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Leyendas Del Crespin Unico

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Crespín: el ave del canto triste

Su vuelo es lento, y el plumaje le permite “camuflarse” de la mirada de los curiosos. Su canto


particular se puede escuchar tanto de día como de noche.

La leyenda

La leyenda del Crespín es una de las más conocidas. Además, y en su


honor, esta ave tiene escritas letras del folclore para chacareras, valses y
chamamés.

La historia de su origen y de su triste su canto, la cuentan en Chaco,


Santa Fe y Santiago del Estero, pero también en Catamarca.

Había una vez un matrimonio. Él se llamaba Crespín y era un hombre


muy responsable que se dedicaba a la siembra, probablemente al cultivo
del maíz. A su esposa, que también era trabajadora, le costaba la
responsabilidad y tenía cierto gusto por las fiestas y el baile.

Un día, el hombre tuvo fiebre, pero de igual manera trabajó porque


estaba en temporada de siega. Así pasaron los días y su salud iba
desmejorando. Una tarde, cuando llegó a su casa, le pidió a su esposa
que fuera al pueblo a comprarle medicamentos.

La mujer fue inmediatamente, caminó varias horas hasta llegar al lugar,y


compró el remedio. Pero, cuando iniciaba el regreso, se encontró con
que estaban preparando una fiesta para todos en el pueblo. Se quedó,
ayudó con los preparativos y comenzó a bailar olvidándose de todo.

Así, pasaron tres días. Un vecino fue a buscarla y le dijo que su marido
estaba agonizando. Ella no lo escuchó y le dijo que ya habría tiempo
para las tristezas. Cuando el festejo concluyó, tomó los medicamentos y
regresó a su casa.

Su esposo había muerto dos días antes y los vecinos lo habían


enterrado. Ella no supo y comenzó a llamarlo -“Crespín, Crespín”,
gritaba adentro de la casa. Al no tener respuesta salió al campo y siguió
llamándolo mientras caminaba por el maizal -“Crespín, Crespín”.

Agotada y sin saber dónde podía estar su marido, le pidió a Dios que le
de alas para poder elevarse y tener un mejor panorama para buscarlo.

Fue convertida en ave y desde entonces llama a su esposo de día y de


noche, con una voz triste, casi un lamento, esperando encontrarlo.

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