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Woldemar

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ISSN: 1579-9794

La traducción de fuentes teóricas musicales: cambios


conceptuales y problemática
The translation of theoretical musical sources: conceptual
changes and problems
ANTONIO JOSÉ DE VICENTE-YAGÜE JARA
ajvicenteyague@um.es
Universidad de Murcia

DIEGO NIEVES MOLINA


diego.nieves.molina@gmail.com
Universidad de Murcia

Fecha de recepción: 6 de abril de 2019


Fecha de aceptación: 20 de diciembre de 2019

Resumen: La fundación del Conservatorio de París en 1795 marca un


momento fundamental en la historia de las enseñanzas musicales: supone el
gran salto cuantitativo y cualitativo en la publicación de obras didácticas
musicales en toda Europa. En el caso de la viola, Francia es la pionera, en
concreto los compositores Corrette, Cupis y Woldemar, cuyos textos hemos
traducido para la realización del presente estudio. Hemos analizado las
características de los tres métodos, tanto desde el punto de vista de la
organización interna como de la relación del texto con el contexto musical,
pasando por la norma lingüística vigente en la época. Hemos comprobado
que la mayoría de los problemas traductológicos y de comprensión se derivan
de la naturaleza especializada del texto, y hemos expuesto la solución,
justificando las decisiones traductológicas más complejas.

Palabras clave: Traducción Especializada, Terminología, Método de Viola,


Corrette, Cupis, Woldemar.

Abstract: The establishment of the Paris Conservatory in 1795 was a decisive


moment in the history of music teaching: it triggered the growth of the
publication of musical didactic works at both qualitative and quantitative levels
throughout Europe. In the case of the viola, France was the pioneer in this
type of publications, particularly Corrette, Cupis and Woldemar, whose texts
we have translated for the realization of this study. We have analysed the
characteristics of the three methods, from the point of view of both the internal
organization and the relation of the text with the musical context, including the
existing linguistic norm at the time. We have verified that the majority of

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translation and comprehension problems stem from the specialised nature of


the text, and we have suggested solutions, justifying the more complex
translation decisions.

Keywords: Specialised Translation, Terminology, Method of Playing Viola,


Corrette, Cupis, Woldemar.

INTRODUCCIÓN
Es conocida por los músicos la escasez de traducciones de métodos,
tratados y otras obras teóricas musicales francesas y alemanas anteriores al
siglo XX. Estas obras constituyen fuentes importantes de la investigación
musical, pues revelan la interpretación de la época frente a la visión heredada
de los cambios de los siglos XIX y XX. Sin embargo, el acceso a las fuentes
se encuentra muchas veces con la barrera del idioma, algo que, no obstante,
se empieza a corregir en los últimos años. Cirillo (2016) y Martínez Marín
(2016) subrayan, en sus tesis doctorales, la escasez de publicaciones en
español relativas a Johann Joachim Quantz y a Carl Philipp Emanuel Bach
respectivamente, dos grandes tratadistas del XVIII alemán, así como la
tendencia en los últimos años a la traducción de tratados y métodos
musicales al español. Asimismo, ambos doctores incluyen en sus tesis una
traducción de un tratado de Quantz y de Carl Philipp Emanuel Bach respecti-
vamente. También Pascual León (2015) incluyó la traducción del tratado de
violín de Johann Georg Leopold Mozart en su tesis doctoral.
Por todo ello, hemos considerado oportuno llevar a cabo una
traducción del Méthode pour apprendre à jouër de la quinte ou alto (1773) de
Michel Corrette, del Méthode d’alto précédé d’un abrégé des principes de
musique (1803) de François Cupis y del Méthode d’alto contenant les
premiers éléments de la musique, les positions doigtées et les coups d’archet
anciens et modernes (ca. 1800) de Michel Woldemar. El objetivo de este
artículo es presentar los problemas, soluciones e implicaciones que han
rodeado la traducción de estos tres métodos de viola. Hemos analizado los
problemas terminológicos, que derivan principalmente del cambio en los
conceptos nacido de la evolución de rasgos interpretativos, organológicos y
de temperamento. Asimismo, exponemos el proceso que se ha seguido para
encontrar una traducción de estos términos, la búsqueda de definiciones
explícitas y ejemplos musicales de estos, tanto en la época actual como en la
de los textos, para corroborar esos cambios y ofrecer una traducción de
calidad. Por último, abordamos los enfoques de traducción de este tipo de
textos, bien sea guardando su carácter didáctico y, por tanto, adaptando a los
tiempos actuales, bien sea como fuente histórico-musicológica.

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Según Carvalho da Silva (2010), durante la segunda mitad del siglo


XVIII se produce un auge en la publicación de métodos instrumentales debido
al creciente número de instituciones de enseñanza musical reglada, que
llegarán a un verdadero despegue con la creación de los conservatorios de
París, en 1795, o Bruselas, en 1813. El violín fue uno de los instrumentos que
más publicaciones conoció, dada su gran popularidad, en especial por parte
de franceses e italianos. Sin embargo, en esta misma época, la viola conoció
en Francia un auge por parte de los compositores y de los aficionados, que
se tradujo en demanda de clases y métodos, haciendo que la oleada didáctica
del violín la alcanzara.
Se considera, pues, según la mayoría de las fuentes (Sadie, 2001;
Lainé, 2002; Muñiz Bascón, 2012), que la pedagogía violística surge en
Francia a final del siglo XVIII. Es cierto que anteriormente encontramos
información sobre la viola en obras alemanas de los siglos XVII y XVIII, pero
es sin duda muy vaga; siempre se da por hecho que el violista es en realidad
violinista (Muñiz Bascón, 2012) y no constituye un verdadero inicio de la
didáctica del instrumento. Y es que el reconocimiento de la viola como
especialidad independiente tardó bastante en llegar: a pesar de que gozaba
de popularidad en la enseñanza privada (Lainé, 2002), habría que esperar a
1877 para que Bruselas inaugurase la cátedra de viola e incluso hasta 1894
para que se inaugurase la cátedra en París (Muñiz Bascón, 2012).
Así, los textos que hemos traducido, y que nos ocupan en este trabajo,
son los primeros métodos para aprender a tocar la viola que se publicaron en
tanto que instrumento independiente. Tal y como afirma Sadie en el
prestigioso New Grove dictionary of music and musicians:
Several viola methods, somewhat analogous to those for violin and
cello, were published at the end of 18th and the beginning of 19th
centuries; they include those by Michel Corrette (1773), Michel
Woldemar (c1800), François Cupis (attributed, 1803) and M. J.
Gebauer (c1805) (Sadie, 2001, p. 812).
En este punto, hay que aclarar que el objetivo que se ha perseguido
con estas traducciones no ha sido adaptar los textos a la enseñanza moderna
de la viola, sino hacer que estas fuentes sean accesibles en español en tanto
que documentos históricos. Por ello, las notas del traductor son numerosas y
las partes musicales han sufrido la menor variación posible.

1. TEXTO PRIMERO: EL MÉTODO DE MICHEL CORRETTE


Antes de nada, cabe resaltar que ninguno de nuestros tres autores era
conocido por dedicarse exclusivamente a la viola. Sobre Corrette, apunta

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Sadie en el New Grove Dictionary (2001) que, a pesar de ser un autor no muy
conocido, su obra aporta mucha información sobre la música en Francia en
el siglo XVIII. Vivió entre 1707 y 1795 y fue organista, profesor, compositor,
arreglista y autor de diversos métodos que son, en palabras de Sadie, «a rich
source of information about performing practice and music of the period»
(2001, p. 498). Fue bastante prolijo, ya que publicó diecisiete métodos entre
1737 y 1783 (Lainé, 2002), entre los que encontramos la obra que nos ocupa,
Méthode pour apprendre à jouër de la contre-basse à 3, à 4, et à 5 cordes, de
la quinte ou alto et de la viole d’Orphée (1773), y otros que han sido de gran
importancia para ayudar en su traducción, como L’école d’Orphée, méthode
pour apprendre facilement à jouer du violon dans le goût françois et italien
(1738), Méthode théorique et pratique pour apprendre en peu de tems le
violoncelle dans sa perfection (1741) y L’art de se perfectionner dans le violon
(1782).
1.1. Características generales del texto
El texto de Corrette es realmente especial, ya que se encuentra inserto
en un largo y ecléctico método que comprende la enseñanza de cinco
instrumentos (Lainé, 2002). Corrette dedica a la viola los capítulos IX y X del
método, inaugurando la independencia pedagógica del instrumento (Muñiz
Bascón, 2012).
Una de las primeras características que llama la atención es el uso un
tanto aleatorio de las mayúsculas, la puntuación y las tildes. Todos los
instrumentos que aparecen nombrados y ciertos términos musicales van
escritos con mayúscula inicial: Violon, Alto, Violoncelle, Symphonie, Musique,
el nombre de las notas musicales, etc., y, sin embargo, en ocasiones no
escribe mayúscula inicial tras un punto (Lescat y Saint-Arroman, 2000, pp. 14-
15). Faltan también tildes, aunque nunca en los participios, quizá aquí con
función diacrítica para evitar confusiones con las formas personales del verbo
(Lescat y Saint-Arroman, 2000, p. 27). Se trata de un texto posterior a la
reforma ortográfica de 1740, pero anterior a la de 1835, por lo que es
fácilmente comprensible para un hablante actual, a excepción de algún -oi-
que ha pasado a -ai- (connoitre y faisoit; hoy connaître y faisait) (Lescat y
Saint-Arroman, 2000, pp. 26-27).
Llama también la atención la poca delimitación de los párrafos, pues
en ocasiones es difícil saber cuándo empiezan y acaban estos, así como la
redacción con frases largas y complejas, y, en numerosas ocasiones, con
ausencia de los signos de puntuación necesarios. Es asimismo interesante el
uso de abreviaturas como apprend.re y accord (Lescat y Saint-Arroman, 2000,
pp. 15 y 27). En ocasiones, encontramos una escritura un tanto extraña como
en demi tonxxaudessus (Lescat y Saint-Arroman, 2000, p. 26), que parece ser

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fruto de una errata; aunque, sin duda, lo más destacable es el uso de ñ y m̃


para abreviar nn y mm respectivamente: coñoitre, com̃ e (Lescat y Saint-
Arroman, 2000, pp. 26 y 27).
1. 2. Problemas terminológicos y justificación de decisiones de traducción
Analizamos a continuación los diferentes problemas terminológicos
que encontramos en este primer texto, presentamos una propuesta de
traducción para estos y justificamos nuestras decisiones.
1.2.1. Variedad de denominaciones para el instrumento y polisemia del
término «viola»
El instrumento actualmente conocido en español como «viola» aparece
en la escena musical europea en Italia en el siglo XVI, junto al resto de
instrumentos de la familia del violín (Sadie, 2001), aunque hasta el siglo XVIII
no comienza a tener un repertorio importante como instrumento
independiente (Lainé, 2002). Esta lenta toma de protagonismo del
instrumento respecto al violín hace que no se estandarice su nombre hasta la
segunda mitad del siglo XIX (Lainé, 2002), no solo en francés, sino en
diversas lenguas (italiano: lira da braccio, viola, alto viola) (Sadie, 2001). El
mejor ejemplo de ello se ve, en palabras de Lainé, en «l’exemple du
Conservatoire de Paris […] ainsi, les classes de violon et de violoncelle ont
été créées en 1795 […] et celles d’alto seulement en 1894» (2002, p. 9).
Por otro lado, también se dificultó la denominación del instrumento
debido a la cantidad de instrumentos derivados que existieron, cuyos
nombres se formaban incluyendo el término viola (de origen italiano): viola
d’amore, viola pomposa, viola da spalla... (Sadie, 2001). En otras ocasiones,
esta variación del nombre solo indicaba el registro en el que aparecían en una
u otra obra, como en las Sinfonie e Concerti a cinque de Albinoni, en donde
hay dos voces de viola, alto viola y tenor viola: si bien se trata del mismo
instrumento y actualmente de podrían renombrar como «viola I» y «viola II»
(Sadie, 2001).
En francés, esta variación terminológica resultó bastante acusada. En
el Barroco francés, encontramos que las tres partes centrales de la formación
musical de la corte, llamada Les vingt-quatre violons du roi, son violas, pero
de diferentes tamaños y registros, a las que se aplican los nombres haute-
contre, haute-contre taille, taille, quinte o cinquiesme (Sadie, 2001). Sin
embargo, ya en el Dictionnaire de musique de Brossard (1703), se establece
la equivalencia entre viola da brazzo (o braccio) con haute-contre y taille
(Sadie, 2001), así como en Exposition de la théorie (Béthisy, 1754) se iguala
también con quinte:

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Il y a un instrument à cordes qui est fait comme le violon, & qui n’en
est différent que par la grandeur de son volume. On le tient comme
le violon. Il exécute certaines parties mitoyennes, qu’on appelle
haute-contres, tailles & quintes de violon (Lescat y Saint-Arroman,
2000, p. 12).
Asimismo, el Notionnaire, ou mémorial raisonné de Gersault (1761)
aclara que la quinte de violon es equivalente a la alto viola italiana; el Essai
sur la musique de Larbode (1780) también establece la equivalencia entre
«viola, (alto) ou quinte» (Lescat y Saint-Arroman, 2000, p. 28); y también la
Encyclopédie méthodique de Framery y Ginguené (1785): «quinte, alto ou
taille de violon» (Lescat y Saint-Arroman, 2000, p. 29). Sin embargo, no será
hasta 1870 cuando en francés se asiente la palabra alto para nombrar lo que
hoy día en español se conoce como «viola» (Lainé 2002).
Por otro lado, el término «viola» se presentaba con usos diferentes.
Así, «viola» hacía referencia, a principios del siglo XVI, a cualquier
instrumento de arco (Sadie, 2001). En la mayoría de los casos, aparecía con
un adjetivo o complemento del nombre para especificar a qué instrumento en
concreto se refería (viola da braccio, la actual, de la cual deriva el término
alemán Bratsche; viola da gamba, soprano di viola da gamba). A veces
encontramos incluso violetta para el actual violín o la actual viola de gamba
(Sadie, 2001).
Esta polisemia e inestabilidad ha dado lugar a numerosos cognados en
diversas lenguas. En el mundo hispanohablante actual, está clara la
diferencia entre «viola» («instrumento musical de cuerda tocado con arco, de
forma igual a la del violín, pero de tamaño algo mayor y sonido más grave»,
RAE) y «viola de gamba» («familia de instrumentos de cuerda frotada, con
trastes, […] que se colocan verticalmente descansando sobre o entre las
piernas»; Randel, 1997, p. 1085), que en inglés serían viola y viol, y, en
francés, alto y viole (Sadie, 2001). Sin embargo, en portugués, viola significa
«guitarra» (Dicionário Priberam da Língua Portuguesa). En castellano, viola
dio también «vihuela» («instrumento musical de cuerda, pulsado con arco o
con plectro», RAE), conocida como vielle en francés (Sadie, 2001).
1.2.2. El vocabulario de la ornamentación
Los términos cadence, martellement, coulé y port de voix que
encontramos en el texto presentan una pequeña dificultad para ser traducidos
fruto de su propia naturaleza: la ornamentación. En la época barroca, su
ejecución era diferente a la actual y en muchas ocasiones no se anotaba
(Neumann, 1978), sino que se concedía libertad al intérprete para ejecutarla.
En otras ocasiones, la terminología y los símbolos cambiaban entre
instrumentos y países (Pajares Alonso, 2012), siendo la principal división el

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estilo francés y el italiano (Cyr, 2012). Además, la variación no respondía solo


a estos dos estilos, sino que iba más allá:
Many researchers perpetuate the pioneer’s assumption of a
European «common practice» of the 17th and 18th centuries. […]
However, a «common practice» in either the 17th or 18th centuries
across simultaneous personal, regional, national styles [...] is an
unrealistic assumption (Neumann, 1978, p. 9).
Este cambio en la manera de concebir e interpretar la ornamentación
nos lleva a acudir a otras fuentes del propio autor, donde esté desarrollada la
ornamentación, para elegir el término más adecuado a la terminología e
interpretación actuales. En L’art de se perfectionner dans le violon, Corrette
explica cómo ejecutar una cadence: «batès fort le doigt sur la corde, voyès
l’École d’Orphée page 12» (Corrette, 1782, p. 4); es decir, está describiendo
un trino. Sin embargo, habrá que acudir a L’école d’Orphée, como señala el
mismo autor, donde se encuentra el desarrollo musical de la cadence
(Corrette, 1738, p. 11)1, confirmándose que cadence es un trino actual:

Imagen 1: Explicación de Corrette para cadence


Fuente: Corrette (1738)

Para el témino martellement, al consultar L’art de se perfectionner dans


le violon de Corrette (1782, p. 4), encontramos el siguiente desarrollo, que
coincide con el signo actual , conocido como «mordente». Ya que el más
utilizado suele ser el ascendente ( ), sería interesante especificar que se
trata de un mordente descendente ( ).

1
Texto de la imagen: «La cadence se prépare toujours par la note supérieure et se marque par
un t ou +».

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Imagen 2: Explicación de Corrette para martellement


Fuente: Corrette (1782)

De igual manera, los términos coulé y port de voix aparecen en la obra


de Corrette (1782, p. 4)2 de la siguiente manera:

Imagen 3: Explicación de Corrette para coulé y port de voix


Fuente: Corrette (1782)

De lo que deducimos que en francés existen dos términos, coulé y port


de voix, donde en español existe uno con dos posibilidades: «apoyatura
descendente» (compás 1) y «apoyatura ascendente» (compás 2). Lo
confirma Pajares Alonso:
Apoyatura
Consiste en tocar una nota superior (o inferior) antes de la nota
escrita o nota principal.
«Port de voix» y «Coulé» (Francia): apoyatura ascendente o
descendente, respectivamente. El «port de voix» (elevación de la
voz) asciende hacia la nota principal un grado por encima. «Coulé»
[…] desciende hacia la nota principal que está uno o varios grados
por abajo (Pajares Alonso, 2012, p. 171).
Puesto que aparecen las dos en el texto (coulé y port de voix), pueden
simplemente traducirse por el término «apoyatura», que incluye ascendentes
y descendentes.

2
Texto de la imagen: «La petite note qui précède une note, se fait du même coup d’archet de
la note N». Bajo el pentagrama: «coulés / port de voix».

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2. TEXTO SEGUNDO: EL MÉTODO DE FRANÇOIS CUPIS


François Cupis, llamado «el joven» o «Cupis de Renoussard»,
perteneció a una dinastía de músicos flamencos, aunque con orígenes
italianos. Vivió entre 1732 y 1808 y su principal actividad fue el violonchelo,
al que dedicó casi toda su obra (Lainé, 2002). Estudió con Martin Berteau en
el Collège des Quatre Nations y fue miembro del Concert Spirituel, de la
Académie Royale y de la Ópera. Su obra se atribuyó a otros autores y la fecha
de publicación de su Méthode d’alto précédé d’un abrégé des principes de
musique no está del todo clara, aunque se piensa que fue en 1803 (Sadie,
2001).
2.1. Características generales del texto
El método de Cupis está dividido en dos partes. La primera, Principes
de musique, expone los fundamentos del lenguaje musical y las indicaciones
agógicas. La segunda, el Méthode d’alto en sí, presenta la manera de sujetar
y tocar el instrumento. Esta segunda parte se divide a su vez en tres artículos,
de los cuales dos están dedicados a la mano izquierda y uno a la mano
derecha: colocación de la viola, posiciones y sujeción del arco.
Según apunta Lainé (2002), la primera parte, Principes de musique, es
una reproducción exacta del método de violín de Bédard, algo que el autor no
cita. Efectivamente, sale a relucir la diferencia al comprobar las divergencias
ortográficas entre los Principes y el Méthode. La más evidente es que en los
Principes encontramos el imperativo terminado en -ez, como en remarquez
(Lascat y Saint-Arroman, 2000, p. 37), mientras que, en el Méthode, como en
el texto de Corrette, aparece el imperativo con la terminación -és: posés,
tachés, rentrés (Lascat y Saint-Arroman, 2000, p. 40).
En cuanto a la ortografía, encontramos prácticamente todas las tildes
que habría en un texto actual, con alguna pequeña diferencia, como la
terminación de los numerales ordinales -ème, que no aparece tildada en los
Principes, mientras que en el Méthode sí. Al ser anterior a la reforma de 1835,
conviven formas en -oi- con las modernas formas en -ai-: reconnoitre (Lascat
y Saint-Arroman, 2000, p. 33); si bien en el Méthode aparece serait (Lascat y
Saint-Arroman, 2000, p. 41).
También la maquetación del texto es mucho más clara que en el texto
de Corrette: distinguimos claramente los párrafos, que van sangrados, y se
respetan las mayúsculas después de punto. Encontramos, sin embargo,
numerosas erratas en el texto: l’on posé por l’on pose; il y en à por il y en a;
la huitieme notes est por la huitieme note est; les deux notes qui le compose
por composent; la note tonique […] est toujours posé por posée (Lascat y
Saint-Arroman, 2000, pp. 33, 35 y 37).

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2.2. Problemas terminológicos y justificación de decisiones de traducción


Pasamos a analizar los problemas terminológicos encontrados en el
segundo texto y justificamos las decisiones que hemos tomado para su
traducción.
2.2.1. Las abreviaturas de la portada
En la portada del método de Cupis, encontramos dos abreviaturas que
pueden ser problemáticas: por un lado, cidev.t, y por otro, M.d de musique. La
primera puede ser la abreviatura de ci-devant, que significa ancien según el
Trésor de la langue française (TLFi). Al cotejar la vida de Cupis con el año de
publicación del método, en torno a 1800 (Lescat y Saint-Arroman, 2000),
vemos que efectivamente fue miembro de la Ópera hasta 1770 (Sadie, 2001),
por lo que deducimos que la indicación que aparece en la portada, «cidev.t
artiste de l’Opéra», equivale a «ancien artiste de l’Opéra».
Por otro lado, encontramos la abreviatura M.d, que aparece dentro de
la expresión «M.d de musique», aunque en otros textos de la época lo
encontramos también como «M.d de mus.». Ambas formas aparecen en
numerosas ocasiones asociadas a editores, como por ejemplo Hanry, Sieber
e hijo, Meissonier, Petit, etc., recogidos en el Journal général d’annonces des
œuvres de musique, gravures, lithographies de Minkoff (1976). Esta
publicación contiene la «Nomenclature complète et raisonnée de toutes les
productions de nos [de France] artistes» y habla de un descuento para los
«marchands de musique» (Minkoff, 1976, p. 2) entre otros. De ahí deducimos
que la abreviatura M.d corresponde a marchand.
2.2.2. La nomenclatura de los intervalos
Cupis explica en el apartado «De l’octave» que «elle est composée de
huit notes [...], la huitieme notes [sic] est toujours la répétition de la premiere»
(Lascat y Saint-Arroman, 2000, p. 34), es decir, que la octava (huitième) nota
de la octava (octave) es la misma que la primera. Esto crea en español una
repetición del término «octava» que puede parecer redundante pero
difícilmente corregible, dado que en español se utiliza el ordinal para el
intervalo. Por su parte, en francés, encontramos que para los nombres de los
intervalos se utilizan con preferencia ordinales de raíz latina frente a la forma
tradicional de adición de -ième al número. Así lo podemos comprobar en la
siguiente tabla elaborada a partir de las explicaciones de los intervalos de
Damour, Burnett y Elwart (1838):

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Ordinal en francés Intervalo en francés


Deuxième Seconde
Troisième Tierce
Quatrième Quarte
Cinquième Quinte
Sixième Sixte
Septième Septième
Huitième Octave
Neuvième Neuvième
Dixième Dixième
Onzième, etc. Onzième, etc.

Tabla 1: Diferencias entre ordinales y nombre de los intervalos en francés


Fuente: Elaboración propia

Como podemos observar, en los intervalos más comunes (los simples,


es decir, los incluidos en la primera octava), solo la séptima (septième)
coincide con el ordinal. Por el contrario, los intervalos compuestos3, la
nomenclatura se uniformiza con el ordinal. En español, sin embargo, ocurre
al contrario: es a partir de la novena cuando encontramos ligeras divergencias
y siempre en el ámbito de acordes e intervalos armónicos, es decir, la
nomenclatura de los acordes según sus intervalos internos característicos,
como se observa en Piston (1991) y Polo Pujadas (2014):

Intervalo melódico Nombre del acorde4

Quinta Triada o tríada

Séptima Séptima

Novena Novena

3
Los intervalos compuestos son aquellos que, al sobrepasar la octava, se pueden descomponer
en simples. Por ejemplo: una novena es una octava más una segunda (Pedrell, 2009).
4
Hablamos aquí dentro del sistema tonal, donde el intervalo entre la fundamental y la última nota
del acorde (ordenado este por terceras) da el nombre a todo el acorde: un acorde formado por
tercera, quinta y séptima, se conocerá como acorde de séptima (Piston, 1991).

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Undécima Undécima u oncena

Decimotercera Decimotercera o trecena

Tabla 2: Nombres de intervalos y de acordes en español


Fuente: Elaboración propia

2.2.3. Los nombres de los semitonos


Encontramos en el texto: «L’octave est composée de cinq tons pléins
et deux sémi-tons majeurs» (Lescat y Saint-Arroman, 2000, p. 34). Llama la
atención esa diferencia inexistente hoy entre demi ton (o sémi ton) majeur y
mineur, que el autor explica de la siguiente manera:
Le ton se divise en deux demi tons, l’un majeur, et l’autre mineur :
le demi ton est majeur lorsque les deux notes qui le composent sont
posées sur deux degrés différents, comme de mi a fa, ou de si a do.
Le demi ton est mineur quand les deux notes qui le compose [sic]
sont posées sur le même dégré, comme de do natural a do # o de
mi b à mi § (Lescat y Saint-Arroman, 2000, p. 35).
Esta división, que aparece ya en el célebre Traité de l’harmonie réduite
à ses principes naturels de Rameau, se basa en las teorías de Descartes,
según la cual los tonos y los semitonos reciben el calificativo de majeur o
mineur según la razón matemática que resulta de su obtención al dividir la
cuerda en fracciones iguales5 (Rameau, 1722). De esta manera, la
explicación de Cupis no es del todo precisa, pero muestra cómo los antiguos
sistemas de afinación, basados en proporciones matemáticas y fracciones,
ya han caído en desuso a final del siglo XVIII y cómo se irá imponiendo el
temperamento igual6 (Powell, 2012). En el sistema actual, el temperamento
igual, no tiene sentido diferenciar unos semitonos de otros, ya que todos los
semitonos tienen la misma distancia en cualquier tonalidad. Al consultar esta
división en el Diccionario de la lengua española de la RAE, encontramos que
se recoge el semitono «mayor» o «diatónico» y el «menor» o «cromático»,
siendo el primero el que contiene tres comas y el segundo, dos. Creemos
adecuado incluir ambas formas en la traducción la primera vez que aparece
el término: «semitono mayor o diatónico» y «menor o cromático», pero

5
Se acepta comúnmente que esta relación física entre la longitud de la cuerda y los intervalos
fue descubierta por Pitágoras, pero Descartes también la recoge en sus escritos, a los que,
lógicamente, tenía mejor acceso Rameau.
6
El problema del sistema pitagórico de afinación era la comma, un desfase en el cierre del círculo
de quintas que producía que la última quinta («la del lobo») estuviera muy desafinada. Para
solucionarlo, surgieron diversos sistemas a lo largo de la historia (mesotónico, justo, valotti...),
pero no se consiguió hasta la aparición del temperamento igual. Este último divide la octava en
doce semitonos iguales y es el utilizado en la actualidad.

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81 Antonio José De Vicente-Yagüe Jara y Diego Nieves Molina

conservaremos «semitono mayor» y «semitono menor» para la parte en que


los trata específicamente.
2.2.4. El nombre y tipo de los silencios
En francés, y como refleja el texto en cuestión, encontramos que los
silencios reciben un nombre propio según su duración y que, a diferencia de
lo que ocurre en español, es diferente al nombre de la figura (o nota) de la
misma duración. Se construyen sobre todo a partir del silencio de redonda
(pause) y de negra (soupir): demi pause, demi soupir, quart de soupir...
Antiguamente, en español también se usó este sistema, como encontramos
en el diccionario de Pedrell: «se acostumbra llamar á [sic] los silencios de
semibreve y de mínima, pausa y media pausa, y á los demás generalmente,
aspiraciones ó suspiros» (2009, p. 854). En el español actual, por el contrario,
los silencios se nombran igual que sus respectivas figuras, pero anteponiendo
«silencio de», un sistema mucho más simplificado que el francés.
También es preciso resaltar la tradición francesa de representar el
silencio de negra como uno de corchea en espejo. De hecho, si consultamos
a Damour, Burnett y Elwart (1838, p. 52), encontraremos la forma francesa
como única reconocida:

Imagen 4: Los silencios y sus nombres


Fuente: Damour, Burnett y Elwart (1838)

Aún hoy, al acudir a métodos de solfeo recientes, como Rittiner (2000,


p. 13), encontramos ambas grafías del silencio de negra: la puramente
francesa y la comúnmente conocida.

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La traducción de fuentes teóricas musicales… 82

Imagen 5: Figuras, sus nombres y sus silencios


Fuente: Rittiner (2000)

2.2.5. Las barras de compás


Llama la atención que Cupis hable de barre de reprise (barra de
repetición) para referirse de manera general a las barras de compás (barre
de mesure) o quizá a la doble barra (double barre). Llega a afirmar que «la
barre de reprise sans point, indique ordinairement la fin d’un morceau»
(Lescat y Saint-Arroman, 2000, p. 38), es decir, que la barra de repetición sin
puntos indica normalmente el final de un pasaje. Es cierto que la barra de
repetición sin puntos es una doble barra final, pero esta falta de precisión en
el término nos hace plantearnos una estandarización terminológica diferente
en la época.
Si acudimos a Damour, Burnett y Elwart (1838), encontramos que
utiliza los términos igual que se hace en la actualidad, es decir, define la barra
de repetición como una doble barra con dos puntos; pero no al contrario,
como hace Cupis: «or chacune de ces parties est susceptible d’être répétée,
et, pour indiquer cette répétition, on trouve deux points placés à la gauche de

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83 Antonio José De Vicente-Yagüe Jara y Diego Nieves Molina

la double barre qui termine la partie que l’on doit réexécuter, et qui prend dès-
lors le nom de reprise» (Damour, Burnett y Elwart, 1838, p. 150).
Si acudimos a métodos anteriores, como el Méthode raisonnée pour
apprendre aisément à jouër de la flûtte traversiere (1753), el Methode,
théorique et pratique pour apprendre en peu de tems le violoncelle dans sa
perfection (1741) o L’école d’Orphée: méthode pour apprendre facilement a
joüer du violon (1738), todos ellos de Corrette, encontramos que se define la
barra de repetición como «double barre avec deux points», pero no habla de
la doble barra final sin repetición (quizá por las formas musicales de la época,
en especial la suite, que implicaban la repetición de ambas partes de la obra).
2.2.6. Las indicaciones agógicas: smorzando y diminuendo
Es digno de mención el constatar, en la tabla de términos italianos en
la página 9 del tratado de François Cupis (Lescat y Saint-Arroman, 2000,
p. 39), cómo el termino smorzando (que indica la suma de diminuendo y
ritardando) presenta en su abreviatura el símbolo que actualmente solo
significa diminuendo. Este hecho es subrayable, pues se ha producido un
cambio importante en su interpretación: en la actualidad, se recalca
continuamente la diferencia entre diminuendo y ritardando. Por otra parte, hay
que tener en cuenta también que el término smorzando no es demasiado
usual en la música de cuerda. Esto nos aporta información sobre el cambio
que se ha producido en la interpretación de las indicaciones agógicas, por lo
que creemos necesario conservar esa asociación de ideas inexistente hoy en
día. Además, traduciremos la definición del autor (en mourant) por
«muriendo», que recuerda al término morendo, mucho más utilizado que
smorzando y con el mismo significado.
2.2.7. El problema de coup d’archet
Existe un problema semántico respecto a este término ya que, por un
lado, tenemos el uso francés de la época y, por otro, el uso moderno en
francés y el uso moderno en español. Cupis utiliza coup d’archet para
referirse al movimiento del arco en una dirección, lo que en la actualidad
llamaríamos en español «arcada» o «arco» («hacer dos corcheas en un
arco/en la misma arcada»). Este uso es claro si observamos los compases a
los que hace referencia la expresión: «couler deux notes par coup d’archet»,
«un coup d’archet par chaque note» (Lescat y Saint-Arroman, 2000, p. 38).
También lo usa Corrette con este sentido en L’École d’Orphée (1738) y L’Art
(1782).
Sin embargo, la traducción literal del término sería «golpe de arco»,
que Pedrell define de forma acertada como «manera de atacar la cuerda con
el arco. Las divisiones del golpe de arco en general en los instrumentos que

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La traducción de fuentes teóricas musicales… 84

lo usan pueden reducirse á [sic] tres: 1º el staccato: 2º el suelto, destacado o


tirado: y 3º el ligado, ligado picado, etc» (2009, p. 205). Dicho de otra manera,
«golpe de arco» sería, en cierto modo, sinónimo de «articulación» en los
instrumentos de cuerda, ya que Pedrell afirma que «las distintas maneras de
articular ó de atacar las notas en la ejecución musical son: el ligado […], el
staccato […] y el picado ligado» (2009, p. 30), coincidiendo pues con parte de
la definición de «golpe de arco».
Más aún, el Dictionnaire Larousse de la Musique ofrece una definición
ambigua de ambas, dando a entender que en el francés actual significa tanto
una como otra:
Il indique, dans le jeu des instruments à cordes frottées, les
différentes manières de mouvoir l’archet sur la corde, à l’endroit
correct, dans la direction et à la vitesse prescrites, et avec la
pression nécessaire. […] Les principaux coups d’archet sont le
détaché, le legato, le martelé, le sautillé, le spiccato, le staccato, le
staccato à ricochet, le staccato volant, etc. (Dictionnaire Larousse
de la Musique, 2005, voz «coup d’archet»).
Dans la technique des instruments à cordes frottées, le staccato
consiste généralement en une série de sons légèrement martelés,
joués en « détaché » ou bien dans le même coup d’archet
(Dictionnaire Larousse de la Musique, 2005, voz «staccato»).
Es decir, en la definición del término parece clara la idea de
articulación, pero al consultar staccato queda claro que se trata de la
«arcada». Así, su uso con uno u otro significado dependerá del contexto
musical y, en el caso concreto de Cupis, de la partitura.
2.2.8. Medidas: pouce y ligne
«Le petit doigt à un pouce et demi du bouton, placéz [sic] le pouce de
la main droite [...]» (Lescat y Saint-Arroman, 2000, p. 40). En apenas una
línea, encontramos la palabra pouce utilizada con dos significados diferentes.
Si bien está claro que la segunda vez se refiere al dedo pulgar de la mano
derecha, no está tan claro el primer pouce: por un lado, podría hablar de «un
pulgar y medio» de distancia (es decir, distancia aproximada basada en la
mano de cada uno), pero, por otro, también podría hablar de «pulgada y
media».
Al consultar el término pouce en el TLFi, encontramos además dos
tipos de pouce (pulgada): una, equivalente «au douzième du pied de roi, soit
2,7 cm», y otra, «(traduisant “inch”) équivalent à 25,4 mm». Con todo, la
diferencia de apenas un milímetro y medio entre una y otra no supondría un
problema sustancial en este texto. Sin embargo, sí hay más diferencia entre
una pulgada y media (algo más de 4 centímetros) y un pulgar y medio.

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85 Antonio José De Vicente-Yagüe Jara y Diego Nieves Molina

El hecho de que se recomiende sujetar el arco lo más abajo posible


para aprovechar toda su extensión, nos hace pensar que la sujeción de la
época era ya más cercana a la actual y no tanto a la barroca7, y puede ser
indicativo también del significado de pouce. Por ello, hay que atender a los
arcos de la época, medidas, proporciones y sujeción. Según Sadie (2001),
los arcos más extendidos en Londres y París en el cambio de siglo eran los
modelos Cramer y Tourte, modelos ambos de transición entre el antiguo
convexo y el actual cóncavo. El mismo autor apunta que el Tourte era el más
popular entre los grandes tratadistas de violín de la época (Leopold Mozart,
1780, y Michel Woldemar, 1798 o 1800). El arco Tourte para viola medía
alrededor de 74 centímetros, siendo 65 los centímetros de cerdas (Sadie,
2001), medidas prácticamente iguales a las actuales. De ello se deduce, junto
a la indicación «le plus bas possible», que el agarre era ya similar al actual.
En resumen, es probable que pouce se refiera a la unidad de medida
y no al pulgar, pues si se aplican estas instrucciones, la mano queda muy
similar a la actual y a una distancia del tornillo lógica para la época.
Un poco más adelante encontramos el término ligne, que, al igual que
pouce, puede hacer referencia a una unidad de medida: «les quatre doigts
sur la Baguette à trois ou quatre ligne les uns des autres». Esta medida se
define en el TLFi como «ancienne mesure de longueur, douzième partie du
pouce» y realmente tiene sentido utilizarla por ser una subdivisión de pouce.
Dada su pequeña longitud, es lógico que se refiera a la separación entre el
resto de dedos de la mano derecha, que se apoyan sobre la vara.

3. TEXTO TERCERO: EL MÉTODO DE MICHEL WOLDEMAR


Bautizado en 1750 y fallecido en 1815, Woldemar es conocido por sus
facetas de violinista y compositor. Alumno de Antonio Lolli y de Niccolò
Mestrino en París, actuó como concertista en Francia y España, fue
compositor y acabó su vida dando clases de piano y arpa acompañantes, así
como clases a los niños de la escolanía de la catedral de París. Publicó
numerosas obras para cuerdas, como el método que nos ocupa, Méthode
d’alto contenant les premiers éléments de la musique, les positions doigtées
et les coups d’archet anciens et modernes, si bien no tuvo demasiada
popularidad. Tampoco la tuvieron las obras para un instrumento de cinco
cuerdas que mezclaba la viola y el violín. Se considera que para su obra se

7
El arco barroco (que además era convexo y no cóncavo) se sujetaba mucho más hacia el centro
y no con la mano tan al extremo como en la actualidad.

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La traducción de fuentes teóricas musicales… 86

necesita una técnica avanzada y, en concreto, sus estudios se consideran el


anticipo de los de Sevčík (Sadie, 2001).
3.1. Características generales del texto
Llama la atención, como característica principal, el diseño que tiene la
edición. En la primera página, encontramos la mayor parte del texto, rodeado
por los ejemplos musicales, y, en el centro, un gran círculo con las divisiones
de las figuras musicales. El resto del método consiste en numerosos
ejercicios de escalas y estudios con pasajes de texto bastante considerables
en cuanto a su extensión. Cabe destacar la importancia conferida a los
armónicos, para los que reserva dos páginas completas de escalas, con
ejercicios incluso de trinos en armónicos (algo extremadamente raro) y un
aria escrita íntegramente en armónicos.
También encontramos un uso un tanto peculiar de la terminología
musical. Utiliza el término échelle en vez de gamme, correcto según el TLFi,
si bien no se trata de un uso mayoritario ni en la época ni actualmente. Algo
similar sucede con los arpegios, a los que da tres nombres equivalentes
(cascade, batterie y arpégios), quizá por una cuestión estilística de evitar
repeticiones. Aparece por primera vez en los tres métodos la palabra trillo,
italianismo que hace referencia al «trino» y cuya adaptación trille desbancará
al patrimonial cadence.
El texto es, al igual que los precedentes, anterior a la reforma
ortográfica de 1835, pero solo lo intuimos por plurales de -nt en -ns, ya que
encontramos formas en -ait y no en -oit.
3.2. Problemas terminológicos y justificación de decisiones de traducción
Llegamos al análisis de los problemas terminológicos y a la justificación
de nuestras decisiones de traducción del tercer y último texto objeto de este
estudio.
3.2.1. El problema de Van-ixem y Billet
En la portada, encontramos las inscripciones «Van-ixem, direxit» y
«Billet scrip». En la página 1 del método, vuelve aparecer una inscripción
similar a la primera, esta vez completada con el nombre de nuestro autor:
«Woldemar invenit, Van-ixem sculpsit».
Lo más probable es que, tanto direxit como scrip., invenit y scuplsit,
sean pretéritos latinos: direxit, de dirigo, «enderezar, disponer, arreglar»;
scrip. puede ser scripsit, de scribo, «escribir»; invenit, de invenio, «inventar,
descubrir»; y sculpsit, de sculpo, «esculpir». Este último, al igual que direxit,

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87 Antonio José De Vicente-Yagüe Jara y Diego Nieves Molina

apunta al hecho de editar, de imprimir el libro, de elaborarlo físicamente,


frente al que lo redacta o lo idea (invenit).
Sabiendo, pues, que el autor es Woldemar (quien lo invenit), es muy
probable que Billet fuera el corrector (scripsit) y Van-ixem quien lo imprimió
(direxit, sculpsit). Sin embargo, ni Sadie (2001) ni Lainé (2002) recogen estos
nombres (Billet y Van-ixem), ni en sí mismos, ni relacionados con los editores
del método («chez Cousineau»). Sí encontramos referencia a Van-Ixem en
los fondos de la Biblioteca Nacional de Francia: aparece en las
catalogaciones como partícipe en tanto que graveur8 de diversos libros
relativos a música y a matemáticas, todos ellos de finales del siglo XVIII y
principios del XIX; la propia Biblioteca recoge muy poca información sobre él,
apenas informa de que estuvo activo a partir de 1794, aunque en Gallica ya
aparece en obras de 1788. En cuanto a Billet, no hemos encontrado ninguna
referencia, ni como editor ni como impresor.
3.2.2. El problema de cascade, arpégio y batterie
En la página 4 del texto en cuestión encontramos la expresión cascade
d’harmonie para referirse a un arpegio en armónicos (solo aparece asociada
a los armónicos); en la página 6 encontramos el término arpégios también
referido a los arpegios; de nuevo aparece cascade en la página 7, una vez
más referido a armónicos. Hay que tener en cuenta, además, que arpégio
carece de uso en el francés actual, ya que ha sido sustituido por arpège. En
cuanto a batterie, no hay demasiado problema, pues el TLFi aclara que «dans
les instruments à cordes, l’exécution des notes en arpège prend aussi le nom
de batterie» (TLFi, «arpège», A. 1).
La única diferencia musical aparente entre arpégio/batterie y cascade
es que el autor utiliza arpégio para un arpegio cuyas notas aparecen en
cualquier orden (ya sea en posición cerrada o no, ya sea con el acorde
completo o no), mientras que reserva cascade para el arpegio modélico que
presenta desplegadas las notas de un acorde en posición cerrada:

Imagen 6: Arpégio de Do mayor en estado fundamental, en posición cerrada,


pero sin respetar el orden de grave a agudo o de agudo a grave
Fuente: Lescat y Saint-Arroman (2000)

8
https://tinyurl.com/y994k6te

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La traducción de fuentes teóricas musicales… 88

Imagen 7: Cascade de un acorde de Re mayor en estado fundamental, en


posición cerrada, de grave a agudo y de agudo a grave
Fuente: Lescat y Saint-Arroman (2000)

Sin embargo, en el ejercicio que lleva como título «Les batteries et


arpégios», también aparecen arpegios del tipo cascade (aunque no son
armónicos). Además, al acudir al Dictionnaire Larousse de la Musique,
encontramos la siguiente definición para cascade:
Ornement vocal en usage au XVIIe siècle, qui consiste à aller d’une
note aiguë à une note grave (par ex., de la dominante à la tonique),
plus ou moins éloignées l’une de l’autre, en parcourant une échelle
de notes intermédiaires. En général, on ajoute les notes
immédiatement supérieures ou inférieures (par ex., la sus-
dominante et la sensible). Caccini en précise exactement l’emploi
théorique dans sa célèbre préface des Nuove Musiche (Florence,
1602) (Dictionnaire Larousse de la Musique, 2005, voz «cascade»).
El problema se hace aun mayor al consultar Sadie (2001) y ver que
refuerza la definición de Larousse: afirma que una cascade es propia de la
música vocal, va de agudo a grave y no tiene por qué ser un arpegio; es más,
afirma que suele ser una escala por grados conjuntos. No encontramos el
término cascade en Corrette (1741, 1743, 1782), ni en Cupis (ca. 1800), ni en
métodos posteriores recogidos en el compendio de Lainé (2002) como son
los de Gebauer (1808), Bruni (1814), Martinn (1823), Alday (1827), Roger
(1842) y Elwart (1844).
En resumen, hemos podido demostrar la equivalencia total de arpégio
y batterie a través del TLFi, con lo que se justifica su traducción al español
como «arpegio». En cuanto a cascade, dada la poca frecuencia del término,
nos guiaremos en su traducción por la dimensión contextual, esto es, por la
música escrita que designa; ya que esta es igualmente un arpegio,
traduciremos también cascade por «arpegio». Puesto que la traducción que
nos planteamos está orientada a los textos como fuente, creemos
conveniente añadir una aclaración entre paréntesis con el vocablo original.

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89 Antonio José De Vicente-Yagüe Jara y Diego Nieves Molina

4. EL PROBLEMA GENERAL DE LAS INDICACIONES DEL PRECIO


Al observar las portadas de los tres métodos, encontramos que
solamente el de Woldemar tiene un precio claro: 5fr, esto es, cinco francos. El
de Cupis indica que el precio son 9, pero el símbolo monetario es
irreconocible en el facsímil hasta el punto de que la reproducción de Lainé
omite dicho símbolo. En cuanto al método de Corrette, no tenemos acceso a
la portada original, sino a la reproducción que presenta Lainé en su Corpus
Pédagogique, donde aparece prix 6 tt. Es de suponer que esas dos «t» que
escribe Lainé coincidan con el símbolo de la siguiente imagen, que aparece
en otro tratado de Corrette, L’art de se perfectionner dans le violon:

Imagen 8: Precio de otro tratado de Corrette, de 1738


Fuente: Correte (1738)

Durante la Revolución Francesa, el sistema monetario también conoció


importantes cambios: en 1795 queda abolido el système royal, livre-sous-
denier tournois (Blanc, 1994) y se introduce el franco decimal como moneda
nacional, con un cambio de 1 livre tournois-1 franco. El adjetivo tournois hace
referencia a la cantidad de metal precioso que contenía cada moneda, según
los estándares de lo acuñado en Tour, que había desbancado a la antigua
livre parisis, que se guiaba por la cantidad de metal de la acuñación de París.
Corrette publica su método en 1773, cuando aún existe el sistema de
livre tournois, con lo que es muy probable que las dos «t» que presenta Lainé
no sean tal, sino una «l» tachada y una «t», por livre tournois: .
Dado que el método de Cupis es posterior a la introducción del franco,
el precio de este debería estar expresado en francos, como el de Woldemar.
Se trata de publicaciones cercanas en el tiempo y la diferencia de precio sería
lógica: la obra de Woldemar valía 5 francos frente a los 9 de Cupis, pues el
de este último es un método mucho más extenso. Sin embargo, es posible
que, a pesar de ser publicado en época de francos, el símbolo de Cupis sea
el de la livre tournois pero aún más estilizado, ya que, a fin de cuentas, el
cambio era 1-1.

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La traducción de fuentes teóricas musicales… 90

CONCLUSIONES
Al llegar a esta página, conviene recordar cuáles eran los objetivos
planteados al comienzo de nuestro estudio, si los hemos cumplido y en qué
medida, pero también cabe plantearse otros nuevos, las llamadas líneas
futuras de investigación. En nuestra introducción, nos proponíamos analizar
los problemas terminológicos encontrados en estos tres primeros textos de la
didáctica violística y exponer el proceso que hemos seguido para la
traducción de estos términos, a través de una búsqueda de definiciones
explícitas y ejemplos musicales de estos, tanto en la época actual como en la
de los textos, para llegar a una traducción de calidad, teniendo en cuenta que
con nuestra traducción no pretendemos adaptar los textos a la enseñanza
moderna de la viola, sino hacer que estas fuentes sean accesibles en español
en tanto que documentos históricos.
Tras analizar y traducir los tres textos, encontramos una serie de
aspectos dignos de mención. En primer lugar, cabe señalar que los
problemas que surgen al traducir los textos en cuestión son, en su mayoría,
de índole terminológica, ya que prácticamente no hemos encontrado
problemas de comprensión en cuanto a estructuras sintácticas, a pesar de
que los textos datan de finales del siglo XVIII y principios del XIX. Esto es
lógico si tenemos en cuenta que eran textos destinados a la enseñanza y que
debían ser, en consecuencia, claros y concisos, aunque no siempre lo
consiguen. A lo largo de nuestro trabajo, hemos expuesto una solución para
dichos problemas, justificando las decisiones traductológicas más complejas.
En segundo lugar, se pone de manifiesto la importancia del contexto,
en nuestro caso, a través de la música. En numerosas ocasiones, es el
ejemplo musical que ilustra el texto el que nos permite saber a qué se refiere
exactamente un término o a qué realidad musical alude un párrafo un tanto
oscuro; de tener el texto aislado, este sería mucho más difícil de traducir. Esto
es así hasta tal punto que podríamos plantearnos si, en este tipo de obra, el
texto complementa a la música o la música complementa al texto.
Por último, en el ámbito puramente musical, observamos que estos
métodos no son aplicables a las enseñanzas musicales actuales: la evolución
que se espera del alumno y, sobre todo, la manera de evolucionar y el tiempo
necesario que se desprenden de los estudios y ejercicios que aparecen en
los textos no son coherentes dentro de la pedagogía actual.
En cuanto a las líneas futuras de trabajo, creemos que es necesario
continuar esta labor de traducción de los métodos, tratados y otras obras
teóricas musicales anteriores al siglo XX, por la importancia que tienen como
fuentes de investigación musical. Así, sería interesante, por un lado, traducir
los métodos de violín y violonchelo de Corrette que nos han sido de gran

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91 Antonio José De Vicente-Yagüe Jara y Diego Nieves Molina

ayuda para llevar a cabo el análisis de los textos aquí estudiados, por
pertenecer a una misma época y un mismo autor; por otro lado, nos atrae la
idea de continuar con los métodos de viola y traducir los grandes textos en
lengua francesa del siglo XIX para el instrumento: Bruni y Elwart. Todo ello
nos llevará a profundizar en el estudio de las características y la terminología
de este tipo de textos especializados y su traducción.

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Hikma 19 (1) (2020), 69 - 93

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