Ebook para Niños
Ebook para Niños
Ebook para Niños
01.
¿Qué piensan tus hijos del dinero?
03.
Qué deben aprender tus hijos entre
3 y 5 años sobre Finanzas Personales
05.
Qué deben aprender tus hijos entre
11 y 13 años sobre Finanzas Personales
07.
Cómo enseñar a tus hijos
a presupuestar
09.
Estrategias para enseñar a
tus hijos sobre el banco
Nos han criado pensando que el dinero es sucio (y por eso hay que lavarse
las manos después de tocarlo), malo, para personas avaras y que quien
hace dinero tiene las puertas del cielo prácticamente cerradas. En los
círculos sociales es más fácil y común que discutamos sobre relaciones,
sexo, emociones y trabajo que de nuestras finanzas… curiosamente, sin
embargo, es algo sobre lo que estamos constantemente pensando.
Para eso hemos creado este Ebook. Como una guía llena de recursos a los
que siempre podés volver para acompañar a tus hijos e hijas (y cualquier
otra personita importante para vos) a lo largo de su vida financiera.
Elaine Miranda
¿ Qué piensan los niños
del dinero
?
Hace un tiempo hicimos un grupo focal con niños y niñas de 3 a 5 años, y de 6 a 8 años para
entender qué están pensando sobre el dinero.
Sus respuestas nos sacaron un par de buenas carcajadas y también nos sorprendieron
bastante. Algo que nos quedó claro es que la influencia que tienen los papás y mamás al
hablar con ellos y ellas y explicarles las cosas es E-NOR-ME. Se notaba en las respuestas que
daban y hasta en el vocabulario que usaban. Si les hicieras estas preguntas a tus hijos ¿sabés
qué contestarían?
De mi mamá trabajando
El dinero es un tema tabú. Eso ya lo sabemos. Nosotros, ya de adultos, hemos cometido muchísimos
errores debido a la falta de educación financiera y mucho de esto se pudo haber evitado.
Esta educación comienza en casa y el primer paso es hablarlo. Que sea un tema natural a tocar. A
continuación te presentamos cuatro reglas para poder hablar con los más pequeños de la casa sobre
el dinero y, claro está, para que seamos consistentes con lo que decimos:
En esta era tecnológica la información está al alcance de un click, por lo que estos niños y adolescentes
tienen mucho mayor acceso a precios y costos que nosotros. Para ellos es fácil saber cuánto cuesta un
carro y conocerse todas las marcas disponibles en el mercado.
El asunto es que todo es relativo y es precisamente éste el vacío que debemos llenar, de aquí vienen
las confusiones, pues de nada sirve que sepan el precio de un Corolla o un Lexus, si no saben si eso
es mucho o poco dinero: ¿A cuánto ascienden los ingresos de la familia? ¿Es un carro que se podría
comprar o está fuera del alcance? ¿Cuánto ganan papá y mamá y en qué se gasta el dinero familiar?
Solo conociendo todos estos datos, los niños van a tener una luz sobre las finanzas personales y la
información que tan fácilmente pueden conseguir en línea.
¿Qué quiero decir con esto? Podrías estar diciendo que no querés a tus hijos e hijas pensando que las
posesiones materiales son la fuente de la felicidad y la satisfacción y, por otro lado, consumir, comprar
y gastar compulsivamente. Como resultado, nuestros retoños verían que los valores que les decimos
deben desarrollar, no son los que guían nuestras vidas.
Lo ideal es que cada padre piense por separado sobre sus propios valores y luego lleguen a un acuerdo,
pues de no hacerlo, los niños son expertos en descubrir esos puntos de discordia entre sus padres y
usarlos en su contra: armonicen sus valores antes de hablar con sus hijos e hijas y serán exitosos al
manejar la conversación y sus propias vidas.
3. Hablá con ellos, no a ellos
¿Suena casi lo mismo? No lo es. Cuando hablás con tus hijos hay un diálogo de por medio, dejás que
pregunten y den su opinión. En el segundo caso, solo los estás sermoneando y como sabrás, eso rara
vez funciona: es la mejor manera para que NO te presten atención. Para lograr conversar en lugar de
sermonear, tené presente estos puntos:
Evitá el uso de frases que suenen despectivas o de menosprecio, como son: “Sos demasiado joven para
entender”, “Cuando seás papá (o mamá) me vas a comprender”, “Tal vez cuando crezcás..”; así como
frases que no inviten al diálogo, por ejemplo: “Porque yo lo digo”, “Eso no te incumbe”, “Esa pregunta o
comentario está fuera de lugar”.
Todo debe ser comprensible a su nivel. Enfocate en que aquello que intentás transmitir sea acorde
a su edad. Si tu hija o hijo es aún muy pequeño, no podés tocar temas como la hipoteca o el interés
compuesto, pero si ya es un adolescente, perfectamente lo entenderá.
La mejor manera de motivarlos en la plática es haciéndoles preguntas que desafíen sus supuestos y lo
que creen saber. Invitalos también a buscar sus propias respuestas.
Más adelante podrías darle un semanario con un monto adecuado que cubra lo que necesitan: no
puede ser tan alto que puedan comprarse todo lo que quieran, ni tan bajo que si siquiera puedan
tomar decisiones porque no les alcanza.
Para adolescentes e hijos mayores, se recomienda ir variando la mesada de forma semanal, a una
quincenal, a una mensual para forzarlos a que se presupuesten. Es probable que al comienzo se
queden sin dinero antes de tiempo, pero serán lecciones que les servirán toda la vida.
Finalmente, tené presente que hablar con tus hijos e hijas sobre finanzas personales no es algo
que hacés una sola vez. Por el contrario, se debe hacer constantemente, es un desafío de toda
la vida. Si no dejás de ser padre y madre en todos los otros aspectos, ¿por qué hacerlo con este
tema tan importante? Tus hijos necesitan de tus consejos y guía en diferentes etapas y si hacés
bien tu trabajo, vas a poder inculcarles los valores con respecto a la riqueza que querés.
Qué deben aprender tus hijos entre
3 y 5 años
sobre Finanzas Personales
3. Puede que tengás que esperar para comprar algo que querés:
a. Cuando tu niño o niña esté esperando su turno para usar un columpio
o esperando ansiosamente una festividad, mostrale que a veces
debemos esperar por las cosas que queremos.
b. Busquen juntos tres jarras y etiquétenlas con los nombres: Ahorrar,
Gastar y Compartir.
c. Motivalo a poner dinero en la jarra de ahorrar para que cuando haya
ahorrado suficiente, pueda comprarse un juguete que quiere.
3. Entre más temprano comience a ahorrar, más rápido va a crecer su dinero por el
interés compuesto.
a. Explicale que el interés compuesto es cuando ganás intereses sobre el dinero que ahorrás y sobre los
intereses que ya has obtenido.
b. Para que lo entienda, explicale lo siguiente: si él o ella ahorrar $100.00 al año, comenzando a los 14
años, tendría unos $23,000.00 a la edad de 65 años. Sin embargo, si comenzara a ahorrar a los 35, tendría
alrededor de $7,000.00 (esto es asumiendo una tasa de interés anual del 5%).
c. Platicá con tu hijo o hija cuánto puede ahorrar realmente. ¿A qué cosas va a tener que renunciar? ¿Vale
la pena? Explicale sobre la búsqueda de la gratificación instantánea.
4. Usar una tarjeta de crédito es como pedir un préstamo. Si no pagás el total de lo que
debés cada mes, se te van a cobrar intereses y vas a terminar pagando mucho más de lo
que originalmente habías gastado:
a. Mirá las diferentes ofertas de tarjetas de crédito y explicale las diferencias entre las tasas de interés
que dan.
b. Explicale por qué si no tiene dinero para pagar en efectivo, tampoco puede usar la tarjeta de crédito.
c. Contale lo útil y/o conveniente que podría ser la tarjeta de crédito al comprar en línea.
d. Mostrale con un estado de cuenta (quizá el tuyo) cómo los intereses se van multiplicando mes a mes,
al pagar solo el mínimo.
en aprender tus hijos entre
Qué deb
14 y 18 años
nales
sobre Finanzas Perso
Al comparar universidades, asegurate de Tu primer pago puede ser menor de lo
considerar cuánto costaría cada una de las que esperabas porque hay que pagar
opciones: impuestos:
• Señalale que aquéllos que se gradúan de la • Decile la diferencia entre un salario bruto y uno
universidad tienen muchas más oportunidades neto (antes de impuestos y después de impuestos).
laborales que los que no. • Explicale que el porcentaje que se le deducirá va
• Platicale qué tanto sus padres pueden contribuir a depender de sus ingresos.
con su manutención, colegiatura y libros cada año. • Contale para qué se usan los impuestos.
• Comparen los costos de cada universidad por • Una vez que tenga su primer trabajo, ayudale a
materia, por año y por carrera. abrir una cuenta de ahorro para que al menos el
• Busquen en conjunto las opciones de becas y 10% de sus ingresos vaya a parar ahí.
préstamos, tanto en su país como en el extranjero.
Debés evitar usar tarjetas de crédito para El retiro es algo en lo que se debe pensar
comprar cosas que no podés adquirir de desde el comienzo:
contado:
• Enseñale a tu hijo o hija cómo hacer una lista de • Desde el primer trabajo, motivá a tu hijo o hija
ingresos y gastos para saber qué se puede y no para que ahorre para su jubilación.
comprar. • Explicale que aunque pueda parecer como que
• Platicale por qué tener un plan de gastos puede aun queda mucho tiempo, entre más temprano
ayudarle a evitar las deudas de tarjetas de crédito. comience, menor será el monto mensual que
• Poné la regla en tu casa de que al usar la tarjeta deba aportar.
de crédito, se debe pagar el total consumido cada • Comentale por qué, además del Sistema de
mes. Seguridad Social Nacional, es necesario ahorrar
• Explicale con un ejemplo lo que podría pasar si por su cuenta.
usás la tarjeta y no pagás. • Con un ejemplo, mostrale la diferencia entre
ahorrar en una cuenta de ahorro que da el 1%
anual y hacerlo en una inversión que pueda darle
el 8%.
¿Bastante más complejo que los anteriores? Por supuesto. Pero no dudés de la capacidad de tus hijos e hijas
para comprenderlo. A sus 14 ó 18 años podrá entender fácilmente de lo que le hablás y te agradecerá toda
la vida que le hayás enseñado estos conceptos sobre el uso del dinero incluso antes de comenzar a trabajar.
¿
?
Cómo enseñarle a tus hijos a
presupuestar
La administración del dinero es una habilidad importante que todos debemos aprender. Por desgracia,
muchos de nosotros no nos damos cuenta de cuán importante es hasta que nos enfrentamos a la edad adulta y
empezamos a tener nuestros propios ingresos, gastos y… sí, deudas.
Aunque quizá para vos sea un poco tarde y ya te tocó aprender a la mala: a prueba y error y pagando caros por
esos errores; todavía estás a tiempo de dar a tus hijos una ventaja en el mundo. ¿Cómo? Enseñándoles desde
una edad temprana cómo presupuestar y manejar su dinero.
Por eso, a continuación te presento tres maneras en que podés comenzar, desde YA, a enseñarles a tener unas
finanzas sanas.
Asignación Mensual
Básico: Los niños y niñas no pueden aprender a presupuestar su dinero hasta que tengan algo en sus
manos para decidir. A partir de los 7 años, ya podés comenzar a dar a tus hijos e hijas una asignación
semanal y a medida que vaya creciendo, esta asignación puede ir cambiando a quincenal y luego
mensual. De esta manera, cuando tu retoño sea mayor y reciba sus primeros salarios, no tendrá
problemas para hacer que le dure hasta el siguiente pago.
Podés calcular cuánto darle a tu niño o niña, tomando como referencia lo que ya gastás en ellos en:
caramelos, juguetes, entretenimiento, lonchera, etc., y darles ese monto.
Otros padres podrían preferir darles solo lo que se gastarán en el colegio –y eso también está bien-.
Lo importante es hacerlo dentro de tu presupuesto familiar y que se ajuste al resto de gastos de la
familia. A medida que vaya teniendo sus propios ingresos, la mesada también debe parar.
Presupuesto en tiendas (para comprar)
¿Cuántas veces te ha pasado que has ido de compras acompañado por tus hijos y terminás
gastando mucho más de lo que habías pensado? Para que esto no te vuelva a pasar y, en miras
también de enseñarles cómo funciona el dinero, cada vez que te toque ir de compras –al súper,
o a una tienda-, dales un presupuesto de antemano para gastar.
Por ejemplo, si vas a ir a hacer las compras de la quincena y dentro de tu lista ya tenés galletas
y/o cereales para ellos, permitiles ser ellos quienes escojan en base a un presupuesto. “Tenemos
que comprar “x” o “y” y solo podemos gastar 150.00. Es tu tarea elegir para que nos alcance”.
Este poder decidir no solo los hace más seguros en la toma de decisiones futuras, sino que
también les enseña que los recursos son limitados y no podemos comprar todo lo que queremos:
hay que hacerlo en base a una lista, un presupuesto y las posibilidades de la familia.
No te imaginás lo común que es darles mensajes mixtos a los niños sobre el dinero. ¿Cuántas
veces te han escuchado con tu pareja discutir y decir “no hay dinero”? Y luego, a los días, estás
planificando un viaje familiar o la compra de determinado artículo. Aunque estas pláticas
puedan hacer sentido para vos, puede ser difícil para ellos entender lo que está pasando.
Son precisamente este tipo de hábitos los que hacen que desde pequeños vayamos teniendo
una pésima relación con el dinero y, que ya grandes, tomemos malas decisiones financieras:
como gastar, salir o comprar, cuando no hay plata o deudas que pagar.
Incluir a tus hijos en la planificación financiera familiar los premia con herramientas
importantes que van a necesitar a lo largo de su vida. Y no digo que los debás incluir en TODA
plática o decisión financiera. La decisión de hasta dónde decirles e incluirlos depende de
cada familia… pero ciertamente podés eliminar muchos de los misterios y miedos en temas
financieros futuros, al explicarles cómo funcionan las reglas del juego.
Sé que hablar de dinero con tus hijos puede ser un poco difícil para vos, porque probablemente
tus padres nunca tuvieron esta conversación con vos. Sin embargo, enseñar a tus hijos buenos
hábitos financieros y de presupuesto, les pude ahorrar muchos dolores de cabeza (y deudas) en
el futuro.
Comenzá con lo básico y a medida que vayan creciendo, aumentá la complejidad, buscando
siempre momentos apropiados para enseñarles. Cuando llegue la cuenta de la luz, mostrale
cómo se lee. Hablá con ellos sobre compras grandes y cómo hacés comparaciones entre
productos para llegar a una decisión. Dejalos formar parte de la conversación cuando estás
decidiendo si irse de vacaciones o ahorrar para el fondo de emergencia.
Mesada o salario para los hijos:
¿Qué es mejor?
El objetivo de una mesada es que desde pequeños aprendan a tener límites y darle el mejor uso
posible al dinero que tengan en sus manos.
• Aquéllos que están de acuerdo con darles una mesada, sea semanal, quincenal o mensual en base a
las necesidades y edad del niño.
• Los que no están de acuerdo con darles mesada y son más creyentes de hacerles ganar su dinero,
dependiendo de las tareas que realizan.
¿Cuál de los dos escenarios es mejor? Ciertamente, cada uno tiene sus ventajas y lógica. Unos piensan:
“no quiero enseñarle a mis hijos que por cada cosa que hagan se les va a pagar, pues hay tareas que son
de la casa y las tienen que hacer por ser parte de la familia”.
Y hay otros que dicen: “quiero que mi hijo aprenda a ganarse el dinero, que las cosas no caen del cielo
y, sobre todo, a buscar posibilidades de ingresos en diversos lugares”. Lo cual, me parece, también
tiene lógica.
¿Cuál de los dos enfoques es mejor? ¿Cuál educa más en finanzas personales? He llegado a la conclusión
que lo mejor es no decir si uno está bien y el otro mal, sino más bien combinarlos.
Podés comenzar calculando el monto que necesitan para comer en el colegio y hacer una que otra
compra. Luego, a medida que vayan creciendo, podés ir estirando ese presupuesto para que se hagan
cargo de otras compras que solés hacer por ellos.
Eso sí, si en las primeras semanas ocurre que se gasta el dinero antes de tiempo, debés dejarlo sufrir
un poco para que aprenda que hay consecuencias a no controlar los gastos: si simplemente le das
más dinero, lo podrías estar acostumbrando a que cuando tenga sus propios ingresos, de algún lado
(adelantos de salario, tarjetas de crédito, préstamos personales, etc.) podrá salir más dinero para
seguir gastando.
Pagá solamente por esfuerzo o trabajo extra
No amarrés las tareas regulares (hacer la cama, lavar los trastes, ordenar el cuarto, etc.) a su mesada,
pues es importante que aprendan que parte de estar en la familia es hacer algunas cosas por las que
no les van a pagar.
Lo que sí podés hacer es dar una pequeña remuneración por trabajos más allá de lo esperado. Es vital
que siempre esté claro y definido cuáles son las tareas que se espera hagan (y que no reciben pago) y
por cuáles tareas se podría esperar un bono extra ;).
Lo más importante en esto de las finanzas personales es crear buenos hábitos financieros, porque si
de niños saben manejar dinero, de grandes será pastel comido para ellos.
Si los tuyos están pequeños, podés comenzar con darles tres chanchitos o jarras diferentes:
Y, más adelante, en la pre-adolescencia, podés ayudarles a definir metas de ahorro y, quizá, hacer un
3
aporte extra de efectivo por cada “x” cantidad que ellos logren ahorrar.
Cuenta de ahorro
Es que una cuenta de ahorro es una alcancía 2.0: el siguiente paso. Así, al enseñarle a tus
hijos la importancia del ahorro, no olvidés mencionar los beneficios de hacerlo. No se
trata de ahorrar por ahorrar.
Podés comenzar por poner un tarro o alcancía y acordar con tus hijos una cierta cantidad
de dinero que pondrán ahí de su semanario, por determinado periodo de tiempo.
Después de ese tiempo, hacelo que cuente el dinero que ahora podrá gastar en algo que
quiere. Mostrale cómo, entre más tiempo ahorre, mayor cantidad de dinero tendrá para
aquello que desea.
Eventualmente, esa alcancía no será suficiente ni seguro para que guarden ahí su dinero.
Enseñales lo riesgoso que puede ser mantener el dinero debajo del colchón o en la gaveta
y que en el banco sus ahorros están protegidos y ganando intereses.
¡Ah! Y más adelante también les podés enseñar sobre los CD (certificados de depósito).
Básicamente la diferencia que debés tomar en cuenta es la recompensa por dejar el
dinero guardado durante un buen tiempo: más intereses.
Tarjeta de crédito
Antes de que te vayás de espalda, te quiero aclarar que NO estoy hablando de entregarle
a tus retoños una tarjeta de crédito de verdad. Sin embargo, éste es uno de los productos
financieros más usados en el mundo y llegará el momento en que a tu hijo/hija se lo
ofrecerán: ¿por qué no enseñarle a usarla mucho antes de que eso suceda?
Podés utilizar una de estas tarjetas de índice (como las que usabas en la secundaria o
universidad al presentar) y escribir en ella un monto máximo para gastar… por ejemplo,
500.00. Y se la entregás.
Cada vez que realmente quiera algo y no haya ahorrado de su mesada o trabajo para
pagarlo, explicale que puede usar su tarjeta de crédito para comprarlo. Luego, asegurate
que tu hijo/hija te pague de regreso CON intereses (algo simbólico, claro está). Y así como
funciona una verdadera tarjeta de crédito, hacé que los intereses se vayan acumulando
entre más tiempo se tarde en pagarte ;).
Mantené una libreta con las cifras actualizadas para que pueda ver fácilmente cómo
su deuda va creciendo. Y claro, mientras hacés todo esto, no olvidés formar el buen
comportamiento: asegurate que te vea pagando por tus gastos en efectivo o con tarjeta
de débito.
3 Préstamo Personal
En el mundo real, ninguna institución da dinero de a gratis… y vos tampoco deberías
hacerlo. Si tus hijos necesitan dinero para comprar algo, pero no tienen lo suficiente de
su mesada y/o salario, podés hacer algo parecido que con la tarjeta de crédito: prestarles
con intereses.
Así aprenderán una importante lección sobre acarrear deudas. También podés
aprovechar para enseñarles que es mucho mejor prestar dinero que pedir prestado. De
vez en cuando pediles dinero a ellos y pagales sus respectivos intereses.
Si, por ejemplo, les pedís prestado 100.00 a una tasa de interés del 10%, eventualmente
les pagarás 110.00. Acá podés aprovechar para explicarles que este dinero adicionales es
como pagar una renta por usar su dinero.
Como verás, hay mucho más que enseñarle a los niños y niñas de finanzas personales,
que el ahorro. Separar dinero cada mes es importantísimo y un hábito que aun no
hemos logrado adquirir en América Latina. Sin embargo, no podemos obviar otros
conocimientos y hábitos que a nosotros, como adultos, nos han hecho falta.
La banca tiene muchísimos productos financieros que, si se conocen bien, pueden ayudar
al cumplimiento de metas… y sino, pueden terminar por hundir en deudas a cualquiera.
Dales a tus hijos el regalo de la educación financiera.
claves
para criar hijos
¿Cómo hacemos para criar hijos emprendedores? Y, ¿es que realmente se puede hacer
eso? Personalmente creo que no podemos programar a alguien para lanzarse por el
mundo de los negocios, pero sí podemos impulsar y desarrollar ciertas actitudes en ellos
que, si llegasen a decidir emprender, ciertamente les facilitaría la vida.
No considero que hay un solo camino a tomar, ni creo que éstas sean las únicas
habilidades necesarias para emprender, pero me parece que son indispensables en
cualquier persona que quiera lanzar un negocio.
EMPATÍA
Hablales y explicales sobre lo que está sucediendo en el mundo
y dejá que sus ideas fluyan en cuanto a cómo podría ayudar.
Por más loco que dichas ideas parezcan, es vital escucharlos
para que puedan seguir adelante. Si en alguna idea necesitan
de tu apoyo con materiales o tiempo, ¡brindaselos! Dejarás
florecer su imaginación y esto se podría traducir en el futuro
en grandes ideas de negocios que ayudan a los demás.
OPTIMISMO
Para que alguien haga algo bueno y nuevo para el mundo y el
resto de personas, estoy convencida que debe ser optimista y
creer en los demás. Dicen que el optimismo es aprendido, así
que la mejor manera de enseñarles es que vos a tu vez los seás.
RIESGO
Todos tenemos miedo ante algo, algunos a muchas cosas. Una
de las principales razones por la que muchos no emprenden
es el miedo. Frases como “No dejés tu trabajo aunque no
te guste”, “Tenés que vivir de algo” “¿Y si no te va bien en el
negocio?” no nos dejan lanzarnos. Así que dejale saber a tu
hijo/hija que está bien asumir riesgos y lográ que se sienta lo
suficiente cómodo para tomarlos aun cuando no esté seguro
del resultado. Solo así se podrá lanzar cuando una idea de
negocio llegue a su mente.
CONFIANZA
Aunque parte de los fracasos se producen por no asumir
riesgos, también es cierto que a muchos les falta confianza
en ellos mismo para tomarse esos riesgos. Para lograr que tus
hijos e hijas sean seguros de ellos mismos, éstos necesitan
libertad para ponerse a prueba a ellos mismos.
RESILIENCIA
Esto en realidad es básico para todos. La resiliencia es la
capacidad que tenemos para adaptarnos a situaciones
adversas y creeme que uno de los ambientes donde mayores
adversidades vas a encontrar es en el emprendimiento. Van a
haber mil momentos diferentes en que querrás tirar la toalla
y si esperás que tu hijo prosiga con su negocio, es vital que
aprendan desde pequeños a tener, como se dice, la piel gruesa.
No es así… o al menos, no debería de serlo. No importa cómo te fue en tu niñez, lo importante es hacer
las cosas diferentes para las siguientes generaciones. Si tenés hijos e hijas, sobrinos y sobrinas, de
sangre o de cariño, a quien le podés enseñar sus cuantas cosas sobre finanzas personales, ¡hacelo!
Te compartimos, en suma después de este Ebook, estos 10 consejos financieros para niños y niñas que
todos debemos manejar:
1. Nunca dejés de ahorrar: Sí, nunca. No importa si ganás 100.00 de tu semanario o 10,000.00 en tu
primer trabajo, el ahorro es un asunto de hábito, no de ingresos y te va a servir en tu futuro.
3. La tarjeta de crédito es un recurso, no dinero extra: Como con todo lo demás que uno compra, hay
que aprender a usarla. La tarjeta puede convertirse en una herramienta útil para no manejar efectivo,
financiarte a corto plazo y ganar millas…pero también un arma de la que te podés volver esclavo o
esclava de por vida.
4. No quemés puentes: Construilos en su lugar. Nunca se saben las vueltas de la vida ni de quién se va a
necesitar, es mejor llevar la fiesta en paz y dejar las posibilidades abiertas para el futuro.
5. El préstamo no es tu primera opción: Aprendiendo a vivir con lo que te alcanza, no hay necesidad de
pedir dinero prestado… a menos que querrás invertir y hacer crecer lo que tenés.
6. Comprá experiencias, no cosas: El constante bombardeo publicitario nos hacer creer que necesitamos
de marcas y determinados artículos para ser exitosos o felices: no es así. Al final, lo que vas a recordar
es lo que viviste (el viaje que hiciste, por ejemplo) y no la camisa que andabas puesta.
7. No tengás miedo de fracasar: A pesar de que la sociedad nos enseñe que el fracaso es malo y que
hay que huirle, resulta que es la mejor forma de aprender y de acercarte al éxito. Y si vas a fracasar
emprendiendo, yo siempre te voy a felicitar.
8. Aprendé continuamente: La mejor inversión que podés hacer siempre va a ser en vos mismo. Si hay
algo que nunca nadie te va a poder quitar es lo que sabés y es este aprendizaje lo que te va a abrir
puertas y crear oportunidades.
9. Nada es gratis: Nada. Lo que tenemos, compramos y vivimos tuvo un costo, sea dinero, tiempo o
esfuerzo. Entre más temprano aprendás a trabajar por lo que querés, más rápido vas a lograr tus metas.
10. Si algo no te gusta cambialo: Y si no podés cambiarlo, aceptalo y continuá con tu vida
niñas que todos debemos manejar:
No tenés que ser experto o experta en finanzas personales para transmitir conocimientos a tu
descendencia: basta con informarte un poco. Me encantan los papás y mamás que, en lugar de
regarle un Xbox a sus hijos, optan por un monopolio, un juego que no emboba y hace pensar.
Si te arrepentís de no haber ahorrado desde que tuviste ingreso, enseñale a tus retoños algo
diferente. No tengás miedo de acercarte a los bancos y preguntar por opciones de cuentas para
niños: ¡las hay y valen la pena!
Nunca es demasiado temprano (o demasiado tarde) para empezar con la educación financiera.
Si bien lo ideal sería que formara parte de lo que se enseña en el colegio, mientras eso pasa,
está en tus manos que tus hijos sean consumidores financieros responsables. A diferencia de
la fórmula del Trinomio Cuadrado Perfecto, es algo que les va a servir toda la vida.