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Charla Clinica J

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VIOLENCIA INTRAFAMILIAR.

La violencia intrafamiliar, también conocida como violencia doméstica o violencia familiar, se refiere a
cualquier tipo de abuso o agresión física, emocional, sexual, o psicológica que ocurre dentro del ámbito
familiar. Este tipo de violencia puede darse entre parejas, padres e hijos, hermanos u otros miembros de
la familia.

La violencia intrafamiliar puede manifestarse de diversas formas, como golpes, insultos, amenazas,
intimidación, control excesivo, abuso sexual, negligencia, entre otros. Es importante destacar que la
violencia intrafamiliar no solo afecta a las personas directamente involucradas, sino que también tiene
un impacto negativo en la salud física y mental de los niños y otros miembros de la familia que son
testigos de dicha violencia.

La violencia intrafamiliar es un problema grave que requiere ser abordado con sensibilidad y urgencia.
Existen recursos y servicios disponibles para ayudar a las personas que son víctimas de violencia
intrafamiliar, así como para prevenir y detener este tipo de comportamientos dañinos dentro de las
familias. La denuncia y la búsqueda de apoyo son pasos importantes para romper el ciclo de la violencia
y proteger a quienes la sufren.

la violencia se da en el contexto de una relación de poder, lo que significa que generalmente implica una
dinámica desigual en la que una persona ejerce control sobre otra. Esta relación desigual de poder
puede manifestarse de diversas maneras, como en la violencia doméstica, donde un miembro de la
familia utiliza su autoridad para ejercer control y abuso sobre otros miembros.

Las mujeres y los niños son especialmente vulnerables a la violencia intrafamiliar en Venezuela. La
violencia de género es un problema grave en el país, con altas tasas de feminicidios y violencia
doméstica. Además, los niños pueden sufrir abusos físicos, emocionales o sexuales dentro de sus propias
familias.

Para abordar la violencia intrafamiliar en Venezuela, es fundamental implementar políticas y programas


efectivos de prevención y protección. Esto incluye la promoción de la igualdad de género, el
fortalecimiento de las leyes y mecanismos de protección de los derechos humanos, la sensibilización
sobre la violencia intrafamiliar y la provisión de servicios de apoyo a las víctimas.

Es importante que la sociedad venezolana en su conjunto se involucre en la lucha contra la violencia


intrafamiliar, fomentando una cultura de respeto, igualdad y no violencia dentro de las familias y
comunidades. La prevención y el abordaje de la violencia intrafamiliar requieren un enfoque integral
que involucre a todos los sectores de la sociedad para garantizar la seguridad y el bienestar de todas las
personas.

CLASES DE VIOLENCIA INTRAFAMILIAR.

Físico (Abandono Físico, Malos Tratos Físicos)

Actos que atentan o agreden el cuerpo de la persona tales como empujones, bofetadas, golpes de puño,
golpes de pies, etc.
Psicológico: (Emocional) (Malos Tratos Psicológicos)

Actitudes que tienen por objeto causar temor, intimidar, y controlar las conductas, sentimientos y
pensamientos de la persona a quién se está agrediendo como las descalificaciones, insultos, control, etc.

Sexual: (Abuso Sexual)

Imposición de actos de carácter sexual contra la voluntad de la otra persona. Como por ejemplo
exposición a actividades sexuales no deseadas, o la manipulación a través de la sexualidad.

Económico: (Abandono / Negligencia) (Malos Tratos de tipo material o económico)

No cubrir las necesidades básicas de la persona y ejercer control a través de recursos económicos.

DERECHOS Y DEBERES SEGÚN LA LOPNNA

El artículo 28 de la Ley Orgánica para la Protección de Niños, Niñas y Adolescentes de Venezuela


establece el derecho al libre desarrollo de la personalidad de los niños y adolescentes. Este derecho
garantiza que los niños y adolescentes puedan desarrollar su personalidad de manera plena y libre, sin
más limitaciones que las establecidas en la ley.

Este artículo reconoce la importancia de respetar la individualidad, autonomía y dignidad de los niños y
adolescentes, permitiéndoles explorar sus intereses, habilidades y potencialidades de acuerdo con sus
propias características y circunstancias. Al mismo tiempo, establece que existen límites legales que
deben ser respetados en el ejercicio de este derecho, con el fin de proteger el bienestar y los derechos
de los niños y adolescentes.

El derecho al libre desarrollo de la personalidad de los niños y adolescentes es fundamental para su


desarrollo integral y su bienestar emocional, social y psicológico. Al garantizar este derecho, se
promueve el respeto a su autonomía, su capacidad de tomar decisiones informadas y su participación
activa en la sociedad.

En el contexto de la protección de la infancia y la adolescencia, el artículo 28 destaca la importancia de


crear un entorno seguro, respetuoso y propicio para que los niños y adolescentes puedan crecer,
aprender y desarrollarse de manera integral, contribuyendo así a la construcción de una sociedad más
justa, inclusiva y equitativa.

El artículo 30 de la Ley Orgánica para la Protección de Niños, Niñas y Adolescentes de Venezuela


establece el derecho de todos los niños y adolescentes a un nivel de vida adecuado que garantice su
desarrollo integral. Este derecho abarca aspectos fundamentales como la alimentación nutritiva y
balanceada, el vestido apropiado, y una vivienda digna, segura, higiénica y salubre con acceso a servicios
públicos esenciales.

El artículo también establece que los padres, representantes o responsables tienen la obligación
principal de garantizar, dentro de sus posibilidades y medios económicos, el disfrute pleno y efectivo de
este derecho. Asimismo, el Estado debe asegurar condiciones que permitan a los padres cumplir con
esta responsabilidad a través de políticas públicas que incluyan asistencia material y programas de
apoyo directo a los niños, adolescentes y sus familias.
Además, se destaca que las políticas del Estado para asegurar el disfrute del derecho a un nivel de vida
adecuado deben respetar los límites y contenido establecidos en la ley. Por último, se establece que
ningún niño o adolescente que esté disfrutando de este derecho puede ser privado ilegal o
arbitrariamente del mismo.

En resumen, el artículo 30 enfatiza la importancia de garantizar condiciones básicas para el bienestar y


desarrollo integral de los niños y adolescentes, reconociendo tanto la responsabilidad de los padres
como la obligación del Estado de proteger y promover este derecho fundamental.

El artículo 32 de la Ley Orgánica para la Protección de Niños, Niñas y Adolescentes de Venezuela


establece el derecho de todos los niños y adolescentes a la integridad personal, que abarca su integridad
física, psíquica y moral. Este derecho implica que los niños y adolescentes no pueden ser sometidos a
torturas ni a otros tratos crueles, inhumanos o degradantes.

El Parágrafo Primero del artículo enfatiza la prohibición de someter a los niños y adolescentes a
cualquier forma de tortura o trato inhumano, destacando la importancia de respetar su dignidad y
bienestar.

El Parágrafo Segundo establece que tanto el Estado, la familia como la sociedad tienen la
responsabilidad de proteger a todos los niños y adolescentes contra cualquier forma de explotación,
maltrato, tortura, abuso o negligencia que afecte su integridad personal. Asimismo, el Estado debe
garantizar programas gratuitos de asistencia y atención integral a aquellos niños y adolescentes que
hayan sufrido lesiones en su integridad personal, con el fin de brindarles el apoyo necesario para su
recuperación física, psicológica y emocional.

En resumen, el artículo 32 destaca la importancia de proteger la integridad personal de los niños y


adolescentes, prohibiendo cualquier forma de maltrato o abuso y estableciendo medidas para garantizar
su bienestar integral en caso de sufrir algún tipo de lesión en su integridad.

El artículo 33 de la Ley Orgánica para la Protección de Niños, Niñas y Adolescentes de Venezuela


establece el derecho de todos los niños y adolescentes a ser protegidos contra cualquier forma de abuso
y explotación sexual. Este derecho reconoce la importancia de garantizar un ambiente seguro y
protegido para los niños y adolescentes, donde se respete su integridad física, psíquica y moral.

El artículo enfatiza que el Estado tiene la responsabilidad de garantizar programas permanentes y


gratuitos de asistencia y atención integral a los niños y adolescentes que hayan sido víctimas de abuso o
explotación sexual. Estos programas deben ofrecer apoyo psicológico, médico, legal y social a las
víctimas, con el objetivo de brindarles el acompañamiento necesario para su recuperación y protección.
En resumen, el artículo 33 destaca la importancia de proteger a los niños y adolescentes contra el abuso
y explotación sexual, así como la obligación del Estado de proporcionarles los servicios necesarios para
su atención integral en caso de ser víctimas de estos delitos.

El artículo 37 de la Ley Orgánica para la Protección de Niños, Niñas y Adolescentes de Venezuela


establece el derecho a la libertad personal de todos los niños y adolescentes, con los límites establecidos
por la ley. Esto significa que los niños y adolescentes no pueden ser privados de su libertad de manera
ilegal o arbitraria.

El Parágrafo Primero del artículo señala que la retención o privación de la libertad personal de los niños
y adolescentes debe realizarse de acuerdo con la ley, aplicándose como medida de último recurso y por
el menor tiempo posible. Esto implica que cualquier decisión que implique privar a un niño o
adolescente de su libertad debe ser tomada de manera justificada y respetando sus derechos.

El Parágrafo Segundo destaca que todos los niños y adolescentes tienen derecho al control judicial en
caso de privación de su libertad personal, así como al amparo de su libertad personal, de acuerdo con lo
establecido en la ley. Esto garantiza que se respeten los derechos de los niños y adolescentes en
situaciones donde se vean afectados por medidas que impliquen la privación de su libertad.

El artículo 38 de la Ley Orgánica para la Protección de Niños, Niñas y Adolescentes de Venezuela


establece la prohibición de esclavitud, servidumbre y trabajo forzoso para todos los niños y adolescentes
en el país.

Esta disposición garantiza que ningún niño o adolescente pueda ser sometido a cualquier forma de
esclavitud, servidumbre o trabajo forzoso. La finalidad de esta norma es proteger los derechos
fundamentales de los niños y adolescentes, asegurando que no sean explotados ni obligados a realizar
trabajos que pongan en riesgo su integridad física, psicológica o moral.

La prohibición de la esclavitud, servidumbre y trabajo forzoso para los niños y adolescentes es un


principio fundamental en la protección de sus derechos humanos, y está en consonancia con los
tratados internacionales y la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, que establecen la
protección integral de los niños y adolescentes como prioridad del Estado.

El artículo 53 de la Ley Orgánica para la Protección de Niños, Niñas y Adolescentes de Venezuela


establece el derecho a la educación de todos los niños y adolescentes. De acuerdo con este artículo, los
niños y adolescentes tienen derecho a ser inscritos y recibir educación en una escuela, plantel o instituto
oficial, de carácter gratuito y cercano a su residencia.

El Estado tiene la obligación de crear y sostener escuelas, planteles e institutos oficiales de educación,
de carácter gratuito, que cuenten con los espacios físicos, instalaciones y recursos pedagógicos
necesarios para brindar una educación integral de alta calidad. Asimismo, el Estado debe garantizar un
presupuesto suficiente para cumplir con esta obligación.

Además, se establece que la educación impartida en las escuelas, planteles e institutos oficiales debe ser
gratuita en todos los ciclos, niveles y modalidades, de acuerdo con lo establecido en el ordenamiento
jurídico vigente. Esto significa que los niños y adolescentes tienen derecho a recibir educación gratuita
en todas las etapas de su formación académica, sin importar su nivel socioeconómico.

El artículo 80 de la Ley Orgánica para la Protección de Niños, Niñas y Adolescentes de Venezuela


establece el derecho a opinar y ser oído de todos los niños y adolescentes. En este sentido, se reconoce
que los niños y adolescentes tienen derecho a expresar libremente su opinión en los asuntos en los que
tengan interés, y que sus opiniones deben ser tomadas en cuenta en función de su desarrollo.

Este derecho se extiende a diversos ámbitos en los que se desenvuelven los niños y adolescentes, como
el ámbito estatal, familiar, comunitario, social, escolar, científico, cultural, deportivo y recreacional. Se
garantiza que los niños y adolescentes puedan ejercer personalmente este derecho, especialmente en
procedimientos administrativos o judiciales que puedan afectar sus derechos, garantías e intereses.

En caso de que el ejercicio personal de este derecho no sea conveniente para el interés superior del niño
o adolescente, se permite que sus padres, representantes o responsables lo ejerzan en su nombre,
siempre y cuando no tengan intereses contrapuestos a los del niño o adolescente. Además, se establece
que la opinión del niño o adolescente solo será vinculante cuando la ley así lo disponga.

Es importante destacar que nadie puede obligar a los niños y adolescentes a expresar su opinión,
especialmente en procedimientos administrativos y judiciales. Se busca proteger el derecho de los niños
y adolescentes a ser escuchados y tomados en cuenta en decisiones que les afecten, respetando
siempre su interés superior.

El artículo 87 de la Ley Orgánica para la Protección de Niños, Niñas y Adolescentes de Venezuela


establece el derecho a la justicia de todos los niños y adolescentes. Según este artículo, todos los niños y
adolescentes tienen el derecho de acudir ante un tribunal competente, independiente e imparcial para
la defensa de sus derechos e intereses. Además, se establece que los adolescentes tienen plena
capacidad de ejercer directa y personalmente este derecho.
Para garantizar el ejercicio de este derecho, el Estado se compromete a proporcionar asistencia y
representación jurídica gratuita a los niños y adolescentes que carezcan de medios económicos
suficientes. De esta manera, se busca asegurar que todos los niños y adolescentes tengan acceso a la
justicia y puedan defender sus derechos de manera efectiva, independientemente de su situación
económica.

Este artículo reconoce la importancia de que los niños y adolescentes puedan acceder a la justicia y
recibir el apoyo necesario para hacer valer sus derechos en cualquier situación en la que se vean
involucrados. La asistencia y representación jurídica gratuita garantizada por el Estado contribuye a
promover la protección integral de los derechos de los niños y adolescentes en el ámbito judicial.

El artículo 91 de la Ley Orgánica para la Protección de Niños, Niñas y Adolescentes de Venezuela


establece el deber y derecho de todas las personas de denunciar ante las autoridades competentes los
casos de amenazas o violaciones a los derechos o garantías de los niños y adolescentes. Además,
especifica que los trabajadores de los servicios y centros de salud, educativos, entidades de atención y
Defensorías del Niño y del Adolescente tienen la obligación de denunciar los casos de amenazas o
violaciones de derechos de los niños y adolescentes de los que tengan conocimiento mientras prestan
sus servicios.

Antes de proceder a la denuncia, estas personas deben comunicar toda la información que tengan sobre
el caso a los padres, representantes o responsables legales del niño o adolescente, a menos que sean
ellos quienes estén amenazando o violando los derechos a la vida, integridad y salud del niño o
adolescente. En esos casos, los padres deben ser informados en un plazo de cuarenta y ocho horas
después de realizada la denuncia.

Esta disposición busca garantizar que se protejan los derechos de los niños y adolescentes y se tomen
las medidas necesarias para prevenir situaciones de amenaza o violación de sus derechos. Establece un
marco legal claro que promueve la denuncia de situaciones que pongan en riesgo la integridad y
bienestar de los niños y adolescentes, así como la colaboración entre diferentes actores para garantizar
su protección.

El artículo 93 de la Ley Orgánica para la Protección de Niños, Niñas y Adolescentes de Venezuela


establece los deberes que tienen todos los niños y adolescentes. Estos deberes son los siguientes:

a) Honrar a la patria y sus símbolos.

b) Respetar, cumplir y obedecer todas las disposiciones del ordenamiento jurídico y las órdenes
legítimas que dicten los órganos del poder público dentro de sus atribuciones.

c) Respetar los derechos y garantías de las demás personas.


d) Honrar, respetar y obedecer a sus padres, representantes o responsables, siempre y cuando las
órdenes no violen sus propios derechos y garantías o contravengan el ordenamiento jurídico.

e) Ejercer y defender activamente sus derechos.

f) Cumplir con sus obligaciones en materia de educación.

g) Respetar la diversidad de conciencia, pensamiento, religión y culturas.

h) Conservar el medio ambiente.

i) Cualquier otro deber que sea establecido en la Ley.

Estos deberes buscan promover el respeto, la responsabilidad, la participación activa en la sociedad, la


preservación del medio ambiente y el cumplimiento de las obligaciones educativas por parte de los
niños y adolescentes. Además, fomentan la convivencia armónica, el respeto a los demás y la defensa de
los propios derechos y los de los demás

El artículo 169 de la Ley Orgánica para la Protección de Niños, Niñas y Adolescentes de Venezuela
establece la obligación de que el Ministerio Público cuente con fiscales especializados para la protección
del niño y del adolescente. Esta disposición busca garantizar que exista personal capacitado y
especializado en temas relacionados con la protección de los derechos de los niños y adolescentes, con
el fin de asegurar una adecuada atención y protección a esta población vulnerable.

Los fiscales especializados en la protección del niño y del adolescente tienen la responsabilidad de velar
por el cumplimiento de los derechos de esta población, investigar y perseguir los delitos que afecten a
niños y adolescentes, así como brindar apoyo y asesoramiento en casos que involucren a menores de
edad. Su labor es fundamental para garantizar la protección integral de los derechos de los niños y
adolescentes, y para asegurar que se respeten sus derechos en todos los ámbitos de su vida.

El artículo 170 de la Ley Orgánica para la Protección de Niños, Niñas y Adolescentes de Venezuela
establece las atribuciones del Fiscal del Ministerio Público para la protección del niño y del adolescente.
Estas atribuciones son las siguientes:

a) Intentar acciones para hacer efectiva la responsabilidad civil o administrativa de personas o


instituciones que violen o amenacen los derechos de niños y adolescentes.

b) Intentar acciones para hacer efectiva la responsabilidad penal de personas que cometan delitos
contra niños y adolescentes.

c) Defender el interés del niño y del adolescente en procedimientos judiciales o administrativos.

d) Interponer la acción de privación de patria potestad, ya sea de oficio o a solicitud del hijo mayor de
doce años, de ascendientes y otros parientes hasta el cuarto grado en cualquier línea, de la persona que
ejerza la guarda y del Consejo de Protección.
e) Inspeccionar entidades de atención, Defensorías del Niño y del Adolescente e instar al Consejo
Municipal de Derechos a imponer las medidas correspondientes.

f) Promover la conciliación en interés del niño y del adolescente.

g) Cumplir con las demás atribuciones que le señale la ley, sin excluir aquellas compatibles con su
finalidad.

Estas atribuciones buscan garantizar la protección integral de los derechos de los niños y adolescentes,
así como asegurar que se cumplan las normativas establecidas para su protección y bienestar.

JUSTICIA PAZ ESCOLAR

En Venezuela, la Justicia de Paz Escolar es un mecanismo de resolución de conflictos que se implementa


en las instituciones educativas con el objetivo de promover la convivencia pacífica, prevenir la violencia
y fomentar el respeto a los derechos de los niños, niñas y adolescentes. Este sistema se encuentra
regulado en la Ley Orgánica de Protección de Niños, Niñas y Adolescentes (LOPNNA) y busca involucrar a
toda la comunidad educativa en la resolución de conflictos de manera participativa y democrática.

La Justicia de Paz Escolar se basa en principios como la igualdad, la no discriminación, la participación, la


corresponsabilidad, la solidaridad y el respeto mutuo. A través de este mecanismo, se promueve la
mediación y el diálogo como herramientas para resolver los conflictos de manera pacífica, evitando así
el recurso a la violencia.

En el marco de la Justicia de Paz Escolar, se establecen instancias como los Consejos de Protección del
Niño, Niña y Adolescente, los Comités de Convivencia Escolar y los Tribunales de Protección de Niños,
Niñas y Adolescentes, los cuales tienen como finalidad garantizar el cumplimiento de los derechos de los
estudiantes y promover un ambiente escolar seguro y respetuoso.

La implementación de la Justicia de Paz Escolar en Venezuela es fundamental para fortalecer la cultura


de paz en las instituciones educativas y contribuir al desarrollo integral de los niños, niñas y
adolescentes.

EJEMPLO: Un ejemplo de la aplicación de la Justicia de Paz Escolar en Venezuela podría ser el caso de un
conflicto entre dos estudiantes en una escuela. Uno de los estudiantes acusa al otro de haberle robado
su material escolar, lo que genera tensiones y malestar en el ambiente escolar.

En este caso, el personal docente y los responsables de la Justicia de Paz Escolar intervendrían para
facilitar un proceso de mediación entre los dos estudiantes involucrados. Se convocaría a una reunión en
la que se les permitiría expresar sus puntos de vista y emociones, con el objetivo de llegar a un acuerdo
mutuo y reparar el daño causado.

Durante la mediación, se promovería el diálogo respetuoso, la escucha activa y la búsqueda de


soluciones pacíficas. Se buscaría identificar las causas subyacentes del conflicto y trabajar en conjunto
para encontrar una solución que satisfaga a ambas partes.

Una vez alcanzado un acuerdo, se establecerían medidas preventivas para evitar futuros conflictos
similares y se brindaría seguimiento para garantizar que el acuerdo se cumpla. De esta manera, se
fomentaría la resolución pacífica de conflictos y se fortalecería la convivencia pacífica en la comunidad
escolar.

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