Este documento discute la medición de la delincuencia en Venezuela y las diferentes fuentes de datos sobre delitos. Examina las estadísticas oficiales del Ministerio del Poder Popular para Relaciones Interior Justicia y Paz, así como las encuestas de ONGs como el Observatorio Venezolano de Violencia. Mientras que el gobierno reporta una disminución en las tasas de homicidios, las ONGs informan tasas más altas y atribuyen la violencia a factores como la destrucción económica y la letalidad policial. El documento argumenta que se
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Este documento discute la medición de la delincuencia en Venezuela y las diferentes fuentes de datos sobre delitos. Examina las estadísticas oficiales del Ministerio del Poder Popular para Relaciones Interior Justicia y Paz, así como las encuestas de ONGs como el Observatorio Venezolano de Violencia. Mientras que el gobierno reporta una disminución en las tasas de homicidios, las ONGs informan tasas más altas y atribuyen la violencia a factores como la destrucción económica y la letalidad policial. El documento argumenta que se
Este documento discute la medición de la delincuencia en Venezuela y las diferentes fuentes de datos sobre delitos. Examina las estadísticas oficiales del Ministerio del Poder Popular para Relaciones Interior Justicia y Paz, así como las encuestas de ONGs como el Observatorio Venezolano de Violencia. Mientras que el gobierno reporta una disminución en las tasas de homicidios, las ONGs informan tasas más altas y atribuyen la violencia a factores como la destrucción económica y la letalidad policial. El documento argumenta que se
Este documento discute la medición de la delincuencia en Venezuela y las diferentes fuentes de datos sobre delitos. Examina las estadísticas oficiales del Ministerio del Poder Popular para Relaciones Interior Justicia y Paz, así como las encuestas de ONGs como el Observatorio Venezolano de Violencia. Mientras que el gobierno reporta una disminución en las tasas de homicidios, las ONGs informan tasas más altas y atribuyen la violencia a factores como la destrucción económica y la letalidad policial. El documento argumenta que se
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REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA
MINISTERIO DEL PODER POPULAR PARA LA EDUCACIÓN
UNIVERSITARIA CIENCIA Y TECNOLOGÍA UNIVERSIDAD NACIONAL EXPERIMENTAL DE LA SEGURIDAD COORDINACIÓN DE INVESTIGACIÒN, EXTENSIÓN Y POSTGRADO PROGRAMA NACIONAL DE FORMACIÓN AVANZADA EN SEGURIDAD CIUDADANA CEFO BARUTA
ENSAYO MEDICIÓN DE LA DELINCUENCIA CONTEXTO COMUNITARIO
Autores: Aponte Yelitza
William Ojeda Sorelis Marin
Facilitadora: Dra. Miryan Rivas P..
Asignatura: Perspectiva Empírica en el Estudio de la Violencia y el Delito.
Caracas, Marzo 2024
UNIDAD 1 MEDICION DE LA DELINCUENCIA 1.1 El contexto comunitario como fuentes de información sobre la delincuencia. La observación en los espacios comunitarios como técnica para la obtención de datos. 1.2 Estadísticas oficiales. Proceso de construcción. El dato recolectado por las y los funcionarios en su actividad laboral como insumo para la construcción de estadísticas oficiales.
En Venezuela, el fenómeno de la criminalidad, es uno de los hechos
sociales más inquietantes de la sociedad contemporánea debido a su impacto en la ciudadanía y al aumento registrado en los últimos años. Tal situación ha sido hábilmente utilizada intencionalmente por ciertos sectores políticos para debilitar el Estado de Derecho contemplado en la Carta Magna a través de una propaganda estratégicamente dirigida por los medios de comunicación. Así, se han ido configurando identidades sociales fragmentadas y una marcada polarización cuya consecuencia directa es la violencia y el conflicto.
Las tasas y delitos violentos en Venezuela vienen aumentando
sostenidamente desde la década de 1990. Actualmente en Venezuela el Ministerio del Poder Popular para Relaciones Interior Justicia y Paz (MPPRIJP), cuenta con tres fuentes oficiales para el registro de homicidios a nivel nacional: la estadística delictiva, llevada por el Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (CICPC), la estadísticas de fallecidos por muertes violentas y por determinar llevadas por el Servicio Nacional de Medicina y Ciencias Forenses (SENAMECF) y la estadística de salud llevada por el Ministerio del Poder Popular para la Salud (MPPS).
La medición del delito es importante porque permite afirmar teorías
criminológicas, el estudio correlativo del delito, el conocimiento de las víctimas y el diseño de la política criminal. La cuestión que se plantea es cuál de los instrumentos utilizados para la medición del delito, las estadísticas oficiales, las encuestas de victimas y los estudios de expedientes, es el más adecuado para conocer las tasas de criminalidad y la evolución de la delincuencia en nuestro país. Dentro de las estadísticas oficiales, las que mejores datos ofrecen sobre los delitos cometidos son las estadísticas policiales, publicadas por el MPPRIJP, frente a la información que proporcionan otras estadísticas oficiales, como las de la Fiscalía y las del Poder Judicial, porque en ellas se recoge la primera información sobre la comisión de los hechos delictivos y contienen menos desviaciones.
Las ventajas de la estadística policial u oficial de la delincuencia son
las siguientes: primera, representa una fuente oficial de la delincuencia; esto significa que la cifra que reflejan estas estadísticas son las cifras “reales” o declaradas como las reales de los hechos delictivos en una zona determinada, estando su oficialidad caracterizada por ser un indicador revestido de cierta confiabilidad por ser diseñado, registrado, filtrado y publicado por los organismos gubernamentales. Segunda, la estadística policial u oficial de la delincuencia se centra exclusivamente en el registro de situaciones delictivas y no de hechos o conductas desviadas o problemáticas. En otras palabras, las cifras que expresan las estadísticas policiales son indicadores exclusivos de delincuencia y no de la incidencia de otro tipo de conducta.
Sin embargo, es indudable que ciertos sectores a través de redes
sociales y medios de comunicación a nivel nacional e internacional, crean contra el país venezolano un discurso permanente de víctimas y victimarios privilegiando algunas muertes y otras no, lo que produce un descontento generalizado, el cual genera miedo en la ciudadanía afectada progresivamente en la percepción objetiva de su realidad social causada precisamente por una atención focalizada en una serie de noticias que van creando una exagerada sensación de inseguridad ante el que se han transformado radicalmente los hábitos de vida, originando una ciudad llena de muros, rejas, alambrados, circuitos eléctricos de alta tensión, equipos de video, servicios de vigilancia para protegerse.
Asimismo, se obvian los esfuerzos del Estado, transmitiendo además
la idea que los venezolanos y venezolanas “somos violentos” y enviando continuamente la propaganda mediática de una “guerra” a la comunidad internacional entorpeciendo los procesos de pacificación social que se llevan a cabo, a través del Gobierno Nacional y las instituciones encargadas de la Seguridad Ciudadana dirigidas por el Gobierno Nacional. Enfrentar la fuerte criminalidad es un desafío para las autoridades responsables de la seguridad ciudadana en este momento político, económico, histórico, y social por lo que es necesario implementar nuevas estrategias de acción gubernamental sustentadas en programas ajustados a los lineamientos constitucionales que puedan garantizar el respeto a los derechos humanos y la participación de las comunidades, con la debida eficiencia.
Los diagnósticos realizados en estas áreas puede extraerse una
valiosa información para diseñar estratégicamente políticas públicas contentivas de directrices enfocadas a fomentar la igualdad y la equidad social; además de promover los mecanismos de resolución de conflictos basados en el diálogo, la erradicación del odio, en palabras de Rodríguez Araque (2014) “esa potenciación de la capacidad creadora de todo nuestro pueblo”, el fortalecimiento de los valores en los niños, niñas y adolescentes en pro de garantizarles una adecuada orientación durante su proceso de crecimiento, teniendo como eje articulador una voluntad política y el compromiso de todas las instituciones del Estado en la Prevención Social.
En el año 2019, la ONG Observatorio Venezolano de Violencia (OVV),
emitió el informe Anual de Violencia 2019, donde informa que Venezuela cierra el año con un estimado de al menos 16.506 fallecidos y una tasa de 60,3 muertes violentas por cada cien mil habitantes. El observatorio que realiza cada año un informe sobre la situación de violencia junto a ocho de las principales universidades del país, explico que pese a que los homicidios bajaron por tercer año consecutivo. Venezuela continua siendo la nación “más violenta” de América Latina. Los suicidios se han triplicado en los últimos cuatro años, clasificando tres tipos de homicidios. De las 16.505 muertes hay 6.588 asesinatos cometidos por los delincuentes, en segundo lugar hay 5.286 homicidios cometidos por los cuerpos de seguridad del Estado y que son clasificados como muertes por resistirse a la autoridad y por ultimo unas 4.632 muertes causadas por una intencionalidad indeterminada o desconocida.
El informe también detalla las causas de las muertes violentas. En
primer lugar se debe a la destrucción de la actividad económica, el quiebre y cierre de empresas y el empobrecimiento del país. La emigración masiva y la falta de dinero. En vez de atacar a la gente los delincuentes prefieren otras actividades más lucrativas como el tráfico de drogas, minerales y oro, contrabando de combustible y la extorsión de las empresas. Por otra parte los delincuentes venezolanos han emigrado a otros países. Igualmente agrega que la inmensa letalidad policial se ha convertido en un factor relevante en la reproducción de la violencia en el país, registrándose en 2019 un promedio de 14.5.
El Ministro de Interior y Justicia de Venezuela, Néstor REVEROL,
desestimó estas cifras que catalogo como “falsas” y acuso a la OVV de apátrida y recibir dinero para hacer “guerra” contra el Gobierno de Nicolás MADURO. Asegurando que el país cerró el 2019 con tasa de homicidios de 21 casos porcada cien mil habitantes, muy por debajo del promedio que informaron previamente organizaciones no gubernamentales. Ha venido decreciendo la tasa de homicidios (asesinatos) entre 2016 y 2019, paso de 56 a 21 crímenes por cada cien mil habitantes. Explico que la “incidencia delictiva del año pasado” se redujo a un 36,2% en todos los indicadores de violencia y criminalidad”. Estas estimaciones se obtienen a través de un “estudio científico” en el que miden los 23 estados del país, y caracas, así como los 335 municipios que conforman estos territorios.
Desde el punto de vista de la Seguridad Ciudadana y como
funcionario policial, en el nivel de Gerente Estratégico, es necesario y fundamentalmente urge implementar una reestructuración integral en cada una de las Instituciones del Estado, incluyendo en el Cuerpo De Investigaciones, Científicas, Penales y Criminalísticas, de inculcarles una nueva Gerencia Social basados en los criterio de los Derechos Humanos, la Ética y los Valores Socialistas, supervisando e instando directamente a los subalternos a trabajar como Equipo, instruirlos en adecuar una buena conducta praxis social-policial a modo de cambiar, mejorar y fortalecer tanto la inclusión de la policía a la comunidad a través de la prevención social, la atención rápida y oportuna a las víctimas, el buen trato al colectivo en todas sus modalidades y de igual forma aplicar mucho más los conocimientos técnicos científicos en la investigación de los casos a investigar, para disminuir la impunidad ayudando al país a lograr un Desarrollo Social y una sana administración de Justicia y Paz.