Garcia Razeto
Garcia Razeto
Garcia Razeto
Maribel García-Gracia
Universidad Autónoma de Barcelona
Barcelona, España
maribel.garcia@uab.cat
https://orcid.org/0000-0001-6521-0437
Resumen: El absentismo escolar es uno de los problemas socioeducativos que más crece en las escuelas
de la región latino y centroamericana. Varios estudios demuestran sus efectos perjudiciales en el
desempeño educativo del alumnado y en sus oportunidades futuras de desarrollo. Sin embargo, no se
ha avanzado lo suficiente en la formulación de planes orientados a la intervención en la temática, que
posicionen a las escuelas como responsables y al nivel local o territorial como escenario de las actuaciones,
y de la movilización de recursos y agentes socioeducativos. El ensayo tiene por objetivo presentar
recomendaciones para la formulación de planes locales de atención y prevención del absentismo escolar.
Se centra en proponer condiciones básicas para la formulación de un plan local, como son el diseño de
objetivos en sintonía con un propósito moral, un enfoque preventivo y un trabajo colectivo.
Abstract: School absenteeism is one of the most growing socio-educational problems in schools in
the Latin and Central American region. Several studies show the harmful effects it has on the students’
educational performance and their future development opportunities. However, insufficient progress
has been made in the formulation of intervention-oriented plans on the subject, and schools are
alleged to be responsible for this situation. They are also claimed as scenarios, at the local or territorial
level, for actions and the mobilization of resources and socio-educational agents. The purpose of this
essay is to present recommendations for the formulation of local plans address and prevent school
absenteeism. It focuses on proposing basic conditions for the formulation of a local plan, such as
the design of objectives in tune with a moral purpose, a preventive approach, and a collective work.
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Resumo: A evasão escolar é um dos problemas socioeducativos que mais crescem nas escolas
da América Latina e da América Central. Vários estudos mostram seus efeitos nocivos sobre o
desempenho educacional de estudantes e suas oportunidades futuras de desenvolvimento.
Entretanto, até agora os avanços na formulação de planos voltados à intervenção sobre o tema
foram insuficientes, vendo as escolas como responsáveis e a nível local ou territorial como cenário
de ações e mobilização de recursos e agentes socioeducativos. O objetivo do estudo é apresentar
recomendações para a formulação de planos locais de atendimento e prevenção da evasão escolar.
Centra-se em propor condições básicas para a formulação de um plano local, como a elaboração de
objetivos em sintonia com um propósito moral, uma abordagem preventiva e um trabalho coletivo
Introducción
El absentismo escolar crece en América Latina y el Caribe. Un estudio de la Organisation
for Economic Cooperativon and Development (OECD) (2016) revela que, en México, un 26 % del
estudiantado faltó 1 día de clases al menos una vez en las dos semanas anteriores a la aplicación
de la Prueba Pisa en 2015. En Costa Rica, la cifra asciende a un 39 %, en Perú a un 40 %, en
Colombia un 44 % y en Uruguay un 52 % de estudiantes. Estas cifras de absentismo aumentan
en las escuelas más pobres y disminuyen en las más ricas (OECD, 2016).
El absentismo escolar hace referencia a la ausencia no justificada del alumnado
matriculado a la escuela y se comprende como un proceso de ruptura temporal (absentismo
puntual y regular) o permanente (absentismo crónico) con la escuela (García Gracia, 2013),
Las situaciones de absentismo tienen múltiples causas y pueden expresar un proceso de
desafección escolar, es decir, de falta de compromiso con la escuela (Appleton et al., 2008).
Tal como señala Fernández Enguita (2011), este proceso de desenganche del estudiantado
con la escuela es lento y progresivo, se inicia en primaria y se intensifica en secundaria. Una
de las manifestaciones de este desenganche es el absentismo, pero también pueden serlo la
indisciplina o los malos resultados académicos. Dado que es un proceso acumulativo, si es que
no se revierte, en algunos casos más extremos el desenganche puede culminar en situaciones
de absentismo crónico que se traducen en un abandono definitivo de la escuela (González
González, 2005; Miñaca y Hervas, 2013).
Son varios los agentes que influencian los problemas escolares de desafección y fracaso
escolar. Según Marchesi Ullastres (2003), no solamente están la disposición del alumnado y su
contexto familiar, sino que también están el centro educativo –la forma en la que se organiza
el aprendizaje y el currículo, la formación y estilo de enseñanza del profesorado– y el contexto
sociocultural. Esta variedad de influencias le reviste complejidad a la intervención en las
situaciones de absentismo escolar, y hace imprescindible contar con enfoques y dispositivos de
intervención participativos, especializados, multinivel e interdisciplinarios.
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De acuerdo con una lógica de derechos sociales, el absentismo escolar es un problema que
debe ser abordado, ya que atenta contra uno de los derechos básicos de la infancia y juventud,
como es el de tener la oportunidad de acceder y completar el ciclo educativo obligatorio
provisto por cada legislación nacional. Tal como señala García Gracia (2009):
La erradicación del absentismo y del abandono escolar es uno de los retos fundamentales
de nuestro sistema educativo si se pretende avanzar hacia una educación inclusiva que
garantice la permanencia y continuidad con éxito de todo el alumnado. Se trata pues de
un reto fundamental para mantener la cohesión social y reducir el riesgo de exclusión
social que requiere de intervenciones holísticas e integrales. (p. 4)
En esta postura, el presente ensayo tiene por objetivos: i) comunicar la importancia
que tiene la intervención en absentismo escolar, ii) destacar las posibilidades que ofrece la
formulación de un plan local o municipal de prevención y atención del absentismo escolar, y ii)
formular propuestas para el desarrollo de un plan.
La finalidad de este trabajo es influir en el contexto latinoamericano para la visibilización
de la problemática del absentismo escolar y la puesta en marcha de planes locales, en vista de
la creciente presencia de este fenómeno en los centros educativos de la región.
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Una amenaza al sistema educativo y una oportunidad para las políticas educativas
El absentismo escolar pone en jaque a todo el sistema de educación público, puesto que
este se basa en el principio de que el estudiantado asiste regularmente, día tras día, a la escuela,
con excepción de la existencia de alguna enfermedad, visita al doctor, eventos especiales, crisis
o vacaciones familiares (Balfanz y Byrnes, 2012). Sin la presencia del alumnado en el aula, no es
posible el aprendizaje tal y como ha sido concebida por la escuela tradicional, en la cual existe
un personal docente que enseña, a lo largo del año escolar y a través de diversas actividades
guiadas por un currículo, a un grupo de estudiantes. Un absentismo exacerbado significaría el
sinsentido y fracaso de la escuela y del proceso educativo.
Desde la perspectiva de la ciudadanía y de derechos sociales, propios de la política
educativa, el absentismo imposibilita el cumplimiento del derecho a la educación. Tal como
señala la Unesco (2016), la educación es un derecho humano fundamental y un derecho
habilitador, y para hacerlo realidad “los países deben garantizar un acceso universal e
igualitario a una educación y un aprendizaje inclusivos y equitativos de calidad, que deberán
ser gratuitos y obligatorios, sin dejar a nadie rezagado” (p. 28). Es ineludible el rol garante
del estado, puesto que la educación es un bien público. Pero también “la sociedad civil, los
docentes y educadores, el sector privado, las comunidades, las familias, los jóvenes y los niños
cumplen todos funciones clave para hacer efectivo el derecho a una educación de calidad”
(Unesco, 2016, p. 28).
Contrariamente a estos ideales, el absentismo margina a la infancia y a la adolescencia de
los procesos educativos y de sus positivos impactos futuros. Al mismo tiempo, imposibilita que
estos grupos poblacionales cumplan sus derechos y sus funciones claves para hacer efectivo
el derecho a la educación de calidad. Visto desde otra perspectiva, el absentismo desplaza el
viejo problema del acceso a la educación hacia la equidad en la educación, pues a pesar de
tener matrícula, estudiantes ausentes no ejercen el nivel de participación más básico y mínimo
en el sistema educativo: estar presentes dentro del proceso de enseñanza y aprendizaje, y
manifestar, así, su desapego frente a la institución educativa (Fernández Enguita, 2011) y un
menor rendimiento escolar.
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De este modo, un plan local se origina desde un territorio que comparte cierta cultura, en
el que sus habitantes son capaces de generar iniciativas locales en favor de un objetivo común.
En el caso de un plan local en el ámbito educativo, la noción de territorio supone una dinámica
de funcionamiento como zona escolar, es decir, una red de centros escolares, de servicios, y de
recursos educativos y socioculturales (García Gracia, 2013).
Un plan local en el ámbito educacional requiere de un proceso de participación social en
su diseño, implementación y evaluación, así como también de un agente que ejerza liderazgo
para orientar el proceso de desarrollo. Los gobiernos locales o las municipalidades1 son la
administración más próxima a las personas, por lo que pueden hacer un mejor y más preciso
diagnóstico de las necesidades educativas de las personas (Federación Española de Municipio
y Provincias [FEMP], 2018). Es fundamental, entonces, que el gobierno local lidere o potencie
liderazgos para el proceso de formulación del plan, y que la red de centros escolares y de
servicios y recursos educativos participe en el proceso de origen y desarrollo del plan local.
Formular un plan local no significa desatender el nivel central o gubernamental y el nivel del
centro escolar. Esto sería paradójico, porque las reformas educativas se producen en el nivel central
y se implementan en el escolar. Como señalan Barber y Fullan (2005), las reformas educativas
sustentables se caracterizan por generar mejoras en tres niveles y en sus interrelaciones: el de
la escuela, el del distrito (gobierno local o municipalidad) y el del Estado central. Se trata de una
visión sistémica, un sistema de pensamiento que debe pasar a un sistema de acción.
Las actuaciones de las municipalidades en el tema del absentismo suelen provocarse por
el mandato de la legislación nacional, en la que el Estado le otorga competencias al nivel local
relativas al logro de los objetivos de las políticas educativas. En términos de política educativa,
suelen estar enmarcados en las actuaciones en torno a la escolarización obligatoria, equidad
educativa y el derecho a la educación.
En vista de su jerarquía intermedia entre el nivel central y el de la escuela, el mayor
potencial del nivel municipal es ejercer liderazgo frente a las escuelas para orientarlas hacia el
cometido del nivel central, apoyándolas en este proceso. En su tarea cotidiana, los gobiernos
locales reconocen la importancia que tiene la educación para la prosperidad de los territorios y
para lograr la cohesión social (FEMP, 2018).
Una de las principales herramientas de trabajo en el absentismo son los planes municipales
Los planes municipales contra el absentismo escolar, son concebidos como un dispositivo
local de intervención, es decir, como un mecanismo articulado en el territorio diseñado para
1
En Chile, las municipalidades o municipios son las instituciones que administran localmente las comunas. Su
principal finalidad es satisfacer las necesidades de la comunidad local y asegurar su participación en el progreso
económico, social y cultural.
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Un enfoque preventivo
La prevención del absentismo escolar es un eje central y estratégico del plan. Tiene por
objetivo que las escuelas y recursos territoriales se anticipen al surgimiento de nuevos casos de
absentismo, evitándolos a través de intervenciones oportunas y permanentes durante el curso
escolar. Tal como lo señala el estudio de Kearney y Graczyk (2014), el diseño de una intervención
efectiva para promover la asistencia a clases pasa por una identificación temprana y una pronta
intervención, evita que los casos acumulen un largo número de ausencias, pues se cronifica el
absentismo, lo que hace más difícil reconducir estas situaciones.
Uno de los principales focos de la prevención del absentismo tiene que ver con promover
el sentido de pertenencia y el enganche del alumnado con el centro educativo (Cook et al,
2017), lo que supone intervenciones sistemáticas de la escuela durante el año escolar y que
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involucren a toda la comunidad educativa, para desarrollar un buen clima escolar y un buen
sentido de acogida para el alumnado por parte de la escuela. En definitiva, la prevención no es
un desafío sencillo y debe ser realizado por la escuela en alianza con otros centros educativos y
recursos socioeducativos del territorio, y con todos los agentes implicados (familia, comunidad,
profesorado), tal como lo sugiere una investigación de Miñaca y Hervas (2013). Un plan local
debe instar a las escuelas a desarrollar actividades en alianza con estos actores, tendiendo a
promover su compromiso con el proceso educativo de los niños, niñas y jóvenes. Por eso mismo,
el plan local de absentismo también debe articularse y complementarse con otros planes y
programas existentes en el territorio y en los centros educativos, orientados a favorecer el
enganche de sus estudiantes con la escuela, tales como los vinculados a la convivencia escolar,
la diversidad, entre otros.
Un proceso de intervención central en la estrategia preventiva es la detección precoz y
oportuna de los posibles casos de absentismo. La detección eficaz es una acción del centro
educativo e implica el diseño y utilización de algún instrumento que mida variables de riesgo
de absentismo y abandono del estudiantado y su familia, que puede incluir variables de
engagement escolar y también las relativas a las condiciones de vida y de escolaridad. El manejo
responsable y oportuno de estos datos puede permitir que la escuela formule acciones de
mejora y de enganche, revierta el absentismo y logre una prevención eficaz.
Por otra parte, está la tarea de la detección y registro una vez que el absentismo ya se
ha presentado. En un plan local se debiera instar a que las escuelas cuenten con proceso e
instrumentos de detección y registro comunes, para visibilizar la frecuencia de la inasistencia
y producir información fiable que posibilite la intervención precoz. El control sistemático de la
asistencia es una estrategia importante, pues permite observar irregularidades y conseguir una
detección rápida, que permita actuar inmediatamente en las primeras fases del absentismo.
El proceso de detección y registro genera datos, los que permiten visibilizar el absentismo
escolar como una problemática real, ubicándola como una prioridad para las políticas educativas.
En definitiva, es importante transmitir a los centros educativos que la detección y registro no es
una tarea o exigencia adicional a las ya asumidas, sino que supone una actuación en favor del
bienestar presente y oportunidades de desarrollo futuro de la población infantil y adolescente.
No solo es importante el compromiso y la formación de cada miembro de la escuela, sino
que también es necesaria la definición de responsabilidades para esta labor, para resolver la
pregunta de quién o quiénes detectan y registran; además, de cómo lo realizarán.
Los diversos mecanismos contemplados en la estrategia preventiva consideran las
transiciones educativas como uno de los momentos vulnerables al absentismo escolar. Las
transiciones entre los niveles de enseñanza pueden generar desapego con la escuela; por los
cambios e incertidumbres que conlleva, aumentan los riesgos de absentismo escolar e incluso
del abandono (García Gracia, 2013; Gimeno Sacristán, 1997; Monarca y Rincón Gallego, 2010;
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Monarca et al. 2012). De este modo, a la detección del absentismo se le suma la necesidad de
incorporar mecanismos de orientación del acompañamiento al alumnado y familias, tanto de
orden psicosocial como educativo, con miras a favorecer la adaptación con la escuela y sus
procesos de aprendizaje (Ross, 2016).
Otro mecanismo relevante dentro de la estrategia preventiva es favorecer el retorno y la
adaptación del alumnado absentista que se reincorpora a clases, a través de la implementación de
un plan de retorno y acogida (García Gracia, 2013). Este plan contribuye a prevenir el absentismo
crónico o a evitar que su desenlace sea el abandono. La herramienta organiza acciones para
facilitar la adaptación del niño o niña a la escuela, flexibilizando mecanismos y plazos para su
adecuada reintegración y mayor enganche con el centro educativo. Ello enfatiza la importancia
de la comunicación interna del regreso a clase entre el personal docente de la escuela, de modo
tal que le reciban con afecto y eviten formular comentarios o preguntas incomodas. Por otra
parte, organizar un plan de retorno que, en su inicio, será flexible en horarios de ingreso o
cumplimiento de obligaciones académicas, si así fuese necesario, incentiva un acuerdo entre la
escuela, el estudiantado y su familia.
Un trabajo colectivo
Una de las claves de éxito de los programas contra el absentismo es “la prevención,
la información, la formación y la sensibilización de todas las personas que conforman la
comunidad educativa desde la enseñanza primaria” (FEMP, 2018, p. 10). De esta forma, un
trabajo en equipo, dialogante, colaborativo e interdisciplinario es central para lograr formular e
implementar un plan local de prevención y atención del absentismo (García Gracia, 2013). Las
múltiples dimensiones y agentes implicados en el fenómeno del absentismo escolar subrayan la
necesidad de contar con equipos de trabajo colectivos, diversos y comprometidos, orientados a
alcanzar los objetivos del plan y motivados por su propósito moral.
El trabajo colegiado materializa el principio de corresponsabilidad planteado en la
sección anterior, a través del cual diferentes agentes cooperan y participan para el logro del
derecho a la educación. Esta forma de trabajo implica comprender que, si bien la escuela tiene
una responsabilidad en el origen y la solución del absentismo, no puede desarrollar estrategias
de abordaje aisladas: se requiere de la participación y compromiso de otros agentes (Gase et
al., 2015). Requiere de un trabajo en alianza con otros centros educativos del territorio, de otros
agentes y recursos socioeducativos, con los cuales poder complementar las estrategias de
prevención y atención del absentismo. Estos agentes y recursos pueden corresponder a:
- Área de servicios educativos y de servicios sociales del municipio o ayuntamiento.
- Fundaciones u organizaciones no gubernamentales del área socioeducativa.
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- Centros de salud.
- Servicios educativos descentralizados en el territorio del nivel central
- Policía local
La eficacia de un trabajo colectivo supone la definición de responsabilidades y de una
estructura, que implica una manera de denominar y hacer visible ese trabajo colaborativo.
Una alternativa interesante es el de la figura de las comisiones, existente en experiencias
internacionales (García Gracia, 2013). La eficacia de un trabajo a través de comisiones es que
estas sean predominantemente técnicas, ejecutivas, centradas en el abordaje de los casos de
absentismo y en las estrategias preventivas, y no políticas ni puramente discursivas. Para ello,
contarán con un plan y herramientas de trabajo y con procesos evaluativos.
Un plan local de absentismo, inspirado en el principio de la corresponsabilidad, puede
promover la creación de dos comisiones en torno al absentismo, una que se conforma en el
centro educativo, y otra que se conforma a nivel territorial o local. La primera agrupa al equipo
del centro educativo, que puede asumir la responsabilidad de planificar las acciones preventivas,
y el diagnóstico y evaluación de los indicadores de riesgo o de los casos de absentismo, y las
primeras intervenciones con el alumnado y sus familias. El equipo del centro educativo tiene
una gran centralidad, puesto que es el que más conoce al estudiantado y más tiempo tiene de
relación con este. Esto podría predecir un mejor vínculo y mejores resultados de la intervención.
Por otra parte, este equipo podrá emprender acciones para mejorar los factores escolares que
desencadenan absentismo.
La segunda comisión, de nivel municipal o territorial, puede estar compuesta por una
red de diversos organismos públicos y privados que tienen relación con la escolarización y el
absentismo, incluyendo al centro escolar. Estas comisiones son una instancia local que agrupa
a los centros educativos y a representantes de diferentes organismos sociales y educativos que
tienen algún grado de responsabilidad relativa al absentismo escolar y el logro de la plena
escolarización. Su principal finalidad es movilizar recursos territoriales para realizar prevención
y atender casos complejos de absentismo, que no logran ser solucionados por el equipo de
trabajo del centro escolar.
Conclusiones
El absentismo escolar puede perjudicar el desarrollo de la infancia y adolescencia, no
solo en el ámbito educativo, sino también en el social. Considerando esta relación, el ensayo
contribuye a transmitir la importancia que tiene formular planes de intervención orientados a
prevenir y atender esta problemática; sitúa, en el ámbito territorial, el desafío de formular un
plan local que oriente a los centros educativos y recursos territoriales a trabajar en conjunto. El
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ámbito del territorio genera oportunidades y ventajas que son precisas de valorar y utilizar en
la intervención en absentismo, aunque el núcleo del proceso de cambio se ubica al interior del
centro educativo. La principal ventaja es que los centros educativos comparten cierta identidad
sociocultural, la cual puede incentivar el diálogo al reconocerse en condiciones cotidianas de
trabajo similares. Asimismo, esta identidad les permite construir colectivamente alternativas de
acciones en torno a sus problemas, al tener recursos similares en el territorio.
En el nivel local, el municipio puede asumir liderazgos centrales en la formulación y
acompañamiento de la implementación de un plan local de absentismo. Esta es una oportunidad,
puesto que los centros educativos tienen un exigente trabajo pedagógico, permeado por la
cotidianeidad, el cual les dificulta agregar otros focos de acción socioeducativas. En tanto, para
el municipio, un plan local de absentismo representa una oportunidad para cumplir su mandato
legal vinculado a la administración del ámbito educacional.
El proceso de formulación e implementación de un plan local tiene ciertos requisitos que
facilitarán su aplicación en el centro escolar y su impacto en la reducción del absentismo. En
primer lugar, está el requisito de la participación, que sea formulado a través de un proceso abierto
y dialogante con sus principales agentes: los centros educativos y los recursos socioeducativos
del territorio. En segundo lugar, está el requisito de la difusión, que sea permanentemente
diseminado en estos agentes a lo largo del territorio y del tiempo, teniendo en cuenta que
los centros educativos presentan múltiples exigencias y constantes cambios en su personal. En
tercer lugar, está el requisito de la flexibilidad del plan, para que los centros educativos puedan
adaptarlo a su propia realidad, a sus dinámicas y estructuras organizativas, a sus capacidades.
Por último, el requisito de la evaluación, puesto que el proceso de adaptación del plan local
podría dar origen a un plan de trabajo específico en cada centro, con metas precisas y evaluables.
Finalmente, si bien el nivel local presenta ventajas indiscutibles para avanzar en la
prevención y abordaje del absentismo, en Estados unitarios y centralistas como los que
predominan en América Latina, se necesita un nivel central que haya priorizado la incorporación
del tema en la agenda pública y se haya comprometido con el desarrollo de una política pública
social y educativa.
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