Miel de Manuka
Miel de Manuka
Miel de Manuka
Yo no tengo colmenas ni tampoco vendo miel. Al igual que a usted, me tocará desembolsar la cantidad exorbitante
de 30 euros o más si quiero comprar un tarro de miel de manuka.
En internet, por supuesto, se encuentran vendedores que ofrecen tarros por un precio menor, si bien antes de sacar
la tarjeta de crédito compruebe qué es lo que contienen realmente. El tamaño que aparece en la pantalla no debe
confundirse con el real, y por 15 euros se arriesga a encontrarse con un tarro parecido a esas pequeñas mermeladas
de los buffet del desayuno de los hoteles que apenas dan para una tostada.
La miel de manuka es un producto selecto dorado y untuoso de propiedades terapéuticas y con mil virtudes para la
salud. Originaria de varios bosques de Nueva Zelanda, la miel de manuka tiene propiedades medicinales conocidas
por los indígenas maoríes desde tiempos inmemoriales. Sus propiedades antibacterianas la convirtieron en un
producto de uso muy generalizado contra las infecciones hasta la Primera Guerra Mundial. La aparición de los
antibióticos la relegó al olvido durante décadas, hasta que la ofensiva mundial de las bacterias resistentes a los
antibióticos la ha traído de nuevo a escena.
Y aquí, antes de pasar a hablarle de la miel de manuka, no puedo dejar de mencionar el informe que acaba de
presentar la Organización Mundial de la Salud (OMS) sobre la resistencia a los fármacos antimicrobianos y en
particular a los antibióticos, alertando de cómo esta amenaza ya es una realidad en todos los países del mundo. Y es
que muchos fármacos habitualmente utilizados para combatir determinadas bacterias (muchas de ellas
potencialmente mortales) simplemente han dejado de funcionar. (1)
“El mundo está abocado a una era posantibióticos en la que infecciones comunes y lesiones menores que han sido
tratables durante decenios volverán a ser potencialmente mortales”. No lo digo yo, sino que lo ha dicho el Dr. Keiji
Fukuda, Subdirector General de la OMS para Seguridad Sanitaria, al presentar el informe. Al margen de las medidas
que tomen al respecto los Gobiernos y las autoridades sanitarias, este informe nos debe hacer reflexionar sobre
nuestra propia responsabilidad en el uso de los antibióticos. Y es también el momento de mirar con mayor interés
las posibilidades que nos brinda la medicina natural, deonde la miel de manuka puede tener un espacio interesante
en nuestro particular botiquín.
La miel de manuka es una miel monofloral cuyo nombre procede del arbusto del que liban las abejas, la manuka
(Leptospermum scoparium en lenguaje científico).
La planta es originaria de Nueva Zelanda, pero ante el éxito de la miel hoy en día también se cultiva en Inglaterra y
Estados Unidos.
Manuka (de la palabra maorí “mānuka”) es el nombre que se utiliza en Nueva Zelanda para nombrar a la planta de
la que surge la miel de manuka, y “árbol de té” es el nombre que para esa misma planta se emplea en Australia y
también en algunos lugares de Nueva Zelanda. Pero tiene que tener mucho cuidado cuando vaya a adquirir miel de
manuka bajo el nombre de “árbol de té” para tener la seguridad de que realmente se trata de miel de manuka, dado
que con el nombre de “árbol de té” también se conoce al árbol australiano Melaleuca alternifolia. Y es que se cuenta
que el capitán James Cook (el navegante, explorador y cartógrafo británico) y su tripulación, cuando llegaron a
Australia en el s. XVIII, utilizaban las hojas de estas dos plantas para obtener una infusión que sustituyera a su
añorado té, por lo que al final las dos plantas han llegado a tener el mismo nombre, pese a ser distintas.
Tenga también en cuenta que no todas las mieles de manuka tienen las mismas propiedades medicinales. La que
merece un sitio en su botiquín es la que contiene un nivel alto de “activos”, enzimas que crean reacciones químicas
especiales en la miel.
Dicho nivel se mide y certifica en los laboratorios y permite atribuirle la etiqueta UMF (Unique Manuka Factor), que
garantiza las cualidades terapéuticas de esta miel.
Cuanto más alto sea el grado del factor UMF, mayor es su actividad antibacteriana. La miel de manuka con grado de
10+ a 18+ es la más utilizada para uso médico. Hay que tener en cuenta que no todas las personas toleran igual un
alto grado de UMF; por ejemplo, la miel de manuka de grado 30+ a algunas personas les produce hipersensibilidad,
picores o enrojecimiento de la piel.
El profesor Peter Molan, de la Unidad de investigación sobre la miel de la Universidad de Waikato en Nueva
Zelanda, afirma que “la manuka tiene un marco de actuación muy amplio; actúa sobre las bacterias, las levaduras
(hongos) y los protozoos (pequeños organismos que viven en el agua y que pueden provocar la malaria y algunas
disenterías). No hemos encontrado ningún organismo infeccioso sobre el que no tuviera algún tipo de efecto”. (2) (3)
Uno de los usos más llamativos de la miel de manuka es el de la prevención del SARM en las heridas. El SARM es el
temido Staphylococcus aureus resistente a meticilina, que provoca septicemias (infecciones generalmente mortales),
cada vez más habituales en los hospitales.
Pero la miel de manuka tiene algo más. Según el profesor Molan, esta miel posee una actividad antibacteriana que
el resto de mieles no tiene, algo que procede del néctar de la planta y que es diferente.
“Hoy en día, cuando se detecta SARM en un paciente, en lugar de aislarlo, simplemente se le aplica miel en las heridas.
No se ha vuelto a dar ningún caso de contagio jamás”, según cuenta. “También hemos probado la manuka con otras
bacterias peligrosas y todas son muy sensibles a ella”.
Sin embargo, según él, el uso de esta miel no se justifica únicamente para luchar contra las bacterias. Recomienda
aplicarla en todo tipo de heridas para que cicatricen rápidamente.
Y es que las enzimas activas en la miel evacuan las células muertas de las heridas, dejando la zona limpia para la
regeneración de los tejidos. En comparación con los tratamientos clásicos que tienen éxito en el 50% de los casos, la
revista científica European Journal of Medical Research ha comprobado que la manuka tiene un índice de éxito del
85% en el tratamiento de los casos de infección tras una cesárea o una histerectomía (extirpación del útero).
Además, la miel estimula el crecimiento de capilares (pequeños vasos sanguíneos) y ayuda a producir fibras de
colágeno que aceleran la cicatrización.
Por último, la miel de manuka tiene un pH que oscila entre el 3,2 y el 4,5, lo que resulta un nivel bajo para inhibir el
desarrollo de numerosos microbios patógenos.
Estas características le valieron para que en 2004 el servicio nacional de salud del Reino Unido (NHS) la incluyera en
la lucha contra el SARM en los pacientes con cáncer de boca y garganta, tras unas pruebas realizadas en un hospital
de Manchester. Y es que en este tipo de tumores los pacientes sufren problemas asociados como infecciones e
inflamaciones, y es para su tratamiento para lo que se está utilizando miel de manuka.
Algunas formas de eccemas también mejoran gracias a la miel de manuka, que mejora la hidratación de la piel y
disminuye su inflamación.
La miel de manuka puede ayudar a curar el acné si se aplica en forma de mascarilla o mezclada con una crema
hidratante para nutrir la piel. También ayuda a matar las bacterias que se desarrollan alrededor de los folículos y
poros abiertos que provocan el acné.
Cabe señalar que el aceite de manuka también es un valioso remedio natural del que hablaremos en otra ocasión.
¡A su salud!
Juan-M Dupuis