El Teatro de 1939 Hasta La Actualidad
El Teatro de 1939 Hasta La Actualidad
El Teatro de 1939 Hasta La Actualidad
Al final de la guerra, el panorama par la cultura española es desolador. Lorca y Machados muertos,
parte de la generación del 27 exiliada. Los que se quedaron se dividían entre vencedores y vencidos.
Entre 1939 y 1975 España vive bajo la dictadura del General Franco, época caracterizada por la
represión y el aislamiento internacional. En los años cincuenta se inicia la apertura al exterior y el
desarrollo económico, que en pate mejora las condiciones de vida, pero a cambio de sacrificios como
la emigración.
A partir de los años sesenta apenas hubo cambios hasta la muerte de Franco. Con la llegada de la
democracia los cambios fueron innumerables: libertad política, integración en Europa, desarrollo; pero
no estuvo exenta de problemas, como el terrorismo, las crisis económicas o la corrupción.
Años 40:
En este periodo podemos señalar diversas tendencias. Por un lado, el inclasificable Miguel Hernández,
que tras unos inicios formalistas de influencia gongorina encontró su propio camino literario. Es un
poeta de técnica depurada, sentimiento vehemente y sincero. El rayo que no cesa es un conjunto de
poemas, casi todos sonetos amorosos, influidos por los clásicos. Cancionero y romancero de ausencias,
es un conjunto de poemas sencillos donde se suma la tristeza por la pérdida de su primer hijo y la
pobreza que afronta su mujer y su otro hijo.
Los poetas de ideología más cercana a los vencedores constituyen una corriente denominada poesía
arraigada (según la denominación de Dámaso Alonso), dan mucha importancia a la forma del poema
recurriendo a veces a la métrica clásica. Sus temas son el amor, la patria y la religión. Publican en las
revistas Garcilaso y Escorial, como Luis Rosales, poeta que va evolucionando hacia el versículo y
recibiendo influencias del surrealismo como vemos en su obra La casa encendida.
Frente a esta poesía se escribirá otra atormentada, cargada de angustia, con contenidos
existencialistas, llamada poesía desarraigada, que aparecerá en la revista espadaña de la mano de
Dámaso Alonso, En Hijos de la ira (1944) la poesía se convierte en el medio por el que el ser humano
expresa su dolor. Con un léxico coloquial, versículos violentos, metáforas agresivas y forma
antirretórica trasmite la angustia del absurdo de la vida, la maldad y el miedo. Otra obra de gran
importancia es Sombra del paraíso de V. Aleixandre. Otros grupos serán el grupo Cántico, que intenta
retomar la poesía pura y el postismo que intenta recuperar el espíritu del surrealismo y la
irracionalidad.
A mediados de los años 50 aparece un grupo de poetas que sin renunciar al compromiso vuelve a
preocuparse por la finalidad artística de la poesía forman el grupo de los 50.
Se caracterizan por concebir la poesía como un medio de conocimiento de una realidad más profunda,
como la expresión de las vivencias personales. Los temas se irán inclinando hacia el intimismo y la
experiencia personal, la amistad, el amor, la infancia, aspectos de la vida cotidiana, en ocasiones con
un tono irónico. Otra novedad será el tratamiento del lenguaje prefiriendo el tono coloquial,
conversacional que elevarán a nivel artístico buscando un estilo personal. Destacan, entre otros, Ángel
González, José Ángel Valente y Jaime Gil de Biedma con Las personas del verbo (1975)
Años 80 y 90
Las nuevas tendencias proponen recuperar la poesía de raíz realista dando lugar a lo que llama poesía
de la experiencia, corriente predominante, donde se encuadra los poetas Luis García Montero o Luis
Alberto de Cuenca. Los temas nacerán de la experiencia, a veces sobre motivos banales o cotidianos,
urbanos y próximos como los bares, los amigos, pero comprometidos con los problemas humanos, el
consumismo, la ecología o la enajenación del hombre moderno. La forma adquiere gran cuidado e
importancia. Usarán un lenguaje conversacional, con tono irónico o humorístico, y con la aparición de
elementos de la cultura popular. Este será un marco general donde se desarrollarán varias tendencias
como la poesía realista de tono machadiano y formas tradicionales de Andres Trapiello; la poesía
figurativa que tiende al poema de argumento como la de Luis Antonio de Villena.
Dentro de las tendencias poéticas inspiradas en las vanguardias destaca el neosurrealismo, fieles a la
irracionalidad, el verso amplio y el lenguaje dislocado como De una niña de provincias que se vivo a
vivir a un Chagal, de Blanca Andreu inauguradora de esta tendencia en 1980.
La Guerra Civil y la Dictadura abortan una de nuestras generaciones poéticas más prometedoras, la del
27 y condenan a España al aislamiento. La poesía se concentra en la expresión de inquietudes
existenciales y sociales y descuida la técnica. La llegada de la Democracia supone la apertura a la
influencia exterior y la aparición de una enorme variedad de tendencias.