índices en los sumatorios de
la corrección regularizada? Recurrimos al principio de incertidumbre de
Heisenberg. Si l es suficientemente grande, entonces qm−0 se hará pequeño,
con lo que la expresión (3.2.11) implica que
0
qm−0 (l + δ− (0+ )) + δ − (0+ ) = 2πm−
0, (3.2.13)

donde hemos denotado


∂δ − (q)
0
δ− (0+ ) = lı́m+ . (3.2.14)
q→0 ∂q

Entonces, por (3.2.12), tomando l suficientemente grande (lo cual tiene


sentido, pues recordemos que el caso real se da en l → ∞), y recordando
que l es la longitud del intervalo en que ubicamos el sistema, entonces
πm−0 = πr− , es decir, r− = m0 .

Como se viene haciendo de forma recurrente sobre las relaciones de dis-


persión, restamos (3.2.11) entre lo casos m− y m− + 1, de modo que

(qm− +1 − qm− )l + (δ − (qm− +1 ) − δ − (qm− )) = 2π, (3.2.15)

de lo que se sigue la siguiente relación

l 1 ∂δ − (q)
ρ− (q) = + . (3.2.16)
2π 2π ∂q

b) Autoestados pares: Ahora, denotamos por m+ ∈ N al número que etique-


ta a los autovalores de K̂. Por un procedimiento análogo, obtenemos las
siguientes funciones propias, relación de dispersión, comportamiento en
torno a q = 0 del desfasaje, mínimo de m+ , y densidad de estados:

fm+ (x) ≈ Am+ cos qm+ x + δ + (qm+ ) , x → l/2




qm+ l + δ + (qm+ ) = 2πm+ ,


1
lı́m δ + (q) = 0, lı́m δ + (q) = 2π(m+ − ),
q→∞ q→0 2
+
l 1 ∂δ (q)
m+ + +
0 = r , ρ (q) = + . (3.2.17)
2π 2π ∂q

Note el lector que, dada la paridad e imparidad de las funciones propias


de este espectro, el razonamiento para m± < 0 es análogo.
3.2. CORRECCIÓN CUÁNTICA DE LA MASA: FÓRMULA DHN 77

Con todas las relaciones de dispersión anteriores, la corrección, aún discretizada en


[−l/2, l/2], viene dada por la diferencia entre los autovalores de K̂ 1/2 y K̂0 como
1/2

sigue
" r
~γd2 X
∆E1 [φk ] = wi
2 i=1
N
X q N0 q
X
2
+ 2
qm + + v − kn2 + + v 2
m+ =m+
0
n+ =0

N q N00 q

(3.2.18)
X X
2
+ qm 2
− + v − kn2 − + v 2 ] .
m− =m−
0
n− =0

Nótese que en (3.2.18) incluimos el estado semiligado de K̂0 , correspondiente a un


modo constante con autovalor w2 = v 2 , en la familia de autoestados de scattering
pares, porque da cuenta del autovalor más bajo de K̂0 en el espectro continuo.
Estamos aplicando una regularización de cutoff sobre el número de modos, impo-
niendo N = N0 y N 0 = N00 , lo que equilibra los estados de scatteríng propios de K̂ y
K̂0 . Damos una expresión para la segunda línea de (3.2.18), teniendo en cuenta que
para la tercera el procedimiento es análogo. Así, la segunda fila quedaría como
 
N N0 q
~γd2 X q X
2
 qm 2
+ + v − kn2 + + v 2 
2
m+ =m+
0
n+ =0
" N + −1
rX
#
~γ 2
q q q
(3.2.19)
X
= d ( qn2 + + v 2 − kn2 + + v 2 ) − qn2 + + v 2 .
2
n+ =0 n+ =0

Para simplificar la expresión, y omitir los factores


√ l, calculamos el desarrollo de
Taylor de la función g ∈ C (R), dada por g(x) = x2 + v 2 , en un entorno de kn+ ,
2

sobre un punto qm+ dentro de dicho entorno. Denotamos q = qm+ y k = kn+ a dos
de estos vectores de onda arbitrarios. La distancia entre q y k está mediada por las
relaciones de dispersión dadas en (3.2.17), de forma que

δ(k)
q−k =− + O(l−2 ). (3.2.20)
l

La pertenencia de q a dicho entorno está supeditada al hecho de que podemos tomar,


arbitrariamente, el l tan grande como queramos. Así, se tiene que
p
g(q) = q 2 + v 2 = g(k) + g 0 (k)(q − k) + O((q − k)2 ) =
√ kδ(k)
k2 + v2 − √ + 0(l−2 ). (3.2.21)
2
l k +v 2

Entonces, como kn+ = 2πn+ /l, si sustituimos (3.2.21) en (3.2.19) la segunda línea
78 CAPÍTULO 3. CORRECCIONES DE MASA AL ORDEN DE UN LAZO

toma la expresión que sigue

 
N N0 q
~γd2 X q X
2
 qm 2
+ + v − kn2 + + v 2 
2
m+ =m+
0
n+ =0
"N −1 q
rX + #
~γd2 kn+ δ + (kn+ )
 
X
2 2
1
≈ − p 2 − qn+ + v + O 2
2 l kn+ + v 2 n+ =0 l
n+ =0
Z ∞
~γd2
 
dk dw(k) +
=− δ (k) + r+ v , (3.2.22)
2 0 2π dk

donde, en la última igualdad, se ha tomado l → ∞, con lo que utilizamos que, bajo


este límite, qn+ → 0 para n+ ∈ {0, . . . , r+ − 1}, O(1/l2 ) → 0, ρ = l/2π. Además,
para llegar a la derivada de w(k) del integrando, se ha usado

dw(k) d √ 2 k
= ( k + v2) = √ .
dk dk k + v2
2

Como ya se dijo, el procedimiento para el caso impar es análogo. Así, ya tenemos


expresiones listas para ser regularizadas sobre el espectro continuo, con respecto
a los autoestados de scattering pares e impares, que eran los que nos daban las
divergencias. Ahora tomando los operadores K̂0 y K̂ en L2 (R), y sumando también
las contribuciones de los autoestados ligados, tenemos la siguiente corrección de la
masa al orden de un lazo en términos de diferencias modo a modo

r k→∞
~γd2 X ~γd2 + ~γd2 +
∆E1 [φk ] = wi − r v− w(k)δ (k)
2 i=1 2 2 k=0
 2  Z ∞ +
 2 2 k→∞
~γd ∂δ (k) ~γ ~γ
+ dk w(k) − d r− v − d w(k)δ − (k)
2π ∂k 2 2
 2  Z0 ∞ −
 k=0
~γd ∂δ (k)
+ dk w(k) , (3.2.23)
2π 0 ∂k

donde se ha aplicado integración por partes sobre integrales como la que aparece en
(3.2.22).
Para dilucidar el comportamiento asintótico de los desfasajes, utilizamos la primera
aproximación de Born, teniendo en cuenta que la función potencial que induce dichos
desfasajes es V (x). Así,

1 ∞
Z
+
δ (k) ≈ − dxV (x) cos2 (kx), k → ∞
k 0
1 ∞
Z

δ (k) ≈ − dxV (x) sin2 (kx), k → ∞. (3.2.24)
k 0
3.2. CORRECCIÓN CUÁNTICA DE LA MASA: FÓRMULA DHN 79

Sustituyendo estas equivalencias bajo k → ∞ en (3.2.23), se sigue que


r
~γd2 X ~γ 2 ~γ 2
∆E1 [φk ] = wi − d r + v − d r − v
2 i=1 2 2
~γd2 ~γ 2
+ w(0)δ + (0) + d w(0)δ − (0)
4π r 4π!
2 Z ∞
~γd v2
+ lı́m 1 + 2 dxV (x)(cos2 (kx) + sin2 (kx))
4π k→∞ k 0
2 Z ∞ + −
~γ ∂(δ (k) + δ (k))
+ d dk w(k). (3.2.25)
2π 0 ∂k

Definimos δ(k) = δ + (k) + δ − (k) como el desfasaje total de estos autoestados de


scattering, y usamos que w(0) = v. Por el teorema de Levinson, se sabe que

~γd2 − ~γd2 − ~γ 2 ~γd2


− r v+ δ (0)v = − d r− v + 2πr− v = 0,
2 4π 2 4π 
~γ 2 ~γd2 + ~γd2 + ~γd2 ~γ 2 v

1
− d r+ v + δ (0)v = − r v+ 2π(r − ) v = − d 6= 0,
+
2 4π 2 4π 2 2 2
(3.2.26)

lo que nos dice que estas diferencias sobre los estados impares tienen una contribución
no nula. Entonces, la corrección a la masa de un kink al orden de un lazo, teniendo
en cuenta la paridad de V a través de esta regularización de estados pares e impares,
adopta la siguiente expresión
" r #
~γd2 X v 1 ∞ ∂δ(k) hV (x)i
Z
∆E1 [φk ] = wi − + dk w(k) + , (3.2.27)
2 i=1
2 π 0 ∂k 2π

donde hV (x)i = 0 dxV (x).


R∞

El término (−~γd2 v/4) nos dice que la contribución del modo con número de onda
k = 0, por parte del operador K̂0 , es la mitad de la contribución de un único estado
ligado con ese mismo autovalor w2 = v 2 .
Veamos el caso en que K̂ tuviera un autoestado semiligado (k = 0, luego w2 = v 2 ).
Recordemos, con la notación anterior, que el teorema de Levinson afirma que

δ − (0+ ) = 2r+ v,
1
δ + (0− ) = 2π(r− − ), (3.2.28)
2
lo que nos da, repitiendo exactamente el mismo razonamiento que antes, una misma
contribución de (−~γd2 v/4) en ∆E1 [φk ], además de una contribución de 1/2 al número
r = r+ + r− . Con ello, y teniendo en cuenta que el estado ligado umbral es el que
cumple δ(q + ) = nr π, con nr el número de estados ligados (w2 < v 2 ), el primer
término se cancela con este último, pues dicho estado semiligado contribuye a través
de la frecuencia wr = v/2.
80 CAPÍTULO 3. CORRECCIONES DE MASA AL ORDEN DE UN LAZO

De esta forma, la fórmula general para la corrección, considerando K̂ con y sin


autoestado semiligado, es como sigue
" r−1
~γd2 X v 1 ∞ ∂δ(k) √ 2
Z
∆E1 [φk ] = wi − + dk k + v2
2 2 π 0 ∂k
i=1
hV (x)i
+sr wr + , (3.2.29)

donde sr = 12 si K̂ tiene estado semiligado, y sr = 1 en caso contrario. Como


veremos, las teorías φ4 y de sine-Gordon sí que admiten autoestado semiligado dados
sus operadores de segunda variación K̂. Bastará con tomar sr = 1/2.
Fijémonos en lo que hemos hecho. En vista a dar una expresión regularizable para
(3.2.2), hemos planteado los mismos problemas espectrales sobre K̂0 y K̂. La escisión
de la parte del espectro con estados de scattering (w2 > v 2 ) en estados pares e
impares, nos ha permitido, ya bajo l → ∞, desarrollar una expresión de ∆E1 [φk ] en
términos de los frecuencias de los modos del espectro discreto wi , de las frecuencias
w(k), del desfasaje de las funciones propias con estas últimas frecuencias al cuadrado
como autovalores, y la función V (x) del Hessiano de la autointeracción.
Todo este procedimiento tiene una ventaja adicional: nos permite distinguir, en
Spec(K̂), el ínfimo del espectro continuo y el valor propio del estado semiligado, al
tener este último su propia contribución.
Así pues, regularizamos la expresión (3.2.29). Para ello, seguimos el método estándar
de tomar un cutoff Λ sobre el número de onda k en la integral divergente de dicha
expresión, de modo que definimos
" r−1
2 X
v 1 Λ ∂δ(k)
Z
~γd
∆E1 [φk ](Λ) = wi − + dk w(k)
2 i=1
2 π 0 ∂k

hV (x)i
+sr wr + .

Con esta expresión, afirmamos que la corrección cuántica a la masa del kink con
todas las consideraciones hasta ahora dadas (sobre todo, cuantización del sistema
como colectividad de osciladores armónicos desacoplados, presencia y paridad de un
V no estático, y posible presencia de autoestado semiligado), todas ellas hasta el
orden de un lazo, es
lı́m ∆E1 [φk ](Λ) = ∆E1 [φk ].
Λ→∞

Decimos que dicha corrección o, idénticamente, la energía de Casimir del kink, está
regularizada por medio de un cutoff Λ en el número de modos de fluctuación.

3.2.2. Renormalización de la masa


En la expresión de ∆E1 [φk ] de (3.2.29), la regularización de la teoría a través
de un cutoff Λ sobre los momentos de la integral va encaminada a solventar la
divergencia ultravioleta de vacío. No obstante, en una teoría con interacciones como
la que estamos tratando, existen otras divergencias ultravioleta, la cual se explicita en
3.2. CORRECCIÓN CUÁNTICA DE LA MASA: FÓRMULA DHN 81

Figura 3.1: Diagrama de Feynman de la autoenergía que nos da la divergencia a un


lazo, con factor dado por (∂ 2 U/∂φ2 )φv .

el propagador de la interacción del propio campo consigo mismo en un mismo punto.


Con ello, damos un paso más allá en el proceso de regularización y renormalización:
en esta segunda fase de la deducción de la fórmula DHN, añadimos a la teoría el
contratérmino que compensa la divergencia que surge en la teoría cuantizada, al
desarrollar, hasta el orden de un lazo, la correlación de dos campos cuantizados en
el punto xµ = (t, x). Necesitamos saber qué forma adquiere la integral divergente del
propagador, y qué constantes le acompañan. Utilizaremos el formalismo del orden
normal para el cálculo de estas correlaciones, a través del teorema de Wick, y con
ello podremos dar el orden normal del Hamiltoniano cuantizado. La adición de estos
nuevos términos nos dará la fórmula buscada de corrección de la masa clásica.
Pretendemos calcular la correlación en el vacío del campo cuantizado φ̂ en xµ . Por
comodidad, denotamos por φ̂2 (xµ ) a dicha correlación. Para calcularla, partimos
de la correlación de dicho operador en los puntos xµ = (t, x) y yµ = (t0 , x), para
finalmente tomar t = t0 . Es decir, queremos calcular

h0|T {φ̂(xµ )φ̂(yµ )}|0i, (3.2.30)

con T el operador que ordena los campos en el tiempo, y con |0i el estado de vacío
en el espacio de Fock, en imagen de Heisenberg, i.e., con dichos estados de vacío
independientes del tiempo.
En virtud del teorema de Wick, si tomamos t = t0 , la correlación viene dada como
sigue
φ̂2 (xµ ) =: φ̂2 (xµ ) : +δv 2 , (3.2.31)
donde : · : denota al mentado orden normal (i.e., recolocamos los operadores crea-
ción y aniquilación en que vienen dados los operadores, situando los primeros a la
izquierda, y los segundos a la derecha), y donde δv 2 es el término divergente del dia-
grama de Feynman con el lazo (ver figura 3.1), obtenido en primer orden de teoría
de perturbaciones. Este diagrama induce un propagador, con respecto al loop conec-
tado a través del vértice interno, que es divergente. Esta divergencia es la única que,
bajo estas consideraciones, tenemos que solventar ahora, teniendo en cuenta que con
el orden normal las divergencias ultravioletas de la teoría ya están compensadas.
Dicho δv 2 viene dado a partir del mencionado propagador, sobre el único vértice
interno del diagrama. Este propagador es un propagador de Feynman al uso, dado
en el espacio de momento de la forma

d2 k eikµ (xµ −yµ )


Z
2
δv = , (3.2.32)
R2 (2π)2 kµ k µ − v 2 + iε
82 CAPÍTULO 3. CORRECCIONES DE MASA AL ORDEN DE UN LAZO

donde el término iε, con ε ∈ R+ , se añade por conveniencia, por una inminente
aplicación del teorema de los residuos. Entonces, denotando k = (k0 , k1 ), se sigue
que
0
eik0 (t−t )
Z Z 
dk1
2
δv = dk0 2 , (3.2.33)
R (2π)
2
R k0 − wk2 + iε
donde wk2 = v 2 + k12 . En adelante, denotamos τ = t − t0 , y por I a la expresión entre
corchetes de (3.2.33). Escindimos en fracciones simples el integrando de I, de forma
que
eik0 τ eik0 τ
Z  
dk0
I= − . (3.2.34)
R 2wk k0 − (wk − iε) k0 − (−wk + iε)
Denotamos

eik0 τ
Z
I1 = dk0 ,
R k0 − (wk − iε)
eik0 τ
Z
I2 = dk0 . (3.2.35)
R k0 − (−wk + iε)

En cada una de las integrales I1 y I2 , tomamos las integrales sobre curvas en C que
sean contornos de regiones en dicho plano complejo, que a su vez contengan a cada
uno de los polos simples de los integrandos (wk − iε y −wk + iε, respectivamente).
Con ello, podemos aplicar el teorema de los residuos, dada la convergencia a cero del
integrando, sin el factor exponencial, para |k| → ∞ en cada uno de los semiplanos
con Im(z) ≤ 0, y con Im(z) ≥ 0, tomando debidamente los signos del parámetro τ .
De esta forma, como se aprecia en la figura 3.2, tomamos τ < 0 para I1 , y τ > 0 para

Figura 3.2: Contorno de la integral parametrizada sobre una curva compleja para el
propagador de Feynman. Los polos son ±wk ∓ iε, y son simples. De cara a tener la
convergencia a 0 deseada del integrando, para τ > 0 cerramos dicho contorno en el
semiplano superior, y para τ < 0, en el inferior, englobando en cada una de estas
regiones al correspondiente polo.

I2 . La forma de escribir estas restricciones será a través de la función de Heaviside


3.2. CORRECCIÓN CUÁNTICA DE LA MASA: FÓRMULA DHN 83

H, definida como H(x) = 0 si x < 0, y H(x) = 1 si x ≥ 0. Entonces, incluyendo


esta función y aplicando el teorema de los residuos directamente1 , se sigue que
 ik0 τ 
e H(−τ )
I1 = 2πi · Res , wk − iε η(γ, wk − iε), (3.2.36)
k0 − (wk − iε)

con γ la curva que parametriza dicho contorno, y η(γ, wk − iε) su índice, que es la
unidad. Tomando ε → 0+ tenemos el valor

I1 → −2πieiwk τ H(−τ ). (3.2.37)

Análogo procedimiento, tomando también ε → 0+ , nos lleva a

I2 → 2πie−iwk τ H(τ ). (3.2.38)

Entonces, sumando los dos términos y tomando el límite τ → 0 (mismo instante


para los dos campos de la correlación), se sigue que
−2πi
I → . (3.2.39)
2wk
De esta manera, introduciendo este resultado de I en (3.2.33), obtenemos la siguiente
integral divergente Z
dk 1
2
δv = √ , (3.2.40)
4π k + v 2
2

donde se ha denotado k1 como k.


Discretizamos esta correlación, situando el sistema en [−l/2, l/2], con condiciones
periódicas sobre los factores espaciales de los modos de fluctuación, de la forma
f (−l/2) = f (l/2). En términos heurísticos, el paso al espectro continuo se da como
Z
l
(3.2.41)
X
→ ,

de forma que, discretizando,

1 X 1
δv 2 = q . (3.2.42)
2l n=−∞ 4π2 n2 + v 2
l2

A continuación, deducimos, en términos de este δv 2 , el contratérmino que hay que


añadir a la corrección al orden de un lazo. Para ello, recordemos la expresión de la
densidad Hamiltoniana cuantizada de nuestra teoría
" #
1 2 ∂ φ̂ ∂ φ̂
Ĥ = π̂ (xµ ) + (xµ ) + U [φ̂(xµ )], (3.2.43)
2 ∂x ∂x
1
Tenga en cuenta el lector que la aplicación aquí expuesta del teorema de los residuos está
incompleta en su presentación. El resultado al que llegamos es consecuencia de la integración sobre
la curva con soporte [−M, M ] ∪ S̃(0, R), con M > 0 el valor cuyo límite M → ∞ nos dará el
dominio original, y con S̃(0, R) la semicircunferencia para un R > 0 sobre el que terminaremos
aplicando R → ∞, con resultado cero en esta última integral.
84 CAPÍTULO 3. CORRECCIONES DE MASA AL ORDEN DE UN LAZO

término de autointeracción de Ĥ, ahora en términos de operadores creación y ani-


quilación.
De esta manera, por aplicación estándar del teorema de Wick sobre el orden normal
en el Hamiltoniano, tenemos la siguiente expresión

~γd2 2 δ 2
   
: Ĥ := Ĥ+ : 1 − exp − δv U [φ̂(xµ )] :
2 δφ2
!
~γd2 2 ∂ 2 U [φ̂(xµ )] 4
4 ∂ U [φ̂(xµ )]
= Ĥ − δv : 4 4
: +O ~ γd δv : : , (3.2.44)
2 ∂φ2 ∂φ4

donde se ha desarrollado hasta primer orden la función exponencial (primer orden


en teoría de perturbaciones). Dada la convergencia de la integral δv 2 tal y como la
hemos deducido en (3.2.40), estos cálculos muestran explícitamente la necesidad de
añadir un contratérmino a la teoría, ahora con factores conocidos en términos del
Hessiano ∂ 2 U [φ̂(xµ )]/∂φ2 .
Con todo ello, denotamos por ∆E2 [φk ] a la contribución de la diferencia de con-
tratérminos de los sectores de vacío y de kink, cada uno de los cuales establece un
operador Hessiano distinto. Adoptamos la notación de Dirac, con |0, K̂i y |0, K̂0 i
los estados fundamentales (sin mesones) en cada uno de estos sectores. Así, se tiene
que

∆E2 [φk ]
!
~γ 2 ∂ 2 U [φ̂(xµ )] ∂ 2 U [φ̂(xµ )]
Z
= − d δv 2 dx h0, K̂| : : |0, K̂i − h0, K̂0 | : : |0, K̂0 i .
2 R ∂φ2 ∂φ2
(3.2.45)

Por su construcción en el espacio bosónico de Fock, estos estados |0, K̂i y |0, K̂0 i
son estados coherentes, es decir, son estados propios de los operadores de creación
y aniquilación con que se formula la teoría cuantizada. En particular, son estados
propios de ∂ 2 U [φ̂(xµ )]/∂φ2 . Esto hace que el ordenamiento normal de este último
operador sea trivial sobre dicho estados, de forma que

∂ 2 U [φ̂(xµ )] ∂ 2 U [φ̂(xµ )]
h0, K̂| : : |0, K̂i − h0, K̂ 0 | : : |0, K̂0 i
∂φ2 ∂φ2
∂ 2 U [φk (x)] ∂ 2 U [φv ]
= − = v 2 + V (x) − v 2 = V (x).
∂φ2 ∂φ2

Por lo tanto, sustituyendo la diferencia de valores esperados en (3.2.45), se sigue la


siguiente expresión como diferencia de contratérminos a añadir en la corrección al
orden de un lazo que dimos en (3.2.29):

~γd2
Z
dk
∆E2 [φk ] = − hV (x)i √ . (3.2.46)
8π R k2 + v2
Con todo ello, estamos en condiciones de dar una fórmula DHN general, tras regu-
larizar, considerar la simetría del potencial V (x), y tras añadir los correspondientes
3.3. CÁLCULO DE SPEC(K̂) Y δ(K) 85

contratérminos. Formalmente, la expresión de las correcciones de la masa del kink,


respecto al punto de vacío escogido, hasta el orden de un lazo, sería como sigue
r−1
∆E[φk ] ∆E1 [φk ] + ∆E2 [φk ] 1X
= = wj
~γd2 ~γd2 2 j=2
∂δ(k) √ 2
Z ∞
1 v 1
+ sr wr − + dk k + v2
2 4 2π 0 ∂k
 
hV (x)i
Z
1 dk
+ 1− √ . (3.2.47)
4π 2 R k2 + v2
En la práctica, con la regularización dada, estas correcciones se calculan tomando el
límite Λ → ∞ sobre el cutoff de momentos de la forma que sigue
r−1
∆E[φk ] ∆E[φk ] 1X
= lı́m (Λ) = wj
~γd2 Λ→∞ ~γd2 2 j=2
∂δ(k) √ 2
Z Λ
1 v 1
+ sr w r − + lı́m dk k + v2
2 4 2π Λ→∞ 0 ∂k
 Z Λ 
hV (x)i 1 dk
+ 1 − lı́m √ . (3.2.48)
4π 2 Λ→∞ −Λ k 2 + v 2
Con todo ello, particularizamos esta fórmula sobre los modelos objeto de nuestro
estudio: sine-Gordon y φ4 . Para estos cálculos, necesitamos conocer explícitamente
los espectros de K̂0 y K̂ de estos dos modelos, así como las formas analíticas de
los desfasajes para los autoestados de scattering. Los espectros de K̂0 , de deducción
estándar a partir de un operador de Helmtoltz discretizado, ya los conocemos (ver
(3.1.30)), con lo que bastaría particularizar para v 2 = 1 para sine-Gordon, y v 2 = 4
para φ4 , pues
 2 
∂ U
UsG [φ] = 1 − cos(φ) , φv = 2nπ, n ∈ Z =⇒ = cos(φv ) = 1,
∂φ2 φv
 2 
1 2 ∂ U
2
Uφ4 [φ] = (φ − 1) , φv = ±1 =⇒ = 6φ2v − 2 = 4, (3.2.49)
2 ∂φ2 φv

donde se ha usado que (∂ 2 U/∂φ2 ) = cos(φ) para sine-Gordon, y que (∂ 2 U/∂φ2 ) =


6φ2 − 2 para φ4 . El cálculo de Spec(K̂) y de los desfasajes se trata en el siguiente
apartado.

3.3. Cálculo de Spec(K̂) y δ(k)


Los problemas espectrales con los que lidiamos son
K̂fk (x) = w(k)2 fk (x), (3.3.1)

donde K̂ = −∂x2 + (∂ 2 U/∂φ2 )φk (x) . Con todo ello, conocidos los Hessianos de las
autointeracciones de los modelos de sine-Gordon y φ4 , así como las soluciones clá-
sicas de tipo kink/antikink generales φ(x) = ±4arctan(ex ) para sine-Gordon, y
86 CAPÍTULO 3. CORRECCIONES DE MASA AL ORDEN DE UN LAZO

φ(x) = ±tanh(x) para φ4 (se ha tomado la constante de localización x0 como 0,


por comodidad), podemos deducir los operadores de segunda variación en el sec-
tor kink para estas teorías. Los Hessianos de la autointeracción, evaluados en estas
soluciones, son

∂ 2U
 
= cos(±4arctan(ex )) = 1 − 2sech2 (x),
∂φ2 φk (x)
2
 
∂ U
= 6(±tanh(x))2 − 2 = 4 − 6sech2 (x). (3.3.2)
∂φ2 φk (x)

Esto nos dice que la resolución de (3.3.1) se corresponde con una familia más general
de ecuaciones diferenciales de la forma

f 00 (x) + s(s + 1)sech2 (x)f (x) = (v 2 − w(k)2 )f (x), (3.3.3)

donde se ha denotado a fk como f , y donde, a priori, consideramos cualquier s ∈ R.


Entramos en la resolución, tanto para estados ligados y semiligado (w(k)2 ≤ v 2 ),
como para autoestados de scattering (w(k)2 ≥ v 2 ), de la ecuación general (3.3.3).
El potencial V (x) = −s(s + 1)sech2 (x) que aparece en el Hessiano del operador
de segunda variación de la energía obedece a una familia amplia de potenciales, de
tipo transparente, llamada potenciales de Pöschl-Teller. En los apartados que siguen
entramos en la caracterización, en principio general y después particularizada, no
solo de los elementos necesarios para el cálculo de ∆E2 [φk ], sino también de la física,
y parte de la matemática, subyacente a este tipo de problemas unidimensionales.
La condición de transparencia del potencial aflorará cuando hablemos de estados de
scattering, en términos de funciones hipergeométricas. Recordemos: un estado ligado
en estas condiciones determina un mesón atrapado en un pozo de potencial inducido
por el kink, mientras que un estado de scattering determina un mesón moviéndose en
un sistema con el kink de fondo, ambos en términos de autofunciones de un operador
de Schrödinger no estático. Esto último determina la diferencia fundamental con
las fluctuaciones de vacío. No describimos los estados de estos mesones con modos
dados como una combinación lineal de ondas planas libres e independientes, sino
que ahora los estados de las partículas cuya colectividad engendra nuestro sistema
no son libres en término general. En el mismo cuerpo de este trabajo, presentamos
el desarrollo más rápido hoy conocido para deducir el espectro de los autoestados
ligados, así como las formas generales, en términos de funciones hipergeométricas,
de estos estados, viendo cómo aflora con total naturalidad el estado semiligado.
Haremos lo mismo con los autoestados de scattering, probando que el potencial de
Pöschl-Teller es transparente, e incluyendo un breve desarrollo del cálculo de δ(q)
para sine-Gordon. En el apéndice B exponemos los resultados, detallados en [33]
(p. 113), de las amplitudes de scattering y desfasajes de un sistema gobernado por
la ecuación (3.3.3). Si bien desarrollaremos parcialmente el cálculo de δ(q) para
sine-Gordon, dada la densidad del cálculo, aplicaremos directamente el contenido de
dicho apéndice para la teoría φ4 .
3.3. CÁLCULO DE SPEC(K̂) Y δ(K) 87

Figura 3.3: Potenciales de Pöschl-Teller V (x) = −s(s + 1)sech2 (x) para los casos
s = 1 (sine-Gordon, rojo), y s = 2 (φ4 , morado). Los autoestados con w2 < v 2 ,
con v 2 = 1 para sine-Gordon, y v 2 = 4 para φ4 , son mesones atados al pozo de
potencial determinado por V (x). Si w2 > v 2 , estos autoestados describen mesones
moviéndones con el kink de fondo.

3.3.1. Cálculo del espectro de autoestados ligados


Denotamos λ = v 2 − w(k)2 , y nos quedamos con el caso λ ≥ 0. Mostraremos
un cálculo estándar de deducción de soluciones a través de la ecuación diferencial
típica de los polinomios de Legendre (o, en general, de funciones hipergeométricas),
a partir de (3.3.3), de lo que podremos deducir todos los autoestados presentes.
Escribimos la ecuación a resolver de la siguiente forma
f 00 (x) + s(s + 1)sech2 (x) − λ f (x) = 0. (3.3.4)
 

Aplicamos un cambio de variable vía√ el difeomorfismo Γ : R → (−1, 1) dada por


u = tanh(x), x ∈ R. Denotamos ε = λ, donde ε ∈ R dado que λ ≥ 0. Teniendo en
cuenta las siguientes relaciones
∂x tanh(x) = sech2 (x),
1
∂u = ∂x =⇒ ∂x = (1 − u2 )∂u ,
1 − u2
sech2 (x) = sech2 (arctanh(u)) = 1 − u2 , (3.3.5)
entonces
f 00 (x) = (1 − u2 )∂u [(1 − u2 )∂u f (u))] = (1 − u2 )[(1 − u2 )f 0 (u)]0 . (3.3.6)
Todo ello nos permite reescribir (3.3.4) como sigue, previa divisón por 1 − u2 6= 0,
ε2
 
2 0 0
[(1 − u )f (u)] + s(s + 1) − f (u) = 0. (3.3.7)
1 − u2
88 CAPÍTULO 3. CORRECCIONES DE MASA AL ORDEN DE UN LAZO

Pues bien, en este caso en que λ ≥ 0, esta es la conocida EDO cuya solución se
da en términos de los polinomios de Legendre. No obstante, para poder describir
con exactitud los autoestados ligados, generalizamos la resolución a funciones hi-
pergeométricas, con el cambio f (u) = (1 − u2 )ε/2 h(u), con h ∈ C 2 ((−1, 1), R), y con
z = 12 (1 − u). Esto nos lleva de (3.3.7) a la siguiente ecuación

z(1 − z)h00 + (ε + 1)(1 − 2z)h0 − (ε − s)(ε + s + 1)h = 0. (3.3.8)

La solución de (3.3.8) viene dada en términos de una función hipergeométrica, de-


pendiente de los parámetros de (3.3.7), como sigue
1
f (u) = (1 − u2 )ε/2 F [ε − s, ε + s + 1, ε + 1, (1 − u)]
2

(ε − s)n (ε + s + 1)n
(3.3.9)
X
= (1 − u2 )ε/2 n (ε + 1)
(1 − u)n ,
n=0
n!2 n

donde (x)n = x(x + 1) . . . (x + n − 1), con x ∈ C y n ∈ N0 , es el llamado símbolo de


Pochhammer.
Esta serie (3.3.9) converge si | 12 (1 − u)| < 1, i.e., si u ∈ D(1, 2), con D(1, 2) el
disco centrado en u = 1, con radio 2. Sin embargo, a través de la correspondiente
prolongación analítica, podemos tomar esta función también holomorfa en la región
dada por |u| ≥ 1, salvo en la rama {z : Im(z) = 0, |z| ≥ 1}.
Nótese que, con estas últimas consideraciones, si u → 1, es decir, si x → ∞, la
expresión (3.3.9) es finita; y si u → −1, es decir, si x → −∞, para tener convergencia
debemos imponer ε − s = −n, con n ∈ N0 (véase [34]). Esto implica que la función
hipergeométrica de (3.3.9) es un polinomio de grado a lo sumo n, y finito para
u → −1. √
Recordemos que ε = λ, y como λ = v 2 − w2 se tiene que
√ √
− n = ε − s = λ − s =⇒ λ=s−n
2 2 2
=⇒ wn = v − (s − n) , n ∈ N0 . (3.3.10)

Esto clarifica, al fin, el espectro que podemos tener


√ para cualquier−teoría cuya ecua-
ción espectral en el sector kink es (3.3.4), para v 2 − w2 − s ∈ Z . En particular,
1. sine-Gordon (s = 1, v 2 = 1)
 2
 v −1=0 n=0
wn2 = v 2 − (1 − n)2 = (3.3.11)
v2 = 1 n=1

2. φ4 (s = 2, v 2 = 4)
 2

 v −4=0 n=0



wn2 = v 2 − (2 − n)2 = v2 − 1 = 3 n = 1 (3.3.12)




 2
v =4 n=2
3.3. CÁLCULO DE SPEC(K̂) Y δ(K) 89

Estos espectro dan cuenta de los modos nulos en ambas teorías, así como de estados
semiligados en w2 = 1 (sine-Gordon), y w2 = 4 (φ4 ), como el ínfimo del espectro
continuo de los K̂. En esta última, además, aparece un modo ligado, no semiligado
y no nulo, con frecuencia w2 = 3, en la teoría φ4 . Este último fenómeno se debe
a que el modelo φ4 es una simplificación del modelo de sine-Gordon, a partir del
truncamiento en el término de grado 4 en el desarrollo de Taylor de la autointeracción
de esta última teoría.

3.3.2. Cálculos sobre estados de scattering


Recurrimos a un razonamiento análogo al del cálculo de estados ligados, con una
importante diferencia: ahora λ = v 2 −w(k)2 ≤ 0. Así, partiendo de la misma ecuación
(3.3.4), y con el mismo parámetro λ pero con signo cambiado, repetimos√el cambio
de variable a través del difeomorfismo u = tanh(x), denotando ahora k = −λ ∈ R.
Nótese que ahora denotamos √ a este√parámetro como si fuera un vector de onda, y
tiene el sentido de que k = −λ = w2 − v 2 , i.e., es justamente el número de onda
de las relaciones de dispersión conocidas. Así, aplicando estos cambios en (3.3.4), se
tiene que

k2
 
2 0 0
[(1 − u )f (u)] + s(s + 1) + f (u) = 0. (3.3.13)
1 − u2

Añadimos ahora un nuevo cambio de variable. Consideramos k = iτ , de tal forma


que

τ2
 
2 0 0
[(1 − u )f (u)] + s(s + 1) − f (u) = 0. (3.3.14)
1 − u2

Resolvemos
√ (3.3.14) igual que para los estados ligados, sin olvidar que τ = −iε, y
ε = −λ. Consideramos f (u) = (1 − u2 )−ik/2 h(u), z = 12 (1 − u), de modo (3.3.14)
se convierte en

z(1 − z)h00 + (τ + 1)(1 − 2z)h0 − (τ − s)(τ + s + 1)h = 0. (3.3.15)

Con todo ello, la solución viene de nuevo dada en términos de una función hiper-
geométrica como sigue
1
f (u) = (1 − u2 )−ik/2 F [−ik − s, −ik + s + 1, −ik + 1, (1 − u)]
2

(−ik − s)n (−ik + s + 1)n
(3.3.16)
X
= (1 − u2 )ε/2 n
(1 − u)n .
n=0
n!2 (−ik + 1)n

Nótese que si tomamos u → 1, es decir, x → ∞, podemos aproximar

1 − u = 1 − tanh(x) ≈ 2e−2x , (3.3.17)

lo que nos daría, bajo el régimen asintótico por el lado x → ∞, una forma asintótica
de onda transmitida proporcional a eikx .
90 CAPÍTULO 3. CORRECCIONES DE MASA AL ORDEN DE UN LAZO

Por otro lado, bajo u → −1, es decir, x → −∞, la forma asintótica del autoestado
viene dada por (para mayor detalle, ver [35]),
 
−ikx Γ(ik)Γ(1 − ik)
f (x) ≈ e
Γ(−s)Γ(1 + s)
 
Γ(−ik)Γ(1 − ik)
+e ikx
. (3.3.18)
Γ(−ik − s)Γ(−ik + 1 + s)

Así, los estados asintóticos de este sistema están dados, de forma general, como

f (x) ≈ ae−ikx + beikx , x → −∞,


f (x) ≈ eikx , x → ∞. (3.3.19)

Denotamos b(k) y t(k) las amplitudes de scattering de reflexión y de transmisión, y


escribimos t(k) = 1 + c(k) de tal forma que el desfasaje se podrá obtener a partir de
c(k) (ver [33], p. 105). Entonces,

a Γ(ik)Γ(−ik − s)Γ(−ik + s + 1)
b(k) = = ,
b Γ(−ik)Γ(−s)Γ(1 + s)
1 Γ(−ik − s)Γ(−ik + s + 1)
1 + c(k) = = t(k) = . (3.3.20)
b Γ(−ik)Γ(1 − ik)

Notemos que (ver [33]), si s = n ∈ Z, se obtiene transmisión total |t| = 1, y además


Γ(−n) = ∞, lo que implica que b(k) = 0.
Usamos ahora que, para todo z ∈ C,
π
Γ(z)Γ(1 − z) = . (3.3.21)
sin(πz)

Utilizando esta relación en la primera igualdad de (3.3.20), se sigue que

cos2 π s + 12

2
|b(k)| =  , (3.3.22)
sinh2 (πk) cos2 π s + 12

lo cual se anula si 0 > −s(s + 1), relación que se cumple si s ∈ N. En particular,


los potenciales de Pöschl-Teller son transparentes si s ∈ N, lo que demuestra
una afirmación que viene siendo recurrente en este trabajo.
Entramos ahora en el cálculo de los desfasajes. Para ello, necesitamos la forma
exacta de las formas asintóticas de los autoestados de scattering. Nos limitamos a
sine-Gordon (s = 1), pues el procedimiento para φ4 es análogo, pero sus cálculos nos
desviarían demasiado de nuestros objetivos. Además, en B presentamos someramente
un método de factorización que nos permite expresar la forma general de dichos
desafasajes, para potenciales de Pöschl-Teller con s ∈ N. Así pues, en este caso, y
usando (3.3.16), se obtiene la siguiente forma exacta de autoestado de scattering
([36] y [33]):

(ik − tanh(x)) ikx


fk (x) = e . (3.3.23)
ik + 1
3.4. CORRECCIONES EN EL MODELO DE SINE-GORDON 91

Tomamos x → ∞, y como entonces tanh(x) → 1, es inmediata la forma de 1 + c(k).


Recordemos que b(k) = 0 para todo k, bajo el límite x → −∞. Así pues,
ik − 1 2
1 + c(k) = =⇒ c(k) = − . (3.3.24)
ik + 1 1 + ik
Tengamos en cuenta, recurriendo a la deducción dada en [33], que nuestro potencial
es par y transparente, lo que implica que los desfasajes asociados a los autoestados
pares e impares coinciden, y por ello c(k) = 2ieiδ(k)/2 sin(δ(k)/2), con δ(k) el desfasaje
asociado a ambos tipos de autoestados. Entonces, sustituyendo en (3.3.24), se sigue
que
i k+i
= eiδ(k)/2 sin(δ(k)/2) =⇒ 2 = sin(δ(k)/2) cos(δ(k)/2) + i sin2 (δ(k)/2)
1 + ik k +1
k
 k2 +1 = sin(δ(k)/2) cos(δ(k)/2)
=⇒ (3.3.25)
 1 2
k2 +1
= sin (δ(k)/2).

De esta manera, dividiendo la segunda igualdad entre la primera, se sigue que


1
tan(δ(k)/2) = . (3.3.26)
k
Para poder expresa el desfasaje, necesitamos dar una buena definición de la función
arctan en C, para lo que quitamos la rama {reiπ/2 : r ≥ 0}, lo que nos da una
buena definición para los valores 1/k ∈ R \ {0}. De esta forma, podemos afirmar
que, para todo número de onda k el desfasaje para el estado de scattering descrito,
con generalidad, en el modelo de sine-Gordon, es
1
δ(k) = 2arctan , (3.3.27)
k
admitiendo la extensión, aunque no esté dentro del dominio de δ(k), de δ(k) → 0
para k → ∞.
Por su parte, enunciamos el valor que toma esta magnitud en el modelo φ4 :
3k
δ(k) = −2arctan , (3.3.28)
2 − k2
de nuevo en el dominio {reiπ/2 : r ≥ 0}, admitiendo δ(k) → 0 para k → ∞.
Con todo ello, ya conocemos todos los autoestados ligados y autoestado semiligado,
los espectros finitos con los cuadrados de las frecuencias de los modos asociados a
todos estos, las formas explícitas de los autoestados de scattering, sostenidos sobre
un espectro continuo de autovalores, para todo s ∈ N, y los desafasajes para sine-
Gordon y φ4 (s = 1 y s = 2).

3.4. Correcciones en el modelo de sine-Gordon


Dada su mayor simpleza analítica, empezamos por el modelo de sine-Gordon.
Resumimos los objetos más importantes para el cálculo de la corrección ∆E[φk ].
92 CAPÍTULO 3. CORRECCIONES DE MASA AL ORDEN DE UN LAZO

Recordemos que V (x) = 1 − 2sech2 (x), con lo que, como


Z
dx sech2 (x) = tanh(x)|∞−∞ = 2, (3.4.1)
R

se sigue que hV (x)i = −4. Así, ya hemos deducido todo lo que sigue

hV (x)i = −4, Spec(K̂0 ) = {v12 = 1} ∪ {v(k)2 = k 2 + 1}k∈R ,


Spec(K̂) = {w1 = 0} ∪ {w22 = 1}1/2 ∪ {w(q)2 = q 2 + 1}q∈R ,
l 1
ρ0 (k) = , δ(q) = 2arctan ,
2π q
l 1 ∂δ(q) l 1 1
ρ(q) = + = − , (3.4.2)
2π 2π ∂q 2π π 1 + q 2
donde el subíndice 1/2 en el segundo espectro denota al estado semiligado, en relación
a que la contribución de la frecuencia de este modo se dará con un factor 1/2.
Sustituyendo todos estos valores en la fórmula DHN (3.2.48), se sigue que
∆E2 [φk ] 1 1 1
2
= ·0+ −
~γd 2 4 4
∂δ(k) √ 2
Z Λ  Z Λ 
1 1 1 dk
+ lı́m dk k +1− 1 − lı́m √
2π Λ→∞ 0 ∂k π 2 Λ→∞ −Λ k 2 + 1
Z Λ  √ Z Λ
  
1 2 1 1 dk
= lı́m dk − 2 k2 + 1 − 1 − lı́m √
2π Λ→∞ 0 k +1 π 2 Λ→∞ −Λ k 2 + 1
Z Λ Z Λ
1 1 1 1 dk
= − lı́m dk √ − + lı́m √
π Λ→∞ 0 k 2 + 1 π π Λ→∞ 0 k2 + 1
1
=− . (3.4.3)
π
Nótese que si nos hubiéramos quedado en la regularización con el cutoff de modos
de fluctuación, la corrección sería

∆E1 [φ]/(~γd2 ) = 0. (3.4.4)

No obstante, podemos tomar con total libertad el límite Λ → ∞, el cual, con los
contratérminos añadidos (3.2.45), añaden un término no nulo a la corrección total.
Como γd2 = λ/m2 es una de las constantes dadas en la teoría de sine-Gordon, se
tiene que

~λ ~λ
∆E[φk ] = − 2
≈ −0,31831 · 2 (3.4.5)
πm m
Con este resultado concluimos que el análisis perturbativo de la acción hasta segundo
orden en potencias de la fluctuación, así como la naturaleza atractiva y transparente
del potencial de Pöschl-Teller, la regularización sobre el número de modos, o la in-
clusión de contratérminos que compensen la divergencia considerada del propagador
que encontramos en el diagrama 3.1, determinan teóricamente una corrección nega-
tiva, lineal en ~ por la forma en que hemos truncado la expansión perturbativa, de
3.5. CORRECCIONES EN EL MODELO φ4 93

la masa clásica del kink de sine-Gordon. La causa de esta corrección reside en una
idea recurrente en las teorías cuánticas de campos: las llamadas, con total genera-
lidad, fluctuaciones cuánticas de vacío. Éstas se definen como cambios aleatorios y
pequeños en los valores de determinados campos, a razón de las incertidumbres en
tiempo y energía. El fundamento está en el principio de incertidumbre de Heisenberg
[37]. Éste afirma que las incertidumbres de energía y tiempo están relacionadas por
la desigualdad
1
∆E∆t ≥ ~, (3.4.6)
2
con lo que, en el vacío, pares de partículas virtuales, con energía dentro del margen
de ∆E, y con tiempos de vida más pequeños que ∆t, son creadas y destruídas
continuamente. En nuestro caso, hemos estudiado el efecto de estas fluctuaciones
sobre el valor de una masa obtenida por métodos clásicos y, para ello, hemos recurrido
a técnicas de regularización y renormalización que nos han dado valores finitos y
concretos de dichas correcciones.

3.5. Correcciones en el modelo φ4


Análogamente, para el modelo φ4 tenemos los siguientes valores

hV (x)i = −12, Spec(K̂0 ) = {v12 = 4} ∪ {v(k)2 = k 2 + 4}k∈R ,


Spec(K̂) = {w1 = 0} ∪ {w22 = 3} ∪ {w32 = 4}1/2 ∪ {w(q)2 = q 2 + 4}q∈R ,
l 3q
ρ0 (k) = , δ(q) = −2arctan ,
2π 2 − q2
l 1 ∂δ(q) l 3 2 + q2
ρ(q) = + = − , (3.5.1)
2π 2π ∂q 2π π (1 + q 2 )(4 + q 2 )

con notación análoga. Sustituimos estos valores en (3.2.48), lo que nos da la siguiente
corrección vía dicha fórmula DHN:
∆E2 [φk ] 1 √  1√ 1√
= 0 + 3 + 4 − 4
~γd2 2 4 4
Z Λ 
k2 + 2 √ Z Λ
  
1 12 2 dk
+ lı́m dk −6 2 2
k +4− 1 − lı́m √
2π Λ→∞ 0 (k + 1)(k 2 + 4) 4π 2 Λ→∞ 0 k2 + 4
√   √ !!
3 3 Λ 1 3Λ
= − lı́m arcsinh + √ arctan √
2 π Λ→∞ 2 3 4 + Λ2
  √ √


3 Λ 3 3 3
− 1 − lı́m arcsinh = − − arctan( 3)
π Λ→∞ 2 2 π π
1 3
= √ − , (3.5.2)
2 3 π

donde se ha utilizado que arctan( 3) = π/3, dada la rama escogida para la función
tangente en (−π/2, π/2). También, se ha utilizado la tabla de primitivas [38] para
94 CAPÍTULO 3. CORRECCIONES DE MASA AL ORDEN DE UN LAZO

la segunda igualdad.
Ahora, si omitiéramos la adición de los contratérminos (3.2.45), y solo nos quedára-
mos con la regularización con el cutoff sobre el número de modos, tendríamos una
corrección como sigue

∆E1 [φk ]/(~γd2 ) = 1/2 3. (3.5.3)

No obstante, con los contratérminos añadidos a raíz de la divergencia vía la auto-


energía del loop de la teoría, tenemos, teniendo en cuenta que de nuevo γd2 = λ/m2 ,
la siguiente corrección total sobre la energía clásica del kink de φ4 hasta el orden de
un lazo:
 
~λ 1 3 ~λ
∆E[φk ] = 2 √ − ≈ −0,0889043 · 2 (3.5.4)
m 2 3 π m

Análogo comentario al de sine-Gordon es aplicable a este último resultado: de nuevo,


las fluctuaciones cuánticas resultan en una corrección negativa de la masa clásica
del kink, con una diferencia con respecto al caso anterior: ahora, limitándonos a la
regularización por el cutoff en la energía, la corrección es no nula y positiva, como
se aprecia en (3.5.3).
De esta manera, ya conocemos los valores teóricos con que las fluctuaciones cuánticas
de vacío desplazan el valor de la masa clásica de nuestros dos kinks, como función
de ~.
Capítulo 4

Conclusiones

Presentamos a continuación una lista de los resultados más importantes de este


trabajo. Hemos referido las fórmulas que presentamos con su numeración original,
para que al lector interesado le sea más fácil ir a la correspondiente ubicación en el
propio trabajo.
1. Hemos estudiado la naturaleza topológica de las soluciones kink en una teoría
escalar y bosónica con espacio de configuraciones estacionarias

D = {φ ∈ Maps(R, R) : E[φ] < ∞}, (1.2.4)

estudiando el carácter de conexión de D a través de la relación M ∼ = G/H, con


H el grupo pequeño de todos y cada uno de los elementos de la variedad de
vacío M , G el grupo discreto de simetría de la teoría, y E[·] el funcional energía
de la teoría. Todo el desarrollo, realizado sobre todo en el primer capítulo, ha
mostrado la marcada relación existente entre las soluciones estacionarias de
estas teorías escalares y la topología del espacio de configuración, determinada
por las condiciones de contorno que ubicamos en M .

2. Hemos explorado algunas consecuencias de esta topología propia de las solu-


ciones kink: su estabilidad, el comportamiento en el espacio de éstas a través
de las cotas y ecuación de primer orden de Bogomolny, o el carácter atractivo
de los sistemas kink-antikink en φ4 , y el carácter repulsivo de los sistemas kink-
antikink en sine-Gordon. Con respecto a esta última observación, la topología
de D determina todos los posibles sistemas multi-kink/antikink a través de las
relaciones

fi (∞) = fi+1 (−∞), (1.7.8)

con fi y fi+1 las soluciones estacionarias localizadas en puntos ai y ai+1 con-


secutivos en una sucesión de valores de R.

3. Hemos particularizado todo el desarrollo clásico anterior en los modelos de


φ4 y de sine-Gordon, dando una forma particular a las biyecciones probadas
sobre los grupos de homotopía, π1 (M ) = Z para sine-Gordon y π1 (M ) = Z2
para φ4 ; así como a las soluciones tipo kink, monótonas, con densidad de
energía localizada en una región acotada del espacio, y masa en reposo finita.

95
96 CAPÍTULO 4. CONCLUSIONES

A través de las correspondientes transformaciones de Lorentz, hemos pasado


de estas soluciones estacionarias a las ondas propagantes no disipativas que
caracterizan esta teoría, en particular

φφ4 (t, x) = ±tanh(γ(x − x0 − vt)), (2.3.13)


φsG (t, x) = ±4 arctan(eγ(x−x0 −vt) ) + 2πn (n ∈ Z), (2.4.13)

con energías en reposo o masas clásicas dadas por

E[φφ4 ] = 4/3, (2.7.4)


E[φsG ] = 8. (2.6.5)

4. Sobre las soluciones clásicas anteriores, hemos desarrollado correcciones cuán-


ticas al orden de una lazo, en dos fases caracterizadas por distintos métodos de
regularización. Las correcciones que resultan son consecuencia del fenómeno
de las fluctuaciones cuánticas de vacío, las cuales se derivan del principio de
incertidumbre de Heisenberg. Dichas fases son:

1) Regularización por cutoff sobre el número de modos de fluctuación, con


correcciones

∆E1 [φsG ] = 0, (3.4.4)



∆E1 [φφ4 ] = ~λ/(2 3m2 ). (3.5.3)

2) Junto a lo anterior, por renormalización de la masa a través contratér-


minos añadidos a raíz del orden normal del Hamiltoniano cuantizado,
obtenemos
~λ ~λ
∆E2 [φsG ] = − 2
≈ −0,31831 · 2 , (3.4.5)
πm  m
~λ 1 3 ~λ
∆E2 [φφ4 ] = 2 √ − ≈ −0,0889043 2 . (3.5.4)
m 2 3 π m

En (3.4.4) y (3.5.3) presentamos las correcciones, hasta primer orden en ~,


de dichas masas clásicas, a través de las diferencias, calculadas modo a mo-
do, entre las energías de vacío de los sectores topológicos de kink y de vacío.
Sin embargo, no nos hemos quedado ahí, y de cara a solventar la divergencia
debida a la autoenergía dada en 3.1, hemos añadido la diferencia de los contra-
términos, de nuevo entre los sectores kink y de vacío, de las teorías escalares
de sine-Gordon y φ4 , también hasta primer orden en ~. Este último cálculo
nos ha dado unas correcciones finales negativas dadas por (3.4.5) y (3.5.4).
Apéndice A

Espacio de Fock

Introducimos algunas nociones esenciales en la formalización de toda teoría cuán-


tica de campos, referentes al espacio de Fock. Nos limitamos a dar las nociones
básicas de los operadores creación, aniquilación, y número de ocupación, así como
de mostrar superficialmente la construcción y la forma de este espacio, con el cual
expresamos los estados cuánticos de las teorías de campos cuantizadas que se dan
en este trabajo. En este apéndice, seguiremos la referencia [39]
Sea H el espacio de Hilbert monoparticular, como lo puede ser frecuentemente el
espacio de clases de equivalencia de funciones de cuadrado integrable en R3 , L2 (R3 ),
para el caso de partículas sin espín, y sean ϕ1 (x) ∈ H1 = H cada uno de sus ele-
mentos. En estos términos, un estado de dos partículas viene dado por el producto
tensorial
ϕ1 (x1 , x2 ) ∈ H2 = H ⊗ H (A.0.1)
Análogamente, para un estado de n-partículas,

ϕn (x1 , . . . , xn ) ∈ H ⊗n . (A.0.2)

Denotaremos por (·, ·) al producto interno definido en el espacio de n partículas


H ⊗n .
Como es bien sabido, sistemas de partículas idénticas obedecen a las conocidas es-
tadísticas de Fermi o de Bose. En términos de elementos de un espacio vectorial de
Hilbert, esto se traduce en que tenemos estados simétricos de la forma
1 X
Sn+ ϕn = ϕn (xπ1 , . . . , xπn ), (A.0.3)
n! π
o antisimétricos como
1 X
Sn− ϕn = sgn(π)ϕn (xπ1 , . . . , xπn ). (A.0.4)
n! π
donde π denota a cada uno de los elementos del grupo simétrico Gn de permutaciones
con cardinal n!, y donde se ha usado la aplicación sgn : Gn → {−1, 1}, para la
cual sgn(π) = +1 si π se descompone como composición de un número par de
transposiciones, y sgn = −1 si lo hace en un número impar (téngase en cuenta
que las trasposiciones generan el grupo Gn ). Sn+ y Sn− son operadores proyección del

97
98 APÉNDICE A. ESPACIO DE FOCK

espacio de estados de n partículas en el espacio de estados de n partículas simétricos y


antisimétricos, respectivamente. De esta forma, por su construcción podemos afirmar
que Sn+ y Sn− son operadores idempotentes y autoadjuntos, es decir,

(Sn± )2 = Sn± ,
(ψn , Sn± ϕn ) = (Sn± ψn , ϕn ). (A.0.5)
De esta forma, definimos los verdaderos estados físicos de n partículas, ya sea para
la estadística de Bose o la de Fermi, como sigue:

Hn± = Sn± H ⊗n , (A.0.6)


donde el signo + hace referencia a los bosones, y − a los fermiones. Nótese que lo
único que hemos hecho ha sido simetrizar, o antisimetrizar, los estados producto
tensorial definidos sobre un producto tensorial de espacios de Hilbert que contienen
estados monoparticulares.
Así, con esta estructura funcional, pasamos a definir el espacio en el que daremos
estados multiparticulares cualesquiera, con el signo dependiendo de a qué estadística
estemos obedeciendo.
Definición A.0.1. Todos los estados multiparticulares los vienen dados en el lla-
mado espacio de Fock, definido como:

(A.0.7)
O
F± = Hn± ,
n=0

donde
H0 = {αΩ}, α ∈ C, (A.0.8)
es el espacio de Hilbert unidimensional formado por los que llamaremos estados
de vacío.
Notemos que un elemento de F ± o, cuando se quiera generalizar para ambas
estadísticas, simplemente F , viene dado por una sucesión infinita de estados, los
cuales serán el correspondiente de vacío, el de una partícula, el de dos partículas,
etc. Esto es, los elementos de F son de la forma

φ = (ϕ0 , ϕ1 , . . . ), (A.0.9)
donde, formalizando lo que acabamos de decir,
ϕ0 = αΩ, para algún α ∈ C, ϕ1 ∈ H1 , . . . , ϕn ∈ Hn± , . . . (A.0.10)
De forma usual a como se suele definir el producto interno de una suma directa de
espacios de Hilbert, damos el producto interno del espacio de Fock como sigue

(A.0.11)
X
(φ, ψ) = (ϕn , ψn )n ,
n=0

donde (·, ·)n denota al producto interno de Hn± , que no es más que el de Hn restringido
a estados simétricos o antisimétricos.
A continuación, formalizamos, en estos espacios, la forma que tomará el operador
número de partículas, que denotaremos por N .
99

Definición A.0.2. Sea φ = (ϕ0 , ϕ1 , . . . ) ∈ F . Entonces, para todo n ∈ N0 , definimos


el operador número de partículas N de la siguiente forma

(N φ)n = nϕn , (A.0.12)

sobre un dominio dado por


( )
(A.0.13)
X
D(N ) = φ∈F : n2 ||ϕn ||2n = ||N φ||2 < ∞ .
n

De esta definición se sigue automáticamente el siguiente resultado.

Proposición A.0.3. El operador número de partículas N es no acotado, positivo y


auto-adjunto sobre el dominio D(N ) dado en la definición A.0.2.

El significado físico de este operador es el de devolver como autovalores de los


correspondientes elementos generadores del espacio de Fock el número de partículas
en un determinado estado, dado en términos de coordenadas o de momentos, en
función de la representación que se esté utilizando. De esta forma, cualquier operador
A que actúe sobre el espacio de Fock F y que conmute con N , es decir

[A, N ] = 0, (A.0.14)

no cambiará el número de partículas de lo estados del correspondiente sistema.


Ahora, introducimos los operadores que sí que cambian el número de partículas.
Empezamos por el operador creación a∗ (f ), el cual crea una partícula con “función
de onda” f ∈ H1 , i.e., a∗ (f )Ω = f , y

(a∗ (f )φ)n = nSn± (f ⊗ ϕn−1 ), n ∈ N, φ ∈ F, (A.0.15)

donde, por ahora, ∗ es un mero formalismo. Veremos √ más adelante que su significado
será el de adjunto de otro operador. Por el factor n, a es no acotado para bosones,

mientras que sí será acotado para fermiones. Esto es debido a la antisimetrización


en el último caso, hecho que no ocurre en el caso bosónico.
Definidos los operadores creación, los de aniquilación se definen de forma análoga

Z
(a(f )φ)n (x1 , . . . , xn ) = n + 1 dxf ∗ (x)ϕn+1 (x, x1 , . . . , xn ), n ∈ N0 , (A.0.16)

esto es, absorbe una partícula con función de onda f . En el vacío Ω = (1, 0, . . . ),
éste actúa de la forma

a(f )Ω = 0, f ∈ H1 . (A.0.17)

Con esta construcción, aunque no es trivial, enunciamos la relación esperada de


operadores adjuntos de los operadores de creación y aniquilación:

a(f ) = a∗ (f )† , f ∈ H1 , (A.0.18)
100 APÉNDICE A. ESPACIO DE FOCK

lo que se puede interpretar como la definición abstracta de los operadores de aniqui-


lación.
A partir de a∗ , podemos definir, en los espacios de coordenadas y de momentos, los
funcionales a∗ (x) y â∗ (k) que toman valores en el espacio de operadores con origen
en F , de la forma
Z Z
a (f ) = dxa (x)f (x) = dkâ∗ (k)fˆ(k),
∗ ∗
(A.0.19)

con fˆ la transformada de Fourier de f , y donde al operador a se le hace corresponder


expresiones análogas. Con este formalismo, si tomamos una base ortonormal {fj }
de H1 , con fj∗ sus conjugados, podemos escribir estos objetos en términos de series
de Fourier como
X X
a∗ (x) = a∗ (fj )fj∗ (x) = a∗ (fj∗ )fj (x),
j j
X X

â (k) = a∗
(fˆj )fˆj∗ (x) = a∗ (fˆj∗ )fˆj (x),
j j
X X
a(x) = a(fj∗ )fj (x) = a(fj )fj∗ (x),
j j

(A.0.20)
X X
â(k) = a(fˆj∗ )fˆj (x) = a(fˆj )fˆj∗ (x)
j j

Con todo ello, escribimos las siguientes expresiones de a∗ (k) y a(x) actuando sobre
componentes de elementos de F , en los espacios de momentos y de coordenadas.
Damos solo este par por su trivial analogía con las expresiones de a(k) y a∗ (x).

(â∗ (k)φ)n (k1 , . . . , kn ) = nSn∓ (δ(k − k1 )ϕn−1 (k2 , . . . , kn )),

(a(x)φ)n (x1 , . . . , xn ) = n + 1ϕn+1 (x.x1 , . . . , xn ). (A.0.21)
La primera expresión no es un operador, pues está actuando sobre distribuciones
delta; mientras que la segunda sí que lo es. Los operadores a y a∗ , escritos en
estos términos, no son más que coeficientes de Fourier de una expansión en una base
ortonormal. Llegados a este punto, presentamos una forma en que se puede expresar,
a partir de los operadores creación y aniquilación, el operador número de partículas:
Z
N = dxa† (x)a(x), (A.0.22)

o bien, a partir de (A.0.20), se tiene


(A.0.23)
X X
N= a† (fj )a(fk )(fj , fk ) = a† (fj )a(fj ).
jk j

De ello, y ya para concluir esta construcción, se puede probar que


(N φ)n = nSn± ϕn (x1 , . . . , xn ). (A.0.24)
Todo ello formaliza, de manera superficial, el análisis funcional que hay detrás de las
locuciones “estados en el espacio de Fock” o “cuantizamos tomando los coeficientes
de Fourier como operadores de creación y aniquilación”. Aunque, por supuesto, no
hemos hecho más que rozar la punta del iceberg, a nosotros nos basta con quedarnos
aquí.
Apéndice B

Potencial de PT. Método de


factorización

En este apéndice recogemos, con las correspondientes justificaciones físicas y/o


matemáticas, la razón de ser y la forma de las amplitudes de scattering y de reflexión,
a las que denotaremos t(k) = 1 + c(k) y b(k) respectivamente, dependientes del
número de onda k; así como los desfasajes de los autoestados de scattering, para
un sistema físico cuya evolución espacial está gobernada por la siguiente EDO de
segundo orden de tipo Schrödinger

− f 00 (x) + V (x)f (x) = λf (x), (B.0.1)

donde λ = w2 − v 2 , preservando la notación de los problemas espectrales del trabajo.


Nótese que si λ ≥ 0 (estados de scattering), λ no es otra cosa que k 2 , con k el
número de onda de las relaciones de dispersión de esta parte del espectro. En el
desarrollo que sigue, seguiremos el planteamiento de [33] (p. 109-113). El recorrido
de este apéndice será el de aportar estos resultados a través del llamado método de
factorización, el cual nos permitirá inducir éstos y otros contenidos de la teoría, a
partir de la teoría libre (potencial nulo) que sea compañera (partner) de la teoría de
nuestro interés. Esto justificará, de una forma alternativa, determinados rasgos del
teorema de Levinson o del porqué de la transparencia de ciertos potenciales.
Cuando nos restrinjamos al caso de potencial de Pöschl-Teller (PT en adelante),
tomaremos
V (x) = −s(s + 1)sech2 (x), s ∈ N0 , (B.0.2)
donde ya se están tomando parámetros s enteros no negativos. Las expresiones (3.3.9)
y (3.3.16) nos dan las soluciones generales, para λ ≥ 0 y λ ≤ 0 (i.e., estados de
scattering y ligados de (B.0.1), donde u = tanh(x)). La particularización de estas
expresiones en casos concretos de s la daremos siguiendo las tablas de funciones
geométricas del capítulo 2 de [34].
Fijemos s = 1. Esto nos da el problema espectral en términos del operador de
segunda variación de la energía, que denotábamos por K̂, en el sector kink de la
teoría de sine-Gordon. El único estado ligado de este sistema, que damos a partir de
(3.3.9) y [34], viene dado como

f1 (x) = N sech(x), N constante de normalización, (B.0.3)

101
102 APÉNDICE B. POTENCIAL DE PT. MÉTODO DE FACTORIZACIÓN

lo cual describe el modo normal nulo en este sistema, i.e.,

wn = 0 (=⇒ λ = −1). (B.0.4)

Por otra parte, ahora de (3.3.16) y de nuevo por [34], el estado de scattering exacto
viene dada como
ik − tanh(x) ikx
fk (x) = e . (B.0.5)
ik + 1

Ya probamos también que b(k) = 0 para todo k, dado que s ∈ N. De este último
estado de scattering, deducíamos los siguientes desfasaje y amplitud de dispersión

ik − 1
t(k) = 1 + c(k) = , δ(k) = arctan(1/k), (B.0.6)
ik + 1

con la convención de δ(q) → 0 para q → ∞. Hasta ahora, no hemos dicho nada


nuevo. Este es un punto de arranque necesario para la formulación del método de
factorización. En virtud de éste, será un cierto tipo de soluciones de la teoría libre
de (B.0.1) y este primer potencial de PT los que, a través de la factorización del
Hamiltoniano, nos permiten generalizar las expresiones de t(k) y δ(k). El método de
factorización fue iniciado por Schrödinger (1940, [40]), y aplicado por primera vez
con potenciales transparentes por Kay y Moses [41]. Si el lector desea profundizar
en este tema, en [41] encontrará una completa exposición. Aquí nos limitaremos a
las nociones básicas y necesarias para nuestro nuestras teorías de campos.
Nos basamos en los tres resultados siguientes de la ecuación de Schrödinger en una
dimensión:

1. Sea φ0 (x) una solución con energía E0 conocida. Denotamos D = d/dx = −D† .
Escribimos el operador Hamiltoniano como H = −D2 +V (x), con Hφ0 = E0 φ0 .
Entonces, el Hamiltoniano factoriza de la siguiente forma: escribimos φ0 (x) =
eW (x) , y definimos el operador A = D + W 0 (x) = φ0 Dφ−1 0 , de forma que
Aφ0 = 0, H − E0 = A A, y V (x) − E0 = W (x) − W (x).
† 0 2 00

2. Si conocemos una solución φ con energía E conocida, entonces existe una


segunda solución, posiblemente sin significado físico, con la misma energía
E, y obtenida con una cuadratura como sigue: sea φ̂ dicha segunda solución,
entonces A† Aφ̂ = 0, pero Aφ̂ 6= 0. De esta manera, Aφ̂ está en kerA† . Además,
como Aφ = 0, entonces A† φ−1 = 0, y con lo anterior, se sigue que Aφ̂ = φ−1 .
Equivalentemente, como A = D + W 0 (x), se cumple la igualdad
Z
dx
φ̂ = φ . (B.0.7)
φ2

Esto significa que, para cada autovalor E0 , existe una familia de factorizaciones
para los que la solución general es aφ+bφ̂, donde solo varían a y b. No todos los
elementos de esta familia son soluciones físicas, sino que puede haber soluciones
sin una interpretación dentro de nuestro sistema físico.
103

3. Dada una factorización A† A, existe un Hamiltoniano compañero, Ĥ − E0 =


AA† , con el mismo espectro (hasta el estado fundamental), y donde existe una
relación entre las soluciones propias de H y Ĥ dada de la forma

Hφn = En φn =⇒ Ĥψn = En ψn con ψn = Aφn


Ĥψn = En ψn =⇒ Hφn = En φn con φn = Aψn . (B.0.8)

A las funciones auxiliares W (x) se les llama superpotenciales, por su presencia


en la Mecánica Cuántica Supersimétrica (SUSY). Nótese que para encontrar
W (x), dado un potencial V (x), se tiene

V (x) = W 0 (x)2 − W 00 (x) + E, (B.0.9)

lo que equivale a resolver una ecuación de Riccati.1 El potencial compañero


del dado originalmente vendrá dado por

Vc (x) = W 0 (x)2 + W 00 (x). (B.0.11)

Hay casos en que un Hamiltoniano admite más de una factorización, lo que


da lugar a cálculos iterativos entre modelos vinculados por esta relación de
“compañerismo”, induciendo una cadena de Hamiltonianos compañeros.
Nos centramos ahora en la familia Vs (x) = −s(s + 1)sech2 (x), s ∈ N0 . Si s = 0,
estamos en el caso libre, para el que escogemos la solución sin significado físico, de
energía negativa −κ2 < 0, de la forma

φκ (x) = cosh(κx). (B.0.12)

Es claro que φκ (x) → ∞ para x → ±∞, i.e., ésta no es una solución física. No
obstante, ya hemos dejado claro que esta solución solo es un paso intermedio para
la construcción recursiva de soluciones que sí que son físicas.
El operador que factoriza el Hamiltoniano de esta teoría libre, dada φκ , es A =
D + W 0 (x), con W (x) = log(cosh(κx)), esto es, A = D − κtanh(κx). Entonces, por
(B.0.11), y tomando κ = 1 por comodidad, el Hamiltoniano compañero vendría dado
por
Ĥ − E = AA† = −D2 + 1 − 2sech2 (x), (B.0.13)
lo que es, exactamente, el operador K̂ del modelo de sine-Gordon, que configura
un Hamiltoniano unidimensional con potencial de PT para s = 1. Sabemos, por
el análisis introductorio de este apéndice, que existe un único estado ligado (modo
nulo) que, salvo constante de normalización, toma la forma

f1 (x) = sech(x), (B.0.14)


1
Una ecuación de Riccati es una forma de reescribir EDOs de segundo orden ψ 00 (x)+p(x)ψ 0 (x)+
q(x)ψ(x) = 0, mediante el uso de su invariancia por dilataciones ψ 7→ λψ, y cambiando de variable
con ψ(x) = eφ(x) , de forma que la ecuación se reduce a

φ0 (x) = A(x) + B(x)φ(x) + C(x)φ(x)2 , (B.0.10)


0
con φ(x) = φ (x). Esta última ecuación es precisamente la ecuación de Riccati.
104 APÉNDICE B. POTENCIAL DE PT. MÉTODO DE FACTORIZACIÓN

el cual es elemento de ker A, ya que


Af1 (x) = (∂x − tanh(x))sech(x) = 0, (B.0.15)
y f1 (x) 6= 0 para todo x ∈ R, además de que, ahora sí, f1 ∈ L2 (R). Entonces, f1 se
puede interpretar como el estado fundamental para V1 (x) en (B.0.1).
Además, existe en la teoría un autoestado, a priori ligado (autovalor en la parte
discreta de Spec(K̂)), cuyo valor propio viene determinado por λ = 0, esto es,
w2 = v 2 , pero cuya energía no es nula. En un entorno de k = 0, este estado viene
dado como
fk=0 (x) = −tanh(x), (B.0.16)
y, como veremos a continuación, es la evaluación en k = 0 de los estados de scat-
tering. Como vemos, fk=0 (x) es impar, no nulo, y es el que, en el cuerpo de este
trabajo, hemos venido llamando autoestado semiligado del modelo de sine-Gordon,
en el sector de kink.
En virtud del método de factorización, la forma exacta, salvo constante de norma-
lizaicón, de las soluciones de scattering se deduce de la aplicación de A sobre las
ondas libres eikx , esto es,
fk = N (D − tanh(x))eikx . (B.0.17)
Ya sabemos que b(k) = 0 para todo k con estos potenciales transparentes Vs (x),
s ∈ N. Además, de forma alternativa al cálculo directo que ya desarrollamos en el
cuerpo del trabajo, esta factorización nos da la amplitud de dispersión y el desfasaje
de (3.3.24) y (3.3.27), una vez calculemos N en (B.0.17). Este método ha explicado,
hasta ahora, el caso más sencillo de potencial transparente: en el caso de autoesta-
dos de scattering, se trata de un potencial compañero de ondas libres que no tienen
término de onda reflejada (Φk (x) = eikx + 0 · e−ikx ), y como A = D − tanh(x) es
un operador lineal, entonces la amplitud de reflexión nula de estas ondas libres será
amplitud de reflexión nula en la teoría compañera.
Todo este planteamiento nos da otra interpretación del 1/2 del teorema de Levinson.
La onda libre es tal que Φk=0 (x) = 1 6= 0, mientras que el comportamiento general
visto, hasta ahora para s = 1, del caso de Vs (x) con s ∈ N, es de que fk=0 = 0, es
decir, de reflexión total en k = 0. Es sobre este punto sobre el que la comparación
entre Hamiltonianos libres y de interacción, esencia de la demostración del teorema
de Levinson, tiene lugar: la teoría libre se dice que es crítica por su comportamiento
en k = 0, y eso influye en el número de autoestados ligados. Este calificativo de crí-
tico tiene el sentido de que si al potencial V ≡ 0 (teoría libre) lo reducimos, por un
valor δ tal que δ ∈ (−ε, ε) con ε > 0 tan pequeño como se quiera, entonces aparecerá
un nuevo estado ligado, bien diferenciado del caso semiligado, i.e., del umbral del
espectro de estados de scattering.
Volviendo a nuestra familia de potenciales Vs (x), generalizamos la factorización he-
cha a derivadas del superpotencial de la forma W 0 (x) = −ltanh(x), generándose así
una familia de potenciales compañeros de la forma
V0 (x) = 0, V1 (x) = −2sech2 (x), V2 (x) = −6sech2 (x), ...,
... 2
Vs (x) = −s(s + 1)sech (x). (B.0.18)
105

Enunciamos los resultados hasta ahora vistos sobre el caso s = 1, para lo que basta un
razonamiento recursivo con superpotenciales, amplitudes de reflexión y transmisión,
y desfasajes:

1. Amplitudes de reflexión: b(s) (k) = 0, para todo k, y todo s ∈ N (por linealidad


de los operadores que factorizan cada Hamiltoniano).

2. Amplitudes de dispersión:

(ik − l)(ik − (l − 1)) . . . (ik − 2)(ik − 1)


t(k) = 1 + c(k) = . (B.0.19)
(ik + l)(ik + (l − 1)) . . . (ik + 2)(ik + 1)

3. Por la aditividad de los desfasajes,


s m
arctan (B.0.20)
X
δ(k) = ,
m=1
k

escogiendo la rama que dé buena definición para estas funciones arctan, como
C \ {reiπ/2 : r ≥ 0}.

Aplicamos todo esto en nuestras teorías: l = 1 y l = 2.

a) Para l = 1, tenemos un estado ligado par, lo que implica un desfase de π/2,


en acuerdo con el teorema de Levinson: π por el estado ligado, y −π/2 por el
estado crítico del potencial libre compañero, caracterizado en la teoría después
de la factorización como un estado semiligado. El desfasaje de los estados de
scattering ya ha sido dado en este trabajo (ver (3.3.27)).

b) Hay dos estados ligados, uno par y otro impar, así como un estado no nulo
con λ = w2 − v 2 = 0 (lo que se llama una resonancia de energía cero), que es
par. El desfasaje es
 
3q
δ(k) = −2arctan . (B.0.21)
2 − q2

En general, para Vs (x), s ∈ N, tenemos s estados ligados, alternadamente pares e


impares, y una resonancia de energía cero en λ(= w2 − v 2 ) = 0, que también alterna
en paridad con los anteriores.
106 APÉNDICE B. POTENCIAL DE PT. MÉTODO DE FACTORIZACIÓN
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