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Balística Forense

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Balística forense. Los Residuos de disparo.

¿Cómo se producen los residuos de disparo?

Cuando se produce un disparo, el proyectil o proyectiles se proyectan a través del ánima del arma, a la vez que los

productos originados en la explosión de la pólvora son despedidos a gran velocidad hacia adelante y hacia

atrás mezclándose con los compuestos resultantes de la descomposición del fulminante al ser percutido. Este

fenómeno permite el análisis químico de los objetos que se hallan en el curso de los componentes fijos de

la pólvora y del fulminante al ser proyectado hacia el frente o sectores posteriores.

El estudio de residuos de disparo, nos va a ayudar a dar respuesta a los principales interrogantes que se presentan

en la balística.

 ¿A qué distancia se realizó el disparo?

 ¿Quién realizó el disparo?

 ¿Dirección del disparo?

I. ¿A qué distancia se realizó el disparo?

Para dar respuesta a este interrogante, centraremos nuestros estudios en los elementos originados en la explosión

de la pólvora y en la descomposición del fulminante al ser percutido, expulsados hacia adelante junto al

proyectil/es.

¿Pero qué elementos se originan en la explosión de la pólvora?


La pólvora constituye la mezcla explosiva que comunica su fuerza de propulsión al proyectil. Pero puede obrar

también sobre el blanco por sus productos de combustión, siendo estos:

 Gases de explosión.

 Llama.

 Granos no quemados.

 Humo negro.

I.I Gases de explosión.

Estos, no intervienen cuando tienen plena libertad de expansión. Es decir, que solo actúan en los disparos en que la

boca del cañón contacta con el blanco (disparos a boca de jarro) o cuando el disparo se hace en una cavidad

cerrada, por ejemplo en la boca.

Los destrozos que producen los gases de la explosión se hallan en razón directa con la carga de la pólvora, de la

potencia del arma y de la dirección del tiro.

Por efecto de los gases de explosión se explican los destrozos que causan los disparos en la boca (suicidios),

saltando en pedazos las mejillas, el esqueleto de la cara y el cráneo.

En esta fotografía se aprecia un fenómeno conocido como “viento

balístico”.

Se denomina Viento Balístico a la pequeña cantidad de gases que precede al proyectil.

Cuando realizamos un disparo, la aguja percutora golpea sobre la cápsula iniciadora, esta produce una llamarada

que provoca que arda la pólvora, y de este modo, se producen los gases que dan presión al proyectil. Estos,

aunque una mínima parte, adelanta al proyectil en su vuelo por el cañón. Esta pequeña cantidad de gases son los

primeros en abandonar la boca del cañón, creando una cierta depresión en la parte de la atmósfera inmediatamente

delante de la boca de fuego, por lo que facilita la entrada del proyectil en el aire.
I.II Llama.

Un cono de llama, procedente de la deflagración de la pólvora sale del cañón durante el disparo.

El alcance de este cono es escaso (salvo en los fusiles de avancarga, donde la llama coincide con la longitud del

cañón, debido al uso de la pólvora negra) por lo que su acción se manifiesta pues, solamente a corta distancia,

sobre todo en los revólveres. Las pistolas, con munición cargadas con pólvoras piroxiladas, apenas dejan salir llama

por la boca de fuego.

La llama actúa sobre la piel, los pelos y los vestidos de un modo ligero por lo común, pero puede causar

quemaduras extensas en vestidos de fibras sintéticas.

Podemos observar la diferencia entre la llama producida por un arma corta y pólvora piroxilada y un arma larga con

pólvora negra

I.III Granos de pólvora no quemados.

Los granos de pólvora que no han llegado a arder, salen del cañón formando un cono también de escaso alcance,

por tanto no habrá sino a corta distancia. Estos granos se incrustan en la piel y se dibujan en ella, dando una figura

cuya forma y dimensiones corresponden exactamente a las de la base del citado cono en su inserción con el plano

del cuerpo que sufre el disparo.


En esta figura la forma y el diámetro es variable según el plano en que incida, ya que si el disparo es perpendicular

será circular, siendo en cambio semicircular y oval en tiros oblicuos.

I.IV Depósito negro de humo.

En los disparos a boca de jarro o quemarropa el humo produce un depósito, separable por el lavado, cuyo color es

el de la pólvora, es decir, negro cuando se emplea la pólvora negra y gris verdoso con las piroxiladas.

Puede enmascarar o difuminar el resto del tatuaje, puede hacerse desaparecer por el lavado suave con agua.

Algunos lo denominan como “anillo de suciedad” ya que aparte del negro de humo de la pólvora, puede estar

compuesto de las partículas de oxido, aceite, plomo, etc que la bala arrastra.

Una vez que conocemos los productos originados en la explosión de la pólvora podemos resolver con relativa

precisión a que distancia se realizo el disparo, limitándonos en la practica a distinguir cuatro variedades de

disparo, con acusados caracteres diferenciales, siendo estos:

 Disparo a bocajarro.

 Disparo a quemarropa.

 Disparo a corta distancia.

 Disparo a larga distancia.

I.V Disparo a bocajarro.

Es el que se realiza con la boca del arma en contacto con la piel. Viene definido por la violencia de las lesiones y,

especialmente por los estallidos y arrancamientos cutáneos producidos por los gases, que originan en conjunto la

herida en boca de mina Hoffmann, ennegrecida por la pólvora.


En este punto hay que decir que las nuevas tendencias aceptan hasta 1 cm para el término «boca de jarro”. El

cuerpo nacional de Policía sigue este criterio.

En ocasiones un proyectil de alta velocidad, disparado por un arma larga puede causar un orificio de entrada que

asume una forma estrellada, que recuerda la de los disparos a boca de jarro de los proyectiles ordinarios. Ahora

bien, al examinar con atención el orificio se observa que no tiene caracteres de tipo explosivo, ni efectos

secundarios propios de aquellos disparos: quemadura, tatuaje, dentro del orificio etc…

I.VI Disparo a quemarropa.

Es el realizado a una distancia no superior al alcance de la llama, es decir, entre 1 y 3-4 cm, pero a veces puede

llegar hasta los 10 cm. En consecuencia, el orificio de entrada estará rodeado por una cintilla de contusión y un

tatuaje denso y ennegrecido, comprobándose sobre su superficie los efectos de la quemadura por la llama. Son

especialmente demostrativas las alteraciones de los pelos.

En las armas antiguas y con las pólvoras negras este tipo de disparos se identificaba aún a distancias bastantes

considerables.

Actualmente es muy raro ver los efectos de la llama sobre la epidermis, ya que las pólvoras modernas arden mas

rápida y completamente.

I.VII Disparo a corta distancia.

Se incluyen en esta denominación los realizados a distancias inferiores al alcance de los elementos integrantes del

tatuaje. (Quemadura, granos de pólvora no quemados, deposito de humo).


Vendrá pues, definido por la presencia de éste alrededor del orifico de entrada. En las armas antiguas con pólvora

negra llegaban hasta los 1,5 metros del arma, en las actuales, con munición cargada con pólvora piroxilada, no

sobrepasa los 60 o 70 cm en los casos más favorables. En las armas largas puede llegar hasta 1´50m.

Como los componentes del tatuaje, por su diferente densidad, tienen un alcance distinto, habrá variaciones en su

aspecto, en dependencia con la distancia, aprovechables para determinar ésta.

Se toman en consideración a modo especial, la anchura del tatuaje y la separación entre sus elementos, así como

que haya desaparecido ya algunos de ellos de menos alcance, por ejemplo, el humo.

Sin embargo, no hay reglas precisas al respecto, debiéndose resolver el problema, en cada caso con disparos de

prueba con la misma arma e idéntica munición. Y por idéntica munición, se entiende del mismo año, mismo

tipo y a ser posibles mismas condiciones ambientales. Se disparará sobre papel satinado o sobre una gamuza

húmeda, (que reproduce muy bien las propiedades de la piel humana).

La distancia a que se haya obtenido un tatuaje lo mas parecido al problema será la correspondiente, siempre dentro

de una cierta aproximación.

I.VIII Disparo a larga distancia.

Están incluidos en esta variedad todos los disparos hechos a distancias superiores al alcance de los elementos que

constituyen el tatuaje, por lo que se caracterizan morfológicamente por este carácter negativo : Ausencia de

tatuaje.

Pero en toda la gran extensión comprendida como “larga distancia”, no se pueden hacer más precisiones: la misma

herida puede ser producida por un disparo hecho a un metro que a 500 metros, e incluso más lejos si el arma tiene

suficiente alcance. En estas heridas encontramos el orificio de entrada rodeado por la cintilla de contusión, sin

ningún otro elemento más. Por lo tanto, dependiendo del arma, si es corta o larga, la larga distancia irá desde los

60 cm a más de 1´50.

Recordando como empezábamos el punto I de este articulo: “Para dar respuesta a este interrogante, centraremos

nuestros estudios en los elementos originados en la explosión de la pólvora y en la descomposición del


fulminante al ser percutido, expulsados hacia adelante junto al proyectil/es.”
Hasta el momento hemos visto los elemento originados en la explosión de la pólvora ahora nos centraremos en que

elementos se originan en la descomposición del fulminante al ser percutido, para dar respuesta ¿a que distancia se

realizo el disparo?

Como norma general los fulminantes al ser percutidos generan partículas de Antimonio, Plomo y Bario, pero de

estos el único que solo esta presente en el fulminante es el Bario, ya que el antimonio y el plomo los podemos

encontrar también en el proyectil.

Por tanto, la presencia de Bario en el orificio, en la piel indemne, o en las ropas que atravesó el proyectil, nos dará

la certeza de que el disparo se realizó a un máximo de +/- 30 cm, que es la distancia aproximada límite a la que

llega el Bario expulsado del fulminante.

También debemos de tener presente que no todos los fulminantes generan Antimonio, Bario y Plomo, por eso

también algunos laboratorios estudian la presencia del mercurio, que también solo esta presente en el fulminante, y

el alcance de este es de +/- 45/60 cm.

Incluso algunos laboratorios estudian la presencia del cromo, este procede de los elementos correctivos añadidos a

algunas pólvoras que alcanza aproximadamente los +/- 40 cm

Visión gráfica de lo expuesto hasta el momento.

I.IX Pero… ¿Dónde quedan asentados estos residuos?

Estos se asentarán en la primera capa que atraviese el proyectil.


Cuando la zona corporal interesada por el disparo esta cubierta por ropa el estudio de los orificios en ella es

imprescindible ya que los residuos quedan depositados mayoritariamente sobre el plano más externo, impidiendo en

mayor o menor medida que se depositen sobre el blanco, en función del número de capas y del tipo de tejidos. Si

no contamos con la capa de ropa más externa que cubría la herida no podemos conocer el patrón real

del disparo y por tanto no será posible determinar la distancia.”

¿Quién realizó el disparo?

El gran interrogante de la balística, saber quien ha realizado el disparo, desgraciadamente los residuos de disparo

no nos van a dar respuesta a este interrogante, pero si que nos van a proporcionar información muy valiosa para

dar respuesta a este interrogante.

Como ya hemos dicho cuando se produce un disparo, la bala se proyecta a través del ánima del arma, a la vez que

los productos originados en la explosión de la pólvora son despedidos a gran velocidad hacia adelante y hacia

atrás mezclándose con los compuestos resultantes de la descomposición del fulminante al ser percutido.

La explosión a que se ha hecho referencia quema tan completamente la pólvora que hasta ahora no ha sido

desarrollada una técnica analítica capaz de identificar consistentemente la cantidad remanente de pólvora no

combustionada, en las manos o ropas del tirador.

La mayoría de los fulminantes que forman parte de los cartuchos de armas de fuego, al detonar producen partículas

microscópicas, más o menos esféricas y compuestas a base de plomo (Pb) antimonio (Sb) y bario (Ba). Ante la

presencia de estos tres elementos juntos nos encontraríamos con seguridad ante residuos procedentes de la

detonación del fulminante -residuos específicos- ya que, hasta la fecha, estas partículas no han sido encontradas

más que en residuos de disparo.”

No obstante algunos fabricantes pueden alterar esta composición en la mezcla iniciadora, pudiendo carecer de
alguno o de todos los elementos indicados produciendo residuos sin ellos. ( Por ejemplo la munición Sintox no crea

residuos de plomo )

Por este motivo, los resultados deben contrastarse y coincidir con los elementos balísticos (casquillos

percutidos y armas) empleados en el caso.

¿ Entonces, si obtenemos un resultado positivo para residuo de disparo, y concuerda con los elementos balísticos

empleados, estaremos hablando del autor del disparo?

El hecho de hallar un resultado positivo de residuos de disparo en un portamuestras no puede asegurar que sea

el autor material del disparo, sino que, ha estado expuesto o ha tenido contacto con una fuente de tales

residuos. Esta ha podido ser directa (como tirador o al encontrarse en el área de influencia de la nube de residuos

expulsada por el arma), o indirecta ( transferencia por contacto con objetos o personas que los tuvieran).
Pero debemos recordar que un resultado negativo en la prueba de residuos de disparo, no es razón suficiente para

descartar que el “imputado” tuviera contacto con las fuentes de dichos residuos, ya que dichos residuos se

desprenden con mucha facilidad debido a la acción cotidiana , no durando estos residuos más de 2 horas (aprox) en

las manos.

Por eso una persona que ha estado expuesta a dichos residuos puede dar un resultado negativo si no se le practica

la prueba dentro del tiempo en el que aún no se hayan desprendido los residuos.

III. Dirección del disparo

Para determinar la dirección de los disparos por un arma de fuego, problema muy frecuente e importante en los

disparos de proyectiles únicos, cuya resolución permite a menudo establecer la etiología del disparo y facilitar la

reconstrucción del hecho, se utilizan diversos elementos de juicio.

 Reparto de la incrustación de los granos de pólvora y del depósito de humo.

 Anillo de contusión.

III. I Reparto de la incrustación de los granos de pólvora y del depósito de humo.

Como hemos visto, este criterio por su naturaleza, sólo resulta aprovechable en los disparos a corta distancia en los

cuales permite diferenciar los disparos perpendiculares al blanco de los oblicuos, y en último supuesto, cual era su

oblicuidad.

Los disparos perpendiculares producen un tatuaje circular en cuyo centro se encuentra el orificio de entrada.

En los disparos oblicuos el orificio es excéntrico y la forma ovalada o irregular.

Otra indicación corresponde a la densidad relativa de los elementos del tatuaje en sus distintas zonas (en la parte

del tatuaje más próxima al arma los granos están mas apretados más cercanos entre sí que en la opuesta)
III.II Anillo de contusión.

En los disparos perpendiculares tiene forma de anillo completo, mientras que en los oblicuos adopta forma

semilunar, estando la semiluna situada en el lado por el que vino la bala, por ser este el que ha contuido.

Bibliografía consultada:

 Francisco de Antón y Juan Vicente de Luis (2012). Policía científica (5º Edición.) Valencia. Editorial Tirant lo

Blanch

 Mª Fernanda Ferreyro (2011) Balística Manual. (2º edición) Buenos Aires, Editorial B de F.

 Locles, R.J. (2006). Balística y Pericia (2º edición) Buenos Aires, Ediciones La Rocca.
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