CI CD Libro Tema 2
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Hay varias razones para contestar al tı́tulo de esta sección; unas son más nobles que otras.
Entre las menos nobles se cuenta la irritación ante una situación que lleva enquistada años y
años y ante la que pocos hacen algo. Nos estamos refiriendo a las respuestas de los alumnos en
los exámenes. La mayor parte de los profesores admiten respuestas que son poco menos que un
código privado interno. Cuando corregimos, nos vemos obligados a adivinar lo que quieren
decir los alumnos, a interpretarlo cual exégetas de una lengua muerta; nos vemos forzados a
separar forma y contenido brutalmente en contra de la propia naturaleza de las matemáticas;
admitimos casi cualquier garabato como la solución de un problema. La irónica paradoja es que
en clase ven las demostraciones que primorosamente reproducimos para que las aprendan —que
no las aprenden, pues sencillamente no las viven—. Sin embargo, aún más paradójico es que
los matemáticos profesionales y los profesores de matemáticas están escribiendo matemáticas
todo el tiempo. ¿Por qué los alumnos no escriben matemáticas también? ¿Cómo les podemos
enseñar matemáticas sin un énfasis profundo y continuado en la escritura?
Una buena escritura es un reflejo de un pensamiento claro. Un pensamiento deficiente
nunca podrá producir una buena escritura. Demasiado frecuentemente, cometemos el error de
confundir familiaridad con conocimiento. Lo que nos escriben nuestros alumnos en los exámenes
15
16 Escritura de las matemáticas
es en la mayor parte de los casos una muestra de su familiaridad con el tema, probablemente
adquirida a toda prisa los dı́as previos al examen. Conocer o entender algo es muy distinto
a reconocerlo. La escritura, por la carga de reflexión que lleva, permite ese asentamiento, esa
vivencia del conocimiento. He aquı́ unas cuantas ventajas de la escritura como método de
enseñanza:
(1) Escribir matemáticas hace las clases más activas. El alumno tiene que escribir en las
clases y mostrar su escritura al resto de la clase, quien hará los comentarios pertinentes
para mejorarla.
(2) Escribir siempre fomenta la creatividad, y ello es cierto también en el caso de la escritura
matemática.
(3) Escribir matemáticas hará mejores lectores a los alumnos. Tendrán que practicar la
lectura comprensiva más a fondo.
(4) La entrega de ejercicios escritos al profesor proporciona a este una valiosı́sima oportunidad
de comprobar la comprensión de la materia y reaccionar en consecuencia (bien repitiendo
explicaciones, poniendo ejercicios complementarios, dando material adicional a alumnos
concretos, etc.).
(5) La escritura matemática, sobre todo si se combina con métodos colaborativos, da lugar a
discusiones muy fructı́feras entre los alumnos.
Sin embargo, la principal razón para que los alumnos escriban, y lo hagan con rigor y calidad,
reside en los valores de las matemáticas. Los principales valores asociados a las matemáticas
son la capacidad para ensanchar y agudizar los mecanismos de aprendizaje, el sentido del
conocimiento y el genio del pensamiento profundo. Enseñar matemáticas a los alumnos a
través de la escritura está en clara consonancia con esos valores. Estos valores, por supuesto,
no son privativos de las matemáticas; están presentes también en otras áreas del saber.
El teorema 2.2.1 establece que la divisibilidad es una propiedad transitiva. La primera lı́nea
delimita el alcance del teorema. Proclamamos la transitividad de una propiedad de los números
enteros, pero no de otros conjuntos de números. Esto es una cuestión de precisión. La segunda
lı́nea
es el núcleo del enunciado del teorema, esto es, donde reside la sustancia lógica del teorema.
Las premisas son a divide a b y b divide a c; la consecuencia, a divide a c. El teorema establece
que si es cierto que a divide a b y b divide a c, entonces es cierto también que a divide a c.
Otros teoremas pueden tener una estructura lógica menos evidente. Por ejemplo:
Teorema 2.2.2 Sea p un número primo y a, b dos números enteros. Si p divide a a·b, entonces
o bien p divide a a o bien p divide a b.
Teorema 2.2.3 Sea n 1 un número natural. La siguiente fórmula es cierta para todo n:
n(n + 1)
1 + 2 + ... + n =
2
a pesar de que en la redacción literal del teorema 2.2.3 la palabra “entonces” no aparece.
En general, la estructura de un teorema es
PREMISAS =) CONSECUENCIA
P =) Q
P =) R1 =) R2 =) . . . =) Rk =) Q
donde cada Ri es un razonamiento intermedio. Un teorema puede ser demostrado con diferentes
pruebas (unas serán más elegantes y simples que otras).
Veamos la demostración del teorema 2.2.1. Empezamos por aplicar la definición de
divisibilidad a los enteros a and b.
c = b · k2 = a · k1 · k2 = a · (k1 · k2 )
Finalmente, anunciamos la consecuencia del teorema, que es una consecuencia lógica del
argumento:
El sı́mbolo se coloca al final de una prueba para indicar su fin. También se emplea el acrónimo
QED, que en latı́n significa “como querı́amos demostrar”.
Hay una cuestión a la que los estudiantes tienen que prestar atención: las definiciones.
Muchos estudiantes escriben demostraciones incorrectas porque no saben o no recuerdan las
definiciones. Las definiciones son términos que fijan el significado de objetos y propiedades
matemáticos. Por ejemplo, se define el valor absoluto porque es una función que aparece con
suma frecuencia; en este caso, la definición se ha hecho por concisión y comodidad de uso.
En cambio, la definición de continuidad recoge una propiedad abstracta, el que el lı́mite en un
punto coincida con el valor de la función. Los términos matemáticos tienen significado diferente
al que poseen en el lenguaje natural. Antes de escribir una prueba es una buena idea revisar
las definiciones pertinentes.
Según la naturaleza del teorema o del problema que resolver, es preciso o recomendable un tipo
de demostración particular. En lo que sigue estudiaremos los distintos tipos de demostración
y los contextos en que aparecen.
Teorema 2.3.1 Sea n un número natural. Si al dividir n por 3 da como resto 2, entonces,
n3 + 1 es divisible por 3.
Prueba: Si n da 2 como resto al dividirlo por 3, esto significa que existe un entero q tal que
n = 3q + 2. Sustituimos en n3 + 1 y desarrollamos:
Prueba: Sea x un entero. Dividimos en dos casos la prueba, según x sea par o impar.
(1) El caso en que x es un número par. En este caso, x se puede escribir como x = 2k, para
cierto entero k. Entonces el producto x(x + 1) = 2k(2k + 1), que es un número par.
(2) El caso en que x es un número impar. Ahora x = 2k + 1, para cierto entero k. Se sigue
que x(x + 1) = (2k + 1)(2k + 1 + 1) = (2k + 1)(2k + 2) = 2(2k + 1)(k + 1). Esto implica
que x(x + 1) es par.
Prueba: Supongamos que hubiese un número finito de primos, digamos, {p1 , p2 , . . . , pn }. Cons-
truimos un nuevo número p como sigue:
p = p1 · p2 · . . . · pn + 1
La pregunta ahora es si p es primo o no. No puede ser compuesto, porque entonces algunos de
los primos p1 , . . . , pn tendrı́a que dividir a p. Por su construcción, eso es imposible. Se sigue
que p es primo. Esto contradice el hecho de que haya exactamente n primos.
20 Escritura de las matemáticas
Esto prueba que n2 es impar. Por el contrapositivo, hemos probado que si n2 es par, entonces
también lo es n.
Teorema 2.3.5 Demostrar que para todo número natural n se cumple la fórmula
n(n + 1)
1 + 2 + ... + n =
2
(n 1)n
1 + 2 + . . . + (n 1) =
2
2.3. Tipos de demostración 21
(n 1)n (n
1)n + 2n
1 + 2 + ... + n 1+n= +n=
2 2
n2 n + 2n n2 + n n(n + 1)
= = =
2 2 2
Teorema 2.3.6 Sean a, b, c tres números reales con a no nulo. Probar que la ecuación ax2 +
bx + c = 0 tiene siempre solución, bien sea real o imaginaria.
Prueba: Para construir la solución vamos a completar los cuadros en la ecuación. Primero,
sacamos factor común a, puesto que a 6= 0, y después sumamos y restamos el término b2 /4a2 :
ax2 + bx + c = 0
✓ ◆
2 b c
a x + x+ =0
a a
✓ ◆
2 b b2 b2 c
a x +2 x+ 2 + =0
2a 4a 4a2 a
✓ ◆
2 b b2 b2 c
a x +2 x+ 2 + =0
2a 4a 4a2 a
b b2 b2 c
x2 + 2 x + 2 = 2
2a 4a 4a a
✓ ◆2
b b2 4ac
x+ =
2a 4a2
✓ ◆2
b b2 4ac
x+ =
2a 4a2
r
b b2 4ac
x+ =±
2a p 4a2
b ± b2 4ac
x=
2a
Según el valor de b2 4ac, tenemos tres casos: (1) raı́ces reales simples, cuando b2 4ac
sea estrictamente positivo; (2) raı́z real doble, cuando b2 4ac sea nulo; (3) y raı́ces complejas
conjugadas, cuando b2 4ac sea estrictamente negativo.
En matemáticas siempre se pregunta qué pasa con el recı́proco de una implicación. Se enuncia
un teorema que tiene la clásica estructura P =) Q y nos preguntamos: “¿Será cierto también
que Q =) P , su recı́proco?” Muy a menudo, ocurre que el recı́proco no es cierto. Pero ¿cómo
se prueba que una implicación es falsa? Por medio de un contraejemplo . Un contraejemplo
es un caso en que las premisas son ciertas, pero la conclusión es falsa. Exhibir un contraejemplo
es refutar una implicación. Pongamos como ejemplo el conocido teorema de que toda función
derivable en un punto es continua. La demostración consta de una lı́nea; si f (x) es derivable
en x = a, entonces:
Ahora bien, ¿es cierto el recı́proco, que toda función continua es derivable? No, y el
contraejemplo lo constituye la función f (x) = |x| en x = 0. Los siguientes cálculos lo prueban:
8
8 > |x| |0|
> lı́m x = 0 >
> lı́m+ =1
>
< x!0+ >
< x!0 x
(1) lı́m |x| = (2)
x!0 >
> >
>
: lı́m ( x) = 0 >
> |x| |0|
x!0
: lı́m = 1
x!0 x
En (1) se demuestra que el valor absoluto es continuo; en (2), que no es derivable, ya que
los lı́mites laterales de la derivada son distintos. Esto es un contraejemplo de que las funciones
continuas son derivables. Obsérvese que basta dar un solo contraejemplo para invalidar la
implicación entera.
Por último, por mor del desafı́o intelectual, hay autores que presentan problemas que
aparentemente contienen algún tipo de trampa. Una vez más, se resuelven a base de imaginación
y lógica. A continuación reproducimos un conocido problema de esta categorı́a (tomado del
excelente libro ¡Ajá!, de Martin Gardner [Gar89]).
2.5. Escritura de la solución de un problema 23
Problema 2.4.1 En su lecho de muerte un beduino reparte la herencia a sus tres hijos. El
hombre comunica a sus hijos que les deja 11 camellos que han de repartirse como sigue: 1/2
de los camellos para el mayor, 1/4 para el mediano y 1/6 para el pequeño. Sin embargo, no
saben cómo llevar a cabo el reparto, ya que ni 2, ni 4, ni 6 dividen a 11. Piden ayuda a un
sabio, quien acude servicial a la casa del beduino en camello. Tras escuchar a los hijos, decide
regalarles su camello para facilitar el reparto. Entonces ahora hay 12 camellos. Al mayor le
corresponden 6, al mediano 3 y al menor 2. En total, se han repartido 11 camellos. El sabio
toma su camello otra vez y vuelve a su casa. ¿Cómo pudo hacer el reparto?
x
f (0 ) = lı́m (e )=1
x!0
f (0+ ) = lı́m+ (x 1) e x
= 1 · e0 = 1
x!0
Para que la función f (x) sea continua en todo R, se tiene que cumplir 1 = 1, esto es,
= 2.
Como hemos visto en la solución, aparecen todos los ingredientes de una demostración
normal. La única diferencia es que aquı́ se trata una función particular, pero los mecanismos
de razonamiento y las convenciones de escritura son las mismas. El problema se ha resuelto
con un análisis por casos:
En esta sección vamos a enunciar unos principios generales para escribir matemáticas, aunque,
en realidad, se aplican a muchos otros tipos de escritura. El lector se dará cuenta de que estos
principios se basan lisa y llanamente en el sentido común y que todos persiguen el objetivo de
hacer de un texto matemático un acto sereno y profundo de comunicación.
Claridad. Nada se puede comunicar si previamente el autor no tiene una idea clara de
ello. Tan clara tiene que estar la idea en la mente del autor que este tiene que estar ansioso por
comunicarla. Pero la idea tiene que transmitirse de modo inteligible, presentarse en un orden
racional, fruto de la reflexión, podando los detalles que resulten innecesarios al lector ideal de
nuestro texto. Por ejemplo, si la demostración va a ser larga, es útil describir al lector el plan
general de un modo informal, y luego pasar a los detalles técnicos de modo formal.
Concisión. La concisión es difı́cil de alcanzar y lleva mucha práctica. La concisión es el
arte de significar lo más posible con el menor número de palabras. Un texto conciso está bien
cimentado y en él no sobra ni falta nada. La concisión se alcanza a través de un proceso de
depuración del texto que incluye, entre otros, los siguientes procesos: eliminar palabras con
poco significado (redundancias, palabras que no maticen, muletillas); descartar el material que
el lector pueda deducir por sı́ mismo; cuando sea posible, sustituir subordinadas adjetivas por
adjetivos; usar palabras precisas y cortas en lugar de perı́frasis; eliminar temas secundarios que
afecten al tema principal (más tarde se pueden comentar, pero una vez dicho lo esencial).
Simplicidad. Relacionadas con los dos puntos anteriores está la simplicidad. No debe
confundirse simplicidad con pobreza de escritura. La primera se refiere a una organización de
la escritura que es inmediatamente inteligible y transparente; la segunda, precisamente, a una
falta de ello por defecto. La simplicidad es una cuestión de estilo matemático también. Un
teorema se puede probar por más de un camino y a veces el camino más corto es el preferible.
Escritura en frases y párrafos. Este punto puede parecer totalmente superfluo, por
obvio, pero la experiencia demuestra que no se insiste lo suficiente. En un texto matemático,
como en cualquier otro, las ideas deben organizarse en frases, con su sentido completo, y estas,
a su vez, en párrafos. Cada párrafo debe contener una idea principal, la cual se explica en
frases claras y concisas. Mezclar ideas distintas en un mismo párrafo es una mala práctica y
habla penosamente de la claridad mental del autor sobre el tema en cuestión. Una cuestión
importante es la puntuación, que cuando se utiliza de modo cabal, ayuda enormemente a
estructurar el texto y dotarlo de claridad en sus partes.
Precisión. En matemáticas el lenguaje es extremadamente preciso. Usarlo sin esa precisión
conduce a sumir al lector en una profunda confusión. Por ejemplo, hay diferencias entre
expresión, igualdad, ecuación y fórmula, y cuando se escribe hay que tenerlas en cuenta. Una
expresión es una sucesión de sı́mbolos que expresa una relación matemática; por ejemplo,
x2 + 2x + 1 es una expresión. Una igualdad establece que dos expresiones son iguales y siempre
lleva el signo “=”; por ejemplo, (3x 1)2 = 8x2 4x es una igualdad. Si la igualdad tiene
carácter cuantitativo, se habla de ecuación y esta se puede resolver; en el ejemplo anterior, la
2.6. Principios generales de escritura 25
única solución es x = 1. Una fórmula es una igualdad que tiene carácter general; se habla de
la fórmula del área del cı́rculo A = ⇡r2 , pero no de la igualdad entre A y ⇡r2 .
Uso juicioso de los sı́mbolos matemáticos. Un texto matemático sigue siendo un
texto y no hay que sustituir las palabras por sı́mbolos, pues lo hace intricado de leer. Deberı́a
resistirse el uso de los sı́mbolos tanto como sea posible. Expliquemos las matemáticas con
palabras del castellano mientras la necesidad de formalización no nos obligue a usar sı́mbolos.
No hay cosa más farragosa de leer que un texto matemático en que se han sustituido un gran
número de palabras por sı́mbolos matemáticos. Es preferible escribir para todo número real
que 8x 2 R. Todo sı́mbolo matemático ha de tener necesariamente una función gramatical
dentro de la frase.
Algunos sı́mbolos pueden actuar como verbos; por ejemplo, x = y es equivalente a x es igual a
y. Pero la expresión x2 + 2x + 1 no tiene verbo y ha de tratarse como un nombre; por ejemplo,
x2 + 2x + 1 es siempre positiva para todo x. Cuando los cálculos son largos conviene
ponerlos en una lı́nea aparte y centrados:
x2 a2 (x a)(x + a)
lı́m = lı́m = lı́m (x + a) = 2a
x!a x a x!a x a x!a
Si es necesario, se pueden dividir un cálculo largo en varios cálculos más pequeños y explicar
cada uno con palabras.
Organización del texto. Como cualquier otro texto de envergadura, un texto matemático
necesita planificación. Antes de escribirlo, tenemos que tomar notas, visualizar mı́nimamente
sus partes y cuál va a ser su orden, imaginar el nivel de conocimiento de nuestro lector, en
qué conceptos vamos a hacer más énfasis, cuál va a ser el nivel de repetición, entre otros.
Ponerse a escribir sin haber planificado el texto es lo que se llama escribir por acumulación.
Vamos sumando párrafo tras párrafo, trabajosamente, con penuria, pero nada tiene coherencia
ni estructura y faltan detalles esenciales, pues el autor no previó nada. El lector se percata de
esto tras la lectura de las primeras frases y ya alberga sospechas inquietantes de las intenciones
del autor y el texto.
Aspectos formales del texto. Hay que cuidar el contenido matemático y la corrección
lingüı́stica. Si falla cualquiera de estos dos elementos, el texto se vuelve insufrible. Sobre
la corrección lingüı́stica, se profundizará en la sección 2.7. Respecto al contenido matemático,
aquı́ ofrecemos unos mı́nimos consejos de sentido común: (1) como hemos dicho, hay que cuidar
el uso de los sı́mbolos, su encaje en las frases, y, a ser posible, emplear el número exacto de
sı́mbolos; (2) asimismo, hay que numerar claramente los resultados para que sea fácil referirse
a ellos más tarde; (3) hay que ser consistente con la notación y usar la que está aceptada por
convención; (4) usar figuras para ilustrar demostraciones; (5) dar formato al documento de
manera que sea cómodo de leer.
26 Escritura de las matemáticas
Un texto matemático sigue siendo un texto escrito en una lengua, en este caso el castellano,
que cuenta con sus normas ortográficas, gramaticales, léxicas y discursivas. Es menester
respetarlas, no desde la coerción, sino desde la naturalidad e incluso el disfrute. Ante este
tema, lamentablemente, de nuevo nos encontramos con una situación incómoda y triste. Para
su vergüenza, muchos profesores de ciencias piensan que “escribir bien es cosa de la gente de
letras”. No es cierto. Escribir bien es cosa de gente con cultura y claridad de pensamiento;
en particular, es un asunto de relevancia para cualquier profesor de universidad que se precie
de serlo. Para su vergüenza, un nutrido grupo de alumnos piensa igual, unos animados por lo
que oyen a esos profesores, otros conscientes de que escribir no impide aprobar exámenes, sacar
buenas notas en trabajos escritos, y aún menos sacar un tı́tulo universitario. Anteriormente
hemos ofrecido argumentos contundentes (sección 2.1) para rebatir la perniciosa idea de que
en las clases de ciencias no hay que saber escribir bien. No insistiremos más en ellos. En esta
sección vamos entrar en los detalles de la corrección lingüı́stica, asunto espinoso con el que
pocos profesores de ciencias se atreven a tratar. Nuestros textos tienen que estar escritos en un
castellano correcto y, si ello es posible, con voluntad de estilo. Hemos dividido los errores en
las siguientes categorı́as: ortográficos, gramaticales y léxicos. Obviamente, no vamos a cubrir
extensamente cada una de las categorı́as, sino que haremos énfasis en los errores más frecuentes
que se encuentran en la escritura de textos matemáticos.
2.7. El castellano es un bello idioma 27
• Los nombres de los teoremas van en minúsculas: teorema fundamental del cálculo y no
x
Teorema Fundamental del Cálculo.
• Los nombres de las disciplinas cientı́ficas en el contexto académico (asignaturas, grados,
materias de estudio) van en mayúsculas: Soy licenciado en Informática. En caso contrario,
van en minúscula: Ninguna persona puede abarcar las matemáticas actuales.
• Los tı́tulos de los trabajos no llevan la mayúscula inicial de cada palabra. Esa es una
norma inglesa. Es incorrecto escribir en el tı́tulo de un trabajo x El Método de la Bisección.
Para más información, véase el artı́culo sobre el uso de las mayúsculas en el DPD [RAE13c].
Y por último, entramos en uno de los grandes problemas de nuestros alumnos y que
más confusión causan: la puntuación. Un texto mal puntuado rompe constantemente las
expectativas de lectura y se convierte pronto en un galimatı́as. La puntuación está pensada para
cimentar la estructura del texto, para matizar sus distintas partes, para guiar en la lectura fluida
del texto. Cuando se usa contra natura consigue los efectos más perversos; el más inmediato, la
sensación de chapuza. Un texto mal puntuado habla elocuentemente de la confusión de ideas
y de la falta de capacidad para revisar un escrito de su autor.
28 Escritura de las matemáticas
después de locuciones adverbiales cuando afectan a la frase entera: Por lo tanto, las
funciones derivables son continuas.
(8) Separación de sujeto y verbo. Salvo que medie una aposición explicativa, no
se usa coma para separar el sujeto y el verbo: x Toda sucesión creciente y acotada,
tiene lı́mite.
• Uso del punto y coma. Por alguna razón misteriosa los estudiantes usan poco este
signo de puntuación. Es un error, ya que es tremendamente versátil a la hora de organizar
un texto y separar con claridad sus partes.
• Errores de sintaxis. El orden de las partes de una oración es esencial para entender su
significado. La elección de ese orden ha de estar guiado por un afán de máxima claridad.
Por ejemplo, la frase x Vamos a calcular la derivada de la función segunda es incorrecta;
el lector no sabe si se refiere a la segunda de dos funciones o a la derivada segunda de una
única función. Deberı́a haberse escrito Vamos a calcular la derivada segunda de la
función.
• Errores de concordancia. En general, estos errores aparecen por una falta de revisión
del texto. El estudiante cambia una parte de la frase y no tiene el rigor metodológico de
revisar cómo afecta ese cambio al resto de la oración. Un caso que sı́ es frecuente es el
30 Escritura de las matemáticas
del uso impersonal del verbo haber. Este verbo, cuando se usa como impersonal, no tiene
sujeto y se conjuga en la tercera persona del singular: hay, ha habido, hubo, etc. Ası́, es
incorrecto decir x Han habido dos soluciones de la ecuación, y lo correcto es Ha habido
dos soluciones de la ecuación.
• Errores en los verbos. Cuando el alumno no tiene clara una demostración o la solución
de un problema, a veces tiende a disfrazarlo mediante el uso incorrecto de las perı́frasis
verbales. Los principales errores se pueden clasificar en tres grupos:
(1) Uso innecesario: x Hemos sido capaces de demostrar el resultado, que deberı́a
decirse simple y llanamente Hemos demostrado el resultado.
(2) Error de construcción, en particular con los complementos de régimen verbal.
Estos complementos son los sintagmas preposicionales que van unidos a un verbo y
sin el cual este no tiene significado completo; por ejemplo, contar con alguien. Es
incorrecto decir x El resultado depende el teorema 1, sino El resultado depende del
teorema 1.
(3) Errores de uso. Uno de los casos más frecuentes es la confusión entre deber y deber
de. El primero tiene valor de obligación y el segundo de probabilidad. No se puede
decir x El resultado debe de ser cierto (esto es, el resultado es probablemente cierto),
sino El resultado debe ser cierto (esto es, el resultado es cierto con seguridad).
En esta sección analizaremos un par de demostraciones escritas por alumnos (son totalmente
reales). Señalaremos cómo mejorarlas aplicando todo lo desarrollado en este documento hasta
ahora, tanto de forma como de contenido.
2.8. Código interno y otras demostraciones mejorables 31
Evidentemente q no es divisible por ningún primo pues siempre darı́a como resto 1
luego q es divisible solo por 1 y por sı́ mismo, es decir, q es primo. Por otra parte q
es mayor que p. Luego p no es el mayor número primo. Por tanto no puede existir
un número primo que sea el mayor y con esto verificamos la existencia de infinitos
números primos.
• El párrafo tiene que dividirse en frases. Las frases se amontonan unas tras otras separadas
por comas; faltan conectores que las unan con sentido.
• La muletilla es decir sobra. También se puede decir por reducción al absurdo en lugar de
método de reducción al absurdo; aquı́ método no aporta nada.
• La última frase después sumarle 1 está incompleta, le falta el verbo. No es una explicación
clara para el lector, sino una suerte de orden.
Evidentemente q no es divisible por ningún primo pues siempre darı́a como resto 1
luego q es divisible solo por 1 y por sı́ mismo, es decir, q es primo. Por otra parte q
es mayor que p. Luego p no es el mayor número primo. Por tanto no puede existir
un número primo que sea el mayor y con esto verificamos la existencia de infinitos
números primos.
• El párrafo está faltamente puntuado. Véase la explicación sobre las oraciones causales
y su puntuación en la sección anterior. Las expresiones evidentemente, pues, luego, por
otra parte, por tanto llevan coma. Véase la corrección más abajo.
• No hemos verificado que la existencia de infinitos números primos (no los hemos contado),
hemos demostrado que hay infinitos. Hay que ser precisos con el lenguaje.
He aquı́ una posible reescritura de la prueba de este alumno; hemos seguido en lo posible el
espı́ritu de su prueba (compárese con la prueba dada anteriormente)
q = 2 · 3 · 5 · 7 · ... · p + 1
Suponemos que p 6 |b lo que implica que máximo común divisor entre ellos es 1, de
este modo, existe un x1 y x2 que: px1 + ax2 = 1, multiplicamos los dos términos
por b, quedando pbx1 + abx2 = b; como p|a · b, obtenemos que ab = kp, siendo k un
entero, sustituyendo, pbx1 +kpx2 = b, sacamos factor comun p =) p(bx1 +kx2 ) = b,
con esto comprobamos que efectivamente p, si divide al menos a uno de ellos, p|b.
• Falta una mención explı́cita al resultado que permite al autor concluir la existencia de x1
y x2 , y ese resultado es el teorema de Bezout.
• La puntuación del párrafo es nefasta. Además, acumula las frases una tras otra, sin
relación entre ellas, separadas por comas que confunden más que ayudan.
• El uso del gerundio es incorrecto. Confiere a la prueba una prisa absurda y confirma que
el autor escribe por acumulación. Aquı́ no hay ninguna planificación de la escritura.
• El texto parece más el registro de una conversación informal sobre el resultado que un
texto matemático propiamente dicho.
Para profundizar en las ventajas de la escritura como método de enseñanza ası́ como en sus
aspectos técnicos, se pueden consultar los siguientes artı́culos:
• [Hal70]: Un texto clásico, lleno de pasión, sobre la escritura matemática. Sus consejos
son muy acertados.
• [Hut13]: Se trata de un artı́culo que explica muy bien la estructura de las demostraciones
ası́ como el lenguaje lógico que emplear en ellas.
• [Lee13]: Es este un artı́culo muy ilustrativo, sobre todo por la gran cantidad de ejemplos
que ofrece en los que contrasta una mala escritura con una buena escritura (y saca
conclusiones).
• [Hou13]: Houston ha escrito un libro sobre cómo escribir matemáticas y el enlace que
ponemos aquı́ se refiere a los primeros capı́tulos. El contenido es excelente, tanto por la
teorı́a como por los ejemplos.
• [Ber13]: Esta es una presentación hecha por Dimitri Bertsekas, en que enumera diez reglas
que seguir para escribir un buen texto matemático. No hay que engañarse; el análisis
que hace el autor del proceso de escritura es muy profundo, incluyendo tres niveles de
conceptuales y de escritura.
Bibliografı́a
[Ber13] Dimitri Bertsekas. Ten simple rules for mathematical writing. http://www.mit.edu:
8001/people/dimitrib/Ten Rules.pdf, accessed in 2013.
[GB11] Martin Gómez Borrego, Leonardo. Análisis sintáctico: teorı́a y práctica. SM, 2011.
[RAE13d] RAE. Diccionario panhispánico de dudas - Uso del punto y coma. http://lema.rae.
es/dpd/srv/search?id=XAD3nkRJmD6NjdyDQ0, accessed in 2013.
[Sec05] Manuel Seco. Gramática esencial del español. Espasa Calpe, 2005.