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Equilibrio Gibbs Donnan

Es el equilibrio que se produce entre los iones que pueden atravesar la membrana y los
que no son capaces de hacerlo. Las composiciones en el equilibrio se ven determinadas
tanto por las concentraciones de los iones como por sus cargas.

Fundamentación

Cuando partículas de gran tamaño cargadas eléctricamente, como las proteínas, que no se
difunden a través de una membrana semipermeable están presentes en un
compartimento fluido como el vascular, atraen los iones cargados positivamente y repelen
los iones cargados negativamente (tal y como aparece en la figura). Como consecuencia
de ello, se establece un gradiente eléctrico y sendos gradientes de concentración de los
iones, estos dos últimos iguales y de signo opuesto. En el equilibrio, los productos de las
concentraciones iónicas de cada lado de la membrana son iguales. En consecuencia, la
concentración de partículas es desigual a ambos lados de la membrana y se establece un
gradiente osmótico en dirección hacia el compartimiento que contiene las proteínas. Esta
presión osmótica en el equilibrio de Gibbs-Donnan es de unos 6-7 mm de Hg. El efecto de
Donnan sobre la distribución de los iones difusibles es importante en el organismo a causa
de la presencia en las células y en el plasma.

Equilibrio de Membrana de Donnan

Se basa en que a un lado de la membrana hay que "aplicar" una disolución "por ejemplo"
cloruro sódico y al otro lado de la membrana un electrólito cargado negativamente, los
iones que son de signo contrario pasan a través de la membrana, y los iones de cloruro y
de sodio pasan sin ninguna dificultad por la membrana, los iones de las partículas
aniónicas no pasan teniendo un equilibrio a lo largo de la membrana, como existe un
equilibrio los volúmenes en la disolución a ambos lados de la membrana son idénticos, la
actividad o concentración del cloruro sódico es la misma, por lo tanto, obedece al
principio de tendencias de escape.

Transporte de Membrana

La membrana es impermeable a moléculas hidrofílicas como los hidratos de carbono,


aminoácidos, proteínas o ácidos nucleicos.

La membrana es permeable a moléculas hidrofóbicas como los lípidos, y a moléculas


pequeñas como los gases. También es parcialmente permeable al agua.

La membrana debe permitir la entrada de nutrientes en la célula y la salida de productos


de desecho. También debe transmitir a la célula las señales que proceden del exterior de
esta. Por eso en la membrana existen transportadores y receptores, y ambos son
proteínas de membrana.

Receptores de la vasopresina

Existen al menos tres clases de receptores de vasopresina: V1A, V1B y V2 . Todos están acoplados
a la proteína G. Los receptores V1A y V1B actúan a través de la hidrólisis del fosfatidilinositol para
aumentar la concentración intracelular de iones calcio (Ca2+). Los receptores V2 ejercen su acción
a través de proteínas G estimuladoras(Gs ) para elevar las concentraciones de 3’,5’-monofosfato
de adenosina cíclico (cAMP).

EFECTOS DE LA VASOPRESINA Puesto que uno de sus principales efectos fisiológicos es la


retención de agua por el riñón, la vasopresina a menudo se denomina hormona antidiurética
(ADH). Aumenta la permeabilidad de los túbulos colectores del riñón, de manera que el agua entra
en el intersticio hipertónico de las pirámides renales. La orina se concentra y su volumen
disminuye. Por consiguiente, el efecto global es la retención de agua con exceso de soluto; como
consecuencia, disminuye la presión osmótica efectiva de los líquidos corporales. Cuando no se
dispone de vasopresina, la orina es hipotónica con respecto al plasma, el volumen urinario se
incrementa y ocurre una pérdida neta de agua. Por tanto, se eleva la osmolalidad del líquido
corporal. El mecanismo por el cual la vasopresina ejerce su efecto antidiurético es activado por los
receptores de V2 e implica la inserción de proteínas llamadas conductos del agua en las
membranas apicales (luminales) de las células principales de los túbulos colectores. Hoy en día, se
sabe que el desplazamiento del agua a través de las membranas mediante difusión simple
aumenta por el movimiento a través de los conductos del agua. Los receptores de V1A son
mediadores del efecto vasoconstrictor de la vasopresina y esta es un potente estimulador del
músculo liso vascular in vitro. Sin embargo, se necesitan relativamente grandes cantidades de
vasopresina para elevar la presión arterial in vivo, ya que la vasopresina también ejerce su acción
sobre el cerebro para generar una disminución del gasto cardiaco. El lugar de esta acción es el área
postrema, uno de los órganos circunventriculares (véase cap. 33). La hemorragia es un potente
estímulo para la secreción de vasopresina y el descenso de la presión arterial después de la
hemorragia es más intenso en animales tratados con péptidos sintéticos que bloquean la actividad
vasopresora de la vasopresina. Por ende, al parecer la vasopresina interviene en la homeostasis de
la presión arterial. También se encuentran receptores de V1A en hígado y cerebro. La vasopresina
produce glucogenólisis hepática y, como se indicó antes, es un neurotransmisor en encéfalo y
médula espinal. Los receptores de V1B (también denominados receptores de V3) al parecer son
singulares para la adenohipófisis, donde son mediadores del aumento de la secreción de hormona
adrenocorticotrópica (ACTH) por los corticótropos.

METABOLISMO L
a vasopresina de la circulación es inactivada con rapidez, principalmente en hígado y riñones; tiene
una semivida biológica de casi 18 min en el ser humano.
CONTROL DE LA SECRECIÓN DE VASOPRESINA:
ESTÍMULOS OSMÓTICOS La vasopresina se almacena en la neurohipófisis y es liberada hacia la
circulación sanguínea por impulsos de las fibras nerviosas que contienen la hormona. Los factores
que afectan su secreción se resumen en el cuadro 38-1. Cuando aumenta la presión osmótica
efectiva del plasma por encima de lo normal de 285 mosm/kg, la velocidad de descarga de estas
neuronas aumenta y se incrementa la secreción de vasopresina (fi g. 38-2). A una osmolalidad de
285 mosm/kg, la vasopresina plasmática se encuentra en los límites de la detección mediante los
análisis disponibles, pero probablemente ocurre mayor disminución cuando la osmolalidad
plasmática baja de este valor. La secreción de vasopresina es regulada por los osmorreceptores
situados en la porción anterior del hipotálamo. Estos se encuentran fuera de la barrera
hematoencefálica y al parecer se hallan en los órganos circunventriculares, principalmente el
órgano vasculoso de la lámina terminal (OVLT) (véase cap. 33). El umbral osmótico para la sed (fi g.
38-1) es el mismo o levemente más elevado que el umbral para la mayor secreción de vasopresina
(fi g. 38-2) y todavía es dudoso si los mismos osmorreceptores median los dos efectos. Así, la
secreción de vasopresina es controlada por un mecanismo de retroalimentación delicado, el cual
opera de continuo para conservar la osmolalidad del plasma. Se presentan cambios importantes
en la secreción cuando la osmolalidad se modifi ca en un mínimo de 1%. De esta manera, la
osmolalidad del plasma en los individuos normales se mantiene muy cerca de 285 mosm/L.

CONSECUENCIAS CLÍNICAS

En diversos estados clínicos, el volumen y otros estímulos no osmóticos infl uyen en el control
osmótico de la secreción de vasopresina. Por ejemplo, los pacientes que han sido objeto de cirugía
pueden tener concentraciones plasmáticas altas de vasopresina en virtud del dolor y la
hipovolemia, lo cual quizá propicie la aparición de osmolalidad plasmática baja e hiponatremia por
dilución (recuadro clínico 38-1). La diabetes insípida es el síndrome surgido cuando hay defi -
ciencia de vasopresina (diabetes insípida central) o cuando los riñones no reaccionan a la hormona
(diabetes insípida nefrógena). Las causas de defi ciencia de vasopresina son procesos patológicos
que afectan los núcleos supraópticos paraventriculares, el haz hipotalámico hipofisario o la
neurohipófisis. Se ha calculado que 30% de los casos clínicos se deben a lesiones neoplásicas del
hipotálamo, sean primarias o metastásicas; 30% es postraumático; 30% es idiopático y los
restantes se originan de lesiones vasculares, infecciones, enfermedades multiorgánicas, como la
sarcoidosis que afecta al hipotálamo, o mutaciones del gen de la prepropresofisina. La
enfermedad que se presenta después de la resección quirúrgica de la neurohipófisis puede ser
temporal si solo se lesionan los extremos distales de las fi bras supraópticas y paraventriculares, ya
que las fi bras se recuperan, establecen nuevas conexiones vasculares y comienzan de nuevo a
secretar vasopresina. Los síntomas de diabetes insípida comprenden eliminación de grandes
cantidades de orina diluida (poliuria) y consumo de gran cantidad de líquido (polidipsia), siempre y
cuando se mantenga intacto el mecanismo de la sed. La polidipsia conserva sanos a estos
pacientes. Si se deprime la sensación de sed por algún motivo y se reduce la ingestión de líquido
diluido, aquéllos presentan deshidratación, la cual puede ser letal. Otra causa de diabetes insípida
corresponde a la incapacidad de los riñones para responder a la vasopresina (diabetes insípida
nefrógena). Se han descrito dos modalidades de esta enfermedad. En una de ellas, hay una
mutación del gen del receptor de V2, la cual hace que el receptor no responda. Dicho gen se
encuentra en el cromosoma X y, por tanto, este trastorno está ligado a X y su herencia es recesiva
ligada al sexo. En la otra presentación del trastorno, ocurren mutaciones en el gen autosómico de
la acuaporina 2 y se producen variantes no funcionales de estos conductos del agua

Síndrome de secreción inadecuada de hormona antidiurética

El síndrome de hipersecreción “inadecuada” de la hormona antidiurética (SIADH) ocurre cuando la


vasopresina está excesivamente alta en relación con la osmolalidad sérica. La vasopresina
interviene no solo en la hiponatremia por dilución (sodio sérico menor de 135 mmol/L), sino
también en la pérdida de sal en la orina cuando la retención de agua es sufi - ciente para expandir
el volumen del líquido extracelular, lo cual reduce la secreción de aldosterona (véase cap. 20). Esto
ocurre en los pacientes con enfermedades cerebrales “eliminación de sal cerebral”) y neumopatías
(“eliminación de sal pulmonar”). La hipersecreción de vasopresina en los sujetos con trastornos
pulmonares, como cáncer del pulmón, quizá se deba en parte a la interrupción de los impulsos
inhibidores en las aferentes vagales de los receptores a la distensión en las aurículas y las grandes
venas. Sin embargo, un número importante de tumores pulmonares y algunas otras neoplasias
malignas secretan vasopresina. Existe un proceso denominado “escape de vasopresina”, el cual
contrarresta la acción de retención de agua de la vasopresina y limita el grado de hiponatremia en
el síndrome de hipersecreción “inadecuada” de la hormona antidiurética. Los estudios realizados
en ratas han demostrado que la exposición prolongada a las concentraciones elevadas de
vasopresina, tarde o temprano dan por resultado una regulación por decremento de la producción
de acuaporina 2. Esto permite el incremento súbito del fl ujo urinario y el descenso de la
osmolalidad plasmática pese a la exposición de los túbulos colectores a las concentraciones altas
de la hormona, es decir, los escapes individuales de los efectos renales de la vasopresina.

SISTEMA RENINAANGIOTENSINA RENINA

La elevación de la presión arterial que produce la inyección de extractos renales se debe a la


renina, una proteasa ácida secretada por los riñones hacia la circulación sanguínea. Esta enzima
ejerce una acción sincrónica con la enzima convertidora de angiotensina (ACE) para formar
angiotensina II (fi g. 38-6). La renina es una glucoproteína con un peso molecular de 37 326 en el
ser humano. La molécula está constituida por dos lóbulos o dominios, entre los cuales el sitio
activo de la enzima está situado en una hendidura profunda. Dos residuos de ácido aspártico, uno
en la posición 104 y el otro en la 292 (números de residuo de la preprorrenina del ser humano), los
cuales están yuxtapuestos en la hendidura y son esenciales para la actividad. Por consiguiente, la
renina es una aspartilproteasa. Al igual que otras hormonas, la renina es sintetizada como una
preprohormona de gran tamaño. La preprorrenina humana contiene 406 residuos de aminoácidos.
La prorrenina que permanece después de retirar una secuencia guía de 23 residuos de
aminoácidos del amino terminal contiene 383 residuos de aminoácidos y, luego de retirar la
prosecuencia del amino terminal de la prorrenina, la renina activa posee 340 residuos de
aminoácidos. La prorrenina presenta escasa actividad biológica en el mejor de los casos. Alguna
prorrenina es convertida en renina en los riñones y parte es secretada. La prorrenina es secretada
por otros órganos, incluidos los ovarios. Después de una nefrectomía, la concentración de
prorrenina en la circulación sanguínea suele reducirse solo en grado moderado y de hecho puede
elevarse, pero la concentración de renina activa desciende básicamente a cero. Como
consecuencia, muy poca prorrenina es convertida en renina en la circulación y la renina activa
conforma un producto principal, si no es que exclusivo, de los riñones. La prorrenina se secreta en
forma constitutiva, en tanto que la renina activa se forma en los gránulos secretores de las células
granulosas en el aparato yuxtaglomerular, mismas células que producen la renina (véase más
adelante). La renina activa tiene una semivida en la circulación de 80 min o menos; su única
función conocida es desdoblar el decapéptido angiotensina I en el extremo amino terminal del
angiotensinógeno (sustrato de renina) (fi g. 38-7).

ANGIOTENSINÓGENO

El angiotensinógeno presente en la circulación sanguínea se encuentra en la fracción α2-globulina


del plasma (fi g. 38-6). Contiene alrededor de 13% de carbohidratos y está constituido por 453
residuos de aminoácidos. Se sintetiza en el hígado con una secuencia de señal de 32 aminoácidos,
la cual es retirada en el retículo endoplásmico. Su concentración sanguínea aumenta con los
glucocorticoides, las hormonas tiroideas, los estrógenos, diversas citocinas y el angiotensinógeno
II.

ENZIMA CONVERTIDORA DE ANGIOTENSINA Y ANGIOTENSINA II

La enzima convertidora de angiotensina (ACE) es una dipeptidilcarboxipeptidasa que desdobla la


histidil-leucina de la angiotensina I fisiológicamente inactiva para formar el octapéptido
(angiotensina II) (fi g. 38-7). La misma enzima inactiva la bradicinina (fi g. 38-6). El aumento de esta
última en los tejidos cuando es inhibida la enzima convertidora de angiotensina, actúa sobre los
receptores B2 para producir tos, la cual constituye un efecto secundario molesto hasta en 20% de
los pacientes tratados con inhibidores de la ACE (recuadro clínico 38-2). La mayor parte de dicha
enzima que forma angiotensina II en la circulación se halla en las células endoteliales. Gran parte
de la conversión se produce conforme la sangre pasa a través de los pulmones, pero también
ocurre en muchas otras partes del organismo.

METABOLISMO DE LA ANGIOTENSINA II

La angiotensina II se metaboliza con rapidez; su semivida en la circulación sanguínea en el ser


humano es de 1 a 2 min. Es metabolizada por diversas peptidasas. Una aminopeptidasa elimina el
residuo de ácido aspártico (Asp) del estremo terminal del péptido (fi g. 38-7). El heptapéptido
resultante tiene actividad fisiológica y, a veces, se denomina angiotensina III. La eliminación de un
segundo residuo amino terminal del angiotensinógeno III genera el hexapéptido llamado en
ocasiones angiotensina IV, el cual quizá tenga alguna actividad. La mayor parte de los demás
fragmentos peptídicos formados, si no es que todos, son inactivos. Además, la aminopeptidasa
puede actuar sobre la angiotensina I para producir (des-Asp1) angiotensina I y este compuesto es
sensible de convertirse directamente en angiotensina III por la acción de la ACE. La actividad
metabolizadora de la angiotensina se encuentra en los eritrocitos y en otros tejidos. Además, la
angiotensina II al parecer es retirada de la circulación por algún tipo de mecanismo de
atrapamiento en los lechos vasculares de los tejidos diferentes a los pulmones.

Manipulación farmacológica del sistema de renina-angiotensina

Hoy en día, es factible inhibir la secreción o los efectos de la renina de diversas maneras. Los
inhibidores de la síntesis de prostaglandina, como la indometacina y los fármacos antagonistas de
los receptores adrenérgicos β, como el propranolol, reducen la renina. El péptido pepstatina y los
inhibidores de renina recién creados, como el enalkiren, impiden que la renina genere
angiotensina I. Los inhibidores de la enzima convertidora de angiotensina, como captopril y
enalapril, impiden la conversión de angiotensina I en angiotensina II. La saralasina y otros análogos
diversos de la angiotensina II son inhibidores competitivos de la acción de la angiotensina II tanto
en los receptores AT1 como en los AT2. El losartán (DuP753) bloquea de modo selectivo los
receptores AT1, en tanto el PD-123177 y otros fármacos diversos bloquean de manera selectiva los
receptores AT2

REGULACIÓN DE LA SECRECIÓN DE RENINA

Diversos factores regulan la secreción de renina (cuadro 38-2) y su tasa de secreción en un


determinado momento depende de la actividad conjunta de tales factores. Uno de ellos
corresponde a un mecanismo barorreceptor intrarrenal, el cual hace que disminuya la secreción
de renina cuando aumenta la presión arterial al nivel de la célula yuxtaglomerular y se incrementa
cuando desciende la presión arterial a este nivel. Otro sensor regulador de la renina se encuentra
en la mácula densa. La secreción de renina es inversamente proporcional a la cantidad de Na+ y
Cl– que entra en los túbulos renales distales desde el asa de Henle. Supuestamente estos
electrólitos ingresan a las células de la mácula densa a través de los transportadores de Na–K–2Cl–
en sus membranas apicales y el incremento de alguna manera desencadena una señal que reduce
la secreción de renina en las células yuxtaglomerulares de las arteriolas aferentes adyacentes. Un
posible mediador es el óxido nítrico, pero aún no se ha establecido la identidad de la señal. La
secreción de renina también varía en proporción inversa a la concentración plasmática de iones
K+, pero el efecto de estos al parecer es mediado por los cambios que propician la liberación de
Na+ y Cl– hacia la mácula densa. La angiotensina II inhibe, mediante retroalimentación, la
secreción de renina por una acción directa sobre las células yuxtaglomerulares. Asimismo, la
vasopresina impide la secreción de renina in vitro e in vivo, aunque existe cierto debate con
respecto a si su efecto in vivo es directo o indirecto

HORMONAS CARDIACAS Y OTROS FACTORES NATRIURÉTICOS

ESTRUCTURA

Por algún tiempo se ha propuesto la existencia de diversas hormonas natriuréticas. Dos de estas
son secretadas por el corazón. Las células musculares de las aurículas y, en menor grado, las de los
ventrículos contienen gránulos secretores (fi g. 38-9). Estos últimos incrementan su número
cuando aumenta la ingestión de cloruro de sodio (NaCl) y se expande el ECF, y los extractos de
tejido auricular causan natriuresis. La primera hormona natriurética aislada del corazón fue el
péptido natriurético auricular (ANP), un polipéptido que es un anillo característico de 17
aminoácidos formado por un enlace de disulfuro entre dos cisteínas. La forma circulante de este
polipéptido tiene 28 residuos de aminoácidos. Se forma a partir de una gran molécula precursora
que contiene 151 residuos de aminoácido, entre ellos un péptido de señal de 24 aminoácidos. El
péptido natriurético auricular fue aislado ulteriormente en otros tejidos, como el cerebral, donde
se ha detectado en dos presentaciones que son más pequeñas que el péptido natriurético
auricular presente en la circulación. Se aisló un segundo polipéptido natriurético del cerebro
porcino y se denominó péptido natriurético cerebral (BNP, también conocido como péptido
natriurético de tipo B). Asimismo, este se halla en el cerebro humano, pero en mayor cantidad en
el corazón humano, incluidos los ventrículos. La forma de esta hormona presente en la circulación
sanguínea contiene 32 residuos de aminoácidos. Posee el mismo anillo de 17 miembros que el
ANP, aunque algunos de los residuos de aminoácido del anillo son diferentes. Un tercer miembro
de esta familia ha sido denominado péptido natriurético tipo C (CNP) por cuanto fue el tercero de
la secuencia en aislarse. Contiene 22 residuos de aminoácidos(fi g. 38-11) y también hay una forma
de 53 aminoácidos de mayor peso molecular. El péptido natriurético tipo C se halla en cerebro,
hipófisis, riñones y células endoteliales vasculares.
Sin embargo, hay muy poca cantidad en el corazón y en la circulación sanguínea y al parecer es
sobre todo un mediador paracrino.

ACCIONES El péptido natriurético auricular y el péptido natriurético tipo cerebral presentes en la


circulación sanguínea actúan en los riñones al aumentar la excreción de Na+ y el péptido
natriurético tipo C inyectado tiene un efecto similar. Al parecer originan este efecto al dilatar las
arteriolas aferentes con relajación de las células del mesangio. Estas dos acciones incrementan la fi
ltración glomerular (véase cap. 37). Además, actúan en los túbulos renales para inhibir la resorción
de sodio (véase cap. 37). Otras acciones consisten en un incremento de la permeabilidad capilar, lo
cual origina extravasación de líquido y una declinación de la presión arterial. Además, relajan el
músculo liso vascular de las arteriolas y las vénulas. El péptido natriurético tipo C tiene un mayor
efecto dilatador sobre las venas que el péptido natriurético auricular y el péptido natriurético tipo
cerebral. Estos péptidos también impiden la secreción de renina y contrarrestan las acciones
vasopresoras de las catecolaminas y la angiotensina II. En el cerebro, el péptido natriurético
auricular está presente en las neuronas y una vía neural que contiene péptido natriurético
auricular se proyecta desde la porción anteromedial del hipotálamo hasta las zonas de la parte
baja del tronco del encéfalo que intervienen en la regulación neural del aparato cardiovascular. En
términos generales, los efectos de ANP en el encéfalo son contrarios a los que ocasiona la
angiotensina II, y al parecer intervienen los circuitos nerviosos que contienen ANP para
antagonizar los efectos de la vasopresina y la angiotensina II y con ello inducir la natriuresis.

RECEPTORES DE PÉPTIDO NATRIURÉTICO Se han aislado y caracterizado tres diferentes receptores


de péptido natriurético (NPR). Los receptores de péptidos natriuréticos A (NPR-A) y B (NPR-B)
están distribuidos en la membrana celular y muestran dominios citoplásmicos que son
guanililciclasas. El péptido natriurético auricular tiene la máxima afi nidad por el receptor de
péptido natriurético A, en tanto el péptido natriurético tipo C tiene la máxima afi nidad por el
receptor de péptido natriurético B. El tercer receptor, el receptor de péptido natriurético-C, une
los tres péptidos natriuréticos pero tiene un dominio citoplásmico muy truncado. Algunas pruebas
indican que ejerce su acción a través de las proteínas C, al activar la fosfolipasa C e inhibir la
adenilciclasa. Sin embargo, también se ha planteado que este receptor no desencadena ningún
cambio intracelular y que más bien es un receptor depurador que elimina los péptidos
natriuréticos de la circulación sanguínea y que los libera más tarde, ayudando a mantener una
concentración sanguínea constante de las hormonas.

SECRECIÓN Y METABOLISMO La concentración de péptido natriurético auricular en el plasma es de


casi 5 fmol/ml en el ser humano normal que ingiere cantidades moderadas de cloruro de sodio. La
secreción de ANP aumenta cuando se incrementa el volumen del ECF mediante la infusión de
solución salina isotónica y cuando se distienden las aurículas. La secreción de péptido natriurético
tipo cerebral aumenta si se distienden los ventrículos. La secreción de péptido natriurético
auricular también se incrementa con la inmersión en agua hasta el cuello (fi g. 38-10), un
procedimiento que contrarresta el efecto de la gravedad sobre la circulación y aumenta la presión
venosa central y, por consiguiente, la auricular. Obsérvese que la inmersión asimismo disminuye la
secreción de renina y aldosterona. Por lo contrario, un decremento leve pero conmensurable del
péptido natriurético auricular plasmático se presenta en concomitancia con una reducción de la
presión venosa central al adoptar la posición de pie desde una posición de decúbito supino. Por
tanto, parece claro que las aurículas responden directamente a la distensión in vivo y que la tasa
de secreción de péptido natriurético auricular es proporcional al grado en el cual las aurículas son
distendidas por incrementos de la presión venosa central. Asimismo, la secreción de péptido
natriurético tipo cerebral es proporcional al grado de distensión de los ventrículos. Las
concentraciones plasmáticas de las dos hormonas están elevadas en la insufi ciencia cardiaca
congestiva y su valoración cada vez se utiliza más en el diagnóstico de este trastorno

ERITROPOYETINA ESTRUCTURA Y FUNCIÓN

Cuando una persona sangra o presenta hipoxia, aumenta la síntesis de hemoglobina, así como la
producción y la liberación de eritrocitos por la médula ósea (eritropoyesis) (véase cap. 31). Por lo
contrario, cuando el volumen globular se incrementa por encima de lo normal a causa de alguna
transfusión, disminuye la actividad eritropoyética de la médula ósea. Estos ajustes son
desencadenados por cambios en la concentración de eritropoyetina en la circulación sanguínea,
una glucoproteína que contiene 165 residuos de aminoácido y cuatro cadenas de oligosacáridos,
las cuales son necesarias para su actividad in vivo. Sus valores sanguíneos aumentan mucho en
caso de anemia (fi g. 38-11). La eritropoyetina incrementa el número de células precursoras
afectadas sensibles a la eritropoyetina en la médula ósea que son convertidas en los precursores
de los hematíes y después en eritrocitos maduros (véase cap. 31). El receptor de eritropoyetina es
una proteína lineal con un dominio transmembranario simple, el cual es un miembro de la
superfamilia de los receptores de citocinas (véase cap. 3). El receptor tiene actividad de
tirosincinasa y activa una cascada de serincinasas y treonincinasas, lo cual impide la apoptosis de
los eritrocitos, así como un mayor crecimiento y desarrollo. El principal sitio de inactivación de la
eritropoyetina es el hígado y la hormona presenta una semivida en la circulación sanguínea de casi
5 h. Sin embargo, el aumento de los eritrocitos de la circulación que desencadena tarda dos a tres
días en aparecer, ya que la maduración del hematíe es un proceso relativamente lento. La pérdida
de una porción incluso pequeña de los residuos de ácido siálico en las fracciones de carbohidratos
que forman parte de la molécula de eritropoyetina, abrevia su semivida a 5 min, volviéndola inefi
caz desde el punto de vista biológico.
ORÍGENES En adultos, casi 85% de la eritropoyetina surge de los riñones y 15% del hígado. Estos
dos órganos contienen el mRNA para la eritropoyetina. Esta última también puede extraerse del
bazo y de las glándulas salivales, pero estos tejidos no contienen el mRNA y, por consiguiente, no
parecen sintetizar la hormona. Cuando se reduce la masa renal en los adultos por alguna
nefropatía o una nefrectomía, el hígado no puede compensar y sobreviene anemia. La
eritropoyetina es generada por las células intersticiales en el lecho de los capilares peritubulares
de los riñones y por los hepatocitos perivenosos. También se elabora en el cerebro, donde ejerce
un efecto protector contra la lesión excitotóxica desencadenada por la hipoxia; así como en el
útero y en los oviductos, donde es inducida por estrógeno y parece mediar la angiogénesis
dependiente de estrógeno. Se ha clonado el gen que codifi ca esta hormona y se cuenta con
eritropoyetina recombinante producida en células animales para utilizarse clínicamente como
epoyetina α. La eritropoyetina recombinante es útil en el tratamiento de la anemia vinculada con
insufi - ciencia renal; 90% de los pacientes con insufi ciencia renal en etapa terminal que se
encuentran en diálisis, tienen anemia como consecuencia de la defi ciencia de eritropoyetina. Esta
hormona también se utiliza para estimular la producción de eritrocitos en los individuos que están
almacenando un suministro de su propia sangre en preparación para transfusiones autólogas
durante operaciones quirúrgicas electivas (véase cap. 31).

REGULACIÓN DE LA SECRECIÓN El estímulo habitual para la secreción de la eritropoyetina es la


hipoxia, pero la secreción de la hormona puede ser estimulada para las sales de cobalto y los
andrógenos. Pruebas recientes señalan que el sensor de oxígeno (O2) que regula la secreción de
eritropoyetina en riñones e hígado es una proteína, que en la forma desoxi, estimula y, en la forma
oxi, inhibe la transcripción del gen de la eritropoyetina para constituir mRNA de la eritropoyetina.
La secreción de esta es facilitada por la alcalosis que sobreviene a grandes alturas. Del mismo
modo que la secreción de renina, la de eritropoyetina es facilitada por las catecolaminas a través
de un mecanismo adrenérgico β, aunque el sistema renina-angiotensina es totalmente diferente al
sistema de la eritropoyetina

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