Soluciones Comentario de Texto - Funciones Del Lenguaje
Soluciones Comentario de Texto - Funciones Del Lenguaje
Soluciones Comentario de Texto - Funciones Del Lenguaje
El texto que debemos comentar pertenece al periodismo de opinión, podría tratarse de un artículo puesto
que el tema planteado, los juegos colectivos y tradicionales como actividad socializadora de los menores, es
de actualidad. Por otra parte, el texto presenta características propias de los géneros periodísticos
interpretativos como son la subjetividad manifiesta de la autora; su extensión breve sin profundizar
excesivamente en lo tratado; la combinación de exposición y de argumentación, cierta calidad literaria y su
intención persuasiva.
Al tratarse d eun artículo de opinión es evidente en el texto la función expresiva, puesto que el
articulista aborda el tema desde una perspectiva personal. Así la presencia del “yo” viene marcada
mediante las desinencias verbales (“Leía” y “comprendí”), abundan igualmente otros recursos como la
utilización de léxico connotativo “nociva”, “insustituible”, “fundamental” o “necesario”, prueba de la
existencia de un enunciador que juzga su entorno. Del mismo modo, sustantivos ponderativos como
“barbaridad”, “liderazgo”, “terror” o “defensa” aportarían por sí solos, aun sin pretenderlo, cierta
valoración. A estos términos podríamos añadir un par de diminutivos (“partidillo de fútbol” y “casitas”) que
aportan carácter valorativo.
Otra de las funciones dominantes en este texto es la apelativa pues intenta concienciarnos de los
innegables beneficios del juego social. El articulista busca la complicidad con sus lectores mediante el plural
sociativo o inclusivo, así lo apreciamos en el enunciado (“Tenemos que potenciar...”), una perífrasis verbal
de obligación que, junto con la expresión “conviene no convertir...” (l. 18), constituye una recomendación
indudable a los destinatarios. Por otra parte, son frecuentes en el texto las aseveraciones categóricas que
expresan la certeza y seguridad con la que el articulista deja traslucir una seguridad en la que la
incertidumbre no tiene cabida: “la calle ya no es un sitio seguro” (l.3); “el juego más educativo sigue siendo
aquel...” (l. 8); “es una insustituible herramienta de trabajo (l. 11); “no hay nada comparable en la vida de
un niño a un partidillo de fútbol...” (l. 19). Se trata de enunciados asertivos que se nos presentan como
incuestionables. Por otra parte, la estructura del texto, más bien reiterativa, también contribuye a que el
mensaje cale en el receptor, así la tesis aparece al comienzo del texto, vuelve a reproducirse en el cuerpo
argumentativo y en la conclusión, de esta forma se refuerza la idea de que es necesario el ocio colectivo
para los niños actuales.
Por otro lado, para dotar de credibilidad al texto el autor también utiliza rasgos que confieren un
carácter objetivo. Por ello, está presente la función representativa o referencial, que se manifiesta en el uso
de oraciones enunciativas; verbos en indicativo: “han señalado”, “hablan”; predominio de la tercera
persona “se refieren, “ha convertido”; adjetivación especifica que sirven para sostener la argumentación
del artículo: “niños españoles”, “sitio seguro”; presencia de formas no personales que dan al texto un
carácter objetivo e informativo: “jugar”, “hacer”, “rivalizar”; léxico denotativo como “ordenador”,
“máquinas”.
La función poética también está presente pues, en algunas ocasiones, hay un desvío del uso común
para producir ciertas extrañezas que atraigan la atención del receptor. Así aparecen varias figuras literarias
que presentan marcas modalizadoras valorativas. Así lo percibimos no sólo en esa metáfora que identifica
el juego de la calle con una “asignatura pendiente” en la educación infantil (l. 2), sino también en esa
personificación donde se considera que el ocio tradicional “sigue siendo el gran educador social”. Por otra
parte, aparecen igualmente paralelismos y anáforas: “Jugar en la calle. Jugar en grupo”; antítesis:
“Parecería simple remediarlo. No lo es”.
En definitiva, el objetivo del texto no es otro que concienciarnos de las ventajas del juegosocial. De
esta forma, el articulista, para conseguirlo, utiliza todos los mecanismos de que dispone el lenguaje:
subjetividad, exhortaciones, descripción de datos objetivos, y, en algunos momentos, belleza y originalidad.
Texto 2
El texto que debemos comentar pertenece al periodismo de opinión, podría tratarse de un artículo pues los temas
planteados son de candente actualidad ( la crisis económica y sus consecuencias…) ; por otra parte, el texto presenta
características propias de los géneros periodísticos interpretativos como son la subjetividad manifiesta de la autora
( estoy segura de que ); su extensión breve sin profundizar excesivamente en lo tratado; la combinación de exposición
y de argumentación y su intención persuasiva. La autora, posiblemente una articulista, intenta difundir su opinión (la
importancia de adoptar una actitud activa y crítica ante la crisis) entre los lectores del periódico, en general, afines a la
ideología del mismo).
En el texto es de suma importancia la función expresiva, que se manifiesta en la subjetividad con que la
autora aborda el tema, pues en todo momento manifiesta su punto de vista. El texto es predominantemente subjetivo,
como demuestran múltiples elementos lingüísticos, así, en el nivel morfosintáctico la subjetividad se manifiesta con la
presencia de la primera persona del singular ( “estoy”, “quiero”, “las mías”) y también del plural (“estamos”,
“queremos”, “hacemos”), estamos ante un plural sociativo en el que, además de incluirse la autora, hace presente al
lector de cuanto dice ;empleo de verbos en subjuntivo (“ayude”, “sean”, “aporreen”) o condicional (“habría”), uso de
adjetivos valorativos( “desesperada”, “angustiada”, “desolada”, “aterrados”…)Uso del elementos intensificadores
(“mayoría”, “más”) ; utilización de prefjijos y sufijos( “indignada”, “desolada”,” angustiada” ,”desgracias” ); frecuencia
de perífrasis modales que expresan la actitud del autor (“pueden fomentar”, “habría que plantearse” ); En el nivel-
léxico semántico se evidencia en el uso de léxico connotativo ( “perros”, “aporreen” ), en la presencia de frases hechas
con un sentido connotativo( “no darán la lata”) y , sobre todo, mediante la expresión de la opinión del autor presente
a lo largo de todo el texto.
Igualmente adquiere importancia la función representativa que se evidencia en la presencia de datos
objetivos. Así, aunque predomine la subjetividad, también es evidente la objetividad del texto, que se manifiesta en el
plano morfosintáctico mediante la utilización del modo indicativo (“está”, “caerá”), y de oraciones enunciativas; uso
de las formas no personales del 54 verbo( “cayendo”, “cerrar”, “sufrir” ); Utilización de la tercera persona del singular
(“está”); empleo de impersonales eventuales (“los mandarán a sus casas”); impersonales gramaticalizadas (“habría
que plantearse”) ; frecuencia de construcciones nominales ( “camas para enfermos”); uso de estructuras con valor
restrictivo como proposiciones de relativo especificativas (“alud de desgracias que nos”…, “ese es el debate que
están”… ) y construcciones preposicionales del nombre(“víctima de la crisis” ); tendencia a la nominalización
(“indefensión”, “depredación”). En el plano léxico semántico se logra mediante el predominio de léxico
denotativo(“gente”, “día”, “muestra”) y la existencia de términos monosémicos (“ cama”,” personas”, “gente” )
También se hallan presentes, de forma secundaria, la función apelativa puesto que la autora nos hace
reflexionar sobre las distintas actitudes que pueden adoptarse ante la crisis e intenta convencernos de su postura,
expresada, sobre todo, en las últimas líneas. A lo largo de todo el texto el autor utiliza un lenguaje más directo y
rotundo y que se manifiesta en el uso de fórmulas interrogativas (“¿Qué pasará con ellos? ¿Los mandarán a sus
casas?”) ; aseveraciones categóricas (“Es cierto, está comprobado”.); el uso del plural sociativo con el que se incluye
también al receptor en lo que se dice( “estamos”, “hacemos”…) y la utilización de perífrasis verbales de oblicación
(“habría que plantearse”).
Es manifiesta también la función poética puesto que el escritor pretende apartarse del uso normal de la
lengua. También se halla presente la función poética puesto que la expresión utilizada atrae la atención sobre su
forma. Así el autor recurre a una serie de figuras literarias como la enumeración de adjetivos ( “desesperada, desolada
y angustiada”/ “viejos, pobres y enfermos”/ “innata e instintiva”); la metáfora ( “alud de desgracias”); personificación
( “el primer hospital que caerá víctima”); bimembración (“enfermos crónicos y cuidados paliativos”/ “callar y aceptar”/
“sanidad y educación”); preguntas retóricas(“qué pasara con ellos?¿ Los mandarán a sus casas?”; comparación (“morir
como perros”); la antítesis (“la empatía o el enfrentamiento”); y la metonimia (“se manifestarán en sol”.)
En conclusión, se trata, de un artículo de opinión en el que la autora intenta hacernos reflexionar sobre la
postura que puede adoptarse ante la crisis. Para ello utiliza la modalidad expositiva argumentativa y, aunque
predomina la subjetividad, sabe combinar esta con la objetividad y la precisión y claridad de manera que el resultado
es convincente.
Texto 3
El texto es un artículo de opinión en el que el autor expresa, desde una perspectiva original y subjetiva, su punto de
vista sobre el poder de la imagen en nuestra cultura. Se aprecia claramente el estilo interpretativo del artículo
periodístico de opinión a través del uso de la ironía y el sentido del humor un tanto ácido.
En el texto es evidente la presencia de la función expresiva o emotiva, pues el lector rápidamente es
consciente del malestar que esa efímera cultura de la imagen produce en el autor, quien además de utilizar diversos
recursos literarios de lo que hablaremos más adelante para mostrar su indignación, deja escapar en ocasiones de
forma directa sus sentimientos, bien a través de sustantivos con intención despectiva (“en esa charca ha sido ahogado
Schopenhauer”, l. 10 y 11; “la otra mitad hace el payaso”, l. 17), bien a través de adjetivos valorativos que remarcan su
posición al respecto del efecto de las pantallas (“gafes”, l. 11; “podridas”, l. 12; “superficial”, l. 13).
El texto se caracteriza por una marcada presencia de la función apelativa con el fin de atarer el interés del
lector. Así, el arranque y final del texto, con infinitivos prácticamente idénticos cargados de significado expresivo (“en
mirar, en teclear y callar”, l. 1 / “Mirar, callar y teclear”, l. 17-18) demuestra bien a las claras mediante una
organización circular del discurso ese interés de captar al receptor, quien está ya presente en la línea 2 (“Frente a
nuestros ojos discurre”) y volverá a aparecer de forma directa en el final o conclusión del texto tanto mediante la
primera persona verbal (“Somos seis mil millones de humanidad”, l. 17) como mediante el uso, nuevamente del
determinante posesivo “nuestro” (“nuestra cocina”, l. 15; “nuestro cerebro”, l. 17), bien a través de adjetivos
valorativos (“políticos gafes”, l. 11; “palabras podridas”, l. 12; “alegría superficial”, l. 13).
Pero sin duda una función dominante en el texto es la estética, pues el cuerpo argumentativo se sirve de la
retórica del lenguaje literario y su carácter connotativo con la aparición de diversos recursos. Así, el texto está plagado
de metáforas, algunas de ellas con un notable sentido irónico: “el cerebro humano se ha convertido en un recipiente
de iconos”, l. 3; “la noria de luces superpuestas”, l. 6; “los jóvenes se alimentan de imágenes”, l. 7; “una infinita
alfombra roja que va rolando por las esferas”, l. 14; haciendo alusión a la alfombra por la que pasean las estrellas de
cine en las grandes galas; “el desván de nuestro cerebro se llena de iconos”, l. 17, etc. En alguna ocasión, el autor
prefiere el uso de un símil para referirse a ese carácter efímero de las imágenes: “como esa nube de algodón
azucarado que venden en las ferias y que duran solo un minuto en poder de los niños”. Son también frecuentes las
enumeraciones asindéticas, algunas con valor hiperbólico, que demuestran la voluntad de estilo del autor: “en mirar,
en teclear, callar”, l. 1; “más excitante [...], más directa, más luminosa”, 1, 2, 3; “de iconos, de rostros, muñecos
envases, marcas, paneles, carátulas...”, l. 3 y 4; “en nuestra cocina en el comedor, en el cuarto de baño, en el
dormitorio”, l. 15.
Por último, cabe mencionar también la aparición de la función referencial a través de la presencia de
afirmaciones en modo indicativo, ya con el uso de un presente atemporal que da validez general a lo dicho,
especialmente al inicio del texto (“La cultura moderna consiste en estar sentado...”, l. 1; “El pensamiento ya no e suna
fuente de creación ni de rebeldía”, l. 1; “nada es válido [...] nada es real”, l. 13), ya con enunciativas pasivas (“Lo que
no se ve, no existe”, l. 7 y 8; “la crisis de la existencia ha sido reducida”, l. 10; “se han visto obligados”, l. 11; “imágenes
que se devoran”, l. 13 y 14); “las dos mejillas [...] se confunden”, l. 15 y 16).
Texto 4