Progresando Hacia La Madurez
Progresando Hacia La Madurez
Progresando Hacia La Madurez
Fase 1 Relación con Dios (Apocalipsis 4:11 ; 1 Corintios 1:9) El llamado de Dios es
primero a El Mismo (Mateo 4:19-20; Marcos 3:13,14; 6:7; Isaías 6:1-6; Hechos 13:1-4)
Creación a Cristo. (Fundamentos para la salvación).
La vida cristiana es una relación por eso nuestro deseo es guiar a las personas a que
tengan una profunda e íntima relación con Dios. Para que eso ocurra hay verdades
fundamentales que deben ser entendidas y enseñadas claramente. Estas verdades
fundamentales incluyen lo siguiente:
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Puestos en Cristo
Justificados (declarados justos) y aceptados en Cristo.
Hijo de Dios
Restaurado a la unidad con Dios
Eternamente seguro en Cristo
Su Divino poder nos ha dado todo lo concerniente a la vida y a la piedad a través
de Su obra terminada en la cruz.
Nuestra parte es creer.
El cambio de posición que ocurre en la vida de todo creyente al ser salvo, es inmediato y
completo. El diario “vivir” de esa posición, por otro lado, es un proceso de crecimiento.
Este crecimiento progresivo que el Espíritu Santo opera en todos los creyentes es Su
proceso de conformarnos a la imagen de Cristo.
Para que los creyentes avancen a la madurez deben aprender a caminar y depender en el
Espíritu Santo. Así que nuestro propósito en las enseñanzas de la fase 3 es reveler el
ministerio del Espíritu Santo y Su fidelidad para llevar, guiar, apacentar, y proteger a los
hijos de Dios, como también presentar la Iglesia. Algunas de las verdades fundamentales
más importantes que deben ser enfatizadas incluyen las siguientes:
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Algunas de las verdades más importantes que enfatizaremos en la fase 4 incluyen las
siguientes:
La identificación del creyente con la muerte, sepultura y resurrección de Cristo.
(Crucificados con El y resucitados a novedad de vida)
La Santificación es el proceso de caminar menos y menos en la carne y más y más
en el Espíritu.
Nuestra parte en el proceso es tener fe en la obra terminada de Cristo y nuestra
identificación con ella.
Qué es lo que realmente significa caminar en el Espíritu.
Despojarse del viejo hombre y vestirse del nuevo.
Manifestar la vida de Cristo / el fruto del Espíritu.
2 Timoteo 3:16 “Toda la escritura es inspirada por Dios.” Dios habló a los hombres
el mensaje exacto que quiso que escribieran. La Biblia fue escrita en un período de
1600 años por más de 40 hombres y aun así tiene una unidad absoluta de principio a
fin ya que Dios es Su autor. La Biblia es el único libro que podemos leer sin
cuestionar la verdad de su contenido.
Jeremías 9:23-24 ¿Cuán bien conocemos a Dios? ¿Cuán grande es El? ¿Cuán
importante? La Biblia nos ordena y anima a caminar por fe, confiando en Dios. Pero
como podremos caminar por fe en Dios sin conocerle y como confiaremos en El sin
entenderle. Lo más que conozcamos a Dios más fácil hará que confiemos en El. Lo
opuesto también es verdad; a la medida que no conocemos a Dios se nos hará fácil
confiar en otras cosas.
Soberanía – es una palabra que usamos para tratar de describir a Dios que quiere
decir director, jefe, supremo. En primera instancia habla de posición (Dios es el Ser
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más grande del universo), luego de poder (Dios tiene poder supremo en el universo).
Finalmente Dios tiene el control completo de todas las cosas; aunque permite que
algunas cosas pasen bajo leyes naturales las cuales El ordenó. Dios tiene un plan
(Hechos 15:18) que es completo (Efesios 1:11) y que El controla (Salmo 135:1-6)
incluyendo todo; aunque, El no puede pecar (Proverbios 16:4). Todo este plan es
para la alabanza de Su gloria (2 Pedro 3:18).
Desde el principio el gran deseo de Dios ha sido buscar y salvar a los perdidos.
(Hechos 26:13-18) Este es un hermoso cuadro del “corazón misionero de Dios.”
Estos versículos no se refieren a Pablo tratando de buscar y salvar a los pedidos, sino
lo que El Dios soberano quiso hacer a través de Pablo.
Posiblemente cada error doctrinal o fracaso por no aplicar los principios cristianos
puede reducirse a un concepto imperfecto de Dios. (Salmo 51:16-17)
Lo más importante para nuestras vidas cristianas es un conocimiento apropiado de
Dios (Juan 17:3) Notemos que Jesús define la vida eternal no por tiempo sino como
EL CONOCIMIENTO DE DIOS. ¿Por qué es así? Porque si no le conocemos y no
sabemos lo que ha hecho no tendremos vida eterna.
En Efesios 1:17 encontramos la oración de Pablo por la Iglesia de Efeso. No pide
nada nuevo sino que Dios se revele a Sí Mismo ante ellos. Luego en el versículo 18
pide que les abra los ojos del corazón para que SEPAN.
Regresemos a nuestro tema: el deseo de Dios que sus hijos tengan una relación
profunda y permanente con Sí Mismo. El gran hecho en el cual todos los
pensamientos verdaderos de Dios encuentran su raíz realmente está en Juan 3:16 "
Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que
todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.." Aquí vemos a Dios
nuevamente buscando y salvando a los perdidos. Este verso se mira comúnmente
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como el centro del Nuevo Testamento; y revela el gran amor de Dios para el hombre.
Como éste hay muchos versículos: (Juan 3:17; Lucas 19: 10; Romanos 5:8;
1 Juan 2:2)
Estos como muchos otros versículos aclaran el hecho de que la redención de todo el
mundo vino por el amor de Dios y ese fue Su propósito desde el principio. Así que
vino El Mismo en la persona de Jesucristo “a buscar y salvar lo que se había perdido”
(Lucas 19:10) El evangelio es para toda raza y cada punto del planeta sin importar la
condición de la humanidad.
Revisemos esta declaración: Como misión mundial sabemos que simplemente
llevamos acabo el propósito y plan de Dios que tuvo desde antes de la fundación del
mundo: “buscar y salvar a los perdidos.”
1. Dios no quiere que nadie perezca – 2 Pedro 3:9; 1 Timoteo 2:4; Romanos 1:18
2. El llamado general a todos – Romanos 10:13; Juan 12:32
3. El hombre natural no responde – Romanos 3:10-11; Mateo 22:1-11
4. Por tanto Dios los atrae (personal e irresistible) – Juan 6:44
5. Su plan es personas compartiendo con otras personas - 2 Corintios 5:18-20.
Si todo esto es verdad debemos esperar que la Biblia hable tocante a la búsqueda de
Dios por el hombre y ese es exactamente el caso. A través de la Biblia el plan de
Dios para que los hombres tenga una relación personal con El es evidente. De
principio a fin la Biblia es un libro misionero; si quitáramos ese plan de Dios de
alcanzar al hombre, la Biblia no haría sentido.
¿Por qué? Porque Dios nos creó; nos hizo para Su beneplácito (Apocalipsis 4:11), y
quiere tener una relación personal con nosotros (1 Corintios 1:9; 1 Juan 1:3).
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Fase #2 – Posición con Cristo
“Posición vs Condición”
A. Introducción:
Será de ayuda considerar un libro muy interesante escrito por Watchman Nee titulado
"Sentaos, Andad, Estar firmes". Este libro es un comentario de la carta de Pablo a los
Efesios y como varias de las epístolas de Pablo se divide en dos secciones: la doctrinal y
la práctica. Mirando de cerca el libro encontraremos que la segunda mitad, la parte
práctica, se vuelve a dividir de acuerdo a temas.
Podemos decir que realmente hay tres subdivisiones:
En la primera sección de la carta vemos la palabra sentados que es la clave de esa sección
(Efesios 1:20; Efesios 2:6). Dios sentó a Cristo en lugares celestiales y a nosotros nos
sentó con El. La vida cristiana verdadera no comienza con caminar; comienza con
sentarse. Realmente comienza con el hombre en Cristo, sentado por fe, en lugares
celestiales. (1 Corintios 1:30; Colosenses 3:1-3)
Así que al principio de Efesios se nos invita a sentarnos y descansar en nuestra posición;
que disfrutemos de todo lo que Dios ha hecho por nosotros. Efesios 1:16-19
D. Desde el comienzo de los tiempos vemos este principio del hombre entrando al
reposo de Dios.
¿Pero qué de Adán? ¿Cuándo aparece? El fue creado en el sexto día; así que su primer
día complete fue el día que Dios descansó. Vemos que Dios trabajó seis días y descansó,
Adán empezó su vida con el día de descanso. Dios obra y descansa mientras que el
hombre primero debe entrar en el descanso de Dios para luego obrar. Un buen ejemplo
es el Evangelio: Dios primero completó la obra de salvación y el hombre solamente cree
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E. “Creo que Dios nos va a salvar”
Unos versículos interesantes los encontramos en Lucas 14:15-17 “Venid, que ya todo
está preparado.” El cristianismo bíblico verdadero enseña que: Dios ha hecho todo en
Cristo y lo que nos queda es dar un paso de fe y así disfrutar de Su obra consumada.
G. El hijo pródigo:
De todas las parábolas en los evangelios, la historia del hijo pródigo nos da la mejor
ilustración de como Dios anhela que el hombre venga a El. (Lucas 15:11-32).
Cuando nacemos adquirimos una posición en nuestra familia humana, ya sea pobre,
media o rica. Somos el producto de nuestra posición. Un ejemplo de esto es el rey de
España. ¿Qué hizo él para obtener esa posición? Absolutamente nada, solamente nació en
la familia real. Por otro lado vemos en nuestras ciudades niños que tienen todo y otros en
la calle que se mueren de hambre. Su posición familiar determina la vida que llevan.
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I. Somos el producto de nuestra posición
Como fue en nuestro nacimiento físico así es en nuestro nacimiento espiritual. Cuando
nacemos de nuevo a la familia de Dios, somos posicionalmente puestos en Cristo.
Nuestra posición ahora es en El. (Juan 3:3-6; 1 Corintios 1:30; Hechos 17:28).
J. Mefiboset
En el Antiguo Testamento tenemos cuadros históricos que son para nuestra enseña
espiritual. Al leer lo que pasó a Mefiboset claramente concluimos que su posición, ser
hijo de Jonathan, afecto su condición. (2 Samuel 9)
Posición de justificación
Podemos ver como la fe en nuestra posición puede afectar nuestra condición, por
ejemplo: nuestra posición de justificación (Romanos 5:1) – posicionalmente somos
declarados justos y Dios nos trata como tales (un hecho creído).
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L. Posición de aceptación
Posicionalmente somos aceptados (Efesios 1:6). Esta es una verdad posicional vital.
Cuando un creyente descansa en su posición de aceptación queda libre de sus propios
esfuerzos. Es natural en nuestra sociedad que tratemos de ser aceptados por producir
algo (la ley) en lugar de recibir (la gracia); permitir que Dios nos ame a pesar que somos
indignos es bien difícil. (Romanos 5:6-10)
Cuando aprendemos a descansar en nuestra posición de aceptación, entonces esperamos
menos de nosotros y más y más de El. (Salmo 62:5; 2 Corintios 3:4,5).
M. La posición de completos en El
Esta es otra verdad libertadora. Estamos completos en El. (Colosenses 2:6-10) Todo lo
que necesitamos para nuestra vida cristiana, ahora y por la eternidad, está disponible y a
nuestro alcance por medio del Señor Jesucristo (2 Pedro 1:3).
Al descansar por fe en nuestra posición de completes en El, el Espíritu Santo obra esa
verdad en nuestra condición, paramos de esforzarnos por estar completos porque ya
estamos completos en Cristo.
N. Seguros eternamente
O. Posición de identificación
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R. Permanecer en nuestra posición
La comparación de la vid es excelente; las ramas no pueden dar fruto si no están pegadas
al tallo. La sabia a través del tronco circula y llega hasta la rama que a su vez da fruto.
Lo que la rama tiene que hacer es estar pegada al tallo. Para nosotros eso significa
descansar en nuestra posición en Cristo. El fruto que se verá en nuestra condición es el
fruto del Espíritu. (Juan 15:1, 2a, 4, 5)
Al escribir esta epístola Pablo está esperando que lo ejecuten, pero su tema es el gozo de
Cristo. La carta no parece ser escrita por un hombre sentenciado a muerte.
(Filipenses 1:12-18; 3:1-3; 4:4-7; 4:11-13)
T. Conclusión
Hemos vivido suficiente tiempo tratando de producir obras para Dios, ahora nos toca
adueñarnos de la realidad de que somos libres en Cristo. Lázaro resucitado tuvo que ser
desatado. Igualmente nosotros por fe somos libertados de toda atadura de obras carnales.
Descansando en nuestra posición, por fe, disfrutamos de la verdadera libertad que da
Cristo. (Juan 8:32; 11:43,44).
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LA DOCTRINA DE LA POSICION
EL FACTOR DE LA POSICION – Consideremos la historia posicional del creyente.
Antes de que algo llegara a existir—el universo, el mundo, Adán—Yo, una persona
escogida, elegida y llamada fue concebida en el propósito y corazón de mi Padre.
(Efesios 1: 4, 5; 2 Timoteo 1: 9; Salmo 139:16).
Mi Padre dio la voz e hizo este mundo y creó a Adán para que fuera la cabeza de la raza
humana para ese mundo. Yo estaba identificado posicionalmente con la fuente de esa
humanidad. Cuando Adán pecó y por ende muriera posicionalmente para Dios, Yo morí
en él. Cuando llegó a ser carne, Yo llegue a ser carne en él. Cuando él fue condenado,
yo fui condenado en él.
El viejo Adán rechazado fue reemplazado por el nuevo Adán aceptado, el Postrer Adán.
Cuando el Padre mandó a Su Unigénito Hijo al mundo, Lo sujetó a la muerte de la Cruz
para rescatarme de mi muerte Adámica, por cuanto me amó como Su escogido desde la
eternidad.
Cuando el Cordero de Dios estaba en la Cruz, mi Padre cargó todos mis pecados sobre El,
y Su muerte por esos pecados me libertó de su castigo. Mientras el Señor Jesús estaba en
esa misma Cruz el Padre me identificó, en mi vida Adámica de pecado, con Su Hijo
quien fue hecho ese pecado (2 Corintios 5:21). En El, morí al pecado—posicionalmente.
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“Una naturaleza”
28-12-08
Regresando a su historia
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Realmente pasarán total y eternamente cuando muera o en el Rapto, el que llegue
primero. Y decimos: ¡Ven Señor Jesús!
Ahí está usted en su posición “Porque habéis muerto, y vuestra vida está
escondida con Cristo en Dios.” (Colosenses 3:3). En el Señor Jesucristo usted es
aceptado en el Amado, completo en El, enteramente santificado en El, perfecto en El.
Todo eso y más ha sido dispuesto como herencia espiritual desde que Aquel que es la
Vida ascendiera a la mano derecha del Padre. Todo debía completarse posicionalmente
antes de que ningún cristiano existiera porque el cristianismo esta establecido sobre la
obra consumada del Señor Jesucristo.
El factor de la condición
Al nacer en este mundo a la imagen y semejanza de Adán usted creció como un picador
condenado, muerto en sus delitos y pecados. En Su tiempo y propósito, el Padre lo llamó
y por Su gracia usted respondió en fe solamente, aceptando al Señor Jesús como su
Salvador.
En ese momento el Espíritu Santo, al entrar a morar en usted, le dio la vida del Señor
Jesús para que sea su vida cristiana. Solo entonces fue cuando usted entró a su nueva
posición como nueva creación en el Postrer Adán, con su vieja vida adámica todavía
morando en su cuerpo de carne mortal.
¡Vino el Amanecer!
En el tiempo del Espíritu por la Palabra pudo darse cuenta de las verdades
posicionales con respecto a usted. Vio que ha muerto al pecado en la Cruz, crucificado
con Cristo. Con tiempo usted ha aprendido a no batallar con el hombre viejo interno, sino
a considerar por fe la verdad posicional de la Cruz. Como nueva creación, ha sido sacado
del Adán carnal y ha sido re-creado en el Señor Jesús ascendido, sentado a la diestra del
Padre en gloria. ¡Permanezca arriba!
Al considerarse muerto al pecado por ser nueva creación, el Espíritu Santo
progresivamente aplica esa obra terminada a su condición creciente. Paso a paso
experimenta la libertad del dominio del pecado adámico interior, esa libertad que produce
la Cruz. Su condición empieza a conformarse a su semejanza, su posición completa.
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Fase #3 – Dependencia en el Espíritu
“La Cruz y la Vida Llena del Espíritu”
Cuando Cristo dio la Gran Comisión: “Por tanto, id, y haced discípulos a todas las
naciones,” El la unió a la declaración previa: “Toda potestad me es dada en el cielo y en
la tierra.” Y luego la afirmación segura: “he aquí yo estoy con vosotros todos los días,
hasta el fin del mundo. Amén” (Mateo 28:18-20) En esta promesa llena de gracia El
proveyó lo necesario para la extensión de Su presencia, al Espíritu Santo; así como el
avance de las actividades misioneras de la Iglesia. Tal como estuvo con los discípulos en
Jerusalén, así estaría con ellos cuando fueran a Judea, Samaria y a lo último de la tierra.
¿Cómo se iba a cumplir esta promesa? La respuesta: “en la Persona del Espíritu Santo.”
A Sus discípulos Jesús les dijo: “Pero yo os digo la verdad: Os conviene que yo me vaya;
porque si no me fuera, el Consolador no vendría a vosotros; mas si me fuere, os lo
enviaré.” (Juan 16:7)
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pero les contestó que les convenía. ¡De mi parte pensaría que hubiera sido mejor que se
quedara y controlara todo! por la condición en la que estaban. Pero Jesús les dijo que
sería mejor que se fuera sino el Espíritu Santo no vendría; El les guiaría a toda la
verdad. Cuando el Espíritu bajó sus vidas fueron cambiadas y maduraron. Si nuestro
Dios y Salvador dijo que sería mejor dejar a Sus discípulos en las manos del Espíritu
Santo, ¿cuánto más debo yo, dejar a esos hermanos y confiarles a Aquel quien realmente
puede enseñarles y guiarles a la verdad? Pero nuestra tendencia es enfatizar nuestros
planes, estrategias, métodos, herramientas, y obras; ¡dejando al Espíritu Santo fuera!
Obviamente el Espíritu Santo puede y usará nuestros métodos y planes, etc . . . pero
nuestra dependencia debe estar en El.
Debemos notar que en cada una de las veces que se menciona la Gran Comisión
(Mateo 28:18-20; Marcos 16:15-20; Lucas 24:46-49; Juan. 20:21, 22; Hechos 1:8), se
implica al Espíritu Santo ya sea directa o indirectamente. Este hecho es muy
significativo; el deseo de Dios de buscar y salvar a los perdidos es un movimiento
dirigido no solamente desde el cielo sino por el Espíritu Santo en Persona. Con ese
propósito fue enviado exclusivamente. Ya que El sería el Comandante y Jefe de la gran
campaña misionera era necesario Su llegada para realizarla.
18’06’08
Será bueno pausar por un momento y ver lo que es “el llamado de Dios” Ante todo es un
llamado a Sí Mismo (quedaos vosotros) (Apocalipsis 4:11; 1 Corintios 1:9; 1 Juan. 1:3;
Mateo 4:19-20; Marcos 3:13-14; 6:7; Isaías 6:1-6; Hechos 13:1-4 – Enviados por el
Espíritu) 9’’08’’08
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Lucas describe es impresionante. Los discípulos “ciento veinte” estando en oración y
ruego por diez días:
“Cuando llegó el día de Pentecostés, estaban todos unánimes juntos. Y de repente vino
del cielo un estruendo como de un viento recio que soplaba, el cual llenó toda la casa
donde estaban sentados; y se les aparecieron lenguas repartidas, como de fuego,
asentándose sobre cada uno de ellos. Y fueron todos llenos del Espíritu Santo, y
comenzaron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu les daba que hablasen.”
(Hechos 2:1-4a)
En este punto se menciona la venida del Espíritu a ese grupo inicial. Pero notemos
lo que pasa inmediatamente en el versículo 4b; “y comenzaron a hablar en otras
lenguas, según el Espíritu les daba que hablasen.” De inmediato empezaron en
Jerusalén la tarea de compartir el Evangelio, para ello recibieron el don del Espíritu
Santo. Ese día de Pentecostés comenzó la Iglesia así como el movimiento mundial de
misiones. Y la frase “otras lenguas” tiene su explicación natural en el v 5. “Moraban
entonces en Jerusalén judíos, varones piadosos, de todas las naciones bajo el cielo. ”
(Todos oyeron el Evangelio en su lengua nativa). Dios hizo posible que ese día el mundo
conocido en su totalidad escuchara el Evangelio en su propio idioma. Realmente fue un
gran comienzo para la evangelización mundial; el Señor trajo a los representantes del
mundo a Jerusalén para que Sus discípulos les compartieran el evangelio antes de
mandarlos hasta la último de la tierra a predicar a toda criatura.
Veamos ahora el papel del Espíritu Santo en las misiones mundiales. Su papel
descrito en Hechos tiene dos lados: (1) Capacitar espiritualmente al obrero y (2) Dirigir el
movimiento misionero en todos sus aspectos.
Podemos afirmar con certeza que las misiones cristianas no podían comenzar
hasta que descendiera el Espíritu Santo en Pentecostés y que el movimiento no podía
continuar en una forma real sin la presencia y obra del Espíritu en y a través de los
misioneros. Lo mismo pasa hoy: para llevar acabo la obra de Dios, buscando y salvando a
los perdidos, y para establecer la Iglesia, de principio a fin es absolutamente necesario
que los que participan en la tarea dependan en el Espíritu Santo.
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Wesley que dio ímpetu a la obra de Dios en Inglaterra. Fue la fe y el poder del Espíritu
en la vida de Hudson Taylor que movió la obra de Dios en la China.
Podemos afirmar que el verdadero celo evangelístico brota solamente de una vida
espiritual real. (El Espíritu reproduciendo la vida de Cristo en nosotros). Si vamos a ver
la obra de Dios a Su manera, entonces tendremos que profundizarnos espiritualmente
(Colosenses 2:6,7).
Hay un peligro real para los cristianos al temer y rechazar cualquier experiencia
asociada con el Espíritu Santo, todo por las enseñanzas distorsionadas acerca del
tema (lenguas, sanidades, echando fuera demonios). Hay un tipo de enseñanza
hoy que es extremadamente controversial que no produce madurez espiritual y
por ende la pasión por los perdidos es improductiva. Lo que necesitamos son
enseñanzas profundas tocante al Espíritu Santo.
He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo. (Juan 1:29)
Sobre quien veas descender el Espíritu y que permanece sobre él, ése es el que bautiza
con el Espíritu Santo. (Juan 1:33)
En el día de Pentecostés los discípulos del aposento alto recibieron el don del
Espíritu. (Hechos 2:1-4)
Desde ese día en adelante todo aquel que ha sido unido con el Señor Viviente ha
recibido el don del Espíritu Santo.
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Dios tuvo un plan específico al mandar al Espíritu así como lo tuvo al mandar a Su
Hijo.
Por el Hijo, el pecador tiene vida; por el Espíritu, el creyente tiene vida abundante.
Por el Hijo, el pecador entra en la esfera espiritual; antes, estaba espiritualmente
muerto. Por el Espíritu, el creyente es elevado a una vida en el plano superior.
En una declaración, Dios revela el punto más alto al que un creyente puede llegar en
su relación con el Espíritu Santo “SED LLENOS DEL ESPIRITU”
Es interesante notar que esta orden solamente se menciona una vez para los creyentes.
Sin embargo, se menciona 14 veces en el Nuevo Testamento, todas en los libros de
Lucas y Hechos.
Si examináramos el Griego veríamos que el término usado en Lucas y Hechos tiene
un significado diferente al de Efesios 5:18.
En todos los otros usos del término, aparte de Efesios 5:18, describe ya sea al Espíritu
viniendo sobre alguien para capacitarle ante una tarea (Hechos 1:8) o se refiere a una
calidad de vida relacionada al término que usamos hoy al referirnos a alguien
espiritual. (Hechos 6:3)
El nivel de piedad externa que se ve en nuestras vidas es la obra interna del Espíritu
quien produce la vida de Cristo en nosotros. (Filipenses 2:12-13; Juan 16:13-14;
2 Corintios 3:18)
Tenemos que aclarar esto lo mejor que podamos. Ser lleno del Espíritu es ser lleno
del Señor Jesucristo quien es nuestra vida (Colosenses 3:4; Gálatas 2:20)
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Tiene que ver con tener la vida de Cristo manifestándose en nuestros cuerpos
mortales (2 Corintios 4:10,11)
La vida Cristiana es la vida de Cristo producida en cada creyente por el Espíritu Santo
Mismo; esa vida será cada vez más espontánea. (Romanos 8:2)
Eventualmente nuestras palabras, nuestras oraciones, nuestra vida será espontánea;
una expresión externa de la vida interna. (Efesios 5:18-21)
“Cristo en vosotros”
La verdadera vida Cristiana es poseer la vida de Cristo e tal manera que podamos
decir como Pablo: “para mi el vivir es Cristo.” (Filipenses 1:21)
La verdadera vida Cristiana es que Jesucristo llene nuestras mentes, voluntad y
emociones de tal manera que nuestros pensamientos sean Sus pensamientos, nuestra
voluntad sea Su voluntad y que nuestras emociones vengan de El. Es Jesucristo
llenando mi vida hasta que no tengo vida separado de El.
"Cristo en vosotros" fue el corazón del mensaje de Pablo a las iglesias y lo recalcó en
sus enseñanzas y predicaciones. (Colosenses 1:27). Pablo tenía una meta y era que
Cristo fuera formado en cada creyente. (Gálatas 4:19).
La vida llena del Espíritu es el remedio de Dios para el dilema del hombre
Es la vida en Cristo, vivida en el Espíritu – Es gobernada por la gracia y vivida por fe.
La respuesta para vivir una vida cristiana victoriosa descansa con el Espíritu Santo.
No es un asunto de nuestra habilidad o esfuerzo sino de la absoluta fidelidad del
Espíritu de Dios.
Aunque hay algo que estorba siempre: la carne.
Algo importante de considerar es que no podemos andar en la carne y ser llenos del
Espíritu a la misma vez. Lo uno o lo otro. (Gálatas 5:17)
La carne es anulada en la cruz (Romanos. 6:6; Gálatas 2:20) y así podemos caminar
controlados por el Espíritu.
El libro de los Hechos muestra la verdad de que el Espíritu no vino solamente con el
propósito de capacitar espiritualmente al creyente, sino que ha tomar el control y
dirección de la obra de Dios en la tierra.
Vino como el Comandante y Jefe de todas las fuerzas y a hacerse cargo de la Campaña;
lo reconocieron como tal al instante. Los apóstoles al responder a Su liderazgo se
convirtieron en hombres nuevos.
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El cambio repentino de dispersos a total unidad, de mirar por lo suyo propio a un
absoluto desinterés personal, de cobardes a valientes, de débiles a poderosos, fue
simplemente sobrenatural. (En Lucas 22 vemos a Pedro negando al Señor; pero en
Hechos 3:11-16, después de Pentecostés, habló con denuedo).
El tiempo no nos da aquí para hacer un estudio detallado de la obra del Espíritu Santo,
pero notemos algunos aspectos que nos da el libro de los Hechos; éstos son una base para
nuestro estudio.
Primero – Vemos en Juan y Hechos que el Espíritu persuade, convence y convierte
pecadores.
Segundo - También realiza una obra de gracia poderosa en los creyentes.
Tercero – El disciplina a la iglesia (Hechos 5:1-14)
Cuarto – Ejerce autoridad y envía misioneros. (Hechos 8:26,29,39; 13:1-14)
Quinto – El Espíritu Santo presidió en el Concilio de Jerusalén (Hechos 15:1-10)
Sexto – El motiva a los obreros y también los detiene (Hechos 16:6-10)
Siete – Ejerce suprema autoridad (Hechos 20:28) Nos recuerda solemnemente la
autoridad suprema de Cristo sobre todos los oficios y funciones relacionados con Su
Iglesia Verdadera y Su causa en la tierra.
18-09-08
Es una gran necesidad reconocer, reverenciar y someterse al Espíritu Santo. El es
quien nos capacita y dirige como también nos da discernimiento. (1 Corintios 2:9-14)
Estos días oímos mucho acerca de estrategias, métodos, trabajo de equipo y cosas por el
estilo con respecto al trabajo cristiano; se enfatiza la organización, los recursos y más y
más pólizas actualizadas y métodos. Todo esto tiene su lugar y valor; aunque, tenemos
que resaltar el peligro de que disimuladamente caigamos en la dependencia de
mecanismos y dinámicas basadas en sabiduría humana en lugar de hacer la obra en el
poder de Dios (Hechos 5:38-39)
Edificar la Iglesia no es tarea humana sino una obra sobrenatural y divina para la
cual Dios provee los recursos y el liderazgo. Creemos firmemente que lo que necesitamos
hoy es depender humildemente en El, dedicando nuestro tiempo a esperar en Dios y Su
dirección, más que en comités y conferencias llenas de discusión e intercambio de
palabras mundanas basadas en opiniones humanas.
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Fase #4 – La Santificación Práctica
¿Cómo llega uno a ser más como Cristo?
Es interesante notar que el hombre fue creado originalmente para la satisfacción de Dios.
(Apocalipsis 4:11) Ese fue el propósito por el cual llegó a ser; el hombre sería para el
deleite de Dios y para recibir Su afecto. Eso haría que el hombre se deleitara en Dios.
Dios desea que los cristianos tengamos la misma relación con Jesús que la que El tuvo
con el Padre (Juan 17:18; Juan 20:21) Esa fue la relación que Adán y Eva tenían con Dios
en el Jardín antes de la caída. (Ocupados con Dios y disfrutándole)
Para contestar la pregunta hecha arriba: ¿Cómo seremos? Primero que nada tiene la
perspectiva equivocada; la meta no es “como seré” sino ¿A quién me pareceré? (Génesis
1:26-27). La intención de Dios era que el hombre viviera en Su imagen. Claro que todo
cambió en la caída, hasta que Cristo vino; aunque, el propósito de Dios nunca cambia,
por eso la meta de la formación espiritual es que el hombre sea moldeado a la imagen de
Dios/Cristo (Romanos 8:28-29) para que tengamos la misma relación con Jesús así como
El la tuvo con el Padre. (Filipenses 3:7-8).
2. ¿Cuáles son los medios primordiales para el crecimiento espiritual? – (El Espíritu
Santo obrando a través de la Palabra y los siervos de Dios).
Las Escrituras me dicen lo que Dios me da, pero ellas mismas no me dan. El Espíritu
aplica la palabra, con su significado divino, a mi vida; entonces poseo lo que la
Biblia afirma que es mío por la gracia de Dios. Por ejemplo, la palabra me dice que
al contemplar Su gloria seré transformado (2 Corintios 3:18). No me transforma por
más clara que vea tal declaración. Me comunica una gran verdad, pero tal
comunicación es para que algo muy grande me ocurra, y esto puede ser solamente
por el Espíritu. J.B. Stoney
Creo que el crecimiento espiritual tiene que ver con el Espíritu Santo
madurándonos y comienza con libertarnos del dominio del pecado (Romanos 6:6-10);
crecemos hasta estar llenos del Espíritu (Efesios 5:18-20) y a la libertad en Cristo
(Gálatas 5:1) así como para estar ocupados con El (Colosenses 3:1-3). Este proceso se
explica mejor en Romanos seis, siete y ocho. Estos capítulos tienen un ingrediente clave
para el crecimiento, la Cruz. Cuando empezamos a entender Romanos seis nos damos
cuenta que nuestra muerte en Cristo nos libra del dominio del pecado ya que fue
completada en el Calvario. ¿Recuerda el día cuando vio claramente que Cristo murió por
usted? De igual manera debe entender claramente que usted murió con Cristo y
considerarse muerto al pecado. Dios nos dice que nos consideremos muertos al pecado,
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no que por medio de un proceso de considerarnos llegaremos a estar muertos, sino que ya
estamos muertos al pecado.
Mientras en Romanos seis se trata con el pecado en el siete trata con algo
totalmente diferente: libertad de la ley. (Note las referencias con respecto al pecado en
Romanos 6:1-2, y luego con respecto ala ley en 7:1-2. Romanos siete es un cuadro de un
cristiano extremadamente centrado en sí mismo operando en la carne. Desde el versículo
15 hasta el final del capítulo los pronombres personales yo, me, mío, mi mismo se usan
47 veces. Es la foto de un cristiano egocéntrico en derrota quien eventualmente
experimentará Romanos 7:15-24 y no tendrá ni idea por qué. Nuestra muerte con Cristo e
Romanos seis es suficiente para cubrir toda nuestra necesidad, aunque el problema es que
no entendemos completamente Romanos 6:14b “pues no estáis bajo la ley, sino bajo la
gracia.”
Parecería que Romanos siete fue escrito para explicar lo que dijo en 6:14. La
gracia implica que Dios hace algo en nuestro favor; la ley demanda que hagamos algo
para Dios. Así que Pablo dice: “no estáis bajo la ley, sino bajo la gracia.” En Exodo
20:24-26 Dios le dice a Moisés que desea encontrase con el hombre en un altar de tierra;
aunque, si el hombre levantaba alguna herramienta para construir ese altar, o hacia
cualquier esfuerzo subiendo gradas para encontrarse con El, el resultado seria
profanación y vergüenza. El problema en el capitulo siete es que el hombre, en la carne,
trata de hacer algo para Dios. Tan pronto como tratamos de agradar u obrar para Dios en
nuestras propias fuerzas, en ese momento nos ponemos bajo la ley y la experiencia de
Romanos 7:15-24 será evidente en nuestras vidas. Es interesante que cuando más
tratamos de guardar la ley, lo más que fracasamos y lo más profundo que caemos en
Romanos siete hasta vernos sin esperanza. En Romanos 6 Dios nos libertó del pecado.
Ahora en Romanos 7 El nos librará de la ley.
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3. ¿Cuál es nuestra responsabilidad en medio de Su obra en nosotros?
La respuesta la tenemos en Juan 6:28-29 donde Jesús responde anotando que nuestra
responsabilidad es creer. Tiene que ver con un caminar por fe (Hebreos 11:6). Es claro
en las Escrituras que Dios nos llama a una vida que esté de acuerdo con Su propia vida y
carácter. Así que no se limita a ciertas cosas o a hablar ciertas palabras sino a cierto tipo
de hombre o mujer. Tendrá que ser lo que predica; muchos queremos predicar sin vivirlo.
Este era el problema que Jesús tenía con los fariseos (Mateo 23:1-33). En el fondo es lo
que somos y no solamente lo que hacemos o decimos que cuenta delante de Dios.
Debemos recordar que la conducta cristiana, tal como la Biblia lo enseña, es imposible
para el hombre realizarla, por eso Dios lo capacita con ese fin. Esto nos dice 1
Tesalonicenses 5:24 “Fiel es el que os llama, el cual también lo hará.” Aquí vemos
nuevamente el énfasis puesto en Dios mientras que la responsabilidad del hombre es
creer que El está obrando en nosotros como lo dice Filipenses 2:13 “porque Dios es el
que en vosotros produce así el querer como el hacer, por su buena voluntad.”
En la carta de Pablo a los santos en Roma hace un comentario interesante en 1:5
“y por quien recibimos la gracia y el apostolado, para la obediencia a la fe en todas las
naciones por amor de su nombre.” Pablo se refiere a la obediencia que brota de la fe y
tiene como contexto la gracia de Dios. Así que la obediencia es fruto de la fe; cuando los
creyentes confiamos, descansamos y caminamos en la gracia de Dios, entonces el
Espíritu Santo produce obediencia. Un buen ejemplo podría ser Romanos 13:14 “sino
vestíos del Señor Jesucristo, y no proveáis para los deseos de la carne.” Notemos que la
orden viene después de habernos vestido del Señor Jesucristo. Al descansar en nuestra
posición en Cristo y en todo lo que nos ha dado el Espíritu nos capacita para no satisfacer
a la carne.
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