Práctica Uro
Práctica Uro
Práctica Uro
Pene
El pene es el órgano copulador de los genitales externos, cuya función es permitir la reproducción, el placer
sexual y la micción. Consta de tres partes; raíz, cuerpo (eje) y glande. Contiene tres tejidos eréctiles, dos
cuerpos cavernosos y un cuerpo esponjoso. Además, el pene transmite el haz neurovascular peneano, así
como la parte terminal de la uretra, que se abre en su punta. Cada cuerpo está dentro de una fascia (túnica
albugínea) y está rodeado por completo por una envoltura fibrosa gruesa conocida como fascia de Buck. Una
cubierta de piel, carente de grasa, se aplica de manera laxa a estos cuerpos. El prepucio forma un capuchón
sobre el glande.
URETRA MASCULINA
La mucosa uretral que atraviesa el glande está formada por epitelio pavimentoso. Proximal a esto, la mucosa
es de tipo transicional. Debajo de la mucosa se encuentra la submucosa, que contiene tejido conjuntivo y
elástico y músculo liso. En la submucosa se encuentran cuantiosas glándulas de Littre, cuyos conductos se
conectan con la luz uretral. La uretra está rodeada por el cuerpo esponjoso vascular y el glande.
URETRA FEMENINA
La uretra femenina del adulto mide casi 4 cm de largo y 8 mm de diámetro. Está un poco curvada y se
encuentra debajo de la sínfisis púbica, en sentido anterior a la vagina. Incrustado en él se encuentran muchas
glándulas periuretrales, que son más cuantiosas en sentido distal; las más grandes son las glándulas de Skene
periuretrales que se abren en el piso de la uretra, justo en el interior del meato. La irrigación arterial a la uretra
femenina se deriva de las arterias vesical inferior, vaginal y pudenda interna. La sangre de la uretra drena en
las venas pudendas internas.
Escroto
Saco que cubre a los testículos. El escroto está dividido en dos sacos por un tabique de tejido conjuntivo. El
escroto no sólo da soporte al testículo, sino que también ayuda, por relajación o contracción de su capa
muscular, a regular su temperatura. Debajo de la piel corrugada del escroto se encuentra el músculo dartos. En
sentido profundo a éste se encuentran tres capas de fascia que derivan de la pared abdominal en el momento
del descenso de los testículos. Debajo de éstas se encuentra la capa parietal de la túnica vaginal.
PROSTATA
La próstata es una glándula accesoria del sistema reproductor masculino. Es del tamaño de una nuez, y se
localiza alrededor de la porción prostática de la uretra (uretra prostática). Su función es la de producir el fluido
prostático, que, en combinación con el esperma proveniente de los testículos, componen el semen. La función
principal del fluido prostático es activar a las células espermáticas, por lo que asiste en el proceso general de la
reproducción.
La próstata es un órgano fibromuscular y glandular que se encuentra apenas debajo de la vejiga. La próstata
normal pesa casi 20 g y contiene la uretra posterior, que mide casi 2.5 cm de largo.
Clasificación según lowsley:
De acuerdo con la clasificación de Lowsley, la próstata consta de cinco lóbulos:
Anterior,
Posterior,
Medio,
Lateral derecho
lateral izquierdo.
Irrigación sanguínea
Arterial
La irrigación arterial de la próstata se deriva de las arterias vesical inferior, pudenda interna y rectal media
(hemorroidal).
Venosa
Las venas de la próstata drenan en el plexo periprostático, que tiene conexiones con la vena dorsal profunda
del pene y las venas ilíacas internas (hipogástricas).
Inervación
La próstata recibe una abundante inervación de los nervios simpáticos y parasimpáticos del plexo hipogástrico.
CORDÓN ESPERMATICO
Los dos cordones espermáticos son conductos, se extienden de los anillos inguinales internos, a través de los
conductos inguinales, a los testículos. Cada cordón contiene un conducto deferente, las arterias espermáticas
interna y externa, la arteria del conducto deferente, el plexo venoso pampiniforme (que forma la vena
espermática en sentido superior), vasos linfáticos y nervios.
EPIDÍDIMO
La parte superior del epidídimo (cabeza) está conectada a los testículos mediante cuantiosos conductos
eferentes de éstos. El epidídimo consta de un conducto muy enrollado que, en su polo inferior (cola), es
continuación de los conductos deferentes. Un apéndice del epidídimo suele verse en su polo superior; se trata
de un cuerpo quístico que en algunos casos es pedunculado, pero en otros es sésil. La irrigación arterial al
epidídimo proviene de la arteria espermática interna y la arteria del vaso (arteria diferencial) .
Glándulas suprarrenales
Cada riñón cuenta en su parte superior con una glándula suprarrenal, y ambos órganos están encerrados
dentro de la fascia de Gerota (perirrenal). Cada glándula suprarrenal pesa casi 5 g. La derecha es triangular; la
izquierda es más redondeada y en forma de medialuna. Cada glándula está integrada por una corteza (con
influencia, sobre todo, de la hipófisis) y una médula derivada del tejido cromafín.
La corteza suprarrenal, que compone hasta 90% de la masa, está integrada por tres capas distintas: la zona
glomerular externa, la zona fascicular media y la zona reticular interna. La médula se encuentra en posición
central y está integrada por células poliédricas que contienen citoplasma granular eosinófilo. Estas células
cromafines están acompañadas por ganglios nerviosos y pequeñas células redondas.
Irrigación sanguínea
Cada glándula suprarrenal recibe tres arterias: una de la arteria frénica, una de la aorta y una de la arteria
renal. La sangre de la glándula suprarrenal es drenada por una vena muy corta en la vena cava; la vena
suprarrenal izquierda termina en la vena renal izquierda.
Cálices: las puntas de los cálices menores (de 8 a 12) tienen hendiduras debidas a las pirámides que se
proyectan. Estos cálices se unen para formar dos o tres cálices mayores que se juntan para formar la pelvis
renal.
Pelvis renal: la pelvis puede ser intrarrenal de manera completa o parcial, y extrarrenal en parte. En sentido
inferior medial, se reduce para unirse al uréter.
Uréter: el uréter del adulto mide casi 30 cm de largo, pero esta longitud varía en relación directa con la altura
del individuo. Sigue una curva suave en “S”. Las áreas en que suelen alojarse los cálculos renales son: 1) la
unión uretero pélvica, 2) donde el uréter cruza sobre los vasos ilíacos, y 3) donde pasa por la pared vesical. En
mujeres, las arterias uterinas tienen una relación cercana a la parte yuxtavesical de los uréteres. Los uréteres
están cubiertos por el peritoneo posterior; sus partes más inferiores están muy unidas a ella, mientras que las
partes yuxtavesicales están incrustadas en grasa retroperitoneal vascular
Irrigación sanguínea
Los cálices renales, la pelvis y los uréteres superiores derivan su irrigación sanguínea de las arterias renales; el
uréter medio es alimentado por las arterias espermáticas internas (u ováricas). La parte más inferior del uréter
es irrigado por las ramas de las arterias ilíaca primitiva, ilíaca interna (hipogástrica) y vesical.
Venosa
Las venas de los cálices renales, la pelvis y los uréteres tienen arterias correlacionadas.
Vasos linfáticos
Los vasos linfáticos de las partes superiores de los uréteres, al igual que los de la pelvis y los cálices, entran en
los ganglios linfáticos lumbares. Los vasos linfáticos del uréter medio pasan a los ganglios linfáticos ilíaco
interno (hipogástrico) e ilíaco primitivo; los vasos linfáticos uretrales se vacían en los ganglios linfáticos vesical
e hipogástrico.
Vejiga
La vejiga es un órgano muscular hueco que sirve como depósito de orina. En mujeres, su pared posterior y su
domo están invaginados por el útero. La vejiga del adulto suele tener una capacidad de 400 a 500 ml.
Cuando está vacía, la vejiga del adulto se encuentra debajo de la sínfisis del pubis y es, en esencia, un órgano
pélvico. En lactantes y niños, está ubicada más arriba. Cuando se encuentra llena, se eleva muy arriba de la
sínfisis y puede palparse o percutirse con facilidad. Cuando se distiende en exceso, como en la retención
urinaria aguda o crónica, puede causar que la parte inferior del abdomen se abulte de manera visible.
El trígono ocupa el área entre el borde y el cuello de la vejiga. El esfínter interno, o cuello de la vejiga, no es un
verdadero esfínter circular sino un engrosamiento formado por fibras musculares entrelazadas y convergentes
del detrusor, a medida que pasan en sentido distal para volverse la musculatura lisa de la uretra.
Relaciones
En hombres, la vejiga está relacionada en sentido posterior con las vesículas seminales, los conductos
deferentes, los uréteres y el recto. En mujeres, el útero y la vagina están interpuestos entre la vejiga y el recto.
En las mujeres, la vejiga está ubicada por delante de la vagina y debajo del útero. En los hombres, la vejiga se
encuentra por delante del recto y encima de la glándula prostática.
Irrigación sanguínea
La vejiga está irrigada por las arterias superior, media e inferior, que surgen del tronco anterior de la arteria
ilíaca interna (hipogástrica), y por ramas más pequeñas de las arterias obturadora y glútea inferior. En mujeres,
las arterias uterina y vaginal también envían ramas a la vejiga.
Venosa
Alrededor de la vejiga se encuentra un plexo con venas abundantes y que al final se vacían en las venas ilíacas
internas (hipogástricas).
Inervación
La vejiga recibe inervación de los sistemas nerviosos simpático y parasimpático. La sensibilidad aferente de la
vejiga se origina en las terminaciones nerviosas subepiteliales y las fibras nerviosas entre los haces
musculares del detrusor.
Riñones
Los riñones son órganos urinarios bilaterales con forma de frijol ubicados en el retroperitoneo, en los
cuadrantes abdominales superior derecho y superior izquierdo. Su forma característica ayuda a su orientación,
ya que su borde cóncavo siempre se orienta hacia la línea media del cuerpo. La función principal de los riñones
es eliminar el exceso de líquido corporal, sales y subproductos del metabolismo. Esto convierte a los riñones en
órganos clave en la regulación del balance ácido- base, presión arterial y otros numerosos parámetros
homeostáticos.
Los riñones caen a lo largo de los bordes del músculo psoas y están colocados, por tanto, en sentido oblicuo.
La posición del hígado causa que el riñón derecho se encuentre más abajo que el izquierdo. Los riñones del
adulto pesan casi 150 g cada uno. Los riñones tienen soporte de la grasa perirrenal (que está encerrada en la
fascia perirrenal), el pedículo vascular renal, el tono muscular abdominal y el conjunto general de las vísceras
abdominales.
Relación
El riñón derecho se relaciona con la vena cava inferior, la segunda porción del duodeno, el hígado y el ángulo
hepático del colon, con los dos últimos a través del peritoneo. El riñón izquierdo se relaciona con la arteria aorta
abdominal, el estómago, el páncreas, el ángulo esplénico del colon y el bazo. El polo superior de cada riñón
está cubierto por la glándula suprarrenal correspondiente, que queda inmersa en la cápsula adiposa.
Nefrona
La unidad funcional del riñón es la nefrona, que está compuesta por un túbulo que tiene funciones secretoras y
excretoras. Las partes secretoras están contenidas sobre todo dentro de la corteza y constan de un corpúsculo
renal y la parte secretora del túbulo renal.
La parte excretora de este conducto recae en la médula. El corpúsculo renal está compuesto por el glomérulo
vascular, que se proyecta en la cápsula de Bowman, que, a su vez, es continuación del epitelio del túbulo
contorneado proximal. La parte secretora del túbulo renal está integrada por el túbulo contorneado proximal, el
asa de Henle y el túbulo contorneado distal.
La parte excretora de la nefrona es el túbulo colector, que es continuación del extremo distal del brazo
ascendente del túbulo contorneado. Vacía su contenido a través de la punta (papila) de una pirámide en un
cáliz menor.
Irrigación
Arterial
La arteria renal se divide en las ramas anterior y posterior. Esta última irriga el segmento medio de la superficie
posterior. La rama anterior irriga los polos superior e inferior, además de toda la superficie anterior. Todas las
arterias renales son terminales.
La arteria se divide aún más en arterias interlobulares, que viajan en las columnas de Bertin (entre las
pirámides) y luego se arquean a lo largo de la base de las pirámides (arterias arqueadas). Estas arterias se
dividen entonces en arterias interlobulillares. Desde estos vasos, las ramas más pequeñas (aferentes) pasan a
los glomérulos. Del penacho glomerular, las arteriolas eferentes pasan a los túbulos en el estroma.
Una exploración física de los riñones permite detectar fallos de funcionamiento que pueden tener
consecuencias muy graves para el organismo. Existen diversas técnicas, Una buena exploración física de los
riñones es de suma importancia para detectar fallos en los mismos. Así se evitarán las posibles complicaciones
para el organismo que supone tener alterada la función de estos órganos.
El riñón es un órgano inaccesible a la palpación cuando está sano. Sólo con determinadas patologías, se
puede explorar el riñón, de forma directa o indirecta. Mediante una palpación abdominal se pueden detectar
tumoraciones renales en fase avanzada, que incluso pueden ocasionar dolor y deformidad en el abdomen.
También se realiza un puño percusión renal, que consiste en dar pequeños y suaves golpes con el puño en la
región lumbar. Esta técnica de exploración permite detectar procesos inflamatorios, infecciosos y sobre todo
obstrucción del riñón (cólico nefrítico).
Pielonefritis aguda
La pielonefritis aguda se define como inflamación del riñón y la pelvis renal, y su diagnóstico suele hacerse por
medios clínicos.
Clínica:
Los pacientes con pielonefritis aguda se presentan con
Escalofríos,
Fiebre y
Dolor a la palpación en el ángulo costovertebral.
A menudo tienen síntomas acompañantes en las vías inferiores como
Disuria,
Tenesmo vesical y Polaquiuria.
Puede ocurrir septicemia, y 20 a 30% de todas las septicemias sistémicas se deben a infección urinaria
.
El análisis de orina
muestra la presencia de leucocitos y eritrocitos en la orina.
El análisis sanguíneo
La leucocitosis, la mayor sedimentación eritrocítica y las concentraciones elevadas de proteínas C reactivas.
Germen causante: E. coli Otros: Klebsiella, Proteus, Enterobacter, Seudomonas, Serratia y Citrobacter spp
son responsables de los casos restantes.
Métodos complementarios:
TAC
La tomografía computarizada (ct) mejorada por contraste puede demostrar con exactitud datos que confirman
el diagnóstico de pielonefritis. La infección bacteriana aguda causa constricción de arteriolas periféricas y
reduce la perfusión de los segmentos renales afectados.
La infección bacteriana aguda causa constricción de arteriolas periféricas y reduce la perfusión de los
segmentos renales afectados. Los defectos de la perfusión, que pueden ser segmentarios, multifocales o
difusos, se ven como áreas de densidad de señal reducida.
En pacientes con pielonefritis aguda renal, la ecografía es importante para descartar obstrucción concomitante
de las vías urinarias, pero no puede detectar la inflamación o la infección renal de manera confiable.
Tratamiento
El tratamiento de la pielonefritis aguda depende de la gravedad de la infección
El tratamiento empírico con ampicilina intravenosa y aminoglucósidos es efectivo contra un amplio rango
de uropatógenos, incluidos enterococos y especies de Pseudomonas.
Como opción, puede usarse la amoxicilina con ácido clavulánico o una cefalosporina de tercera
generación.
Pielonefritis crónica
La pielonefritis crónica es resultado de infección renal repetida, que lleva a cicatrización, atrofia del riñón y
posterior insuficiencia renal. El diagnóstico se hace mediante exploración radiológica o patológica en lugar de la
presentación clínica.
Manifestaciones clínicas:
Asintomático
Debido a que los pacientes con pielonefritis crónica suelen carecer de síntomas, el diagnóstico es incidental
cuando se inicia la investigación radiológica para evaluar las complicaciones relacionadas con insuficiencia
renal, como hipertensión, trastornos visuales, cefalea, fatiga y poliuria.
Puede aparecer leucocitos en la orina o proteinuria, pero también puede que no.
Métodos de diagnósticos
Imagenología
La pielografía intravenosa o la ct pueden mostrar con rapidez un riñón pequeño y atrófico en el lado afectado.
La cicatrización renal burda y focal, con abultamiento del cáliz subyacente, resulta característica.
Tratamiento
Tal vez se requiera el uso a largo plazo de tratamiento con antibióticos profilácticos continuos para limitar las uti
recurrentes y la cicatrización renal.
En raras ocasiones, llega a necesitarse la extirpación del riñón afectado, debido a hipertensión o a la presencia
de una gran carga de cálculos en un riñón que no funciona.
Absceso prostático
Los abscesos renales son resultado de una fuerte infección que lleva a licuefacción del tejido renal; esta área
queda secuestrada más adelante, formando un absceso. La mayor parte de los abscesos renales y perinéfricos
son resultado de dispersión hematógena de estafilococos, sobre todo a partir de lesiones infectadas en la piel.
Los pacientes con diabetes, sometidos a hemodiálisis, o quienes abusan de drogas intravenosas, están en alto
riesgo de desplegar abscesos renales.
Tipos:
Pueden romperse en el espacio perinéfrico, formando abscesos perinéfricos. Cuando los abscesos se
extienden más allá de la fascia de Gerota, se desarrollan abscesos paranéfricos.
Manifestaciones:
Los síntomas de presentación más comunes en pacientes con abscesos renales o perinéfricos son fiebre, dolor
en la fosa renal o el abdomen, escalofríos y disuria.
Imagenología
Es posible detectar con exactitud los abscesos renales me - diante ecografía o ct. Hay un amplio rango de
datos ecográficos que van desde una masa anecoica dentro del riñón o que desplaza a éste hasta un depósito
de líquido ecogénico que tiende a mezclarse con la grasa ecogénica dentro de la fascia de Gerota.
Tratamiento
Suele recomendarse el tratamiento empírico con antibióticos de amplio espectro (ampicilina o vancomicina
junto con un aminoglucósido o una cefalosporina de tercera generación).
Si el paciente no responde a las 48 horas de iniciado el tratamiento, lo indicado es el drenado percutáneo bajo
guía de ct o ecografía (Siegel, et al., 1996). El líquido drenado debe cultivarse en busca de los organismos
causantes. Si el absceso aún no se resuelve, tal vez sea necesario el drenado quirúrgico abierto o la
nefrectomía.
Cistitis aguda
Cistitis aguda alude a infección de las vías urinarias inferiores, sobre todo la vejiga. La cistitis aguda afecta con
más frecuencia a las mujeres que a los hombres. El modo primario de infección es ascendente a partir de la
flora periuretral, vaginal, fecal, o cualquier combinación de ellas. El diagnóstico se hace por medios clínicos.
Diabetes y antecedentes de por vida de uti son factores de riesgo para cistitis aguda.
Manifestaciones:
Disuria,
Tenesmo vesical y
Polaquiuria
Suelen ser síntomas comunes lumbalgia, dolor suprapúbico, hematuria y orina turbia/fétida. La fiebre y los
síntomas sistémicos son raros.
Análisis de orina
Leucocitos, y es posible que haya hematuria.
Urocultivo
Por lo general no se necesita imagen radiológica
Tratamiento:
Tmp– smx (trimetroprima)
Nitrofurantoína
Fluoroquinolonas tienen una excelente actividad contra casi todos los patógenos que causan cistitis.
Con más frecuencia, la infección e inflamación del epidídimo se deben a infección ascendente a partir las vías
urinarias inferiores. La infección en el epidídimo puede dispersarse para abarcar los testículos. La mayor parte
de los casos de epididimitis, orquitis, o ambas, en el hombre menor de 35 años se debe a microorganismos que
se transmiten por vía sexual (N. gonorrhoeae y C. trachomatis).
Manifestaciones:
Los pacientes con epididimitis, orquitis, o ambas, se presentan con:
Fuerte dolor escrotal, que puede irradiar a la ingle o la fosa renal.
Pueden desarrollarse con rapidez agrandamiento del escroto debido a la inflamación del epidídimo, el
testículo o ambos, o a una hidrocele reactiva.
En la exploración física, se presenta un escroto agrandado y enrojecido, y a menudo resulta difícil distinguir el
epidídimo del testículo durante la infección aguda.
El análisis de orina muestra leucocitos y bacterias en la orina, o secreción uretral.
El análisis de suero sanguíneo a menudo revela leucocitosis.
Imagenología radiológica
La ecografía Doppler escrotal o la gammagrafía pueden usarse para confirmar el diagnóstico. La presencia de
flujo sanguíneo en el testículo en la ecografía Doppler o la absorción de los trazadores en el centro del testículo
en la gammagrafía descarta la torsión.
En la ecografía escrotal, los pacientes con epididimitis, orquitis o ambas, suelen tener un epidídimo agrandado
o testículo con aumento en la circulación sanguínea. También es posible ver una hidrocele reactiva.
Tratamiento
Puede usarse ceftriaxona (250 mg intramusculares) o fluoroquinolonas (ciprofloxacino, 250 mg) o norfloxacino
(800 mg).
Uretritis
La infección o inflamación de la uretra (o ambas) pueden incluirse entre los tipos causados por Neisseria
gonorrhoeae y otros microorganismos (Chlamydia trachomatis, Ureaplas ma urea lyticum, Trichomonas
vaginalis y herpes simple).
Manifestaciones:
Los pacientes con uretritis pueden presentarse con secreción uretral y disuria.
Diagnostico:
El diagnóstico se hace a partir de la exploración y el cultivo de la uretra. Es importante obtener la muestra del
interior de la uretra, en lugar de sólo la secreción.
Tratamiento:
Se requiere el tratamiento con antibióticos dirigido al patógeno. En pacientes con uretritis gonocócica, puede
usarse ceftriaxona (250 mg intramusculares) o fluoroquinolonas (ciprofloxacino, 250 mg) (David, et al., 2000) o
norfloxacino (800 mg).
En el caso de pacientes con uretritis no gono cócica, el tratamiento es con tetraciclina o eritromicina (500 mg,
cuatro veces al día) o doxiciclina (100 mg, dos veces al día) por 7 a 14 días.
Prostatitis bacteriana aguda alude a la inflamación de la próstata relacionada con una uti. Se considera que la
infección es resultado de una infección uretral ascendente o de reflujo de orina infectada de la vejiga hacia los
conductos prostáticos. Como respuesta a la invasión bacteriana, se observan leucocitos (leucocitos
polimorfonucleares, linfocitos, células plasmáticas y macrófagos) dentro y alrededor de los acinos de la
próstata. Con frecuencia se desarrolla edema e hiperemia del estroma prostático. Con la infección prolongada,
puede ocurrir un grado variable de necrosis y formación de abscesos.
Tratamiento:
El tratamiento con antibióticos es esencial para la prostatitis aguda. El tratamiento empírico dirigido contra las
bacterias gramnegativas y los enterococos debe instituirse de inmediato mientras se esperan los resultados del
cultivo. Trimetoprima y fluoroquinolonas tienen penetración farmacológica elevada en el tejido prostático y se
recomiendan por 4 a 6 semanas.
En contraste con la forma aguda, la prostatitis bacteriana crónica tiene un inicio más insidioso, caracterizado
por uti recurrente y recidivante, causada por la persistencia del patógeno en el líquido prostático a pesar del
tratamiento con antibióticos.
La mayoría de los pacientes con prostatitis bacteriana crónica suelen presentarse con disuria, tenesmo vesical,
polaquiuria, nocturia y lumbalgia o dolor perineal. Por lo general, estos pacientes son afebriles y en algunas
ocasiones tienen antecedentes de uti recurrente o recidivante, uretritis o epididimitis causada por el mismo
microorganismo.
Métodos de diagnóstico:
En pacientes con prostatitis bacteriana crónica, la exploración rectal digital de la próstata suele ser normal; en
ocasiones, en la exploración suele encontrarse dolor a la palpación, firmeza o cálculos prostáticos. El análisis
de orina muestra un grado variable de leucocitos y bacterias en la orina, dependiendo de la extensión de la
enfermedad. El análisis de suero sanguíneo no suele mostrar evidencia de leucocitosis.
Tratamiento:
El tratamiento antibiótico es similar al de la prostatitis bacteriana aguda. En pacientes con prostatitis bacteriana
crónica, la duración del tratamiento con antibióticos puede ser de 3 a 4 meses. Con el uso de fluoroquinolonas,
algunos pacientes pueden responder después de 4 a 6 semanas de tratamiento.
Infecciones especificas
Tuberculosis
El bacilo de la tuberculosis puede invadir uno o más de los órganos (o hasta todos) de las vías genitourinarias y
causar una infección granulomatosa crónica que muestra las mismas características que la tuberculosis en
otros órganos.
El microorganismo infeccioso es Mycobacterium tuberculosis, que alcanza los órganos genitourinarios por la
vía hematógena de los pulmones. El sitio primario no suele ser sintomático o evidente. El riñón y, tal vez, la
próstata son los sitios primarios de infección tuberculosa en las vías genitourinarias. Todos los demás órganos
genitourinarios se ven afectados por su ascenso (próstata a vejiga) o descenso (riñón a vejiga, próstata a
epidídimo). El testículo puede verse afectado por extensión directa de la infección del epidídimo.
Asintomático
Análisis de orina:
Piuria: persistente sin microorganismos en el cultivo significa tuberculosis hasta que se pruebe lo contrario.
Los cultivos para bacilos de la tuberculosis de la primera orina de la mañana son positivos en un porcentaje
muy elevado de casos de infección tuberculosa. Si es positiva, deben ordenarse pruebas de sensibilidad.
Tratamiento:
La tuberculosis genitourinaria es extrapulmonar. El tratamiento primario es médico. La extirpación quirúrgica de
un órgano infectado, cuando está indicada, es sólo coadyuvante del tratamiento general.
Es preferible empezar el tratamiento con una combinación de isoniazida, rifampicina y etambutol.
− Esquistosomiasis
La esquistosomiasis es una infección parasitaria crónica causada por gusanos y es muy frecuente en
poblaciones rurales y empobrecidas. La esquistosomiasis es, por mucho, la infección por trematodos más
importante. El esquistosoma es el único trematodo que invade la piel; todos los demás solo infectan el cuerpo
por vía oral. En las Américas, la única especie parasitaria es Schistosoma mansoni, que se asocia con la
esquistosomiasis intestinal.
El principal factor de riesgo para infectarse es la exposición al agua dulce contaminada con heces humanas
infectadas por el parásito, por actividades domésticas, laborales o recreacionales. con agua infestada con
larvas en canales, zanjas o campos de irrigación mientras nadan, se bañan o realizan tareas agrícolas.
Esta enfermedad afecta sobre todo al sistema urogenital, en especial vejiga, uréteres, vesículas seminales y,
en menor medida, la uretra masculina y la próstata. Estas infecciones suelen clasificarse de acuerdo con el
sistema de órganos principal que invaden:
− Praxicuantel
Candidiasis
Cándida albicans es un hongo levaduriforme que es un habitante normal de las vías respiratorias, el tubo
gastrointestinal y la vagina. El uso intensivo de modernos y potentes antibióticos es adecuado para perturbar el
equilibrio normal entre microorganismos normales y anormales, lo que permite que hongos como Cándida
abrumen un órgano que de otra manera estaría sano.
Tratamiento:
El tratamiento de candiduria en pacientes con sonda asintomáticos no suele ser útil. El fluconazol oral puede
limpiar de manera temporal la funguria, pero suele recurrir pronto y puede hacerlo con especies de cándidas
resistentes.
Instrumentación retrógrada
El sondaje vesical es una técnica estéril realizada principalmente por enfermería que sirve para introducir un
catéter en la vejiga para vaciar la orina. Luego dicha orina se puede recoger para tomar diferentes muestras,
realizar mediciones o simplemente desecharla.
Introducir la sonda lentamente 7-8 centímetros con un movimiento hacia dentro y realizando un medio círculos
hasta que notemos cierta resistencia. Esto es el paso más difícil, aquí la sonda puede atascarse por ser
demasiado grande y quizás necesitemos una más fina, sobre todo si el paciente tiene problemas de hiperplasia
benigna de próstata.
Colocar el pene en posición horizontal para facilitar que continúe. Si no conseguimos pasar, lo que hay es que
no forzar porque podemos provocar una doble vía, sangrados y excesivo dolor.
Probaríamos con una sonda de calibre más pequeña o en caso contrario se avisaría al Urólogo, que estará
más acostumbrado a tratar con sondajes complicados o podrá realizar incluso una punción suprapúbica.
Seguir introduciendo lentamente la sonda hasta que empiece a fluir la orina.
Recubrir el glande con el prepucio.
Si el paciente va a tener la sonda durante días, hay que realizar cambios posturales de la misma para evitar
que provoque una úlcera en la entrada de la uretra.
Introducción en mujeres:
Separar los labios.
Identificar el meato urinario: esto es lo más complicado, a veces la anatomía no es igual de perfecta
que en los libros y lo introducimos en vagina, pero no hay problema, dejamos esa sonda en vagina y
colocamos otra sonda justo por encima, en el meato urinario.
Luego podremos quitar la que teníamos en vagina.
Introducir la sonda suavemente hasta que fluya la orina
Tipos de sondas
Las hay de varios diámetros y materiales:
Diámetros: (14-16-18-20-22) de menor a mayor.
Hombres: 16-18-20-22.
Mujeres: 14-16.
Pediátricas: 6-10
Longitud:
Hombres: 40 cn.
Mujeres: 20 cn.
Pediátricas: 20 cn.
Materiales:
Silicona.
Caucho.
Plásticas.
− Cistoscopía
La inspección endoscópica de las vías urinarias inferiores requiere irrigación, iluminación (fibra óptica) y
auxiliares ópticos. La óptica y la iluminación se desplazan por el puerto de irrigación y de trabajo. Para
optimizar una exploración completa, debe girarse el endoscopio rígido, y tal vez se requieran lentes de 0, 30,
70 y 120°. Debe evaluarse la vejiga en diferentes niveles de llenado.
− Sondaje ureteral
El sondaje ureteral es necesario en la realización de la pielografía retrógrada, la recolección de orina para
exploración citológica de cultivos y la realización de biopsias en cepillo. Otros procedimientos que requieren
sondaje ureteral incluyen el drenado de un riñón obstruido debido a compresiones intrínsecas o extrínsecas y la
colocación de una endoprótesis interna en doble J. Puede resultar difícil encontrar el orificio ureteral.
− Ecografía
La ecografía ha encontrado cada vez mayor aplicación a las vías genitourinarias inferiores. Produce mínima
incomodidad, ofrece una apreciación tridimensional de la forma, el tamaño y el volumen de los órganos y la
enfermedad; y puede proporcionar intervención directa. Se encuentran disponibles varios transductores; se
necesitan transductores de megahertz elevados para estructuras superficiales (p. ej., estructuras escrotales),
con el fin de evaluar enfermedad testicular (incluidos tumores y torsión), mientras que los de bajos megahertz
se reservan para estructuras profundas (como el acceso por guía percutánea para riñones y vejiga.
Urolitiasis
Cálculos de calcio
Las calcificaciones pueden ocurrir y acumularse en el sistema colector, lo que produce nefrolitiasis. De 80 a
85% de todos los cálculos urinarios son calcáreos.
La nefrolitiasis por calcio es más común debido a calcio urinario elevado, ácido úrico urinario elevado, oxalato
urinario elevado o menor concentración de citrato urinario. La hipercalciuria se encuentra como un defecto
solitario en 12% de los pacientes y en combinación con otros defectos en 18% adicional. La hiperuricosuria se
identifica como un defecto solitario en 8% de los pacientes y está relacionada con defectos adicionales en 16%.
El oxalato urinario elevado se encuentra como dato solitario en 5% de los pacientes y como defecto combinado
en 16%. Por último, la menor cantidad de citrato en la orina se encuentra como defecto aislado en 17% de los
pacientes y como uno combinado en 10% adicional. En casi una tercera parte de los pacientes sometidos a
evaluación metabólica completa no se encuentra un defecto metabólico identificable.
Los síntomas de los cálculos son secundarios a obstrucción, con dolor, infección, náuseas y vómito, y en raras
ocasiones culminan en insuficiencia renal. La hematuria asintomática o las infecciones repetitivas de las vías
urinarias recalcitrantes a los antibióticos que parecen apropiados deben despertar la sospecha de un posible
cálculo urinario.
Estruvita
Los cálculos de estruvita están compuestos de magnesio, amoniaco y fosfato (map). Se encuentran sobre todo
en mujeres y pueden recurrir con facilidad. A menudo se presentan como cálculos renales configurados como
coraliformes (ramificados con cálculos que ocupan la pelvis renal y por lo menos hasta el infundíbulo renal) y
en raras ocasiones se aparecen como cálculos ureterales obstructores, excepto después de intervención
quirúrgica. Los cálculos de estruvita son infecciosos y están relacionados con microorganismos que desdoblan
la urea, como Proteus, Pseudomonas, Providencia, Klebsiella, Staphylococci y Mycoplasma. La ele- vada
concentración de amoniaco derivada de los microorga- nismos que desdoblan la urea produce un pH urinario
alcalino. El pH urinario de un paciente con un cálculo MAP en muy pocas ocasiones es < 7.2 (el pH urinario
normal es 5.85). Sólo a este pH urinario elevado (> 7.19) los cristales de MAP se precipitan. Los cristales de
MAP son solubles en el rango del pH urinario normal de 5 a 7. Los cultivos de la vejiga previos a la operación
no siempre reflejan la composición bacteriológica encontrada en los cálculos.
Cistina: la litiasis por cistina es secundaria a un error innato del metabolismo que produce una absorción
anormal de la mucosa del intestino delgado y una absorción tubular renal de aminoácidos dibásicos, como
cistina, ornitina, lisina y arginina. Los defectos genéticos relacionados con la cisti- nuria se han correlacionado
ahora con el cromosoma 2p.16 y, en fechas más recientes, con el 19q13.1. La litiasis por cistina es la única
manifestación clínica de este defecto. La cistinuria clásica se hereda de manera recesiva autosómica. La
expresión homocigótica tiene una prevalencia de 1:20000, mientras que la expresión heterocigótica es 1:2000.
Representa 1 a 2% de todos los cálculos urinarios, con incidencia pico en la segunda y tercera décadas. Los
cistinúricos homocigóticos excretan más de 250 mg/día, lo que produce una supersaturación constante.
Xantina: los cálculos de xantina son secundarios a una deficiencia congénita de xantina deshidrogenasa. Esta
enzima suele catalizar la oxidación de hipoxantina a xantina y de xantina a ácido úrico. Es interesante que el
alopurinol, que se usa para tratar nefrolitiasis cálcica hiperuricosúrica y litiasis de ácido úrico, produzca
xantinuria iatrogénica. Las concentraciones en sangre y orina de ácido úrico se reducen y las concentraciones
de hipoxantina y xantina aumentan; sin embargo, no hay reportes de casos de formación de cálculos de xantina
que se produzcan por tratamiento con alopurinol. Es poco probable que el alopurinol inhiba por completo a la
xantina deshidrogenasa. En casi 25% de los pacientes con esta deficiencia enzimática, se desarrollan cálculos
urinarios. Los cálculos son radiolúcidos y presentan un color amarillento.
Indinavir: los inhibidores de la proteasa son un tratamiento popular y efectivo en pacientes con síndrome de
inmunodeficiencia adquirida. El indinavir es el inhibidor de la proteasa más común que produce cálculos
radiolúcidos hasta en 6% de los pacientes a quienes se les prescribe este medicamento. Los de indinavir son
los únicos cálculos urinarios radiolúcidos en la ct sin contraste. Pueden estar relacionados con componentes de
calcio y en estas situaciones son visibles en las ct sin contraste. El cese temporal de la medicación con
hidratación intravenosa a menudo permite que se excreten estos cálculos. Los cálculos se tiñen de rojo y
suelen separarse durante la extracción con canasta.
Raros: los cálculos de silicato son muy raros y suelen relacionarse con el uso a largo plazo de antiácidos que
contienen sílica. El tratamiento quirúrgico es similar al de otros cálculos.
Los cálculos de triamtereno son radiolúcidos y se han identificado con creciente frecuencia. Están relacionados
con medicamentos antihipertensivos que contienen triamtereno. La descontinuación del medicamento elimina
la recurrencia de cálculos. Otros medicamentos que se vuelven constituyentes de cálculos son la glafenina y la
antrafenina.