CASO ESTRUCTURAL A y B
CASO ESTRUCTURAL A y B
CASO ESTRUCTURAL A y B
. • El padre tuvo una reacción violenta significativa (arrojó un cuchillo al aire y cayó muy cerca
de la madre) hace 2 años, que desencadenó en la derivación a la psicoterapia sistémica
familiar.
La familia del caso presentado ha elaborado en el curso del tiempo pautas de interacción
(estructura familiar), que determinan la funcionalidad o disfuncionalidad de sus relaciones y
que rigen el funcionamiento de los miembros de la familia definiendo sus conductas. Siguiendo
a Minuchin (1974), la terapia familiar estructural pone el acento en los aspectos relacionales
que mantienen los síntomas de los integrantes, pensando que lo que puede cambiar son los
factores contemporáneos, interpersonales que mantienen el problema, poniendo el foco en
trabajar sobre las estructuras familiares disfuncionales como ejes para el cambio.
El planteó del genograma de relaciones (ver figura 2), presentado a continuación ha permitido
la observación no solo los datos generales de la familia consultante, sino también la dinámica
de la familia en el periodo evolutivo actual. Esta dinámica conlleva a delimitar jerarquías, roles,
funciones, limites, triangulaciones, crisis, etc., en síntesis: los aspectos constitutivos de la
dinámica familiar inherentes y particulares del periodo de la observación.
El diseño de un genograma de relaciones permite observar a simple vista la calidad de las
mismas (Ceberio, 2002). A continuación, se explica cada uno de los puntos enumerados.
1) El punto 1 del gráfico representa un SUBSISTEMA CONYUGAL UNIDO, aunque denota una
RELACIÓN CONFLICTIVA Y AGRESIVA, en términos verbales y descalificatorios de A hacia D.
Deja sentado además una separación en la historia de la pareja.
Esta relación se puedo observar en distintas ocasiones a lo largo del trabajo realizado; es
así que, por ejemplo, en la primera sesión, la pareja expresó sus conflictos conyugales. La
esposa describió como pobre su relación de pareja con su esposo. El poco tiempo
compartido a solas (sólo salen en familia una vez al mes), la falta de diálogo y la ausencia
de intimidad sexual, fueron sus principales reclamos, concluyendo que sentía cierto
rechazo por su pareja. se mostró desentendido frente a lo expuesto por su cónyuge, sólo
comentó respecto de la relación que no tiene más ganas de pelearse con su esposa. De lo
expuesto, y siguiendo las conceptualizaciones de Minuchin y Fishman (1984) acerca del
subsistema conyugal, se puede inferir que la pareja de Diego y presentaría dificultades
para poseer un territorio psicosocial propio que pueda proporcionarles un sostén
emocional.
Por el otro lado, A aceptó que se preocupa por todo y en exceso, que ahora es el turno de
T, pero que está pendiente constantemente de los tres hijos. También refirió que es ella la
que está mal, que persigue a todos y cerró su comentario diciendo:…la casa es un caos…,
yo también me quiero escapar… Siguiendo los conceptos teóricos de Minuchin, (1974) el
terapeuta refirió que A trata de imponer reglas que no puede explicar en el momento o lo
hace de manera incorrecta o las considera evidentes, mientras que para T y sus hermanos
no es así. Según Minuchin y Fishman (1984), el funcionamiento eficaz del subsistema
parental requiere que tanto hijos como padres acepten el hecho de que el uso
diferenciado de la autoridad es necesario, simultáneamente, se espera de los padres que
comprendan las necesidades del desarrollo de sus hijos y que expliquen las reglas que
imponen.
El papá, al igual que sus tres hijos, refuerza la posición de Ana, ya que se mantienen en
una posición expectante sobre la aprobación de Ana frente a sus conductas. Ana es quien
pide al terapeuta indicaciones, tareas y quien plantea los problemas.
En este sentido, es importante recordar que para Haley (1976), no existe síntoma
psiquiátrico sin una jerarquía confusa. Es así que el terapeuta en la última post-sesión
describió y destacó a Diego como el miembro que menos participa en la organización del
sistema familiar, dejando el lugar de la jerarquía parental recaer enteramente sobre Ana.
En esta última sesión, adicionalmente, se produjo un episodio muy confuso para los hijos.
Los padres empezaron a discutir: Ana le dijo a Diego: siempre estás colgado en otra cosa,
no toma decisiones y estás arrastrando a la familia al caos. Frente a dicha afirmación, D
miró al terapeuta y le dijo: ¿qué quiere que haga si mi señora me tiene todo el tiempo al
trote….?
4) El punto 4 del cuadro representa los LÍMITES DIFUSOS Y POCO CLAROS entre el
subsistema parental y sus hijos, definidos por el terapeuta como una característica típica
de las familias aglutinadas.
En las distintas sesiones los padres refirieron que PI no los respeta como padres y que no
respeta los límites, Ana expuso sobre PI que: convence a todos, especialmente a su padre
que termina dejándolo hacer lo que quiere. En este sentido, Ana, en la última sesión, dijo:
cuando el padre no lo deja salir, Tomás hace un escándalo hasta que finalmente su padre
termina accediendo. Esta escena puede relacionarse con la conceptualización de Minuchin
& Fishman (1984) acerca de la puesta de limites como una de las funciones parentales, los
autores afirman que para que el funcionamiento familiar sea adecuado los límites de los
subsistemas deben ser claros, deben definirse con la suficiente precisión como para
permitir a los miembros de los subsistemas el desarrollo de sus funciones sin
interferencias indebidas, pero también deben habilitar el contacto entre los miembros de
un subsistema y los otros.
En el presente caso, las fronteras del sistema familiar son cerradas, Ana relató durante los
encuentros que siempre fue muy estricta con los amigos de sus hijos y que actualmente
no deja salir a Tomás porque no quiere que éste corra riesgos. Le limitó los contactos con
amigos, lo lleva y lo retira de la escuela, le suspendió salir a la plaza, a la cancha. PI refirió
en todas las entrevistas su molestia acusando a su madre de que lo vigila todo el tiempo y
que vive revisándolo, hasta cuando está durmiendo.
Es importante destacar, como sostiene Minuchin (1974), que la claridad de los limites es lo
más significativo en la estructura de un sistema, en donde la claridad de los mismos,
muestran un parámetro útil para evaluar el funcionamiento de la estructura (Minuchin &
Fishman, 1984). En familias disfuncionales se presentan dificultades para la demarcación
de limites (Serebrinsky, 2009).
5) El punto 5 del cuadro representa un TRIANGULO conformado por Ana, Diego y Tomás.
Durante las cuatro sesiones presenciadas pudo observarse un triángulo entre Tomás y sus
padres. En la última sesión, el terapeuta destacó en el setting que ve muy unidos en un
frente único a los padres del PI en cuanto a la postura que deben tomar en referencia a los
cambios que deben realizar de cara al tratamiento por abuso de sustancias de su hijo. Los
diálogos entre los cónyuges se tornaron amables armónicos y simétricos hacia el final de
la última sesión.
Del mismo modo, el terapeuta destacó que la alianza de sus padres para unirse frente a la
problemática de Tomás tenía dos lecturas: la alegría del PI de ver a sus padres unidos por un
lado y la posibilidad que esta unión parental sostenida por el problema de Tomás, esté
adyacentemente provocando una presión y un compromiso en la función de Tomás como
medio de unión entre sus progenitores, por el otro. En referencia a esta observación y
siguiendo a Serebrinsky (2009) la triangulación es descripta como un tipo de estructura familiar
donde se puede utilizar al hijo como medio para evitar o desviar el conflicto parental o
conyugal. Una de sus tres formas posibles es la desviación de conflicto, y está referida a
cuando a pesar de las diferencias conyugales los padres se unen para cuidar, controlar o
ayudar de alguna forma al hijo.
Objetivo 2:
INTERVENCIONES GENERALES
Pudo observarse al terapeuta desde una posición de cercanía, considerando todos los aspectos
que cada miembro trajo al setting. Se observó que el terapeuta se ocupó de contener a todos
los integrantes de la familia para sobrellevar las emociones exteriorizadas en las sesiones.
Desde la posición intermedia, se lo registró como un oyente activo, asistiendo a los
participantes para que cuenten lo que les pasa, a modo de rastreo para recopilar datos. Por
último, desde una Posición distante, como plantean Minuchin y Fishman (1984), el terapeuta
no hace papel de actor, si no de director. En este sentido, los padres de T, agradecieron al fin
de cada encuentro el trabajo profesional del terapeuta, la tranquilidad y la contención que
sentían por estar haciendo terapia familiar y por ser guiados en el proceso por él.
Tal como plantean Minuchin y Fishman (1984) acerca de cómo entrar en coparticipación con la
familia, se pudo observar en todo momento a un terapeuta familiar experimentando la
realidad como los pacientes la viven, desde su idiosincrasia y envolviéndose en las
interacciones familiares durante el setting. Se destaca el uso del lenguaje del paciente dentro
de las distintas formas posibles de entrar en coparticipación.
PI: bueno…, si me ofrecen fumar fumo…, ya me tienen podridos mis viejos, no me dejan hacer
nada, mi vieja me persigue y mi papá cuando aparece sólo me grita, ya me resigné, que se …
TERAPEUTA: así no entienden, ellos te dejan salir y siempre te enganchan fumando, si quieres
que te den…. cambia la estrategia. Si quieres salir, sácate el cartel de rebelde, acepta las cosas,
principalmente que tu familia y yo te queremos ayudar.
PI: Ok, la realidad es que fumo todos los días, busco todas las oportunidades que tengo para
fumar… no puedo parar … me hace muy bien… ( con lágrimas en los ojos) ¿y ahora qué?
TERAPEUTA: Ahora te doy un abrazo fuerte y nos vemos la próxima con toda tu familia para
seguir adelante, hoy dimos un gran paso (se fundieron en un abrazo).
INTERVENCIONES ESPECÍFICAS
PI: mamá, ¿me dejas salir el sábado? (el padre mira un cuadro del consultorio).
MAMÁ a TERAPEUTA: no ve lo que le digo doctor…, usted me pide que comparta y decida con
mi marido, pero acá la única que se preocupa por todo soy yo. A partir de esta iniciativa pudo
observarse que PI solo dirigía sus pedidos de autorización a su madre, que su padre no tenía
ninguna participación e influencia en las decisiones y que mamá no autoriza a PI a hacer
ningún tipo de actividad argumentando que no se siente tranquila dejando salir a PI, sin saber
dónde, con quién está y qué está haciendo. A partir de esta intervención se pudieron observar
algunos aspectos disfuncionales de la estructura familiar, orientando al terapeuta a proponer
diferentes modalidades de interacción entre MAMA y TERAPEUTA y PAPÁ, las cuales son
descriptas en los siguientes párrafos
Siguiendo estas metas, la mayor parte del tiempo de las sesiones fue dedicada a dialogar sobre
las conductas en torno al consumo de marihuana de PI. Se psicoeducó a PI y a su familia, se
prescribió tanto una psicoterapia individual para PI, así como un grupo terapéutico para padres
con adolescentes en riesgo de adicción. Se logró un avance significativo en torno al
reconocimiento al cuadro por parte de PI como consumidor abusivo y en la última pos-sesión
el terapeuta estaba evaluando un hospital de día para el PI
Una intervención significativa que se pudo observar fue que PI traiga una muestra de orina
(intervención orientada a evaluar estabilidad y autonomía), para tener un indicador objetivo
de la evolución y además incluyendo de esta forma a la familia a no dejar de lado el problema
de la droga y siendo también esta de utilidad a la hora de presionar al PI a que asumiera su
responsabilidad. El terapeuta prescribió a PI distintas actividades (uso productivo del tiempo)
de una entrevista a la otra, como por ejemplo: estudio, deportes, salidas con hermanos, y
actividades artísticas y recreativas siempre acompañado.
INTENSIDAD.
El terapeuta ha utilizado diferentes intervenciones para hacer llegar sus mensajes a la familia.
Como describe Fernández Moya (2010), las familias tienen campos de sordera selectiva
regulados por la historia en común. Las intervenciones observadas en este sentido fueron: •
TERAPEUTA: Tomás no te das cuenta donde te estas metiendo, el peligro que corres, esto no
es joda…, puedes terminar muy mal.
TERAPEUTA: es que no estas colaborando en nada, tienes que tomarte las cosas con más
responsabilidad.
TERAPEUTA: ¿Cómo unos porros?, fumas cada vez que sales, te encontraron droga en los
cajones, en el colegio estas por repetir, te dejaron afuera del equipo de futbol, ¿no entiendes
lo que pasa?
TERAPEUTA: que te ayudes a ti mismo, y que me dejes ayudarte, que hagas buena letra así tus
padres están más tranquilos y confiados en que no corres riesgos de salud. Esto es no es un
chiste ni una travesura
CAMBIO DE DISTANCIA:
Esta intervención fue muy recurrente en el setting, y se refiere al espacio (cercanía, lejanía o la
altura) entre los miembros de la familia o entre alguno y el terapeuta. En diferentes
oportunidades se intensificaron las interacciones a partir de esta modalidad. El terapeuta
siempre estuvo muy próximo a PI para insistir con algunos mensajes
Según Minuchin y Fishman (1984), el “no hacer” puede producir intensidad en la terapia, sobre
todo sobre todo cuando el terapeuta no hace lo que la familia quiere que haga. Con la
resistencia del terapeuta a ser absorbido por el sistema se introduce intensidad. Un ejemplo
en esta dirección se puede observar en la última sesión, cuando MADRE e HIJO le pidieron al
terapeuta que decida él si le parecía adecuado que PI salga a un cumpleaños el sábado a la
noche. El terapeuta se resistió a tomar esta decisión, provocando mucha intensidad en el
setting; frente al pedido de los padres, el profesional respondió: ustedes son los padres,
ustedes tienen que decidir
FIJACIÓN DE FRONTERAS.
El terapeuta ha propuesto diferentes intervenciones para cambiar las distancias entre los
subsistemas con el objeto de regular el grado de permeabilidad entre los subsistemas, entre
las cuales se pudieron observar:
DISTANCIA PSICOLÓGICA:
En todas las sesiones el terapeuta recurrió a las preguntas circulares (aquellas ideadas para
revelar las diferentes relaciones y las diferencias entre relaciones). Se trataron de preguntas
triádicas en las cuales uno de los miembros fue invitado a describir la relación entre otros dos
miembros (por ejemplo, le preguntó al PAPÁ qué piensa de la relación entre MAMÁ y su hijo),
o bien se preguntó cómo un miembro de la familia reacciona ante el problema y cuáles son las
reacciones de otros miembros ante esa reacción (por ejemplo, preguntó a cada miembro de la
familia que piensan qué le pasa a PI y por qué consume y abusa de las drogas). El foco de esta
intervención radica en que ninguno de los miembros hablar por el otro, o dicen lo que el otro
piensa o siente; sino más bien que cada uno expone su propia visión de los diferentes
conflictos planteados en el consultorio. Otro recurso muy utilizado por el terapeuta para
modificar la distancia psicológica entre los consultantes fue el uso del espacio en el set
terapéutico. En este sentido, por ejemplo, puso distancia separando miembros, achico la
distancia juntando miembros, hizo cambios de sillas (por distintas ubicaciones y tamaños) y
retiró integrantes por algunos minutos del consultorio
DESEQUILIBRIO:
Siguiendo a Minuchin y Fishman (1984), esta intervención cuestiona la distribución de los roles
y funciones, así como el vínculo jerárquico entre los miembros del sistema. El sistema
consultante adquiere vital importancia ya que la familia confía en las estrategias e
intervenciones propuestas por el terapeuta en busca de la restructuración funcional de la
estructura familiar. Para realizar esta intervención, el terapeuta llevo a cabo una alianza
alternante. Esto implicó establecer una alianza tanto con los padres como con PI. Con los
primeros se buscó un frente común y firme frente al consumidor. En este sentido, se promovió
que AMBOS PADRES trabajen juntos para señalar límites y reglas claras dentro de la casa, en
relación especialmente a aquellas que tienen que ver con el consumo de sustancias. Algunas
de estas reglas fueron negociadas durante las sesiones (puesta en acto), para que el terapeuta
pueda detectar cómo son las pautas transaccionales, con el fin de poder, luego, planificar sus
intervenciones. Respecto a PI, el terapeuta le dejó claro que era su aliado, y le propuso que, si
colaboraba con el tratamiento y se dejaba ayudar, iba a intervenir entre él y sus padres
negociando para que estos le den las libertades que él estaba reclamando. En cuanto al
soporte teórico de esta intervención, Fishman (2010), afirma que es especialmente útil cuando
se trabaja con hijos adolescentes, donde el terapeuta apoya el derecho de los padres a tomar
decisiones en su condición de tales y al mismo tiempo da lugar a los adolescentes a cuestionar
y a solicitar cambios en el proceso de toma de decisiones dentro de la familia.
Según, Minuchin y Fishman (1984), la terapia de familia parte del supuesto de que las pautas
de interacción obedecen a la realidad tal como es vivenciada. Por este motivo, modificar la
visión de la realidad familiar llevaría a elaborar nuevas modalidades de interacción entre ellos.
De este modo, en el caso observado, el terapeuta intervino resaltando en primer plano los
lados fuertes, tanto de T como de su familia. Los lados fuertes: en algunos pasajes de las
sesiones, la familia, veía en la consulta sólo las dificultades, lo atípico, lo riesgoso y sin
encontrar alternativas en sus propios recursos. Por ejemplo, se organizaban en torno a las
deficiencias del PI, y no en torno a sus capacidades; o se culpaban entre los padres acerca de
quién era responsable de los conflictos familiares. El terapeuta, se centró en mostrar los
recursos, los aspectos positivos y las capacidades, tanto de PI como de la pareja y la familia en
reiteradas oportunidades. En este sentido, el terapeuta siempre destacó a nivel familiar la
resiliencia y el amor como sostén principal de la familia. Específicamente sobre el PI, recalcó su
compañerismo con cada uno de los integrantes de la familia y en especial a sus padres.
Adicionalmente, con la intención de promover conductas saludables por parte de PI, el
terapeuta hizo hincapié en el aspecto deportivo, destacando el desempeño futbolístico y el
rendimiento escolar, ya que antes del cuadro por abuso de sustancias estos eran óptimos.