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Deidades Primordiales de La Mitología Griega

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Deidades primordiales de la mitología griega

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En las cosmogonías y teogonías de la mitología griega aparece una serie variable de
entidades o deidades primordiales que existieron en los inicios del mundo,
generalmente identificadas con elementos o principios naturales.1

Índice

 1Fuentes mitológicas y filosóficas


 2Teogonía y cosmogonía hesiódicas
o 2.1Los cuatro primordiales
o 2.2Primera generación de deidades primordiales
o 2.3Segunda generación de deidades primordiales
 3Referencias
 4Bibliografía

Fuentes mitológicas y filosóficas[editar]


Los mitos cosmogónicos eran habituales en el Oriente Próximo desde el III milenio a. C..
Con el auge de su civilización, los poetas griegos comenzaron a adoptar estos mitos. Los
primeros intentos se aprecian en la Ilíada de Homero, en un pasaje del canto XIV en el
que Hera dice que quiere reconciliar «a Océano, padre de los dioses, y a la madre Tetis»,
reminiscencia del mito babilónico de Apsu y Tiamat recogido en el Enûma Elish.2 La idea
del agua como elemento primordial prefigura a Ferécides de Siros y a Tales de Mileto.3
La cosmología órfica intenta llenar el abismo entre un Caos vacío y el mundo visible con
un relato distinto, según el cual al principio de todo estaban Caos, la noche (Nix) y Erebos.
Nix habría puesto un huevo, del que surgió Eros, que en otros relatos es
denominado Fanes, Protogonos (el «primer nacido»)4 y conocido además
como Metis y Erikapaios o Erikepaios), pero se trata del mismo padre (o madre, dado que
en algunas versiones se lo describe como hermafrodita) de una gran cantidad de
generaciones de dioses.5 De hecho, la fuente más antigua que se conserva, la
comedia Las aves de Aristófanes, solo habla de Eros (no de Fanes) para referirse al
nacido del huevo originario de Nix.6Nix (Noche) es también mencionada como primer
principio por muchos poetas y filósofos griegos. En el orfismo temprano, Noche es la
madre del Cielo; la colección imperial de Himnos órficos, tras dos himnos introductorios,
comienza con un himno a Noche; es el primer elemento para Museo y, junto con el Aire,
para Epiménides.7
Para el filólogo clásico Herbert Jennings Rose, mientras Homero organiza a los dioses a
la manera en que se haría con un clan humano, Hesíodo presenta una cosmogonía de
entidades primigenias que sólo luego se van enlazando genealógicamente.5Para
encontrar una genealogía completa y propia hay que recurrir a la Teogonía de Hesíodo,8
que es tanto una cosmogonía como una teogonía, y puede considerarse la tradición
mitológica griega más fundamental, punto de partida para los desarrollos posteriores.9Un
ejemplo de la manera en que la especulación ulterior se apodera de la narración hesiódica
se ha señalado en Las metamorfosis de Ovidio, donde Caos se presenta como una
mezcla completamente informe de los elementos o de las propiedades esenciales de la
materia, tales como duro y blando, pesado y liviano, etc.5
Teogonía y cosmogonía hesiódicas[editar]
No hay una clasificación o definición estricta de las entidades o divinidades primordiales
griegas. Algunos autores consideran cuatro primeras entidades o elementos primordiales:
Caos, Gea, Tártaro y Eros.1011Jan N. Bremmer habla de Urano (el cielo), Ourea (las
montañas) y Pontos (el mar), una primera generación de descendientes concebidos sin
relación sexual debido a su estatus primordial.12Otros, como C. Scott Littleton en Gods,
Goddesses, And Mythology, hablan de una «segunda generación de deidades
primordiales», los hijos de la «pareja primordial» representada por Urano y Gaia: titanes,
hecatónquiros, cíclopes...131415
Los cuatro primordiales[editar]
Tras un himno introductorio a manera de proemio en el que canta a las musas, comienza
la Teogonía propiamente. «En primer lugar existió el Caos», primera de las entidades
primordiales,9 y luego surgieron «Gea la de amplio pecho», «el tenebroso Tártaro» y
«Eros, el más hermoso entre los dioses inmortales».8Aunque frecuentemente se asume
que Gea, Tártaro y Eros descienden de Caos, esto no se corresponde ni está implicado
en el texto de Hesíodo, que los presenta como realidades primarias como Caos que
llegaron a la existencia independientemente. Como Gea, Caos forma posteriormente una
familia propia a partir de dos descendientes que sí nacen de ella.16
Caos
Rose analiza que aquella afirmación central de Hesíodo de que al comienzo de todas las
cosas era Caos (χάος) es una expresión que ha dejado para toda la filosofía ulterior un
espacio muy amplio para la interpretación y la especulación.5La palabra «caos» no tenía
para los griegos un significado que apunte a ninguna de las connotaciones actuales de
desorden o confusión.17Aunque la palabra parece significar originalmente «vacío» o
«espacio»,18seguramente no designa simplemente un espacio vacío, dado que resulta
muy improbable que los griegos hayan supuesto que al comienzo había «nada». Pero
Hesíodo tampoco dice que Caos estaba allí siempre (desde toda la eternidad), sino que
prefiere usar la palabra γένετο, para señalar su «génesis» o surgimiento.5
En una revisión y actualización de la obra de Rose, Robin Hard agrega la idea de que
aunque Caos signifique literalmente «amplio vacío» denota algo más que el mero espacio
vacío, principalmente por tratarse de una característica primordial del universo. Esta
«realidad turbia» apareció en las genealogías subsiguientes como la fuente primaria de lo
oscuro y lo negativo en el mundo. Hard destaca además que Hesíodo se imagina a Caos
como algo sólido, al menos lo suficientemente compacto como para ser afectado por el
calor del rayo de Zeus. Por lo demás, Caos no desaparece, sino que continúa ocupando
un lugar, una ubicación espacial, cuando ya está finalizada la construcción del universo:
en un pasaje posterior se le sitúa entre Gea y Tártaro, la zona más profunda del
inframundo.8Aunque Caos es en griego un sustantivo de género neutro, es tratada en los
relatos como hombre cuando se presenta como una deidad.17
Gea
Aún siendo una figura importante en su mitología, Gea no fue particularmente honrada en
el culto de la antigua Grecia. Su rol primordial la diferenciaba aparentemente de los
posteriores dioses olímpicos, con personalidades mucho más desarrolladas.19 Le fueron
dedicados templos en varios lugares de Grecia, incluyendo uno en la ladera sur de
la Acrópolis ateniense (honrada como Ge Kourotrophos) y otro en Esparta, compartido
con Zeus Agoraios. Aunque actúa en los mitos como una persona y a veces se la muestra
en obras de arte surgiendo del suelo en forma humana, no puede decirse que se trate de
una deidad completamente antropomórfica por su inmediata y directa identificación con la
tierra como elemento físico y natural.20
Tártaro
Como en los poemas homéricos, el Tártaro hesiódico es la más profunda región del
mundo, situada bajo el mismo Hades, a la misma distancia de este que la Tierra del Cielo.
Fue el lugar donde las sucesivas generaciones de dioses encerraron a sus enemigos.21
Aunque muchos autores lo mencionan en el inicio de sus cosmogonías (Museo inicia su
historia de la creación con él), otros autores griegos como Platón o Aristóteles, ignoraron
los versos de la Teogonía donde se lo menciona. Martin West piensa que es posible que
fuera insertado como una idea de último momento: ubicar el Tártaro en los inicios sería
comprensible en una teogonía como la hesiódica, en la que el mundo se construye de
abajo a arriba.19Cuando Tártaro es personificado se le considera padre de hijos siniestros,
como Tifón (en la Teogonía, hijo de Gea y Tártaro) o, en fuentes posteriores,
de Equidna y Tánatos (la muerte).16
Eros
El Eros hesiódico es primordial, su acción es universal y previa a la distinción de sexos.
Personifica la pasión, el anhelo amoroso y total y su existencia permite que los seres
primigenios creen nuevos seres sin unión sexual.22El papel de Eros es una invención
destacable de Hesíodo, sin paralelo en las historias de la creación de Oriente próximo,
posiblemente derivado de la posición de Poto en la cosmología fenicia.1923 Hesíodo fue
seguido solo por el mitógrafo argeo Acusilao (siglo V a. C.) en no atribuir padres a Eros.
Autores posteriores le atribuyeron diferentes padres, pero dichas variaciones indican la
ausencia de una tradición autorizada al respecto.19
Primera generación de deidades primordiales[editar]
El siguiente estadio en el desarrollo del universo comienza cuando Caos y Gea generan
nuevos seres sin contacto con pareja masculina.16
La familia de Caos
De Caos nacieron posteriormente Érebo (la oscuridad) y Nix (la noche).8Nix concibió con
su hermano Érebo a Éter (luminosidad) y Hemera (el día), para lo cual Hesíodo cambió el
género gramatical de Érebo de neutro a masculino.12Nix es mucho más importante que su
hermano porque, además de los dos hijos que tuvo con él, es la fundadora de la rama
principal de la familia de Caos, al generar una serie de hijos por sí misma, en su mayoría
personificaciones de las fuerzas oscuras, destructivas y
negativas:16 Moros (Destino), Ker (Perdición), Tánatos (Muerte), Hipnos (Sueño), Geras (V
ejez), Ezis (Dolor), Apate (Engaño), Némesis (Venganza), Eris (Discordia), Filotes (Amista
d, Ternura), Momo (Burla), las Hespérides (Hijas de la Tarde), los Oniros (los Sueños),
las Keres (Espíritus de la destrucción y muerte) y las Moiras (Hados), correspondiéndose
estas dos últimas con Ker y Moros respectivamente.4
La familia de Gea
De Gea surgió el «estrellado Urano», el cielo. En una simetría típica de las cosmologías
griegas, el cielo es un igual respecto a la tierra y tiene «sus mismas proporciones, para
que la contuviera por todas partes y poder ser así sede siempre segura para los felices
dioses»; en la Ilíada y la Odisea es llamado «bronce» y «hierro» respectivamente, y
parece representar un techo sólido, plano y paralelo a la tierra. También surgieron de Gea
los Ourea (las montañas, morada de las ninfas) y Pontos, el mar, « sin mediar el grato
comercio». Con el nacimiento del mar finalizan las «concepciones inmaculadas» de los
hijos de Gea, la tierra; quizás su estatus «primordial» impedía que pudieran nacer de una
relación sexual.12Si la línea genealógica de Caos (a través de Nix) produjo toda una serie
de fuerzas negativas o dañinas, Gea fue la progenitora de todo lo positivo y sustancial en
el mundo: las características físicas del universo, las deidades que presidían distintos
aspectos de la naturaleza y todos los grandes dioses y diosas. Gea fundó dos familias con
sus dos hijos, la mayor a partir de su unión con Urano y una menor con Pontos,
constituida básicamente por divinidades marinas, ninfas y seres de naturaleza monstruosa
o grotesca que fueron posteriormente desplazadas por las deidades del orden olímpico.24
Segunda generación de deidades primordiales[editar]
La unión de Gea y Urano, de la tierra y el cielo, es un motivo mitológico muy común, en el
que la relación sexual es una metáfora de la naturaleza como producto de dicha unión. De
ella nacieron los titanes, que pese a ser conocidos como un colectivo, son un grupo
mezclado, solo unos pocos de los cuales realmente adecuados para una cosmogonía, y
Hesíodo tomó varios de ellos de otros contextos. Entre ellos se
encuentran Océano y Tetis, aunque no forman la pareja cosmogónica mencionada por
Homero.12
...acostada con Urano, [Gea] alumbró a Océano de profundas corrientes, a Ceo, a Crío, a Hiperión, a Jápeto,
a Tea, a Rea, a Temis, a Mnemósine, a Febe de áurea corona y a la amable Tetis. Después de ellos nació el más
joven, Crono, de mente retorcida, el más terrible de los hijos y se llenó de un intenso odio hacia su padre.

Además de los titanes, Gea alumbró a los cíclopes, gigantes de un solo ojo, que fueron
llamados Brontes (el que truena), Estéropes (el que da el rayo) y Arges (el que brilla).
También a los hecatónquiros, gigantes con cien brazos y cincuenta cabezas de «fuerza
inagotable y poderosa», llamados Briareo, Giges y Coto.25
Según Francisco Rodríguez Adrados, la genealogía hesiódica proporciona una
descripción del mundo y los elementos que lo componen, culminando en los titanes, «que
ya no son dioses "naturales".»1 Con los titanes se inicia una narración sobre el sucesivo
dominio y destronamiento de soberanos divinos: Urano es finalmente emasculado por su
hijo, el titán Crono, quien a su vez será posteriormente destronado por Zeus.
El primer mito propiamente hablando en la Teogonía es el que cuenta la disolución de la
unión entre Gea y Urano y el derrocamiento de este último, motivado por el maltrato a su
mujer e hijos. Urano odiaba a todos sus hijos y no les permitía emerger a la luz, lo que
causaba tanta angustia a Gea que finalmente esta les instó a rebelarse contra él. Fue
Crono, el benjamín de los titanes, el que armado con una hoz que había preparado
expresamente Gea emasculó a Urano cuando se acercaba a su madre, permitiendo que
sus hermanos salieran a la luz finalmente. Crono lanzó los genitales de su padre al mar,
donde la espuma se reunió alrededor para generar a la diosa Afrodita Urania; algunas
gotas de la sangre de Urano cayeron sobre Gea, que concibió tres últimas series de hijos
de Urano: las erinias (personificación de la venganza), los gigantes y las melias.20La
separación de la pareja primordial Cielo-Tierra es un mito extendido en muy diversas
culturas; en el antiguo Egipto Shu, personificación del aire, se interpuso entre Geb (el
dios-Tierra) y Nut (la diosa-Cielo) para elevar a la segunda; mucho más lejos de Grecia,
en los mitos maoríes de Nueva Zelanda, la unión entre Papa (Tierra femenina)
y Rangi (Cielo masculino) era la primera fuente de vida, que quedaba prisionera por el
apretado abrazo de los dos amantes, hasta que Tane, dios de los bosques, usó su cuerpo
para separarlos. El mito hitita-hurrita de Kumbarbi tiene tales paralelismos con la historia
de Urano y Crono como para sugerir que fuera conocido por el autor de la Teogonía.
Hesíodo no incidió en la elevación del cielo, centrándose sobre todo en las implicaciones
dinásticas del conflicto familiar.26
El significado de la palabra «titanes» es incierto, como lo es la cuestión de su origen y de
quiénes fueron los primeros en creer en ellos. Buena parte del conocimiento elaborado
sobre ellos es deducido de pocos y dudosos datos, aunque puede darse por cierto que se
trata de figuras tenidas por extremadamente antiguas ya durante la Grecia histórica. La
batalla de los titanes contra los dioses olímpicos y la victoria de estos últimos, según
Rose, es posiblemente una reminiscencia del enfrentamiento entre una cultura previa y
los griegos.27

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