Enrique Falcon
Enrique Falcon
Enrique Falcon
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Enrique Falcón
Enrique Falcón
Cuadernos de poesía crítica: Entre los poetas míos - 31
ePub r1.0
Titivillus 04.04.17
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Título original: Enrique Falcón
Enrique Falcón, 2013
Diseño de cubierta: Titivillus
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CON el título genérico «Entre los poetas míos» iniciamos la publicación, en el
mundo virtual, de una colección de cuadernos monográficos con los que deseamos
contribuir a la divulgación de una poesía crítica que, con diversas denominaciones
(«poesía social», «poesía arraigada», «poesía comprometida», «poesía de la
conciencia»…), se caracteriza por centrar su temática en los seres humanos bien sea
para ensalzar sus valores genéricos o bien para denunciar los atropellos, injusticias
y abusos cometidos por quienes detentan el Poder en cualquiera de sus formas.
Poesía esta que no se evade de la realidad, sino que incide en ella con intención
transformadora. Se entiende por ello que tal producción y sus creadores hayan sido
frecuentemente acallados, desprestigiados, censurados e incluso perseguidos por
dichos poderes dominantes.
Se trata, en fin, de una poesía no neutral, teñida por el compromiso ético de sus
autores.
Los textos aquí incorporados proceden de muy diversas fuentes. Unos de nuestra
biblioteca personal, otros de Internet.
La edición digitalizada de estos cuadernos poéticos carece de toda finalidad
económica. No obstante, si alguien se considera perjudicado en sus legítimos
derechos de propiedad intelectual, rogamos nos lo haga saber para que retiremos los
textos cuestionados.
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Entre los poetas míos…
Enrique Falcón
El día que me llamé Pushkin (Ediciones del Ayuntº de Sevilla, 1992) AUTT
(Ed. Crecida, Huelva, 2002)
Nueve poemas (Ed. Universidad de Valencia, 2003)
Amonal y otros poemas (Ediciones Idea, Tenerife, 2005)
Para un tiempo herido (Ediciones Amargord, Madrid, 2008)
Taberna roja (Ed. Baile del Sol, Tenerife, 2008)
La marcha de 150.000.000 (Ediciones Eclipsados, Zaragoza, 2009; cantos
completos)
Porción del enemigo (Editorial Calambur, Madrid, 2013).
Para una mayor información sobre este autor, puede consultarse la Bibliografía
que obra al final de este cuadernillo.
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Canción del levantado
No adoptes nunca el nombre que te dé la policía
No acerques tu caricia a la piel del invasor
No comas de su trigo, no bebas más su leche
No dejes que tu alberca la vuelvan lodazal
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Continuación de los territorios ocupados
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Cuidado con el perro
Y con el amo.
Huele a padre de la novia, a
tejado a revisar trimestralmente
cuando faltan camas
en los depósitos para transeúntes de los urinarios,
cuando falta la estricnina en su corazón de buque.
Las uñas se escurren por los nombres entonces
tocando madera,
y al perro le bautizan Alicia,
otro hombre dispara.
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De las perplejidades de los heridos
[sin respirar]
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En comisaría
Conclusión de las autopsias realizadas
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Ensayando un grito por detrás de la tormenta
—para Antonio
En este lugar
la marea se nos come los dedos:
apenas en cuclillas
nos avisan los muertos su tardanza azul.
Tú y yo buscamos, Antonio, mientras tanto que pare
la mentira del mundo,
el miedo en nuestras uñas,
el cansancio por pasar cuando vuelvan los disparos.
Por detrás de las tormentas bailan nuestros muertos
en un canto imposible de heridas y lianas:
fértiles deshechos
que nos han de crecer brutalmente en la boca
y entonces irrumpir al final de los poemas.
Encendemos antorchas por detrás de la montaña
hasta que, mudos, nos quemamos la lengua
con la cal aún ardiente de todas estas víctimas:
de ellas no más somos
su misma caída o su espera impenetrable.
Y así nos queremos, mientras hay la resistencia:
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Escribir después de Auschwitz
Escribir entonces
para no conceder más victorias postumas a Hitler:
la claudicación de nuestra esperanza,
nuestro olvido de las víctimas,
el paso tuyo amargo tras las escaleras.
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España y poesía, viejita y regañada
En mi país cocido de lejos buenamente con las tripas afuera
los poetas comen jeringuillas con leche
carne de avestruz
brotan de las cuevas con un poco de saliva
se derraman por el campo como niños sin dientes.
Mi
verdadero conflicto:
que me muerden mis versos,
que no tengo país.
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La marcha de los 150.000.000
(Fragmento VIII/2)
ESTA es la comarca
donde dieron tu cuerpo a la llanura
donde tú, tus caderas
erais agua y volteo de matanzas, mano
meciendo el hambre, tú loca canción.
Dame un nombre con el que acusarte
ahora en que te tiemblo ante la tumba:
esta, la comarca
—tu furia tierna en los delirios,
mientras mojamos tres dedos en la cruz,
flor para el caído
y puerta abierta en el lamento y los disparos.
Para salvarnos
para decirnos agua, espera, revolución, sábana vencida
para salvarnos hemos vuelto del desastre
y hemos sido abril, el mes que te rindieron
abril aullido
abril cansado,
abril de insectos tiernos en mi manta
abril boca
abril lúbrico de los muertitos en pendiente
abril luz
abril posible
abril tripa vértigo y lamento
abril torpe
abril de las estudiantes y el interrogatorio
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abril sin
abril pequeño
abril de la tormenta, del pájaro, la estampida
abril de la que muerde sus manitas
abril de la niña loca
abril del hombre de gritos
(no yo):
abril de antes
abril verbo pulgar
abril niño sucio que caes de mi lengua
abril sucio
abril ensuciándome degollación de quiénes
abril en las detenciones paramilitares
abril de los perdidos
abril permiso para las masacres en los mapas
abril disparo
abril blanco es tu silencio en las tardes públicas
abril derrota
abril siendo
abril tú (no quiero)
abril de las barricadas, enormes, boreales,
abril del muchacho en hora
abril del que cantaba en mi piel
abril hasta donde tú no has venido
abril lejos
abril instrumento-para-hacer-revueltas
abril calculadas en los nichos de tortura
abril amarte
abril de la espalda caída detengo su flor
abril y
abril y
abril cansarte
abril responde a la voz de los vencidos
abril deforme
abril desecho
abril torcido
abril in
abril inacabado
abril para el proceso
abril para el proceso popular
abril para el proceso popular de los niños tontos,
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para los que hemos venido a salvarnos,
para los de nunca y dónde,
agachándonos la cabeza,
disparando a la comarca.
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Falseando alternativas
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Hola de conquistas
a Diana Bellessi y Eliana Ortega
y mis camaradas.
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De: Taberna roja y otros lugares
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Jack Ripper en el frío del siglo
(PASEANDO EL ALMA POR UN AGUJERO NEGRO)
II
III
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De: Taberna roja y otros poemas
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La marcha de 150.000.000
[fragmento XVIII/5]
[La revolución
solo debe estar en los libros de historia no en las calles
del país. Del 1 al 15 de junio limpieza de sapos
revolucionarios. (Movimientos, asociaciones,
corporaciones, sindicatos, organizaciones), así que
vayan alistando 2 cajones 1 para la lengua y otro para
usted. Muerte a sapos hijueputas de barranca,
guerrilleros malparidos. Firmado: Grupos organizados
de limpieza social por una Barranca limpia de
guerrilleros.]
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Lamento.
(fragmento VI/1 de La marcha de 150.000.000)
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Familia-tierra, familia-polvo: luz.
Un asco de pesebre y establos, se abajó hasta nosotros
mostrando los clavos de la mano
y el miedo de los poderosos en las manos
y la sangre de los niños imposibles en las manos.
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y no puedo ayudar a este niño
con plomo en la cabeza,
una estrella gigante de plomo en su cabeza.
Su pantalla de ojo es el grito,
y el grito la impotencia
cargada de establos en este poema azul y enorme:
800.000 broches dorados
sobre el abrigo de Mrs Frame.
Por amor de Santuario yo he de hablar,
por ella haré gritar al niño
despojo, sangre de cuásar,
diadema de las gentes y cadera desposada…
No te llamarán más el esperado en nacer
ya no más desolación tu nombre:
como el novio que habita en la hembra
cubriéndola de noches,
como un novio que se ciñe la frente
con coágulos de Dios,
todo atavíos.
Por amor de Santuario lamento ha de cubrirte;
sobre sus murallas no descansará la luz de las estrellas:
a otros ha de alcanzar su dedo, a otros su poema de luz
y su asco de pesebre,
su risa preparada hace 100.000 años
y 2.000 más, años de años.
—Belem, Andrómeda, Limbúe-Kutu—.
Que la Marcha
arranque.
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XXXVIII
(fragmento XXXVIII / 5, de: La marcha de 150.000.000)
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: los sindicalistas asesinados por los escuadrones que entrenaron
las envasadoras de Coca-Cola Company ®
y 4.000 millones de beneficios
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y 2.000 millones de beneficios
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: las trabajadoras que tras quedarse embarazadas son despedidas en
las fábricas de Samsung ®
y 5.000 millones de beneficios
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Los pobres se divierten
a cambio de un consejo
ponemos en sus mesas conjeturas acerca
de nuestra voluntad de cambio
nosotros deambulamos
una tarde más
Y nadie
corre peligro.
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Módulo seis
No ha perdido sin embargo sus garantías constitucionales
que le permiten pasar de una espora a otra
como si no hubiese comenzado nunca
la persecución.
Con
una sola perforación en sus fosas nasales
podría destrozar el mundo y volverse idiota
para así no tener que desdecirse
y darles la razón a los verdugos.
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Moltmann 1964
—a Raquel
Lo mejor de todo
no es que en el 89 Fukuyama
—asesor del Departamento de Estado de EE.UU.—
no dijera nada nuevo
o viviera del cuento hasta el momento presente.
Lo mejor de todo
es que vienes tú a desmentirlo
de noche cansada, tú cuando regresas
y ocupas la casa, mi temblor y tu boca.
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Moratalaz
Yo tenía una mano fría metida en un montón de tierra negra.
Un día la cogí
y la elevé por los aires.
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Negación del héroe y su furor
Comeremos algas cuando el puente se hunda
y trepen los caídos en mi boca por los mástiles del llanto
hablando de las cosas que provocan el luto
y quién y fue así? —Y el ahogo.
Saldrán las moscas lentas lentas allí donde se sabe
que se cansan los faroles de puro fango lento
y la luz es verdadera
y hay críos en los cuartos
creciendo, pudriéndose, y estallando.
Serán las horas tiernas y los quiénes,
la evaporación de sus derechos,
la zambullida a ras de tierra en las basuras
y el hombre del puñal a ras de llanto
que vuelve, definitivo, a levantar el puente.
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Paradero desconocido
Recuerdo:
En el cuarto trasero
te dije el secreto y después su mentira:
Recuerdo:
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Pasión de Juan en Ayacucho
Lo imposible ocurrió:
estiraron a mi amigo como a un insecto amargo,
lo colgaron de las tapias desde el amanecer
—exponiendo su torso vacío por ser una cadera
—la lluvia cayendo en mi amigo frío.
Mañana comeremos con él
pan e higos secos que no robaron los soldados,
sucediendo entonces otro mismo imposible:
empezar el tiempo
de la revolución.
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Patria, casa del padre
Lo que cuesta escupirle
desde el lado de afuera de la pompa en jabón.
Solo sale a las meriendas
desprovisto de armónicas y cajas
girando sobre sí como un grillo obsceno.
Ahora que su rostro peligrosamente herido
en su nostalgia de bestia
sube a la penumbra,
solo podría salvarle del miedo
la espera deforme en sus manos
para hablarle, como siempre, de su patria encendida,
de su triste mentira en jabón.
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Petición de poema
—para David Eloy Rodríguez
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Receta para militares de alta graduación
entonces no
tema usted la suerte:
allí ha de mirarle,
—justo en medio de la boca
—justo en medio de la herida
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VIII /1
Tengo el recuerdo de haber dormido contigo
y dormido a cuclillas mis manos sobre el cáliz
profundo de tus dedos devorándote el día. Contigo,
hermano negro, hermano niño, hermano polvo, contigo
y acallando las sílabas de luna
del perdón, la rabia, la aceituna, el olor de la piedra.
Esta es la costa,
el confuso rumor del reptil y el acecho,
la costa agonizante:
la costa como un toro
deshecho por la aguja,
estocado de luz, y vinagre, y suelo,
repartiéndose las manos, y los clavos de las manos,
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más tristes de nosotros…
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Todos vosotros
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Vientres de Madrid y de Bagdad
[13 de marzo de 2004]
Solo entonces
os he visto.
En la nuca partida del suelo iraquí.
Y en la sangre bramando por la grava de Atocha.
Y en el Pozo:
izando sus calambres tras una siembra triste,
los ombligos de los hombres
abiertos y a cuchilla por los perros del Amo.
Yo cuido de los vientres de las novias perdidas
—los hombros de los niños se han quedado sin hora;
cuido de las oraciones cansadas de la tierra
y del largo cabello de todos nuestros muertos.
Soy el pueblo sin puñal y tres veces devastado,
el silbo de una cuenta enmudecida.
Yo cuido de las flores y los peines:
soy un hombre en la altura de todas vuestras muecas.
Y escarbo en las costillas de la bestia
besando lo imposible que habla en vuestra sangre:
soy el hombre que cuelga de un ombligo,
la cólera enterrada en los pozos del mundo.
Y os digo:
que la lumbre tronará por los espejos
que un caballo volteará por vuestra boca
que siempre las heridas
de todos estos hijos
saldrán casi estallando por un fundado cielo.
Solo entonces
os he visto,
a los unos y a los otros, sangre terca unida ahora.
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Desde entonces sea el hombre:
yo bramo en vuestro propio
cordón umbilical.
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Bibliografía poética:
• El día que me llamé Pushkin, Ediciones del Ayuntº de Sevilla, 1992
• La marcha de 150.000.000 [1]: «El Saqueo», Rialp, Madrid, 1994
• La marcha de 150.000.000 [1 y 2]: «El Saqueo» y «Los Otros Pobladores»,
Germania, Valencia, 1998
• AUTT, Crecida, Huelva, 2002
• Nueve poemas, Ed. Universidad de Valencia, 2003
• Amonal y otros poemas, Idea, Tenerife, 2005
• Para un tiempo herido, Amargord, Madrid, 2008
• Taberna roja, Ed. Baile del Sol, Tenerife, 2008
• La marcha de 150.000.000 [cantos completos: 1-5]: «El Saqueo», «Los Otros
Pobladores», «Para los que aún viven», «La Caída de Dios» y «Canción de E», Ed.
Eclipsados, Zaragoza, 2009
• Porción del enemigo, Ed. Calambur, Madrid, 2013
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En Internet:
• Enrique Falcón en Wikipedia
• La poesía de Enrique Falcón, por Alberto García-Teresa
• Enrique Falcón en Biblioteca Cervantes
• Semblanza crítica de Enrique Falcón: Entrevista
• La poesía inocente no existe: entrevista a Falcón
• Libros de Enrique Falcón para leer o bajarse en PDF.
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[*] El hombre que se mece es Mumia Abu-Jamal, un reconocido periodista
afroamericano que criticaba abiertamente la violencia y el racismo del departamento
de policía de Filadelfia. En 1982 fue condenado por el asesinato de un agente de
policía blanco. A pesar de su inocencia, fue juzgado y condenado a muerte por el Juez
Albert Sabo («el juez de la horca», conocido por haber condenado a muerte a más
afroamericanos que ningún otro juez de los Estados Unidos). Durante estas dos
últimas décadas, Mumia Abu-Jamal —conocido como «la voz de los sin voz»— ha
permanecido como preso político en las galerías e la muerte de Pensilvania. <<
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