Casos Practicos Consti
Casos Practicos Consti
Casos Practicos Consti
Capítulo tercero
I. Justicia constitucional
frente a los derechos humanos
133
Existen cuatro sistemas de protección de derechos humanos en el seno internacional;
por un lado, el sistema universal, que se configura en el marco del aparato de las Naciones
Unidas; por el otro, sistemas regionales que se insertan en el ámbito del Consejo de Europa,
la Organización de Estados Americanos y la Organización para la Unidad Africana. Tales
andamiajes se caracterizan, entre otras cosas, por ser sistemas de protección de la persona
frente al Estado y por comportar una naturaleza subsidiaria. Cfr. Pastor Ridruejo, José An-
tonio y Acosta Alvarado, Paola Andrea, Los sistemas internacionales de protección de los derechos hu-
manos, Bogotá, Universidad Externado de Colombia, Instituto de Estudios Constitucionales
Carlos Restrepo Piedrahíta, 2014, p. 18.
Heftye Etienne, Fernando, Derecho internacional público, México, Porrúa, 2017, p. 102.
134
79
ción del derecho internacional de los derechos humanos, que muchas Cons-
tituciones de la región adoptan; por ejemplo, la de México, Colombia y
España,135 así como del efecto que tiene la jurisprudencia internacional en
el derecho nacional.136 Ello ha generado una nueva forma de ver y percibir
tanto el derecho constitucional como el derecho internacional público, los
cuales se complementan de forma intensa en el escenario jurídico actual.
De tal suerte que se puede hablar de un solo orden universal, al menos, en
el contexto de la vigencia y protección de los derechos humanos, un orden
que ha sido identificado con la vertiente de pluralismo constitucional, el
cual representaría una superación de las teorías monistas (Kelsen) y dualis-
tas (Triepel), que tratan de explicar las relaciones entre el derecho interno y
el derecho internacional.137
135
En concreto, el artículo 1o. de la Constitución establece una cláusula de incorporación
del derecho internacional de los derechos humanos, al señalar que en los Estados Unidos
Mexicanos todas las personas gozan de los derechos humanos reconocidos en la Constitución
y en los tratados internacionales de los que el Estado mexicano sea parte. Por su parte, el
artículo 93 de la Constitución de Colombia establece que los tratados y convenios interna-
cionales ratificados por el Congreso, que reconocen los derechos humanos, prevalecen en el
orden interno. En sentido similar, el artículo 10.2 de la Constitución española precisa que las
normas relativas a los derechos fundamentales y a las libertades que la Constitución recono-
ce se interpretarán de conformidad con la Declaración Universal de Derechos Humanos y
los tratados y acuerdos internacionales sobre las mismas materias ratificados por España.
136
Por ejemplo, en nuestro país, la contradicción de tesis 293/2011 establece con preci-
sión el alcance que debe tener la jurisprudencia emitida por la Corte Interamericana de De-
rechos Humanos. En la sentencia que resuelve dicha contradicción se señala que los criterios
jurisprudenciales de tal Corte, con independencia de que el Estado mexicano haya sido parte
en el litigio ante dicho tribunal, resultan vinculantes para los jueces nacionales, al constituir
una extensión de la Convención Americana sobre Derechos Humanos. En particular, se de-
termina que en cumplimiento del artículo 1o. constitucional, los operadores jurídicos deben
atender a lo siguiente: a) cuando el criterio se haya emitido en un caso en el que el Estado
mexicano no haya sido parte, la aplicabilidad del precedente al caso específico debe determi-
narse con base en la verificación de la existencia de las mismas razones que motivaron el pro-
nunciamiento; b) en todos los casos en que sea posible, debe armonizarse la jurisprudencia
interamericana con la nacional, y c) de ser imposible la armonización, debe aplicarse el cri-
terio que resulte más favorecedor para la protección de los derechos humanos. Cfr. Suprema
Corte de Justicia de la Nación, Contradicción de tesis 293/2011, entre las sustentadas por
el Primer Tribunal Colegiado en Materias Administrativa y de Trabajo del Décimo Primer
Circuito y el Séptimo Tribunal Colegiado en Materia Civil del Primer Circuito, Sentencia
del 3 de septiembre de 2013, p. 61, disponible en http://www2.scjn.gob.mx/ConsultaTematica/
PaginasPub/DetallePub.aspx?AsuntoID=129659, fecha de consulta: 10 de septiembre de 2017.
137
Sobre la teoría del pluralismo constitucional y sus postulados véase Acosta Alvarado,
Paola Andrea, “Zombis vs. Frankenstein: sobre las relaciones entre el derecho internacional
y el derecho interno”, Estudios Constitucionales, Santiago, año 14, núm.1, julio 2016, pp. 15-60,
disponible en http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=82046567002, fecha de consulta: 10 de sep-
tiembre de 2017. En el contexto nacional también se ha estudiado el pluralismo constitucional
en Romero Martínez, Juan Manuel, “La protección multinivel de los derechos humanos. Ten-
dencias y desafíos para la región interamericana”, Métodhos. Revista Electrónica de Investigación
Aplicada en Derechos Humanos de la CDHDF, México, núm. 12, enero-junio de 2017, disponible
en http://revistametodhos.cdhdf.org.mx/index.php/la-proteccion-multinivel-de-los-derechos-humanostenden
cias-y-desafios-para-la-region-interamericana, fecha de consulta: 10 de septiembre de 2017.
138 Suprema Corte de Justicia de la Nación, Contradicción de tesis 293/2011…, cit., pp. 60
y 61.
139 Astudillo, César, “El bloque y el parámetro de constitucionalidad en la interpretación
de la Suprema Corte de Justicia de la Nación”, en Carbonell, Miguel et al., (coord.), Estado
constitucional, derechos humanos, justicia y vida universitaria. Estudios en homenaje a Jorge Carpizo. Estado
constitucional, t. IV, vol. 1, México, UNAM, Instituto de Investigaciones Jurídicas, 2015, pp.
117-168 (p. 122).
140 Gómez, Mara, Jueces y derechos humanos. Hacia un sistema judicial transnacional, México,
Porrúa, 2014, p. 353.
141 Acosta Alvarado, Paola Andrea, Diálogo judicial y constitucionalismo multinivel. El caso inte-
ramericano, Bogotá, Universidad Externado de Colombia, 2015, p. 303.
142 Por ello, algunos críticos identifican a los derechos humanos como esencialmente es-
tatalistas (en el modo de Estado-Nación). Cfr. Sanín Restrepo, Ricardo, Teoría crítica constitu-
cional. Rescatando la democracia del liberalismo, Quito, Corte Constitucional para el Período de
Transición-Centro de Estudios y Difusión del Derecho Constitucional (Crítica y Derecho,
núm. 3), 2011, p. 123. Con mucho, no percibimos un problema, sino una oportunidad para
que los Estados se comprometan con los mismos; paradójicamente, se resalta que dentro del
propio Estado se han diseñado herramientas para su defensa jurídica; por ejemplo, el juicio
de amparo o los mecanismos cuasijurisdiccionales, como la queja ante los organismos de
protección de derechos humanos.
143 Treves, Renato, Introducción a la sociología del derecho, trad. de Manuel Atienza, Madrid,
Taurus, 1978, p.152.
Popper, Karl R., La lógica de la investigación científica, trad. de Víctor Sánchez de Zavala,
144
agotada, que servirá para que futuros estudios se dirijan a otras vertientes no
exploradas, lo cual en el terreno de la ciencia es de utilidad práctica.
Bajo este sendero, se precisa que en la presente investigación se anali-
zarán tres casos prácticos de la justicia constitucional de México, Colombia
y España. Las razones y parámetros que sirvieron para elegir dichos países
fueron los siguientes:
146 Por ejemplo, en el ámbito académico son recurrentes los libros nacionales que citan
sentencias de los tribunales constitucionales de Colombia y España, así como ideas de au-
tores españoles, argentinos y colombianos. Véase Lara Chagoyán, Roberto, Argumentación
jurídica. Estudios prácticos, México, Porrúa, 2012. En dicha obra se citan a los siguientes autores
españoles, argentinos y colombianos: Manuel Atienza, Josep Aguiló, Marina Gascón Abe-
llán, Carlos Santiago Nino, Carlos Bernal Pulido, entre otros. En sentido similar, en la obra
de Daniel Vázquez se citan y utilizan diversos trabajos del colombiano Carlos Bernal Pulido,
así como varias sentencias de la Corte Constitucional colombiana y del Tribunal Constitu-
cional español. Cfr. Vázquez, Daniel, Test de razonabilidad y derechos humanos: instrucciones para
armar. Restricción, igualdad y no discriminación, ponderación, contenido esencial de derechos, progresividad,
prohibición de regresión y máximo uso de recursos disponibles, México, UNAM, Instituto de Investiga-
ciones Jurídicas, 2016. Por otro lado, en el libro de José Miguel Cabrales se citan y utilizan
diversas sentencias de la Corte Constitucional colombiana y del Tribunal Constitucional
español. Véase Cabrales Lucio, José Miguel, El principio de interpretación conforme en la justicia
constitucional. Teoría, práctica y propuesta en perspectiva comparada, México, Porrúa, 2015.
147 Suprema Corte de Justicia de la Nación, Contradicción de tesis 293/2011…, cit., p. 53.
148 Suprema Corte de Justicia de la Nación, Amparo en revisión 237/2014, quejosos y re-
currentes: Josefina Ricaño Bandala, Armando Santacruz González, José Pablo Girault Ruíz,
Juan Francisco Torres Landa Ruffo, y Sociedad Mexicana de Autoconsumo Responsable y
Tolerante, A.C., sentencia del 4 de noviembre de 2015, p. 36, disponible en http://www2.
scjn.gob.mx/ConsultaTematica/PaginasPub/DetallePub.aspx?AsuntoID=164118, fecha de consulta:
12 de septiembre de 2017.
149 Como se ha señalado en otro lugar de la presente investigación, la Constitución de
México reconoce la cláusula de incorporación del derecho internacional de los derechos
humanos en el artículo 1o. La Constitución de Colombia lo hace en su artículo 93, y la de
España, en el artículo 10.2.
150 Ello, con independencia de que la Suprema Corte de Justicia de la Nación ha preferi-
do utilizar la expresión “parámetro de control de la regularidad constitucional”. Cfr. Supre-
ma Corte de Justicia de la Nación, Contradicción de tesis 293/2011…, cit., p. 60. Con todo,
para fines académicos, se debe reconocer la existencia de un bloque de constitucionalidad en
México, que siguiendo a Arturo Guerrero puede resumirse mediante la siguiente pregunta:
¿existen enunciados normativos de apertura dentro de la Constitución que incorporen otros
distintos a los contenidos formalmente en su texto? Cfr. Guerrero Zazueta, Arturo, ¿Existe un
bloque de constitucionalidad en México? Reflexiones en torno a la decisión de la Suprema Corte respecto al
nuevo parámetro de control de regularidad, México, Comisión Nacional de los Derechos Humanos,
2015, p. 44. Para nosotros, la respuesta sería afirmativa; esto es, el bloque de constitucio-
nalidad implica una apertura de su contenido a otros instrumentos internacionales sobre
derechos humanos.
151 Cabe indicar que entre los postulados del constitucionalismo democrático y social se
tiene el que los textos constitucionales pasan a ser comprendidos como auténticas normas
jurídicas, por lo que surten plenamente sus efectos. Cfr. Ruipérez, Javier, El constitucionalismo
democrático en los tiempos de la globalización. Reflexiones rousseaunianas en defensa del Estado constitucio-
nal democrático y social, México, UNAM, Instituto de Investigaciones Jurídicas, 2005, p. 129.
152 Cuando hablamos de dimensiones de los derechos humanos partimos de una premisa
central, a saber: que todos los derechos son dimensiones del derecho humano a una vida dig-
na; así, no puede afirmarse que una persona viva con dignidad si no puede acceder a otros
derechos consustanciales, como la salud, la educación, el trabajo, la igualdad, la libertad de
expresión, la protección de datos personales, entre muchos otros más.
Pues bien, con base en lo descrito en este apartado, se tiene que los ca-
sos judiciales a analizar se eligieron con cierta objetividad (ya que, como se
indicó, la subjetividad siempre está presente en todo estudio científico); esto
es, bajo parámetros concretos y definidos, por lo que podemos señalar que
la investigación cubre los requisitos metodológicos exigidos sobre la elección
de muestras empíricas. Con todo, se advierte que la muestra de casos prác-
ticos es muy limitada (como lo es, en cierta forma, toda muestra), por lo que
se reitera que no se busca generar una teoría científica de alcance universal
sobre la evaluación de la argumentación jurídica,153 sino más bien contri-
buir con el desarrollo de la misma, mediante aportaciones concretas que
puedan ser utilizadas por los operadores jurídicos en la toma de decisiones
judiciales, las cuales, desde luego, se someterán a su comprobación median-
te métodos concretos, a saber: el de falsación.
Ibidem,
155 pp. 2 y 3.
156
SupremaCorte de Justicia de la Nación, Amparo en revisión 237/2014…, cit., p. 3.
Ibidem, pp. 6, 8 y 9.
157
10 y 12.
Una vez precisados con detalle los antecedentes del caso, que como se
puede apreciar era complejo, cabe identificar cuáles fueron en concreto los
derechos humanos que se encontraban en tensión y sobre los que nuestro
máximo tribunal tenía que argumentar.
En virtud de que los quejosos plantearon desde el inicio del caso la in-
constitucionalidad de diversos artículos de la Ley General de Salud, se ob-
serva que los principios en tensión tienen que ver, por un lado, con los fines
constitucionales que persigue tal ley y, por el otro, con los derechos huma-
nos que se estarían afectando a través de sus determinaciones.
Ibidem,
159 pp. 13 y 14.
160
Suprema Corte de Justicia de la Nación, Amparo en revisión 237/2014…, cit., pp. 15 y
16.
Ibidem,
161 p. 16.
3. Argumentación y sentencia
Idem.
166
Ibidem,
167 pp. 34, 35 y 36.
Ibidem,
168 p. 37.
Ibidem, p. 21.
169
Ibidem, pp. 22 y 24. Se destaca que cuando se emitió la sentencia que se comenta, la
170
regulación sobre el uso de la marihuana para fines medicinales era distinta, ya que se establecía
en el artículo 237 de la Ley General de Salud una prohibición para todo acto de uso y consumo
respecto de la marihuana y otras sustancias y vegetales. Sin embargo, como consecuencia de la
reforma a la Ley General de Salud, publicada en el Diario Oficial de la Federación el 19 de junio de
2017, el artículo 237 ya no enuncia a la marihuana, por lo que actualmente se permite su uso
medicinal y científico mediante autorización de la Secretaría de Salud. Véanse artículos 234,
235 y 237 de la Ley General de Salud, disponible en http://www.diputados.gob.mx/LeyesBiblio/
pdf/142_220617.pdf, fecha de consulta:17 de septiembre de 2017.
Por otro lado, se esboza que, solamente para fines de investigación cien-
tífica, la Ley General de Salud contiene un supuesto extraordinario para
permitir la adquisición de estupefacientes y psicotrópicos considerados un
problema grave para la salud pública; para ello, el organismo o institución
respectivos deben obtener una autorización de la Secretaría de Salud, me-
diante la presentación de un protocolo de investigación aprobado por dicha
dependencia.171
Con base en lo descrito, la Suprema Corte de Justicia de la Nación en-
tendió que las normas impugnadas por los quejosos constituyen un sistema
de prohibiciones administrativas sobre los estupefacientes y psicotrópicos,
las cuales conllevan una barrera jurídica para realizar diversas acciones que
materialicen el autoconsumo de marihuana, como son la siembra, cultivo,
cosecha, preparación, posesión, entre muchas otras más. Todavía más, se
señala que las autorizaciones establecidas en la Ley General de Salud para
la realización de actos relacionados con estupefacientes o sustancias psico-
trópicas no incluyen la posibilidad de que la marihuana pueda ser utilizada
con fines lúdicos.172
Ahora bien, el máximo tribunal del país en su análisis de la regulación so-
bre estupefacientes o sustancias psicotrópicas no pasa por alto que el artículo
478 de la Ley General de Salud establece que el Ministerio Público no ejer-
cerá acción penal en contra del delito de posesión de narcóticos para quien
sea farmacodependiente o consumidor, siempre y cuando posea, por ejemplo,
hasta cinco gramos de marihuana para consumo personal.173
En este sentido, la Suprema Corte de Justicia de la Nación interpreta
que dicha disposición esboza una excluyente de responsabilidad, lo que im-
plica que en los supuestos de consumo personal (conforme a las cantidades
permitidas por el artículo 479 de la Ley General de Salud) no debe aplicar-
se la pena a quien haya cometido el delito de posesión de narcóticos; sin
embargo, no se establece un derecho de consumo personal como lo solici-
tan los quejosos; así, para dicho tribunal constitucional, los artículos 478 y
479 de la Ley General de Salud se concretan a despenalizar el consumo de
marihuana y otros narcóticos en una cantidad muy reducida, pero no per-
miten de ninguna forma la realización de otras actividades subyacentes al
autoconsumo, como podría ser la siembra, cultivo, cosecha, preparación,
transporte, entre otras más.174
171
Suprema Corte de Justicia de la Nación, Amparo en revisión 237/2014…, cit., p. 24.
Ibidem,
172 pp. 24 y 25.
Ibidem, p. 25.
173
Una vez precisado el alcance de las normas impugnadas por los que-
josos, el alto tribunal de nuestro país se dio a la tarea de estudiar en esta
sentencia, si el sistema de prohibiciones administrativas de la Ley General
de Salud comporta o no las afectaciones que los quejosos hicieron valer en
sus peticiones.175 Veamos pues el análisis argumentativo desplegado sobre
dicho tópico.
Ibidem,
175 p. 26.
176
Por ejemplo, a lo largo de la sentencia, se citan los siguientes trabajos académicos:
Barak, Aharon, Proportionality. Constitutional Rights and their Limitations, trad. de Doron Kalir,
Nueva York, Cambridge University Press, 2012; Bernal Pulido, Carlos, El principio de propor-
cionalidad y los derechos fundamentales, Madrid, CEPC, 2007; Nino, Carlos, Ética y Derechos Huma-
nos. Un ensayo de fundamentación, 2a. ed., Buenos Aires, Astrea, 1989; Garzón Valdés, Ernesto,
“Algo más acerca del «coto vedado»”, Doxa. Cuadernos de filosofía del derecho, núm. 6, 1989 y
Díez-Picazo, Luis María, Sistema de Derechos Fundamentales, 2a. ed., Cizur Menor, Thomson
Civitas, 2005. Cfr. Suprema Corte de Justicia de la Nación, Amparo en revisión 237/2014…,
cit., pp. 27, 28 y 29.
Bernal Pulido, Carlos, El principio de proporcionalidad y los derechos fundamentales, Madrid,
177
CEPC, 2007, p. 45 (cit. por Suprema Corte de Justicia de la Nación, Amparo en revisión
237/2014…, cit., p. 27).
Suprema Corte de Justicia de la Nación, Amparo en revisión 237/2014…, cit., p. 27.
178
Ibidem,
179 pp. 27 y 28.
Ibidem,
180 pp. 28, 29, 31, 34, 35 y 36.
181 Ibidem, pp. 36, 37 y 38.
182 Ibidem, p. 38.
nalmente válido; sin embargo, para que sean constitucionales las interven-
ciones al libre desarrollo de la personalidad, las mismas deben superar un
examen de proporcionalidad en sentido amplio; esto es, ser idóneas para
proteger los derechos de terceros o el orden público; no deben afectar de
forma innecesaria y desproporcionada el derecho al libre desarrollo de la
personalidad.183
De esta manera, la Suprema Corte de Justicia de la Nación concluye que
el derecho al libre desarrollo de la personalidad adopta una doble naturale-
za; antes de practicar el examen de proporcionalidad tiene un carácter prima
facie y después de su realización adquiere un atributo definitivo, de modo que
si la medida legislativa impugnada no acredita el test de proporcionalidad,
el atributo definitivo del derecho será compatible con el carácter prima facie;
por su parte, si la medida legislativa impugnada se encuentra justificada en
el contexto del juicio de proporcionalidad, el contenido del derecho al libre
desarrollo de la personalidad será más reducido que el prima facie.184
Como se puede apreciar, la argumentación jurídica desplegada por el
alto tribunal de nuestro país toma como referencia la idea de una contien-
da aparente o inicial del derecho humano al libre desarrollo de la perso-
nalidad, que puede ser limitada por otros fines constitucionales valiosos,
pues los derechos no son absolutos; con todo, se requiere evaluar a través
de algún proceso racional la medida legislativa que limita el alcance prima
facie del derecho, para lo cual la Suprema Corte de Justicia se decanta por
aplicar el método de Alexy. Veamos pues el examen realizado a los artículos
impugnados de la Ley General de Salud a la luz del principio de proporcio-
nalidad de dicho autor.
Ibidem,
183 pp. 38 y 39.
Ibidem,
184 p. 39.
Ibidem, p. 40.
185
Ibidem,
186 pp. 41 y 42.
Ibidem,
187 pp. 42-45.
188 Ibidem, p. 46.
189 Ibidem, p. 47.
Ibidem,
190 p. 49.
Ibidem,
191 p.49.
Ibidem, p. 54.
192
Idem.
193
Ibidem, p. 57.
194
Ibidem, p. 59.
195
Ibidem,
196 pp. 59 y 60.
Ibidem,
197 p. 60.
Ibidem, pp. 61, 62, 64 y 66.
198
Ibidem,
200 pp. 67, 68 y 69.
Ibidem,
201 pp. 69 y 70.
Ibidem, p. 70.
202
Ibidem, p. 71.
203
Ibidem, p. 72.
204
Ibidem,
205 p. 73.
Ibidem,
206 p. 74.
Ibidem, p. 75.
207
Ibidem,
208 p. 76.
Ibidem,
209 pp. 76, 77 y 79.
Ibidem, pp. 82 y 83.
210
211 Por ejemplo, véase el análisis de uno de los criterios de corrección en el siguiente cri-
terio de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Primera Sala, “Prohibición absoluta del
consumo lúdico de marihuana. Ésta persigue finalidades constitucionalmente válidas”, tesis
aislada, 1a. CCLXVI/2016, 10a., en materia constitucional, Gaceta del Semanario Judicial de
la Federación, décima época, tomo II, noviembre de 2016, p. 903, disponible en https://sjf.scjn.
gob.mx/sjfsist/Paginas/DetalleGeneralV2.aspx?Epoca=1e3e10000000000&Apendice=1000000000
000&Expresion=l%25C3%25BAdico&Dominio=Rubro,Texto&TA_TJ=2&Orden=1&Clase=Deta
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poTesis=&Semanario=0&tabla=&Referencia=&Tema= , fecha de consulta: 22 de septiembre de
2017.
212 Los márgenes de acción estructural son el margen para la fijación de los fines, el mar-
gen para la elección de medios y el margen de la ponderación. Con mucho, se destaca que
el alto tribunal se centró en el primer margen, que lo identifica como finalidades constitu-
cionales válidas. Para Alexy, frente a un derecho fundamental, el legislador tiene un margen
para la fijación de fines cuando el derecho fundamental contiene una reserva competencial
de afectación, que posibilita la intervención legislativa; así, el legislador puede decidir por sí
mismo si afecta un derecho y en razón de qué fines, propósitos o principios lo hace. Cfr. Alexy,
Robert, Epílogo a la teoría…, cit., pp. 32, 33, 39 y 48.
Los antecedentes del caso judicial que generaron la sentencia T-970/14 los
dividió la Corte Constitucional en los siguientes tres puntos: a) de los hechos y
la demanda; b) intervención de la parte demandada, y c) del fallo de primera
instancia.213
Ibidem,
218 p. 6.
Idem.
219
Ibidem,
220 p. 6.
221
En dicha sentencia se reconoció en Colombia el derecho fundamental a morir digna-
mente. Sobre esto, véase Corte Constitucional de la República de Colombia, Demanda de
inconstitucionalidad contra el artículo 326 del decreto 100 de 1980-Código Penal promovida
por José Eurípides Parra Parra, expediente: D-1490, Sentencia C-239/97, 20 de mayo de
1997, disponible en http://www.corteconstitucional.gov.co/relatoria/1997/c-239-97.htm, fecha de
consulta: 23 de septiembre de 2017.
222 Ibidem, pp. 6 y 7.
223 Corte Constitucional de la República de Colombia, Acción de tutela…, cit., p. 7. Exis-
ten cinco puntos establecidos por la Corte Constitucional colombiana en su sentencia C-239
de 1997, que sirven como parámetros para practicar el procedimiento de eutanasia: a) una
verificación rigurosa del paciente, con el fin de corroborar la madurez de su juicio y la volun-
tad inequívoca de morir; b) indicación clara de los médicos que deben intervenir en el proce-
dimiento; c) la forma y circunstancias bajo las cuales se debe manifestar el consentimiento; d)
las medidas que deben ser usadas por el médico para practicar la eutanasia, y e) crear proce-
sos educativos en relación con valores como la vida para que esa decisión sea la última que
se tome. Cfr. Corte Constitucional de la República de Colombia, Acción de tutela…, cit., p. 7.
Ibidem, pp. 7 y 8.
224
Ibidem, pp. 8 y 9. Con todo, cabe hacer notar que la Sentencia C-239 de 1997 confirmó
225
la idea de que los tribunales constitucionales deben estar en sintonía con las necesidades y
expectativas sociales; esto es, deben ser hijos de su tiempo; por ello, se encuentran llamados
a adaptar las cartas constitucionales a las cambiantes condiciones de la sociedad en la cual se
desenvuelven. De esta forma, la interpretación es un proceso de renovación de las Constitu-
ciones, que busca impedir que las mismas se asuman como instrumentos anquilosados. Cfr.
Sierra Porto, Humberto Antonio, “Los nuevos derechos en la jurisprudencia constitucional
colombiana”, en Rey, Fernando (dir.), Los derechos en Latinoamérica: tendencias judiciales recientes,
Madrid, Fundación Internacional y para Iberoamérica de Administración y Políticas Públi-
cas-Editorial Complutense, 2011, p. 137.
que es una tensión del mismo derecho desde diversos enfoques (aunque no
se señale así en la sentencia), porque la prestadora de servicios de salud y
los médicos tratantes de la demandante se niegan a practicar la eutanasia
tomando como base el derecho a la vida; por su parte, la propia peticionaria
reclama que se proteja su derecho a una muerte digna; esto es, su derecho a
la vida desde el ámbito negativo.
Por ello, se puede identificar que los derechos en colisión en este asunto
son los siguientes:
Ibidem,
226 p. 3.
227
Vázquez, Rodolfo, Derechos humanos. Una lectura liberal igualitaria, México, Instituto Tec-
nológico Autónomo de México-Centro de Estudios de Actualización en Derecho, UNAM,
Instituto de Investigaciones Jurídicas, 2015, pp. 1 y 2.
3. Argumentación y sentencia
Sobre este punto, la Corte señaló que su tarea era determinar si Coo-
meva EPS desconoció los derechos a la vida digna, a la muerte digna y a
la dignidad humana de la señora Julia, al no querer practicarle el proce-
228
Corte Constitucional de la República de Colombia, Acción de tutela…, cit., p. 9.
Ibidem,
229 pp. 14, 15, 19, 23, 29 y 34.
Ibidem,
230 p. 14.
Ibidem,
231 p. 15.
Idem.
232
Ibidem,
233 p. 16.
Ibidem,
234 pp. 16 y 17.
Ibidem,
235 pp. 17 y 18.
Ibidem,
236 p. 18.
Ibidem, pp. 19 y 20.
237
238
Álvarez del Río, Asunción y Kraus, Arnoldo, “X. Eutanasia y suicidio asistido”, en
Pérez Tamayo, Ruy et al. (coords.) La construcción de la bioética. Textos de bioética, México, Fondo
de Cultura Económica, vol. I, 2014, p.164.
239
Corte Constitucional de la República de Colombia, Acción de tutela…, cit., pp. 20 y
21.
Ibidem,
240 pp. 21 y 22.
Ibidem,
241 p. 23.
Ibidem, p. 23.
242
Ibidem,
243 pp. 23, 26 y 27.
Ibidem,
244 p. 28.
Ibidem, p. 29
245
Ibidem,
247 p. 33.
Ibidem,
248 p. 33.
Ibidem, p. 34.
249
250
Así se señala expresamente en la sentencia, véase Corte Constitucional de la Repúbli-
ca de Colombia, Acción de tutela…, cit., p. 34.
Idem.
251
Ibidem,
252 pp. 34 y 35.
Ibidem,
253 p. 36.
Ibidem, p. 38.
254
Ibidem, p. 39.
255
Ibidem, p. 40.
256
Idem.
257
Ibidem,
258 p. 40.
Ibidem,
259 p. 41.
Idem.
260
Ibidem,
261 p. 41.
Ibidem,
262 pp. 41 y 42.
Ibidem, p. 42.
263
Idem.
264
Ibidem,
265 p. 42.
Ibidem,
266 pp. 42 y 43.
Ibidem, p. 43.
267
Idem.
268
Ibidem,
269 p. 43.
Ibidem,
270 p. 44.
Ibidem, pp. 44, 45 y 47.
271
Ibidem,
273 p. 45.
Idem.
274
Ibidem,
275 p. 46.
Ibidem,
276 p. 47.
Ibidem,
277 pp. 47 y 48.
Ibidem,
278 pp. 48 y 49.
Por otro lado, cabe hacer notar que con la decisión judicial emitida la
Corte colombiana buscó perfeccionar y desarrollar los criterios y requisitos
aplicables a la práctica de la eutanasia para casos futuros, lo cual se aprecia
adecuado, pues representa un compromiso real en torno a la vigencia de to-
dos los derechos humanos. Más aún, la Corte no se contentó con rediseñar
el esquema para la materialización de la eutanasia, sino que además ordenó
y exhortó a los demás poderes públicos (Ejecutivo y Legislativo) a contribuir
con la garantía del derecho a morir dignamente en Colombia. En el apar-
tado siguiente se identificarán los criterios de calificación utilizados por la
Corte Constitucional colombiana, lo cual nos ayudará a tomar una postura
propia sobre la corrección o no de la decisión tomada por dicho órgano
constitucional.
a) Criterio terminológico.
b) Criterio jurisprudencial.
c) Criterio de la dignidad humana.
d) Criterio del derecho comparado.
279
Ost, François, “Júpiter, Hércules y Hermes: tres modelos de juez”, trad. de Isabel
Lifante Vidal, Doxa. Cuadernos de Filosofía del Derecho, núm. 14, 1993, p. 183, disponible en
http://www.cervantesvirtual.com/obra/jpiter-hrcules-y-hermes--tres-modelos-de-juez-0/, fecha de con-
sulta: 12 de octubre de 2017.
280
Santos, Boaventura de Sousa, “Hacia una concepción multicultural de los derechos
humanos”, El Otro Derecho, Bogotá, ILSA, núm. 28, julio de 2002, p. 70, disponible en
http://191.98.188.189/Fulltext/12436.pdf, fecha de consulta: 12 de octubre de 2017.
281
Tribunal Constitucional de España, Recurso de amparo 4122012, promovido por
Joaquín Herrera Dávila, sentencia 145/2015 del 25 del junio de 2015, Boletín Oficial del Es-
tado, núm. 182, 31 de julio de 2015, sec. TC, pp. 66654- 66655, disponible en https://www.
Ibidem, p. 66655.
283
Idem.
284
Ibidem,
285 pp. 66655 y 66656.
Ibidem,
286 p. 66656.
287 Tribunal Constitucional de España, op. cit., pp. 66654 y 66656. Resulta interesante la
posición del dilema que asume el quejoso en su demanda respeto a actuar fuera de la ley
en el ejercicio de la objeción de conciencia o actuar en contra de sus creencias y valores al
distribuir los productos que considera inmorales. Nosotros diríamos que se trata de un ver-
dadero dilema constitucional, ya que como lo asume Zucca, sea cual fuera el modo en que
se observe el dilema, necesariamente se va a perder algo valioso. Para dicho autor, un dilema
constitucional involucra dos elementos; por un lado, una elección entre dos bienes diferen-
tes protegidos por los derechos fundamentales (por ejemplo, derecho de libertad ideológica
versus principio de legalidad); por el otro, una pérdida fundamental de un bien protegido
por un derecho fundamental, sin que sea relevante lo que implique tal decisión. Por ello,
se asume como tesis básica que los conflictos de derechos fundamentales pueden implicar
dilemas constitucionales. El problema es que en estos casos no se cuenta con parámetros
para la argumentación; esto es, no se tiene una guía sobre qué se debe hacer, por lo que se
ha asumido que estos casos no pueden ser resueltos de forma racional. Cfr. Zucca, Lorenzo,
“Los conflictos de derechos fundamentales como dilemas constitucionales”, trad. de David
Martínez Zorrilla, en Zucca, Lorenzo et al., Dilemas constitucionales. Un debate sobre sus aspectos
jurídicos y morales, Madrid, Marcial Pons, 2011, p. 11. Ahora bien, para tener una radiografía
más completa del tema de los dilemas constitucionales, debemos asumir la existencia previa
de los dilemas (morales) que se conectan irremediablemente con la idea de la tragedia de
valores. El caso más representativo se tuvo con la famosa tragedia de Antígona ideada por el
poeta griego Sófocles hace muchos siglos. Una representación actual de la Antígona de nues-
tro tiempo se tiene en Aicha, un personaje creado por Ost, para el cual aquí como en Atenas
hace 25 siglos, la causa de Antígona termina por ganar (con el precio de su vida), aunque
falta mucho para que ese desenlace trágico termine la discusión; así, debemos comprender
que la libertad, la igualdad y la dignidad no son definitivas, sino que se deben reinventar en
cada momento, pues lo más arcaico alcanza a lo más moderno, y lo mas diferente es también
una posibilidad de lo mismo; entonces hoy Antígona se llama Aicha. Cfr. Ost, François, El
velo de Antígona, trad. de Pauline Capdevielle y Eva Marina Valencia Leñero, México, UNAM,
Instituto de Investigaciones Jurídicas, 2017, p. XV.
288 Tribunal Constitucional de España, op. cit., p. 66657.
Ibidem,
289 pp. 66657 y 66658.
290
Tribunal Constitucional de España, op. cit., pp. 66658, 66659 y 66660.
3. Argumentación y sentencia
293
Nieto Castillo, Santiago, Los derechos en los tiempos del género (de mujeres, feminismo y derecho),
Toluca, Instituto Electoral del Estado de México, 2017, p. 233. Sobre esto, se debe conside-
rar que la igualdad efectiva de las mujeres exige superar las barreras que tienen para el libre
ejercicio de su autonomía tanto en el ámbito privado como en el público. Cfr. Cuenca Gó-
mez, Patricia, “Los derechos humanos: la utopía de los excluidos”, en Ramiro Avilés, Miguel
Ángel y Cuenca Gómez, Patricia (eds.), Los derechos humanos: la utopía de los excluidos, Madrid,
Dykinson e Instituto de Derechos Humanos Bartolomé de las Casas, Universidad Carlos III
de Madrid, 2010, p. 32.
Tribunal Constitucional de España, op. cit., p. 66661.
294
Ibidem,
295 pp. 66661 y 66662.
Ibidem,
296 p. 66662.
Idem, p. 66662.
297
Ibidem,
298 pp. 66662 y 66663.
299
Para la redacción de esta párrafo se utilizaron las ideas plasmadas por los jueces cons-
titucionales españoles, véase Tribunal Constitucional de España, op. cit., p. 66663.
Idem. p. 66663.
300
Idem.
301
Idem. p. 66663.
302
al caso que se analiza. Para resolver dicha cuestión, debían estudiar si los
motivos invocados para no distribuir la medicina con el principio activo
levonorgestrel comporta suficiente semejanza con los que justificaron el re-
conocimiento de la objeción de conciencia de los médicos para practicar el
aborto; todo ello, a fin de asumir si la aceptación de dicha objeción resulta
extensible a la oposición del farmacéutico de tener y distribuir el citado me-
dicamento por sus convicciones sobre el derecho a la vida.303
Sobre esto, los jueces señalaron que no desconocían la falta de unanimi-
dad científica en torno a los posibles efectos abortivos del medicamento en
cuestión; sin embargo, la existencia en el debate de posiciones que asumen
tal circunstancia los llevó a identificar la presencia de una duda razonable
sobre la producción de tales efectos, por lo que sin desconocer las divergen-
cias entre la participación de los médicos en el aborto y la distribución far-
macéutica del medicamento citado, los jueces reconocieron que la base del
conflicto en ambos supuestos cubre una misma finalidad, esto es, defender
una concepción sobre el derecho a la vida. Por esta razón, el Tribunal Cons-
titucional español determinó que los criterios definitorios de la objeción de
conciencia analizada en la sentencia 53/1985 también se presentan en la
objeción de conciencia de los farmacéuticos para no distribuir un medica-
mento con posibles efectos abortivos.304
Un vez identificadas las semejanzas entre los supuestos abordados en la
sentencia que se comenta y la diversa 53/1985, los jueces constitucionales
se dieron a la tarea de atender las tensiones que se presentaban entre los
diversos bienes jurídicos tutelados, para lo cual identificaron la obligación
a cargo de los farmacéuticos de contar con las medicinas que el sistema
público sanitario les exige para su distribución a los consumidores, lo que
garantiza, en el caso concreto, el derecho a la salud sexual y reproductiva
de las mujeres, que conlleva a su vez el acceso a la prestación sanitaria de
la interrupción voluntaria del embarazo, así como a los medicamentos anti-
conceptivos autorizados en España.305
Por otra parte, destaca el Tribunal Constitucional que la imposición de
la sanción al quejoso no se generó de su negativa de vender el medicamento
a alguien que lo hubiera solicitado, sino del incumplimiento de su obligación
de contar con el mínimo de existencias prescrito en las normas jurídicas. Aún
más, para los jueces de las actuaciones no se acreditó algún riesgo de que la
distribución del medicamento se viera afectada, pues la farmacia del deman-
Idem.
303
Ibidem.
304 pp. 66663 y 66664.
Ibidem,
305 p. 66664.
Idem.
306 p. 66664.
Ibidem,
307 pp. 66664 y 66665.
Ibidem, p. 66665.
308
Idem.
309
Ibidem,
310 p. 66666.
311
Se conoce que la sentencia en comento ha sido criticada por mostrar una argumen-
tación débil, lo que se corresponde con los escasos criterios de evaluación utilizados; toda-
vía más, para algunos autores la sentencia parte de dos premisas erróneas; por un lado, la
objeción de conciencia no forma parte de la libertad ideológica; por el otro, la objeción
de conciencia no se puede defender sin que exista una regulación legal previa. Véase Na-
varro‐Michel, Mónica, “¿Objeción de conciencia de los farmacéuticos? Comentario a la
sentencia del Tribunal Constitucional 145/2015, de 25 de junio”, Revista de Bioética y Derecho,
Barcelona, 2015, núm. 35, p. 135, disponible en http://revistes.ub.edu/index.php/RBD/article/
view/14287/17549, fecha de consulta: el 24 de octubre de 2017.
312
Cabe recordar que la idea de ponderación evoca una balanza en la que las distintas
normas, diríamos nosotros derechos, son pesadas, y la decisión judicial dependerá del peso
que tenga cada uno de los principios en las circunstancias del caso concreto a resolver; en
otros términos, prevalecerá la solución generada por aquel derecho de mayor peso, ya que
se habrá inclinado la balanza a su favor. Cfr. Martínez Zorrila, David, Metodología jurídica y
argumentación, Madrid, Marcial Pons, 2010, p. 153.
presenta una duda razonable en torno a tales efectos, que los jueces deben
considerar para la toma de decisiones constitucionales.
Bajo este sendero, como se recordará, para el Tribunal Constitucional
fue posible afirmar que la práctica del aborto y la negación de distribución
del medicamento con el principio activo levonorgestrel en farmacias defien-
den una idea sobre la vida humana, por lo que ante la citada duda razo-
nable debe considerarse que existe un derecho de objeción de conciencia
aplicable a los farmacéuticos ante la obligación que les imponen las normas
jurídicas de tener cantidades mínimas en existencia de medicinas con el
principio activo levonorgestrel, pues no está comprobado científicamente
que no generen efectos abortivos; en otras palabras, la duda razonable sobre
cuáles son efectivamente los efectos de tal medicamento activa la necesidad
de su ubicación en el seno del derecho a la objeción de conciencia a favor de
las personas que por sus convicciones éticas defienden el derecho a la vida
en todas sus formas y etapas de desarrollo.
Pues bien, tomando en consideración los criterios utilizados para la eva-
luación de la argumentación, se puede afirmar que la decisión emitida por
el Tribunal Constitucional español fue la más correcta y adecuada, ya que
para decretar la violación del derecho de objeción de conciencia que deriva
del derecho a la libertad ideológica a favor del quejoso se utilizaron dos cri-
terios para fiscalizar la decisión, que si bien son limitados, comportan una
naturaleza fundamental para calificar la corrección de la decisión, ya que
implícitamente abordan principios de consistencia constitucional y de prue-
ba científica, esenciales para la toma de decisiones en casos paradigmáticos.
Para terminar, se asume que para evaluar la corrección de las decisiones
se pueden aludir al menos a dos criterios o parámetros, siempre y cuando
sean fundamentales y contundentes, aunque, en nuestra opinión, se deben
buscar más criterios para respaldar el sentido de las decisiones constitu-
cionales que se lleguen a emitir; ello, a fin de eliminar, paradójicamente,
cualquier duda razonable que sobre la misma se pueda esbozar por la parte
afectada temporalmente en sus derechos y la misma sociedad.
Como idea general, se destaca que el estudio de los tres casos de justicia
constitucional de México, Colombia y España ha sido productivo para los
fines de nuestra investigación por dos cuestiones; en primer lugar, porque
Como se puede observar, los criterios esbozados por los jueces en los
casos estudiados son limitados; sin embargo, derivado de su ubicación, se
tiene ahora una evidencia clara sobre el tipo de parámetros que algunos tri-
bunales constitucionales están aplicando para calificar su decisión.
Dichos criterios deben ser ampliados, perfeccionados y regionalizados;
así, estimamos que no es suficiente con identificarlos, sino que debemos in-
crementarlos y mejorarlos para que puedan ser aplicados de forma ordena-
da en la justicia constitucional mexicana, que nos demanda un esquema de
justificación más complejo.
De modo que hemos podido corroborar que sí existen algunos pará-
metros viables para evaluar la argumentación jurídica, que si bien no son
perfectos, sí generan un borrador útil para mejorar el proceso de toma de
decisiones, que involucran posibles afectaciones a los derechos humanos. La
gran tarea que se tiene ahora es establecer un esquema más sofisticado en
torno a la evaluación de la argumentación jurídica; ello contribuirá a lograr
un avance en el desarrollo de una teoría de la decisión judicial de alcance
nacional.
Para lograr tal cometido, se necesita continuar con el análisis de casos
judiciales en el seno internacional; ello nos permitirá ampliar la muestra