Revista Internacional - Nuestra Epoca N°10 - Edición Chilena - Octubre 1982
Revista Internacional - Nuestra Epoca N°10 - Edición Chilena - Octubre 1982
Revista Internacional - Nuestra Epoca N°10 - Edición Chilena - Octubre 1982
revista NTERNACIONAL
O C T U B R E 1982
EDICIN CHILENA
REPORTAJE AL 60 ANIVERSARIO DE LA FUNDACIN DE LA URSS CONTRA EL EQUILIBRIO DEL MIEDO LA CRISIS EN LOS PASES CAPITALISTAS INDUSTRIALIZADOS EL PUEBLO PALESTINO NO ESTA VENCIDO, LA LUCHA PROSIGUE BRASIL: LA INDUSTRIA BLICA Y LA SOBERANA NACIONAL
Reunidos en Mxico, los partidos integrantes de la izquierda chilena, con oportunidad de un Seminario para avanzar en el proceso unitario de todas las fuerzas democrticas y desarrollar la lucha contra el rgimen dictatorial, acordaron formular la siguiente declaracin pblica sobre la actual situacin latinoamericana, en especial sobre los acontecimientos de Amrica Central y en las Islas Malvinas: 1. La poltica internacional del Gobierno de Reagan se ha trazado como objetivo central poner fin a la distensin internacional basada en la bsqueda del dilogo y negociacin como mtodo para resolver las contradicciones entre los Estados y, en especial, entre su pas y la comunidad socialista, retornando a los tiempos de la guerra fra que colocaban al mundo al borde de una conflagracin blica, poniendo
en peligro la paz y retrasando el proceco de desarrollo progresivo de la humanidad hacia superiores formas de convivencia colectiva. 2. Pieza fundamental de esta poltica agresiva del imperialismo norteamericano es la de contener por todos los medios, incluyendo el uso de la fuerza militar, el proceso democrtico de liberacin nacional y de emancipacin social que se desenvuelve en Centroamrica y el Caribe, como respuesta de los pueblos a su secular opresin por dictaduras militares que sirvieron o sirven los intereses de las oligarquas locales aliadas al imperialismo. De ah su decisin confesada de impedir la recuperacin de su libertad y soberana por parte del pueblo salvadoreo levantado legtimamente en armas bajo la conduccin del FDR y del Frente Farabundo Mart para la Liberacin Nacional y su negativa a apoyar una solucin poltica a la guerra civil; de ah sus empeos para desestabilizar la revolucin sandinista triunfante en Nicaragua, para lo cual no han vacilado en amenazar con el uso de la fuerza. De ah su intento por intensificar el bloqueo econmico y las amenazas abiertas y encubiertas a la Revolucin Cubana para impedir el despliegue de su poltica consecuentemente antiimperialista y solidaria con la lucha de los pueblos de Amrica Latina y el Tercer Mundo. De ah su apoyo desvergonzado a las dictaduras militares del Cono Sur y, en especial, a la camarilla de Pinochet, as como tambin su respaldo poltico y
(sigue en la contratapa)
REVISTA INTERNACIONAL
(Problemas de la Paz y del Socialismo)
PUBLICACIN TERICA E INFORMATIVA DE LOS P A R T I D O S COMUNISTAS Y OBREROS
1982-10
OCTUBRE
[290]
A P A R E C E DESDE1958
FORMAN PARTE DEL COLEGIO Y DEL CONSEJO DE REDACCIN DE REVISTA INTERNACIONAL REPRESENTANTES DE LOS PARTIDOS COMUNISTAS Y OBREROS DE LOS SIGUIENTES PASES: ARGELIA, ARGENTINA, AUSTRIA, BLGICA, SOLIVIA, BRASIL, BULGARIA. CANAD, COLOMBIA, COSTA RICA. CUBA, CHILE, CHIPRE, DINAMARCA, ECUADOR, EGIPTO, EL SALVADOR, ESPAA. EE.UU., FILIPINAS. FINLANDIA, FRANCIA, GRAN BRETAA. GRECIA, GUATEMALA. GUYANA, HONDURAS. HUNGRA, INDIA, INDONESIA. IRAK, IRN, IRLANDA, ISRAEL, ITALIA, JAMAICA, JAPN, JORDANIA, LBANO, LUXEMBURGO, MXICO, MONGOLIA, PALESTINA. PANAM. PARAGUAY, PER, POLONIA, PORTUGAL, RDA, REPBLICA DOMINICANA, RFA, RSA, RSChS, RUMANIA, SENEGAL, SIRIA. SRI LANKA. SUDAN, SUECIA. SUIZA. TURQUA. URSS, URUGUAY, VENEZUELA Y VIETNAM.
SUMARIO
M. GORBACHOV [URSS). La poltica agraria del PCUS en la etapa del socialismo desarrollado E. SCHARF (Austria}. Acerca de la cooperacin de las fuerzas de izquierda en Europa F. DA COSTA GOMES (Portugal). La humanidad no permr el apocalipsis nuclear P. AUERSPERG (RSChS). La seguridad igual contra el equilibrio del miedo. Comentario VIDA PARTIDARIA D. CHRISTOFINIS (Chipre). El programa patritico del Congreso: una gua para la accin C. ROHEE, E. PAHAD, J. WEST. Qu dan a los comunistas las fiestas de sus peridicos? NOTAS BREVES INFORMACIN SOBRE LA NUEVA EXPERIENCIA. F. HOFFMANN (Luxemburgo). As se gana autoridad. J. GRJO DUARTE (Portugal). El sector de pequeas empresas privadas, con los trabajadores o con la patronal? De los documentos En ei espejo de la prensa J. BARRIOS (El Salvador). Aqu Radio Venceremos INTERCAMBIOS DE OPINIONES DEBATES HACIA UN NUEVO ORDEN INFORMATIVO INTERNACIONAL. Materiales de un simposio en Praga NUESTRA POCA ACONTECIMIENTOS APRECIACIONES N. ASHHAB (Palestina). El pueblo no est vencido, la lucha prosigue S. P. GUEYE, R. HMAN, R. VALBUENA, J. WASZCZUK. Pas en marcha. Reportaje dedicado al 60 aniversario de la URSS S. POTC [RSCnSJ. Hacia cambios estructurales en la economa R. WEIDIG (RDA). Fisonoma social de la clase obrera I. A. AMER (Sudn}. El hambre en frica: Cmo vencerla? G. LPEZ (Brasil). La industria de guerra y la soberana nacional CONTRA LAS REPRESIONES Y PERSECUCIONES. Libertad a los patriotas paraguayos! PANORAMA BIBLIOGRFICO G. MATHEWS. Prisioneros de viejas concepciones A. KHAVARI. Anales de la lucha revolucionara D. OVIEDO. El Caribe a la hora de Cuba A. MALKI. Renacimiento I. CHELISHEV. La mentira con vestidura cientfica LIBROS QUE APARECIERON 83 85 86 88 89 Reverso de la contraportada 49 54 62 66 72 77 82 41
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La concepcin del socialismo desarrollado es una gran realizacin del pensamiento terico del PCUS y de los fraternos partidos de los pases socialistas. Reviste particular importancia la conclusin cientficamente argumentada de que en la presente etapa tendr lugar un proceso necesario e histricamente prolongado de desarrollo del socialismo hasta llegar a su fase superior, el comunismo. Partiendo de ello, el PCUS elabor en sus ltimos congresos la estrategia y tctica a largo plazo de la construccin comunista, precis y concretiz las vas y plazos de realizacin de las metas programticas y bas en ellas su actividad prctica. Una importante direccin de esa estrategia es la actual poltica agraria del PCUS.
ENSAYOS CORRESPONDENCIA INFORMACIN L. GRIGORIEV, R. ENTOV. En el tremedal de la crisis. Examen analtico de la situacin en los pases capitalistas industrializados CARTAS A LA REDACCIN Direccin de la Redaccin y la Editorial: Thkurova 3, Praga 6, Checoslovaquia. Telfono 325-132, tlex 123542 WMR. Firmado para la edicin el 1 de septiembre de 1982. Talleros tipogrficos de la Editorial Rud proo. Toda reproduccin de los materiales de esta publicacin debe hacerse sefialndose como fuente Revista Internacional.
Las lneas maestras de la poltica agraria correspondientes a la actual etapa del socialismo desarrollado fueron definidas en el Pleno del CC del PCUS celebrado en marzo de 1965. Entre aquel Pleno y el de mayo del ao en curso, que aprob el Programa Alimentario de la URSS hasta 1990, media un perodo de gran e intenso trabajo, de fructfera actividad terica y prctica de nuestro partido dirigida a la solucin del problema agrario. Desarrollando la doctrina marxista-leninista en funcin de los cambios ocurridos en la vida econmica y social del
pas, el PCUS enriqueci la teora y la prctica agrarias con nuevas tesis y deducciones tericas, determin las vas y mtodos de solucin de los problemas fundamentales del fomento de la agricultura y de las ramas econmicas relacionadas con ella. A la determinacin de la actual poltica agraria y de los mtodos adecuados para ponerla en prctica ha hecho y hace un gran aporte el Secretario General del CC del PCUS, camarada Leonid Brzhnev. Partiendo de un profundo anlisis terico del lugar, el papel y la importante significacin del sector agrario de la economa en el desarrollo de la sociedad socialista, el partido puso rumbo a la transformacin cualitativa de la produccin agropecuaria, a su conversin en un sector altamente desarrollado de la economa capaz de cubrir eficazmente las necesidades alimenticias y de materias primas agrcolas del pas, y tambin a un acercamiento ms rpido de las condiciones materiales y culturales de vida en la ciudad y en la aldea. Tal es la esencia de la actual poltica agraria del PCUS, su orientacin estratgica conforme con la concepcin del socialismo desarrollado. Y es sobre esta base que se estructura y se realiza todo el conjunto sistematizado de medidas econmicas, tcnico-materiales, sociales y organizativas necesarias para materializar el rumbo trazado. En este sistema ocupa un lugar primordial la poltica de inversiones. Se consider necesario realizar en la presente etapa cierta redistribucin de la renta nacional a favor de la agricul-
tura, aumentando Tas inversiones bsicas en este sector. A partir precisamente del Pleno de marzo (1965) del CC del PCUS, se invirti en la agricultura cerca de 400.000 millones de rublos de recursos estatales y koljosianos, cifra que supera en varias veces el volumen de inversiones destinadas al desarrollo del sector agrario durante todo el perodo anterior de la construccin socialista. Esto permiti transformar radicalmente la base material y tcnica de lus koljoses y sovjoses. Baste decir que ms de tres cuartas partes de sus actuales fondos fijos de produccin han sido creados durante los ltimos 8 aos. La determinacin de las principales orientaciones de intensificacin de la agricultura tiene gran importancia terica y prctica. Nos referimos aqu a la mecanizacin de los procesos de produccin en los campos y en las granjas, a la ampliacin de los trabajos de mejoramiento de terrenos y a un mayor empleo de las tcnicas de procesamiento qumico. La lnea del partido de mxima intensificacin de la agricultura y la ganadera se lleva consecuentemente a la prctica. Como resultado se ha desarrollado considerablemente el pertrechamiento tcnico de la produccin. La dotacin energtica del trabajo se ha triplicado. Actualmente, el empleo de abonos minerales por hectrea es tres veces mayor que hace 15 aos. La superficie de tierras mejoradas aument durante el mismo perodo en 70% y pasa ahora de 34 millones de hectreas. Los factores de intensificacin desempean un papel decisivo en el desarrollo de la produccin: actualmente les corresponde ms del 90% del incremento global de la produccin agropecuaria. A la par con el robustecimiento de la base material y tcn ca de la agricultura se desarrollaron rpidamente las ramas que suministran al campo medios industriales de produccin. En slo 5 aos, los del X quinquenio, los fondos fijos de produccin de la industria de maquinaria agrcola y fabricacin de tractores aumentaron en un 60%. Se desarrollaron las ramas qumicas que producen fertilizantes minerales, medios de fitoprotecc..n y adiiivos qumicos para los piensos. En el pas se cre una poderosa base de obras rurales e hidrulicas, ha cobrado notable expansin la industria de piensos combinados y raii'obiolgica. Se han aplicado considerables esfuerzos para superar el atraso de las ramas transformadoras que utilizan materias primas agrcolas. El potente caudal de inversiones bsicas permiti casi triphcar las capacidades de estas ramas durante los tres ltimos quinquenios. En otras palabras, el sector agrario de la economa descansa hoy sobre una base material iy tcnica prcticamente nueva y mucho ms desarrollada. Como resultado, se han operado cambios cualitativos en las fuerzas productivas del
campo, su nivel de tecnicidad se ha elevado notablemente. Han cambiado tambin el contenido y el carcter del trabajo agrcola, que es hoy ms productivo y presenta en muchos aspectos rasgos de trabajo industrial. Todos estos cambios cualitativos cumplen los requisitos del socialismo desarrollado. En la actual poltica agraria se ha determinado cientficamente otra importante orientacin como es la especializacin y concentracin de la produccin, tendiendo a asentarla sobre una base industrial. El desarrollo de las fuerzas productivas del campo en este ltimo perodo fue acompaado por la elevacin del nivel de socializacin de la produccin, y la expansin de la cooperacin entre haciendas y de la integracin agroindustiial. Hoy tenemos en la Un.n Sovitica ms de 3.000 grandes complejos ganaderos especializados, ms de 10.000 empresas y agrupaciones interhaciendas iy agroindustriales y un gran nmero de otras empresas agropecuarias especializadas. Al mismu tiempo se profundiza y ampla la especializacin a nivel interno de koljoses iy sovjoses. Todo esto permite hablar de una nueva etapa en la realizacin del plan leninista de coopera'tivizacin. Si bien en el perodo de transicin del capicalismo al socialismo la concentracin de la produccin se oper por la va de la colectivizacin de las haciendas campesinas individuales y en los aos 40-60, mediante la fusin de koljoses y de sovjoses, hoy da este proceso se desarrolla sobre la base de la cooperacin de empresas agropecuarias socialistas y de la integracin agroindustrial con la creacin simultnea de grandes empresas especializadas que emplean tecnologas industriales. Para comienzos de 1981, la cooperacin en sus diversas modalidades abarcaba 84% de los koljoses y ms de una tercera parte de los sovjoses. El desarrollo de las fuerzas productivas del campo y la ampliacin de los vnculos de la agricultura con las mltiples ramas que atienden sus demandas, hicieron necesario el sucesivo perfeccionamiento de las relaciones de produccin en la aldea. En los ltimos aos se puso en evidencia que las formas de direccin, los mtodos de gestin e incentivacin del trabajo correspondan cada vez menos a las crecientes exigencias de la vida. De ah la necesidad de efectuar en diversas regiones del pas grandes experimentos econmicos con vistas a perfeccionar el mecanismo de direccin, experimentos que ayudaron a revelar aspectos positivos y negativos del desarrollo de la agricultura, sacar importantes conclusiones y aprovecharlas en la prctica. En las investigaciones tericas y la actividad prctica de nuestro partido ocupa un lugar importante la problemtica del desarrollo social de la aldea. La indispensable expansin industrial, la asimilacin de nuevas regiones, la cons-
truccin de ciudades, la mecanizacin del tra- mentacin elevando en ella el consumo de carbajo en el agro crearon una nueva situacin de- ne, leche, hortalizas y fruta. Las dificultades mogrfica en las zonas rurales, caracterizada por que impiden la rpida solucin del problema tieel creciente trasvase de recursos laborales des- nen su origen en diferentes factores. En primer de los koljoses y sovjoses hacia los centros in- lugar, conviene sealar la penosa herencia hisdustriales. Este fenmeno, que considerado en trica 'Con que se encontr el Estado sovitico. conjunto, es normal, alcanz en algunas regio- Antes de la revolucin, el pas tena una agrines proporciones desmesuradas repercutiendo cultura netamente subdesarrollada, fragmentizada y poco productiva. Se necesitaron enormes negativamente en la agricultura. para el Teniendo en cuenta todos estos factores, nues- esfuerzos las vassuperar gran atraso, encauzar el agro por de la produccin social y tro partido determina las lneas de solucin incremento concreta de los problemas candentes. Tras el asegurar un agricultura y considerable del producto de la la ganadera. Pero la Pleno de marzo del CC se adoptaron importan- guerra interrumpi este proceso de desarrollo. tes medidas: reforzamiento del sistema de estiDurante la II Guerra Mundial, nuestra agriculmulacin del trabajo, mayor inters material de los trabajadores del campo: para los koljosianos tura sufri daos colosales. Los invasores fascisse implant una norma de ingresos garantiza- tas destruyeron total o parcialmente 70.000 puedos, se mejor el sistema de asistencia social, se blos iy aldeas, arruinaron y saquearon 98.000 kolestablecieron pensiones en las mismas condicio- joses, 1.876 sovjoses y 2.890 estaciones de mnes que para los obreros y empleados. Como re- quinas y tractores. En el territorio ocupado no sultado, la remuneracin del trabajo de los kol- qued prcticamente nada de la ganadera, fuejosianos y de los obreros de los sovjoses au- ron totalmente devastadas la mayora de las ment estos ltimos aos a ritmos ms altos que plantaciones de hortalizas y de fruta. Sufrieron los salarios en la industria, lo cual llev a un enormes destrucciones la industria, el fondo de considerable acercamiento de sus ingresos rea- viviendas y toda la infraestructura de la economa, cuyo restablecimiento absorba la mayor les. El desarrollo de los cuadros calificados en el parte de los recursos disponibles. agro supone otro gran logro en la esfera social. Hay que tener en cuenta asimismo la especiEl nmero de especialistas de la agricultura con ficidad de las condiciones agrolgicas y climtiinstruccin superior o media aument durante cas. Segn clculos de especialistas, la produclos ltimos 15 aos al doble, situndose por en- tividad biolgica de los suelos en la URSS, cima de 1.600.000. Los efectivos de los motocul- como mnimo, es de un 30 a un 50 por cientores engrosaron durante el mismo perodo en to ms baja que en pases como EE.UU., Italia y un 50% y han alcanzado la cifra de 4.500.000. Francia. En la Unin Sovitica, el 58% de los Casi un 75% de los que trabajan en el campo campos de labranza corresponde a zonas ridas cursaron estudios superiores o secundarios com- o semiSridas. Slo el 1,1% se encuentra en repletos o incompletos. giones propicias para la agricultura, con preciLas med : das adoptadas por el partido y el Es- pitaciones anuales de 700 mm o ms. El carcter tado, el enfoque integral del desarrollo del netamente continental del clima en la URSS, las sector agrario garantizaron el crecimiento ace- frecuentes sequas y otros factores desfavoralerado de la produccin agropecuaria. De 1966 bles impiden el crecimiento estable de las cosea 1980, a pesar de haber aumentado la poblacin chas. En el rea cerealista, por ejemplo, la amde la URSS en 35 millones de habitantes, el pro- plitud de fluctuacin de las cosechas obtenidas medio anual de la produccin global per cpita en dos aos consecutivos (1975 y 1976] super se increment en 28%. Esto permiti notables los 83 millones de Tm, tanto casi como produmejoras en la alimentacin de los soviticos. En cen Italia, Francia y a RFA, juntas. 15 aos, el consumo de carne y derivados por En la coyuntura del mercado de alimentos inhabitante aument en 41%; el 'de leche y pro- tervienen igualmente una serie de factores soductos lcteos, en 25%; el de aceite, en 24% ciales. La preocupacin por el bienestar del y el de azcar, en 30%. A fines de los aos 70, pueblo se tradujo en la elevacin del nivel de segn datos de la FAO, la racin alimenticia por vida. En el transcurso de los ltimos 15 aos, habitante y da era a nivel mundial de 2.590 ca- los ingresos reales per cpita se duplicaron. Coloras, y en Europa Occidental, de 3.378, mien- mo quiera que los precios estatales de los printras que en la Unin Sovitica ascenda a 3.443 cipales productos de alimentacin permanecen, caloras. As pues, desde el punto de vista ener- desde hace ya 20-30 aos, estables y relativagtico, la alimentacin en la URSS ha alcanzado mente bajos, esta rpida elevacin trajo consigo el nivel de las normas fisiolgicas. Este es un un considerable reforzamiento de la demanda de importante logro del socialismo desarrollado. los productos ms valiosos, especialmente de la Con todo, consideramos que el problema de la ganadera. Por otra parte, no se puede menos de advertir alimentacin en nuestro pas tadava no ha sido resuelto definitivamente. Se trata ahora de me- la interferencia de ciertos elementos negativos jorar cualitativamente la estructura de la ali- en el desarrollo de 1" agricultura. En la forma-
El crecimiento acelerado de la produccin permitir mejorar la calidad de la alimentacin. Para fines del decenio en curso se prev elevar el consumo per cpita de carne en 20%; el de hortalizas y cucurbitceas, en 30-39%; el de frutas y bayas, en 74-34% el de aceite, en 50%. Como resultado, la estructura de la alimentacin se aproximar a las normas cientficas. Para resolver las tareas planteadas tiene suma importancia la aplicacin consecuente de un enfoque integral y sistmico. Este es un principio bsico del Programa Alimentario, que considera los aspectos econmicos, sociales, 'Organizativos y cientfico-tcnicos en su unidad. De por s, la elaboracin de semejante programa sobre la base del criterio de integralidad supone una innovacin en la planificacin socialista. Por eso la significacin de este programa no se limita al aspecto prctico, sino que presenta tambin gran inters terico y metodolgico. El Programa Alimentario abarca todos los niveles de la actividad econmica: ha sido adaptado para todo el pas en conjunto y se estn elaborando sus detalles en cada repblica, regin [territoEl Programa Alimentario de !a URSS es una distrto. A cada de estos niveles se nueva profundizacin de la poltica agraria del rio] y en consideracin uno cursos y potencialitoman los partido en la etapa contempornea, una lgica dades locales; el desarrollo de la agricultura se prolongacin de la misma y parte integrante de eslabona con el de otras esferas del complejo la estrategia econmica del PCUS para el dece- agroindustrial con vistas a su armonizacin. nio en curso. En la URSS se ha configurado El informe presentado por Leonid Brzhnev mental un complejo agroindustrialen lo fundanacional. Es en el Pleno de mayo del CC es fundamental paconsiderado como un sistema ra entender la esencia del Programa Alimenta- duccin, y como tal como integral de proun todo nico rio, sus objetivos, tareas y vas de realizacin. es objeto de planificacin iy gestin. Esto conLas resoluciones y materiales del Pleno son do- tribuir a eliminar las desproporciones estructucumentos que, valga aqu una expresin de rales del Lenin, ofrecen respuestas completas, sistemti- cientficos, complejo, igualar los niveles tecnoestablecer nexos econmicamente cas y exactas a los problemas ms importanfundamentados entre sus diversos sectores y subtes1 de la vida del pas. sectores, elevar su eficacia y continuar mejoranEl objetivo fundamental del Programa Alimen- do las relaciones de produccin. tario consiste en asegurar el abastecimiento perEs esencial el planteamiento de que la agrimanente de la poblacin con todos los produccultura constituye el eslabn central de todo el tos alimenticios, mejorar la calidad y la estructura de la alimentacin. Se prev crear un fon- complejo agroindustrial del pas. La base de do de alimentos que permita suprimir las ten- este complejo la constituyen las grandes empresiones en el suministro de los productos ms va- sas cooperativas y estatales, los koljoses y los liosos, crear las reservas necesarias y precaver sovjoses. Al sector social le corresponde actualcualesquiera contratiempos. En el XII quinque- mente cerca de un 90% de la produccin mernio, el promedio anual de la produccin total de cantil de la agricultura y la ganadera. El particereales deber alcanzar 250-255 millones de do estima que los koljoses y los sovjoses son en Tm, o sea, ms de 900 kg por habitante. En com- la etapa actual de la construccin socialista y paracin con el X quinquenio, la produccin me- seguirn siendo en perspectiva la forma princi; dia anual aumentar para los cereales en 45-50 pal de la produccin agropecuaria. Por eso el rallones de Tm; la leche, en 11,3-13,3 millones Programa Alimentario prev medidas dirigidas de Tm; la carne, en 5,2-5,7 millones de Tm; las al suceviso reforzamiento de la economa social. hortalizas y cucurbitceas, en 7-9 millones de Al mismo tiempo, se ha considerado importanTm, y para las frutas y bayas, en 4,6-5,6 millo- te prestar apoyo a las haciendas auxiliares indines de toneladas. Estos ndices de incremento viduales. Nuestro partido ve en ellas un eslabn superan con mucho los correspondientes a los de la agricultura socialista en la presente etapa, dos quinquenios anteriores. una reserva sustancial para el incremento del fondo alimentario, una importante condicin pa1 V. I. Lenin. Obras Completas, 2a ed., Cartago, Buenos ra lograr una mejor utilizacin de los recursos Aires, t. XX, p. 205. humanos y otros, que ayudan a resolver una se-
cin de su base material iy tcnica, en las relaciones entre diversas ramas del complejo agroindustrial, en la gestin y el mecanismo econmico se fueron acumulando problemas sin resolver. Estas deficiencias, actuando a la par con las condiciones meteorolgicas en extremo desfavorables de los ltimos 3 aos, se han dejado sentir en el ritmo de crecimiento de la produccin agropecuaria. Conjugados, todos estos factores crearon ciertas tensiones en el abastecimiento de algunos alimentos. Teniendo en cuenta la situacin creada y la necesidad de seguir elevando el bienestar de los soviticos, el XXVI Congreso del PCUS consider oportuno elaborar un Programa Alimentario especial, que abarcase todo el decenio en curso. Una vez confeccionado, el CC del partido lo examin y aprob en su Pleno de mayo de 1982.
rie de tareas sociales. Pero sera errneo sobrestimar las posibilidades de estas haciendas. Las ideas que circulan en Occidente acerca de una supuesta superioridad de las explotaciones individuales no resisten el contraste con los datos reales. La productividad del trabajo en ellas es un 50% ms baja que en los koljoses y sovjoses. Hay que tener en cuenta, adems, que las haciendas auxiliares individuales se apoyan en el sector pblico. Esto se traduce en el usufructo gratuito de la tierra y del agua, en el hecho de que se les proporciona a precios rebajados, y a menudo sin tener que pagar nada, recentales y aves, piensos, abonos, electricidad, medios de transporte, servicios diversos, etc. El desarrollo de las haciendas auxiliares individuales seguir fundamentalmente el camino de su integracin con la produccin social. La va maestra para aumentar la produccin de alimentos y elevar la eficacia econmica contina siendo la intensificacin de las ramas integrantes del complejo agroindustrial. Durante el decenio en curso, se prev aumentar los fondos fijos de produccin de la agricultura en un 50%; el potencial energtico de los koljoses y sovjoses, en 60%; los suministros de fertilizantes minerales, en 70%, y la superficie de tierras mejoradas, entre un 20 y 30%, aumentndola hasta 41-44 millones de hectreas. La poltica de progresiva intensificacin de todos los eslabones del complejo agroindustrial presupone el perfeccionamiento estructural del mismo. Se trata, en primer lugar, del desarrollo prioritario y el reequipamiento tcnico de las ramas que producen fondos, ante todo, de la construccin de maquinaria agrcola. Durante los aos 80 se prev invertir en ellas el doble que durante el decenio anterior, contra un 30% de incremento del total de inversiones en el complejo agroindustrial tomado en conjunto. Se acrecentarn notablemente las inversiones en la esfera del almacenamiento y procesamiento de la produccin, en la construccin de carreteras y empresas de transporte, as como en la infraestructura productiva y social. Esto permitir concluir en lo fundamental para 1990 la mecanizacin integral de la produccin y reformar la industria alimentaria. La intensificacin de la produccin agropecuaria es indsociable de la elevacin de su eficacia. El Programa Alimentario orienta precisamente en esa direccin. En la agricultura, los esfuerzos se centran en !a fertilizacin de los suelos, el rendimiento de los cultivos y la calidad de los productos. En la ganadera, se dedica particular atencin a los mtodos intensivos de cebado, las mejoras de raza de la cabana y la elevacin de su productividad. El Programa Alimentario reserva un lugar importante al mejoramiento dl mecanismo econmico y de la gestin del complejo agroindustral. El Pleno de mayo decidi instituir organis-
mos intersectoriales de direccin del complejo a todos los niveles, desde los distritos hasta el centro. Estos debern conjugar los principios sectorial y territorial de direccin, desterrar el localismo departamental y los paralelismos, contribuir al desarrollo equilibrado de todas las ramas que han de asegurar el aumento de la produccin alimenticia. Al tiempo que consolida el centralismo democrtico, semejante estructura de la gestin ofrece mayor espacio a la iniciativa y la autonoma de las empresas locales. Para apuntalar las nuevas formas de gestin se estn adoptando medidas de perfeccionamiento del mecanismo econmico. Se trata del robustecimiento econmico de los koljoses y los sovjoses, de una utilizacin ms efectiva de los mtodos de autogestin financiera y de elevar el papel de palancas econmicas como son el precio, el crdito y las ganancias. Partiendo de estas premisas, el Pleno de mayo del CC del PCUS traz un vasto conjunto de medidas de carcter econmico. A comienzos de 1983 se elevarn los precios de compra de numerosos productos del agro, mantenindose fijos los precios de los alimentos al consumidor. Se introducen importantes cambios en las relaciones econmicas de carcter organizativo entre los diversos eslabones del complejo agroindustrial. Se presta particular importancia al afianzamiento de los principios de autonoma financiera y de paridad en el intercambio intersectorial, a que todos los participantes de la produccin estn ms interesados en el resultado final. Se abren amplia? posilrlidades para implantar mtodos prog^esistas de organizacin y remuneracin del trabajo, aprovechando en particular las estructuras de gestin por taller y las formas de pago por brigada. Las vas para seguir mejorando las condiciones de vida de los trabajadores del campo fueron determinadas por el XXVI Congreso del PCUS, y el Programa Alimentario las concretiza. Para las necesidades sociales de la aldea se ha asignado una suma ms cuantiosa que nunca: 160.000 millones de rublos, o sea, casi el doble que en el decenio anterior. Hasta 1991, se prev construir viviendas modernas con una superficie total de 378 millones de m2, o un 40% ms que durante la dcada del 70. El nmero de establecimientos preescolares puestos en servicio se elevar al doble, se ampliar la red de instalaciones culturales y pblicas, se duplicar el volumen de servicios a la poblacin. Se elevar sensiblemente el nivel de los servicios comunitarios [agua corriente, calefaccin central, alcantarillado]. El mejoramiento de las condiciones de trabajo y de vida realzar el prestigio de los oficios agrcolas y contribuir a elevar la eficacia de la produccin. En nuestro pas reviste particular importancia el desarrollo de la red viaria, el mejoramiento de las comunicaciones entre los koljo-
ses y sovjoses y las ciudades y centros industriales. Durante los aos 80, se prev construir aproximadamente 130.000 km de carreteras de uso general y 150.000 km de comunicac'n interna a nivel de haciendas, o sea, el doble que en el decenio anterior. La puesta en prctica de las medidas trazadas tiene una significacin de principio. Son expresin de una gran poltica orientada a borrar las diferencias sustanciales entre la ciudad y la aldea y, por lo tanto, a plasmar en la vida una de las principales exigencias de la doctrina marxista-leninista de la construccin socialista.
Los partidos comunistas y obreros, la opinin progresista del extranjero han acogido con inters las resoluciones del Pleno de mayo (1982) del CC del PCUS y el Programa AUmentario aprobado en l. En los medios democrticos se constata con satisfaccin que en el presente contexto, marcado por el deterioro de la situacin internacional y el relanzamiento por las fuerzas agresivas del imperialismo de la carrera armamentista, la Unin Sovitica ha patentizado una vez ms sus intenciones pacficas al promover un grandioso proyecto de incremento de la produccin alimenticia y elevacin del bienestar del pueblo. El Programa Alimentario construye, de hecho, una importante contribucin de la URSS a la solucin del problema mundial de la alimentacin. Los soviticos estn al corriente de la situacin alimentaria en el mundo y de las dificultades que pesan sobre muchos pueblos. La desnutricin y el hambre siguen siendo causa de graves enfermedades y de la muerte de millones de personas en diversos continentes. El epicentro de la crisis alimentaria mundial se encuentra en pases en desarrollo de Asia, frica y Amrica Latina que se sacudieron el yugo colonial en un pasado todava reciente, La Unin Sovitica considera esta crisis como uno de los problemas socio-econmicos cardinales, globales de la segunda mitad del siglo XX. Como sealara el camarada Leonid Brzhnev, el hambre en una serie de pases en desarrollo requiere singular atencin y esfuerzos asociados de muchas naciones2. En Occidente hay quien pretende aprovechar esta compleja situacin alimentaria con fines indecorosos. Se hacen circular insid'as propagandsticas segn las cuales las dificultades en la agricultura de nuestro pas seran una de las causas de la crisis de alimentos en el mundo.
Vase L. I. Brzmev. Por el camino de Lenin, Mosca 1974, t. 4, p. 340; 197G, t. 5, p. 218.
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La falsedad de semejantes afirmaciones resulta evidente al ser contrastadas con los hechos. Baste decir que en los ltimos 15 aos la cosecha media anual de cereales en la URSS aument en casi 75 millones de toneladas, o sea, en un 57%. En conjunto, los ritmos de crecimiento de la produccin agropecuaria sovitica fueron un 150% ms altos que los de incremento de la poblacin y superaron en un 50-100% los ritmos alcanzados en los pases del Mercado Comn y EE.UU. Con un 6% de la poblacin del Globo, la URSS tiene una participacin de 13% en la produccin mundial de cereales, 20% en la de leche, 10% en la de carne y 12% en la de huevos. Nos proponemos seguir elevando constantemente y por todos los med'os el rendimiento de los cultivos, ensanchar el rea de los sembrados y, en primer lugar, acrecentar las cosechas de cereales. La reciente VIII SesiSn del Consejo Mundial de la ONU para la Alimentacin, que se reuni5 en Mx'co, transcurri bajo el lema La reduccin de los sembrados y de la produccin de alimentos debe ser asimilada jurdicamente a un crimen. Las delegaciones de muchos pases en vas de desarrollo exhortaron a todos los Estados a buscar posibi'idades para incrementar al mximo la produccin agropecuaria y prestar auxilio a las regiones azotadas por el hambre. Pero estos llamamientos no siempre encuentran una respuesta favorable. La Administracin de EE.UU. proyecta un programa de contraccin del rea cerealera en este ao. Se ha propuesto a los granjeros que reduzcan la superficie de los cultivos de trigo, en 20% y de cereales forrajeros, en 15%. El objetivo principal es mantener los altos precios de exportacin y el mximo de ganancias de los monopolios agroal ; mentarios. Entre tanto, stos se aprovechan de cualquier oportunidad para inflar los precios. As, a comienzos de la dcada del 70, cuando muchos pases sufran los efectos de una terrible sequa, los precios del trigo sub;eron en tan slo dos aos [1973 y 1974) en 170% y los del arroz, en 270%. Semejante poltica, que es una manifestacin de desprecio hacia las personas hambrientas y la opinin pblica, agrava la situacin alimentaria mundial y cercena brutalmente las posibilidades de que disponen los pases en desarrollo para importar alimentos. La divis'n internacional del trabajo, de cuyas ventajas disfrua la mayora de los Estados, contempla el intercambio de diversas mercancas, incluidas las de procedencia agrcola. Y eso es normal. Incluso aquellas potencias capitalistas que se benefician de condiciones agroclimatolgicas favorables y que tienen una agricultura desarrollada, vienen Importando desde hace varios decenios grandes cantidades de alimentos, entre ellos cereales. Desarrollando el comercio exterior, la URSS tambin importa y exporta productos del agro. La base de las compras soviticas en el extranjero la
componen mercancas que los pases en desarrollo o bien no importan en absoluto o bien importan en pequeas cantidades, y que a menudo exportan ellos mismos. Por lo que se refiere a las compras de trigo, conviene tener en cuenta que stas, en lo fundamental, se realizan sobre la base de convenios a largo plazo y que, por lo tanto, intervienen como factor estabilizador en el mercado mundial del trigo. Las causas principales de la situacin aumentara que se ha creado en los pases independizados se derivan de la poltica imperialista que siempre estuvo orientada a asegurar ventajas econmicas para el capital monopolista. Hoy da esto se traduce en la aplicacin .de una poltica neocolonialista que entorpece la creacin de una economa nacional independiente, con una agricultura ramificada, eri los jvenes Estados. La Unin Sovitica presta amplio concurso a los pases liberados en el fomento de la agricultura y la solucin del problema alimentario. Esta ayuda se efecta en el marco de acuerdos interestatales de cooperacin econmica y tcnica que descansan sobre los principios de plena igualdad, provecho mutuo y no injerencia en los asuntos internos. Nuestra posicin consiste en coadyuvar a la potenciacin de su agricultura nacional y las ramas afines. En este sentido ya se ha hecho bastante. Las orientaciones fundamentales de la ayuda sovitica son las siguientes: aprovechamiento de los recursos hidrulicos y de las tierras, organizacin de granjas agrcolas de produccin, de cultivo de semillas y de ganado de raza, de estaciones de mquinas y tractores y de talleres de reparacin. La URSS presta tambin ayuda en gran escala a la preparacin de cuadros nacionales para la agricultura. En total, con el concurso de la Unin Sovitica, en los pases en desarrollo y en Estados sociaLstas, tales como Mongolia, Cuba, Vietnam, Laos y la RDPC, se han llevado a cabo o se estn realizando ms de 1000 proyectos de desarrollo de la agricultura y ramas afines. Entre estos proyectos figuran cerca de 270 grandes explotaciones estatales agrcolas o ganaderas, ms de 100 obras de mejoramiento de terrenos, 380 empresas de procesamiento y almacenamiento de la produccin agropecuaria, de abonos minerales y otras. Los trabajos realizados han permitido ya aumentar la superfic;e de tierras cultivadas en ms de 1.100.000 hectreas, crear capacidades para la produccin de ms de 790.000 Tm de abonos minerales al ao. Todo esto se traduce en la produccin suplementaria de millones de toneladas de trigo y otros cultivos. Los gobiernos y la opinin pblica de los pases en vas de desarrollo constatan que el apoyo de los pases socialistas es eficaz, desinteresado y justo, que descansa sobre principios esencialmente deferentes de aquellos por los que se rigen las potencias capitalistas. El imperialismo
USA, por ejemplo, siempre utiliz la ayuda alimenticia para consolidar su influencia en diferentes pases del Tercer Mundo y asegurar all sus intereses estratgicos. Es particularmente notoria la prctica norteamericana de emplear los suministros de cereales como med.o de presin poltica. A los que se resisten al diktat, se los excluye del mercado alimentario. Desde hace ms de 20 aos se mantiene el bloqueo que prohibe vender alimentos a Cuba. Ahora se ha extendido este castigo a Nicaragua y algunos otros pases descolonizados. Se ha intentado aplicarlo tambin a la Unin Sovitica y algunos otros pases socialistas. Tales prcticas confirman la importancia de la conclusin sacada por el Pleno de mayo del CC, en la que se indica que el Programa Alimentario de la URSS parte de la necesidad de reducir las importaciones de al.mentos en procedencia del mundo capitalista, teniendo en cuenta que la direccin de algunos Estados, y en primer lugar, los sectores imperialistas de EE.UU., se esfuerzan por convertir las operaciones comerciales habituales en un instrumento de presin poltica. Sin embargo, la URSS no se propone en absoluto renunciar a las ventajas de la divisin internacional del trabajo y del comercio internacional. Y as se hace constar en los documentos del Pleno de mayo del CC del PCUS. Es bien lgico se seal en l que el proyecto de programa contemple la cooperacin con otros pases,3 y en primer lugar con los Estados socialistas . La URSS coopera desde hace tiempo, y de manera fructfera, con los pases de la comunidad socialista, intercambiando con ellos productos de diversas ramas del complejo agropecuario. En el transcurso del quinquenio pasado, suministramos a los pases miembros del CAME 10,5 millones de toneladas de trigo, 2,3 millones de toneladas de algodn en fibra, 472.000 toneladas de pescado y productos derivados, 541.000 toneladas de aceites. Durante ese mismo perodo, importamos 1.400.000 toneladas de carne y derivados crnicos, 17 millones de toneladas de azcar en bruto, 2 millones de toneladas de fruta y centenares de m les de toneladas de hortalizas. Los pases soc'alistas realizan amplios intercambios de artculos industriales. De 1976 a 1980, la Unin Sovitica import de pases del CAME 26.000 tractores, 141.000 kg de plaguicidas. Las exportaciones sov : ticas a los pases hermanos incluyeron 178.000 tractores y 11 millones de toneladas de fertilizantes minerales. De comn acuerdo, este trabajo seguir realizndose en adelante. En el Programa Alimenta3 El Programa Alimentario de la URSS en el perodo hasta 1990 y las medidas para su realizacin. M a t u f a l e s del Pleno de mayo del CC del PCUS, Masc, 1982, p. 14, (en ruso).
rio se ha dedicado un apartado especial a las cuestiones del desarrollo de los vnculos econmicos con los Estados socialistas. Se destacan en l las principales orientaciones de la actividad conjunta de los pases de la comunidad socialista: profundizacin de la cooperacin en el dominio de la ciencia, de la agricultura y del procesamiento de materias primas; desarrollo sostenido de la cooperacin y de la especializacin en la produccin de equipos tcnicos, fertilizantes minerales, etc. La Unin Sovitica est interesada en que los pases del CAME que han acumulado experiencia en el procesamiento de la produce n de carne y de leche, de hortalizas y de remolacha azucarera, en la construccin y explotacin de frigorficos, depsitos, empresas harineras y fbricas de pan, tomen parte en la construccin y reconstruccin de unidades del complejo agroindustrial. Continuar desarrollndose la cooperacin de la URSS con los pases liberados interesados en ello. Ayudando a la potenciacin de su agricultura, importaremos al mismo tiempo exportables tradicionales del agro tropical y subtropical, que gozan de demanda en nuestro pas, pero que no producimos. La elaboraron del Programa Alimentario ha reavivado el inters de una serie de firmas y or-
ganizaciones de los pases capitalistas por el fomento de la cooperacin con la Unin Sovitica. La actitud sovitica ante esta cuestin es bien conocida, siempre se ha caracterizado por su enfoque constructivo. Somos partidarios de la cooperacin multilateral, del comercio mutuamente ventajoso con aquellos que estn dispuestos a practicarlos sin discriminacin ni presiones polticas. La URSS no tiene intencin de aislarse de los contactos econmicos recprocamente provechosos. Pero no podemos por menos de sacar las conclusiones pertinentes ante la poltica de sanciones y de boicot aplicada por los crculos agresivos de EE.UU. La feliz solucin del problema mundial de la alimentacin est indisolublemente vinculada a la lucha por la paz y el alivio de la tirantez internacional. El Partido Comunista y el Gobierno sovitico siempre han propugnado y propugnan el cese de la carrera armamentista, el establecimiento de relaciones de buena vecindad entre todos los pueblos. Los progresos en el terreno del desarme permitiran liberar y utilizar considerables recursos, un gran potencial cientfico y tcnico con vistas al fomento de la agricultura en todo el mundo, para prestar ayuda a los pases en vas de desarrollo. El Programa Alimentario de la URSS est orgnicamente ligado con el Programa de Paz para los aos 80 aprobado por el XXVI Congreso del PCUS, con nuestra consecuente poltica exterior de paz.
DLA! ROPA
ERWIN SCHARF,
miembro del Bur Poltico y Secretario del CC del Partido Comunista de Austria
Europa... La palabra misma encierra cierto atractivo. Est relacionada con la historia rnultisecular de la humanidad, con el desarrollo de su cultura. La nocin Europa evoca tradicionalrnente la idea de una economa de tecnologas avanzadas, de un alto nivel de instruccin de los pueblos. Pero todo eso, claro, no debe inspirar apreciaciones superficiales y pretensiones de exclusividad europea. La parte del mundo en la que vivimos no queda al margen de las leyes objetivas del desarrollo social, al margen de la lucha de clases. Durante siglos, nuestro pequeo continente fue escenario de conflictos militares y en el siglo XX se desencadenaron en l las dos guerras mundiales. El recuerdo de las vctimas y destrucciones que causaron stas, hace que los europeos sean particularmente sensibles al nuevo peligro que se cierne sobre el mundo. Hoy, el concepto Europa engloba tambin la aspiracin de los pueblos a conjurar el peligro de guerra y conseguir que, en vez de conflictos, reinen la cooperacin y el entendimiento. La voluntad de los europeos de instaurar una paz duradera en su casa, de no guerrear sino de colaborar unos con otros, se reflej reiteradas veces en llamamientos a la unificacin y en las distintas frmulas de unidad. Recordemos aunque sea la consigna de los Estados Unidos de Europa, lanzada casi setenta aos atrs. Esta consigna engendr ilusiones que no tomaban en cuenta las realidades clasistas de aquella poca. Como dijera Len'n, en el contexto de entonces, la unificacin de Europa slo poda significar un acuerdo entre los capitalistas europeos ... para qu? Slo para aplastar en comn el socialismo en Europa .. -1
1 V. I. Lcnin. Obras Completas, 2a ed., Cartago, Buenos Aires, t. XXII, p. 448.
Despus de la segunda guerra mundial surgi una nueva correlacin de fuerzas en el continente. La triunfante ofensiva del Ejrcito Sovitico, la demolicin de la mquina de guerra hitleriana y la lucha antifascista en los pases ocupados por los nazis condujeron a la formacin, en Europa Este y Sudeste, de la comunidad de los Estados socialistas. Sus pueblos establecieron relaciones de estrecha cooperacin basada en la comunidad de los intereses de clase de los trabajadores, en el internacionalismo socialista. En Europa Occidental, las tendencias unitarias desembocaron en la formacin de la Comunidad Econmica Europea (CEE). El cap'tal monopolista, los crculos gobernantes de los seis Estados que inicialmente integraron esta agrupacin 2 , se plantearon el objetivo de consolidar las posiciones del capitalismo y elaborar una plataforma comn para combatir el movimiento obrero y el socialismo real. Ni la colisin de intereses en el seno de la CEE, ni sus contradicciones con otros Estados o grupos de Estados del mundo capitalista, pueden borrar estos planteamientos que estn en consonancia con la lnea seguida por el bloque poltico-militar de la OTAN. La cooperacin entre los Estados de la CEE, el entrelazamiento de sus estructuras econmicas y sus sistemas monetarios, la coordinacin de la poltica social y de las normas jurdicas, as como de la lnea poltica exterior, no pueden menos de incidir en la conciencia social. Los medios gobernantes han publicitado ampliamente la tesis de que la integracin puede al viar el fardo de los fenmenos crticos en la economa y en las estructuras de poder. Gente que no cree
2 Existe, adems, otra agrupacin, de contornos ms confusos desde el punto de vista Institucional: la Asociacin Europea de Libre Comercio, de la que tambin orman parte pases neutrales, entre ellos Austria.
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ya en la capacidad de los gobiernos nacionales para superar la crisis, se deja mecer por esa propaganda y empieza a cifrar esperanzas halageas en la integracin. La posibilidad de utilizar la integracin para resolver problemas sociales es tambin tema de discusin en algunos sectores del movimiento obrero eurooccidental. Se habla de organizar nuevas formas de cooperacin entre comunistas, socialistas, socialdemcratas y representantes de otras tendencias pacifistas, progresistas y democrticas, argumentando que esa cooperacin creara una alternativa a la poltica de defensa exclusiva de los intereses del capital monopolista. En algunos casos, semejantes ideas cobran forma como proyecto de plataforma para la accin conjunta de los partidos y fuerzas de izquierda eurooccidentales, por lo que en la prensa se ha puesto en uso el trmino de euroizquierda. La cooperacin de la izquierda es, naturalmente, una idea plausible. Nosotros, los comunistas, somos enemigos del sectarismo y estamos dispuestos a buscar puntos de coincidencia y actuar en comn con todos los que, en las condiciones socio-polticas existentes, quieren y pueden defender los intereses de los trabajadores, oponerse al embate de la reaccin y el militarismo y salvaguardar la paz. Pero sabemos perfectamente, y no slo por experiencia propia, que la cooperacin de la izquierda suele revelarse en la prctica como una tarea muy difcil. Por eso no estar de ms el intento que viene a continuacin, de dilucidar los factores objetivos y subjetivos que intervienen en ella, ver qu obstculos manifiestos y qu escollos submarinos impiden o pueden impedir su instrumentacin y cmo se podra eliminar esos estorbos. Es obvio que al tratar el problema nos referiremos ante todo a Austria.
Entre nuestros interlocutores potenciales, el papel ms importante correspondera sin duda a la socialdemocracia. Esto se debe a la fuerza e influencia que tiene en Austria y, en general, en Europa Occidental. Son bien conocidos los derroteros ideolgicos y polticos de la socialdemocracia eurooccidental en la posguerra. Cuando la guerra fra, decid' hacerse pasar por una tercera fuerza. De esa posicin y las esperanzas que infunda, habl con bastante car'dad, por ejemplo, Osear Pollak, director de la revista Uie Zukunjf, rgano terico central del Partido Socialista de Aust;ia (PSA): Podemos atraer a nuestro lado a todos los que en el mundo no quieren ser ni norteamericanos ni rusos, es decir, a la mayora abrumadora de los pueblos!3 Muchos trabajadores no supieron distinguir la verdad tras la cortina de humo del palabreo. A tal punto que ya les pareca admisible la idea
3 De Zukunft, enero dfl 1948, p. 1.
de distanciarse de la URSS, el primer Estado obrero y campesino del mundo, el pas que hizo el aporte decisivo a la derrota del fascismo. En el ambiente emponzoado por el antisovietismo, la prensa del PSA lleg a declarar abiertamente que haba que ayudar a los Estados Unidos a ganar la guerra fra. Esta fue una de las tendencias de la poltica socialderacrata. Otra tendencia consista en aprovecharse de la protesta contra la explotacin capitalista, que se haca patente en las acciones de la clase obrera. Procediendo de esta manera, muchos de los partidos socialdemcratas eurooccidentales lograron, despus de 1945, aumentar su peso poltico y afirmarse con mayor o menor xito como partidos gobernantes alternativos de la sociedad burguesa. Los socialdemcratas se contraponan como regla a los grupos conservadores tradicionales: los laboristas a los conservadores en Inglaterra, el Partido Socialdemcrata de Alemania al bloque de la Unin Demcrata-Cristiana y la Unin SocialCristiana en la RFA, el Partido Socialista al Partido Popular Austiiaco [PPA] en nuestro pas. Los lderes socialdemcratas aprovechaban hbilmente la lucha por la alternancia de los partidos en el Gobierno para distraer al ala izquierda de sus propias filas de la accin en favor de la reestructuracin socialista de la sociedad. Estando en el poder, los socialdemcratas partan, en este caso tambin, de la necesidad de seguir una lnea intermedia entre los intereses de la clase obrera y los del gran capital. Objetivamente, esto les colocaba en una situacin en la que pod.an prestar al capitalismo monopolista de Estado servicios an mayores que los partidos burgueses tradicionales. Precisamente esa situacin que se haba configurado en Austria, fue sealada por los comunistas: Por cuanto el PSA no est maniatado por el compromiso de respetar a las capas campesinas y a los pequeos propietarios, es por lo tanto en muchos aspectos ms idneo que el PPA para realizar, como partido gobernante, 4ciertas reformas en beneficio del gran capital- . De suyo se entiende que nosotros, los comunistas, criticbamos esa lnea Socialdemcrata en materia de poltica exterior e interior. Pero tambin hicimos propuestas positivas que hubiesen podido servir de base para acciones conjuntas de la izquierda en la palestra internacional en bien de los trabajadores y en aras de los intereses nacionales de nuestro pas. A estas proposiciones la direccin del PSA respond' siempre desde posiciones de anticomunismo primitivo. Con el tiempo se fueron perfilando camb ; os en las concepciones y la poltica de la socialdemocracia. En Austria, esos cambios se pusieron de manifiesto al empantanarse irremediablemente los EE.UU. en su agresin a Vietnarn, que demostr con toda evidencia quin defiende la libertad y quin la amenaza y le aplica el garrote
PoUttsct-tdeologsche Leitsdtze der KPQ, Vlena, 1974, p. 11.
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de la guerra imperialista, de rapia. No slo en Austria, sino tambin en todo el mundo capitalista se iba esfumando el mito de que los Estados Un "dos son la primera potencia del Occidente libre. El auge de los movimientos de liberacin en muchos pases y regiones de Asia, frica y Amrica Latina contribuy a la continua expansin de los estados de nimo antiimperialistas. La poltica de fuerza brutal, aplicada por el imperialismo, provocaba la protesta decidida de los jvenes, escritores, cientficos y de numerosos grupos profesionales. Todo eso repercuta tambin en los medios socialdemcratas. No se puede dejar de ver que los partidos por separado y la Internacional Socialista tratan de enfocar de manera ms flexible y diferenciada los procesos que se operan en el mundo. Por ejemplo, la direccin de la Internacional Socia^ lista se ha dado cuenta del significado del Tercer Mundo y se ha esforzado para consagrarse como su protector. Influyentes partidos socialdemcratas simpatizan oficialmente con las fuerzas liberadoras de El Salvador, prestan ayuda al Gobierno de Nicaragua, condenan la agresin de Israel en el Cercano Oriente y las acciones terroristas de este pas contra los palestinos. En la complicada situacin internacional de la dcada del 80, la socialdemocracia manifiesta comprensin de los valores de la distensin y se muestra dispuesta a mantenerla y a desarrollar sus conquistas. No cabe duda de que en este plano se abren amplias posibilidades para encontrar los puntos de coincidencia que podran servir de premisa para un dilogo constructivo entre los comunistas y los socialistas, para amplias acciones conjuntas de la izquierda. La materializacin de esta premisa depender en mucho de la capacidad de los comunistas para actuar a la altura de estas nuevas posibilidades. Al afirmarlo, no hacemos la vista gorda ante nuestras discrepancias de principio con la socialdemocracia. Con frecuecia, la actividad poltica de sus partidos obedece a motivos, persigue objetivos y lleva condimentos ideolgicos, con los cuales los comunistas no podemos estar de acuerdo. Es lo que ocurre, por ejemplo, con el apoyo a los movimientos de liberacin. Segn algunos estrategas socialdemcratas, este apoyo se presta no en inters de los pueblos en lucha, sino, como dijera en su da uno de los polticos austracos, para arrancar esos movimientos a los abrazos de la Unin Sovitica, es decir, para imponerles su propia influencia. Otro ejemplo es el de las acciones contra la poltica imperialista y militarista de los EE.UU.: la socialdemocracia a menudo est dispuesta a participar en ellas, pero sus idelogos siempre se apresuran a recordar que eran y siguen siendo aliados de ese pars, denominado en su lxico la gran democracia de Occidente. Se sobrentiende que los socialdemcratas, por su parte, encuentran en nuestras posiciones, especialmente en lo ideolgico, muchos elementos con los que no estn de acuerdo. Pero es que nadie se plantea promover la cooperacin de la iz-
quierda en el terreno Ideolgico. Se trata de la cooperacin poltica. Y con la buena voluntad de todos, se podra hacer mucho en esta esfera.
La lucha contra el peligro de guerra y por el desarme puede y debe ser un importante campo de cooperacin poltica de los comunistas con los socialdemcratas, con representantes de todas las fuerzas democrticas de la sociedad. La actitud de la socialdemocracia ante estos problemas refleja las contradicciones y los debates que tienen lugar en sus prop'as filas. La Internacional Socialista presenta iniciativas positivas, critica la poltica de superdestrucciin y la lnea reaganiana dirigida a la confrontacin. De esta manera, el abandono de las posiciones mantenidas anteriormente se hace evidente. En este plano son caractersticos los puntos de vista desarrollados en un artculo de Walter Hacker, secretario del PSA para problemas internacionales. Como miembro del Consejo Consultivo de la Internacional Socialista para el desarme, particip en las conversaciones sostenidas en Wash'ngton y Mosc, y he aqu como resume sus impresiones: Hablando en breve y en trminos generales, parece que Mosc cifra todava esperanzas en las negociaciones y considera como objetivos inmediatos el control sobre los armamentos y el desarme. La parte norteamericana, en cambio, emplea un tono belicoso; en Washington predomina la peligrosa concepc'n de que se pueda llegar al desarme por un largo rodeo, a travs del armamentismo. Por eso la Administracin Reagan ha acometido, como se sabe, la realizacin del programa de armamentos ms grande en la historia mundial 5 . Semejante postura ayuda a desbrozar el camino para la cooperacin de los comunistas con los socialistas en la lucha por resolver el p^incipal problema internacional de nuestra poca. En todo caso, apoyamos las apreciaciones cuerdas de la situacin y las Iniciativas constructivas emitidas por la socialdemocraria. Tamb'n podemos compartir la opin ; n del Jefe del Gobierno de la Austria neutral y Presidente del PSA, Bruno Kreisky, cuando afirma que el equilibrio militar en Europa es una condicin indispensable para la d'stensin. Pero de n ; nguna manera podemos estar de acuerdo con l cuando, en esa misma entrevista, agrega: Este equilibrio militar puede ser garantizado ninamente con ayuda de los Estados Unidos6. El canciller da a entender que el equil ; brio se ha alterado y que, para restablecerlo, es necesario el sobrearmamento de los EE.UU. y la OTAN. Esta es una idea peligrosa para la causa de la paz. Este ejemplo permite ver el quid de la cuestin. La cooperacin de la izquierda no supone,
5 Impulse (rgano del Comit del PSA para la Educacin), Viena, marzo de 1982. 8 Arbelterzeltung, 3 de marzo de 1982.
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ni mucho menos, un acuerdo en todo y por todo, no implica que se renuncie a la crtica recproca. Dxha cooperacin no puede desarrollarse sin debates. Pero cuando se entabla discusin, en torno a una u otra posicin concreta, la atencin no debe concentrarse en considerar de quin es esta posicin, sino ms bien en aclarar cul es. As, el punto de vista que supone que el equilibrio militar en Europa se haya roto, es para nosotros inaceptable no porque haya sido formulado por el lder del Partido Socialista, sino porque falsea la verdad y, adems, obedece al evidente propsito de complacer a los crculos beligerantes, mCitaristas de los EE.UU. Est claro que ni los comunistas, ni otras fuerzas que sean verdaderamente de izquierda, entre ellas las que orgnicamente pertenecen a la socialdemocracia, pueden ayudar a los EE.UU. y la OTAN en sus intentos de convertir a Europa en un teatro de operaciones avanzado, en escenario de una guerra nuclear limitada. No obstante, es significativo que los lderes socialdemcratas ms influyentes se mantengan en su NO a la cooperacin con los comunistas de su pas. El mismo Walter Hacker, por ejemplo, que pudo sentarse a la mesa para discutir con representantes del PCUS problemas de la distensin y el desarme, no se atrevera a conversar con representantes del PCA. La lgica conclusin es que los lderes del PSA estn dispuestos a sacrificar lo esencial en este caso, la movilizacin de fuerzas para afianzar la paz universal con tal de evitar acciones conjuntas con el movimiento comunista en Austria. Parece que se atienen a la frmula de que toda propuesta presentada por el Partido Comunista debe ser rechazada de antemano. Esta lnea se revel con claridad en relacin con la manifestacin en defensa de la paz, celebrada en VIena el 15 de mayo de 1982 y que construy una de las mayores concentraciones que han tenido lugar en Austria desde 1945. Tambin en esta ocasin, la direccin socialdemcrata se empe en falsear el significado poltico de la manifestacin y excluir de sus participantes a los comun'stas. Pero, con ayuda de numerosos comits de personalidades 7 locales, se logr frustrar estos intentos. El resultado fue que entre los distintos grupos de manifestantes su lista es bastante larga figuraban tambin las Juventudes Comunistas de Austria y la Unin Comun'sta de Estudiantes, as como la Unin de Mujeres Demcratas de Austria, el bloque sindical de izquierda, la Alianza Eslovena de Amigos de Kladiuo8 y otras organizaciones en las que los comunistas ocupan posiciones dominantes. Las principales ex'gencias de los manifestantes eran la prohibicin de la bomba de neutrones y la no Instalacin de misiles nucleares esta7 Comits de personalidades: se constituyen sobre una base no forma], para tratar problemas concretos. Los Integran ciudadanos Interesados, que intervienen no como representantes de los partidos u otras organizaciones, sino como particulares. 8 Organizacin que se form en torno a la revista estudiantil eslovena Kladlvo (El Martillo).
dounidenses en Europa. Tanto los dirigentes del PSA como los del PPA, impugnaron con el mismo celo esta plataforma poltica, aprobada por todos los participantes en la manifestac'n. Ellos queran que la atencin se centrase en los acontecimientos en torno a Afganistn, en la situacin en Polonia, etc. El Arbetterzeitung, rgano central del PSA, atac una y otra vez las supuestas deficiencias del programa de la manifestacin, y el director de ese peridico llam a los funcionarios de su partido ah est el quid! a mantenerse en la postura de enemigos intransigentes de la dictadura comunista. Esto significa declar que los socialdemcratas austracos consideran imposible la unidad de accin con los militantes del P C A . . . Nadie puede ni quiere prohibir a los comunistas que se sumen a las acciones de personas u organizaciones democrticas. Pero organizar estas acciones junto con ellos significara comprometer deliberadamente el objetivo perseguido 9 . Ms claro, imposible: los comunistas podemos adherirnos, pero sin derecho de voto, porque a los lderes del PSA no les convienen nuestras convicciones. La cspide del PSA no logr imponer su voluntad a la manifestacin del 15 de mayo. Qued claro que las organizaciones locales (comits de personalidades) no aceptan el d'ktat de los ldedes del PSA y del PPA y no se guan por consideraciones poltico-partidarios, sino por el deseo de hacer su aporte a la defensa de la paz. En esa misma actitud coincidieron numerosas organizaciones de jvenes socialistas, las Juventudes Obreras Catlicas y grupos afines a estas ltimas. En otras palabras, en el movimiento de izquierda y democrtico, en general, gana terreno y cobra cuerpo la comprensin de que conviene centrarse en tareas polticas concretas y tratar de solucionarlas en comn, no slo con los correligionarios absolutos, sino tambin con todos los que estn dispuestos a colaborar, a pesar de las divergencias ideolgicas o de otra ndole. Nosotros pensamos lo mismo. Por profundas que sean las discrepancias ideolgicas que separan a los marxistas-leninistas de la socialdemocracia, no son bice para la cooperacin de la izquierda. No tenemos ningn prejuic ; o que nos impida ver, reconocer y apoyar cuantos pasos positivos d la Internacional Socialista para resolver el problema del desarme, mantener y fomentar la distensin y afianzar la seguridad europea. Es decir que por parte de los comunistas no hay nada que impida la cooperacin de la izquierda. Los obstculos los crean nuestros colocutores potenciales que siguen obcecados por el anticomunisnio.
A todos los representantes del movimiento de izquierda les preocupan los destinos socio-polticos de Europa Occidental. Los partidos comunls3
tas han expuesto reiteradas veces sus puntos de vista al respecto, subrayando la necesidad de luchar por que el desarrollo de Europa Occidental responda a los intereses de la paz y la distensin y pronuncindose por la cooperacin de las fuerzas democrticas y de izquierda eurooccidentales frente al militarismo y la reaccin. En ese sentido, por ejemplo, fue redactado el documento que aprob la Conferencia de los Partidos Comunistas eurooccidentales celebrada en Bruselas (enero de 1974); y de eso mismo se trat en la Conferencia de Berln de los Partidos Comunistas y Obreros de Europa (junio de 1976). Veamos qu op'nan sobre esta problemtica los socialdemcratas. En este sentido interesa recordar lo que dicen en L'Unit algunos diputados del Parlamento Europeo, miembros del grupo mayoriario de los 124 representantes de todos los destacamentos del socialismo, el laborismo y la socialdemocracia europea10. La socialdemcrata germanooccidental, Katherlna Focke, afirma: S, es posible cooperar con los comunistas en el Parlamento Europeo. Seala las eventuales direcciones de esa cooperacin dilogo entre pases socialistas y capitalistas (Este Oeste), relaciones con pases en desarrollo (Norte Sur) y, en relacin con esto, las cuestiones de la paz y el desarme y constata: Estas podran ser las esferas de bsqueda conjunta de la izquierda para asegurar a Europa su propio rol en el mundo11. Jacques Moreau, del Partido Socialista Francs, menciona las palabras del Presidente Mitterrand sobre la necesidad de crear el espacio social europeo, o sea, de desarrolar la lucha contra el desempleo, la desigualdad y la injusticia en Europa Occidental. Adems, dice, hay otros puntos concretos en los que pusden desarrollarse las inic'ativas de la izquierda tendientes a galvanizar la idea de Europa12. Spyridon Plaskovitis, representante de los socialistas griegos (PASOK), considera que la Europa que se siente como un apndice de los EE.UU. no puede tener su propia poltica... La independencia poltica de Europa es una de las condiciones fundamentales de la distensin y el desarme . . . El PASOK seala ya ha comenzado a discutir con Rumania y Bulgaria, a nivel gubernamental, la idea de crear una zona desnuclearizada en los Balcanes y ha encontrado ecos positivos. Aqu hay perspectiva para la Comunidad y hay perspectiva para la unidad de la izquierda13. Vemos pues que algunos representantes de los partidos socialistas y socialdemcratas se muestran en cierta medida dispuestos a cooperar con los comunistas a nivel europeo (aunque no obligatoriamente en sus propios pases). Merecen atencin dos momentos. Primero, que se expresan opiniones tiles para fortalecer la paz y dei Vase L'Unit, 14 de abril de 1982. 11 Ibld. 11 Ibfd. 1S ibd.
sarrollar la cooperacin internacional, opiniones que se corresponden con los intereses de las masas trabajadoras. Segundo, que se pone nfasis en la independencia de Europa (Occidental), se absolutiza el valor de la idea europea. Resulta que, por una parte, los diputados socialdemcratas defienden posiciones de izquierda, pero, por otra, parece que su mayor preocupacin consiste en recalcar su europesmo. Muchas de las proposiciones presentadas corresponden, ciertamente, a los objetivos del movimiento de izquierda y no cabe duda de que los comunistas siempre marcharn codo a codo con los socialistas y socialdemcratas en la lucha contra la omnipotencia de los monopolios, contra el desempleo y la desigualdad social. En materia de poltica exterior, apoyamos sin reservas las posiciones realistas de aquellos socialdemcratas que aspiran a una Europa desnuclearizada y con este fin proponen cooperar directamente con los Estados socialistas. En este sentido, a nosotros tampoco nos es ajena la idea de la independencia europea. La entendemos como la necesidad de acabar con la hegemona econmica, militar, poltica y, en muchos aspectos, espiritual de los EE.UU. en Europa Occidental. Ahora bien, es sabido que en algunos sectores de izquierda suelen Interpretar el concepto de independencia regional de manera diferente, en trminos de equidistancia respecto de los EE.UU. y la URSS. Tratan de proyectar la Europa independiente como esa famosa tercera fuerza de la confrontacin mundial. Desde un enfoque cientfico y terico tenemos todos los fundamentos para calificar este esquema de inconsistente. Pero, en esta ocasin, vale la pena abordar el asunto por otro lado, por el lado poltico. Efectivamente, en la ltima dcada algunos Estados eurooccidentales han comenzado a seguir una lnea poltica exterior ms independiente respecto de los EE.UU., y los partidarios de la idea europea suelen alegar este hecho en defensa de sus tesis. Pero en el encadenamiento de sus reflex ; ones, ellos omiten, deliberada o casualmente, uno de los eslabones ms importantes. Por qu varios Estados de Europa Occidental han podido actuar de manera ms o menos independiente en la arena internacional? Pues, principalmente, porque el acrecido podero de la comunidad socialista ha cambiado la correlac'n general de fuerzas en el mundo, creando condiciones favorables para la distensin. Cons-deramos importante dejar bien sentadas estas verdades. Y las ideas acerca de la cooperacin de las fuerzas de izquierda en beneficio de la paz, la distensin, el progreso social y la democracia, que aparecen en los proyectos asociados por la prensa a la nocin de euroizquierda, podran ser valoradas, en general, positivamente, si no se considerase esa cooperacin como una alternativa a la cohesin de los comunistas y a la alianza con la fuerza de izquierda y democrtica ms poderosa de Europa: la comu-
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n'dad socialista y los partidos comunistas gobernantes de los pases que la integran. Una Europa de paz e independiente no puede ser construida por la va de la oposicin al socialismo real. Para que esto lo comprendan los copartcipes potenciales de la euro'zquierda (al usar este trmino somos conscientes, desde luego, de su imprecisin), los comunistas deben desarrollar una consecuente labor ideolgica. Se trata de explicar el antagonismo de los intereses de a URSS y de los EE.UU., que se deriva del carcter dife:ente de sus sistemas sociales. La clara comprens'n del carcter imperialista de la poltica exte"ior de los Estados Unidos y del carcter pacfico de la lnea de la Un'n Sovitica, dimanante de su naturaleza socialista, permitir concentrar las acciones polticas en el logro de la distensin, el desarme y la paz. Nuestros eventuales interlocutores en Austria, al igual que muchos socialdemcratas en el extranjero, sospechan y hasta estn convencidos de que es el famoso dogmatismo el que nos mueve a hablar de todo esto. Pero nosotros estamos persuadidos de que, en el curso de la confrontacin en la arena mund'al, se inicia un proceso de aleccionamiento recproco, aumenta la comprens'n de que es necesario dedicarse seriamente al reagmpamiento poltico de las fuerzas de izquierda y procurar con la misma seriedad que esa cooperacin, si se logra ajustara, no resulte estril. Esa es la preocupacin que nos gua a los comunistas cuando nos oponemos a los intentos de aislar al movim'ento de izquierda eurooccidental, de separarlo de sus aliados internacionales naturales.
La pos'bilidad de la cooperacin poltica de las fuerzas de izquierda de Europa Occidental es deternrnada, en fin de cuentas, por el hecho de que tienen una base social comn, constituida por la clase obrera, por los trabajadores. Y todos los movimientos de izquierda se proclaman intrpretes de los intereses de las masas trabajadoras, explotadas por el capital monopolista, azotadas por el desempleo y la inflacin y obligadas a soportar el fardo ms pesado de la crisis del cap''talismo. La propia socialdeinocracia no est exenta de contradicciones sociales. De suyo se entiende que existe en la socialdemocracia ausMaca una cspide conformada por la lite de los cargos elect ; vos, los funcionarios y los managers, que ideolgicamente y por sus rentas y privilegios polticos, es decir, por su situacin econmica, son parte integrante de la di-eccin oligrquica en el capital ! smo monopolista de Estado. Pero esto nada tiene que ver con centenares de miles de militantes del PSA que por su condicin objetiva pertenecen a la clase obrera14. De esta calificacin tomada de un documento de nuestro partido, en la que se subraya que
Polttsch-tdeologlsche Leltsize der KP, p. 22.
la clase obrera constituye la base masiva de la socialdemocracia en Austria, se infiere lgicamente que . . . para lograr una participacin cada vez ms ampla de los compaeros socialistas en la lucha unitaria, es imprescindible una valoracin crtica, princ ; p'sta del papel y la lnea poltica de la direccin del PSA15. Lo dicho no significa que los comunistas descartemos por principio la posibil'dad de un acuerdo en la cumbre entre los dos part'dos. Al contrario, procuramos lograr acuerdos de cooperacin entre comunistas y socialistas a todos los niveles de partido. Cierto es que, como muestra la experiencia histrica, los acuerdos en la cumbre son generalmente el resultado de presiones ejercidas desde abajo. Y estas p^esiones surgan y se imponan, ante todo, cuando los comunistas lograban que sus cons'gnas prendieran entre los trabajadores y cuando esta labor se vea facilitada por la agudizacin de las contrad'cciones del sistema capitalista. De ah la importancia que tienen en relacin con esta problemtica factores tales como la fuerza propia de los comun ; stas y las posiciones que ocupan en las empresas, entre los trabajadores. Ah mismo encontramos la respuesta a otra motivada pregunta: No tratarn los partidos socialdemcratas, habida cuenta de su influencia entre las masas, de aprovechar la cooperac'n que les proponen los comunistas, para subrayar su papel protagnico entre las fuerzas de izquierda de Europa Occidental y de este modo ampliar an ms a costa de los comunistas sus posiciones en el mov'miento obrero? Una larga experiencia histrica ensea claramente que la cooperacin efectiva y duradera entre los comun'stas y los socialdemcratas es posible ante todo all donde los acuerdos persiguen objetivos comunes concretos. En este caso se puede aunar esfuerzos dejando de lado las discrepancias ideolgicas y sin que los al'ados tengan que renunciar a sus posiciones de principio. No hay otra frmula para viabilizar el proyecto de cooperacin entre las fuerzas de izquierda europeas: la ampliacin de la alianza, la incorporacin en ella de partidos y grupos con concepciones polticas divergentes y a veces confusas, partidos y grupos con frecuencia muy receptivos a las ideas del estabshment capitalista, plantea con ms fuerza an ante los comunistas la necesidad de mantener una lnea ideolgica clara y firmemente asentada en nuestros principios. En esta cuestin, lo decisivo es que los esfuerzos estn orientados a satisfacer los intereses de la clase obrera, de las masas trabajadoras. Estamos seguros de que este es el nico criterio, siguiendo el cual es posible buscar el acuerdo y concertar la cooperacin poltica de la izquierda. Es tambin el criterio que determina la act : tud de los comunistas ante las posiciones concretas de la socialdemocracia. Nuestro principio es el siguiente: todo lo que responde a los intereses de la clase obrera, debe ser apoyado; todo lo 15 ibd., p. 23.
que contradice estos intereses, debe ser rechazado. Hacer concesiones en cuestiones de principio significara apoyar directamente al ala derecha de la soclaldemocracia. La cooperacin desde posiciones principistas, en cambio, contribuir al desarrollo de los procesos sanos que estn cobrando cuerpo en las filas de los partidos socialdemcratas. En lo que se refiere a nuestro partido, hemos visto que, a despecho de la resistencia opuesta por los lderes anticomunistas del RSA, ya se estn abriendo ante l posibilidades para desarrollar la cooperacin con los soclaldemcratas y otras fuerzas democrticas y progresistas en cuestiones concretas relacionadas con la defensa de los intereses de la clase obrera, con la lucha por nuevos derechos democrticos, por la paz. El PCA ha logrado este nivel de participacin sin abandonar sus posiciones marx:stas-leninistas de principio'y afirmando su presencia en las bases, en las masas. Difcil sera imaginar el papel que podra desempear nuestro partido en la cooperacin de las fuerzas comunistas, socialdemcratas y otras fuerzas democrticas y progresistas si esta cooperacin se hubiese desarrollado exclusivamente en base a acuerdos en la cumbre. Qu hubiese sido del numricamente pequeo PCA si en aras de la cooperacin se hubiese amoldado a las posiciones socialdemcratas? Y s no hubiera querido adaptarse? No se encontrara en este caso totalmente marginado de la euroizquierda? Creemos que toda restriccin de la proyectada cooperacin ya sea por motivos ideolgicos, religiosos (es evidente que han de participar en ella sectores cristianos), aritmticos o geogrficos {reducindola, por ejemplo, a los marcos de la CEE] no reforzara sino que debilitara sus potencialidades en la lucha por la
paz, el desarme, la democracia y el progreso social. Debilitara asimismo el rol independiente de los partidos comunistas, en primer lugar de los que participen en esa cooperacin, y esto beneficiara nicamente aquellos sectores de la socialdemocrac:a que pretenden instaurar su propia hegemona en el movimiento obrero y en toda la vida poltica de Europa Occidental, Desde luego, el elemento principal es la clase obrera y su misin histrica. Pero estarnos convencidos de que sin un partido revoluc : onario, marxista-lenin-sta, la clase obrera no puede cumplir esta misin. El punto de vista que tiene el PCA al respecto est expresado con claridad en su programa: Incluso un gran partido no puede conducir a la clase obrera a la victoria, a su liberacin, si busca compromiso donde es necesario actuar con resolucin... El partido revolucionario, independientemente del nmero de militantes, es insustituible para el movimiento obrero: en sus luchas diarias, como fuerza motora, y en las grandes confrontaciones sociales, como gua.. .16 ANTE LAS PELIGROSAS TENDENCIAS de la vida internacional, sobre todo la creciente amenaza imperialista a la paz, la activacin de los partidos y grupos polticos burgueses reaccionarios y la agravacin de la crisis que atraviesa la sociedad capitalista, hay que coordinar los esfuerzos de la izquierda. Es un imperativo de la poca. Los partidos de izquierda pueden ponerse de acuerdo en muchos problemas. Y su cooperacin se har realidad si se organiza como una respuesta poltica a las demandas e intereses de clase de los trabajadores.
16 Sozlaltsmus tn Osierretches Farben. Partelprogramm der KP. Viena, 1982, p. 56.
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El mariscal FRANCISCO DA COSTA GOMES, Vicepresidente del Consejo Mundial de la Faz, es un destacado estadista, militar y personalidad pblica de Portugal. Antes de la Revolucin de Abril de 1974 fue alto funcionario de la misin militar portuguesa ante la OTAN, Vicesecretario de Eslado para Asuntos de las Fuerzas Armadas, Comandante en Jce de las tropas coloniales en Angola y Jefe del Estado Mayor General de las Fuerzas Armadas de Portugal (poco antes de producirse el derrocamiento del fascismo, Costa Gomes dimiti este cargo en seal de disconformidad con la poltica colonial del rgimen fascista). Tras la cada de la dictadura fue miembro de la Junta de Salvacin Nacional, rgano extraordinario de poder ejecutivo instituida por la revolucin, y Presidente de la Repblica Portuguesa (del 30 de septiembre de 1974 al 13 de junio de 1976). A continuacin insertamos las respuestas de Costa Gomes a las preguntas formuladas por la revista.
Adems, el peligro se ve agravado en extremo por la existencia de varios factores que acrecientan el riesgo y la probabilidad de una guerra nuclear. Uno de ellos, y muy importante, consiste en que, al aumentar las existencias y el diapasn de empleo de las armas nucleares, no slo se hace ms probable un disparo fatal, sino que, adems, las armas nucleares y la cuestin de su empleo dejan de ser prerrogativa exclusiva de los altos mandos pasando tambin a la competencia de los escalones tcticos de mando. Esto agrava considerablemente el riesgo del empleo no sancionado de las armas de exterminio en masa. Todos nosotros hemos podido apreciar que, por muy perfeccionados que sean los medios tcnicos de deteccin, ellos tambin pueden fallar y dar como ocurri en noviembre de 1981 en los EE.UU. falsas alarmas [esto sucedi en tres ocasiones], situando al mundo al borde del abismo nuclear. Como es natural, representantes de distintas corrientes polticas aspiran a comprender qu es lo que mueve a millones de personas a
protestar contra el creciente peligro nuclear. Hay quien dice que la principal motivacin reside en el miedo, no es simplificar demas-.ado el asunto? Otros llegan a las absurdas afirmaciones de que el movimiento antiblico hace el juego a Mosc y, por consiguiente, es inspirado desde all. Qu podra decir Ud. al respecto? En mi opinin, lo principal que une a las personas es una enorme preocupacin por el futuro de la humanidad y, por supuesto, el miedo al exterminio total de todo lo vivo en la Tierra, sin ninguna posibilidad de sobrevivir. Pero tambin es evidente que los pueblos ya son conscientes de que se puede evitar esta calamidad, de que preservar la paz es una tarea completamente factible y de que para lograrlo es indispensable mancomunar los esfuerzos. Todos los conflictos pueden ser resueltos mediante el dilogo e intercambio de opiniones, en la mesa de negociaciones, en foros mundiales y por mediacin de los tribunales internacionales. La Organizacin de las Naciones Unidas est llamada a hacer un aporte sustancial a la solu-
Cules son, en su opinin, las particularidades de la etapa actual de la lucha por la paz? Considero que uno de los rasgos caractersticos de la lucha por la paz en la etapa actual es el brusco crecimiento del nmero de participantes. Esta lucha adquiri un carcter masivo gracias a un rpido proceso de concientizacin de los pueblos. Juzguen ustedes mismos: hace apenas tres aos el movimiento de paz exista principalmente, y era ms fuerte, en Europa. Hoy no cabe duda que ha ampliado considerablemente sus marcos geogrficos y organizativos y se ha extendido prcticamente a todo el planeta. Como se sabe, el Consejo Mundial de la Paz tiene ya implantacin en 137 pases. Creo que justamente el proceso de concientizacn de las masas ante las consecuencias catastrficas de una eventual guerra nuclear, ante la amenaza real de degeneracin de toda la humanidad en caso de que no se logre evitar esta guerra, constituye el factor ms importante. Por qu precisamente en la divisoria de los aos 70 y 80 es cuando se produce esta explosin en la actividad antiblica de las masas? Durante muchos aos, todos los datos referentes a la energa nuclear y sobre todo a las armas atmicas fueron ultrasecretos. nicamente tenan conocimiento de ellos un nmero muy reducido de oficiales, de polticos y, quizs, algunos periodistas, aunque lo ms probable es que no. Recuerdo muy bien los tiempos en que, en
los Cuarteles Generales internacionales, slo determinados oficiales, y con determinadas medidas de seguridad, podan conocer todos los planes atmicos. E incluso ellos, s":endo representantes de pases que posean armas atmicas, slo tenan acceso a esos documentos en caso de necesidad. As las cosas, el problema atmico se conoca muy mal en los sectores sociales ms amplios. nicamente a comienzos del decenio pasado, los militares, polticos y, luego, a poblacin empezaron a tomar conciencia cada vez ms clara del peligro que suponan la desenfrenada carrera armamentista y los crecientes arsenales de armas nucleares. En esa poca se velific que las armas nucleares existentes ya eran suficientes para destruir el mundo. La gente comprendi que el mundo estaba en una situacin que poda llevar a un holocausto, al aniquilamiento total de la humanidad. Entonces reson como un toque a rebato el llamamiento a no permitir la catstrofe nuclear. Se concert una serie de acuerdos alentadores. Pero qu sucedi despus? Luego de un corto intervalo, sobrevino un recrudecimiento de la carrera de armamentos, en primer lugar los nucleares, y no slo en cantidad, sino sobre todo en calidad. Hoy da, todo el mundo comprende que tanto la OTAN como el Tratado de Varsovia poseen armas nucleares suficientes para destruir varias veces a la humanidad.
Arrnas nucleares? No, gracias, Somos millones contra a bomba N y Ser activo hoy para no morir radiactivo maana, eran las consignas de los centenares de miles de partidarios de la paz que manifestaron en Lisboa. Foto del peridico Aoantel
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cin de esta tarea. Lamentablemente, hasta ahora no ha tenido suficiente fuerza para llevar a la prctica sus propias resoluciones. Pero, espero que, con el tiempo, los Estados vayan comprendiendo que su soberana no se ver perjudicada s delegan en la ONU ciertos, poderes que le permitan contribuir al arreglo real de los problemas y litigios entre las naciones. Las afirmaciones de que el poderoso impulso del movimiento antiblico fue provocado por la injerencia de cierta potencia no son otra cosa que una mentira grosera, utilizada por determinadas personas y algunas administraciones para encubrir sus propios planes. Con este fin se intenta inculcar a la gente que el movimiento por la paz no es ms que una correa de transmisin de las rdenes del Kremlin. Mas el movimiento de la paz es un movimiento de la opin.n pblica mundial, que agrupa en su seno a representantes de las ms diversas corrientes polticas, sociales y religiosas, a personas de diferentes criterios ideolgicos y filosficos. A todos ellos les une la preocupacin nica y fundamental de mantener la paz y eliminar la amenaza nuclear. Tambin nos preocupan otros problemas globales que afectan a toda la humanidad, como, por ejemplo, el nuevo orden econmico, la errad-cac^n del hambre y el analfabetismo, la solucin del problema de la vivienda, la eliminacin de toda clase de injusticias que todava existen en el mundo. Todos estos problemas contribuyen directa-o indirectamente a perturbar la paz. Por eso tenemos que prestarles suma atencin. Cules son los rasgos caractersticos de la lucha de las fuerzas de paz en Portugal? Lo particular del movimiento portugus de la paz es que, a diferencia de los movimientos anlogos de otros pases de Europa Occidental, no acus el impacto de las dos contiendas mundiales. Como es sabido, Portugal no sufri los efectos destructivos de los cataclismos universales. Durante trece aos y medio, nuestro pas mantuvo una guerra colonial en frica, o sea, en territorios que distaban ms de 8 mil kilmetros de las costas portuguesas. Como es natural, la gente tena cierta idea de esa guerra, estaba al tanto de las prdidas sufridas, escuchaba lo que le contaban sus familiares o conocidos, participantes directos en los combates. Pero, con todo, la guerra no arraig en la carne y el corazn del pueblo, no se convirti en dolor de cada portugus. Por eso, nuestro movimiento de paz tropieza ahora con dificultades desconocidas por otros pueblos de Europa Occidental que sufrieron los efectos directos de la II Guerra Mundial. Este atraso va superndose gradualmente, y estamos recuperando poco a poco esa falta de dinamismo de que adoleca el movimiento de paz en Portugal. Constatamos con satisfaccin que va extendiendo su influencia, aunque en forma irregular, a todo el territorio del pas. Este proceso es evidente sobre todo en la zona del litoral don-
de se concentra el grueso de la industria nacional. Es justamente all donde, en estrecha cooperacin con los sindicatos, los partidarios de la paz realizan el trabajo ms fructfero que abarca a parte considerable de la poblacin urbana y rural. Son cada vez ms los portugueses que se ponen a reflexionar en lo que sera de su Patria y del mundo entero en caso de una catstrofe nuclear. Un importante testimonio de lo preocupada que est la opinin pblica portuguesa debido a la amenaza de una guerra nuclear, es la creacin, por iniciativa del Consejo Portugus para la Paz y Cooperacin, del nuevo Movimiento No a las armas nucleares en Portugal!1. Impulsaron el nacimiento de esta organizacin de las fuerzas de paz las declaraciones hechas por varios ministros del Gobierno de la Alianza Democrtica2, que admitieron la posibilidad de transportar a travs del territorio nacional, crear depsitos e incluso emplazar en Portugal armas nucleares de exterminio en masa. En tal caso crecera en flecha la amenaza de un golpe atmico contra nuestro pas. Dudo que la implementacin de semejantes planes reporte ventajas directas y notables a la OTAN. Por supuesto, no voy a afirmar que la OTAN no podra sacar en absoluto ningn provecho, pero estas ventajas no justificaran la amenaza que se cernira sobre Portugal. Pues, debido a su situacin geogrfica, es muy vulnerable frente a un golpe nuclear. El mejor medio para evitarlo es no tener las armas nucleares almacenadas en el pas ni permitir su trnsito por el territorio nacional. Cmo ve Usted la perspectiva de este fin de siglo, con optimismo o pesimismo? Creo que podemos ser optimistas. La humanidad ha progresado. En estos ltimos 50 aos se han logrado impresionantes xitos en la esfera de la ciencia y la tcnica. En rni opinin, este siglo XX es un siglo espectacular desde el punto de vista del desarrollo cientfico-tcnico. Es sumamente importante el hecho de que se haya imprimido una aceleracin extraordinaria al desarrollo de la humanidad despus de la II Guerra Mundial, o sea, en tiempos de paz. Esto refuta totalmente las afirmaciones de quienes declaraban que sin las guerras sera imposible el progreso industrial y cientfico-tcnico. Somos testigos de formidables realizaciones del genio humano en este perodo de paz, realizaciones que permiten a la gente vivir mucho mejor que antes en este magnfico planeta que es la Tierra. Tengo fe en los hombres, en su adhesin a la idea de que slo progresando en un contexto de paz general es como puede hacerse ms agradable la vida de cada cual y tornarse mejor y ms justo el propio mundo. Creo que estamos caminando hacia ese mundo mejor.
1 Vase Revista Internacional, N 6 de 1982. * La coalicin gobernante Alianza Democrtica est Integrada por tras partidos de derecha: el Partido Soclaldemcrata, el Centro Soclaldemcrata j el Partido bonrqulco-Popular. N. de la Red.
COMENTARIO
LA UNION SOVITICA se ha comprometido a no ser la primera en emplear las armas nucleares. El principal pas del socialismo, el Estado en cuyas manos se halla concentrado todo el arsenal nuclear de la Organizacin del Tratado de Varsovia ha dado un paso muy importante encaminado a liberar a la humanidad de sus motivados temores por el destino de la paz en el mundo. Se puede silenciar esta decisin sovitica (y es lo que hace gran parte de a prensa burguesa), se puede recurrir a toda clase de palabritas para minimizar su alcance [un gesto propagandstico), pero nadie podr quitarse de delante la sencilla e irrebatible verdad de que se ha conferido una nueva calidad a la poltica mundial del siglo nuclear. En efecto, desde el 17 de junio de 1932, o sea, a partir de la fecha en que se anunci desde la tribuna de la ONU y entr en vigor el compromiso de la URSS, todo Gobierno, todo partido y todo movimiento social han de contar necesariamente con el hecho objetivo de que en uno de los polos de la confrontacin mundial se descarta la posibilidad de recurrir al uso de las armas nucleares como no sea con carcter de medida de respuesta, mientras que en el otro se considera admisible asestar el primer golpe nuclear, un golpe nuclear preventivo. El mundo se enter de la decisin de la URSS por el mensaje de Leonid Brzhnev.a la Segunda Asamblea General Especial de la ONU para el Desarme. El hecho mismo de la convocatoria de este foro reflejaba la creciente preocupacin de la comunidad mundial de Estados ante el peligro que entraan las armas modernas y su acumulacin en cantidades sin precedente en nuestro planeta. Cuatro aos atrs, en el primer perodo de sesiones especialmente dedicado a este tema, la Asamblea General ya haba definido el grave dilema de nuestra poca: O detenemos la carrera de armamentos y procedemos al desarme, o nos veremos enfrentados a la amenaza de exterminio1.
1 Resolutlons and Dectstons Adopted by the General Assembly during its Tenth Speclal Sesston 23 May-30 June, 1978. Suplemento Mi 4/A/S-10/4/, Hueva York, 1978, p. 5.
En aquella ocasin se hicieron en nombre de la ONU varias recomendaciones muy sensatas y muy provechosas para nuestro mundo encarado a esa inexorable disyuntiva. Pero las recomendaciones quedaron en el papel, no se plasmaron en acuerdos internacionales concretos. Haba esperanzas de que el segundo perodo especial de sesiones de la AG encontrarla la manera de sacar adelante el asunto, pasando de los discursos y llamamientos a medidas efectivas para frenar la carrera armamentista y mitigar el estado de angustia mundial. Y aunque la prensa burguesa afirma que la Asamblea se revel, una vez ms, como un foro estril, este perodo de sesiones se convirti en realidad en una especie de jaln de la historia internacional contempornea. El compromiso unilateral asumido en l por la URSS es una aportacin de peso a los esfuerzos para cerrar el paso a una asoladora conflagracin termonuclear. LA DECISIN de la Unin Sovitica puede ser calificada con fundamento de medida sin precedentes, histricamente nica en su gnero. Pero esto no quiere decir que constituya un acto singular, aislado o, por decirlo as, al margen de los principios y orientaciones a que se atienen habitualmente los pafses socialistas en su poltica exterior. Por el contrario, el compromiso de la URSS de no recurrir la primera a las armas nucleares se atiene rigurosamente a esos mismos principios y desarrolla esas mismas orientaciones. Aunque nos limitemos a una primera mirada, fijndonos nicamente en lo que salta a la vista, no se puede menos de advertir que la decisin adoptada en junio sigue la lnea anterior, determinada por el carcter estrictamente defensivo de la doctrina militar sovitica. La URSS declar hace tiempo que estaba dispuesta a no emplear las armas nucleares contra aquellos Estados que no las produjeran, no las adquirieran y no las tuvieran instaladas en su territorio. El actual compromiso sovitico suprime esas condiciones y restricciones; se hace extensivo a o-
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dos los pases. Tampoco es difcil de ver que guarda ntima relacin con la propuesta que los Estados del Tratado de Varsovia ya haban presentado conjuntamente en 1976 en el sentido de que todos los pases signatarios del Acta Final de Helsinki se comprometieran a no hacer uso los primeros de las armas nucleares unos contra otros. Si seguimos indagando y echamos una mirada ms profunda al asunto, llegaremos de manera tanto ms inevitable a la deduccin de que 1<". decisin de la URSS es una lgica prolongacin de su poltica exterior. Para convencerse de ello basta consultar los Programas de Paz adoptados por los Congresos XXIV y XXV del PCUS y el que present el XXVI Congreso de cara a los aos 80. Todos estos documentos, que trazan la lnea internacional de la Unin Sovitica, hacen hincapi en la necesidad de trabajar por conseguir el afianzamiento de la paz y la seguridad universal no con palabras, sino con hechos, con medidas concretas e iniciativas constructivas. En su espritu y en su letra, estos tres Programas estn subordinados a un objetivo central: evitar la catstrofe nuclear. El paso que se ha dado en junio, un paso nuevo de por s y que imprime ciertos elementos de novedad a toda la situacin poltica mundial, haba sido, por lo tanto, seriamente preparado, se apoya en una concepcin bien meditada de la situacin poltica y plasma en s el carcter consecuente de la lnea elegida. Este paso, cito aqu la apreciacin dada por la Presidencia del CC de nuestro partido, confirma nuevamente la firmeza de principios de la poltica exterior leninista que la Unin Sovitica viene aplicando consecuentemente desde los primeros das de la Gran Revolucin Socialista de Octubre, a lo largo de los seis decenios largos de existencia de] primer Estado socialista del mundo 2 . Pero qu significa ser consecuente en poltica exterior? Porque vivimos en un mundo muy cambiante, Ocurre que al despertarnos por la maana nos encontramos con un cuadro e la vida internacional distinto del que podamos contemplar la vspera. Est claro que en este contexto no merece elogio la consecuencia en poltica exterior entendida como el obstinado apego a frmulas de otros das y esquemas establecidos de una vez para siempre. La poltica debe reaccionar de manera flexible a las cambiantes realidades del mundo. Pero semejante flexibilidad no est reida con el carcter verdaderamente consecuente. Lo importante es saber encontrar en la nueva situacin medios adecuados a las peculiaridades del momento para lograr los objetivos de principio, que permanecen invariables. No vaya a pensar el lector que estos razonamientos son demasiado abstractos. Guardan relacin directa con la postura adoptada por la Unin Sovitica en lo concerniente al primer golpe nuclear. Porque la decisin de la URSS no slo es, como ya hemos dicho ms arriba, una medida consecuente, una prolongacin de su poltica exterior, sino que constituye una respuesta concreta a la marcha de los acontecimientos internacionales. Del momento en que fue adoptada no puede decirse, ni mucho menos, que fueran das do calma mun2
dial. Junio de 1982 es un mes en que el Presidente de los EE.UU. aprovecha su gira por Europa Occidental para lanzar virulentas invectivas contra la comunidad socialista y, en general, contra todas las fuerzas revolucionarias, liberadoras del mundo. Es un mes marcado por el conflicto de las Malvinas [Falkland), por la devastadora invasin israel en el Lbano y por la reanudacin de los combates en el frente iran-irak. Empleando una expresin acuada antes de entrar en la poca nuclear, puede decirse que muchos acontecimientos de junio despedan olor a plvora. Por otra parte, en la conyuntura poltica de ese solo mes se patentizaron las siniestras tendencias de un perodo ms prolongado. Hace ya varios aos que la reaccin imperialista aspira a acabar con la distensin y reencauzar la poltica mundial hacia el equilibrio al borde de la guerra. En todos los sectores tn la vida internacional, el funcionamiento de la mquina de poltica exterior del imperialismo y, en primer lugar, de los EE.UU. est siendo organizado cada vez ms como una cruzada contra el socialismo, contra todas las fuerzas liberadoras y progresistas. En el campo de las relaciones econmicas, la tctica de embargos por separado se transforma en la estrategia del bloqueo comercial y crediticio. En la esfera socio-poltica se hace francamente hincapi en la injerencia en los asuntos internos de los Estados socialistas, en la represin violenta de los movimientos por la liberacin nacional y la renovacin social, que enfrena a la empresa privada. En la ideologa se recomienda a todas las escuelas de anticomunismo y antisovietismo q'ie confen en el efecto de salvajadas retricas, de las que el propio Presidente norteamericano ofrece un botn de muestra con su lema de echar el marxismo-leninismo al basurero de la historia 3 . Tales son la plataforma y el modo de accin, en primer lugar, de la actual dirigencia estadounidense, plataforma y modo de accin en los que resulta imposible detectar indicios de realismo en los criterios o de prudencia en el comportamiento poltico, rasgos estos considerados como distintivos de los representantes ms experimentados del capital, del gran negocio. Y eso le viene muy bien a la reaccin de ambos lados del Atlntico. El Wall Street Journal, por ejemplo, inserta y el germanooccidental Die Welt corea las declaraciones do uno de los idelogos del neoconservadurismo norteamericano, segn el cual las cosas estn muy bien como estn y se acabaron ya los tiempos de los hombres de negocios que entienden algo en el campo de la competencia, pero no comprenden nada en absoluto en materia de confrontacin y 4 conflictos, y sobre todo, que no saben de arriesgar . En otras palabras, hoy se est imponiendo el ala extrema derecha de la burguesa, esa misma a la que Lenin llamaba partido belicista de la burguesa5. Una definicin que no podra ser ms exacta, sobre todo si tenemos en cuenta que Washington ha convertido en piedra angular de su poltica la fe ilimitada en la fuerza militar como instrumento con ayuCitado segn The Times, 9 de junio de 1982. J Die Welt, 26 de Julio de 1982. Vase V. I. Lenin. Obras Completas, 2a ed., Cartago, Buenos Aires, t. XXIX, pp. 115-117; 212-136.
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da del cual podra ordenar el mundo con arreglo a sus gustos e intereses- De ah la envergadura sin precedentes de la militarizacin, de ah las cifras rcord de los gastos militares. De ah tambin los rcords de cinismo poltico, cinismo que permite al Presidente declarar que las promesas que le arrancara el Congreso en el sentido de poner coto al incremento del presupuesto militar no deben preocupar al Pentgono, o sea, que las demandas del Departamento de guerra estarn siempre por encima de cualquier prometimiento poltico. Pero la principal derivacin de ese estado de cosas es el espoleo de la carrera de armamentos, que amenaza cada vez ms con consecuencias irreparables. Tanto ms que el irrefrenado incremento del potencial militar del impsrialismo va acompaado del lanzamiento de doctrinas y directrices que dan mayor evidencia a las intenciones de emplear todos los medios a su alcance, inclusive las armas nucleares, con tal de realizar sus objetivos. El Pentgono, por ejemplo, acaba de ultimar el guin de una guerra nuclear contra la URSS que podra durar hasta seis meses. De este modo, como han sealado varios comentaristas occidentales, Washington ha declarado por primera vez que los EE.UU. pueden ganar una guerra nuclear contra la Unin Sovitica 8 . La noticia de que el documento en que se fundamenta esta posicin ya estaba listo, trascendi a la prensa durante el mes de agosto. Cabe, pues, suponer que en junio el trabajo sobre ese texto se encontraba en su apogeo. Tal es el contexto internacional en que la URSS asumi el compromiso de no ser la primera en emplear las armas nucleares. El momento elegido por el Gobierno sovitico para adoptar y anunciar esta decisin ha causado perplejidad en no pocas personas, tanto entre los adversarios como entre los amigos del socialismo. Algunos se extraan: acaso no pareca ms probable que la URSS endurecera su posicin en respuesta a la escalada de amenazas de la parte opuesta? Otros se preguntan si el compromiso asumido por la URSS no afloja el frente de oposicin a la creciente agresividad imperialista. Vamos a probar de aclarar estas sospechas. Para empezar, veamos las que brotan del supuesto de que este paso de la Unin Sovitica elimina una de las trabas que contenan el aventurerismo Imperialista. Pero tal suposicin carece de fundamento. Slo puede surgir sobre la base de una confusin de conceptos. Porque no se puede poner el signo de igualdad entre la renuncia unilateral a recurrir el primero a determinado tipo de armamento, por una parte, y el desarme unilateral, por otra. No se trata, en efecto, de rebajar el nivel de disponibilidad para el combate de las Fuerzas Armadas de la URSS- Sobre este particular, el ministro de Defensa de la URSS ha dado explicaciones bien precisas7. Es decir que los amigos del socialismo, las fuerzas progresistas y liberadoras del mundo no tienen por qu inquietarse de que en los estados mayores donde se traman planes hostiles a la comunidad socialista
6 The Times, 16 de agosto de 1982. Vase D. F. Usttnov. Conjurar la amenaza de guerra nuclear. Pravda*, 12 de Julio de 1982.
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vayan a interpretar errneamente el acto pacfico de la URSS como r.n indicio de debilidad militar. Veamos ahora hasta qu punto corresponde o no la decisin sovitica a la evolucin del acontecer mundial. Al desplegar la ofensiva contra la distensin, el partido belicista confiaba en que lograra xito fcilmente. Calculaba que el endurecimiento de la lnea de Washington provocara una reaccin no menos dura de la Unin Sovitica y toda la comunidad socialista. Siguiendo ese esquema, resultaba que los pases socialistas se veran en la necesidad de incorporarse ellos mismos a las acciones de descrdito contra la idea de la distensin. A ello les obligara, pensaban, la vieja lgica con races multiseculares de las relaciones internacionales, segn la cual cuando alguien blande las armas le contestan desenfundando los caones. Como resultado, pronto se llegara al entierro de la distensin con asistencia de todos los Estados que con sus esfuerzos conjuntos le haban dado vida y haban impulsado su desarrollo. Ahora bien, qu ocurri en realidad? El edificio de la distensin se tambale, pero no se hundi. Es ms, ha crecido el valor de las principales conquistas del perodo de deshielo internacional. Como se subray, por ejemplo, durante la entrevista del pasado roes de julio del camarada Gustv Husk, Secretario General del CC de nuestro partido y Presidente de la RSChS, con el camarada Leonid Brzhnev, el desarrollo de la situacin europea y mundial no ha tachado, ni mucho menos, los resultados de la Conferencia de Helsinki, y en el presente y complicado contexto el Acta Final aprobada por ella cobra mayor realce8. La Presidencia del CC del PCCh ha subrayado al respecto que por grande que sea el peligro que gravita sobre el mundo, son todava mayores las posibilidades de conjurar la amenaza de guerra 9 . El descarado chantaje y las provocaciones del imperialismo no han logrado desviar a los pases socialistas de los esfuerzos constructivos orientados al fortalecimiento de la paz general. El XXVI Congreso del PCUS, el XVI del Partido Comunista de Checoslovaquia y los congresos de otros varios partidos de los pases socialistas, celebrados en estos aos de agudizacin de la situacin mundial, han manifestado su firme decisin de luchar por rebajar el nivel de tensin internacional y avanzar hacia esta meta, sean cuales sean los obstculos que Interponga el imperialismo. Vemos, pues, que la vida internacional de nuestra poca conoce dos lgicas. Una de ellas es la lgica de intensificar la confrontacin. Presupone que a toda accin que eleva el grado de tensin poltica en el mundo hay que reaccionar de modo a elevarlo mfis an. 1.a otra es la lgica que se deriva de la preocupacin por la seguridad general. Ella tambin exige que SR d respuesta a las tendencias y acciones que amenazan a la paz. Pero debe ser una respuesta que, en vez de agravar la amenaza, contribuya a eliminarla. Lo ms probable es que a quienes consideran que la intensificacin de la confrontacin es una va de* Vase Rud pravo, 31 de julio de 1982. 9 Ibd., 7 de agosto de 1982.
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seable o fatalmente Inevitable del desarrollo mundial, la decisin de la URSS de no ser la primera en emplear las armas nucleares les seguir pareciendo Ilgica. Pero toda persona consiste del peligro que entraa esa confrontacin, todo el que considera que es necesario y posible salvar nuestro planeta de la catstrofe nuclear, ha de reconocer q':o el paso dado por la Unin Sovitica es a la vez lgico y oportuno. Porque lo ha dado en el momento preciso en <q'Je la poltica aventurera del imperialismo y la carrera armamentista espoleada por esa poltica han elevado hasta cotas crticas el peligro de guerra en escala mundial. EL COMPROMISO UNILATERAL de la URSS permite ver con excepcional nitidez la diferencia entre las posiciones mantenidas por el socialismo y por el imperialismo ante el problema clave de nuestra poca, el de la guerra y la paz. Es sabido que en los diversos medios de la opinin internacional, inclusive en lo que podramos llamar su flanco izquierdo, no siempre alcanzan a ver la esencia y profundidad de esa diferencia. A menudo, por ejemplo, presentan las cosas como si las dos partes implicadas en la carrera de armamentos se sintiesen igualmente oprimidas por ella y estuviesen buscando con igual empeo las vas de reduccin ms efectivas y aceptables para todos, A q"ienes han asimilado este punto de vista, les parece que lo que impide salir del punto muerto en el terreno del desarme son las divergencias respecto al nmero de cohetes y ojivas que deben ser reducidos, o las discusiones en torno al orden de prioridades y la duracin de las etapas de reduccin de unos u otros sistemas de armamentos, o la intransigencia de las dos partes al examinar las necesarias medidas de control. Pero ser realmente eso el principal estorbo? La correlacin de fuerzas militares es una cuestin orgnicamente integrada en el problema del desarme. Cuando se trata de determinar cul es hoy y cul podra o debera ser maana esa correlacin, la primera palabra no corresponde a los expertos militares. Porque ese es, ante todo, un tema poltico. Y el principal obstculo que impide el logro de acuerdos prcticos sobre el desarme dimana precisamente de las diferencias de principio entre las concepciones polticas con cuya ptica enfocan dicho problema el socialismo y el partido belicista del capital monopolista. La Unin Sovitica, los pases del Tratado de Varsovia insisten en que se observe sin falta el principio segn el cual no debe alterarse el equilibrio aproximado de fuerzas militares que existe actualmente. En Washington, la actual Administracin sigue abiertamente el rumbo de lograr la superioridad militar sobre la URSS y convertir a EE.UU. en la potencia militar N2 1. El bloque de la OTAN en conjunto, haciendo suya la lnea de EE.UU., procura superar con su podero militar a la Organizacin del Tratado de Varsovia. Obviamente, estas posiciones tan divergentes determinan el contenido totalmente distinto de las propuestas concretas presentadas por cada parte en las negociaciones y los debates pblicos sobre el desarme.
Tomemos, por ejemplo, la opcin cero de Reagan. El Presidente norteamericano propuso liberar por completo a Europa de los cohetes de alcance medio, reducir su nmero a cero. A primera vista, es lo mejor que se puede desear. Pero mucho se equivocaban quienes se apresuraron a ver en esa propuesta el deseo sincero de ayudar a resolver el problema del desarme. Quienes as la interpretaban se olvidaban sencillamente de q'.ie la poltica de Washington est bsicamente orientada al logro de la superioridad militar sobre la Unin Sovitica. Porque la opcin cero de Reagan, lejos de apartarse de esa lnea, se inscribe perfectamente en ella. Significa ni ms ni menos que en esa Europa libre de cohetes los EE.UU. y la OTAN obtendran una superioridad indiscutible gracias a otros tipos de armamento nuclear de los que disponen en ella. La verdadera opcin cero, si queremos emplear este trmino, es la que propugna la Unin Sovitica, que propone congelar el nivel actual de confrontacin militar en Europa y empezar luego a rebajarlo, hasta llegar, en definitiva, a la liquidacin de todos los medios de guerra nuclear emplazados en esta parte del mundo. Es un enfoque en el que rige el principio de mantenimiento del equilibrio militar. La observancia de este principio garantiza que en ninguna etapa de avance hacia el cero surjan situaciones en las que los intereses de la seguridad de alguna de las partes pudieran resultar lesionados. Hay quien dice que el concepto de equilibrio militar converge, de hecho, con la doctrina del equilibrio del miedo adoptada y predicada por el imperialismo. El argumento aducido consiste en que en ambos casos se reserva a la fuerza multar el papel clave para salvaguardar la paz y afianzar la seguridad general. Veamos si es cierto. Para mayor claridad, conviene examinar el tema con amplia perspectiva histrica. Y es que la polmica entre el socialismo y el imperialismo en torno a la problemtica de la seguridad y el desarme no data de hoy ni de ayer. Se desat en seguida despus de surgir el primer Estado socialista. Y desde ese mismo momento se apartaron las vas por las que seguiran desarrollndose las concepciones de poltica exterior de los dos sistemas sociales opuestos. El agudo enfrentamlento de estas concepciones marc, por ejemplo, la batalla diplomtica que se libr a fines de los aos 20 y comienzos de los 30 en torno al desarme. En el tapete internacional aparecan uno tras otro diversos planes formalmente dirigidos a un objetivo saludable: poner fin a la acumulacin de armas, reducir los arsenales y limitar las posibilidades de uso de la fuerza armada en los conflictos interesatales. Figuraban entre ellos los proyectos ingleses de Lord Cecil y del ministro de Exteriores John Saimn. Proponan que se redujeran, en lo fundamental, los ejrcitos de tierra, lo cual, naturalmente, hubiese brindado notables ventajas a Gran Bretaa, que era en aquella poca una de las principales potencias navales. Estaban los planes franceses de Paul-Bonkour, y ms tarde, de Andr Tardieu, que apuntaban ambos a asegurar la hegemona militar de Francia en Europa. El plan Tardieu, por cierto, contaba con el apoyo activo de la Checoslovaquia burguesa, que no hubiese perdido nada con su reali-
zacin, puesto que de todos modos se encontraba en una situacin de profunda dependencia respecto al cap.tal francs. Haba planes presentados en nombre de EE.UU. y que proponan reducir precisamente aquellos tipos de armamento de los que Estados Unidos no dispona entonces en suficiente cantidad. Alemania deenda la idea de acabar con la injusticia de Versalles en el terreno de los armamentos. Heinrich Brning empez por proponer que todos adoptaran las mismas limitaciones, pero poco despus Schleicher y Neurath exigan ya el rearme de Alemania. Hitler no tardara en mostrar con mxima claridad a dnde llevaba el restablecimiento de la igualdad. En la Sociedad de Naciones y en la Conferencia internacional convocada por ella en 1932 se examinaron tambin las propuestas soviticas que se plasmaron, en particular, en el proyecto de desarme completo. Los representantes de los Estados burgueses no las apoyaron. Y acaso podan prestarles apoyo quienes estaban preparando el terreno para la futura poltica de Munich? Hoy da, el inters que pueden suscitar los pormenores de aq-ellas discusiones, los argumentos de unos y las objeciones de otros es ms bien un inters histrico. Pero hay algo esencial que no ha perdido su significacin y valor. Es muy significativo que, pese a las mltiples diferencias entre los planes de desarme defendidos por los exponentes de Estados burgueses, todos ellos en el plano conceptual se encerraban en la idea de garantizar la seguridad de su propio pas en detrimento de la seguridad de otros. El proyecto sovitico, en cambio, persegua como objetivo fundamental la seguridad general, que excluyera cualesquiera ventajas de unos Estados respecto a otros, cualquier forma de egosmo nacional. Desde entonces ha pasado mucha agua bajo los puentes, y desgraciadamente tambin ha corrido mucha sangre. Han cambiado los tiempos, y tambin la tcnica militar. Hoy toda conversacin sobre .el desarme empieza naturalmente por los cohetes, por las armas nucleares, de las que entonces no se tena la menor idea. Pero basta ahondar en la esencia del asunto para ver que en toctos esos clculos y comparaciones, trtese de los contingentes militares estacionados en Europa, o de los Persfling y los SS-20, o de cualesquiera otros sistemas de armamento y complejos militares, en todas esas cuentas y propuestas basadas en ellas se enfrentan las dos mismas filosofas del mundo, las dos mismas concepciones opuestas de la seguridad. Desde el momento mismo en que la doctrina del equilibrio del miedo vino al mundo, sus adeptos la presentan como la receta para mantener la paz. Veamos como razonan. Segn ellos, el peligro de guerra ser tanto menor cuanto mayor sea el miedo de los posibles beligerantes a las consecuencias del conflicto armado. Y, evidentemente, esas consecuencias sern tanto ms terribles cuanto mayor sea la masa de armas listas para ser empleadas y mayor tambin, su capacidad de destruccin y de muerte. No est claro q :e la receta para la paz resulta ser de hecho un llamamiento a la interminable intensificacin de la carrera armamentista? Los partidarios del equilibrio del miedo dicen que no. Sostienen que ellos precisamente preconizan un
nivel ms bajo de los armamentos y tienen ideas y propuestas al respecto. Pero de qu tipo? Pues son deas y propuestas cuya realizacin les permitira conservar, en cada etapa del desarme, una notable superioridad militar. Se entiende, desde luego, el papel que esta estrategia asigna al miedo. Pero en lo qae se refiere al equilibrio, lo descarta de entrada. La intimidacin debe ser unilateral. La potencia militar N2 1 debe sembrar el miedo, para no experimentarlo ella misma. Se trata, pues, de una doctrina falsa en su propia denominacin. En cuanto a su contenido profundo no ya estratgico-mitar, sino filosfico, todo se reduce a esa misma concepcin de la seguridad para s basada en el total desprecio de los intereses de oros Estados y pueblos; es ms, en el brutal pisoteo de esos intereses, haciendo valer, en particular, la superioridad en fuerzas militares10. Por supuesto, la preocupacin por la seguridad propia es tambin un rasgo indefectible de la poltica exterior del socialismo. La filosofa de la paz, que orienta e impregna esta poltica, atribuye importancia primordial a la defensa de las conquistas revolucionarias, socialistas. Pero tambin reconoce y afirma el derecho de otros pueblos a la seguridad igual. Insiste en que la seguridad de cualquier Estado ser tanto mayor cuanto ms slidamente est garantizada la seguridad general. Y de ah se desprende qae el camino hacia la paz mundial no pasa por la exacerbacin del miedo recproco, sino por la disminucin equilibrada del nivel de los armamentos, por la ampliacin de la confianza mutua. Es algo que conviene recordar especialmente en vsperas de la reanudacin de la Reunin de Madrid con el tema de la Conferencia europea para el desarme en su agenda. La convocacin de dicha conferencia y su feliz celebracin son condiciones indispensables para que la seguridad pase a ser patrimonio de los pueblos de Europa, un patrimonio comn e igual para todos. La concepcin de la seguridad defendida por la Unin Sovitica, Checoslovaquia y otros pases de la comunidad socialista concede mucha importancia a la inalterabilidad del equilibrio de fuerzas militares entre el socialismo y el imperialismo. No se trata aqu de ejercicios filosficos o de casustica, sino simplemente del Imperativo de ver con realismo el estado de cosas objetivo en el mundo, de verlo como es hoy y como seguir siendo maana y pasado maana. Lo nico que est en cuestin es si este equilibrio se mantendr al mismo nivel que hoy o ms alto, o bien a un nivel rebajado. El no reconocimiento del principio de mantencin del equilibrio slo puede llevar a la aceleracin de la carrera de armamentos. Y al contrario, aceptar este principio, refrendarlo como norma preceptiva para todos significa abrir el camino al desarme y empezar a ampliar la esfera de la confianza internacional. As pues, la idea del equilibrio militar constituye una categora, ante todo, poltica. Su significado esencial consiste en que, reflejando de manera adecuada las realidades mundiales, indica el elemento
1Q Desde hace varios decenios, la estrategia internacional de Israel se basa en el concepto de seguridad para s. Es bien sabido lo que este planteamiento terico supone en la prctica.
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ms importante de la estructura internacional, el elemento que es indispensable reforzar para garantizar la seguridad igual de todos los Estados, Como hemos visto antes, el compromiso asumido por la URSS de no ser la primera en emplear las armas nucleares no altera el equlibrio de fuerzas creado en el terreno militar ni aecta los intereses de la seguridad de los pases de la comunidad socialista. Al mismo tiempo es evidente que sirve a reforzar la seguridad general. Inclusive la seguridad de EE.UU. y de otros pases de la OTAN. Quisiramos confiar en que dentro de los crculos gobernantes de dichos pases habr mentes lcidas para comprender que la decisin sovitica hace al reforzamiento de la seguridad nacional de sus pueblos una contribucin que sera vano esperar de los miles de millones y billones invertidos en el incremento de los arsenales militares. ESTOS LTIMOS MESES se han celebrado en Checoslovaquia muchas reuniones y mtines en defensa de la paz. La internacional Marcha de la Paz-82 pas por nuestro territorio. En las carreteras de decenas de otros pases, en las calles de miles de ciudades tienen lugar marchas y manifestaciones con los mismos lemas. Este movimiento contra los cohetes, contra las armas nucleares y, en general, contra la guerra no tiene precedentes en el pasado. Se distingue por su extraordinario carcter de masas y su actividad espontnea, que rebasa en mucho todos los marcos organizativos. En ello reside su fuerza. Y en ello tambin, cierta debilidad, porque a veces se desva de sus ideas y lemas hacia vas muertas, sin salida. Cierto es que se trata solamente de los costes de un movimiento en conjunto eficaz y til para la paz. Pero si stos fuesen inferiores, la eficacia del movimiento sera mayor. Y en ello estn interesados todos sus participantes, en primer lugar, los comunistas. Por eso conviene fijar, una vez ms, la atencin en la importante tarea de lograr que la conciencia de los participantes en el movimiento antiblico quede libre de ilusiones, de conceptos nobles, pero que nada tienen que ver con las realidades del mundo actual. Uno de los temas que se plantean en relacin con ello y que requiere tanto claridad de ideas como exactitud en las conclusiones, es el de la correlacin entre lo deseable y lo posible en el terreno del de-
sarme. En muchas personas que estn sinceramente preocupadas por la peligrossima acumulacin de armas, la protesta contra la amenaza que suponen se traduce en un llamamiento a borrar inmediatamente de la faz de la tierra todos los medios de destruccin y de exterminio, a iniciar ahora mismo el desarme general y completo. Considerado desde tales posiciones maximalistas, cualquier paso aislado que contribuye a fortalecer la seguridad general o que permite por lo menos rebajar un tanto la tirantez de la confrontacin militar, es calificado de absolutamente improductivo. Al caer en semejante radicalismo, los exponentes de algunas corrientes de izquierda acusan incluso a la Unin Sovitica de haber abandonado su propia idea del desarme general y completo, de trocarla por paliativos intiles, entre los cuales incluyen el compromiso de no emplear la primera las armas nucleares. Cabe preguntar: acaso saldr ganando el movimiento mundial antiblico, acaso va a lograr mucho si se atiene a la frmula de todo o nada, si censura cualquier cambio positivo en los asuntos internacionales por el mero hecho de que no equivalga al desarme completo? Por lo visto, huelga extenderse aqu en dar respuesta a esta pregunta. Para todos debera estar claro, y los comunistas lo saben muy bien, que ningn movimiento serio tiene derecho a caer en la enfermedad infantil del "izquierdismo'V En lo que concierne al abandono por la URSS de la idea del desarme general y completo, eso es pura imaginacin. Quin, dnde y cundo, ya sea en la Unin Sovitica o en cualquier otro pas de la comunidad socialista, ha dado el menor motivo para suponer que en este plano se haya operado cierta reconsideracin de valores, que el socialismo haya adoptado en su poltica exterior algn nuevo ideal, distinto del que expresa lu proverbial frase leninista de un mundo sin armas? Pero el que se preocupa seriamente por la realizacin de este ideal, el que busca vas practicables hacia l, no puede permitirse estar en las nubes, despegarse de las realidades terrenales. S, slo en mundo sin armas garantizar la seguridad completa, general e igual para todos los Estados y pueblos. El camino por el que nos toca avanzar hacia este objetivo es largo y penoso. Cada paso dado en esa direccin tiene extraordinaria Importancia. Y la decisin sovitica de no ser la primera en emplear las armas nucleares es precisamente uno de estos pasos.
VIDA PARTIDARIA
muestran cmo aborda el partido los problemas esenciales de la vida internacional, sealan la va real hacia una solucin pacfica y democrtica de los problemas nacionales, subrayan la necesidad objetiva de fortalecer el AKEL y sus posiciones polticas en la sociedad. En estas cuartillas nos proponemos enfocar las principales lneas de actividad de los comunistas a la luz de las resoluciones aprobadas por el Congreso. EL PELIGRO DE GUERRA tan perceptible en nuestra regin proviene de la poltica agresiva, expansionista, de los crculos imperialistas reaccionarios de Estados Unidos. El Washington oficial afi'-ma que hay cosas ms importantes qae la paz y que es posible no slo desencadenar una guerra nuclear, sino tambin ganarla. Las fuerzas imperialistas, al promover su cruzada contra el comunismo, piensan que los EE.UU. podrn imponer su voluntad a otros pases, hacerles chantaje impunemente y recurrir cuando lo consideren necesario a los mtodos ms descarados y medidas extremas de coaccin. Se hace hincapi en el armamentismo y en el empleo a ultranza de la fuerza militar como instrumento de poltica exterior. Hoy no hay ni puede haber tarea ms importante que defender la vida en la Tierra y conjurar el peligro de hecatombe nuclear. El AKEL se solidariza con todos los que se pronuncian contra la lnea imperialista orientada al logro de la superioridad militar, con quienes se manifiestan contra la fabricacin de la bomba de neutrones y contra la decisin de la OTAN de emplazar en Europa Occidental nuevos misiles nucleares estadounidenses de alcance medio. La potente oleada de maniestaciones masivas de los partidarios de la paz en los pases eurooccidentales ha contribuido a reforzar los sentimientos antibelicistas en la opinin pblica. En Chipre, como en todas partes, la gente toma conciencia de la necesidad de defender sus intereses vitales y con creciente actividad se incorpora a la lucha para desbrozar el camino hacia la seguridad colectiva. La razn humana es aliada de los comunistas. Hoy ms que nunca, conviene recordar la famosa frase de Lenin: debemos ayudar a los pueblos a intervenir en los problemas
EN EL MOMENTO ACTUAL intervienen diversos elementos que confieren a nuestra lucha en Chipre un significado trascendental. Faltan pocos meses hasta las elecciones presidenciales en las que a las fuerzas patriticas antiimperialistas se opondr el frente comn de la reaccin interna y externa. Se ha agravado sobremanera la situacin en la cuenca oriental del Mediterrneo, particularmente a raz de la agresin israel al Lbano. A escala mundial, el imperialismo hace todo lo posible por acabar con la distensin. En las labores del XV Congreso del AKEL (mayo de 1982] y en sus resoluciones se reflej todo lo que de una u otra manera influye en los destinos de nuestra patria: las condiciones externas e internas de la lucha del pueblo chipriota, las bases y carcter de la cooperacin entre patriotas y demcratas, el papel y las tareas de los comunistas en el movimiento democrtico, las posibilidades y perspectivas del desarrollo nacional1. Los documentos del Congreso
1 Vase tambin al respecto: E. Papaioannou. El futuro que deseamos. Revista Internacional, Na 9 de 19B2.
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de la guerra y de la paz2. Es uno de los deberes internacionalistas ms importantes de los comunistas. Para ayudar hoy a las masas a dominar los secretos de la poltica internacional, es preciso revelarles la fuente real del peligro de guerra, y hacerlo de manera concreta y demostrativa. Los delegados del XV Congreso del AKEL expresaron su decidido apoyo a las propuestas constructivas presentadas por la Unin Sovitica con vistas a crear firmes garantas contra el desencadenamiento de la guerra nuclear, afianzar la distensin internacional y disminuir el nivel de los armamentos hasta lograr el desarme total y general. Hay que sealar especialmente el compromiso asumido por la URSS y anunciado por el camarada Leonid Brzhnev, de no ser la primera en emplear el arma nuclear. Si las dems potencias nucleares contraen igual compromiso, disminuir sensiblemente el peligro de una conflagracin mundial. Aplicamos constantes esfuerzos por desenmascarar los infundios de los servicios secretos estadounidenses y otanianos sobre la amenaza militar sovitica, infundios en que se transparenta la evidente aspiracin a desorientar y debilitar las fuerzas adictas a la paz. Quienes difunden patraas sobre la poltica exterior de la URSS, acusan con frecuencia a nuestro partido de falta de patriotismo y tratan de colgarnos el sambenito de agentes de Mosc. Pero, acaso se puede ser patriota de un pas sin luchar contra la amenaza real de destruccin del mundo? Acaso el deseo del Gobierno sovitico y de todos los comunistas de defender el derecho del hombre a vivir en condiciones de paz no corresponde a los intereses de la mayora de los chipriotas y de todos los pueblos del planeta? El XV Congreso del AKEL reiter que los comunistas chipriotas consideramos nuestra propia lucha como parte de la lucha antiimperialista mundial por la paz, la liberacin nacional, la democracia y el progreso social. El partido invierte muchos esfuerzos en organizar manifestaciones de masas contra las bases militares extranjeras, contra la bomba de neutrones, por el desarme. Ms de 6?.OCO personas desfilaron no hace mucho, en una marcha de paz de 20 kilmetros, por el territorio de la base militar de Akrotiri, cerca de la ciudad de Limassol. El AKEL seguir organizando acciones de masas y denunciando la poltica agresiva de los halcones estadounidenses, de sus aliados y testaferros en las distintas regiones del nr-indo. Esta actividad intemacionalista guarda ntima relacin con la lucha tenaz del partido por una solucin justa del problema de Chipre. Los comunistas exigimos que las tropas turcas evacen la parte del territorio de la isla ocupada por ellas, que se liquiden las consecuencias del golpe de Estado de 1974 y de la invasin de los ocupantes, que cese la injerencia extranjera en los asuntos de nuestro pueblo, que se desmantelen en Chipre las bases militares imperialistas y las estaciones de seguimiento que aseguran los vuelos de aviones-espas estadounidenses U-2. Los chipriotas queremos ver a nuestra patria libre de toda presencia imperialista, de la ocupacin parcial de su territorio por tropas extranjeras e inV. I. Lenln. Obras Completas, 2a ed., Cartago, Buenos Aires, t. XXVII, p. 360.
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sistimos en que se forme uu Estado federal democrtico que aplique una poltica activa de no alineacin. Al luchar por la desmilitarizacin total de la isla, el AKEL es consciente de que, de esta manera, hace su aporto al movimiento mundial por el desarme, contra el peligro de holocausto nuclear y por un futuro pacfico para todos los pueblos. EL XV CONGRESO ha orientado al partido a fortalecer la unidad democrtica de todos los patriotas. Comprendemos que los comunistas solos no podemos resolver las tareas nacionales inaplazables. Necesitamos el apoyo de las ms amplias capas populares, necesitamos una alianza que incluya a la clase obrera, al campesinado, otras categoras de trabajadores, la intelectualidad y la burguesa nacional no vinculada al capital monopolista extranjero. Consideramos que, en este frente patritico, los chipriotas turcos (marxistas y representantes de los crcilos democrticos progresistas de la poblacin que vive en la parte de la isla ocupada por Turqua) han de ocupar el lugar que les corresponde. El AKEL propugna el acercamiento recproco de las dos comunidades, la ruptura de las barreras qe las dividen, llama a mancomunar los esfuerzos de los chipriotas, griegas y turcos, para resolver los problemas candentes, y a crear un frente nico contra la injerencia extranjera, venga sta de donde venga, de lurqua, Grecia, de Gran Bretaa o de Estados Unidos. Un paso importante por el camino que conduce a esa amplia alianza es el acuerdo de colaboracin firmado en abril de 1982, sobre la base de un programa mnimo comn, entre el Partido Demcrata [PD) 3 y el AKEL. Lo novedoso de la situacin consiste en que los comunistas, que interpretan los intereses cardinales de la clase obrera y de todos los trabajadores, firman un acuerdo y elaboran un programa de accin comn con el partido burgus gobernante, un partido centrista que no aspira al socialismo, ni mucho menos. Nos une el deseo de liberar a Chipre de la ocupacin extranjera y de recuperar totalmente la independencia, es decir, el deseo de resoiver los problemas surgidos a raz del golpa de Estado organizado por la junta fascista griega y de la intervencin extranjera, el deseo de conjurar la amenaza imperialista. El programa mnimo de ambos partidos fue aprobado por el Congreso, porque tiende precisamente al logro de esos objetivos. Prev la aplicacin de una poltica que debe asegurar: la amplia cooperacin de las fuerzas democrticas y patriticas y la unidad del pueblo; el desarrollo estable del pas; la proteccin y perfeccionamiento de las instituciones democrticas; un mejor funcionamiento del aparato estatal y de los establecimientos controlados por el Gobierno; transformaciones socio-econmicas en beneficio de las masas, especialmente en beneficio ds las capas con escasos recursos; el acercamiento recproco de los chipriotas griegos y turcos, el restablecimiento de la confianza mutua, la amistad y la cooperacin de las dos comunidades. Los comunistas comprenden que el programa mnimo, tal como fue aprobado, no rebasa los marcos de
PD: principal partido democrtico-burgus de Chipre, fundado en 1976. N. de la Rea.
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la democracia burguesa existente en Chipre. nicamente recoge los puntos en que coinciden las dos t mrtes. La forma de cooperacin entre el AKEL y el PD no es ni un mini ni un maxi frente popular, como estn diciendo en algunos sectores polticos del pas. En la presente etapa de lucha, eminentemente antiimperialista, liberadora y antiocupacin, la tarea de crear tal frente ni se plantea. Conviene sealar, sin embargo, que si bien pone nfasis en la solucin de as tareas nacionales cardinales, el programa viabiliza al mismo tiempo la consecucin de sustanciales mejoras de las condiciones de vida del puebo. En el prximo perodo, los comunistas se proponen actuar enrgicamente a fin de conseguir una distribucin ms justa de la renta nacional en beneficio de las capas sociales vulnerables econmicamente y, adems, aumento de los salarios, pensiones y diversos subsidios sociales. Propugnamos el desarrollo de la instruccin gratuita y la puesta en pie de un sistema estatal que asegure la gratuidad de la asistencia mdica y de los medicamentos, as como la creacin de nuevos puestos de trabajo para los jvenes especialistas y egresados de las escuelas. El acuerdo de cooperacin democrtica prev la elaboracin y adopcin de las medidas correspondientes en el marco de la nueva poltica socio-econmica. El AKEL considera qi-e, para cumplir lo proyectado, se estn configurando ciertas premisas. Primero. S. Kyprianou, Presidente de la Repblica y Presidente del Partido Demcrata, declar que el programa mnimo es el programa oficial del Gobierno. Segundo, los partidos en cooperacin ocupan en el Parlamento posiciones bastante slidas como para vencer la poltica obstruccionista de los crculos reaccionarios proimperialistas 4 . Tercero, un comit iiiterpartidario especial, al ms alto nivel, controla la realizacin del programa comn y somete sus conclusiones y recomendaciones al jefe de Estado. Este comit no es una institucin gubernamental ni supragubernamental sino un organismo funcional del AKEL y el PD, que coordina ios esfuerzos de ambos partidos. Se prev constituir comits anlogos en todas las provincias, ciudades y localidades rurales con el fin de incorporar a las masas a la lucha por los intereses bsicos del pueblo y asegurar la victoria del candidato nico de las fuerzas democrticas y patriticas en las elecciones presidenciales de 1933. Cuarto, la cooperacin de los dos partidos abre las puertas a una amplia democratizacin del aparato estatal y puede contribuir a transformarlo en instrumento de la liberacin de Chipre. Ambas partes se proponen lograr la depuracin del e;rcito, la polica y los servicios estatales y paraestatales de los elementos implicados en la complicidad con los p^tschistas, el sabotaje y la corrupcin. Quinto, y este es un punto de singular importancia, la mayora de los trabajadores ha aprobado desde un principio los objetivos proclamados en el acuerdo del AKEL con el PD y la coordinacin de sus acciones. Es de esperar que, a medida que se vayan resolviendo las tareas
Desde las elecciones parlamentarias de mayo de 1981, el AKEL tiene en la Asamblea Nacional 12 escaos y el PD, 8; o sea, 20 escaos entre los dos sobre un total de 35. N. de la Red.
planteadas, se consolidar la base social de la cooperacin democrtica. El acuerdo no significa que los partidos en cooperacin renuncien a sus principios ideolgicos y sus posiciones clasistas, ni que se menoscabo s\ independencia en el plano poltico y organizativo. Cada partido conserva, desde luego, su naturaleza clasista y hace propaganda de su ideologa, tratando de ganarse a nuevos adeptos. De ah que nos encontremos con determinadas dificultades, diferencias de enfoque ante los fenmenos de la vida social, que, objetivamente, obstaculizan a veces la bsqueda de respuestas mutuamente aceptables a los problemas que van surgiendo. En ocasiones no se logra llegar a un acuerdo inmediato, organizar acciones conjuntas. Hay cuestiones, por ejemplo la del ingreso de Chipre en la CEE, en que las discrepancias siguen en pie. Los comunistas han de manifestar, desde luego, no poca tolerancia, mesura, tacto y habilidad para aplicar su lnea en el marco de una cooperacin basada en la igualdad de derechos. Las resoluciones del XV Congreso reflejan la madurez del AKEL y la disposicin de sus cuadros a cumplir las tareas fundamentales del programa patritico concertado. A nuestro modo de ver, la realizacin de este programa crear condiciones ms favorables y premisas materiales para las sucesivas transformaciones sociales y para la lucha por un futuro socialista de la sociedad chipriota. Deseamos sinceramente que los dems patriotas y demcratas del pas apoyen los esfuerzos del AKEL y el PD, aspiramos a la unidad de accin con todos los que estn dispuestos a participar en la puesta en prctica del programa mnimo. Conforme se aproxima la fecha de las elecciones presidenciales, la unidad de las fuerzas patriticas y democrticas es una tarea cada vez ms apremiante. Hace tiempo que la reaccin externa e interna, sin reparar en los medios, procura encizaar las relaciones entre el AKEL y el PD, cuya cooperacin constituye un obstculo para los planes de la ultraderecha, agrupada en torno al partido Alerta Democrtica, que pretende tomar el poder y convertir a Chipre en un protectorado imperialista. Tampoco conviene esa cooperacin a Turqua y a los sectores reaccionarlos de la poblacin turca de la isla, que aspiran a legalizar la ocupacin y crear en el territorio ocupado un Estado separado. En Grecia, muestran enfado aquellos que acostumbran a ver en nuestro pas poco menos que un feudo suyo. La nueva alianza democrtica es condenada por diversas organizaciones eclesisticas que la presentan como fruto de las intrigas de los rojos. Contra el acuerdo AKEL PD se han puesto en campaa Gran Bretaa, Estados Unidos y el mando de la OTAN, y es una actitud bien comprensible, ya que la lnea democrtica est orientada a liberar a Chipre de la injerencia fornea y de las bases militares extranjeras. Por fin, el programa mnimo y los esfuerzos conjuntos de los comunistas y demcratas para ponerlo en prctica, son objeto do virulentas diatribas por parte de la extrema izquierda o_ de los que se dicen de izquierda, por cuanto esta alianza no se inscribe en sus esquemas seudorrevolucionarios. Todos esos ataques tanto en el propio pas como fuera de l son una prueba ms de que llevamos buen camino. El XV Congreso ha apoyado unnime-
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mente el programa de colaboracin con el Partido Demcrata. El AKEL seguir cumpliendo honestamente los compromisos contrados, luchando activamente por la libertad y la independencia de la patria, por los derechos e intereses vitales de las amplias masas. El xito de esa actividad depender de la irmeza de nuestras filas partidarias en el prximo perodo. UN FENMENO POSITIVO de los ltimos afios es la afluencia de nuevas fuerzas al partido. En el perodo transcurrido desde su XIV Congreso, 2.749 chipriotas ingresaron en el partido. Para mayo de 1982, la miliancia del AKEL ascenda a casi 14.000. De las reservas para el crecimiento continuo de las filas del partido se puede juzgar aunque sea por el hecho de q"e en las elecciones parlamentarias del ao pasado 96.000 chipriotas votaron a favor de los comunistas. Hoy nuestras organizaciones desarrollan la actividad orientada a fortalecer el partido con nuevos miles de militantes, procedentes de todos los sectores del pueblo chipriota, y ampliar su presencia por todas partes, donde vive y trabaja la gente: en cada empresa y en cada barrio, poblado o distrito 5 - Se trata de un n"evo contingente de ivenes obreros, mujeres trabajadoras, especialistas, artesanos y campesinos. Naturalmente, debemos seguir procurando qvie los obreros constituyan la gran mayora, el grueso del AKEL, El Congreso subray cvn importante es elevar el nivel de la educacin ideolgica de los n'ievos militantes, aprovechar a fondo sus capacidades y aptitudes. Los cuadros expertos del partido debern ayudar a la formacin de los jvenes comunistas como combatientes por los intereses de la clase obrera y de todos los trabajadores. Entre nuestros militantes hay todava compaeros poco activos; causas objetivas familiares o de otra ndole les impiden a veces superar su pasividad y trabajar con espritu combativo. En estos casos tratamos de impulsar su participacin en la cansa comn. Tambin adolecen de cierta pasividad algunas clulas del partido. Un medio eficaz para conseguir una mayor actividad de los militantes y de las organizaciones de base seal el Congreso sigue siendo la lucha decidida contra las manifestaciones de sectarismo y burocracia, el mximo desarrollo de la crtica y la autocrtica, de las normas democrticas en la vida del partido. El AKEL concede ahora especial importancia a la solucin de un problema tan acuciante como es la preparacin y educacin de nuevos cuadros para ser promovidos a los puestos dirigentes del partido. Est claro que los cuadros dirigentes no aparecen de la noche a la maana: se forjan en la experiencia de un trabajo tenaz, defendiendo diariamente los intereses de los trabajadores. Para q"e se revelen sus capacidades y para que su actividad reporte resultados palpables, los nuevos cuadros partidarios deben poseer profundos conocimientos tericos y polticos. El partido se preocupa de que los compaeros reciban una slida, preparacin marxista-leninista. LA CONSOLIDACIN DE LAS POSICIONES POLTICAS de los comunistas depende del nivel de su trabajo ideolgico entre las masas populares. Cuando el
5 Haravghl, 30 de mayo de 1982.
imperialismo y la reaccin emponzoan continuamente con el veneno de su ideologa la conciencia del pueblo, la tarea del AKEL consiste en decir a la gente la verdad sobre lo que ocurre en Chipre y en el mundo, en ayudarle a ver la posibilidad de cambios radicales. En este sentido hay que prestar especial atencin a los jvenes, q'-e constituyen el blanco fundamental de la propaganda reaccionaria imperialista. El partido recurre a formas probadas de trabajo entre las masas: difunde octavillas, folletos y artculos sobre temas de actualidad, organiza seminarios y escuelas polticas, conferencias y coloquios. Pero la vida obliga a buscar nuevos mtodos de labor ideolgica y de direccin partidaria de la misma, mtodos adecuados a la especificidad de la situacin. De conformidad con las indicaciones dadas por el Congreso, el CC del AKEL est fortaleciendo su Seccin Ideolgica con la misin de suministrar a las correspondientes secciones de distrito materiales centrados en problemas actuales de la ideologa y la poltica, para ser discutidos en los grupos partidistas y clarificar las posiciones del partido entre las masas. Queda mucho por hacer para mejorar las publicaciones del partido, aumentar su tirada y lograr una mayor difusin. El sentido de todas las medidas adoptadas es pasar a la ofensiva en el frente poltico e ideolgico, desenmascarar de manera ms efectiva las maniobras del imperialismo y la reaccin. La fuerza de los comunistas reside en sus firmes lazos con el movimiento de masas representado por las organizaciones profesionales, juveniles, femeninas y otras entidades sociales. Nuestro partido siente un legtimo orgullo por haber contribuido en gran medida a la formacin y consolidacin de estas fuerzas que combaten hoy por la independencia y el progreso social, sirven de apoyo a la cooperacin entre los comunistas y los demcratas y coadyuvan al acercamiento y coordinacin de todos los sectores verdaderamente patriticos. En el marco del movimiento popular se realizan contactos entre representantes de organizaciones democrticas de las comunidades griega y turca de la isla; de este modo, se crean las premisas para restablecer las relaciones de entendimiento, amistad y colaboracin entre los chipriotas griegos y turcos, relaciones interrumpidas por la invasin extranjera. El movimiento de masas se fortalece y su desarrollo est debidamente encauzado. Los comunistas ven en este movimiento a un aliado seguro en la lucha por los intereses de la clase obrera y de todos los trabajadores de Chipre, por un futuro mejor. Apenas han pasado unos meses despus de clausurado el XV Congreso del AKEL. Pero ya hoy, en todos los sectores de la multifactica actividad de los comunistas, se percibe la influencia benfica de sus resoluciones. El curso de los acontecimientos corrobora la viabilidad de la lnea poltica trazada por el Congreso. El internacionalismo consecuente de los comunistas, su fidelidad a los principios y objetivos de la cooperacin entre las fuerzas democrticas de Chipre, su lucha activa contra la reaccin externa e interna, contribuyen a acrecentar el prestigio del partido entre las masas y multiplican sus fuerzas. Estamos seguros de que el curso elegido nos aportar nuevos xitos.
Acudimos a la fiesta de U n s e r e Z e i t , organizada por los comunistas de la RFA, como representantes, respectivamente, del peridico M i r r o r, del Partido Progresista Popular de Guyana; de la revista A f r i c a n C o m m u n i s t , de los marxistes del continente negro, y del D a i l y W o r l d , de los comunistas norteamericanos. Por distintas causas, y lamentablemente, en nuestras pases no se organizan tales eventos ni tal vez puedan realizarse por el momento. Sabamos, por supuesto, que el PCA se enfrenta continuamente al anticomunismo, fuertemente implantado en la Repblica Federal, y debe vencer muchas dificultades en su trabajo cotidiano. Tanta ms profunda es la impresin que ha cansado en nosotros el festival, el entusiasmo de miles de comunistas que supieron organizar mltiples actividades polticas, culturales, recreativas, tanto mayor el orgullo que sentimos por los camaradas del partido hermano que garantizaron con su esfuerzo tan rotundo xito. Todo ello nos llev a reflexionar sobre el interrogante que sirve de titulo a estas lineas. En aras de qu se emprenden tantos esfuerzos, por qu los militantes del partida invierten en este trabajo tanto tiempo robado, la mayora de las veces, a sus vacaciones? En una palabra, qu da a los comunistas la fiesta de su peridico? Estas preguntas se las hicimos a representantes de las organizaciones del PCA de distintas provincias y a no comunistas, en conversaciones sostenidas ante los stands, en los pabellones, en las escampadas donde se organizaban mtines de solidaridad y conciertos. Nos limitaremos a reproducir aqu las respuestas ms tpicas recogidas en el curso de esta entrevista co'ectiva.
Nuestro primer interlocutor fue Georg Polikeit, director de la fiesta, redactor jefe de Urisere Zeit y miembro del Presidium de la Direccin del PCA. Esta es ya ia quinta edicin en grande de la fiesta de nuestro peridico y de nuestro partido dijo Georg Polikeit. Estas fiestas nos ofrecen una magnfica oportunidad para mostrar a la opinin pblica, ante todo a los trabajadores, el verdadero carcter y fisonoma del partido, patentizar su vinculacin con la clase obrera del pas, su solidaridad con el movimiento obrero internacional, con la lucha mundial contra el imperialismo, por la liberacin social y nacional. Este ao la fiesta se celebra bajo el signo del creciente movimiento en pro de la paz. Y hemos escogido la consigna de Paz, distensin, desarme, trada de objetivos que responde a los intereses de la inmensa mayora de la poblacin germanooccidental. Aqu, en el festival, el PCA explica sus posiciones ante esta cuestin de vital importancia para toda la humanidad, plantea tres exigencias que tienen gran significado para el pas: renunciar al cumplimiento de la decisin de la OTAN sobre los cohetes; aceptar las proposiciones soviticas de establecer una moratoria al emplazamiento de misiles de alcance medio y congelar los arsenales nucleares, e impedir que en el territorio del pas se instalen armas atmicas y otros medios de exterminio masivo. Nuestro partido trata de contribuir a una mejor interaccin de la clase obrera con el movimiento por la paz. Es necesario que este movimiento crezca, para que el Gobierno responda de manera constructiva a todas las iniciativas pacficas. En nuestro festival participan muchas personas que no son comunistas: socialdemcratas, miembros de los sindicatos, otros ciudadanos, partidarios activos de la paz. El PCA espera cooperar, de este modo, al desarrollo del dilogo entre todas estas fuerzas, a sus acciones comunes contra la carrera armamentista, por la paz y la distensin. Otra importante tarea poltica a cuya solucin contribuye la fiesta, es obligar al Gobierno apoyndose en el movimiento de masas a renovar su poltica social, a detener la ofensiva contra el nivel de vida y los derechos de los trabajadores. No cabe duda que esta fiesta tiene tambin enorme significado para la consolidacin del propio partido. Los preparativos duran muchas semanas, en ellos toman parte miles de comunistas voluntarios (tan slo en el acondicionamiento del recinto y el montaje de los pabellones y stands, participaron, durante una semana, cerca de mil personas que tomaron expresamente para ello sus vacaciones. N. de los autores). Ese trabajo les reporta una gran satisfaccin interna: cada uno de ellos ve que nuestro partido es una fuerza, y esto influye en su conciencia, le infunde mayor seguridad en la victoria, optimismo en la lucha por la paz y el socialismo, consolida la fe de los comunistas en las posibilidades del partido, eleva, por consiguiente, su capacidad combativa. Durante la fiesta se refuerza, naturalmente, el sentimiento de camaradera cordial, estrecha entre los comunistas de distintas regiones del pas, desde el norte hasta el sur. La posibilidad de encontrarse con nuevos amigos, de reanudar viejas amistades contribuye tambin a que en las filas del partido reine un
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estado de nimo sano, combativo. Nos ayuda asimismo timiento de inseguridad en sus propias fuerzas. Ellos la presencia de invitados extranjeros, de delegados de ven aqu, toman conciencia de que la influencia del los partidos hermanos, de sus peridicos. Nuestros partido supera en mucho a sus efectivos, de que es camaradas se percatan as de que ellos forman parte capaz de reunir y hacer participar en el debate a tandel gran movimiento internacional q.;e determina en ta gente. grado decisivo la poltica mundial. El trabajo partidario habitual, cotidiano no abunda Hemos invitado a la fiesta a organizaciones demo- en resultados perceptibles, pues las condiciones son crticas de obreros y estudiantes extranjeros, a com- complicadas observa Helmut Honigmann, colaborabatientes contra el imperialismo, por la liberacin na- dor del hospital de Mettman. Y para m es una alecional. En la actualidad, los crculos gobernantes de gra el poder encontrarme aqu con tantos camaradas la RFA atizan la xenofobia, tratan de aprovechar el y sentir nuestra fuerza colectiva. paro para sembrar estados de nimo nacionalistas enCon Helmut coincide su esposa Beatrix, tambin cotre .la clase obrera del pas. A diferencia de otros munista. Han venido al festival con su hijo, que apepartidos de a RFA, los conr'nistas ofrecen a los nas ha cumplido once meses . . . obreros extranjeros la posibilidad tambin en estas Cuando uno se encuentra en esta fiesta con genfiestas de darse a conocer, de expresar sus aspira- te de su mismo barrio, que no es comunista, expericiones, sus intereses, saliendo al paso de las calum- menta una gran satisfaccin. [Pues su presencia aqu nias difundidas por la propaganda burguesa, que ter- es resultado del trabajo que realizamos! dice Reingiversa el sentido de su lucha. hard Fschbach, empleado del servicio social de BielePor ltimo, hay que hablar de la creciente Influen- feld [Rin Septentrional WeslfallaJ. cia del partido, del engrosamiento de su militancia. Fischbacli considera que valdra la pena organizar Durante la preparacin del festival, por todo el pas ms fiestas como sta, pero a nivel local, en distintos hemos divulgada entre los obreros miles y miles de lugares del pas: no todos pueden dejar de lado sus ejemplares de material informativo, bamos de casa ocupaciones cotidianas y hacer el viaje para asistir al en casa, de puerta en puerta sobre todo en los ba- festival del partido. rrios obreros de las ci"dades grandes para invitar Las fiestas populares del PCA destaca Erich personalmente a la fiesta. Desde luego, invitamos a Rlk, vicepresidente de la organizacin provincial de los amigos y conocidos con quienes colaboramos en Hamburgo son una verdadera fuente de inspiracin diversos movimientos democrticos, en primer lugar para los militantes del partido. Han trabajado mucho a los partidarios de la paz y activistas sindicales. en prepararla, ven los frutos de su esfuerzo y, de reDe este modo, los comunistas renuevan viejos con- greso a casa, emprenden con nueva energa la labor tactos y entablan nuevos fuera del marco partidario. partidaria. E! grupo de partido que logra que varias decenas de A los festivales de los comunistas nos dijeron personas asistan a la fiesta, obtiene posiciones de acuden cada vez ms jvenes. Su afluencia se hace partida totalmente distintas para el trabajo ulterior. sentir en el ambiente mismo de la fiesta: la juventud Esto nos ayrda a romper el cerco en el que los crcu- le comunica su mpetu. La preparacin de la fiesta los dominantes tratan de mantener a las organizacio- (cranme, hemos trabajado de lo lindo) ha sido muy nes del PCA. Despus ya es ms fcil, digamos, ven- divertida dijo Monika Schneiderei, de la Universidad der regularmente el peridico a los q-e asistieron al de Dortmund. Y es q'.ie todo lo hacamos e invenfestival, invitarles a los actos del partido organiza- tbamos nosotros mismos. dos en un marco ms estrecho, a nivel local. En una Y he aqu lo que respondi a nuestras preguntas palabra, crece la fuerza de atraccin del partido. Edit Phpsen, una muchacha que luce en la cazadora Y esto se traduce en nuevas solicitudes de ingreso, la insignia de la estrella con lazo que se entrega tanto durante la fiesta corno despus de ella. a los mejores difusores de Unsere Zei: Que si nos sentimos ms fuertes gracias a la fiesta? [Creo que la pregunta no se p'.iede plantear as, los comunistas Ningn otro partido ... siempre somos fuertes! Por qu? Pues porque luchaLas fiestas de los comunistas se han descrito rei- mos por los intereses del pueblo sencillo, de los trateradas veces en la prensa de los partidos hermanos bajadores, por su vida pacfica; ellos lo ven, o ya (como tambin se ba hablado ya, naturalmente, del se darn cuenta algn da! Los peridicos burgueses festival de Duisburgo], Por eso se trata de un cuadro trabajan para los ricos, mientras que Unsere Zeit traen principio bien conocido: una zona animada que baja para las masas trabajadoras... As son de optise extiende a sus anchas en el complejo deportivo de mistas. Wedau, pabellones y stands de las organizaciones coLos encuentros de los comunistas de distintos conmarcales y distritales del PCA, de los grupos de par- fines del pas facilitan el intercambio de experiencia. tido de distintas empresas: en tres das se puede es- En el pabelln de la organizacin comarcal de Bretudiar detalladamente la geografa del pas. Pero lo men, Peler Zimmerman, miembro de uno de los coprincipal es el inmenso torrente h"mano, una marea mits de distrito, nos cont que haba tenido ocasin en constante crecimiento, a pesar del mal tiempo, la de tratar con camaradas de otros lugares de los mlluvia y el viento fro. [Durante tres das visitaron la todos de trabajo en las empresas industriales, de cfiesta ms de 400.000 personas.) Todo impresiona, y mo se realiza all el trabajo de reclutamiento y se no slo a nosotros, huspedes extranjeros, sino tam- precisan los planteamientos ante problemas generales bin a los propios anfitriones. Sobre todo a los que del pas, por ejemplo, el de los despidos en masa. se han desplazado de las zonas donde todava hay Todos nuestros interlocutores coincidan en un punpocos comunistas, donde puede surgir a veces un sen- to: ningn otro partido hubiese podido organizar un
festival como ste. En la RFA se celebran otras "fiestas populares". Por ejemplo, la famosa Oktober}est de Munich deca Michael Fhrer, secretario de la organizacin comarcal de Baviera del Sur del PCA. Pero esos eventos tienen carcter comercial y lo mismo ocurrira si algn otro partido intentara organizar su fiesta. La nuestra es una fiesta verdaderamente popular. No es casual que siempre nos reunamos en una de las ciudades del Ruhr: este es un festival obrero, y no hace falta ser rico para participar en l, pasar bien el tiempo, disfrutar en este ambiente amistoso, acogedor dice Friedbert Sajrin, miembro del comit de la organizacin distrital de Zolingen del PCA. Y todo se debe a que nuestro partido dispone de un nmero de activistas que estn dispuestos a trabajar desinteresada, voluntaria y abnegadamente, sin escatimar tiempo ni esfuerzos. La conciencia de este hecho es tambin una fuente de orgullo de los comunistas. Por cierto que las fiestas de Unsere Zeit de ello nos hablaron Katarina Rulsman, empleada social de Heme, y Fritz Schmith, veterano del partido, 80 aos de edad, de MOnchengladbach continan la tradicin de las fiestas obreras de los aos 20 y comienzos de los 30, pero, desde luego, con un nuevo contenido, correspondiente a las condiciones actuales de la lucha. El microcosmo de la vida de los comunistas Todos los elementos de los que hablbamos con nuestros interlocutores, por supuesto, influyen tambin en el crecimiento del PCA, en el aumento de su prestigio en la sociedad, entre las fuerzas polticas. El partido aparece tal como es ante los participantes en la fiesta; para muchos de ellos es la primera vez que pueden formarse una idea tan clara de l, pues la fiesta -como sealaba con acierto uno de los; camaradas es el microcosmo de la vida de los comunistas. Quienes asisten al festival ven que los comunistas no somos tan pocos y esto impresiona dice MoniKa Schneiderei. Por qu acude la gente? Pues porque hemos andado por las casas, porque trabajamos en los comits de iniciativa cvica, en el movimiento por la paz y en otras organizaciones, invitando y convenciendo. Para preparar la fiesta hay que hablar con la gente, y esto significa que hay que tener algo que decirle. La propaganda burguesa suele presentar a los comunistas como tipos taciturnos, limitados. No es as, y hemos sabido demostrarlo. Contra el ant i comunismo trabaja todo el ambiente de la fiesta: las conversaciones, los debates, la venta de literatura marxista, los encuentros con dirigentes del PCA, los mtines de solidaridad internacional, en defensa de la paz y las actuaciones de artistas profesionales y aficionados; entre estos ltimos tienen particular xito los cabaretistas, que parodian en sus coplas a conocidos polticos del pas. En cuanto a la captacin propiamente dicha de nuevos militantes para el partido y de nuevos lectores para Unsere Zeit, este es un proceso que, naturalmente, se desarrolla no slo en la fiesta. Ya en el marco de su preparacin, se efectu una campa-
a de emulacin entre las organizaciones del partido por el crecimiento de sus filas, y los primeros resultados fueron anunciados el primer da del festival. Esa campaa continu durante la fiesta. Michael Fhrer seal con orgullo que hacia el medioda de la tercera jornada de fiesta la organizacin de Eaviera del Sur haba recibido ya 30 solicitudes de ingreso. Esto es un xito, sobre todo si se tiene en cuenta lo lejos que queda Duisburgo de Munich: 650 kilmetros. Pero, claro est, los principales resultados vendrn ms tarde. El fortalecimiento del partido significa tambin mayores posibilidades para colaborar con otras fuerzas polticas e incorporar nuevos sectores a esta colaboracin. Ernst Schafer, fundidor de Hattngen, activista sindical y miembro del consejo urbano, nos dijo: En nuestra empresa, los comunistas tienen fama de ser buenos dirigentes sindicales. Los obreros eligen y reeligen a los comunistas al consejo de la ciudad, pues saben que defenderemos all sus intereses. Cuando la gente acude a la fiesta, ve que a los comunistas nos preocupan tambin otras cuestiones que ataen directamente a la vida de todos los obreros. Por ejemplo, el paro, los derechos sociales y democrticos y lo principal la lucha por la paz. Y as nace el sentido de la comunidad de intereses. Conversamos tambin con el socialdemcrata Achael Nienhaus, estudiante de Mnster. Citamos sus palabras: Ante todo, quiero sealar que soy miembro del PSDA desde hace siete aos. Y en este tiempo es la segunda vez que asisto a la fiesta de Unsere Zeit. He podido apreciar las capacidades organizativas del PCA, de sus miembros y suscriptores del peridico. Veo en ello una muestra de las potencialidades del Partido Comunista como fuerza poltica reai del pas. En este festival uno puede encontrarse con representantes de otros partidos polticos, y hay que felicitar por ello a los organizadores. Estoy profundamente convencido de que estas fiestas pueden desempear un importante papel en la creacin de condiciones propicias para la unidad de accin de los comunistas y socialistas. Tal vez no sepan ustedes que los socialdemcratas de derecha presionan siempre sobre los elementos sanos del partido para que no asistan a las fiestas del PCA. Cuando regrese a mi ciudad natal, me har un deber de compartir con los camaradas la experiencia vivida aqu durante tres das. Y estoy seguro de que muchos prestarn odo y encontrarn en mi testimonio motivos de reflexin. Los camaradas del PCA nos hablaron tambin de la colaboracin con otras fuerzas: con los verdes, los ^alternativos, los movimientos de iniciativa cvica, colaboracin a cuyo desarrollo ayuda asimismo la fiesta. De esto nos habl, por ejemplo, Heinz Kampe, presidente de la organizacin comarcal de Baja Sajonia. La fiesta observ nos brinda una magnfica oportunidad para examinar detalladamente con camaradas de distintos lugares lo que debe hacerse, y cmo, en esta direccin, Tambin los adversarios empiezan a comprender que el festival de Unsere Zei ayuda a vencer los prejuicios anticomunistas que todava estn muy arraigados en el pas. Robert Kubitza, de la ciudad de Her-
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na, nos deca: Cuntos insultos y maldiciones no habr dirigido la prensa burguesa a los participantes de esta fiesta! Escribe, por ejemplo, que los comunistas la organizan para satisfacer sus ambiciones polticas. En este caso no se trata ya de una simple calumnia; son palabras en las que se trasluce la alarma. A guisa de conclusin concederemos la palabra a Heinz Mhlhaus, primer anfitrin de la fiesta, en su calidad de presidente de la organizacin distrital del PCA en Duisburgo: Qu espera nuestra organizacin distrital de esta fiesta? Primero, el ascenso de la labor poltica del partido, mayores simpatas entre la poblacin de la ciudad, el ingreso de nuevos militantes y el aumento del nmero de lectores de Unsere Zeii. En una palabra, el fortalecimiento del partido en su conjunto a travs del reforzamiento de la organizacin a'nivel de distrito. Por eso cada organizacin distrital del partido est interesada en que esta fiesta se celebre en su ciudad, no obstante los esfuerzos complemntanos que requiere su preparacin. Esperamos que muchos encuentren el camino hacia nuestro partido, sobre todo obreros de las grandes empresas. Y desde un punto de vista ms amplio, la utilidad de este encuentro consiste en que ayuda a proyectar la imagen del
PCA como un partido cuya aspiracin poltica coincide con los anhelos de las amplias masas trabajadoras. Por supuesto, nos esforzamos tambin por que las simpatas procomunistas que surgen aqu se plasmen posteriormente en resultados concretos, por ejemplo, en las elecciones. Para Duisburgo y todo el land del Rin SeptentrionalWestfalia es importante que en 1984 aumente el nmero de votos emitidos a favor del PCA en las elecciones comunales. AI trabajar en esta direccin, no nos olvidamos de que la principal condicin del progreso social es el mantenimiento de la paz. Es una condicin sine qua non. Por eso hemos hecho de nuestra fiesta una fiesta de la paz, una fiesta de solidaridad. Pensamos que imprimir nuevos impulsos a la lucha por la paz y el trabajo, que contribuir a la unidad de accin de la clase obrera, a la organizacin de acciones unitarias del movimiento obrero y antiblico. Los comunistas de Duisburgo pueden decir con orgullo: la fiesta ha sido un triunfo! Ahora, la voz de los camaradas sonar con mayor conviccin an cuando inviten a sus compaeros de trabajo: ingresen en nuestro partido, vengan con nosotros y las cosas cambiarn a mejor!
NUESTRAS ENTREVISTAS
NOTAS BREVES
COLOMBIA Se ha celebrado en Bogot el cuarto festival del peridico Voz Proletaria, rgano central del Partido Comunista Colombiano. Este ao tena un significado, particular por coincidir con e] 25 aniversario de la fundacin del peridico. Para celebrar junto con los comunistas colombianos esta fecha, acudieron representantes de varios peridicos Tratemos, delegaciones de Nicaragua, Venezuela, Chile, Uruguay y otros pases. Hubo gran concurrencia en la exposicin fotogrfica dedicada a la lucha del partido y de todo el pueblo colombiano contra la represin, por la democracia y por una vida mejor. Con gran xito tambin transcurri la venta de literatura marxlsa y publicaciones sobre los pases socialistas. El festival ha demostrado la creciente influencia y autoridad del Partido Comunista entre las masas. ESPAA Tres das dur en Madrid la tradicional fiesta del Partido Comunista de Espaa. En el engalanado parque capitalino, que fue escenario del festival, se montaron pabellones de las organizaciones partidistas de las distintas reglones y provincias del pas, as como stands de peridicos de partidos comunistas y obreros. Una gran exposicin estuvo dedicada al semanario del PCE Mundo Obrero y a la revista Nuestra Bandera. Durante el festival tuvieron lugar los siguientes coloquios: La lucha contra el peligro de guerra, Espaa y la OTAN, El movimiento obrero y la crisis econmica, La lucha liberadora de los pueblos de Amrica Central, sobre la actividad de los comunistas espaoles en los ayuntamientos. La fiesta fue coronada por un mitin de masas. HUNGRA Desde hace muchos aos se publica aqu la serie Biblioteca de los clsicos del marxismo-leninismo, que cuenta ya 130 tomos. La editorial de literatura poltica Kossuth acaba de presentar la nueva coleccin Fuentes. Ha aparecido ya el primer tomo de la serie: una recopilacin de artculos de Marx y Engels sobre los sucesos revolucionarios de los aos 1848 y 1849. La nueva coleccin abarcara el desarrollo de la teora marxista-Ienlnlsta en un siglo y medio. Los libros de la serie Fuentes, editados con grandes tiradas, estn destinados a vastos crculos de lectores, y en particular a los alumnos del sistema de educacin del partido. IRN Los adeptos del Partido Popular de Irn (Tudeh) en el extranjero, Iniciaron la publicacin del semanario Rahe Tudeh (Camino del Tilden), En el primar nmero del peridico se exponen las tareas y objetivos de esta nueva publicacin: defender la revolucin popalar antiimperialista de Irn, desenmascarar las patraas propagandsticas del imperialismo y los grupos contrarrevolucionarios, publicar documentos y otros materiales del PP1 a fin de divulgar sus planteamientos ideolgicos y sus puntos de vista en materia de poltica interior y exterior. KAMPCHEA El Secretariado del CC del Partido Revolucionario Popular de Kampuchea public una directiva de acuerdo con la cual se celebr por primera vez en el pas el aniversario de la fundacin del PRPK.
MXICO
Se han publicado los resultados de las elecciones generales realizadas el pasado mes de julio. El Partido Socialista Unificado de Mxico reuni, segn datos oficiales, 1.113.000 votos (5,81%). En la Declaracin del PSUM sobre los resultados de las elecciones se denuncian las manipulaciones fraudulentas de que ha sido objeto el recuento definitivo de votos a fin de rebajar el peso real de los partidos opositores en la vida poltica del pas. Semejante fraude, subraya la declaracin, no contribuye, ni mucho menos, a la consolidacin de la democracia. El PSUM exige que las autoridades adopten Jas medidas correspondientes para revisar los resultados del escrutinio y ejercer eJ adecuado control sobre todas las etapas del proceso electoral.
la humanidad- Tercero, desenmascarar la naturaleza agresiva del imperialismo y los Intentos del Pentgono de convertir Europa en una zona de intercambio de golpes nucleares. Cuarto, demostrar el carcter absurdo de la carrera armamentista que absorbe medios colosales, que podran ser invertidos en el desarrollo socio-econmico. La persistente labor clarificadora de los comunistas [me refiero no slo al peridico, sino tambin a las intervenciones de representantes del PCL en el Parlamento, por radio y TV) ha dado sus frutos. Antes, muchos de nuestros ciudadanos pensaban que un pas tan pequeo como Luxemhurgo podra permanecer al margen de una guerra atmica, pese a su pertenencia a la OTAN. Ahora se ha producido un cambio en la opinin pblica. Es cada vez ms evidente que tambin Luxcmburgo est atado a los planes estratgicos globales del Pacto Noratlntico y que quieren convertirlo en un traspatio militar de la OTAN. Los problemas de la paz y el desarme comienzan a preocupar n un creciente nmero de luxemburgueses, hecho que en no poca medida se debe a la actividad del Partido Comunista, que ha contribuido a la participacin de vastas capas populares en el movimiento antiblico, ha encontrado y ha sabido emplear argumentos convincentes. Es de notar la adhesin a este movimiento de muchos representantes del clero, de los ecologistas. Cada participante tiene sus motivos, pero a todos ellos les une la misma aspiracin: impedir el exterminio de la humanidad. La lista de aliados potenciales en el movimiento antiblico est lejos de ser completa: hacemos todo lo posible para ampliar las filas de los partidarios activos de la paz.
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Qu dificultades surgen en su trabajo y cmo Jas vencen? La propaganda burguesa utiliza formas diversas de subversin ideolgica, desde la calumnia vulgar y la falsificacin de los hechos y estadsticas hasta mtodos refinados de manipulacin para distraer a la gente de los problemas reales, de la discusin de cuestiones polticas. Tenemos que combatir diariamente, en todo momento, el anticomunismo y el antisovietismo que impregnan los materiales de los medios de comunicacin social burgueses. Los artculos que aparecen en nuestro peridico son de distinto gnero: reportajes, ensayos estadsticos, polmicas. Adems del peridico, publicamos en la misma imprenta libros y folletos sobre temas de actualidad. Pero no siempre conseguimos resolver de manera operativa los problemas que surgen. Sn la Redaccin contamos slo con una plantilla de cuatro personas, y a veces, simplemente, no nos alcanza el tiempo. Recibimos una gran ayuda de nuestros activistas y corresponsales que trabajan en Ins empresas. El mercado nacional de premia est prcticamente monopolizado por e] Luxemburger Wort, rgano del Partido Popular Social-Cristiano que, sea dicho de paso, ocupa
entre los peridicos el primer lugar del mundo por su tirada en proporcin a la poblacin del pas. Este rotativo ha tomado en sus manos la publicacin de toda la informacin y comunicados oficiales que facilitan los ministerios y otras instituciones gubernamentales, y tambin la de los anuncios. Por eso tiene inmensas posibilidades financieras. Este, desde luego, no es el caso de nuestro peridico, pero logramos vender diariamente de 15.000 a 20.000 ejemplares. Cuando preparamos un nmero especial sobre la huelga nacional, la tirada fue aumentada considerablemente y se agot rpidamente. Dedicamos una gran atencin a fortalecer y extender los lazos con ios lectores. Con este fin celebramos los tradicionales festivales de la prensa comunista, las fiestas regionales del partido. 'El peridico, sobre todo sus ediciones especiales, es distribuido a la entrada de las empresas y en los barrios de vivienda, haciendo el puerta a puerta. Con frecuencia Ic- distribuimos gratuitamente, porque queremos brindar a la gente la posibilidad de conocerlo y enterarse de los temas que trata. As ganamos a nuevos lectores. De la eficiencia de esa actividad se puede juzgar por el continuo crecimiento de a tirada y de la autoridad del peridico.
la economa portuguesa, orientadas hacia el mercado exterior: ia textil, la del cuero, la del corcho, la maderera y la de conservas de pescado. El PCP se ha referido en ms de una ocasin a los problemas que afronta este sector de la economa. Explicamos que sufre una degradacin. La mayor parte de las pequeas empresas est dotada con maquinaria obsoleta, funciona a la antigua y sin perspectiva y se enfrenta con crecientes dificultades financieras. En el comercio, muchas de estas empresas utilizan el trabajo manual poco productivo y tcnicas desfasadas. Otra deficiencia de este sector es el bajo nivel de preparacin profesional de los propios patronos, que se deja sentir en la calidad de la gestin. En vista de todo ello, el partido considera que, si Portugal entrase en la CEE, la pequea empresa tropezara con tremendas dificultades y estara condenada a una paulatina extincin. Los comunistas opinamos que ramas enteras de la industria nacional necesitan de inversiones urgentes, para modernizar sus capacidades, y de una constante ayuda financiera y tcnica por parte del Estado. Es necesario reformar y agrandar muchas empresas a fin de aumentar su rendimiento y competitividad. Est claro que me he limitado aqu a exponer las proposiciones del PCP a grandes rasgos. Sera errneo considerarlas al margen de los problemas generales de la economa portuguesa. No podemos desvincular al sector privado del sector pblico, aunque hoy por hoy las relaciones entre ellos se configuran de manera espontnea. Para ordenar estas relaciones, se necesita ante todo una planificacin que permita a los pequeos empresarios hacer el mximo aporte posible al desarrollo econmico del pas. En otas palabras, urgen medidas que respondan a las nuevas realidades de Portugal. Cmo han recibido los pequeos y medianos empresarios las proposiciones del PCP? Cules son las formas y mtodos de trabajo de los comunistas entre los representantes de ese sector de la poblacin?
El partido tiene no pocas dificultades en difundir sus puntos de vista y sus iniciativas en las capas pequeoburguesas de la ciudad y el campo. Nuestra actividad se ve complicada en gran medida por el hecho de que la televisin, la radio y la prensa oficial son controladas por los partidos de derecha. Adems, existen prejuicios anticomunistas estables entre la pequea y mediana burguesa, prejuicios que la propaganda reaccionaria trata de avivar por todos los medios. Con todo, buscamos, comprobamos en la prctica y utilizamos diferentes formas de trabajo adecuadas a la situacin social y la sicologa de los empresarios y comerciantes del sector analizado. En este plano, tienen gran importancia las conferencias econmicas, organizadas por el PCP. En ellas se examinan proposiciones concretas tendientes a mejorar la situacin en las distintas ramas de la economa, incluido el sector de la pequea y mediana empresa privada. Para lograr que el sentido de nuestras proposiciones llegue a los destinatarios, los comunistas organizamos charlas, conferencias, mesas redondas con participacin de comerciantes e industriales. Les invitamos asimismo a participar en las actividades celebradas a nivel nacional. Por ejemplo, varios empresarios que trabajan para la exportacin, asistieron a la conferencia Portugal y el Mercado Comn, organizada por el PCP en 1980. Los industriales y comerciantes afiliados a nuestro partido (un 2% del total de militantes), cumplen distintas tareas en sus organizaciones: participan en la actividad de los centros obreros del PCP, en la organizacin de festivales, cobran las cuotas, cooperan en los rganos de poder locales encabezados por las fuerzas de izquierda y democrticas. Sin embargo, como ha sealado varias veces O Militante1, los comunistas en cuestin no siempre tienen encomendadas, hasta el momento, tareas que respondan a sus intereses especficos. Es necesario, en partii O Militante: Boletn del PCP para cuestiones tericas y organizativas. N. de la Red.
cular, ayudarles a organizar la accin unitaria entre sus colegas, a elevar la actividad y el rendimiento de su trabajo en las asociaciones de empresarios y comerciantes. Y ese es un trabajo muy difcil, porque en la estructura, organizacin y vida interna de estas asociaciones todava queda mucho sin cambiar desde los tiempos del fascismo, se han mantenido incluso algunos dirigentes. Pero, pese al boicot que caracteriza en conjunto la actitud de la patronal ante las ideas del PCP, stas van penetrando en dichas asociaciones. Existe un nexo entre el grado de influencia comunista en la empresa y la postura social de su patrono? Son frecuentes los casos en que se logra en la prctica la unidad entre los trabajadores y los pequeos industriales y comerciantes en el cursv de la lucha contra la poltica de recuperacin de las posiciones capitalistas?
Me es difcil responder a esta pregunta en forma general. El Partido Comunista opina que, en situaciones concretas, es posible la accin mancomunada del empresario y de los trabajadores en defensa, digamos, de los intereses de la fbrica, de los puestos de trabajo. Supongamos que el dueo de una pequea empresa quiere obtener un crdito. Si el banco se lo niega, esta negativa puede amenazar con el cierre de muchos o todos los puestos de trabajo. Por tanto, los trabajadores, al igual que el empresario, estn interesados en la obtencin de subsidios que permitan evitar el cese de la produccin. Estimamos que, cuanto ms fuertes sean el partido y la influencia sindical en la empresa, tanto mejor comprendern los trabajadores el carcter especfico y complejo de estas relaciones y tanto ms fcil ser el camino hacia acciones conjuntas. Pero, claro est, no hay que olvidar las contradicciones clasistas objetivas, que separan a las dos partes. La situacin de los comerciantes mejor notoriamente en el perodo de oro de la revolucin (des-
de 1974 hasta mediados de 1976], gracias a una serie de medidas progresistas que respondan a los intereses de las amplias masas. En las provincias meridionales, los comerciantes manifestaban, todos a una, que se sentan beneficiados por la reforma agraria. Antes de! 25 de Abril, los trabajadores del campo, como regla general, slo podan pagar de seis en seis meses, el resto del tiempo compraban al fiado. La reforma agraria asegur puestos de trabajo, aument su nmero y garantiz un salario estable. De ello se beneficiaron tambin los comerciantes: crecieron las ventas y los ingresos. Y ahora el comercio sufre todas las consecuencias negativas que implican la destruccin de la reforma agraria y el aumento del desempleo. Masas de pequeos industriales y comerciantes comienzan a darse cuenta de que la poltica gubernamental de la Alianza Democrtica es nefasta para sus actividades. La contencin de la actividad productiva, la contraccin del mercado interior y la disminucin de la capacidad adquisitiva de la poblacin provocan la bancarrota y la degradacin de un nmero cada vez mayor de pequeas y medianas empresas. Una manifestacin del descontento y de la comprensin de las causas de su situacin, que va de mal en peor, ha sido la participacin de los pequeos comerciantes y empresarios en las huelgas generales de los trabajadores realizadas en febrero y mayo de 1982, reclamando la dimisin del Gobierno derechista. El 12 de febrero en Lisboa cerraron 1.800 comercios; un nmero considerable de comerciantes se uni a los huelguistas en otras ciudades y pueblos del pas (Couc.0, 100%; Seival 90%; Moita, 80%; Tortosendo, 40%, etc.). Este es un ejemplo elocuente de que las condiciones objetivas y los intereses legtimos hacen comprender a los pequeos y medianos industriales y comerciantes que la solucin de sus problemas slo es posible en el marco de una poltica de desarrollo econmico y en o CIUCP del movimiento de masas populares por la consolidacin de las conquistas de la Revolucin de Abril, contra la ofensiva del gran capital y la reaccin.
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DE LOS DOCUMENTOS
FRANCIA tad de cada uno de los electores. Se han iniciado las consultas sobre este problema con los dems partidos de izquierda y se han fijado las bases de un acuerdo que respete las posiciones de cada partido. Otro importante problema debatido en la conferencia, es el de la alianza de la izquierda. El PCF propone dice la resolucin preparar amplias candidaturas de esta alianza en todas las comunas, antes de que comience la campaa electoral. La izquierda unida alcanz xito en 1977. Ha dirigido felizmente la actividad de los municipios en los que obtuvo la mayora. Hoy, la Izquierda unida ejerce tambin el gobierno del pas. Por eso sera poco comprensible seala el documento el que sus integrantes, obedeciendo a motivos secundarios, se presentaran por separado a la primera vuelta de los comicios. Esto dara pie a los ataques de la derecha, ansiosa de tomar el desquite y dispuesta ya ella a unirse por todas partes con el propsito de torpedear los procesos de renovacin. La Conferencia Nacional del PCF encomend al Comit Central que concertara un acuerdo con todas las fuerzas de izquierda sobre la actuacin conjunta en las elecciones de 1983. dalupe que exige una nueva poltica en las esferas clave de la vida social. La realizacin de esta poltica contribuira al desarrollo econmico y el progreso social. Las medidas propuestas por el PCG contemplan, en particular, activar la produccin nacional y elevar la economa, convertir los medios de comunicacin social en instrumento de desarrollo, educacin y cultura, crear un sistema eficaz de salud pblica, democratizar la enseanza, mejorar el trabajo de las organizaciones transportistas ai servicio de los trabajadores, fomentar ef turismo masivo', que corresponde a los intereses econmicos del pas. Las proposiciones trasmitidas por e! PCG a las autoridades francesas1 se basan en la exigencia principal de los comunistas: asegurar a los guadalupenses el derecho a participar en la gobernacin del pas. El partido considera que es posible colaborar con el actual Gobierno de Francia si ste toma la va efectiva de descolonizacin de Guadalupe y si sus medidas de descentralizacin respetan la voluntad de los guadalupenses. Las proposiciones del PCG han sido publicadas en un folleto especial. El partido ha llamado a los trabajadores, a todos los habitantes del pas, a leerlas y discutirlas en cada familia, para comprender mejor la poltica de los comunistas y luchar junto con ellos por las transformaciones reales en Guadalupe. i Desd0 1946i Guadalupe es un departamento ultramarino de Francia. N. de la Red.
de piensos, y otras. Los agitadores hacen informes operativos a la poblacin, dictan conferencias, organizan charlas. Esto contribuye a explicar la poltica del partido en
los sectores importantes de la construccin socialista y a organizar el estudio y la utilizacin de la experiencia avanzada. Ya se han formado equipos de
agitadores en todas las regiones de la repblica. Unen subraya la necesidad de mejorar y afianzar las relaciones de los agitadores con ios colectivos laborales.
ELECTORALES
Se ha celebrado en la ciudad de Arcueil, cerca de Pars, la Conferencia Nacional del Partido Comunista Francs dedicada a los preparativos para las elecciones municipales que tendrn lugar en marzo del ao que viene. En la resolucin aprobada por los participantes de la conferencia se dice que, habida cuenta de que el pas es gobernado por las fuerzas de izquierda, las elecciones de 1983 constituirn una etapa importante de la amplia lucha por las reformas sociales y democrticas en consonancia con la aspiracin del pueblo trabajador de Francia al progreso social y mayores libertades. La alianza y los xitos de las fuerzas que se pronuncian por e cambio, pueden y deben fortalecer la voluntad de las masas para vencer a la derecha, asegurar la justicia social y el continuo ascenso del pas, afianzar el creciente papel de los rganos locales de poder, reforzar las posiciones de la izquierda en todas las comunas y conquistar la mayora en los nuevos ayuntamientos. La Conferencia Nacional llam a los comunistas a desarrollar en todos los frentes la preparacin para las elecciones municipales. El GUADALUPE primer problema de actualidad seala el documento es el proPARA SER cedimiento de votacin. El PCF considera que el principio de reDISCUTIDO EN CADA presentacin proporcional es comprensible y equitativo. Permite aseFAMILIA gurar la ms justa representacin de las distintas corrientes polticas, su participacin en la vida de El Partido Comunista Guadalulas comunas, y ofrece la posibili- pense ha publicado el documento dad de tener en cuenta la volun- Por las transformaciones en Gua-
PREGUNTA RESPUESTA
la verdad sobre nuestro proceso revolucionario. Ese medio no poda menos de ser una radiodifusora. El equipo original de personas con que contaba la inapreciable iniciativa de instalar nuestro medio de comunicacin masiva, estaba compuesto por periodistas bisnos, recin egresados de la Universidad de El Salvador, por operadores y locutores de radiodifusoras comerciales y otros colaboradores entusiastas, capaces de escribir, perifonear o darle cuerpo a un programa de radio, pero que saban tanto de la tcnica de instalacin, funcionamiento y mantenimiento de una radiodifusora como de biologa espacial. Pero esto sio fue ningn bice para seguir adelante hasta hacer carne de realidad el proyecto. Desde el exterior fueron introducidas las partes del transmisor y dems implementos necesarios para su funcionamiento. Algunos mnimos detalles y generalidades, explicados a quien hiciera la compra, se reducan a indicar, con papelitos pegados al aparato, este es el botn de encendido, teste botn es de volumen, swiich para corriente alterna, etc. Se careca de instrucciones precisas para la bsqueda del punto en el dial, o sea los 40 metros en que deba aparecer. Megahertzios? Pero qu lenguaje es ese?, se preguntaba alguien al momento de tener los aparatos frente a s. Sin embargo, rpidamente el equipo de trabajo se impregn de lo esencial y se hicieron las primeras pruebas: xito! El trabajo de instalacin se hizo como en una carrera contra el reloj, puesto que se esperaba un acontecimiento: el inicio de la ofensiva general del FMLN, la que vendra a ser, en la historia de esta organizacin, el inicio formal de la guerra popular revolu-
Como todos los demcratas de verdad, sigo con gran emocin y solidaridad las acciones de los patriotas salvadoreos del Frente barabnda Mart para la Liberacin Nacional. Los comunicados de prensa de El Salvador mencionan con frecuencia Radio Venceremos, de dicho Frente. Pero hasa el momento no he tenido la oportunidad de leer un material especfico sobre esta emisora. Puede su revista brindarme esa oportunidad? RAJAMANHAL SINGH, Bombay, India Esta solicitud del lector fue transmitida por la Redaccin al miembro de la Comisin Poltica del CC del Partido Comunista de 1 Salvador, Jaime BARRIOS. Publicamos a continuacin su relato. Todos los das, a las seis de la maana y a las seis de la tarde en punto, desde el departamento de Morazn, las ondas hertzianas se expanden llevando estas palabras de identificacin: Aqu Radio Venceremos, voz oficial del Frente Farabundo Mart para la Liberacin Nacional, transmitiendo su seal de libertad desde El Salvador, Centroamrica, contra la opresin y el imperialismo . . . Corriendo a la velocidad de la luz, las ondas alcanzan todo el Caribe, el Sur de los Estados Unidos, Mxico, Amrica Central, Colombia y Venezuela. [Qu fcil resulta expresar en pocas palabras, sentado ante el teclado de la mquina de escribir, estas primeras lneas! Sin embargo, cuan difciles son los problemas que el equipo encargado de transmitir dos horas diarias ha resuelto, y resuelve cotidianamente, desde antes que Radia Venceremos saliera al ter y durante su funcionamiento. Solamente ha interrumpido sus transmisiones dos das en sus dieciocho meses de existencia. A guisa de datos para una biografa de Radio Venceremos, la cual algn da se escribir, consignaremos los siguientes. Desde que se instal la Junta niilitar-demo'Cristiana, se recrudeci, hasta lmites extremos, el slenciamiento de aquellos medios de comunicacin masiva en manos de personas o entidades que estn al lado de la causa popular. La emisora catlica La Voz Panamericana fue dinamitada. Los peridicos El Independiente, La Crnica del Pueblo siguieron igual suerte, al igual que la Agencia Periodstica Independiente. Una vez logrado el silenciamiento de la prensa y radio legales, la Junta militar-democristiana estableci la censura y control totales sobre los medios de difusin tradicionales. Peor que las prdidas materiales, causadas por las fuerzas represivas, fueron los asesinatos de periodistas demcratas y revolucionarios, en quienes la sevicia de sus verdugos se ceb en forma monstruosa. En estas condiciones, en que hasta el hecho mismo de tener una octavilla del FMLN o del FDR, en el momento de ser cateada una casa o de ser capturado un ciudadano, significa la muerte, las fuerzas revolucionarias procuraron encontrar el medio de comunicacin con las grandes masas salvadoreas y llevar fuera de las fronteras patrias, en forma rpida,
EN EL ESPEJO DE LA PRENSA
UNEN joramiento del trabajo ideolgico y de educacin en los colectivos laborales, tarea planteada ante los comunistas por el XVII Congreso del PRPM y por los sucesivos Plenos del CC del partido. Ya se ha acumulado una gran experiencia en lo que respecta al trabajo ideolgico, poltico y de educacin. Pero seala Unen, hay que procurar actualizar el contenido de esta actividad y hacer que sus formas correspondan a los intereses de los trabajadores. El peridico muestra como ejemplo la regin central del pas donde durante el ltimo lustro desarrollan su actividad en todas las unidades de produccin los llamados agitadores-organizadores. Ahora son 800 y participan en importantes campaas que se llevan a cabo en la economa nacional: la cosecha de los cereales, el acopio
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clonara en El Salvador. Esta comenz el 10 de enero de 1981 y el mismo da Radio Venceremos transmiti la orden de la Comandancia General del FMLN que daba cuenta que la ofensiva general haba principiado. Cubierta la primera fase de la ofensiva general, Rado Venceremos continu sus transmisiones, a veces hasta tres veces diarias, en condiciones extremadamente difciles, principalmente cuando el enemigo dirigi sus operaciones ofensivas contra casi todos nuestros frentes en forma simultnea con el propsito de fijar nuestras fuerzas en sus posiciones e impedir, de este modo, la realizacin por nosotros de una segunda oleada ofensiva. Hasta el mes de mayo, en que fracasa la Junta militar-democrisiana en sus propsitos, Radio Venceremos haba hecho alrededor de 300 transmisiones durante 125 das ininterrumpidos, las cuales sumaron, aproximadamente, un total de 340 horas de transmisin. Esta fue una importante victoria del FMLN en el terreno de la propaganda e informacin de guerra. Valorando este hecho, el Comandante Joaqun Villalobos ha dicho: Pensar que en El Salvador podran llegar a sobrevivir y asediar militarmente al enemigo unidades regulares permanentes de los revolucionarios es ya algo trascendental. Pensar que existe una Radio que el ejrcito sabe en donde est y que no puede hacer nada para acallarla, es, simplemente, una prueba de lo cerca que est la victoria para el pueblo salvadoreo. Efectivamente, nuestros enemigos conocen la localizacin de nuestra radioemisora. Barcos espas norteamericanos, que han estado surtos en el Golfo de Fonseca durante largos meses, proveyeron al Estado Mayor de la Fuerza Armada enemiga de toda la informacin precisa a lin de silenciarnos. En base a esto, en diciembre del ao anterior, se traz Ja destruccin de Radio Venceremos. El 14 de diciembre, el Alto Mando del ejrcito comunic a la prensa nacional y extranjera que en el Departamento de Morazn fue capturada la emisora clandestina Radio Venceremos y todos los equipos, propaganda, cassetes, discos, instrumentos y accesorios.
Adems, ofreci a los periodistas mostrar todo lo decomisado. Este ofrecimiento jams fue cumplido porque, sencillamente, no hubo tal captura. El equipo de combatientes de Radio Venceremos, ante el peligro inminente de que cayera en manos enemigas la radiodifusora, debido a la fuerte presin de los ataques, que en el sector de transmisin alcanzaba los dos mil efectivos, la trasladaron, en agotadoras jornadas, a otro lugar del pas. Uno de los miembros del equipo nos refiri que apenas haban llegado al Jugar de abrigo y descargado el transmisor e implementos, se aprestaban a descansar cuando se les dio la orden de retornar inmediatamente. As se hizo. El desplazamiento slo dur dos das, corto lapso de tiempo durante el cual Radio Venceremos interrumpi sus transmisiones, la nica interrupcin habida en ao y medio de trabajo. De tal manera, que el triunfo pro-clamado por el ejrcito se transform en rotunda derrota el 16 de diciembre cuando la radio rebelde sala nuevamente al aire. La lnea de informacin de Radio Venceremos es decir la verdad y solamente la verdad, y esta verdad le duele al rgimen como yodo en herida abierta. La seal de libertad que se ha transformado en orientadora y organizadora de las masas salvadoreas, llega a toda el rea, ya mencionada, trasciende al mundo que se da cuenta de la lucha heroica de un pueblo dispuesto a conquistan su liberacin definitiva. En los campamentos guerrilleros y en aldeas y pueblos que se encuentran en territorios controlados por el FMLN, se han organizado crculos de comentario y discusin en torno a los .editoriales, informes y dems contenido de las transmisiones. iPrincipalmente en las noches, tales crculos se renen (dirigidos por , comisarios polticos. En forma pedaggica se hacen los resmenes que se transforman en charlas sobre la situacin actual, tanto nacional como internacional. Semejantes crculos se han formado tambin en las ciudades, en forma clandestina, por supuestoj Esta es una manera de organiza-
cin nueva de las masas populares, ya que requiere un responsable del crculo, que se tenga a mano tocacintas (ya que graban los programas de la difusora] y haya casas en donde reunirse. Si el control de las autoridades se hace insoportable, los cassetes con las grabaciones se transmiten de casa en casa. As es como aparecen en las fbricas y establecimientos, escuelas y mercados. A su vez, los miembros de los crculos escriben comunicados informativos y cartas con preguntas que llegan, por canales clandestinos, a la zona de ubicacin de la emisora. Esto ayuda al equipo de la misma a captar muchas cosas sin estar en el lugar de los hechos. En qu forma se realiza la radiodifusin? Entre las secciones de Radio Venceremos, adems de la editorial y .la de noticias, se encuentran la de reportajes en el propio lugar de los combates, entrevistas con los dirigentes del FMLN y FDR, declaraciones de personalidades extranjeras. Asimismo, se encuentra la seccin de noticias personales que incluye saludos a familiares y la seccin litejraria que recoge primicias de sus colaboradores y oyentes. Radio Venceremos es una escuela de insurreccin armada. Alecciona a las masas sobre la forma de preparar armas; cmo hacer almacenamiento de medicinas y vituallas y cmo debe combatirse en las ciudades. Todo eso es necesario para coordinar la accin de miles y miles de personas. Como resumen de todo lo anteriormente escrito, podemos decir, con toda propiedad, que la existencia de Radio Venceremos se debe a la voluntad tesonera de un equipo de luchadores revolucionarios apoyados por las masas de nuestro pueblo. Un combatiente nos deca: Cada gota de gasolina que se ocupa en el generador de nuestra radio, representa mil peripecias y sacrificios. Y esos sacrificios y peripecias no son vanos: permiten mantener viva la voz de nusstro pueblo combatiente encabezado por el FMLN y el FDR. Con combatientes de esta estirpe, la victoria final del pueblo- salvadoreo est asegurada. Venceremos!
Los partidos comunistas y obreros dedican creciente atencin a los problemas relacionados con la lucha por un nuevo orden informativo internacional. A este tema estuvo dedicado nn simposio organizado en Praga por R e v i s t a I n t e r n a c i o n a l . Las palabras de apertura estuvieron a cargo del jefe de Redaccin, S. TSUKASOV. En el debate tomaron parte los representantes de los partidos hermanos en la revista: JERNIMO CARRERA (miembro del CC del Partido Comunista de Venezuela); GEOR6 KWIATOWSKI (Partido Comunista Alemn); IBRAHIM MALIK (miembro del CC del Partido Comunista de Israel); JACK PHILLIPS (Partido Comunista del Canad); AGAMEMNON STAVROU (miembro del CC del AKEL, Chipre); RAL VALBUENA (miembro del CC del Partido Comunista Colombiano); MANUEL DELGADO (miembro del CC del Partido Vanguardia Popular de Costa Rica); RAL VALOES VIVO (miembro del CC del Partido Comunista de Cuba); FLIX DIXON (miembro del CC del Partido del Pueblo de Panam); JERZY WASZCZUK (Partido Obrero Unificado Polaco); SAMUEL BEHAK (Partido Comunista del Uruguay); JOS LAVA (miembro del Bur Poltico del CC del Partido Comunista de Filipinas); as! como JOHN NKOSI (Partido Comunista Sudafricano); Y. ZASURSKI (Profesor, decano de la Facultad de Periodismo de la Universidad Estatal de Mosca, URSS); Y. KASHLEV (Doctor en Ciencias Histrica, vicepresidente de la Comisin de la URSS para la UNESCO); ALICE BUNZLOVA (docente, jefa de ctedra de la Facultad de Periodismo de la Universidad Carolina de Praga, RSCnS), y SLAVOI HASKOVEC (docente, vicedecano de la Facultad de Periodismo de la Universidad Carolina de Praga, RSChS). A continuacin ofrecemos nn resumen de las principales conclusiones del debate.
LOS MEDIOS DE COMUNICACIN DE MASAS (MCMJ desempean un papel cada vez ms importante en la vida socio-poltica y cultural de la humanidad. Hoy da, en el globo terrestre hay ms de 30.000 emisoras de radio, 1.300 millones de receptores y 500 millones de televisores. Diariamente, en el mundo se editan 8.200 peridicos con una tirada sumarla de 440.000.000 de ejemplares, decenas de miles de otras publicaciones peridicas y cerca de 1.800 ttulos de libros. No es casual que en los ltimos decenios haya cobrado carta de naturaleza el trmino explosin informativa. El progreso en la esfera de la comunicacin y los medios de imprenta, acelerado por la revolucin cientfico-tcnica, facilita a los mass media inusitada operatividad y la capacidad de influir rpidamente en un enorme auditorio.
Esta circunstancia adquiere extraordinaria importancia en vista de la agudizacin de la lucha ideolgica en la palestra internacional. En el lmite de los afios 70 y 80, el imperialismo intensific bruscamente los ataques contra las fuerzas de la paz y del progreso social, contra los cambios sociales positivos, contra la poltica de paz de la Unin Sovitica y otros pases socialistas, principal obstculo que se opone a la realizacin de los planes reaccionarios del capital monopolista. En esta confrontacin los medios de comunicacin de masas ocupan un lugar particularmente importante ejerciendo influencia directa en la atmsfera internacional, en las relaciones entre los pases y pueblos. La prensa, la radio, la televisin y los documentales hacen que millones de personas sean partcipes de los acontecimientos en cualquier punto del planeta, contribuyen activamente a la or-
macin de la opinin pblica respecto a los problemas cardinales de la poltica mundial. El clima internacional, la posibilidad de prevenir una nueva guerra funesta, la solucin de los problemas globales de la humanidad y el grado de confianza mutua dependen en gran medida de la informacin que se divulga en diferentes latitudes. La creciente importancia de la informacin en la vida de la humanidad estimul el surgimiento de la Idea de un nuevo orden informativo internacional [N01I]. Qu significa este concepto? Como ha mostrado la discusin en el simposio, presenta dos aspectos principales: en primer lugar, la necesidad de elaborar y establecer las normas del intercambio internacional de informacin sobre bases democrticas y, en segundo'lugar, la necesidad de poner en pie. un sistema de comunicaciones masivas que abarque toda la geografa mundial y que permita realizar este intercambio sobre la base de la igualdad de derechos, en inters de todos los pases y pueblos. El nuevo orden informativo internacional no est llamado a sustituir un cierto orden viejo porque, en realidad, ste no existe. Se trata de establecer por primera vez las normas democrticas de las relaciones internacionales en la esfera de la informacin a escala global y de crear tambin por primera vez un sistema mundial de comunicacin de masas. En la historia de la humanidad no hay precedentes de este gnero. La lucha por este nuevo orden slo comienza.
formacin negativa calamidades, accidentes, el hambre, conflictos religiosos intercomunitarios constituye una excepcin. Por lo que atae a los adelantos socio-econmicos de los pueblos emancipados, bien se silencian bien se tergiversan, son tratados de manera tendenciosa. Por eso la actividad de los monopolios informativos capitalistas en la palestra Internacional se define como imperialismo informativo. Esta nocin apareci en el lxico poltico y cientfico a mediados de los aos 70. Y en seguida se pusieron en campaa contra ella los idelogos de la burguesa tratando de presentarla como una tesis meramente propagandstica de los comunistas, que no refleja la realidad. Incluso en crculos prximos a las fuerzas progresistas no siempre alcanzan a ver tras esta nocin el fenmeno complejo y objetivo que refleja su carcter clasista. La doctrina leninista sobre el imperialismo permite probar convincentemente que en la esfera de la informacin rigen tambin las leyes fundamentales del modo capitalista de produccin y se manifiestan las tendencias generales del desarrollo de la sociedad burguesa en la fase estatal-monopolista. En el curso del simposio se seal que las caractersticas fundamentales de la organizacin actual de los medios burgueses de comunicacin masiva encajan en el sistema de rasgos distintivos del imperialismo descubiertos por Lenin. La concentracin de la produccin y del capital se manifiesta ante todo en la creciente monopolizacin del mercado capitalista de informacin, donde a lo largo de los ltimos decenios se estableci el dominio ilimitado de varios gigantescos consorcios. En la zona no socialista del mundo stos controlan cerca del 80% de la tirada de los diarios, el 90% de las emisoras de radio de diapasn internacional, el 95% de las potencias de televisin. Casi el 80% de la informacin que se divulga en los pases capitalistas y en vas de desarrollo procede de los teletipos de las cuatro agencias burguesas ms importantes: United Press Jnternational [UPIJ, Associated Press [AP], Reuter y France-Presse. Si hablamos de la tendencia a la usin del capital bancario e industrial, sta se expresa, en lo que a la informacin se refiere, en la creacin de poderosas e influyentes agrupaciones editorial-financieras. Por ejemplo, hasta hace poco la agencia UPI perteneca al grupo financiero Edvard W. Scripps que posee 31 peridicos y varias estaciones de radio y televisin, y que, en junio de 1982, fue comprada por la agrupacin Media News Corporation. En Gran Bretaa cuatro grandes grupos editorial-financieros controlan el 86% de la tirada total de peridicos. No menos evidentes son las manifestaciones de otro rasgo del imperialismo, a saber, la exportacin del capital a la par con la exportacin de mercancas. Si hasta los aos 70, la principal preocupacin de los consorcios informativos consista en difundir su propia produccin en otros Estados, ahora aspiran a ocupar posiciones clave mediante la creacin de empresas subsidiarias de prensa, radio y televisin y a supeditar los mass media nacionales por medio de la concesin de ayuda financiera y tecnolgica. As, en Colombia, segn datos citados en el simposio, el consorcio norteamericano Chrysler Colmotors Corpo-
ration se convirti en uno de los copropietarios de informacin masiva con el establishment poltico de la radiocadena Caracol, la mayor del pas, y la Colum- la sociedad burguesa. Sin embargo, cuando los rgabia Eroadcasting System, que tambin tiene su sede nos informativos son privados, su independencia es principal en los Estados Unidos, controla junto con el asimismo ilusoria. Los propietarios de los peridicos pool de las telecompaas locales dependientes de y revistas, estaciones de radio y televisin y de las agencias noticiosas son representantes de la clase de ella el 70% de los programas de televisin. Un rasgo inherente al imperialismo informativo, co- los capitalistas. Por eso, en las informaciones sobre mo al imperialismo en general, es la formacin de los acontecimientos ms importantes, la prensa, la uniones monopolistas internacionales, poderosas cor- radio y la televisin privadas ocupan inevitableporaciones transnacionales. Quince compaas de este mente las posiciones de esta clase incorporndose al tipo dominan en la produccin de equipos de radio sistema de regulacin esatal-monopolista de la actiy televisin, de tcnica electrnica para la prensa, de vidad de los medios de informacin masiva. satlites de retransmisin y otros eslabones de la InEl entrelazado de los intereses y las relaciones de fraestructura tcnica de los MCM. Las transnaciona- la poltica, del gran negocio y de la prensa condujo, les compran emisoras de radio y televisin, los peri- al decir del conocido diplomtico e historiador nortedicos y revistas, penetran directamente en el mercado americano George F. Kennan, a la formacin de una inormativo. El capital norteamericano juega el pa- compaa muy heterognea, pero numerosa y chipel protagonice en diez de estas corporaciones. No llona1. A veces, es incluso difcil determinar en qu es de extraar que precisamente desde los Estados acciones propagandsticas llevan la voz cantante los Unidos se oriente y se coordine cada vez en mayor crculos gobernantes y en cules, los empresarios primedida la actividad de los centros del imperialismo vados. Por ejemplo, el mito de la amenaza sovitica informativo. sirve a los gobiernos de las potencias imperialistas Todo esto, sin embargo, no atena las contradic- para justificar su poltica exterior agresiva; para los ciones y los enfrentamienos competitivos entre los businessmen del complejo militar-industrial consticentros de diferentes pases capitalistas, lo cual cons- tuye un argumento en la lucha por nuevos pedidos y tituye el quinto rasgo del imperialismo: la divisin ganancias; para los directivos de la informacin madel mundo en esferas de influencia, en este caso, de siva es un cmodo clis que permite captar permainfluencia informativa. La lucha por la influencia en nentemente la atencin del auditorio con ayuda de la esfera de la informacin reviste actualmente un horrorficas noticias sensaclonalistas. De este modo, carcter particularmente amplio. Si en la divisoria aunque las intenciones subjetivas de los integrantes de los siglos XIX y XX, las fuerzas imperialistas se del coro propagandstico pueden ser diferentes, objedisputaban principalmente el control de una u otra tivamente sus voces SG unen para defender la poltiregin del mundo no civilizada, ahora su diktat in- ca de la clase gobernante. formativo se extiende incluso a pases que se encuenClaro est que entre diversas agrupaciones de la tran en la fase estatal-monopolista de desarrollo. Los participantes del simposio destacaron que desde burguesa surgen determinadas y, a veces, profundas el punto de vista del contenido de los torrentes infor- contradicciones que se reflejan en las actitudes de la mativos ciertos Estados como, por ejemplo, Blgica, prensa, la radio y la televisin. Durante la aventura Holanda y Dinamarca dependen de las corporaciones vietnamita, por ejemplo, algunos medios norteameritransnacionales en no menor grado que muchos pa- canos de comunicacin adaptaron un tono crtico respecto a la Administracin, y es que esos medios se ses de Asia, frica y Amrica Latina. hallaban controlados por un sector de la clase goberLa ciencia rnarxista-leninista define tambin el imperialismo como capitalismo monopolista de Estado, nante que no estaba interesado en proseguir la agreque se caracteriza por el estrecho entrelazamiento de sin. Podramos recordar tambin las sonadas campalos intereses y funciones de los crculos gobernantes as desplegadas en los Estados Unidos en torno al de los Estados capitalistas con los intereses de la affaire Watergae o las denuncias de la corrupcin burguesa monopolista. De qu modo se concreta en el aparato personal de los presidentes. Pero cuando surgen problemas que ataen a las bases del reste rasgo en el imperialismo informativo? gimen capitalista, la prensa privada se quita la caProcurando demostrar que los MCM en el mundo reta de la independencia y se alza en defensa de del capital tienen libertad e independencia para los crculos gobernantes2. elegir su posicin, los idelogos burgueses suelen En el desarrollo de los medios burgueses de inforargumentar que la produccin y la divulgacin de la macin masiva se perfila una tendencia al fortaleciinformacin son un asunto privado, por lo cual est protegido contra la influencia de las autoridades. Es- miento en ellos de las posiciones de los representantes de las fuerzas reaccionarias. Contribuye sobre tota tesis tambin se analiz en el simposio. do a ello la constante penetracin en la esfera inforEn una serie de pases capitalistas, parte de los mativa de monopolios relacionados estrechamente con mass media pertenece directamente al Estado. En al- el complejo militar-industrial o que forman parte de gunos casos, tal situacin es resultado de las con- l, en particular, IBM, Westinghouse y Western Elecquistas de los crculos democrticos como, por ejem- tric norteamericanos, Matra francs y los monopoplo, el status social de la radio y la televisin esta- lios gerrnanooccidentales Siemens y AEG-Telefanken. tales en la EFA. A decir verdad, los comunistas y los representantes de otros movimientos democrticos se * G. F. Kennan. The Clona o} Danger, Boston, 1977, ven obligados a luchar constantemente contra el empleo de estos medios con fines reaccionarios. En otros p. 2 153. Vas para ms detalle: James West. Tentculos de los casos se trata de la fusin directa de los rganos de pulpos monopolistas. "Revista Internacional, Na 5 de 1981.
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Los puntos de vista ideo-polticos de los grandes propietarios predeterminan siempre la lnea de conducta de los rganos de prensa, radio y televisin que les pertenecen. El magnate periodstico internacional Roy Thomson reconoci en cierta ocasin que la gente rica suele ser conservadora. En el simposio se citaron casos de periodistas que haban sido expulsados de los medios capitalistas de comunicacin masiva porque sus puntos de vista parecan insuficientemente conservadores a los propietarios de dichos medios. Los periodistas estn sometidos tambin a intensas presiones y manipulaciones por parte del Estado burgus. Es del dominio pblico que los comentaristas de los peridicos y revistas britnicos reciben regularmente circulares con los lineamientos propagandsticos del Ministerio del Exterior. Escandalosas denuncias hechas en los Estados Unidos revelaron que 400 periodistas norteamericanos muchos de ellos, de renombre llevaban largos aos escribiendo artculos al dictado de la CA, o limitndose a firmar materiales que les enviaba la agencia. El imperialismo informativo es una forma peculiar de lucha del rgimen caduco contra las fuerzas revolucionarias y progresistas de la contemporaneidad. Como ideologa, significa la prdica del anticomunismo, de la desigualdad social, del militarismo y el odio racial. Como poltica, es un complejo de medidas reinadas para socavar las bases del rgimen social en los Estados en que triunf la clase obrera, para debilitar la influencia que ejerce su ejemplo en otros pueblos, para desacreditar a los movimientos revolucionarios y de liberacin nacional. Los MCM burgueses tratan de ocultar y tergiversar la verdad sobre el socialismo real. La informacin acerca de la vida de los pases socialistas, su poltica interior y exterior, se atiene, por regla general, a los tradicionales cliss anticomunistas de la propaganda imperialista. Los monopolios informativos silencian o falsifican burdamente la actividad de los partidos comunistas y obreros. Por lo general, a los comunistas de la zona no socialista del mundo les cuesta mucho acceder a los mass media estatales o privados; no tienen la posibilidad de exponer sus posiciones clasistas de principio en las pginas de grandes publicaciones burguesas, de intervenir por radio o televisin. El imperialismo informativo es el principal obstculo en el camino hacia un nuevo orden informativo internacional. La creacin de una alternativa real a atjul, la resistencia a las tendencias imperialistas en la esfera de la informacin es una tarea actual de las fuerzas progresistas. Dos enfoques opuestos La idea del nuevo orden informativo internacional entr en la vida poltica de la humanidad hace varios aos. Entre los factores que ms contribuyeron a su aparicin conviene sealar dos virajes radicales en la situacin internacional. El primero es el establecimiento de la paridad estratgico-militar entre las principales potencias imperialistas y los pases de la comunidad socialista. Como consecuencia de ello, a
mediados de los aos 70 se produjo el paso de la confrontacin a la distensin internacional y la revisin de las relaciones EsteOeste en diferentes esferas, incluida la informacin. Precisamente en aquel perodo, los 35 pases participantes en la Conferencia sobre la Seguridad y la Cooperacin en Europa (Helsinki, 1975) emprendieron por vez primera esfuerzos concretos para elaborar los principios del intercambio informativo entre los Estados de distinto signo social, que fueron recogidos en un apartado especial del Acta Final de este foro. El segundo viraje es el que seal la sbita activacin del movimiento de los pases en vas de desarrollo, ante todo de los no alineados, por la reestructuracin del orden econmico internacional y de todas las relaciones internacionales. Entre los participantes de este movimiento se afirm la conviccin de que su lucha por la igualdad econmica y poltica deba ser respaldada con la aspiracin a la independencia informativa, considerando su conquista como la fase culminante del proceso de descolonizacin. Aunque en varios documentos internacionales ya se han establecido algunos elementos importantes del nuevo orden informativo internacional, queda mucho por hacer hasta llegar a una concepcin integral, clara y coherente del mismo. Las posturas de principio de los partidarios y adversarios de este nuevo orden se pusieron de manifiesto en el marco del debate sostenido en torno a la Declaracin sobre los principios fundamentales concernientes al aporte de los medios de informacin masiva al fortalecimiento de la paz y Ja comprensin mutua, al desarrollo de los derechos del hombre y a la lucha contra el racismo y el apartheid y la propaganda de la guerra, aprobada en noviembre de 1978 por la Conferencia General de la UNESCO. La importancia de este documento, que formula una serie de normas de actividad de la prensa, la radio, la televisin y las agencias noticiosas, consiste en que orienta a los medios de informacin masiva a ponerse al servicio de la causa de la paz, la comprensin mutua y la amistad entre los pueblos. En la declaracin se destaca la necesidad de acabar con la propaganda de la guerra, el neocolonialismo, el racismo y el apartheid, de que los MCM brinden la posibilidad de escuchar la voz de los pueblos oprimidos en lucha. Por primera vez, en un documento internacional de nivel tan prestigioso se plante la exigencia de suprimir la desigualdad entre el flujo de informacin con destino a los pases en vas de desarrollo y el que procede de los mismos5, se subray la responsabilidad profesional de los periodistas por la interpretacin de los acontecimientos. De este modo, la declaracin reflej esencialmente el enfoque general de los problemas informativos sostenido por los Estados socialistas y liberados. Las potencias imperialistas no deseaban, en principio, la aparicin de semejante documento, se oponan a su aprobacin, y cuando a pesar de todo fue adoptado, arremetieron contra la Declaracin y contra la
1 Declaratton or Fundamental Principies Concerning the Contribution of the Mass Media o Strengthenlng Peace and International Understaning, the Improvement of Human Righs and the Struggle against Racism, Apartheid and Propaganda of War, Pars, UNESCO, 1979, p. 14.
UNESCO. Falsificando uno de los preceptos del Acta Final de la Conferencia de Helsinki, estas potencias tratan de imponer la frmula de la libre difusin de la informacin. La consigna del libre torrente de informacin se convirti en lema de quienes propugnan la concepcin burguesa del orden informativo. Los materiales de la llamada conferencia mundial de los medios independientes de comunicacin celebrada del 15 al 17 de mayo de 1981 en la ciudad francesa de Talloires, nos permiten juzgar del contenido de esta concepcin y de los objetivos perseguidos. La declaracin aprobada en Talloires contrapone a la idea del nuevo orden informativo internacional la tesis del orden informativo global. Esta diferencia en los trminos, que podra parecer irrelevante, tiene en realidad un profundo significado poltico. La ausencia de la palabra nuevo muRstra que los defensores del imperialismo informativo no piensan renunciar a sus posiciones, que no responden a la situacin actual en el mundo. La sustitucin de a palabra internacional por global significa que ese orden dara a los monopolios informativos de las potencias capitalistas el derecho a divulgar su produccin a escala global, sin tener en cuenta !as fronteras ni los intereses nacionales de otros pases. En qu debe basarse, segn los autores de la declaracin de Talloires, el libre flujo de informacin? En primer lugar, en el llamado pluralismo, es decir, la existencia de mltiples medios de comunicacin de masas que expresen supuestamente distintos puntos de vista; segundo, en la independencia financiera de estos medios, la cual se asegure con los ingresos procedentes de la publicidad, y tercero, en el deber profesional de! periodista de buscar la verdad. En las intervenciones de los participantes en el simposio se mostr claramente que las piedras angulares de ese concepto del orden informativo no son ms que una ficcin que se estrella cada da y cada hora con la realidad del mundo capitalista. De qu pluralismo puede hablarse si en los pases capitalistas se viens observando una acrecentada concentracin de los medios de comunicacin de masas? Por lo visto, los participantes en la conferencia de Talloires se referan a ese pluralismo del que habl The New York Times, en un arrebato de franqueza, poco despus de aprobarse la Declaracin de la UNESCO: Para los estadounidenses no puede haber libertad de expresin o de informacin "equilibrada" si no se concede esa libertad a quienes se pronuncian por el racismo y el apartheid y tambin por la guerra4. En cuanto a la publicidad, incluso los investigadores burgueses consideran desde hace tiempo que es una forma legalizada de soborno. En los EE.UU. y en muchos otros pases capitalistas, este rengln de ingresos de las publicaciones burguesas supera en muchas veces los beneficios producidos por la venta de los propios peridicos y revistas, pero les hace esto independientes? Pues basta que alguno de ellos diga algo que vaya en contra de los intereses bsicos de las firmas anunciantes para que el generoso torrente publicitario se convierta en un lamentable
The New York Times, 29 de noviembre de 1978.
arroyo o se agote por entero, poniendo en peligro la existencia de la imprudente publicacin. Por ltimo, en boca de los autores de la declaracin de Taloires suenan falsas las invocaciones al deber profesional de los periodistas de buscar la verdad. En Ja lucha contra la verdad, el imperialismo y los regmenes reaccionarios utilizan todos los mtodos: desde el soborno de los trabajadores de los mass media hasta la discriminacin de los periodistas democrticos y salvajes asesinatos. Todos conocen la triste trgica a veces suerte de colaboradores de los medios burgueses de comunicacin de masas que se atrevieron a revelar la verdad, las causas de unos u otros crmenes del imperialismo. Toda la ideologa y prctica de la sociedad burguesa empujan a los periodistas no hacia la bsqueda de la verdad, sino hacia una interpretacin de los acontecimientos que responda a los intereses de los magnates de la prensa, radio y televisin, a la poltica de las clases gobernantes. De ah la falsificacin, la burda tergiversacin de la realidad, la propensin al sensacionalismo, al manoseo de temas escabrosos, procurando distraer a la gente de la reflexin sobre importantes problemas sociales, sobre los destinos de los pueblos y de toda la humanidad. Por eso es tan gratuito el intento de los autores de la declaracin de Talloires de especular con conceptos tico-profesionales. En todos sus aspectos fundamentales, este documento es el antpoda de la Declaracin de la UNESCO, de los principios del nuevo orden informativo internacional. No es de extraar que fuera recibido con entusiasmo por los crculos imperialistas mas reaccionarios. Todava se encontraban en Talloires los participantes del encuentro, cuando un grupo de legisladores norteamericanos presentaba ya una mocin llamando a apoyar dicha resolucin, censurar a la UNESCO por la aprobacin de la Declaracin de 1978 y amenazarla con sanciones financieras. El antmperialismo exige consecuencia En el modo que enfocan los pases liberados los problemas del nuevo orden informativo internacional se observa, en primer lugar, una orientacin antiimperialista, la decisin de liberarse de la dominacin espiritual del viejo mundo; en segundo lugar, la motivada aspiracin a vincular estos problemas con la lucha por el nuevo orden econmico mundial, por la reestructuracin de lodo el sistema de relaciones internacionales en base a la igualdad de derechos. Al mismo tiempo, algunas concepciones del nuevo orden informativo internacional contienen tesis, apreciaciones y conclusiones con las que los comunistas como se seal en el simposio no pueden estar de acuerdo. Por ejemplo, al examinar problemas tanto econmicos como informativos, los representantes de una serie de pases liberados dividen a la humanidad en dos partes opuestas: el Norte rico y el Sur pobre. Este esquema, tomado de los arsenales de la propaganda burguesa, incluye en el Norte no slo a los Estados imperialistas, sino tambin a los socialistas, endosando al socialismo real cierta
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parte de responsabilidad por el atraso del antiguo mundo colonial en el desarrollo econmico y el intercambio internacional de informacin. Tampoco se puede considerar justo que toda la esencia del nuevo orden informativo internacional se reduzca nica y exclusivamente a las relaciones de los pases en desarrollo con las potencias capitalistas industriales. Despus de analizar de manera crtica esta posicin, los participantes en el simposio constataron que la brega por e establecimiento de ese orden tiene dimensiones mucho ms amplias, por cuanto los esfuerzos del imperialismo, incluida la esfera informativa, estn orientados no slo contra los pases liberados, sino tambin contra los Estados de la comunidad socialista, contra todas las fuerzas de la paz, la democracia y el progreso. Por ltimo, son ilusorias las esperanzas de solucionar el problema informativo por va puramente financiero-tcnica, con ayuda de los Estados imperialistas. Como es sabido, los EE.UU. hicieron a los pases en desarrollo una propuesta en este sentido durante la XX Sesin de la Conferencia General de la UNESCO, tratando de impedir que se aprobara la Declaracin. En algunos pases del Tercer Mundo que se pronuncian en apoyo del nuevo orden informativo internacional, se reprime la libertad de expresin, se violan las normas democrticas de actividad de la prensa, la radio y la televisin. Alegando semejantes hechos, los idelogos del imperialismo tratan de demostrar que el nuevo orden informativo conduce al establecimiento de la censura de los gobiernos sobre los medios de comunicacin de masas. No obstante, este orden no significa, en realidad, limitacin, sino ampliacin y ahondamiento de la democracia en la esfera de la informacin. La lucha por esta democracia est inseparablemente vinculada a los esfuerzos encaminados a asegurar a verdadera libertad de expresin en los pases sometidos hoy a regmenes reaccionarios. Tratando de meter cua entre los Estados liberados y socialistas, la propaganda imperialista utiliza la inconsecuencia y las vacilaciones de algunos representantes del Tercer Mundo en el enfoque del nuevo orden informativo internacional, que hallaron su expresin en las declaraciones de algunos polticos, en diversos estudios dedicados a la problemtica de la informacin, preparados en Asia, frica y Amrica Latina. No se puede acabar con el imperialismo informativo sealaron los participantes en la discusin dejando de lado aspectos suyos como son la guerra psicolgica y el sabotaje ideolgico contra el socialismo real, e! anticomunismo y el militarismo. Slo en base a la comprensin de esta necesidad objetiva podr crearse un amplio frente antiimperialista capaz de lograr la instauracin de la verdadera igualdad de derechos y de principios democrticos en la informacin. Los comunistas, partidarios del nuevo orden El simposio mostr que los comunistas consideran que la idea del nuevo orden informativo internacional es una reivindicacin democrtica de nuestros
das. Para establecerlo no basta con los esfuerzos de los gobiernos; se requiere el apoyo amplio y activo de la opinin pblica, de los movimientos progresistas de masas. Al mismo tiempo, en la poca del imperialismo esta idea adquiere inevitablemente un contenido clasista, proletario. El establecimiento del nuevo orden informativo contribuira notablemente a impulsar la lucha de clases en la palestra mundial por la solucin de las cuestiones cardinales de la contemporaneidad: el aseguramiento de la paz y la distensin, el desarme, la colaboracin de los Estados con distinto rgimen social. Tendra particular incidencia en los aspectos ideolgicos de la confrontacin clasista, excluyendo el empleo de medios y mtodos que contradicen a las normas del Derecho Internacional. La lucha ideolgica seal Leonid Brzhnev respondiendo a las preguntas del peridico francs Le Monde no debe convertirse en "guerra psicolgica", no debe utilizarse corno medio para inmiscuirse en los asuntos internos de los Estados y pueblos o conducir a la confrontacin poltica y militar. De lo contrario, esta disputa ideolgica puede desembocar en una catstrofe, en la que junto con millones de personas podran, digmoslo as, perecer sus concepciones 5 . La extensin de los principios de la veracidad y la objetividad de la informacin al terreno de la lucha ideolgica pondra en igualdad de condiciones a las partes opuestas. Es sabido que la mentira fue y es el instrumento preferido de la propaganda burguesa contra el movimiento organizado de la clase obrera, de todas las fuerzas revolucionarias. El recurso a toda clase de infundios, a la tergiversacin descarada de los hechos y la manipulacin de la opinin pblica concede al imperialismo determinadas ventajas, aunque stas sean de carcter temporal. Faltar a la verdad no cuesta trabajo escriba Lenin, pero para descubrir la verdad se requiere a veces mucho tiempo 6 . La afirmacin de los principios democrticos en la esfera de la informacin privara a la burguesa de estas ventajas, convertira el enfrentamiento ideolgico en una honrada emulacin de ideas. Como sealaran los participantes en el simposio, la necesidad de la lucha por el nuevo orden informativo internacional plantea una serie de tareas especficas ante los partidos comunistas y obreros. os partidos gobernantes de los pases de la comunidad socialista, desempean un importante papel en la lucha por la reestructuracin del sistema internacional de informacin. Por iniciativa suya, se han adoptado a nivel gubernamental y en distintos aos decisiones y documentos orientados a establecer en este terreno relociones nuevas de principio 7 .
L. I. Brzhnev. Por el camino de Lenln, t. 6, Mosc, 1978, p. 429. 6 V. I. Lenin. Obras Completas, 2a ed., Cartago, Buenos Aires, t. XIX, p. 61. 7 A propuesta de los pases socialistas, la ONU aprob en 1947 la resolucin fft 110 ( I I I ) que condenaba cualquier forma de propaganda que se planteara el objetivo o que fuera capaz de crear, o de acrecentar, una amenaza a la paz, de violarla o de originar un acto de agresin. Entonces se aprob tambin la resolucin N 127 (II),. que propona a los Estados miembros de la ONU adoptar medidas para combatir la divulgacin de noticias falsas o tergiversadas, que pudieran perjudicar las
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Al hablar del significado que tienen las acciones de los pases socialistas en la lucha por el nuevo orden informativo internacional, los participantes en el simposio subrayaron que la aparicin del Pas de los Soviets, primer Estado del proletariado victorioso, puso fin al absolutismo espiritual del capital en la palestra internacional. La transformacin del socialismo en un sistema socio-econmico mundial tuvo profundas consecuencias para la realizacin de cambios globales en el terreno de la informacin. Estableciendo y desarrollando, entre s y con otros muchos Estados, el intercambio de informacin en igualdad de derechos, los Estados socialistas ofrecen un modelo de lo que deben ser las relaciones verdaderamente justas en esta esfera. Cumpliendo las indicaciones de los congresos de los partidos comunistas y obreros de- sus pases, la prensa, la radio y la televisin de la comunidad socialista luchan activamente contra la subversin ideolgica y las campaas anicomunisas de la propaganda burguesa, contra el imperialismo informativo. No es casual que el Presidente Reagan haya promovido, como uno de los actos propagandsticos ms importantes de los EE.UU., un programa bautizado con el nombre altisonante, pero falso, de La verdad. El objetivo perseguido es contrarrestar la influencia de la informacin poltica exterior de la Unin Sovitica y otros Estados socialistas sobre cuestiones radicales de la vida internacional contempornea, de la emulacin de los dos sistemas. Pero los actos desarrollados en el marco del programa La verdad no justificaron las esperanzas de sus promotores. Como reconocen incluso los comentaristas burgueses, el teleshow poltico Que Polonia sea Polonia, en el que particip personalmente Reagan, fracas. Y no porque no se hubieran asignado los medios suficientes o por falta de especialistas calificadas en propaganda internacional. La causa del fracaso reside en que los autores de los materiales del programa La verdad temen y eluden los hechos autnticos, prefieren emplear los cliss anticomunistas ms primitivos de los tiempos de la guerra fra. Los comunistas del mundo socialista consideran que es su deber prestar ayuda internacionalista a los medios democrticos de comunicacin de masas en los pases en desarrollo y apoyar a las organizaciones progresistas de periodistas que propugnan el nuevo orden informativo internacional. Comprenden y apoyan la aspiracin de los pueblos de Asia, frica y Amrica Latina a crear sus propios sistemas de informacin, protegerse contra la expansin ideolgica del
imperialismo y terminar con el colonialismo espiritual. Prestndoles toda la ayuda posible en el desarrollo de la prensa, la radio y la televisin, as como en la preparacin de periodistas, los Estados de la comunidad socialista no tratan de imponerles como hacen las potencias imperialistas la imitacin de sus propias estructuras informativas, no exigen para s nungn privilegio. Los pases liberados componen el grupo ms numeroso y activo entre los partidarios del nuevo orden informativo internacional. Los comunistas de estos pases estn con ios que bregan por la creacin de servicios de informacin nacionales y regionales verdaderamente democrticos, denuncian los intentos de los monopolios imperialistas de la prensa de supeditar esos servicios, apoyan activamente la colaboracin paritaria en esa esfera. En la va para superar el imperialismo informativo, son importantes jalones la creacin de las agencias informativas caribea, panafricana, asitica y rabe y el Pool de agencias de prensa de pases no alineados8. La propaganda imperialista recibi de uas la aparicin de estas instituciones. Afirmaba, por ejemplo, que la unificacin de las agencias de los pases no alineados impedira el acceso de los pueblos de Asia, frica y Amrica Latina a la libre informacin. Los centros de informacin burgueses primero no queran reconocer a esto Pool y trataban de provocar su quiebra financiera, y ahora pretenden ponerlo bajo su control, convirtindolo en cierto pool informativo multinacional ds los pases capitalistas y en desarrollo.' Pero estas intenciones encuentran resistencia. Los participantes en el simposio prestaron gran atencin al papel de los comunistas de las potencias capitalistas industriales en la lucha por el establecimiento del nuevo orden informativo internacional. Este papel consiste, ante todo, en explicar a la opinin pblica a la par con otras reivindicaciones democrticas internacionales la necesidad de reestructurar las relaciones informativas, revelar el verdadero carcter de los medios burgueses de comunicacin de masas de sus respectivos pases, su misin social e ideolgica, la del antcomunismo y el anisovietismo y del apoyo a las fuerzas militaristas, reaccionarias; desenvolver ms ampliamente las distintas formas de lucha para limitar la omnipotencia del capital en la esfera de la informacin. Los partidos comunistas de una serie de pases capitalistas se pronuncian activamente por la implantacin del control, ejercido por los representantes de los trabajadores y sus organizaciones, sobre los grandes medios de comunicacin de masas. En particular, el relaciones amistosas entre los Estados. En 1959, los pa- Congreso del PCA, celebrado en Mannheim en 1978,
ses socialistas sometieron a la consideracin de la Asamblea General de la ONU un proyecto de convencan sobre la libertad de informacin que defina las exigencias de exactitud y objetividad presentadas a la Informacin y estableca el concepto de responsabilidad social por su divulgacin. Cabe recordar, adems, que en 1972 la delegacin de Blelorrusia propuso a la UNESCO preparar un. proyecto de declaracin sobre el empleo de los medios de comunicacin de masas en bien de la paz y la comprensin mutua internacional. Despus de muchos aos de discusiones y trabajo previo, en que participaron la Organizacin Internacional de Periodistas y otras fuerzas democrticas, de esta proposicin surgi la conocida Declaracin de la UNESCO de L978. s Se cre por decisin de la Conferencia de Jefes de Estado y Gobierno de tos pases no alineados, celebrada en Colombo en 1976. InicJalmcnte estaba Integrado por 26 pases, mientras que ahora son casi 70. El Pool tiene seis centros regionales: en Cuba, Yugoslavia, India, Irak, Tunicia y Marruecos. El volumen diarlo de la informacin suministrada alcanza cerca de 4U.OOD palabras. En comparacin con las mayores agencias cablegrricas, esto, desde luego, no es mucho, pero debe tenerse en cuenta que, por el momento, el Pool no utiliza plenamente sus capacidades debido al boicot y a la discriminacin por parte de la prensa burguesa de las potencias Imperialistas.
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incluy en su Programa la exigencia de la democratizacin de estos medios. En 1979, el PCA aprob el documento especial Por una poltica democrtica en la esfera de los medios de informacin masiva, en el que se formulan las tareas de los comunistas de la RFA en la lucha por una mayor participacin de los trabajadores en la gestin de las empresas de la prensa, radio y televisin, contra el crecimiento de la influencia de los monopolios en la esfera espiritual, por la nacionalizacin de los consorcios informativos9. En el simposio se indic que muchos partidos hermanos consideran que uno de los modos de oponerse al imperialismo informativo es el apoyo a los llamados medios alternativos de comunicacin de masas, los cuales, a pesar de sus limitaciones, tratan de dar una idea ms o menos objetiva de los acontecimientos que suceden, estar ms cerca de las necesidades y aspiraciones de la poblacin trabajadora. Se trata, desde luego, de la alternativa de izquierda a ]a prensa burguesa reaccionaria; por ejemplo, de algunos peridicos locales de orientacin radical. Los comunistas se seal en una serie de intervenciones apoyan a aquellas fuerzas que en el marco de la sociedad burguesa contribuyen al debilitamiento de la dominacin monopolista. El Partido Comunista del Canad adelant la proposicin de crear una red de peridicos de propiedad social, a semejanza de la Canadian Broadcasting Corporation, que concede a muchos canadienses la posibilidad de substraerse a la omnipotencia de los programas comerciales de los consorcios radiales y televisivos norteamericanos. El Partido Comunista de Austria considera que la defen9 Para ms detalle, vase e artculo Desenmascarando las ilusiones sobre la libertad de opinin, dfi Gerhard DeumHcti, tii Revista Internacional, I* 8 de 1981.
sa del monopolio del Estado en la esfera de la radio y la televisin es una de las condiciones para oponerse a los consorcios reaccionarios de la prensa. Para el desenvolvimiento del proceso de democratizacin de los medios de comunicacin de masas y la afirmacin de los principios del nuevo orden internacional en este terreno tiene p;irticular importancia como sealaron los participantes en el simposio el desarrollo y perfeccionamiento de la prensa comunist-i. El acrecentamiento de su prestigio, influencia social y masificacin est relacionado ante todo en opinin de mucios de los participantes con la combatividad y consecuencia en las direcciones fundamentales del movimiento antiimperialista contemporneo: la defensa de las ideas de la paz, la democracia y el progreso social. LOS RESULTADOS de la discusin mostraron que el internacionalismo de los comunistas incluye orgnicamente en s la solidaridad con quienes se,pronuncian por el establecimiento del nuevo orden informativo internacional. Pero os comunistas no slo se solidarizan, sino que ellos mismos hacen un aporte directo e importante a la brega por la materializacin de ese orden, considerndolo un eslabn de la reestructuracin democrtica de todo e conjunto de las relaciones internacionales. Se puede lograr, en las condiciones actuales, la realizacin de este objetivo que se plantea hoy en la agenda de la historia como resultado del desarrollo socio-poltico general de la humanidad? S, se puede. Pero bajo dos condiciones principales: si se asegura una paz slida en la tierra, conjurando la amenaza de una guerra termonuclear, y si se alcanza la eficaz unidad de accin de todas las fuerzas democrticas, antiimperialistas.
SON BASTANTE CONOCIDOS los objetivos fundamentales de la agresin norteamericano-israel en Lbano, que fue preparada abiertamente, a la vista de todo el mundo. De esos objetivos se habl tambin en nuestra revista1. Ahora analizaremos las circunstancias en que comenz esta accin criminal. Fue emprendida, como se sabe, poco despus de las manifestaciones populares que con singular fuerza y envergadura se desplegaron en las tierras palestinas ocupadas, contra los intentos de imponer la famosa administracin civil. Las autoridades israeles concibieron este acto como un paso hacia la anexin definitiva de los territorios ocupados por ellas en 1967. Pero la lucha de los habitantes de Cisjordania y del Sector de Gaza demostr a todo el mundo que las acciones de Te! Aviv tropiezan con la resistencia de los palestinos, unnimes en la voluntad de lograr el cumplimiento de sus legtimas exigencias nacionales: la retirada de los ocupantes, la creacin de un Estado palestino independiente, la realizacin del derecho de los refugiados palestinos a volver a sus lares, en consonancia con las resoluciones de la ONU. Con sus manifestaciones las masas populares reafirmaron su indisoluble cohesin en torno a la Organizacin para la Liberacin de P-alestina [OLP], el nico representante legtimo del pueblo palestino. En
1 Vase R. Samhoun. Cuando se quitan las caretas, *Revista Internacional*, NB 8 de 1962.
cuanto a los ocupantes, procedieron una vez ms con monstruosa crueldad y perpetraron crmenes sangrientos. Esto provoc la indignacin de la opinin pblica mundial, reforz el aislamiento internacional de los gobernantes de Israel e hizo que en el mundo se comprendiera mejor el carcter justo y legtimo de la lucha patritica que libran los palestinos. Creci ms que nunca el prestigio de la OLP. Pero en el Oriente Cercano existan otros factores de importancia, que juntos creaban un ambiente favorable para la agresin y, sin duda, eran tenidos en .cuenta por quienes planeaban la invasin y determinaban la fecha de su comienzo. Entre esos factores cabe destacar los siguientes. Primero, culmin el proceso de normalizacin de las relaciones entre Egipto e Israel, en el marco del cual el Sina quedaba guarnecido por fuerzas multinacionales: los promotores de la agresin podan, por lo tanto, prescindir definitivamente de uno (e los mayores pases rabes en sus clculos de la correlacin de fuerzas armadas. Segundo, la guerra entre Irn e Irak, que en dos aos de extenuantes combates agot a ambos pases, sobre todo a sus fuerzas armadas, impeda a la Resistencia Palestina ( R P ) , a Siria y a as Fuerzas Patriticas Nacionales Libanesas contar con los recursos materiales y humanos de Irak e Irn en calidad de reserva estratgica. Segn R. Eian, Jefe del Alto Estado Mayor israel, el conflicto militar en la zona del golfo Prsico cre condiciones idneas para la materializacin de los planes agresivos sionistas. Tercero, aumentaba la presencia militar de los EE.UU. y la OTAN en el golfo Prsico y el Mediterrneo: en el territorio egipcio se hallaban acuarteladas tropas extranjeras conforme a los acuerdos de Camp David, y !as fuerzas de despliegue rpido estadounidenses realizaban ejercicios en nuestra regin. Cuarto, se empeaban esfuerzos para amalgamar un bloque militar de los pases del golfo Prsico bajo la gida de Arabia Saud y en correspondencia con los planes de Washington relativos al cacareado consenso estratgico, llamado a unir sobre una base antisovitica a los regmenes reaccionarios de la regin, incluyendo a los signatarios de los acuerdos de Camp David. Adems de estos factores esenciales que favorecan la realizacin de la poltica de rapia de Tel Aviv, intervenan otros menos importantes, pero que tambin tomaba en cuenta el agresor. Nos referimos a las discrepancias en problemas secundarios, coyunturales, entre las fuerzas rabes que consideran necesario luchar contra el imperialismo, el sionismo y la
componenda de Camp David, y a la escasa eficiencia del Frente de Firmeza y Rechazo. Este ltimo factor cobr particular relieve en el momento preciso en que el Frente deba intervenir como una fuerza cohesionada de vanguardia impulsando a iodo el mundo rabe a elaborar una plataforma que asegurase aunque fuera el mnimo necesario para oponer resistencia a los invasores. La agresin israel desborda por su alcance el marco regional. Es tambin parte de la campaa de exacerbacin de la tensin internacional desplegada por la Administracin Reagan, la ms reaccionaria y agresiva de todas las que han gobernado los Estados Unidos en los ltimos tiempos. En el Oriente Cercano han estallado ya varias geas, convirtiendo esta regin en un peligroso foco de amenaza a la paz mundial. DURANTE LA INVASIN DEL LBANO se ha puesto de manifiesto un nivel cualitativamente nuevo de coordinacin entre Washington y Tel Aviv: se ha puesto en prctica el acuerdo de cooperacin estratgica, firmado por ellos en otoo de 1981. Los verdugos israeles, que perpetraban el genocidio en tierra libanesa, se sentan en todo momento respaldados por Washington. El propio Presidente Reagan se encarg de disculpar a los agresores, solidarizndose de hecho con la monstruosa mentira de Tel Aviv, que afirma que la invasin del ejrcito israelf tena carcter defensivo. De creer al inquilino de la Casa Blanca, las armas estadounidenses bombas, cohetes y proyectiles de artillera utilizadas por el agresor contra la poblacin civil de Beirut tambin eran defensivas. Washington no se limit a suministrar a Israel armamento moderno en particular armas prohibidas por los convenios internacionales (bombas de haces, de balines y de fsforo) 2 . Proporcion tambin a los intervencionistas la necesaria cobertura diplomtica y bloque la adopcin por el Consejo de Seguridad de la ONU de resoluciones orientadas a frenar la agresin. La conducta de la delegacin estadounidense fue francamente obstruccionista, constituyendo un desafo cnico sin precedentes a esa organizacin internacional, que minaba su eficiencia y su autoridad. El guin de la cooperacin estratgica fue elaborado y concertado de antemano. En cuanto comenz la agresin armada de Israel, Washington tom parte en la operacin camuflaje. Se aseveraba que la invasin del Lbano persegua objetivos limitados: proteger los asentamientos israeles fronterizos contra el Juego de la artillera y los morteros palestinos. Esa
2 Desde la constitucin del Estado de Israel, los EE.UU. le concedieron ayuda por valor de 14.900 millones de dlares. Ef B5% de los aviones de las Fuerzas Areas de Te) Aviv son de fabricacin estadounidense. El ejrcito fsrael dispone de 1.460 tanques M-60 y M-43 y de 4.QOO transportes blindados comprados en los EE.UU. El 90% de la artillera en primer trmino caones de 175 mm y obuses de 155 nim y de 203 m m , que disparan proyectiles de haces proceden igualmente de los arsenales del Pentgono. Cuando se escriba este artculo, ya haban sido enviados (o se planeaba enviar] a Israel 20 aviones F-15, 80D transportes blindados, 1.200 cohetes y otro material de guerra por la suma de 1.500 millones de dlares.
mentira serva para neutralizar a algunos crculos polticos vacilantes de los pases rabes. Y cuando las tropas israeles pasaron la raya que supuestamente haba sido fijada .como lmite de su penetracin en el territorio libanes, Washington cambi de lenguaje, apoyando sin reservas las pretensiones polticas ce Israel e insistiendo en que deban ser satisfechas como pago por el cese del avance de las tropas. Se exiga prcticamente la evacuacin del territorio libanes de todas las tropas extranjeras. De este modo, la bandidesca invasin perpetrada por el ejrcito israel se pona en la misma tabla que la presencia de los combatientes de la RP y de las unidades sirias pertenecientes a las fuerzas panrabes de mantenimiento de la paz, que fueron introducidas en el pas a peticin del Gobierno legtimo de Lbano y por decisin de la cumbre rabe. Por fin, una vez establecido por las tropas israelos el cerco de Beirut Oeste, los esfuerzos del emisario personal de Reagan, Philip Habib, cuyos hechos y palabras en la esfera diplomtica contaban con el respaldo sistemtico y brutal de la aviacin y la artillera israeles, se centraron en lograr que los destacamentos palestinos se retirasen de la ciudad asediada. Pero ya en esa etapa del desarrollo de la agresin estaba claro que el objetivo de los halcones sionistas iba mucho ms all de imponer la retirada de los combatientes palestinos de Beirut y del Lbano, se trataba de liquidar fsicamente a la Resistencia Palestina, ante todo a la direccin de la OLP. Esas brbaras intenciones se tradujeron en la masacre de la poblacin de la parte occidental de la capital libanesa por la infame soldadesca isruel, y en el planteamiento de unas condiciones a todas luces inaceptables para la salida de Beirut de los destacamentos palestinos. El bandidaje del ejrcito israel fue bendecido tcitamente por Washington. Pero la airada protesta de la opinin pblica mundial, las advertencias terminantes del Gobierno sovitico y la invencible firmeza de los heroicos defensores de Beirut obligaron a la Casa Blanca a maniobrar. R. Reagan manifest incluso su descontento por el excesivo desenfreno de su socio israel, pero el embajador de Tel Aviv en Washington, M. Arens, se apresur a puntualizar que ese descontento haba que considerarlo en el contexto de la ms estrecha cooperacin estratgica. La propia prensa estadounidense puso en tela de juicio la sinceridad del Presidente preguntndose no sin fundamentos: Tal vez no quiera compartir la responsabilidad por el trabajo sucio, pero, es que realmente no desea que lo hagan?3. El mismo peridico comentaba: Los Estados Unidos seran inconsecuentes si, al poner miras en los resultados estratgicos ms significativos de la operacin, no se mostraran transigentes con la tctica israel, por muy brutal que sea4. No dudamos de que Washington quera aprovecharse de estos resultados estratgicos ms significativos. Su primer objetivo consista en derrotar al movimiento nacional-liberador rabe y ejercer su propio dominio incomparido en la regin, estableciendo ante todo su control absoluto sobre los riqusimos re3 9
cursos energticos. Una vez convertidos en dueo omnipotente, los EE.UU. podran debilitar las posiciones de sus aliados y, al mismo tiempo, rivales, y tendran ms posibilidades para presionar econmica y polticamente sobre ellos. Semejantes clculos no podan menos de atizar las desaveniencias, ya de por sf bastante fuertes, entre Washington y sus socios eurooccidentales, en particular con Francia. Esta no quiere aceptar que los imperialistas norteamericanos establezcan su hegemona absoluta en el Oriente Cercano: los franceses suelen considerar al Lbano como esfera de su influencia tradicional. Pars expres su descontento ante la perspectiva de que Beirut fuese asaltado por tropas israeles y se ofreci a participar en las fuerzas multinacionales de interposicin. En a postura del Gobierno francs incidi asimismo la creciente ola de protesta de las fuerzas democrticas del pas contra los salvajes desmanes israeles y la ampliacin del movimiento de masas en defensa de los derechos legtimos del pueblo rabe de Palestina. Los comunistas franceses marchaban en las primeras filas de esos movimientos. SOBRE EL FONDO de la cooperacin estratgica de los participantes en la alianza nortearnericanoisrael se revel con toda claridad la humillante claudicacin de los regmenes rabes derechistas, que capitularon ante los designios imperialistas-sionistas y renunciaron a los objetivos patriticos nacionales. No mostraron el menor deseo de adoptar medidas de respuesta, ni siquiera mnimas, como, por ejemplo, contribuir a la convocatoria urgente de una cumbre rabe para formular una posicin nica [digamos de paso que en el pasado semejantes medidas slo sirvieron a menudo para .camuflar la falta de deseo de oponer una rplica contundente a los invasores). Con particular indignacin acogi la opinin pblica la vergonzosa negativa de Arabia Saud y otros Estados del golfo Prsico a utilizar en la lucha contra la agresin un arma estratgica tan eficaz como es el petrleo y las colosales reservas monetarias [ms de 200.000 millones de dlares] depositadas en bancos de Europa Occidental y Estados Unidos. El empleo de esta arma, o incluso una seria amenaza de emplearla, hubiese obligado a Washington a tirar de la rienda a sus protegidos de Tel Aviv. Pero los regmenes rabes reaccionarios ni siquiera rompieron las relaciones diplomticas con EE.UU. en seal de protesta contra su ayuda declarada al agresor. Triste contraste es la noble indignacin de los gobernantes de Arabia Saud, que suspendieron casi todas las relaciones con Gran Bretaa por haberse proyectado all un filme sobre la vida y la muerte de una princesa saud, con el servilismo de esos mismos gobernantes ante los protectores del genocidio contra los pueblos palestino y libanes. [Y qu valen las anodinas protestas verbales del rgimen de H. Moubarak, que incluso se neg a congelar las relaciones con el Gobierno de Begin, ese terrorista manchado de sangre! NO OBSTANTE, nada pudo quebrantar la voluntad de resistencia de los libaneses y los palestinos: ni la generosa ayuda militar, financiera y diplomtica que prestaban al agresor los EE.UU., ni las inauditas atro-
cidades cometidas por los invasores sionistas en tierra libanesa, ni la falta de unidad de los Estados rabes, ni la evidente traicin de los regmenes reaccionarios. El plan de guerra relmpago, elaborado por los estrategas de Tel Aviv, fracas. Se disip el mito de la invencibilidad del ejrcito israel. En el curso de la invasin se hizo claro como nunca que su famosa fuerza se explica ante todo por la debilidad de los ejrcitos regulares rabes que se enfrentaban a los israeles en el pasado. La colosal mquina de guerra embisti con toda su potencia contra el Lbano. Se supona que ms de 100.000 soldados, apoyados por mil tanques y protegidos por los ms modernos aviones de fabricacin norteamericana, someteran en contados das al Lbano, Siria y la Resistenia Palestina. El ministro de Defensa israel, A. Sharon, se jactaba de que su ejrcito cumplira esta misin en el corto espacio de tres das. Pero esta vez el agresor tuvo que vrselas con fuerzas armadas populares que saban por qu luchaban y estaban dispuestas a librar combates encarnizados. Las bajas humanas de Israel en el Lbano han superado sus prdidas totales en todas las operaciones militares anteriores. Los combatientes de la Resistencia Palestina y de las Fuerzas Patriticas Nacionales libanesas resistieron en Beirut durante muchas semanas a la embestida de las divisiones blindEidas israeles y a los bombardeos y caoneos ininterrumpidos. En ese perodo Beirut era, en cierto sentido, como el Pars de 1871, en los tiempos de la Comuna: combata a la vez en varios frentes, contra las fuerzas superiores de los invasores israeles, contra los destacamentos fascistas de la falange y contra el aparato de las autoridades oficiales libanesas que aceptaron humildemente las exigencias de los ocupantes. Es poco probable que algn da el mando israel pueda enorgullecerse de los xitos, militares alcanzados en Lbano. La dura leccin recibida por los intervencionistas repercutir sin duda en el desarrollo ulterior de los acontecimientos en la regin. Los participantes en la alianza norteamericano-israel tampoco consiguieron la realizacin de los principales objetivos polticos planteados. Aunque el pueblo palestino y sus destacamentos combativos sufrieron enormes prdidas, los resultados de la agresin son diametralmente opuestos a los que esperaban alcanzar sus iniciadores. Gran importancia tuvieron las manifestaciones de la opinin pblica mundial, las declaraciones de muchos jefes de Estado, la activir dad de la Comisin internacional investigadora de los crmenes cometidos por Israel contra los pueblos libanes y palestino; y tambin las discusiones sostenidas en el Consejo de Seguridad de la ONU y las labores de la Asamblea General Extraordinaria de la ONU sobre el problema palestino. Todos estos actos han demostrado de manera unvoca que la justa causa de los palestinos jams haba encontrado tanta simpata y tanta comprensin en el mundo, que Jams se haban revelado con tanta fuerza la esencia de la poltica expansionista de Israel y su papel de instrumento del imperialismo en la regin, que el mismo Israel y quienes lo apoyan en Washington jams haban estado tan aislados. La heroica resistencia y la firmeza de los patriotas palestinos y libaneses, as como las prdidas materia-
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les y humanas sufridas por los invasores, no podan menos de repercutir tambin en los estados de nimo en el propio Israel. En ese pas se observa un auge inusitado del movimiento antiblico de masas. Desde el punto de vista de la cspide sionista reaccionaria, en la sociedad israel se ha producido un cambio peligroso. Crece la autoridad de las fuerzas democrticas, en especial la del Partido Cornunisti de Israel, que nuevamente ha demostrado su profundo internacionalismo y patriotismo efectivo exigiendo que se ponga fin a la agresin y a la poltica de expansin y transacciones separadas, y ique se d inicio a un arreglo justo e integral de los problemas del Oriente Cercano considerando los intereses de todos los pueblos de la regin, entre ellos el pueblo de Palestina representado por la OLP. AL PROCURAR LA REALIZACIN DE SUS DESIGNIOS, la alianza norteamericario-israel se apoyaba sobre todo en la potencia de la mquina de guerra sionista. Al mismo tiempo, esta alianza recurra en todas las etapas y en uno u otro grado a otros medios: la maniobra poltica, el fraude, las intrigas. Por ejemplo, los ocupantes israeles trataban de aplicar una poltica diferenciada para con los palestinos y libaneses en las regiones ocupadas de Lbano: sometan a los primeros a una brbara represin, y con los segundos se mostraban ms o menos condescendientes {siempre, naturalmente, que no se tratara de comunistas u otros representantes de las Fuerzas Patriticas Nacionales). La reaccin rabe procuraba a su vez desacreditar a Siria acusndola de eludir la confrontacin con el enemigo. Se pretenda debilitar el rgimen sirio, aislarlo a nivel nacional y panrabe y declinar toda responsabilidad de los gobernantes rabes reaccionarios por su renuncia a acudir en auxilio de las vctimas de la agresin. Volvi a difundirse la tesis de una patria alternativa para los palestinos, que debera de ser Jordania. Esta maniobra tena por objetivo desorientar a la opinin pblica mundial y, adems, obligar a los gobernantes de Jordania, mediante el chantaje, a que siguiesen el camino de Camp David convirtindose, en fin de cuentas, en copartcipes de la liquidacin de los derechos del pueblo palestino. Simultneamente se desbrozaba el camino para un nuevo crimen contra la poblacin de las tierras rabes ocupadas por los sionistas: la expulsin de la mayor parte de sus habitantes a otros pases. Israel trataba asimismo, valindose de diferentes mtodos, de poner en duda la eficacia de la ayuda sovitica a las vctimas de la agresin. En particular, se hablaba mucho de la supuesta imperfeccin tcnica e ineficacia de los armamentos suministrados por la Unin Sovitica a los que combatan contra los invasores. La defensa de Beirut, sostenida frente a un enemigo muy superior en fuerzas por los destacamentos unidos de la RP y de !as Fuerzas Patriticas Nacionales libanesas, pertrechados con esos armamentos, demostr lo contrario. Sin embargo, la experiencia nos ensea que, adems de las armas, se necesita la habilidad para manejarlas y lo ms importante el deseo de combatir. Por lo que se refiere al aspecto poltico de la cuestin, hay que subrayar que la URSS se manifest in-
mediata y resueltamente contra la argesin israel y prest a sus vctimas la necesaria ayuda y apoyo material y moral. En momentos crticos para los patriotas palestinos y libaneses, el jefe del Estado sovitico, Leonid Brzhnev, dirigi al Presidente Reagan mensajes en los que sealaba a necesidad de omar medidas urgentes a fin de sofrenar al agresor y poner fin a la masacre. La URSS demostr una vez ms su sincera amistad y su profunda solidaridad con los pueblos palestino y libanes, con todos los pueblos rabes. Una brillante manifestacin de esos sentimientos es el telegrama enviado por Leonid Brzhnev al Presidente de) Comit Ejecutivo de la OLP, Yasser Arafat, en el que expresa su admiracin por la firmeza y valenta de los defensores de Beirut. Los soviticos deca el telegrama apreciamos altamente y 'Comprendemos el profundo sentido de la responsabilidad y la inquebrantable fe en la justeza de la causa con los que luchan ustedes para que no se derrame ms sangre en las calles de Beirut y para asegurar el derecho del pueblo rabe de Palestina a vivir y desarrollarse libre e independientemente 5 . Las diversas y viles patraas de Tel Aviv y Washington no rindieron los resultados apeticidos. Pero sera ingenuo creer que no dejaron ningn rastro. Los comunistas y todos los patriotas tendrn quo aplicar no pocos esfuerzos para barrer el cmulo de mentiras y hacer que millones de personas comprendan las verdaderas causas y objetivos de la agresin israel al Lbano, mostrar quin y cmo ayudaba a los invasores y quin defenda a las vctimas de la agresin. NO CABE DUDA de que los planes sionistas de acabar con la lucha del pueblo palestino cometiendo atrocidades en los territorios ocupados y perpetrando el genocidio en el Lbano estn condenados al fracaso. Durante toda su historia, especialmente desde 1948, nuestro pueblo sufri en su carne ms de una vez los sangrientos crmenes del imperialismo, el sionismo y la reaccin rabe. Pero, al recobrarse de la derrota, apareca cada vez ms fuerte y dispuesto a luchar. Los sacrificios y dificultades no lo han vencido ni vencern. Esto no quiere decir que pueda descuidar la vigilancia frente a las prfidas intrigas del enemigo. Antes an de que amainara el fragor de los combates en tierra libanesa, los lderes israeles ya hablaban de reanudar las tentativas de imponer a la poblacin de las tierras palestinas ocupadas la administracin civil, tentativas que ya fracasaron una vez ante e! poderoso auge de la resistencia popular. Cuando se combata en Lbano, se dejaban or desde Tel Aviv llamamientos a reanudar el dilogo con los elementos moderados en Cisjordania y el Sector de Gaza. Las autoridades de ocupacin consideran que la colaboracin con estos elementos puede garantizar el xito de esa farsa presentada con el nombre de administracin civil. A] mismo tiempo recrudeca la represin contra las fuerzas patriticas en los territorios ocupados- Los invasores israeles disolvieron nueve ayuntamientos rabes por considerarlos como los ms activos de la resistencia nacional a la oc pacin. Han arreciado las persecuciones contra las organizaciones de masas, en
s Pravda, 6 de agosto de 1982.
primer lugar contra los sindicatos, encarcelando a sus dirigentes. Se realizaban despiadadas batidas contra los vecinos de los pueblos rabes. Combatientes conocidos, como Daoud al-Ataouna, comunista y lder sindical, han cado vctimas de disparos a traicin. Con una desfachatez cada vez mayor empezaron a actuar los bandidos de las ligas rurales, pertrechados por Israel y reclutados de entre los gusanos y traidores declarados. Todo eso iba acompaado, desde luego, por toda clase de fanfarronadas a propsito de las victorias de las armas israeles y de la incapacidad de las fuerzas de resistencia de oponerse a ellas. Hay tambin muchos indicios de que los ocupantes Israeles no piensan retirarse del Lbano en un futuro prximo. Bajo la amenaza de sus tanques y artillera, los invasores consiguieron la eleccin a la presidencia del pas de Bashir Gemayel, lder del partido cristiano de derecha Kata'eb que coopera abiertamente con los sionistas. El mismo Begin le envi un telegrama de felicitacin con este motivo. El Washington oficial tambin expres su satisfaccin por la eleccin de Gemayel. No se descarta la posibilidad de una nueva agresin contra Siria. El ministro israel A. Sharon hizo declaraciones cargadas de amenaza: En la situacin actual dijo, Damasco se encuentra por entero al alcance de la artillera israel6. Segn la cspide sionista, el fragor de los combates crea condiciones propicias para declarar la anexin formal de Cisjordania y del Sector de Gaza. En caso de realizarse estos planes, desatarn una brbara represin contra los habitantes de dichos territorios a fin de constreir a la mayora, si no a todos, a que abandonen sus hogares, puesto que el ideal sionista siempre ha sido apoderarse de tierras despobladas. En estas circunstancias es muy importante conservar la OLP y sus organismos, que para la opinin pblica del mundo encarnan la personalidad nacional del pueblo palestino. Los agresores israeles y sus protectores estadounidenses esperan que, una vez retirados del Lbano los destacamentos palestinos, se producir una divisin en el seno de la OLP y la RP. Calculan que la dispersin de los palestinos en varios Estados rabes aumentar ineludiblemente la influencia de estos pases, que a menudo mantienen puntos de vista diferentes sobre el problema palestino, en distintas organizaciones del movimiento de resistencia. Y que esto, a su vez, contribuir a profundizar las contradicciones entre ellas. Hay gente, en particular H. Moubarak, que ya ahora se propone relanzar la iniciativa de Sadat concerniente a la creacin de un Gobierno palestino en el exilio que habra de sustituir a la OLP. Se necesitaron largos aos de lucha tenaz para lograr el reconocimiento de esta organizacin, en el mundo rabe y en el mbito internacional, como representante legtimo y nico del pueblo rabe de Palestina. Y ahora se propone crear un Gobierno en el exilio siguiendo el modelo de anlogos rabes, reaccionarlos en su mayora. Y s este Gobierno adopta una postura diferente, no ser reconocido por los crculos oficiales rabes, no podr contar con su cooperacin,
s International Herald Trlbune, 16 de agosto de 19B2.
o se ver obligado a sostener contra ellos, desde su formacin, una lucha intransigente. En todo caso, la creacin de tal Gobierno en las condiciones actuales redundara en detrimento de la unidad nacional de los palestinos y del apoyo prestado por los rabes a su causa. Existe otro peligro, que ya advirti en anteriores ocasiones nuestro partido. Tras los encarnizados combates en tierra libanesa, es presumible que, dentro del movimiento palestino, cobren fuerza dos tendencias nocivas. Una de ellas se manifiesta en los intentos de buscar, por mediacin de los gobernantes de Egipto y Arabia Suad, un arreglo carente de principips y en las condiciones dictadas por EE.UU. Durante el prximo perodo esta tendencia constituir el peligro principal. La otra puede desembocar en la propensin a actos aventureros, sin tomar en cuenta toda la complejidad de la situacin existente. Diametralmente opuestas a primera vista, ambas tendencias son, en esencia, un reflejo de la desesperacin que puede verse agravaba por las penalidades que supone una lucha larga y sin cuartel. Hay que estar siempre vigilantes para que no se echen a perder todos los valiosos frutos del trabajo invertido en explicar a la opinin pblica mundial el carcter justo de la lucha de los palestinos por sus legtimos derechos nacionales. En este sentido tienen importancia primordial la consecuencia y claridad de la posicin poltica, basada en las resoluciones de la ONU sobre el problema palestino. De todo el cmulo de problemas polticos y organizativos apremiantes, quisiramos destacar otras dos cuestiones estratgicas nodulares. Consideramos de especial importancia: mantener la alianza combativa de la revolucin palestina, Siria y las Fuerzas Patriticas Nacionales libanesas, superando las posibles discrepancias y contradicciones entre ellas; fortalecer la amistad y cooperacin con la Unin Sovitica como primera condicin para proseguir con xito la lucha por la realizacin de los objetivos nacionales de nuestro pueblo. LA EXPERIENCIA DE LOS LTIMOS AOS muestra convincentemente que ni las aventuras militares, ni las transacciones por separado pueden asegurar una paz efectiva a los pueblos de nuestra regin. Los intentos de resucitar, especulando con las consecuencias de la agresin a Lbano, el proceso de Camp David, que se halla en un callejn sin salida, no pueden conducir sino a una mayor agravacin de la situacin. La nica va que lleva al arreglo del conflicto cercanooriental pasa por esfuerzos colectivos de todas las partes interesadas, incluida, naturalmente, la OLP, en tanto que representante legtimo y nico del pueblo rabe de Palestina. Esta es una de las enseanzas ms importantes de la epopeya libanesa, que ejercer sin duda profunda influencia en la lucha de todo el movimiento nacional-liberador rabe y contribuir a que maduren condiciones propicias para las transformaciones revolucionarias cardinales en la regin. Septiembre de 1982.
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du uno de nuestros pases se tienen diferentes imgenes de la Unin Sovitica. Mientras en la Polonia socialista y la vecina Suecia saben perfectamente, pongamos, que la URSS es un pas multinacional, en Colombia y Senegal mucha gente confunde los conceptos sovitico y ruso. Como quiera que este reportaje va dirigido a todos los lectores de nuestra revista, cuyos conocimientos sobre la Unin Sovitica pueSEMOU PATHE GUEYE, den ser distintos, comenzaremos por sealar que los miembro del CC del Partido de la Independencia rusos constituyen apoximadamente la mitad de los y del Trabajo de Senegal; 270 millones de habitantes de la URSS, y la otra mitad la componen pueblos de ms de 100 naciones y RODNY HMAN, nacionalidades grandes y pequeas. Algunas de ellas, representante del Partido de Izquierda Comunistas como los ucranianos, son mas de 40 millones, pero de Suecia en la revista; hay tambin pequeos grupos tnicos que no llegan a 1.000 personas. Unas naciones son afines en su lengua y origen, otras no. He aqu, muy resumidos, alguRAL VALBUENA, miembro del CC del Partido Comunista Colombiano; nos datos relativos a los tres pueblos que hemos tenido ocasin de conocer en esta visita. Los bielorrusos son eslavos, como los rusos; ambos JERZY WASZCZUK, pueblos, igual que los ucranianos, tienen races anrepresentante del POUP en la reoista. cestrales comunes y descienden de la Rus de Kiev, cuya historia escrita se remonta al siglo IX. Todos ellos comenzaron a formarse como naciones con identidad propia varios siglos ms tarde. Los bielorrusos viven en el Oeste de la Unin Sovitica. Armenia est situada unos 2.000 kilmetros al Sudeste de Bielorrusia, ms all de la cordillera del Cucaso. Los armenios conservaron sus tradiciones nacionales a travs de largas centurias marcadas por duras pruebas. Fundaron su primer Estado varios siglos antes de nuestra era. Posteriormente, Armenia fue repetidas veces vctima de invasiones forneas, y lo que qued de ella para el siglo XIX forma ahora Hace sesenta aos, en diciembre de 1922, las repbli- parte de la URSS. En el socialismo, el pueblo armecas soviticas nacidas de la Gran Revolucin Socia- nio recuper su estatalidad. lista de Octubre, entre ellas la Federacin Rusa, firHay que viajar otros 2.000 kilmetros, desde Armemaron un tratado sobre la formacin de un Estado nia hacia el Este, para llegar a Uzbekistn, en el Asia multinacional nico: la Unin de Repblicas Socialistas Soviticas. Desde aquel entonces, se han opera- Central. Esta regin fue una especie de caldera en la que bull la historia de centenares de pueblos, y do enormes cambios en la economa, en las relaciones los uzbekos se consideran descendientes tanto de los sociales y en todas las dems esferas de la vida de antiguos turcos nmadas como de las legendarias poese pas. La sociedad sovitica ha entrado ya en la fase del socialismo desarrollado, pero las ideas de blaciones de Sogdiana y Bactriana que guerrearon Octubre continan imprimiendo poderosos impulsos a contra Alejandro Magno. El pueblo uzbeko sufri la su crecimiento, desarrollo y sucesivo avance por el opresin durante largo tiempo, y slo en la poca sovitica pudo enderezarse en toda su talla. camino de Lenin. Las naciones de este vasto pas son diversas, pero Una delegacin de R e v i s t a I n t e r n a c i o n a l , constituyen una comunidad histrica nica: el pueque visit Mosc y tres repblicas federadas soviticas (Bielorrusia, Uzbekistn y Armenia) por invita- blo sovitico, hecho consagrado en la Constitucin de cin del CC del PCUS, ofrece un reportaje de los en- la URSS que fue adoptada cinco aos atrs y que refrend por va legislativa la estructura multifactica cuentros que sostuvo en la URSS en vsperas de su de la sociedad socialista desarrollada. histrica aniversario. Cmo se fue formando esta comunidad? En qu direccin se desarrolla hoy?
PAS EN MARCHA
Identidad reafirmada en la unidad ESTE RELATO contiene slo algunos reflejos del vasto panorama de la vida sovitica que se desenvolvi ante nosotros durante nuestro viaje. Siendo como somos comunistas de diferentes pases, con intereses y predilecciones no siempre idnticos, hemos tratado, no obstante, de reducir nuestras impresiones a comn denominador. Anotemos tambin que en ca-
NUESTRA PRIMERA CONVERSACIN sobre las relaciones entre las naciones de la URSS fue la que sostuvimos con Vtali Rubn, Presidente del Soviet de las Nacionalidades del Soviet Supremo de la URSS. Nos recibi en su despacho del Kremlin, desde donde el panorama de torres y templos sobre el que se abra la espaciosa ventana, evocaba los largos siglos de la historia del Estado ruso, habitado por diferentes pueblos, que hoy constituyen una sola comunidad. Vital!
Rubn comenz precisamente por la retrospectiva histrica. Por su naturaleza, las relaciones entre naciones en el socialismo son exactamente lo contrario de lo que fueron en la Rusia zarista. Ese imperio, que oprima y aplastaba a los pueblos, se mantena mediante la subordinacin de todas las dems naciones a la nobleza y los tarratenientes rusos, segn el principio de divide y vencers. A comienzos del siglo XX, el partido de los bolcheviques promovi su propia alternativa a la poltica imperial al formular el programa nacional que exiga la plena igualdad de las naciones y su derecho a la autodeterminacin, incluido el de separarse. Pero antes aun de la revolucin, Lenin subrayaba que la defensa de este derecho en modo alguno contradeca a la posible formacin de un Estado socialista en gran escala. Y recalcaba tambin que un Estado de este tipo tendra que descansar en los principios de igualdad y de participacin voluntaria. La repblica del pueblo ruso escribe Lenin no debe atraer a otros pueblos o nacionalidades por la violencia, sino exclusivamente por acuerdos voluntarios en la cuestin de constituir un Estado comn1. Los comunistas dirigieron a un mismo cauce la lucha por la liberacin nacional y la lucha por la emancipacin social. Fjense en este hecho Vitali Rubn abre un libro que tena en el escritorio y nos lo ensea, los principios de igualdad nacional e internacionalismo proletario, que constituyen el fundamento del Estado sovitico, fueron aplicados primeramente en la organizacin de nuestro partido. Este fue creado no como un partido ruso, sino como un partido del pas llamado Rusia, partido que representaba los intereses de todos los pueblos de ese Estado. Aqu tenemos unos datos sobre la composicin nacional del partido antes de 1917: el 36% de los miembros no eran rusos, entre ellos haba muchos ucranianos, letones, hebreos, georgianos, polacos, armenios ... En total, hombres y mujeres de ms de 30 nacionalidades. En todo el sistema poltico sovitico, los principios leninistas de igualdad y unidad de las naciones se mantienen inmutables. El Soviet de las Nacionalidades, actualmente presidido por Vitali Rubn, de nacionalidad letona, constituye un buen ejemplo de ello. Nuestro interlocutor subray al respecto algunas peculiaridades de su estructura y actividad. En comparacin con el Soviet de la Unin, la otra cmara del rgano supremo de poder, el de las Nacionalidades se distingue por el hecho de que en sus principios de eleccin se concede importancia fundamental a la estructura nacional-estatal del pas. Pero las dos cmaras son iguales en poderes y en nmero de diputados. Al Soviet de las Nacionalidades, cada repblica federada delega 32 representantes; cada repblica autnoma, 11; cada regin autnoma, 5, y cada comarca autnoma, I2. En total son 750 diputados. Para las elecciones al Soviet de la Unin, el territorio del pas se divide en el mismo nmero de circunscripciones, con igual nmero de electores, pero
1 V. I. Lenin. Obras Completas, 2a ed., Cartago, Buenos Aires, t. XXV, p. 467. 2 Las repblicas, regiones y comarcas autnomas forman parte de las repblicas federadas. La URSS tiene 15 repblicas federadas, 20 repblicas autnomas, 8 regiones autnomas y 10 comarcas autnomas.
sin tomar en consideracin la estructura nacional estatal del pas. En consecuencia, el Soviet de la Unin expresa los intereses y necesidades del pueblo sovitico en tanto que comunidad nica, mientras que el Soviet de las Nacionalidades representa adems los intereses especficos de las naciones y etnias grandes y pequeas. Por muy poco numerosa que sea la poblacin de una comarca autnoma, sta tiene su representante en el rgano supremo de poder. En la actualidad, el Soviet Supremo de la URSS consta de diputados de 61 nacionalidades. Los Soviets haban sido creados como rganos de poder por los obreros durante la Primera Revolucin Rusa (1905-1907). Ya entonces Lenin supo ver en ellos el embrin del futuro sistema de organismos representativos de la democracia socialista. A los pocos das de nuestra conversacin en el Kremlin, presenciamos las elecciones a los Soviets locales de Diputados Populares en Tashkent, capital de Uzbekistn. En el colegio electoral que visitamos, 32 hombres y mujeres, de distinta profesin y nacionalidad uzbekos, rusos y trtaros, integraban la lista de candidatos al Soviet distrital. Entre ellos no haba polticos de carrera: todos eran trabajadores ordinarios. Muchos de los electores acudieron a la hora de abrirse el colegio electoral, y por eso en la calle haba multitud de gente desde la maana temprano. Tocaba un conjunto musical, la gente joven se diverta. All mismo, en la calle, en grandes ollas de metal so guisaba el famoso plov uzbeko, ofrecan t verde, del que tanto gustan en Asia Central. Toda la atmsfera mostraba que las elecciones se celebraban como una fiesta popular, y que el pueblo considera la formacin de los rganos de poder estatal como su propia causa, en la que est muy interesado. LA ASPIRACIN A LA ARMONA en la correlacin de ios intereses de todo el Estado y los de naciones grandes y pequeas se manifiesta no slo en el sistema poltico sovitico, sino tambin en todas las dems esferas de vida: econmica, social y cultura!. Lo ejemplifica la eliminacin del secular atraso econmico y cultural de las regiones que antao fueron periferia del Imperio zarista, sin cuya superacin hubiera sido imposible asegurar la actual igualdad de naciones. Para conversar sobre este tema nos entrevistamos con Igor Chirgadze, vicepresidente del Comit Estatal de Planificacin de la RSS de Uzbekia. En los primeros momentos de presentacin, nos mostramos sorprendidos de que un georgiano ocupase un cargo de direccin en Uzbekistn. Chirgadze se encogi de hombros: Y por qu no? La nuestra es una repblica multinacional. Mi familia lleva ya varias generaciones establecida en Uzbekistn. Aqu, como por doquier en la URSS, todas las naciones, grandes y pequeas, tienen hoy iguales oportunidades, incluida la posibilidad de ocupar cargos dirigentes. Chirgadze esboz un breve pero expresivo esquema del desarrollo de la economa uzbeka en el marco de la construccin socialista. En 1924, su industria consista en unas cuantas fbricas de ladrillo, molinos de aceite y talleres de artesana. En la agricultura se empicaba slo el trabajo manual. La co-
secha del algodn en rama no exceda de 200.000 toneladas, a pesar de que Uzbekistn reuna las mejores condiciones en la Unin Sovitica para su cultivo. La mayor parte del algodn que necesitaba la URSS, haba que importarla. Todo el pas estaba interesado en asegurar el autoabastecimiento de este producto, y Uzbekistn, a su vez, tena que desarrollar su economa para mejorar el bienestar del pueblo. Bajo el capitalismo, las metrpolis, en semejantes casos, explotan brutalmente las reas productoras de materias primas. Su desarrollo unilateral basado en el monocultivo, su dependencia de los suministros de maquinaria y fertilizantes, del sistema de procesamiento y venta permiten a la metrpoli apropiarse la parte leonina de los beneficios. No fue as en Uzbekistn, donde desde el principio se echaron los cimientos de un complejo agroindustrial ramificado: comenzaron a crear centros de investigacin cientfica, construir grandes obras de irrigacin, fbricas de maquinaria agrcola, plantas desmotadoras de algodn y textiles. Una empresa de tanta envergadura superaba las posibilidades de una sola repblica, pero en ayuda de Uzbekistn acudi todo el pas. Como resultado, esta repblica produce hoy 6 millones de toneladas de algadn al ao, con las ms elevadas cosechas del mundo. El algodn sirvi de base para el crecimiento de la industria de Uzbekistn y, por consiguiente, de su clase obrera nacional. Por su estructura social, la repblica alcanz el nivel de las regiones econmicas avanzadas de la URSS. Miles y miles de hectreas de tierras antes baldas y ridas han sido puestas en regado. Las granjas colectivas y estatales se convirtieron en potentes empresas mecanizadas. Por su nivel de sanidad e instruccin pblica, Uzbekistn figura entre los pases ms avanzados del mundo. El bienestar del pueblo ha crecido inmensamente y su modo de vida ha cambiado de raz. Desde hace varios aos vengo siguiendo de cerca el desarrollo de la granja colectiva Frunze nos dice el camarada Chirgadze. Por sus ingresos es una hacienda mediana, agrupa a 600 familias. Todas viven en buenas casas, con gas y agua corriente. Cada ctnco aos, la capacidad adquisitiva de los trabajadores crece en el 50%. Un tercio de las familias tiene coche, y lo compraran muchas otras, pero por ahora la demanda sobrepasa la oferta. El algodn no es la nica riqueza de Uzbekistn. Ahora dispone de una potente base energtica de gas y una metalurgia no ferrosa bien desarrollada. Hoy sera imposible imaginar el complejo econmico de la Unin Sovitica sin el algodn, el gas, el cobre y el oro uzbekos. Por esta va, la economa del pas se va internacionalizando, y esto redunda en beneficio de todas las repblicas en conjunto y de cada una de ellas. Hemos podido observar procesos similares, aunque en otras formas, tambin en Armenia y Bielorrusia. Los yacimientos de sales potsicas descubiertos en Bielorrusia hicieron posible construir una industria qumica en esta repblica, que ahora produce el 50% ile todos los fertilizantes de potasio en la URSS. Adems, las condiciones que reuna esta repblica favorecieron el fomento de la industria de construcciones mecnicas: una de cada cinco motocicletas so-
viticas, uno de cada seis tractores y uno de cada diez refrigeradores son de fabricacin bielorrusa. Sus camiones pueden verse en toda la geografa de la Unin Sovitica y en muchos otros pases. En cambio, Bielorrusia tiene escasas reservas de combustibles y metales, y el desarrollo de su industria de construcciones mecnicas y qumica hubiera sido imposible sin el petrleo, el carbn y los metales, que le llegan de Siberia, Ucrania y otras repblicas. NOS HALLAMOS, de este modo, ante dos fenmenos interrelacionados en la economa sovitica: los pueblos descubrieron para ellos mismos y comenzaron a utilizar riquezas que siempre haban tenido pero de las que no saban nada o que no estaban en condiciones de explotar. Esto es lo primero. Lo segundo es que comenzaron a intercambiar mucho ms activamente los valores adquiridos y, ms an, a utilizarlos conjuntamente. En general, estos procesos tipifican no slo la esfera material, sino tambin la espiritual. He aqu algunos ejemplos particulares que, no obstante, traducen una tendencia general. En Erevan, la capital de Armenia, visitamos el Matenadarn el Instituto de Antiguos Manuscritos, que fue fundado despus de la revolucin y que ocupa hoy un palacio de basalto construido especialmente para l. El Instituto tiene una coleccin de ms de 16 mil manuscritos. Aunque el monje Mesrop Mashtots, al que se ha erigido un monumento frente al Matenadarn, cre el alfabeto armenio en los albores del siglo V, la mayora de los armenios, antes de la revolucin, eran analfabetos y por eso desconocan incluso la historia propia. En la actualidad, los antiguos manuscritos se estudian y se traducen a otras lenguas, y su publicacin suscita gran inters en Armenia y en el exterior. Algo similar tuvo lugar en Uzbekistn, donde fue redescubierta la herencia de muchos poetas y filsofos, humanistas de la antigedad. Hoy, todo el pas puede leer las obras de Rudaki, Djami, Navoi y Biruni, que han sido traducidas al ruso y otras lenguas. Dato interesante, en Uzbekistn muchas de las figuras progresistas de la antigedad son recreadas ahora como protagonistas de novelas, piezas de teatro y filmes. Lo mismo que la pintura de caballete, estos gneros antes no se cultivaban en el Asia Central, y su florecimiento se debe a la influencia de otros pueblos. Siguiendo esta va, las culturas nacionales se enriquecen, con aportaciones internas y externas, y cada pueblo hace una creciente contribucin a la cultura sovitica, a la vez multinacional y nica. La dialctica de las relaciones nacionales en el socialismo consiste en que la unidad de las naciones soviticas se consigue a travs de su florecimiento. Sin embargo, ciertos sovietlogos extranjeros pretenden presentar las cosas como una poltica de rusificacin que suscita la reanimacin del nacionalismo. Qu puede decirse de estas crticas al modo de vida sovitico? Creo que nuestros adversarlos ideolgicos tildan de rusificacin todos aquellos procesos que expresan nuestra aspiracin a seguir la marcha del tiempo, esto es, fomentar una economa avanzada, una cultura y una ciencia socialistas abiertas a los contactos con las de otras naciones dice el secretario del CC del PC de Uzbekistn, Akil Salmov. Ellos quieren
que mantengamos nuestra identidad nacional, esa identidad con seas de miseria, analfabetismo, desigualdad de la mujer, con toda esa rutina del feudalismo atrasado en el que vivamos antes de la revolucin. Pero nosotros hemos elegido firmemente el camino a seguir y, a propsito sea dicho, el conocimiento de la lengua rusa nos ha ayudado en gran medida a asimilar experiencias de otros pueblos y los adelantos de toda la civilizacin humana. Por lo dems, cundo y dnde se vio oprimida la autoconciencia nacional por el conocimiento de un segundo idioma? Los hechos testifican el desarrollo de esta autoconciencia en Uzbekistn: tenemos 221 peridicos, de los que 187 aparecen en lengua uzbeka [el resto, en ruso, tadzhiko, kara-kalpako, etc.). Editamos 2.200 ttulos de libros al ao, de los que ms de dos tercios estn escritos en uzbeko. Tal animacin de la conciencia nacional no conduce, claro est, al nacionalismo, sino al robustecimiento de la amistad con todos los dems pueblos soviticos. En nuestra opinin, todo lo que hemos visto demuestra muy bien que en la URSS, el problema nacional, en su forma vieja, ha sido resuelto. Los pueblos soviticos tienen un comn objetivo, que es construir la sociedad comunista, y una ideologa comn. Todos ellos son iguales en lo econmico y tienen aproximadamente similares estructuras sociales, en las que el rol puntero pertenece a la clase obrera aliada con el campesinado koljosiano y los intelectuales trabajadores. Las diferencias entre estos grupos sociales se van borrando gradualmente, y en perspectiva desaparecern las fronteras de clase dentro de las naciones. Todos estos factores de integracin, que actan y continan cobrando fuerza, han aglutinado a las naciones socialistas como hemos sealado ya en una nueva comunidad histrica: el pueblo sovitico. Pero en este proceso, la especificidad nacional no desaparece: cuanto ms se autorrealiza una nacin y ms acusada se hace su originalidad, tanto ms se cierran las filas en las que marcha junto con otros pueblos hermanos. En beneficio del trabajador Al acercarse a Armenia, a su capital Erevan, que hace unos aos celebr su 2.750 aniversario, el avin pasa por la gigantesca puerta de la cordillera del Cucaso, dejando el Elbrs a la derecha y su rival, el Kazbek, a la izquierda. Luego, en viraje cerrado, desciende hacia el valle del Ararat. El majestuoso piramidal de la montaa, donde, segn la Biblia, se detuvo el Arca de No, blanquea en el cielo azul. El Ararat, como smbolo de Armenia, figura en su escudo, pero por razones histricas, a las que nos hemos referido ya, qued en territorio de Turqua, Armenia fue llevada al borde de la destruccin por la invasin turca despus de la revolucin y dos aos de gobierno nacionalista. En 1920 no quedaban en ella ms que 750.000 habitantes, incluidos los refugiados de Turqua. Hoy la repblica tiene una poblacin de 3.100.000, de la cual un 90% son armenios. Alrededor de 250.000 armenios volvieron a su antigua patria desde el extranjero. Erevan, antao una ciudad en decadencia, de
30.000 habitantes, se ha convertido en una urbe famosa por su belleza que cuenta hoy con un milln de habitantes. En el perodo sovitico, Armenia lleg a ser recordista entre las repblicas soviticas por los ndices de progreso industrial: desde 1922, el volumen de su produccin industrial aument en ms de mil veces. Esto, desde luego, demuestra que el nivel de partida era bajo, pero en modo alguno minimiza la importancia de los adelantos logrados: Armenia genera, por ejemplo, cerca de 5.000 kWh de electricidad per cpita al ao, menos que en EE.UU. y la RFA, pero casi tanto como en Gran Bretaa y ms que en Francia, Italia y Japn. Cuando hablamos de nuestros xitos nos dijo en Erevan el Secretario del CC del PC de Armenia, Karln Dalakin, algunos visitantes extranjeros nos preguntan: No les parece que estos mismos xitos tambin hubiesen podido ser alcanzados bajo otro rgimen, en una Armenia no socialista? Yo les contesto: la carretera que enlaza las ciudades y los poblados del valle de Ararat bordea la frontera turca. Acerqense all de noche y vern que de nuestro lado todo est iluminado, mientras que ms all de la frontera reinan las tinieblas, porque ni siquiera tienen electricidad. Y eso que el clima en Turqua es el mismo, y no se puede decir que la gente sea menos laboriosa ... Los logros econmicos de Armenia no constituyen, ni mucho menos, una excepcin. El socialismo asegur en todas las repblicas elevados ritmos de crecimiento econmico. Vasili Kudnov, subjefe de la Direccin Central de Estadsticas adjunta al Consejo de Ministros de la URSS, nos dio a conocer algunas cifras que permiten apreciar los adelantos de la URSS en sus 60 aos de existencia. En el perodo sovitico, la riqueza nacional de la URSS (sin contar el valor de la tierra, el subsuelo y bosques) se ha Incrementado en 30 veces. Hoy, la proporcin de la renta nacional producida en 2,2 das equivale a la de todo el ao 1922; menos de un mes se necesita para alcanzar el nivel de la renta nacional en 1940. La parte de la Unin Sovitica en la produccin industrial mundial ascendi del 1% al 20%. Tales son los resultados en que se plasman los esfuerzos colectivos de los pueblos soviticos. CON LA CONSTRUCCIN DEL SOCIALISMO DESARROLLADO, recalcan economistas soviticos, el crecimiento de la produccin contribuye de modo cada da ms eficiente a resolver las tareas relacionadas con el auge del bienestar y el desarrollo multifactico del individuo. Es esto, ante todo, lo que determina hoy el paso de la economa a las vas de intensificacin y elevacin multilateral de su eficacia. La productividad del trabajo sigue aumentando de quinquenio en quinquenio, pero esto no se logra en la URSS a costa de una succin despiadada de fuerzas humanas; todo lo contrario, este proceso implica el alivio del trabajo, cuyo grado de calificacin se eleva ms y ms mediante su dotacin con adelantos tcnicos. Uno de nosotros trabaj algn tiempo en una fbrica de Francia, sabe por experiencia propia lo que es el sistema extenuador de trabajo bajo el capitalismo y puede confirmar, por ejemplo, que las condiciones de trabajo en la cadena de la fbrica de tractores de
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Minsk, en Bielorrusia, difieren, como el da y la noche, de las condiciones en la lnea de montaje que le toc atender all. El ritmo de operaciones en la de Minsk es tal que ei trabajador no se siente en ningn momento convertido en mero apndice de la lnea de produccin. La racionalizacin de la produccin no entraa para los trabajadores soviticos la amenaza del desempleo. En Erevan, visitamos la fbrica Armelectrosvet que produce lmparas luminiscentes. Las operaciones en las lneas estn, en lo fundamental, automatizadas, pero todava se utiliza el trabajo manual en algunos eslabones. Continuamos automatizando las operaciones nos dice el director de la fbrica, Beniamn Tumasin. Al principio, en cada lnea estaban ocupadas 62 personas, ahora son 38 y para fines del ao slo quedarn 32. Despus automatizaremos el embalaje de lmparas, y entonces el nmero de ocupados se reducir a 28. Y qu pasar con los que queden disponibles? Pues, daremos empleo a todos ellos, porque nuestra produccin se encuentra en rpido crecimiento. Para este 'quinquenio planearnos un incremento de 62%. La intensificacin de la produccin es la clave para el fomento no slo de la industria, sino tambin del sector agrario de la economa. As consta en el Programa Alimentario adoptado por el Pleno de mayo (1982) del CC del PCUS3. El objetivo de este programa consiste en asegurar de manera estable el abastecimiento de la poblacin con todos los tipos de alimentos. Durante los ltimos quince aos nos Informaron en la Direccin Central de Estadsticas, el consumo de productos alimenticios por habitante aument considerablemente en todo el pas. Y esto a pesar del incesante crecimiento demogrfico, la reduccin de la poblacin en las zonas rurales y su incremento en las ciudades. Pero, no obstante los xitos obtenidos subrayaban nuestros interlocutores, la agricultura, debido a toda una serie de razones, est retrasada en comparacin con el rpido crecimiento de la demanda. De ah las deficiencias con el abastecimiento de algunos tipos de productos alimenticios. Las causas de tal situacin son analizadas en la URSS abiertamente, lo que de por s demuestra que los soviticos estn seguros de que estas dificultades sern superadas. En la Unin Sovitica hemos tenido la ocasin de ver ejemplos impresionantes de cmo los mtodos intensivos se estn aplicando ya en el sector agrario. Por ejemplo, en las granjas mecanizadas de la empresa agroindustrial estatal Mir (Paz), que se encuentra en la regin de Brest (Bielorrusia), un operador atiende solo a 1.000 cabezas de ganado vacuno. Esta empresa vende anualmente al Estado 5 mil toneladas de carne, y obtiene 4 millones de rublos de beneficio. Son 400 los trabajadores ocupados en este sovjs, y su nivel de vida es en muchos aspectos incluso ms alto que en la ciudad. Empresas como sta configuran nuestro maana
dijo el Secretario del comit regional de Brest del PC de Bielorrusia, Vladmir Grigriev. EL PROGRESO ECONMICO, el perfeccionamiento de las relaciones sociales, la creciente cohesin de los pueblos soviticos, el robustecimiento de la amistad entre ellos y los dems cambios determinados en la sociedad por estos procesos repercuten, en definitiva, en la vida del trabajador. Este es el principal integral de los cambios; su bienestar, el grado en que se satisfacen sus necesidades materiales y espirituales constituyen el criterio fundamental para valorar lo que ha logrado el socialismo. Esta conclusin qued para nosotros ms clara an despus de nuestra entrevista con Ulana Krishtalvich, Viceministra de Seguridad Social de Bielorrusia. De la conversacin circunstanciada que mantuvimos con ella guardamos entre nuestros apuntes datos interesantes. En los ltimos quinquenios, los fondos sociales de consumo (que incluyen gastos en pensiones, subsidios, becas a los estudiantes, subvenciones para el alquiler, que es en la URSS muy inferior al costo real de la vivienda, la manutencin de nios en jardines de la infancia, etc.) han crecido en Bielorrusia en un 25-30%, como promedio, y actualmente totalizan 436 rublos anuales por habitante (frente a 95 rublos, en 1960). Sobre poco ms o menos, este ndice es caracterstico para todo el pas. Los fondos sociales ayudan a nivelar las condiciones materiales de los ciudadanos, porque el grueso de estos recursos se destina a los que tienen ingresos laborales directos inferiores al salario medio. Algunas rplicas de la Viceministra nos hicieron pensar que el camino que haba recorrido en su vida no fue fcil, y le pedimos que nos hablase de l. S por experiencia propia lo que significa vivir bajo el rgimen capitalista comenz diciendo la camarada Krishtalvich. Hasta 1939, ao en que cumpl 16 aos, yo viva en Bielorrusia Occidental, ocupada entonces por la Polonia burguesa. Mis padres trabajaban de braceros en la finca de un terrateniente. Eramos una familia numerosa pero, claro est, no recibamos ninguna clase de ayuda material. Comenc a trabajar a la edad de ocho aos, primero como pastora, y posteriormente en una panadera. Me pagaban la mitad de lo que cobraban los hombres en esos mismos trabajos. En aquel entonces tena instruccin de cuatro grados de escuela primaria. Una vez liberada Bielorrusia Occidental, la familia de los Krishtalvich ingres en un koljs, y sus condiciones materiales mejoraron. Pero en 1941, Bielorrusia fue ocupada por los fascistas hitlerianos. Uliana Krishtalvich particip en las guerrillas, fue gravemente herida en un combate. Despus de la victoria, por segunda vez, comenz una vida nueva. Educ a sus tres hijos y, al mismo tiempo, curs estudios superiores. Fue elegida diputada al Soviet distrital en su lugar natal; ms tarde, Presidente del comit ejecutivo de este Soviet y posteriormente, Primera Secretaria del comit distrital del partido. Tal fue la trayectoria de su vida: desde campesina hasta estadista. 3 Vase al respecto el artculo de M. Gorbachov: La po Pero mi marido dice Uliana slo termin la ltica agraria del PCVS en la etapa del socialismo desaescuela primaria: tuvo que trabajar para mantener a rrollado, en este nmero de la revista pp. 3-10. N. de la nuestra familia, y a m me dio la oportunidad de esRed.
tudiar. Nuestro matrimonio es feliz, llevamos ya ms de cuarenta aos casados. En la Unin Sovitica hay muchos destinos humanos venturosos. Hemos podido convencernos de ello durante nuestras conversaciones con hombres y mujeres que siguieron en la vida distintos derroteros. Un campesino uzbeko nos habl de sus hijos, que son siete, y todos tienen instruccin superior. Un obrero armenio nos invit a su nuevo piso y nos deca contento que en esa misma casa tambin recibieron apartamento sus hijos: No queremos separarnos. As continuamos viviendo en familia. Esto no quiere decir, por supuesto, que en este pas la suerte sonra continuamente a todos y nadie tenga problemas. En nuestra sociedad no faltan problemas propios subray Vladmir Sevruk, subjefe de la Seccin de Propaganda del CC del PCUS-. Aunque se ha creado una base favorable para la educacin del hombre nuevo, porque los antagonismos de clase y nacional han sido eliminados y el colectivismo se ha convertido en ley de la vida social, esto no significa que la formacin armoniosa del individuo se opere por s sola, automticamente. Hay supervivencias, todava no superadas, del posado, y en su desarrollo la nueva sociedad tropieza con sus propias contradicciones y dificultades. Tampoco se puede dejar de tener en cuenta la incidencia del ideario y la cultura burgueses. Por eso el partido atribuye tanta importancia a la educacin laboral, poltica y moral de las masas ... HEMOS VISTO cmo los rasgos que distinguen al ciudadano de la sociedad socialista se manifiestan a diversos niveles de edad. Estamos en el sovjs Svrdlov, cerca de Tashkent, capital de Uzbekistn. Su jardn de la infancia ocupa un nuevo ocal de dos plantas, bien instalado, donde 186 nios pasan todo el da mientras sus padres estn en el trabajo. Cada familia paga menos del 10% del costo real de manutencin. Los nios juegan, tienen clases de msica, se preparan para la escuela. Pero lo que ms nos gust fue el encontrarnos en cada habitacin con una especie de pequea exposicin dedicada a una de las repblicas soviticas. Vimos, por ejemplo, muecas con trajes nacionales de Bielorrusia, libros de cuentos bielorrusos... En escuelas bielorrusas, a su vez, se puede asistir a una funcin de bailes uzbekos o georgianos ejecutados por escolares. Desde los primeros aos de vida consciente, se cultiva en el nio el inters y el respeto hacia otros pueblos. La educacin de la joven generacin es un importante problema para Uzbekistn, al que corresponde el segundo lugar del pas por el crecimiento demogrfico: el 3,6% anual. Todos los nios estn escolarizados y los jvenes, muchachos y muchachas, tienen asegurado el empleo: la industria en impetuoso desarrollo necesita el aflujo de aproximadamente un milln de nuevos trabajadores al ao. En la URSS consideran que el joven obrero debe tener instruccin secundaria, una alta calificacin profesional, una conciencia poltica desarrollada, diversidad de intereses y buena salud. Hemos visitado la Escuela tcnica secundaria N 63 de Tashkent, que prepara a obreros de la construccin: encaladores, carpinteros, estuquistas, soldado-
res. Se admiten adolescentes con ocho grados de segunda enseanza, los estudios duran tres aos. Aparte de la capacitacin profesional, el programa incluye las asignaturas de matemticas, ciencias naturales, historia, bellas artes, lenguas extranjeras y esttica. Durante la prctica en la produccin, el trabajo de los alumnos es remunerado. La enseanza y alimentacin son gratuitas. Hemos conversado con algunos de los 400 graduados que egresaron de la escuela este ao, y hemos notado que estos obreros jvenes tienen una actitud diligente hacia el trabajo y un amplio horizonte intelectual, y que su sinceridad se compagina con la modestia. Hoy, Uzbekistn tiene ms de 500 escuelas de este tipo, y en el nuevo quinquenio se inaugurarn otras 200. Desde luego, la formacin de la personalidad no termina en la escuela, colegio o centro docente superior. Contina durante toda la vida de adulto. En el socialismo, cada cual tiene la posibilidad de ejercer sus derechos como dueo de la empresa en que trabaja, de la ciudad en que vive y, en general, del Estado. Pero, en orden a realizar estas oportunidades, el individuo tiene que desarrollar ciertas cualidades personales: conciencia y actividad social. Estas cualidades son estimuladas por todo el sistema de democracia socialista y especialmente como lo hemos notado por la amplia incorporacin de los trabajadores n la gestin de producin. La fbrica de tractores de Minsk es una de las empresas ms grandes de Bielorrusia, y sus tractores pueden verse en granjas del Canad y en pases africanos. En esta fbrica trabajan ms de 20.000 personas, de las que 2.500 son participantes de las 34 asambleas permanentes de produccin que funcionan en todos los talleres. Es de su incumbencia analizar planes y elaborar proposiciones sobre el perfeccionamiento de la producin, controlar la actividad de la administracin. La participacin directa de los trabajadores en la gestin de su propia empresa es asegurada por el hecho de que no slo participan en discusiones a todos los niveles, sino tambin en la preparacin (a la que se incorpora toda la colectividad) del convenio colectivo entre el sindicato y la administracin. El convenio vigente contiene 11 prrafos, que prevn la cooperacin en el cumplimiento del plan de produccin, en el mejoramiento de las condiciones de trabajo y de su remuneracin, en la organizacin del descanso, la alimentacin y asistencia mdica. En este caso tambin se busca la armona: ni los intereses de la empresa ni los de los trabajadores deben sufrir menoscabo. He aqu otros hechos sobre la actividad social y poltica de los que trabajan en esta fbrica: 30 de ellos son diputados ai Soviet distrital, 25 son asesores del tribunal popular, y el obrero Evgueni Kirilchenko es miembro del CC del PCUS. Uno de cada seis trabajadores de la fbrica de tractores de Minsk es comunista. Para no limitarnos al caso de una sola fbrica y dar al lector una idea nas general de cmo los obreros de todo el pas influyen en la elaboracin de la poltica del Estado, nos remitiremos a algunos datos apuntados durante nuestra entrevista con el Secretario del Consejo Central de la Unin de Sindicatos soviticos, Vitali Provotrov. El 98,6% de la poblacin
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activa de la URSS nos dijo, o sea, 131 millones, est sindicado. Cuando el proyecto del nuevo Plan estatal de fomento de la economa nacional se discuta en reuniones sindicales, fueron presentadas al respecto 9 millones de propuestas, y las ms importantes fueron recogidas en la versin final del plan. La lnea maestra de desarrollo de la democracia socialista se orienta a ampliar la participacin de los trabajadores en la direccin del Estado a todos los niveles. Esto es, a la vez, una escuela para educar al constructor de la nueva sociedad. Es as cmo ciudadanos soviticos asimilan en la prctica los derechos y los deberes relacionados con el cumplimiento de su responsable papel de dueos del Estado, el papel que les corresponde en el socialismo. Cinturn de estabilidad MILES DE KILMETROS separan Minsk y Tashkent, y aunque estas dos ciudades tienen casi el mismo nmero de habitantes poco ms de un milln, su fisonoma es diferente. Pero, hay un rasgo comn en sus destinos. En 1944, cuando Minsk acababa de ser liberada de la ocupacin fascista, se celebr una reunin de su Soviet urbano para decidir lo que ms convena: volver a levantar la capital de Bielorrusia, de la que slo quedaban ruinas, en su antiguo lugar, o empezar a construirla en otro sitio. En la votacin, el 49% de los diputados se pronunciaron a favor del traslado y el 51%, en contra. Minsk qued all donde se encontraba siempre, desde hace casi 900 aos. Fue una decisin sensata, porque la concatenacin de los tiempos constituye de por s una fuente de energa popular. A pesar de todas las dificultades, la ciudad renaci de sus ruinas. Los destinos de toda la repblica se reflejan en los de su capital. La guerra destruy por completo 96 ciudades y 2.200 poblados bielorrusos. De ellos, 186, incluido latn cuya tragedia es conocida hoy en todo el mundo, fueron aniquilados por los fascistas junto con sus habitantes. En el conjunto monumental erigido en memoria de las vctimas de Jatn entre cada tres abedules plantados se ha dejado vaco el lugar que geomtricamente corresponda al cuarto: uno de cada cuatro bielorrusos pereci en la guerra. Nada puede ser comparado con la guerra por los inmensos sufrimientos, devastaciones y horrores que trae, por las heridas irrestaables que deja en el alma humana. Pero tambin suceden grandes calamidades en tiempos de paz. As lo recuerda otro monumento, erigido ste en Tashkent. Por el pedestal espejado de piedra sobre el que se alza el grupo escultrico: un hombre y una mujer con un nio en brazos, serpentea una profunda grieta. All donde empieza la hendidura hay un hexaedro de piedra con esta inscripcin: 5 horas y 23 minutos. 26 de abril de 1966. Aqu estuvo el epicentro del terremoto de Tashkent, que destruy la mayor parte de la cujdda y dej sin techo a decenas de miles de personas. Sin embargo, al cabo de slo un afo, todos los habitantes de la capital uzbeka volvan a tener vivienda permanente. Hoy, Tashkent es una bella ciudad moderna, con nue-
vos palacios de cultura, teatros y museos. Su arquitectura representa una fusin de racionalismo moderno con el romanticismo del Oriente. Miles de fuentes, inmensos espacios verdes, arco iris de flores . . . Uno de nosotros dijo: He visto una ciudad del siglo XXI, y todos asentimos. Minsk tambin es una ciudad proyectada al siglo venidero. As se desprende de los planes de desarrollo, a los que se refiri el arquitecto jefe de la ciudad, Yaroslav Linvich. Una serie de empresas industriales se evacan a las afueras de la ciudad; se ha creado y sigue extendindose un sistema de zonas verdes y acuticas que atraviesa todo el organismo de la ciudad; las nuevas obras se llevan a cabo tomando en consideracin los requisitos modernos. Ambas ciudades, Minsk y Tashkent, resurgieron gracias a la fraternidad intemacionalista de los pueblos soviticos. En las estelas de metal y piedra, instaladas detrs del monumento erigido en el epicentro del sismo, se enumeran las repblicas, regiones y ciudades que en aquel duro trance acudieron en auxilio de la capital de Uzbekistn. Ah est toda la geografa del pas. Con plena razn dijo Leonid Erzhnev al visitar Tashkent en la primavera de este ao: En la constelacin de las capitales de las repblicas federadas brilla la estrella del Oriente Tashkent, ciudad renacida de las ruinas como smbolo, hecho a mano de hombre, de la fraternidad y la amistad de los pueblos de la URSS*. ESTOS Y MUCHOS OTROS HECHOS de distintas esferas de la vida sovitica confirman que las relaciones fraternales entre los pueblos y entre individuos emanan de la propia naturaleza del socialismo, y se consolidan a medida que la nueva sociedad va adquiriendo formas cada vez ms desarrolladas y maduras. Este proceso atrae la atencin de historiadores, socilogos y filsofos soviticos. En Tashkent conversamos sobre este tema con el profesor Jamid Vajdov, cientfico de renombre, Director del Museo V. I. Lenin, de Uzbekistn. Las contradicciones antagnicas inherentes a la sociedad basada en la propiedad privada dijo el profesor recurriendo a un lenguaje metafrico dividen an la civilizacin humana en campos, pases, naciones y clases hostiles, produciendo hendiduras ms hondas que las que puede causar un terremoto. Los idelogos del capitalismo insisten en que esta divisin es eterna e infranqueable. Pero, el socialismo ha demostrado en la prctica que las contradicciones sociales y nacionales pueden ser solucionadas, y que la armona social y nacional puede ser alcanzada all donde el hombre no explota al hombre. Durante la conversacin alguien evoc lo que con tanto acierto dijera el joven Engels acerca de los objetivos que se plantean los socialistas: Nosotros eliminamos el antagonismo entre el individuo y el prjimo, nosotros oponemos a la guerra social la paz social .. .5 En uno de los stands del Museo V. I. Lenin en Tashkent lemos las siguientes palabras del jefe de la Revolucin de Octubre: *... Las legtimas necesidades y las progresistas aspiraciones de las
* Frauda, 25 de marzo de 1982. C. Marx 7 F. Engels. Obras, t. 2, p. 537 (en ruso).
masas trabajadoras de cualquier nacionalidad sern por primera vez satisfechas en la unidad internacional... 6 Y nosotros pensamos .que el contenido principal de la realidad, que est tomando forma consonante con el ideal socialista, podra definirse as: el desarrollo armonioso del hombre emancipado en condiciones de paz social y de unidad internacionalista. Entre los pueblos del mundo suscita enorme inters la experiencia de realizacin de este sueo secular de la humanidad en la Unin Sovitica y otros pases de la comunidad socialista, experiencia que muestra cmo los principios de igualdad y de unidad de las naciones pueden ser plasmados en la prctica. En la URSS nos encontramos con muchas personas de distintos continentes del globo. Tan slo la Sociedad de Amistad y Relaciones Culturales de Uzbekistn con Otros Pases, por cuya sede tuvimos ocasin de pasar, mantiene contactos con 120 pases y recibe anualmente ms de 150 delegaciones y grupos de turistas. Compartimos con mucho gusto nuestra experiencia nos decan en Mosc, Erevan, Tashkent y Minsk, Pero, desde luego, jams hemos tenido Intencin de exportarla. Toda la experiencia de la edificacin del socialismo en la URSS testimonia que los xitos en este camino slo son posibles si al frente del pueblo marcha la vanguardia de la clase obrera, un partido marxista-leninista cohesionado, basado en los principios orgnicos leninistas, un partido de accin revolucionarla. En todos los centros de trabajo visitados, en fbricas, koljoses, sovjoses o instituciones cientficas, hemos visto que los mejores trabajadores de empresas, racionalizadores, cientficos, organizadores de talento son, por regla general, comunistas. Ellos imprimen impulsos permanentes a los dems trabajadores ccn su propio ejemplo y energa nacida de la segundad en la justeza y la importancia del objetivo, al que lian consagrado su vida. El partido condujo al pueblo durante la revolucin y en la creacin del Estado socialista multinacional. En la presente etapa del socialismo desarrollado, su papel dirigente se acrecienta. As lo refleja la Constitucin de la URSS, que refrenda en un artculo especial el papel dirigente y orientador que desempea en la sociedad el partido, que es el ncleo de su sistema poltico. El PCUS agrupa ahora en sus Tilas a casi 18 millones de personas, los comunistas constituyen aproximadamente la undcima parte de la poblacin adulta del pas. En una disposicin especial, el CC del PCUS hace un balance de los 60 aos de desarrollo de la URSS y de la actividad del partido en este perodo histrico: La Unin Sovitica no impone a nadie "patrones" o "modelos" de estructura estatal, que menosprecian las particularidades de uno u otro pas, y ejerce una creciente influencia en el desarrollo de la historia por el hecho mismo de su existencia, por la prctica real de un nuevo tipo de relaciones sociales y entre las naciones, por la fuerza de su ejemplo al resolver los ms complejos problemas que el capitalismo es incapaz de resolver. La URSS es una potencia socialista que, utilizando palabras de Lenin, estructura sus
* V. I. Lenin. O.C., t. XXII, pp. 128-129.
relaciones con otros pases sobre el alto principio humano de la igualdad, y no sobre el principio del privilegio, humillante para un gran pueblo7. DURANTE EL VIAJE hemos podido convencernos a cada paso que los principios de la poltica exterior sovitica encuentran pleno apoyo en el pas. El partido, el Estado y el pueblo estn unidos. Ah, por cierto, est la respuesta a una pregunta que se oye a veces en pases europeos: por qu en la URSS no se organizan marchas de paz antigubernamentales? Todos aquellos con quienes tuvimos ocasin de hablar en la Unin Sovitica se mostraban identificados en su enfoque ante el problema clave de nuestra poca: el problema de la paz. La guerra me arrebat a dos hermanas dice Alexandr Kuzmn, Secretario del CC del Partido Comunista de Bielorrusia, Cada vez que voy a ver a mi madre, siempre se acuerda de ellas entre lgrimas: si vivieran tus hermanas, Valia y Sasha... Y a m durante la guerra rae toc bombardear mi entraable Bielorrusia: era piloto. Esas misiones me desgarraban el alma, pero habla que hacerlo, y descargaba las bombas. Despus de todo eso, cul va a ser nuestra actitud hacia la guerra? En muchas fbricas soviticas nos dijeron los obreros, por iniciativa propia, trabajan un da al mes en beneficio del Fondo de la Paz. Este Fondo, constituido en la URSS sobre bases de voluntariedad, ayuda a los pueblos que sufren hoy el flagelo de la guerra. Escritores y artistas donan sus honorarios y premios; una maestra, que perdi a su hijo en la guerra, gira mensualmente parte de su pensin; decenas de miles de soviticos expresan con sus aportaciones al Fondo su deseo de defender la paz, de salvaguardarla. En Ihashkent, cuando nos enseaban las nuevas casas antissmicas, los arquitectos nos hablaron de los llamados cinturones de estabilidad integrados en la estructura del edificio. Las fuerzas del socialismo, las fuerzas de la paz son hoy el principal cinurn de estabilidad en el edificio de la civilizacin humana. La construccin del cinturn de estabilidad continua. El socialismo est en pleno desarrollo, en marcha, y en sus primeras illas va la Unin Sovitica, el pas que abri ante todo el mundo el camino del socialismo y el que ms ha avanzado por l.
r Disposicin del CC del PCUS acerca del sexagsimo aniversario de la formacin de la URSS. *Pravda*, 21 do lebrero de 1962.
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estructura de la economa nacional estn llamados a desempear un papel primordial en el logro de los objetivos fijados. La poltica estructural pasa a ser en los aos 80 un importante aspecto de la estrategia econmica de los Estados europeos miembros del CAME. Se estn precisando las orientaciones bsicas que habrn de tomar los distintos tipos de produccin nacional habida cuenta de las condiciones especficas de cada pas comunitario. A a vez se hace sentir con fuerza creciente la necesidad de profundizar la cooperacin en el marco de la integracin. LA ESENCIA DE LA ACTUAL POLTICA ECONMICA del PCCh reside en el logro de la mxima eficacia de la economa nacional y en un mayor aprovechamiento de los factores intensivos del crecimiento. Esta orientacin fue trazada a comienzos de los aos 70 por el XIV Congreso de nuestro partido y reafirmada en 1976 por el XV Congreso. Al concretar dicho rumbo de acuerdo con las condiciones de los aos 80, el XVI Congreso subray en abril de 1981 que la progresiva intensificacin de la economa nacional es la premisa fundamental e inexcusable del cumplimiento del nuevo plan quinquenal. El objetivo principal de la poltica socio-econmica del Partido Comunista de Checoslovaquia es mantener y elevar el nivel de vida del pueblo. No es fcil alcanzarlo en la compleja situacin presente, dado que los gastos para suministrar al pas los necesarios recursos materiales (tanto de importacin como de produccin nacional] van en aumento y la poblacin apta para el trabajo crece lentamente, mientras que los mercados, tanto interior como exterior, son cada vez ms exigentes en cuanto a la calidad de la produccin, su nivel tcnico y la rapidez con que se renueva el surtido. Y como el consumo de combustibles, energa elctrica, materias primas y materiales destinados a la produccin habr de mantenerse durante el presente quinquenio al mismo nivel o experimentar un aumento insignificante, la renta nacional slo podr incrementarse mediante un mejor aprovechamiento de todos los componentes del proceso productivo. Adems, el desarrollo econmico de nuestro' Estado en los aos 80 habr de realizarse con cierta reduccin de la tasa de acumulacin. La cuestin es que e! plan quinquenal plantea la tarea de restablecer el equilibrio de la balanza de pagos. Si tomamos en consideracin el potencial econmico de Checoslovaquia, veremos que su deuda en monedas convertibles no es tan grande. Pero el pago de los crditos obtenidos en su tiempo en el extranjero habr de llevarse, como es natural, cierta parte de la renta nacional. Como consecuencia, los recursos destinados al interior del pas habrn de ser Inferiores a los de nueva creacin. En comparacin con el quinquenio precedente, la relacin se ha invertido, lo que habr de repercutir en la tasa de acumulacin, as como en las inversiones y las reservas, pues se plantea la tarea de mantener el consumo al nivel anterior o incluso dar un paso adelante en este plano. Basndose en una valoracin del estado actual de nuestra economa nacional y en el pronstico de las condiciones econmicas para los aos 80, nuestro sptimo plnn quinquenal (1981-1985) estableci los
parmetros fundamentales del desarrollo socio-econmico del pas, parmetros que se asientan en las posibilidades reales de la economa y tienen en cuenta la aceleracin que, segn se supone, habr de imprimir la intensificacin al crecimiento econmico. El plan prev un aumento medio anual de la renta nacional en un 2-2,6 por ciento, siendo de notar que el 90-95% de este aumento se piensa conseguir gracias a la elevacin de la productividad social del trabajo. La intensificacin ha de tener por base, ante todo, el mejor aprovechamiento de las materias primas, los recursos energticos y de mano de obra, as como las inversiones y los ingresos de divisas. Se ha proyectado reducir el gasto anual de energa elctrica y combustibles en un 2% como mnimo y el de metal en un 4,5-5% y poner en prctica un programa de economa de los recursos importados. Las nuevas normas de la economa nacional se irn aplicando paulatinamente, con una cierta lentificacin del crecimiento en 1981-1982, con el fin de que, transcurrido el perodo de adaptacin, y una vez establecidas las necesarias premisas econmicas, se pueda volver en los aos subsiguientes a ritmos de crecimiento ms altos. I AL IGUAL QUE EN OTROS PASES DEL CAME, los cambios estructurales constituyen un elemento indispensable de la amplia intensificacin de la economa. En el XVI Congreso del PCCh se subray que el cumplimiento de las tareas del sptimo plan quinquenal ... exige la aplicacin consecuente de eficaces cambios estructurales, ante todo sobre la base de la aceleracin y el mximo aprovechamiento de los resultados del progreso cientfico-tcnico y el ahondamiento de la participacin de la RSChS en la divisin socialista internacional del trabajo... 1 Los rasgos fundamentales de la actual macroestructura de la economa checoslovaca se fueron configurando durante la construccin del socialismo. El triunfo de la revolucin allan el camino a transformaciones cardinales de la sociedad que implicaran una profunda reestructuracin de la vida econmica. Como consecuencia de la socializacin de la produccin industrial y de su desarrollo aument el peso relativo de la industria y se modific la relacin entre sus distintas ramas. Fue particularmente rpido el desarrollo de las construcciones mecnicas. Con la activa ayuda del pueblo checa se aceler la industrializacin de Eslovaquia. La coQ'perativizacin dio origen en el campo a la produccin social basada en grandes explotaciones, cuya proporcin en la produccin agropecuaria global pas del 17% en 1950 al 90,5% en 1960. La nueva estructura econmica base productiva y tcnica del socialismo en la RSChS se acab de crear a finales de los aos 60 y signific un importante paso en el desarrollo de la economa nacional. Al mismo tiempo, esta estructura, como era natural, ofreca ciertos aspectos motivados por las particularidades del desarrollo de posguerra de nuestro pas, como, por cierto, les ocurri tambin a otros Estados socialistas europeos. Se fue creando un sistema de
1 XVI Congreso del Partido Comunista de Checoslovaquia, Praga, 1981, p. 367.
Los congresos de los fraternos partidos de los pases socialistas europeos celebrados a finales de los aos 70 y comienzos de los 80 han marcado las orientaciones y los objetivos cardinales del desarrollo de sus respectivos pases durante el nuevo quinquenio y han destacado una vez ms la importancia de los cambios cualitativos en las economas nacionales. Las posibilidades de un desarrollo preferentemente extensivo han quedado prcticamente agotadas, mientras que los mtodos de planificacin y gestin todava no han sido adecuados en todos los casos a las complejas condiciones interiores y exteriores en que han de aplicarse. Esta circunstancia, unida a una serie de causas objetivas, suscita cierta ralentizacin del crecimiento econmico. Slo pasando resueltamente a una amplia intensificacin de la produccin es como se puede mantener los ritmos de crecimiento a un nivel ptimo y elevar continuamente el bienestar del pueblo en la presente etapa de la construccin del socialismo desarrollado. El dinamismo del progreso econmico en los pases europeos del CAME depende hoy en mucho mayor grado que antes del equilibrio y la eficacia de la economa. Adems, en los ltimos diez aos, los grandes cambios experimentados por los precios mundiales han influido sensiblemente en los procesos econmicos interiores de los pases socialistas. El considerable encarecimiento de los combustibles y de ciertas materias primas hace que la satisfaccin de las crecientes demandas sociales absorba ms recursos de lo que se pensaba. En la nueva situacin no se puede prescindir de un amplio aprovechamiento de todos los factores de intensificacin, incluidas las posibilidades que entraa la labor de direccin. Los cambios metdicos en la
produccin multisectorial, con una marcada tendencia a funcionar de manera aurquca. Es perfectamente explicable que la economa checoslovaca se orientase por necesidad a reducir al mximo su dependencia del mercado capitalista mundial. Recurdese que durante la guerra ira las potencias imperialistas .recurrieron ampliamente al embargo comercial para presionar a los pases que haban optado por la va del socialismo. Pero el afn de lograr la autosuficiencia en el terreno productivo se hizo extensivo a las relaciones con los pases socialistas, pues en aquellos aos predominaban en las relaciones econmicas los tradicionales intercambios bilaterales de mercancas, mientras 'que la especializacin y la cooperacin internacional estaban todava en mantillas. Con el transcurso del tiempo, estas particularidades estructurales de la produccin checoslovaca entraron en contradiccin con las exigencias de la presente etapa del desarrollo econmico. Si la estructura de nuestra economa nacional es contemplada con la ptica de las necesidades actuales, resultar que su imperfeccin reside en que implica grandes gastos de energa, materias primas y materiales y requiere grandes inversiones, mientras que los fondos fijos productivos exigen una cantidad excesiva de mano de obra. El coeficiente de elaboracin de las materias primas y los materiales es en nuestro pas ms bajo que en una serie de pases de alto desarrollo industrial. Alrededor del 40% del surtido de la produccin industrial son artculos con un consumo relativamente elevado de material, pero que estn por debajo del nivel cientfico-tcnico de vanguardia. Bastar decir que Checoslovaquia ocupa uno de los prinr vos lugares del mundo en la produccin per cpita de acero (972 kg), de cemento (673 kg) de erizado (8 pares) y en la de tejidos [58 m 2 ), todas ollas de elevado coeficiente de consumo de energa y materiales. Cada tanto por ciento de incremento de la renta nacional se consigue con un aumento aproximado del 0,8% en el consumo de fuentes primarias de energa, cifra muy superior a la media de otros pases industrializados. En estas .condiciones, el suministro u la industria de combustibles, energa y materias primas (principalmente de importacin) significa un fardo muy pesado para la balanza de pagos. En la dcada del 70, cuando empeoraron las condiciones del comercio exterior de Checoslovaquia, tambin se torn ms complejo e\ problema de equilibrar la balanza de divisas. Por un lado, la parte destacada que en las importaciones ocupan los encarecidos combustibles, la energa, las materias primas y los alimentos, y por otro, el predominio que en la exportacin tienen los artculos de la industria transformadora con un nivel de precios relativamente bajo, influyen desfavorablemente en los resultados del comercio exterior. En la estructura de nuestra economa nacional es donde reside precisamente la causa de la fuerte dependencia en que se halla la magnitud de la renta nacional creada respecto del consumo productivo, ante todo del volumen de los recursos energticos y las materias primas importados. Disponemos de un gran potencial econmico y de una amplia base cientfico-tcnica; hemos conseguido un alto nivel de ocupacin y de cualificacin de los trabajadores; el pas
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participa activamente en el comercio internacional. No obstante, el proceso de reproduccin no nos proporciona, en valor, los resultados que cabra esperar de l en estas condiciones y que, con determinados cambios estructurales, es capaz de rendir. La transformacin gradual de la estructura de la economa nacional comenz despus del XIV Congreso del PCCh (1971). Pero la adaptacin de la economa nacional checoslovaca a las nuevas condiciones de la reproduccin transcurre lentamente, por lo que el producto social bruto y el consumo productivo han ido creciendo en los ltimos tiempos ms de prisa que la renta nacional. Las inversiones aumentan con ms rapidez que la renta nacional, y el ahorro en la esfera productiva es mayor que en la no productiva- En trminos globales, la eficacia de la economa nacional aumenta ms lentamente que antes. Todo ello crea dificultades para el progresivo aumento del nivel de vida del pueblo. Para conseguir que la estructura de la economa checoslovaca responda mejor a las exigencias modernas es preciso introducir en sus macroproporciones cambios que permitan, en primer lugar, acelerar la intensificacin de la economa nacional; en segundo lugar, equilibrar el mercado interior; en tercer lugar, restablecer el equilibrio en las relaciones con el exterior. El xito en la puesta en prctica de esta concepcin presupone que se lleven a cabo con ms energa que en los aos 70 la modernizacin y reconstruccin de la produccin, as como un aprovechamiento racional de la base material y tcnica. Se ir aumentando progresivamente la produccin de artculos que requieren menos gasto de materias primas y energa y ms trabajo creador altamente cualificado. Orientamos al potencial cientfico y tcnico a desarrollar prioritariamente una serie de sectores progresistas de la construccin de maquinaria, la electrotecnia y la qumica, as como aquellos que trabajan con materias primas nacionales y cuya produccin puede ser vendida ventajosamente en los mercados exteriores. La sucesiva especialzacin internacional permitir reducir los surtidos excesivos y mejorar sustancialmente las cualidades tcnicas de los artculos. En trminos generales se plantea la tarea de aumentar sensiblemente la capacidad exportadora de la economa checoslovaca y reducir las necesidades de importacin. A diferencia de las orientaciones del perodo de posguerra trtase ahora de elevar el nivel de autosuficiencia no de toda la economa nacional sino de aquellos sectores que cuenten para ello con condiciones naturales y econmicas propicias. La industria sigue desempeando un papel clave en la adaptacin de nuestra economa nacional a la situacin econmica exterior. Los grandes cambios tanto macro como micro-sectoriales habrn de afectar en primer trmino a sus cuatro .complejos productivos punteros: el de combustibles y energa elctrica, la base de materiales y materias primas [especialmente de las industrias metalrgica y qumica), las construcciones mecnicas y la industria ligera. El cumplimiento del programa estatal de racionalizacin del consumo de combustibles y energa habr de repercutir en el correspondiente balance. Se reducirn, en particular, las Importaciones de crudos,
y la extraccin de carbn aumentar en proporciones insignificantes, hasta llegar a los 125-128 millones de toneladas. Aumentar en forma moderada el consumo de gas. El incremento de los recursos energticos se conseguir en el sptimo quinquenio gracias sobre todo a la construccin de centrales atmicas, a las que corresponder aproximadamente un 55% del aumento global de la potencia de las plantas elctricas (3.960 megawatios). Con el fin de suministrar un apoyo material a este rpido crecimiento, en Checoslovaquia se est desarrollando la construccin de maquinaria para centrales atmicas, tanto para el consumo interior como para la exportacin. En .lo que respecta a la metalurgia, no se proyecta incrementar la (produccin de arrabio ni la de acero. Se hace particular hincapi en un cambio eficaz del surtido de la produccin y en un mejor aprovechamiento del metal en la economa del pas. Dado el precio elevado del petrleo y la limitacin de las posibilidades de adquirirlo, la produccin de la industria qumica aumentar durante el quinquenio en tan slo un 7%. Ms al mismo tiempo se proyecta modificar su estructura en el sentido de un tratamiento ms a fondo de la materia prima original. El plan estatal de desarrollo de la industria qumica prev un aumento de la produccin de polmeros, sustancias orgnicas bsicas, medicamentos, factores biolgicos, colorantes orgnicos, aditivos para os materiales poimricos y productos qumicos puros. Las construcciones mecnicas [cuya produccin aumentar durante el quinquenio en un 28-33%] siguen siendo el principal apoyo de la modernizacin de la base material y tcnica de nuestra economa, del incremento de la productividad, la aplicacin de los adelantos cientfico-tcnicos y el desarrollo de las industrias de exportacin. Se dar preferencia a la industria electrnica, cuyas tasas de crecimiento sern mayores (del 36 al 42% J. Se acelerar la produccin de esquemas integrados con gran densidad de elementos, as como de mi ero procesadores y memorias a base de semiconductores para una serie de ramas industriales. Adems, se est organizando la produccin de mquinas y equipos que permitirn reducir el gasto de combustibles, energa elctrica, materias primas y materiales en otros sectores de la economa nacional, y se est impulsando la fabricacin de artculos con elevados ndices tcnico-econmicos y altas cualidades de consumo. Los cambios estructurales que se proyectan para la industria ligera presuponen un mejor aprovechamiento de Jas materias primas importadas y una utilizacin ms extensa de las de origen nacional, as como un perfeccionamiento de los surtidos de los artculos destinados a los mercados tanto interior como exterior. Sigue teniendo importancia la tarea de asegurar el autoabastecimiento en productos alimenticios. La agricultura de la RSChS ha conseguido notables progresos en este sentido, pues su produccin asegura la totalidad de nuestra demanda en carne, productos lcteos y huevos y el 93% de la de cereales. El plan quinquenal prev el ascenso sucesivo del nivel general de la economa agropecuaria, con un crecimiento acelerado de la agricultura y ciertos cambios en la estructura de la ganadera.
LA CONCEPCIN de la poltica estructural precisa la orientacin de los sectores estratgicos de la economa nacional. Con una apreciacin lucida de la limitacin de todos los tipos de recursos, concentramos consecuentemente nuestras fuerzas y nuestros recursos en las direcciones que tienen una importancia decisiva para la elevacin de la eficacia de toda la economa nacional y la satisfaccin de las crecientes demandas de la sociedad. No es menor la importancia que se atribuye al perfeccionamiento de la microestructura de la produccin [especialzacin intrasectorial, surtido concreto de artculos), la cual permite obtener rpidos resultados. Para renovar en amplia escala dicha microestructura es preciso elaborar y aplicar las correspondientes formas de planificacin y gestin econmica, as como un sistema de incentivacin material que impulse a empresas y trabajadores a actuar en consonancia con las orientaciones bsicas de la poltica estructural. Nuestra experiencia demuestra que es justamente en esta esfera donde se ocultan grandes reservas para la intensificacin. nicamente combinando los cambios macroestructurales con una innovacin continua a nivel microestructural es como pueden ser superadas las dificultades que plantea el paso a un ascenso general de la eficacia de la produccin. Y esa es la nica forma de asegurar un feliz desarrollo econmico sin tener que recurrir a un ahorro excesivo, a una considerable ampliacin de las inversiones y a una limitacin o reduccin del consumo productivo. La configuracin del perfil estructural de la economa checoslovaca depende en gran medida de la estrategia econmica a largo plazo de los pases europeos de la comunidad socialista. El documento bsico en lo que respecta a dicha estrategia es el Programa integral para la projitndizacin y el perfeccionamiento de la cooperacin y el desarrollo de la integracin econmica socialista de los Estados miembros del CAME, de acuerdo con el cual fue confeccionado y aplicado el plan de medidas integracionistas multilaterales concertadas para los aos 19761980, que comprenda unas 30 grandes acciones conjuntas. Como es sabido, el XXX perodo de sesiones del CAME (1976) acord elaborar programas puntuales a largo plazo para la cooperacin en materia de combustibles y materias primas, construcciones mecnicas, agricultura, industria alimentaria, produccin de artculos de amplio consumo y transportes. Con el fin de asegurar el cumplimiento de estos programas fueron concertadas 343 acciones. Checoslovaquia participa en el 93% de ellas, lo cual tiene un gran impacto en la transformacin de la estructura de nuestra economa nacional. Desde comienzos de los aos O, la integracin socialista ha entrado en una nueva etapa: la cooperacin de la produccin en los sectores fundamentales de la economa pasa a ser la orientacin principal -del desarrollo econmico del conjunto de la comunidad y de cada uno de sus integrantes. La concepcin a largo plazo de la poltica estructural en la RSCbS se apoya no slo en la cooperacin Integracionista multilateral sino tambin en los proyectos bilaterales establecidos con los pases herma-
nos interesados. En primer trmino se extienden en todos los sentidos y se robustecen nuestros vnculos con la URSS, que es el principal socio econmico de la Repblica. Los vnculos bilaterales con los otros pases del CAME contribuyen tambin a la formacin de estructuras ms eficaces en la economa checoslovaca. Nuestra concepcin de la poltica estructural tiene asimismo en cuenta las tendencias generales del desarrollo en el mundo. A los pases capitalistas corresponde alrededor del 23% de nuestro comercio exterior. La parte de la balanza de pagos en la que los saldos se realizan en moneda convertible se encuentra actualmente sometida a fuertes tensiones. El restablecimiento del equilibrio en las relaciones econmicas con el exterior requiere una modernizacin de las estructuras productivas, para q-ie stas marchen al paso del progreso tcnico mundial y aseguren la competitividad de nuestros productos. La parte correspondiente a los pases en vas de desarrollo en el comercio exterior de Checoslovaquia os por ahora de tan slo un 7 por ciento. La asistencia econmica que prestamos a dichos pases tiende ante todo a fortalecer su industria nacional y a un mayor aprovechamiento de sus recursos naturales. Pero, en el futuro, las exigencias del mundo en desarrollo por lo que respecta a la exportacin checoslovaca habrn de cambiar, y este es un hecho que nosotros tenemos en cuenta. Por eso, la extensin de los vnculos econmicos con l habr de exigir una adaptacin ms flexible de nuestra produccin a las particularidades de la industrializacin de los distintos grupos de pases en vas de desarrollo. LOS CAMBIOS ESTRUCTURALES proyectados por el XVI Congreso del PCCh abren nuevas y ms complejas vas para la aplicacin de la poltica econmica del partido. La transformacin eficaz de las estructuras econmicas y el viraje decisivo haca la Intensificacin de la economa nacional constituyen una necesidad objetiva, a la que e! partido presta especial atencin. Las enormes posibilidades que encierra el rgimen socialista son la garanta de que las tareas que se plantea la economa checoslovaca para los aos 80 sern cumplidas con xito.
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Una de las conquistas ms importantes del socialismo consiste en que el proletariado revolucionario dirigido por el partido marxista-leninista fortalece su Influencia en todas las esferas de la vida y abre amplio margen a la satisfaccin cada vez ms completa de los intereses sociales, tanto de la propia clase obrera como de todos los trabajadores en conjunto. Hoy en la RDA y otros pases de nuestra comunidad esta realidad es un importante indicador de la correspondencia de las relaciones sociales existentes a los principios socialistas. La clase obrera, que representa ms del 75% de] total de trabajadores de la RDA, es la principal fuerza socio-poltica del progreso. Con su trabajo manual e intelectual produce la masa fundamental de los bienes materiales, crea la mayor parte de la renta nacional. Es, al mismo tiempo, duea de la propiedad perteneciente a todo el pueblo. Por eso, el que sus intereses se coloquen en el centro de la poltica social y se materialice consecuentemente el principio de Todo en bien de la clase obrera, todo en bien del pueblo responde a la justicia social, refleja el carcter humanitario de nuestro rgimen. Cae por su peso que este rasgo del humanismo socialista no surge de por s, sino como resultado de la ingente actividad poltica, econmica y cultural de la clase obrera y de todos los trabajadores. Como lo mostr ya Lenin, refleja el papel creador que desempean los obreros buscando afianzar las conquistas de la revolucin socialista y avanzar 1 . Precisamente por eso el desarrollo mximo de las capacidades creativas de la clase obrera y sus aliados, de su actividad, es importante en todas las etapas del devenir de la nueva sociedad, lo es ms an hoy, en los aos 80, cuando el socialismo desarrollado se crea en una situacin internacional poltica y econmica seriamente agravada.
i Vase V. I. Lenin. Obras Completas, 2a ed., Cartago, Buenos Aires, t. XXXI, p. 292.
LA FISONOMA ACTUAL de la clase obrera socialista de la RDA se form como resultado de un proceso revolucionario a lo largo de ms de 30 aos. Durante este perodo han cambiado las condiciones de existencia de esta clase, como asimismo su nmero, su estructura y su papel social. Las otras clases y capas sociales de nuestra repblica han experimentado tambin cambios anlogos. A diferencia de la mayora de los pases socialistas, ya al comienzo de la revolucin el proletariado de la RDA era la clase ms numerosa de la sociedad, concentrada ante todo en la industria. No obstante, sigui creciendo numricamente (sobre todo en el perodo de transicin del capitalismo al socialismo): de 1950 a 1980, el incremento fue de 4,9 a 7,2 millones de personas. En los aos 1945-1946 la parte de los obreros y empleados entre los ocupados en la economa nacional era de cerca de 70%. Hacia 1960 se elev al 81%, y hacia 1980, hasta el 89%. Es significativo que en 1950 trabajaban en la industria el 41,6%, y en 1980, el 43,2% de los obreros y empleados2. La fuente ms importante del crecimiento numrico de la clase obrera reside en ella misma: se trata ante todo de las mujeres y jvenes procedentes del medio obrero que se incorporan a la vida profesional. As, la parte relativa de las mujeres entre los obreros y empleados aument del 35,7% en 1950 al 45% en 1960 y al 51% en 1980. Cada ao empiezan a trabajar en la economa nacional de la repblica unos 200 mil jvenes de ambos sexos. El siguiente cuadro muestra la dinmica de todos estos importantes cambios socio-econmicos.
PARTE RELATIVA DE LOS OBREROS Y EMPLEADOS" EN LOS DISTINTOS SECTORES DE LA ECONOMA NACIONAL DE LA RDA (en porcentajes]
clase de un tipo verdaderamente nuevo, desconocido en la historia. Todas las clases anteriores o bien dominaban, o bien producan, puesto que en la sociedad explotadora el que tiene el poder, no trabaja, mientras que los trabajadores estn privados del poder real. Esta divisin, mantenida a lo largo de milenios, se ha superado en el socialismo: en alianza con todos los trabajadores, la clase obrera, dirigida por su partido marxista, aprende a conjugar estas dos funciones sociales esenciales. Este proceso revolucionario e internamente contradictorio puede producirse exitosamente slo a condicin de que se produzcan grandes cambios cualitativos en la propia clase hegemnica. EN EL DESARROLLO DE LA CLASE OBRERA, en su imagen social ejerce una fortsima influencia la formacin y vigorizacin de su dominio en las esferas poltica y econmica, que ha sido y sigue siendo la condicin decisiva del progreso social en el socialismo. El poder de los obreros y campssinos subray el cantarada Erich Honecker, Secretario General del CC del PSUA es la premisa de la nueva sociedad sin explotacin y opresin, sociedad cuya ley suprema es el bien del pueblo3. La vida poltica cotidiana de nuestra repblica muestra palmariamente que la clase obrera como puntal del Estado cumple su papel con diversidad y creatividad y al mismo tiempo define el contenido de la poltica, utiliza la gestin y planificacin en bien de los trabajadores, para satisfacer su aspiracin a la paz, a la vida social garantizada y el progreso social. De ah la aportacin constructiva de la RDA al fortalecimiento de la seguridad internacional, de ah las realizaciones econmicas de la repblica. AI resolver simultneamente, en unidad Indisoluble, los problemas econmicos y sociales, las masas populares procuran cumplir la tarea principal formulada en el Programa del PSUA y ratificada por el X Congreso del partido: ...Continuar elevando el nivel de vida material y cultural del pueblo sobre la base de los altos ritmos de desarrollo de la produccin socialista, de la elevacin de la eficacia, del progreso cientfico-tcnico y del crecimiento de la productividad del trabajo*1. La esencia de este rumbo y los xitos logrados en su materializacin evidencian convincentemente que en el socialismo las necesidades del pueblo trabajador estn en el centro de los procesos polticos, econmicos y sociales; la clase obrera utiliza su poder para satisfacerlas. Para que los intereses de los obreros se eleven al nivel de poltica estatal, es indispensable el correspondiente sistema poltico. En la FDAeste sistema ha sido creado y permite realizar en la prctica, por distintas vas, el papel rector de la clase obrera. Primero, una parte considerable de los obreros participa directamente en la direccin y gestin de todas las esferas de la vida, elabora y materializa las orientaciones fundamentales de la poltica interior y exterior como militantes o funcionarios del partido gobernan3 Neues Deutschland, 23 de abril de 1982. * Protokoll der Verhandlungen des X. Parteltages der Sozialisftschen Eriheltspartet Deutschlands, Berln, 1981, t. I, p. 31.
* Sin contar los aprendices. Fuente: Statisttsches Jahrbucti der DDR, 1981. Berln, 1981, pp. 106-107.
A medida que se iba creando y fortaleciendo el nuevo poder poltico y econmico y creca el nmero de trabajadores insertos en las relaciones de produccin socialistas, cambiaban esencialmente la situacin social y las funciones de la clase obrera. Esta cumple el papel de productor de la parte fundamental de la riqueza social en condiciones completamente distintas a las del capitalismo. En el socialismo, esta clase produce y, al mismo tiempo, dispone de la plenitud del poder, actuando, por lo tanto, como una
2 Aqu y en adelante, si no se espectca, las clras sa dan segn Statisttsches Jahrbuch der DDR, 1981. N. de la Red.
te. De los 2,2 millones de comunistas, 1,6 millones (73%) pertenecen a la clase obrera por el carcter de su actividad anterior u origen social; el 57.6%, por el de su ocupacin actual5. El peso especfico de los representantes de la clase obrera en las filas del partido crece constantemente y, desde su fundacin, nunca haba sido tan alto como ahora. Este es un importante indicador de la vinculacin cada da ms fuerte del PSUA con la clase obrera y, al mismo tiempo, una premisa para que el partido sea capaz de revelar los intereses sociales de la clase obrera, expresarlos y guiarse por ellos en toda su actividad. Segundo, una parte considerable de los mejores representantes de los obreros ocupa puestos dirigentes en el aparato estatal y en 3a economa nacional. En 1945-1953 estas funciones fueron confiadas a 160 mil antiguos obreros industriales, mientras que hoy el 75% de los cuadros dirigentes de la repblica, el 74% de los fiscales, el 67% de los jueces y una parte anloga de los oficiales del Ejrcito Popular Nacional proceden de la clase obrera. Esta clase ha demostrado que es capaz no slo de croar un Estado socialista, sino tambin de dirigirlo con xito. Tercero, nuestra clase obrera participa cada vez ms activamente en la administracin pblica a travs de los rganos de representacin popular, los sindicatos, otras organizaciones y comisiones sociales, contribuye con su trabajo cotidiano a la vigorizacin del rgimen socialista. Gracias a ello, el poder de los obreros y campesinos, segn sealaba Lenin, es el primero del m u n d o . . . en enrolar al prieblo... en las tareas de gobierno 6 . La composicin de los rganos de representacin popular de la RDA refleja convincentemente el carcter democrtico de este poder: ms del 72% de los diputados de la Cmara Popular y de los rganos estatales electivos locales son de origen obrero. Segn testimonian las investigaciones sociolgicas, el 66% de los trabajadores de nuestro pas estn ocupados en una u otra actividad pblica. Esto quiere decir que millones de personas, al participar coticliadamente en el ejercicio del poder, multiplican la propiedad socialista, fortalecen y defienden a la patria socialista con sus conocimientos y su experiencia. El hecho de que los obreros ocupen muchos cargos de responsabilidad en la repblica ha tenido incidencia en la esfera del trabajo intelectual, en el cambio de la fisonoma social de los intelectuales. Un estudio sociolgico efectuado en una de las circunscripciones industriales del pas ha mostrado, por ejemplo, que el 44% de las personas dedicadas al trabajo intelectual nacieron en familias obreras, el 19,1 en las de los empleados y el 12,7 en las de los campesinos y slo el 14,3 son intelectuales de segunda generacin. Por lo tanto, nuestro poder estatal tiene una firme base social, le es inherente el verdadero democratismo, de que no puede hacer alarde ningn Estado burgus. El amplio desarrollo de las formas e instituciones democrticas prohadas, de la iniciativa consciente de los obreros y de todos los ciudadanos del pas,
s Ibfd., t. I, p. 133. Adems, el 9,1% de los miembros dBl PSUA son empleados; el 22,1%, Intelectuales, y el 4,7%, campesinos. 6 V. I. Lentn. O. C., t. XXX, p. 98.
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de su capacidad para resolver las i.'.mas planteadas ante la sociedad es una firme gar..' a ci que la poltica del Estado no se divorciar i de :os intereses de las masas trabajadoras. El, CRECIMIENTO DE LA CLASE OBRERA, el reforzamiento de su papel en la construccin socialista son inseparables de la utilizacin eficaz de a propiedad social sobre lys medica de produccin. La experiencia ha sugerido una importante conclusin: la prenda -id la estabilidad del Estado obrero y campes' a o reside ante todo en la economa. Al recordar los primeros aos del Poder sovitico Lenin deca q<:e el dominio de la clase obrera fue asegurado despus de que los bolcheviques resolvieron prcticamente la cuestin de la propiedad 7 . Tambin hoy la propiedad socialista sobre los medios fundamentales de produccin, su utilizacin racional y multiplicacin siguen siendo la base econmico-social del ascenso cualitativo de la clase obrera, de la formacin de la nueva actitud hacia el trabajo, de una conducta completamente distinta, caracterstica de los verdaderos dueos de esta propiedad, que aprovechan en plena medida sus posibilidades de productores directos de valores materiales. En la actualidad, el 97% de los obreros de la repblica trabajan en las empresas y establecimientos de propiedad pblica (en la industria, casi el 100%). La propiedad socialista no es cierta forma exterior de actividad, sino un medio material bien concreto en q-:e transcurre el proceso de produccin y apropiacin, se forman y vigorizan las nuevas fuerzas motrices del progreso, se configuran la nueva mentalidad y el nuevo modo de actuar. As lo confirman brillantemente las realizaciones econmicas y sociales de la RDA, puesto que el aumento de la eficacia de la economa nacional y la elevacin de la productividad del trabajo no son, en modo alguno, procesos puramente tcnicos o econmicos, sino, ante todo, un ndice de la acrecida capacidad de los obreros para manifestarse en la prctica como clase productora y dominante 8 . Esta actitud hacia la propiedad socialista como duea de la misma permite a la clase obrera dinamlIbd., t. XXXIII, p. 41. Aduzcamos varios Indicadores fundamentales que permiten juzgar del canino recorrido por !a economa nacional de la repblica gracias al Intenso y concienzudo trabajo del pueblo. Un ao despus de la proclamacin de la RDA, en 1950, Iris empresas socialistas de ]a industria y la agricultura proporcionaban un poco ms de la mitad (56,8%] de] producto social neto. Al cabo de treinta aos, esta parte se elev al 96,4%. De 1949 a 1980, la renta nacional del pas se multiplic casi por 6 (de 22.400 millones a 173.900 millones de marcos), y calculada por persona ocupada en la esfera productiva, por 7,4. Estos resultados han sid'j logrados sin que aumentara considerablemente el nmero total de los trabajadores: en 12,4% (en la esfera productiva, slo en 2,7%). La produccin industrial global calculada por obrero y empleado se sextuplic con creces. AI cabo de treinta aos, se invertan solamente cinco semanas para producir el volumen anual de la produccin Industrial mercantil de 1950. Si en 1960 un trabajador produca mil marcos de la renta nacional en 160 horas laborales, en 1970 Inverta en ello IDO boras y en 1980 ya slo 58 horas. No son menos significativos los ndices del ahorro de electricidad y materiales: en los ltimos aos e) volumen de la produccin aumenta sin que se incremente el consumo global de combustibles y materias primas.
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zar el desarrollo de la economa nacional y crear sobre esta base las premisas materiales necesarias para la materializacin del programa socio-poltico del PSUA. El auge econmico se refleja en el mejoramiento sensible de la situacin material de los obreros y de todos los trabajadores y sus familias. En los aos 70, en nuestra industria el promedio de los ingresos mensuales de los obreros y empleados aument de 768 marcos a 1.038, entre ellos los de los obreros de la produccin, de 748 a 1.018 marcos. Puesto que los precios al por menor de los artculos de consumo fundamentales y las tarifas de transporte permanecieron al bajo nivel anterior, los ingresos reales por un miembro de familia de los obreros y empleados aumentaron en comparacin con el ao 1960 en 123,1%. De 1970 a 1980 aument fuertemente la cuanta de la pensin de vejez: en 72%. Desde el punto de vista del mejoramiento de la situacin social de los trabajadores ha tenido una enorme importancia la ampliacin de la construccin de viviendas: la poblacin ha recibido 1.500.000 apartamentos nuevos y modernizados. Esto ha mejorado notablemente las condiciones de vivienda de 4,5 millones de personas, es decir, aproximadamente de una cuarta parte de la poblacin de la RDA. Ms del 60% de los apartamentos de nueva construccin en nuestra repblica se destinan a los obreros, rindindose as tributo a su papel en la creacin de la riqueza nacional. Agreguemos que de acuerdo con el programa socio-poltico de los aos 70, ms de 1.500.000 puestos de trabajo en la industria, la construccin y el transporte han sido adaptados a las exigencias modernas de la organizacin del trabajo, lo cual se reflej tambin en el bienestar social de los obreros. En la sociedad socialista el aumento del nivel de vida depende realmente del crecimiento econmico, puesto que el nuevo rgimen, por primera vez en la historia, vincula firmemante en bien de la clase obrera y del conjunto de los trabajadores el progreso econmico y el progreso social. La toma de conciencia de esta unidad por la propia experiencia cotidiana, respaldada por la actividad ideolgica de nuestro partido, genera importantes fuerzas motrices del de^ sarrollo cualitativo de la clase obrera permitindole comprender ms profundamente las interconexiones macro-econmicas y sociales, formando en las masas una posicin activa ante la vida, que lleva a su vez a un nuevo auge econmico-social. Esta dialctica se ve bien, por ejemplo, en el movimiento de innovadores. Los obreros, empleados, Intelectuales, campesinos cooperativistas no se limitan a cumplir concienzudamente sus obligaciones directas en la produccin, sino que logran excelentes resultados cientfico-tcnicos y econmicos, hacen mucho para mejorar las condiciones de trabajo. De 1970 a 1980 el nmero de innovadores casi se ha triplicado, con la particularidad de que entre los participantes activos de la creatividad cientfico-tcnica ha aumentado sobre todo el nmero de los obreros industriales. En 1981 un obrero de cada tres hizo su aporte a la racionalizacin de la produccin. Si los efectos econmicos del movimiento de innovadores se cifraron en 1970 en 2.500 millones de marcos, en 1980 samaban ya 4.600 millones. En total, la economa nacio-
nal ha obtenido adicionalmente por esta va en los ltimos diez aos ms de 38.000 millones de marcos. Sin embargo, el significado de este movimiento no se limita a resultados puramente econmicos y tcnicos. Centenares de miles de obreros empiezan a dedicarse, adems del trabajo manual, al trabajo intelectual: en bien de ellos mismos y de la sociedad. En aras de los mismos objetivos, ellos trabajan en pie de igualdad junto a los ingenieros y peritos, y movidos por su propio sentido de la responsabilidad modernizan y racionalizan la produccin. De esta manera, la clase obrera se manifiesta cada vez ms activamente como fuerza social fundamental que realiza y acelera el progreso cientfico-tcnico. La creatividad productiva de millones de ciudadanos conscientes tiene importancia de principios para el desarrollo sucesivo de la clase obrera y de toda la sociedad socialista. El complejo proceso de intensificacin de la produccin requiere una enrgica participacin de los obreros y del conjunto de los trabajadores. La realizacin exitosa de la estrategia econmica del PSUA y el cumplimiento de su tarea principal son posibles slo a condicin de un rpido ascenso de la productividad, tanto del trabajo manual como intelectual. Nuestro pueblo sigue esta va, como lo demuestra la emulacin socialista de masas bajo el lema de Alto crecimiento econmico mediante la elevacin de la productividad del trabajo, de su eficacia y calidad: todo en bien del pueblo y de la paz mundial. El nivel logrado en el desarrollo de las fuerzas productivas de la repblica, en la divisin del trabajo, as como el carcter de los procesos demogrficos no permiten confiar en un aumento ms o menos considerable de los recursos laborales. En efecto, la succin sucesiva de la fuerza de trabajo de la agricultura tendra consecuencias negativas para este sector, sobre todo para la calidad de su produccin. Se eleva el papel de la ciencia y tcnica, de la instruccin y cultura, de los servicios mdicos, as como de la gestin y planificacin exigiendo un aumento considerable del nmero de ocupados en la esfera no productiva- Esto significa que una parto de la juventud, sobre todo obreros, tendr que pasar a las filas de los intelectuales. Por ltimo, tampoco se puede elevar ms el nivel de ocupacin de las mujeres, que ya de por s es muy elevado en nuestro pas: trabajan o estudian ms del 87% de las mujeres, constituyendo ms de la mitad de la clase obrera del pas. Por consiguiente, el crecimiento de la clase obrera puede y tiene que ser exclusivamente cualitativo, acompaarse del cambio de su fisonoma, del cumplimiento mejor de sus funciones clasistas. LOS IDELOGOS DE LA BURGUESA tratan de demostrar que el progreso cientfico-tcnico y, en general, el desarrollo de las fuerzas productivas es una obra exclusiva de la lite espiritual. A los obreros se les reserva el papel de ejecutores pasivos sin potencial creativo propio. Estas elucubraciones preconcebidas tergiversan la situacin real incluso en el capitalismo, sin hablar ya de que son absolutamente inaplicables al socialismo. En efecto, hoy ms que nunca el ritmo del progreso tcnico se determina y se imprime en laboratorios
cientficos, en las mesas de diseo de ios constructores. Se eleva la responsabilidad de los intelectuales por el desarrollo de la produccin social. Sin embargo, esto no minimiza en absoluto el papel que corresponde a la clase obrera. Al contrario, su significado crece, puesto que los logros de la ciencia y tcnica no son un objetivo en s, sino un medio para plasmar los objetivos sociales y polticos. La ciencia se transforma en fuerza productiva al servicio del progreso social slo en !a medida en que deviene obra de lodo el pueblo. Por eso, el desarrollo y la utilizacin coherentes, a escala masiva, de las posibilidades creadoras, de la calificacin e instruccin de los trabajadores es la reserva ms importante para la aceleracin del progreso cientfico-tcnico. Al crear conscientemente las condiciones para la creatividad conjunta de los obreros e intelectuales, contribuirnos as no slo a la racionalizacin de la produccin, sino tambin al desarrollo cualitativo de la clase rectora de la sociedad. En los aos de existencia de la repblica, el nivel de preparacin educacional y profesional de los trabajadores se ha elevado en proporciones gigantescas, sobre todo desde que empez a incorporarse a la vida laboral la joven generacin, que, por regla general, termina 10 12 grados de la escuela y tiene profesin. En 1970, el 79% de los egresados de la escuela haba cursado 10 12 grados, en 1080 ya ms del 90%. Ahora, de los 8,7 millones de trabajadores de la repblica, ms de 4 millones tienen instruccin secundaria. Tres cuartas partes de los trabajadores de 20 a 30 aos tienen la instruccin de 10 afos, el 90% tiene el diploma de obrero calificado. Este enorme progreso se extiende tanto a Ins muchachos como a las muchachas. El nivel de instruccin sigue creciendo: esperamos elevar en el futuro la parte de los obreros con 10 12 aos de instruccin al 90%. Gracias a los grandes recursos invertidos por el Estado socialista, un progreso anlogo ha sido logrado tambin en el terreno de la calificacin profesional. Si en 1955 tenan calificacin una cuarta parte de los obreros industriales de la repblica, en 1983, ya casi el 65% (entre los obreros de la produccin, ms del 62%]. En 1980, el 85,6% de los egresados de las escuelas obtuvieron la capacitacin profesional y se hicieron obreros calificados. El nmero de cuadros con instruccin media especializada en la industria se multiplic respecto a 1960 casi por cinco veces, y con instruccin superior, por diez 9 . Al mismo tiempo, la parte de los obreros sin instruccin profesional o con bajo nivel de instruccin 10 se redujo aproximadamente a 20%. La posibilidad de obtener un alto nivel de instruccin y calificacin es un valor social que muchas personas relacionan directamente con nuestro rgimen social, con 1; poltica humanitaria del PSUA y del Estado socialista. Sin embargo, esto no significa que no est en nuestro derecho esperar del incremento del potencial dl trabajo vivo calificado los corresNeues Deutschland, 23 de abril de 1982. A diferencia <je los obreros no calificados que antes de empezar a trabajar pasan slo un breve aprendizaje y reciben informacin sobre las reglas de seguridad del trabajo, los obreros instruidos |poco calificados) se capacitan directamente en e] puesto de trabajo. Esto no les da derecho' al diploma de calificacin. N. de la Red.
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pondientes resultados cientfico-tcnicos y econmicos, Igual que de las inversiones en la instruccin, suficientes efectos macroeconmicos. Pero por ahora una parte de los cuadros calificados ocupa puestos de trabajo que no permiten aprovechar sus conocimientos y sus experiencias en plena medida. Si la instruccin y la calificacin recibida no se emplean suficientemente durante aos, se debilita la disposicin a estudiar, surge la insatisfaccin, que lleva a menudo a la fluidez de la fuerza de trabajo. Por eso, planificar mejor la capacitacin de cuadros, aplicar coherentemente el principio de retribucin del trabajo segn su cantidad y su calidad, estimular la creatividad conjunta de los obreros, peritos e ingenieros, significa crear para los trabajadores la posibilidad de una mejor autorrealizacin, de una mejor autoafirmacin en la sociedad. En el progreso social de la clase obrera desempea importante papel ia reduccin gradual del trabajo fsicamente duro, nocivo para la salad y montono. Durante 1975-1979 la parte de los obreros de la produccin ocupados en trabajos pesados en la industria de la RA se redujo de 7,5% a 5,3%. Pero el problema no se ha resuelto an. En el montaje manual en cadena, en los trabajos de transporte intrafabriles, en las producciones parcialmente automatizadas, as como en operaciones que preceden al proceso automatizado o que lo coronan, la parte de las operaciones montonas y del trabajo fsico pesado sigue siendo considerable. Para crear el aparato productivo y un tipo de divisin del trabajo que lleven en todas partes a la reduccin y, luego, a la liquidacin de las condiciones desfavorables para la personalidad y la salud del hombre, se requieren grandes esfuerzos cientfico-tcnicos y grandes inversiones materiales. A este respecto, la utilizacin de la microelectrnica, de los robots industriales y otros medios de automatizacin, abre nuevas posibilidades permitiendo entregar a las mquinas las operaciones ms duras, menos interesantes, revelar mejor las capacidades de los trabajadores y enriquecer su trabajo con elementos de creatividad. El empleo de la tcnica moderna acarrea consecuencias de distinto carcter, incluso en el socialismo, pero en conjunto impulsa la transformacin de los obreros en una clase ocupada no slo en trabajos manuales, sino tambin, y en creciente medida, en trabajos intelectuales. As lo ha subrayado Leonid Brzhnev, Secretario General del CC del PCUS, en el XXVI Congreso del PCUS: Cambia tambin el propio carcter del trabajo del obrero moderno. Este trabajo se llena de un creciente contenido intelectual11. Conviene tambin tener presente que hombres ocupados todava, en virtud de causas objetivas, en montonos trabajos manuales o en operaciones intelectuales no creativas, realizan al mismo tiempo un trabajo responsable en el partido, los sindicatos, la unin de las juventudes, participan en el movimiento de innovadores, en la emulacin socialista, en la discusin y confeccin de planes, lo cual les abre la posibilidad de dedicarse a una compleja actividad intelectual, creativa, adems del cumplimiento de sus obligaciones directas.
11 L. I. Brzhnev. Por el camino de Lenin, Mosc, 1981, t. 8, p. 694 [en ruso).
Hay grupos de obreros y empleados que realizan un trabajo cuyas condiciones y contenido pueden cambiarse ya ahora de modo que las funciones manuales e intelectuales resulten ntimamente ligadas entre s. Como resultado de ello, las exigencias presentadas al trabajador cambian a menudo, y para cumplir las tareas de la produccin es necesario tener instruccin meda especializada o superior. Por consiguiente, las concepciones que reducen a la clase obrera a grupos de hombres dedicados al trabajo manual se contradicen con los cambios reales que atraviesa esta clase en el socialismo. As pues, no es casual que el PSUA plantee en el centro de su actividad el sucesivo desarrollo espiritual de los obreros y de todos los trabajadores. En este sentido se presta atencin prioritaria al mejoramiento de la gestin y planificacin, a la instruccin pblica, al perfeccionamiento de los estmulos materiales y morales de los cuadros calificados. Crear las condiciones que permitan aprovechar eficazmente el potencial del trabajo calificado para elevar la productividad de la economa nacional significa abrir camino al cumplimiento de la tarea estratgica de transformar los logros del socialismo en fuerza motriz del progreso cientfico-tcnico. LA APLICACIN ACELERADA de las innovaciones cientficas y tcnicas, la racionalizacin socialista van acompaadas de la concentracin sucesiva y de la creciente organizacin de la clase obrera. Si en 1956 en las empresas con ms de mil trabajadores estaba ocupado el 49,9% de los obreros y empleados de la industria socialista de la repblica, en 1981, era ya el 69,5%. Ahora el 98% de la clase obrera est concentrado en los grandes combinados. Sin embargo, el 29,2% de la produccin industrial corresponde a las fbricas con menos de mil trabajadores (el 86,7% del nmero total de empresas). Esto plantea un grave problema social: el hecho de que la parte fundamental de la clase obrera est concentrada en la gran produccin no excluye la necesidad de prestar tambin seria atencin a los obreros ocupados en empresas medianas y pequeas. Los procesos fundamentales de la revolucin cientfico-tcnica, sobre todo la automatizacin integral, tienen lugar ante todo en la produccin en serie y, por lo tanto, afectan slo de manera mediata a las empresas pequeas y medianas. Pero es inadmisible que stas se queden al margen del progreso tcnico, puesto que ello repercutira indeclinablemente en la situacin social de una parte de los trabajadores. Por eso se plantea la tarea de la racionalizacin socialista coherente de los procesos productivos en las empresas pequeas y medianas, para crear en ellas condiciones de vida y de trabajo que correspondan a las exigencias y posibilidades sociales. Dentro de la clase obrera se producen importantes cambios estructurales. Primero, la parte de los obreros ocupados directamente en el proceso productivo se reduce constantemente. En cambio, crece el peso especfico de los obreros y empleados que preparan las operaciones fundamentales, confeccionan los medios de racionalizacin, reparan los equipos, procesan la informa-
cin y cumplen otras funciones auxiliares. Este proceso lgico, estrechamente ligado al desarrollo de las fuerzas productivas modernas, viene siendo desde hace varios aos una caracterstica de la clase obrera de la RDA. Es una condicin y al mismo tiempo una consecuencia del amplio empleo de los medios de automatizacin. Segundo, en las ramas avanzadas de la industria [qumica, electrnica, electroenergtica moderna) aumenta paulatinamente el nmero de obreros y empleados cuyas funciones productivas requieren que tengan instruccin superior o media especializada. Esto es una de las manifestaciones de la aproximacin de la clase obrera y la intelectualidad: se forma un grupo de obreros y empleados de alta calificacin que presentan determinados rasgos de intelectuales tcnicos. Dicho grupo tiende a aumentar. Tercero, hasta ahora ha venido creciendo sensiblemente la parte de los obreros y empleados ocupados en la esfera no productiva, sobre todo en la esfera de los servicios y en determinados campos de la gestin. En los servicios, dicha tendencia se mantendr, sin duda alguna; por lo que se refiere al trabajo de gestin, oficinesco, la aplicacin de la microelectrnica, de la informtica implicar una reduccin considerable de los puestos de trabajo y e! traslado de los ocupados a otros trabajos, conformes, naturalmente, a su calificacin y sus intereses, e importantes desde el punto de vista de la economa nacional. La sociedad socialista no puede admitir que la movilidad intraclasista signifique para el hombre la degradacin social. La tecnifcacin de ciertos tipos de trabajo intelectual plantea ante los empleados administrativos y oficinistas exigencias completamente nuevas para ellos, en particular la necesidad de aplicar y utilizar equipos modernos, elevar su calificacin, cambiar de lugar de trabajo, y a veces incluso de profesin y de colectivo laboral. A medida que se automatice la produccin, se har cada vez ms evidente el progreso espiritual y social de la clase obrera. Sin embargo, ocurre a menudo que en las mismas ramas en que el contenido del trabajo de una parte de los ocupados se enriquece, durante mucho tiempo se mantienen an las condiciones objetivas para la reproduccin aunque en proporciones cada vez ms reducidas de grupos de obreros instruidos o no instruidos. De ah que en la RDA se opere un proceso de diferenciacin de la clase obrera desde el punto de vista de la calificacin. Adems, se crean condiciones nuevas, cuando en los colectivos productivos trabajan hombro a hombro obreros y empleados de una calificacin completamente distinta; en cierta medida se observa una creciente diferenciacin de los obreros, de los intereses y demandas de sus distintos grupos. Los socilogos estudian este proceso de diferenciacin ante todo desde el ngulo de la tendencia lgica hacia la intensificacin de la unidad. Esto es importante, en particular, puesto que la estructura social de la clase obrera se deja sentir en la formacin de la personalidad socialista. Esta se configura en condiciones concretas que presentan diferencias bastante ntidas: el equipamiento tcnico desigual del trabajo, diferentes niveles de concentracin y socializacin de la produccin, as como de instruccin, califica-
cin, etc. La comprensin de esta especificidad y del mecanismo de su influjo en el hombre es el punto de partida para crear coherentemente las premisas materiales y tcnicas de desarrollo de sus capacidades, del mundo interno, as como para cambiar la estructura de toda la clase obrera en el espritu del progreso social. El problema consiste en establecer cientficamente, de qu modo los distintos grupos y capas de obreros influyen unos en otros y cmo, a medida de la superacin paulatina de las diferencias esenciales entre ellos, se eleva la clase en su conjunto a un peldao ms alto de su desarrollo. En ello empieza a desempear un papel activo la planificacin y gestin social, estimulando la creacin de un ambiente en que se manifieste al mximo la actividad social de los trabajadores. Gracias al crecimiento cualitativo y al papel dirigente de la clase obrera, la modificacin de la estructura social de la sociedad socialista no intensifica la diferenciacin, como ocurre en el capitalismo, sino, que, al contrario, tiende a una aproximacin cada vez mayor de las clases y capas, y luego, a la superacin de las diferencias existentes entre ellas. El poder obrero y campesino, las relaciones de produccin socialistas abren ante los representantes de las clases trabajadoras aliadas una perspectiva segura. Bajo Ja direccin del partido marxista-leninista estas clases revelan todas sus posibilidades, aunan esfuerzos y junto con los obreros participan enrgicamente en la edificacin de la sociedad socialista desarrollada.
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LA PRENSA MUNDIAL comenta con alarma la creciente amenaza del hambre en distintas regiones del continente africano. Desde las pginas de los peridicos y revistas nos miran nios con ojos llenos de angustia y desesperacin, con rostros arrugados como si fueran ancianos, con vientres hinchados de hambre. Por televisin vemos personas que se mueren en ia calle por no poder comer normalmente no ya una vez al da, ni siquiera una vez a la semana. Un creciente cmulo de datos revela el dramatismo de la situacin creada: el consumo per cpita de alimentos se ha reducido durante el decenio pasado en un lu%, como promedio; desoladoras tambin son las cifras que abarcan perodos ms amplios. Desde lt,6j, el producto global interno per cpita creci en 19 pases en menos del 1%, y en 15 pases el crecimiento fue nulo. Se calcula que del 26 al 52% de la poblacin de los Estados independientes del continente sufre de desnutricin; ms de 150 millones de africanos se encuentran en el primer escaln del registro mundial del hambre. La mortalidad infantil, una de cuyas causas decisivas es la mala alimentacin, se lleva a cada qainto nio africano menor de un ao, y al sur del Sahara, es 30 veces ms alta que en el conjunto de los pases en desarrollo. En los aos O, el hambre y la subnutricin adquirirn dimensiones an ms amplias,., si no se intensifican las medidas concretas para revertir estas tendencias, indica un informe del Consejo Mundial para los Alimentos de la ONU1. Tras estas cifras alarmantes se divisa no slo el problema de la existencia semihambrienta de millones de seres, sino el peligro de extincin en el sentido estricto de la palabra. Hace un decenio, el hambre hizo estragos en la Zona Saheliana2, azotada por tremendas sequas; hace poco perecieron por esa misma causa ms de 5J.OUO personas en la zona de Karamodia (Uganda). No est excluido que surjan nuevos brotes de hambre en otras zonas. Al estudiar por qu frica ha resultado tan vulnerable en los problemas del abastecimiento alimenticio,
1 frica Research Bulletin, Val. 19, Ja 3, 1982, p. 6366. Franja de semidesiertos y sabanas desertizadas que atraviesa Cambia, Senegal, Mauritania, Mal, Alto VoKa, Nlger y Chad, extendindose hasta las fronteras del Sudn.
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pueden sealarse varias causas especficas. All se encuentran ms de veinte Estados muy rezagados en su desarrollo socio-econmico, con una renta per cpita inferior i la de otros pases liberados (menos de 150 dlares al ao). En los aos 70 el continente acus las duras consecuencias de malas cosechas de los principales cereales. El problema se agrav como resultado de las guerras, de grandes conmociones sociales, como fue el caso en Uganda y Chad. Por ltimo, no hay que perder de vista las peculiaridades de carcter histrico. Existen datos indicativos de que, a mediados del siglo XVII, Europa y frica tenan aproximadamente la misma poblacin (cerca de 100 millones). Para comienzos de nuestro sigio, el nmero de europeos se haba cuadriplicado, mientras que el incremento de la poblacin africana no alcanzaba al 25%. La causa hay que buscarla en la exportacin de mercanca humana del continente negro a las plantaciones del Nuevo Mundo. Segn diversos clculos, la trata de esclavos se llev de frica de 40 a 80 millones de sus habitantes en la edad ms apta para el trabajo, sin hablar ya de las consecuencias de las guerras coloniales y del deliberado genocidio a que recurrieron los colonizadores, lodo eso min el proceso de reproduccin de los recursos humanos, quebrant el complicado sistema de sus nexos con el proceso de formacin de las fuerzas productivas de la agricultura. Tales son, en sntesis, algunos aspectos que determinan las caractersticas especficas del problema del hambre y la desnutricin a nivel continental. Al mismo tiempo, la aguda situacin alimentaria se deriva tambin de factores fundamentales, que actan en toda la inmensa periferia de la economa capitalista mundial. La ciencia marxista-leninista considera que el hambre en los Estados en desarrollo tiene cierto carcter de regularidad. Es una inevitable consecuencia de la divisin internacional del trabajo entre las metrpolis y las colonias, entre los centros del capitalismo y su periferia explotada, divisin que se concret ya en la poca colonial. Hoy, la explotacin de los pases, de reciente independencia, por mtodos neocoloniales condena objetivamente a una existencia semihambrienta a centenares de millones de personas. El capitalismo impuso a estos pases un desarrollo unilateral, anmalo de la agricultura. La prepotencia de los monocultivos ha paralizado a los dems sectores de la agricultura productiva, convirientlo el agro en un apndice de la economa de los centros capitalistas. Despvs de la II Guerra Mundial se registraron oleadas de hambre en todos los continentes del mundo en desarrollo. No obstante las medidas de los gobiernos nacionales para solucionar el problema de los alimentos, incluidas las reformas agrarias, el incremento de la produccin result insuficiente. Como resultado, sufre subalimentacin (menos de 2.000 caloras al da), como mnimo, el 26% de los habitantes de Asia; el 25% de los de frica y el 13% de los de Amrica Latina. En total estn condenados al hambre cerca do 530 millones de personas; ms de la mitad son nios menores de cinco aos. Mil trescientos millones de personas sufren subalimentacin crnica. Sin embargo, las conclusiones que unos y oros sa-
can de estas cifras distan mucho de ser unvocas. La ciencia burguesa, y con ella la prensa imperialista, prefieren explicar los sufrimientos de millones de personas partiendo de criterios neomalthusianos (la expansin de la pobreza y el hambre en el Tercer Mundo, afirman, se deriva de la explosin demogrfica), o como una consecuencia del intensivo crecimiento de la poblacin urbana o simplemente como resultado de los fallos en la planificacin, los errores de la poltica econmica, etc. Para los comunistas y otras fuerzas progresistas el quid del problema es que, an despus de desmoronarse el sistema colonial, en las relaciones econmicas entre dos grupos de Estados capitalistas y en desarrollo se han mantenido la desigualdad de derechos, la opresin y la discriminacin. Los mercados de los centros capitalistas continan dictando sus leyes, obligando a los pases productores de materias primas a mantener una orientacin unilateral en sus exportaciones. Las costas del desarrollo dependiente siempre recaen sobra estos pases. Ejemplo de ello son las consecuencias del auge de la ganadera industrial en la Europa capitalista y los EE.UU., que hizo crecer la demanda de piensos producidos en la zona de agricultura tropical [mandioca, soja y, en cierta medida, sorgo). As en el Brasil, los cultivos de soja se han extendido en perjuicio de la produccin de frijoles, principal alimento protenico de los pobres, mientras que la creciente exportacin de soja provoc la subida en flecha de su precio en el mercado interno. Ahora, la tercera parte de los brasileos no puede permitirse el lujo de comprar habas o aceite de soja. El consumo medio de protenas so redujo aqu en un 6%. Las consecuencias de este diktat del mercado internacional se hicieron sentir tambin en Sudn. Aunque las cosechas de sorgo (principal producto alimenticio) disminuyeron durante el decenio pasado en un 50%, su exportacin, en particular a Araba Saud, creci muchas veces. Lo mismo sucede con otros productos de nuestra agricultura: se exportan mientras que el pueblo vive medio hambriento. El rgimen de Nimeiri se solidariza con. sus protectores imperialistas en la imposicin de la disciplina del hambre a las masas5. He aqu un dato que revela hasta qu trgicos extremos puede llevar la dependencia econmica: en el apogeo de la catastrfica sequa de 1971-1973, ocho pases de la Zona Saheltana exportaban de 2 a 5 veces ms protenas que las que importaban en forma de cereales. Es ms, en todo nuestro continente las gramneas y otras plantas alimenticias [sorgo, mijo, batata, etc.) son sacrificadas en bien de los cultivos exportables. La produccin de caf en frica se ha cuadriplicado en comparacin con hace veinte aos. Los pases liberados se privan de lo ms necesario para satisfacer las demandas de los mercados externos. Tal es la Implacable lgica de las leyes del capitalismo. Tambin debe tenerse en cuenta que la orientacin unilateral al cultivo intensivo de exportables trae consigo consecuencias ecolgicas destructivas.
1 Para ms detalle, vase el artculo Del atolladero al abismo, de Ahmed Salm, en Revista Internacional, Na 6 de 1982.
La explotacin excesiva agota los suelos, acelera la erosin. En los ltimos cincuenta aos, corea de 650,000 km cuadrados de tierras frtiles al sur del Sahara han quedado reducidas a polvo, otro 18% ha sido declarado zona de riesgo ante la amenaza de convertirse en desierto.
Por otra parte el incesante empeoramiento de las condiciones de comercio obliga a los pases en desarrollo a pagar sumas cada vez ms elevadas por la importacin de alimentos. En varias ocasiones la brusca cada de la produccin de cereales en los centros capitalistas provoc el disparo de los precios y, como resultado, una baja de la importacin de cereales en los pases en desarrollo. No se puede confiar en la estabilidad de los precios mundiales de los alimentos en el sistema econmico capitalista. Como resultado, las masas malnutridas, o mejor dicho hambrientas, de enormes zonas de la ex periferia colonial caen bajo el dominio de las transnacionales que se especializan en el comercia de alimentos, utilizndolos como fuente de lucro y como medio de presin poltica. LAS CAUSAS de la subalimentacin de millones, la escasez crtica de alimentos, cuando las personas arrastran una existencia al borde de la muerte por inanicin, no pueden examinarse al margen del sistema capitalista, que dividi al mundo en opresores y oprimidos, y tiene todava muchas palancas de influencia econmica en la situacin econmica interna de las antiguas colonias. Los ms castigados son los pases que se han atrasado en su desarrollo socio-econmico. Pero queda por ver esta cuestin: esta disciplina del hambre corresponde en sus manifestaciones extremas a los intereses a largo plazo de los propios centros capitalistas? Con la liquidacin de la dominacin colonial directa, cambia la poltica del imperialismo en la periferia de la economa capitalista. Para asegurar en las nuevas condiciones el funcionamiento ulterior de la economa de los centros, se elabor todo un conjunto de medidas al que se ha dado en llamar estrategia de la ayuda econmica4. En los aos 50 y ms tarde.
4 Incluye Jos subsidios estatales y los crditos en condiciones ventajosas, la ayuda tcnica y otras formas de asistencia.
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los crculos imperialistas exultaban el papel de los suministros ventajosos de cereales a costa de los crditos concedidos, as como otras ayudas alimenticias. Ahora suscitan crticas cada vez ms recuentes tanto por parte de la opinin pblica como de determinados representantes del capital imperialista. Por qu esta forma de ayuda tan publicitada [los idelogos burgueses le atribuan casi el papel de chaleco salvavidas en el mar del atraso y la pobreza) se pone ahora en tela de juicio, adems, en un momento en que podra parecer tan necesaria, cuando las perspectivas del abastecimiento alimenticio no son nada halageas? Hay varias causas. Ante todo destacaremos que la aureola de generosidad con la q-ie se rodeaba la ayuda capitalista, fue falsa desde el principio: al marcharse de las colonias, las ex metrpolis se vieron obligadas a inventar cierto mecanismo para comercializar determinada parte de la produccin agropecuaria que en el contexto de las crisis agrarias de superproduccin aparece como excedente. La poltica de la ayuda alimentaria de la CEE continua siendo dictada por los intereses agrarios en mayor medida que por los deseos de contribuir al desarrollo fde los pases liberados 7. A.) 5 , dice Katherina Focke, ex ministra del Gobierno de Bonn y actualmente diputada al Parlamento Europeo. Muchos gobiernos de Asia y frica se convencieron por experiencia propia de que el volumen de los suministros de alimentos se reduca bruscamente cada vez q'ie cambiaba la coyuntura en el mercado, y empezaron a criticar el carcter egosta de esa ayuda. Por otra parte, la dependencia de estos pafses respecto a dichos suministros ha crecido mucho y es considerada como una amenaza a la soberana nacional, tanto ms por cuanto el imperialismo los emplea muy a menudo como instrumento de dikat poltico. A semejante tctica recurre en frica el rgimen de apartheld. Hendrik Schoeman, ministro de la RSA, declara con jactancia que los silos llenos permiten negociar desde posiciones de fuerza. El clenlo consiste en que. al aumentar la poblacin de los Estados del frica Negra, stos acudirn nnda vez ms a Pretoria nn busca de los principales productos alimenticios. Amplios sectores de la opinin pblica tanto en el mundo capitalista como en los prolos pases en desarrollo critican la ayudo alimentaria como mprfio utilizado por el imperialismo para cabar a los grupos privilegiados, Los acaparadores y especuladores se ganan millones con los cereales Importados, mientras que las masas pobres padecen la subnntricin. Estimaciones relativas a Banpladesh indican, por efemulo, que slo el 25-30% de la ayuda alimenticia recibida por lnea de las organizaciones internacionales llega a las capas ms desposedas8. Lo mismo sucede en Sudn y en cualquier otro pafs africano donde detentan el poder la burguesa administrativo-burocrtica y la lite del eirclto. que se nutren de los bolos imperialistas. El mecanismo de distribucin de la ayuda deja en estos casos escasas esperanzas de mejoras del abastecimiento alimenticio a las masas. Al contrario, la desigualdad se ahonda an
5 New Afolcan, noviembre de 1981, p. 48. * International Herald Tribune, 8 de diciembre de 1981.
ms. Tanto ms por cuanto se trata de pases en desarrollo, donde segn estimativas del Consejo Mundial para ios Alimentos el 10% de las familias ms acomodadas reciben cerca del -30% de la suma total de los ingresos particulares; a otro 30% de familias le corresponde la misma parte; al siguiente 40%, slo el 15% de la suma, y al 20% restante, el 5% de ingresos. Otra razn de escepticismo respecto a la eficiencia de semejante ayuda consiste en que los suministros de trigo y arroz importados modifican en cierto grado la racin y los gustos de antes. Objetivamente, esta tendencia socava las perspectivas de aumentar la produccin de os productos tradicionales, aunque son precisamente stos los que constituyen la principal fuente de alimentacin de las capas ms pobres. El menosprecio de las variedades locales de gramneas tiene efectos negativos incluso all donde se ha extendido el cultivo de especies de alto rendimiento de arroz, maz, etc. Dos decenios despus de que llegara a estas tierras la revolucin verde escribi International Herald Tribune refirindose a las Filipinas, los milagros que realiz al propiciar altas cosechas de cereales y hortalizas han perdido su aureola, y los especialistas filipinos estn buscando, a nivel nacional, variedades nativas... Han vuelto a descubrir plantas tiles que pueden convertirse en una importante fuente de alimentos, combustibles y abonos7. En los ltimos aos se ha denunciado reiteradas veces la prctica delictiva de compaas capitalistas que suministran productos de baja calidad a los pases liberados. A veces envan a esos pases grano y conservas destinadas para animales domsticos, derivados lcteos y otros productos deteriorados cuya validez para el consumo es francamente dudosa. Vastos sectores de la opinin pblica de los pases capitalistas, fueron tomando cada vez ms conciencia del inmutable hecho de que el hambre de centenares de millones de personas es un negocio para un puado de comerciantes y financieros, ante todo para las mayores compaas cerealeras internacionales de los EE.UU., las cuales, a travs del mercado capitalista, tratan de dictar su voluntad a todo el mundo en desarrollo. Esta toma de conciencia signific un gran avance. La desilusin por la ayuda alimenticia, as como la indignacin por la poltica que condena a sufrir a pueblos enteros, motivaron, particularmente en Europa capitalista, la aparicin de algunas organizaciones y movimientos que llaman a vencer el hambre en el Tercer Mundo. Sus participantes consideran que tanto all como en los centros capitalistas es necesario liberar a la poblacin, comenzando por el campesinado, de la prepotencia de las transnacionales agro-alimentarias. Aunque muchos proyectos de los partidarios de esa reestructuracin adolecen de cierto utopismo [se hace hincapi en la renuncia al consumo excesivo en Europa de productos ricos en protenas e hidratos carbnicos, con el fin de utilizar los recursos que queden as disponibles para combatir el hambre en Asia, frica y Amrica Latina, etc.], estas acciones denotan objetivamente que se estn operando cambios en una parf IbcU, 27 de mayo de 1982.
te de la opinin pblica, que de esa manera tan peculiar protesta contra el dominio de los monopolistas en la produccin y comercializacin de los alimentos. LAS CLASES DOMINANTES de los pases capitalistas no pueden desentenderse pura y simplemente del llamamiento a emprender medidas eficaces con el fin de liberar del hambre y la desnutricin a los pueblos de los pases liberados. Este problema se examina a nivel estatal y fue debatido hace poco en el Parlamento Europeo. Parte de la burguesa monopolista tiende ahora a ver en el hambre un impedimento para su ulterior expansin comercial y econmica. La subalimentacin permanente de millones de seres humanos admisible desde el punto de vista de la moral de! business se considera en perspectiva como una amenaza de explosin social o un estorbo para aquellos grupos monopolistas que tratan de crear en el mundo en desarrollo un mercado con mayor capacidad de venta. De ah su inters por superar las manifestaciones ms repulsivas de la pobreza. Slo grandes esfuerzos en el terreno de las inversiones, de la planificacin y la investigacin escriben los autores del conocido informe de la Comisin Brandt permitirn cubrir debidamente las necesidades alimenticias de los seis mil millones de habitantes que tendr probablemente el mundo hacia el afio 2000. Pero no se trata solamente de que haya alimentos; importa tambin q'ie quienes los necesitan P"edan comprarlos. La red"ccin de la pobreza es Imprescindible, en Igual medida, para terminar con el hambre 8 . S, se habla solamente de reduccin, pues la pohreza y el capitalismo son conceptos indisolubles. El hambre, la desnutricin afectan las capas ms desamparadas de la poblacin en los propios pases capitalistas; all crece constantemente el nmero de personas cuyos ingresos se encuentran por debato del nivel de pobreza oficial. Un claro ejemplo de ello son los EE.UU., donde la reduccin de los programas sociales por decisin de la Administracin Reagan condena a una existencia se mi hambrienta a ms y ms millones de norteamericanos. T.a transferencia masiva de medios con el fin de cambiar la desfavorable situacin econmica y alimpnticia en la periferia capitalista es una de las ideas centrales del informe, que 'reflei los nimos reformistas de los partidarios de vnculos ms estables fen una perspectiva duradera) del mundo capitalista con los pases en desarrollo. Esto, a su modo de ver. exige la superacin en cierta medidade las penalidades crnicas que sufren los pueblos de las antiguas colonias. No es casual que en el mencionado documento y en las cada vez ms frecuentes declaraciones de algunos gobiernos capitalistas se repita la tesis de combatir e] atraso, las enfermedades, la subalimentacin, aunque entre esos deseos y las medidas reales haya un gran trecho. Por otra parte, en el Occidente capitalista resuenan llamamientos a solucionar dichos problemas en un espritu que dista mucho de los paliativos y com1 NorthSouth: A Programme for Suraival. The Report of the Independent Commtsston on International Deoelopment Issues nder the Chairmanshlp o Wly Brandt. London, 1980, pp. 90-91.
promisos recomendados por la Comisin Independiente. Da la impresin de que a veces se habla a voz en cuello del hambre y Ja desnutricin con el nico fin de utilizar la grave situacin alimenticia existente en muchos pases liberados para obligarlos a adoptar soluciones convenientes al imperialismo, sobre todo a la actual Administracin de los EE.UU. En este sentido es muy sintomtica la aparicin del informe del Banco Internacional de Reconstruccin y Fomento [BIRF), titulado El desarrollo acelerado de frica al sur del Sahara: agenda para la accin. En el documento abundan datos reveladores de las sombras realidades y perspectivas de la agricultura en esa regin. Las cifras tienen una carga ideolgica, y vienen a ser como e! teln de fondo sobre el que se quiere sentar una doble premisa bsica: primero, que los culpables de la situacin creada son los propios pases liberados; y segundo, que para superarla es necesario cambiar el modo de enfocar los problemas de la agricultura y, en consecuencia, toda la estrategia socio-econmica. Las recomendaciones del informe las resumi con estricta concisin el peridico londinense The Economiatw: emplear ms a fondo el mecanismo de precios con el fin de Incitar al camneslno a producir artculos para el merend local y para la exportacin fse trata, en realidad, de estimular al mximo la agricultura de libre empresa; en el in F orme se crtica acerbamente toda Iniciativa en el mbito de la construccin cooperativista, la creacin de haciendas estatales); menos apoyo en la burocracia hipertrofiada y poco eficiente (todo el nfasis de las recomendaciones est dirigido no contra Ins defoliaciones burocrticas, sino contra el sector pblico, contra su pnpel puntero en la economa!; y devaluacin de las divisas nacionales [esta metllda hn conducido reiteradas veces al crecimiento catastrfico de los precios de artculos de primera necesidad en Sudn y en muchos otros pafses liberados, repercutiendo de forma muy grave en la situacin de los pobres). En esencia, las recomendaciones del BTRF se reducen al intento de imponer a todo un grupo de pnfses una reestructuracin econmica que abra im espacio ilimitado al juego libre de las fuerzas del mercado. Como vemos, la receta, nnnque no es nueva, concuerda plenamente con el enfoque neoconservador de los reaganomlstas. Las consecuencias de semeiante desarrollo se silencian: la brusca activacin de la empresa privada del graniero [en el Informe se hace hincapi incluso en el graniero pequeo) conducir Inevitablemente al enriquecimiento de unos y a la ruina de otros. Al respecto es bien elocuente la experiencia de los pases q i] e en distinto grado se valieron de semejante modelo: Pakistn. India. Filipinas. Aunque en el curso de la revolucin verde se crearon all grandes haciendas cerealistas privadas, no se logr resolver radicalmente el problema de la subalimentacin masiva e incluso del hambre. En el informe del BIRF se habla tambin de las perspectivas de la ayuda extranjera al fomento de la agricultura africana, incluso se admite que debera
9 Aocejerated Deuelopmenf n Sab-Saharan frica: an Agenda for Action. 10 Vase The Economlst, 10 de octubre de 1981, p. 90.
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duplicarse hacia finales de los aos 80. Pero con una condicin: los gobiernos nativos debern tener en cuenta las recomendaciones del BIRF. No podra decirse ms claro: obra poltica y econmicamente tal como nosotros lo exigimos, o no pienses en nuestra ayuda, .ironiza la revista New African11 que se publica en Londres. Y esto no es una amenaza huera; existen indicios de que quieren llevarla a la prctica s los pases liberados intentan ignorar la voluntad de los reaganomistas y de otros exponentes de la ciencia econmica burguesa prximos a aqullos por su espritu. En los ambientes del BIRF, por ejemplo, se critica a la Organizacin de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentacin fFAOJ: les parece que presta demasiada atencin a los costosos programas alimentarios. El ms descontento es Washington. (La FAO concede al ao un milln de toneladas de alimentos a los pases necesitados.) Otro modelo de manifiesta presin es la negativa de los donadores capitalistas [EE.UU., Francia, Pases Bajos, Blgica, Noruega) a participar en la financiacin del proyecto que prev crear reservas especales de cereales para los pases de la Zona Saheliana. No obstante, los Estados africanos muestran su insistente propsito de materializar este programa financindolo de fuentes rabes. De este modo, es poco probable que la coordinacin de los esfuerzos con las potencias capitalistas en la solucin del problema de los alimentos pueda dar motivos de optimismo a los pases en desarrollo. La propia desigualdad de las relaciones entre aqullas y stos limita las posibilidades de superar los problemas heredados del colonialismo o frena la actividad creativa de los pueblos, desvindola por el cauce que ms le conviene al capital imperialista. LOS COMUNISTAS y otras fuerzas democrticas destacan en sus programas la necesidad de una reestructuracin radical de las relaciones econmicas internacionales. Los pasos en esta direccin significaran el establecimiento de un rgimen ms justo de intercambio de mercancas entre los Estados, el fortalecimiento de la independencia econmica de los pases liberados, un cambio en las condiciones de la ayuda extranjera que asegure verdaderamente el respeto de los derechos soberanos de los pueblos oprimidos en el pasado. La reestructuracin podra abrir el camino hacia la superacin ms eficaz de problemas que reclaman urgente solucin: el hambre, las enfermedades, el atraso. Sin embargo, es utpico y simplemente errneo considerar que cualquier esfuerzo aplicado en direccin al autoabastecimiento alimenticio puede surtir efecto sin el respaldo de profundas transformaciones sociales, de reformas agrarias. Los Intentos verdaderamente eficaces en el terreno de la alimentacin se emprenden all donde se ha liquidado el rgimen explotador, donde se pone rumbo a la construccin del socialismo. La experiencia muestra que incluso los Estados socialistas que sufren las penosas consecuencias del atraso y el subdesarrollo, logran movilizar sus todava modestos recursos alimenticios para atender las necesidades del pueblo.
" New African, febrero de 1982, p. 22.
Por otra parte, tambin all donde reina an la opresin social, los comunistas y otros revolucionarios pueden hacer una gran contribucin a la lucha por aliviar la situacin de las masas explotadas. El programa de tal lucha en los pases afro-asiticos puede incluir no slo la reivindicacin de reformas agrarias, la cancelacin de las deudas de los pobres, sino tambin la ampliacin de la ayuda estatal con el fin de prevenir a erosin de los suelos, modernizar la agricultura, fomentar el empleo de aperos agrcolas baratos, pero eficaces. Tendra gran importancia la aplicacin de una poltica coherente de estmulos para el cultivo de especies resistentes a la sequa sorgo, mijo, mandioca y otras, que pudiera interesar al campesino en los resultados de su trabajo. En las medidas de auxilio a la poblacin afectada por el hambre y la subalimentacin, desempean un gran papel los esfuerzos de las organizaciones internacionales que actan en el marco de la ONU, sobre todo en casos de emergencia. Cuando la ayuda alimentaria se realiza sobre una base bilateral, no debe estar vinculada a condiciones polticas o de otro tipo, no debe conducir a la dependencia, El Movimiento de los Pases No Alineados destaca cada vez ms el papel que desempea su solidaridad en la superacin de las dificultades alimenticias. Movido por ias demandas de este movimiento, el Consejo Mundial de Alimentos de la ONU formul un programa que contempla el empleo de estmulos econmicos para desarrollar la produccin agropecuaria local, el mejoramiento de los mtodos para conservar, transportar y comercializar el grano, la ampliacin de la preparacin de especialistas en poltica alimentara. Es significativo que los planes de la integracin econmica en frica se debatan cada vez ms desde el punto de vista de las tareas relacionadas con la superacin del hambre y la desnutricin. Por ltimo, los comunistas consideramos que el xito de estos esfuerzos est condicionado a la conversin de nuestro continente en una zona de paz duradera. Lamentablemente, la situacin por que atravesamos es alarmante. La poltica de la Administracin Reagan arrastra determinadas regiones africanas a la carrera armamentista. Apoyndose en sus lacayos, Washington se propone ensanchar aqu la zona de intereses vitales propios. Tras el acuerdo sobre la concesin de bases militares en Marruecos, EE.UU. ha concertado un acuerdo anlogo con el rgimen reaccionario de Nimeiri. Est claro que Washington concede prioridad no a los proyectos agropecuarios, sino a los objetivos estratgicos. Sobre este siniestro teln de fondo alcanza particular contraste la poltica de los pases socialistas respecto al frica Independiente. Guindose por los ideales de la paz, la justicia y el progreso, listos pases, ante todo la Unin Sovitica, han hecho y hacen mucho para que los pueblos liberados superen la penosa herencia colonial. Decenas y decenas de instalaciones agropecuarias, construidas con el concurso de la URSS, prestan servicio a la solucin de los problemas sociales ms importantes del campo, ofrecen modelos de administracin de la gran produccin social agraria. Tienen significado histrico los esfuerzos de los pases de la comunidad socialista orientados a establecer una paz duradera y slida en todos los con-
tinentes. Ya ahora existen posibilidades verdaderamente inabarcables para emprender la solucin de problemas humanos de carcter universal, tales como la lucha contra el hambre, las enfermedades, la miseria y muchos otros. Mas para ello es necesario que el progreso cientfico-tcnico sea puesto exclusivamente al servicio de las aspiraciones pacficas del hombre, se dice en el mensaje de Leonid Brzhnev al segundo perodo extraordinario de sesiones de la Asamblea General de la ONU para el desarme12. Difcilmente pueda encontrarse objecin alguna contra este planteamiento. Slo cohesionando el potencial creador de los pueblos se podr vencer el hambre a nivel mundial.
Frauda, 16 de Junio de 1982.
UN NUMEROSO GRUPO de Estados a los que se ha dado en denominar pases en vas de desarrollo experimentan una compleja evolucin caracterizada por procesos en extremo contradictorios. El creciente papel que dichos Estados desempean en la palestra internacional constituye un importante rasgo de la etapa contempornea y una tendencia histricamente positiva. Pero al propio tiempo se acelera la diferenciacin dentro del Tercer Mundo, la cual, en casos determinados, matiza las tendencias generales, reducindolas al mnimo o acentundolas al mximo. Entre esas diferencias cada vez ms acusadas se destaca la brecha que se est formando entre la masa fundamental de pases afro-asiticos y latinoamericanos y algunos de los ms importantes, parte de los cuales entra ya en la fase monopolista de Estado. Ejemplo elocuente de ello es el caso del Brasil, que por muchos ndices econmicos ha dejado a la zaga a la mayora de los Estados en desarrollo. Llama la atencin el surgimiento en nuestro pas de una potente industria militar. Este hecho plantea muchos problemas complejos. En particular, induce a reflexionar sobre los lmites de la independencia y de la subordinacin de los pases capitalistas de mediano desarrollo econmico, sobre la correlacin de fuerzas en
el mundo del capital y las fuentes del potencial militar-industrial que se est acumulando fuera de los viejos centros imperialistas. La crisis de las Malvinas1 vino a realzar la importancia de estas cuestiones, proporcionando copioso material a las discusiones que se llevan a cabo en Amrica Latina acerca de los cambios producidos en las funciones de las fuerzas armadas y las vas para reforzar el potencial defensivo nacional asegurando su independencia respecto a ias potencias imperialistas. Estos problemas no pueden menos de atraer la atencin de los comunistas. Aunque no tienen respuestas fciles ni unvocas, s podemos determinar desde ahora las premisas bsicas atenindonos al enfoque marxista-leninista. Este permite detectar lo esencial los intereses de clase que condicionan el desarrollo de la industria militar y tomar en consideracin las contradicciones que minan la hegemona del centro imperialista principal. Los comunistas brasileos y de otros Estados latinoamericanos se pronuncian resueltamente contra ia subordinacin de la poltica de sus respectivos pases al rumbo agresivo de los EE.UU., pero, al mismo tiempo, no pierden de vista las peligrosas aspiraciones de los crculos gobernantes domsticos. Los idelogos burgueses atribuyen a los comunistas de sus respectivos pases un antimilitarismo innato y Ciego, el ansia de destruir las estructuras militares nacionales. Pero semejante enfoque vulgar es orgnicamente ajeno a los marxistas-leninistas consecuentes. Para ellos, la raz del problema no reside en la existencia del ejrcito o de la industria militar como tales, sino en su carcter, su orientacin, en los objetivos a los .que sirven. Est claro que sin cambios radicales en la poltica y la economa resulta imposible excluir el uso de la mquina militar en perjuicio de las masas, en detrimento de la seguridad de los pueblos. Para conjurar este peligro es necesario apartar del poder y del control sobre las fuerzas armadas y la industria militar a los fantoches de la reaccin y el imperialismo, se precisa una autntica democratizacin de la sociedad, la nacionalizacin de los principales recursos del Estado incluido todo su potencial defensivo. En el caso concreto de cada pas, la lucha contra el empleo del aparato militar en inters de la reaccin local y del imperialismo se adapta a la correlacin de fuerzas configurada, al desarrollo especfico de las instituciones castrenses y de su base industrial. En este sentido, Brasil presenta muchas peculiaridades. HACE DIEZ AOS en el pas apenas existan siete fbricas que producan pistolas y explosivos o reparaban material de fabricacin extranjera. En cambio hoy, en las empresas del sistema militar-industrial que produce un amplio surtido de artculos (desde armas ligeras hasta aviones de combate) estn ocupados directamente ms de 100 mil obreros, peritos e Ingenieros. Se considera que existen unas 100 empresas de este tipo; segn otras fuentes, el nmero total
1 Sobre las causas de la crisis, vanse los artculos de M. Grabivker y G. Pocock en Revista Internacional, Na 7 da 1982. N. de la Red.
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de compaas que en forma directa o indirecta integran dicho complejo asciende a 3502. La industria de guerra est formada por grandes compaas estatales y privadas, as como empresas mixtas estatal-privadas. Generalmente se trata de potentes agrupaciones financiero-industriales 3 . Junto a ellas estn sus contratistas y subcontratistas. Los estrechos vnculos con determinado departamento militar [el Ministerio del Ejrcito, el de Aviacin o de la Armada) configuran estructuras orgnicas estables. Las empresas de la industria de guerra son financiadas por bancos estatales locales o extranjeros. Las formas de financiacin son distintas: desde la tradicional concesin de crditos hasta las inversiones directas de capital bancario en acciones de la compaa. La industria blica brasilea suministra equipos tcnicos y material a todas las armas. Actualmente, el 60% de las necesidades de las fuerzas armadas del pas son cubiertas por empresas locales1. Segn el balance del ao pasado, el volumen total de la produccin de esta rama alcanz 2 mil millones de dlares, lo que sita al pas entre los ocho fabricantes de armamentos ms importantes del mundo capitalista. A comienzos de los aos 80, el volumen del mercado mundial de armamentos sobrepas los 500 mil millones de dlares5. Es decir que a nuestro pas le corresponde cerca del 0,4%, una proporcin que parece insignificante. No obstante, para apreciar debidamente el peso de esta cifra hay que considerarla en funcin de una serie de factores. En primer lugar, el inicio tardo y el escaso impulso de partida del desarrollo de la industria armamentista en Brasil. En segundo lugar, su acelerado avance dejando a la zaga al grupo principal de fabricantes de armas afroasiticos y latinoamericanos. Conviene contrastar tambin las cifras referentes a los gastos directos para las fuerzas armadas (ms an, en porcentaje de la renta nacional]. En el caso del Brasil, teniendo en cuenta sus dimensiones y las proporciones de la carrera armamentista en una serie de Estados en vas de desarrollo, estos gastos parecen relativamente modestos y las capacidades de la industria blica, desmesuradas. Cmo explicar esta desproporcin? Hemos odo decir a altos mandos de las fuerzas armadas brasileas que la industria de guerra del pas no debe ceirse a satisfacer las necesidades de su propio ejrcito. En efecto, el sistema militar-industrial del pas no se limita al cumplimiento de esta tarea. Ahora reporta importantes beneficios en divisas.
2 Vase Amrica Latina. Informe poltico, 28 de mayo de 1982, p. 83. ? El caso de la Engesa, compaa privada fundada en 1958, puede dar una Idea de este completo sistema. Dicha compaa fabrica carros de combate y tractores. El control financiero est a cargo de la holding Pr-Engesa S. A. Adems de la compaa matriz la propia Engesa, integran el grupo la firma comercial Engexco-Exportadora (comercializa la produccin de la Engesa y de otras corporaciones de la industria de guerra), la EngexEquipumienlos Especializados que fabrica piezas de artillera, el centro de investigacin Engepec-Pesquisa e Tecnologa dotado de talleres de experimentacin y la compaa EmjeDleo Ltd., especializada en programas de entrenamicnto profesional por video. * Amrica Latina. Informe Poltico, 28 de mayo de 1982, p. 83. 5 Vase World Armamenls and Disarmament, SIRPI Yearbook 198, Londres, 1981, p. 147.
En 1980, las exportaciones industriales alcanzaron la cira de 10.800 millones de dlares, de los cuales cerca de mil millones correspondan a mercancas destinadas para fines militares. O sea, casi una dcima parte6. En 1981, los suministros de material de guerra al exterior aumentaron en casi un 50%. Se trata de un ritmo ms que imponente, sobre todo si tenemos en cuenta la recesin general en la economa brasilea afectada por la crisis cclica de la economa capitalista mundial. Incluso segn estimaciones oiciales demasiado optimistas, el producto nacional bruto experiment el ao pasado un bajn de 3,5% (5,8% per cepita] 7 . Haca decenios que el pas no haba conocido una recesin tan brusca. Cierto es que los desajustes en la economa no datan de hoy. Del entusiasmo de los crculos burgueses ante el milagro brasileo3, del que tanto se habl en su tiempo, no quedan ms que confusos recuerdos. En los aos 70, las reiteradas subidas de los precios mundiales del petrleo repercutieron duramente en la balanza comercial. A ritmos catastrficos aumentaba y sigue creciendo la deuda externa. Aunque se produjo cierto ensanchamiento del mercado interno, ste no fue suficiente como para neutralizar las deficiencias bsicas de la economa brasilea. El pas, cuyo sistema econmico ha sido reorientado hacia el exterior, ya no puede pasarse sin mercados extranjeros adicionales. En esa situacin de crisis, el Gobierno puso rumbo a la aceleracin de las exportaciones y la reduccin de las operaciones de importacin. Sin embargo, la venta de exportables tradicionales tropezaba invariablemente con obstculos difciles de superar. Los estrategas de la poltica econmica necesitaban mercancas que les ofrecieran nuevos mercados y buenas perspectivas de venta. La exportacin de armas result ser uno de los negocios ms promctedores 9 . La tirantez internacional, ios conlicos locales en distintas zonas del mundo, la aspiracin de muchos pases en desarrollo a modernizar sus ejrcitos eran factores que prometan un amplio mercado de venta. Fue as como coincidieron los intereses del generalato, que exiga que se fortaleciera la retaguardia
G Exame, 4 de noviembre de 1981, p. 42. 7 Exame, 10 de marzo de 1982, p. 24. Sobre el verdadero significado del milagro econmico brasileo vase Situacin madura para la democratizacin de G. Das en Revista Internacional, Na 11 de 1981. N. de la Red, 9 El primer contrato para suministrar armas al exterior fue concertado en 1975 con Libia. Lo firm la Engesa. Actualmente, esta corporacin exporta a 32 pases las nueve dcimas partes de su produccin. En el inundo capitalista, la Engesa es uno de los principales proveedores de blindados ligeros sobre ruedas. En esta clase de armamentos, cubre la mitad del mercado capitalista mundial. Ms ce un tercio de los aviones Banderanto fabricados por la Embraer se venden en el exterior (EE.UU., pases latinoamericanos y africanos y algunos Estados de Europa Occidental), el avin de entrenamiento Xingu se exporta a Francia y otros varios pases capitalistas eurouccldentales; el aparato de asalto Tucano, a Inglaterra. La Helibrs vende helicpteros Esquilo y Gavin a Bolivia, Chile y el Per. Los jeeps militares de la GURGEL se venden a 20 Estados. Ahora, se est hablando ya de fabricar armas de modelos brasileos en pases capitalistas desarrollados. Por ejemplo, la Engesa tiene en proyecto, en cooperacin con la Bell Aerospace Texistron norteamericana, la fabricacin de carros de combate Cascavel en los Estados Unidos.
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industrial del Estado burgus que, de un lado, se preocupaba de su potencial militar y, del otro, buscaba las vas para restablecer el equilibrio econmico, y del gran capital nacional que aspiraba a encontrar negocios beneficiosos. Pero, cmo pueden los exportadores brasileos competir con los fabricantes de armas tradicionales que cuentan con una riqusima experiencia, un gran potencial cientfico-tcnico y enormes recursos financieros? Aqu intervienen varios factores y, ante todo, el que los primeros disponen de mano de obra ms barata [y dicho sea de paso, bastante calificada]. Adems, los empresarios brasileos lograron encontrar su especialidad en el mercado mundial: suministran armamentos de mediana complejidad, que resultan fciles de asimilar para los ejrcitos de los Estados en desarrollo. El sistema industrial-blico del Brasil posee ya tecnologas modernas, copiadas en gran parte de las corporaciones transnacionales. Pero tambin incide notablemente el hecho de que las fuerzas armadas del pais, valindose de las asignaciones presupuestarias, hacen enormes inversiones en los experimentos que se realizan en laboratorios y polgonos de los ministerios de guerra. Su potencial cientfico-tcnico es una de las bases del desarrollo autnomo de la industria de guerra del Brasil. Por otra parte, hay que tener en cuenta que el Gobierno concede toda una serie de ventajas para estimular la exportacin de armas. No se trata nicamente de organizar la publicidad y exposiciones de los ltimos modelos. Recurriendo a los medios polticos y diplomticos, las autoridades tratan de facilitar la concertacin de negocios beneficiosos. Y, por supuesto, los exportadores de armas tienen prioridad para obtener crditos, acceder a las fuentes de energa y materias primas y realizar operaciones de cambio de divisa. AL ANALIZAR la formacin y desarrollo de la industria blica brasilea resulta fcil detectar sus vnculos multilaterales con el capital extranjero. Los fabricantes de armamentos de las transnacionales estn interesados en cierto grado en que se desarrolle la industria blica local. La fabricacin de armas en nuestro pas constituye para ellos una ventajosa esfera de inversin y un mercado de venta con perspectivas halageas. Adems, se benefician considerablemente con el ahorro en salarios. Por ltimo, los monopolios extranjeros buscan la posibilidad de vender sus propios modelos por intermedio del Brasil utilizando las ventajas existentes en nuestro pas para la exportacin. Sin embargo, lo caracterstico de la industria de guerra brasilea no es tanto la amplitud de sus vnculos con el capital extranjero cuanto su diversificacin, mucho mayor que en el sector civil de la economa. Salta a la vista el hecho de que el volumen de sus relaciones con las corporaciones industrial-militares norteamericanas es considerablemente menor en comparacin con el de los vnculos mantenidos con los monopolios eurooccidentales. Cmo se lleg a tal estado de cosas? Cabe deducir de este hecho que la industria blica brasilea est escapando al control del coloso norteamericano?
Es poco probable que en Washington sospechasen que pudieran surgir considerables divergencias con los crculos gobernantes del mayor pas de Amrica del Sur en aquel perodo en que, despas de la ofensiva general de los rojos (que es como presentaba la propaganda imperialista el triunfo de la revolucin en Cuba y el sucesivo auge de la lucha emancipadora en Amrica Latina), pareca que los EE.UU. haban logrado detener ese proceso y obtenido el desquite con el golpe de abril de 1964 en el Brasil. En aquel entonces los estrategas norteamericanos a travs de la CA ayudaron a los grupos castrenses brasileos de extrema derecha a establecer su control sobre las fuerzas armadas. Una vez uniformado nuestro pas, la Casa Blanca esperaba de l que fuera un gendarme obediente. Pero, para cumplir las fundones policiales se precisaban garrotes lo suficientemente pesados. Despus de evaluar las potencialidades de la industria brasilea, Washington consider conveniente desarrollar parcialmente la produccin blica local. Entre otras cosas, pensaba que ello le ayudara a resolver toda clase de asuntos delicados: suministros indirectos de armas a los pases en que la injerencia abierta de los EE.UU poda provocar efectos polticos indeseables o a los clientes que preferan tratar con proveedores neutrales. Adems, se prevea, como algo que caa de su peso, la participacin de corporaciones norteamericanas en el negocio industrial-militar brasileo, su control directo o indirecto sobre el mismo. Pasaba el tiempo, y los generales brasileos, que en los primeros aos consecutivos al golpe necesitaban vitalmente el apoyo del patrono del Norte, empezaron a dar muestras de desagradecimiento. Se imponan cada vez con mayor fuerza los intereses propios. AI mismo tiempo comenzaban a operarse ciertas mutaciones en el bloque gobernante del pas. Iban perdiendo posiciones los anticomunisas de la caverna, los partidarios abiertos de la orientacin pronorteamericana y los fascistas desenfrenados los cuales, debido a su extremismo, no se entendan con el gran capital brasileo, lo desacreditaban en la palestra internacional, obstaculizando una mayor penetracin en los mercados extranjeros. Con el correr del tiempo se impuso la corriente del nacionalismo moderado de derecha representada por militares pragmticos y relacionada con aquellos sectores de la burguesa financiera domstica que, aunque mantenan vnculos permanentes con las transnacionales, no estaban asociados con ellas en forma directa. A su vez, la alianza con los militares pragmticos daba fuerza poltica al capital brasileo, le ayudaba a consolidar sus posiciones. Los nuevos lderes concedan especial importancia al fortalecimiento del sector publico como considerable pilar de la seguridad nacional. Para mediados del 70 comenz a revelarse la lnea hacia lo diversificacin de la economa y un mayor control del Gobierno sobre ia actividad empresarial. Mientras no se esclarecieron las causas, a muchos observadores les desconcertaba el hecho de que en el Brasil, al que se tena por aliado privilegiado de los EE.UU., la reglamentacin de las inversiones extranjeras fuese a menudo mucho ms rigurosa que en pases vecinos que
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se mostraban ms renuentes en sus relaciones con Washington. El deseo de reforzar el papel del Estado y fortalecer su potencial industrial propio no tard en manifestarse en la poltica militar del Brasil. En 1968 ya se haba intentado reemplazar los armamentos de importacin. En aquella poca se procedi a copiar los modelos, importados de EE.UU., en fbricas de los ministerios de guerra. Sin embargo, imitar las tcnicas norteamericanas result una empresa demasiado complicada, y aquel proyecto se malogr. Hacia mediados de los aos 7U, el Gobierno replant su poltica en este terreno, orientndola a la mxima unin de los recursos del Estado y de las compaas privadas. Se estimul la integracin de stas en la produccin armamentista, teniendo en cuenta su especializacin tradicional- Antes se haba marcado ya un viraje hacia la diversificacin de las importaciones de material militar, hecho que provocaba la creciente irritacin de Washington. No sin razn ste consider como un desafo la firma del contrato del siglo: el convenio de 1975 sobre la asistencia germanooccidental al Brasil para desarrollar la energtica nuclear, por un valor de cerca de 12 mil millones de marcos. El gendarme brasileo, adiestrado con tanto esmero par los imperialistas norteamericanos, empezaba a ponerse bravo. Ambas partes se sentan cada vez ms agraviadas y, por fin, bajo la Administracin Crter, los polticos de Washington decidieron llamar al orden a los insolentados generales brasileos. El pretexto lo tenan a mano. Buscando ganarse capital poltico mediante las especulaciones con los derechos humanos, la Casa Blanca decidi prestar atencin a la violacin de estos derechos en el Brasil. En realidad, la Administracin Crter slo quera demostrar que, si no se mostraba dcil ante los EE.UU., el Gobierno militar corra el riesgo de quedar aislado en la palestra internacional. La accin fue todo un espectculo: los gentlemen de Washington aleccionaban a los soldadotes brasileos proponindoles adornar la fachada y, lo fundamenta!, conformarse con el papel de socio obediente. Las declaraciones demaggicas del Gobierno USA provocaron descontento en los generales brasileos. En 1977 stos rompieron sus relaciones con el Pentgono y denunciaron el acuerdo de 1952 de cooperacin militar. Los polticos washingtonianos, que sobrestimaron su influencia en los sectores gobernantes de nuestro pas, obtuvieron resultados completamente distintos de los que pretendan lograr. El potencial de la industria militar brasilea creca independientemente de la voluntad de los EE.UU., adquiriendo rasgos de fuerza autnoma. Este proceso sigui desarrollndose a lo largo de los ltimos aos. EL CONFLICTO de las Malvinas cual una tormenta de mar que saca a la superficie lo que s ocultaba en la profundidad, hizo patentes las contradicciones que venan acumulndose durante decenios entre Amrica Latina y los EE.UU. Esta crisis demostr, entre otras cosas, la existencia de una tendencia objetiva de divorcio entre los intereses de una parte de los crculos gobernantes en los pases de la regin y los de los principales centros imperialistas, o sea, puso de relieve justamente aquello que en su tiempo
haba provocado el enfriamiento en las relaciones norteamericano-brasileas. El apoyo abierto prestado por Reagan al Gobierno Ihatcher disip muchas ilusiones. Quienes an cifraban esperanzas en la proteccin de los EE.UU. cayeron por fin en la cuenta de que !a Casa Blanca menosprecia a sus socios latinoamericanos no slo en aras de sus propios beneficios, sino tambin cuando se ven afectados los intereses de sus aliados imperialistas ms ntimos. Se puso en evidencia que todos los compromisos Jurdicos de carcter recproco son considerados por Washington como deberes unilaterales de los latinoamericanos. Por otra parte, los resultados del conflicto de las Malvinas contribuyeron a desenmascarar los principios estratgicos de defensa del Hemisferio que durante decenios el imperialismo USA haba inculcado a la regin. El cambio producido en la sicologa de los sectores gobernantes del Brasil y de varios otros pases latinoamericanos trajo consigo la necesidad de enfoques esencialmente nuevos, que se apartan de los anteriores esquemas de solidaridad militar entre Estados del Hemisferio Occidental. De ah que en Amrica Latina menudeen los llamamientos a sustituir el sistema interamericano creado por el Pacto de Ro de Janeiro10 por un sistema interlatinoamericano sin la participacin de los EE.UU. Semejantes iniciativas encuentran apoyo a nivel gubernamental en muchos pases de la regin. No obstante, el problema estriba no slo en la dependencia poltico-militar sino tambin en la de carcter tcnico-militar. Pues la experiencia del ejrcito argentino, que al producirse el enfrentamiento con la armada britnica se qued sin suministros de armas del exterior, evidencia que cualquier Estado que recibe armamentos de los Estados Unidos u otro miembro de la OTAN puede encontrarse completamente indefenso frente al agresor Imperialista. Tal es el resultado inevitable de todo el sistema de relaciones militares con los EE.UU. en Amrica Latina. Por el carcter mismo de las armas suministradas y por los mtodos de adiestramiento de los ejrcitos que se emplean, dicho sistema orienta a operaciones antiguerrilla, a la lucha contra la actividad subversiva. Se trata, por tanto, de apuntalar los regmenes convenientes a Washington en vez de defender la soberana nacional. La propia nocin de soberana nacional es sustituida en las recetas estratgicas de la Casa Blanca por los imperativos de defensa del Hemisferio, en la cual al Pentgono se le adjudica el papel dirigente y a los militares latinoamericanos, las funciones de gendarme subordinado. Despus del conflicto de las Malvinas, ante los ms amplios sectores sociales de los pases latinoamericanos se plante con toda nitidez la cuestin de volver los ejrcitos a su misin natural y fundamental: proteger la integridad territorial, la dignidad nacional y la soberana. Actualmente, en los crculos polticos de Amrica Latina ha crecido considerablemente el nmero de partidarios del desarrollo independiente de)
10 Este pacto [denominado tambin Tratado Interamerlcano de Asistencia Recproca) fue concertado por los pases de] Hemisferio Occidental en 1947 bajo la presin de EE.UU. Sent las bases del primero de una serie de bloques poltico-militares creados por el Pentgono en distintas partes del mundo. N. de la Red.
potencial defensivo nacional. Expresando una opinin que est ganando terreno, los Vicente Rangel, personalidad progresista venezolana, subray que la modernizacin de las fuerzas armadas no puede estar supeditada ni poltica, ni logstica, ni tecnolgica, ni operacionalmente, tampoco en materia de inteligencia, a los ncleos imperiales de poder11. En Latinoamrica, muchos militares y polticos civiles estudian con inters el ejemplo del Brasil que, en su opinin, se diferencia de manera ventajosa del resto de los pases de la regin porque ltimamente se preocup l mismo de su propia capacidad defensiva. Qu es lo que se propone teniendo en cuenta la experiencia brasilea? Como regla general, se habla de varias posibilidades. Primero, se discute la necesidad de diversificar las fuentes externas de armamento. Al respecto, se menciona con frecuencia al propio Brasil como proveedor de alternativa. Segundo, se plantea la tarea de crear y asentar sobre una base moderna una industria militar propia. Pero la realizacin de tal proyecto no est al alcance de todos los pases y ejrcitos, ni mucho monos. Por eso, como tercera posibilidad se propone formar sobre la base de las correspondientes empresas brasileas y argentinas, compaas latinoamericanas mixtas dedicadas a la fabricacin de armamento, LAS CONCLUSIONES que los polticos y militares burgueses sacaron de la crisis de las Malvinas y, a la luz de sta, del anlisis de la experiencia brasilea constituyen un importante sntoma de cambios en el en c oque tradicional de los oroblemas de la defensa. Por supuesto que estas conclusiones como tales no descubren nada nuevo. Hace mucho que los comunistas denuncian el proceso de transformacin del ejrcito en instrumento de las fuerzas imperialistas. Y ahora, cuando se trata de modernizarlo basndose en el propio potencial militar-industrial, los comunistas no simplifican las perspectivas de tal opcin, profundizan en el problema y aprecian de manera realista sus eventuales consecuencias. Pues una industria militar como la del Brasil constituye una ennrme fuerza. Esta requiere inmensos recursos que son necesarios para solucionar los problemas acuciantes del desarrollo econmico-social y mejorar las condiciones de vida de las amplias masas populares. Por otra parte, en qu direccin se orientar esta fuerza, de qu lado estar? Servir para fortalecer la soberana nacional y rechazar el dikta imperialista o se subordinar a los intereses estratgicos del imperialismo USA o, en otra situacin, a las aspiraciones aventureras y expansionistas de la reaccin domstica? Por supuesto, en la expansin de la industria de guerra brasilea intervienen factores habituales para la sociedad burguesa. El capital afluye invariablemente a las esferas que prometen mayores ganancias. Est claro asimismo que le tienen sin cuidado los principios de la moral y del patriotismo. Si la produccin armamentista promete pinges beneficios el trasvase de capitales no se har esperar. El sector militar industrial constituye una potente base para quienes controlan el poder, garantiza a la cspide monopolista, que participa en la produccin de armas, fabulosas ganancias y al Estado, los
Tribuna popular, 28 de mayo al 3 de Junio de 1982.
recursos necesarios para cubrir algunas de las brechas que la oleada de la crisis abre en la economa nacional. Pero esto supone grandes costes sociales. Los impuestos pagados por los trabajadores se despilfarran en necesidades militares, mientras que millones de personas sufren los flagelos de la miseria y del hambre. Las armas de fabricacin brasilea avivan el fuego en los puntos candentes del planeta; sirven a las dictaduras fascistas de Pinochet y Stroessner para mantenerse en el poder y someter a las masas protestatarias. Tampoco hay que olvidar que se trata de la industria armamentista de un pas que todava pertenece a la periferia de la economa capitalista mundial y est situado en la zona de tradicional hegemona estratgico-militar de los EE.UU. El Brasil es explotado ampliamente por el capital extranjero y su economa est vinculada con los centros Imperialistas. Todas estas condiciones objetivas no podan dejar de reflejarse en la formacin de su sistema militar-industrial, engendrando complejas contradicciones. Habindose desarrollado al principio conforme a las funciones de un ejecutor subordinado a la voluntad imperial, la industria de guerra brasilea ha rebasado estos marcos. Alivia la dependencia militar y tcnico-militar del pas y, en una serie de casos, compite con los tradicionales fabricantes y exportadores de armas de las potencias imperialistas. Cabe subrayar que este fenmeno se inscribe en un contexto de evolucin poltica. A lo largo de los ltimos aos en el Brasil se desarrolla el proceso de apertura: se abren vlvulas de escape para rebajar la tensin social. Hay tambin cambios reales. El pas pas de una dictadura militar todopoderosa y terrorista a un rgimen de democracia limitada. Se ha restablecido parte de los derechos constitucionales y han sido abolidas las leyes represivas ms odiosas. Todo esto es resultado de los cambios producidos en la correlacin de fuerzas clasistas y polticas debido al desarrollo socio-econmico del pas y la creciente lucha de las masas. Los crculos militares nacionalistas y los grupos de la burguesa brasilea prximos a estos, o sea, quienes controlan ahora el tablero de mando del poder, han renunciado a las concepciones de las fronteras ideolgicas y del anticomunismo ciego, empiezan a guiarse por los principios del pragmatismo responsable y procuran tomar en consideracin las realidades nacionales y mundiales. Pero quiz los cambios positivos ms sensibles se hayan operado en la poltica exterior, terreno este en que los intereses de los crculos gobernantes del Brasil, conscientes de su propia fuerza, chocan a menudo con los intereses de Washington. El Brasil fue el primero entre los pases no socialistas en reconocer al Gobierno popular de Angola y en prestar asistencia econmica al Mozambique independiente. Nuestro pas apoya los derechos del pueblo palestino y censura la poltica agresiva de Israel. Durante la guerra popular en Nicaragua, el Gobierno de Figueiredo apoy a las fuerzas antidictatoriales de ese pas. El Gobierno brasileo rechaz los planes de Washington que contemplaban la formacin de un bloque agresivo en el Atlntico Sur y, durante la crisis de las Malvinas, se solidariz con la Argentina. En los ltimos aos se desarrollan con
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xito los contactos con los Estados socialistas. Tambin en esta materia, el Brasil sigue derroteros opuestos a los planes de Washington. Los vnculos econmicos con la Unin Sovitica han alcanzado el nivel ms alto de su historia. Los convenios intergubernamentales estipulan aumentar en 1982 el volumen del comercio entre ambos pases hasta un mil millones de dlares, o sea, duplicarlo en comparacin con la cifra correspondiente al ao pasado. Sin embargo, la opinin progresista del pas tiene pocos motivos de euforia. Se da cuenta de que en el ejrcito todava tienen bastante peso, aunque se haya limitado su influencia, los grupos ultrarreaccionarios, herederos de quienes protagonizaron el golpe de 1964 que acab con las conquistas democrticas del pueblo. Tampoco hay quo perder de vista las peligrosas aspiraciones expansionistas de una parte de la oligarqua financiera brasilea. Por ltimo, sera ingenuo pensar que el imperialismo norteamericano va a conformarse con el papel independiente del potencial militar-industrial brasileo. Washington acta y seguir actuando para integrar ni Brasil en su sistema estratgico, imponindole nuevas condiciones. Los crculos democrticos se dan perfecta cuenta del peligro que esto entraa, ya que puede llevar a la degeneracin de los objetivos de defensa de la soberana nacional y la aceleracin de la carrera armamentista en beneficio de los monopolios.
Por eso, el movimiento antiimperialista, las acciones masivas por la democratizacin completa de la sociedad son tambin la condicin fundamental para neutralizar las tendencias peligrosas en el desarrollo de la economa brasilea. Es justamente en relacin orgnica con los problemas decisivos de la vida nacional como se plantea ante nuestro pueblo la cuestin de la guerra y la paz. El pas debe independizarse del imperialismo USA tambin en la esfera militar. Pero las masas no desean que los intereses del negocio armamentista releguen al segundo plano los problemas primordiales de la nacin y acarreen desgracias a otros pases. LAS FUERZAS PROGRESISTAS del Brasil consideran su deber movilizar la opinin pblica contra las aspiraciones militaristas en la direccin del Estado, para sustraer al ejrcito a la influencia corruptiva de los centros imperialistas y defender su carcter nacional. Es importante lograr que las fuerzas armadas y el potencial industrial del pas sirvan a la consolidacin de la soberana brasilea, y no como instrumento de violencia 'contra el pueblo. Lograr que no iamenacen a la paz .En el 'Brasil tampoco nos olvidamos de la tarea ms importante de la humanidad: la necesidad de impedir la catstrofe puclear y garantizar el desarme general.
PARAGUAYOS!
fueron sometidos a torturas crueles y vejaciones. Luego, los verdugos los trasladaron en secreto a la crcel Pea Hermosa, situada en la frontera con el Brasil y, por ltimo, a la crcel militar Esperanza, en las fronteras con Solivia. No cabe la menor duda de que A. Maidana y E. Roa son vctimas de una conspiracin preparada por la CA en cooperacin con fuerzas de represin de la Argentina y Paraguay. Levantando un muro de silencio y mentira, los organizadores de esta conspiracin pretenden inducir a error a la opinin publica mundial y borrar las huellas del crimen que se est preparando. La 'vida de los patriotas corre un serio peligro. En el mundo entero vuelve a levantarse la ola de solidaridad con los revolucionarios paraguayos, a la cual se incorporan nuevas y nuevas fuerzas. El secuestro de A. Maidana y E. Roa no slo constituye una conjura contra el Pnrtido Comunista Paraguayo y, en general, contra el movimiento progresista de ese pas. Es un complot contra ios comunistas de toda Amrica Latina, contra quienes luchan por la plena y autntica independencia de los pases del subcontinente, por la paz y el progreso social. Es un deber sagrado de los internacionalistas hacer todo lo posible para sacar a A. Maidana y E. Roa de las mazmorras de Stroessner. Libertad para los patriotas paraguayos! Representantes de partidos comunistas y obreros de Amrica Latina y e] Caribe en el Consejo de Redaccin de la revista
Imposicin fiscal, Seguridad social, El futuro de las viviendas sociales, Escuelas privadas: tales son los ttulos de unos cuantos folletos editados por el Partido Laborista de Gran Bretaa como documentos de discusin acerca de la poltica y las prioridades del prximo Gobierno laborista. Aunque no se trata de programas polticos ultimados en todos sus detalles, estos materiales contienen varias propuestas concertadas por los laboristas y suscitan notable inters ya que reflejan el enfoque del partido ante una serie de importantes problemas. Ante todo, hay que decir que el contenido de los folletos no corresponde en absoluto al ttulo genrico de la serie. En la portada de cada folleto figuran las palabras Socialismo en los aos 80, pero en las 230 pginas que suman los cuatro opsculos no se habla por nada del socialismo, salvo dos alusiones a una reforma de la seguridad social sobre una base verdaderamente socialista . . . De los folletos dimana que el objetivo de sus autores consista en proponer una serle de reformas enmarcadas en el capitalismo. Por eso esta serie debera titularse Reformas en los aos 80. Los socialistas de verdad no estn en contra de que se hagan reformas en el marco del capitalismo. Pero se distinguen de los reformistas por el hecho de que no consideran las reformas como un objetivo en s y comprenden que no se puede llegar al socialismo mediante reformas del capitalismo hasta su plena desaparicin. Presentar tareas limitadas en calidad de socialismo, como se hace en los folletos, significa engaar a las masas populares. Pero sera igualmente incorrecto incurrir en el ultraizquierdismo afirmando que la lucha por todo objetivo que no sea el socialismo, es una prdida de tiempo y promoviendo la pers* LABOUR PARTY PAMPHLETS SOCIALISM IN THE 80s: Taxation (54 pp).; Social Securlty (51 pp.); A Future }or Public Housing (72 pp.); Prvate Schools (53 pp.). The Labour Party, London, 1980, 1981.
pectiva irreal de una revolucin socialista inmediata en Gran Bretaa. El avance hacia el socialismo en nuestro pas supone un proceso de lucha por la solucin de muchos y muy diversos problemas con objetivos de largo alcance en unos casos y relativamente limitados en otros, jalonado por xitos y por reveses, pero teniendo siempre en cuenta la necesidad se elevar la conciencia revolucionaria y socialista del pueblo. La incapacidad de elaborar una estrategia de avance hacia el socialismo, en que las tareas inmediatas se conjuguen con el objetivo final, constituye una debilidad crnica del Partido Laborista, inchiida su ala izquierda. Incluso las reformas limitadas se vean entorpecidas una y otra vez por la ausencia de una clara perspectiva socialista. Baste recordar la triste experiencia del Gobierno laborista que asumi el poder en 1945 y cuyo programa de reformas sociales naufrag en los escollos del programa de rearme y el intento de mantener las posiciones del imperialismo britnico. Los folletos reflejan asimismo otra debilidad crnica del Partido Laborista, que se expresa en su actitud hacia el Estado capitalista. La concepcin reformista del Estado como un instituto neutral y supraclasista muestra que los laboristas no lograron comprender el carcter contradictorio del Estado del bienestar. En la prctica, esto se traduca, por una parte, en mejoras del nivel de vida y de la seguridad social conseguidas gracias a la lucha de los trabajadores, sobre todo en el perodo del boom de la posguerra. Por otra parte, en que las clases gobernantes realizaban una campaa ideolgica para convencer a los obreros de que el desarrollo de los acontecimientos haba eliminado la necesidad del socialismo y, al mismo tiempo, reforzaban las funciones represivas del Estado. Ms an, la estructura y la actividad del sistoma de previsin social revestan generalmente un carcter burocrtico y demasiado centralizado, exclu-
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yendo las consultas y la participacin democrticas. Lamentablemente, los folletos reseados aponas reconocen estas debilidades crnicas de los laboristas. En vez de ello, es evidente el deseo de pintar un cuadro maravilloso del Estado de prosperidad general supuestamente creado por los laboristas, pero que estaran destruyendo ahora los conservadores. En uno de los folletos se habla de un notable mejoramiento de las condiciones de vivienda, del que puede enorgullecerse Gran Bretaa. Pero en 1974, precisamente en tiempos de gobierno laborista, Lord Goodman, presidente de la corporacin de viviendas, caracteriz las condiciones de vida de millones de ciudadanos britnicos como una horrible llaga de la sociedad contempornea que la desfigura, que degrada a nuestra sociedad e impide considerarla como una sociedad absolutamente civilizada1. Es verdad que, al asumir el poder, el Gobierno Thatcher lanz una de las ms brutales ofensivas contra la seguridad social. Pero tambin es cierto que la base de esta ofensiva fue sentada por los gobiernos laboristas que comenzaron el proceso de restricciones a los programas sociales y que prepararon las condiciones para que los conservadores volvieran a gobernar el pas. A pesar de que, despus de la guerra, los laboristas ejercieron el poder durante un total de 17 aos, en la sociedad britnica sigue existiendo una gran desigualdad en el nivel de ingresos y bienestar de los ciudadanos. En el folleto Seguridad social se reconoce que en 1977, la cspide, que consituye el 1% de la poblacin, posea el 25% de las riquezas del pas, mientras que al 80% de la poblacin le corresponda slo un 2"% (p. 4). Esa desigualdad no se debe a las diferencias en el rendimiento del trabajo personal, sino que depende de la familia en que nace uno, pues en las capas ms acuadaladas el 75% de la fortuna personal procede de herencias. Dado este grado de desigualdad, no puede menos de extraar el carcter modesto de las propuestas del Partido Laborista para mejorar la situacin. El impuesto de propiedad, que proponen establecer los laboristas, gravar nicamente las fortunas evaluadas en ms de 160.000 libras esterlinas. Adems, ser de tan slo 1% para los que tienen bienes por valor de 480.000 libras y 5% para los propietarios de riquezas que pasen de 8.0GO.OOO de libras esterlinas. Datos citados en el folleto indican que en 1977 ms de 2.000.000 de ingleses vivan por debajo del nivel de pobreza, que se determina sobre la base de la escala de subsidios complementarios. Los ingresos de ms de 9.000.000 de personas superaban este nivel en menos del 20%. Otro testimonio del fracaso de nuestro sistema de seguridad social se dice en el folleto es el nmero de personas cuya existencia depende de as prestaciones suplementarias. En 1948, cerca de 1.500.000 personas cabezas y miembras de familias dependan de la Asistencia Nacional. Esta cifra representaba el 3% de la poblacin. En 1979, el nmero de necesitados creci hasta casi 4,5 millones o, aproximadamente, un fi% de la poblacin (p. 4). Los documentos de los laboristas sometidos a discusin comprenden una serie de propuestas para me1
jorar la situacin de los trabajadores, en primer trmino de las familias numerosas, los invlidos, los desempleados y los jubilados. Se hace un clculo aproximado de lo que costarn estas medidas. Pero, acto seguido, los autores hacen una reserva remitindose a la necesaria interconexin de las medidas propuestas con la estrategia econmica del futuro Gobierno laborista: Por lo visto, esas reformas debern llevarse a cabo en un perodo de crecimiento limitado, y nos damos cuenta de que el cumplimiento de nuestras tareas depender de la aplicacin de una estrategia econmica y fiscal apropiada (p. 45J. En otras palabras, los laboristas preparan ya al movimiento obrero para el coso en que las reformas puedan ser aplazadas pretextando la falta de recursos, tal como ocurri muchas veces en el pasado. Tambin se hacen salvedadas por el estilo en el folleto dedicado al problema de la vivienda, que adelanta propuestas positivas para la ampliacin de los derechos jurdicos de los inquilinos y el reforzamiento de su control sobre los propietarios de casas. El folleto Escuelas privadas aporta ms testimonios de la enorme desigualdad imperante en la sociedad britnica. Pagando 3.000 libras esterlinas o ms al ao, los padres ricos pueden enviar a sus hijos a escuelas como las de Eton o de Harrow que, en comparacin con las escuelas estatales, renen mejores condiciones y cuentan con ms profesores proporcionalmente al nmero de alumnos. Las escuelas privadas, impropiamente llamadas pblicas, son parte integrante del sistema clasista. All estudian los futuros dirigentes de la sociedad capitalista. El 60% de los parlamentarios por el Partido Conservador y ms de 20 miembros del gabinete Thatcher cursaron estudios en estos centros docentes. Parecera que el folleto aduce contundentes argumentos para abolir este sistema de educacin. Pero los propsitos de acabar con l quedan en entredicho en la parte final, en la que se pone nfasis en la resistencia que opondrn a esas medidas los partidarios de la escuela privada. De este modo, sea cual sea el proyecto de reforma ms o menos moderada que le proponen, el lector empieza a dudar de que vaya a ser realizada cabalmente por el futuro Gobierno laborista. Y ms an quienes recuerdan cmo se desentendan los anteriores gabinetes laboristas de muchas decisiones de sus conferencias y promesas electorales. Hay motivos tambin para poner en tela de juicio la aspiracin del Partido Laborista a una verdadera democratizacin de la sociedad. Por supuesto, se hacen alusiones a la necesidad de la democratizacin y, en algunos casos, se promueven propuestas concretas. Pero muy a menudo da la impresin de que este problema no ha sido analizado a fondo. En el ya mencionado folleto Seguridad social, por ejemplo, leemos: Debemos explorar las vas por las cuales se puede modificar la estructura burocrtica hacindola ms abierta, democrtica y responsable ante aquellos a los que debe servir (p. 43]. Pero no se dice, concretamente, de qu vas se trata. Al saludar la idea de publicar estos folletos y la posibilidad de debatir y de influir en el programa del futuro Gobierno laborista, el lector no puede menos de sentirse profundamente decepcionado por el hecho
de que los laboristas no tengan una estrategia Integral. Aunque sera injusto esperar un anlisis detallado de las vas de solucin de los problemas abordados en documentos polticos de este tipo, nos vemos obligados a decir: estos documentos crean la impresin de que se subestima en enorme grado la necesidad de movilizar al paeblo y de desplegar acciones de masas. Se trata de problemas muy complejos. En este sentido son a todas luces insuficientes los esfuerzos de los pequeos grupos que elaboran los planteamientos polticos y los someten a discusin, esperando que el futuro Gobierno laborista los lleve a la prctica. Actualmente, la organizacin de acciones masivas tiene Importancia primordial. Son imprescindibles para repelar los ataques del Gobierno Thatcher contra los trabajadores, para que el pueblo tome confianza en sus propias fuerzas, para asegurarle la posibilidad de participar activamente en la formacin de la poltica. Y claro est, para propiciar la victoria de los laboristas en las elecciones y ejercer presin sobre la direccin laborista para que no pueda volverse atrs. El Partido Comunista est llamado a desempear un importante papel en la realizacin de esta lnea. En su programa La va britnica hacia el socialismo elabor una estrategia constructiva y real. A lo largo de toda su historia, nuestro partido siempre ha subrayado la necesidad de accin popular y ha participado en todas las grandes batallas por las reivindicaciones sindicales, econmicas y democrticas. Siempre ha relacionado y relaciona sus tareas inmediatas con los ideales del socialismo, ha procurado y procura consecuentemente la unidad de las fuerzas progresistas. El Partido Comunista har indudablemente un aporte sustancial a la lucha por la subida al poder de un Gobierno laborista cuya poltica suponga un reto al capitalismo y desbroce el camino hacia el socialismo.
GEOBGE MATHEWS
DURANTE LOS LTIMOS DECENIOS, la historia iran est ntimamente relacionada con la lucha de la clase obrera y su vanguardia, el Partido Popular de Irn (Tudeh), fiel continuador de la causa del Partido Comrnista. En ocasin del cuarenta aniversario del PPI, que se conmemor en 1981, apareci en Tehern un libro que es obra colectiva de varios dirigentes del partido encabezados por el Primer Secretario del CC, camarada Nureddin Kianuri. El libro viene a ser un balance del partido ante los trabajadores acerca de lo que se ha hecho desde el momento de su fundacin; basndose en hechos histricos concretos y documentos, ofrece un panorama vivo y convincente de la lucha abnegada, dram-
tica y heroica del PPI por la soberana nacional, la democracia y el progreso social; demuestra la invariable fidelidad del partido a la clase obrera y al campesinado, la unidad indisoluble de su patriotismo e internacionalismo proletario y su firmeza en la deensa de los derechos polticos y econmicos de los trabajadores, mujeres, jvenes, minoras nacionales. El partido surgi en 1941. Eran aquellos tiempos difciles en que los fascistas alemanes y sus cmplices en Irn trataban de convertir nuestro pas en una plaza de armas para agredir a la URSS y otros Estados- El juven partido se pronunci resueltamente contra los planes del fascismo y de sus aclitos domsticos representados por la clase dominante de los seores feudales y la burguesa intermediaria. Incluy en su programa la lucha contra la poltica del colonialismo, el establecimiento de relaciones amistosas con la Unin Sovitica, la realizacin de reformas democrticas,- la concesin de derechos a todas las nacionalidades de Irn y el desarrollo de la economa nacional. A raz de la derrota de las tropas hitlerianas en Stalingrado sealan los autores, en la poltica mundial se oper un viraje histrico a favor de las fuerzas antifascistas, democrticas y populares (p. Ib). En Irn se desarroll un movimiento de masas por la verdadera independencia poltica y las transformaciones progresistas. En la direccin de este movimiento desempe un destacado papel el PPI. Surgieron numerosas organizaciones pro.esionales de obreros, campesinos e intelectuales, agrupaciones juveniles y femeninas. El Consejo Central Unificado de los Sindicatos, creado bajo la direccin del partido en 1944, representaba a mus del 90% de los obreros. El PPI dedic considerables esfuerzos a la consolidacin orgnica de sus filas y a la elevacin de la conciencia idoopoltica del proletariado. Durante ese periodo relativamente corto de auge del movimiento nacional-democrtico se seala en el libro, los trabajadores de Irn, conducidos por la clase obrera bajo la direccin poltica dei PPI, alcanzaron importantes xitos: se enteraron de quines eran sus enemigos, de qu derechos deban disfrutar y cules eran las vas para alcanzarlos; dieron importantes pasos en la lucha contra el poder de los seores feudales y la burguesa intermediaria, dependiente de los imperialistas... (p. 19j. En el libro se presta mucha atencin a la actividad del partido en la etapa posblica, cuando Irn se convirti en objeto de la expansin poltico-econmica de los EE.UU. Aprovechando el debilitamiento de su competidor britnico, que a la sazn ocupaba posiciones dominantes en la economa de Irn, sobre todo en la industria petrolera, los EE.UU. comenzaron a preparar el terreno para establecer aqu su dominio. A ello contribua tambin la posicin de la burguesa nacional, que, valindose de la ayuda norteamericana, esperaba desalojar del pas a los imperialistas ingleses. El PPI denunciaba consecuentemente la poltica de los EE.UU. como el mayor obstculo que impeda el logro de la soberana estatal, la libertad y el progreso social. Por algo Washington y sus agentes locales vean en el partido del socialismo cientfico a su adversario fundamental en Irn y hablaban tanto de la amenaza comunista que supuestamente se cerna sobre el pas. Y tampoco era casual el que el PPI fuese el principal blanco de la reaccin, cada vez que sta desataba la campaa de turno contra los demcratas. A finales de los aos 40 y comienzos de los 50, el movimiento iran de liberacin nacional volvi a cobrar fuerza. Inlcialmente recuerdan los autores
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fue un movimiento enfilado contra el principal instrumento del imperialismo britnico la Compaa Petrolera Anglo-Iran, pero ms tarde adquiri un carcter ms amplio: contra la injerencia de los EE.UU. y Gran Bretaa en los asuntos internos del pas, por una poltica exterior independiente que respondiera a los intereses nacionales. Las organizaciones progresistas', y en primer lugar el PP1 se dice en el libro, exigan transformaciones radicales en los terrenos poltico y econmico. A pesar de que en 1949 el PP fue prohibido y se vio obligado a pasar a la clandestinidad, su influencia entre las masas continuaba creciendo. En esa etapa se activ considerablemente el trabajo de propaganda y de organizacin del partido en las zonas meridionales, petroleras. Slo con los esfuerzos mancomunados de la reaccin interna y de los imperialistas norteamericanos e ingleses, que en este caso obraban de consuno, se logr contener el auge de la ola revolucionaria. A raz del golpe de Estado militar de agosto de 1953, el martirizado Irn volvi a convertirse en polgono del imperialismo. Con la ayuda directa de los EE.UU., en 1957 se cre el servicio iran de seguridad e informacin la siniestra SAVAK, que iba a ser el instrumento ms importante del rgimen para reprimir a las organizaciones de la oposicin, en primer lugar al partido de la clase obrera. Durante los 25 aos de dictadura de Mohamed Reza Pahlevi, nies de militantes del PPI fueron encarcelados, torturados o fusilados; entre ellos, Kliosrov Rouzbekh, hroe nacional del pueblo iran y miembro del CC del partido. El captulo dedicado a la etapa, la ms dura en la historia del partido, incluye un extenso martirologio, la lista de miembros del Partido Popular fusilados. Pero esa lista, que ocupa 24 pginas, dista mucho de ser completa, sealan los autores (vase p. 318J, El salvaje terror policiaco desatado por el rgimen para erradicar el comunismo no logr doblegar la voluntad de la vanguardia de los trabajadores iranes. En las diiciles condiciones de la clandestinidad, el partido no slo continuaba trabajando entre las masas, sino que combata a los oportunistas de derecha y de izquierda, a los trotskistas y maostas; se depuraba de los renegados y de los elementos pusilnimes, defenda firmemente los principios del internacionalismo proletario. Precisamente por eso se hace constar con orgullo en el libro el PPI se hizo odioso al imperialismo, particularmente al norteamericano, a la reaccin nativa y fornea. Precisamente por eso el PPI goza de respeto y confianza entre todos los partidos y organizaciones verdaderamente revolucionarios del mundo entero (p. 11}. En la obra reseada se dedica mucho espacio al trabajo desplegado por el partido a in de articular el frente popular antiimperialista nico, en el que se cohesionaran todas las fuerzas democrticas y progresistas del pas. A pesar de las acciones escisionistas de los agentes del imperialismo y la reaccin, durante los cuarenta aos transcurridos estas fuerzas han concertado reiteradas alianzas... [p. 88). La unidad se manifest brillantemente en julio de 1952, por ejemplo, cuando el Gabinete de Mosaddek se vio obligado a dimitir como resultado de los manejos de la camarilla del sha. La huelga general en apoyo del Primer Ministro, que abarc todo el pas, se transform en Tehern en una insurreccin. Junto con el PPI, que dirigi los principales acontecimientos del 21 de julio en la capital, participaron en el frente nico otras organizaciones. La reaccin se vio obligada a retroceder.
En base a un amplio material, en el libro se muestra que el PPI ue activo participante en la revolucin antimonrquica y antiimperialista de 1979, y que el partido contina contribuyendo por todos los medios a su consolidacin, defensa y profundizacin. Los autores subrayan que de la alianza de las fuerzas progresistas depende hoy el destino de la revolucin que tropieza con inmensas dificultades. El realismo de las apreciaciones, el anlisis preciso, cientfico de la cambiante situacin y la denuncia de los complots internos y externos, han salvaguardado ms de una vez a la revolucin contra diversos peligros y han granjeado al partido notable prestigio en el pueblo. Sabemos lo difcil que es el camino que an nos queda por cubrir; es muy probable que tengamos que afrontar en l tempestades escriben los marxistas-leninistas iranes. Pero hay algo que para nosotros es incuestionable: no se puede detener al movimiento revolucionario de la sociedad humana que se ha planteado como meta terminar con el imperialismo y la reaccin mundial (p. 54). Dado el inters de la opinin pblica internacional por el tema iran, no cabe duda que el libro reseado constituye una valiosa fuente para el estudio del proceso revolucionario y de la agitada vida poltica en el presente de nuestro pas.
ALI KHAVARI,
gin cambia a ojos vistas. Pero, a pesar de estas complejidades el autor logr destacar los elementos fundamentales de la historia econmica y poltica del Caribe y hacer importantes generalizaciones. El ttulo mismo subraya precisamente que la revolucin en Cuba inici la nueva etapa en la vida de los pueblos caribeos, etapa en la que se convierten en artfices de su propio destino, Aunque es lgico que los captulos sobre la isla de la Libertad ocupen el lugar central del libro, tambin los dems captulos tienen su propia connotacin. El anlisis de los acontecimientos en diferentes lugares de la subregin refleja las principales lneas de confrontaciones de las fuerzas de liberacin nacional y social con los crculos imperialistas y oligrquicos. Y cada una de esas lneas se estudia concretamente mediante el ejemplo del pas ms tpico. AI analizar las diversas variantes de incorporacin de los pases caribeos dependientes al sistema econmico del imperialismo, G. Pierre-Charles muestra que algunos de ellos se convirtieron en un paraso para las agencias tursticas norteamericanas; otros, en refugios fiscales para los bancos extranjeros o en depsitos de minerales para las transnaconales. Algunos Estados ofrecen asilo a las ran away industries, es decir, determinados eslabones de la produccin se desplazan a los pases en que la mano de obra, las materias primas y la energa son ms baratas o donde la legislacin laboral y financiera es ventajosa para el capital extranjero. A veces, esto se manifiesta en la creacin de plataformas de exportacin: con los materiales, piezas y componentes suministrados por las transnacionales se fabrican mercancas, pero no para el mercado interno del pas receptor, sino para su comercializacin en las metrpolis de estas corporaciones o en terceros pases. Hong Kong, Singapur y Taiwan suelen considerarse como ejemplos clsicos de plataformas de exportacin. No obstante, el autor indica que las empresas de ran away industries, creadoras de plataformas de exportacin, aparecieron en Puerto Rico ya en los aos 40. Ahora, este fenmeno est muy extendido en la subregin. En los anos 50 y 60, en una serie de pases y territorios caribeos se despleg la industrializacin por invitacin, es decir, la poltica de atraer el capital extranjero para crear la industria como instrumento de solucin a los problemas socio-econmicos locales. En el ltimo decenio, este proceso abarc tambin a Hait, durante mucho tiempo marginado de la modernizacin neocolonialista. Jean-Claude Duvalier, hijo de Pap Doc, dijo una vez con aplomo: Mi pudre realiz la revolucin poltica, yo realizar la revolucin econmica. A qu condujo la poltica del dictador heredero? En los aos 70, las corporaciones extranjeras fundaron en Hait decenas de empresas. La rama ms importante pas a ser la fabricacin de pelotas de bisbol(!J para la exportacin, convirtindose el pas en su primer productor mundial. Y las siguientes fueron la radioelectrnica (montaje de piezas y partes importadas], la industria de confecciones y de artculos de cuero. Toda esta produccin se exporta fundamentalmente a Estados Unidos. Al valorar los resultados, el autor llega a la conclusin de que la industrializacin consolid el dominio imperialista y profundiz las deformaciones estructurales del sistema econmico de Hait. La economa nacional, ya de por s vulnerable, empez a sufrir de modo an ms agudo con los cambios coyunturales en el mercado capitalista mundial. El libro seala el acrecentamiento del factor social en la de-
pendencia del pas, es decir, el fortalecimiento de aquella capa de la burguesa cuya situacin econmica est determinada por su vinculacin con ran away industries (vase p. 430]. El lector puede asimismo formarse una idea sobre un problema tan complejo como es el de las posibilidades y vas de desarrollo de jvenes Estados, pequeos en territorios y poblacin, que abundan hoy en el mapa mundial. La lucha de los pueblos por la consolidacin de la soberana nacional y por la independencia econmic, reviste con frecuencia en esos pases un carcter dramtico debido a la penosa herencia del colonialismo, al atraso econmico y a la enorme presin poltica y financiera por parte de los crculos imperialistas. Ahora, bajo la carga de los problemas que surgen ante los pases peqaeos, las fuerzas polticas llegadas al poder se ven muchas veces obligadas a conformarse con el papel que los imperialistas asignan a estos pases en la divisin internacional del trabajo. Sin embargo, en el Caribe crece el potencial democrtico-revolucionario capaz de superar las dificultades oujetivas y, a pesar de los neocolonialistas y la oligarqua local, sacar del crculo vicioso de la dependencia y el atraso a los pueblos de la subregin. Un convincente testimonio es Granada. G. Pierre-Charles destaca la importancia del nacionalismo de carcter antiimperialista como factor positivo en los jvenes Estados caribeos. Los revolucionarios pcqueoburgueses que proclaman objetivos socialistas pueden lograr sustanciales cambios en la vida social. Sin embargo, el autor considera que no son capaces de realizar a plenitud la opcin socialista. Esta tarea slo pueden cumplirla movimientos que actan desde las posiciones del socialismo cientfico, los que se estn convirtiendo en una fuerza poltica determinante en la cuenca del Caribe, y el ejemplo de la heroica Cuba contribuye a elevar su influencia. No es casual que el imperialismo de EE.UU. en sus intentos por aplastar el movimiento revolucionario en esta regin del mundo, trate de desacreditar y minimizar la importancia de la experiencia cubana acariciando planes agresivos contra la Isla de la Libertad. Son muy interesantes por su actualidad las pginas del libro que hacen recordar recientes enseanzas de la historia. El autor analiza detalladamente el desarrollo de la crisis de Octubre de 1962 y la campaa propagandstica norteamericana que la acompa. Cita declaraciones de los ms altos polticos de Washington, tpicas de aquella poca, que acusaban de todos los pecados a Cuba y a la URSS amenazndolas con represalias e incluso con acciones militares. Salta a la vista la plena coincidencia de lo que entonces se deca con las declaraciones de los dirigentes de la actual Administracin norteamericana. El pueblo cubano ha resistido firmemente en la difcil lucha contra el frente unido del imperialismo y la reaccin latinoamericana. Refirindose a los factores de su victoria, G. Pierre-Charles fija la atencin en que esa capacidad de autodefensa era inseparable del desarrollo mismo del sistema socialista. Subraya que el fortalecimiento econmico, poltico y militar del campo socialista vena a constituir un fuerte respaldo a las luchas emancipadoras de las naciones oprimidas [p. 125). Igual que hace dos decenios, los imperialistas emplean hoy, contra las aspiraciones progresistas de los pueblos caribeos, no slo el garrote de gendarme sino tambin la zanahoria del estmulo econmico. Pero es bien sabido que la ayuda imperialista no obedece, en modo alguno, a buenos propsitos. El
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autor cita la elocuente confesin del periodista estadounidense lad Szulc, hombre versado en los problemas del Caribe, que explica la aparicin del programa Alianza para el Progreso 2 como sigue: ... de no ser por la Revolucin Cubana, la Alianza para el Progreso no hubiera nacido y los nuevos gobiernos militares no dedicaran tanto esfuerzo y atencin al progreso econmico y social (p. 182). Actualmente Estados Unidos, aunque no quiera, tiene que buscar nuevos antdotos econmicos contra el comunismo, porque en el Hemisferio Occidental Cuba ya no est sola: Junto a ella, en la tierra de Granada y Nicaragua se realizan transformaciones democrco-revolucionarias radicales. Por eso en Washington naci el miniplan MarsrmH para Amrica Central y la cuenca del Caribe que prev beneficiar a algunos gobiernos siempre y cuando den garantas de lealtad poltica. En la sede washingtoniana de la Organizacin de Estados Americanos, Ronald Reagan, el 25 de febrero de este ao, formul nuevas promesas de ayuda, al promover la iniciativa para el Caribe que ms tarde se encargara de pregonar durante sus visitas a Jamaica y Barbados. De sus declaraciones se desprende claramente que Estados Unidos tiene esperanzas en que se fortalezcan las posiciones del capital monopolista en la subregin y en su apoyo a los regmenes dictatoriales derechistas. No es de extraar que muchos Estados del Caribe, escarmentados por su amarga experiencia, hayan acogido con inquietud la iniciativa de Reagan. La creciente disparidad entre los intereses de los pueblos caribeos y del imperialismo norteamericano agudiza sus contradicciones, creando premisas objetivas para nuevos acontecimientos revolucionarios. En el libro reseado queda convincentemente demostrada la regularidad de esta tendencia.
DAVID OVIEDO
RENACIMIENTO
S a d e k H a d j e r e s . CULTURE, INDEPENDER ET RVOLUTION EN ALGRIE. Collecion Temps actuis. Les Editenrs Frangais Reuns, Pars, 1981, 101 pp.
Los problemas relacionados con la lengua y la cultura rabes han tenido siempre gran importancia en Argelia. Durante todo el perodo de la coionizacin francesa (1830-1962J, la salvaguardia de la lengua y la cultura rabes se funde con la lucha patritica general de los argelinos. Para imponer su dominacin colonial, los ocupantes extranjeros desplegaron una amplia y profunda labor de desculturizacin y despersonalizacin de nuestro pueblo, tratando, aunque en vano, de separarlo de sus races histricas y de los otros pueblos rabes con los que el pueblo
2 Este programa fue confeccionado en los EE.UU. a comienzos de los aos 60 para Instrumentar en la regin ciertas reformas burguesas y acelerar el desarrollo capitalista de los pases latinoamericanos con ayuda norteamericana. Su verdadero objetivo consista en robustecer el dominio econmico y poltico del Imperialismo USA en I Hemisferio Occidental.
argelino, dentro de sus propios caracteres especficos, estaba ligado por la misma lengua y por rasgos comunes en los planos cultural e histrico. Los ocupantes coloniales decretaron que la lengua rabe e r a . . . una lengua extraa (!} al pueblo argelino. La enseanza del rabe nicamente estaba autorizada, a igual ttulo que el ingls, el alemn o el espaol, en los colegios y liceos, a los que slo poda acudir una nfima minora de los argelinos. Los Invasores franceses reescribieron la historia de Argelia, presentando a los argelinos como un pueblo sin pasado histrico y sin civilizacin, como un pueblo desarraigado. Una vez recuperada la independencia nacional, la lucha que el pueblo, victorioso en una larga y dura guerra de liberacin nacional, despliega por el renacimiento de la lengua rabe se funde con la lucha por la edificacin nacional y por la consolidacin de la soberana del pas. Esta resistencia y esta lucha son evocadas por Sadek Hadjeres en su libro Cultura, independencia y revolucin en Argelia, una obra viva, animada por recuerdos de infancia y juventud, fecundados por las reflexiones del autor, activo militante, primero, y despus dirigente poltico nacional. El libro consta de dos partes. La primera abarca el perodo 1880-1960 y en ella se recuerda lo q-ie han sido los problemas y las luchas de varias generaciones de argelinos, con el enfrentamieno de dos culturas: la cultura propia, nacional y popular, y la cultura del ocupante colonial, que haba que esforzarse por dominar, por lo menos en sus aspectos progresistas, para convertirla en instrumento de la resistencia y la liberacin nacional. La segunda parte se refiere al perodo que se extiende desde la independencia hasta nuestros das, perodo rico en acontecimientos y en el que la lucha por dar a la lengua rabe el primer lugar qvie le corresponde condujo ya a importantes cambios cualitativos. El autor subraya: Millones de muchachos y muchachas estudian la lengua nacional, y no con "louhate"1, no a horas marginales o imposibles, no en locales oscuros y hmedos, sino toda la jornada, en salas modernas, bien aireadas; no estudian solamente rudimentos del Corn y gramtica, sino tambin geografa, historia, matemticas y ciencias naturales (p. 63). Sodek Hadjeres seala q - e la lengua rabe escrita se ha convertido en la autntica lengua nacional... sobre todo en el sentido de q le su uso en la nueva Argelia, de manera particular entre los menores de veinte aos que constituyen hoy la mayora y sern la Argelia del maana, se asienta en bases sociales reales, cada vez ms amplias y profundas . . . (p. 68). Pero los xitos, por importantes que sean, no deben hacer olvidar lo que queda por delante. El autor explica la necesidad de proseguir la lucha para imprimir a la lengua rabe la forma y el contenido progresistas que debe tener en la Argelia de hoy y para convertirla en instrumento de la consolidacin de la independencia y de la edificacin nacional. Sadek Hadjeres, en tanto que patriota y revolucionario marxista-leninista, muestra cmo puede ser cumplida esta tarea, evitando los escollos que el imperialismo y la reaccin tratan de colocar en el ca1 Nombre rabe de las pequeas pizarras en las que los alumnos de las escuelas religiosas anotaban los versculos del Corn, aprendiendo as las bases ms elementales de la lengua rabe. N. de la Red.
presentados como instrumentos del tradicional expansionismo ruso. En cuanto a lo fundamental, esto es, el rgimen social, que condiciona la poltica del Estado (inclusive en la esfera militar], este es un tema que Venner pasa por alto. La Revolucin de Octubre aparece en el libro como una conspiracin preparada en secreto y con habilidad por un grupo de bolcheviques con I.enin al frente. De creer al autor, los bolcheviques ni siquiera buscaban el respaldo del movimiento obrero y se apoyaban exclusivamente en los soldados y marinos exasperados por la guerra imperialista y q-ie, segn ALI MALKI Venner, se dejaban conducir mansamente sin entender muy bien el significado de lo que les mandaban hacer (p. 115). Semejante interpretacin de la revolucin socialista y sus fuerzas motrices no slo silencia la regularidad histrica que constituye en s el hecho de que la cadena del imperialismo se rompieLA MENTIRA CON VESTIDURA ra precisamente en Rusia, sino que pretende mostrar la revolucin como un fenmeno ajeno a las masas. CIENTFICA Y aunque el autor no puede menos de reconocer muy a desgana que los bolcheviques se ganaron el apoyo del pueblo con los Decretos sobre la Tierra Dominique Venner. HISTOIRE DE 1 L ARME E ROUGE. La Rvolution et la guerre y sobre la Paz [como si no se tratara de objetivos de la revolucin y la adopcin de esos documentos clvlle. 1917-1924. Pin, Pars, 1981, 302 pp. hubiese sido una mera maniobra tctica!), acto seguido agrega que las masas no tardaron en desengaLA EDITORIAL parisiense Pin presenta el libro de arse del Poder sovitico debido a la poltica del coDominique Venner Historia del Ejrcito Rojo. Revolu- munismo de guerra. Contrariamente a la leyenda cin y guerra civil. 1917-1924 como el trabajo de un leemos en el libro el "comunismo de guerra" no conocido historiador militar, colaborador del Instituto es la consecuencia, sino la causa de la guerra civil (p. 167). Internacional de Estudios Estratgicos. Al lector, por tanto, le aseguran de entrada q-ie el libro que tiene La verdad histrica dice todo lo contraro. El "coen sus manos constituye el fruto de serios anlisis. munismo de guerra" subrayaba Lenin en 1921 nos Y el propio autor, al declarar su objetividad en el tra- fue impuesto por la guerra y la mina. No fue ni pobajo sobre este tema cargado, como dice l, de explo- da ser una poltica que correspondiera a las tareas sivos pasionales, subraya que en historiador debe te- econmicas del proletariado 1 . El joven Estado obrener la honradez intelectual de respetar la exactitud ro y campesino se vio obligado a recurrir provisionalde los hechos sin probar de disimular lo que puede mente a las medidas conocidas con el nombre de comolestarle ni de exagerar lo que satisface sus prefc- munismo de guerra a causa de las acciones contraferencias [pp. 15-16]. Parece casi una cita de En- rrevolucionarias emprendidas por las derrocadas clagels... ses explotadoras inmediatamente despus de triunfar Sin embargo, al leer con detenimiento el libro en el Poder sovitico, a causa del sabotaje y los actos cuestin, uno se convence de que esas declaraciones subversivos, sobre todo la actividad de los kulaks en generales no son ms que un recurso del autor para el campo, a causa de la guerra civil que fue desataencubrir la burda adulteracin de la verdad y la fal- da con el apoyo de las potencias imperialistas. Esto sificacin directa de los hechos, para fundamentar su lo sabe cualquier persona con mnimos conocimienpostura francamente antisovitica y anticomunisti. tos de la historia de nuestro pas. Sealemos de paso que Venner no es nada original Pero a Venner, por mucho que diga, la verdad no y se limita en la mayora de los casos a reproducir le cae bien. Quiere demostrar a toda costa que la recliss propagandsticos que los historiadores burgue- volucin socialista conduce inevitablemente a la gueses reaccionarios empleaban ya en los aos 20 y 3D. rra. Partiendo de esas deas preconcebidas, examina Veamos algunos ejemplos concretos de lo que signi- la esencia y el carcter del Ejrcito Rojo, que, segn fica en realidad esa honradez intelectual a la que l, fue creado corno fuerza armada de la guerra civil apela el autor. (Pedimos disculpas a los lectores por a escala de la nacin, primero, y de todo el univerlas banalidades con que pueden encontrarse a conti- so, despus (pp. 241-242]. Habr que recordar aqu nuacin, pero es que nos vemos obligados a repetir el consabido hecho de que los primeros regimientos algunas verdades ante la mentira premeditada y la regulares del Ejrcito Rojo no fueron formados, ni ignorancia, aunque esta vez aparezcan revestidas con mucho menos, como fuerza de la guerra civil, sino toga doctoral.) para cortar el paso a las unidades del ejrcito impeDice Venner en la introduccin al libro que, al es- rial alemn que, en febrero de 1918, avanzaban sobre tudiar la historia de las Fuerzas Armadas Soviticas, Petrogrado, o sea, para hacer frente al agresor exteres necesario tener en cuenta los acontecimientos que no; recordar tambin que fue la amenaza por parte predeterminaron la revolucin y la formacin del de potencias extranjeras no una amenaza imaginaEjrcito Rojo en Rusia. Pronto, sin embargo, queda ria, sino muy concreta la que oblig al Gobierno claro que esa digresin tiene por nico objeto hacer sovitico a organizar el ejrcito regular. En las campasar la ponzoosa idea de que entre la mquina mi- paas de la Entente contra el primer Estado obrero litar zarista, encargada de proteger el rgimen de ex- y campesino del mundo participaron tropas expediplotacin, los intereses de la autocracia, los terrate- cionarias de ms de diez Estados burgueses. nientes y los capitalistas, y el Ejrcito Rojo Obrero y Es fcil adivinar por qu D. Venner trastrueca los Campesino, cuya misin consiste en defender la cau1 sa de la revolucin proletaria, no existe, en esencia, V. I. Lentn. Obras Completas, 2a ed., Cartago, Buenos ninguna diferencia. Tanto el uno como el otro son Aires, t. XXXV, p. 216.
mino de la revolucin nacional democrtica en Argelia. Al mismo tiempo, el autor concede e lugar que les corresponde en la vida nacional a los dialectos y las culturas populares en especial a los berberes, y habla de la necesidad de aprender lenguas extranjeras. El libro, enjundioso, lleno de vida y de profundas reflexiones sobre un tema de actualidad, es, ms que un testimonio histrico, un importante aporte a la realizacin de esta trascendental tarea de la revolucin nacional democrtica argelina en el terreno cultural.
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hechos. Necesita falsificarlos para fundamentar la idea ya vetusta, pero que vuelve a estar en boga en la propaganda imperialista, y particularmente en la norteamericana, de que el Ejrcito Rojo estaba destinado desde el principio mismo a desempear un papel global. Destinado por quin? Por los bolcheviques, claro. Dice el autor que el Ejrcito Rojo no es un ejrcito nacional, sino el de un partido (vase p. 241). D. Venner no puede entender por qu las Fuerzas Armadas Soviticas gozan ds ilimitado amor en nuestro pas. La razn, no obstante, es bien sencilla: porque nunca han estado por encima ni al margen de nuestro pueblo. Y esa unidad orgnica se asegur y se asegura gracias a la direccin de las Fuerzas Armadas por el Partido Comunista. Huelga decir que en el libro reseado no encontrarn nt una lnea acerca de la fidelidad sin reserva de los combatientes del Ejrcito Rojo a la causa de la revolucin, del incomparable valor y herosmo masivo derrochado por ellos en la defensa de la Patria. Para Venner sigue siendo un enigma el que el joven Ejrcito Rojo, que careca de mandos con experiencia, de armas y municiones, de vveres e indumentaria, pudiera derrotar a las tropas de los guardias blancos y los intervencionistas, aguerridas, provistas de todo lo necesario y dirigidas por oficiales ? carrera. PUEDEN PREGUNTARNOS: por qu dedicamos aqu tanta atencin a ese virulento librejo antisovitico? Acaso no aparecen otros muchos de la misma clase en los pases capitalistas? Por supuesto que hubisemos podido ignorar el trabajo de D. Venner. Si nos hemos tomado la molestia de researlo, es tan slo porque encontramos en l un tpico reflejo de los puntos de vista defendidos por aquel sector de los historiadores burgueses contemporneos que se lian puesto por entero al servicio de los crculos reaccionarios ms agresivos. Sabido es
que la coyuntura en el mundo capitalista se est poniendo favorable p;ira tales estudiosos... No es casual que en su anotacin al libro los editores recomienden a la atencin del lector los captulos finales en que el autor relaciona el pasado reciente con los acuciantes problemas de nuestros das. Por lo dems, es algo que empieza a hacer en la introduccin. Desde 1945 dice con nfasis alarmista Venner el mundo vive bajo la sombra proyectada por el Ejrcito R o j o . . . En las fronteras de las naciones pacficas de Europa Occidental, el Ejrcito Rojo ha concentrado una terrfica fuerza ofensiva... (p. 11). Y en la parte dedicada a la doctrina militar, despus de insistir en el carcter ofensivo de la estrategia sovitica, el autor infiere que la URSS se est preparando para la agresin. El clculo es sencillo: no todo lector est suficientemente versado en la materia para discernir entre el planteamiento estratgico-operativo de sostener la guerra impuesta por el enemigo con decisin, a la ofensiva y la concepcin poltica de naturaleza agresiva que plantea como objetivo el ataque a otros Estados. El que las Fuerzas Armadas Soviticas estn preparadas para la defensa activa que es lo que en ruso llamamos cuidar que la plvora est seca no da pie para poner en duda la esencia pacfica de la poltica exterior de la URSS. En todos sus aos de existencia, la Unin Sovitica jams sostuvo una guerra de agresin. Si nuestro Estado abrigase proyectos de conquista, acaso se hubiera comprometido de manera unilateral a no usar nunca el primero las armas nucleares 1 Confeccionado segn las recetas de la guerra fra, el libro de D. Venner no tiene nada que ver con la ciencia y mucho con la propaganda imperialista de instigacin. De ello queramos prevenir a los lectores. IGOR CHELISHEV, candidato a Doctor en Ciencias Histricas URSS}
EN EL TREMEDAL DE LA CRISIS
Lo situacin econmica en los pases capitalistas industrializados A finales de los aos 70 y comienzos de tos 80, el mundo capitalista se enfrent con una nueva crisis econmica. Los vaticinadores y futurlogos burgueses auguraban en aquel entonces una reanimacin a breve plazo de los negocios y un rpido ascenso de la economa, acompaados de un aumento de la ocupacin, una desaceleracin del alza de los precios, etc. Qu ocurre en la realidad? Apelemos a las cifras y los hechos.
CUESTA ABAJO
En la segunda mitad de la dcada del 70 se manifest ya con to>da claridad la tendencia a un empeoramiento general de las condiciones de la reproduccin capitalista. En primer lugar, se produjo una ralentizacin del crecimiento econmico. Comparemos, por ejemplo, dos perodos: el que precedi a la crisis de 1974-1975 [1969-1973] y el anterior a la iniciada en 1980 [1976-1979]. El aumento medio anual del producto nacional bruto en EE.UU. descendi del 3,5 al 2,8%; en los pases de la CEE, del 4,9 al 2,4%, y en Japn, del 8,8 al 3,7%. An fue mayor el descenso de los ritmos de expansin industrial, que durante los mismos perodos pasaron en EE.UU. del 4,1 al 2.7%; en los pases de la CEE, del 5,3 al 1,7%, y en Japn, del 10,9 al 2,3%!. En segundo lugar, empeoraron
Calculado en base a los datos de los aos correspondientes publicados en Monthly Bulletln of Stattstcs UN.
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considerablemente los ndices cualitativos que muestran el grado de eficacia en el aprovechamiento de los recursos humanos y laborales. En la inmensa mayora de los pases capitalistas industrializados se hizo ms lento el incremento de la productividad; ms an, fin EE.UU. y otros pases se registr, ya antes de que se iniciara la nueva crisis, una tendencia al estancamiento e incluso, en una serle de casos, a la reduccin absoluta del rendimiento medio por persona ocupada. Se tornaron ms flojos los procesos de descenso del coeficiente de Inversin y ms frecuentes los casos de disminucin directa del rendimiento del capital. As, en EE.UU., el volumen del capital utilizado por los empresarios en todos los sectores, a excepcin de In agricultura, aument de 1973 n 1979, sep-n datos oficiales, a un ritmo superior en un 15% al del incremento del volumen real de! producto nacional bruto2. El ascenso cclico que sigui a la crisis econmica de 1974-1975, la ms destructiva de la posguerra, result ser relativamente dbil y corto. Los crecientes ritmos de produccin Industrial propios de esta fase correspondieron a los aos 1978-1979 y estuvieron relacionados ante todo con la reestructuracin de la economa capitalista, la aplicacin ms Intensiva de tecnologas ahorradoras de energa y la llamada reindustrializacin de una serle de sectores tradicionales.
2 Calculado en base a los datos publicados por Rconomlc Repor of the Presldent, Washington, 1982, p. 113.
El incremento de la demanda durante el ascenso cclico espole el desarrollo de los procesos inflacionarios. Ninguno de los ascensos precedentes haba ofrecido ritmos tan elevados de alza del coste de l vida. La desivuraMe influencia de esta caresta sobre !a dimmica de los ingresos reales oblig a muchos millones de familias de los passs capitalistas a recurrir en mucha mayor medida al crdito hipotecario y al crdito al consumo. El aumento del consumo inlivitlual en las condiciones del ascenso cclico se apoyaba jada vez ms en las muletas del crdito y, por lo tanto, era financiado a costa de los futuros ingresos. En Estados Unidos, por ejemplo, los gastos de la poblacin en 1977-1979 para adquirir artculos de uso duradero se incrementaron en 159.000 millones de dlares, mientras que el aumento neto del endeudamiento del consumo super los 134.000 millones, lo que equivali a! 84% de la suma total de gastos (en 1971-1973 no lleg al 58 n /o) 3 . Es evidente que semejante expansin de la demanda de consumo no poda, por su propia naturaleza, tener un carcter duradero. El crecimiento de los precios de importacin de los combustibles, ligado al Incremento de los negocios durante !a fase de ascenso, tambin contribuy al aumento de los desequilibrios y a la maduracin acelerada de las condiciones para el estallido de una nueva crisis, en la que se entrelaz la accin de los factores cclicos y estructurales. A la vez se hizo patente una cierta desigualdad en el desarrollo de dichos procesos en el mundo capitalista: mientras que en EE.UU., Gran Bretaa y Francia el ascenso haba agotado prc3 Ibfd., p. 263.
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ticamente sus posibilidades para 1979 y comenz esa fase de lenta entrada en la crisis, tan tpica para el perodo de posguerra, en Japn, RFA, Italia y otros pases, la culminacin del ascenso cclico correspondi al perodo 1979comienzos de 1980.
RASGOS Y PARTICULARIDADES
El siguiente descenso de la produccin industrial en el mundo capitalista por causa de la crisis se caracteriz (vase cuadro 1] por su extrema desigualdad, lo que nos permite distinguir en este proceso dos fases. La produccin mxima en el ciclo de la segunda mitad de los aos 70 correspondi al primer trimestre de 1980, y el primer embate destructivo de la crisis se present en el segundo y tercer trimestres de dicho ao, con la particularidad de que la contraccin de la produccin industrial se mantuvo en los pasns de la CEE hasta el cuarto trmesf re. La crisis incorpor a su rbita prcticamente a todos los pases capitalistas punteros (en el segundo trimestre de 1980 se registr una reduccin de la produccin industrial en 15 pases).
1. REDUCCIN DE LA PRODUCCIN INDUSTRIAL A CAUSA DE LA CRISIS*
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EE.UU. Japn RFA Francia Gran Bretaa Italia Pases de la OCDE Europa Occidenlal CEE 9,0 2,1 4,2 5.0 13,6 10,4 4,8 5,0 5,8
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8 3 9 10 11 8 8 8 8
1 El cuadro abarca el periodo 1980primcr trimestre de 1982. Habida cuenta de que la reduccin de la produccin industrial no termin durante este perodo en una serle de pases, las cifras de descenso y duracin son estimativas. 2 Nivel del trimestre de produccin mnima con relacin al nivel mximo anterior a la crisis. 3 Incluido cierto aumento de la produccin entre las reducciones de la misma. Fuente: Main Economa Indicaors OCDE, te 4, 1982.
El descenso en la actividad de los negocios en Estados Unidos fue muy intenso en esta fase {en menos de medio ao, el volumen de la produccin se redujo casi en un 7 % ) , aunque no dur mucho. A partir del otoo de 1980 se inici un perodo de cierta calma antes de la nueva atormenta, que se desat en 1981. En agosto comenz en EE.UU. la segunda fase de la contraccin de la produccin industrial producida por la crisis. Sus consecuencias fueron an ms destructivas. El nivel de la produccin en el primer trimestre de 1B82 haba descendido un 9% en comparacin con el tercer trimestre de 1981. La crisis afect con particular fuerza una serie de industrias punteras de la economa norteamericana, incluidas la del automvil y la del acero, En junio de 19il2, la produccin de acero en este pas alcanz el nivel ms bajo de los ltimos 11 aos (6,05 millones de toneladas frente a 10,45 millones el mismo mes de 1981). Hacia el verano de 1981, la segunda fase del descenso de la produccin industrial se manifest tambin patentemente en Europa Occidental. La crisis en Gran Bretaa result ser la ms honda de todo el perodo de posguerra y se extendi a todas las industrias, a excepcin de las explotaciones petroleras. La magnitud de la recesin slo es comparable a la Gran Depresin de 1929-1533. Descenso de la produccin en la mayora de las industrias, estancamiento, cierto crecimiento y nueva recesin: tal es el panorama tpico de la dinmica de la economa en RFA, Italia y pases del Benelux en los ltimos aos. Los especialistas vinculan la relativa reanimacin de la economa francesa en el otco de 1981 con la decisin del nuevo Gobierno de elevar el salario mnimo. En su conjunto, los pases eurooccidentales llevan ya ms de dos aos sumidos en un estado de crisis y depresin. En Japn, la magnitud y duracin del descenso de la produccin industrial provocada por la crisis han sido algo menores, lo que se explica ante todo por la intensa exportacin de la superproduccin a otros pases capitalistas. Baste decir que, en 1981, las ramas de la industria japonesa de construcciones mecnicas que trabajan fundamentalmente para la exportacin aumentaron su produccin en un 10,5%, mientras que las dems ramas hubieron de rednc'rla por trmino medio en un 3,1%. La contraccin de las posibilidades de exportacin registrada en el otoo de 1981, unida a una
limitada demanda interior en cuanto a consumo e inversiones, asest un duro golpe a toda la economa. El volumen de la produccin industrial japonesa se reduce continuamente a partir de noviembre de 1981, sobre todo en las ramas que contribuyeron al crecimiento econmico en 1980-1981. La crisis de 1974-1975 se caracteriz por una combinacin de la superproduccin de artculos Industriales con una subproduccin y un considerable encarecimiento de una serie de materias primas y productos del agro, pero donde ms se manifiesta !a superproduccin en 19801982 es en 'las dos esferas bsicas de la economa: la industria y la agricultura. Y con la presente estagflacin, los precios del mercado de los artculos alimenticios siguen aumentando, en todos los pases capitalistas, con mayor rapidez que los precios al productor. En consecuencia, los ingresos netos de los granjeros estadounidenses, por ejemplo, se redujeron en 1980-1981 casi a la mitad en comparacin con el nivel de 1979, habiendo pasado de 15.000 millones de dlares a 8.500 millones4. La brusca reduccin de los ingresos de los granjeros viene a agravar an ms las dificultades creadas por el descenso de la produccin industrial. La crisis ha conducido a un serio desajuste en el terreno financiero-crediticio. Hasta una serie de corporaciones gigantes del mundo cap tallsta sufrieron en 1980-1981 prdidas rcord. La quiebra de compaas pequeas y medianas ha adq lirdo proporciones sin precedentes en el perodo de posguerra. El nmero de bancarrotas en Estados Unidos ha superado en ms de un 100% las cifras anteriores a la crisis. El endeudamiento de las compaas arruinadas en 1981 rebas los correspondientes niveles de 1974-1975. En 1981 se arruin en Gran Bretaa el 1,2% de las compaas registradas (la cifra ms elevada del ltimo decenio). El mismo ao quebraron en la RFA 11.500 irmas, lo que constituye un rcord absoluto en toda la historia del pas5. El nmero de bancarrotas aument en Francia aproximadamente en un 20%. El gran capital no lard en aprovechar la situacin creada para devorar a sus debilitados rivales. Los datos siguientes pueden darnos una idea de la magnitud de
Wirtscliajlswoche, 9 de octubre di 1981.
5
los procesos de concentracin monopolista del capital en EE.UU. bajo las condiciones de la presente crisis: tan slo en 1981, las principales corporaciones norteamericanas absorbieron por lo menas 2.200 compaas, invirtiendo en estas operaciones alrededor de 84.000 millones de dlares. Las ms importantes absorciones afectaron a compaas cuyos activos rebasaban en cada caso los mil millones de dlares. Las graves conmociones experimentadas en la presente situacin por las finanzas privadas se entrelazan inevitablemente con un trastorno de las finanzas pblicas: en 1980-1981, el dficit del presupuesto global de siete pases EE.UU., Japn, RFA, Francia, Gran Bretaa, Italia y Canad constituy aproximadamente el 2,5% de su producto nacional bruto Jel 1,9%, en 1979]. En EE.UU., la magnitud sin precedentes que el dficit del presupuesto federal se supone alcanzar en los aos iscales 1982 [del orden de los 100.000 millones de dlares) y 1983 suscita gran inquietud incluso entre los polticos que hasta estos ltimos tiempos prestaban un apoyo incondicional a las orientaciones econmicas de la Administracin Reagan.
AGUDIZACIN DE LA LUCHA INTE RIMPERI ALISTA
La crisis de superproduccin, esas grandes tormentas del mercado mundial en las que se desata el antagonismo entre todos los elementos de la produccin burguesa 7 , siempre ejercieron un gran impacto en el sistema capitalista de relaciones econmicas internacionales. Las sacudidas que experiment el comercio Internacional del mundo capitalista en 198J-1981 superaron a las de todas las crisis de posguerra, a excepcin de la de 1974-1975. Desde los aos 30 es la primera vez que en el comercio capitalista mundial se observa un estancamiento que dura ms de dos aos. Todo esto ha venido a agudizar la rivalidad entre los centros imperialistas. La creciente expansin comercial de Japn en los mercados exteriores de automviles, rndloelectrnica, mquinas-herramienta y metales ferrosos, o sea, en los ms afectados por la tormenta de la crisis mundial, result particularmente sensible para EE.UU. y los pases de
* Economa Outlook OCDE, J* 30, diciembre de 1981, p. 23. r C. Marx y F. Engels. Obras, t. 13, p. 162 [en ruso).
Europa Occidental. As, la fabricacin de automviles en EE.UU. se redujo en ms de un 25% en comparacin con 1979, y 26% de los automviles vendidos en dicho pas en 1981 eran japoneses. La exitosa promocin de las ventas de artculos japoneses en los mercados de EE.UU. y la CEE ha provocado un considerable crecimiento del dficit de estos pases en su comercio con Japn, dticit que pas respectivamente de 7.000 y 8.800 millones de dlares en 1980 a 13.400 y 10.300 millones en 1981. Presionado por EE.UU. y los pases de la CEE, Japn tuvo que limitar en cierto modo las exportaciones de automviles a dichas zonas, pero a la vez concentr sus esfuerzos en oros mercados, de los que sigui desalojando a sus competidores con renovado vigor. En los ltimos tiempos se acentu considerablemente la desigualdad en la dinmica de los tipos de inters, aumentaron las diferencias entre los correspondientes indicadores de EE.UU. y sus principales socios, hecho ligado en medida no desdeable a las particularidades con que se manifiesta la crisis en el sistema crediticio de EE.UU., as como a las limitaciones que con creciente frecuencia impone el sistema de la reserva federal estadounidense. Las acciones unilaterales de Washington han conducido a la guerra de los tipos de inters, que ha asestado un golpe muy sensible a la economa de una serie de pases de Europa Occidental. Al enfrentarse con crecientes dificultades econmicas, los pases capitalistas industrializados hicieron todo lo posible para trasladar el peso de la crisis, ante todo de la superproduccin, a sus socios ms dbiles. Las manifestaciones ms evidentes de esta tendencia pueden observarse en las relaciones econmicas entre las potencias
imperialistas y los Estados recin emancipados. Segn estimaciones de expertos del GATT, a estos ltimos pases fueron a parar en 1981 las tres cuartas partes de todo el aumento de las exportaciones de produccin acabada de los pases capitalistas industrializados, fero la reduccin de los ingresos provocada por la crisis en la venta de materias primas por los pases en vas de desarrollo hizo que para ellos revistiera caracteres de suma gravedad el problema del pago de aquellas compras. Bastar decir que los precios de la produccin de los pases en vas de desarrollo no exportadores de petrleo se redujeron, segn datos del GATT, en un 13%, mientras que sus importaciones aumentaron en un 7%. Esta circunstancia contribuy a que siguiese creciendo su deuda externa.
DESPILFARRO DE FUERZAS PRODUCTIVAS
La crisis de la economa del capitalismo a lo largo de los ltimos unos muestra con harta evidencia las proporciones del derroche inherente a su sistema de gestin econmica. Ello se manifiesta en un aprovechamiento improductivo de recursos materiales y laborales y, ante todo, en el espoleo de la carrera armamentista, tan peligroso para toda la humanidad. Pese al aumento de las tensiones que la crisis origina en las finanzas pblicas, los paises de la OTAN aumentaron sus gastos militares de 1980 a 1981 en ms de 80.000 millones de dlares (vase cuadro 2J. Aumenta a marchas forzadas el volumen del material de guerra fabricado por la industria norteamericana. No obstante la reduccin general de la suma de los nuevos pedidos a comienzos de 192, dicha industria vio aumen-
Total
103,1
200,7
240,9
282,0
* ibd., p. 339.
1 Las cifras por aos estn deducidas de clculos hechos segan la metodologa de la OTAN (a excepcin de Grecia, Turqua y Canad). Fuente: Mtlltary Balance de los afios correspondientes.
92
93
tar los encargos de armamento a partir de noviembre de 1981, aumento que [teniendo en cuenta las oscilaciones estacionales] fue, aproximadamente, de un 75%. La decisin del1 Gobierno britnico de resolver po* va militar la cuestin de las Malvinas (Falkland] implic nuevos pedidos del Estado a las compaas inglesas dedicadas a la fabricacin de armamentos, as como la adquisicin de material blico en otros pases de la OTAN. La creciente militarizacin fomenta los graves desequilibrios en la economa capitalista mundial. Otra manifestacin del monstruoso despilfarro que origina el capitalismo es la infrautilizacin cada vez mayor de las potencias instaladas. En 1980-1981, esta infrautilizacin alcanz en EE.UU. y en una serie de pases de Europa Occidental niveles ligeramente inferiores o iguales (Gran Bretaa) a los rcords de la crisis econmica de 1974-1975 (vase cuadro 3J. En 1981-19H2, en la industria norteamericana del automvil se utilizaba de hecho menos de la mitad del potencial productivo. Las prdidas globales de todos los sectores de la economa estadounidense durante un trimestre (referidas al ao y a precios de 1972) fueron por trmino medio de 188.000 millones de dlares durante la crisis de 1957-1958; de 233.000 millones en la de 19741975 y de 255.000 millones en la primera fase del descenso de la produccin en 1980-1981, nivel que ue rebasado para comienzos de 19823. for lo tunlo, las prdidas totales de Ja economa nacional durante la prsenle crisis representan por lo menos la sexta parte de la renta nacional de EE.UU. El gigantesco despilfarro de
5 Clculos basados en datos de Survey o Carretil Business, Ifi 2 de 1981.
fuerzas productivas se manifiesta con particular claridad en la incapacidad del capitalismo para aprovechar de manera eficaz la principal de ellas, la fuerza de trabajo. El descenso de la actividad econmica, el ms prolongado de los ltimos cuarenta aos, ha creado una situacin dramtica en el mercado de fuerza de trabajo (vase cuadro 4], El ejrcito de los excedentes en ios pases capitalistas
4. EL DESEMPLEO
1981. En EE.UU. lleg en agosto de 1982 a 9,8%, la cota ms alta desde la Gran Depresin de 1929-1933. Las cifras indicadas slo abarcan a los totalmente desocupados registrados oficialmente. En realidad, el nmero de personas sin trabajo en EE.UU., por ejemplo, se aproxima al 11% de la mano de obra total, o sea, 1 de cada 9 obreros y empleados estn desocupados. Aumenta tambin el n-
A EXPENSAS DE LOS TRABAJADORES El entrelazamiento de los factores cclicas y estructurales del aumento de la desocupacin significa que para los prximos aos tampoco se espera ningn mejoramiento notable de la situacin. Para finales de 1982 y comienzos de 1983, segn pronsticos de expertos de la OCDE (julio de 1982), habr en los pases capitalistas desarrollados 31,5 millones de personas sin ocupacin (el 9% de la poblacin apta para el trabajo). Para evitar que el desempleo siga creciendo en dichos pases, esos mismos expertos calculan que el aumento del volumen fsico de su producto interior bruto ( P I B ) debe seguir un10 ritmo anual no menos del 3% . Pero dicho ritmo, segn los pronsticos ms optimistas, no pasar de 1-2%. La combinacin, tpica para las ltimas crisis, de la considerable contraccin de la demanda de mano de obra con un crecimiento acelerado del coste de la vida ejerce un efecto particularmente pernicioso sobre la situacin de los trabajadores. Los precios al par menor de los artculos de consumo aumentaron en Italia, de 1975 a 1981, ms del 150%; en Gran Bretaa, e 120%, y en Francia, casi el 100%. La inflacin y la tendencia al descenso del salario real de los trabajadores, iniciada en los ltimos aos, han repercutido en la dinmica de la demanda consuntiva. Mientras que en las crisis de los aos 50 y 60, la contraccin de la demanda de equipos industriales era contenida en cierto modo por la relativa estabilidad de los gastos de la poblacin en artculos de uso y consumo y servicios, durante las dos ltimas crisis (la de 1974-1975 y la de 1980-1982] se han producido cambios esenciales. La considerable disminucin de a demanda por parte de la poblacin se ha convertido en un factor ce profundizacin de los procesas de crisis. En casi la mi10 Economic Owooft OCDE, i 30, diciembre de 1991, p. 21.
Diciembre
de 1981
EE.UU.
Japn
RFA
8,3
1,9
3,7 3,9 4,1 5,8 5,1 4,3
11,4
7,6 8,3 6,8 8,0
1 Calculado por la seccin de estadstica de la OCDE y corregido de acuerdo2 cun los datos de las estadsticas nacionales. 15 principales pases de la OUDE, a los que corresponde el 85-90% de los desocupados. s t principales pases de la OCDE, a los que corresponde el 95% de los desocupados de la CEE. Fuente: Main Economic Indlcators OCDE, NE 4 de 1982.
desarrollados super considerablemente, tanto en trminos absolutos como en su proporcin al total de la mano de obra, los mximos niveJes alcanzados durante la crisis de 1974-197^. La crisis, con su descenso de la produccin, golpe con particular dureza a los trabajadores eurooccidentales; la tasa de desempleo en los pases de la CEE pas del 4,3% en 1975 al 8,9% a finales de
EE.UU.!
RFA 1
Francia
Gran BretaflaZ
Italia
69,4 81,8
82,0 78,2
20 42 26 20
Industria transformadora. Porcentaje de empresas que trabajaban a pleno rendimiento. En EE.UU., I trimestre; en Francia, El trimestre; en RFA, III trimestre; en Italia, IV trimestre de 1975; en Gran Bretaa, I trimestre de 1976. Puente: Main Economic Indicaors OCDE, f& 4 de 1982.
mero de los que no trabajan la jornada completa [unos 5,5 millones a comienzos de 1982). Los nicos trabajadores que hasta estos ltimos tiempos eran afectados relativamente poco por el desempleo debido a las crisis haban sido, por lo general, los obreros y empleados de las instituciones y empresas pblicas. Pero tambin en este plano se han producido actualmente cambios notables. En EE.UU., el nmero de ocupados en las instituciones administradas por rganos del poder local se redujo en 1981 en 100.000 personas. Una reduccin anloga se registra entre los trabajadores de las instituciones y empresas det Gobierno federal. El mercado de mano de obra no calificada se caracteriza por un monstruoso desfase entre la oferta y la demanda. Ast, en Inglaterra, para cada puesto vacante de obrero no calificado haba en 1981 unos 300 solicitantes desempleados de la misma categora3.
* Employment Gazette, enero de 1932.
ad de los pases de la OCDE, incluidas RFA y Gran Bretaa, en los aos 1980-1981 ha bajado el volumen real del consumo de la poblacin. Este ha disminuido durante dos aos consecutivos en Blgica, Dinamarca, Holanda e Irlanda; en 1980 en Grecia y en 19fil en Suecia y Espaa. En Japn, para febrero de 1982, los recursos dedicados al consumo por las familias de obreros y empleados se redujeron por trmino medio un 7,5% en comparacin con el nivel de febrero de 1980. Tras cierto aumento del consumo en EE.UU. (a nivel anual) se oculta una considerable reduccin de la produccin y venta de artculos de uso duradero. Esta ltima descendi del primer trimestre de 1979 al mismo periodo de 1980 un 15,6% y se mantuvo por debajo del nivel anterior a la crisis por lo menos hasta comienzos de 1982. Entre los factores que contribuyen al empeoramiento de la situacin del grueso de la poblacin figura tambin el cambio iniciado a finales de los aos 70 en el sistema de regulacin estatal-monopolista. Los programas de austeridad presupuestaria establecidos los ltimos aos por los gobiernos de muchos pases capitalistas industrializados, estn enfilados ante todo contra las conquistas de la clase obrera. En EE.UU., por ejemplo, en 19B2 se han recortado sustancialmente los programas gubernamentales de sanidad y enseanza; otro tanto ocurre con los ya de por s exiguos subsidios para las capas ms pobres de la poblacin. El proyecto de presupuesto federal para el ao financiero de 1983 prev nuevas y severas reducciones de los gastos socio-culturales. Al mismo tiempo, la Administracin Reagan aplica una poltica orientada a recortar la ayuda financiera a los Estadas y a los rganos locales de poder, que son los encargados de poner en prctica la mayor parte de los programas sociales. La particular duracin de la crisis actual crea una situacin en la que la mayora de las personas que han quedado privadas de ingresos regulares pierden tambin al cabo de cierto
tiempo el derecho a percibir el subsidio de desempleo. A la vez las medidas de austeridad presupuestaria reducen a la nada la ayuda a las familias desheredadas, consistente en bonos para la alimentacin, etc. El Gobierno estadounidense, a la vez que contrae drsticamente los gastos sociales, trata de provocar el desarrollo de procesos anlogos en los pases de Europa Occidental y en Japn. Hoy resulta ms patente que nunca el afn de la burguesa monopolista norteamericana de encabezar la ofensiva frontal contra las posiciones de los trabajadores en todo el mundo capitalista. Los programas de austeridad presupuestaria han conducido en su aplicacin a una reduccin de las asignaciones del Gobierno para sanidad, enseanza y construccin de viviendas en Gran Bretaa, donde se han establecido rigurosas limitaciones para los salarios y sueldos de obreros y empleados del sector pblico. Durante ios ltimos aos, en este pas se ha cerrado una serie de escuelas y hospitales, ha disminuido el nmero de estudiantes y se ha reducido el personal mdico en los centros asistenciales del Estado. Fenmenos anlogos se observan tambin en otros pases capitalistas. Como vemos, la actual crisis econmica ha agudizado an ms todas las contradicciones del capitalismo, en primer trmino la contradiccin principal: entre el trabajo y el. capital. El nmero de huelguistas en tan slo siete de los principales pases capitalistas pas en 1980-1981 de los 40 millones de obreros y empleados, con la particularidad de que la lucha econmica de los trabajadores se entrelaza cada vez ms con sus reivizidicaciones polticas, en las que se ofrece un programa de alternativa para salir del tremedal de la crisis.
L. GRIGORIEV y R. ENTOV,
95
CARTAS A LA REDACCIN
tra horrible vida bajo el yugo del apartheld. Nada puede detener la resistencia armada y poltica al rgimen, Inclusive las maquinaciones en la televisin. Tarde o temprano, el apartheid Ir a parar al basurero de Me han impresionado de un modo lu historia. particular los artculos y debates puLa opinin pblica progresista del blicados en la revista sobre la historia mundo est de parte del pueblo de de la segunda guerra mundial, en esfrica del Sur. Una muestra de ello pecial sobre el importante papel dees la publicacin en su revista. Quesempeado por el Ejrcito Sovitico NO SEREMOS remos dejar constancia de nuestro en la derrota del fascismo hitleriano. MARIONETAS agradecimiento a todos los que apoUno de los participantes en la meyan a los luchadores contra el aparsa redonda La contemporaneidad a 1 Su revista coment la decisin de theld. travs del prisma de la historia dice las autoridades de la RSA de segregar PETRUS MOLEFE, con razn que en la mayora de los ca- la televisin en el pas segn las lenluchador por la libertad sos a Joven generacin de los pases guas1. En mi opinin, el articulista de frica del Sur anglonos de Caribe obtiene de los considera con libros o de la TV una Informacin ten- mo un intento razn esta amedida code dividir las diverdenciosa a unilateral. Claro est que SE HACE CAMINO AL grupos las tergiversaciones de la historia de sas nacionalidades y del Sur.tnicos oprimidos del frica De es- ANDAR la segunda guerra mundial constituyen te modo, el Gobierno se propone reuno de los mtodos utilizados por el forzar ideolgicamente la barrera reMi presentacin es la siguiente: imperialismo en su guerra ideolgica presiva que se opone a Jas contra los pueblos. Pero, cuntos son del pueblo contra el sistema acciones soy un obrero espaol, asiduo lector racista. de Revista Internacional, aunque no ios que se dan cuenta de ello? Indudablemente, la poltica en la milito en ningn partido poltico. En Guyana, nuestros estudiantes toaplican dava leen en los manuales de histo- esfera de La televisin que preocu- Quiero felicitarles por lo bien editalas autoridades pretextando da que est y por el contenido de ria que los norteamericanos y las pacin por el desarrollo cultural de la misma. Lstima que en mi pas no fuerzas aliadas fueron quienes desem- la poblacin autctona, no es otra la encuentre con facilidad. pearon el papel decisivo en la derro- cosa que una forma refinada de Esto a modo de Introduccin, pero ta de las hordas fascistas y ganaron aparlheid. Est claro que el mayor el motivo de mi carta es otro. la guerra. Y el papel del Ejrcito So- peligro amenaza a la juventud. Por Qu satisfaccin me ha causado el vitico y de la Unin Sovitica slo se destacamenciona de paso. La propaganda bur- ejemplo, el doctor Motlana, RSA, di- enterarme de la formacin del Partida personalidad social de la do Socialista Unificado de Mxico guesa sostiene que La URSS no habra hijos pueden (PSUM] 1 , y por eso me dirijo a ustepodido resistir ante los nazis si no hu- jo que ahora nuestros comenzarn a resultar divididos: unos des para hacer llegar al PSUM por biese sido por la ayuda de EE.UU. y el jactarse que el programa en zul es medio de la revista mi ms sincera material blico norteamericano. Pero que el programa en los hechos evidencian algo bien de- mejor tratarn de demostrar losotho. y grata felicitacin por tan importanOtros con- te acuerdo sobre la unificacin de las rente, y verdad histrica no hay ms trario. fuerzas de izquierda. Desde hace que una. Siendo portavoz del Gobierno, el tiempo vengo siguiendo el desarrollo Como estudioso de los problemas so- nuevo canal televisivo alza sobre el de los acontecimientos en este pas ciales he llegado a la desconsoladora pavs a aquellos polticos que han hlspanoparlante y considero que las conclusin de que la joven generacin traicionado y continan traicionando de los pases en vas de desarrollo es a los intereses de la mayora oprimi- fuerzas populares de Mxico, todas las clases trabajadoras, han sabido a veces demasiado crdula ante las da. En los programas do TV-2 nos enfalsificaciones burguesas de la histo- sean a todos los que apoyan al r- apreciar y comprender la necesidad de unirse, pues esa es la nica alterria. Como va a saber que los he- gimen. Pero se silencian o se terginativa para contrarrestar al capitachos reales se interpretan a gusto del versan los hechos de la lucha por la lismo y terminar con la explotacin imperialismo norteamericano o sim- libertad y la verdad sobre las repredel hombre por el hombre. plemonte se falsifican? De aqu la persona Ese paso responde en mi opinin a Importancia de que la prensa demo- siones del rgimen. A toda la paz y que defienda los Ideales de los Intereses de los trabajadores, a crtica ofrezca hechos autnticos y la libertad se le pega la etiqueta de los principios del marxismo. Cunto artculos veraces sobre la segunda terrorista. me gustara que las fuerzas de Izguerra mundial, particularmente ahoEstamos convencidos de que la ra, cuando el Imperialismo USA tra- segregacin en la televisin culmina- quierda de m querida Espaa enconta desesperadamente de remozar su r con el mismo fracaso que la ra- traran tambin el camino de la unlajada Imagen a los ojos de los pue- diodifusin dividida. Los partida- dadl Nuestra clase obrera todava sigue dividida. Yo siempre he comprenblos de[ Caribe y de otros lugares del rios de la liberacin nacional no puedido que si existe una fuerza capitamundo. den ser convertidos en dciles mariolista unida, la nica manera de conAlgo ms. Dado que las fuerzas re- netas del rgimen. Como escribiera trarrestar esa fuerza debe ser la uniaccionarias se afanan por Interpretar el peridico, que siempre d i f u n d e la en beneficio propio el pasado, tergi- voz de la verdad en las condiciones dad de la clase obrera revolucionarla. Unidos, los obreros sern ms versndolo en aras de sus ambiciones de la tirana racista, en realidad, fuertes que los capitalistas. egostas, sera muy til que en las una parte de nuestra juventud es Considero que las fuerzas aglutinapginas do Revista Internacional, en- ahora ms radical y ms madura Ideodas en el PSUM han empezado a antre otras publicaciones, apareciesen lgicamente 2 . Jams se podrn ocul- dar por un buen camino. Como deca artculos que muestren cmo los re- tar las vejaciones y la cruel opresin gmenes neocolonialistas deforman la de que es objeto la poblacin autc- nuestro paisano, el Inolvidable Antohistoria de la lucha de los pueblos tona del pas. La propaganda azuca- nio Machado: Caminante, no hay capor la emancipacin nacional y so- rada no podr hacer ms dulce nues- mino, se hace camino al andar. EMILIO VALIENTE MARTNEZ cial. No cabe duda de que tales arMadrid, Espaa 1 Vase Revista Internacional, tfs 3 pase Reutsta Internacional, NQ 9 de de2 1982, pp. 76-77. i Vase Revista Internacional, Na 2 1981. N. de la Red. Sowetan, 4 de enero de 1982. de 1982. JV. de la Red.
tculos, con anlisis de la experiencia proporcionada por la lucha de los distintos pueblos, brindaran a los comunistas y a todas las fuerzas progresistas nuevos conocimientos y nuevas Ideas. WASEEM HAMEED, socilogo Georgetown, Guyana
militar a las dictaduras centroamericanas. 3. Sin embargo, la heroica lucha del pueblo salvadoreo, la fuerza y el creciente desarrollo poltico de la Revolucin Nicaragense y la respuesta firme, responsable y constructiva de la Revolucin Cubana, unida a la inmensa solidaridad internacional que han logrado ganar han frustrado las maniobras imperialistas y demuestran en la prctica que hoy da ya no es el imperialismo yanqui sino la fuerza de los pueblos el factor dominante en Amrica Central y el Caribe, donde el Gobierno de Granada simboliza el despertar de las islas caribeas, recientemente liberadas del yugo colonial. 4. El Movimiento de Pases No Alineados y su Presidente, compaero Fidel Castro, y el Presidente de Mxico, Jos Lpez Portillo, han jugado un papel fundamental en el rea en este bloqueo a la poltica imperialista. La consecuente conducta de Mxico al plantear su abierto rechazo a las amenazas intervencionistas del imperialismo, al apoyar al Gobierno sandlnista de Nicaragua, al suscribir el acuerdo franco-mexicano de reconocimiento a la legitimidad y representatlvldad del FMLN y del FDR salvadoreo ha Interpretado los intereses y la voluntad soberana de todos los pueblos de Amrica Latina.
Igualmente, cabe destacar la conducta de la COPAL y de la Internacional Socialista que, al sostener irrestrictamente el principio de la autodeterminacin de los pueblos centroamericanos para determinar libremente su destino, ha puesto otra valla a los propsitos hegemnicos del Gobierno de Reagan. 5. Los partidos de la izquierda chilena expresan su ms ferviente solidaridad con los pueblos de El Salvador y Guatemala, que luchan con las armas en la mano por su liberacin nacional y social; con la Revolucin Sandlnista que construye exitosamente, en medio de grandes dificultades, una nueva y ms justa sociedad; con la Revolucin Cubana que firmemente contina levantando la bandera del socialismo en el continente, y con el Gobierno de Granada insistentemente acosado por el imperialismo, conscientes de que con ello interpretan la posicin antiimperialista y la vocacin latinoamericana del pueblo chileno. La izquierda chilena adquiere el compromiso de elevar a nuevos planos su movilizacin solidaria con los pueblos de Centroamrica y el Caribe. 6. Frente a la conflictiva situacin de las Islas Malvinas, los partidos de la izquierda chilena expresan su ms resuelta solidaridad con la reivindica(sigue a la vuelta)
el Caribe y de las fuerzas armadas norteamericanas en la subregin. 8. Los partidos de la izquierda chilena reiteran su condena a la dictadura militar argentina y respaldan la lucha de su pueblo que, junto con reclamar su soberana sobre el archipilago, lucha por la democracia y la libertad en su pas y por el respeto de los derechos humanos brutalmente conculcados por el Gobierno militar. 9. Los partidos de la izquierda chilena reiteran tambin su adhesin al principio de la autodeterminacin de los pueblos, su condena al uso de la fuerza como medio para resolver los conflictos internacionales y su respeto a las normas del Derecho Internacional y a los tratados libremente suscritos como el nico recurso legtimo para la solucin do las controversias entre los Estados.
cin por el pueblo argentino de su legtima soberana sobre las islas y exhortan a todas las fuerzas democrticas del mundo a que, junto con respaldar la justa demanda argentina, se empeen por buscar una solucin pacfica al conflicto en el marco de la Resolucin 502 de Naciones Unidas que, cautelando los intereses de las partes, refrenda la soberana argentina sobre las Islas Malvinas. 7. Condena igualmente la conducta de tipo colonialista con que Gran Bretaa pretende perpetuar su anacrnico dominio imperial en suelo latinoamericano y de toda otra subsistencia colonial en el continente, como Puerto Rico, Guantnamo y la Zona del Canal y denuncian la abierta intervencin del imperialismo norteamericano que, al proclamar su respaldo a la ilegtima pretensin colonial britnica agrede no slo a Argentina, sino a todos los pueblos latinoamericanos. Esta conducta norteamericana vuelve a poner en evidencia el carcter de instrumento del imperialismo que reviste el TIAR y todo el sistema interamericano construido por los Estados Unidos y las fuerzas reaccionarias del continente para mantener su dominacin sobre nuestros pueblos. En este mismo plano de violacin del principio de no intervencin se inscriben las maniobras de la OTAN en
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