Cambio Climático - Regulación
Cambio Climático - Regulación
Cambio Climático - Regulación
I. INTRODUCCIÓN
El cambio climático es una variación que se está registrando en el clima del planeta,
atribuida directa o indirectamente a la actividad humana. El aumento del uso de
combustibles fósiles y otros procesos industriales a partir del siglo XIX ha generado un
aumento en la concentración de gases de efecto invernadero (GEI) en la atmósfera, lo cual
ha producido un aumento en la temperatura global del planeta y cambios en el clima
mundial.
El cambio climático tiene efectos sobre el planeta, su biodiversidad, y sobre los seres
humanos, impactos que ya estamos viendo y se van a seguir intensificando en mayor o
menor medida, dependiendo del éxito en las medidas de mitigación de emisiones y de
adaptación que adoptemos a nivel global.
Algunos impactos del cambio climático son: derretimiento de los glaciares, aumento de
sequías extremas, olas de calor más intensas, aumento de los incendios forestales, eventos
extremos de precipitaciones e inundaciones, aumento del nivel del mar, y pérdida de
biodiversidad.
Los informes del IPCC cubren la "información científica, técnica y socioeconómica relevante
para entender la base científica del riesgo del cambio climático inducido por el hombre,
sus potenciales impactos y opciones para la adaptación y mitigación". El IPCC no realiza
investigación primaria ni monitorea el clima por sí misma, sino que evalúa la literatura
publicada, incluidas las fuentes revisadas por pares y las que no. Miles de científicos y otros
expertos contribuyen de modo voluntario escribiendo y revisando informes, que son a su
vez revisados por representantes de todos los gobiernos. El IPCC es una autoridad
internacionalmente acreditada respecto al cambio climático y elabora informes que gozan
1
del acuerdo de los científicos climáticos destacados y el consenso de los gobiernos
participantes.
Este Informe fue publicado IPCC en octubre de 2018. El informe incluye más de 6,000
referencias científicas y estuvo preparado por 91 autores de 40 países. Su hallazgo clave
es que alcanzar sólo un 1.5°C de aumento es un objetivo posible que requiere "reducciones
de emisiones ambiciosas" y "cambios rápidos, profundos y sin precedentes en todos los
aspectos de la sociedad." Además, el informe encuentra que "limitar el calentamiento
global a 1.5°C comparado con 2°C reduciría impactos desafiantes en ecosistemas, salud
humana y bienestar" y que un 2°C de aumento de temperatura exacerbaría fenómenos
hidrometeorológicos, aumentaría niveles de mar y disminuiría el hielo del mar Ártico,
blanquearía el coral y produciría la pérdida de ecosistemas, entre otros impactos. El
Informe también recoge modelos que muestran que, para no rebasar 1.5°C de aumento
de temperatura, las "emisiones globales netas humanas de CO2 necesitarían caer
aproximadamente 45% respecto a los niveles de 2010 para 2030, logrando 'cero emisiones
netas' alrededor de 2050."
Las actividades humanas, principalmente a través de las emisiones GEI, han causado
inequívocamente el calentamiento global, con una temperatura de la superficie del planeta
que alcanzará 1,1°C por encima de 1850-1900 en 2011-2020. Las emisiones mundiales de
GEI han seguido aumentando, con contribuciones desiguales históricas y actuales
derivadas del uso insostenible de la energía, el uso de la tierra y el cambio de uso de la
tierra, los estilos de vida y los patrones de consumo y producción entre regiones, entre
países y dentro de ellos, y entre individuos (confianza alta). La temperatura global en
superficie ha aumentado más rápido desde 1970 que en cualquier otro periodo de 50 años
durante al menos los últimos 2000 años (confianza alta).
2
existen lagunas en la adaptación, que seguirán aumentando al ritmo actual de aplicación.
Los actuales flujos financieros mundiales para la adaptación son insuficientes y limitan la
aplicación de las opciones de adaptación, especialmente en los países en desarrollo
(confianza alta).
Las políticas y leyes que abordan la mitigación se han ampliado constantemente desde el
Quinto Informe (2014). Las emisiones mundiales de GEI en 2030 implícitas en las
contribuciones determinadas a nivel nacional 1 (NDC) anunciadas para octubre de 2021
hacen probable que el calentamiento supere los 1,5°C durante el siglo XXI y dificultan la
limitación del calentamiento por debajo de los 2°C. Hay diferencias entre las emisiones
previstas de las políticas aplicadas y las de las NDC, y los flujos financieros no alcanzan los
niveles necesarios para cumplir los objetivos climáticos en todos los sectores y regiones.
(confianza alta)
Para cualquier nivel de calentamiento futuro, muchos riesgos relacionados con el clima son
superiores a los evaluados en el Quinto Informe. Los riesgos y los impactos adversos
previstos, así como las pérdidas y los daños relacionados con el cambio climático,
aumentan con cada incremento del calentamiento global (confianza muy alta). Los riesgos
climáticos y no climáticos interactuarán cada vez más, creando riesgos compuestos y en
cascada que son más complejos y difíciles de gestionar (confianza alta).
Algunos cambios futuros son inevitables y/o irreversibles, pero pueden limitarse mediante
una reducción profunda, rápida y sostenida de las emisiones mundiales de GEI. La
probabilidad de que se produzcan cambios bruscos y/o irreversibles aumenta con los
niveles más altos de calentamiento global. Del mismo modo, la probabilidad de resultados
de baja probabilidad asociados con impactos adversos potencialmente muy grandes
aumenta con niveles de calentamiento global más altos. (confianza alta)
En 1997, los gobiernos acordaron incorporar una adición al tratado, conocida con el nombre
de Protocolo de Kioto, que cuenta con medidas más enérgicas (y jurídicamente
vinculantes).
1
Son los compromisos de cada país.
3
limitar el calentamiento global por debajo de los 2°C, realizando grandes esfuerzos a fin
de alcanzar los 1.5°C.
El acuerdo establece que esto debería ser logrado mediante la reducción de emisiones de
GEI tan pronto como sea posible. También propone aumentar la habilidad de las partes
para establecer medidas de mitigación, adaptación y resiliencia al cambio climático, y
generar flujos financieros para lograr la reducción de emisiones y el desarrollo resistente a
los efectos del cambio climático.
El acuerdo fue negociado durante la XXI Conferencia sobre Cambio Climático (COP 21) por
los 195 países miembros, adoptado el 12 de diciembre de 2015 y abierto para firma el 22
de abril de 2016. La aplicabilidad del Acuerdo comenzó en 2020, tras la finalización de la
vigencia del Protocolo de Kioto. Este Acuerdo ha sido firmado por 194 partes (193 países
más la Unión Europea).
El Ministerio del Medio Ambiente (MMA), a través de la División de Cambio Climático, lidera
el proceso de actualización de las Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional (NDC), lo
que a partir del 2020 deberá ocurrir cada 5 años. El primer proceso de actualización se
inició el 2017, para poder entregar el documento actualizado en los plazos que indica el
Acuerdo de Paris, es decir, en marzo del 2020. Después del llamado internacional a
aumentar la ambición el 2021, Chile presentó en 2022 un Anexo de fortalecimiento de su
NDC actualizada. La elaboración o actualización de las NDC se desarrolla a través de un
proceso participativo de distintas etapas, las que constan en un expediente público. La
NDC de Chile de 2020 establece como prioridad maximizar las sinergias entre los
compromisos climáticos y la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible y sus Objetivos de
Desarrollo Sostenible.
NDC 2020:
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(2,8 %). El Sector Energía (correspondiente al consumo de combustibles fósiles) es el
principal emisor de GEI en nuestro país, representando el 78% de las emisiones totales en
2016, mayoritariamente por el consumo de carbón mineral para la generación eléctrica y
diésel en el caso del transporte terrestre. El sector Uso de la Tierra, Cambio de Uso de la
Tierra y Silvicultura (UTCUTS) es el único que absorbe GEI en el país, manteniéndose como
sumidero en el registro de emisiones disponible desde 1990.
Contribución en mitigación:
Contribución en adaptación:
5
MtCO2eq anuales, al año 2030; y se compromete a forestar 200.000 hectáreas, de
las cuales al menos 100.000 hectáreas corresponden a cubierta forestal
permanente, con al menos 70.000 hectáreas con especies nativas. La recuperación
y forestación representarán capturas de entre 3,0 a 3,4 MtCO2eq anuales al 2030.
Se compromete reducir las emisiones del sector forestal por degradación y
deforestación del bosque nativo en un 25% al 2030, considerando las emisiones
promedio entre el periodo 2001-2013.
- Al 2025, se habrán identificado las áreas de turberas, así como otros tipos de
humedales, a través de un inventario nacional. Al año 2021 se contará con Plan
Nacional de Restauración a Escala de Paisajes, que considerará la restauración, de
1.000.000 hectáreas de paisajes al 2030. Se crearán nuevas áreas protegidas en
ecorregiones marinas sub-representadas.
Junto con lo anterior, Chile ha avanzado en la consolidación del Fondo Verde para el Clima
(FVC) 2 en nuestro país, constituyendo una Secretaría Técnica, integrada por los Ministerios
de Hacienda, Relaciones Exteriores, y del Medio Ambiente.
Adicionalmente, es necesario destacar la emisión por parte del Ministerio de Hacienda del
primer bono verde soberano de América (junio 2019), un instrumento de financiamiento
climático relevante, que focaliza sus inversiones en proyectos públicos sustentables, bajo
un proceso de evaluación de terceros y de certificación internacional. A la fecha, el
Ministerio ha emitido bonos verdes por USD6,2 mil millones, logrando tasas históricamente
bajas para el país, ampliando la base de inversionistas y, a su vez, confirmando el
compromiso de Chile con la promoción de las finanzas climáticas.
De acuerdo con lo establecido en la Estrategia Climática a Largo Plazo o ECLP (MMA, 2021),
las principales transformaciones sectoriales en la transición hacia el cumplimiento de metas
de carbono neutralidad de la NDC deberán ocurrir en torno a los sectores energía,
silvoagropecuario, transportes, economía circular y minería. Para el sector energía se
destaca la reconversión de generadoras termoeléctricas a carbón, la reducción de
intensidad energética y el incremento en el uso de combustibles cero emisiones. Para el
sector transportes, el transporte cero emisiones (vehículos particulares, transporte público
urbano, flotas de transporte minero); para el sector minería, la reducción de emisiones
operacionales y el uso de energía 100% renovable. Por su parte, el sector silvoagropecuario
avanzará en el abatimiento de emisiones en purines, el uso eficiente de fertilizantes, las
estrategias productivas agrícolas enfocadas en la mitigación del cambio climático y la ruta
a la carbono neutralidad de la ganadería bovina. En tanto, para el sector residuos, las
2
Organismo mul�lateral en el marco del CMNUCC que �ene por obje�vo el fomento de medidas climá�cas en
países en desarrollo.
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transformaciones vendrán asociadas a las metas de reducción de generación de residuos
per cápita y municipales, al aumento de las tasas nacionales de reciclaje, y a la valorización
de residuos orgánicos municipales.
Es posible desviar la tendencia creciente de emisiones de metano del país alrededor del
año 2025.
La Ley Marco de Cambio Climático, promulgada en 2022, tiene por objeto hacer frente a
los desafíos del cambio climático, transitar hacia un desarrollo bajo en emisiones de GEI y
otros forzantes climáticos hasta alcanzar y mantener la neutralidad de emisiones de GEI al
año 2050, adaptarse al cambio climático, reduciendo la vulnerabilidad y aumentando la
resiliencia a los efectos adversos del cambio climático, y dar cumplimiento a los
compromisos internacionales de Chile en la materia.
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La gran Meta de Mitigación es, a más tardar el año 2050, alcanzar la neutralidad de
emisiones GEI. Dicha meta será evaluada cada cinco años por el MMA, conforme a los
instrumentos establecidos en esta Ley.
El Reporte de Acción Nacional de Cambio Climático o RANCC contiene las políticas, planes,
programas, normas, acciones y medidas, sea que estén contempladas en instrumentos de
gestión del cambio climático o hayan sido propuestas por otros organismos públicos, con
el objetivo de monitorear e informar su estado de avance en el corto plazo. Lo elaborará
el MMA y se actualizará cada 2 años.
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que deberán ser coherentes con la ECLP, los Planes Sectoriales, los planes comunales, y
los Planes Estratégicos de Recursos Hídricos de Cuencas, cuando existan. Las
municipalidades deberán elaborar Planes de Acción Comunal de Cambio Climático.
El MMA elaborará normas de emisión que establecerán la cantidad máxima de un GEI y/o
forzante climático de vida corta que podrá emitir un establecimiento, fuente emisora o
agrupación de éstas. Para el cumplimiento de las normas de emisión podrán utilizarse
certificados que acrediten la reducción o absorción de GEI, obtenidas mediante la
implementación de proyectos en Chile para tal efecto. Para la procedencia de un proyecto
de reducción o absorción de emisiones se deberá presentar una solicitud ante el MMA (MMA
dictará un decreto con los máximos, requisitos y procedimientos de esta certificación).
Los establecimientos que estén obligados a declarar a través del Sistema de Ventanilla
Única del RETC deberán reportar, anualmente, las emisiones de GEI y forzantes climáticos
de vida corta que generen. Los titulares de proyectos o actividades que no den
cumplimiento a lo anterior serán sancionados por la SMA.
- Art 12 sobre EIAs, se agrega: “y los efectos adversos del cambio climático sobre los
elementos del medio ambiente, cuando corresponda".
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- Ahora se llamará “Consejo de Ministros para la Sustentabilidad y el Cambio
Climático”.
Es el instrumento que define los lineamientos generales de largo plazo que seguirá el país
de manera transversal e integrada, considerando un horizonte a 30 años, para hacer frente
a los desafíos que presenta el cambio climático y así dar cumplimiento a los compromisos
internacionales asumidos por Chile en la materia. El Acuerdo de París anima a todas las
Partes a formular y comunicar sus estrategias a largo plazo para un desarrollo con bajas
emisiones GEI.
Algunas metas:
2025:
- Que el 100% de las áreas marinas protegidas pre2020 cuenten con planes de
manejo.
2030:
- Contar con una metodología consensuada para incorporar las pérdidas y daños del
país en la evaluación de los costos de la inacción, en todos los planes sectoriales de
adaptación y en el Plan Nacional de Adaptación al Cambio Climático
2040
- Qué el 100% del transporte público sea emisión cero y reducir en un 40% el ingreso
de residuos a mares y playas.
2050
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- Reducir en 70% las emisiones de la industria y minería.
- Que un 30% a 50% de las especies amenazadas cuente con planes de recuperación,
conservación y gestión.
Desde el año 2012 Chile cuenta con el Sistema Nacional de Inventario de emisiones de GEI
liderado por el MMA, que se actualiza cada 2 años tal como establecen las reglas de la
CMNUCC y se reporta en los Informes Bienales de Actualización. Este incluye las emisiones
y absorciones de CO2 y las emisiones de metano (CH4), óxido nitroso (N2O),
hidrofluorocarbonos (HFC), perfluorocarbonos (PFC) y hexafluoruro de azufre (SF6). Para
el año 2018, las emisiones de GEI totales del país (excluyendo el sector Uso de la tierra,
cambio de uso de la tierra y silvicultura (UTCUTS)) fueron de 112.313 kt CO2eq,
incrementándose en un 128% desde 1990 y en un 2% desde 2016. El principal GEI emitido
fue el CO2 (78%), seguido del CH4 (13%), N2O (6%), y Gases fluorados (3%).
El sector UTCUTS, único que absorbe GEI en el país, es un sector capturador neto y
corresponde al sector forestal y se mantiene como sumidero durante toda la serie temporal.
En el 2018, las capturas netas de GEI contabilizaron -63.992 kt CO2eq debido
principalmente al incremento de la biomasa forestal y a los productos madereros. Se
destaca un máximo de emisiones del sector en 2017 cuando fueron afectadas 570.000 ha
por incendios en Tierras forestales, Tierras de cultivo y Pastizales.
Con esto el balance entre emisiones y absorciones de GEI de Chile (es decir, incluyendo
UTCUTS) alcanzó los 48.321 kt CO2 eq. Los principales causantes de esta tendencia son la
quema de combustibles fósiles y las tierras forestales. Los valores que escapan de la
tendencia en el balance son consecuencia, principalmente, de los incendios forestales
contabilizados en el sector UTCUTS.
El sector Energía, que considera el consumo de combustibles fósiles, alcanza un 77% del
total nacional de emisiones, habiendo incrementado sus emisiones al 2018 en 159% desde
1990 y en 1% desde el 2016. Desde 2016 se observa una estabilización en las emisiones
de este sector por la entrada de plantas de gas natural, que desde 2010 son responsables
de alrededor de un 25% de la generación eléctrica. Se suma la entrada de nuevas fuentes
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de energía renovables, destacándose la participación de la energía eólica y solar, que
crecieron en conjunto un 73% desde 2016 alcanzando los 31.685 TJ al 2018, con lo que
se generó el 17,8% de la electricidad, que han reemplazado la generación eléctrica en base
a carbón. Esta disminución se ve contrarrestada por el crecimiento del consumo de
bencinas y diésel en el transporte terrestre.
El análisis de los riesgos climáticos para las Ciudades y Asentamientos humanos obtenidos
a través de ARClim 3 permite entender los efectos del cambio climático en el componente
humano, dejando en evidencia la gran variedad de amenazas y la heterogeneidad del
efecto sobre el riesgo en las distintas zonas geográficas de Chile. Respecto a los riesgos
para la Biodiversidad, se analiza la pérdida de flora y fauna por cambios en las
precipitaciones y las temperaturas. Los resultados indican que el riesgo más alto está
concentrado entre la Región del Ñuble y la Región de Los Ríos. Los riesgos para la
agricultura se presentan principalmente entre Coquimbo y Biobío. En cuanto a recursos
hídricos, se prevén eventos de lluvias extremas entre la Atacama y Valparaíso, así como
riesgos por las crecidas de ríos entre Maule y Biobío, al mismo tiempo que aumenta la
sequía que afecta principalmente las zonas centro-norte de Chile.
3
Plataforma de Adaptación «Atlas de Riesgos Climá�cos (ARClim)», que �ene información para todo el país a
escala a nivel comunal, lanzada en noviembre del 2020. Esta plataforma con�ene proyecciones climá�cas
presentadas a través del Explorador de Amenazas Climá�cas y los Mapas de Riesgo Climá�cos.
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Instrumentos: Planes Sectoriales de Mitigación y de Adaptación, Planes de Acción Regional
y Comunal.
Mitigación:
El Inventario Nacional de GEI, permite contar con una desagregación de las emisiones
nacionales en distintas categorías, correspondientes a sectores de actividad. En base a eso
se asignan los presupuestos por sector, de responsabilidad de cada respectivo Ministerio
(a ser implementadas también por Seremis, CORFO, Municipalidades, GOREs, y otros
servicios). Estas reducciones asignadas deberán cumplirse a través de las medidas
consideradas en los respectivos Planes Sectoriales de Mitigación.
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• Vivienda: Mejoramiento en exigencias de envolvente térmica en viviendas nuevas.
Componente Carbono Negro: El carbono negro es un forzante climático que forma parte
del material particulado fino (MP2,5), principal contaminante atmosférico en Chile. Este es
de interés tanto para el cambio climático como para la calidad del aire. En la NDC se
compromete al 2030 una reducción de al menos un 25% respecto del 2016.
Adaptación:
Considerando la vulnerabilidad del país frente al cambio climático, se hace relevante contar
con Planes de adaptación nacionales, regionales y comunales. El país debe contar con 11
Planes Sectoriales de adaptación en los sectores Silvoagropecuario, Biodiversidad, Pesca y
Acuicultura, Salud, Infraestructura, Energía, Ciudades, Turismo, Recursos hídricos, Minería
y Borde costero.
Si no se logra desviar la trayectoria actual de las emisiones globales de GEI, los cambios
en el clima, hasta ahora evidentes e inminentes, seguirán generando importantes efectos
en el bienestar socioeconómico y ambiental de los países. Cada vez es más plausible
evaluar el costo económico de pérdidas y daños asociados al aumento e intensidad de los
eventos extremos de fenómenos climáticos y meteorológicos, permitiendo con ello
reconocer el beneficio de la acción climática en la estimación del daño evitado. A nivel
mundial, entre los años 2000 y 2019, más de 11.000 fenómenos meteorológicos extremos
cobraron la vida de más de 475.000 personas, estimando pérdidas que ascienden a cerca
de 2,56 billones de dólares [Global Climate Risk Index, 2021]. En Chile, las sequías e
inundaciones han sido identificadas como los principales fenómenos meteorológicos que
impactan al país, generando en el periodo 1926-2019, pérdidas por más de USD4 mil
millones y USD5 mil millones respectivamente e impactando a más de siete millones de
personas.
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hospitalarias y visitas a sala de emergencia por causa de enfermedades respiratorias y
cardiovasculares vinculadas a la concentración ambiental de MP2,5.
La Ley Marco de Cambio Climático propone que la ECLP debe contemplar que se desarrollen
3 medios de implementación: el desarrollo y transferencia tecnológica; la creación de
capacidades y empoderamiento climático, y el financiamiento.
• El Ministerio de Hacienda, con el apoyo técnico del MMA y otros organismos, ha impulsado
definiciones y acciones específicas orientadas a acelerar el flujo de recursos hacia sectores
alineados a la NDC de Chile, destacando la Mesa Público-Privada de Finanzas Verdes,
conformada en 2019, integrada por los reguladores financieros, al gobierno y a los actores
del sector financiero, que sirve como instancia de coordinación orientada a promover el
desarrollo de un mercado financiero verde local. Al alero de la Mesa se suscribió un Acuerdo
Verde Voluntario, y una Declaración Conjunta sobre el Cambio Climático y el Sistema
Financiero por parte de las Autoridades Financieras Chilenas, a saber, el Ministerio de
Hacienda, el Banco Central, la CMF y la Superintendencia de Pensiones, y, a la fecha, la
Mesa se encuentra trabajando para implementar los compromisos contenidos en el
Acuerdo:
• La emisión de un total de USD 7.727 millones en Bonos Verdes Soberanos, entre 2019
y principios de 2021, los que obtuvieron las tasas de interés más bajas para este tipo de
bonos soberanos en la historia de nuestro país, siendo una demostración concreta de que
invertir en proyectos verdes es una acción beneficiosa para el medio ambiente, para la
sociedad y también para la economía y su sistema financiero. El marco para la definición
de los proyectos cuenta con el certificado de la CBI (Climate Bond Initiative) y contempla
proyectos como: Energía Renovable, Transporte Limpio, Construcción Sustentable.
• La Estrategia de la CMF para el cambio climático publicada en 2020, que tiene como
objetivo impulsar la divulgación de información asociada al cambio climático e integrar los
riesgos climáticos a la supervisión prudencial.
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Además, en el Plan de Inversiones Públicas incorporado en el Plan Paso a Paso Chile se
Recupera (2020), se identifican más de USD 2.600 millones en proyectos que contribuyen
a acelerar nuestra transición al desarrollo sustentable, avanzando en el transporte limpio,
infraestructura resiliente al clima, gestión sustentable de recursos hídricos, conservación
de la biodiversidad, edificación sustentable y eficiencia energética.
Un avance importante en cuanto a articulación del sector público para apoyar y fortalecer
el desarrollo e implementación de la Estrategia Financiera, ha sido la generación de las
condiciones habilitantes para la acción climática a nivel subnacional. Así, durante el año
2021, el MMA y la Subdere han liderado un proceso de diálogo entre instituciones
nacionales con roles claves para la acción climática, que culminó con la propuesta de
conformación del «Grupo de Acción y Financiamiento Climático Comunal y Regional
(Subnacional)» (GAFiCoR).
Primer Mercado de Carbono Nacional, sistema de compensaciones del impuesto verde para
fortalecer proyectos público-privados a nivel territorial.
A partir de la Ley 20.780 en 2014, artículo 8°, se estableció un impuesto anual verde que
grava las emisiones al aire de material particulado (MP), óxido de nitrógeno (NOx), dióxido
de azufre (SO2) y dióxido de carbono (CO2), producidas por establecimientos cuyas
fuentes fijas, conformadas por calderas o turbinas, sumen una potencia mayor o igual a
50 MWt. Esta ley se comenzó a aplicar desde el año 2017, permitiendo desarrollar los
sistemas de monitoreo, reporte y verificación (MRV), y la fiscalización asociada al pago del
impuesto verde. Posteriormente, a través de la Ley 21.210 de 2020, se modifica el hecho
gravado condicionándolo a que se supere un umbral anual de emisiones (y no por
capacidad instalada). Así, se gravan con impuesto verde todas las emisiones de MP, NOx,
SO2 y CO2 que se emitan al aire producidas por establecimientos cuyas fuentes emisoras,
individualmente o en su conjunto, emitan sobre (a) 100 toneladas anuales de MP o (b)
25.000 o más toneladas anuales de CO2.
De igual forma, se introduce una modificación, que empieza a operar este 2023, que
permite compensar las emisiones en todo o parte mediante la implementación de proyectos
de reducción de emisiones del contaminante (o cuyos efectos sean equivalentes) dentro
del territorio nacional. Esta opción de pagar los impuestos o compensarlos ofrece una
relevante oportunidad para financiar proyectos de reducción de emisiones a escala
subnacional. Esto es clave para mejorar y complementar el sistema MRV de reducción de
emisiones a nivel nacional. El sistema de compensaciones permitirá financiar proyectos de
diversa naturaleza (reforestación, transporte público limpio, recambio de calefactores,
entre otros). Además, permitirá movilizar proyectos de soluciones basadas en la naturaleza
para combatir el cambio climático, beneficiando la biodiversidad nativa de Chile.
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La Ley Marco de Cambio Climático contempla la facultad del MMA de desarrollar normas
de emisión GEI por establecimiento, fuente emisora o agrupación de éstas.
Complementariamente, se establece un sistema de certificados de reducción o absorción
de emisiones GEI obtenidos mediante la implementación de proyectos para tal efecto.
Comité de Capital Natural: el Banco Central y los Ministerios de Medio Ambiente, Hacienda
y Economía, siguiendo las orientaciones de la «Base para la Estrategia Nacional de Ciencia,
Tecnología, Conocimiento e Innovación (CTCI)» del Consejo Nacional de CTCI, conformaran
este Comité asesor de la Presidencia con el objetivo de contextualizar el proceso de
valoración de capital natural, sus actores relevantes, y definir intervenciones críticas que
puedan activar la incorporación efectiva de este componente en el desarrollo de nuestro
país.
Los ministerios deberán establecer las formas de MRV en los respectivos Planes Sectoriales
bajo las directrices del MMA. Además, el MMA reportará cada 2 años el avance en el Reporte
de Acción Nacional de Cambio Climático y en el Informe Bienal de Transparencia.
Herramientas de monitoreo:
En enero 2023, el SEA dictó la Guía Metodológica para la consideración del cambio climático
en el SEIA. Se describen 8 pasos para la evaluación de proyectos en los que hay que
introducir consideraciones de cambio climático.
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2) Descripción general de los objetos de protección ambiental receptores de impactos. Se
trata de evaluar específicamente el riesgo climático que enfrenta cada determinado
componente ambiental.
Hay modificaciones que son importantes, que complementan la Guía Metodológica que
publicó el SEA, y en esa misma línea se incorpora mayor contenido a los EIA y a las DIA.
Por ejemplo, se exige que los proyectos describan cómo se consideran los efectos adversos
del cambio climático, tanto en relación con los riesgos del proyecto ante el cambio de
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condiciones ambientales como los efectos que puede tener el proyecto en los distintos
elementos del medio ambiente.
Los proyectos tendrán que referirse a su relación y compatibilidad con otros instrumentos
como son los Planes Estratégicos de Recursos Hídricos, Planes Sectoriales de Gestión De
Desastres, Planes Regionales y Comunales de Cambio Climático, etc., estableciendo cómo
se relaciona el proyecto con estos instrumentos y si es compatible o no con ellos.
Lo anterior va a permitir tener más información como país sobre el cumplimiento de los
compromisos en materia de cambio climático, exigiendo que en la descripción de los
proyectos se incorpore información sobre los GEI y los forzantes climáticos de vida corta
que emiten los proyectos en todas sus fases -construcción, operaciones y cierre-,
independiente de si los proyectos son ingresados como EIA o como DIA.
Autor
Santiago Edwards
Noviembre 2023
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