Biología
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desarrollo embrionario
¿Qué es el desarrollo embrionario?
Primer trimestre
Se considera la tercera semana de embarazo como la primera efectiva, pues en
las dos primeras semanas se produce la ovulación y desprendimiento
del óvulo que será fecundado. Esta fecundación tiene lugar ya en la tercera
semana: el óvulo y el espermatozoide se unen formando el cigoto mientras
bajan a través de una de las trompas de Falopio.
El cigoto continúa dividiéndose formando las nuevas células, a las que pronto
les aparecerá un recubrimiento, denominando a todo el conjunto como
blastocisto. La división de células continúa ocurriendo mientras tanto, hasta que en un cierto punto del desarrollo este blastocito se
transforma en embrión.
En la cuarta semana, el embrión, que ya mide cerca de cinco milímetros, se introduce en la pared uterina y comienza a nutrirse a
través de esta. En la quinta semana ya comienza a desarrollar los principales sistemas del embrión como el cerebro, la médula espinal,
el corazón o el tracto gastrointestinal.
Las células comienzan a adquirir funciones específicas durante esta semana, y entre las que se desarrollan se pueden encontrar las
células sanguíneas, las del riñón y las neuronas. Esta quinta semana es una de las que cuenta con mayores riesgos para el correcto
desarrollo del bebé, pues hay un riesgo mayor de que se puedan producir anomalías genéticas por la ingesta de medicamentos, alcohol,
drogas o por infecciones como la rubeola.
Durante la sexta y séptima semana se continúan desarrollando rasgos que permiten identificar partes del embrión como los ojos, los
oídos o el corazón, así como las manos y los pies durante la octava semana. El cerebro del embrión también continúa su desarrollo y
se forma el tejido de los distintos huesos. En la novena semana también se pueden empezar a ver los brazos, los codos, y comienzan a
crecer sus órganos esenciales.
A partir de la décima semana ya no se considera embrión, sino feto. El feto ya mide cerca de 7 centímetros. Durante esta semana
también se comienzan a ver los párpados, las orejas y la cara, y la placenta comienza a nutrir al feto a través del cordón umbilical.
Segundo trimestre
Al principio de este trimestre lo más apreciable del feto es su cabeza, que ocupa cerca de la mitad de su tamaño total. Se continúan
desarrollando durante estas semanas aspectos como las uñas o los genitales, y la cara ya está formada. Los párpados cierran los ojos
del bebé, y hasta la 28 semana permanecerán así.
El feto empieza a hacer sus primeros movimientos entre las semanas 15 y 18. A estas alturas, el feto ya tiene una medida cercana a los
18 centímetros y pesa cerca de 200 gramos. Los huesos se vuelven más duros y comienza a aparecer el primer pelo, denominado lanugo.
Entre las semanas 19 y 21 el bebé comienza a oír, y además se mueve de forma más activa, de modo que la madre puede llegar a sentir
sus movimientos.
En la semana 22 el lanugo ya se ha extendido a todo el cuerpo del feto, apareciendo también las cejas y las pestañas. El bebé también
hace su primera deposición, llamada meconio, la cual expulsa por el tracto intestinal. El movimiento también sigue siendo activo,
desarrollando ahora los músculos y pudiendo escuchar los latidos de su corazón.
Al final de esta etapa, se desarrollan las vías respiratorias del bebé y la médula ósea comienza a producir células sanguíneas. El feto
también comienza a almacenar grasa.
Tercer trimestre
El bebé comienza a terminar de desarrollar diferentes partes de su cuerpo: todo lo relacionado con los ojos y las huellas de los pies ya
son bien perceptibles. Los pulmones también alcanzan un alto grado de funcionamiento, aunque no el necesario para sobrevivir fuera
del útero. El feto además es capaz de oír ruidos fuertes del exterior.
Entre las semanas 27 y 30 el bebé vuelve a abrir los párpados, y el sistema nervioso se desarrolla mucho, sobre todo en el cerebro y
para las órdenes de diferentes funciones del cuerpo. El sistema respiratorio comienza a producir agente tensioactivo, que hace que los
alveolos puedan llenarse de aire cuando nazca. El tamaño del feto para la semana 28 ya ocupa la mayor parte del útero, y se suele
posicionar de forma invertida, de forma que tenga más facilidad para mover las rodillas y los pies.
A partir de la semana 31 el bebé comienza a retener hierro, calcio y fósforo en su organismo, lo que impulsa aún más el desarrollo del
cuerpo. Los huesos ya están completamente formados, aunque aún blandos. El sistema respiratorio también continúa su desarrollo,
pero los pulmones aún no son lo suficientemente maduros.
Para la semana 35 el bebé ya pesa cerca de 2,5 kilos, y su corazón y vasos sanguíneos ya se han formado por completo, como también
lo están los músculos y los huesos. El bebé además adquiere patrones de sueño.
En las últimas semanas, entre la 38 y la 40, desaparece el lanugo excepto de hombros y brazos, siendo el cabello desarrollado en la
cabeza además más grueso y resistente. Aparecen también los brotes mamarios.
A partir de la semana 40 se considera que el embrión está desarrollado por completo y listo para nacer, variando la fecha en que
ocurre.
6 etapas del desarrollo embrionario
El proceso de desarrollo embrionario involucra una serie de etapas que comienzan con la fecundación y culminan en la
formación del feto. Algunas de las fases clave incluyen la formación del cigoto, la mórula, la gástrula, el blastocisto y,
finalmente, el embrión y el feto.
Fecundación
Después de un ciclo de menstruación normal, ocurre el desprendimiento de uno de los óvulos del ovario luego de 14 días de la
última fecha de la menstruación. A este proceso de “liberación” se le conoce como ovulación.
Es en dicha fase de ovulación en la que el moco del cuello uterino se torna más fluido y elástico, de manera que los
espermatozoides puedan ingresar fácilmente desplazándose por la vagina, mediante el cuello uterino.
El recorrido continúa hacia el interior del útero hasta llegar a las trompas de Falopio, donde se produce la fecundación de
forma natural. Aquí el espermatozoide se une con el óvulo, dando lugar a un cigoto (óvulo fecundado).
Cigoto
Se trata de la etapa inicial del desarrollo embrionario, que ocurre inmediatamente después de la fecundación. El cigoto es el
resultado de la unión del óvulo y el espermatozoide, lo que crea una única célula con el material genético de ambos
progenitores. Esta célula tiene la capacidad de dividirse y desarrollarse en un organismo completo.
Durante el trayecto del cigoto a través de las trompas de Falopio hacia el útero, que tarda aproximadamente de 3 a 5 días,
las células se dividen mediante un proceso llamado mitosis.
A medida que avanza la división celular, el cigoto se transforma en una estructura multicelular denominada
mórula. Posteriormente, esta continúa dividiéndose hasta formar una estructura hueca llamada blastocisto, que se
implantará en el útero y dará inicio a la etapa embrionaria.
Mórula
A medida que el cigoto desciende por las trompas de Falopio hacia el útero, sus células se dividen y se forma una estructura
compacta llamada mórula. Esta fase ocurre aproximadamente de 3 a 5 días después de la fecundación.
El término “mórula” proviene del latín “morula”, que significa “mora” o “frambuesa”, debido a su apariencia redondeada y
compacta, similar a una fruta. Durante esta etapa, las células son prácticamente indiferenciadas y totipotentes, lo que
significa que tienen la capacidad de dar lugar a cualquier tipo de célula del organismo.
A medida que las células de la mórula siguen dividiéndose, comienzan a reorganizarse y a diferenciarse en dos grupos: el
embrioblasto, que dará lugar al embrión propiamente dicho, y el trofoblasto, que formará parte de la placenta y otras
estructuras de soporte.
Blastocisto
El embrión en desarrollo continúa dividiéndose hasta que toma la forma de un blastocisto, una estructura hueca que se
implantará en el revestimiento del útero aproximadamente 6 días después de la fecundación.
El blastocisto tiene una zona engrosada que dará lugar al embrión, mientras que las células externas se convertirán en la
placenta.
Gástrula
En la etapa de gástrula, las células del embrión en desarrollo comienzan a organizarse en capas distintas, lo que dará lugar a
la formación de diferentes tejidos y órganos. Este proceso es esencial para el desarrollo de estructuras anatómicas y
funcionales en el embrión.
Embrión
El desarrollo embrionario es una etapa crucial en el crecimiento de un nuevo ser humano. Esta fase comienza después de la
implantación del blastocisto en el útero, alrededor de la segunda semana después de la fecundación, y se extiende hasta
aproximadamente la décima semana de embarazo.
Durante dicho periodo, el embrión experimenta una rápida diferenciación celular y especialización que dará lugar a la
formación de los órganos y estructuras fundamentales del cuerpo humano.
El embrión se desarrolla dentro del saco amniótico, que lo protege y le proporciona el entorno adecuado para su crecimiento.
Algunos eventos cruciales en la fase embrionaria incluyen la formación del tubo neural, que dará lugar al cerebro y la médula
espinal, el desarrollo del corazón y los vasos sanguíneos, y la aparición de los primeros glóbulos rojos o eritrocitos.