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SEPTIEMBRE de 2010 / Libros & Letras

1
2 Libros & Letras / SEPTIEMBRE de 2010

www.unimeta.edu.co
{ Contenido }

2..............................................................................................................
Correo

5..............................................................................................................
Breves de la Cultura

6..............................................................................................................
Protagonistas

8..............................................................................................................
Cultura ¿La agenda siempre inconclusa?

14 Nubes de Abril de Alexandra Mora


..............................................................................................................

18 Periodismo Sin Afán


Edición Nº 81
Septiembre de 2010
20 A Jairo Aníbal Niño… VII Premio Nacional
de Literatura Libros & Letras, 2008

ISSN: 01210440

Dirección General:
Jorge Consuegra
Ileana Bolívar

Ilustración Portada: 22 La ilusión de Dios


..............................................................................................................
Hache Holguín
(www.hacheholguin.com) 26 El sueño de una sombra
..............................................................................................................
Ejecutiva de publicidad:
Andrea Herrera 28 La vida es como es
..............................................................................................................
(ejecutiva@librosyletras)

Agencia de Noticias:
30 María Antonieta del Valle
..............................................................................................................
Jorge Enrique Vega 31 Entrevista: José Luis Díaz Granados ¡amigo!
..............................................................................................................
Impresión:
Jose Manuel Rojas 36 Ulibro 2010 en imágenes
..............................................................................................................

Colaboradores en esta 38 Entrevista: Milciades Arévalo (Primera Parte)


..............................................................................................................
edición: Contacto con Libros & Letras:
Jorge Eduardo Padula P. www.librosyletras.com
Alvaro Mata Guillé correo-e: contacto@librosyletras.com
twitter: www.twitter.com/librosyletras
facebook: www.facebook.com/fundacionlibrosyletras

SEPTIEMBRE de 2010 / Libros & Letras


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{ Correo } Escríbanos a contacto@librosyletras.com

Señor Jorge Consuegra:


Mis felicitaciones por su trabajo sostenido en Libros & Letras. Me
gustaría enviarle la reseña de un libro sobre Amado Bonpland que recien-
temente presenté en la Biblioteca Nacional Argentina (no es mío, es de un
escritor francés) y tengo escrita la nota.
A. Bovino Maciel
...........................................................................................................
Revista Libros & Letras:
¿Saben Uds. si existe algún libro o enciclopedia que recopile a nuestros
compositores colombianos y sus canciones? Tengo mucho amor por la
música colombiana pero a veces es difícil saber a ciencia cierta si una
canción es de origen colombiano o no; de ahí mi inquietud. De antemano,
agradezco su gentileza.
Sussy Carrillo

R: Sí. Existe uno maravilloso: La canción colombiana. Su historia, sus


compositores y sus mejores intérpretes de Jaime Rico Salazar. Libro
de formato grande, pasta dura.
L&L.
..........................................................................................................
Señores Libros & Letras:
Le agradezco inmensamente, el envío puntual de Libros & Letras, Agencia
de Noticias Culturales. Estoy utilizando parte de su excelente contenido,
en mi programa “Tertulia Cultural”, dos horas diarias de 10:00 a 12 M.,
de radio, en Unicórdoba Estéreo de Montería, la Emisora de la Universi-
dad de Córdoba, F.M. 90.0
William Fortich Díaz
...........................................................................................................
Revista Libros & Letras:
Los felicito por la reaparición de esta publicación. Les envío un saludo muy
especial a don Jorge, Ileana, Andrea y a todo el equipo que conforma
esta maravillosa revista.
Miriam Rodríguez
Bucaramanga
...........................................................................................................
Señores Libros & Letras:
Solo quiero agradecer por tenerme al tanto de los libros, poemas, noveda-
des y noticias culturales.
Adriana Gilardoni

4 Libros & Letras / SEPTIEMBRE de 2010


SEPTIEMBRE de 2010 / Libros & Letras
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6 Libros & Letras / SEPTIEMBRE de 2010
{ breves de cultura }

Vida cotidiana de México

El Museo de Arte del Banco de la República se llenará con todo el


color, cultura y emoción de la vida cotidiana en México. La exposi-
ción, “Sensacional de diseño mexicano” traerá a Bogotá volantes,
empaques, rótulos, dibujos en las paredes, carteles y una inmensa
cantidad de imágenes -de gran colorido y llenas de humor, que de-
muestran el ingenio/ingenuidad de los improvisados artistas/publi-
cistas de los barrios y los pueblos de ese país. Estará abierta hasta el
15 de Noviembre.

Alcaldía Mayor de Bogotá abre la convocatoria ‘Premio Julio


González Gómez’

Hasta septiembre estará abierta la convocatoria pública “Premio


Julio González Gómez” para premiar el mejor libro publicado con
temática alusiva al Bicentenario de la Independencia, y cuya publica-
ción abarque los años 2004 a 2009. Podrán participar las personas
naturales de Ecuador, Panamá, Venezuela y Colombia. El ganador le
será entregador $30 millones de pesos.

Seminario “Ver y leer el cine” en la Cinemateca Distrital

El Festival de Cine y Video de San Agustín, siguiendo con la tarea


de formación de públicos y con el apoyo de la Cinemateca Distrital,
realizará el seminario “Ver y leer el cine” hasta el próximo 10 de
octubre.

¡ULibro…Letras Libres, maravillosa!

Se lució la Universidad Autónoma de Bucaramanga con la Feria del


Libro, “ULibro...Letras Libres 2010”, por su organización, por la im-
portante actividad cultural y académica, por la calidad de sus invita-
dos como la del maestro Fernando Savater y Ruvén Afanador,
entre otros; por el país invitado que este año le correspondió a la
República del Uruguay, y por la presencia de 300 fondos editoriales.
Una Feria del Libro ejemplar.

SEPTIEMBRE de 2010 / Libros & Letras


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{ protagonistas }

Fotografía de: Luís García

Juan Gustavo
Cobo Borda
Poeta

E l gobierno de Brasil ha otorgado la orden Barão de Rio Branco al


poeta y ensayista colombiano Cobo Borda por su divulgación
de la cultura brasileña.
Prueba de ello es su libro Leer Brasil que agrupa trabajos sobre:
Machado de Assis, Jorge Amado, João Cabral de Melo
Neto, Clarice Lispector, Ledo Ivo, Rubem Fonseca y Ne-
lida Piñon.
El libro fue editado por Ibraco (Insituto Brasil - Colombia) en el
2010.

8 Libros & Letras / SEPTIEMBRE de 2010


Foto: Cortesia Universidad Autónoma de Bucaramanga

Fernando
Sávater
Escritor y filósofo

L a presencia del filósofo Fernando Savater en la pasada Feria


del Libro de Bucaramanga, fue de las más importantes.
Savater ofreció algunas conferencias sobre “¿Para qué sirve la
filosofía?” y llenó todos los auditorios de estudiantes que querían
escucharlo. El escritor regresó a su país realmente feliz por su parti-
cipación en ULibro 2010.

SEPTIEMBRE de 2010 / Libros & Letras


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Cultura ¿La agenda
siempre inconclusa?
Por: Jorge Eduardo Padula Perkins

T odos y cada uno de esos eventos, expresiones, hechos o actividades


que producen los actores individuales o colectivos reclaman vías de
encuentro con el otro. El vínculo con los públicos en cuya percepción
y recepción se completa un ciclo. Sembrar noticias al respecto no ase-
gura el florecimiento del arte ni de la cultura pero mantiene viva su
presencia.
Gestión – cultural – medios – comunicación – agenda – noticias –
marketing – periodismo – crítica – público.
El quehacer cultural, aun cuando limitado a la actividad artística y
urbana, para dar cierta cota, es amplio, plurifacético, multidisciplinar,
fluctuante y mutable. Desde la ópera hasta los artistas callejeros y no
necesariamente en ese orden de presentación, pasando por manifesta-
ciones de clubes, sociedades de fomento, instituciones de diversa índo-
le, empresas, sindicados, asociaciones, cooperativas, etc., las manifesta-
ciones artísticas urbanas conforman una oferta de apariencia infinita e
inabarcable.
Todos y cada uno de esos eventos, expresiones, hechos o activida-
des que producen los actores individuales o colectivos reclaman vías de
encuentro con el otro. El vínculo con los públicos en cuya percepción y
recepción se completa un ciclo.
El enfoque del marketing sitúa al artista en “un papel decisivo en cual-
quier actividad cultural”, dado que “todo producto de naturaleza cultural se
forja gracias a la especializada mano de obra que el artista le proporciona”
(Colbert y Cuadrado, 2007).
En ese contexto, la obra de arte como producto, no busca satisfacer
las necesidades estéticas del consumidor sino invitarlo a descubrirlas en
si misma. Una de definición de Mokwa (citado por Colbert y Cua-
drado, 2007) afirma al respecto que “el marketing no le dice a un ar-
tista cómo crear una obra de arte; más bien, el papel del marketing es
encajar las creaciones e interpretaciones del artista con una audiencia
apropiada”.
Pero con o sin asesor de marketing, los productores culturales de-
ben salir de sus espacios propios y esforzarse, de manera individual y

10 Libros & Letras / SEPTIEMBRE de 2010


colectiva, por “tener unas buenas condiciones de difusión” y “para que
los receptores reciban una educación pensada para elevar su nivel de
recepción” (Bourdieu) 2007. Para ello y siguiendo al sociólogo fran-
cés, “hay que defender las condiciones de producción necesarias para
hacer progresar lo universal y al mismo tiempo obrar para generalizar
las condiciones de acceso a lo universal, para hacer lo necesario a fin
de que cada vez más gente reúna las condiciones necesarias para apro-
piarse de lo universal” (ibídem).
De lo contrario, se pregunta Muleiro (2006) “¿cómo harán los
receptores de las crónicas e informes, de los relatos de los hechos, para
ejercer su derecho a saber y así poder tomar las decisiones mejores
en su interacción social permanente, si no acceden a textos que estén
elaborados desde su punto de vista y posición…?” .
Vivimos un momento singular de la historia, afirma Reinoso
(2007) dado que “por un lado, el mercado compite por los grandes
públicos poniendo al espectáculo en el centro de sus desvelos, a la par
que empuja hacia la estandarización. Y, por otro lado, se van confor-
mando públicos muy diversos que exigen cosas muy distintas. En ese
contexto, los medios de comunicación —y específicamente, el perio-
dismo cultural— diversifican su oferta y su discurso con la intención de
sumar nuevas audiencias.”
Paradójicamente, el periodismo especializado diversifica contenidos,
ofertas y audiencias al tiempo que deja de lado múltiples expresiones
culturales, que son marginadas de la agenda en tanto no contribuyen al
objetivo de incursionar, a toda costa, en nuevos segmentos del merca-
do de las comunicaciones.
En tanto “la actividad de informar a través de los medios de comuni-
cación representa, sin excepción alguna, una toma de posición que pro-
duce un resultado específico” dado que “los mecanismos de obtención
de información, las fuentes elegidas para ello, las decisiones adoptadas
sobre lo que cada información ‘vale’, y el lenguaje y la estructura de
texto elegida para transmitir esa información redundan en actos de
discriminación y de exclusión” (Muleiro, 2006), las posibilidades de
comunicación de los productores culturales ajenos a ciertos circuitos,
organizaciones o actividades reconocidos como fuentes aparece como
muy estrecha.
El campo periodístico, afirma Bourdieu (2007) ostenta “el mono-
polio de hechos de los medios de producción y difusión a gran escala de
la información, mediante los cuales regulan el acceso de los ciudadanos
de a pie, así como de los demás productores culturales” a la difusión
masiva. De este modo y a pesar de ocupar una posición inferior en los
campos de producción, dominan en cuanto mediadores comunicacio-
nales (ibídem).

SEPTIEMBRE de 2010 / Libros & Letras


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Consecuentemente, “cualquier acción que trate de divulgar los lo-
gros más excepcionales de la investigación científica o artística más ade-
lantada supone poner en tela de juicio el monopolio de los instrumen-
tos de difusión de esa información (científica o artística) que ostente
de hecho el campo periodístico y también una crítica de la pretensión
de representar las expectativas de la mayoría que elabora la demagogia
comercial de quienes disponen de los medios para interponerse en-
tre los productores culturales …y la gran masa de los consumidores”
Bourdieu (2007).
Por su parte el campo periodístico parece estar sufriendo mutacio-
nes intrínsecas. Fermín Fèvre (1998) afirma en tan sentido que “el críti-
co especializado ha sido reemplazado en los medios por cualquier otro
periodista” en lo que, a su entender, constituye “una forma de muerte
de la crítica” en un contexto en el que “ al quedar todo reducido a la
comunicación el arte es presentado como mercancía o como espectá-
culo”, razón por la cual “su dimensión profunda, revulsiva, motivadora
y transformadora, que abre nuevos horizontes al pensamiento y a la
percepción, está ausente, en el mensaje, comunicativo en los medios”.
“En este contexto –asegura Reinoso (2007)- , algún sector del
periodismo cultural pasa a sacralizar los números en detrimento de
otros valores. Por ejemplo, un concierto exitoso será el que reúna el
mayor número de asistentes. Una novela exitosa será la que venda
más ejemplares. Un programa de televisión exitoso será el que coseche
más rating. La calidad pierde a manos de la cantidad. Y el periodismo
cultural, con críticos muchas veces complacientes con la industria del
entretenimiento, acaba sirviendo a esos parámetros”
Es que los medios no se limitan a transmitir sino construyen acon-
tecimientos y forman un mundo particular a través del discurso. “No
existe discurso que no sea generado bajo condiciones sociales determi-
nadas de producción, no existe discurso que sea recepcionado fuera de
toda condición social de recepción (y, como consecuencia, que no esté
marcado por esas condiciones)” (Ipola, 2008).
A los ojos del observador interesado, la cultura se percibe con los
colores, brillos y formas de las imágenes de un calidoscopio en constan-
te y rico surgimiento y movilidad. Refiriéndose a la publicidad y el con-
sumo, Alberto Borrini (1980) afirmó que “así como esta sociedad
consume jabones y automóviles”, “también consume en cantidades ja-
más registradas anteriormente libros, música, revistas, medicamentos,
cuadros, conciertos, obras de arte. Esta sociedad consume hasta los
libros de los que están en contra del consumo”.
Para estimular el consumo en ese rico espectro cultural resulta necesa-
rio dar noticia de todo ese acontecer, porque es mediante la comuni-
cación como se conectan los productores culturales con sus potenciales

12 Libros & Letras / SEPTIEMBRE de 2010


consumidores. Es necesario buscar caminos concretos dentro de lo que
la realidad presenta.
En el proceso de construcción de la agenda –dice Muleiro (2006)-
hay “una gama de decisiones que surge de las reacciones de un medio
en su contraste y su competencia con otros. Es frecuente que un flash
de una estación de TV dedicada a las noticias lleve a las agencias a co-
rrer detrás de un hecho, no necesariamente prioritario.
Las agencias empujan a otros medios a dedicarle tiempo y espacio
al tema, que queda instalado acaso a partir de una iniciativa aislada”.
Por un lado entonces esa necesidad comunicacional puede intentar
canalizarse a través de los medios de comunicación social arraigados
en el sistema, para lograr, de alguna manera, encontrar un espacio en
su agenda e ingresar en ese proceso de “contagio intermediático” que
señala Muleiro (Ibidem).
Para afrontar esta empresa es necesario transmitir señales que
orienten a la formación de una imagen de los hechos culturales pro-
puestos. En tan sentido es recomendable la creación de canales de co-
municación con los medios ante los que se pretende hacerse “visible”.
La actividad en tal sentido no deberá limitarse al envío de gace-
tillas, sino basarse en una labor de relaciones públicas que incluya la
facilitación del trabajo periodístico (notas redactadas en formato tipo,
agregado de fotografías y videos, etc.), invitaciones a visitar la sede o
lugar de actividades y a presenciar la acción, aun más allá de lo que
puntualmente queramos promocionar. Se trata de crear una corriente
de buena voluntad que facilite los mecanismos de interacción y redunde
en beneficios mutuos. (Padula Perkins, 1998).
Por otra parte, sin que resulte una actividad ni exclusiva ni excluyen-
te respecto de lo antedicho, las organizaciones o los actores culturales
tienen a su alcance el amplio espectro comunicacional que representa y
vehiculiza Internet. Como es sabido a través de la web no solo pueden
hacerse cadenas de correos electrónicos para la difusión de un evento
artístico o cultural. Existen en línea numerosas plataformas y publica-
ciones dispuestas a incorporar y transmitir el mensaje de los distintos
actores culturales.
También son de fácil acceso y desarrollo los blogs, esos espacios
virtuales que permiten cargar contenidos artísticos y de difusión como
textos, dibujos, fotografías, audios y videos. Asimismo hay muchos es-
pacios en los cuales se pueden crear canales particulares, y las redes
sociales sirven también de soporte para distintas formas de comunica-
ción.
Asimismo resulta apta la utilización de instrumentos tradicionales
como volantes, plaquetas, afiches, charlas, etc. y medios de comunica-
ción alternativos según su ubicación geográfica, temática u orientación
general, ya que no siempre los públicos a los que se pretende acceder

SEPTIEMBRE de 2010 / Libros & Letras


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son usuarios asiduos de Internet, pudiendo ser muy cercanos y accesi-
bles mediante tecnologías menos sofisticadas.
Al respecto y tal como indica Fainholc (2004) “democratizar y
afianzar la sociedad del conocimiento no implica sólo el acceso a las
tecnologías” sino también “comprenderlas, apropiarlas crítica y reflexi-
vamente y otorgarles un sentido personal y sociocomunitario”.
La comunicación y difusión de las realizaciones resulta una herra-
mienta indispensable a la hora de promover el vínculo entre producto-
res y consumidores culturales.
Estar en la agenda de los grandes medios es un camino. Asociarse
tácita o explícitamente con agendas alternativas es otro. Autogestio-
nar la difusión también. Siempre se tratará de agendas inconclusas a
la cuales la producción cultural debe intentar acceder. En tal sentido
todos los caminos comunicacionales resultarán válidos en el esfuerzo
por patentizarse ante los otros.
Por eso, fuere importante o modesto el resultado alcanzado en
cada oportunidad, los actores culturales deben apostar constantemen-
te a todos los medios de comunicación a su alcance como vías de en-
lace con los potenciales receptores. Sembrar noticias al respecto no
asegura el florecimiento del arte ni de la cultura pero mantiene viva su
presencia.
Bibliografía y fuentes:
Borrini, Alberto (1980): Publicidad: El quinto poder. Ediciones El Cronista Comer-
cial, Buenos Aires.
Bourdieu, Pierre (2007): Sobre la televisión. Anagrama Compactos, Barcelona.
Colbert, Francois y Cuadrado, Manuel (2007): Marketing de las artes y de la
cultura. Ariel Patrimonio, Barcelona.
Fainholc, Beatriz (2004): Lectura crítica en Internet, Homo Sapiens, Rosario.
Fèvre, Fermín (1998): El arte y los medios de comunicación. En Boletín N° 2 de la
Academia Nacional de Periodismo.
En línea: http://www.academiaperiodismo.org.ar/boletines/boletines-02-0004.
htm [Consulta: 12-ENE-2010]
Ipola, Emilio de (2008): Voz “Discurso social”. En: Altamirano, Carlos: Términos
críticos de sociología de la cultura, Paidós, Bs.As.
Muleiro, Hugo (2006): Al margen de la agenda. Noticias, discriminación y exclusión.
Fondo de Cultura Económica de Argentina, Buenos Aires.
Padula Perkins, Jorge E. (1998): Comunicar. Necesidad de cada uno al alcance
de todos. En: La difusión de las organizaciones de la comunidad. “1996. Premio
Nacional Innovación Social”, Centro Nacional de Organizaciones de la Comunidad
(CENOC), Buenos Aires.
Reinoso, Susana (2007): Comunicar cultura en la sociedad global. En Enciclopedia
Instituto Cervantes, anuario 2006-2007. En línea:
http://cvc.cervantes.es/lengua/anuario/anuario_06-07/medios.htm [Consulta:
13-ENE-2010]

14 Libros & Letras / SEPTIEMBRE de 2010


SEPTIEMBRE de 2010 / Libros & Letras
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Alexandra
Mora

Nubes de Abril
Nubes de Abril es una novela de última tecnología que utiliza la potente
herramienta de la generación arroba (@), que se adapta a todas las
culturas, tremendamente atrapadora, de Amor y Desamor, donde la
pasión es sinónimo de peligro, donde nada resulta ser lo que parece,
que transcurre en medio de un mundo sofisticado y de buen vivir.

¿C ómo una médica otorrinolaringóloga con énfasis en cirugía


plástica facial, medicina láser y rejuvenecimiento, puede escri-
bir una novela que, de inmediato, caló en los lectores? Nadie sabe,
pero lo que sí es cierto es que no sólo sus pacientes han tenido el
verdadero gusto de devorar sus páginas, sino más de cinco centenar
de lectores desprevenidos que en muy poco tiempo y por “radio
bemba” se han indo enterando de la importancia de esta novela.
Este es el primer libro de Alexandra Mora, una otorrinolaringó-
loga y cirujana plástica facial que se lanza al mundo de las letras, una
escritora no conocida que agoto su primera edición en menos de 90
días ¡Esto es sorprendente! Es el fruto de lo universal de su obra. Su
segunda edición ya está en todas las librerías del país, en 9 países del
habla hispana y en amazon.

16 Libros & Letras / SEPTIEMBRE de 2010


Hoy -y es realmente increíble- es una de las obras más solicitadas en
el medio y, muy seguramente, Nubes de Abril , la historia del timador
perverso, quedará en la memoria de muchos lectores.

- ¿Qué leía mientras estudiaba medicina?


- La poesía de Pablo Neruda como Los Versos del Capitán. Y Gar-
cía Márquez, sin duda porque me descresta, me apasiona, me
guía, y me cautiva. Su capacidad perceptiva y acertiva son inalcan-
zables. La risa y el olvido de Milán Kundera. A la sombra de las
muchachas en flor de Marcel Proust. Y en los turnos, la colección
que tenemos con mi hermana heredada de mi abuelo y mi papa de
Selecciones Readers Digest.

-¿Por qué decidió escribir una novela?


-Era un sueño que tenía desde siempre, pero nunca lograba sacar
tiempo. El año pasado me invadió el demonio creativo y me impulso
un amigo escritor, Eduardo Escallón, que me obligó a sacar el
espacio para relatar una novela, con tan buena suerte que le en-
cantó al editor y me la publicó. Siempre había querido narrar algo
no médico. Mi libro cae en cualquier género novela, expediente,
tragicomedia, ensayo, aventura y por supuesto ficción. La novela es
un género amplio y sin límites que permite e invita a la creatividad y
donde se puede también demostrar que la belleza femenina y la sen-
sibilidad crecen o decrecen en el mismo ambiente. Existen espacios
para todos los sentimientos, tanto los que producen felicidad como
los desafortunados. Espontáneamente fueron naciendo dentro de
mí, sentimientos que influyeron para convertirlos en expresiones es-
critas, con descripción física minuciosamente detallada de las caras
(mi especialidad), de los lugares, los olores y las sensaciones, que
le dieron intensidad a la trama, ritmo al argumento y fuerza a los
personajes, para finalmente convertirlos en testimonios que le die-
ron vida a personajes que abiertamente, después de un extremado
trabajo creativo, me permitieron convertirlos en Nubes de Abril.

-¿Que es lo más impactante de su novela?


- Nubes de Abril está escrita con una visión del mundo desde el mismo
ángulo y la misma perspectiva que tienen los lectores, un panorama
de la sociedad con sus mismos sufrimientos, sentimientos extremos,
prejuicios, ilusiones, obsesiones, problemas, cadenas y característi-
cas con el fin de que polemicen, se cuestionen y se identifiquen in-
mediatamente con los conflictos, con los personajes, incluso con la
manera de resolver los problemas, y con una ideología colmada de

SEPTIEMBRE de 2010 / Libros & Letras


17
reflexiones profundas. Es una novela de última tecnología que utiliza
la potente herramienta de la generación arroba (@), que se adapta
a todas las culturas, porque muchos se identifican, tremendamente
atrapadora, donde la pasión es sinónimo de peligro y donde nada
resulta ser lo que parece. Todo lo anterior con un magnifico manejo
del humor y la ironía alcanzando a transmitir un mensaje universal,
que puede pasar inadvertido para el lector desprevenido. En esta
cautivante novela los e-mails entre Abril Tossa y Maikol Sade,
equivalentes a las cartas de amor de viejos tiempos, desempeñan un
rol preponderante.

- ¿Ha leído autores colombianos en los últimos años?


- Si, a William Ospina y su novela histórica sobre Pedro de Ur-
súa en la época colonial, con sus percances de españoles en su afán
de buscar riquezas, a costa de los indígenas, los conflictos entre ellos,
la Iglesia y luego cuando es destituido por España. De Eduardo Es-
callón La Antorcha Brillante donde nos narra, a manera de crónica
literaria, la historia del Precursor, Antonio Nariño quien tradujo
los Derechos del Hombre y del Ciudadano; el autor de este relato
le cuenta al lector en forma amena la vida del prócer. Hilos de Sangre
Azul de Patricia Lara. De Sandro Romero Miedo a la Oscuridad.
Los caballeros las prefieren brutas de Isabella Santodomingo que
trata sobre cómo las mujeres tienen que fingir inocencia, ingenuidad,
sometimiento o de plano pasar por brutas para no ser una amenaza
para los hombres y además ser complacientes. Es divertido, anecdó-
tico, cínico y entretenido sobretodo para la gente que tiene buen
sentido del humor. Pero sobre todo leo artículos de medicina, de
mis especialidades, los últimos avances para mis procedimientos y
conferencias.

Informes:

nubesdeabril2009@gmail.com
www.alexandramorahernandez.blogspot.com
www.twitter/NubesdeAbril
Facebook: Novela “Nubes de Abril”de
Alexandra Mora (Segunda Edición!!)
www.amazon.com: Nubes de Abril (R.T) (Narrativa)
(9789580611363): Alexandra Mora Hernández : Books

18 Libros & Letras / SEPTIEMBRE de 2010


SEPTIEMBRE de 2010 / Libros & Letras
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E sta es la nueva alternativa de periodismo cultural que se abre en
Internet. Una nueva propuesta de hacer cultura, que dirige el pe-
riodista Carlos Castro Arias, que gracias a su importante trabajo
en los medios de comunicación y a su interés y afecto por la cultura de
nuestro país, se unió a un grupo de periodistas, editores, diseñadores,
escritores y corresponsales de diferentes regiones del país para crear
un espacio dedicado a la cultura: www.periodismosinafan.com

-¿Cómo nace www.periodismosinafán.com?


- Nace una noche en que me di cuenta que podía utilizar mi expe-
riencia para difundir las noticias que acontecían en Ramiriquí, un
pueblo de Boyacá, de donde soy oriundo; y ante la cantidad de pai-
sanos con los que continuamente me comunicaba por Internet, quie-
nes me manifestaban la necesidad de dar a conocer las actividades
de la región.

- ¿Entonces www.periodismosinafán.com es un medio de comunicación


dedicado a la noticias de la región?
- Inicialmente lo fue, pero luego de tres años de labores, queremos
evolucionar y convertimos en un medio de comunicación, en donde
el tema cultural sea el preponderante, buscando contar aquellos he-
chos que no tiene la premura del tiempo, es decir, que no necesaria-

20 Libros & Letras / SEPTIEMBRE de 2010


mente sean las noticias del momento, pero que genere gran interés
en nuestros lectores y nuevos visitantes. “Periodismo sin afán” será
una página en Internet incluyente, dirigida a todo tipo de público.

- ¿Cuál será el nuevo contenido que manejará www.periodismosinafán.com?


- El contenido estará divido en las siguientes secciones: música, tea-
tro, libros, cine, exposiciones, actualidad y regiones, a ésta última se
dará un espacio importante, ya que consideramos que hay diferentes
manifestaciones culturales en el país, que por falta de espacios en
otros medios no son difundidas suficientemente. Y, habrá lugar para
información que provenga del mundo hispano.

- ¿Hay espacio para que los lectores interactúen, envíen sus opiniones y
noticias?
- Por su puesto. Inicialmente lo pueden hacer por el correo-e que
aparece en la página y, sobretodo, por las redes sociales como face-
book y twitter. La página realizará diferentes encuestas, con el fin de
tener en cuenta la opinión de nuestros lectores en diversos temas.
Estamos abiertos a recibir comentarios y material que, previamente
autorizados, publicaremos.

- Es muy importante que los medios de comunicación trabajen de la mano


con otros, ¿ustedes cómo lo harán?
- Gracias a nuestra labor, hemos logrado hacer un trabajo en con-
junto con un grupo de amigos como los son los de la revista Libros
& Letras, la Agencia de Noticias Culturales, la Red de Mundial de
Radio, entre otros medios, los cuales hemos unido esfuerzos para
apoyar la actividad cultural que se desarrolla en Colombia y Latino-
américa.

- ¿Considera que los medios de comunicación en la Internet tienen más


importancia actualmente?
- Si, porque el acceso a internet es cada vez mayor para el público,
por lo que esto se convierte en una excelente oportunidad para
medios alternativos. Además, porque existe la posibilidad de que el
usuario sea quien seleccione los temas que le interesen e interactué
directamente con quien los hace.

SEPTIEMBRE de 2010 / Libros & Letras


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A Jairo Aníbal Niño…
vii Premio Nacional de Literatura
Libros & Letras, 2008
Fotografía de: Luís García

Jhanairo Aníbal Niño se despide de nosotros dejándonos el her-


moso legado de sus poemas e historias para niños y jóvenes, que
acompañado en su crecimiento a muchos lectores alrededor del
mundo y seguirán haciéndolo.
Sus preguntas, sus poemas sobre los primeros amores y perso-
najes como Zoro, Dalia y Zazir continuarán viviendo entre las nuevas
generaciones.

¿Qué es la despedida?

La despedida es una mano


que es un pañuelo
que es el corazón
y la distancia.
La despedida es una mano
que es un pañuelo
que es una mano
en el corazón
de la distancia.

Preguntario, 1990

Fundalectura

22 Libros & Letras / SEPTIEMBRE de 2010


Pesar

Hoy murió mi amigo Jairo Aníbal Niño, escritor de cuentos para


niños. La Alegría de Querer y Zoro, son sus libros más exitosos y be-
llos. Amó a los niños, amó la lectura y odió la hipocresía. En varios
colegios de Bogotá estuvimos juntos haciendo talleres de literatura.
Jairo fue excelente escritor, hombre bueno, padre de familia cariño-
so y amigo fiel. Siempre lo recordaré, imposible de olvidar, porque
se quedó a vivir en mi corazón de "NIÑO".

Alfonso Lobo Amaya “Lobito”.

Adiós al fantástico mago

Una vez más frente a estas letras de nuestro abecedario para cons-
truir las palabras postreras. Ahora, en esta triste ocasión, dedicadas
a un ilusorio mago, a un creador de caminos y aventuras, a Jairo
Aníbal Niño, Premio Nacional de Literatura. Él se va para que
nosotros lo volvamos a leer, para que de sus libros vuelva a salir la
esencia que significó su oficio, para que podamos volver a contar
con el lenguaje como el vértice de la razón y construyamos con las
palabras lo que muchos han destruido con el verbo exaltado y pen-
denciero de los que no tienen la razón. Jairo Aníbal, ¡bienvenido a
los pequeños ejércitos de los invencibles!

Luis Fernando García Núñez

Hay dos legados para dejar a los hijos: el primero, raíces; el segundo, alas.
Unamunp
No ha partido
sólo está de viaje
el escritor de
El monte calvo y Zoro,
Puro pueblo y La alegría de querer
Toda la vida y Preguntario
entre otros libros
extraordinarios de la condición humana.
Honor y gloria
a sus palabras de infinitos horizontes.

Cátedra Iberoamericana Itinerante de Narración Oral y


Escénica, México D.F./ Madrid.

SEPTIEMBRE de 2010 / Libros & Letras


23
La ilusión de Dios
“Todo lo religioso, incluido
dios, es el resultado del
proceso de creación cultural
de la humanidad”

E rasmo Rodríguez, autor de La ilusión de Dios, abarca en este


libro uno de los temas más controvertidos de la historia: Dios,
donde dice que es una creación cultural de la humanidad. Escribir
este libro le tomó aproximadamente cinco años. Este trabajo le
implicó dedicación, estudio bibliográfico, trabajo de campo como
entrevistas y participación en múltiples eventos para desentrañar y
comprender discursos y prácticas. Hablamos con su autor.

- ¿Cuál fue la idea inicial del libro?


- Fue plantear mis propios razonamientos y descubrimientos ba-
sados en el estudio juicioso de la temática Dios y variedad de as-
pectos relacionados con esa creencia. Quise mostrar que todo lo
religioso, incluido Dios, es el resultado del proceso de creación
cultural de la humanidad, de tal manera que lo divino y lo sagrado
de las religiones corresponde al sentido que a ello se le ha dado,
mas no a que exista algún ser sobrenatural.

- ¿Es un libro para reflexionar sobre Dios? ¿La vida? ¿El pensamiento?
- La ilusión de dios es el pensamiento fluido, responsable y sincero
como expresión de la vida social que ubica en su justo sitio esa
realidad humana de fe, oración, símbolos, muerte, moral, negocios
divinos, paz interior. Es como una ventana para asomarse al mundo
de algunas de las religiones dominantes, entre ellas el judaísmo, el
cristianismo, el islamismo, el hinduismo y otros sistemas filosófi-
cos como el budismo, confucionismo, taoísmo. Esta obra quiere

24 Libros & Letras / SEPTIEMBRE de 2010


motivar al lector para que piense y entienda que Dios y todas las
divinidades son construcción humana y nada más.

- A pesar de todo ¿aún hay angustia sobre Dios? ¿O escepticismo?


- No tengo angustia sobre Dios. Actualmente comprendo desde la
lógica de la razón, la necesidad humana de construir divinidades.
Hoy, simplemente miro pasar el acontecer religioso de las socieda-
des y entiendo que corresponde a la expresión de las tradiciones
aceptadas acríticamente por el grueso de las poblaciones. Respeto
las creencias que cada uno tenga pero no comparto la dominación
tan terrible que ejercen las organizaciones religiosas sobre sus fieles
creyentes. A mucha gente le falta conocer la prehistoria y la historia
de la humanidad así como el proceso de formación y desarrollo del
universo. Son muchos los que no tienen confianza en si mismos y
eso genera el vacío espiritual (valores) suficiente para acogerse al
imperio de las divinidades.

- “Soy ateo, gracias a Dios” ¿Será una acotación de humor? ¿Será una
reflexión? ¿Será que tememos a algo?
- Es una forma irónica que usan los religiosos(as) para mostrar que
sus creencias son ineludibles y que sus verdades son eternas e irre-
futables. Cuando hay dependencia de lo divino por la interiorización
de sus dogmas y prácticas, sí hay temor y no se comprende la po-
siblidad de vivir sin dios. Las creencias religiosas enceguecen, llevan
al fanatismo y anulan cualquier otra posibilidad de entender al ser
humano y su mundo natural y social.

Informes:
311 540 01 42 – 291 80 03
eramos997@hotmail.com
Puntos de venta:
Universitaria Libros, Librería
Nacional, Centro Cultural
Gabriel García Márquez,
Librería Universidad Nacional,
Librería Panamericana.

SEPTIEMBRE de 2010 / Libros & Letras


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26 Libros & Letras / SEPTIEMBRE de 2010
SEPTIEMBRE de 2010 / Libros & Letras
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El sueño de una sombra
Por: Álvaro Mata Guillé
Poeta – Costa Rica

L os cantos de Gilgamesh, que rememoraban el diluvio en busca de lo


eterno, las epopeyas de Homero que recopilaban el designio escrito
en los oráculos, los relatos indígenas del sol atrapado por la luna convertido
en serpiente, no hacían más que recoger las iniciales explicaciones de un
largo camino de indagación, de buscarnos en el vacío del entorno, haciendo
de las experiencias signos que explicaban lo otro: el conocimiento, se mani-
festaba en sus inicios, como ceremonia, fiesta, celebración, transmitiéndose
como un volver, un recordar que pretendía conciliarse con el destino, un
revivir que era necesario para enfrentar al olvido, donde se vinculaba el
pasado y el presente a través de la memoria: era el grito confundido con el
viento, la sensación mezclada con la lluvia, el sentir hecho pregunta conver-
tido en duda, en incertidumbre, en lenguaje.
Inmersos en los ruidos de la selva, en el silencio del mar o el desierto,
en el vaivén de los ecos en el bosque reflejados en el horizonte, asumíamos
el paso del tiempo y las cosas se transformaban en signos, signos que nacen
de la relación de nuestras percepciones, de la pluralidad del cuerpo, y el
entorno: conocer implicaba acercarnos a nosotros proyectados en lo otro,
más que un acercamiento era una vinculación que nos permitía leer y leer-
nos en busca de sentidos, de nombres o razones.
Así nació el teatro, la poesía, la música, a través de la percepción trans-
formada en imagen, en la pulsión y su vínculo con lo otro convertido en
lenguaje, permitiendo distinguir las cosas enfrentados a la ausencia, a la
muerte y a la perennidad que se mueve sin control en su misterio. Desde
ahí –en el rito, la ceremonia, la fiesta– empezamos a reconocernos, a con-
vivir entre nosotros, a palparnos, sabiéndonos parte del todo, sabiéndonos
la naturaleza que se explica a sí misma, la pluralidad que nos habita, habita
un cuerpo necesitado de decirse.
En la poesía, el teatro o la música, el cuerpo se reencuentra con el cuer-
po, se desnuda la animalidad, el tiempo transcurre en su ausencia y la lejanía
que al volver queda atrapada en la remembranza: recordamos voces, escu-
chamos ecos de muertos y ancestros, nos escuchamos y escuchamos, nos
vemos y vemos, descubrimos el rostro del otro –el vos, el tu, el ello– que es
el nuestro. En esos lugares –la pluralidad, lo disidente, nuestra extrañeza–
se manifiestan y la vida y la muerte se conjugan en su perpetuidad, provo-
cando la tensión vital que nos hace ser y estar destruyendo absolutos, la pus

28 Libros & Letras / SEPTIEMBRE de 2010


de las máscaras, lo anquilosado del lenguaje, permitiendo desde ahí, desde
esos lugares que persiguen conversar con la otra orilla, reencontrarnos con
lo que somos, pues al palpar al entorno, al deletrear aquello que sentimos
en procura de una respuesta, nos reencontramos solos y ajenos en tránsito
de una noche a otra, conversando con la nada que se muestra a sí misma.
Reencontrarnos, vislumbrar el inicio que está al final, la noche que va
hacia la noche, los senderos que se pierden sin respuesta. Si tuviéramos
que elegir algo que nos permita reformular el sentido de lo que somos, lo
que hemos sido y podemos ser, en una época como la nuestra, donde los
lenguajes están muertos, me atrevería a decir que es la poesía. Pero no me
refiero con ello a una estética o un género literario, tampoco al balbuceo
o al sentimentalismo, a la impostura, al dogma o la frivolidad. La poesía –
como la música, la danza o el teatro– son experiencias de vida, lugares de
comunión donde nos reencontramos, es decir, al explorarnos en el espejo
vacío de nuestro rostro, al indagarnos en la precariedad que nos envuelve
sabiéndonos en tránsito hacia la muerte –despojándonos de censuras o el
envanecimiento inútil de creernos dueños de una eternidad que no existe–
enfrentamos al olvido, el olvido de nosotros, de lo que somos: lenguaje
que se palpa a sí mismo y se disuelve para retornar al origen, a la soledad
necesitada del otro, a la memoria, conciliación con lo que somos.
La relación entre poesía y sociedad es estrecha, al mencionarla, vuelvo a
decirlo, hablo de una condición que atañe a la existencia, una condición fun-
dacional donde principian los vínculos, donde surge la convivencia, puesto
que convivir nos obliga a construir a un lenguaje, a sentirnos, a establecer
parámetros que posibiliten coexistir. La convivencia nace del reconocerse,
un volver al origen, al canto, al reencuentro con nosotros mismos, sobre
todo en estos días oscuros que pueblan nuestras sociedades, donde la de-
cadencia es mucha y muchos los padecimientos, el odio, la envidia, muertes
por doquier, tenemos más cosas y más banalidad, más resentimientos; la
condición humana, nuestra frágil condición existencial, fracturada y empo-
brecida. Ante este panorama, las preguntas que aparecen y debemos hacer-
nos, se refieren al sentido de las cosas, al sentido del nosotros, al por qué
permanecer o seguir y cómo, percibiendo el misterio que nos embarga, el
tránsito que se dirige sin remedio a la nada, al vacío lejano en las estrellas,
sabiéndonos el sueño de una sombra.

*El título pertenece a libro de Jorge Arturo, El país de los ausentes.


** El presente ensayo introduce la revista que presentaremos en el marco del
Festival Internacional de Poesía Abbapalabra, en San Luis Potosí.

SEPTIEMBRE de 2010 / Libros & Letras


29
La vida es como es
“Amo a los niños con todo mi
corazón y con toda mi alma”
Alfonso Lobo Amaya

N o podemos dudar que es uno de los escritores más exitosos


dentro y fuera del país en cuanto a Literatura Infantil se refiere.
Siendo ocañero, Norte de Santander (Colombia) decidió su vida
profesional como matemático y escritor en Bogotá. Y aunque le de-
dica su vida a los pequeños, La vida es como es se convierte en un
maravilloso referente de reflexión.
- ¿Por qué escribes para niños?
- Los niños son rayitos de amor que entran por la ventana y calientan
el corazón. Porque así como los colores dan alegría a los pájaros, a
las flores, a los peces y a las piedras preciosas, los niños son quienes
dan color y alegría a la monótona y aburrida vida de los adultos. Una
vida sin niños es un jardín sin flores, un cielo sin estrellas o un bebé
sin sonrisa.
- Todos los libros se quieren como a los hijos o a los hermanos ¿pero hay
un libro tuyo que quieras especialmente?
- Hay dos: En literatura Infantil mi primer cuento, La tortuga desden-
tada, que hice para los niños, y con el cual gané el primer Concurso
Nacional de Literatura Infantil Susaeta, auspiciado por la Cámara Co-
lombiana del Libro y le editorial Edilux. Este cuento es un camino de
ascenso a la comprensión de las dificultades de la vida. y el segundo
libro, para adultos, La vida es como es.
- Realmente ¿”La vida es como es”?
- Sí. ¡La vida es como es! El libro hace ver al lector la vida como es
realmente y no como le dijeron que era. ¿Y cómo es la vida? ¡Pues
como llega! ¡Como se presenta en el día a día!: placer-sufrimiento,
alegría-tristeza, unión-separación. éxito-fracaso, amor-odio, etc.

30 Libros & Letras / SEPTIEMBRE de 2010


- ¿Qué pretendes dejarle al lector con este libro?
- La más clara comprensión de cómo es la vida, realmente. Ver lo
faso como falso, lo verdadero como verdadero y lo verdadero que
hay en lo falso, y no ver la falso como verdadero, como sucede
ahora. El libro es una propuesta para desarrollar un discernimiento
agudo, una nueva visión optimista del vivir humano, un verdadera
percepción intuitiva de ver La vida es como es. Pretendo dejar-
le al lector un sendero de ascenso hacia una conciencia superior,
elevándolo a un nivel de entendimiento tal, que pueda superar la
afectación de la dualidad, disfrutando la vida como llega sin meterle
falsas expectativas.
- ¿Este libro es para reflexionar, pensar?
- ¡Totalmente! Este libro, no es una novela, son 28 conferencias
temáticas, dictadas por el autor en universidades y empresas de
Bogotá en el lapso de 10 años como orientador psicológico y es-
piritual, donde cada tema toca un aspecto de la vida diaria, como
el apego, los temores, los miedos, los fracasos, las frustraciones,
etc., llevando el lector a la aniquilación de estos pesados elementos
psíquicos, íncubos y súcubos, engendros mentales generadores del
sufrimiento en el ser humano, para la obtención de la paz interior
o paz mental, tan anhelada por los buscadores espirituales.
- ¿Cuál es el hilo central de este libro?
- El leitmotiv del libro es llevar al lector al desarrollo de una con-
ciencia superior que le permita superar la afectación producida por
la dualidad del vivir cotidiano, viendo lo falso como falso y lo ver-
dadero como verdadero. El hilo conductor es hacerle entender al
lector que la vida es como es y que hay que aceptarla como llega,
sin pretender cambiarla, porque la vida como se presenta día a día
es la voluntad de Dios. En la aceptación de la vida como es está la
solución a las contradicciones internas y a los conflictos externos
de la vida rutinaria sobre este planeta tierra con su carga de ocho
billones de bípedos humanos dándole la vuelta al sol. ¡Vaya progra-
ma del ser humano!

Informes:
Librería Mundial (Carrera 8 No.21-39
Teléfono 57-1-341.8346), Librería El
Arcano (Calle 56 No.15-32), Salud
Vibrante (Avenida Caracas Calle 48) de
Bogotá y en Ocaña con Rosalba Lobo A.
en el 317.680.4417

SEPTIEMBRE de 2010 / Libros & Letras


31
María
t
Antonieta
del Valle
M aría Antonieta del Valle Benavente,
nació en Santiago de Chile el 10 de Julio
de 1946, estudió Arquitectura en la Universidad
de Chile titulándose en 1975. Se desempeñó du-
rante 40 años como funcionaria del Ministerio
de Vivienda y Urbanismo especializándose en
el diseño, construcción e inspección técnica de
viviendas sociales, en la capital y regiones del sur
de Chile.
La exuberante naturaleza de islas, lagos y bosques de estas zonas,
marcó su sensibilidad que empezó a expresarse en la pintura y la poesía,
editando en 1987 su primer libro de poemas En mis manos. Incursionó
también en otros géneros literarios, el cuento, la crónica, el ensayo,
participó como columnista en los Diarios 24 Horas y el Llanquihue de
la ciudad de Puerto Montt y editó 4 números semestrales del Boletín
Regional del Colegio de Arquitectos.

Junto a su rol de madre, nació su dedicación al cuento infantil, con


“El Caracolito Parlanchín” y posteriormente la serie “Cuentos de Pepito
Max” con carácter ecológico y didáctico, de los cuales ha editado 6
títulos a la fecha, “El balón de la luna”, “El zorzalito curioso” “Las ga-
viotas urbanas”, “La colita saltarina”, “El grillito trovador” y “Las flores
voladoras”.
Actualmente ya pensionada como arquitecto del Sector fiscal, tiene
todo su tiempo para dedicarlo a la literatura y el arte, y en este campo
tiene aún mucho por hacer y que decir.
Cuentos de Pepito Max

32 Libros & Letras / SEPTIEMBRE de 2010


{ entrevista }

José Luis
Díaz-Granados
¡amigo!

Fotografía de: Luís García

Por: Jorge Consuegra

S implemente…amigo. Lo demás lo dicen sus libros, sus poemas,


sus testimonios, sus palabras, sus exilios y hasta sus abrazos
acompañados siempre de amigos.
Las mujeres, muchas mujeres, infinita cantidad de mujeres dicen:
“¡José Luis!” abriendo los ojos y sintiendo la enorme satisfacción
de oír su voz, sus versos, sus metáforas.
Sus amigos, muchos amigos, infinita cantidad de amigos dicen:
“¡José Luis!” abriendo su alma, sus brazos, su sentimiento, su ter-
nura, su alma, su cariño, su solidaridad.
Los poetas, muchos poetas, infinita cantidad de poetas dice:
“¡José Luis, poeta!”. ¡Y qué poeta!

- ¿Cuál es el recuerdo más lejano que tienes de tu infancia?


- Creo que tenía unos tres o cuatro años y un día (no recuerdo si
era de mañana o por la tarde) tuve conciencia de que yo era yo,
mientras jugaba solo con una pelota blanca de caucho en el patio
de mi casa del barrio Palermo en Bogotá. Recuerdo nítidamente
cómo la pelota saltaba repetidamente sobre el baldosín rojizo y se
perdía lentamente por el zaguán que conducía al patio de la alberca.
Súbitamente sentí que estaba vivo, que todo tenía sentido, algo así...

- Era muy temprano estar en Bogotá…


- Yo nací en Santa Marta, hijo de padres samarios, pero a la edad de
1 año me trajeron a Bogotá a una casa situada en el barrio Palermo
donde viví ¡52 años!... Hasta mi viaje a Cuba. Ahora “me reparto”

SEPTIEMBRE de 2010 / Libros & Letras


33
entre el apartamento de Federico frente a la Javeriana y la casa de
Gladys, mi esposa, en Santa María del Lago.

- ¿Cómo era esa Bogotá cuando empezaste a salir a la calle, a ver la gente,
mirar los cerros?
- Mi Bogotá en 1949 y 1950 era una ciudad sin edificios, muy bonita,
con poca gente, poco sol, llovizna y hollín; llena de casas de ladrillos,
parques y jardines con muchos pinos. Mis primos Rafael y José
Stevenson jugaban en las divisiones inferiores del Independiente
Santa Fe y me llevaban de la mano a ver a “Chonto” y a Pontoni
en los partidos y entrenamientos. Desde “El Campín” se veían los
cerros verdes, intactos, y a lo lejos, Monserrate y Guadalupe (a cada
rato los rayos quebraban los brazos de la Virgen). Con mi hermano
Manuel íbamos los Domingos a los matinales del Faenza, también a
la Media Torta (vi a un niño de mi misma edad dirigiendo la Orquesta
Sinfónica, llamado Robertico Denzi); a retretas al Parque de la
Independencia y a comer helados cerca del Venado de Oro (hoy Ins-
tituto Roosevelt). El presidente era Laureano Gómez, muy amigo
de mi abuelo materno, que era conservador, y mi papá, muy liberal,
me asustaba diciendo que había carros fantasmas que perseguían a
los enemigos del Gobierno. Los niños usábamos pantalones cortos
y los Domingos nos vestíamos con traje negro de vaquero de Ho-
ppalong Cassidy. Los grandes usaban vestido de paño con chaleco,
camisa de cuello duro, corbata y sombrero, y las mamás vestían sas-
tre con falda larga y sombrero con velo y alfileres finos. Una Bogotá
que se fue...

- ¿Cuál fue el primer libro que tuviste en tus manos?


- Aunque yo pertenezco a la generación cuyas primeras lecturas fue-
ron las tiras cómicas (“Dick Tracy”, “El fantasma”, “Ferdinando”,
“Mandrake el mago” y “Benitín y Eneas”), los primeros libros que
tuve en mis manos fueron los 20 tomos del “Tesoro de la Juventud”,
editados por la Jackson. Los años más felices de mi infancia están
acompañados de las infinitas lecturas de tantas narraciones indele-
bles. También recuerdo un libro (que aún conservo) titulado Infancia
de grandes hombres. Y varios libros de Constancio C. Vigil (Cartas
a gente menuda, especialmente).

- ¿Cuál fue la primera novela que te cautivó?


- Aventuras de Tom Sawyer. Cuando terminé su lectura duré varios
días con sus noches en un fascinante estado de encantamiento. Pocas
semanas después comencé a escribir, en un cuaderno rayado con un

34 Libros & Letras / SEPTIEMBRE de 2010


Esterbrook de tinta azul, una novelita que titulé Soledad en los mares,
cuyas aventuras viví con tal intensidad a medida que la escribía que
jamás he vuelto a experimentar esa sensación.

- ¿Qué películas recuerdas en el Faenza?


- Imagínate que El Espectador traía un formidable suplemento se-
manal (fundado por Álvaro Pachón de la Torre y Guillermo
Cano, que se llamaba Dominical, aunque salía los viernes) y mi her-
mano y yo nos lo peleábamos para leer las tiras cómicas y recortar
un cupón que nos permitía la entrada al Teatro Faenza el domingo y
participar de innumerables festividades para niños. Recuerdo haber
visto todas las películas de “Lassie”, “La colina dorada”, “Tarzán y
las amazonas”, “La carga de la brigada ligera”, “Eco de tambores”,
“Ahí vienen los tanques”, “El manto sagrado” y “Hong Kong”, con
Ronald Reagan. Manuelito, mi hermano, se ganaba todas las
rifas. Yo nunca me gané nada. Pero el goce de las películas me duraba
en la mente largos meses.

- ¿Más “Tarzán” que las de vaqueros?


- Sí, porque era un héroe sobrenatural, altivo, lejano y solitario. Era
un mito, una leyenda. Y siempre vencedor, con Jane y con Chita. Me
tocó en suerte ver en los años de mi infancia, en la década de los
50, a los tres mejores protagonistas del personaje de Edgar Rice
Burroughs: Johnny Weissmuller, Lex Barker y Gordon
Scott, con sus respectivas compañeras: Brenda Joy y Maureen
O`Sullivan, Virginia Huston y Vera Miles. De las películas de
vaqueros me gustaban Hoppalong Cassidy y Roy Rogers, pero muy
poco, casi nada...

- ¿Cómo era la cotidianidad cultura en el colegio?


- Tuve la suerte de que tanto en los colegios de primaria como en
los de secundaria se privilegiaban los asuntos culturales, en espe-
cial los literarios. En la primaria estudié en un colegio dirigido por
el profesor Samuel Camargo Uribe y su esposa, la educadora
ecuatoriana Rebeca Hidalgo de Camargo. Ella nos enseñaba
poemas, canciones, historias y leyendas del Ecuador. Allí declamába-
mos y pronunciábamos discursos exaltando a los próceres de la In-
dependencia. Representábamos comedias y zarzuelas, lo mismo que
cantábamos el vals “Sobre las olas”. En el bachillerato, a don Tito
Tulio Roa, rector del Gimnasio Boyacá y profundamente conserva-
dor y católico, le fascinaban los poemas que yo escribía al estilo de la
“Canción de gesta” de Neruda, donde exaltaba las luchas sociales

SEPTIEMBRE de 2010 / Libros & Letras


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en Colombia y atacaba a los yankis por el robo de Panamá. Don
Tito fomentaba los centros literarios y los periódicos estudiantiles, y
allí conformamos en 1962 el Grupo de Palermo con Pemán, Luis
Fayad y Álvaro Miranda, entre otros.

- ¿Cuál fue la mejor infancia de aquellos grandes hombres?


- Indudablemente, la de Pablo Neruda cuando era Neftalí Reyes
Basoalto. Vivió los años de su infancia en olor de poesía. Lo único
que le importaba era pensar, leer poesía, imaginar, escribir... Se veía
vivir mientras escribía. Escribía todo lo que observaba y cada instan-
te era un deleite, era un hechizo sonoro, era un rayo de asombro...

- ¿Cuál fue la primera de las grandes novelas que tuviste en tus manos?
- La náusea. No sé si te conté que en mi infancia y a comienzos de la
adolescencia vivíamos en la casa de mi abuelo materno como tres
o cuatro familias juntas: padres, hermanos, tías y primos. Y Pepe
Stevenson, primo hermano mío, era en 1959 y 60, el discípulo pre-
dilecto de Estanislao Zuleta, quien adoraba a Sartre por sobre
todas las cosas. De manera que Pepe puso en mis manos la novela
estelar del filósofo existencialista. Leí La náusea a los 13 años y “que-
dé marcado para siempre con hierro ardiente de aquel recuerdo”...

- ¿Qué novela siempre repites en su lectura? ¿Cuál o cuáles son las recu-
rrentes?
- Me parece que eso es algo cíclico. Por ejemplo, yo leí muchísimas
veces el Trópico de cáncer, entre los 18 y los 35 años. Lo mismo
me pasó con Pedro Páramo (novela que leí por primera vez en 1960
cuando se vendió en Bogotá una promoción del Fondo de Cultura
Económica), y con El otoño del patriarca en la década del 70. Pero
a la que siempre vuelvo con fervor cada vez mayor es a Molloy de
Samuel Beckett. Últimamente me he apegado mucho a Desgracia
de Coetzee y a Estambul de Pamuk.

- ¿Qué personajes femeninos te cautivaron hasta más allá del enamora-


miento platónico?
- De niño me enamoré con locura de Rita Hayworth en la película
“Salomé”. Luego me embrujaron Anna Magnani y Jeanne Mo-
reau. En la literatura, Susana San Juan, Anne Marie Schweit-
zer (la mamá de Sartre en Las palabras), Anaís Nin (la real y la
ficticia), June Edith Smith y Cecilia Valdés. En la vida real me
hubiera gustado estar muy cerca de la santa y perversa Isabel la
Católica.

36 Libros & Letras / SEPTIEMBRE de 2010


LA CAÍDA BRUTAL
Están lejos de haberse aclarado todos los as-
pectos de una de las dinámicas principales
del siglo veinte, que pesa aún sobre el de-
venir histórico del siglo veintiuno.
De qué manera se instaló, se desarrolló
y cayó el dominio de las burocracias tota-
litarias en Rusia y en varias naciones de
Europa Oriental, es una cuestión crucial
enraizada en la historia contemporánea.
A través de un enfoque rico y eclécti-
co, la autora, Dra. Alicia Miranda Hevia,
aborda sin prejuicios y con rigurosidad tal cuestión.
Examina las circunstancias, sobre todo económicas, que marca-
ron el dominio y la decadencia de aquellas burocracias.
Se apoya en varios autores imprescindibles que han sido oculta-
dos deliberadamente porque tenían verdades incómodas que decir.
Este ensayo sobre la historia contemporánea elabora propuestas
para responder a preguntas fundamentales, en primer lugar, sobre
el capitalismo de Estado que practicaron aquellas burocracias y en
segundo lugar, sobre los resortes de su desmoronamiento.

Alicia MIRANDA HEVIA (1952) tiene una variada


producción ensayística: Jaque mate en el paralelo 14
(2008), El segundo movimiento (2005), Las sílabas
azules (1991) y Novela, discurso y sociedad (1985).
Como obra de ficción ha publicado las novelas La hue-
lla de abril (ediciones de 2007 y 1989) y San Isidro
(ediciones de 1984 y 1980). Dos relatos suyos fueron
incluidos en Relatos de mujeres (1993).
Asimismo ha traducido del inglés la obra en prosa
poética Orissa (2009) del poeta indio Jayanta Mahapa-
tra, Premio Nacional de Literatura de la India.
Tiene a su haber numerosos artículos literarios y
culturales, traducciones y crónicas (www.editorial-
montemira.com).
Trabaja como traductora técnica trilingüe en la empresa priva-
da. Vive en San José, Costa Rica.
El lanzamiento en Colombia de esta obra se realizará
el próximo 28 de OctubreSEPTIEMBRE de 2010 / Libros & Letras 37
Ramiro Domínguez de
Paraguay, en la presentación
del libro El dolor paraguayo de
Rafael Barrett.

Liliana Pérez, directora de ULibro y


Hollman Morris, personaje invitado,
al finalizar la conferencia “La libertad
de expresión en los tiempos de la
seguridad democrática”.

Franja “Otras formas de narrar: la


política”. De izquierda a derecha,
Ernesto Samper Pizano, Francisco
Bohórquez y Julio César González,
“Matador”.

Fernando Malkún, durante su


conferencia “2012, el cambio de
los tiempos”.

38 Libros & Letras / SEPTIEMBRE de 2010


Ulibro 2010
en imágenes
Stands Ulibro 2010

Lanzamiento. De izq. a der: Liliana M.


Pérez , directora de ULibro 2010; Eulalia
García Beltrán, Vicerrectora Académica;
Víctor Irazusta, Consejero de la Embajada
de Paraguay en Colombia; Alfonso Gómez Stands Ulibro 2010
Gómez, Presidente de la Junta Directiva de
la UNAB, y Alberto Montoya Puyana,
Rector.

Jorge Alí Triana y Rodrigo Triana,


durante su conversatorio.

Mónica Laneri, de Paraguay, durante su


sesión de lectura de poemas.
Fernando Savater.

Fotos: Cortesía Universidad Autónoma de


Bucaramanga

SEPTIEMBRE de 2010 / Libros & Letras


39
{ entrevista }

Milciades
Arévalo
en su
Puesto de Combate
(Primera Parte)

Por: Jorge Consuegra


Fotografía de: Luís García

M uchos lectores y seguidores de la


revista Puesto de Combate saben
y conocen lo que ha sido- parcialmen-
te- la vida de Milciades Arévalo,
un hombre que ha conocido las duras
y las maduras, que recorrió el mundo siendo marinero, que vendió
libros por lo todo lo largo y ancho de la Costa Atlántica, que vivió el
esplendor del hippismo y el nadaísmo en Colombia, que la mayoría
de los escritores y poetas latinoamericanos han sentido su afecto y
su espaldarazo, que ha sufrido a lo largo de los años por sacar ade-
lante su publicación y cada día se le cierran más las puertas porque
en este país hay más presupuesto para la guerra que para la cultura,
que tiene una inimaginable colección de fotografías de poetas, escri-
tores, columnistas, dramaturgos, editores, que todos los años lleva
decenas de cajas cargadas de revistas para ir a venderlas en la feria
del libro de Bogotá, que…
El recorrido es largo. Larguísimo y doloroso. Ha sido más que un
Calvario. Y él lo reconoce, lo sabe y le duele, y aún más porque ya
con 67 años la vida se le ha puesto aún más dura. A veces se encierra
en sí mismo y dura días y semanas sin pronunciar una sola palabra y
no entiende cómo él, que ha sido Mecenas de decenas de intelectua-
les, esté hoy asilado en el olvido, rumiando dolor y angustia.
La Fundación Santillana para Iberoamérica, junto a la Funda-
ción Cultural Libros y Letras le hicieron un merecido home-
naje junto a Mario Rivero director de Golpe de dados y a Carlos

40 Libros & Letras / SEPTIEMBRE de 2010


Enrique Ruiz director de la revista Aleph y esa noche, con lo ojos
inundados de tristeza, dijo que habían transcurrido más de cuatro
décadas trabajando por la cultura del país “y hoy estoy aquí sólo con
una carga de recuerdos, pero siempre en el olvido”.
Decidimos hablar con él y, aunque no se crea, es la primera vez
prácticamente se “desnuda” de cuerpo y alma para mostrar lo que
es él, Milciades Arévalo.

- ¿Cuál es la imagen más lejana que tienes de tu infancia?


- La de un niño corriendo descalzo bajo la lluvia camino a la escuela.

- ¿En dónde ocurrió esa escena?


- Cuando yo estudiaba en la Escuela La Fuente, una vereda de El
Cruce de los Vientos, en 1953. Por aquella época, llegó un señor y
empapeló la escuela con carteles donde anunciaban al presidente el
señor teniente Coronel Gustavo Rojas Pinilla.

- ¿Cómo fueron esos primeros años en la escuela?


- Fueron los años más difíciles de mi vida, pues carecía de todo. Vivía
con mi papá y un hermanito menor. Por consiguiente me tocaba
hacer el almuerzo, la comida e ir a la escuela. En mi casa no había
luz eléctrica, solo velas. Así que el día se terminaba a las seis de la
tarde. Me encantaba mirar las noches cuajadas de estrellas, y pen-
saba que mi madre debía ser una de ellas. Inclusive, esperaba que
volviera. Hay un cuento que resume todo eso, se llama “Ella no vol-
vió”. Ahí cuento mi tragedia y mi soledad. También tuve días placen-
teros, cuando llevaba la bandera patria en los desfiles importantes
por culpa de mis buenas notas. La maestra, era toda linda, sabía de
las necesidades de mi hogar y de mi soledad y me daba a beber de su
leche y comer de su comida que hacía en la escuela. Yo, a cambio le
llevaba leña, para que calentara sus noches que eran tan frías como
las mías. Ella y mi abuela, fueron las que me enseñaron a escribir, y
también a soñar. Mi abuela me contaba de la Guerra de los Mil Días
donde estuvo mi abuelo y regresó con un balazo en el pecho y una
guitarra en bandolera. Mientras mi abuela me contaba esas cosas, yo
soñaba, soñaba e imaginaba. Imaginar era mi dicha y mi pasión más
afortunada. De todo lo que contaba mi abuela, escribí un cuento, “El
difunto”, que trata de mi abuelo cuando regresó de la guerra.

- ¿Cómo fue tu profesora?


- De mi profesora… ¿Qué podría contarte de ella? Sabía tantas cosas
y era tan feliz que por la noche se bañaba desnuda en la alberca de

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la escuela, ahí donde los niños jugaban con barquitos de papel que
no iban a ninguna parte. Esa parte de la escuela y de mi maestra,
está en un cuento que titulé “La segunda muerte del tío Gregorio”.
Todo lo que yo escribo, no es autobiográfico pero, claro, he tomado
mucho de la vida, creo que demasiado, tanto que literatura y vida
no se distinguen en mí. A veces pienso que soy un personaje de un
cuento. Ignacio Ramírez dijo en alguna ocasión que yo me parecía
más a mis cuentos que al que era realmente. Y es cierto. Yo soy una
historia que alguien va a contar algún día; no serán mis hijos, ni mis
amigos pues he vivido todo el tiempo en soledad, tanta, que a veces
pienso que yo nunca tuve amigos, sino cómplices, cómplices en la
literatura, cómplices en el trabajo, cómplices en el amor. Es duro
contar todo eso, pero la verdad, es que soy el escritor más alejado
de los escritores; ni siquiera me parezco a ellos.

- ¿Y lo lamentas?
- No. No lo lamento, pues pienso que la mayoría lo ha tenido todo,
mientras que yo he carecido de todo, pero nunca me ha faltado
nada para alimentar mi imaginación. La imaginación la alimento con
las realidades, las verdaderas, las que me ha dado la vida. Por eso he
hecho tantas cosas.

- Supe que te habías escapado de la casa cuando niño…


- Sí. Cuando niño me escapé de la casa por tantas privaciones y me
fui a recorrer el mundo en un barco. Desde entonces he conocido
muchas ciudades, muchos puertos y muchos rostros.

- ¿Qué sucedió con tu mamá?


- Mi madre se llamaba Aurora y mi abuela Alba. Para morirse sucedió que
un día amaneció preñada y me dijo que iba a tener un hermanito. -¿Un her-
manito? Ya habían nacido 9 y todavía esperaba un hermanito. Yo pensé que de
seguro iba a ser mejor que yo porque yo no daba pie con bola. Me tropezaba
con el aire, me daban duro las madrugadas al pie del ordeño en medio de la
niebla, se me regaba el agua cuando iba por ella a la quebrada que bajaba del
monte como una serpiente de plata y cristal, confundía el norte con el sur y en
mi casa no había en dónde leer una palabra, ni un libro, ni una guitarra, pero
éramos nueve hermanos; los mayores nunca nos visitaban. Y los menores
apenas sabíamos hacer las cosas que no saben hacer los niños. Cuando mi
madre iba a dar a luz, me mandaron para donde unas tías. Nos fuimos una
noche en el Ferrocarril del Nordeste, pero no alcanzamos a llegar a donde
íbamos porque nos avisaron por telégrafo que mi madre se había muerto de

42 Libros & Letras / SEPTIEMBRE de 2010


parto. Debió ser por el vidrio de una botella rota que se le incrusto en el pie
por andar descalza y se desangró.

- ¿Sólo por eso?


- Sí. Pero también por las muchas hambres que había aguantado, la soledad en
que vivíamos y también la violencia que se veía en el campo, pues hasta nos
quemaron el rancho para que nos fuéramos de allí.

- Realmente triste todo ese comienzo de tu vida.


- Sí. Esas cosas son muy tristes para ponerse uno a recordarlas, por fortuna
tengo una memoria tan tenaz que me parece que estuviera viendo todo eso
que nos pasó. De modo que por esa razón se murió mi madre, por un em-
barazo, y… me dejó solo. A eso explico esta soledad que vivo en esta ciudad.
No es que no me gusten las fiestas, el jolgorio, andar con los amigos, no. Es
que me siento muy solo. Por eso prefiero pasarme todo el día escribiendo,
sin molestar a nadie.

- ¿Cómo fueron esos primeros años con la maestra? ¿Cómo era ella?
-¿Cómo fue tu relación?
- Mi maestra era como de aire... La enviaban del municipio y debía
vivir en la escuela. . Ella no iba a la escuela los lunes porque llovía
mucho, pero trabajaba hasta el sábado por la tarde... Yo salía a espe-
rarla todos los Martes a la orilla de un puente y después nos devol-
víamos para la escuela recogiendo leña, cantando, que se yo. Yo iba
detrás de ella y la miraba como a un ser de otro mundo, tanto, que
hasta me parecía que era transparente, tanto así, que cuando ella se
bañaba desnuda en la alberca de la escuela, al verme me decía: “Pon-
me a calentar la leche que tengo frío, gatito”. Y yo iba corriendo a la
cocina y ponía a calentar la leche, para que cuando ella saltara de la
alberca a su cama, tuviera su vaso de leche calientico.

- ¿E intercambiabas con ella algo de poesía?


- Ella no sabía nada de poesía, pero sabía matemáticas, historia, cosas
prácticas también, porque sabía hacer el almuerzo y la comida. Tenía
cachumbos en su pelo que era dorado como el trigo y usaba unas
faldas largas que le llegaban hasta el calcañal. Sus faldas eran vapo-
rosas y cuando las lavaba, colgaban de la cerca de alambre de púas
que colindaba con la escuela. Me quería mucho y en vez de decirme
“huerfanito” me decía “gatico”. Y yo aceptaba el oficio de gato,
y cuando iba al monte escribía su nombre con candela. Y cuando
íbamos todos los muchachos de paseo al río, escribíamos su nombre
en el agua. Pero ella no se casó con ninguno de los muchachos de

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la escuela sino con un señor de bigotes y sombrero alón que un día
vino por ella y se la llevó en una carreta tirada por bueyes. Un día la
vi hace algunos años. Estaba vieja, pero el timbre de su voz estaba
intacto. No tuvo hijos y murió ciega. Fue una relación linda.

- ¿Y cómo recuerdas a tu abuela?


- Mi abuela era alta, garbosa, delgadita. Mi sonrisa apenas le alcan-
zaba a la altura de la cadera y siempre me miraba desde sus antipa-
rras como diciendo: “Este chico es un demonio”. Sin embargo, yo
siempre la miraba como un ser admirable, aunque no me gustaba ir
a misa todos los Sábados. Mi casa quedaba lejos del pueblo y había
que madrugar porque el cura se iba para otro pueblo a dar misa y a
cuidar sus vacas. Quería mucho a mi abuelo, que se llamaba Valeria-
no, yo no sé si por el tiro de escopeta que le dieron en la batalla de
Palonegro o porque de verdad se llamara así. A mi abuela le gustaba
leerme todo lo que le convenía, claro. Y lo único que le convenida
era la Biblia, las oraciones de los santos, etc. Tenía una oración para
cada santo y también una oración para cualquier suceso. Por ejem-
plo, cuando llovía mucho leía la “Oración contra las Tormentas”.
Pero un día cayó una tormenta tan violenta, que de nada valió la
oración, ni las velas encendidas, ni las tres Avemarías, porque de
todas maneras llovió a cántaros; cayó un rayo en un árbol cercano
y del susto, mi abuela quedó muda; nunca más pudo hablar, creo
que tampoco oía porque todo había que decírselo a gritos. Antes de
que eso sucediera, mi madre Aurora la bañaba en el patio de la casa.
Claro que mi abuela se ponía una paruma, que era algo así como un
vestido largo y sobre el vestido la bañaba mi madre.

- ¿Era buena lectora la abuela?


- Mi abuela sabía leer y escribía, aunque nunca escribió un cuento
sino cartas. Le escribía cartas a mi madre cuando ella estaba lejos.
Recuerdo que sus cartas comenzaban siempre: “Tomo en mis manos
la pluma y el papel para enviarte este saludo”... Hoy nadie escribe
así. El día que murió, yo hice la primera comunión. Ella tenía como
cien años porque ese día me dijo que sería muy bello vivir otros cien
años. Lástima que no pudo hacerlo porque todavía estaría contándo-
me todo lo que mi abuelo hizo en la guerra.

- ¿Cómo fue tu abuelo a la guerra?


- Mi abuelo fue llevado no por don Próspero Pinzón sino porque
se fue detrás de un burrito que arriaron por delante, así como todo
lo que encontraban a su paso. Allá estuvo mi abuelo dándose bala con

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los Liberares porque eran ateos y enseñaban a bailar y todo ese mun-
do de “corrupciones” del mundo moderno. Yo recuerdo todavía a mi
abuela por todo lo buena que fue conmigo, porque hasta me regaló
10 centavos el día que me fugué de la casa y me fui a conocer el mar.

- ¿Qué te decía de la Guerra de los Mil Días?


- Mi abuela me decía tantas cosas de la Guerra de los Mil Días, que
se echaba bendiciones a cada rato para poder dormir. Me decía por
ejemplo, que el general Próspero Pinzón había salido de Bogo-
tá arriando con todo lo que encontraba a su paso: bueyes, mulas,
burros, hombres y mujeres, dejando a su paso mera desolación. Al
llegar al campo de batalla, el general Uribe, debido a que estaba
perdiendo la guerra, decidió disfrazar unos cardones de rojo en las
montañas para que el general Próspero Pinzón se sintiera amila-
nado y echara para atrás la matanza, pero en vez de hacer eso siguió
combatiendo con machetes, escopetas de fisto, algunos máuseres
que le había quitado al enemigo, pero eran tantos los muertos, que
cada vez que terminaba un combate les rociaban petróleo y comen-
zaban a quemarlos. Era tanta la humareda, el olor a mortecina, los
muertos y los heridos que ni siquiera tenían tiempo de enterrar los
muertos. Mi abuelo y mi abuela al ver tanta mortandad, a ver a tan-
tas mujeres preñadas y sacudidas por la muerte, cogieron un burrito
y se vinieron a pie desde Palonegro para el Cruce de los Vientos.
A mi abuelo le habían dado un tiro y regresó muy mal herido y al
poco tiempo se murió. Por eso cuando yo me sentaba con ella en un
banco que había en el corredor, se ponía las antiparras después de
limpiarlas con Puloil y comenzaba a leer sus oraciones, las que sabía
de memoria y otras de su invención, y rogaba para que nunca hubie-
ras más guerras, más dolor, más hambre. Sin embargo, nada de eso
se ha acabado porque hasta hoy hay más muertos anónimos en los
campos, más “falsos positivos”, más hambre y más dolor. Después
de la muerte de mi abuelo, mi abuela Alba duró unos cuantos años
más, unos años más porque quería saber qué iba a ocurrir en los
próximos cien años. Por eso me pedía que estudiara para que no me
fueran a quedar burro toda la vida y abusaran de mí en toda su di-
mensión. Yo si aprendí a leer con mucha dificultad por falta de libros,
y a escribir con la misma dificultad de quien tiene mucha memoria
pero no tienen dónde hacerlo...

- ¿Cómo fue tu adolescencia?


Mi adolescencia fue la de un muchacho que soñaba llegar a la otra
orilla del mar... Vivía estudiando bachillerato en Zipaquirá, en el Co-

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legio Nacional. El hermano Pedro siempre me andaba persiguiendo
porque yo no llevaba el misal, ni el saco del uniforme, ni el escapu-
lario, ni recitaba oraciones como una lora en la capilla del colegio,
ni era el más sapo, ni me metía con nadie...Por todas esas cosas,
después de cultivar flores (gladiolos, azucenas, jacintos, dalias, ama-
polas, curubos, duraznos, rábanos, etc., hice lo posible por irme
de la casa. Yo tendría 15 años, pero ya había leído toda la Biblia, El
Quijote, La Romana, La divina comedia, La Odisea y una cantidad de
libros que yo compraba en San Victorino cuando venía a Bogotá...

- ¿Siempre te inquietaron los libros?


- Siempre. Siempre me inquietaron los libros. Yo ahorraba para com-
prar libros porque en mi casa no había, además, literariamente mi
familia era completamente analfabeta, pero yo salía a comprar libros,
y cuando me fui de la casa, me llevé mis libros y conocí el mar y
conocí Cartagena, la Escuela de Grumetes de Barranquilla. Estando
un día por allí, después de prestar el servicio militar en la Marina de
Guerra, me embarqué con Ariel Canzani en su barco. El tenía una
revista llamada Cormorán y Delfín, que son animales del mar, un pá-
jaro y el otro un pez. En la biblioteca del barco leí cantidad de libros
de poesía, narrativa, ensayos y política como tú nunca te podrá ima-
ginar. Yo no creo que en Colombia alguien haya leído tanto como yo
“perdone la tristeza”... Mis conocimientos en libros y en ediciones
me hicieron famoso de la noche a la mañana, porque cuando desem-
barqué, le dije al capitán que yo también iba a hacer una revista, no
solo dedicada a la poesía sino también al cuento, al ensayo, a todo lo
que tuviera que ver con la literatura. No me vine de inmediato para
Bogotá, sino que me quedé vendiendo libros en la Costa, desde el
Cabo de La Vela hasta el Golfo de Urabá.

- ¿Tuviste alguna relación afectiva en aquel entonces?


- Viví con una turca que me incendio mi biblioteca, pero al mismo
tiempo conocí a muchos escritores y pintores durante los años 60.
Hablé, por ejemplo, con Álvaro Cepeda Samudio, con el Capi-
tán Arturo Echeverri Mejía que fue novelista y navegante, con
el filósofo Fernando González, con Alejandro Obregón, con
Ciro Mendía, Luis Vidales, Gonzalo Arango y con X-504.
También tuve la grata ocasión de hablar varias veces con Germán
Vargas y con muchas más, tantas gentes que conocí que hasta pier-
do la memoria de sus nombres; con todos ellos hice amistad, in-
clusive les vendía libros. A mí de todo ese grupo de “La Cueva”, el
más bueno era Germán Vargas, que se pasaba de bonachón. Yo

46 Libros & Letras / SEPTIEMBRE de 2010


conozco muchos secretos de ellos, pero no quiero decirlos ahora
porque son parte del sumario.

- ¿Y hay muchos secretos?


- Creo que todos los escritores tienen muchos, muchísimos secretos,
pero no voy a entrar en esos detalles, son cosas póstumas, o mejor,
son cosas que uno nunca debe decir de los colegas. ¿No te parece?...

- Sigamos con tu caminar y vayamos a Bogotá.


- Cuando volví a Bogotá en 1967, viví en la casa de Eduardo Men-
doza, en un apartamento que me arrendó. Por allá, por los 70, yo
escribía mucho en El Tiempo, en el suplemento dominical porque
Eduardo Mendoza quería publicarme a cada rato, ya que él era el
director de Lecturas Dominicales. En esos años también conocí más
escritores, como Pedro Gómez Valderrama y Manuel Me-
jía Vallejo, Gustavo Álvarez Gardeazabal, y claro, a Orietta
Lozano, a Soad, Raúl Gómez Jattin y a otro poco de gente.
Por eso te digo que mi juventud fue maravillosa ¿Qué prefiero de
mi juventud? Mi libertad de ser escritor. No lo digo por vanidad o
para posar de gracioso, no. La vida es mil veces mejor, con todas
sus desventajas, sobre todo las desventajas que yo he tenido, falta
de dinero, de relaciones públicas, etc. Lo poco que he recibido de
la elite intelectual no han sido más que migajas porque la mayoría
son miserables, ni siquiera son escritores, sino realmente miserables.
Tanta gente a la que yo le he publicado y he apoyado, y voy a pedir-
les apoyo para poder continuar en la brega, y lo único que dicen es:
“Hombre, Milciades, tú ya lo hiciste todo, ¿para qué mas? Lo que
pasa es que sólo esperan que me calle pronto ¡y ya! Pero no les voy
a dar ese gusto, porque como decía mi abuelita: “Ojalá cumpla otros
cien años para saber como será el mundo”.

- Volvamos un poco atrás ¿Por qué no llevabas misal?


- Mejor te contaré algo diferente, posiblemente extraño: Mientras
sembraba flores en mi casa para ganarme lo de los dulces de la se-
mana, yo aprovechaba leer todo lo que cayera en mis manos. Y si no
caía nada en mis manos, vendía litros de sangre para comprar libros.
Es cierto. No te invento nada. Recuerdo que para comprar Una tem-
porada en el infierno que vendían en la Buchholz por $16,50, bajé
al hospital San José y vendí un litro de sangre por 50 pesos, que me
sirvieron para comprar ese libro que tanto quería y otro de Raquel
Jodorowsky; me quedó algo para el pasaje del bus, porque en ese
tiempo yo no vivía en Bogotá sino en El Cruce de los Vientos, en Zi-

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paquirá. Por eso te digo que en las horas de descanso, después de cultivar
flores, yo leía de todo. Leí, como te dije antes, la Biblia entera, La Divina
Comedia, La Guerra y la Paz, El Quijote y otros libros gordos, pero nunca
en la vida se me ocurrió comprar un misal, pues me parecía que la mon-
serga del sacerdote no alcanzaba a llegarle a los oídos de Dios. Por eso
yo iba siempre a misa sin misal y allí, frente al altar, rezaba una oración de
mi invención. Le pedía que se acordara de mi, que me diera alientos para
vivir todos los años de la vida, que nunca me faltara amor, que la gente
me quisiera como yo a ellos, y ante todo, que el cura Pedro no me sacara
delante de todos los alumnos del colegio para mofarse de mi: “¿No tiene
plata ni para comprarse un misal? ¿Cómo les parece?”. El pasaporte para
llegar a Dios, según el Hermano Pedro, era el misal, que ellos mismos
vendían. Para evitar tanta sátira, tanta mofa y tanto sarcasmo, no volví
al Colegio Nacional La Salle, ni siquiera a pisar sus predios, por eso me
fui a recorrer el mundo, a conocer puertos y ciudades fabulosas. Desde
entonces he creído que mi vida ha sido un viaje.

- Ese colegio formó a muchos escritores hoy famosos.


- Sí. El colegio formó a muchos alumnos, y también a algunos poetas y
escritores que salieron domesticados de sus aulas; yo los he visto hoy por
ahí ocupando cargos en las oficinas del Ministerio de Cultura y posando
de genios.

- ¿Cómo fue la aventura de vender libros en la Costa?


- Vender libros en la Costa fue una aventura y casi un riesgo, porque ha-
bía que competir con el mar, los turistas, los políticos, los vagos, los anal-
fabetas, y los que, para colmo de males, no sabían hacer nada. Bueno,
pues sucede que al desembarcar, después de varios años de navegación
y en compañía del Capitán Ariel Canzani, del que te conté arriba, que
era un lobo de mar que dirigía la revista Cormorán y Delfín que imprimía
en su barco, le prometí que yo iba a hacer en Colombia la mejor revista
de literatura, sin amiguismos sino abierta a todas las tendencias imperan-
tes, y con un sugestivo titulo como es Puesto de Combate.

- ¿Cómo fue tu llegada a la casa de Eduardo Mendoza?


- Como yo había sido marinero de verdad y tenía que saber todo eso de
electricidad y voltajes, un día que yo estaba en la casa de Jaime Jarami-
llo Escobar, por más señas mi compadre, pues es padrino del bautizo
de Nicolás, mi hijo mayor, llegó Eduardo Mendoza buscando un
electricista y Jaime le dijo que yo era el indicado. Debo aclararte antes
que yo conocí a Jaime Jaramillo en la casa de Meira del Mar, en
Barranquilla, y a Gonzalo Arango en Santa Marta; con ambos trabajé

48 Libros & Letras / SEPTIEMBRE de 2010


años después como corrector de la revista Nadaísmo 70, y en los libros
que Jaime publicaba como la Antología de Ciro Mendía y el Libro de los
Relatos de León de Greiff. Por eso, esa vez yo estaba con Jaime, ha-
ciendo correcciones a los textos de esos libros, que años después publicó
el Banco de América Latina, entonces le dije a Eduardo que yo le servia
de electricista y hasta le hice una conexión a su mujer. Ambos quedaron
encantados con mi trabajo y yo me desdoblé y aproveché para decirle
que yo venía escribiendo desde chico y Eduardo me pidió unos textos
a El Tiempo. Y claro, los publicó.

- ¿Y ahí nació esa entrañable amistad?


- Si. Me dijo que me fuera a vivir a un apartamento que tenía en su casa.
Y así fue, me fui a vivir en la casa de Eduardo, en la Calle del Volcán,
frente a la Casa de Vargas Vila. En ese tiempo entonces conocí a Elisa
Mujica, Pedro Medina Avendaño, Mario Rivero, que siempre fue
envidioso conmigo. A cada rato me hacía fieros con su revista Golpe de
Dados; lástima, fue muy envidioso conmigo y nunca supe la razón; a la
hora de la verdad Golpe de Dados sólo la conocían unos cuantos poetas
de Bogotá y yo, por el contrario, quería que mi revista la disfrutara y
escribiera la gente de la provincia y que publicara gente desconocida.
Por eso Puesto de Combate dio a conocer a tanta gente nueva, que aún
hoy se mantiene en la palestra; Golpe de Dados nunca descubrió ningún
poeta, todos estaban hechos, todos aparecían publicados allí cuando ya
eran famosos. En todo caso Eduardo Mendoza me dio la bendición
de escritor, aunque ya en el año 66 me la había dado don Guillermo
Cano en El Espectador. Ellos siempre aceptaron mis textos, lo mismo
Manuel Mejía Vallejo, quien escribió notas en Cromos y Gonzalo
Arango, que siempre consideró que había en mi si no un gran poeta, si
un narrador... Cuando uno es joven, sueña demasiado.

- ¿Y qué viste en esa casa llena de libros y recuerdos?


- Cuando él se iba para Guateque o cuando lo nombraron Agregado en
Washington, me dejada su casa a mi cuidado y así pode enterarme de las
primeras ediciones de La María, El Moro y todo lo demás.

- ¿Y qué pasó después en tu vida?


- Años más tarde, cuando yo trabajaba en un banco, él me nombró di-
rector de la revista Mosaico del Instituto de Cultura Hispánica. Muchos
textos míos aparecieron en El Tiempo en la década del 70-80, y me los
pagaba muy bien. Recuerdo que me daba 6 mil pesos, que era un jurgo
de plata... Muchos años después, tristemente, estuve en su entierro. Su
mujer vendió la biblioteca de Eduardo por miserables 18 millones de

SEPTIEMBRE de 2010 / Libros & Letras


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pesos a un señor muy rico. Ella no sabía nada de libros, pero era muy
buena persona conmigo. Yo la nombro en uno de mis cuentos y digo que
“Leíto salía a su patio de aromas a darle de comer polen a las mariposas
del páramo o a orinar al pie del papayuelo o a colgar sus prendas de seda
en los hilos de la tarde”....

- Bien. Regresemos a aquellos años mozos ¿Cómo fue el drama de vender tu


sangre para comprar libros?
- Siempre viví el drama económico. A partir de que comenzaron a intere-
sarme los libros, por allá en mi infancia empezó mi drama. En mi casa no
había ni siquiera un libro, solo cuando fui a la escuela y la profe Adelfa
me regaló un libro de la colección “Sembrador”, donde contaban una
serie de historias de niños perdidos, perros, dramas pequeños y cotidia-
nos pero que uno en su mente engrandecía, quiero decir, los volvía más
trágicos. Por eso, tan pronto aprendí a leer me dio por averiguar si esas
historias eran ciertas. Sí, eran ciertas porque otros escritores también las
plasmaban en sus textos. Naturalmente desde joven también fui muy afi-
cionado a la poesía, plagiaba autores para enviarles poemas a mis novias
y ellas los recibían como si verdaderamente yo los hubiera escrito, pero
dentro de mi les daba las gracias a Julio Flórez, a Porfirio Barba Ja-
cob, a los poetas del romancero español y a otros muchos, pues gracias
a sus versos yo me conseguía novias y esa era una gracia muy bien califi-
cada por entonces. No digo ahora porque hay tantos poetas que cuando
uno va caminando, le da una patada a una piedra y salta un poeta.

- ¿Hay una buena oferta de libros de poesía?


- Hay muchos libros de poesía, pero de verdadera mala poesía. Por eso
para mí elegí desde joven a varios de los mejores poetas que había en el
escenario, como por ejemplo Rimbaud. Cuando marinero, bien me
habría podido quedar siendo eso, quedarme en los puertos, ir a donde
las putas, emborracharme... Pero yo siempre hice lo contrario, bajaba a
los puertos, compraba libros y en vez de salir me quedaba leyendo. Fue-
ron infinitos los libros que leí y que sigo leyendo. A veces, cuando vienen
poetas y escritores novatos a mi casa, les pregunto qué han leído. Si veo
que sus lecturas son muy superficiales, les regalo un libro de los mucho
que tengo. Siempre les he regalado libros, y podría decir, de excelentes
autores. No me importa el precio que tengan, lo que quiero es que lean
tanto o mas como lo hice yo.

Continuará...

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