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El Arte de Los Temples Articulo

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L a Escuela Nacional Superior de Folklore José María Arguedas

presenta el CD “El arte de los Temples”, que es producto de varios


años de investigación musical del maestro Rolando Carrasco
Segovia, quién es egresado y profesor en nuestra institución.

Este material sonoro, nos muestra en la actualidad las posibilidades


infinitas con la guitarra, pues existe una variedad de estilos y géneros
que han ido fortaleciéndose en las diferentes regiones del país con
la práctica musical de los cultores de cada pueblo o grupo humano.

Los temples y afinaciones en la guitarra en la actualidad son muy


importantes y, permiten al músico mejorar su interpretación
musical pues la hacen más rica y variada a la música peruana; pero
sobre todo revalorar los estilos regionales y su continuidad. Este CD
muestra los diversos temples en un conjunto de piezas musicales
de diferentes regiones del país.

El temple Angel, Ocros, Baulín, Do Mayor, Decente, Sexta en Re,


Indecente, Arpa, Sol Mayor, Morochuco, Estándar, Conchucano,
Corocino, Justo, Mil Ochenta, Diablo, Amable y Unísono son los
que se podrán apreciar en estas piezas musicales, que más allá de
permitir la apreciación musical nos muestra la riqueza musical de
nuestro país.

Esta es una contribución del investigador musical Rolando Carrasco


que con el apoyo de la Escuela Nacional Superior de Folklore José
María Arguedas llega a todos los interesados en la riqueza musical
que tiene el Perú.

Tania Anaya Figueroa


Directora General
L os elementos foráneos que llegaron a los Andes fueron asimilados perfectamente por
las comunidades. Estos elementos eran artefactos que servían y sirven para la acción
cotidiana de cada lugar. Pero no solo llegaron artefactos a los pueblos andinos, sino
también nuevas formas de canción, nuevas sonoridades, nuevos afinamientos que,
debido a la fusión de ambas culturas, produjeron una bella gama de posibilidades de
expresión artística. En toda esta confluencia surgen nuevas opciones tímbricas en la
guitarra (traída por los españoles y de la que solo se conocía la afinación actual, otra
con cinco órdenes y alguna con la tercera en fa#). La necesidad de tener un instrumento
que acompañé a la voz a cantar en el campo y que sirva de acompañante viajero para los
comerciantes o arrieros, da como resultado el nacimiento de nuevas afinaciones. Estas
afinaciones o temples no eran solamente para la guitarra, sino también para las futuras
innovaciones y creaciones de los instrumentos de cuerda; tales como el charango, el
chillador, el violín, la bandurria, la charanga y el requinto andino.

En la historia de la guitarra peruana son los temples en los que los guitarristas andinos
han sabido expresar sus emociones, luchas y toda la vivencia de los mismos cultores, ya
sean solistas o de acompañamiento. Estas afinaciones se caracterizan por encontrarse
en encordaduras con tonalidades según la voz de cada cantor. Entre algunos temples
usados actualmente tenemos el Temple Baulín (versión Raúl García Zárate) para la
tonalidad de Si menor denominado en otros lugares como Temple Arpa; el Temple Mil
Ochenta y sus variantes; el Temple Corisino, Amable o Quinta Baja, que corresponden a
la tonalidad de Mi menor.

Rolando Carrasco Segovia


La guitarra no temperada

En el siglo XVI comienzan a crearse muchas


composiciones para guitarra. Este auge de
producción principalmente se realiza en España.
El trabajo, Tres libros de música en cifra para vihuela, publicado en 1546 (Sevilla) por
Alonso Mudarra, incluye la primera pieza para guitarra de cuatro órdenes, cuerdas
dobles. En este período era habitual confundir los nombres de estos instrumentos:
guitarra y vihuela; es a finales de siglo cuando comenzó a especificarse cada
denominación. La guitarra fue utilizada básicamente como instrumento de
acompañamiento, con la técnica del rasgueado.

Vicente Espinel (Málaga 1550-Madrid 1624) fue un sacerdote, escritor y músico


español del Siglo de Oro, autor de la novela picaresca, la Vida del escudero Marcos de
Obregón (1618). En sus Diversas rimas de 1591 transformó la estructura de la décima,
estrofa conocida como espinela en homenaje a su apellido. En la música, Espinel
se hizo famoso por incluir la sexta cuerda a la guitarra, añadiendo una cuerda más
grave a los cinco órdenes ya existentes en aquel momento. Anteriormente a Espinel
se le atribuía también la inclusión de la quinta cuerda. Esta atribución la realizó Lope
de Vega, pero fue refutada por Nicolao Doici de Velasco (1640) y por Gaspar Sanz
(1684) en sus tratados sobre la guitarra española, siendo El Nuevo método por cifra
para tañer guitarra de cinco cuerdas publicado en 1630 por Doici de Velasco es el más
antiguo que se conozca.

En Italia, Francia y demás naciones empiezan a llamar a este instrumento guitarra


española, y es porque, antiguamente, fuera de la Península no tenía más que
cuatro cuerdas. Es en España que se acrecentó la quinta y, posteriormente, la sexta,
quedando tan perfecta como otros instrumentos de la época: el laúd, el arpa, la tiorba
y el clavicordio. En todo caso, está claro que fue España la que asume la paternidad
de la guitarra pues, a diferencia de las guitarras construidas en otros países y lugares
de Europa, donde se fabricaban guitarras sobrecargadas de incrustaciones y adornos
que la hacían casi imposible de tocar, la guitarra española se hacía más fácil para ser
tocada y fue tan popular que incluso Sebastián de Covarrubias, capellán de Felipe II,
llegó a decir que “La guitarra no vale más que un cencerro, es tan fácil de tocar que
no existe un campesino que no sea un guitarrista”.

El tratado más antiguo sobre la guitarra española se publicó en Barcelona en 1596,


por Juan Carlos Amat con el título de Guitarra española de cinco órdenes. ​En 1606
Girolamo Montesardo hizo lo mismo en Bolonia, la primera gran obra para guitarra
titulada Nuova inventione d’involatura per sonare Il balleti sopra la chitarra espagnuola
y en 1620 G. A. Colonna escribe Intavolatura di chitarra alla spagnuola.

Gaspar Sanz,
Instrucción de música sobre la
guitarra española, 1674.

Algunos investigadores
opinan que en el siglo
XVIII Jacob Otto agrega la
sexta cuerda a la guitarra y
se estandariza la afinación
moderna, el cambio más
significativo sufrido por este
instrumento. Otros creen que fue en España por el Padre Feijoo. A mediados del
siglo XIX la historia de la guitarra moderna alcanza un gran apogeo con el español
Francisco Tárrega, creador de la escuela moderna y autor del cambio en el uso de las
manos y la manera de pulsar las cuerdas.

Templando otros instrumentos

En conversaciones con la recordada musicóloga Chalena Vásquez, comentábamos


el proceso muy interesante de los instrumentos, que tenían menos cuerdas o menos
órdenes, como el tres cubano, el tiple, entre otros; vimos que en el libro Universalidad
del Laúd y el Tres Cubano, de Efraín Amador, se mencionaba a Fray Juan Bermudo,
indicando que él escribió en su libro Declaración de Instrumentos, en el capítulo 69,
cómo afinar dos bandurrias por cuartas sucesivas, y que estas dos bandurrias forman
una vihuela o guitarra.

Bermudo nos presenta estas dos bandurrias y, como podemos observar en las
distancias interválicas de ambas, sumándolas tenemos la vihuela como él menciona,
o sea, para la afinación actual sería la Estándar con la tercera en Fa sostenido. En
otros instrumentos en Latinoamérica sucederá lo mismo con el cuatro venezolano,
el charango, los tiples, etc. En unas se suman entre sí; otras provienen de la guitarra,
quitando la primera o sexta cuerda.
Temple y afinación

En la actualidad ambos términos “temple y afinación” son empleados indistintamente


como sinónimos, llamando temple a una manera de encordar un instrumento, así
como también afinarlo. Sin embargo, es importante mencionar que, en la mayoría
de los casos, el término “temple” es exclusivo de los instrumentos de cuerda. En los
escritos antiguos se aplica también a los órganos de las iglesias, indicando cómo
templar los tubos de dichos instrumentos.

El Diccionario Técnico-Histórico del Órgano en España, en la página 461, nos refiere:

Templar. Del lat. “Temperare”. Poner con arreglo a un temperamento


determinado. Afinar. “Templar. Vale acordar y poner en su punto las cuerdas
de las bigüelas, los caños de los órgano y de los demás instrumentos.”
(Covarrubias). “… siempre se ha de comenzar a templar el monocordio,
desde cefaut grave, el qual afinado, luego se ha de templar su quinta alta,
que es el punto degesolreut agudo” (1565.Fr. Tomás de Santa María, Arte
de Tañer Fantasía). “De las consonancias, para templar los Órganos, y
Harpas de dos Órdenes, donde van añadidos los Sustenidos y bemolados de
todas las teclas blancas.” (1675, P. José Zaragoza. Frábrica y uso de varios
instrumentos matemáticos…). “… tener el órgano… corriente compuesto
y bien templado…” (1697, Thomás Antonio de Villalba, Parroquia de N.S.
de la Asunción de Cuenca). “… dexar perfecto y bien templado el dicho
nuestro órgano de dicha nuestra iglesia que ha tomado a su cuenta y cargo
el templarlo y perfeccionarlo…” (1712, Ambrosio Moliner; Colegial de Borja.
Zaragoza). “Según esta misma disposición se puede templar el Órgano,
Clavicordio, Harpa de dos Órdenes etc. con gran facilida…” (1717, Padre
Nuestro Pedro de Ullóa, Música Universal o Principios Universales). (S/22).
Temple. “Temple. En la Música, significa la disposición y acuerdo armónico
de los instrumentos…” (Autoridades). Disposición de los sonidos de un
instrumento con arreglo a un temperamento. “3. La temple se haze por
Terceras, Quartas, Quintas y Octavas.” (1613, Domenico Pietro Cerone, El
Melopeo y Maestro). “… si aviendo hecho esto bien, quedare algún punto
desafinado, entended que es falta de el diapasón o toquesillos, porque en el
temple de octavas no puede aver engaño, como en las demás consonancias lo
ay” (1626, Francisco Correa de Arauxo, Facultad Orgánica). “… al contrario de
dos sustenidos C.F. y tres bemoles de E.A.B. y así se pueden formar otras muchas
combinaciones, que darán no poca diferencia al temple de las teclas negras”
(1675, P. José Zaragoza, Fábrica y uso de varios instrumentos matemáticos…).

El musicólogo Omar Ponce, profesor de la Universidad Nacional de Música (antes


Conservatorio Nacional de Música), hace referencia del término temple, él dice:

“… Temple o Tiemple es la denominación que se da al conjunto de notas,


relaciones interválicas y sensaciones de altura y densidad entre las cuerdas
de un instrumento cordófono cuando está afinado. En los charangos, estas
relaciones sonoras entre altura, densidad y timbre se constituyen en las
afinaciones propias de cada variante del instrumento y, por tanto, propias
para la ejecución de sus músicas o expresiones musicales respectivas.

Un Temple puede ser reconocido auditivamente por la sensación


armónica que genera el sonido de sus cuerdas cuando son pulsadas “al
aire”, simultánea o consecutivamente, así mismo puede ser diferenciado
por la densidad sonora que adquiere el instrumento cuando está “bien
templado” o afinado. Tímbricamente, un temple puede ser diferenciado
por la calidad vibrante del material de las cuerdas, sean estas de metal,
nailon o tripa en sus diferentes espesores, así como por las cualidades
acústicas de la caja de resonancia en cuanto a sus dimensiones y forma, sea
esta de madera o armadillo. Musicalmente, un temple es distinguido por
el estilo, danza o género musical que lo emplea como característica de una
determinada tradición musical; las sonoridades de los temples adquieren
así un sentido de identidad y representatividad sonora respecto a sus
localidades de práctica, a sus contextos específicos y, en algunos casos,
respecto al músico cultor que las adopta como “sello” propio.”

En conclusión, podemos mencionar que el uso de temple en las culturas hispanas ha


tomado preponderancia en los instrumentos de cuerda, pero más específicamente
en cómo diseñar la afinación: en los Andes es más usado (mencionar la palabra
temple para la manera de afinar los instrumentos de cuerda, preferentemente es
llamado así en las zonas rurales.

Acerca de los temples usados

Presentamos, según el orden del repertorio, los temples usados para cada pieza. La
hemos escrito de primera a sexta. Así, también, aparte de este amplio abanico de
posibilidades de afinación, proponemos las nuestras, considerando que los temples
van desarrollándose y otros van cayendo en desuso, por lo que el presente trabajo
hace énfasis en la difusión de uso de los temples y cómo interpretarlos en la guitarra.

1. Temple Ángel
El año 2013 se publicó el CD Paqcha Sirena, para guitarra y voz femenina. Tuve que
diseñar este temple para la tonalidad de Re mayor, buscando similitud tímbrica con
las mandolinas y el charango, y fue interesante experimentar con las dos primeras al
unísono. Se grabó un tema a guitarra y voz con la cantante Sila Illanes (de Ayacucho)
el toril “Rupituy”, recopilado por la madre de María Conislla.

En esta oportunidad presentamos el shacatán, género hermano del santiago y el


toril. Inicialmente el shacatán era parte de la música del Santiago. Originalmente
interpretado con tinya, violín arpa y saxofón: en las zonas del sur no incluye el saxo,
sino el waqrapuku; sin embargo, en Huancavelica se emplea el yungur.

2. Temple Ocros

Con este nombre se le conoce a esta afinación en Huánuco, los músicos usan
guitarras llamadas requintos de seis órdenes con las dos primeras dobles. Uno de los
más reconocidos cultores de esta afinación es el cantautor Arturo Reyes Rosales, más
conocido como Jilguero de Llata de la provincia de Humalíes. El Temple Ocros utiliza
capotraste en los trastes 5 o 7. Con respecto al nombre, probablemente en Humalíes
lo llaman así, por su posible procedencia y cercanía de la provincia de Ocros en el
departamento de Áncash. La afinación con las cuerdas al aire sería la siguiente:
Según donde se coloque el capotraste cambiará la tonalidad, esto permite un mejor
transporte tonal para acompañar a diversos cantantes.

3. Temple Baulín

Esta afinación se caracteriza por encontrarse en la tonalidad de Sol menor y también


se le denomina Temple Transportado o Temple Diablo, (probablemente por el
intervalo que contiene esta afinación, que en la época medieval era considerada
intervalo del diablo o diábolos). Esta afinación consiste en la siguiente manera: Mi,
Do, Sol, Re, Sib, Sol o Fa (de la primera a la sexta cuerda). Antiguamente se usaba la
sexta cuerda afinada en Sol, hoy en día se usa en Fa, ya que las cuerdas de nailon no
soportan mucha tensión para poder ser tensada hasta la nota Sol (Antes se usaba
cuerdas de metal). Otra tonalidad usada como diseño paralelo de este temple es la
de Re menor, también es llamada Temple Decente o Afinación Sexta en Fa. Ambas
afinaciones, la de Re menor y de Sol menor, tienen similitudes en los diseños
melódicos de ejecución en la mano izquierda, si transportáramos con el capotraste
de un bloque de cuerdas hacia un bloque contiguo, los saltos interválicos de
tonalidad serían más grandes. Lo mismo sucederá con otros temples comúnmente
usados por los cultores en este instrumento.

Sin embargo, esta denominación de Baulín también se encuentra para otra afinación
que corresponde a la tonalidad de Si menor (testimonio de Raúl García Zárate) y que
en otros lugares se le denomina como Temple Arpa o Temple Mil Ochenta. Por otro
lado es importante tener en cuenta algunas similitudes fonéticas del término Baulín
con Bandolín, Mandolín, Maulín, Mahulí, Mauli, Maula, que podrían darnos pista del
origen de este nombre.
En la actualidad el Temple Baulín es usado por muchos guitarristas y cantores
intérpretes de la música andina. Esto se observa principalmente en los intérpretes
solistas de guitarra. En conversaciones con el guitarrista Carlos Hayre, este nos hace
mención de algunos guitarristas criollos que usaban esta afinación para la música
costeña.

4. Temple Do mayor

En el libro Guitarra Andina Peruana 30 composiciones, de Pablo Ojeda Vizcarra, figura


esta afinación que el compositor diseña para la interpretación de la obra Anarina,
música de estilo de las danzas cusqueñas. Este libro fue publicado por el Instituto
Nacional de Cultura, Departamental Cusco, en abril de 1989, en homenaje al 450
aniversario del nacimiento del Inca Garcilaso de la Vega.

5. Temple Decente

Esta afinación es de las más usadas en la zona sur del Perú, principalmente en el
departamento de Ayacucho. Los guitarristas Raúl García, Manuelcha Prado, Daniel
Kirwayo, entre otros, hacen e hicieron uso de esta afinación. En una conversación
con el guitarrista Manuelcha Prado, nos hace referencia del nombre de esta afinación;
y nos cuenta que se le llama “Decente” porque es tocado por la gente de la ciudad y
no por la del campo que “no es decente”. Una de las famosas piezas ejecutadas con
esta afinación es Adiós pueblo de Ayacucho en arreglo de Raúl García Zárate y que en
todos sus conciertos era infaltable en su repertorio. Es usado para la tonalidad de
Re menor.
6. Temple Sexta en Re

Como mencionamos líneas arriba, esta afinación viene de las propuestas de la


guitarra clásica principalmente del período romántico español. Entre los guitarristas
que plantearon obras con esta afinación tenemos a Francisco Tárrega. Esta afinación
es usada para las tonalidades de Re mayor y Re menor.

7. Temple Indecente

Esta afinación surge como contestación al Temple Decente y lo propongo desde


el ángulo de la tolerancia y no discriminación; quiere decir que muchos términos
han aparecido debido a exclusiones, como, por ejemplo, puro, limpio, bueno, etc.
Como se observa en su estructura, parte del Temple Decente, variando la segunda
y la cuarta cuerda.

8. Temple Arpa
El temple Arpa es muy interesante para poder explicar algunas posibles influencias
marcadas de la música extranjera. Esta afinación es similar a como se afinaban
las guitarras o vihuelas en el período del Renacimiento en el siglo XVI, donde los
exponentes españoles conocidos eran Luis de Milán y Alonso Mudarra. Ellos usaban
la guitarra de cinco órdenes, pero con la tercera en Fa# y sobre esa afinación se
componía y se pensaban las obras. Comprendiendo que el sexto orden es agregado
mucho después, se podría decir que este temple proviene de la afinación de las
guitarras del Renacimiento español y que llegaron con los invasores tañendo con sus
instrumentos, lo que posteriormente aprendieron los colonizados. En la provincia de
Cajatambo llaman a esta afinación Mil Ochenta (Salazar, 2016).

En la actualidad muchos guitarristas jóvenes prefieren este temple. Parece ser que
encuentran más equilibrio entre sus bajos con las notas agudas y para la guitarra tiene
un amplio registro de interpretación. Algunos cultores mayores refieren al nombre
de esta afinación con la imitación del arpa, pero debemos entender que muchos
recursos de la guitarra andina provienen del arpa, claro también del violín y otros; sin
embargo, el uso de la mano derecha, que es la mano que pulsa, recurre mucho a la
técnica del arpa de manera general, no específicamente, en esta afinación.

El investigador Luis Salazar Mejía nos menciona otros nombres del diseño de esta
afinación, y estos son: “Cajatambino”, “Gorgor” y “Malqui”. Por otro lado, en conversación
con Raúl García Zárate, este nos mencionó que esta afinación se llama Temple Baulín.

9. Temple Sol Mayor


Esta afinación es usada para muchos arreglos de guitarristas ayacuchanos de
músicas ayacuchanas y de otras regiones. Esta afinación es registrada por Salazar
como “Sexta en Re y Quinta en Sol”. En los registros bibliográficos no figura como
“Temple Sol Mayor”, para los trabajos recientes lo denominamos así, ya que en algún
momento Raúl García llamó así a esta afinación, manifestando que esta afinación
sería reemplazo del Temple Morochuco, esto por la dificultad del estiramiento de las
cuerdas con el Morochuco.

10. Temple Morochuco

Los morochucos son reconocidos por sus intervenciones en muchas batallas que
determinaron la independencia del Perú, con Basilio Auqui, su principal figura
heroica, quien fue precursor de la sublevación contra los españoles en la mitad
del siglo XVIII durante la Colonia. Se dice que brillaron como incansables soldados
a caballo (Huma, 2010). También se dice que cabalgaban con guitarra en mano y
que usaban esta afinación para tocar sus huaynos. Los huamanguinos llamaban a
esa afinación “Morochuco”, la que también era llamada “Comuncha”, como describe
Salazar.

Esta afinación es la que Raúl García cambiaría por el Temple en Sol mayor, debido a
que en el Morochuco la sexta cuerda se afina en Sol y suele romperse; y en el Temple
Sol mayor, la sexta afina en Re, un tono más bajo de la afinación estándar. En ambos
casos pueden acompañarse con la tonalidad de Mi menor y Sol mayor.
11. Temple Estándar

Es la afinación más conocida internacionalmente, algunos cultores de la guitarra la


han llamado afinación “Comuncha”, debido a que es común esta manera de afinar la
guitarra. Sin embargo, hace parte de todo este conjunto de afinaciones que contiene
la guitarra en el Perú; y después que Vicente Espinel agregara la sexta en el siglo XVII,
empezó a ser muy común tocar la guitarra con seis cuerdas ya sea con la tercera
en Sol o en Fa#. Debemos mencionar que en algunos países existen guitarras con
un orden más, o sea, una séptima cuerda, algunas afinadas en Do, otras en Si. En
Huánuco a esta afinación la llaman Llano (Salazar, 1987).

12. Temple Conchucano

En el departamento de Áncash es llamado con este nombre, en Cajatambo lo llaman


Wagra. En conversaciones con cultores de esta última afinación, no han sabido
responder del porqué del nombre. Por otro lado, su estructura interválica es la misma
del Temple Ocros, pues, como ya lo hemos mencionado, geográficamente guardan
mucha relación en su cultura musical. En gran parte del Callejón de Conchucos se
usa esta afinación, y es probable que de ahí provenga su nombre de Conchucano.
Originalmente se usa en las guitarras más pequeñas llamadas requintos, con cuerdas
de metal, y en los que, por lo general, la primera y segunda son triples; quiere
decir, seis órdenes con las dos primeras triples. El músico Ernesto Sánchez Fajardo,
conocido como El Jilguero del Huascarán, grabó muchos huaynos con esta afinación.

13. Temple Corisino

Luis Salazar menciona que a esta afinación también se le conoce como “Amable” y
“Quinta baja”, y es con la que la Pastorita Huaracina grabó el huayno Tu boda (Salazar,
1989). El Temple Corisino es usado actualmente por los guitarristas de cuerda de
nailon, y la emplean para tocar huaynos ancashinos, donde perfectamente los bajos
están precisos para su acompañamiento y las cuerdas segunda y tercera para poder
tocarlas como notas pedales, rellenando la armonía de las chuscadas.

14. Temple Justo

Son las quintas justas y octavas justas le dan el nombre a esta afinación. Para
conseguir este temple debemos bajar la sexta cuerda hasta la nota Si, como figura
en el pentagrama. Se debe tener cuidado al pulsar esta sexta cuerda, ya que no es
tensa y pulsar fuerte con el pulgar podría provocar sonidos extraños a la sonoridad
que queremos. Sin embargo esta afinación es cómoda para tocar en Si menor y su
homónimo de Si mayor, ya que la mano izquierda definirá el modo con solo moverse
un traste; o sea, esta mano define si es la nota Re o Re sostenido. Este temple consigue
una tesitura más amplia, logrando equilibrar la sonoridad de algunas obras, donde
se necesita usar constantemente los bajos.

15. Temple Mil Ochenta

En la provincia de Cajatambo a esta afinación la llaman Mil Ochenta (Salazar, 2016),


como ya se mencionó líneas arriba, y en Ayacucho la conocen como Temple Arpa.
Esta afinación es muy usada en Cajatambo y es también usada con capotraste, a
diferencia de en Ayacucho, que es usada con cuerdas al aire.

16. Temple Diablo

Esta afinación es similar al Temple Baulín, que hemos mencionado líneas arriba, con
su variante de sexta en Sol. Sin embargo, llamaremos Temple Diablo a esta afinación
con la sexta en Fa, que es, al igual que la sexta en Sol, apropiada para la tonalidad
de Sol menor.

Con respecto al nombre de esta afinación será interesante conocer la versión que
nos mencionara Raúl García Zárate. Él relata que, en conversaciones con músicos
europeos, llegaron a la conclusión de que entre la quinta y primera cuerda existe
un intervalo de once aumentado o cuarta aumentada, que también se llama
quinta disminuida. En el período Medieval fue prohibida la quinta disminuida en
las composiciones, los religiosos decían que era “sensual” o que era del “demonio”;
a este intervalo se le llamó “Diábolos” o “intervalo del diablo”. Por esto decían los
guitarristas europeos que el nombre de Temple Diablo tenía sentido, debido al
intervalo que contenía su afinación.

17. Temple Amable

También conocido con otros nombres, como ya se mencionó anteriormente y


lo compartimos en nuestra lista de repertorio con el Temple Corisino. Debemos
mencionar que esta denominación también ha sido usada para otras afinaciones.
En conversaciones con Salazar, este comentaba que algunos cultores de Áncash
conocían este nombre, pero con otra afinación.

18. Temple Unísono

En una experiencia en Santiago de Chile, presentando el CD La guitarra y sus temples


en Chile, Perú y Argentina, la cantora Alexandra Solis se acercó e hizo referencia de
un temple que le habían enseñado y con el que se afinaban todas las cuerdas en la
nota Mi, ella mencionó “ todas las cuerdas se afinan igual”, pero al escuchar un audio
que nos mostró, se podía notar que estaba en octavas, como se ve en el pentagrama.
La hemos tomado para esta producción, como ejemplo de los usos de temples
en países vecinos. Así mismo, compartimos muchos temples similares con países
sudamericanos y hasta europeos, ya sea por influencias o coincidencias.

En la obra presentada en este disco compacto, hemos rebajado un tono, ya que al


buscar que la segunda cuerda llegue a la nota Mi, es muy probable que se rompa; y
para mantener esta disposición de intervalos realizamos este cambio de nota.

En la actualidad, las posibilidades sonoras en la guitarra son infinitas, cada guitarrista


explora sus timbres, sus afinaciones. Todos los músicos de diferentes estilos y géneros
deberían experimentar estos temples y otros más. Muchos cultores han crecido
musicalmente con el temple de su zona, y cuando han conocido el Estándar, muchos
han creído que este último es el “verdadero” y dejaron de usar sus temples de origen.
Cada temple tiene una sonoridad particular, ya sea de una comunidad remota o
de la zona urbana. No existe temple “verdadero” alguno. Todos son importantes y
su exploración e interpretación serán muy necesarias para la continuidad de ellos.
Ya muchos reconocidos compositores hablaron de la guitarra, “La guitarra es una
orquesta en miniatura”, decía Berlioz; “Su guitarra no suena fuerte, sino lejos”, decía
Stravinsky a Andrés Segovia. En la naturaleza el sonido es muy diverso, tenemos
infinitas posibilidades de conjugarlos. Es decir, debemos abrirnos a todos los nuevos
sonidos que la naturaleza nos está ofreciendo, a través de la guitarra. Abramos los
oídos al mundo sonoro, más allá de nuestra vibración.
Referencias bibliográficas

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SALAZAR, Luis
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SAURA, Joaquín
2001, Diccionario Técnico-Histórico del Órgano. Barcelona. Consejo Superior de
Investigaciones Científicas
Directora general: Lic.Tania Anaya Figueroa
Corrección de textos: Rosario Arroyo Morales
Fotografía y diseño gráfico: Daniel Ochoa Rivero
Grabación: Azotea Studio
Mezcla y Masterización: Estudio Lunazul de Martín Venegas

(©) Escuela Nacional Superior de Folklore


José María Arguedas. ENSF JMA
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Primera edición: noviembre de 2018


Impreso en Perú

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