El Rol Del Acompañante Terapéutico Escolar
El Rol Del Acompañante Terapéutico Escolar
El Rol Del Acompañante Terapéutico Escolar
:
EL ROL DEL ACOMPAÑANTE TERAPÉUTICO
ESCOLAR.
Autora
Lic. y Prof. Fátima Benítez
Coautoras
Lic. Rosario Del Corro
Lic. Romina Machado
Lic. y Prof. Jesica Morán
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¿QUÉ ES?...
Según la Real Academia Española (2001), rol es el papel
de un actor o función que alguien o algo desempeña.
Por otro lado, en el Diccionario Etimológico Castellano e
Hispánico (1980-1991), Corominas señala que el término pro-
viene del francés “rôle”, el cual remite a la función que alguien
cumple. Etimológicamente proviene del latín que significa rótulo
y hace referencia a la hoja enrollada usada por los actores medie-
vales que contenía el texto a ser representado en la obra de teatro.
Reyes (2006) en su obra Psicodrama, Paradigma, Teoría y
Método, postula que el rol es la unidad psicosocial que está refe-
rida a la relación con otros. Es la menor unidad observable de la
conducta que involucra una dinámica interaccional. Es por ello,
que el rol es una experiencia social y para su ejercicio siempre
debe haber un otro. Para esta autora, su función es la socialización
y la regulación social. A raíz de ello, este proceso se inicia en la
temprana infancia con la estructuración del yo y con el aprendi-
zaje de roles sociales disponibles. Es pertinente aclarar que una
persona ejerce varios roles a lo largo de su vida.
Dentro de campo del Acompañamiento Terapéutico va-
rios autores han realizado importantes desarrollos en relación a
éesta temática.
Rossi (2004) postuló la importancia de diferenciar el rol
de las funciones del a.t, porque es a raíz de esta indefinición que
provienen buena parte de las dificultades en este campo profesio-
nal.
Chevez (2012) señala que definir el rol asienta un nexo
institucional de comportamiento que permite delimitar social-
mente lo que es y no es un Acompañamiento Terapéutico. Para
este autor, no es lo mismo la tarea por lo que un acompañante es
convocado (ROL) que las coordenadas que guían y determinan la
ejecución singular de la tarea (FUNCIÓN). Desde este punto de
vista, el rol representa un determinado tipo de actor (a.t), en un
contexto determinado (en nuestro caso, el ámbito educativo), lo
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cual establece una determinada expectativa social acerca de lo que
se puede esperar de ese actor.
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Si retomamos algunas de las definiciones de a.t, recorda-
remos que en repetidas ocasiones se lo menciona como un agente
de salud. Etimológicamente, agente viene del latín, que significa
“aquel que hace”. Pero el hacer del a.t no es cualquier hacer, es
un hacer transformador, que recurre a la acción espontánea para
recrear el rol, apelando a la capacidad de creatividad e invención.
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caracterizadas por su inserción en función de actividades relacio-
nadas no solamente a lo educativo y académico sino también al
campo de la psicopatología, salud mental y clínica de Acompaña-
miento Terapéutico.
Por ello, dicha autora, destaca ciertas particularidades in-
herentes al rol del a.t escolar:
–– Las implicancias del espacio en el que desempeña el rol,
o sea la escuela y todos aquellos que se relacionan a ella
directa o indirectamente.
–– Tener en cuenta al Acompañamiento Terapéutico como
un lugar de tensión entre las expectativas familiares y/o
institucionales; esto ayuda tanto a la familia como a la es-
cuela y al paciente a moderar las ansiedades que se des-
piertan ante el desempeño académico/institucional que el
niño, la niña y adolescente puede lograr y que muchas
veces se encuentra por fuera de lo esperable.
Por esto, es importante destacar que una de las característi-
cas principales de este rol, es su flexibilidad ya que permite partir
de la subjetividad de nuestro acompañado, del respeto por sus
necesidades, ritmos y tiempos, pensando, delineando y ejerciendo
múltiples funciones. Ahora bien, ¿cuáles serían las dificultades de
este rol? Algunas se presentan al momento de la demanda, por
ejemplo, cuando se espera que sea el acompañante quien diga “lo
que debiera hacerse”, o incorporando un a.t cuando se considera
que ya no hay nada más por hacer, sin objetivos claros junto a
expectativas sobredimensionadas.
Otra dificultad frecuente es en relación a la diferenciación
con otros roles muy conocidos en la escuela, como es el caso del
docente de apoyo a la integración.
Por último, se podrían mencionar los desbordes (psíqui-
cos, emocionales, conductuales) que, si bien puede ser visto como
obstáculos por la exposición del acompañado/a, también se pue-
den rescatar como beneficiosos en el hecho de que habilitan nue-
vas formas de trabajar con los pares y adultos.
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Diferenciando Roles
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según las características y posibilidades del alumno.
–– Los padres: facilita el acercamiento y participación en el
proceso.
–– Al alumno: realiza evaluaciones de las posibilidades del
alumno, identifica las barreras del aprendizaje al acceso
y participación, implementa estrategias educativas que le
permitan al alumno desempeñarse en el contexto educativo
con el menor grado de dependencia posible. Realiza un
seguimiento del proceso de aprendizaje.
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los códigos específicos de cada espacio con la menor conflictivi-
dad posible. Para esto su praxis estará guiada desde la ética del
Acompañamiento Terapéutico.
Acompañaremos en el proceso de escolarización mediante
el sostenimiento del paciente desde lo emocional, afectivo y con-
ductual para que logre vínculos saludables y gratificantes de for-
ma eficaz. Al ser miembro de equipos que trabajan en beneficio de
la salud mental, el a.t procurará guiar su trabajo apuntalado desde
un espacio de supervisión clínica y trabajo en equipo.
Para finalizar, al momento de acompañar a niños, niñas
y adolescentes en la escuela, una acción característica del rol con-
siste en observar. La observación debe ser realizada lo más obje-
tivamente posible con el fin de: no solo informar sobre ciertas
cuestiones que en ocasiones suelen desconocerse en otros espa-
cios terapéuticos, sino también ser una herramienta con la que se
cuenta previamente a cualquier intervención. Esto es muy signi-
ficativo ya que permitirá que las mismas sean pensadas y puestas
en acción teniendo en cuenta siempre lo observado, de forma tal
que sean terapéuticas, ya que dicha condición será lo que nos
diferencie del resto de los profesionales que trabajan con el niño,
la niña o adolescente. La observación, entonces, puede aportar
datos muy enriquecedores al equipo terapéutico, guiar lo que in-
formaremos y permitir interrogarnos: ¿qué puede estar pasando?,
¿qué manifiesta el o la acompañada/o con lo observado?, ¿por qué
pasará “esto” en el aula, recreo, entrada o salida de la escuela?
Interpelaciones que pueden ayudarnos a lograr una escucha que
evite “tapar” u “ordenar” lo que está sucediendo.
BIBLIOGRAFÍA:
Campise, W. (2012) Cap.12: “Acompañamiento Terapéutico Escolar”. En
Dragotto, P.A. y Frank, M.L. (2012) Acompañantes. Conceptualizaciones y
experiencias en A.T. Ed.
Brujas. Pp 197-203
Chevez. A (2012) Cap. 6: “Acompañamiento Terapéutico en España”. Acerca del
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Acompañamiento Terapéutico
Corominas. J (1980-1991) Diccionario crítico etimológico castellano e hispánico.
Vol 6. Gredos, Madrid.
Gloria Reyes (2006) Psicodrama, Paradigma, Teoría y Método. Ed. Cuatro Vientos.
Kuras, S y Resnizky, S. (2004) Acompañantes Terapéuticos. Actualización Teórico –
Clínica. Editorial Letra Viva. Buenos Aires
Real Academia Española. (2012) 22 ª Edición. Diccionario de la lengua española.
Recuperado de http://www.rae.es/rae.html
Resolución Provincial N° 667/11. “Integración en la escuela común de alumnos
que presentan necesidades derivadas de la discapacidad”. [Versión Digital]
Recuperado de http://www.cba.gov.ar/memorandum/
Rossi (2011) Acompañamiento Terapéutico. Lo cotidiano, las redes y sus interlocutores.
Ed. Polemos. Buenos Aires.
Rossi, C. (2012) Cap. 13: “Acompañamiento terapéutico en el Ámbito Educativo”.
En Dragotto, P.A. y Frank, M.L. (2012) Acompañantes. Conceptualizaciones y
experiencias en A.T. Ed. Brujas. Pp 205-218
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