Thompson - La Economía Moral de La Multitud...
Thompson - La Economía Moral de La Multitud...
Thompson - La Economía Moral de La Multitud...
Thompson
- Es posible detectar en casi toda la acción de masas del s. XVIII alguna noción legitimante es decir que
los hombres y mujeres que constituían la chusma creían estar defendiendo derechos o costumbres
tradicionales y, en general, que estaban apoyados por el amplio consenso de la comunidad.
- Es cierto que los motines de subsistencia eran provocados por precios que subían vertiginosamente, por
prácticas incorrectas de los comerciantes, o por hambre.
- Estos agravios operaban dentro de un consenso popular en cuanto a qué prácticas eran legítimas y cuáles
ilegítimas en la comercialización, en la elaboración del pan, etc.
- Esto a la vez estaba basado en una idea tradicional de las normas y obligaciones sociales, de las
funciones económicas propias de los distintos sectores dentro de la comunidad que, tomadas en conjunto
puede decirse que constituían “una economía moral de los pobres”.
- Las fortunas de las clases capitalistas más fuertes descansaban en último término, sobre la venta de
cereales, carne, lana. Los dos primeros artículos debían ser vendidos con la poca intervención de los
intermediarios a las millones de personas que componían la legión de consumidores.
- De aquí que las fricciones del mercado nos lleven a una zona crucial de la vida nacional.
- Era productivo para los panaderos y molineros vender pan blanco o harinas finas, pues el beneficio que
podía obtenerse de estas ventas era en general mayor. Además, al pan negro se lo miraba con
desconfianza ya que podía tener materias tóxicas (por su baratura y las regulaciones para mantener este
pan bien barato).
- Los pocos trabajadores que habían probado pan hecho de mezclas se encontraron débiles, afiebrados e
incapaces de trabajar con un cierto grado de vigor.
- Los distintos procesos que sufre el pan desde su cosecha hasta la mesa del trabajador de lugar a infinidad
de complejidades, de oportunidades para la extorsión: puntos máximos alrededor de los cuales los
motines podían surgir.
- El assize of breath, si bien fue efectivo para controlar las ganancias de los panaderos, se limitaba a
reflejar el precio en curso del trigo o la harina y no podía influir sobre los precios en sí.
- La nueva economía (A. Smith) suponía una “desmoralización” de la teoría del comercio y del consumo de
tanto alcance como la derogación ampliamente debatida de las restricciones contra la usura la
operación natural de la oferta y la demanda en el mercado libre llevaría al máximo la satisfacción de todos
los sectores, y establecería el bien común: mercado sub-regulado. Aquí, los intermediarios cumplirían un
papel necesario, productivo y loable.
- Al avanzar el siglo, los procedimientos de mercado se volvieron claros, pues el grano pasaba a través de
una red más compleja de intermediarios.
- Se puede sugerir que si los motines o la fijación de precios por la muchedumbre actuaban de acuerdo a un
modelo teórico consistente, este modelo era una reconstrucción selectiva del modelo paternalista, que
tomaba de él todas aquellas características que más favorecían a los pobres y que ofrecían una
perspectiva de grano barato.
- La economía de los pobres era todavía local y regional, derivada de una economía de subsistencia el
grano debía ser consumido en la región en donde se cultivaba, especialmente en época de escasez.
- La Inglaterra del s. XVIII también tenía sus “banalités” menos conocidas, incluyendo esos vestigios
extraordinarios, los molineros con derechos señoriales que ejercían un monopolio absoluto en el molino de
grano en centros fabriles importantes. En la mayoría de los casos los feudatarios que poseían los
derechos señoriales por la utilización del molino, los vendían o arrendaban a especuladores privados.
- La acción central en los movimientos populares la tenemos que encontrar en el acto de “fijar el precio” (y
cuya organización tenemos que rastrearla mucho antes del s. XVIII s. XVI y XVII).
- Ya mismo en el “Book of Orders” (Isabel I), los magistrados podían “intervenir”, “controlar” el mercado de
grano con el fin de que los pobres sean previstos de estos.
- Cuando se atacaba a los molinos, y se estropeaba la maquinaria era a menudo como consecuencia de
una advertencia prolongada que no había sido escuchada, o como castigo a alguna práctica escandalosa.
- Eran también las más involucradas en la venta y compra cara a cara, las más sensibles a la trascendencia
del precio, las más experimentadas en detectar el peso escaso o la calidad inferior.
- Si el mercado fue el campo de batalla de la guerra de clases en la misma medida en que llegaron a serlo
la fábrica y la mina durante la Revolución Industrial, entonces la amenaza del motín afectaría a la situación
total del mercado, no solamente en años de escasez, sino también en los demás años y en diferentes
poblados.
- La utilización de la tropa no fue algo común, ya que los magistrados debían seguir viviendo en esos
poblados luego de la represión del motín.
- El motín era una calamidad y el “orden” que podía seguir al motín peor de ahí la ansiedad de los
magistrados por anticiparse al suceso o abordarlo con rapidez.
- Si el mercado era el punto en el que los trabajadores sentían con mayor frecuencia que estaban
expuestos a la explotación, era también donde podía llegar a organizarse con más facilidad (nexo
económico y social).