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2.3. Ética y Profesíon

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2.3. ÉTICA Y PROFESIÓN.

Si partimos del hecho de que el ser humano manifiesta en toda acción que realiza además de sus conocimientos,
habilidades prácticas, etc., sus valores, la realización de una actividad profesional no se encuentra ajena a esta
manifestación.

El profesionista al ejercer su profesión además de contar con los conocimientos necesarios de su campo, debe contar
con valores morales que tendrán como finalidad fundamental buscar y tratar de garantizar el bien común. Para ello,
deberá poner en juego no solo su inteligencia sino su voluntad. Deberá comprender que su responsabilidad en la
consecución del bien común es mucho mayor que la del ciudadano común y corriente, ya que cuenta con el conocimiento
que ha recibido a través de su formación y que lo compromete, ya que es el depositario de la confianza de la sociedad.
Esta espera del profesionista no solo los servicios para los cuales lo formo, sino que se convierta en la vanguardia de la
cultura, espera un compromiso de carácter moral. Así pues, vemos que el nivel de influencia del profesionista alcanza en
este sentido el plano de lo ideológico.

De lo anterior se desprende que el profesionista debe tener una capacidad moral que es su valor como persona, lo cual
da dignidad, seriedad y nobleza a su trabajo.

La capacidad moral es la trascendentalita del profesionista; esto es, su aptitud para abarcar y traspasar su esfera
profesional en un horizonte mucho más amplio, que le hace valer como persona fuera y dentro de su trabajo. Es decir, el
profesionista, además debe formarse en sentido ético: desarrollar aquellos valores que le permitan ejercer su profesión
dignamente para llegar a ser persona íntegra.

¿Cuáles son estos valores? Reflexionar sobre la moral del quehacer profesional lleva a hablar de la ética profesional.
.
¿Qué es la ética profesional?

Podemos entender cono ética profesional el estudio de los valores inherente al ejercicio de una profesión y que
emanan de las relaciones que se establecen entre el profesionista y la sociedad.

Cuando pensamos en nuestra vida profesional surgen con frecuencia algunas preguntas que nos hacen reflexionar, tales
como:
-. ¿De qué manera se tiene éxito profesional?
. ¿Cómo se logra el éxito económico y social?
. ¿De qué manera podemos conjugar los éxitos personales sin comprometer la conciencia y dignidad humanas?
. ¿Qué valores rigen mis acciones?

Las respuestas han llevado al hombre a reflexionar sobre los derechos y obligaciones derivadas del ejercicio de la
profesión.

Antes de entrar de lleno en el análisis de los derechos y deberes que supone el ejercicio de las profesiones, valdría la
pena puntualizar la relevancia que tiene el estudio de la ética profesional para una mayor comprensión de ellos. Dicha
relevancia podemos considerarla en dos sentidos:

En el orden especulativo, donde se trata de analizar los principios fundamentales de la moral individual y social,
poniéndolos de relieve en el estudio de los deberes profesionales.

Se busca definir con claridad la naturaleza de la profesión y las diferentes relaciones que se dan entre quienes las
ejercen y los que son influidos por este ejercicio.

En el orden práctico el estudio de la ética profesional estriba en que se deben conocer las conveniencias y
consecuencias que rigen las relaciones entre profesionistas y los que reciben directa o indirectamente sus servicios. En
relación con el primer aspecto, baste recordar los planteamientos que hicimos al principio de la unidad en relación con la
competencia humanística que entran a una profesión; es decir, la importancia de reconocer al profesionista como una
persona que busca el bien común, lo cual hace realidad a partir de observar los valores éticos fundamentales del
hombre.

El profesionista debe tener una fundamentación ética de sus actos. Debe reconocer aquellos que en sí mismos son
reprobables, que atenían contra la dignidad humana y que no existe justificante alguna para su realización, que lo alejan
de la búsqueda del bien común.
Podríamos preguntarnos que pasaría si un "profesionista" de cualquier especialidad se quisiera sustraer a horarios y
contratos o no tomara en cuenta las necesidades de su comunidad. Lo más seguro es que la sociedad sufriría perjuicios
irreparables, que repercutirían en el mejor de los casos en pérdidas económicas o materiales; pero en ocasiones
sabemos por la prensa de edificios que se han derrumbado por uso de materiales de baja calidad, en aras de buscar una
economía mal entendida, y que ha costado vidas humanas, o bien, cuando se difunden noticias que pueden causar
pánico en la población, etc. Casos como estos nos recuerdan que actos que se realizan sin ética profesional pueden
repercutir en pérdidas humanas.

Deontología
El termino deontología se atribuye a Jeremías Bentham (1832), quien entendía un saber que ensena al hombre la
manera de dirigir sus emociones de modo que queden subordinadas en cuanto es posible a su propio bienestar.

La deontología entraña una serie de virtudes y actitudes que los profesionistas deben poseer y aplicar para hacer posible
la moralización de la comunidad. Entre las virtudes que conforman un ejercicio ético de la profesión se encuentran la
justicia, la caridad, la virtud intelectual y la dignidad personal. En su tránsito por la vida se espera que el profesionista
busque el desarrollo de estas virtudes que le van a conferir su realización como persona. En el desarrollo de ellas
confluyen la familia, la escuela y la comunidad en general. Sin embargo, tener conciencia de ellas no es necesariamente
un hecho que suele ocurrir, por lo cual se debe reflexionar en estas y buscar su desarrollo. En ocasiones se hace
referencia a la ética profesional solo como una serie de Principios o códigos de acuerdo con los cuales debe vivir y
realizarse el individuo; De lo anterior, se desprende la necesidad de otorgar un significado más amplio al termino
competencia en el sentido de no solo hacer énfasis en el aspecto intelectual en cuanto a conocimiento científico, sino que
debe significar una colaboración dinámica y permanente de toda la persona, en todas sus dimensiones: física, intelectual,
emocional y moral, con una tendencia hacia el bien común.

En este sentido hablamos del profesionista como una persona íntegra; es decir, "hay una unidad sustancial de la persona
del profesionista, existiendo una interdependencia entre los diferentes tipos de competencia, cuya integración conjuga al
hombre en su triple capacidad de ser y de dar".

Búsqueda del bien común


Cuando hacemos referencia al bien común nos referimos a que en el ejercicio profesional se busca el bienestar individual
y colectivo del hombre. Basta mencionar que el surgimiento de las profesiones surge-de las necesidades humanas en
aspectos específicos de su vida individual y colectiva; por lo tanto, la relación entre profesión y sociedad nos lleva a
reconocer el fuerte vínculo que existe entre ellas.

Una profesión que no responda a las necesidades sociales no tiene razón de existir; su existencia —por así decirlo—
está determinada socialmente. Toda profesión tiene por fin una prestación de servicios (médicos, legales...) o una
producción de bienes (construcción de casas, alimentos, etc.) y ambos fines se conjugan en un momento determinado.
Son bienes y servicios concretos específicos de cada profesión. La demanda individual o social les confiere su valor
social, en el sentido de que el profesionista debe ser sensible a reconocer estas demandas y buscar satisfacerlas de la
forma más adecuada y eficiente.

Cuando se habla del sentido social de las profesiones, nos referimos a la responsabilidad que como profesionales
tenemos, más que a una visión meramente altruista; es decir, debemos preguntarnos qué beneficios o valor tiene para la
sociedad nuestro trabajo. En este sentido cobra un doble significado la función profesional: por un lado el referente a la
finalidad particular de nuestra profesión; el otro, en cuanto al valor que tiene nuestro hacer profesional y su repercusión
sobre el individuo y la sociedad, ya que es el individuo y la sociedad en general los que reciben el producto del trabajo
Profesional.

La sociedad espera y exige algo más. que bienes y servicios. Por ejemplo, cuando acude a los servicios de un médico, el
enfermo espera no solo que diagnostique (reconozca el problema) y designe el tratamiento adecuado, sino que espera
en primer, instancia que lo reconozca como persona y lo trate como tal.

Lo mismo podemos decir del ingeniero que construye casas: si no las construye pensando en las necesidades del
usuario, poco o nada aportara a la sociedad. En el caso de la arquitectura, si un espacio al aire libre no contempla las
necesidades y la cultura del que lo va a usar, podrá tener un bello diseño arquitectónico pero quizá no se use y, por
tanto, se puede decir que fracaso. Una función importante de las profesiones es que se pueden considerar como el
medio a través del cual la sociedad puede lograr ser cada vez mejor en beneficio del mismo hombre. En otras palabras,
la profesión puede dotar a la sociedad de su dimensión de perfectibilidad.

Un aspecto que podríamos remarcar y del cual, quizá, ni siquiera estamos conscientes es la función de las profesiones
en la convivencia humana; por ejemplo, los profesionistas pueden actuar como facilitadores en el sentido de que lo que
hacen es el punto de convergencia de diversos grupos sociales; esto es lo que hacen para otros facilita la unión entre los
miembros de una sociedad.

En este aspecto, el profesionista no puede eludir su alta responsabilidad y compromiso social en la mejora de las
relaciones humanas y de los diversos aspectos de la sociedad en general.

En algunas ocasiones se ha definido al profesionista como la persona que posee un conjunto de conocimientos
especializados y que al ponerlos al servicio de otros obtiene una remuneración económica. En esta forma de entender la
actividad profesional se hace énfasis en el beneficio económico de la persona que ha recibido la formación científica
especializada y que por lo mismo, está capacitada para realizar una forma de trabajo específico; sin embargo, lo
económico se condiciona y justifica por lo social.

Es conveniente enfatizar que el profesionista será reconocido y remunerado por su trabajo según ejerza sus funciones
con eficiencia (resuelva en forma satisfactoria la necesidad planteada individual o colectivamente). Por ejemplo, cuando
se buscan los servicios de un abogado, un médico o cualquier otro tipo de profesionista, nos encontramos comentarios
como "puedes acudir a X, pero cobra muy caro... Claro que te lo recomiendo". Es decir, la sociedad asigna un
reconocimiento económico al ejercicio profesional eficiente.

En síntesis, el sentido social de la profesión tiene que ver con el vinculo que se establece entre la sociedad y el
profesionista, en donde la primera determina las necesidades que el segundo debe satisfacer y este desarrolla
habilidades/destrezas y actitudes que satisfagan a la sociedad. La comunidad confia en que el profesionista sera capaz
de resolver sus problemas; ya que cuenta con el saber especializado para hacerlo.

Entre la sociedad y el profesionista se establece un doble vínculo, donde la primera exige y espera la resolución
de sus problemas y el segundo contrae el compromiso de hacerlo de forma competente.

En este doble vinculo es donde la ética de las profesiones cobra sentido, lo cual será el tema del siguiente apartado.

Actividad
Reflexione y conteste:

1. Explique el doble vínculo que se establece entre la sociedad y la profesión.


2. Analice con sus compañeros por que se debe tener al hombre como fin último de toda actividad profesional.
3. Explique. como el profesionista puede ser el punto de unión de la comunidad?
4. Identifique. con cuales otro profesionista tendrá contacto profesional?
5. Analice con sus compañeros el papel de la remuneración económica en el ejercicio de su profesión.

Por ejemplo, las normas que rigen la conducta profesional del médico, ingeniero, etc., las cuales establecen el tipo de
relación entre el profesionista y la sociedad. Sin embargo, aun cuando en cada profesión las normas ayuden-a
regular las relaciones entre los demás miembros de esa especialidad, la ética profesional no se limita a la elaboración de
códigos.

Así, el análisis de los deberes que tiene un profesionista nos obliga a un estudio serio y sistemático de las actividades
peculiares de cada profesión. Al hacer este análisis nos encontramos con deberes generales y específicos impuestos por
la conciencia; o sea, los deberes vocacionales.

Así podemos decir que el profesionista adquiere el derecho —deber para el ejercicio de la profesión—. El derecho se
traduce en libertad para la elección de la profesión y su ejercicio; nos referimos a la libertad de trabajo.

Este aspecto es de suma importancia, ya que cuando se elige una carrera se hace libremente. La persona se guia en la
mayoría de los casos obedeciendo a una vocación, de acuerdo con sus cualidades y circunstancias. En algunos casos se
busca una asesoría para tomar la decisión, pero en esencia la persona se guía más por sus intereses y motivaciones.
Esta situación le otorga a la profesión una característica que es la de ser concebida como una actividad independiente
desde el momento de su elección.

El papel de la vocación es fundamental, ya que constituye el elemento básico que de alguna forma determina la
disposición que tiene el sujeto hacia la profesión y que va a influir en su desempeño profesional, ya que la elección de
una carrera que no tome en cuenta las cualidades y preferencias de las" personas lleva al fracaso la mayoría de las
veces.
Se sabe que la restricción del derecho para elegir la carrera va seguido de fracaso escolar, traducido en problemas de
reprobación y/o deserción escolar.

Cuando el estudiante en estas circunstancias llega a término de los estudios correspondientes, en ocasiones acaba
ubicándose en trabajos que no corresponden a la carrera estudiada, o bien, su desempeño profesional es deficiente.

Así, el primer derecho que tenemos en cuanto a la profesión es la libertad de elegirla obedeciendo a nuestras
necesidades, motivaciones, expectativas, etcétera.

Cuando una persona no ejerce este derecho, no puede garantizar su éxito profesional. Su autorrealización se verá
limitada, lo cual puede reflejarse de diferentes formas, desde ausentismo laboral, irresponsabilidad hasta trabajos mal
elaborados, aspectos que afectaran a la fuente laboral o al usuario de sus servicios. Cuando esto ocurre y dado que todo
acto humano tiene un efecto en su sociedad como en el mismo, según vimos en la unidad anterior, por lo general cursa
con una baja autoestima proveniente de un auto concepto pobre.

Otro derecho que tiene el profesionista es el referido al aspecto económico. Todo profesionista es retribuido
económicamente por la realización de sus funciones o ejercicio de su profesión. Cada contrato o estipulación de
honorarios es considerado por la legislación como un contrato de trabajo, de acuerdo con el criterio de la profesión para
cuyo ejercicio el Estado exige un título legítimamente adquirido, reconocido y registrado por la autoridad competente.

En muchas ocasiones existe la creencia de que el trabajo profesional es el que tiene más alta remuneración económica,
y que este-valor económico es signo de éxito profesional, lo cual es bastante discutible, ya que como lo mencionamos
anteriormente, el profesionista no puede concretarse a esta perspectiva como indicador de su éxito.

El profesionista, en resumen, esta capacitado para elegir con libertad y en función de su vocación la disciplina de que va
a vivir y por tanto la forma de ejercerla.

Actividad

Reflexione y conteste:

1. Defina. que es la deontología?


2. Analice con tus compañeros la importancia que tiene estudiar la ética profesional.
3. Analice el papel de la vocación en la elección y desempeño de una carrera profesional.

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