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Cambio Climático - Regulación

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Cambio Climático

Resumen de instrumentos y regulación internacional y nacional

I. INTRODUCCIÓN

El cambio climático es una variación que se está registrando en el clima del planeta,
atribuida directa o indirectamente a la actividad humana. El aumento del uso de
combustibles fósiles y otros procesos industriales a partir del siglo XIX ha generado un
aumento en la concentración de gases de efecto invernadero (GEI) en la atmósfera, lo cual
ha producido un aumento en la temperatura global del planeta y cambios en el clima
mundial.

El cambio climático tiene efectos sobre el planeta, su biodiversidad, y sobre los seres
humanos, impactos que ya estamos viendo y se van a seguir intensificando en mayor o
menor medida, dependiendo del éxito en las medidas de mitigación de emisiones y de
adaptación que adoptemos a nivel global.

Algunos impactos del cambio climático son: derretimiento de los glaciares, aumento de
sequías extremas, olas de calor más intensas, aumento de los incendios forestales, eventos
extremos de precipitaciones e inundaciones, aumento del nivel del mar, y pérdida de
biodiversidad.

II. PANEL INTERGUBERNAMENTAL SOBRE CAMBIO CLIMÁTICO (IPCC)

El Panel Intergubernamental del Cambio Climático, conocido


como IPCC (Intergovernmental Panel on Climate Change), es una organización
intergubernamental de las Naciones Unidas fundada en 1988 cuya misión es proveer al
mundo con una opinión objetiva y científica sobre el cambio climático, sus impactos y
riesgos naturales, políticos y económicos y las opciones de respuesta posibles.

El IPCC elabora informes que contribuyen al trabajo de la Convención Marco de las


Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC), el principal tratado internacional
sobre el cambio climático. El objetivo de la CMNUCC es "estabilizar las concentraciones de
gases invernaderos en la atmósfera a un nivel que prevenga la interferencia antrópica
(causado por el hombre) peligrosa al sistema climático". Por ejemplo, el Quinto Informe
de Evaluación del IPCC fue un aporte científico crítico en el Acuerdo de París de la CMNUCC
en 2015. El IPCC publica además un "Resumen para responsables de políticas". Esto
supone habitualmente el trabajo conjunto de más de 120 países.

Los informes del IPCC cubren la "información científica, técnica y socioeconómica relevante
para entender la base científica del riesgo del cambio climático inducido por el hombre,
sus potenciales impactos y opciones para la adaptación y mitigación". El IPCC no realiza
investigación primaria ni monitorea el clima por sí misma, sino que evalúa la literatura
publicada, incluidas las fuentes revisadas por pares y las que no. Miles de científicos y otros
expertos contribuyen de modo voluntario escribiendo y revisando informes, que son a su
vez revisados por representantes de todos los gobiernos. El IPCC es una autoridad
internacionalmente acreditada respecto al cambio climático y elabora informes que gozan

1
del acuerdo de los científicos climáticos destacados y el consenso de los gobiernos
participantes.

Informe Especial sobre Calentamiento Global de 1,5 °C (2018):

Este Informe fue publicado IPCC en octubre de 2018. El informe incluye más de 6,000
referencias científicas y estuvo preparado por 91 autores de 40 países. Su hallazgo clave
es que alcanzar sólo un 1.5°C de aumento es un objetivo posible que requiere "reducciones
de emisiones ambiciosas" y "cambios rápidos, profundos y sin precedentes en todos los
aspectos de la sociedad." Además, el informe encuentra que "limitar el calentamiento
global a 1.5°C comparado con 2°C reduciría impactos desafiantes en ecosistemas, salud
humana y bienestar" y que un 2°C de aumento de temperatura exacerbaría fenómenos
hidrometeorológicos, aumentaría niveles de mar y disminuiría el hielo del mar Ártico,
blanquearía el coral y produciría la pérdida de ecosistemas, entre otros impactos. El
Informe también recoge modelos que muestran que, para no rebasar 1.5°C de aumento
de temperatura, las "emisiones globales netas humanas de CO2 necesitarían caer
aproximadamente 45% respecto a los niveles de 2010 para 2030, logrando 'cero emisiones
netas' alrededor de 2050."

Sexto Informe de Evaluación (2022):

Las actividades humanas, principalmente a través de las emisiones GEI, han causado
inequívocamente el calentamiento global, con una temperatura de la superficie del planeta
que alcanzará 1,1°C por encima de 1850-1900 en 2011-2020. Las emisiones mundiales de
GEI han seguido aumentando, con contribuciones desiguales históricas y actuales
derivadas del uso insostenible de la energía, el uso de la tierra y el cambio de uso de la
tierra, los estilos de vida y los patrones de consumo y producción entre regiones, entre
países y dentro de ellos, y entre individuos (confianza alta). La temperatura global en
superficie ha aumentado más rápido desde 1970 que en cualquier otro periodo de 50 años
durante al menos los últimos 2000 años (confianza alta).

Los aumentos observados en las concentraciones de GEI desde aproximadamente 1750 se


deben inequívocamente a las emisiones de GEI procedentes de las actividades humanas
durante este periodo. Las emisiones históricas acumuladas netas de CO2 desde 1850 hasta
2019 fueron de 2400 ± 240 GtCO2, de las cuales más de la mitad (58%) se produjeron
entre 1850 y 1989, y alrededor del 42% entre 1990 y 2019 (confianza alta). En 2019, las
concentraciones atmosféricas de CO2 (410 partes por millón) fueron más altas que en
cualquier otro momento en al menos 2 millones de años (confianza alta), y las
concentraciones de metano (1866 partes por mil millones) y óxido nitroso (332 partes por
mil millones) fueron más altas que en cualquier otro momento en al menos 800.000 años
(confianza muy alta).

Se han producido cambios rápidos y generalizados en la atmósfera, los océanos, la criósfera


y la biósfera. El cambio climático provocado por el hombre ya está afectando a muchos
fenómenos meteorológicos y climáticos extremos en todas las regiones del planeta. Esto
ha provocado impactos adversos generalizados y pérdidas y daños relacionados para la
naturaleza y las personas (confianza alta). Las comunidades vulnerables, que
históricamente son las que menos han contribuido al cambio climático actual, se ven
afectadas de forma desproporcionada (confianza alta).

La planificación y aplicación de medidas de adaptación ha progresado en todos los sectores


y regiones, con beneficios documentados y eficacia variable. A pesar de los avances,

2
existen lagunas en la adaptación, que seguirán aumentando al ritmo actual de aplicación.
Los actuales flujos financieros mundiales para la adaptación son insuficientes y limitan la
aplicación de las opciones de adaptación, especialmente en los países en desarrollo
(confianza alta).

Las políticas y leyes que abordan la mitigación se han ampliado constantemente desde el
Quinto Informe (2014). Las emisiones mundiales de GEI en 2030 implícitas en las
contribuciones determinadas a nivel nacional 1 (NDC) anunciadas para octubre de 2021
hacen probable que el calentamiento supere los 1,5°C durante el siglo XXI y dificultan la
limitación del calentamiento por debajo de los 2°C. Hay diferencias entre las emisiones
previstas de las políticas aplicadas y las de las NDC, y los flujos financieros no alcanzan los
niveles necesarios para cumplir los objetivos climáticos en todos los sectores y regiones.
(confianza alta)

Para cualquier nivel de calentamiento futuro, muchos riesgos relacionados con el clima son
superiores a los evaluados en el Quinto Informe. Los riesgos y los impactos adversos
previstos, así como las pérdidas y los daños relacionados con el cambio climático,
aumentan con cada incremento del calentamiento global (confianza muy alta). Los riesgos
climáticos y no climáticos interactuarán cada vez más, creando riesgos compuestos y en
cascada que son más complejos y difíciles de gestionar (confianza alta).

Algunos cambios futuros son inevitables y/o irreversibles, pero pueden limitarse mediante
una reducción profunda, rápida y sostenida de las emisiones mundiales de GEI. La
probabilidad de que se produzcan cambios bruscos y/o irreversibles aumenta con los
niveles más altos de calentamiento global. Del mismo modo, la probabilidad de resultados
de baja probabilidad asociados con impactos adversos potencialmente muy grandes
aumenta con niveles de calentamiento global más altos. (confianza alta)

III. TRATADOS INTERNACIONALES Y COMPROMISOS DE CHILE

Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC)

La CMNUCC fue adoptada en Nueva York el 9 de mayo de 1992 y abierta a la firma el 4 de


junio de 1992 en Río de Janeiro, entró en vigor el 21 de marzo de 1994. Permite, entre
otras cosas, reforzar la conciencia pública, a escala mundial, de los problemas relacionados
con el cambio climático. 197 países lo han ratificado.

En 1997, los gobiernos acordaron incorporar una adición al tratado, conocida con el nombre
de Protocolo de Kioto, que cuenta con medidas más enérgicas (y jurídicamente
vinculantes).

Objetivo: Lograr la estabilización de las concentraciones de GEI en la atmósfera a un nivel


que impida interferencias antropógenas peligrosas en el sistema climático y en un plazo
suficiente para permitir que los ecosistemas se adapten naturalmente al cambio climático,
asegurando que la producción de alimentos no se vea amenazada y permitiendo que el
desarrollo económico prosiga de manera sostenible.

En diciembre de 2015 se estableció el primer acuerdo global legalmente vinculante en


relación con el cambio climático, denominado Acuerdo de París, que fijó el objetivo en

1
Son los compromisos de cada país.

3
limitar el calentamiento global por debajo de los 2°C, realizando grandes esfuerzos a fin
de alcanzar los 1.5°C.

Acuerdo de París (2015)

El Acuerdo de París es un acuerdo dentro del marco de la Convención Marco de las


Naciones Unidas sobre el Cambio Climático que establece medidas para la reducción de las
emisiones de GEI. El acuerdo busca mantener el aumento de la temperatura global
promedio por debajo de los 2°C por encima de los niveles preindustriales, y perseguir
esfuerzos para limitar el aumento a 1.5°C, reconociendo que esto reduciría
significativamente los riesgos y efectos del cambio climático.

El acuerdo establece que esto debería ser logrado mediante la reducción de emisiones de
GEI tan pronto como sea posible. También propone aumentar la habilidad de las partes
para establecer medidas de mitigación, adaptación y resiliencia al cambio climático, y
generar flujos financieros para lograr la reducción de emisiones y el desarrollo resistente a
los efectos del cambio climático.

El acuerdo fue negociado durante la XXI Conferencia sobre Cambio Climático (COP 21) por
los 195 países miembros, adoptado el 12 de diciembre de 2015 y abierto para firma el 22
de abril de 2016. La aplicabilidad del Acuerdo comenzó en 2020, tras la finalización de la
vigencia del Protocolo de Kioto. Este Acuerdo ha sido firmado por 194 partes (193 países
más la Unión Europea).

En 2017, el presidente Donald Trump anunció la retirada de Estados Unidos de este


acuerdo, dadas sus promesas de campaña en pro de los intereses económicos de la nación.
Todos los demás países del mundo reiteraron su compromiso. El actual presidente de
Estados Unidos, Joe Biden, en 2021 firmó la reincorporación al Acuerdo.

Contribución Nacional comprometida por Chile

El Ministerio del Medio Ambiente (MMA), a través de la División de Cambio Climático, lidera
el proceso de actualización de las Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional (NDC), lo
que a partir del 2020 deberá ocurrir cada 5 años. El primer proceso de actualización se
inició el 2017, para poder entregar el documento actualizado en los plazos que indica el
Acuerdo de Paris, es decir, en marzo del 2020. Después del llamado internacional a
aumentar la ambición el 2021, Chile presentó en 2022 un Anexo de fortalecimiento de su
NDC actualizada. La elaboración o actualización de las NDC se desarrolla a través de un
proceso participativo de distintas etapas, las que constan en un expediente público. La
NDC de Chile de 2020 establece como prioridad maximizar las sinergias entre los
compromisos climáticos y la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible y sus Objetivos de
Desarrollo Sostenible.

NDC 2020:

La participación de emisiones de GEI de Chile, en el total de emisiones a nivel mundial, es


de aproximadamente 0,25% al 2016. El promedio mundial de emisiones de CO2 por
persona, para ese mismo año, es de 4,4 tCO2, y según los cálculos del Inventario Nacional
de GEI (INGEI, 2016), Chile sobrepasa por muy poco esa cifra, con 4,7 tCO2 por persona,
y está muy por debajo del promedio de los países de la OCDE, que es de 9,2 tCO2 por
persona (Tercer IBA, 2018). Es importante notar que las emisiones del país se han
incrementado en un 114,7% desde 1990 y en un 20% desde 2007. El principal GEI emitido
en 2016 fue el CO2 (78,7%), seguido del CH4 (12,5%), N2O (6 %), y los gases fluorados

4
(2,8 %). El Sector Energía (correspondiente al consumo de combustibles fósiles) es el
principal emisor de GEI en nuestro país, representando el 78% de las emisiones totales en
2016, mayoritariamente por el consumo de carbón mineral para la generación eléctrica y
diésel en el caso del transporte terrestre. El sector Uso de la Tierra, Cambio de Uso de la
Tierra y Silvicultura (UTCUTS) es el único que absorbe GEI en el país, manteniéndose como
sumidero en el registro de emisiones disponible desde 1990.

Para el caso de Chile, de acuerdo al Inventario Nacional GEI, y de proyecciones basadas


en el mismo, se estima que las acciones analizadas permitirían alcanzar del orden de un
30% de reducción del balance de GEI del 2030 con respecto al 2016. Además, bajo ciertas
condiciones habilitantes, se proyecta que Chile puede llegar más allá del 30%, apuntando
a un potencial de hasta un 45% de reducción de emisiones netas al 2030, es decir,
considerando acciones de mitigación y/o capturas de emisiones de GEI.

Contribución en mitigación:

- Chile se compromete a un presupuesto de emisiones de GEI que no superará las


1.100 MtCO2eq, entre el 2020 y 2030, con un máximo de emisiones (peak) de GEI
al 2025, y a alcanzar un nivel de emisiones de GEI de 95 MtCO2eq al 2030. Se
compromete la carbono neutralidad al 2050.
- En cuanto a los contaminantes de vida corta, el carbono negro es parte significativa
del material particulado (MP2,5) medido en las ciudades chilenas (proveniente del
consumo de diésel para transporte, del uso de leña residencial, y del uso de biomasa
como energético en el sector industrial). La calidad del aire constituye una prioridad
nacional en la gestión ambiental, por lo cual se están implementando diversas
acciones, entre ellas: nuevos planes de descontaminación atmosférica;
regulaciones aplicadas al sistema de transporte público y privado; trabajo con las
comunidades para mejorar la eficiencia energética de los hogares; y establecimiento
de normas de calidad y emisión para las principales fuentes industriales emisoras.
Se compromete una reducción de al menos 25% de las emisiones de carbono negro
a 2030 respecto del 2016.

Contribución en adaptación:

- Al 2021 se habrá definido el objetivo, alcance, metas y los elementos que


conformarán el componente de adaptación en la Estrategia Climática de Largo Plazo
de Chile, realizando un proceso participativo en el que se incorporará a diversos
actores en distintas escalas territoriales. Se fortalecerá la coordinación de la acción
climática en adaptación a escala nacional, a través del Plan Nacional de Adaptación,
y de planes de adaptación para 11 sectores priorizados. Al 2025, se habrá iniciado
la implementación de los Planes de Acción Regionales de Cambio Climático en 10
regiones del país, y al 2030 las 16 regiones del país contarán con dicho instrumento.
- Durante el periodo de implementación de esta NDC, se profundizarán y actualizarán
los estudios y análisis existentes de vulnerabilidad y riesgos del país, considerando
el enfoque de género. Al 2026 se habrá fortalecido el sistema de evaluación y
monitoreo vigente, a través de indicadores de progreso e impacto para todos los
instrumentos de adaptación al cambio climático.

Contribución en integración (algunos ejemplos):

- Chile se compromete al manejo sustentable y recuperación de 200.000 hectáreas


de bosques nativos, representando capturas de GEI en alrededor de 0,9 a 1,2

5
MtCO2eq anuales, al año 2030; y se compromete a forestar 200.000 hectáreas, de
las cuales al menos 100.000 hectáreas corresponden a cubierta forestal
permanente, con al menos 70.000 hectáreas con especies nativas. La recuperación
y forestación representarán capturas de entre 3,0 a 3,4 MtCO2eq anuales al 2030.
Se compromete reducir las emisiones del sector forestal por degradación y
deforestación del bosque nativo en un 25% al 2030, considerando las emisiones
promedio entre el periodo 2001-2013.
- Al 2025, se habrán identificado las áreas de turberas, así como otros tipos de
humedales, a través de un inventario nacional. Al año 2021 se contará con Plan
Nacional de Restauración a Escala de Paisajes, que considerará la restauración, de
1.000.000 hectáreas de paisajes al 2030. Se crearán nuevas áreas protegidas en
ecorregiones marinas sub-representadas.

En materia de financiamiento climático, nuestro país ha avanzado en el establecimiento de


un marco de financiamiento climático y de finanzas verdes en general. Chile presentó en
la COP25 la “Estrategia Financiera frente al Cambio Climático”, que establece el marco
estratégico para lograr la transición hacia una economía baja en emisiones y resiliente al
clima. De igual forma, se estableció una Mesa Público-Privada de Finanzas Verdes (julio
2019) para desarrollar un trabajo colaborativo con el sector financiero. La Mesa suscribió
un “Acuerdo Verde” por parte de las por las principales instituciones financieras del país,
incluyendo al Estado, los reguladores y las entidades financieras.

Junto con lo anterior, Chile ha avanzado en la consolidación del Fondo Verde para el Clima
(FVC) 2 en nuestro país, constituyendo una Secretaría Técnica, integrada por los Ministerios
de Hacienda, Relaciones Exteriores, y del Medio Ambiente.

Adicionalmente, es necesario destacar la emisión por parte del Ministerio de Hacienda del
primer bono verde soberano de América (junio 2019), un instrumento de financiamiento
climático relevante, que focaliza sus inversiones en proyectos públicos sustentables, bajo
un proceso de evaluación de terceros y de certificación internacional. A la fecha, el
Ministerio ha emitido bonos verdes por USD6,2 mil millones, logrando tasas históricamente
bajas para el país, ampliando la base de inversionistas y, a su vez, confirmando el
compromiso de Chile con la promoción de las finanzas climáticas.

Fortalecimiento NDC 2022:

De acuerdo con lo establecido en la Estrategia Climática a Largo Plazo o ECLP (MMA, 2021),
las principales transformaciones sectoriales en la transición hacia el cumplimiento de metas
de carbono neutralidad de la NDC deberán ocurrir en torno a los sectores energía,
silvoagropecuario, transportes, economía circular y minería. Para el sector energía se
destaca la reconversión de generadoras termoeléctricas a carbón, la reducción de
intensidad energética y el incremento en el uso de combustibles cero emisiones. Para el
sector transportes, el transporte cero emisiones (vehículos particulares, transporte público
urbano, flotas de transporte minero); para el sector minería, la reducción de emisiones
operacionales y el uso de energía 100% renovable. Por su parte, el sector silvoagropecuario
avanzará en el abatimiento de emisiones en purines, el uso eficiente de fertilizantes, las
estrategias productivas agrícolas enfocadas en la mitigación del cambio climático y la ruta
a la carbono neutralidad de la ganadería bovina. En tanto, para el sector residuos, las

2
Organismo mul�lateral en el marco del CMNUCC que �ene por obje�vo el fomento de medidas climá�cas en
países en desarrollo.

6
transformaciones vendrán asociadas a las metas de reducción de generación de residuos
per cápita y municipales, al aumento de las tasas nacionales de reciclaje, y a la valorización
de residuos orgánicos municipales.

• Compromisos NDC mejorados en materia de áreas protegidas y conservación. Al año


2030, la ECLP 2050 complementa los acuerdos de la NDC en materia de áreas protegidas
terrestres existentes, al establecer compromisos que contribuyen a la meta global de
protección de al menos el 30% de la tierra y océanos del planeta para 2030;
específicamente, al ampliar en al menos 1.000.000 ha. la actual superficie de protección
oficial de ecosistemas terrestres y acuático continentales.
• Escenarios de emisiones de metano (CH4) y nuevo compromiso. Al 2020, las emisiones
de metano del país alcanzan las 14.946 kt CO2eq, representando un 14% de las
emisiones totales de GEI. Las emisiones totales de metano han aumentado al 2020 en
un 27% desde 1990 y en un 13% desde 2010. Dentro de los principales emisores se
encuentran los sitios de disposición de residuos sólidos (39%), la fermentación entérica
(30%); el tratamiento y descarga de aguas residuales (9%); gestión del estiércol (9%);
las emisiones fugitivas relacionadas con la exploración, refinamiento y transporte del
petróleo y gas natural (6%); y las emisiones de la quema de combustible (5%). Por otra
parte, el año 2021 Chile suscribió el Compromiso Global de Metano adoptado en la COP26,
que busca reducir las emisiones de metano antropocéntrico global al menos en un 30%
bajo los niveles del 2020 para el 2030.

En el sector Residuos se reconocen como principales medidas para la mitigación de metano


reducir la generación de residuos orgánicos, valorizar aquellos que no se puedan reducir,
y capturar emisiones en los sitios de disposición, incorporando con premura los
compromisos de la Estrategia Nacional de Residuos Orgánicos.

En el sector Agricultura se busca incorporar medidas asociadas la implementación de


tecnologías de abatimiento de emisiones en planteles ganaderos grandes y medianos, y
avanzar en la implementación de tecnologías de complementación de la dieta bovina.

En el sector Energía, la mayor reducción de emisiones de metano esperada se deriva de


los compromisos actuales de mitigación de GEI y todas aquellas acciones que reducen la
combustión de combustibles fósiles. Sin embargo, existen opciones de mitigación en el
control de las emisiones fugitivas, poniendo énfasis en reducir fugas en etapas de
procesamiento, almacenamiento y distribución de combustibles fósiles.

Es posible desviar la tendencia creciente de emisiones de metano del país alrededor del
año 2025.

IV. LEY MARCO DE CAMBIO CLIMÁTICO Y ESTRATEGIA CLIMÁTICA A LARGO


PLAZO

La Ley Marco de Cambio Climático, promulgada en 2022, tiene por objeto hacer frente a
los desafíos del cambio climático, transitar hacia un desarrollo bajo en emisiones de GEI y
otros forzantes climáticos hasta alcanzar y mantener la neutralidad de emisiones de GEI al
año 2050, adaptarse al cambio climático, reduciendo la vulnerabilidad y aumentando la
resiliencia a los efectos adversos del cambio climático, y dar cumplimiento a los
compromisos internacionales de Chile en la materia.

7
La gran Meta de Mitigación es, a más tardar el año 2050, alcanzar la neutralidad de
emisiones GEI. Dicha meta será evaluada cada cinco años por el MMA, conforme a los
instrumentos establecidos en esta Ley.

La Estrategia Climática de Largo Plazo (ECLP) es un instrumento consagrado en esta Ley y


reconocido en el Acuerdo de París, en el que se definen los lineamientos generales de largo
plazo que seguirá el país de manera transversal e integrada, considerando un horizonte a
30 años para el cumplimiento del objeto de esta Ley.

La ECLP contendrá, al menos, los siguientes aspectos fundamentales:

- Presupuesto Nacional de emisiones de GEI

- Presupuestos sectoriales de GEI

- Niveles de absorción y almacenamiento de GEI con lineamientos relativos a


conservación de ecosistemas, restauración ecológica, forestación y reforestación, etc.

- Objetivos, metas e indicadores de mitigación y adaptación a mediano plazo,


conforme a lo establecido en la Contribución Determinada a Nivel Nacional (NDC).

- Plan Nacional de Adaptación: Lineamientos para las acciones transversales de


adaptación que se implementarán en el país. Se deberá resguardar el uso del agua para
consumo humano, saneamiento y conservación de la biodiversidad.

- Criterios de monitoreo, reporte y verificación del cumplimiento de las metas y


medidas de los instrumentos de gestión del cambio climático, incluyendo los planes
sectoriales de mitigación y adaptación.

Los Planes Sectoriales de Mitigación establecerán el conjunto de acciones y medidas para


reducir o absorber GEI, de manera de no sobrepasar el presupuesto sectorial de emisiones
asignado a cada autoridad sectorial en la ECLP. Los Planes Sectoriales que se sometan a
aprobación del Consejo de Ministros para la Sustentabilidad contendrán un informe
financiero detallado de las medidas de mitigación nacional, regional y comunal. Estos
Planes deberán ser elaborados por los siguientes ministerios sectoriales: Energía,
Transportes, Minería, Salud, Agricultura, Obras Públicas y Vivienda.

Los Planes Sectoriales de Adaptación establecerán el conjunto de acciones y medidas para


lograr adaptar al cambio climático aquellos sectores con mayor vulnerabilidad y aumentar
su resiliencia climática. Se elaborarán al menos los siguientes Planes: biodiversidad (MMA),
recursos hídricos (MOP), infraestructura (MOP), salud (Minsal), minería (M. Minería),
energía (M. Energía), silvoagropecuario (M. Agricultura), pesca y acuicultura (M.
Economía), ciudades (Minvu), turismo (M. Economía), zona costera (M. Defensa),
transportes. Se deben indicar las medidas específicas y forma de monitoreo.

El Reporte de Acción Nacional de Cambio Climático o RANCC contiene las políticas, planes,
programas, normas, acciones y medidas, sea que estén contempladas en instrumentos de
gestión del cambio climático o hayan sido propuestas por otros organismos públicos, con
el objetivo de monitorear e informar su estado de avance en el corto plazo. Lo elaborará
el MMA y se actualizará cada 2 años.

La elaboración de los Planes de Acción Regional de Cambio Climático corresponderá a los


Comités Regionales para el Cambio Climático (CORECC), y tendrán por finalidad definir los
objetivos e instrumentos de la gestión del cambio climático a nivel regional y comunal, los

8
que deberán ser coherentes con la ECLP, los Planes Sectoriales, los planes comunales, y
los Planes Estratégicos de Recursos Hídricos de Cuencas, cuando existan. Las
municipalidades deberán elaborar Planes de Acción Comunal de Cambio Climático.

El MOP estará encargado de los Planes Estratégicos de Recursos Hídricos en Cuencas, en


conjunto con los Ministerios de MA, Agricultura, Ciencia, Relaciones Exteriores (cuando
comprenda cuencas transfronterizas), y de los CORECC.

El MMA elaborará normas de emisión que establecerán la cantidad máxima de un GEI y/o
forzante climático de vida corta que podrá emitir un establecimiento, fuente emisora o
agrupación de éstas. Para el cumplimiento de las normas de emisión podrán utilizarse
certificados que acrediten la reducción o absorción de GEI, obtenidas mediante la
implementación de proyectos en Chile para tal efecto. Para la procedencia de un proyecto
de reducción o absorción de emisiones se deberá presentar una solicitud ante el MMA (MMA
dictará un decreto con los máximos, requisitos y procedimientos de esta certificación).

Los sistemas de información sobre cambio climático:

- Sistema Nacional de Inventarios de GEI.

- Sistema Nacional de Prospectiva de GEI.

- Sistema de Certificación Voluntaria de GEI y Uso del Agua.

- Plataforma de Adaptación Climática.

- Repositorio Científico de Cambio Climático.

Se consagra un derecho a participar (participación ciudadana) en la elaboración, revisión


y actualización de los instrumentos de gestión del cambio climático.

La Estrategia Financiera de Cambio Climático contendrá los principales lineamientos para


orientar la contribución del sector público y privado hacia la consolidación de un desarrollo
neutro en emisiones de GEI y resiliente al clima.

Los establecimientos que estén obligados a declarar a través del Sistema de Ventanilla
Única del RETC deberán reportar, anualmente, las emisiones de GEI y forzantes climáticos
de vida corta que generen. Los titulares de proyectos o actividades que no den
cumplimiento a lo anterior serán sancionados por la SMA.

Además, se introducen modificaciones a Ley 19.300, por ejemplo:

- Agrega la noción de cambio climático a definición de “desarrollo sustentable”.

- Artículo 7° quinquies.- El MMA establecerá un programa de regulación ambiental


que contenga los criterios de sustentabilidad y las prioridades programáticas en
materia de políticas, planes y programas para la elaboración y revisión de los
instrumentos de gestión ambiental y de gestión del cambio climático, en el ámbito
de sus competencias. Dicho programa se fundamentará en antecedentes sobre el
estado de la situación ambiental del país, las evidencias de impactos ambientales
nacionales, regionales o locales, y los objetivos y metas establecidos en la ECLP y
la NDC.

- Art 12 sobre EIAs, se agrega: “y los efectos adversos del cambio climático sobre los
elementos del medio ambiente, cuando corresponda".

9
- Ahora se llamará “Consejo de Ministros para la Sustentabilidad y el Cambio
Climático”.

Estrategia Climática a Largo Plazo (ECLP), 2021

Es el instrumento que define los lineamientos generales de largo plazo que seguirá el país
de manera transversal e integrada, considerando un horizonte a 30 años, para hacer frente
a los desafíos que presenta el cambio climático y así dar cumplimiento a los compromisos
internacionales asumidos por Chile en la materia. El Acuerdo de París anima a todas las
Partes a formular y comunicar sus estrategias a largo plazo para un desarrollo con bajas
emisiones GEI.

Algunas metas:

2025:

- El retiro del 65% de la generación a carbón de la matriz nacional.

- Sumar 10.000 a 15.000 hectáreas de humedales urbanos protegidos.

- Establecer un ecoetiquetado de reciclabilidad obligatorio.

- Que el 100% de las áreas marinas protegidas pre2020 cuenten con planes de
manejo.

- Contar con un programa de sensibilización respecto de la vinculación de la


Reducción de Riesgo de Desastre y el Cambio Climático en temáticas afines (ej:
movilidad humana).

2030:

- Establece que el 80% de la generación eléctrica provenga de fuentes renovables.

- Aumentar en un 50% la red de estaciones de glaciares (cruciales para su monitoreo


y estudio).

- La implementación de flotas cero emisiones en el sector minero.

- Que el 100% de la población urbana tenga acceso a servicios sanitarios.

- Contar con una metodología consensuada para incorporar las pérdidas y daños del
país en la evaluación de los costos de la inacción, en todos los planes sectoriales de
adaptación y en el Plan Nacional de Adaptación al Cambio Climático

2040

- Lograr que un 20% de la matriz de combustible sea en base a Hidrógeno verde


(obtención de energía a partir de agua y energías renovables como la solar y la
eólica).

- Qué el 100% del transporte público sea emisión cero y reducir en un 40% el ingreso
de residuos a mares y playas.

2050

- Se compromete una matriz energética 100% cero emisiones.

10
- Reducir en 70% las emisiones de la industria y minería.

- Que un 30% a 50% de las especies amenazadas cuente con planes de recuperación,
conservación y gestión.

Desde el año 2012 Chile cuenta con el Sistema Nacional de Inventario de emisiones de GEI
liderado por el MMA, que se actualiza cada 2 años tal como establecen las reglas de la
CMNUCC y se reporta en los Informes Bienales de Actualización. Este incluye las emisiones
y absorciones de CO2 y las emisiones de metano (CH4), óxido nitroso (N2O),
hidrofluorocarbonos (HFC), perfluorocarbonos (PFC) y hexafluoruro de azufre (SF6). Para
el año 2018, las emisiones de GEI totales del país (excluyendo el sector Uso de la tierra,
cambio de uso de la tierra y silvicultura (UTCUTS)) fueron de 112.313 kt CO2eq,
incrementándose en un 128% desde 1990 y en un 2% desde 2016. El principal GEI emitido
fue el CO2 (78%), seguido del CH4 (13%), N2O (6%), y Gases fluorados (3%).

El sector Energía (consumo de combustible fósil con fines energéticos) es el principal


emisor de GEI representando el 77% de las emisiones totales en 2018, mayoritariamente
por las emisiones producto de la quema de carbón mineral y gas natural para la generación
eléctrica; y de combustibles líquidos para el transporte terrestre.

El sector UTCUTS, único que absorbe GEI en el país, es un sector capturador neto y
corresponde al sector forestal y se mantiene como sumidero durante toda la serie temporal.
En el 2018, las capturas netas de GEI contabilizaron -63.992 kt CO2eq debido
principalmente al incremento de la biomasa forestal y a los productos madereros. Se
destaca un máximo de emisiones del sector en 2017 cuando fueron afectadas 570.000 ha
por incendios en Tierras forestales, Tierras de cultivo y Pastizales.

Con esto el balance entre emisiones y absorciones de GEI de Chile (es decir, incluyendo
UTCUTS) alcanzó los 48.321 kt CO2 eq. Los principales causantes de esta tendencia son la
quema de combustibles fósiles y las tierras forestales. Los valores que escapan de la
tendencia en el balance son consecuencia, principalmente, de los incendios forestales
contabilizados en el sector UTCUTS.

El sector Energía, que considera el consumo de combustibles fósiles, alcanza un 77% del
total nacional de emisiones, habiendo incrementado sus emisiones al 2018 en 159% desde
1990 y en 1% desde el 2016. Desde 2016 se observa una estabilización en las emisiones
de este sector por la entrada de plantas de gas natural, que desde 2010 son responsables
de alrededor de un 25% de la generación eléctrica. Se suma la entrada de nuevas fuentes

11
de energía renovables, destacándose la participación de la energía eólica y solar, que
crecieron en conjunto un 73% desde 2016 alcanzando los 31.685 TJ al 2018, con lo que
se generó el 17,8% de la electricidad, que han reemplazado la generación eléctrica en base
a carbón. Esta disminución se ve contrarrestada por el crecimiento del consumo de
bencinas y diésel en el transporte terrestre.

Chile es vulnerable al cambio climático de acuerdo a la CMNUCC, pues presenta siete de


las nueve características definidas: zonas costeras bajas; zonas áridas y semiáridas, zonas
con cobertura forestal y zonas expuestas al deterioro forestal; zonas propensas a los
desastres socionaturales; zonas expuestas a la sequía y a la desertificación; zonas de alta
contaminación atmosférica urbana y zonas de ecosistemas frágiles.

El análisis de los riesgos climáticos para las Ciudades y Asentamientos humanos obtenidos
a través de ARClim 3 permite entender los efectos del cambio climático en el componente
humano, dejando en evidencia la gran variedad de amenazas y la heterogeneidad del
efecto sobre el riesgo en las distintas zonas geográficas de Chile. Respecto a los riesgos
para la Biodiversidad, se analiza la pérdida de flora y fauna por cambios en las
precipitaciones y las temperaturas. Los resultados indican que el riesgo más alto está
concentrado entre la Región del Ñuble y la Región de Los Ríos. Los riesgos para la
agricultura se presentan principalmente entre Coquimbo y Biobío. En cuanto a recursos
hídricos, se prevén eventos de lluvias extremas entre la Atacama y Valparaíso, así como
riesgos por las crecidas de ríos entre Maule y Biobío, al mismo tiempo que aumenta la
sequía que afecta principalmente las zonas centro-norte de Chile.

3
Plataforma de Adaptación «Atlas de Riesgos Climá�cos (ARClim)», que �ene información para todo el país a
escala a nivel comunal, lanzada en noviembre del 2020. Esta plataforma con�ene proyecciones climá�cas
presentadas a través del Explorador de Amenazas Climá�cas y los Mapas de Riesgo Climá�cos.

12
Instrumentos: Planes Sectoriales de Mitigación y de Adaptación, Planes de Acción Regional
y Comunal.

Mitigación:

Chile ha establecido su meta de carbono neutralidad a más tardar a 2050 en el Proyecto


de Ley Marco de Cambio Climático, que contempla una ambiciosa reducción de emisiones
al año 2050, pasando de 130 millones tonCO2eq (en el escenario de referencia) a 65
millones tonCO2eq en el escenario de carbono neutralidad, que considera que al año 2050
estas emisiones se neutralizan a partir de las capturas de nuestro sector forestal. La nueva
NDC establece las metas intermedias al año 2030.

En este sentido, en la NDC se estableció que al 2030 el sector forestal se compromete al


manejo sustentable de 200.000 hectáreas que representarán capturas del orden de 0,9 a
1,2 MtCO2eq, y a forestar de manera sustentable 200.000 hectáreas, que representarán
capturas de entre 3,0 a 3,4 MtCO2eq.

El Inventario Nacional de GEI, permite contar con una desagregación de las emisiones
nacionales en distintas categorías, correspondientes a sectores de actividad. En base a eso
se asignan los presupuestos por sector, de responsabilidad de cada respectivo Ministerio
(a ser implementadas también por Seremis, CORFO, Municipalidades, GOREs, y otros
servicios). Estas reducciones asignadas deberán cumplirse a través de las medidas
consideradas en los respectivos Planes Sectoriales de Mitigación.

Ejemplos de los desafíos territoriales de la implementación del esquema de presupuestos


de emisiones sectoriales:

• Transporte: Reconversión de flotas de taxis por alternativas eléctricas.

• Minería: Introducción de camiones mineros en base a hidrógeno verde.

• Energía: Aumento en la penetración de sistemas fotovoltaicos en techos de edificaciones


comerciales y públicas.

13
• Vivienda: Mejoramiento en exigencias de envolvente térmica en viviendas nuevas.

• Residuos: Captura y uso de biogás en rellenos sanitarios.

• Agricultura: Implementación de biodigestores de purines porcinos.

Componente Carbono Negro: El carbono negro es un forzante climático que forma parte
del material particulado fino (MP2,5), principal contaminante atmosférico en Chile. Este es
de interés tanto para el cambio climático como para la calidad del aire. En la NDC se
compromete al 2030 una reducción de al menos un 25% respecto del 2016.

Algunas medidas son: la edificación sostenible, retiro de centrales a carbón, hidrógeno en


usos motrices, electromovilidad. Chile cuenta con importantes instrumentos, como las
normas de emisión (vehículos livianos, medianos y pesados), normas de calidad, Planes
de Prevención y Descontaminación. Dos herramientas relevantes son el Inventario Nacional
de Carbono Negro y el Sistema de Monitoreo de Calidad del Aire.

Adaptación:

Considerando la vulnerabilidad del país frente al cambio climático, se hace relevante contar
con Planes de adaptación nacionales, regionales y comunales. El país debe contar con 11
Planes Sectoriales de adaptación en los sectores Silvoagropecuario, Biodiversidad, Pesca y
Acuicultura, Salud, Infraestructura, Energía, Ciudades, Turismo, Recursos hídricos, Minería
y Borde costero.

Costo-efectividad de las acciones:

Si no se logra desviar la trayectoria actual de las emisiones globales de GEI, los cambios
en el clima, hasta ahora evidentes e inminentes, seguirán generando importantes efectos
en el bienestar socioeconómico y ambiental de los países. Cada vez es más plausible
evaluar el costo económico de pérdidas y daños asociados al aumento e intensidad de los
eventos extremos de fenómenos climáticos y meteorológicos, permitiendo con ello
reconocer el beneficio de la acción climática en la estimación del daño evitado. A nivel
mundial, entre los años 2000 y 2019, más de 11.000 fenómenos meteorológicos extremos
cobraron la vida de más de 475.000 personas, estimando pérdidas que ascienden a cerca
de 2,56 billones de dólares [Global Climate Risk Index, 2021]. En Chile, las sequías e
inundaciones han sido identificadas como los principales fenómenos meteorológicos que
impactan al país, generando en el periodo 1926-2019, pérdidas por más de USD4 mil
millones y USD5 mil millones respectivamente e impactando a más de siete millones de
personas.

En conjunto con el Banco Mundial y el Ministerio de Hacienda, se elaboró una evaluación


macro-económica de la carbono neutralidad que demostró que el PIB de Chile al año 2050
puede aumentar en un 4,4% respecto del escenario base, lo cual confirma la gran
oportunidad que significa para Chile el transformarnos en una economía neutra en
emisiones de CO2. Los beneficios estimados por la reducción de GEI utilizan como
referencia el «precio social del carbono», el cual se establece como el precio sombra
determinado por la función de costos marginales de abatimiento de CO2, que permitirían
el cumplimiento de las metas de mitigación de Chile (MIDESO, 2017). Los resultados
nacionales establecieron un precio social del carbono de 0,823 UF/ton CO2. Por ejemplo,
los beneficios en salud de la reducción de contaminantes locales responden a la valorización
de cambios en indicadores tales como el número de casos de mortalidad, admisiones

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hospitalarias y visitas a sala de emergencia por causa de enfermedades respiratorias y
cardiovasculares vinculadas a la concentración ambiental de MP2,5.

Medios de implementación y seguimiento de la ECLP:

La Ley Marco de Cambio Climático propone que la ECLP debe contemplar que se desarrollen
3 medios de implementación: el desarrollo y transferencia tecnológica; la creación de
capacidades y empoderamiento climático, y el financiamiento.

La Estrategia Financiera de Cambio Climático debe ser elaborada por el Ministerio de


Hacienda con la finalidad de contribuir a la meta de carbono neutralidad y resiliencia a más
tardar al 2050, a través del uso estratégico de los recursos financieros públicos y privados,
que promuevan un modelo integrado de creación de valor en el largo plazo, en el cual se
incorporen las dimensiones sociales, ambientales y económicas de manera equilibrada. En
el año 2019, Chile publicó su primera Estrategia Financiera frente al Cambio Climático,
cumpliendo con uno de los compromisos del Acuerdo de París.

• El Ministerio de Hacienda, con el apoyo técnico del MMA y otros organismos, ha impulsado
definiciones y acciones específicas orientadas a acelerar el flujo de recursos hacia sectores
alineados a la NDC de Chile, destacando la Mesa Público-Privada de Finanzas Verdes,
conformada en 2019, integrada por los reguladores financieros, al gobierno y a los actores
del sector financiero, que sirve como instancia de coordinación orientada a promover el
desarrollo de un mercado financiero verde local. Al alero de la Mesa se suscribió un Acuerdo
Verde Voluntario, y una Declaración Conjunta sobre el Cambio Climático y el Sistema
Financiero por parte de las Autoridades Financieras Chilenas, a saber, el Ministerio de
Hacienda, el Banco Central, la CMF y la Superintendencia de Pensiones, y, a la fecha, la
Mesa se encuentra trabajando para implementar los compromisos contenidos en el
Acuerdo:

• La emisión de un total de USD 7.727 millones en Bonos Verdes Soberanos, entre 2019
y principios de 2021, los que obtuvieron las tasas de interés más bajas para este tipo de
bonos soberanos en la historia de nuestro país, siendo una demostración concreta de que
invertir en proyectos verdes es una acción beneficiosa para el medio ambiente, para la
sociedad y también para la economía y su sistema financiero. El marco para la definición
de los proyectos cuenta con el certificado de la CBI (Climate Bond Initiative) y contempla
proyectos como: Energía Renovable, Transporte Limpio, Construcción Sustentable.

• La Estrategia de la CMF para el cambio climático publicada en 2020, que tiene como
objetivo impulsar la divulgación de información asociada al cambio climático e integrar los
riesgos climáticos a la supervisión prudencial.

• La publicación de la Norma de Carácter General 276 en 2020 por parte de la


Superintendencia de Pensiones con el objetivo de que las AFP incorporen el riesgo climático
y los factores ESG en sus políticas de inversión y de gestión de riesgos.

• La modificación de la ley 21.210 en el año 2020 respecto al impuesto verde, que


contempla una mayor base de instalaciones grabadas, e implementa la posibilidad de
implementar el primer sistema de compensaciones nacional.

• La implementación de créditos verdes por parte del Ministerio de Economía, en el año


2020, con la finalidad de fomentar proyectos de energías renovables y economía circular
en pequeñas y medianas empresas.

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Además, en el Plan de Inversiones Públicas incorporado en el Plan Paso a Paso Chile se
Recupera (2020), se identifican más de USD 2.600 millones en proyectos que contribuyen
a acelerar nuestra transición al desarrollo sustentable, avanzando en el transporte limpio,
infraestructura resiliente al clima, gestión sustentable de recursos hídricos, conservación
de la biodiversidad, edificación sustentable y eficiencia energética.

La actualización de la Estrategia Financiera frente al Cambio Climático a cargo de Hacienda,


considerará, entre otros aspectos, perfeccionar la institucionalidad de Chile ante el Fondo
Verde para el Clima (FVC), incluyendo un perfeccionamiento de la metodología de
evaluación y priorización de proyectos a presentar al FVC y la estandarización de las
convocatorias para proyectos públicos y privados.

Otro actor relevante es la CORFO. El Ministerio de Economía, a través de CORFO, está


constantemente contribuyendo al desarrollo productivo del país, apoyando a los sectores
de alto potencial y proyectando a Chile hacia una economía sostenible.

Un avance importante en cuanto a articulación del sector público para apoyar y fortalecer
el desarrollo e implementación de la Estrategia Financiera, ha sido la generación de las
condiciones habilitantes para la acción climática a nivel subnacional. Así, durante el año
2021, el MMA y la Subdere han liderado un proceso de diálogo entre instituciones
nacionales con roles claves para la acción climática, que culminó con la propuesta de
conformación del «Grupo de Acción y Financiamiento Climático Comunal y Regional
(Subnacional)» (GAFiCoR).

Primer Mercado de Carbono Nacional, sistema de compensaciones del impuesto verde para
fortalecer proyectos público-privados a nivel territorial.

A partir de la Ley 20.780 en 2014, artículo 8°, se estableció un impuesto anual verde que
grava las emisiones al aire de material particulado (MP), óxido de nitrógeno (NOx), dióxido
de azufre (SO2) y dióxido de carbono (CO2), producidas por establecimientos cuyas
fuentes fijas, conformadas por calderas o turbinas, sumen una potencia mayor o igual a
50 MWt. Esta ley se comenzó a aplicar desde el año 2017, permitiendo desarrollar los
sistemas de monitoreo, reporte y verificación (MRV), y la fiscalización asociada al pago del
impuesto verde. Posteriormente, a través de la Ley 21.210 de 2020, se modifica el hecho
gravado condicionándolo a que se supere un umbral anual de emisiones (y no por
capacidad instalada). Así, se gravan con impuesto verde todas las emisiones de MP, NOx,
SO2 y CO2 que se emitan al aire producidas por establecimientos cuyas fuentes emisoras,
individualmente o en su conjunto, emitan sobre (a) 100 toneladas anuales de MP o (b)
25.000 o más toneladas anuales de CO2.

De igual forma, se introduce una modificación, que empieza a operar este 2023, que
permite compensar las emisiones en todo o parte mediante la implementación de proyectos
de reducción de emisiones del contaminante (o cuyos efectos sean equivalentes) dentro
del territorio nacional. Esta opción de pagar los impuestos o compensarlos ofrece una
relevante oportunidad para financiar proyectos de reducción de emisiones a escala
subnacional. Esto es clave para mejorar y complementar el sistema MRV de reducción de
emisiones a nivel nacional. El sistema de compensaciones permitirá financiar proyectos de
diversa naturaleza (reforestación, transporte público limpio, recambio de calefactores,
entre otros). Además, permitirá movilizar proyectos de soluciones basadas en la naturaleza
para combatir el cambio climático, beneficiando la biodiversidad nativa de Chile.

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La Ley Marco de Cambio Climático contempla la facultad del MMA de desarrollar normas
de emisión GEI por establecimiento, fuente emisora o agrupación de éstas.
Complementariamente, se establece un sistema de certificados de reducción o absorción
de emisiones GEI obtenidos mediante la implementación de proyectos para tal efecto.

Comité de Capital Natural: el Banco Central y los Ministerios de Medio Ambiente, Hacienda
y Economía, siguiendo las orientaciones de la «Base para la Estrategia Nacional de Ciencia,
Tecnología, Conocimiento e Innovación (CTCI)» del Consejo Nacional de CTCI, conformaran
este Comité asesor de la Presidencia con el objetivo de contextualizar el proceso de
valoración de capital natural, sus actores relevantes, y definir intervenciones críticas que
puedan activar la incorporación efectiva de este componente en el desarrollo de nuestro
país.

Monitoreo, Reporte y Verificación (MRV):

Los ministerios deberán establecer las formas de MRV en los respectivos Planes Sectoriales
bajo las directrices del MMA. Además, el MMA reportará cada 2 años el avance en el Reporte
de Acción Nacional de Cambio Climático y en el Informe Bienal de Transparencia.

Herramientas de monitoreo:

- Sistema Nacional de Inventario: sistema de información de emisiones y absorciones


de GEI en el país, por cada sector.
- Sistema Nacional de Prospectiva (SNP): su principal objetivo es elaborar una
dinámica para la coordinación y normalización de las actualizaciones de
proyecciones nacionales de emisiones GEI de vida larga y corta, considerando
además sus impactos socioeconómicos. El futuro SNP propenderá a facilitar y
agilizar la evaluación de escenarios prospectivos y medidas de mitigación.
- Sistema de certificación Huella Chile, integrado en Ventanilla Única del RETC:
plataforma de acceso gratuito, diseñada para facilitar su uso a diferentes perfiles
de usuarios; cuenta con módulos de cálculo en línea, que incorporan los factores de
emisión y potenciales de calentamiento global oficiales, facilitando la cuantificación
de la huella de carbono organizacional y de eventos. La plataforma web MRV
HuellaChile permite reportar y dar seguimiento a las acciones de mitigación
implementadas por las organizaciones.
- Plataforma Adaptación (ARClim): es un mapa de riesgos ante el cambio climático.

V. MODIFICACIONES EN REGULACIÓN DEL SEIA

Guía Metodológica del SEA.

En enero 2023, el SEA dictó la Guía Metodológica para la consideración del cambio climático
en el SEIA. Se describen 8 pasos para la evaluación de proyectos en los que hay que
introducir consideraciones de cambio climático.

1) En la descripción del proyecto. En cuanto a la localización, considerar si se trata de un


territorio expuesto a los efectos del cambio climático; si los recursos naturales utilizados
son susceptibles al cambio climático; considerar efectos de sus residuos y emisiones GEI
(SEA recomienda implementar medidas de cuantificación y captura).

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2) Descripción general de los objetos de protección ambiental receptores de impactos. Se
trata de evaluar específicamente el riesgo climático que enfrenta cada determinado
componente ambiental.

3) Identificación y descripción de los impactos sobre objetos de protección delimitando las


áreas de influencia. Para efectos del análisis relativo al riesgo climático en el SEIA, serán
de relevancia aquellos impactos del proyecto que presenten posibles sinergias negativas
con los efectos del cambio climático, integrando a la evaluación de impacto ambiental la
posible evolución de los componentes ambientales en su condición más desfavorable.

4) Predicción de impacto e identificación de su significancia. Consiste en analizar con mayor


detalle la posible evolución de los componentes ambientales en una situación con proyecto.

5) Descripción detallada de los objetos de protección receptores de impactos significativos.


El aumento en el nivel de detalle de la descripción de las áreas de influencia implica
incorporar la caracterización del escenario más desfavorable en cuanto a la variabilidad de
las componentes ambientales debido a los efectos del cambio climático. Cabe recordar que
ARClim contiene un Explorador de Amenazas que actualmente cuenta con más de 50
índices climáticos, los cuales pueden ser utilizados como insumo para la descripción
detallada de los distintos objetos de protección, incluyendo su variabilidad en el tiempo.

6) Evaluación de impactos significativos. Los criterios de magnitud y duración (y


frecuencia) de los impactos son clave para realizar dicha ponderación y, en este caso,
también lo es la consideración del riesgo climático del componente, factor que puede
funcionar como amplificador, tanto de la magnitud como de la duración del impacto al
generar sinergias negativas con este. Los objetos de protección del SEIA respecto de los
cuales se debe conocer el riesgo climático en las áreas de influencia son: agua, flora, fauna,
ecosistemas, sistema de vida y costumbres de grupos humanos, salud de la población,
áreas protegidas y sitios prioritarios, valor paisajístico y valor turístico.

7) Elaboración de medidas y planes de seguimiento (mitigar, reparar y compensar). En


relación con el cambio climático, es la adaptación el concepto y acción principal a integrar
en la elaboración de medidas y planes de seguimiento. Para ello es necesario que el
seguimiento ambiental cuente con monitoreos periódicos de variables críticas, donde
existan umbrales referidos a cambios aceptables de los objetos de protección, y se tengan
predefinidas acciones a adoptar ante desviaciones al comportamiento esperado. La RCA
podrá ser excepcionalmente revisada cuando, ejecutándose el proyecto, las variables
evaluadas y contempladas en el Plan de Seguimiento sobre las cuales fueron establecidas
las condiciones o medidas, hayan variado sustantivamente.

8) Descripción de riesgo y elaboración de planes de contingencia y de emergencia. Es


importante señalar que estos riesgos deben considerar las contingencias por eventos
extremos naturales que aumentan en frecuencia y magnitud producto del cambio climático.

Propuesta de modificación de Reglamento SEIA.

Este año el MMA presentó un proyecto de modificación reglamento SEIA para la


implementación del Acuerdo de Escazú, la ley REP; y la Ley Marco de Cambio Climático.

Hay modificaciones que son importantes, que complementan la Guía Metodológica que
publicó el SEA, y en esa misma línea se incorpora mayor contenido a los EIA y a las DIA.
Por ejemplo, se exige que los proyectos describan cómo se consideran los efectos adversos
del cambio climático, tanto en relación con los riesgos del proyecto ante el cambio de

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condiciones ambientales como los efectos que puede tener el proyecto en los distintos
elementos del medio ambiente.

Se incorporan indicadores de monitoreo, reporte y verificación, y se añaden obligaciones


de Planes de Seguimiento en las DIA, agregando expresamente la posibilidad de revisión
excepcional de las RCA cuando las variables ambientales se hayan modificado producto del
cambio climático. Para eso es necesario que tengamos seguimiento de cómo se comportan
los distintos componentes del medio ambiente no solamente en los EIA, sino también en
las DIA.

Los proyectos tendrán que referirse a su relación y compatibilidad con otros instrumentos
como son los Planes Estratégicos de Recursos Hídricos, Planes Sectoriales de Gestión De
Desastres, Planes Regionales y Comunales de Cambio Climático, etc., estableciendo cómo
se relaciona el proyecto con estos instrumentos y si es compatible o no con ellos.

Lo anterior va a permitir tener más información como país sobre el cumplimiento de los
compromisos en materia de cambio climático, exigiendo que en la descripción de los
proyectos se incorpore información sobre los GEI y los forzantes climáticos de vida corta
que emiten los proyectos en todas sus fases -construcción, operaciones y cierre-,
independiente de si los proyectos son ingresados como EIA o como DIA.

Autor
Santiago Edwards
Noviembre 2023

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