LA POÉTICA Eduardo Sinnott
LA POÉTICA Eduardo Sinnott
LA POÉTICA Eduardo Sinnott
Aristóteles es el discípulo de Platón que creó un sistema de filosofía nuevo. Nació en el año 384 A.C y murió en el 322
A.C. Sus escritos cubren el territorio de la física, la biología, la psicología, la sociología, la política, la poética, etc. Por
lo que su obra ha sido considerada durante siglos, fundamentalmente en la Edad Media, semejante al que le
correspondió a la Biblia en el campo religioso. El pensamiento de Aristóteles, fue incorporado y adaptado al
pensamiento cristiano, a través del mayor filósofo y teólogo de la iglesia Santo Tomás de Aquino.
Tanto Aristóteles como Platón, constituyen los modelos de dos actitudes contrapuestas frente a la realidad. Mientras
Platón representa al idealista, al hombre que tiene su pensamiento dirigido a otro mundo, que no es este mundo
sensible, sino un mundo perfecto, de idealidades eternas y absolutamente excelentes y bellas; Aristóteles,
representa el realismo, ya que, para él, el verdadero ser no se halla en aquel trasmundo de las ideas platónicas, sino
en este mundo concreto en que vivimos y nos movemos todos los días (la expresión“La escuela de Atenas” de
Rafael).
Críticas a la teoría de las ideas: Aristóteles mismo se encargó de fijar su propia posición filosófica mediante una
serie de críticas a su maestro. Estas pueden resumirse en cuatro puntos:
1. La filosofía platónica representa una innecesaria duplicación de las cosas. Platón afirma que hay dos mundos, el
sensible y el inteligible, pero de esta manera, en lugar de resolver el problema metafísico, lo complica; puesto
que, en vez de explicar un mundo, habrá que explicar dos, con el resultado entonces de que el número de cosas
por explicar se habrá multiplicado.
2. La segunda crítica se refiere a la manera en cómo Platón intenta explicar la relación entre los dos mundos.
Cuando se enfrenta a este problema, dice que las cosas sensibles, por ejemplo, un caballo, participan o son
copias de una idea, que es como su modelo, la idea de caballo. Sostiene que Platón no hace más que valerse de
metáforas e imágenes literarias, atado al mundo de los mitos, anterior a la aparición del pensamiento racional y
científico.
3. Aristóteles observa que no se ve cómo, ni por qué, dadas las ideas (que son estáticas e inmutables), tenga que
haber cosas sensibles (que son esencialmente cambiantes). Lo permanentemente, estático y siempre idéntico a
sí mismo, no puede ser causa del devenir. La idea de casa, por sí sola, nunca hará surgir la casa real.
4. Se conoce como “argumento del tercer hombre”. Según Platón, la semejanza entre dos cosas se explica porque
ambas participan de la misma idea. Por ejemplo, Juan y Pedro son semejantes porque ambos participan de la
idea de “hombre”. Pero como también hay semejanza entre Juan y la idea de hombre, será preciso suponer una
nueva idea (el tercer hombre), de la cual Juan y la idea de hombre participen y que explique su semejanza. Esto
nos embarca en una serie infinita, en la que nada se explica, ya que no se hace más que postergar la explicación,
de tal modo que el problema queda siempre abierto.
Lo que plantean estas críticas, son dificultades que el propio Platón encontró en su doctrina. Además, es probable,
que las críticas de Aristóteles se refieran, a algunos de sus discípulos.
Según Aristóteles, la realidad es este mundo de cosas concretas en que vivimos: como una casa, un árbol, un
hombre, etc. De este tema de la realidad se ocupa la metafísica (rama de la filosofía que trata de preguntas que van
más allá de los límites de la ciencia empírica y que buscan comprender la naturaleza última de la realidad y del ser
humano), como disciplina fundamental de la filosofía. El término “metafísica”, no lo empleó Aristóteles, él la llama
“filosofía primera” y la define como “un saber que se ocupa de manera puramente contemplativa y teorética del
ente en tanto ente y de lo que en cuanto tal le compete”.
La palabra “ente” y la palabra “ser”, tienen diferentes significados; el ente se dice de muchas maneras. En efecto,
no es lo mismo decir: “esto es una silla”, que decir, “esta silla es blanca”, o bien, “la silla es de un metro de alto”. En
los tres casos nos referimos a entes. Pero está claro que en cada caso el “es” tiene un sentido diferente y por eso
dice Aristóteles que el ser se dice de muchas maneras.
Tales maneras se reducen a dos fundamentales: el modo de ser “en sí” y el modo de ser “en otro”. El ser de esta
mesa, es en sí, se trata de un ser independiente; en cambio, el color o la cantidad, son modos de ser que sólo son
en tanto están en otro ente.
Este ser en sí Aristóteles lo llama USÍA o SUBSTANCIA, este ente individual y concreto, como Sócrates, Platón o esta
mesa. Todos los demás modos de ser, es decir, las diversas maneras de ser en otro, se los denomina ACCIDENTE.
Estos son nueve: cantidad, cualidad, relación, lugar, tiempo, posición, posesión, acción y pasión.
Ejemplo: si se habla de Sócrates, la substancia o usía es este individuo, llamado Sócrates; y decimos de Sócrates que
mide u n metro setenta (cantidad), que es calvo (cualidad), que es el marido de Jantipa (relación), que está en la
plaza (lugar), esta mañana (tiempo); que está de pie (posición) y calzado (posesión) que come (acción) y que es
interrogado (pasión:).
A estas maneras según las cuales algo es, Aristóteles las llamó CATEGORÍAS. El modo de ser fundamental, es el
modo de ser en sí, la substancia, porque todos los demás modos de ser, los accidentes, en última instancia se
refieren a la substancia.
Desde el punto de vista de su estructura, la usía es un compuesto constituido por dos factores, la MATERIA y la
FORMA. Éstos no se dan nunca aislados, sino, sólo constituyendo el individuo, por ejemplo, esta mesa en que se
encuentra la materia (madera) y la forma (mesa).
Materia: es aquello “de qué esto es”, aquello de lo cual algo está hecho, su “material”. Para saber cuál es la materia
de una cosa, hay que preguntarse ¿De qué está hecha? La materia es la indeterminado, lo pasivo, el contenido o
material de algo, aquello de qué este algo está constituido; su determinación la recibe de la forma. Materia equivale
al contenido, que no tiene por qué ser nada material, por ejemplo, cuando se habla del contenido de un libro.
Forma: es el “qué” de la cosa, y por ello, para saber cual es la forma de algo, hay que preguntar ¿Qué es esto? Forma
no significa la figura, sino la esencia. Es lo determinante, lo activo, lo que da carácter a la cosa, lo que determina que
la madera sea mesa y no o armario. La forma le imprime una forma a la materia y hace ser lo que en cada caso es.
Aristóteles señala que lo determinante, lo que la cosa es, lo real, reside en la forma; y es ésta, lo propiamente
cognoscible en la cosa: se conoce algo cuando se capta la forma (por medio del intelecto). Para él, las formas son
inmanentes (inseparables) a las cosas sensibles; materia y forma coexisten en este mundo sensible como dos
aspectos inseparables de una sola realidad. El equilibrio entre forma y materia es inestable.
Por ejemplo, en el proceso de fabricación de una mesa, mientras el carpintero trabaja la madera, se produce un
pasaje de algo en que se destaca más la materia (materia), hacia un predominio cada vez mayor de la forma, hasta
que llega el momento, terminada la mesa, en que lo que sobresale es primordialmente el ser "mesa", la forma. Pero
este equilibrio que se ha alcanzado, a su vez, no es estable, porque en cualquier momento puede romperse; por
ejemplo, si se destroza la mesa con el fin de obtener leña para el fuego: aquí se habrá hecho menos forma y más
materia.
Para pensar este dinamismo o desarrollo, Aristóteles introduce dos nuevos conceptos potencia y acto. El sínolo, es
entonces un compuesto de potencia y acto.
La potencia, es la materia considerada dinámicamente, esto es, en sus posibilidades; en este sentido puede
decirse, por ejemplo, que el árbol es una mesa, pero no porque lo sea ahora, sino porque lo es como
posibilidad: el árbol es mesa en potencia.
El acto, es la forma dinámicamente considerada, es decir, la forma realizada, consumada, y, en el caso
extremo, en su perfección; en este sentido, el árbol que vemos es árbol en acto.
El movimiento es el pasaje del no ser a ser; es el pasaje de la potencia al acto. Existen cambios:
Sustancial:
Generación y corrupción (nacimiento o muerte de una persona, fabricación o destrucción de una estatua).
Accidental:
Para explicar más a fondo el cambio, Aristóteles desarrolla una teoría de importancia muy grande en la historia del
pensamiento: la teoría de las cuatro causas. Todo cambio tiene una causa. Pues según Aristóteles el conocimiento
(científico o filosófico) es siempre conocimiento por las causas; se conoce algo cuando se conoce su "porqué" o
razón.
La causa formal es la forma específica (es decir, la propia de la especie) del ente de que se trate y que estará más o
menos realizada en la cosa; en el caso de un ser vivo, su realización plena corresponde a la madurez. Por ejemplo, el
niño Fernández es un hombre; y con esto se quiere dar a entender, no que sea hombre hecho y derecho, sino que
pertenece a la especie "hombre". Se lo determina entonces al niño en función de la forma que en él todavía no está
plenamente realizada, en función del adulto, de lo que el niño todavía no es.
La forma es una especie de meta que opera como dirigiendo todo el proceso del desarrollo del individuo, como
objetivo o ideal que el individuo trata de alcanzar. La forma es causa final, es entonces la perfección de la cosa.
La causa eficiente es el motor o estímulo que desencadena el proceso de desarrollo. Causa eficiente de la mesa será
el carpintero, es decir, la forma "mesa" que tiene en su espíritu el carpintero. Mientras que la causa final opera como
meta, por así decirlo, desde adelante, la causa eficiente opera, en cambio, "desde atrás", y es relativamente exterior
a la cosa en desarrollo.
La causa material es la materia. La materia es lo que hace que este mundo no sea un mundo de puras formas como
el de las ideas platónicas, sino un mundo sensible y cambiante. Y en cuanto toda substancia sensible está constituida
por materia, y materia significa potencia, y la potencia significa algo aún no realizado, y por tanto imperfecto,
resultará que todas las cosas de este mundo son imperfectas, en mayor o menor medida, puesto que ninguna llega a
adecuarse totalmente a la forma o acto.
Las cuatro causas se reducen a dos, forma y materia: la materia como substrato indeterminado, y la forma como
principio de todas las determinaciones (del ser, de la orientación o fin, y del comienzo del cambio).
Es la más antigua teoría sistemática de la literatura que conocemos. Compuesta en torno del año 334 a.C Llega hasta
nosotros de manera fragmentaria y en un estado de elaboración bastante desparejo: la redacción del texto indica
que no se trata de una obra hecha para la publicación. Se desenvuelve mediante un dialogo complejo, que combina
elementos de continuidad y apropiación, de polémica y de ruptura. La poética en general, ilustra un rasgo propio de
la escritura y del estilo intelectual de Aristóteles y atestigua en particular, la escrupulosidad de su reflexión acerca
del arte.
la primera de esas visiones: Basada en las ideas de Pitágoras, esta visión afirma que la belleza está intrínsecamente
ligada a la armonía matemática. Es decir, la belleza se encuentra en el ordenamiento cuantitativo, en la proporción y
magnitud de las cosas. Además, esta tradición considera que la música tiene un poder purificador sobre el alma
humana, induciendo armonía y liberándola de las ataduras corporales.
Tesis Aristotélica: la tragedia tiene el efecto de provocar "kátharsis", una purificación emocional que experimenta el
público al presenciar la tragedia, liberándolos de emociones negativas a través de la empatía con los personajes y las
situaciones representadas.
Segunda visión: Los sofistas introducen la noción de arte ("tékhne") y la contraponen a la naturaleza y al azar.
Distinguen entre artes "bellas" (o placenteras: buscan el placer y no tienen un fin práctico o verdadero,) y artes
"útiles” tienen una función práctica.
Para los sofistas, la belleza es subjetiva y sensualista, es decir, está determinada por lo que es agradable para los
sentidos. Georgias destaca la capacidad de las artes basadas en la palabra, como la retórica y la poesía, para seducir
y crear ilusiones.
Perspectiva de Aristóteles y Platón: Tanto Aristóteles como Platón reconocen que las artes bellas deben
proporcionar placer. Sin embargo, Platón considera que esto las hace peligrosas debido a su capacidad de influir en
las emociones y pensamientos de las personas. Por otro lado, Aristóteles ve el placer como algo positivo en el arte,
ya que contribuye a su valor estético.
Tercera visión: Sócrates sostiene que las artes bellas no imitan directamente la naturaleza, sino que representan una
selección de lo mejor de la naturaleza para crear una imagen idealizada que no existe en la realidad. Este concepto
se conoce como "mímesis" o imitación.
TÉKHNE
Le palabra tékhne designa, en general, la actividad productiva especializada, sobre todo la que hoy describiríamos
más bien como artesanía que como arte. Así, son tékhnes, disciplinas tan distintas entre sí como, la escultura, la
carpintería y la medicina. Y se debe a Aristóteles la conceptualización más completa de ella.
En la filosofía de Aristóteles, la tékhne representa una esfera específica del saber, que se contrapone al saber teórico
y al saber práctico porque su ejercicio deja tras de sí, como resultado o producto, una cosa que posee una existencia
propia (y contingente). La tékhne es el saber productivo, es decir, el saber orientado hacia la producción (poiesis):
el saber hacer que el artesano posee bajo la forma de un hábito y que se halla en la base de toda producción
artificial, es decir, de toda producción distinta de la debida a la naturaleza (physis). En la tékhne es fundamental la
nota de la racionalidad, la cual se pone de manifiesto, ante todo, en que es metódica y transmisible. La tékhne no
es, pues, una capacidad irreflexiva o azarosa, sino que persigue un fin concebido universalmente y procede, explícita
o tácitamente, según reglas generales. Por otra parte, a diferencia de las capacidades naturales (la percepción
sensible, por ejemplo), que pueden ejercerse inmediatamente por el solo hecho de poseerlas, la tékhne es una
capacidad intelectual que se adquiere mediante el aprendizaje: con reglas y ejemplos, el artesano puede, en
efecto, explicarle y comunicarle eficazmente su saber al aprendiz.
POESÍA
La poesía, en cuanto es una actividad técnica, está, para Aristóteles, dirigida y sujeta a un fin que le da sentido y en
cierto modo la justifica como actividad humana, a saber, el fin de producir un efecto emotivo en el público: suscitar
en él los sentimientos de conmiseración y temor y la consiguiente purificación de esos mismos sentimientos; un
efecto emotivo en la subjetividad del receptor.
La kátharsis o purificación a la que apunta la representación trágica tiene un sentido «curativo», más que ético,
pero no sabemos si se trata de una consecuencia momentánea o si imprime en el carácter del espectador, una
orientación o una condición psicológica o moral más o menos duradera, que subsiste cuando se ha abandonado el
teatro.
Tampoco es para él, finalidad de la tragedia presentar modelos o ejemplos y cumplir por esa vía una función
educadora o edificante. Este aspecto es claro en su discusión de los rasgos deseables en el héroe trágico: el héroe
apropiado para la tragedia es un hombre moralmente medio que, sin ser injusto, comete errores: un reflejo del
público común.
Para Aristóteles, las artes o bien completan lo que la naturaleza no llega a hacer, o bien imitan lo que la naturaleza
ha hecho. las artes imitativas persiguen como fin su propia contemplación.
En la Poética se precisa que la BELLEZA reside específicamente en determinadas cualidades de la forma: el ORDEN
y la MEDIDA. Estas condiciones se hallan tanto en el arte como en la naturaleza, y, en realidad, antes, y mejor, en
la naturaleza que en el arte. Son los seres naturales organizados los que proporcionan la pauta de la estructuración
bella, y el arte la recoge de allí.
Cada forma artística tiene una forma propia de placer, ligada a los afectos específicos que cada una de ellas suscita.
Así, las artes imitativas se dividen en tres sectores: las artes plásticas (colores y figuras), las artes fónicas(voz), y las
artes poéticas (lenguaje, la armonía y el ritmo). Las consideraciones de la Poética se referirán sólo a dos de las
muchas especies comprendidas en el tercero de esos sectores: la poesía trágica y la poesía épica.
Dos principales formas de poesía dramática: la tragedia y la comedia. Describe la tragedia como una forma de
imitación seria y elevada, que representa acciones serias y dignas de atención. Por otro lado, caracteriza la comedia
como una imitación de acciones ridículas y menos elevadas.
Tragedia: enaltece los rasgos y cualidades de los hombres reales (las representamos mejores de lo que son).
Son dramas y busca provocar en los espectadores temor y compasión. Se desarrollan en espacios
importantes de la sociedad (templos, palacios).
Comedia: aparecen los vicios de las personas, imita a hombres inferiores que encarnan vicios. Busca
provocar risa y burla en los espectadores y se desarrolla en lugares cotidianos (casas, tabernas, mercados).
1. La fábula o trama: es la parte más importante según Aristóteles. Es el argumento, de lo que se trata. Es en si
la secuencia de acciones (imitación). El principio y alma de la tragedia es que debe tener principio, medio y
fin.
La fábula o trama puede ser compuesta (tiene una peripecia, acontecimiento imprevisto, un cambio de
fortuna en el personaje) o simple (no hay peripecia).
2. Los caracteres: a través de las decisiones de los personajes entendemos su carácter. Deben ser semejantes a
la realidad y ser buenos.
3. Elocución o dicción: es la forma en la que los personajes se expresan o argumentan. Con esto despiertan
pasiones. Se usan palabras extrañas, metáforas, analogías y formas alargadas (no en exceso).
4. El pensamiento (razonamiento discursivo)
5. Espectáculo: puesta en escena. Sin importante para Aristóteles, ya que la fuerza de la tragedia está en el
texto.
6. La melodía o el canto: las intervenciones del coro y es un adorno para la tragedia.
Aristóteles compara la tragedia con otro género poético importante, la épica. ambos comparten la capacidad de
representar acciones dignas de atención y enseñar lecciones importantes sobre la vida humana.
Tragedia: Es un género dramático que se enfoca en eventos serios y trágicos, generalmente representados en el
escenario. Se centra en el desarrollo de personajes y conflictos humanos, explorando temas como el destino, la
moralidad y el honor.
Epopeya: Es un género narrativo que narra hazañas heroicas y aventuras extraordinarias, en forma de un poema
épico. Se centra en la narración de eventos a lo largo de varios cantos o libros, involucrando personajes mitológicos
o históricos, y puede incluir elementos fantásticos.
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SANTO TOMÁS:
Los cristianos debieron recurrir a la filosofía griega para buscar resolver sus problemas con el paganismo, pero esto
no resultó fácil por sus grandes diferencias. La filosofía griega presenta un ideal teórico, el filósofo se dedica a
contemplar la naturaleza y la verdad, siendo el hombre una cosa más entre las otras. Los cristianos consideran al
hombre único, y se separa de las demás criaturas, siendo el protagonista.
El problema fundamental consiste en preguntarse si es posible incorporar la filosofía griega, la racionalidad, al
cristianismo, y de qué modo. Para solucionar el problema de la relación entre razón y fé puede pensarse en cinco
opciones posibles:
1) Eliminar la razón: el cristianismo podía rechazar la razón, inadecuada para los contenidos de la fe demoniaco.
2) Eliminar la fe: eliminar la fe y no dejar subsistir más que la razón.
3) Separar la fe y la razón: zonas incomunicables: algo puede ser verdadero en lo religioso, y falso en filosofía.
4) Considerar la fe como supuesto de la razón: para San Agustín “Creo para comprender”
5) Distinguirlas y armonizarlas: un modelo de equilibrio. La fe y el conocimiento son diferentes, pero armónicos. La
razón y la revelación proceden de Dios, que es la verdad misma. Tienen un mismo objetivo, Dios. La fe encuentra
verdades naturales y la teología, sobrenaturales.
Respecto de Dios mismo se le plantean a la razón dos problemas: el primero se refiere a su existencia; el segundo, a
su naturaleza o esencia. Por lo que se refiere a la existencia de Dios, Santo Tomás propone cinco vías:
Primera vía. El punto de partida es aquí el movimiento; así se la llama prueba por el movimiento
1) "Es cosa cierta, y consta por los sentidos, que en este mundo algunas cosas se mueven", comienza diciendo Santo
Tomás.
2) "todo lo que se mueve es preciso que sea movido por otro".
3) Si lo que mueve a su vez es movido, "es preciso que él mismo sea movido por otro; y éste, por otro". Cada
miembro requeriría otra condición, sin término ninguno. En consecuencia, es preciso afirmar un primer motor
inmóvil, es decir, algo que mueve sin ser él mismo movido por nada.
4) Un "primer motor que no sea movido por nada", es "lo que todos entienden por Dios" -puesto que,
siendo todo en acto y nada en potencia, es un ente perfecto. Por tanto, Dios existe.
Segunda vía. Su punto de partida es la causa eficiente; se la llama, entonces, prueba por la causa eficiente
5) "Descubrimos que en las cosas sensibles hay una ordenación de las causas eficientes.", se trata de una serie de
efectos convenientemente subordinados a sus causas.
Santo Tomás prefiere hablar de una "estética del organismo" en lugar de una "estética de la forma", ya que
considera que la belleza no se limita simplemente a la forma substancial, sino que abarca la totalidad del
organismo, que es la unión concreta de materia y forma (sínolo).
Significado de "Forma": El término "forma" puede entenderse de varias maneras en la filosofía tomista:
- Como figura o delimitación cuantitativa de un cuerpo.
- Como forma substancial, que adquiere existencia al unirse con la materia (forma que informa a la materia).
- Como la substancia misma: el compuesto de materia y forma (sínolo).
Ahora bien, la peculiaridad de la ontología tomista es: en el proponerse como ontología existencial, para la cual lo
fundamental es el acto concreto de existencia. A la composición entre forma y materia se superpone de modo
constitutivo y determinante la composición entre esencia y existencia: la forma más la materia todavía no son nada.
Pero cuando, en virtud de la participación divina, forma y materia se unen en un acto de existencia, sólo entonces se
establece una relación entre organizante y organizado. En este punto, lo que cuenta verdaderamente es el organismo
entero en cuanto vivo. El ser es aquello que hace posible y efectiva la esencia misma; y aquello de lo que constituye la
esencia, es decir, la substancia.
TERMINOS FUNDAMENTALES:
Proportio (porción): se refiere a la armonía y adecuación entre diferentes aspectos de un ser, tales como la
relación entre la materia y la forma, la esencia y la existencia, y la adecuación de los seres a sus propias funciones
y a sí mismos.
1. Conveniencia de la Materia a la Forma: uno de los modos en que se manifiesta la proporción es a través de la
adecuación entre la materia y la forma. La materia (potencialidad) debe estar adecuadamente dispuesta para
recibir la forma (principio organizador), y esta adecuación es esencial para la realización de cualquier ser.
2. Relación entre Materia y Forma: La proportio no es un simple atributo de la forma substancial, sino la relación
misma entre materia y forma, hasta tal punto que, de faltar la disposición de la materia a la forma, la forma
misma desaparece
3. Esencia y Existencia: La proporción entre la esencia (lo que un ser es) y la existencia (el hecho de que ese ser
es) fundamenta la materialidad de las cosas (confiera materialidad a la cosa). Se destaca por su importancia
metafísica.
4. Proporción Sensible y Cuantitativa: Este aspecto se refiere a la apreciación estética directa, como en el caso de
la proporción en una obra de arte (una estatua) o en música (una composición armónica). Se experimenta a
través de los sentidos, ofreciendo placer estético y emocional.
5. Belleza Inteligible: La proporción también se manifiesta en el ámbito de los actos morales y los discursos
racionales, donde la belleza se entiende en términos de la adecuación de estos actos y discursos a una claridad
espiritual. Esta forma de belleza, valorada en la Edad Media, trasciende lo puramente sensorial.
6. Proporción Psicológica: Esta proporción se relaciona con la capacidad de fruiccion (goce) del sujeto. “Ante la
regularidad objetiva de los fenómenos recibidos, el sentido revela una tal connaturalidad con la proporción
disfrutada que puede ser considerado él mismo una proporción”.
7. Proporciones Cósmicas: expande la idea de proporción a la escala cósmica, viendo el universo como un orden
compuesto por infinitos niveles de proporción. la proporción se realizará en infinitos niveles hasta alcanzar las
proporciones cósmicas del todo realizando el Universo como Orden.
8. Adecuación a la Función: La proporción como adecuación de la cosa tanto a sí misma como a su función subraya
la importancia de la correspondencia entre la naturaleza interna de un ser y su propósito o rol dentro de un
orden mayor.
(conclusión: la belleza emerge de la "proportio", entendida como la armonía y adecuación entre diversos aspectos
de la realidad).
Es evidente que en todos los seres naturales existe un límite cierto y una proporción determinada de magnitud y de
aumento. Hay hombres de varias tallas y proporciones; sin embargo, más allá de un cierto límite y más acá del
mismo ya no se da naturaleza humana verdadera, sino sólo aberración. Esta forma de perfección puede
reconducirse al otro criterio de la belleza, la integritas.
"Integritas" se refiere a la integridad o completitud de un ser, implicando la presencia de todas las partes necesarias
para que un todo sea considerado completo y perfecto dentro de su propia naturaleza. Este concepto se relaciona
estrechamente con "proportio", ya que la armonía de las partes entre sí y con el todo es esencial para la integridad.
Ej: Un cuerpo humano es deforme si carece de uno de sus miembros y llamamos feos a los mutilados porque les
falta la proporción de las partes con respecto al todo.
La perjectio prima, al realizarse, permite a la cosa adecuarse a la propia finalidad, dando lugar así a la perfectio
secunda. La perfección formal de la cosa le permite a ésta obrar según la propia finalidad; pero es verdad también
que la perfectio secunda constituye una regla para la perfectio prima, porque una cosa para ser perfecta debe
organizarse precisamente según las exigencias de su función. una obra de arte es bella si es funcional, si su forma es
idónea a tal finalidad:
Ahora bien, todo artífice se propone dar a su obra la disposición más cónveniente, no en general, sino en orden a
un fin. Un artista que construyera una sierra de cristal, a pesar del hermoso efecto obtenido haría
substancialmente una obra fea porque el objeto no respondería ya a su función y no serviría
Claritas (claridad): va de abajo, hacia arriba, la verdadera capacidad. Para que algo tenga claritas es necesario que
alguien pueda percibirlo. La cosa está dispuesta a ser ontológicamente analizada.
Santo Tomás, la "claritas" emerge desde la interioridad de las cosas mismas, revelando su forma y esencia
organizativa. Es la capacidad de un ser para expresarse, para hacer visible su estructura interna y su cumplimiento de
las leyes naturales que lo gobiernan. Esta capacidad de expresión no es pasiva; es activa y radiante, revelando la
inteligibilidad y la ordenación interna del ser; es una ventana hacia la comprensión de cómo la realidad está
organizada y cómo esta organización se hace perceptible y disfrutable para nosotros. La belleza, entonces, no es solo
una cuestión de proporción y armonía (proportio e integritas), sino también de la luminosidad con que estas
verdades internas se hacen visibles y comprensibles para el ser humano, invitándonos a un conocimiento más
profundo y un disfrute más pleno de la realidad.
En el nivel ontológico, la cloritas es la verdadera capacidad expresiva del organismo. Un organismo percibido y
aprehendido se declara como tal y la inteligencia lo disfruta por la belleza de su legalidad.
La cosa está ontológicamente dispuesta para ser juzgada bella, pero para ser predicada tal, es necesario que el
que disfruta, realizando la proporción entre cognoscente y conocido, y captando todas las conveniencias del
organismo cabal, goce plena y libremente del resplandecer ante sus ojos de toda esa perfección. La claritas es
ontológicamente claridad en sí y se convierte en claridad para nosotros, claridad estética, cuando una visión se
especifica en ella.