Lectura María Emilia Lopez
Lectura María Emilia Lopez
Lectura María Emilia Lopez
Contenido
I. Preliminares.
II. Una mirada contextual.
III. Educar para la economía: mecanización
riesgosa.
IV. Educar desde la economía: capital humano
como mercado de futuros.
V. Educar en la economía. Proyección de base para
pensar tendencias alternas de producción.
VI. Consideraciones finales.
Literatura citada.
Resumen
I. Preliminares
Propietarios y mendigos: dos categorías que se oponen a cualquier
cambio, a cualquier desorden renovador. Colocados en los dos
extremos de la escala social, temen toda modificación para bien o para
mal; están igualmente establecidos los unos en la opulencia, los otros
en la miseria. Entre ellos se sitúan –sudor anónimo, fundamento de la
sociedad- los que se agitan, penan, perseveran y cultivan el absurdo de
esperar. El Estado se nutre con su anemia; la idea de ciudadano no
tendría contenido ni realidad sin ellos, lo mismo que el lujo y la
limosna: los ricos y los mendigos son los parásitos del pobre. Hay mil
remedios para la miseria, pero ninguno para la pobreza. ¿Cómo
socorrer a los que se obstinan en no morirse de hambre? Ni Dios podría
corregir su suerte. Entre los favorecidos de la fortuna y los harapientos
circulan esos hambrientos honorables, explotados por el fasto y los
andrajos, saqueados por quienes, aborreciendo el trabajo, se instalan,
según su suerte y vocación, en el salón o en la calle. Y así avanza la
humanidad: con algunos ricos, con algunos mendigos y con todos sus
pobres….
Por lo tanto, los estudios técnicos o reflexivos que se deriven en general del
aspecto economía-educación, no serán en sí mismos prospectivos sino que
a manera de diagnóstico servirán para poder plantear agendas y políticas
futuras con un nivel de abstracción más cercano a la realidad. En donde será
determinante que las interrelaciones entre las dos categorías estén
demarcadas por la búsqueda y defensa de una mayor equidad, alteridad y
conciencia ambiental.
Sin duda, sugerir esto implica por defecto suponer alteraciones, transiciones
en el actual modelo económico. Así, educar para, desde o en la economía
4
Los tres “momentos” que se plantean para comprender los matices en que
la relación economía educación podría caracterizarse, no necesariamente
corresponden a un modelo determinado para una época, sino que más bien,
se nos muestran como complejos que interaccionan de acuerdo con
intereses particulares, institucionales o nacionales y no necesariamente
dentro del consenso de una comunidad que se pueda sentir consciente de
las implicaciones que el tema educativo establece para las sociedades y la
promoción del factor humano. Éste último, determinante de las condiciones
económicas pero no desde el lugar clásico que le asigna la economía, sino
desde una concepción derivada de una perspectiva crítica en las ciencias
sociales.
1
Ante lo cual todavía se mantienen en espera propuestas teórico metodológicas (Max Neff,
por ejemplo) que no han logrado constituirse en su conjunto, como un corpus de
conocimiento que pueda ofrecer la suficiente garantía para alterar de algún modo el modelo
vigente.
5
2
GIROUX, Henry (2001). Public Spaces, Private lives: Beyond the culture of Cynicism.
Rowman & Littlefield Publishers. 205 p.
6
3
Cfr. KATZ, Jorge (2005). Latin America at a cross roads. On the new faces of contemporary
Latin American capitalism Argentina, Brazil, Chile, Colombia and Mexico. Facsímil - Memorias
Seminario Internacional estudio prospectivo regional al 2020 “Educación superior para la
transformación productiva con equidad en América Latina). Bogotá, Mayo 2005. SECAB-
COLCIENCIAS.
7
4
Al respecto afirma Costa-Filho: “En esta proliferación vertiginosa de descubiertas científicas y de
creaciones tecnológicas, convertidas prontamente en mega-oferta de bienes y servicios, un nuevo
insumo penetra decisivamente en las nuevas relaciones de producción: el conocimiento. Y la dinámica
económica pasa a depender decisivamente del aprendizaje. Traducido o no en impulsos de información
digitalizada, es su dominio –el dominio del conocimiento– el gran factor que permite ahora a cada país
moverse (o no) rumbo a la modernidad. Una modernidad que fue invariablemente construida con apoyo
del Estado, aunque basada en la insustituible iniciativa de empresarios más schumpeterianos. Pero, en la
región Latinoamericana el Estado tiene hoy escaso chance de apoyar, con efectividad, una
transformación productiva más acelerada y modernizante. En parte, como lo advierte Ha-Joon Chang,
porque no cuenta con la escalera por la cual subieron los desarrollados”. Cfr. COSTA-FILHO, Alfredo
(2005). Educación superior y transformación productiva. Facsímil - Memorias Seminario Internacional
estudio prospectivo regional al 2020 “Educación superior para la transformación productiva con equidad
en América Latina). Bogotá Mayo 2005. SECAB – COLCIENCIAS.
5
Ibid. Basado en la creatividad y en innovaciones intensivas, el nuevo paradigma debe su continuidad y
fortalecimiento a esfuerzos formidables en investigación científica y tecnológica. Cuyo financiamiento, de
solo se pudo viabilizar mediante la globalización de los principales mercados (de insumos, de tecnologías,
de productos, de activos financieros). Paralelamente, el “progreso técnico” va ganando espacio en
aquellos cuerpos teóricos que ven el crecimiento económico como parte de una mudanza social más
amplia. Va robusteciéndose la mencionada convicción de que el desarrollo es función de un proceso de
aprendizaje en cuyo meollo subyace el conocimiento en Ciencia y Tecnología. Los vínculos entre
educación y economía van ganando, poco a poco, mayor evidencia.
8
6
BOURDIEU, Pierre & PASSERON, Jean-Claude. (2001). La reproducción. Elementos para
una teoría del sistema de enseñanza. Madrid Editorial popular. 251 p.
7
KATZ, Jorge (2005). Latin America at a cross roads. On the new faces of contemporary
Latin American capitalism Argentina, Brazil, Chile, Colombia and Mexico. Facsímil - Memorias
Seminario Internacional estudio prospectivo regional al 2020 “Educación superior para la
transformación productiva con equidad en América Latina). Bogotá, Mayo 2005. SECAB –
COLCIENCIAS.
8
Fuentes: OECD 2000 y PIRLS (S.P.I).
9
9
HEGELHEIMER, A. (1980). En Economía Política de la Educación. LABARCA, Guillermo.
Compilador. Editorial Nueva Imagen. 397 p.
10
“Educar para la economía” implica este tipo de riesgos, al igual que con una
economía basada en monocultivos agrícolas, la falta de previsión y
conocimiento de los cambios y tendencias globales, el endeudamiento que
tampoco deja opción para elegir y la inversión mal orientada simplemente
termina por dejarnos con tareas inconclusas y procesos inacabados. Incluso
si vemos el asunto desde una idea típica de educación como inversión, nos
enfrentamos a un cuello de botella. Gran parte de los países
latinoamericanos continúan aún hoy (al parecer las experiencias no nos
dejan un valor agregado de sensatez), con políticas educativas que hacen
énfasis en preparar a las personas para incorporarse a la industria con “altos
niveles de eficacia y excelencia”, en este sentido y de acuerdo con las
complicadas contingencias electorales, los lineamientos (casi siempre
foráneos) nos hablan de competencias laborales, habilidades de
pensamiento, procesos de construcción de conocimiento etc., sin que
ninguno de ellos sea haya mostrado realmente efectivo en la formación de
ciudadanos realmente productivos10, ni siquiera desde los parámetros que
estos mismos programas establecen, pues fenómenos como la corrupción, la
insatisfacción laboral y personal, la falta de proactividad entre otros,
terminan por demostrar que ninguno de los modelos educativos está
haciendo énfasis en las personas y mucho menos coherencia entre la
realidad de la sociedad y la realidad que se trabaja en las instituciones
educativas.
Esto último además se matiza con los altos niveles de desempleo, lo que
ampara una contradicción de base para quienes aún creen en la continuidad
de esta perspectiva, pues si se prepara gente para la industria ¿a cuál
industria se insertan?, finalmente y como se sabe, los empleos informales
terminan por acoger a gran parte de esta población algunos de ellos incluso
con altos niveles de educación.
10
Entiéndase aquí el término “productivos” en extenso, no solamente en su dimensión
pragmática, sino en la condición de mejorar la calidad de vida desde una perspectiva
individual más completa de la misma, condición ideal para promover innovación por ejemplo.
11
Esto último se puede ilustrar con un ejemplo real que se repite a diario en
nuestro país: hace algunos años a una alejada región del país (de esas en
las cuales la figura del Estado aparece sólo en época electoral) llegó una
fundación (extranjera por supuesto) ofreciendo computadores de última
tecnología para llevar a la escuela local “al escenario global del
conocimiento”, sin embargo los muy bien intencionados filántropos se
enfrentaron a una pequeña dificultad: en la localidad el flujo eléctrico era
irregular por no decir inexistente de manera continua y regulada; superada
esta situación y con los computadores funcionando se dieron cuenta de que
la expectativa de la población había aumentado, pues los dos maestros de la
escuela no sabían manejar dichos aparatos y prácticamente les daba terror
manipularlos por miedo a dañar lo que tan gentilmente les habían regalado.
Con esto no sólo se caricaturiza un “error de calculo”, también se hace
evidente la diferencia entre ser muy inteligente y ser comprensivo. Educar
para la educación tal vez genere ciudadanos muy inteligentes pero muy
poco comprensivos y esta es una distinción11 que marca las fronteras entre
el éxito y el fracaso por lo menos en términos económicos.
11
Esta distinción bien merece una larga reflexión, sobre todo hoy que para nuestro país se
habla de “educar para la comprensión”. Como ya se ha insistido nuestra proclividad en caer
en las malas abstracciones es más que frecuente. Un buen ejemplo de conceptualización
sobre la noción de comprensión lo realiza R.K Elliot en un artículo compilado por S.C. Brown
(1975) en Education and human being. Philosophers discuss education. Sería muy útil e
interesante desde allí, estudiar el impacto de educar para la comprensión en los sistemas
económicos.
12
Así las cosas la educación desde la economía pasa a constituirse como una
parte del aparato que, coadyuvado por la educación para la economía que se
caracterizaba en el aparatado anterior, legitiman y aseguran en mutua
interdependencia la apuesta por un desarrollo económico que hasta el
momento no nos ha asegurado una posición adecuada en el mercado. Nos
mantiene en el punto en que le sirven a las economías más fuertes, nos
mantiene obviamente a raya.
Bajo la anterior premisa es claro que el papel socializador que antes era
responsabilidad de la escuela y la familia ha pasado a manos de los medios,
que no sólo indican cuáles son las mejores formas de vivir, sino también
cómo aprender a moverse en el sistema actual y sobrevivir. La “Pedagogía
Pública” (término acuñado por Giroux, 2001) entonces no hace referencia
por el momento a un acceso más fácil a la educación o a una garantía de
crecimiento del conocimiento por la vía de una labor sistemática y profunda
de lo que debe enseñarse el cómo y el porqué, no, la Pedagogía Pública es
la representación del impacto de los medios de comunicación que a nivel
educativo tienen en los sujetos, condicionando sus valores, esquemas de
pensamiento, acción y conducta.
12
El tema de competencias laborales que se van trabajando desde los niveles más básicos de
la educación aún no goza de una crítica de fondo que las libre de caer en la misma lógica de
Educar para la economía.
13
Para ilustrar la idea, traeré a colación algo que aquí denomino como “El
efecto Ozzy”. Como se sabe, Ozzy Osborne fue líder de una de las grandes
bandas de rock de mediados de los años 70, su música ha quedado en el
pasado, como recuerdo de quienes bajo sus estridentes notas y canciones se
inclinaron a forjar románticamente y para la época sus propias rebeldías, no
obstante su imagen sigue viva para las nuevas generaciones y no
precisamente por su música, sino por el grotesco reflejo de su “locura senil”
que es fundamentalmente opuesta al icono que era antaño y que bajo la
modalidad de “reality” se mantiene vigente entre los jóvenes. Esta vigencia
es coherente con el momento actual, retrata la desesperanza juvenil actual,
al tiempo que celebra la ignorancia y la estupidez, resaltando la intolerancia
y el sectarismo como grandes valores para seguir en el presente (Pedagogía
pública), a nivel de lo económico la atención se centra en la concepción de la
felicidad y el bienestar en el consumo irracional. Lo importante aquí, es
descubrir que dentro de la categoría “Efecto Ozzy” podemos seguir
encontrando más ejemplos, en ellos las actividades y los modelos que
fueron exitosos por cualquier razón a nivel cultural, sirven de forma
reciclada para hacer prevalecer la existencia del sistema, ahora mucho más
fuerte por la ubicuidad de los medios, generan preceptos de conductas que
bajo máscaras y engaños se insertan con éxito en la conciencia de quienes
sólo son consumidores, a veces productores y pocas veces ciudadanos.
13
Se reconoce aquí la diferencia entre educación y formación y sus implicaciones en la
ciudadanía, esta propuesta se presenta de forma más amplia en los siguientes textos:
escuela (bajo los mecanismos “ocultos y paralelos” que ya otros autores han
clasificado: currículos, agendas etc. que son naturales en las instituciones) y
que determinan en los sujetos apreciaciones falsas de sus roles dentro de
una sociedad democrática. Me refiero particularmente a la interiorización de
discursos contestatarios en su mayoría descontextualizados que nada
aportan a los debates, pues también generalmente carecen de argumentos
sólidos y de voceros honestos que persigan un ideal sensato de búsqueda de
un bien común y no exclusivamente individual14.
Este tipo de situación es sólo un ejemplo para nuestro caso, para tratar de
mostrar el efecto de estas manifestaciones en las percepciones que los
sujetos van formando desde las instituciones frente a sus responsabilidades,
deberes y derechos constitucionales. De ahí que, de nuevo, el papel y la
reconstitución del Ethos de los protagonistas del acto educativo (maestros-
estudiantes-administrativos de la escuela) sea de vital importancia para
propiciar una formación que convoque a las personas a vivir su economía15,
a apropiarse de sus economías, a generar otras diferentes basados en su
propio sistema de deliberación personal y colectiva de necesidades vitales y
existenciales. Constituir ese sistema de deliberación es urgente, es una
tarea inmediata para poder hablar de una forma de educar en la economía.
Cabe resaltar aquí que las otras dos formas descritas, para y desde se
pueden volver subsidiarias del en o, incluso, en situaciones específicas
permitir a los sujetos tener la posibilidad de jerarquizar las tres en orden a
un principio de necesidad del cual la primera (en) siga demostrando su
función práctica y ética.
14
Permanentemente asumimos modelos educativos que no dejen claro (entre otras cosas)
que presunción económica manejan, es por ello que frente al discurso contestatario habitual
lo primero que aparece es una discusión sobre “las implicaciones del modelo neoliberal” sin
tener muy claro su origen, qué es, en que consiste, cómo se adaptó etc. Independientemente
de que se tengan razones o no para estar de acuerdo con él o con lo que sea, la falta de
argumentos imposibilita cualquier proceso de negociación, lo cual también es un problema de
economía interna y subjetiva que termina afectando las relaciones de quienes en un grupo le
dan sentido a una economía a nivel macro o micro.
15
Esta idea no es nueva ya en plena crisis de posguerra Vaizey lo planteaba así: “(…)
Evidentemente, una sociedad educativa implica más escuelas abiertas a la comunidad en las
cuales el papel de los profesores es complementado por otras más cosas en la vida; mientras
que una sociedad en la que la educación salva tan solo a un remanente implica unas escuelas
al margen de la sociedad. La elección que se haga tendrá por supuesto implicaciones
económicas, pues si la educación se halla, en cierto grado al menos, en oposición a la
sociedad, entonces más costosa en esfuerzos y tiempo y tendrá menos éxito que el que
tendría si marchara de acuerdo con ella”. Cfr. pág. 213-214. VAIZEY John. (1962). Educación
y economía. Ediciones Rialp, Madrid. 215 p.
16
Dice Bruckner:
16
Cfr. 130-133. BRUCKNER, Pascal. (2000). La euforia perpetua. Sobre el deber de ser feliz.
Tusquets. 233 p.
17
Cfr. p. 139. Ibid.
17
18
ELSTER Jon. (1997). Egonomics. Análisis de la interacción entre racionalidad, emoción,
preferencias y normas sociales en la economía de la acción individual y sus desviaciones.
Gedisa Editorial, Barcelona. 214 p.
19
Entonces, “No solo basta con hablar de -elevar la producción-, la producción satisface las
necesidades y estas no son fijas; cambian y se entrelazan. La educación tiene una doble
tarea, ella puede variar las satisfacciones que busca el consumidor, pero también puede
alterar el disfrute que obtienen la gente de los servicios y mercancías que desea, afecta la
calidad de vida. Entonces se desprende que la educación es un requisito ineludible para una
elección racional y un juicio acertado en nuestra sociedad altamente tecnificada en la que el
poder de discernir lo bueno de lo malo le es arrebatado por el proceso de producción”. Cfr. p.
211-215. VAIZEY John. 1962. Educación y economía. Ediciones Rialp, Madrid. 215 p.
18
Literatura citada
GIROUX, Henry (2001). Public Spaces, Private lives: Beyond the culture of
Cynicism.Rowman & Littlefield Publishers. 205 p.
KATZ, Jorge (2005). Latin America at a cross roads. On the new faces of
contemporary Latin American capitalism Argentina, Brazil, Chile,
Colombia and Mexico. Facsímil Memorias Seminario Internacional estudio
prospectivo regional al 2020 “Educación superior para la transformación
productiva con equidad en América Latina. Bogotá, Mayo 2005. SECAB–
COLCIENCIAS.