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Incendios en Corrientes

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Incendios en Corrientes, sequía, cambio climático

ALUMNO: ROMERO,PERALTA,ROQUE

El siete por ciento de la superficie de Corrientes, más de medio millón de hectáreas, fue
arrasada por el fuego. Principalmente en el centro-norte provincial: los municipios de
Concepción, San Miguel e Ituzaingó. Ya ardieron pastizales, bosques, palmares, humedales
bajo estrés hídrico, incluso plantaciones forestales e infraestructura rural. Las causas se
explican por la prolongación del fenómeno climático de La Niña, que desde el 2021
extiende una sequía de lluvias que ha provocada también la bajante histórica del Paraná. Y
se suma la falta de previsión de funcionarios, tantos locales como nacionales.

Toda la cuenca del Río de La Plata sufre las consecuencias de esta sequía que revela la
vulnerabilidad de la región ante el cambio climático, dado que estudios sobre los mismos
muestran que las proyecciones confirman que habrá una mayor repetición de estos
fenómenos extremos por década (inundaciones y sequías).

Los gobiernos provinciales y nacionales cuentan con sistema de monitoreo de las


condiciones propicias para que se produzcan fuegos y establece zonas con riesgos de
incendios. Sin embargo, a pesar del conocido contexto climático de sequía y de los datos
de los monitoreo, ningún gobierno provincial o nacional previó la situación actual y la
anticipó con un plan de contingencia.

Es más, el gobierno de Corrientes dedicó esfuerzos políticos en evitar la sanción de la Ley


de Humedales, que justamente brindaba y ampliaba las herramientas y presupuestos de
gestión ambiental del territorio.

En agosto de 2020, el Senado de Corrientes rechazó la sanción de una Ley Nacional de


Humedales “por las implicancias negativas que esos proyectos deparan hacia el sistema
productivo”. Una semana antes, la autodenominada “Coordinadora de Entidades

ROMERO PERALTA,ROQUE
Productivas de Corrientes” había rechazado una normativa nacional de protección de
humedales. “No existen evidencias objetivas que demuestren algún daño provisorio o
irreparable sobre los humedales de Corrientes a pesar de convivir con actividades
productivas y culturales desde hace más de 300 años, suficiente motivo para expresar que
no se aprecian razones o motivos que justifiquen una legislación restrictiva de la magnitud
de la pretendida por los proyectos en cuestión (...) Por lo cual es inoportuno,
inconveniente e innecesario aprobar algún proyecto de ley con tales características”,
señalaron las organizaciones empresarias. Entre ellas figuraban la Sociedad Rural,
Federación Agraria, Confederaciones Rurales Argentinas (CRA), Coninagro y la Asociación
Forestal Argentina (AFOA), las mismas organizaciones que exigen ayuda estatal ante las
sequías e incendios.

Al mismo tiempo, el gobierno de Corrientes dilata la actualización del vencido


ordenamiento territorial de bosques nativos.

En una secuencia lógica, la política ambiental de Corrientes se basa en el enfoque de áreas


protegidas y reintroducción de especies, dejando el resto de los ecosistemas
desprotegidos, desregulados y a plan disposición de “la producción”. Sin contar que los
servicios ecosistémicos que son brindados a la sociedad dependen de la gestión adecuada
de los mismos, donde las áreas protegidas son solo un elemento, pero insuficiente por sí
mismas.

La extensión y magnitud del desastre provocado por los fuegos actuales demuestra la
irrealidad del enfoque binario de áreas protegidas para la conservación estricta por un
lado del alambrado y extractivismo intensivo del otro.

Hasta el momento las pérdidas materiales (según el gobierno de Corrientes) se cuantifican


en 25.000 millones de pesos, combinando los efectos directos del fuego y la seguía. Esta
cifra contrasta con los 17.400 millones de pesos que se preveían para la gestión de
humedales en la cajoneada Ley y los magros 1212 millones para proteger los bosques
nativos del todo país. Una vez más queda claro que la desinversión en proteger y gestionar
la biodiversidad y los ecosistemas nos termina saliendo muy cara.

ROMERO PERALTA,ROQUE
Mientras los gobiernos provinciales y nacionales dirimen responsabilidades por la
magnitud de los fuegos, miles de voluntarios organizados previamente como bomberos o
autoconvocados por la emergencia combaten los incendios en la primera línea. Con
escasos recursos y mucha dedicación han garantizado la salvación de numerosas casas
rurales de familias campesinas.

La bombera voluntaria Araceli Romero, miembro de la Federación Campesina Guaraní


(FeCaGua) en Concepción, relata que —como tantos otros cientos de bomberos— el
agotamiento es total, aunque ahora hay mayor presencia del Ejército y aviones hidrantes.
“Los aviones ayudan un montón, pero también tenemos que combatir el fuego por tierra,
porque damos vuelta la tierra y sigue ardiendo por abajo. Además, la semana pasada
tuvimos un susto bárbaro, porque dos camaradas se electrocutaron, gracias a Dios están
bien, fue el susto, pero no teníamos los medios y nos costó bastante sacarlos del campo,
estábamos bastante alejados del pueblo, nos ayudó la policía. Nuestra dotación solo tiene
dos cisternas, la moto bomba y no podíamos sacarlos. Fue un susto grande, porque
cuando estaban abasteciendo a la dotación con la cisterna les cayó un cable de alta
tensión, esa es nuestra realidad acá, Dios quiera que llueva pronto”.

Estos testimonios se repiten por decenas, donde la solidaridad y dedicación de los


bomberos y otros voluntarios han sido la única o principal ayuda de los campesinos y
vecinos periurbanos más afectados. Además de los bomberos heridos, se lamenta el
fallecimiento de un bombero (José Luis Mombaj, de 38 años) en un accidente y otro
resultó herido el 11 de enero cuando se dirigía a apagar un incendio forestal en la
localidad correntina de Yapeyú.

Ante la desidia estatal, el 19 de enero se autoconvocó la Asamblea Provincial Basta de


Quemas, la cual reúne a ciudadanos preocupados por la inacción gubernamental ante los
incendios, más de diez colectivos ambientalistas de Corrientes (Guardianes del Y'Vera,
Correntinos contra el Cambio Climático, Defensores de los Pastizales y Colectivo de
Arquitectos Turba, entre otros) y grupos de bomberos voluntarios.

Desde la Asamblea realizaron intervenciones artísticas y protestas frente al auditorio


donde tenía lugar la Fiesta Nacional del Chamamé, dado que allí estaban presentes las
autoridades provinciales que daban la espalda a la crisis del fuego.

ROMERO PERALTA,ROQUE
Recordaron que se encuentra vigente la Ley 27.604 de Manejo del Fuego, que expresa
claramente: “En caso de incendios, sean estos provocados o accidentales, que quemen
vegetación viva o muerta, en bosques nativos o implantados, así como en áreas naturales
protegidas debidamente reconocidas y humedales, a fin de garantizar las condiciones para
la restauración de las superficies incendiadas, se prohíbe por el término de sesenta (60)
años desde su extinción: realizar modificaciones en el uso y destino que dichas superficies
poseían con anterioridad al incendio; el loteo, fraccionamiento o parcelamiento (o
cualquier emprendimiento inmobiliario); cualquier actividad agropecuaria que sea distinta
al uso y destino que la superficie tuviera al momento del incendio.

Ante la realidad de que los incendios son intencionales y provocados en muchos caos por
los dueños de los campos para ampliar la superficie a producir, es que desde la Asamblea
Basta de Quemas solicitaron un informe al Ministerio de la Producción de Corrientes para
determinar quiénes son los dueños de los campos cuyas superficies fueron afectadas, que
se informe el estado de situación de quemas (un mapeo actual), se cree un plan de
contingencia por la situación de quemas (con presupuesto), que se constituya el comité de
crisis y que sea participativo (con vecinos y sobre todo bomberos) y que renuncien los
funcionarios involucrados en los organismos que debería haber evitado y actuado ante los
incendios.

“Exigimos soluciones concretas y con un enfoque que no sea netamente el de


salvaguardar la producción ganadera, arrocera y el modelo forestal, sino también
preservar la biodiversidad de ambientes que se pierden por el fuego a pasos agigantados”,
exigieron desde la Asamblea Basta de Quemas y remarcaron que solo la implementación
de una verdadera gestión ambiental, con enfoque ecosistémico y participación ciudadana,
podrá atender y prevenir nuevos desastres ambientales.

ROMERO PERALTA,ROQUE

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